NARUTO y sus personajes NO ME PERTENECEN. Solo hago esto para su diversión y mi entretenimiento.


Summary: "–¿Se puede saber con qué derecho le ordenan a mi esposo que deje de intimar conmigo?" - Referencia a 'Lazos' incluida.


Shikamaru no estaba de humor para lidiar con sus cuñados. Su semana había iniciado normal: mucho trabajo y poco tiempo. Temari y sus hijos se habían ido de vacaciones a Sunagakure y él prometió alcanzarlos en el fin de semana, aprovechando unos días de vacaciones que tenía y necesitaba. No esperó que dos días antes Shikadai le llamase, diciéndole que tenía que ir de inmediato, que había una urgencia con Temari y lo necesitaba allí; necesitaban un ninja médico experimentado, por lo que, Ino le acompañó. No le explicó mucho, pero más no faltó para que el Nara tomara el primer tren disponible hacia la tierra natal de su esposa. Al llegar y cerciorarse de que sus hijos estaban bien, fue hacia sus cuñados, en busca de respuestas y sinceramente, no podía creer lo que encontró.

–¿Cómo que dio a luz? Temari no estaba embarazada.

–Corrección: no sabían que lo estaba. – corrigió el Kazekage– Dio a luz una niña. Se estima que nació mucho antes de las 28 semanas de gestación, por lo que, es extremadamente prematura; por eso solicitamos ayuda médica. –Fue como si su cerebro sufriera un apagón.

–¿Dónde están?

–En la unidad de cuidados intensivos neonatal, – respondió. Shikamaru, sabiendo la ubicación del lugar, el Nara asintió mientras se disponía a dirigirse al destino especificado – pero antes, necesitamos hablar contigo. – fue la simple oración que lo llevó a su situación actual.

–Bromean, ¿verdad?

–No, no es broma.

–¿Saben que su hermana y sobrina están en el hospital?

–Sí y no queremos que se repita… –Shikamaru estaba a segundos de explotar ante el sin sentido de su alegato.

–Primero, ese aspecto de nuestra vida no les incumbe; no tienen voto al respecto. Segundo, mi esposa e hija me necesitan en el hospital, así que, esperaría un despliegue de criterio en este momento. Deberían estar más preocupados por lo que está pasando, no por lo que puede pasar.

–¡Eso es lo que estamos haciendo! –El Nara indignado, rodó los ojos, harto de la situación mientras salía del despacho. No tenía tiempo para perderlo con las estupideces de estos dos, especialmente, si se trataba de un asunto tan íntimo como el que planteaban.


Temari no podía creer cómo todo se había descontrolado en cuestión de días. Todo había comenzado con unos calambres que asumió eran consecuencia de un muy violento período, pero a medida que pasaba el tiempo, el dolor se había intensificado a tal magnitud que le impedía ponerse de pie. Preocupado, Shikadai dio la voz de alarma. Los hermanos de la rubia, preocupados a más no poder, se encargaron de llevarla al hospital mientras el joven Nara se quedaba a cuidar de la pequeña Shikari.

Honestamente, pensaba que le dirían que estaba muriendo, el hecho que le dijeran que estaba en labor de parto fue más que surrealista. No estaba embarazada, era imposible que estuviese sin notarlo…al menos, eso pensaba hasta que vio la silueta en la pantalla, demostrándole lo contrario. Nunca en toda su vida había experimentado un nivel de desosiego tan intenso como el escuchar que su pequeña, que estaba muy lejos de tener tan siquiera 28 semanas, justo en el rango donde podrían intentar salvarle, según estimaban los médicos, estaba a punto de llegar. La niña no estaba ni remotamente cerca de estar lista para nacer. La preocupación le embargo, sabiendo perfectamente que las probabilidades no eran favorables y sabía que, se sentiría culpable si algo llegase a pasarle.

