Su entorno siempre era muy ruidoso, siempre con un sin número de estudiantes a su alrededor pero nunca cerca del todo, hablando sobre salir juntos y divertirse, sobre exámenes prontos, quizá alguno que otro conversaba sobre quién era atractivo para el resto.

Nada de eso era de su interés, para Maki, todos esos temas de conversación eran sumamente irrelevantes y sin importancia. Realmente no había algo que le fuera interesante del todo. Sus compañeros japoneses eran en su mayoría muy perfeccionistas en cosas sin tanta importancia, el tema de conversación siempre viajaba a quien era el más inteligente y atractivo o atractiva. Ella se preguntaba constantemente si aquello realmente era tan importante como lo hacían ver, en su escuela en Estados Unidos bastaba con ser productivo, cosa que se le dio muy bien, pues ella misma era perfeccionista en cuanto a trabajo se trataba, pero solo eso...

Aquella mañana en especial, en uno de los pasillos sobre un mural bastante llamativo, se encontraban los alumnos mejor calificados según su grado, claro ella no necesitaba acercarse a mirar, sabía quién estaría en los primeros lugares de cada grado, era casi una regla a decir verdad, y tampoco deseaba acercarse demasiado porque el bullicio siempre era demasiado para su gusto.

"- Ren es asombroso, siempre se encuentra encabezando la lista de tercer año-" comentaba uno de los estudiantes alrededor, asombrado por el joven mencionado, el cual era el primer lugar.

"-Lo sé, escuché que una gran universidad le está ofreciendo un lugar bastante prestigioso por su talento, es increíble-"otro de los presentes seguía haciendo comentarios admirando al chico.

Maki soltó un suspiro, era siempre lo mismo. Muchos de ellos solo admiraban a los mejores destacados, pero realmente no se preocupaban por poder alcanzar un puesto ellos mismos, para la pelirroja, aquello era un desastre total.

"-¡Oh! Mira, Maki vuelve a encabezar a los de primer año-" y ahí mismo escucho su nombre.

"-Ella también es increíble, dicen que no hay ecuación que no pueda resolver-" comentaba otro alumno más.

Maki se ruborizó ante los comentarios de los chicos, desde que había ingresado al nivel medio superior, se hizo notar por sus notas perfectas. La falta de relevancia ante ese muro era aquello, que simplemente se centraran en admirar a los mejores, los enaltecían a un grado que ella consideraba descomunal y por supuesto, a algunos, aquello les causaba problemas, tal era el caso de ella, pues a pesar de ya llevar tres años viviendo en Japón, no se acostumbraba a tanta atención.

"-Ella también ha llamado la atención por lo hermosa que es, ¿la has visto de cerca? Es simplemente deslumbrante-" continuaban comentando.

"-No se ilusionen demasiado. Alguien como ella ni en mil años voltearía a verte-" bromeaba ahora una compañera de aquellos chicos, quienes soltaban una carcajada ante la impertinente presencia de la joven.

"-Dices eso pero te crees con la oportunidad de ligar a Ren-"

"-Si... primero aparece en ese muro, y después quizá tengas una oportunidad-"

Y siempre era lo mismo, alumnos intentando figurar en un simple muro que para Maki no tenía importancia alguna. Comenzaba a incomodarse, le agotaba tantas apariencias, de hecho, estaba cansada de las apariencias...

-¡Makiiiiiiiii!- y como si fuese invocada, aparecía aquella chica llamando toda la atención. Antes de siquiera voltear, sintió el abrazo por la espalda y el calor apegarse a su cuerpo.

-Nico senpai, no grites de repente- la reprendió con una sonrisa mientras sentía el enérgico recibimiento de la mayor.

-¿Cómo quieres que no grite? Mis compañeros no dejan de decirme que tengo a una amiga increíble como tú. Estoy orgullosa- Nico decía mientras restregaba su mejilla contra la de la pelirroja, quien solo se ruborizaba ante tal muestra de afecto en público.

-¿Te parece si nos vamos de aquí?- comentó dedicándole una amable sonrisa a Nico y girándose para alcanzar su mano y sacarla de ahí.

Nico no alcanzó a responder, ya que Maki tiró de ella y la llevaba presurosa hacia otra parte que no fuera ese pasillo abarrotado de gente. Subieron un par de pisos, tratando de estar lo más solas posible y una vez logrado, en el último piso, frente a la puerta que dirigía a la azotea del plantel, por fin se detuvieron.

-Cuando dijiste "alejarnos del resto" hablabas muy en serio ¿eh?- Nico comentaba divertida, viendo que técnicamente no había nadie más ahí.

-Me dijiste que, si quiero tenerte un poco más cerca, no debía haber nadie más que pudiera vernos- con esas palabras, Maki se acercaba más a la pelinegra, buscando refugio en sus brazos, cosa que de inmediato correspondía, abrazándola mientras recargaba su mentón en el hombro de Maki, aspirando su dulce aroma a lavanda, ese que tanto amaba.

-Lamento ser algo estricta en ese aspecto. A pesar de eso, sabes que amo tenerte así de cerca- comentaba Nico, dejando que su nariz se dirigiera hacia la roja cabellera de Maki, aspirando su aroma, sintiéndose feliz de poder hacerlo.

Maki por su parte, amaba sentir la calidez y seguridad de los brazos de Nico, su ligero y embriagante aroma a vainilla, y por supuesto, el sonido que hacía su corazón cuando se abrazaban, simplemente era una cosa de otro mundo. Cuando poco a poco se separaron, Maki miraba fijamente a los ojos a aquella pelinegra de dos coletas.

-Me he esforzado mucho estas evaluaciones ¿no merezco un premio? - preguntaba de forma coqueta a la mayor, quien rápidamente soltó una pequeña risa, mirando a la de ojos violeta.

