NO SOY DUEÑO DE INUYASHA. PERO SI SOY DUEÑO DE MIS HISTORIAS Y NO DOY PERMISO A NADIE A UTILIZARLAS.
HOLA DE NUEVO.
EN ESTE VIAJE LOS LLEVARÉ A UNA HISTORIA DIFERENTE, CON AVENTURAS, CONFLICTOS ROMANCE… UNA HISTORIA MUY DESDE EL FONDO DE MI IMAGINACIÓN. NO ES LA PRIMERA DE ESTE GÉNERO NI SERÁ LA ÚLTIMA, PERO ESPERO QUE SEA UNA DE LAS MÁS ENTRETENIDAS.
ES UNA TRAMA INTRINCADA Y DIFÍCIL DE ABORDAR, PACIENCIA.
ABRAZO ENORME.
Capitulo 15
-Flash Back-
Kagura se escabullía entre las sombras de los corredores. Se iba a encontrar a escondidas con el emisario del Sur. Pronto estallaría una rebelión y ella pretendía ser la Señora de la casa Austral, y reinar junto a Onigumo era su intención. Para ello debía cumplir tareas de espionaje y nadie mejor para ello que la prometida del Señor del Oeste.
Náraku estaba embelesado con ella, y de a poco y lentamente Kagura fue seduciéndolo y trabajándolo a gusto y placer…Lo había logrado, ya era su novia y pronto comenzaría a revelar todos sus secretos y ella a acomodarse como la señora absoluta… También era la prometida de Sesshomaru, la madre Inu la había escogido de entre cientos, por su poder y belleza, pero no había visto bien por dentro…
Ahora que estaba a un paso del éxito, surgía este …Cómo llamarlo?... Contratiempo. Sólo una cosa, un mínimo detalle le impedía realizar sus sueños…
Su embarazo.
Pero nada la alejaría de su objetivo por lo que no se detuvo ni un segundo. Continuaba encontrándose a escondidas con Náraku, continuaba su vida normal sin ningún cuidado. Pensaba que tal vez al estar esperando un hijo del Señor del Oeste, la Dama Inu le de ciertas libertades y beneficios. Y si no, se desharía del "estorbo" y correría a brazos de Onigumo.
Ese cachorro la alejaba de su cometido. Para ella era una molestia, un obstáculo, y no supo qué hacer con él.
Al comienzo estaba exaltada de ser la novia del Señor del Oeste, pero luego de conocer su frío carácter y darse cuenta de que ella no ostentaría ningún poder, sabía que él se unía a ella porque era la mejor opción, no por gusto ni mucho menos sentimientos. Eso estaría bien, si ella pudiese gobernar a su gusto y hacer lo que le viniera en ganas, pero tanto Sesshomaru como Irasue estarían encima de ella y siempre sería una marioneta del Oeste. Y si no, sería Izayoi quien velaría por su buen comportamiento, maldita humana. Ya le diría a Náraku que la desapareciera llegado el momento.
Si se quedaba sería eso, un títere.
De los Inu y de la humana.
No estaba bien con esa idea, además Náraku le había prometido todo lo que ella deseara y mucho más.
A medida que el emparejamiento con Sesshomaru se acercaba, Kagura se acomodaba a los ojos de Irasue. Todo iba sobre rieles, tenía un as bajo la manga…
Pero su intensa vida no se detenía por estar esperando.
Luego de un tiempo sucedió.
Demasiadas escapadas, demasiado sexo, demasiada falta de descanso, demasiado alcohol, demasiado de todo… El embarazo se perdió, su situación en el Oeste podría verse empeorando a pasos agigantados, ese cachorro hubiese sido la clave para convertirse en la Dama de la Luna, pero a su vez un instrumento de sus suegras y de su pareja.
Quizás la situación no se empeoraba, sino se le abrían las puertas de salida hacia su cometido.
No es como que estaba triste, estaba aliviada, sentía a ese vástago como grilletes. Ahora era libre y contenta se lo diría a Náraku en la noche.
La ardilla designada a servir a Kagura, Kibò, aseaba y ordenaba su cuarto. Siempre atenta a las necesidades de la bella youkai, soportaba su maltrato verbal a sabiendas de que ese no era su trabajo, pero lo hacía de todos modos para servir a sus amos a quienes verdaderamente respetaba y honrar a su familia que había servido a los Taisho por generaciones.
