Holi woli. Este episodio llega un poquito rápido porque esta cortito y porque ustedes lo pidieron, pero, prometo que el siguiente no será solo más largo, sino que habrá acción no apta para menores.
Besitos~
Aclaraciones:
Los personajes actúan como se les da la gana, sorry…
– Capítulo 7 –
El Poder de los Celos
"Oh Atsushi-kun, hoy pareces estar de muy buen humor~ ¿Estás feliz porque hoy saldrás temprano?"
Sonrió hacia su mentor, esa no era la razón de su felicidad pero si gran parte de ella.
"En realidad es porque tengo planes con alguien…"
No quiere mencionar el nombre del pelinegro, aunque es obvio para todos los presentes con quién ha quedado de verse, aquel que le roba todos sus suspiros y sus anhelos.
"Oh, cierto… -contestó Dazai mirándole desde su silla mientras finge leer unos papeles- ya están por cumplirse tres meses desde que ustedes dos se llevan mejor…"
Su sonrisa flaqueó por un segundo, pero se obligó a seguir sonriendo. Era verdad que al día siguiente se cumplían los tres meses de apuesta y eso le hacía sentir… triste.
Akutagawa llevaba alrededor de dos semanas sin toser un solo pétalo en su presencia y su aspecto lucía mucho mejor en comparación. Así que una vez cumplido el plazo, no había razones para que él y su amigo siguieran dándose ese trato especial. Pero…
¿Soy mala persona por querer que me necesite?
¡No! Se niega rotundamente a aceptar que esto acabe. Es verdad que no había preguntado a Akutagawa recientemente sobre sus sentimientos hacia Dazai, pero está completamente seguro de que él no le es indiferente. No por nada sus mejillas se sonrojan ante su toque o cierra sus ojos con gusto ante sus besos.
No. Él luchará por Akutagawa. Se declarará hoy mismo, le haría saber de sus sentimientos y con suerte, mucha suerte, sería correspondido.
"Si, espero que las cosas puedan seguir así de ahora en adelante -siente una ligera falsedad en su sonrisa y sus palabras, porque de hecho él no quiere seguir así, él de hecho quiere mucho más- ¡Suerte chicos! ¡Nos vemos mañana!"
"Mucha suerte Atsushi-kun~"
Giró a ver a su mentor antes de salir, tragando saliva. Conoce lo suficiente a Dazai para saber que algo planea, pero en este momento no puede importarle lo más mínimo.
…
"¿A dónde te gustaría ir?"
Akutagawa le miró con ojos perezosos antes de virar su rostro hacia la bahía, pensativo.
"¿Qué te parece si comemos esas crepas que prometiste?"
Sonrió hacia su acompañante, feliz de poder invitarle algo esta vez.
"¡Por supuesto! ¡Yo te invito! -dijo arrastrándole de la mano hasta el puesto cercano, aquel donde había llevado a Kyouka en una ocasión. Era casi gracioso como en esta ocasión estaba invitando a aquel que le secuestro y casi le mata esa última vez- ¿De qué sabor te gustaría, Ryu?"
Akutagawa pareció pensárselo un momento antes de responder.
"Fresas y crema… con helado de queso encima -le vio bajar la mirada ligeramente apenado antes de despegar nuevamente sus labios- y unos barquillos de chocolate"
"Por supuesto -susurró gustoso de complacer a este chico que no sabe pedir ni disfrutar, ¿Sería su primer crepa?- si gustas buscar una banca en lo que pido"
Akutagawa asintió antes de soltar su mano, dirigiéndose a las bancas del parque cercano, y él no pudo evitar perderse ligeramente en la sensación del vacío que ha quedado entre sus dedos, la importancia que ahora el pelinegro tiene en su vida y como ya no puede concebir su relación de manera diferente.
"¡Dos crepas por favor! -pidió en su turno, escogiendo para él la que lucía más rica en su opinión, pero la verdad sea dicha, no lucía ni de lejos tan apetecible como los labios rosados de su acompañante- ¿Cuánto seria?"
Con las crepas en las manos buscó a su amigo entre las personas, encontrándole en una de las bancas más retiradas, bajo un árbol que pronto abriría sus cerezos. Sonrió entregando su postre.
"¡Crepa de fresas con crema, helado de queso y barquillos de chocolate servida! - dijo extendiéndoselo, con las primeras gotas de helado cayendo al suelo- siento si se derritió un poco"
"Está bien"
Se sentaron juntos y comieron entre pequeñas bromas, la presencia de Akutagawa es tan cálida que le hace sentirse ligero, en una zona de confort que antes desconocía. ¿Cómo fue que terminaron tan enemistados? Eso seguramente había sido obra de Dazai, pero… ¿En qué le beneficiaba hacerlos pelear? ¿Por qué no busco una amistad en ellos desde el principio? Terminó su crepa aun perdido en sus pensamientos.
