¡Aquí me presento con un nuevo capítulo!
Este ya es el último capítulo de este primer arco. Pasaran muchas cosas, así que espero que lo disfruten.
No hay mucho más que agregar, así que vamos ya al capítulo.
¡Disfruta!
La oscuridad había perdurado desde aquella vez.
Ni siquiera sabía cuánto tiempo había pasado.
Lo único que escuchaba entre las tinieblas de su subconsciente era la voz distorsionada de Ddraig, que de alguna forma parecía querer llegar a él para despertarlo.
Quizás eso fue lo que aceleró el proceso, por lo que la oscuridad de repente dejó de existir.
Los ojos de Issei se abrieron lentamente. Su visión era extremadamente borrosa, por lo que lentamente se fue adaptando al entorno. Pronto supo que se encontraba en su dormitorio, pero antes de que pudiera hacer alguna otra conjetura, todo su cuerpo se sintió muy pesado y adolorido, en especial su rostro.
Eso hizo que un quejido de molestia emergiera de sus labios, algo que fue suficiente para despertar a la somnolienta mujer que se encontraba durmiendo de una forma muy incómoda, ya que estaba sentada en el piso mientras tenía su rostro apoyado en la cama.
Issei necesitó un par de segundos para reconocerla debido a su aturdimiento.
"¿Yuuma?"
La pregunta no formulada emergió de sus labios. Raynare respondió con una sonrisa muy animada.
"¡Issei!" Ella exclamó con genuina felicidad, pero se detuvo justo a tiempo cuando iba a abrazarlo.
No era justamente por el gran problema que había entre ellos. Lo que la detuvo en realidad fue la condición considerablemente lastimada del protagonista.
"¿Qué estás…?"
"¡Me alegra mucho que por fin hayas despertado!" Raynare lo interrumpió una vez más para demostrar su empatía y felicidad hacia su persona, algo que abrumó un poco a Issei. "Toma un poco de agua, seguro tienes mucha sed." Raynare le tendió un vaso que estaba en el piso, a lo cual Issei solo pudo asentir con cierta torpeza cuando abrió la boca y se dejó tratar por la Caída.
Ella se veía demasiado contenta con tan solo ser capaz de hablar nuevamente con él, incluso de cuidarlo.
"Cuidarlo"
Esa palabra cobró un significado más fuerte para Issei al notar que había dos platos en el suelo. Uno estaba vacío mientras que el otro estaba repleto de carne y verduras que lucían muy apetecibles. Aunque lo que realmente le llamó la atención fue el plato vacío.
Las sospechas estaban más que claras.
"¿Cuánto tiempo estuve fuera?" Preguntó Issei de manera clara una vez que esa sequedad cortante había abandonado a su garganta.
"Estuviste inconsciente durante 4 días." Declaró Raynare, quien le tendió el vaso para que siguiera tomando, aunque Issei se vio un poco reacio de seguir aceptando su ayuda. "Por suerte tus padres estuvieron fuera de la ciudad por viajes de negocios. Mientras tanto, tuvimos que crear ciertas historias de una gripe algo contagiosa, pero nada peligrosa para que tus dos amigos y la Academia a la que asistes no vinieran a molestarte."
"¿Y cuando voy a recuperarme de esa gripe?" Issei hizo su rostro hacia un lado para apartar el vaso y poder hablar.
"Por lo menos hasta que los moretones visibles desaparezcan y la inflamación de tu cara disminuya." Respondió la Caída, quien estaba tocando la carne con cuidado. "Es obvio que estaría frio." Pensó en voz alta con el ceño fruncido, aunque esa expresión no duró mucho. "Espera aquí. Voy a hacerte un pan dulce y traerte algo de limonada." Raynare le comentó con una linda sonrisa en su rostro, a lo que Issei solo se le quedó mirando.
"Espera…" Issei intentó detenerla cuando se sentó en la cama, pero Raynare ya se había marchado de la habitación junto con los platos de comida.
Hubiera intentado llamarla una vez más, pero su atención se enfocó por completo en esa persona que se encontraba apoyado contra la pared, aparentemente había pasado desapercibido gracias a la puerta abierta.
"Kiba…" Issei comentó por lo bajo con una mezcla de asombro y arrepentimiento. "Yo…"
"Ahórrate las palabras, Issei-kun. Y, aunque no te lo haya pedido, creo que debo agradecerte." Comentó el rubio con los ojos cerrados. "Supongo que tu plan salió como querías, ya que la boda se atrasó un mes debido a que se iniciaron ciertas investigaciones en contra de Raiser por tus declaraciones." Issei pareció relajarse al notar que su amigo no le guardaba ningún tipo de rencor.
"Aunque no creo que vayan a encontrar nada…" Comentó el protagonista por lo bajo. "Solo pensé que quizás ganando un poco más de tiempo podríamos hacer que alguna de sus subordinadas hable. Porque seamos realistas, tanto tú como yo sabemos que necesitamos mucho más que otro mes de entrenamiento para poder derrotar a Raiser. Además de que difícilmente me dejen irrumpir una vez más por lo que hice…" Issei se interrumpió a si mismo cuando se tomó la cabeza con dolor ante la mirada preocupada de Kiba.
"Lo siento, pero nadie quiso darte una Lagrima de Fénix para que te curaras." Comentó el rubio mientras daba un par de pasos para acercarse a su amigo lastimado.
"No me sorprende. Toda su familia me odia, excluyendo a la señorita Ravel que tampoco puede hacer mucho." Comentó Issei con una risa seca al final. "Pero ese dolor de cabeza no se debe a mis heridas." El tono serio absoluto del castaño dejó en silencio a Kiba. "Acabo de recordar ese último golpe de Raiser. Estoy seguro que el desgraciado quería matarme. Sin embargo, aquí estoy." Kiba guardó silencio por un momento, hasta que finalmente atinó a dar un suspiro tras notar que Issei no dejaría de molestarlo hasta que le contara todo.
