NO SOY DUEÑO DE INUYASHA. PERO SI SOY DUEÑO DE MIS HISTORIAS Y NO DOY PERMISO A NADIE A UTILIZARLAS.

HOLA DE NUEVO.

EN ESTE VIAJE LOS LLEVARÉ A UNA HISTORIA DIFERENTE, CON AVENTURAS, CONFLICTOS ROMANCE… UNA HISTORIA MUY DESDE EL FONDO DE MI IMAGINACIÓN. NO ES LA PRIMERA DE ESTE GÉNERO NI SERÁ LA ÚLTIMA, PERO ESPERO QUE SEA UNA DE LAS MÁS ENTRETENIDAS.

MIL DISCULPAS POR DEJAR PASAR TANTO TIEMPO EN ACTUALIZAR, CON ESTA PANDEMIA TAN HORRENDA, ESTAMOS TODOS ALTERADOS, CON MÁS RAZÓN ESCRIBIRÉ CADA VEZ QUE PUEDA, SI EN ALGO PUEDO ALEGRARLOS UN POCO,ESO ME HARÁ INMENSAMENTE FELIZ.

HUBO UNA FILTRACIÓN EN WATTPAD, ME HACKEARON LA CUENTA Y EL MAIL, YA NO ME PERMITE INGRESAR NI UTILIZAR MIS CONTRASEÑAS, OBVIAMENTE NO PODRÉ TERMINAR DE PUBLICAR NADA ALLÍ, A NO SER QUE ABRA OTRA CUENTA. LO CUAL VOY A PENSAR DOS VECES. SI ALGUIEN TIENE CUENTA ALLÍ, POR FAVOR DE VER ALGÚN MENSAJE DESAGRADABLE O ALTERACIONES EN MIS HISTORIAS, SEPAN DISCULPAR, NO SERÉ YO QUIEN ESTÉ DETRÁS DE AQUELLO. DESDE YA REITERO MIS DISCULPAS.

CON ALGUNAS DIFICULTADES PARA ESCRIBIR Y ACTUALIZAR, ESPERO SEPAN DISCULPAR LA DEMORA.

VAMOS POR UN 2023 LLENO DE ROMANCE Y AVENTURAS.

GRACIAS POR SU CARIÑO, TIENEN EL MÍO.

Capítulo 38

Irasue abrió un Meidou hacia el vacío y el veneno del vial fue absorbido, no sin antes alcanzar a algunos de ellos.

Vomitaban sangre y un líquido amarronado muy desagradable.

La dama del Inframundo alcanzó a ver a la viuda de Ken, la recordó de inmediato.

-"Miko Sama! Se necesita de tu ayuda aquí!"

Noriko la vio entre el humo y las explosiones, y corrió de inmediato

Inuyasha, Miroku, Kohaku y los demás veían a Sesshomaru caer de rodillas. Irasue no alcanzaba a reaccionar solo formó una enorme bola de youki que envió con toda su ira contra la avanzada de los reptiles, para darse vuelta y presenciar la caída de su hijo.

-"NO…"

Noriko corría entre el fuego las flechas y el miasma para intentar llegar con el grupo cercano al Daiyoukai ahora apoyado en un brazo.

-"Taisho sama!"

Siempre fiel a su legado, el poderoso Inu Daiyoukai jamás se había apartado del pacto, jamás había faltado a su palabra y siempre había luchado codo a codo con el Este sin si quiera cuestionar una decisión. Ahora una vez más lo daba todo por la tierra de las almas…No podía dejarlo morir…

Su esposo, su hermano, su familia entera habían luchado y muerto por su lealtad con el Oeste y el mismo General perro había dado su vida por salvarlos.

Este y Oeste…. Nunca iba a permitir que Sesshomaru muriera si de ella o su familia dependiera.

Todos trataban de acercarse lo más que podían al Lord para intentar protegerlo, pero los ataques de los reptiles eran tremendos, se sucedían uno tras otro. Y ellos estaban intoxicados.

