· Luke x Percy
· Boys Love / Yaoi | Diferencia de edades | Lime (ligero contenido sexual)
· Si no te gusta algo de esto... NO LEAS
· Prompt: (Comodín) Inocente x Chico malo
¡Hola! ~
Realmente no sé cómo catalogar esta historia, es decir, no estoy segura de si estaba pensando en los libros, las películas o ambos cuando lo escribí, sólo espero que el pequeño one-shot les guste.
A love like war
Solamente un sótano ubicado dos pisos bajo tierra sería capaz de brindar el aislamiento y la privacidad que una pareja secreta necesitaba para uno de sus encuentros furtivos.
Solamente en medio de un considerable grupo de adolescentes normales podrían ocultarse de dioses, monstruos u otros semidioses.
Solamente rodeados por oscuridad apenas rota a causa de una película puesta en un proyector podían ser capaces de brindarse muestras del profundo cariño que se tenían y que día con día crecía más y más, soportando la dificultad de verse en bandos opuestos.
Una mano tanteando terreno bajo la camiseta arrancó un pequeño suspiro al más joven de los dos, quien de inmediato se moviera inquieto.
—Luke, para —susurró, sintiendo el calor y la vergüenza hacer de las suyas al ponerle un claro rubor en las mejillas. Al menos esperaba que la falta de luz ayudara a disimularlo—. A-aquí no.
—¿Entonces en otro sitio sí?
La pregunta brotó juguetonamente, obteniendo en respuesta una expresión de sorpresa seguida a un aumento en el color de las ya de por sí coloradas mejillas. La reacción lo invitó a reírse suavemente. No era burla, sino simple felicidad hormigueando en su pecho e incluso sobre las puntas de sus dedos, mismas que ahora acariciaban el abdomen de su acompañante.
—N-no... yo no... no me refería a... —detuvo la atropellada frase cuando el aliento le faltó a causa de esos hábiles dedos desabrochando su pantalón— L-Luke, ¿qué... qué haces?
—¿Qué te parece que hago? —lo besó cortamente en los labios— Te dije que este era un sitio clandestino para parejas.
—S-sí —inhaló profundo, tratando de calmar su desacompasada respiración y la fuerte marcha de su corazón—. Pero jamás me imaginé que se trataba de un sitio... así.
Percy realmente prefería no mirar alrededor, a sabiendas de que muchas de las otras parejas ahí presentes estarían en situaciones parecidas o más explicitas; en el fondo le parecía oír sonidos poco decorosos. Considerando con quien estaba saliendo no debería sorprenderse del sitio en donde había terminado, y aun así, estaba muy sorprendido, casi incrédulo.
Luke, por su parte, no pudo hacer a un lado el enternecimiento provocado por esa franca inocencia. Sin lugar a dudas ese era Percy Jackson, un chico de increíble fortaleza, admirable valentía y noble corazón, un chico por quien había llegado a sentirse inexplicablemente atraído, un chico con quien quería todo, y de quien quería todo.
—Es grato vivir nuevas experiencias —bajó el cierre del pantalón, permitiendo a su mano tener alcance a lo que buscaba—, ¿no lo crees?
En lugar de una respuesta, Percy pronunció un gemido tenue cuando la firme mano de Luke masajeó su pene aún cubierto por la ropa interior. Sus ojos se entrecerraron y sus mejillas se encendieron inclusive más. Comenzando a perderse en las placenteras sensaciones divagó un poco en lo sucedido antes de llegar ahí, y no se refería a ese punto de su relación, sino a antes de llegar al clandestino sótano.
—Luke, por favor —casi le rogó, sintiendo el aire faltarle en medio de la discusión que comenzaba a tornarse acalorada—. Abandona tus planes de venganza, vuelve al campamento y ayúdanos. Aún podemos arreglar las cosas, aún pueden perdonarte.
—No te metas en asuntos que no entiendes —casi escupió la respuesta, luciendo visiblemente molesto—. El olimpo y todos los dioses... deben ser destruidos.
Increíble. En esa sola palabra, Percy describía lo que opinaba respecto al radical cambio de escenario. Pasaron de gritarse a llenarse de arrumacos. Pasaron de odiarse a amarse. Su propia falta de aire pasó a tener otro origen; ya no era debido al dolor en su corazón, sino a causa del grato sentir proveniente de ser estimulado por alguien más y por primera vez en sus quince años de vida.
—Luke, te necesito.
El susurro terminó ahogándose contra los labios de aquel que le enseñó a usar la espada, de aquel que se convirtió en su primer y único amor, de aquel que le enseñaba los más dulces sentimientos, pero también los más amargos.
Necesitaba a Luke, sí, lo necesitaba, no de una manera física como posiblemente el otro entendió al continuar besándolo y tocándolo. Lo necesitaba de una manera mística y especial. Quizás... de una manera en que nunca podría tenerlo.