"Sirzechs me contó que Raynare fue a salvarte. En un principio Raiser no estaba convencido con su intervención, y las cosas se complicaron aún más cuando Buchou y las demás la reconocieron. En ese momento Azazel intervino a su favor. En un principio parecía que iba a ser trasladada a un calabozo, pero tanto Raynare como Azazel elaboraron una jugada que Raiser no podía rechazar…"
"Raynare se propuso como su esposa, alegando que ella había intervenido solo porque había cambiado de opinión ante aquella charla que habían tenido previamente." Issei cerró la idea, recibiendo un asentimiento por parte de Kiba.
El rubio ni siquiera se sorprendió ante semejante deducción, ya que la única salida clara para que ambos salieran con vida era: "el hambre de Raiser".
Ambos se quedaron en un silencio sepulcral. Kiba sabía exactamente en lo que estaba pensando Issei, quien lo único que hacía era frotarse las vendas que cubrían partes de su rostro.
"¿Qué piensas?" Aun sabiendo la respuesta, Kiba decidió preguntar.
"Sabes lo que pienso. Estoy jodido." Fue la simple respuesta de Issei. "Es obvio que Raiser no se quedará de brazos cruzados, y el hecho de que Raynare se haya revelado ante todos solo complica las cosas."
"¿Ahora estás enojada con ella? Ella dio su mano a ese hombre con tal de salvarte la vida." Comentó Kiba, quien claramente se veía algo molesto ante la terquedad de su amigo.
"A lo que a mí respecta, solo ganó tiempo." Comentó Issei de una manera muy despectiva, algo que sin duda molestó aún más a Kiba.
Pero en esta ocasión, él no fue quien intervino a favor de la Caída.
"Deja de actuar como un mocoso desagradecido." Issei observó el guantelete recién materializado con los ojos bien abiertos. "Si no hubiera sido por ella, ya hubieras muerto hace mucho tiempo."
"¿Ahora estás de su parte? ¿Acaso no la odiabas?" Preguntó Issei con el ceño fruncido, ganándose un bufido por parte de Ddraig.
"¿Cómo puedo odiarla después de que te salvó el culo? ¿Y quién crees que estuvo cuidándote los cuatro días sin descanso? ¡Ella fue la única que siempre estaba allí contigo! ¡Fue la única que te visitó además de Kiba y la monja mocosa!"
Si antes Issei estaba enojado, ahora solo podía estar conmocionado.
¿Ella lo había estado cuidando sin descanso?
Su mirada inquisitiva se dirigió hacia Kiba, quien lo observaba con seriedad. Issei no preguntó nada, pero el rubio sabía exactamente lo que estaba pensando.
"Cada vez que yo venía, ella se encontraba durmiendo al lado tuyo, cocinándote algo o comiendo a los pies de tu cama con la esperanza de que despertaras pronto. De todas las personas que te escucharon allí, probablemente sea la única que te crea, quizás también incluyendo a Azazel." Issei no pudo hacer otra cosa más que bajar su cabeza ante semejante revelación.
"Ese plato vacío…" Pensó, recordando lo que vio hace unos minutos atrás.
Después de estar meditando por un tiempo, Issei respondió a toda la información adquirida con un gran y tendido suspiro.
"Aun así, esto es vano." Ahora Issei no se veía molesto, solo estaba resignado.
Muy resignado.
Como si hubiera aceptado su destino.
"No te preocupes, la Buchou no dejará que te hagan daño. Quizás te castigue, pero no será nada del otro mundo." Comentó Kiba con una sonrisa. "¿Quieres que la llame para decir que ya te recuperaste?" Issei lo miró sin expresión, a lo que Kiba pensó era una respuesta positiva.
El rubio asintió y salió del dormitorio mientras que un círculo mágico pequeño aparecía sobre su oreja.
"¿Estás seguro de esto, compañero?" Una vez que estuvieron solos, Ddraig decidió preguntar con suma preocupación.
"De nada sirve atrasar lo inevitable." Fue la simple respuesta de Issei, quien se quedó completamente callado.
Ddraig quiso seguir hablando con su portador, pero su inexperiencia en el tema actual hizo que guardara silencio.
Era la primera vez que se veía en la necesidad de consolar a uno de sus portadores, pero no sabía cómo hacerlo.
Solo tuvieron que pasar unos pocos minutos para que la puerta se abriera nuevamente. Allí apareció Kiba con una sonrisa, y detrás de él aparecieron Rías, Asia, Akeno y Koneko. Todas tenían una mirada muy fría puesta sobre él, a excepción de una.
"¡Issei-san!" Asia derramó unas pequeñas lágrimas cuando fue a abrazarlo, a lo que Issei apenas fue capaz de responder.
"Es bueno verte, Asia. Créeme que estoy feliz, pero mi cuerpo no se encuentra apto para recibir abrazos." Comentó Issei con el rostro violeta al sentir como la rubia lo apretujaba, aunque rápidamente se separó tras sus palabras.
"¡Lo-lo siento mucho!" Exclamó la rubia cuando bajó su cabeza como disculpa.
Issei tan solo respondió con una sonrisa, una sonrisa que se transformó un poco en el momento que enfocó su mirada en las recién llegadas.
"Chicas, Buchou." Issei dio un asentimiento como señal de respeto, pero ninguna de las tres le respondió.
"¿Buchou?" Kiba le preguntó a Rías con cierta incertidumbre al notar la extrema frialdad que la rodeaba.
"Hyoudou Issei, estás bajo juicio de muerte por ir en contra de mis deseos y dejar con vida a una criminal."
Asia miró a Rías horrorizada ante sus palabras, así también lo hizo Kiba, quien no podía creer lo que había escuchado.
Mientras tanto, Issei ni siquiera reaccionó. Su mirada neutral se mantuvo en todo momento, dando a entender que ya esperaba este desarrollo.
Unos momentos más tarde, Raynare llegó con el pan recién horneado y unos guantes de cocina.