Un día, una vez finalizados sus quehaceres en el dormitorio de la bruja del viento, mientras acomodaba los kimonos en un ropero, se encontró con una bolsa de tela gruesa a modo de desecho. La tomó para llevarla a tirar con los demás descartes de la cocina y basura. Fuera de la habitación de Kagura y caminando por los pasillos, se cruzó con Izayoi.
-"Izayoi Sama, buenos días"
-"Hola Kibò, buenos días para ti también"
La joven ardilla era muy simpática y atenta. Sonriéndose ambas continuaron sus caminos, hasta que unos comentarios le llamaron la atención la joven Dama del Oeste, que siguiendo las voces se encontró en la cocina detrás de Kibò.
La ushi youkai cocinera le preguntaba a la joven youkai
-"Kibò, te has herido limpiando?"
-"No, por qué lo preguntas?"
-"Hay sangre en la bolsa!"
-"Qué?"
Izayoi arrebató la bolsa de la mano de la ardilla.
-"Y entonces qué es esto?"
-"No lo sé, lo tomé del cuarto de Kagura Sama, pensé que era basura para tirar"
-"Se habrá lastimado?"
-"Tal vez son los descartes de su mensualidad"
La ushi sugería
Pero Kibò negaba con la cabeza
-"Esta es demasiada sangre…"
La hermosa princesa afinaba los ojos
-"Dónde está Kagura? Hay que encontrarla! Tal vez esté malherida"
Dada la voz de alarma, Sesshomaru, Touga, Danaka y otros guardias salieron a buscarla.
Encontraron un rastro en la caballeriza
-"Viaja en Ah Un, estará segura"
-"Vamos!"
La bruja del viento había tomado al dragón de dos cabezas del establo y luego se dirigió hacia el bosque a encontrarse con el hanyou mitad Ryu.
Voló raudamente hacia su nuevo novio a darle la feliz noticia.
Mientras del palacio salían a buscarla frenéticamente.
Touga y Danaka siguieron el rastro de Ah Un por el aire.
Sesshomaru estaba preocupado.
Los indicios los guiaron hacia un claro en la fronda, se iban acercando cuando escucharon las voces de ella y alguien inesperado… Se escondieron para ver mejor. Si intentaba hacerle algún daño a Kagura le caerían encima.
Kagura había volado y descendido en un claro del bosque, vio un tronco caído y caminó hasta él para sentarse a esperar a Náraku.
Cuando Onigumo apareció de entre las sombras cubierto con una capa enorme de piel de mandril, Sesshomaru puso su mano en Bakussaiga, pero su padre lo detuvo poniendo la mano sobre la de suya.
Los Occidentales observaban desde atrás de una roca.
La voz de Náraku se dejó oír
-"Kagura…"
-"Mi amor!"
Corrió a abrazarlo y él le correspondió besándola y recorriendo su cuerpo con las manos.
Sesshomaru perdía ante su bestia. Aunque no la amara, ella era de su propiedad, su prometida.
Sus ojos rojos y sus gruñidos espeluznantes demostraban su gran descontento. Pero a pesar de ello, esperó
-"Dime, cuándo será el ataque?"
La voz sensual del mestizo del sur
Ella respondía mientras Náraku besaba su cuello
-"En dos lunas, Inu No Taisho y Higurashi encabezarán la avanzada de Occidente"
Detrás de la roca, el gruñido de Sesshomaru no dejaba escuchar las palabras de los traidores
-"Cállate, no escucho nada!"
Touga intentaba acallar a la bestia de su hijo
Sesshomaru se intentó calmar, para escuchar
Los amantes continuaban
-"Quiero que te deshagas de una asquerosa humana por mí, lo harías?"
-"Vendrás al Sur conmigo?"
-"Si, pronto"
Detrás de la roca
-"Ya basta Sesshomaru!"
Una vez silenciada la bestia intentaron escuchar otra vez. Náraku entre besos le respondía a Kagura
-"Entonces lo haré, y dime… Y el problema?"
-"Ya no será problema, parece que Kami está de nuestro lado, perdí el embarazo ayer"
Aquello si se pudo escuchar…
Las garras del Inu se enterraban en la roca viva.
