21.- Sexo con Granger... Finalmente
Madre: desconocida
"Mother: unknown"
De HufflepuffMommy
Alfa-Bet-eado
Era difícil caminar y besarse al mismo tiempo, sin importar cuánto lo deseara Draco. En el camino hacia las escaleras, tiró varias cosas mientras los maniobraba a través de su sala de estar.
Al menos Hermione parecía igual de distraída cuando chocó con una mesa auxiliar en el camino. Finalmente, la agarró por las caderas para guiarla y la hizo caminar hacia atrás por las escaleras.
Ella sonrió en su boca y murmuró algo acerca de cómo le gustaba este nuevo ángulo, siendo finalmente un poco más alta que él.
Sus manos encontraron agarre en su cabello y tiró de él, mientras ella provocaba y mordisqueaba sus labios.
Ella se alejó cuando llegaron a lo alto de las escaleras.
—¿Sabes? En realidad, nunca he visitado tu segundo piso, excepto la habitación de Lyra, por supuesto.
Él la agarró por las caderas mientras la hacía girar para mordisquearle el cuello mientras señalaba las distintas puertas.
—La habitación de Lyra, el baño, la habitación de invitados, la sala de pociones, el armario de ropa blanca.
—¿Dijiste pociones…?
Él la giró de nuevo, sellando sus labios con los de ella en un beso abrasador.
—Luego.
La llevó a su habitación, donde había velas encendidas por todos lados, así como otra rosa en medio de la cama.
Hermione arqueó una ceja.
—Es un poco presuntuoso pensar en llevarme a tu cama esta noche, ¿no? —bromeó ella.
Con una mano la atrajo hacia él.
—Dime que no tienes nada sexy debajo de ese bonito vestido.
Hermione lo miró mientras daba un paso atrás.
—Supongo que sólo hay una manera de averiguarlo.
Ella alcanzó el lazo alrededor de su cintura, pero Draco se acercó y detuvo sus manos.
Con dedos hábiles, desató el nudo de su cadera y dejó caer el cinturón de tela a cada lado de ella. Deslizó un extremo de la tela por su hombro mientras le rozaba el brazo, provocando que se le pusiera la piel de gallina. Él hizo lo mismo hacia la otra parte, dejando que el vestido se acumulara a sus pies mientras retrocedía para mirarla completamente.
Vestía encaje negro y seda, así como un bonito rubor que manchaba sus mejillas.
—Eres hermosa —susurró. Sus labios se torcieron mientras le sonreía—. Y una total hipócrita.
Ella se rio y se burló al mismo tiempo, pero antes de que pudiera replicar, él la levantó y la depositó en su cama.
Ella se apoyó en los codos mientras él levantaba uno de sus pies calzados con botas y lentamente abrió la cremallera del costado antes de quitárselo y arrojarlo a un lado. Tan pronto como hizo lo mismo con la otra bota, Hermione se sentó sobre sus rodillas y lo acercó para darle un beso ígneo mientras comenzaba a desabotonarle la camisa.
Él besó su cuello y dejó que sus manos recorrieran su cuerpo mientras ella se ponía a trabajar.
Él sonrió cuando ella dejó escapar un resoplido de frustración.
—¿Demasiados botones?
Ella lo fulminó con la mirada antes de rasgar la prenda ofensiva por la mitad para que los botones se soltaran.
—No más —dijo con una sonrisa de satisfacción.
Subió por su cuerpo y le sujetó los brazos por encima de la cabeza.
—Esa era una de mis camisas favoritas —dijo antes de bajar la cabeza para rozar con los dientes uno de sus pezones cubiertos de encaje.
Hermione arqueó la espalda y dejó escapar un suave grito ahogado.
—Te compraré una nueva.
Draco cambió al otro pecho mientras soltaba sus muñecas para deslizar sus dedos por sus costados mientras los dedos de ella se enroscaban en su cabello.
Dejó un rastro de besos por su estómago hasta llegar a la costura de sus bragas y, sin dudarlo, la lamió a través de la seda.
Ella dejó escapar un delicioso gemido cuando sus dedos agarraron su cabello y su polla palpitó para liberarse de las ataduras de sus pantalones.
—Haz eso de nuevo —suplicó.
Él obedeció y ella se arqueó hacia él, como si intentara conseguir más fricción. Él trepó por su cuerpo, besando cualquier piel expuesta que pudo encontrar hasta que su boca alcanzó la de ella.
Sus dedos encontraron su ápice y la acariciaron hasta que quedó empapada.
—Más —dijo y luego jadeó cuando él deslizó uno, luego dos dedos dentro de ella.
