16.- Manzanas con un toque de alcohol


Madre: desconocida

"Mother: unknown"

De HufflepuffMommy

Alfa-Bet-eado


Sabía a manzanas Granny Smith, a partes igual de dulce y agria.

Deliciosa.

Apetecible.

Los labios de Hermione eran carnosos, deliciosos y se deslizaban sobre los suyos como si estuvieran hechos para fusionarse.

Él se echó hacia atrás un poco, sólo para asegurarse de que ella estaba bien, pero ella agarró su jersey y se puso de puntillas para besarlo un poco más.

Él inclinó la cabeza para pasar la lengua por sus labios, instándola a abrirse para él y ella obedeció sin dudarlo.

Sabía mucho más divina.

Manzanas con un toque de alcohol: su nuevo sabor favorito.

Sus manos agarraron sus caderas a cada lado, sin querer dejarla ir ni detenerse.

Cuando sus brazos rodearon su cuello y su beso se volvió más apasionado, él recobró el sentido y se dio cuenta de que estaban en medio de un bar muy lleno de gente y muy público.

Hermione debió darse cuenta de lo mismo, mientras se alejaba, con una mirada que era una mezcla de sorpresa y timidez.

—Hace muchísimo calor aquí, ¿no crees? —preguntó ella—. Quizás un poco de aire fresco...

—Aire fresco, sí. No podría estar más de acuerdo—. Él tomó su mano y la llevó hacia la puerta, asegurándose de agarrar sus abrigos y ponérselos mientras salían.

Los dos prácticamente corrieron, de la mano, hacia el costado del edificio. En el momento en que estuvieron fuera de vista, la empujó contra la pared de ladrillos y no pudo tocarla con sus labios lo suficientemente rápido.

Cuando sus brazos rodearon su cuello, sus manos se deslizaron por la abertura de su abrigo y agarraron sus caderas, acercándola a él para mantenerlos a ambos calientes. Sus dedos exploraron la piel expuesta a lo largo de sus costados y espalda. Él sólo dudó brevemente antes de acercarlos a su pecho.

Ella gimió en su boca y la sensación fue directa a su pene.

La masajeó a través del sujetador y le pellizcó el pezón a través de la fina tela. Hermione apartó sus labios de los de él y apoyó la cabeza contra la pared, jadeando suavemente.

La dejó recuperar el aliento mientras lanzaba besos en cualquier parte expuesta de ella que pudiera encontrar: su mejilla, su cuello, a lo largo de su clavícula y detrás de su oreja. Ella tarareó en señal de aprobación hasta que le tocó la nariz con la suya.

—Deberíamos volver a entrar, o al menos a algún lugar donde protegernos del frío —dijo, con su aliento entrecortado en el aire fresco de la noche.

Su propio aliento se mezcló con el de ella mientras se apoyaba contra su frente.

—Creo que ya he tenido suficiente de otras personas por el momento.

Ella se rio y hundió la cara en su cuello.

—¿Nos vamos entonces? —preguntó ella—. No sé tú, pero yo tengo hambre.

Él sonrió y tomó su mano, llevándola de regreso a su auto.


Se sentaron en su auto en un estacionamiento mientras comían hamburguesas con queso y papas fritas, ya que el único lugar abierto a medianoche que tenía comida disponible era un autoservicio.

Hermione se reclinó en su asiento y giró la cabeza para estudiarlo.

Él la imitó.

—¿Un knut por tus pensamientos? —preguntó.

—Estaba pensando en que le debo diez dólares a Rachel.

Draco se rio y se acercó para entrelazar sus dedos con los de ella.

—¿Por qué

—Porque ella apostó que me besarías esta noche.

—Bueno, técnicamente, tú me besaste primero —corrigió y se dio unos golpecitos en la mejilla para recordarle dónde sus labios lo habían rozado por primera vez.

Hermione agachó la cabeza.

—Ella también mencionó algo sobre lenguas…

Draco usó su dedo para levantarle la barbilla para que ella pudiera mirarlo.

—¿Así? —Luego, se inclinó y la besó.

El sabor de las manzanas había desaparecido, pero eso no significaba que besarla no fuera menos agradable.

Disfrutaba explorando su boca; encontrar la presión perfecta de sus labios que la hizo suspirar; la provocó con su lengua hasta que ella se abrió para él.

Se besaron lentamente, familiarizándose a través de sus bocas y lenguas.

Una de sus manos ahuecó su mejilla, acercándolo, lo que le permitió profundizar el beso mientras su propia mano encontraba agarre en su cabello.

Después de unos momentos de besuquearse, se separaron.

—Odio decirlo, pero probablemente deberíamos dar por terminada la noche —dijo, salpicándola de besos entre palabras.

—Supongo que deberíamos.

La besó tres veces más y finalmente arrancó el coche y se dirigió a su casa.

Siendo el caballero para el que lo criaron, la acompañó hasta la puerta, sus manos estaban unidas mientras ella se inclinaba hacia él.

—Me la pasé muy bien. —Ella se volvió hacia él—. ¿Querrías venir a tomar una copa adentro o… Algo así?

¡Merlín! Quería hacerlo. Él tomó su rostro y la besó contra la puerta.

—No creo que sea una buena idea. —Le mordió el cuello y luego lamió la pequeña mancha que dejó.

La sintió temblar mientras movía la cabeza, dándole más acceso a su piel.

—¿Por qué? —preguntó sin aliento.

—Porque… —Presionó sus labios contra los de ella—. Si entro, no hay manera de que no me vaya antes de poder estar contigo en cualquier superficie que esté más cerca, ya sea la mesa del comedor o el sofá, tal vez incluso ambos.

Ella agarró las solapas de su jersey y lo acercó.