Inuyasha se acercaba a su hermano y destajaba al enemigo a diestra y siniestra espalda con espalda con Danaka de a momentos y con Souta en otros. Entre vómitos y tos.

-"Estos malparidos se multiplican! TOMAAA!"

-"SSii, brotan como hiedras los muy hijos de putas! "

-"Sesshomaru! No mueras bastardo oíste?!"

Ya sentado el Lord del Oeste respiraba muy dificultosamente.

Bakussaiga no tocaba el suelo aún. La sostenía con tanta fuerza observando la lucha, impotente, que el odio lo mantenía vivo y sin perder detalle de la lucha. El potente veneno de Náraku había llegado hasta su bestia.

Shimaru se retorcía dentro del Lord.

Sus rugidos y rechinar de dientes eran tremendos, no lograba manejar sus reacciones.

Había disfrutado la matanza de los dragones y mucho, pero a hora no lograba levantarse del suelo de su conciencia. No comprendía por qué?! No podía ser! Náraku era más poderoso de lo que todo el mundo pensaba, era un verdadero peligro! Si Sesshomaru moría…Nadie podría contra el maligno brujo mestizo.

-Este veneno es una mezcla mortal de demoníaco y sagrado… De odio, desprecio y magia oscura… Muy oscura.

Sesshomaru apretaba la mandíbula de dolor y rabia.

Escuchaba muy bien cada palabra de su bestia agonizante… Acaso iban a morir así? Al menos su padre había muerto en lucha, no podía mostrar tanta debilidad!

-Levántate Shimaru! Hay que luchar hasta morir!

Las patas de la bestia temblaban pero resistía. Y sin saber de dónde sacaba sus fuerzas, Sesshomaru se puso de pie frente a los incrédulos ojos de Náraku.

Que susurraba para sí

-"NO…De qué está hecho! Acaso es inmortal! NO!"

El enorme macho Inu blandía a Bakussaiga destajando al enemigo desperdigando sus pedazos por todas partes. Ya no lograba que sus mandobles destrozaran la carne, ni dejara el rastro de desolación de la tierra devastada…Luchaba con la misma fuerza de un mortal. Porque eso era ahora, un simple mortal a quien la vida abandonaba…

Un tremendo choque de espadas resonó horriblemente en el campo.

El báculo de Miroku se cruzaba con la espada de Náraku. El poderoso monje se interponía entre el mago demoníaco y la madre de Kagome que intentaba llegar al Lord.

Náraku sabía que la casta de sagrados Higurashi era muy poderosa no estaba seguro si la antigua Señora del Este lograría restablecer la salud del Inu Daiyoukai, pero no podía arriesgarse, por si acaso, la mataría.

Pero al ver el ataque a Noriko, el monje se interpuso.

Miroku distraía a Náraku cosa que la Miko aprovechó para ir donde el Lord del Oeste.

Noriko llegaba a Sesshomaru que ahora tenía sus ojos rojos, sus colmillos afloraban amenazantes de su boca y las garras conformaban zarpas mortales. Loco de dolor y casi ciego luego de cada ataque caía de rodillas jadeante para levantarse una vez más.

Infundiendo energía sagrada en una daga que sacó de su manga la clavó en el suelo ensangrentado y corrupto de veneno y una luz rosa muy brillante comenzó a purificar el miasma y veneno del vial, pero lastimaba molestamente a los youkai.

-"Aliados del este aléjense unos metros!"

Comandaba la Miko

Los youkai aliados hacían caso y se alejaban un poco. La energía remediaba el veneno del vial, pero lo hecho a Sesshomaru no.

El Inu caía una vez más.

-"Mi Lord!

Noriko lo tomaba de los hombros en el suelo

-"Venga! Ya no luche! Usted debe vivir! El Oeste lo necesita!"

Con las pocas fuerzas que le restaban el enorme Inu respondía

-"Suéltame, Sacerdotisa…Este Sesshomaru no abandonará a su ejército..."