-¿Desde cuando es tan atrevida, señorita Nishikino?- preguntó juguetona mientras llevaba sus manos hacia las caderas de Maki, apegándola un poco más a su cuerpo.

-Desde que hizo mis sentimientos suyos, señorita Yazawa- respondió.

Finalmente, ambas rompieron la escasa distancia que las separaba y unieron sus labios en un casto beso, sintiendo la calidez en la piel de la contraria. Era una sensación inimaginable para ambas, tan mágica que no sabrían incluso describirla, solo podían definirlo como una explosión de caricias en su interior.

Aun entre los pequeños rincones de la escuela donde se refugiaban a solas, aun contra la voluntad de los padres de Nico, aun contra los comentarios de los demás; Nico amaba a Maki, y ella a Nico.

En esos momentos podían sumergirse en su propio mundo, sin miedo a nada ni a nadie, sin embargo, para su mala fortuna, aquella mañana antes de las clases, en aquellas escaleras, no era un par de amantes los únicos en aquel lugar, un intruso había observado desde las sombras, su mutuo afecto.

Durante la hora del almuerzo, Maki esperaba ansiosamente la llegada de Nico para poder almorzar juntas, su madre había preparado comida tradicional japonesa para ambas y deseaba poder darle a su novia un poco de ella, sabiendo que a la pelinegra le encantaría probarla. Lamentablemente, Nico no apareció, en su lugar, Maki recibió una visita en su mesa que no esperó en absoluto y que comenzaría todo un caos, una visita que cambiaría el rumbo de todo.

-Hola Maki-chan, no es común verte tan sola a la hora del almuerzo ¿puedo hacerte compañía?...- saludo aquella voz.

La chica no estaba segura de que es lo que haría esa persona ahí, sentándose a su mesa, pero que, sin embargo, causaría especulaciones y comentarios de muchos alrededor...

-¿Ren?-

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Aquella mañana Maki se levantaba con mucho ánimo, después de una semana agotadora con aquel cliente molesto, por fin tenía un poco de descanso, y no se trataba de cualquier descanso, pues por fin sería el día en el que podría salir con Nico. Después de tanto tiempo por fin podrían conversar sin tantas presiones.

Se levantó de la cama con mucho ánimo y bajo hacia la cocina, dispuesta a preparar algo delicioso para desayunar con su familia. Por una parte, Dia estaba aún durmiendo en su habitación mientras que Eli parecía estar tomando un baño. Revisó su refrigerador y preparo algo rico y nutritivo con champiñones, huevo y un poco de ensalada de vegetales, así como fruta picada con un poco de miel y panques.

No pasó mucho tiempo para que la más joven del hogar se hiciera presente atraída por el dulce aroma de la mantequilla y la miel mezcladas en aquellos panques, tallando sus ojos con somnolencia, pues no tenía mucho de haber despertado.

-Buenos días Dia ¿dormiste bien?- peguntó Maki a su pequeña quien le dedico una ligera sonrisa, mientras la más joven tomaba asiento para desayunar.

-Lo hice, realmente me costó un poco de trabajo conciliar el sueño. Estaba emocionada por salir contigo hoy- confesaba la pequeña, enterneciendo a la abogada quien, con una cálida sonrisa, se acercaba a colocar un plato con lo que había preparado y acariciaba la mejilla de la niña.

-Me alegro mucho, espero que podamos pasar un buen momento juntas- Maki aun sonreía mientras servía comida en un asiento más, este destinado a Eli.

Si bien era verdad que Dia había estado emocionada la noche anterior por salir con Maki, no se trataba solo de eso, la noche anterior se dedicó a seguir buscando la ubicación de BiBi. Después de varios días en su interminable búsqueda, por fin dio con el lugar. Planeaba ir hasta ahí y averiguar que tan frecuentemente su madre rusa aparecía en el lugar. Aunque claro, aquella sería una tarea muy difícil para alguien de tan solo 12 años.

-¿Y mamá Eli? ¿No piensa desayunar hoy?- preguntó algo inquieta la menor.

-Parecía estar tomando una ducha hace un momento, así que seguro baja a desayunar cuando termine- contesto Maki mientras por fin tomaba asiento en su respectivo lugar y daba un sorbo a su café americano.

No pasó mucho tiempo antes de que Eli se hiciera presente, con el cabello aun ligeramente húmedo y arreglada de forma algo formal, caminando a toda prisa para alcanzar una taza de café.

-Buenos días a ambas- fue lo único que dijo sin mirar a su familia como tal, cosa que extraño a ambas.

-¿Por qué tanta prisa? ¿No vas a desayunar con nosotras?- preguntaba Maki, mirando como la rubia simplemente tomaba un panque y lo engullía presurosa.

-No tengo tiempo, tengo una reunión con los organizadores de la galería- comentaba con medio panque en la boca todavía, se acercó finalmente a dar un sorbo de café para pasar el bocado y antes de disponerse a irse, se giró para ver a Maki y Dia. -¿Cómo me veo?-

-Te ves bien...- contesto de forma triste Maki, notando lo bien arreglada y perfumada que iba la mayor.

-Excelente, entonces ya me voy- dijo dando la vuelta y saliendo de la cocina. -¡Diviertanse!- grito desde la entrada antes de salir de la casa.

Maki se volvió a inquietar... Eli ya tenía algo de tiempo comportándose extraña, con demasiado desinterés y distancia. Pocas veces la besaba y ni hablar de intimar. Era como si de un momento a otro Eli comenzara a tomarle más importancia a su trabajo que a ella y a Dia. Se la pasaba fuera de casa, siempre hablando de trabajo.