"¡Espero que sea de tu agrado! ¡Es muy suave y rico!" Exclamó la Caída en el momento de abrir la puerta.
En ese instante, la sonrisa alegre desapareció de su rostro.
El dormitorio estaba completamente vacío.
Eso solo podía significar una cosa.
Y ese pensamiento hizo que el pan dulce cayera al suelo con el plato incluido.
_ FINAL DE ARCO – CAPÍTULO 6: ¡EL JUICIO FINAL! _
"Para serte sincero este lugar no está tan mal." Kiba observó los alrededores del calabozo. "Tienes una gran celda para ti solo, una gran cantidad de paja para que puedas dormir a gusto, incluso tienes un cubo en el cual puedes hacer tus necesidades." Kiba observó hacia un punto en concreto. "Yo estuve encerrado en un cubículo junto a todos mis amigos por años."
Issei lo observó sentado en la cama de paja. Su vestimenta ahora consistía en unas prendas completamente blancas junto con unas esposas que le negaban el uso de magia. Lo que no había cambiado de su aspecto era el rostro maltratado, ya que no lo habían curado.
A pesar de su condición deplorable, el protagonista parecía tranquilo. O eso es lo que decía su mirada.
"¿Y eso se supone que debe hacerme sentir mejor?" Preguntó, su voz no tenía emoción alguna.
"Por lo menos lo intento." Respondió Kiba con un inclinar de hombros, su sonrisa se apagó un poco al notar como Issei volteaba su mirada hacia la rendija cercana.
Apenas se podía ver el exterior, pero todo apuntaba a que era de noche.
"Perdón por no haber venido antes." Comentó Kiba con ligera tristeza.
"No te preocupes. Incluso me sorprende que te hayan dejado venir." Issei se mostró con su carencia de emociones habitual, aunque se le veía agradecido. "Y… ¿cómo está mi linda asesina?" La expresión de Issei cambió un poco tras hacer esa pregunta.
"Apenas pude hablar con ella. Creo que estaba conmocionada, y después molesta, muy molesta." Respondió Kiba, guardando un pequeño silencio. "Issei-kun, ella realmente te…"
"No." Issei lo interrumpió con un tono peligroso, algo que se ganó el silencio absoluto por parte del rubio.
Ese silencio se extendió, y el ambiente se puso un poco incómodo. Aún así, Kiba encontró la manera de reestablecer la charla.
"¿Ya te dijeron lo que viene?" La pregunta de Kiba hizo que Issei diera leves asentimientos.
"Nadie me lo dijo, pero lo estudié en su momento. Por lo que sé, será un juicio por ir en contra de los deseos de Rías, un juicio que consiste de tres jueces. Y también sé que los tres jueces más importantes del Inframundo son Sirzechs, Ajuka y el padre de Raiser, quien seguramente me quiere ejecutar con sus propias manos. Y si hablamos del rubio bastardo, lo más seguro es que esté buscando alguna manera de evitar el juicio para ejecutarme de inmediato..."
"Ahora que lo mencionas, él si lo pidió." Kiba lo interrumpió, ganándose una mirada por parte del protagonista.
"¿Y qué? ¿Debo prepararme para que me cuelguen en la hoguera?" Preguntó Issei con una ceja alzada.
"Sirzechs-sama es el juez principal de tu caso. Nunca permitirá que te conviertes en cenizas., o algo que sea parecido a eso." Respondió Kiba, ganándose una leve risa por parte de Issei.
"Supongo que por lo menos hay algo a mi favor." Comentó, para luego fijar su mirada en el rubio. "El Demonio Renegado de la Familia Gremory, ¿te gusta como suena? Me gusta." Le compartió con una leve sonrisa. "¿En serio vas a preguntarme si todavía haré todo lo posible para ayudar a Rías?"
"¿En serio pensaste que te preguntaría eso?" Kiba le respondió con otra pregunta.
Ambos se quedaron en silencio tras las preguntas, hasta que Kiba decidió hablar:
"¿Cómo puedo ayudarte?"
"Bueno…" Issei se inclinó de hombros. "Podrías liberarme." El rubio no pudo evitar mirar hacia otro lado tras la pregunta.
"Sabes que no puedo." La respuesta hizo que Issei golpeara las manos sobre sus rodillas.
"Entonces no hay nada que puedas hacer." Comentó mientras se ponía de pie.
"¿Qué quieres que haga? ¿Qué deje inconsciente a los guardias, qué los mate? Soy el caballero de Rías Gremory." Declaró Kiba un poco indignado.
"¡Oh, lo siento! ¡No quería pedirte algo que fuera tan inapropiado!"
"¡¿Inapropiado?! ¡Issei-kun, estás acusado de dejar libre a una criminal e ir en contra de todos los deseos de tu ama! ¡Intentar liberarte sería traición!"
"¡Pero yo nunca hice nada malo contra Rías!"
"¡Y por eso vamos a tener un juicio!"
"¡El juicio…!" Un suspiro cubierto de molestia emergió de Issei. "¡A menos de que hoy mágicamente aparezcan pruebas irrefutables de que Raiser es un gran hijo de puta, no hay manera de que salga bien parado!"
"Tu no eres el único que está mal parado." Estás palabras de Kiba hicieron que Issei se calmara un poco. "La Buchou quiso realizar una orden de captura y ejecución para Raynare, pero Raiser lo impidió. Aunque no sé cuánto tiempo estará de acuerdo con él, ya que ella está convencida de que ustedes dos están colaborando para arruinarle su matrimonio y su vida."
"No, ella no tiene nada que ver con esto." Declaró Issei al instante. "Tampoco creo que se merezca la muerte. Es cierto que ella era una asesina sin escrúpulos, pero ahora no es la misma." Concluyó, haciendo que Kiba se pusiera de pie.
"¿Crees que los demás vean correcto que ella tenga una segunda oportunidad?" La pregunta hizo que Issei lo mirara fijamente.