-"Eso! Justamente! Levántese lo purificaré, lo sanaré! Levántese"

-"Noriko Sama…"

De reojo el Lord la observaba, tan bella y tan joven, Souta, Kagome se parecía a ella…

Kagome… Saber que no volvería a verla hacía que sus entrañas se retorcieran al igual que su bestia.

El hilo de vida que le quedaba lo utilizaría para matar y no para amarla, y construir una vida con ella. Aunque los ancianos del concejo lo lapidaran él se hubiera emparejado con ella.

Los ancianos… Si él moría ellos tendrían que seguir y apoyar a Inuyasha. Aunque quería quitárselos de encima, ahora los necesitaba.

Danaka se arrodillaba para ayudar a Noriko a levantarlo y sacarlo de la tremenda reyerta.

-"Sesshomaru sama"

-"Akira San…Los ancianos, están en el Este esta temporada…"

Danaka asentía, tenía que salvarlos, ellos habían sido poderosos y sabios.

Los ancianos en algunas ocasiones,fueron de ayuda para la solución de conflictos entre humanos y demonios, aunque sus ideas ahora se volvían cada vez más retrógradas, la decisión de los Lores Cardinales era desarticular el concejo pero no matando a los miembros del grupo. Se habían reunido en el Este para asistir a una cumbre de Señores feudales y Regentes de los reinos, dirigidos por Sesshomaru por supuesto. Iban a ser destituidos en primavera, pero esta batalla estalló semanas antes…Una pena…

-"Kumazawa! Kohaku! Conmigo!"

Y partían entre la batalla en busca de los ancianos

Kagome y sus sacerdotisas avanzaban sin detenerse desde el sur hacia la explanada.

Los ojos de la poderosa Miko de a segundos barrían el panorama buscando a su amado.

Estaba muy preocupada, casi no sentía su energía, el aroma a muerte le atontaba los sentidos.

Eso era malo, el aura de Sesshomaru era tan grande que su opresión se sentía a kilómetros, algo muy malo le había pasado, y ella debía saber y pronto! Su energía era apenas detectable entre los youki y energías sagradas. Estaba aterrada.

Las explosiones de fuego y miasma iluminaban el destajadero de despojos y muertos por doquier.

La espada de la sacerdotisa se deslizaba por el cuello del último reptil del ala sur del palacio,

Quitándose la sangre de su boca y escupiéndola a un costado ahora se disponía a ir al centro del problema, allí estaban las energías de Inuyasha e Irasue, de Miroku, sus primas y de su familia…Y la energía parpadeante de su amado, parpadeante si…

-"Soldados de Hakurei, apoyen al monje Miroku!"

-"Hai Capitan"

Ella se giraba hacia el centro neurálgico de la batalla

-"Oh, Kami…"

Ya no podía seguir ocultando sus poderes, ya era hora de terminar con esta absurda guerra, sabía que al darse a conocer como capitana del ejército de Hakurei todo terminaría y sus ilusiones de amar con libertad a Sesshomaru y de cambiar el mundo ya no sería posible. No para ella. Pero eso estaba bien, más que bien si con ello, con su sacrificio lograba salvar a Sesshomaru y que perdonen a sus amigos. Ella aceptaría su castigo y moriría sin decir palabra..

Lo haría…Ya no había vuelta atrás.

Suspirando y enderezando su armadura de Capitán, la poderosa heredera de Midoriko, la legendaria sacerdotisa guerrera, sacudió la verdosa sangre de su espada y comenzó a correr en dirección a la gran batalla. La luz de las explosiones le alumbraba el camino. Sus respiraciones se entrecortaban, el aire ralo ardía en sus pulmones, y el sudor mezclado con sangre le teñían la piel. Nunca se había sentido tan viva, ni tan poderosa.

Su amado, se desvanecía…Su sangre latía en pos de defender a su familia, a sus afectos a sus tierras, a Sesshomaru. A medida que se acercaba la piel le comenzaba a escocer con tanto demonio rodeándola.

Náraku vislumbraba a las sacerdotisas y no comprendía ¿qué podrían estar haciendo en medio de semejante guerra? hasta que la vio.

