NO SOY DUEÑO DE INUYASHA. PERO SI SOY DUEÑO DE MIS HISTORIAS Y NO DOY PERMISO A NADIE A UTILIZARLAS.
HOLA DE NUEVO.
EN ESTE VIAJE LOS LLEVARÉ A UNA HISTORIA DIFERENTE, CON AVENTURAS, CONFLICTOS ROMANCE… UNA HISTORIA MUY DESDE EL FONDO DE MI IMAGINACIÓN. NO ES LA PRIMERA DE ESTE GÉNERO NI SERÁ LA ÚLTIMA, PERO ESPERO QUE SEA UNA DE LAS MÁS ENTRETENIDAS.
MIL DISCULPAS POR DEJAR PASAR TANTO TIEMPO EN ACTUALIZAR, CON ESTA PANDEMIA TAN HORRENDA, ESTAMOS TODOS ALTERADOS, CON MÁS RAZÓN ESCRIBIRÉ CADA VEZ QUE PUEDA, SI EN ALGO PUEDO ALEGRARLOS UN POCO, ESO ME HARÁ INMENSAMENTE FELIZ.
HUBO UNA FILTRACIÓN EN WATTPAD, ME HACKEARON LA CUENTA Y EL MAIL, YA NO ME PERMITE INGRESAR NI UTILIZAR MIS CONTRASEÑAS, OBVIAMENTE NO PODRÉ TERMINAR DE PUBLICAR NADA ALLÍ, A NO SER QUE ABRA OTRA CUENTA. LO CUAL VOY A PENSAR DOS VECES. SI ALGUIEN TIENE CUENTA ALLÍ, POR FAVOR DE VER ALGÚN MENSAJE DESAGRADABLE O ALTERACIONES EN MIS HISTORIAS, SEPAN DISCULPAR, NO SERÉ YO QUIEN ESTÉ DETRÁS DE AQUELLO. DESDE YA REITERO MIS DISCULPAS.
CON ALGUNAS DIFICULTADES PARA ESCRIBIR Y ACTUALIZAR, ESPERO SEPAN DISCULPAR LA DEMORA.
VAMOS POR UN 2023 LLENO DE ROMANCE Y AVENTURAS.
GRACIAS POR SU CARIÑO, TIENEN EL MÍO.
Capítulo 39
Kagome estaba de pie con su armadura de Capitán, cubierta de sangre tierra y tizne, sus ojos llenos de lágrimas observaban el escenario más temido por ella en los últimos meses.
Su voz apenas se oía para los humanos, pero para los demás era fuerte y clara.
-"No remuevan la flecha aún, debe purificar el miasma y el veneno de Náraku. Contra la magia sólo hay que esperar y confiar en las habilidades de Irasue Sama"
Los ancianos le decían
-"Ya ha hecho demasiado daño sacerdotisa, mejor guarde silencio!"
Pero Irasue la escuchó fuerte y claro. Ella se volteó a ver a la gemela del Este y luego se acercó
-"Higurashi Dono…Onegai…"
Kagome la vio a los ojos
Hermosos como los de su amado
Kagome no lo dudó
-"Ya no lo abandone Mi Lady… él va a necesitarla"
La Dama del inframundo vio en los ojos de la humana el amor más grande y puro que jamás imaginó. Y era por su hijo.
La hermosa y poderosa mujer amaba a su cachorro y se había sacrificado por él, por Inuyasha y por el Oeste, y ahora lo haría de nuevo.
Sesshomaru se movió levemente y tosió
Todos se sintieron aliviados, estaba vivo.
Pero el hedor a muerte se aferraba al cuerpo del Inu y un líquido viscoso fluía por la herida de la lanza del mestizo maldito.
-"Inu…yasha…"
Apenas musitó, y el mestizo en seguida estaba sobre él
-"Cabrón, no te atrevas a morir!"