Ni Dios podría entender a ese hombre…
"Rayos…"
Giró su vista al pelinegro, buscando la razón de la molestia y observó detenidamente -sin querer- como su lengua se acercaba a lo poco que quedaba del cono de tortilla dulce, lamiendo poco a poco el helado que estaba derramándose y a él las ideas comienzan a desdibujarsele peligrosamente.
En un arrebato beso sus labios sin poderse contener, lamiendo los restos de nieve que los decoraban, sintiendo como la temperatura sube en el interior de su cuerpo.
"¿Puedo probar más de tu postre?"
Las mejillas se le entintaron levemente ante la posible insinuación en sus propias palabras. En su defensa, el de verdad solo quería probar de la crepa antes de que Akutagawa se la terminara.
Aunque no me cierro a las posibilidades…
Akutagawa mascó lento, con ojos que iban de la comida entre sus manos hasta sus ojos y viceversa, sopesando si compartir lo que le quedaba o no. Al parecer no había captado el doble sentido.
O eso pensó hasta ver la sonrisa coqueta.
"Adelante. Te dejare probar solo la puntita"
La respiración se le cortó un momento, con miles de pensamientos pasando por su cabeza. Este chico frente a él es un travieso y hará que le dé un ataque cardíaco en cualquier momento, pues no es la primera vez que sus pláticas terminan subiendo ligeramente de tono. Mucho menos en esas últimas dos semanas…
Tomó la muñeca que sostenía el postre con su mano. Acercando su rostro sin perder de vista los ojos grises que le miran con detenimiento.
Entrecerró los ojos, abriendo la boca para mordisquear la comida ofrecida pero un olor familiar lo detuvo.
"¡Ohhh~ Atsushi-kun, Akutagawa! ¡Pero qué sorpresa encontrarlos aquí!"
Se alejó del otro, ligeramente fastidiado. Está seguro que de sorpresa no tuvo nada. Y su fastidio aumento al ver las mejillas enrojecer, los ojos grises posarse en su mentor y solo en su mentor. Cómo si nadie más existiera. Cómo si él no existiera.
Soltó la muñeca delgada antes de romperla si se molestaba demasiado.
"Dazai-san…"
Apretó los dientes ante el suave gemido, obligándose a sonreír sin importar el susurro cariñoso del pelinegro y el dolor que le genera.
"Dazai-san… -llamó su atención- ¿Qué lo trae por aquí?"
Dazai miro a uno y a otro, sonriendo para sí mismo antes de fijar su vista en lo poco que quedaba de crepa en la mano de Akutagawa.
"Kunikida me mandó a investigar unas cosas para él, pero me desvíe un poco -claro que se desviaría del trabajo como siempre ¿Pero que hace justamente aquí?- ohh, pero que rico luce eso ¿Será que pueda tomar un poco, Akutagawa?"
Giró su rostro hacia Ryunosuke ligeramente cohibido, esperando en su interior que se negara, porque esa última porción se la había cedido a él. Solo a él.
"Adelante -el rostro pálido luce incómodo, los ojos grises le rehúyen- Dazai-san…"
Suspiró molesto. Debió suponerlo.
Claro que Akutagawa preferiría a Dazai por sobre él. Claro que lo querría más que a él.
Se quedó callado, observando como el mentor de ambos caminaba hasta su compañero y se acuclillaba a su lado, inclinándose y tomando de un solo mordisco lo poco que quedaba del postre. Su postre.
Dazai mastica con sus ojos gatunos fijos en él, con un brillo malicioso que le hace hervir la sangre. Como si acabara de jugarle una travesura, una broma pesada. Y a él se le quema el estómago de indignación.
"Oh~ Atsushi-kun ¿Acaso querías un poco? -Dazai se lame los labios, fingiendo pena por robar aquello que le pertenecía, justo antes de sonreír con suficiencia- es bueno que aprendas a tomar lo que quieres antes de que alguien más llegue y te lo robe ¿No?"
Y se separó de ambos sonriendo. Quizás notando la sed de sangre que emana de su cuerpo, la furia que busca descontrolarse.
"Ara~ creo que es hora de volver al trabajo por hoy -Dazai ni siquiera se inmuta. Akutagawa sigue serio a su lado, pareciendo ignorar lo que pasa a su alrededor- nos vemos"
Y tal como vino se fue. Dejándolos a ambos en un silencio incómodo. Más incómodo que cuando se odiaban. Más incómodo que cuando se insinuaban.