Maki salía de la ducha, tenía una toalla secando un poco el exceso de agua en su largo cabello. Se acerco hacía la cama, donde Eli permanecía recostada boca abajo, hablando por teléfono. No se había percatado de su presencia.

- En cuanto a un nuevo encuentro...- la escuchó susurrar por lo bajo. ¿Por qué tanto sigilo?

-¿Con quien hablas?- pregunto curiosa.

Eli se sobresalto y rápidamente cortó la llamada para después girar su rostro y mirar de frente a Maki, quien vestía una bata de baño blanca. Se puso sumamente nerviosa por la presencia de su esposa...

-Un cliente, necesita ver un par de pinturas que encargó hace un mes- Respondió rápidamente y bajó cuidadosamente el celular, fuera de la vista de Maki.

-¿Le colgaste?- interrogó con cierta ironía.

-Oh... su-supongo que voy a escribirle mejor, no estoy teniendo buena señal últimamente... ya sabes-

Aquel recuerdo atormentó la mente de Maki, recordando el sigilo con el que la rubia había estado últimamente, llamando por teléfono a un supuesto cliente, pasándose todo el rato en el trabajo.

La abogada comenzaba a pensar que aquello ya no se trataba de trabajo únicamente. Eli estaba en algo más y la entristecía sobre manera. Por su parte Dia notó el desánimo de Maki, lo cual le dolió pues tal parecía que Maki comenzaba a notar el actuar extraño de Eli. Claro, Dia sabía la posible artimaña de la mayor de sus madres, pero no podía decírselo así sin más a su madre menor, porque sabía que Maki lloraría, odiaba ver a Maki llorar...

-Vamos... termina tu desayuno para que te prepares para salir- la mayor rompía con el silencio, dedicándole una triste sonrisa a la pequeña Dia, quien se esforzó en ocultar una mueca y continuó comiendo.

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-No, esto se ve demasiado infantil...- Nozomi miraba de pies a cabeza a Nico, quien usaba una camisa con estampado de conejitos.

-¿Qué tiene de malo? Amo esta camisa- comentaba, haciendo un pequeño puchero.

-Claro, es perfecta para impresionar a Maki, una exitosa abogada de 26 años- el sarcasmo estaba impregnado en sus palabras. -Vamos pequeña labregona, vístete adecuadamente- regañó la más alta mientras ofrecía otra prenda a la de ojos carmín.

-¡No soy una labregona!- contestó enojada por el pequeño insulto. Aun molesta, tomó lo que Nozomi le ofreció, era una blusa blanca y una chaqueta negra de cuero. Aquello le daba un toque más maduro y rudo por supuesto.

Nozomi había recibido una llamada de Nico en la mañana, la chica le imploraba por su ayuda para encontrar algo adecuado que usar e impresionar, aunque fuera un poco a Maki. Finalmente terminó en el departamento de la menor llevando algunas prendas para prestarle y cumplir con su objetivo.

Mientras escogían ropa, Nico le contó lo sucedido con Eli hace algunos días y el cómo habían finalmente llegado a un acuerdo; aunque Nozomi no lo entendía del todo, estaría ahí para apoyar a su mejor amiga, fuese para celebrar su alegría o secar sus lágrimas.

"-Maki realmente estaría encantada de verte, usaras lo que usaras...-"pensó Nozomi mirando como Nico arrojaba de mala gana su camisa celeste de conejitos.

El teléfono de Nico comenzó a sonar, llamando la atención de ambas chicas.

-¿Puedes mirar quién es?- Preguntó a Nozomi, quien tomo el aparato y miro el nombre ahí registrado.

-Es Eli... ¿Quieres que conteste? -

La menor asintió, dándole permiso a su mejor amiga de tomar la llamada, cosa que ella hizo, colocando el altavoz para que ambas pudieran escuchar.

-¿Nico? ¿Cuál es el número de tu departamento? Estoy afuera buscándote- la voz de Eli sonaba agitada al otro lado de la línea, parecía que la rusa estaba subiendo escaleras.

-No quiero sonar grosera pero ¿Qué haces aquí, Eli?- Nico estaba confusa ante la presencia de la artista en su departamento.

-Oh sobre eso, sé que tú y Maki se verán hoy. Confío en que puedes manejarlo, pero... quizá ella no te haya dicho un pequeño, pero muy importante detalle- Comentaba la artista con dificultad, debido a lo cansado que era para ella subir las escaleras.

-¿Pequeño detalle? No, ella no dijo nada más allá de acordar la fecha... ¿Qué detalle?- Nico preguntó a la artista; por alguna razón comenzó a sentirse nerviosa.

-Dime donde está tu apartamento, te lo diré en cuanto entre- volvió a pedir la mayor.

-De acuerdo, es en el piso 3 No. 24, entra, la puerta está abierta- por fin daba la indicación y Eli colgaba el teléfono. -Eli viene, no hagas comentarios tontos por favor- La pelinegra rogaba a su mejor amiga a que mantuviera la compostura.

-¿Por qué lo haría? Solo me da curiosidad ver quien te robo a Maki- y riendo sin vergüenza alguna, hacía que Nico volviera a gesticular un puchero.

-¡A eso me refiero! Compórtate o voy a pellizcarte- con malicia tomaba con sus dedos la mejilla de Nozomi y la estiraba un poco.

-Ouch... ¡Ya me estás pellizcando! - lloriqueo.

El ruidoso enfrentamiento de ambas chicas se vio irrumpido cuando se escucho como tocaban tres veces a la puerta y finalmente esta se abría, dejando ver a una rubia bien arreglada entrar. Nozomi se quedó asombrada.

La recién llegada usaba una blusa beige muy bonita y unos pantalones formales negros, el rostro de la chica era increíblemente bonito y adorable, los hoyuelos en sus mejillas y esos ojos redondos y azules eran un toque único.