Kagome temblaba, pero la madre de Sesshomaru le tomaba las manos entre las de ella repitiendo
-"Onegai…"
Mientras la joven asentía los soldados que la sostenían eran reprendidos por la Dama del Inframundo
-"Suéltenla!"
Ellos obedecieron, ante las quejas de los ancianos.
Kagome sin detenerse a pensarlo, comenzaba a caminar lentamente junto a la hermosa Inuyoukai. La poderosa joven apretaba los dientes mientras la antigua Dama del Oeste la conducía hacia el poderoso heredero de la Luna
La sacerdotisa se arrodillaba junto a su madre y tomaba la flecha con ambas manos
-"Yo lo haré, madre"
Noriko le permitía acomodarse, intentando no estorbar.
-"Tranquila hija, tú puedes quitarla"
Souta observó a la madre de Sesshomaru posicionarse detrás de Kagome. Los demás quedaban a pasos más lejos, ella estaba en medio como cubriéndola.
Él sin siquiera saber por qué, fue acercándose y junto a la Señora del inframundo se quedó junto a su gemela.
Irasue lo vio, ni se movió, pareció como si hubiera querido que hiciera eso.
-"Inuyasha…Ven"
El macho mestizo miró a la hermosa Inu, ella asintió y le repitió
-"Ven"
Inuyasha se paró junto a ella también.
-"No te muevas"
Él no comprendió
-"Promételo"
-"Hai"
Kagome lloraba mientras sostenía la flecha
-"Perdóname…Yo te amo"
Apenas consiente Sesshomaru alcanzó a oír su voz y sus palabras, mientras intentaba abrir sus ojos
-"Washi Mo…"
Irasue presionó sus dientes al escuchar aquello
Los viejos del concejo fruncían el ceño ante las palabras, el frío heredero del general perro tenía sentimientos y por una Miko ni más ni menos que una sacerdotisa, humana, la heredera de la sacerdotisa guerrera Midoriko…¿Qué?!
Kagome miró los ojos entreabiertos de su amado Daiyoukai y tomando una enorme bocanada de aire se incorporó y dejó caer su peso sobre la flecha que esta vez se enterró hasta la mitad en el cuerpo del lord.
Éste sintió el peor dolor que hubiera experimentado en toda su historia como guerrero implacable. Tanto que el estoico macho youkai dejó escapar un agónico grito.
-"AAAARRRGGGGHHHHH!"
Eso aterrorizó a todos
¿Qué estaba sucediendo?!
La potente energía se expandió purificando los despojos, los charcos de sangre, el veneno y miasma que había quedado regado en el campo de batalla. La brillante luz rosada salpicó la fuente de agua que estaba en la explanada, el frente del palacio y a los soldados también, sin embargo ninguno fue herido, nadie murió.
La joven se abrazó a su pecho
-"Mi Lord…Perdóname"
Sesshomaru sin más exhaló, su cabeza se giró de costado
Todos los presentes exclamaron
-"OOOHHHH!"
-"Qué paso?!"
-"NOOOOO!"
-"Cómo puede ser!?"
Kagome era arrastrada lejos del cuerpo del Lord del Oeste.
Nadie podía acercársele por los destellos de energía que estallaban y se arremolinaban alrededor de la flecha que estaba clavada en el pecho del Daiyoukai.
Ni siquiera los sagrados se animaban a acercarse.
Irasue observaba con su boca abierta aún.
Noriko se soltaba del agarre de Danaka que la atrapó durante la explosión.
-"Miko Sama!"
-"Es mi hija General!"
El General tigre se sintió triste por la pena de la Miko, su mandíbula mordió firmemente, sus puños se cerraban con fuerza, nada podía hacer, su Lord moría frente a sus ojos y la mujer que le despertaba su bestia sufría enormemente.
Los aliados iban reuniéndose cerca para ver lo sucedido.
La voz se corría rápido por el palacio y como es sabido cada uno la interpreta como quiere o como puede, por su parte los ancianos no ayudaban.
