NO SOY DUEÑO DE INUYASHA. PERO SI SOY DUEÑO DE MIS HISTORIAS Y NO DOY PERMISO A NADIE A UTILIZARLAS.

HOLA DE NUEVO.

EN ESTE VIAJE LOS LLEVARÉ A UNA HISTORIA DIFERENTE, CON AVENTURAS, CONFLICTOS ROMANCE… UNA HISTORIA MUY DESDE EL FONDO DE MI IMAGINACIÓN. NO ES LA PRIMERA DE ESTE GÉNERO NI SERÁ LA ÚLTIMA, PERO ESPERO QUE SEA UNA DE LAS MÁS ENTRETENIDAS.

MIL DISCULPAS POR DEJAR PASAR TANTO TIEMPO EN ACTUALIZAR, CON ESTA PANDEMIA TAN HORRENDA, ESTAMOS TODOS ALTERADOS, CON MÁS RAZÓN ESCRIBIRÉ CADA VEZ QUE PUEDA, SI EN ALGO PUEDO ALEGRARLOS UN POCO,ESO ME HARÁ INMENSAMENTE FELIZ.

HUBO UNA FILTRACIÓN EN WATTPAD, ME HACKEARON LA CUENTA Y EL MAIL, YA NO ME PERMITE INGRESAR NI UTILIZAR MIS CONTRASEÑAS, OBVIAMENTE NO PODRÉ TERMINAR DE PUBLICAR NADA ALLÍ, A NO SER QUE ABRA OTRA CUENTA. LO CUAL VOY A PENSAR DOS VECES. SI ALGUIEN TIENE CUENTA ALLÍ, POR FAVOR DE VER ALGÚN MENSAJE DESAGRADABLE O ALTERACIONES EN MIS HISTORIAS, SEPAN DISCULPAR, NO SERÉ YO QUIEN ESTÉ DETRÁS DE AQUELLO. DESDE YA REITERO MIS DISCULPAS.

CON ALGUNAS DIFICULTADES PARA ESCRIBIR Y ACTUALIZAR, ESPERO SEPAN DISCULPAR LA DEMORA.

VAMOS POR UN 2023 LLENO DE ROMANCE Y AVENTURAS.

GRACIAS POR SU CARIÑO, TIENEN EL MÍO.

Capítulo 37

Sango se apresuraba para alcanzar a Kagome.

-"Kagome!"

El poderoso Capitán Higurashi se volteó a verla

-"Ya casi estamos allí, Sango"

-"Kagome… Sesshomaru… Él no te lo perdonará"

Kagome fruncía el seño.

Ella sabía a lo que se enfrentaría, probablemente a su propia muerte.

-"Entre morir a manos de los Dragones y morir a manos de Sesshomaru…"

Ella miró de reojo a su prima

-"Ya sabes mi respuesta"

Y sin esperar, azuzó a su caballo y retomó su sitio frente al regimiento.

Sango suspiraba. Tenía un nudo en la garganta… Miraba hacia el valle en dirección al océano, Sentía las malas energías que emanaban desde el corazón de la batalla.

Estaban tan cerca…

Tan cerca, que el olor de la sangre y el humo ofendían su nariz.

Sabía que todos corrían riesgo de morir en la batalla, pero le preocupaba más impedir que los reptiles tomaran el poder del mundo antiguo, y sobrevivir, salvar todo aquello que amaba y luego si, esperar por lo que haría el Lord Cardinal con ella, si con ella, ya que no permitiría que se culpara a nadie más, después de su tremenda traición…

Sesshomaru no se caracterizaba por su clemencia, ni por su comprensión a pesar de su asombrosa inteligencia. Ella tenía planeado cargar con toda la culpa, de esa manera, ninguno de sus queridos amigos sería castigado ni asesinado.

Estaba decidida, y si algo caracterizaba a la familia Higurashi era su tozudez. Y ella lo era aún más. No daría marcha atrás…

Náraku observaba desde lo alto fijamente a su tío arremeter contra el Lord Occidental.