"¿Qué fue eso? -preguntó descolocado, no pudiendo disimular el tono receloso en su voz- ¿Por qué se lo diste?"
"¿Por qué no? Tu no la comiste y hasta te alejaste -Akutagawa se levantó de la banca sin mirarle, más que molesto, incómodo- si tanto la querías, debiste decir algo. Podemos comprar otra si…"
Se levantó también. Apretando los puños.
"¡No quiero otra! Yo quería… esa"
Te quiero a ti…
"Estás siendo irracional, Jinko -escupió Akutagawa en tono serio, la coquetería de un rato atrás había desaparecido- si te pondrás así, entonces me voy"
Le dieron la espalda antes de que pudiese decir algo más.
¡No, no, no, no! ¡No se supone que las cosas terminen así!
Le apresó entre sus brazos, consiguiendo pararle, consiente de la tensión en ese cuerpo al que había superado en tamaño. Con miedo de dejarle marchar, de que las cosas vuelvan a ser como antes. De que Akutagawa no le permita acercarse a él nunca más.
"No, no te vayas… -rogó- solo…"
Le abrazo más fuerte, enterrando su rostro entre sus omoplatos, en medio del olor a madera y cuero.
"¿Solo…?"
Estaba celoso, muy, muy celoso…
"Me moleste -admitió- porque después de todo este tiempo Dazai parece influir mucho en ti y yo paso a un segundo plano cuando él está. Yo no quiero esa estúpida crepa… yo…"
Te quiero a ti, solo a ti…
Puede sentir la vibración de sus latidos acelerarse con nerviosismo. Le escucho tragar saliva, suspirar abochornado aun cuando intenta disimularlo. Aspiró nuevamente, llenándose del olor a cuero y vainilla, del olor de las flores y…
¿Qué es ese otro olor que emana de su cuerpo…?
Un olor dulce, cómo de anticipación. Húmedo, cálido. Trago el exceso de saliva en su boca, repentinamente sediento al comprenderlo.
Deseo. Akutagawa olía a deseo.
¿Acaso era porque lo abrazaba? ¿O por el acercamiento de Dazai hace poco?
La idea le quemó. Recordando con algo de resentimiento las palabras de su mentor.
"Estás deseoso…"
Sus palabras alertaron al corazón desbocado, volviéndolo cada vez más errático y acentuando el olor dulce que emanaba de él.
"No… no lo estoy…"
Ahora que lo piensa, los días que entrenaban su aroma se volvía tan deliciosamente denso hasta casi asfixiarlo, cada vez más difícil de ignorar, de resistir…
"No me mientas -pidió aspirando nuevamente, llenando sus pulmones de él- ¿Es por Dazai?"
El ritmo de sus latidos se mantuvo. ¿No era por eso entonces? La verdad no le importa el motivo si Ryunosuke está tan ansioso siempre y cuando esté entre sus brazos.
Aprende a tomar lo que quieres antes de que alguien más llegue y te lo robe…
No pudo evitar arrugar el abrigo negro entre sus manos a la altura de su pecho. Expulsando las palabras que tanto le queman la cabeza y el resto de su cuerpo.
"Ven conmigo a casa… -susurró melosamente cerca de su oído, ignorando el impulso de mordisquear el lóbulo de su oreja- también te puedo ayudar con eso…"
Contuvo el aliento, preguntándose si no había ido demasiado lejos.
No, ir demasiado lejos sería tomarlo aquí mismo, entre el pasto y con la gente viendo…
Cosa que no está tan lejos de ocurrir si sigue tan abrazado a él y ese aroma que lo está arrastrando poco a poco en la locura.
"Solo… por favor…"
El silencio se le hizo eterno. Está por separarse y huir antes de cometer algún crimen contra la decencia, pero el suave murmullo le hizo jadear gozoso.
"Vamos a tu casa… -sonrió con júbilo, tomando su mano y dando un beso en su espalda antes de separarse, feliz de ser escogido por el chico del abrigo negro- pero lo que se ocupe de la farmacia lo compraras tu"
"¡Yo lo compro! -apuró a contestar, la vergüenza no frenaría su deseo ni las ganas de pegar su cuerpo al del otro- yo me encargo de todo…"
De tu cuerpo y tu corazón…
Próximo Capítulo:
Quiero Ser el Primero
Las Cosas han subido un poco de nivel y una cosa ha llevado a la otra. En medio de sábanas delgadas, a Atsushi no le molesta "ser el otro" con tal de poder acercarse un poco más a su chico especial.
Saluditos~