-Si yo fuera Maki, también la hubiera elegido a ella- bromeo susurrando cerca de Nico y evidentemente la pelinegra le propino un codazo en las costillas, haciéndola doblegar un poco.

-Eli, te ves bien hoy- halagaba a la chica para después enfocarse en lo que más le interesaba en ese momento. -¿Qué es eso tan importante que tenías que decirme?- cuestionó.

-Gracias, salí apresurada para evitar preguntas en casa- primero agradecía el halago y después se enfocó en la pregunta. -Veras, quizá Maki no te haya dicho al respecto, pero no saldrán solas ustedes dos hoy- daba algunas pistas, notando rápidamente como Nico estaba confusa.

-¿Qué no saldremos solas hoy? ¿Qué quieres decir con eso? - externaba su duda.

-Si... por alguna extraña razón, Maki va a llevar a Dia con ella- por fin, la tan temida respuesta.

Nico pareció palidecer ante la mirada burlona de Nozomi y la algo preocupada de Eli; pues ambas chicas sabían que es lo que había sucedido con Dia y Nico cuando se encontraron por primera vez y no pintaba nada bien.

-Tu hija... la misma que me pateo y me miro con odio... ¿esa Dia? - la pelinegra parecía incrédula, como tratando de buscar alguna falla en lo que Eli le había dicho, pero no había nada, esa era la realidad.

-Por favor Nico, sé que aun te sientes muy nerviosa respecto a Dia pero, estoy segura de que podrás manejarlo. Solo es una niña y una vez que la tratas, es la persona más adorable y dulce que existe ¿Qué puede salir mal? - Eli hablaba creyendo firmemente que su amada hija trataría bien a la de ojos carmín.

Por su parte, Nico trataba de calmarse y creer en lo que Eli le decía.

-D...de acuerdo, haré mi mayor esfuerzo hoy. Solo para asegurarme de que todo estará bien... ¿Crees que puedas decirme que clase de cosas le gustan a tu hija? Quiero ser un poco más agradable para ella hoy- la expresión en su rostro era todo un caso.

-Claro, ella adora a los perros, quizá si te inventas una mascota puedas llamar su atención. También adora cantar... podría ser algún tema que le interese conversar contigo- trataba de dar algunas pistas.

-¡Hey! Tu eres buena cantante, seguro la impresionas si cantas un poco para ella- Nozomi comentaba.

-¿Cómo que clase de conversación puedo tener con Dia para que termine cantando? Eso es lo difícil, además, Maki es mejor, Nozomi- replico algo fastidiada.

Eli miró a la pelimorada de la habitación. Ese nombre lo recordaba en la acalorada platica que tuvo con Nico. Era esa chica que trajo discordia en la relación de Nico y Maki. La menor de las tres notó la forma incierta en la que la rusa miraba a su amiga. Se sintió un poco torpe de no presentarlas.

-Por cierto... ella es Toujou Nozomi, es mi mejor amiga y me ayudará hoy a que todo salga bien- Nico tomaba a la mencionada del brazo y la presentaba a Eli.

-Un gusto Eli- le dedicaba una cálida sonrisa a la artista, quien aún estaba mirándola con curiosidad.

-Un gusto... si vas a ayudar a Nico hoy y si tú eres "esa" Nozomi de la que he oído hablar tanto, creo que sería conveniente tener cuidado y que Maki no vaya a verte cerca... no podría tomarlo muy bien- Eli por fin estrechaba la mano de la otra chica, sus últimas palabras incomodaron un poco a la misma.

-Lo entiendo... sé que no soy muy grata para Maki. Y a juzgar por la forma en que me miras, creo que tampoco lo estoy siendo para ti- Nozomi se ponía seria también. - Solo quiero que sepas que la única explicación que debo es a Maki- aclaraba aquello, dejando en claro que no estaba dispuesta a aceptar que Eli expresara desaprobación contra ella.

-Lo sé, espero que llegue pronto el día... espero yo poder llegar a ese día también- contestaba sin dejarse intimidar.

Nico se ponía aún más nerviosa.

-¡Dejen de verse así! Ya tengo una niña a la cual enfrentar como para estar preocupada por ustedes dos también- alzaba la voz de forma quejosa he infantil, exteriorizando su nerviosismo ante la simple idea de tener que comenzar a ganarse a Dia.

Ambas chicas soltaron un suspiro a la par para después ver a Nico mirarse constantemente al espejo, tratando de verse lo mejor posible.

-Bueno, supongo que es hora de irme, estaré al pendiente de ustedes por cualquier cosa- Eli estaba dispuesta a marcharse, sin embargo, Nico alcanzó a sujetarla del brazo para retenerla.

-Oh no, tu no te vas y me dejas con esas dos mujeres sola- la voz de Nico era realmente demandante. -Tú y Nozomi estarán vigilando de cerca para asegurarse que todo estará bien ¿Entendido?- sentenció.

-¿Qué? ¿Por qué me la echas encima? - Nozomi fue la primera en quejarse. -¡Yo ni siquiera quería venir!- refunfuñó.

-Lo harás por que me amas y quieres que sea feliz, pero por sobre todo... para recompensar tu falta con Maki- echó en cara la menor, logrando que Nozomi pusiera una expresión de indignación.

-¡Pero fue un mal entendido! ¡a mi ni siquiera me gustan las mujeres!... y menos tú- los reglamos parecían cada vez más cómicos ante los ojos de Eli; de alguna manera, la pequeña riña de las dos amigas logró darle un poco de tranquilidad.

-Basta, basta... esta bien, iré con Nozomi solo porque me ha parecido muy graciosa- Eli soltaba una pequeña risa, aceptando por fin la petición de Nico.