"Azazel cree en ella. Eso es más que suficiente."
"Issei-san tiene razón, no hay necesidad de preocuparnos por ella." Tanto Kiba como Issei se dieron la vuelta para enfrentarse a una mujer que el castaño apenas reconoció.
"¿No eres una de las sirvientas de los Gremory?" Preguntó Issei con mucha curiosidad, aunque se vio sorprendido cuando Kiba se posó a su lado para agacharle la cabeza en señal de respeto.
"Buenas noches, Grayfia-sama." El rubio también inclinó su rostro, ganándose una mirada confundida por parte de Issei.
"Solo vengo a dejar un mensaje. Sirzechs-sama asegura que el juicio estará a vuestro favor ya que una de las principales testigos testificará a su favor para salvar su vida." Comentó Grayfia, fijando su mirada en Issei. "Lo único que usted debe hacer es negar cualquier tipo de culpa o contacto con la criminal. Es el único punto en que pueden incriminarlo, aunque si lo hace correctamente solo será castigado por negligencia, un castigo mucho menor."
"Lo entiendo." Issei hizo una corta reverencia para mostrar su respeto. "Por cierto, ¿quién es esa chica?" Preguntó, levantando su mirada.
"Su nombre es Asia Argento. Una conocida, por lo que tengo entendido." Issei no pudo ocultar su sonrisa tras lo escuchado.
"Así es. Y, por favor, hazle saber a Sirzechs que estoy muy agradecido." Grayfia contestó con un asentimiento cuando desapareció mediante un círculo mágico.
"Bueno…" Kiba retomó la conversación con su amigo, dejando la idea en el aire.
"Lo sé, esto no está tan mal como esperaba."
_SALTO DE LINEA_
Inframundo
Un momento más tarde…
Issei ingresó al jurado escoltado por dos guardias. Su mirada iba de un lado a otro, todos los Demonios allí presentes lo observaban con desdén, incluyendo a la misma Rías que se encontraba junto con su familia, quienes lo miraban al igual que todos, aunque el desprecio hacia su persona era más palpable.
Pero eso no le importó.
No podía culparlos, ya que ellos no sabían nada.
Issei se posicionó en el escritorio, colocando las manos esposadas sobre éste. Su mirada se dirigió una ultima vez a los Demonios espectadores, y en ese momento pudo notar que Sona y toda su Nobleza también se encontraban allí, y junto a ellos estaba Kiba, quien se encontraba charlando con Saji por lo bajo.
"Hyoudou Issei, Peón de Rías Gremory. Está acusado por ser un cómplice y dejar libre a una criminal buscada cuando tuvo la posibilidad de matarla." Declaró Sirzechs con seriedad. "¿Por qué usted no mató a la Ángel Caída Raynare?" Issei volvió su mirada hacia el frente, observando a los tres jueces que lo estaban mirando sin emoción alguna.
"No sé de qué está hablando. Yo la maté con mis propias manos." Comentó Issei cuando negó con la cabeza.
"¿Entonces como explicas que aún siga con vida?" El padre de Raiser intervino, y aunque intentara ocultarlo se veía molesto.
"No tengo idea. Estoy seguro que el golpe final fue mortal. Supongo que tuvo suerte." Issei se inclinó de hombros, esquivando cualquier tipo de culpa.
"¿Eso quiere decir que ella sobrevivió por tu negligencia y no ser capaz de realizar bien un trabajo?" El padre de Raiser se inclinó sobre su asiento cuando entrecerró sus ojos con grandes sospechas.
"Ya te lo dije, fue cuestión de suerte. No me culpen a mí, si no a ese factor tan decisivo." Issei miró hacia otro lado, su tono despreocupado daba a entender que no sé estaba tomando nada en serio.
"Entonces, este caso ya queda más que claro." Ajuka comentó, para luego mirar a Sirzechs. "Prosigamos con la siguiente acusación." El Rey Demonio asintió ante esto y fijó su mirada endurecida en Issei.
"También estás acusado de romper el pacto con Rías Gremory. Has ido en contra de sus deseos y quisiste romper un compromiso a la que ella felizmente había accedido. Ahora mismo eres reconocido como un Demonio Renegado." Sirzechs se reclinó un poco en su asiento después de dejar unos segundos de silencio, en los que Issei y él se estuvieron mirando sin despegar sus miradas. "¿Cómo te declaras?"
"Ya sabes como me declaro. Lo dejé bien en claro cuando irrumpí en la boda." Comentó Issei sin mucho interés.
"¿Puedes dejar de lado esa acusación ridícula en contra de mi hijo y decir la verdad?" El padre de Raiser habló con un tono peligroso.
"Nunca hice otra cosa más que decir la verdad hasta ahora. Si usted no quiere reeducar a su hijo, entonces no es problema mío." Issei abrió sus dos manos esposadas para hacer énfasis en sus palabras.
"¡¿Cómo te atreves?! No quiero escuchar como un delincuente habla sobre educación." El padre de Raiser golpeó su asiento, ganándose una sonrisa por parte de Issei.
"Si soy un delincuente, entonces ese rubio bastardo debe ser la peor mier-"
"¡Silencio!" Exclamó Sirzechs, dejando todo el sitio en un silencio profundo. "No estamos aquí para hablar del señor Raiser. Ni siquiera está aquí presente ahora." Declaró el Rey Demonio, ganándose una mirada curiosa por parte de Issei.
"Ahora que lo mencionas…" Comentó, observando que, de hecho, Raiser no estaba junto a su familia ni en ningún otro lado.
"En resumen, se declara inocente." Ajuka retomó el habla cuando alzó un papel. "Que pase el primer testigo." Tras decir esas palabras, los dos jueces restantes tomaron unos papeles y todos se pusieron de pie para recibir a dicha persona.
Issei se volteó para ver como Akeno entraba por las grandes puertas. Por su mirada, era obvio que él no estaba sorprendido.
