Lala Lulu: Hola! Ay, ay, ay. Capítulos que me quedan larrrrgos ¡khé riko papiii! Jajajaja. Veremos un poco de "daños colaterales", después del primer acercamiento ¡Chismecito caliente para todos! Jajaja TeamSailor y TeamSaiyan ¿De qué lado el chisme es más zabrozo? ¡Ding, ding! A subirnos al ring, veremos cómo va ésa lucha por el control. Jejeje. Sip, no quería dejarlos en cliffhanger, al menos no uno taaan grande. Veremos dónde nos deja la noche ¬¬

¡Advertencia! Si ya has leído mi historia anterior sabrás que yo no escribo Lemon, sino Smut, mucho Smut. Smut es sabrosura primero, explicaciones después. Así que esto es para adultos ¡Porque soy una maldita pervertida!

No me pertenecen los personajes, son Creaciones de Akira Toriyama y Naoko Takeuchi. Hecho por un fan, para algún otro fan que ande dando vueltas por la Vía Láctea…

"Temprano en la mañana, noches más largas

Tom Ford, vuelos privados

Horario loco, vida rápida

No lo cambiaría, porque es nuestra vida.

Pero, bajemos la velocidad…

Podría ser la bebida en tu taza

Podría ser el verde en tu filo, tu apostador

Sí, tengo lo que quieres

Quieres escapar, de toda la mierda loca

Eres la Marilyn, yo soy el Presidente

Y me encanta oírte cantar (Chica)

Que haga lo que quiera, lo que quiera con tu cuerpo

Detrás del club, tomando tragos, poniéndonos traviesos

Sin invitaciones, es una fiesta privada.

Que haga lo que quiera, lo que quiera con tu cuerpo

Sí, tomamos a estos enemigos y los devastamos

Y hacemos el corte como si no nos importara un carajo" Lady Gaga feat. R Kellys, Do What you want with my body.

Capítulo 2

Serena repasaba los hechos de anoche, mientras mandaba a lavar el vestido y la ropa interior que usó. —"¡¿Qué me pasó?! ¡Dios mío! ¡¿Qué me pasó?! Sus manos, las mías, era como si no tuviéramos control."—Recuerda bien haber subido la escalera tambaleándose, algo decepcionada de estar sola en la casa y rogando que Mina no haya caído en la cama de Yaten.

Al entrar a su habitación, arrojaba su cartera y su chaqueta. Se había quedado recostada contra la puerta. Bajaba el cierre del vestido en su espalda. Pasaba frente al espejo largo y mientras bajaba la tela, una sonrisita pasó por su rostro pensando en lo sexy que se veía. Recorría sus curvas, soltaba su cabello y al cerrar los ojos, podía sentir a Vegeta por detrás, apretando su cuerpo inundándola de su olor masculino. Sacudía la cabeza y se reía un poco nerviosa. — ¿Qué me pasa? —Se pregunta retóricamente y se da unas pequeñas cachetadas. —El tipo es un mujeriego más y peor, ni la cara lo salva. —Balbucea, mientras se cambiaba para dormir. Al otro día Serena pensaba en el sueño. —"Quizás es porque pensé en él antes de dormirme…Sí, es eso…" —Salía de su habitación, con la mente aturdida. Mina y Lita la encontraban en la escalera. —Buenos días…—Serena saluda en voz baja.

Mina queda con los ojos redondos y Lita se encoge de hombros sin entender el gesto confundido de Serena. —Ah Serena ¿Todo bien anoche?

Serena se sacude la cabeza, saliendo de su fuero interno. —Oh, sí, sí. En verdad me fue bien ¿Verdad Lita? Nos fue muy bien. —Abraza a su amiga de cabello castaño.

—Bueno, creí que me avisarías cuando te fueras. Te escribí y como no contestaste, le escribí a Mina. —Lita la señala.

—Yo tuve trabajo hasta tarde y al volver, tú ya estabas en el quinto sueño Serena. —Mina le estira una mejilla, la ven asentir y dibujar una sonrisa que dura un segundo. —Serena ¿Segura que estás bien?

—Sí, estoy bien. Jajaja fue una buena noche. —Serena les asegura y de pronto su estómago ruge, como hace años no lo hacía. — ¡Uff! Tengo hambre.