Kikyou, su preciosa Kikyou decapitando a su general con dos espadas?...

"Qué?!"

Y al vagar su mirada por el campo de batalla se vio rodeado de sagradas asesinas que eran verdaderamente espeluznantes.

No les temblaban las manos al matar.

Estaban diezmando a su ejército de dragones. Estaban perdiendo?!

"Cómo? Desde cuándo!?"

Pero Kikyou…SU Kikyou, ahora tendría que hacerla pagar.

-"Miko!"

La sacerdotisa lo vio en el aire

-"Tanto tiempo sin verte"

-"Náraku!"

Y el fuego y la violencia del mandoble de Tessaiga

Lo golpeó de lleno haciéndolo caer estrepitosamente.

-"Mestizo hijo de putas!"

-"Inuyasha!"

Náraku gritaba. En seguida una lluvia de flechas sagradas y purificadoras le desgarraban la piel.

-"AAARGGGHHHH!"

Irasue levantaba su medallón.Y el enorme Meidou que se abría detrás de él amenazaba con tragárselo.

Su madre no solo estaba viva sino que luchaba codo a codo con los aliados. Sesshomaru abría los ojos enormes, Náraku estaba siendo vencido por los aliados en conjunto. Pero no era suficiente…

El maldito se aferraba con sus garras al suelo. Conjuraba su cuerpo para que del mismo brotaran raíces que lo arraigaran y el Meidou no lo absorbiera. Su cabeza se transformaba en un horrendo monstruo con características draconianas, y un vaho corrupto y mortal comenzaba a salir de su boca afectando a todos incluyendo a la Dama Irasue.

Si tan solo él tuviese fuerzas…

Kagome casi sobre el grupo, tomaba una flecha de su carcaj y le infundía su poder más sagrado y dando un tremendo salto apuntó hacia Náraku

Sesshomaru sintió un tremendo poder pasar sobre él quemando su espalda.

Kagome?

-"Kagome!"

-"Higurashi Sama!"

El grupo confirmó sus sospechas, su corazón saltó.

Ella estaba aquí, la vería una vez más…Pero…

NO!, Ella no debía estar ahí! No debía arriesgarse!

Girando su mirada para verla y gritarle que se fuera sus ojos no dieron crédito a lo que vio.

Era la imagen más hermosa que había visto en sus siglos de vida.

Todo su cuerpo se despertaba ante la belleza de la vista.

Su bestia susurraba

"Moriré feliz de ver a nuestra pareja una vez más, tan hermosa, tan poderosa, tan nuestra…"

Pero Sesshomaru veía al poderoso Capitán Higurashi con un arco de Miko estirado y soltando una flecha brillando en energía sagrada hacia Náraku.

Sin si quiera pensarlo con sus últimas fuerzas se levantó y blandió su katana por última vez, antes de caer.

La energía youkai se fundió con la energía de la flecha de Kagome, como había sucedido antes en hakurei..

Al golpear al mestizo infernal se produjo una explosión tan poderosa que arrojó a todos lejos del lugar, cayendo a más de veinte metros.

Náraku se rompió en pedazos antes de que el Meidou lo tragara y se cerrara.

Kagome quitándose la tierra y levantándose corrió hacia su amor.

-"Sesshomaru Sama!"

El desgarrador grito Dejó a Kagome tiesa frente al Lord que estaba acostado de espaldas apoyado en las piernas de su madre apenas con vida.

Los ancianos se acercaban velozmente junto a Danaka y Kohaku.

Los ojos dorados se clavaron en los azul profundo de ella, estaba muy triste, su azul se oscurecía cada vez más.

El dorado brillante se opacaba a cada instante

La mirada de amor se cambiaba a incredulidad, a traición y a decepción y casi a muerte.

Ella sabía que estaba siendo juzgada por la mirada de su amor. Y también sabía lo que tenía que hacer.