El terror de presenciar cómo se la llevaban a la unidad de cuidados intensivos neonatal hizo que Temari perdiera el control por unos instantes y comenzara a llorar bajo la tutela de Kankuro, quien había estado durante todo el nacimiento dándole el apoyo que Shikamaru no podía darle por el momento. Allí, viendo a su pequeña llena de tubos dentro de aquella incubadora, tan frágil, con tan poco peso, prácticamente en los huesos, con sus ojitos tapados, la antigua Sabaku No se preguntaba cómo rayos no notó su presencia. Luego de todo el suceso del clan Yagamu y el final del embarazo de su hija Shikari, su cuerpo no volvió a ser el reloj que siempre fue en esos casos. Nunca tuvo malestares y luego del nacimiento de su segundo bebé, su período se había vuelto irregular, por lo que, no era un buen indicador. Con Shikadai y Shikari, su vientre a esa altura del embarazo, era notorio, enorme a su entender, en esa ocasión, no fue así, solo desarrolló una especie de 'pancita' que identificó como un pequeño caso de sobrepeso. Kami, si agregó ejercicios de mayor intensidad a su rutina para corregir aquello. Sin saberlo, estaba castigando a su pequeña porque pensaba que ganaba peso por otro asunto. ¿Cómo demonios se desconectó tanto de su cuerpo como para no notar a su hija?

–¿Tema-? – levantó la vista al escuchar la voz que tenía días esperando escuchar. Al levantar la vista, lo encontró observando fijo a la pequeña figura dentro de la incubadora. Se acercó lentamente y se quedó estático por unos instantes. Los médicos le habían explicado la situación de su esposa e hija y, honestamente, lo que le habían dicho de la recién nacida no auguraba para bien, pero tenía fe, era hija de Temari, no se rendiría tan fácilmente.

–¿Shika? – se atrevió a llamar por fin. Ante esto, Shikamaru se acercó a ella, arrodillándose frente a ella. Temari era un libro abierto para él y odiaba cuando podía ver emociones de dolor en sus facciones. Notaba la culpa a kilómetros de distancia. – Lo siento…

–Está bien…

–No, no está bien. No lo sabía, lo juro…

–Te creo, Tem, te creo…– susurró. Ella, por su parte, dejaba salir todo lo que había sentido en ese par de días, tratando de ser fuerte ante la situación, más aun, porque sus hijos estaban con ella. – ¿Cómo te sientes?

–Eso no importa…

–Claro que sí. Tengo un hijo mayor que está al borde de un colapso de la preocupación y una pequeña de dos años preguntando por mamá; necesito saber cómo estas. – respondió. – ¿Cuándo fue la última vez que descansaste? Me contaron que tuvieron que realizarte una cesárea de emergencia y que también estuviste en peligro; necesitas descansar.

–No quiero alejarme de ella, ya es suficientemente malo que la llevara en el vientre y no lo supiese; no voy a fallarle de nuevo. – Shikamaru observó a su esposa preocupado. La conocía y estaba familiarizado con la tendencia que tenia de ser muy dura consigo misma cuando fallaba; el hecho de que, según ella, lo hiciese en algo que le correspondía cómo cuidar de su bebé, no la dejaría tranquila. – No puedes ayudarla si no estás bien. – el suspiro que salió de su esposa le indicaba que le había dado la razón.

– Este es solo el inicio; necesitamos estar en óptimas condiciones. – dijo, para luego regalarle un tierno beso en los labios. – Eres la mejor madre de todas y sé que si hubieses sabido de su existencia, habrías puesto su bienestar sobre todo lo demás; no te culpo, Tem, – Su declaración quitaba cierto peso de sus hombros, pero, aun así, se responsabilizaba por cualquier cosa que le pasase a la pequeña; no lo podía evitar.

Luego de aquello, Shikamaru se colocó a su lado y la envolvió entre sus brazos, consolándose mutuamente en silencio. No entendía por qué vivían aquello, ¿qué culpa tenía la niña? Era una batalla que apenas comenzaba y ellos tenían que estar a la altura para que la más pequeña de su familia, supiese que no estaba luchando sola. – ¿Sabes que pienso? – preguntó Shikamaru pasado un tiempo.

– ¿Que somos demasiado fértiles para nuestros métodos anticonceptivos? – el joven Nara no pudo evitar sonreír ante la ocurrencia de su esposa.

–Es culpa de mi muy sexy esposa; me quita lo vago. – respondió, en esa especie de broma. La vista del hombre volvió hacia el diminuto ser humano que luchaba con todas sus fuerzas para mantenerse con vida. Ino tenía una estrategia en mente para ayudarle, pero le dijo de manera clara que no existía garantía de supervivencia. Sakura estaba dispuesta a acudir como último recurso, pero ni eso agregaba seguridad y Shikamaru no quería infundirle ese mensaje a Temari. –Pienso que deberíamos ponerle un nombre.