Le deseaba suerte ya que era más sencillo matarlo a él después y no enfrentarse al primogénito del General perro. Asesinar a Sesshomaru ya era algo de otro nivel. Con su condición de hanyou a pesar de sus logros por ser más poderoso cada día, sabía que no podría jamás igualar al Daiyoukai, y mucho menos derrotarlo, él solo?

Imposible.

Necesitaba que su tío le ganara, con Sesshomaru fuera, él se haría de las tierras del Norte, y ahora las del Este… Inuyasha quedaría para después y su hermosa mujer…

Su mente se alejaba de la batalla…

Ah…

Kikyo…

La bellísima y poderosa Kikyo. Hija de dos legendarios sagrados, prima del señor del Este y su odiosa gemela. La sobrina de Higurashi Ken, fuerte y hábil en las fuerzas de la luz. La sangre Higurashi, le había heredado no sólo sus poderes a la sacerdotisa, sino también su belleza.

La otra sin embargo, Kagome, tan parecida a su amada pero tan salvaje… No era delicada o femenina como su adorada, ni refinada en sus modales, ni recatada en lo más mínimo. Siempre estaba magullada, golpeada por sus prácticas de combate y lucha. Pero su parecido era asombroso, inclusive su cuerpo trabajado lucía mejor que el de Kikyo, pero aún así… Ella, la prometida del segundo de Occidente, le robaba el sueño al maldito.

Años antes, Náraku las espiaba durante sus entrenamientos en el Oeste detrás de los arbustos, vigilaba como un águila cada movimiento de la joven Kikyo. Kagome buscaba estar cerca de Inuyasha y por supuesto Inuyasha de la prima. Por consiguiente, siempre estaban juntos, los tres. Al ver del hanyou desquiciado, Kagome era una mocosa entrometida siempre pegada a las ropas de su prima, pero lo que él ignoraba era el hecho de que Kagome estaba enamorada de Inuyasha y era a él a quien quería seguir no a su prima.

Inuyasha seguía a Kikyo, hecho que Náraku no tomó nunca en cuenta hasta que los había visto besarse y a Kagome alejarse llorando del lugar. Ese día le hubiera arrancado la cabeza al mestizo de Occidente si no fuera por la niñita entrometida de la gemela del Lord de la Casa de las Almas. Se acercó entre las sombras y allí se percató de la cruel realidad, Su amada se besaba con el hanyou de Inu No Taisho, Inuyasha. Luego de ver aquello la rabia lo consumió, Espiando entre los arbustos, se tropezó con la gemela de Oriente que no lo vio en su afán de huir del lugar llorando, con su kimono, sucio con tierra, y rasgado; Al parecer esa niña se las ingeniaba para estar siempre desaliñada, Seguramente poderosa pero, él, no sabía cuánto. La jovencita apenas se percató de su presencia, solo atinó a correr sumida en llanto. El hanyou, reponiéndose del mal trago se acomodó el haori y formando una kekkai se alejaba imaginando como asesinaría a Inuyasha y se quedaría con la Miko y tal vez también con la Gemela Higurashi; Quizás la tendría de repuesto para cuando Kikyo le diera descendencia y estuviera esperando. Total, su parecido era increíble y no se sentiría asqueado de poseerla cuando su esposa estuviera encinta. Tan parecidas, pero tan diferentes…

Sí, esa era una gran idea. Y hasta sus hijos podrían heredar algo de fuerza.

Náraku ignoraba por completo el verdadero poder de Kagome. Cegado por su tórrida pasión por Kikyo, no alcanzaba a discernir de dónde provenía el chisporroteante poder que le pinchaba la piel cuando se acercaba a las sagradas. Había acechado a Kikyo desde siempre. Desde que era un joven aprendiz de hechicero. Pero enceguecido por el deseo, no se daba cuenta de que el origen del poder era Kagome, ESE, era el poder que a él le quemaba la piel, y no alcanzaba a identificar. La hermana de Miroku le robó el alma la primera vez que la vio…Hacía tanto tiempo… Si sus planes se cumplían y todo salía conforme a lo esperado, la estación de la nieve lo encontraría emparejado y con dos concubinas, También se quedaría con Kagura, que ahora estaba en poder de su tío. Todo un harem, solo para él.