Una vez que Akeno tomó asiento frente a los jueces, ella relató de como Issei parecía tener envidia de Raiser desde el momento que lo conoció. También alegó que el protagonista deseaba mucho todas las pertenencias y el poder del heredero Phoenix.
La siguiente testigo fue Koneko, quien testificó exactamente lo mismo, solo añadiendo el hecho que la envidia enfermiza de Issei se debía principalmente al gran harem de mujeres que Raiser poseía.
Rías saltó del tribunal para ser la siguiente testigo y nuevamente los informes fueron muy similares, sumando el hecho de esas miradas para nada agradables que le entregaba a Issei circunstancialmente. Aunque hubo un momento en el cual ella fijó su mirada en él y dijo que había irrumpido en la boda de Raiser porque también había muchas mujeres a las cuales él deseaba y no podía tener, principalmente ella misma. La declaración tan presuntuosa hizo que Issei pusiera los ojos en blanco, pero no comentó nada al respecto.
"¿Eso es todo?" Preguntó Ajuka mientras acomodaba sus papeles.
"Aún no. Todavía falta una chica." Comentó Sirzechs cuando alzó su mirada. "Que entre la última testigo."
Tras escuchar esas palabras, una leve sonrisa apareció en Issei. Dicha sonrisa cambió a una expresión desconcertada al ver como Asia entraba junto con Raiser, quien se apoyó al costado de la puerta mientras lo observaba con una sonrisa algo burlona.
En ese momento, Issei no supo que pensar por lo que lo único que hizo fue seguirla con la mirada hasta que finalmente se sentó en el escritorio de testigos.
"Primero preséntate." Comentó Sirzechs con una sonrisa amable a la joven que se veía muy nerviosa.
"Asia Argento." Comentó en tono bajo, no sabía si debía hacer una reverencia o simplemente sentarse en su lugar.
"¿Jura por todos los presentes que su testimonio será cierto y honesto?" Preguntó Sirzechs, recibiendo un asentimiento por parte de la adolescente.
"Lo juro." Sirzechs asintió ante esas palabras.
"¿Conoce a este hombre?" Ajuka preguntó con seriedad.
Asia se volteó para mirar a Issei. La mirada que ambos compartieron fue realmente larga.
"Él es Hyoudou Issei." Ella respondió.
"¿Y como se conocen?" En esta ocasión el que preguntó fue Sirzechs.
"Él es el Peón de Rías Gremory. Ambos somos Demonios Reencarnados que están a su servicio." Respondió Asia con un ligero tartamudeo.
"¿Lo ven? Con ella ya son todas las chicas Gremory. Es evidente que este tipo solo quería arruinar la reputación de mi hijo sin importar las consecuencias." Comentó el padre de Raiser con el ceño fruncido.
"No des la sentencia antes de tiempo." Ordenó Sirzechs cuando alzó su mano para evitar que siguiera hablando. "Te recuerdo que un solo testimonio a favor condiciona este juicio en gran medida." La mirada fría del Rey Demonio hizo que el padre de Raiser se viera obligado a mirar hacia otro lado.
"Lamento esta interrupción, señorita." Comentó Ajuka mientras apoyaba su mano sobre su mentón. "¿Qué es lo que tiene que decir sobre este caso?"
En ese momento, Asia llevó su mirada a Sirzechs. Este le contestó con una leve sonrisa. Luego observó a Issei, quien lucía muy impaciente para escuchar sus palabras. La mirada que compartieron volvió a ser muy larga, pero al final su mirada se desvió una vez más.
Y en esta ocasión, su mirada se enfocó en Raiser.
La rubia llevó la mirada al escritorio y se quedó en silencio por varios segundos, hasta que:
"Él es culpable."
Los ojos de Sirzechs se agrandaron ante tal declaración, Kiba también lucía muy impresionado, pero sin duda el que más afectado estaba era Issei, quien cayó sobre su asiento completamente en shock.
"Él nos quería a nosotras, y no le importaba cual medio debía utilizar. Siempre estuvo obsesionado con las mujeres, a sido un pervertido desde que entró a la pubertad y el hecho de que haya conseguido poder solo hizo que esa perversidad se transformara en algo aún más peligroso. No le importaba quien saliera lastimado, no le importaba si iba en contra de los deseos e incluso del bienestar de Rías y nosotras. Lo único que siempre le importó fue crear su propio harem, y eso es lo que le llevó a convertirse en esto. Él odiaba a Raiser, odiaba no poder ser como él, odiaba a todo lo que no tuviera que ver con sus deseos perversos."
El testimonio de Asia levantó ciertos murmullos. Rías y todas las demás sonreían satisfechas al ver que por primera vez Issei se veía muy lastimado en todo lo que había transcurrido del juicio. Aunque el que sin duda más estaba disfrutando este momento era Raiser, quien no pudo evitar ensanchar su sonrisa.
"Creo que ya no hay nada más de lo que hablar." Comentó el padre de Raiser con una sonrisa satisfecha en su rostro.
"En realidad, aún tengo que decir una cosa." Asia retomó su discurso, llamando la atención de todos. "Las pocas veces que visité a Issei, Raynare estaba con él." Esas palabras se ganaron una gran cantidad de murmullos.
"Eso quiere decir que Hyoudou mintió acerca de su complicidad con Raynare." Comentó Ajuka, ganándose una rápida negativa por parte de Asia.
"Ella no está involucrada en estos actos. Pero solo quería aclarar que Issei mintió sobre no saber que ella seguía con vida." Concluyó la rubia, haciendo que los murmullos volvieran.
"¡Silencio!" Exclamó Sirzechs, y un leve suspiro se le escapó cuando comenzó a frotarse la sien. "En ese caso, no hay pruebas que estén a favor de Hyoudou Issei…"
"Quiero hablar…"
Sirzechs se detuvo a mirar a Issei con ligera sorpresa al escucharlo.
"¿Por fin quieres confesar tus crímenes?" Preguntó el padre de Raiser con una sonrisa satisfecha en su rostro.