—¿Quién dice que no quiero que hagas precisamente eso?

Él le sonrió.

—Tranquila, Leona. —Le besó la punta de la nariz—. Hace mucho tiempo me puse la regla de no llevarme a la cama a una mujer en la primera cita. Eso queda reservado para la tercera.

Sus cejas se arquearon con sorpresa y él no pudo evitar reírse.

—Pero…. ¿por qué? —preguntó ella.

—Porque… —Bajó la cabeza para poder susurrarle al oído—. Esperar lo hace aún más dulce. —Le dio un beso en la mejilla—. Buenas noches, Hermione.

Un escalofrío pareció recorrerla antes de decir con voz áspera:

—Buenas noches, Draco. —Y luego, se deslizó dentro de su casa.

Sabía que se arrepentiría de no haber aceptado su oferta, pero parecía lo correcto. Estaba interesado en más de una noche, lo que significaba tomarse su tiempo con ella, incluso si eso significaba ocuparse de sus propias necesidades sexuales por el momento. Su erección ya era prominente a través de sus jeans, pero no era algo que una buena sacudida en la ducha no pudiera arreglar, especialmente con los nuevos recuerdos de cómo ella sabía y se sentía bajo sus manos.


Draco gimió a la mañana siguiente cuando sonó la alarma. Se había acostado más tarde de lo previsto, ya que había necesitado saciarse dos veces antes de estar lo suficientemente extenuado como para quedarse dormido.

Mientras se sentaba, pensó en lo que había sucedido entre él y Hermione la noche anterior y se sorprendió agradable y felizmente con lo perfecto que se sentía al deslizarse hacia algo más.

En el momento en que ella lo invitó a salir para la víspera de Año Nuevo, él supo que sería diferente: que su relación cambiaría. No podía negar que había desarrollado sentimientos por la bruja, pero no sabía si esos sentimientos eran correspondidos y no quería arriesgarse a perderla si actuaba en consecuencia.

En todo caso, su cita esa noche dejó en claro que no tenía por qué preocuparse. Sentarse en el auto comiendo hamburguesas les había dado la oportunidad de hablar y se sintió aliviado al descubrir que Hermione estaba en la misma página que él. Y ambos acordaron que mientras navegaban por esta cosa nueva, no se lo dirían todavía a Lyra.

Sabía que Lyra había llegado a amar a Hermione y que estaría encantada de saber que estaban saliendo, pero los dos necesitaban tiempo para descubrir si la relación funcionaría antes de decirle algo.

En cuanto a las relaciones, especialmente las serias, la historia de Draco era prácticamente inexistente. Era por esta razón que se había impuesto reglas cuando se trataba de cualquier mujer con la que planeara buscar algo más; por supuesto, eso no había sucedido hasta ahora.

Había salido brevemente con Pansy Parkinson en su juventud, pero eso se debió principalmente a la insistencia de sus madres. Sin embargo, funcionó a su favor: ser amigos desde los pañales significaba que se conocían bien y se sentían lo suficientemente cómodos como para explorar y descubrir lo que ambos querían en una pareja.

Desafortunadamente para sus familias, no fueron el uno para el otro.

Pansy había sido una de sus primeras veces: darle su primer beso condujo a su primer faje; dejarle sentir su camisa para tocar sus pechos; incluso recibió su primera masturbación de ella. Todo eso había sido durante el verano entre quinto y sexto año. Una vez que comenzó el semestre escolar, tenía una tarea imposible por parte del monstruo que vivía en su casa, y tener una relación ya no era su principal prioridad.

Sin embargo, aparentemente se había equivocado, ya que tuvo una relación durante el sexto año que creó a Lyra.

Le había sido sincero a su madre acerca de no salir con nadie desde que se mudó a Estados Unidos, pero era sólo una verdad a medias. Hubo algunas ocasiones, generalmente durante los meses de verano, en las que alguna turista o visitante lo invitaba a pasar una noche de diversión. Draco originalmente había rechazado estas ofertas, luego se dio cuenta de que tenía necesidades que podían satisfacerse mejor que masturbarse en solitario.

Siempre tomaba precauciones en esas noches porque no quería engendrar accidentalmente otro hijo con alguien que era una extraña.

Todo se sentía diferente con Hermione: ella ya era una figura muy prominente tanto en su vida como en la de Lyra. Tanto era así, que cuando ella estaba fuera durante las vacaciones, él se dio cuenta de que la extrañaba y sabía que Lyra sentía lo mismo.

No había esperado eso de Hermione Granger (¿cómo podría haberlo imaginado?). Pero aquí estaba él, en el proceso de enamorarse de ella.

Si era honesto consigo mismo, ya estaba a mitad del camino.

Miró el reloj y se dio cuenta de que había estado despierto en la cama durante la última media hora. Lyra llegaría pronto a casa, así que pensó que sería mejor meterse en la ducha y prepararse para su día.

Su teléfono celular sonó, supo que era Hermione incluso antes de comprobarlo. Una sonrisa se formó en su rostro mientras alcanzaba su teléfono.

¿Cena en mi casa esta noche?

Absolutamente. Sólo dinos qué llevar y estaremos allí.

¡Excelente! Tú y Lyra traigan el postre, yo me encargo del resto.

Sí, definitivamente estaba empezando a enamorarse perdidamente de la bruja.


Nota de HufflepuffMommy: ¡Siento que tomó una E-TER-NI-DAD llegar hasta aquí! ¡Y todavía nos queda mucho camino por recorrer! Recuerden que este fic tiene 42 Capítulos... ¡Y solo estamos en el Capítulo 16! Los próximos capítulos serán bastante esponjosos, así que asegúrate de cepillarte los dientes para que no se pudran por toda la dulzura jajaja ¡Nos vemos!