Se había vuelto avariento y celoso, envidioso y altanero. TODO, debía ser únicamente suyo.

El Enorme dragón se abalanzó desde el firmamento.

Veloz y tajante como una flecha de fuego se dirigía directo al Señor de la Luna. El veloz movimiento despertó al maligno mestizo de su ensoñación.

Riendo a carcajadas seguro de su triunfo, Kokuryu lanzó un chorro de fuego hacia Sesshomaru, que blandía Bakussaiga sin piedad y su mandoble potente y certero, le cercenaba un trozo de ala, que provocó que se devolviera hacia lo alto alejándose lo más que podía el peligroso Señor del Oeste.

-"Aaaaahhhhhhggg! Maldito!"

Náraku resistía la tentación de reír a carcajadas, simulando preocupación gritaba

-"Tío! Noooo!"

Interiormente regocijándose del martirio que atravesaba el actual Señor del Sur.

-"Resiste! Iré en tu auxilio!"

A sabiendas que la palabra auxilio disparaba inmediatamente la negativa del dragón. Lo hacía sentir débil y miserable. Frente a su ejército y peor, frente al enemigo.

-"NO! MANTENTE ALEJADO, YO PUEDO CON ÉL!"

Náraku sonreía en la oscuridad, pero su tío ante sus sentimientos de inferioridad… Necesitaba alguien inferior a él, y urgente. El mestizo Murmuraba para sí

"En tus sueños querido tío…"

El dragón necesitaba levantarse y mostrarse superior frente a todos. Intentaría la epopeya impensada de terminar con la vida del Señor del Oeste y quería que su ejército lo recordara como el momento más glorioso del clan de los reptiles.

-"Un Hanyou como tú no podrá contra un demonio de esta envergadura! Esto es entre sangres pura "

La sonrisa del mestizo desapareció de inmediato.

-"Deja esto para un DAIYOUKAI como tu tío aquí"

El dragón intentaba compararse con el Señor del Oeste mientras volvía a arremeter hacia abajo, esta vez liberando youki y miasma de su boca.

Abajo la lucha era encarnizada.

El poderoso clan de los Lobos del Norte diezmaba reptiles a diestra y siniestra combinados con los aliados.

Náraku tenía una carta oculta… Su extraordinario manejo de las artes de la magia lo habían transformado en un experto alquimista. Tenía preparado un veneno de acción inmediata para impregnar las puntas de las armas de la avanzada draconiana, indefectiblemente los aliados perderían… Salvo que ese elixir fuese purificado, en ese caso se transformaría en medicina instantánea, pero no había un solo sagrado con el poder suficiente para lograrlo, Quizás en el monte sagrado, pero no en la batalla, así que ahora sería su turno de demostrar su valía ante su clan.

Y así lo hizo, untó el inmundo veneno en sus dagas y zarpas y fue detrás de su tío. Su objetivo…Sesshomaru.

Danaka caía a un lado del Lord del Oeste con sus katanas en las manos.

-"Mi Lord! Ahí viene!"

-"Hn"

Cuando Sesshomaru saltó y blandió a Bakussaiga y le prodigó un tremendo golpe al Dragón que lo hirió muy gravemente y comenzando a caer cubría al hanyou que alistaba sus zarpas y sus dagas envenenadas para herir con ella al Señor del Oeste. Kokuryu gravemente malherido cayó inmóvil en medio de la explanada… Dejando a Náraku llegar justo frente a Sesshomaru, éste al ver al hanyou preparado para atacar, abrió grandes sus ojos dorados…

Las dagas del Náraku se enterraron en el pecho del Mayor de los hijos del Gran General perro…

El ejército de sagrados ingresaba al campo de batalla.

Las hermosas y peligrosas Miko se integraban velozmente a la avanzada aliada. Souta destajaba a un lado y al otro. Nada lo preparaba para ver lo que ante sus ojos se presentaba, sus primas blandiendo sus armas desintegrando con su energía sagrada a los endemoniados reptiles que intentaban apoderarse del este… Sango y Kikyo demostraban de qué estaban hechas, A pesar de su preocupación Souta se acercaba a ellas y peleaban codo a codo.