—Jajaja más bien parece que tienes un alíen a punto de salir. —Lita se ríe y empieza a preparar el té en la cocina.

Mina se trepa un poco a la encimera y busca para hacer unos sándwiches. — ¡Oh! ¡Quizás pasó eso! ¡Un "Alíen" la abdujo! —Las tres se doblan a carcajadas.

— ¡Ja-Ja! —Serena se cruza de brazos. —Más te vale Mina, no haberte ido a "ya sabes dónde" a buscar a "ya sabes quién".

—No y no. —Mina muy seria le asegura. —Necesito vacaciones de los hombres, vacaciones del estrés. —Se estira al techo y resopla, porque es cierto. —Puedes revisar las cámaras de seguridad, estuve en la oficina, armando y desarmando bocetos.

—Puse a lavar la ropa. —Serena le comenta mientras bate unos huevos. —Te lo devolveré todo perfumado y—

— ¡Para nada! Es todo tuyo. —Mina insiste, la ve poner los ojos en blanco. —Jummm… Puedes trabajar gratis para mí un tiempo, así lo pagas.

— ¡Eres tremenda! —Serena saca el sartén y la amenaza con él. Empiezan a comentar los detalles del Evento y Serena se siente en terreno seguro, parece que Lita estuvo en la cocina y no la encontró con las manos en la masa.

Anoche, Vegeta esperaba a llegar a su casa antes de hablar con Nappa. Bajaba la ventanilla en tanto manejaba y en el silencio reflexionaba. Pasaba sus dedos por sus labios, aún estaban rojos e inflamados. Peinaba su cabello entre los dedos, era como volver a sentir a Serena peinándolo. Al llegar, camina directamente hasta la cocina y saca una botella de agua fría. La bebe completa y no, ni así siente la agitación desaparecer. —Hola Tama… —Saluda a su gato, pasa un par de dedos por su cabeza. Cuenta hasta tres y llama a Nappa.

—Buenas noches… —Nappa le habla, está trotando un poco en la corredora.

—Buenas, Nappa ¿Estás ocupado? —Vegeta le consulta mientras se sienta en el sillón de la sala.

—Nop. Sólo haciendo cardio. —Nappa sigue, lo tiene en altavoz sobre la caminadora. —Creí que llamarías por la mañana. —Lo dice con tono travieso, conociendo como Vegeta trata con las mujeres. —Así que ¿Cita? Jaja ¿Cómo terminó?

Vegeta no quiere dar a entender qué fue lo que pasó, porque ni él sabe qué le sucede exactamente. —Bien, la llevé a su casa y me volví.

— ¿La llevaste a su casa luego de…? —Nappa deja el resto de le pregunta en el aire.

—No. No pasó nada. —Vegeta dice con tono cortante.

— ¡¿Qué?! —Nappa tropieza en la caminadora y cae rodando a un lado.

Vegeta se endereza en el sillón. — ¡¿Nappa estás bien?!

—Oooh…Eso dolió. —Se recupera, frota su cabeza y la rodilla. Va de nuevo al teléfono. —Agh ¿Me repetirías lo que acabas de decir? —Frunce los gestos y quita el altavoz para seguir con la llamada. Va a sentarse rengueando.

—Nappa ¿Estás bien? —Vegeta repite la pregunta, lo escuchó caerse muy feo.

—Que sí, que estoy bien. —Nappa pone los ojos en blanco. —No huyas de la pregunta.

Vegeta exhala. —Así, como oyes. Tuve una cita y la dejé muy virginalmente en su casa.

— ¿Qué pasó? ¿Cómo era ella? —Nappa está confundido, como si su programa mental estuviera fallando.

—Era… Pues, sencilla, pero elegante. —Vegeta cierra los ojos, suspira. Vuelve a verla sonreír y hasta caminando con su sensual figura en ése vestido y su cabello dorado adornado con ésa flor. —Atractiva. Tenía un Ex que la estaba molestando. —Una sonrisa se le dibuja al recordar la cara de Kou, mientras Serena subía a su auto. —"Sus piernas, sus muslos, su pecho agitado. Sus ojos, su sonrisa… Ésa boca…Su piel, toda su piel…"—Muerde su labio inferior, la polla se le despierta.

Nappa escucha solamente la respiración de Vegeta por varios segundos. — ¿Y?