-"Pongan a esa Miko bajo arresto! Es la asesina del Señor del Oeste!"
-"Enciérrenla en los calabozos hasta su ejecución!"
Inuyasha se erguía amenazante sobre el viejo cuervo
-"Ejecución? Cuál? La tuya anciano?"
La amenaza del mestizo de Occidente era clara y tajante el cuervo sintió helarse la sangre
-"Mi Lord! Ella asesinó a Sesshomaru Sama!"
Inuyasha tomaba al viejo de sus ropas y lo levantaba del suelo
-"Hasta que no sepamos lo que sucedió TU TE CALLAS, y lo mismo va con los demás"
Sus gruñidos se hacían oír y sentir. Sus vibraciones erizaban las pieles de todos.
-"Nadie va a hacer nada, hasta que veamos el estado de salud del Señor del Oeste!"
El segundo hijo de Inu No Taisho sabía que no podía evitar que la ley cayera sobre su amiga con toda su fuerza. Lo esperaban desde que supieron del descabellado plan de la joven por ayudar suplantando a su hermano, pero ahora no solo había mentido en eso… Había atacado a un Señor, a un Lord Cardinal, nada más ni nada menos que a Sesshomaru. Si de verdad estaba muerto no había manera de ayudarla que no fuera otra guerra, pero esta vez interna, entre clanes, entre ortodoxos y neo liberales. De solo pensarlo le costaba respirar.
Irasue se posicionaba junto a Noriko que intentaba acercarse al Daiyoukai.
-"Miko Sama…Está muerto?"
Se encontró de pie, en un acantilado.
El viento le mecía el largo cabello plata en una danza sin fin.
Frente a él, bruma, silencio, nada.
-"Has crecido mucho"
La profunda e inconfundible voz le caló hasta los huesos revolviendo mil vivencias de su infancia y juventud.
-"Chichi ue"…
-"Hai, Sesshomaru"
Los machos se veían ahora a los ojos.
-"Tan imponente, tan poderoso…Peligroso…Mi hijo…"
Los brillantes ojos del padre evidenciaban satisfacción con lo que estaban viendo.
-"Estoy muy orgulloso de ti"
Sesshomaru no comprendía del todo lo que estaba sucediendo. Mucho menos estar mirando a su padre parado frente a él.
-"Padre…Este Sesshomaru no…"
-"No hay por qué ser tan formal, cachorro"
Las cabelleras competían en belleza y brillo, meciéndose…
-"Hijo estás…"
-"Muerto, lo sé"
-"No, sanando"
-"La Miko…, la gemela de Higurashi,… ella me asesinó"
Sus ojos demostraban el profundo dolor que sentía ante la evidencia de que su amada lo hubiese asesinado.
-"Ella te salvó"
La bestia negaba que así fuera, Shimaru repetía nuestra hembra nunca nos dañaría. Pero La parte Lógica del Lord, no le dejaba pensar claramente.
La mirada se teñía de naranja, la bestia luchaba por sobrevivir y apagar la rabia que su amo sentía por la hermosa hembra, SU hermosa hembra.
-"Hijo, confías en tu padre?..."
Sus rostros inexpresivos, relataban historias de luchas compartidas, de honor y de fe, las palabras del padre le daban esperanzas al hijo
-"HN."
-"Como te he dicho muchas veces, No todo lo que brilla es oro, y no todo lo que no brilla no lo es"
-"Este Sesshomaru recuerda tus palabras"
-"Las aplicas?"
-"A veces."
-"Hazlo una vez más"
Sesshomaru solo lo veía
-"Ésta, puede ser la más importante de todas…Esta puede cambiar el rumbo del futuro, tu futuro y el de todos"
Los dos ahora miraban la bruma frente a ellos cambiar de color. Lo gris se tornaba claro y de a poco blanco hasta desaparecer dejando ver un paisaje hermoso.
-"Esto es morir?"