"¡Solo quiero hablar!" Todos se sorprendieron cuando Issei les gritó, indicando que había perdido en control sobre sí mismo.
"En estás circunstancias, solo tiene permitido el habla si va a confesar." Ajuka insistió, pero Issei no respondió.
Lo único que hizo fue voltear su mirada para observar a las Gremorys, que se veían muy satisfechas ante el resultado.
"Solo quería salvarlas…" El veneno en el tono de voz de Issei sorprendió a las chicas.
Es la primera vez que lo escuchaban así.
"¡Solo quería salvar sus miserables vidas!" Issei exclamó en un tono más alto. "¡Y en cuanto a ti…! En cuanto a ti…" Issei fijó su mirada en Asia, quien apenas podía mirarlo a la cara.
"¡DEBÍ DEJAR QUE TE PUDRIERAS EN ESA MALDITA CRUZ!"
Los murmullos de desprecio no se hicieron esperar, mientras que Asia no pudo hacer otra cosa más que mirar hacia otro lado al mismo tiempo que pequeñas lagrimas adornaban su rostro.
"¡Hyoudou!" Sirzechs intentó calmarlo con una llamada de atención, pero el significado de "intentar" se quedaba muy corto.
"Lo siento, Rey Demonio. Lo siento, pero no puedo evitarlo…" Issei dio varios pasos hacia adelante para acercarse a los jueces. "¡Estoy harto!"
"¿Qué quieres decir?" Preguntó Sirzechs con una mirada confusa.
"¡Estoy harto de que todo el mundo me trate como un maldito estúpido!"
"Nadie te está tratando como un estúpido." Comentó el padre de Raiser, ganándose una pequeña risa por parte de Issei.
"Oh, si que lo están haciendo." La mirada de Issei se llenó de furia cuando observó al juez. "¡Se han estado aprovechando de mi estúpida bondad durante toda mi vida!"
"¿No tienes nada que decir a tu favor?" En esta ocasión el que habló fue Ajuka, quien se ganó la atención de Issei.
"Yo no lo hice." Comentó Issei con una sonrisa falsa que duró un segundo. "¡Yo no hice esto por beneficio propio! ¡Solo quería salvarlas! ¡Pero desearía nunca haberlo hecho!" Exclamó con una gran cantidad de veneno cuando enfocó su mirada en Asia. "¡Saber que van a sufrir como unas malditas perras me da más placer que tener a todas las putas del mundo en mi cama!" Issei se dio la media vuelta para enfrentar a toda la audiencia, revelando una sonrisa cubierta de falsedad. "¡Desearía ser la bestia perversa que ustedes creen que soy! ¡Desearía poder convertirme en un maldito insecto para infiltrarme en el dormitorio de ese maldito violador para ver como se ahogan con su semen y su propia sangre! ¡Con gusto vería como todas son destrozadas sin parar!" Las palabras finales sin duda se ganaron muchos murmullos y jadeos asqueados cubiertos de desprecio, incluso el mismo Raiser se veía algo incrédulo ante la reacción desmedida de Issei.
"¡Guardias! ¡Guardias! ¡Sostengan al prisionero e impidan que diga otra palabra!" Exclamó Ajuka, y los dos Demonios que custodiaban las puertas se acercaron para retener a Issei.
"¡Alto!" Issei observó a los jueces antes de que los guardias llegaran a contenerlo. "¡No pienso perder un segundo más de mi vida para escuchar más falsedades, por lo que les facilitaré el trabajo!" Gritó el castaño, haciendo que Sirzechs alzara su mano para detener a los guardias.
"¿Qué propones?" Preguntó el Rey Demonio, ganándose una mirada acalorada por parte de Issei.
"Exijo una muerte por decapitación."
Los murmullos volvieron con más fuerza mientras que Sirzechs e Issei se quedaron mirando fijamente. Ese momento fue roto cuando el padre de Raiser y Ajuka se acercaron a él para discutir los detalles en privado.
Al final no tomó mucho tiempo, e Issei pudo obtener su veredicto.
"De acuerdo a las reglas de un Demonio Renegado, las ejecuciones se realizan en la hoguera ya que se considera una condena apropiada. La decapitación es un grado de ejecución menor que no está permitido para la gente como tú." Comentó Ajuka, quien quitó la mirada del papel. "Pero dos de los tres jueces estuvieron de acuerdo con bajar la sentencia a una muerte indolora, ya que tus acciones no llegaron a perjudicar críticamente a alguien." Varios murmullos cayeron con desaprobación ante la decisión de los jueces.
"¡Silencio!" Sirzechs volvió a silenciar a la multitud.
El Rey Demonio observó a Issei una última vez.
"El juicio de hoy a llegado a su fin. La ejecución se realizará mañana a primera hora."
_SALTO DE LINEA_
Infierno
Una hora más tarde…
Issei se encontraba tirado sobre la cama de paja. En un principio parece estar durmiendo, pero no es así.
"¿Compañero?" El guantelete se materializó en su mano, haciendo que Issei diera un leve suspiro en el momento de abrir sus ojos.
"¿Qué sucede, Ddraig?"
"Ya sabes… ¿te encuentras bien?"
"Si, no es para tanto." Respondió Issei cuando colocó sus manos por debajo de su cabeza. "Quiero decir, ¿a cuantas personas les importo realmente? Kiba, Matsuda y Motohama… ellos lo superarán rápido. Aunque si me preocupa un poco como reaccionaran mis padres, pero creo que podrán seguir adelante." Issei se rio tras recordar a sus padres. "Ellos son muy fuertes, estoy seguro que lo soportaran."
"Ya veo…" Fue la simple respuesta de Ddraig. "Yo, hum…si de algo sirve, quiero que sepas que he pasado un muy buen rato contigo. Fuiste uno de mis mejores portadores, a pesar de que hayamos vivido muy pocas cosas juntos." El comentario de Ddraig sacó una pequeña sonrisa en Issei.