Vegeta parpadea, sacude un poco la cabeza. —Y nada. Me dijo que no.

De nuevo Nappa siente mareos, se frota la frente. — ¿Es broma verdad?

Vegeta empieza a reírse ¡Mierda! ¿Serena tenía razón y no es nada más que un maldito mujeriego? —Nop, no es broma. Creo que sólo quiere hacerse la difícil. —Su soberbia concluye.

—Mmhmm ¿Su nombre? —Nappa le consulta, sonríe de lado. Es obvio que quiere saber el nombre de ésa mujercita llena de coraje, que puso a su protegido en tantas molestias.

—Se-Re-Na… —Tira la cabeza hacia atrás y sonríe enorme al techo sin entender el calor que se expande por su pecho. Busca en su bolsillo el pañuelo y el brillo labial de cereza.

Al otro día entrenaba, ponía la música al máximo mientras trotaba en la costa, queriendo callar su mente. Podía hacerlo, pero no podía sacar la imagen de Serena en sus brazos y luego ése sueño donde ella le pedía acabar dentro de ella ¡Qué locura! El jamás se ha descuidado con ninguna y lo que lo asusta es que se sintió tan real, que tiene palpitaciones de solo recordarlo. Hasta al entrar al trabajo, su mente divaga en ella. Ve a Bardock y Kakarotto dándole a Nappa más detalle del chisme. Pone los ojos en blanco, creyó que le caerían burlas. En cambio las miradas curiosas y sin entender lo rodean. Se encoge de hombros, pudo haber sido peor. —"Se-re-na…"—Canta en su cabeza, mientras Milk le da su rutina diaria de ejercicios y cuando está con Diecisiete revisando los cambios electrónicos en el auto. Junto a eso deben ver bien el entrenamiento de los Pits.

La tienda de Mina, era una tienda de moda y diseño llamada "El Closet de Venus", ahí está trabajando Serena mientras busca empleo de su profesión. —"Ve-Ge-Ta…" —Serena frunce los gestos en el mostrador, escribe sus nombres en un papel y se da cuenta que el tipo tenía razón. Mismas vocales, misma posición. Golpetea el lápiz en el mueble. Muerde un poco su lengua y recuerda la succión de la boca de Vegeta, su piel morena contra su tacto, sus enormes brazos arrebatándole la razón; y su miembro. Su muy duro miembro contra ella, presionándose. Sus gruñidos de deseo, su boca bajando por su cuello, erizándola por completo. Empieza a sentirse mojada. Traga duro y vuelve al trabajo. —"Pensar que alguien como yo, sedujo a un hombre como él, Jajaja". —Su ego se regodea. —"El tipo quedó caliente ¿Dónde habrá pasado la noche? Ppsss ¡¿Qué preguntas Serena tonta?! Seguro fue con otra en su agenda ¡Aaaay! ¡Lo peor es que yo se lo calenté primero y se lo regalé!" —Azota el lápiz, se levanta con las carpetas y va a la parte del inventario. Sólo pensar que terminó la velada con una "modelito" o alguna zorra de piernas largas, la hace retorcerse de la rabia. —"Basta ¡Serena, basta! ¡Ya no pienses en ése! ¡No te importa, no te importa!"

Mientras Mina está midiendo a otro cliente para su vestido de bodas, Serena acomoda sus lentes, y empieza a ver los rollos de tela y retazos. Habla para sí misma y carga la información en las carpetas y en su laptop.

Mina siente que alguien más entra a la tienda. —…Bueno, éstas son las muestras de las telas y los dibujos. Revísenlas mientras atiendo a alguien más. —Mina le pide a una de sus empleadas que las guíe. Va a atender a quien fue directamente al mostrador sin mirar ni una de las prendas a la venta. —Buenos días… —Mira su reloj. —Bueno, Jaja, casi pasado el mediodía ¿En qué puedo ayudar?

Serena estaba concentrada, siente que abren la puerta del cuarto de almacén. —Oh, Mina ¿Necesitas las muestras de las telas de tul? —Empieza a buscar entre las cosas que dejó arriba de la mesa, que sirve como escritorio improvisado.

—Ah, no. Todavía no estamos en eso. Pero te buscan. —Mina sonríe y asiente.