-"Casi…Pero no, no para ti, al menos no aún"
El Señor del Oeste conocía la costumbre de hablar en acertijos que tenía su padre, pero no le comprendía por el momento.
-"En este momento, TODO, se verá negro para ti, pero recuerda mis palabras y la confianza que siempre tuviste en este viejo Daiyoukai, cuando despiertes, podrás encontrarte con muchas situaciones que te van a hacer mucho daño. No flaquees hijo, no todas son lo que parecen. Tu afectos, tus amigos tu misma sangre jamás traicionarían el pacto y su amor por ti. Si, amor. Ese es el sentimiento que ellos tienen por ti, eso no lo pongas en duda, jamás. Me oyes cachorro…JAMÁS!"
Sesshomaru sentía sus entrañas hervir
-"Amor?"
Un sentimiento humano, un sentimiento que jamás había experimentado hasta que se hundió en unos ojos azules tan oscuros como el abismo. Unos ojos que lo vieron morir sin derramar una sola lágrima…Ese amor?
-"Amor dices padre?"
-"Si, Amor, ten fe y verás que el amor no traiciona, a veces hasta se sacrifica, por tan profundo que llega a ser…"
Inu No Taisho comenzaba a alejarse de su hijo
Sesshomaru lo veía sin decir palabra.
Pero el gran General Perro se volteó a verlo
-"Una cosa más…"
Con su mano izquierda le propinó un empujón que lo hizo caer por el acantilado
Sesshomaru experimentó la sensación de traición por parte de su padre ahora
-"Chi Chi Ue…"
Mientras caía alcanzó a oír su voz una última vez
-"No todo lo que brilla es oro, Sesshomaru… Y no todo lo que no brilla no lo es….Recuérdalo"
Y de pronto frente a todos los presentes tomó una bocanada de aire repentinamente sorprendiéndolos
-"Está vivo!"
-"OOOHHHHH!"
-"Rápido! Llévenlo al ala médica del palacio!"
Los ancianos vieron en la caída del heredero del Oeste la oportunidad de hacerse del control y del poder una vez más.
-"Lleven a la sacerdotisa a los calabozos!"
Inuyasha, Kouga y Souta se oponían férreamente
-"No! Sesshomaru está vivo! Ella no lo asesinó!"
-"Ella le purificó el veneno!"
-"No le pongan una garra encima o los mataré!"
Irasue detenía a Inuyasha
-"Inuyasha!"
Él la vio ofuscado, pero ella insistió.
-"Déjalos..."
Los ancianos del concejo, algunos youkai y humanos ortodoxos, más bien de la vieja escuela, aprovechaban el revuelo y la confusión para intentar comenzar a recuperar terreno que habían perdido con el correr de los siglos.
Las hembras humanas y youkai, eran tan capaces como los machos en todo y más capaces que los machos en muchas cosas, eran una verdadera amenaza, mejor controlarlas con la ley arcaica y no ceder ante los pensamientos de liberalidad e igualdad que cada día cobraba más y más fuerza.
Si la ley quedaba sin efecto, ellos serían destituidos y controlados, es más, hembras podrían ocupar puestos en el concejo y eso les impediría hacer de las suyas a gusto y placer.
Lo único que los detenía en su sitio y los urgía a comportarse eran los Taisho, especialmente Inu No Tasiho, pero al no estar él, Sesshomaru hizo los honores de la mejor manera aterrándolos de tal forma que simplemente dejaron de intentar recuperar terreno y estorbar, aprendiendo a colaborar con la reforma. Pero ahora… Ellos anti reformistas, no se dejarían manejar por un mestizo, como Inuyasha, y menos por una hembra como Irasue, aunque aterradora, no dejaba de ser una hembra.
En el ala médica de palacio…
Sesshomaru permaneció inconsciente pero respirando de manera regular. Tranquilo mientras su cuerpo sanaba desde adentro hacia afuera, toda la pudrición causada por el veneno de Náraku era expelido por las heridas, había que limpiarlas y desinfectarlas diariamente.