–Tengo algunas opciones; la anestesia ayudó bastante a la causa. Estuve en las nubes por un buen tiempo y mi mente se alejó de todo el caos para pensar con claridad.

– ¿Cómo te sientes en estos momentos?

–Algo adolorida, si te soy sincera…

–Y asumo que peor porque no has descansado nada…

–Bueno, esperaba a mi relevo. – respondió de manera acusatoria. –Ni siquiera podía confirmarles a las enfermeras su nombre porque no lo había consultado contigo.

–Lo siento; tardé un poco más por la intervención de tus hermanos.

–¿Intervención? –No quería contarle sobre esto, pues no lo consideraba de importancia dada la situación, pero su lengua le había traicionado. –Shikamaru, ¿de qué hablas?


–¿Qué haces aquí? Se supone que deberías estar descansando. – preguntó Gaara al ver a su hermana mayor de pie frente a él en la sala de espera privada.

–¿Se puede saber con qué derecho le ordenan a mi esposo que deje de intimar conmigo?

–Ese chismoso…– masculló Kankuro entre dientes.

–¡Escuché eso!

–Temari, solo le dimos un consejo para el bien de todos…

–¿No me digas? – preguntó de manera irónica. – Están, literalmente, violentando cada aspecto de nuestra intimidad de pareja. ¡No tienen derecho a opinar cuantos hijos podemos tener!

–Pero Temari…– comenzó Kankuro a decir. – hace pocos años, literalmente, te perdimos por un instante en el parto de Shikari y ahora, casi vuelve a ocurrir. Nuestra madre murió en el parto; tú y Shikamaru ya tienen tres hijos, ¿no es suficiente? – el enojo de la rubia fue desapareciendo de a poco. Observó las expresiones de sus hermanos y, aunque no cambiaba el hecho de que prácticamente habían amenazado a su esposo para que se mantuviera alejado en lo íntimo de ella, podía ver que realmente estaban preocupados; podía ver el miedo en sus facciones.

–La solución no es provocar un divorcio, baka. – respondió acercándose con cierta dificultad a sus hermanos. – Si sirve, trataré de tener más cuidado…en todos los aspectos. – respondió para no abundar de más en ese ámbito.

–Espera… ¿eso significa que puede que existan más niños en el futuro? –– Temari suspiró. La suerte de su recién nacida aún era un misterio y este par de miedosos se encontraban preocupándose por aquello.

–Idiota…no puedo prometer nada. Además, estamos concentrado en que Shikaimi sobreviva.

–¿Shikaimi? – preguntó Kankuro con una sonrisa en su rostro. Temari asintió notablemente orgullosa.

–Es un hermoso nombre, one-san. – elogió Gaara.

–Lo sé, yo lo escogí. – respondió. –En cuanto a ustedes, por favor, hablen conmigo antes de ir a 'aconsejar' a mi esposo. Siempre hemos sido nosotros tres y espero que esa confianza permanezca. – Tanto Gaara como Kankuro asintieron mientras se acercaban a abrazar a su única hermana.

–Ahora, a descansar; aun estas en vías de recuperación. – comentó Gaara. Ella asintió, para sorpresa de ambos, esperaban algún tipo de resistencia.

–Entonces… ¿puede que exista un cuarto Nara en el futuro? – preguntó el marionetista, ganándose la mirada de pocos amigos, proveniente de sus hermanos.

–Baka…– fue lo único que le respondieron al unísono.


Leí un caso de una persona que no supo que estaba embarazada hasta el momento del parto y, naturalmente, traté de adaptarlo a esta pareja.


Por alguna razón, se me ocurren muchas ideas para esta pareja y su familia (tengo muchos borrones sueltos por ahí, de todo tipo) y no creo prudente ponerme a hacer una historia separada para cada uno (teniendo en cuenta que dos estan por acabar y una nueva por iniciar), así que, estaré dejándolas en este espacio. Con esto espero que no se traspapelen en mi mente y permitan que siga escribiendo los demás fanfics y mi segunda obra.

Espero les guste.

¡Un abrazo!