Su pene estaba rígido con anticipación mientras sus dedos entraban y salían de su calidez, sus jugos lo cubrieron.
Los dedos de Hermione lucharon con su cinturón y cuando finalmente soltó el cierre, hizo un rápido trabajo con el botón y la cremallera. Ella hundió su suave mano en sus pantalones y lo tomó, sincronizando sus caricias con el ritmo que él tenía en ella.
Le tomó todo lo que tenía para no correrse. Se concentró en bombearla con sus dedos mientras su pulgar frotaba su clítoris en círculos pequeños y rápidos.
Su respiración se volvió errática y cuando se arqueó por última vez, con la cabeza echada hacia atrás contra el colchón, él sintió el aleteo de sus paredes que acompañaba su orgasmo.
Sacó los dedos y le dio besos lentos y abiertos por todo el pecho y el cuello, esperando a que ella recuperara el aliento.
—Te necesito dentro de mí —dijo ella mientras lo alcanzaba y lo acariciaba con una mano mientras la otra lo ayudaba a bajarse los pantalones.
Tuvo que levantarse brevemente para quitarse los zapatos y quitarse los pantalones y los pantalones por completo. Él se acercó y enganchó los dedos a los lados de sus bragas, bajándolas lentamente por sus piernas, apreciando la sedosidad de su piel y la humedad brillante entre sus piernas.
—Eres tan malditamente hermosa. —Deslizó sus manos debajo de su espalda y las movió para que ella se sentara encima.
Hermione se estiró detrás de ella para desabrocharse el sostén y lo arrojó a un lado mientras sus manos recorrían su cuerpo hasta llegar a sus pechos desnudos.
Eran tan suaves y regordetes que encajaban perfectamente en sus manos. Él rodeó sus pezones endurecidos con sus pulgares y ella movió su cuerpo lentamente contra él, su humedad estaba cubriendo su pene.
Su mano se extendió sobre su pecho, mientras tomaba lo que quería de él y él no podía quitarle los ojos de encima. Con una mano continuó pellizcando un pezón, mientras con la otra trabajaba su clítoris.
Supo que estaba cerca de nuevo cuando su respiración se hizo corta e hinchada, una tras otra, y se levantó para alinearsecon su entrada.
Cuando ella se deslizó lentamente hacia abajo y él estuvo completamente enfundado dentro, Draco sintió que finalmente estaba completo, que ella era la pieza que no sabía que le faltaba.
Su calidez lo rodeó y él la miró y observó su rostro mientras ella comenzaba a balancearse encima de él, con los ojos entrecerrados y su bonita boca formando una pequeña «O».
Sus movimientos se aceleraron y Draco colocó sus manos a cada lado de sus caderas mientras la ayudaba a mantener el movimiento.
Estaba cerca... Muy cerca de venirse.
Cuando Hermione extendió una mano entre ellos y comenzó a frotar su clítoris por su cuenta, fue lo que lo envió a la cima. Él explotó dentro de ella y justo cuando terminó, Hermione también se vino por última vez.
Agotada, ella se desplomó encima de él y los dos se quedaron allí, respirando con dificultad mientras recuperaban el aliento.
—Guau —dijo finalmente con una risa cansada mientras se alejaba de él y se acurrucaba a su lado.
—¿Debería tomar eso como un cumplido? —bromeó.
Ella le golpeó ligeramente el pecho en broma.
—No quiero hacer que tu ya de por sí grande ego, sea aún más grande, pero me hiciste llegar al orgasmo dos veces. Será un milagro si puedo caminar hasta el baño.
Draco se rio entre dientes mientras alcanzaba su varita en su mesa de noche y lanzaba un rápido hechizo de limpieza sobre ellos dos.
—Listo, no necesitas ir al baño.
Hermione puso los ojos en blanco.
—Gracias, pero en realidad necesito usar el baño. —Se levantó de la cama y recogió sus bragas del suelo.
—¿Te importaría si me pongo una de tus camisas? —preguntó ella.
Draco colocó sus manos detrás de su cabeza y miró su cuerpo.
—¿Y tapar esas increíbles tetas? No creo.
Hermione murmuró algo sobre «hombres» y entró al baño contiguo.
Draco se levantó de la cama y abrió un cajón de la cómoda. Sacó un par de pantalones deportivos gris oscuro y se los puso antes de tomar también una de sus camisetas y colocarla sobre la cama.
Llamó a la puerta del baño.
—Voy a bajar a buscar algo de beber. Regreso en un momento.
Después de escucharla confirmar que lo escuchó, Draco medio trotó escaleras abajo y entró en su sala de estar.
Atrás quedaron el cielo encantado y las velas flotantes; su sala de estar volvió a ser un sitio ordenado.