-"Cálmate! No puedes generar un incidente cardinal! No sabes si es cierto lo que dijo ella! Pudo ser de Onigumo"
Danaka e Inu No Taisho no lograban sujetarlo, y Sesshomaru deseaba derramar sangre, pero aquella sangre era sucia, no la derramaría en sus tierras.
Mataría al asqueroso gusano, pero a ella la haría sufrir más. La dejaría vivir pero en un infierno.
Maldita mujer…pagaría cada día de vida que le quedara.
En un segundo formó su nube de youki y desapareció.
El Lord Daiyoukai y el tora esperaron hasta que los traidores se despidieron y ella emprendió el regreso a palacio.
Una vez solo en el claro, Náraku dijo
-"Has disfrutado del espectáculo, Mi Lord?"
Touga salió de su escondite y lo enfrentó. Danaka quedó en guardia.
-"Por decirlo de alguna manera fue… Repugnante"
Las carcajadas hirientes de Náraku
-"Me alegra…Repugnante es sentir el olor a perro sucio en la hermosa piel de una hembra como Kagura. Él no aprecia lo que tiene"
-"Y tú lo aprecias por él, es así?"
Onigumo se juntaba de hombros.
-"Ya no tengo nada más que hacer en este horrendo lugar, así que me voy."
-"Te equivocas…No te irás. Tokijin!
Danaka asumía una posición de alerta con sus katanas en mano.
Rebanar era lo suyo, y lo hacía de maravillas.
El tremendo ataque del general perro dio en el blanco.
Pero cuando la piel de mandril cayó al suelo y una marioneta de papel se dejó ver en su interior, los dos supieron a qué tipo de peligro se enfrentaban. Un dragón mezclado con brujo y uno muy negro al parecer…
Una verdadera pesadilla.
Luego de aquello, fueron a avisarle a Sesshomaru, y a preparase para la batalla.
Por un lado no habían escuchado la traición de Kagura al contarle los planes del general a Náraku, solamente escucharon lo que a la relación romántica se refería, por lo que se le restó importancia a aquello, pero Sesshomaru y los Taisho deseaban averiguar la verdad acerca de ese supuesto embarazo que según Kagura había perdido.
No se habían percatado de nada en todo ese tiempo? Cómo fue que un embarazo de semejante importancia se había podido mantener oculto? Aunque fuese muy reciente, la sangre Taisho siempre se hizo notar.
Pero de nuevo, Kagura era una bruja…
Ya frente al sanador con la bolsa de lienzos con sangre, los Inu esperaban el veredicto.
-"Y? Era hijo de Sesshomaru o no?"
Las miradas doradas de los tres machos, e Irasue. La mirada llorosa de Izayoi.
La firme y seria respuesta del médico.
-"No se puede saber…Era muy reciente…Pero se detectan tres aromas, Inu, youkai humano y un leve dejo de ryu"
No podrían saber… A ciencia cierta no, pero Sesshomaru lo sentía en sus entrañas.
Touga e Irasue también lo sentían en sus entrañas, Izayoi lo sentía en sus entrañas…
-"Mataré a Kagura"
Todos se giraron a ver a Irasue
A excepción de Sesshomaru, él no dijo nada.
A partir de ahí la vida de Kagura se transformó en un infierno constante. Confinada dentro de palacio, sin gozar de ninguna diversión ni beneficio, era obligada a realizar el aseo, estudiar y aprender las artes de las buenas costumbres, todos los días iguales, De su cuarto al estudio, y del estudio a su cuarto. Y luego a realizar los quehaceres de palacio. Limpiar, sacudir, asear los baños…Siempre acompañada de guardias y con un cepo de reiki que suprimía su poder. Eso era un infierno para ella.
Luego de los del sanador. Todo había cambiado a peor para ella.
Dos lunas después, Izayoi, era secuestrada junto a su pequeño hijo y luego de recuperarlos, Touga, Izayoi y Ken Higurashi caían en la reyerta.
Ver a su padre caído lo dejaba en una pieza
El profundo dolor que Sesshomaru experimentaba, se sentía como lava volcánica quemándole las entrañas…
Habían recuperado a Inuyasha, pero Higurashi e Izayoi cayeron también.