-"Están Locas? Cómo se lanzaron a esta batalla de los mil demonios! Pero qué bueno que están aquí!"

-"Gracias primo!"

-"Cuidado atrás!"

Y entre los tres derribaban docenas de reptiles.

-"Kagome en el santuario me imagino"

Intentaban dialogar entre mandoble y mandoble, el Lord del Este deseaba asegurarse que su hermana estaba a salvo

-"Kagome? Ella fue a apoyar a Sesshomaru"

-"Qué?! NOO! No puede ser! Él no debe saber!"

Las mujeres frente a su primo

-"Intentamos persuadirla, Souta… Fue imposible…"

-"Tú la conoces…Ella es … Más obstinada que tú"

El joven jadeaba desesperado

-"Saben lo que él le hará cuando la descubra…"

-"Hai"

-"Si… Y ella también"

Una enorme bola de fuego los despertó y se llevó por un instante su preocupación lejos de ellos. Ahora debían sobrevivir, asegurar la tierra de las almas…Después… bueno después otro día sería…

Noriko de nuevo corría en busca de heridos, Danaka luchaba concentrado pero de a ratos ojeaba lo que hacían los sanadores. No era su intención, pero ahí estaba "vigilando" Por así decirlo el accionar de la madre de los gemelos del Este.

Pero en qué demonios tenía que hacer controlando a la viuda de su amigo. Ella era una miko, una sagrada, ella se podía defender muy bien, solo que no estaba entrenada o preparada para enfrentarse a una cosa tan horrenda como ésta.

En lo que su mirada regresaba al centro de la batalla sus hermosos ojos azul verdosos se abrían ante la vista de lo horrendo.

El Dragón del sur caía vencido pero Sesshomaru estaba tomándose el pecho inmóvil.

Por un instante todo se silenció y él pudo escuchar su aliento atragantado en su garganta.

-"Sesshomaru Sama… NO…"

Las rodillas del hermoso Lord del Oeste se doblaban lentamente para dejarlo caer frente al dragón malherido que estaba inconsciente.

Sesshomaru clavaba su mirada en el hanyou que reía a carcajadas descendiendo lentamente.

Su vista se nublaba de a poco pero su rabia lo mantenía consciente aún.

Náraku frente a él extraía una katana de entre sus ropas

-"Y ahora Lord Taisho, morirás"

Danaka corría a velocidad extrema, pero sentía que no llegaría jamás a salvarlo.

Souta y Kohaku desde sus sitios veían incrédulos el espantoso momento

-"Lord Taisho!…"

-"Taisho Sama!…"

En el Oeste Irasue conjuraba un meidou y se disponía a atravesarlo velozmente , para estar con su hijo y matar al hanyou, no pudo ver el desarrollo de la batalla sin hacer nada después de todo, pero Inuyasha que estaba más allá de la desesperación, atravesó el meidou antes que ella y a gran velocidad blandió a Tessaiga apartando a Náraku apenas de su hermano

-"Muere Náraku!"

-"Jajajajaja tú no puedes contra mi mestizo inmundo!"

Envuelto en su Kekkai se acercaba a los hermanos de nuevo

Tomando la pócima entre sus manos le quitó la tapa al vial y soplando esparció el veneno sobre los que rodeaban al Lord arrodillado.

Sesshomaru apretaba los dientes y gruñía loco de dolor y odio.

Su poderoso cuerpo no le respondía, no lograba ponerse de pie para proteger a sus amigos, a su ejército, a su familia. Su poderoso cuerpo se retorcía de dolor y su mente voló hacia Hakurei

Voló hacia su amada, Kagome

Susurraba para sí,

"Al parecer, no podré terminar la charla que comenzamos sacerdotisa…"

Cayendo de rodillas sujetando su pecho ardiente…

El Este perdía la batalla.

El mundo perdía la guerra.

Sesshomaru perdía la vida…