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Maki y Dia esperaban tranquilamente en su punto de encuentro, faltaban alrededor de diez minutos para la hora acordada. La mayor se aseguro de que ambas se vieran bien y cómodas; por su parte, ella usaba unos jeans entallados, una blusa oscura junto a un saco y botas de mismo color. En cuanto a Dia, usaba jeans cortos, un suéter gris y tenis blancos.

No pasó mucho tiempo para ver a la distancia la figura de esa mujer por la que esperaban, Maki se encontró con una juvenil y atractiva Nico. Se veía increíblemente bella y no pudo evitar que al verla los recuerdos volvieran a golpear su mente. Se sintió nostálgica al respecto.

Pero para Dia, fue toda una sorpresa, no estaba segura de que aquella mujer estuviera dirigiéndose hacia ellas.

-M-mamá Maki... es esa mujer...- Dia expresaba su confusión. Por otro lado, el toque de la menor hizo que la abogada volviera a la realidad y cayera en cuenta que Dia había tenido una experiencia desagradable con la otra pelinegra.

-Oh... olvide decírtelo. Escucha Dia, me gustaría que fueras amable con ella, realmente es una buena persona. Si te sientes más tranquila, es una amiga mía desde que tenía mas o menos tu edad, hace tiempo que no nos veíamos y me gustaría poder conversar un poco con ella- Maki trataba de calmar a Dia, quien no apartaba la vista de la pelinegra que se acercaba cada vez más. -Si quieres, podrías preguntarle por lo sucedido, estoy segura que tuvo una buena razón-

Nico se sentía cada vez más nerviosa de acercarse, podía notar como Dia no le quitaba la mirada de encima y eso la preocupaba aún más. "-Tiene cara de que quiere arrancarme un dedo de un mordisco... dios ¿Qué hago?-" Nico pensaba mientras estaba cada vez más cerca de llegar con ellas.

-Esta bien Maki... prometo portarme como ella lo merece...- sentenció Dia soltando una tenue sonrisa que para Maki fue tranquilizadora, pero para Nico, quien ya estaba a unos pasos, fue paralizante y la obligó a detenerse en seco.

"-No, al diablo con esto... aún quiero vivir-" pensó ante la pequeña sonrisa de la menor y estuvo a punto de salir corriendo.

-Hey Nico, llegaste a tiempo. Me alegro de no esperar tanto- la voz de Maki saludándola la hizo paralizarse aún más-

"-Si no me muevo, no me ven... ¡Si no me muevo, no me ven!-" Se encontraba tan nerviosa que simplemente pensaba irracionalmente.

-¿Nico?- la pelirroja llamo una vez más a la mayor estática frente a ellas. Podía notar que Nico miraba a Dia de forma incierta pero que le daba alguna que otra seña de estar nerviosa.

-Ma-Maki... pe-pensé que vendrías sola...- soltó ante su nerviosismo y se golpeo mentalmente por decir aquel comentario, pues tan pronto como lo dijo, Dia frunció el ceño. -Qui-quiero decir, ¿Quién es esta linda niña que te acompaña eh?- Nico trataba de poner su mejor sonrisa.

Maki solo movió la cabeza negando mientras soltaba una pequeña risa. Tal parecía que era algo sumamente inesperado para su amiga. Se sintió un poco culpable por no haberle avisado antes a la mayor pero simplemente no le tomo importancia alguna. Otro pequeño error por el que se sentía un poco culpable.

-Es mi hija Dia, ya tuvieron un primer encuentro ¿Recuerdas? - Maki dijo con algo de gracia mientras miraba los pies de Nico. La mayor por su parte se sintió más nerviosa.

Eli le advirtió a tiempo sobre la presencia de Dia, nunca imagino que seria el doble de complicado lidiar con sus nervios al tener a la niña frente a ella y aun más cuando la miraba con el desagrado que lo hacia Dia. Pero necesitaba agradarle aunque sea un poco a la pequeña, por lo que se agacho a la altura de ella para mirarla frente a frente.

-Sé que no fui muy cuidadosa la primera vez Dia, quiero pedirte disculpas por eso... te prometo ser más agradable a partir de ahora- Nico decía aquello a la menor, quien pareció un poco sorprendida, sin embargo, se limitó a desviar la mirada y no decir nada.

La sonrisa de Nico se volvió nerviosa nuevamente.

-Dia... Nico ya se disculpó por lo sucedido ¿no tienes algo que decir también? - preguntaba Maki, tratando de persuadir a la menor.

-¿Por qué ella se ve como una niña? - salió de los labios de Dia. Maki cubrió su boca tratando de no reír mientras Nico soltó un suspiro.

"-Este será un largo día...-" pensó la mayor al ver las pocas ganas de Dia de cooperar con ella.

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Se encontraban dentro de un café recomendado por la propia Nico, en el servían los mejores pasteles y panques, cosa que fue meramente intencional, pues Eli le mencionó que Dia amaba comer panques y diferentes tipos de pan; por ello pondría su mejor esfuerzo en satisfacer las necesidades y gustos básicos de la pequeña pelenegra.

-Me apetece probar el Mont blanc que preparan aquí, realmente hay un aroma muy agradable desde el momento que cruzas la puerta del local- Maki decía mientras miraba gustosa el menú del lugar.

Nico observaba la expresión indecisa de Dia, mirando también el menú, por lo que se armo de valor para acercarse un poco y hablar con la niña.

-Si me permites recomendarte algo, el Eclair es sumamente delicioso, estoy segura que podría gustarte- ponía su mejor sonrisa mientras decía aquello.