El pequeño hanyou lloraba en brazos de su hermano
Las palabras del Señor del sur le resonaban en la cabeza
-"Agradécele a tu puta que el Sur tenga nuevo Señor y que el mundo se haya librado de la peste de perro que era tu padre, la princesa de las putas y el asqueroso monje de mierda"
Y sin más el enorme dragón cobró vuelo y Náraku desde su nube de samyosho escupía el suelo
-"Y quédate la cualquiera de tu hembra, no me satisface, yo no como las sobras del plato de nadie"
Y sus carcajadas resonaban en el aire.
Los soldados del Oeste apretaban los dientes de odio.
Tiempos muy duros se avecinaban.
Por ahora Danaka apoyaba su mano en el hombro de un muy joven Daiyoukai que sostenía su hermano huérfano, un mestizo que debía formar para que nadie pudiera lastimarlo.
Acarreando sus muertos emprendieron el viaje de regreso.
En palacio Jaken esperaba acongojado al ver a Sesshomaru traer a su padre en los brazos. Su rostro no demostraba nada, pero sus ojos eran otra cosa. No le importaba que lo consideren débil. Había perdido a su padre, a su madrastra que había sido muy maternal con él. A un aliado incondicional del Oeste, y ahora con sus pocos siglos de vida debía asumir como Señor absoluto del Oeste. Y todo gracias a "su prometida" Kagura…
La haría vivir en el infierno del infierno…No la había mirado, hablado, ni tocado más y si algún día sucedía, la humillaría, la revolcaría como a una alimaña y luego la desterraría. Pero no se iba a privar del placer de torturarla hasta hartarse.
Ante los sucesos, la Dama Irasue que habitaba el palacio del Cielo se instaló en el Oeste y tomó personalmente la crianza del cachorro mestizo y la formación de Sesshomaru como gobernante.
No eran tiempos de rencores, eran tiempos de trabajo, eso era lo que se debía hacer y eso se iba a hacer.
-Fin Flash Back-
En Hakurei la comitiva del Este estaba esperando por Kagome.
Hiten se encontraba un poco reacio a llevarla a Occidente. Su poder era demasiado y aún; según él, no lo controlaba.
Odiaba dejar el palacio de las almas sin resguardo. Por lo que la protección del campo de energía que el monte sagrado emanaba cubría el palacio y las tierras circundantes. Pero no era suficiente. Él quería que Kagome permaneciera cerca por si acaso.
El patriarca Higurashi odiaba a los dragones y sabía de su maldad y de la astucia del hanyou Náraku. No se confiaba ni por un instante.
-"Kagome, hija…Me gustaría dejarte a proteger el palacio y las tierras de la amenaza Ryu, pero…"
-"Yo puedo partir al palacio de las Almas ahora mismo, abuelo…"
-"No, aunque una mujer no tiene derechos ni presencia protocolar en los tiempos que corren, en el Este siempre se ha tratado de reivindicar en lo posible a nuestras compañeras, hijas y mujeres en general. La ley siempre ha sido tajante al respecto. Hemos cometido el error de permitirte participar en la toma de decisiones junto a Souta en muchas oportunidades…El Oeste conoce tu co-participación en el gobierno del Este, tú también debes asistir a la reunión, de otra manera se podría interpretar como un insulto"
-"Qué dices?"
-"Los Taisho siempre supieron que tú, en cierta forma, estabas a la cabeza de Oriente junto a tu hermano. La Casa de la Luna es de nuestra entera confianza…"
Kagome quería morir.
Estaba obligada a asistir, a enfrentarse a Sesshomaru cara a cara. Y cómo haría eso?
No tenía idea. Cómo volver a ser Kagome delante el hombre, o del macho mejor decir, que le hacía temblar como a una hoja.
Su palidez demostraba el temor que albergaba su corazón. Hidoriko y Krisstal notaron de inmediato el cambio en su aura, estaba aterrada. La mayor de las Miko intentó calmar la situación para la joven sacerdotisa.
-"Hiten Sama…Kagome debe asumir su sitio como suprema sacerdotisa en mi lugar… Ella ostenta el poder de Midoriko y hasta lo ha superado…Le parece correcto para ella exponerse a youki constantemente y de las características del youki de los Taisho?"
-"Tonterías, ella ya ha sido expuesta y su reiki no ha afectado a ninguno de ellos."