Al entrar a la cocina, encontró a Mipsy guardando los últimos platos.
—Ya terminé, Maestro Draco —dijo Mipsy.
Draco le sonrió a la elfina.
—Gracias, Mipsy. No podría haber hecho nada de esto sin ti.
—De nada. ¿Mispy regresará con la señora Malfoy?
Draco asintió.
—Sí. Dile a mamá que la llamaré por red flu el próximo fin de semana.
Mipsy hizo una pequeña reverencia antes de salir silenciosamente de la habitación. Draco abrió el refrigerador y sacó algunas botellas de agua y algunos bocadillos; porque si por él fuera, no saldrían del dormitorio por el resto de la noche.
Cuando volvió a entrar a su habitación, se detuvo en el umbral; ver a Hermione con su camisa y profundamente dormida en su cama le hizo sentir algo que no podía explicar. Sin embargo, sí sabía que quería verlo más y con la mayor frecuencia posible.
Entró silenciosamente, dejando las botellas de agua y los bocadillos en su mesa de noche antes de meterse en la cama, con cuidado de no asustar a la bruja que estaba a su lado.
Usó su varita para apagar las velas de la habitación, luego acercó a Hermione y la rodeó con sus brazos. Cuando ella suspiró en sueños, Draco cerró los ojos e hizo lo mismo, sintiéndose más relajado que en años, y pronto se quedó dormido también.
Draco se despertó sobresaltado cuando escuchó «¡Papá! ¡Estoy en casa!». Seguido por la puerta principal cerrándose de golpe.
Hermione se sentó a su lado y lo miró con los ojos muy abiertos.
«Oh, no», le dijo y luego se cubrió la boca rápidamente para contener una risa.
Draco lanzó un hechizo de bloqueo en la puerta segundos antes de que la manija se moviera.
—¿Papá? —preguntó Lyra del otro lado—. Papá, ¿estás ahí?
—Un momento, princesa —gritó—. ¿Dónde está la señorita Natalie?
—Me dejó, pero esperó hasta que abrí la puerta antes de irse. —Ella volvió a mover la manija de la puerta—. ¿Por qué está cerrada tu puerta?
—Me estoy vistiendo —gritó.
—Ah, bueno, ¿besaste a la señorita Hermione en tu cita de ayer?
Draco miró a la bruja a su lado, que ahora tenía dos tonos de rojo. Se acercó para tomar su mano y la besó suavemente antes de dirigirse a Lyra una vez más.
—Lo hice.
—¡Sí, sí! —animó Lyra—. ¿Puedo tomar un refrigerio?
—¿Por qué no bajas y miras algunos dibujos animados hasta que yo baje y luego te prepararé algo?
—¡Bien! —dijo la voz al otro lado de la puerta, seguida de pasos bajando las escaleras.
Suspiró aliviado y luego miró a Hermione, que todavía se tapaba la boca para evitar reírse.
Una mezcla de resoplido y risa se escapó de Draco y él también tuvo que taparse la boca para evitar reírse a carcajadas.
—Probablemente debería irme —susurró Hermione mientras salía de la cama en silencio.
Draco hizo lo mismo, tomó otra camisa de su cómoda y se la puso. Se giró hacia Hermione, quien estaba recogiendo sus prendas de vestir de la noche anterior.
Él se acercó y la atrajo hacia sí por la camisa que llevaba.
—Quédate con la camisa —dijo antes de besarla rápidamente—. Te queda mejor a ti que a mí de todos modos.
Hermione se sonrojó y luego se mordió el labio mientras miraba a su alrededor.
—Creo que dejé mi bolso abajo… Junto con mi varita. Aunque todavía puedo aparecerme en casa sin ella.
Draco pasó sus manos arriba y abajo por sus brazos.
—¿Esto significa que tendrás que volver más tarde para recuperarlo?
Hermione puso los ojos en blanco juguetonamente.
—Sí, eso significa. Pasaré en unas horas, ¿vale?
—Bien. —La atrajo para darle un beso suave y prolongado.
—La pasé muy bien anoche —dijo Hermione contra sus labios antes de dar un paso atrás—. Deberíamos hacerlo de nuevo. —Ella le guiñó un ojo antes de desaparecer con un suave «¡pop!».
Nota de la autora: Todos, díganlo conmigo... ¡FINALMENTE!
En serio, gracias a todos por seguir la historia hasta ahora. Sé que va lento, pero todavía tenemos más para ir por respuestas que todo el mundo se pregunta. Disfruten de la felicidad por ahora porque pronto, estaremos recibiendo más angustia en los capítulos futuros cercanos.