La menor miró de reojo a Nico, para después volver su vista al menú. Era extraño, pero Nico le recomendaba justo lo que más llamaba su atención, por lo que asintió tímidamente, aceptando la propuesta de la mayor. Esta última se sintió feliz de por fin recibir una respuesta positiva de la Dia, parecía que la niña simplemente era muy tímida, justo como lo decía Eli.

-Oye... este aroma me es familiar...- Maki rompía con el breve silencio mientras aspiraba una vez más el dulce aroma en el aire. Ese comentario llamó por completo la atención de la mayor, quien se sentía realmente emocionada de que Maki dijera eso.

-¿De verdad? A que te recuerda, vamos piensa- Trataba de hacer que la pelirroja buscara entre sus memorias.

-¡Ya se! Huele como el pastel de cumpleaños que me obsequiaste cuando cumplí 15 años- por fin salía de sus labios. En respuesta Nico sonrió gustosa mientras daba pequeños e insonoros aplausos en signo de alegría.

-Lo recordaste, eso me hace muy feliz-

-¿Bromeas? Te rogué porque me dijeras el lugar donde lo habías comprado y siempre te negaste-

-No podía hacerlo, este es un lugar especial, el pastel de aquí es solo para ocasiones muy especiales y aquella ocasión lo era-

Ese último comentario hizo que ambas chicas guardaran silenció, cosa que desconcertó un poco a Dia pues simplemente fue tan repentino. Miro a ambas adultas y noto que de un momento a otro se habían puesto tímidas, Nico incluso tenía un ligero rubor en las mejillas.

¿Qué diablos estaba sucediendo?

La menor no lo sabía en absoluto, pero la razón por la que ambas adultas se pusieron tímidas fue por lo que implico el comentario de Nico respecto a la "ocasión especial" pues no solamente significo el cumpleaños de Maki... ese mismo día, ambas habían confesado sus sentimientos por la otra.

-Co-como sea... ahora sé donde puedo comer pastel delicioso- Maki trato de seguir con una conversación normal.

-Claro, también puedo acompañarte cada vez que gustes- Nico siguió la conversación de la menor, tratando de acoplarse y no ponerse más nerviosa de lo que ya estaba.

Mientras esperaban su orden, Maki y Nico conversaban sobre varias cosas, más que nada pequeños sucesos escolares y lo divertidos que eran. Dia observaba la interacción de ambas mujeres y en ello podía notar algo especial. La sonrisa de Maki era más luminosa que otras veces, como una expresión de alegría autentica que no siempre se podía ver en ella.

Maki tenía una sonrisa especial que parecía mostrarle solo a Nico. La pequeña pelinegra comprendido entonces que esa mujer de alguna manera ponía feliz a Maki, una persona muy importante para ella.

"-Quizá ella no sea tan mala... quizá le dé una oportunidad...-" pensó la menor mientras soltaba una pequeña sonrisa.

Finalmente la llegada de sus postres se hizo presente, dejando un muy presentable mont blanc y café para Maki, unos largos panques cubiertos de chocolate y adornados con fresas para Dia, así como una malteada de fresas y finalmente un par de wafles con frutas y helado de vainilla para Nico, para beber tenía una taza caliente de té de frutos rojos.

Era todo un espectáculo para la mayor la expresión en el rostro de Dia, sus ojos habían adquirido un brillo único que simplemente le provocó ternura.

Había dado en el blanco.

Una vez manteniendo ocupada a la pequeña Dia, por fin se enfocaba mejor en Maki, no lo había dicho pero, la abogada se veía realmente hermosa ese día, Nico luchó con su impulso de decírselo a Maki. El tenerla ahí frente a ella, comiendo un postre en su cafetería favorita, era simplemente lo único que necesitaba para estar feliz.

-Se ve que estas disfrutándolo mucho, déjame saber porque- y con ese comentario, Nico pasaba su pequeña cuchara por la crema del postre de Maki, robando un poco de su sabor y probándolo.

-No dije que quería compartirte del mío- la pelirroja soltó con algo de gracia.

-Bueno, entonces te daré del mío y estaremos a mano- con esas palabras, la mayor tomaba un poco de helado de vainilla con su cuchara y se lo ofrecía a Maki, quien un poco dudosa termino aceptando el gesto.

Dia en ningún momento dejo de prestarles atención, de hecho esta ultima acción la llevo a observar detenidamente a Nico. Algo andaba mal, la adulta de ojos carmín se reía pero no apartaba los ojos de los labios de Maki, incluso pudo apreciar como es que la mujer relamió ligeramente sus propios labios tras el bocado, cosa que no le agradó para nada.

"-Acaso... ¿Está coqueteándole a Maki?-" pensó y rápidamente el pequeño avance que Nico había hecho se vio pisoteado totalmente.

Dia volvía a estar enojada.

Necesitaba hacer escarmentar a tan atrevida mujer y por supuesto, hacer que dejara de ver a su amada madre de esa forma en la que lo estaba haciendo mientras pretendía acercarse peligrosamente de nuevo.

-Espera... tienes un poco de crema batida en la mejilla- y Nico dirigía su mano a la mejilla de Maki mientras se acercaba a la abogada.

Dia pensó rápido, empujo leve y discretamente uno de los condimentos en la mesa y este a su vez golpeo la taza de té caliente de Nico, provocando que se derramara y tan pronto como lo hizo, llego hasta la camisa y piernas de Nico.

-¡Ouch, arde!- la pelinegra se levantaba de golpe de la mesa, haciendo sobresaltar a Maki también y alarmándola ante el pequeño "accidente"

Maki llevo hasta las piernas de Nico una servilleta, tratando de que absorbiera un poco del té caliente y amortiguar el ardor de la chica. Finalmente, cuando Nico dejó de moverse, el escándalo terminó.