-"Pero ella es demasiado importante como para arriesgarla"
-"No temo por ella, Hidoriko, temo por ellos, el poder de Kagome es sin duda una verdadera amenaza para el Oeste y el resto de los aliados que se encuentren ahí. Pero confío que ella podrá sujetar su temperamento. Más de una vez pensé que Souta debió ser como Kagome y viceversa…"
Ante las palabras del anciano los corazones de las dos mujeres y la sanadora youkai saltaron un latido.
Si supiera….
Oh Kami…Si realmente supiera…
Nada se podía hacer. Kagome debía ir.
Derrotada y sin esperanzas se preparó para partir. Llevaba varios trajes de Miko y un par de kimonos sencillos, así era ella. Pero su abuelo había mandado a preparar los atuendos adecuados para la reunión a realizarse. Imaginaba la negativa de Kagome a usarlos pero era lo correcto para su estatus.
Y la mañana llegó.
Y la comitiva de Oriente partió rumbo a la tierra de la Luna.
En el Sur, los espías enviados por Kagura presentaban las novedades.
Si bien sabía de la traición de Náraku, ella era capaz de pasarla por alto para hacerse del poder suficiente para vengarse de Sesshomaru. Pero al pasar de los siglos su ambición también había crecido. Pasaría por sobre el hanyou, directamente apuntaría al dragón.
Astutamente enviaba su "ofrenda de paz" al clan ryu.
-"Y esa…reunión cuándo tendrá lugar?"
Kokuryu sentado en su sillón a modo de trono apoyaba el mentón sobre sus nudillos. Sus ojos verdosos brillaban avarientos en espera de la respuesta.
-"A-antes del solsticio invernal Mi Lord, una luna antes"
-"Eso es en una semana"
Byakuya intentaba mantener la calma ante la evidente amenaza que representaba el reptil, Sus escamas brillosas, sus garras y esa asquerosa lengua bífida que salía a relucir de vez en cuando…El vapor sulfuroso que se colaba por sus fosas nasales, verde, todo en él era gris con verde y algunas marcas características en negro y las partes "Blandas " como debajo de los brazos y su vientre, amarillentos…
Un reptil con todas las letras. No deseaban nunca verlo en su verdadera forma…
Kami los resguarde.
Náraku se encontraba en una misión de reconocimiento en el Norte. Las tierras de los lobos eran ricas en minerales necesarios para fabricar armas. Ese era el nuevo objetivo, impregnar las nuevas armas con youki y reiki corrupto, y enjugarlas en veneno, mismo sistema que había herido a Souta y diezmado su ejército obligando a los sobrevivientes a regresar con el rabo entre las piernas.
Los sureños, no tenían armas, luego del último enfrentamiento contra el Oeste en el que salió tan malherido, y murieron tantos soldados, sus armas quedaron en el campo de batalla, no pudieron llevárselas, ni mucho menos recuperarlas después. El Sur era rico en agua y madera, pero al estar casi todo el año cubierto de nieve, los minerales y demás recursos se hacían escasos o difíciles de obtener. Para los felinos no había sido un problema, sus tierras eran especiales para la vida de su especie, pero los reptiles son seres de sangre fría, apenas si podían moverse sin exponerse al sol o calentarse cerca de una hoguera. La madera que era uno de sus bienes más importantes comenzaba a escasear debido a su necesidad de calor, numerosas hogueras se veían por doquier. Sobre todo en épocas invernales. Ahora se encontraban en Otoño…El odiado invierno se acercaba, necesitaban expandir su reino a otras tierras más cálidas, y cuál era la más cálida? El Norte.
Mientras el ryu masticaba la información dada por sus visitantes, la curiosidad invadió al Señor del Sur.
-"Y a quién debo la valiosa información?"
-"A mi"
En su pluma flotando en el aire, la bruja del viento se presentaba exquisita y misteriosa. Si bien Kokuryu conocía el pasado de Kagura y la había visto de lejos, ahora verla de cerca le quitaba el aliento.