"Jeje, gracias. Escuchar que alguien te recordara por siglos es algo refrescante." Las palabras de Issei no dejaron muy conforme a Ddraig, quien lo demostró cuando hizo un suspiro silencioso.
"¿En serio estás bien? Es que…tu, ya sabes… vas a morir en unas pocas horas." Comentó Ddraig un tanto decaído.
"Ya te lo dije antes. Realmente no me preocupa. Hay muy poca gente que llorará por mí, y todos lo superarán tarde o temprano." Comentó Issei como si nada.
"Te entiendo. Pero esto no tiene que ver con ellos…"
La reja del calabozo se abrió antes de que Ddraig pudiera terminar de hablar.
Issei se sentó de inmediato al notar los nuevos visitantes que estaban en su celda. Su mirada permaneció neutral en todo momento.
"Pensé que estarían festejando su victoria con el gran y honorable Heredero del Clan Phoenix a esta hora." Comentó el protagonista sin mucha emoción al ver como Rías y todo su sequito la acompañaba.
"Lo haremos, pero antes quería venir a hablar contigo." Rías arrastró un tronco de madera para sentarse justo enfrente de Issei. "¿Qué se siente estar condenado a muerte?" Preguntó con una sonrisa.
"Bueno, puedo decir que he vivido días mejores." Issei inclinó sus hombros de manera despectiva.
"Desde luego…" Respondió Rías con un leve asentimiento. "¿Sabes algo? En un principio no quería llevar esto a juicio, solo tenía pensando darte un buen castigo privado para que recapacites. El hombre que tanto odias es quien me convenció de hacerlo."
"¿Por qué no me sorprende?" Le respondió Issei sin mucha emoción.
"Hubo un momento muy pequeño en el que pensé que quizás debería replanteármelo. Pero viendo como resultó todo, entiendo que esto es lo mejor." Rías se reclinó un poco para acercarse más al rostro de Issei. "No solo inventaste puras mentiras, si no que tu verdadero yo salió a la luz. Quieres vernos a todas sufrir, eso lo dejaste bien en claro con tu discurso de desquiciado." Comentó la pelirroja, inclinándose un poco más hacia adelante. "¿Sabes algo? Durante tu muerte no habrá nadie que llore por ti, no habrá nadie que te recuerde, y no habrá nadie que se preocupe. Respóndeme una pregunta, ¿qué se siente tener una vida tan miserable? O más bien, ¿qué se siente ser un miserable?" Los rostros de Issei y Rías estaban apenas a unos centímetros, lo que más se reflejaba era esa expresión triunfal de Rías y el rostro algo frustrado y furioso de Issei.
"¿Ya terminaste?" Issei decidió preguntar al ver que la pelirroja había detenido su discurso.
"Si, ya terminé." Comentó Rías con satisfacción cuando se puso de pie.
Rías salió junto con sus esclavas. Los únicos que se quedaron en el lugar fueron Kiba y Asia.
"Issei-san, yo…"
"Largo." Fue la cortante y fría respuesta de Issei, haciendo que Asia bajara su cabeza con mucha tristeza cuando se marchó del lugar.
Kiba se mantuvo en silencio en todo momento, hasta que estuvo seguro de que estaban solos.
"¿Quieres despedirte?" Preguntó Issei al notar el silencio bastante incomodo que se había presentado entre ellos.
"Vine a darte esto." El rubio extendió su mano para que un círculo mágico apareciera sobre ella, y en ese momento algo redondo con una envoltura cayó sobre su mano. "Raynare me pidió que te lo diera. Dice que es una lastima que no pudieras comerlo a la mañana, pero pudo mantenerlo suave." Kiba se acercó para entregarle el regalo, o lo que Issei observó el envoltorio con ligero asombro.
"Gracias." Fue la única palabra que salió de sus labios, ganándose un asentimiento por parte de Kiba.
El rubio observó como Issei abría el envoltorio. Se veía algo triste e incómodo.
"Bueno…nos vemos." Kiba se despidió cuando alzó su mano, un gesto que Issei respondió de la misma manera.
Una vez que estuvo solo, Issei observó el pan dulce en silencio.
No había comido en todo el día, por lo que su estomago no tardó en quejarse.
Issei se acercó lentamente para darle el primer mordisco. La suavidad y la dulzura eran una explosión de vida en este momento cubierto de oscuridad. El hecho de que esta sensación refrescante viniera de ella solo hizo que su rostro sonriente y amigable apareciera en la mente de Issei por cada mordida.
"No importa cuánto lo intenté…"
Issei comenzó a masticar más lento a medida que los recuerdos que habían forjado ellos dos durante este último mes lo golpeaban sin cesar.
"Hice todo lo que estaba a mi disposición, pero…"
Los dientes de Issei se apretaron con fuerza y sus lagrimas comenzaron a caer sin parar.
"¡Pero es imposible que deje de amarte! ¡¿Cómo podría hacerlo si eres la única mujer que se preocupó por mí?!"
Su llanto se atragantó por momentos, logrando que la escena sea aún más triste y desgarradora.
"¡Por supuesto que no quiero morir! ¡No quiero morir! ¡No quiero morir! ¡Tengo mucho miedo! ¡Tengo miedo de olvidar a mis amigos, a mis padres! ¡Tengo miedo de olvidar todo! ¡Tengo mucho miedo de olvidarte!"
Las lagrimas caían de su rostro con aún más rapidez mientras continuaba comiendo en silencio, un silencio que solo era roto por su llanto.
Mientras tanto, Ddraig observó todo esto en silencio. Quería ayudarlo, pero sabía que no había palabra que sirviera en estos momentos.
_SALTO DE LINEA_
Infierno
Algunas horas más tarde…
Issei giró su rostro tras escuchar unos ruidos extraños provenientes desde afuera de su celda.
"Has esto rápido, rubio bastardo hijo de puta." Pensó Issei en voz alta con clara rabia en su voz cuando la puerta de su celda fue abierta.