El olor a muerte y putrefacción brotaban del cuerpo del Lord anunciando el fin más horroroso posible. Sesshomaru moriría con horrendos dolores, y su alma, su bestia, su esencia sufrirían por una eternidad antes de morir. Siendo un cadáver viviente y ella no podía permitir eso. Su suerte ya estaba echada. Ella lo salvaría sin importar qué.

Souta se paraba junto a su gemela para darle valor ante la inminente muerte de su amado.

Él sabía, que ellos se amaban, Sesshomaru también la amaba, finalmente comprendió que los confundía, por eso lo protegía, por eso le envió a Kumazawa, por eso a veces lo veía de manera extraña.

De pie le decía sin hablar que él estaría siempre junto a su hermana y quería darle esa tranquilidad a su gran aliado y amigo.

Sesshomaru los veía juntos

Tan iguales…Tan distintos…

Sus almas tan puras que le lastimaban la piel.

Pero el poder, el gran poder estaba en ella.

Su bestia tendida movía su cola y lloriqueaba de dolor y pena.

Él miraba a Kagome en su armadura.

Souta usaba la de General, Kagome la de Capitán, sus ojos eran de distinto color, la insipiente barba en el rostro del general Higurashi… la musculosa contextura era similar… Sin embargo ahora percibía sus aromas diferentes, ella ya no escondía su esencia.

Pero él tenía que preguntar

-"Capitán Higurashi…?"

-"Hai Mi Lord"

Susurraba ella.

La mirada clavada en la del Inu. Sesshomaru sintió el alma de la Miko envolver la suya cálidamente.

Los ojos de Kagome se llenaron de lágrimas pero no cayó ninguna.

Ella buscó en su espalda y con una leve sonrisa mientras su espalda se iluminaba.

Como en tiempo retrasado movimiento a movimiento, Sesshomaru comprendió. Sus ojos no abandonaron los de ella en ningún momento.

Su corazón se aceleraba, la flecha que Kagome tenía en su mano ahora chorreaba energía sagrada entre rosa y dorado.

Ella lo mataría, y a él ya no le importaba, traicionado y burlado, todo le dolía.

El susurro en la voz de la joven

-"Perdóneme mi Señor"

No había tiempo, tenía que terminar con su sufrimiento, salvar su memoria, su dignidad.

Nadie alcanzó a hacer nada.

Kagome se arrojó sobre el Daiyoukai.

Sus ojos compenetrados en todo momento, la poderosa luz que estalló.

Los ancianos gritaban

-"Noooooo!"

-"Lo asesinó!"

Nadie daba crédito a lo que veían sus ojos.

El poderoso Capitán Higurashi cara a cara con su amor, su respiración haciéndose una.

Souta y Miroku tomaban a Kagome de los brazos para levantarla.

La flecha permanecía clavada en el centro del pecho del Daiyoukai que veía como el rostro de Kagome se alejaba.

Su respiración entrecortada.

Frío en sus manos y pies.

Irasue que lo veía inexpresiva pero con lágrimas en el rostro.

-"Madre"

Inuyasha sacudía a su hermano

-"Oi Sesshomaru! No te mueras! Que no sea en vano!"

Él no comprendió, el dolor, la traición, su amor le mintió, se rió de él, se burló como si fuese un cachorro y para completar le clavó una flecha sagrada en el pecho.

-"Inuyasha"

Los ojos dorados se encontraban. Fijos se contaron mil secretos y se dijeron un sinfín de cosas

Inuyasha con su voz quebrada

-"Yo los protejeré, yo te haré orgulloso de mi"

La bestia se relajaba y respirando con pesadez allí quedó. Tendida en la nada.

Sesshomaru perdía su conciencia, se sentía envuelto en hielo,

-"Yo siempre estuve orgulloso de ti…"

Su dolor era inmenso, imposible de medir

Los gritos

El Capitán Higurashi…Kagome era arrastrada por soldados por orden de los ancianos, sus párpados pesaban, el cuerpo le ardía por completo, estaba rodeado de un ejército de Mikos, su madre estaba viva, los enemigos intentaban alejarse, la batalla se terminaba y de pronto…

Nada.