-"Kagura…Qué agradable sorpresa"
Una semana después…
Sesshomaru estaba ansioso. Se sentía incómodo después de todo lo sucedido con Souta, luego la intrusión de Kagura, no pudo evitarlo…El hambre de herirla y descartarla como a un trapo viejo se hizo insostenible. La sed de quitarse al sacerdote de su mente y de sus manos provocó la furia de un infierno en su cuerpo. Había desahogado su rabia con la mujer youkai, y a pesar de eso tuvo que cerrar los ojos para terminar lo que había iniciado, pero… La imagen del monje se apareció en sus párpados cerrados. Recordar su rostro y las sensaciones que le provocaba en el campamento, la tersura de su piel, sus ojos, la potencia de su aura, el peligro de su cercanía apresuraron su clímax y se sentía horrible por eso.
No le gustaban los machos, menos los hombres, pero algo extraño le había sucedido en ese momento. "Mirar" al sacerdote lo había arrastrado como una ola gigante.
Oh, Kami, como detestaba a ese hombre, maldito mil veces, Señor del Este.
Necesitaba revolcarse con alguna hembra y rápido.
Rápido!
Luego de pasar por el salón de té a visitar a su madre y dejarse atender por algunas damas, concluyó que ninguna le atraía lo suficiente. Sintió una pérdida de tiempo.
Se retiró reverenciando, fue a entrenar.
En la arena de entrenamiento se encontró con todos los generales aliados, practicando sus técnicas y trabajando en conjunto para formar una avanzada infranqueable. Quiso unirse enseguida.
Eso le quitaría la presión de encima.
Practicó durante horas. Higurashi junto a él, Inuyasha, Danaka, Kouga, Kleinez, Kumazawa entre otros.
Miroku, Souta, Kohaku y Sango.
Los enfrentamientos eran feroces. Las miradas también.
Su calma se fue perdiendo a medida que el momento de enfrentar al monje se acercaba.
Frente a frente y cuerpo a cuerpo… El Daiyoukai no quería.
Sudados de los enfrentamientos anteriores, y muy acalorados…
Higurashi quitó su haori. Las damas de la platea suspiraban ante la vista.
El Señor del Oeste no lo miraba.
No pensaba exponerse a eso otra vez.
Pero todos luchaban con otro adversario menos Higurashi y él.
Y fue así cuando se volteó y se encontró con el sagrado humano con el torso descubierto y su hermoso rostro, y para su regocijo de nuevo, no sintió nada.
Golpes, zarpazos, tomas dolorosas, con todo eso y youki fue sometido el joven Lord, y aunque terminó en pie. Sufrió bastantes heridas. A pesar de eso, Souta sonreía. Danaka, kohaku e Inuyasha observaban la saña con la que Sesshomaru atacaba al humano.
-"Va a matarlo si sigue así"
-"Nah. Souta Kun es fuerte. No es Kagome, pero es fuerte, y le agrada que lo lleven al límite para superarse"
Danaka miraba al joven taijiya hablar de su prima con esa soltura. Relatando de su inmenso poder.
E Inuyasha asentir tranquilamente, que acaso una mujer era más fuerte que un Lord Cardinal?
¿Qué?!
El tigre como todo gato curioso
-"Lady Kagome sabe luchar?"
Ambos, exterminador y mestizo se quedaron en una pieza.
Era verdad. Danaka ignoraba lo sucedido, cómo se largaron a hablar de eso frente a él?
Inuyasha negaba y suspiraba. No quería mentirle a su mentor y figura paterna.
El entrenamiento terminaba y todos iban a cambiarse y prepararse para la reunión extraordinaria al día siguiente.
Pero la potente reacción del domo de energía y el violento embiste del reiki golpeó los cimientos del palacio.
Las hembras preguntaban alteradas
-"Estamos bajo ataque?"
Todos corrieron a la explanada a ver de qué se trataba.
Los chisporroteos violentos del domo, los intensos sonidos de las explosiones de reiki. Los Occidentales se preparaban para repeler el ataque.
Los súbditos del Este sonrientes y relajados se formaban a esperar.
Souta apoyaba una mano en el hombro del Lord
-"Ji San y Nee san, han llegado"
Sesshomaru asombrado junto a Inuyasha y los generales se mantenían alerta pero enfundaban sus armas.
El domo ni alcanzaba a descender cuando las tropas lideradas por Hiten y una figura encapuchada montada en una Neko Mata se abrían paso a través de la energía demoníaca.
Los Orientales llegaban al palacio de la Luna.
Ahora sí, la suerte de Kagome estaba echada.