-Oh dios... mis pantalones no se ven bien- estaba frustrada, amaba esos pantalones y ahora estaban manchados con una coloración un poco roja y eso no era todo, había quedado como una torpe ante Maki y Dia.

-Tranquila, vayamos al baño a tratar de quitar la mancha- Maki sugirió a lo que Nico asintió. -Dia cariño ¿Podrías esperarnos aquí?-

-Por supuesto Maki, tomen su tiempo- Contesto con completa normalidad mientras seguía comiendo su postre.

Esperó a que ambas adultas entraran al baño de la cafetería para después mirar el desastre de la mesa, un mesero se acercó a pedir una disculpa y entregó una nueva taza de té de frutas. Dia deseaba hacer escarmentar aun más a esa atrevida mujer, por lo que topó en la mesa la presencia de una botella de Gochujang, una maliciosa sonrisa se tornó en sus labios y sin pena alguna, mezclo la salsa Gochujang en la nueva taza de té y puso un par de gotas más en los wafles, estas se confundían fácilmente en las fresas.

Tan solo un minuto después, Maki y Nico volvían, parecía que todo ya estaba mejor, por lo que volvieron a sentarse para terminar de comer.

-Lamento las molestias Maki, creo que simplemente no me fijé en que momento golpee la taza- tras un suspiro, Nico tomaba un bocado de sus wafles, llevando precisamente un par de fresas a su boca.

Lo siguiente que experimentó fue como un agridulce sabor se mezclaba entre lo que masticaba y poco a poco comenzaba a picar en su boca, estuvo a punto de reclamar a los meseros, no fue hasta que cruzo mirada con Dia, quien la miraba con esa sonrisa maldosa de cuando se encontraron.

Se puso nerviosa nuevamente, parecía que Dia de verdad la odiaba, pero no podía hacer mucho al respecto, si decía algo a los meseros, Maki sabría que fue Dia quien había puesto picante en la comida de Nico y la regañaría, no buscaba eso. Así que como la adulta madura que era, aguantó el ardor en su boca y continúo comiendo.

Dia observaba de forma maliciosa como poco a poco pequeñas gotas de sudor se formaban en la frente de Nico, así como se tornaba un poco rubicunda su piel. Tenían una riña silenciosa ante la desatención de Maki.

Cuando ya no pudo tolerar el picor del postre, se aventuro a tomar un poco del té en busca de aliviar un poco el ardor, pero se llevó una sorpresa más...

"-¡También puso picante en mi té!... pequeño demonio... ¡No he perdido todavía!-"

La sonrisa de Dia se ensanchó al ver la expresión de Nico y como bajó el rostro, tratando de que Maki no se diera cuenta de lo que estaba sucediendo.

"-Eso te ganas por tratar de seducir a mamá...-"

-Vaya, esto si que ha estado delicioso- Maki suspiraba satisfecha, ajena a la batalla de miradas que tenían Dia y Nico.

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Eli y Nozomi miraban a las tres chicas salir por fin del café, se podía apreciar a Maki y Dia realmente sonrientes, mientras que Nico tenía una expresión un tanto de malestar. La mayor se preocupó un poco.

-Por fin salieron, creí que envejecería esperándolas aquí. Nico no se ve muy a gusto ¿Habrá pasado algo?- dijo aquella interrogante al aire.

-Presiento que Dia no ha sido del todo amable- respondía Eli mientras también se movía un poco.

-Nico adora a los niños, pocos logran hacer que ponga cara de trasero como la que tiene ahora mismo- Nozomi reía divertida.

-¿Cara de trasero?-

-Si, ya sabes... fruncida-

-Tienes un sentido del humor algo especial ¿Eh?-

-Espera... algo sucede...- Nozomi pedía a Eli que prestara atención, Dia parecía muy insistente en algo en especial. Observaron como hablaba con Maki respecto a algo y Nico parecía nerviosa, miraba hacia varias direcciones, como si estuviera tratando de encontrarlas para pedir ayuda.

-Creo que algo sucede... hay que tratar de saber que es- y con esas palabras, intentaron acercarse un poco para tratar de saber que era lo que había puesto tan nerviosa repentinamente a Nico.

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Nico moría de nervios, parecía que esa niña de nombre Dia estaba dispuesta a convertirse en su peor pesadilla. La menor le comentaba a Maki que debían ir hacia Akihabara, ya que había visto en internet un local muy interesante de tecnología que le interesaba ir a ver. ¿Cuál era el problema entonces? El local que Dia quería visitar estaba justamente encima del local de BiBi, tanta casualidad no era posible. Si tan solo se acercaban ahí había un alto riesgo de que Maki descubriera que era lo que Nico hacia para ganarse la vida, lo cual si bien no era algo tan malo, si que sería algo que le daría puntos en contra.

Deseaba con todas sus ganas a que Eli o Nozomi hicieran algo al respecto.

-Bueno, supongo que no hay de otra ¿vamos Nico? - Maki miraba tranquilamente a la mayor que no sabía que hacer para librarse de aquello.

-No creo que sea adecuado, ya es algo tarde, quizá sería mejor si las acompaño en otra ocasión- trataba torpemente de evitarlo.

Dia se sentía irritada ya de Nico, primero le coqueteaba a Maki en su presencia y luego se volvía una molestia para poder ir a ese lugar de nombre BiBi en el que seguramente podría descubrir si Eli estaba viendo a otra mujer. Simplemente tenía que ser en esa ocasión, ya que si dejaba ir tal oportunidad, después no estaba segura de que era lo que haría para poder ir ahí nuevamente.

-Está bien si no quiere acompañarnos señorita Nico, mamá y yo iremos de todos modos- Dia soltaba denotando su irritación. Maki estaba confundida.