Serena se confunde y luego deduce que es alguien que la busca para trabajar. — ¡Oh, claro! —Se acomoda un poco la ropa, tiene el cabello semi-recogido y un vestido rosa. —Mmm ¿No parezco muy inmadura? —Estira sus manos y encoge sus hombros.

—Para nada, te ves bien. —Mina la acompaña, está feliz de haber recibido a la primera persona que va a solicitar los servicios de su amiga.

Serena plancha un poco su ropa, estaba por quitar sus lentes, pero queda dura mirando a la persona que la esperaba.

— ¿Cómo has estado Serena? —Vegeta sonríe de lado, levanta su mentón muy presumido al verla asombrada, porque de verdad se esmeró en vestirse para quitarle el aliento. Inhala hondo, satisfecho de verla tan fresca y sencilla como siempre, en ése vestidito rosa y hasta las hebillas de su cabello tienen ése color. Le gusta el ver largo de su melena, hasta la mitad de su espalda, sus rizos dorados ondean con sutiles movimientos.

Queda petrificada, ahí está Vegeta, con las manos en sus bolsillos, vestido de traje azul marino, pero fresco, con camisa celeste y corbata oscura. Parpadea y se endereza. —Oh, eh…Hola. —Serena aclara fuerte su garganta y camina al mostrador. — ¿Sí? —En el segundo que lo enfoca con la vista, la mirada negra de Vegeta parece buscar sus ojos.

Vegeta la apunta fijo a su mirada azul, la mira tan intensamente y tan a propósito que hasta Mina siente que esto es muy raro.

Mina creyó que era un tipo de alguna Empresa de Carreras, pero ahora su sexto sentido, su olfato la llena de sospecha. Ve cómo éstos dos se miran de ésta forma y hasta se quedan en silencio unos segundos. —"¡Sí! ¡Estos dos se traen algo! Jeje, Serena picarona…"—Mina tose fuerte, despabilándolos. —Serena ¿Te gustaría usar la oficina así tienen más privacidad?

Serena da un salto, baja la mirada sintiendo sus mejillas prendidas fuego. —No creo que haga falta ¿Qué necesita Señor? —De nuevo se quedan mirando en silencio. —"¡Maldito arrogante! ¡No voy a dejar que sepa lo guapo que está!"

Vegeta frunce un poco los labios, se apoya en el mostrador con una mano. — ¿De nuevo nos tratamos de Usted, Señorita Tsukino? —Afila un poco la mirada.

Serena exhala enojada, no le baja la mirada. —"No me intimida ¡No me intimida!"—Da unas risitas burlonas. —Oh, no. Lo siento, me había olvidado ¿Cómo has estado? ¿Tu nombre era Vegeta verdad?—Lo señala con el dedo.

—"¡Olvidado mis bolas!"—Vegeta presiona la mandíbula, apenas se cruzaron dos palabras y ella lo desafía de nuevo. Saca el pecho y sonríe de lado.

— ¿Vienes a hablar de negocios? Jajaja Perdón, qué descortés. Mina él es el Señor Vegeta Príncipe, es un Corredor de Carreras. Ella es Mina Aino, mi mejor amiga, compañera de cuarto y mi jefa aquí. —Saca su mejor sonrisa falsa y los presenta. Señala a la puerta. — Pasa a la oficina. —Serena le ofrece y empieza a caminar muy arrogante levanta la frente al techo. Ella no le tiene miedo. Lo invita adentro con la mano.

—Por favor, las damas primero. —Vegeta algo burlón la deja pasar, le da una vista disimulada a ése trasero, se imagina levantando los volados de su vestido y apretándolo de nuevo. —"Paciencia Vegeta."—Cierra la puerta.

Mina quedó blanca como el papel luego de toda ésa escena. —"¡¿Qué putísima mierda fue eso?!"—Empieza a escribirle a Lita, sobre el secreto que se guardó Serena de ésa fiesta.

De: Mina

¡Lita! ¡Serena está reunida con un semental que conoció en la fiesta! ¡AAAAHHH!

Serena se sienta en la silla de la oficina que comparte con Mina. —Sip ¿En qué puedo ayudarte?

Vegeta se sienta en la silla frente a ella. —Te ves bonita con lentes.