Krisstal, algunas Miko y las sanadoras de palacio estaban muy pendientes de los heridos, pero solo Krisstal y Noriko trataban al Daiyoukai.
La madre de los gemelos quería pasarlo a una habitación para que estuviese más cómodo y mejor protegido.
Lady Irasue y los demás cercanos al Señor del Oeste estaban de acuerdo, era mucho mejor para su protección y privacidad.
-"Danaka Sama"
-"Noriko Sama…"
Sus ojos brillantes parecían envolver la menuda figura de la madre de los gemelos
-"La habitación de Kagome está lista para que traslademos a Lord Sesshomaru"
La habitación de la joven estaba imbuida de su energía sanadora, y eso era justamente lo que el Daiyoukai necesitaba.
Cerca del mediodía, Lord Kleinez, Inuyasha, Kumazawa y el Lobo del Norte movían al Señor de la casa de la Luna a su nuevo lugar de recuperación.
Esa habitación era mucho más fresca y luminosa, tenía vista al océano y la brisa marina se colaba por las ventanas oxigenando el ambiente…Nada mejor para el Daiyoukai que se comenzaba a recuperar.
Aunque no había recobrado la consciencia aún, su semblante y su salud mejoraba día tras día.
Inuyasha se mantenía muy cerca de Kagome, no confiaba en nadie en momentos como el que estaban atravesando, Irasue permanecía como adherida al Lord Occidental.
El grupo de amigos durante el día estaba separado. Souta e Inuyasha se turnaban por estar cerca de Kagome en las mazmorras. Por supuesto que Kikyo y Sango también pero no solas, alguno de los dos machos permanecía con ellas, la confianza era algo que había desaparecido ante los recientes acontecimientos. De tarde noche intentaban reunirse en la habitación de Kagome cerca del Lord Occidental para ponerse de acuerdo en el proceder ante los acontecimientos.
Irasue y Krisstal atendían a Sesshomaru, Noriko intentaba permanecer tranquila frente a todo lo que sucedía. Souta e Inuyasha necesitaban estar en calma, los ancianos y los dragones …
Kagome tras las rejas, Sesshomaru inconsciente…
Demasiado.
Tanta confusión los mantenía alejados y todos sabían que necesitaban reunirse para acordar pasos a seguir, pero eso parecía una tarea imposible.
Danaka vigilaba de cerca todo lo que sucedía alrededor de Sesshomaru sin dejar de controlar a Inuyasha, e Irasue… Por supuesto no se había percatado de que Noriko se había adueñado de sus vigilias también.
Los bellos ojos verde azulados seguían el caminar delicado de la madre de los gemelos del
Este.
A veces desde dentro de los aposentos del Lord del Oeste mantenía un férreo control del accionar de la Miko, pero sus años de vida tan solitaria le nublaban la razón. Estaba absolutamente pendiente de la hembra humana, pero no se percataba de ello.
A todo esto, Kleinez y Kouga, junto a Miroku y Kohaku mantenían la seguridad de palacio y alrededores. Al Igual que el ejército de sacerdotisas que se encontraba en la Casa de las Almas observaban absolutamente todo, y llevaban sus reportes a Souta y éste a Irasue e Inuyasha que discutía casi diariamente con el Lobo del Norte, fingiendo ira, para insultarse de cerca y pasarse información entre agresión y agresión.
Kouga después enviaba sus averiguaciones a sus generales y estos a los líderes aliados para mantenerlos al tanto del accionar del concejo nefasto.
En el inframundo…
Mientras los dragones estaban muy mal heridos, habían sido casi diezmados, Kokuryu estaba casi muerto y de Náraku solo habían pedazos.
El meidou los había tragado dentro del Inframundo. Pero al ser un sitio lleno de muerte, y oscuridad, los trozos de Náraku se fueron acercando y reformando el cuerpo infame del mestizo hechicero. El Lord dragón no tuvo tanta suerte y cada vez empeoraba, más y más.