"¿Es esa la manera de hablarle a tu salvador?" El rostro de Issei cambió totalmente al notar que se trataba de Kiba.
"¿Qué estás haciendo?"
"Sacándote de aquí."
Ambos se vieron enfrascados en una caminata rápida entre todas las celdas. Issei estaba sorprendido al notar que todos los guardias estaban inconscientes, pero no había muestra de agresividad sobre ellos.
"Sirzechs-sama te está esperando en la última celda del calabozo." Comentó Kiba con un tono muy apresurado, ganándose una mirada confusa por parte de Issei.
"¿Y adónde iré?"
"Grigori."
"¿Grigori?"
"Parece ser que le agradaste mucho más a Azazel de lo que pensabas."
Kiba e Issei continuaron moviéndose entre los sucios pasillos y los cuerpos inconscientes de los guardias por largos minutos hasta que por fin llegaron al final del calabozo.
"Aquí está la puerta." Kiba continuó avanzando hasta quedar frente a la puerta. "Tócala y ellos te atenderán." Comentó, para luego abrir la puerta que conducía a la salida de los calabozos.
"Entonces supongo que esto es una despedida." Pero antes de que pudiera irse, Issei lo detuvo con su voz.
El rubio se dio media vuelta para enfrentarlo. Un silencio se presentó entre ellos que no duró más de un segundo, ya que Kiba se acercó para abrazarlo, algo que Issei respondió de inmediato. El abrazo duró varios segundos, hasta que Kiba se separó un poco para darle un par de golpes amistosos en el pecho.
"Adiós, mi amigo." Kiba se despidió, para luego separarse.
"Kiba." El rubio se vio en la necesidad de darse la vuelta una última vez. "Gracias por ser mi amigo, y gracias por mi vida."
Un silencio algo profundo se instaló entre ambos hasta que Kiba volvió a apartar la mirada.
"Vete ahora." Declaró el rubio cuando cerró la puerta, desapareciendo de la escena y dejando a Issei solo.
El protagonista continuó viendo la puerta por donde su amigo se había marchado. No sabía cuándo tendría la posibilidad de volver a verlo, o si incluso la tendría. Ese leve momento de melancolía quedó en el olvido cuando Issei enserió su mirada y golpeó la puerta.
Sirzechs fue quien lo recibió, y en el momento de entrar se sorprendió al ver que en ese lugar también se encontraban Ajuka y Azazel.
"Entiendo que esté Azazel, ¿pero él?" Preguntó Issei con suma confusión.
"Las Piezas Demoniacas también funcionan como un rastreador. Hay que quitártelas para que seas libre." Sirzechs respondió a sus dudas, quien estaba quitándole las esposas.
"Espera, ¿eso no significa mi muerte?" Preguntó Issei cuando por fin pudo frotarse las manos después de estar esposado un día completo.
"Lo sería, pero vamos a reemplazar tus piezas con esto." Comentó Ajuka cuando sacó una Pieza Demoniaca que llamó mucho la atención de Issei.
"¿Un Rey? ¿No creen que están exagerando?"
"¿Se te ocurre alguna otra forma?" Preguntó Azazel, quien se encontraba cruzado de brazos.
"No perdamos más tiempo. Falta una hora para el amanecer." Declaró Sirzechs solemne, ganándose un asentimiento por parte de Ajuka.
"Creo que no nos conocimos de la mejor manera. Soy Ajuka Beelzebub, Sirzechs me contó todo lo que está sucediendo. No te preocupes, te prometo que soy un hombre de confianza." Respondió Ajuka con una sonrisa. "Por cierto, esto va a doler." Concluyó aún con esa sonrisa, ganándose una mirada confusa por parte de Issei.
"¿Qué-¡AAAGGHHH!"
"¡Sostenlo!" Ajuka le ordenó a Azazel, quien se movió rápido para sostener a Issei por la espalda.
"¡AAARRGGAAAAHHHHHH!"
Antes de que su grito desgarrador continuara, Sirzechs le cubrió la boca con una toalla, algo que silenció sus gritos en gran medida.
Ajuka comenzó a sudar en el momento que introdujo aún más magia en el pecho de Issei. El protagonista pudo ver como el Demonio sostenía una especie de artefacto que parecía estar chupando su sangre. No pudo verlo por mucho tiempo, ya que sus ojos se fueron hacia arriba.
Su grito cesó y su cuerpo casi inerte cayó sobre Azazel cuando las piezas comenzaron a salir de su pecho una por una, introduciéndose en esa rara botella negra.
Una vez que salieron los ocho peones, Sirzechs le tendió la Pieza de Rey a Ajuka de inmediato, quien se puso manos a la obra al instante.
En ese momento, Issei sintió que se recuperaba de su seminconsciencia, aunque solamente fue un momento ya que la sensación fría casi lapidaria se había transformado nuevamente en ese dolor agudo que le arrancaba el pecho, una sensación que lo dejó completamente inconsciente.
Pero antes de desmayarse por completo, pudo escuchar unas palabras de Ajuka que lo llenaron de tranquilidad.
"Ya hemos terminado."
_ ¡FINAL DEL CAPÍTULO! _
¡Espero que lo hayas disfrutado!
La cosa no lucía muy bien, pero parece que Issei saldrá adelante, aunque evidentemente tendrá un camino muy rocoso por delante. En este nuevo arco ya comenzará a haber ciertas apariciones y eventos que irán explicando el significado del título de esta historia.
Recuerda seguirme por Patre-on para estar al tanto de los nuevos capítulos, avisos o cualquier cosa que tenga que ver con mis historias, no habrá otro sitio que te mantenga más informado que ese. Puedes buscarme como "Jyanzein". También puedes volverte miembro para pedir un capítulo doble de cualquier historia que esté en desarrollo, todo por un dólar.
Espero que nos veamos pronto para la continuación.
¡Muchas gracias por leer!