Nozomi y Eli se acercaban un poco más de manera sigilosa, intentando escuchar que era lo que Nico necesitaba y cual era el nuevo problema. Estando a una distancia realmente peligrosa, por fin escuchaban algo al respecto.

-No es que no quiera acompañarlas, es solo que podría ser un poco riesgoso ir ahora mismo a Akihabara... es una zona llena de turistas y a esta hora suelen mal portarse por las calles...- Nico se excusaba nuevamente.

Una vez que escucharon aquello, entendieron porque la preocupación de Nico, irían justo al lugar donde trabajaba y podrían descubrirla, o peor aun podrian preguntar por Eli y podrian descubrir que ella contrato a Nico en una ocasión, por lo que necesitaban intervenir de alguna manera.

-Rápido, llama por teléfono a Maki- Nozomi le susurraba a Eli quien estaba a su lado oculta.

-¿Para qué? Puede ser peligroso, estamos muy cerca de ellas- respondía la artista.

-Solo hazlo, dile a Maki que la esperas en casa con alguna sorpresa o algo para que pasen el tiempo juntas, eso las hará desistir- explicó la mayor.

Rápidamente, Eli sacaba su celular de su bolsillo y marcaba el numero de Maki. La pelirroja escuchó el sonido de su teléfono y se dispuso a contestar.

-Es Eli... espera- se disculpó con Nico y tomo la llamada.

-Maki ¿A-aun estas con tu amiga?- dijo con una voz baja para la pelirroja.

-Eli, si, aún estamos juntas... ¿Por qué susurras? - preguntó la abogada algo curiosa al respecto.

-Por nada en especial, solo te llamaba para saber si podrías volver a casa, me gustaría que viéramos alguna película juntas hoy- decía lo primero que s le venía a la mente.

Maki estaba algo curiosa de la repentina petición de Eli, pero simplemente sonrió ante la notable ansia de la mayor.

-De acuerdo, me despediré y te veremos más tarde- Maki correspondía y tras soltar un beso al teléfono, colgó la llamada.

Nico en cualquier otro momento se hubiera sentido celosa de la forma en la que Maki se despedía de Eli pero en esa ocasión en concreto, se sentía sumamente aliviada de poder frustrar la pequeña y malévola idea de la joven Dia, quien no se notaba nada feliz por la petición de su madre rusa.

-Dia cariño, Eli quiere que vayamos a casa para pasar un rato juntas- comenzaba explicándole. -¿Te parece bien si el próximo fin de semana vamos las tres juntas a ese lugar que quieres?- proponía a la menor.

Dia no estaba contenta, su plan se había visto totalmente frustrado y no podía hacer nada para evitarlo. Al final solo suspiró y asintió.

-Supongo que estará bien...- aceptaba a regañadientes.

Finalmente, Maki miraba a Nico, dedicándole una cariñosa sonrisa.

-Debemos irnos ya, Nico. Fue muy agradable pasar esta tarde contigo. Espero podamos repetirlo pronto y ponernos al día entre nosotras- Maki mostraba esa sonrisa tan única que solo tenía para Nico.

-Por supuesto, estaré encantada de pasar más días con ustedes- con más calma, la pelinegra aceptaba despedirse por ese día de ambas chicas. Había sido un día complicado y necesitaba replantear su estrategia para acercarse un poco más a Dia sin que la menor le gruñera.

Por su parte, mientras Maki y Nico se despedían, Eli comenzaba a sentirse mal, su pecho nuevamente comenzaba a dolerle de forma punzante y amenazaba con sufrir un nuevo ataque de tos, de esos que le daban antes de experimentar una asfixia y desfallecerse poco después.

Nozomi entonces notó como la menor sujetaba su pecho y luchaba por respirar adecuadamente.

-¿Eli te sientes bien?- la pelimorada estaba evidentemente preocupada por como comenzaba a verse la artista.

-Nozomi... sácame de aquí lo antes posible, por favor...- alcanzo a decir mientras trataba de tolerar el poderoso dolor en su torso.

Nozomi colocó una de sus manos en las caderas de Eli mientras hacía que la chica pasara su brazo sobre sus propios hombros y así poder serle de apoyo. Trataron de dar un par de pasos, pero lamentablemente, de forma inesperada, Eli no pudo soportar más el dolor y exclamo un doloroso quejido mientras se dejaba vencer por la debilidad de sus piernas y caía de rodillas. Nozomi hizo un gran esfuerzo por amortiguar su caída y retenerla.

La despedida entonces de Nico y Maki se vio irrumpida por un sonoro quejido que Maki reconoció de inmediato. Nico se tensó ante el estruendo y antes de siquiera intentar detener a la abogada, Maki ya se había apresurado a doblar la esquina, solo para encontrarse con algo que nunca se imagino.

-¿Eli?- pregunto primeramente, notando como efectivamente, la mujer que había emitido aquel quejido era su esposa. Aun sin prestar atención y sin importarle nada, se apresuró hasta ella y trato de sostenerla. -¡Eli!- la llamo preocupada.

Nozomi trató de salir corriendo al ver la cercanía de Maki, pero sucedió tan rápido que simplemente no pudo hacer nada para ocultarse, antes de que Maki la viera. Cuando la pelirroja levantó la vista, se vio cara a cara con esa peli morada que no pensó encontrar precisamente con su esposa.

La ira en el cuerpo de Maki creció junto a los tortuosos recuerdos.

-Nozomi...-

La imagen que Nico vio en ese momento, la hizo sentirse más que aterrada. Un rencuentro que, nunca de los nunca debía haber sucedido.

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Buenas, traigo el primer episodio de año. lamento la aucencia la semana pasada pero he tenido mucho trabajo. En fin, espero disfruten de este capítulo.

gracias por sus comentarios, siempre los leo con mucho cariño.

Banzai~