Los soldados estaban sostenidos por un hilo de vida, pero aquellos que encontraron los despojos latentes de Náraku y permanecieron con él, lentamente parecieron recuperarse un poco. El maligno hanyou se había ido envolviendo en un capullo viscoso y maloliente que al parecer lo regeneraba.
Los que estaban cerca de aquello, sentían un poco de calor y algo de luminiscencia proveniente del capullo. Decidieron permanecer junto a "eso" a sabiendas de que si su ahora
Señor sobrevivía los protegería en ese horrendo lugar.
Su regeneración tomaría tiempo, pero vamos, luego de tanta lucha, muerte, y horror, tiempo era lo que les sobraba, sobrevivir en ese lugar donde se encontraban ahora era lo principal después verían qué hacer.
Los días, y semanas transcurrían y de ellos quedaban cada vez menos, ni hablar del Señor de los dragones cuyo cuerpo sin vida yacía en una montaña de huesos corruptos . Pero el capullo infernal parecía fortalecerse cada día más.
Los soldados más fuertes permanecían cerca de Náraku en regeneración, refugiándose muy cerca del capullo, ya que los monstruos que los acechaban por doquier parecían no acercarse al capullo, parecían temerle y eso lo aprovechaban para sobrevivir.
Los despojos de Náraku se habían mezclado con huesos de youkai y monstruos que intentaron alimentarse de ellos, su mente funcionaba como la mente de una colmena. Las voces de cada monstruo resonaban en su cerebro como si todos fuesen uno, y eso eran.
Dentro del capullo la mente del mestizo monstruoso no dejaba de trabajar
-"Ahora no podremos hacer nada contra ellos por mucho, pero mucho tiempo!"
-"Maldigo a esos Taisho y más aún a esas malditas Miko! Que no eran unas inútiles come libros? Nos encontramos con un puto ejército de hembras alteradas y peligrosas! Me cago en sus putas almas! Son Mikos Por amor de Kami! Son hembras, No soldados! Son para usar y engendrar mestizos! Como mierda sucedió eso?!
No lograba entender cómo era posible que su reserva de reproductoras (eso consideraba a Hakurei) se hubiera transformado en una escuela militar y de muy alta calidad como logró experimentar en carne propia.
Masticaba odio, y no lograba quitarse de su memoria el rostro de Kikyo, con su arco estirado y su rostro ensangrentado, manchado de la sangre de sus soldados.
-"Y tu….Maldita… No escaparás de mi…"
La imagen se ensuciaba con la de Inuyasha abrazándola y protegiéndola
-"Mía o de nadie…"
Mataría al mestizo del Oeste y se quedaría con la Miko, solo que…El ardor, el dolor en todo su cuerpo malherido le recordaban que aquello debería esperar, y bastante al parecer. Sus heridas eran graves, muy graves y él lo sabía.
-"Kokuryu… Dónde está Lord Kokuryu"
Los ojos del hanyou ardían de regocijo mientras las palabras abandonaban sus labios.
-"Muerto"
De pronto sus ojos enrojecidos llenos de mucosidad se abrieron enormes al recordar
Su boca medio destrozada y su tórax que no era más que un ato de huesos dolían inmensamente ante su cuasi carcajada flotando en esa "sopa" de Náraku, los despojos se regocijaban ante el recuerdo repentino.
-"Sesshomaru…"
Relamiéndose internamente, si tuviese que pasar milenios dentro de ese capullo no le importaba ya, porque la alegría que tenía al recordar, lo mantendría con vida indefinidamente aunque si le llegara el momento de morir, moriría con una sonrisa en la boca, si tuviera una…
-"Si…Sesshomaru…Estás muerto…."
Los soldados miraban el capullo que se sacudía apenas y si no fuese imposible, ellos dirían que el sonido de una risa provino de él…
Pero eso era imposible, verdad?