¡Por Dios! Ése tono tan áspero y suave aún le provoca escalofríos a Serena. Exhala un poco hacia abajo, el tipo no es nada más que un "conquistador", al menos eso se repite a modo de defensa contra su seducción. Ahí empieza a escuchar a su razón. — ¿Cómo supiste dónde trabajo? —Observa a Vegeta sacar una de las tarjetas de presentación. —Oh, así que me quitaste una. —Debió haber sido cuando le devolvió la pila, antes de olvidarla en la mesa.

—Mmm, podemos decir que la tomé. Además, lo hubiera podido averiguar de alguno de los empresarios en el evento. Creo que sería un gusto que trabajaras para la Empresa Cápsula… — ¡¿Qué?! ¡No! Vegeta no vino para eso, no quiere mezclar lo personal y lo laboral. Sin embargo ésa propuesta le salió sin pensar y fue tan sincera. Ésta mujer lo hace perder el volante de a ratos.

—Bueno, tendré que ver qué trabajo podemos negociar, porque no creo poder trabajar en un ambiente donde haya un pervertido como tú.

— ¡Miau! ¡Grrr! Qué ataque tan salvaje. —Vegeta se frota la mejilla como si lo hubiera rasguñado. De nuevo, le gusta. Porque sabe que es el sistema de defensa de Serena. — Tienes lo que se necesita para estar en mi Equipo de Carreras. Pero… No vine para ése tipo de negocios. —Quedan en silencio, sosteniéndose la mirada. Serena está en expectativa y Vegeta está ansioso. —Quiero terminar lo que dejamos pendiente…

Serena no puede parpadear, su vientre palpita ante la sola insinuación de ésa noche. — ¿Qué? —"Resiste Serena, resiste". Reza por dentro.

Vegeta se acerca a ella, apoya una mano en el escritorio. —Te lo dije Serena… Quiero llevarte a la Luna. —Mira de nuevo su boca rosa, su pecho agitado en ése vestido, quiere saber si sus pezones serán tan rosados como en su sueño.

Serena se tira contra su silla. — ¡Jajaja! —Empieza a tener un ataque histérico de risa, se quita los lentes para secarse las lágrimas. Mira de nuevo a Vegeta, muy serio con su propuesta. — ¡Por Dios! ¡Debe ser una maldita broma! —Serena se dobla en su silla.

—Jajaja. —Vegeta se contagia un poco de su risa, en parte le gusta, se ve tan viva y llena de luz. —Nop, para nada. Voy muy en serio cuando se trata de sexo. Recuerda, yo soy honesto respecto a eso.

Serena se levanta y se cruza de brazos. —Pues yo también voy muy en serio. Te lo digo por milésima vez: NO, GRACIAS. — Lo ve levantarse, da un par de pasos y hasta le pone una mirada seductora. "El tipo debe creerse irresistible, bueno, lo es ¡Pero conmigo no va a ganar!"—Tú me aseguraste que no obligabas a las mujeres.

—Cierto, yo no tomo por la fuerza pero…Tu beso…Tu lengua me dijo que sí, junto a todo tu cuerpo retorciéndose y gimiendo. —Muerde su labio inferior, la ve ruborizarse y su corazón también se agita mientras de nuevo está perdido en sus ojos azules. —Follamos con la boca, ahora quiero que follemos con el resto de nuestro cuerpo.

Serena traga saliva, da un paso hacia atrás. —Ya lo dije, no voy a acostarme contigo. No me interesan los mujeriegos y tú eres el típico "hombre zorra". —Lo señala con el dedo.

Vegeta asiente y frunce los labios. —Primero. Parados o de rodillas, no tiene porqué ser acostados. Y segundo, si tú tienes sexo conmigo, mientras dure la atracción, no buscaré a otra. Te lo dije, no estoy con más de una al mismo tiempo.

Su falta de pudor o delicadeza para hablar de ésas cosas la cabrean. Serena camina alrededor del escritorio y va al centro de la oficina, casi acompañándolo a la puerta. —Mira Vegeta, no tengo tiempo para éstas cosas.

—Siempre hay tiempo para un orgasmo y te lo juro; te daré el mejor de tu vida.

Serena parpadea a los lados, no puede creer lo engreído que es éste idiota. Al mismo tiempo su tono lascivo y grave la agita ¡¿Cómo puede ser que quiera follarlo y al mismo tiempo romperle ésa sonrisa con un bate! Sacude la cabeza. — ¡Maldita sea! ¿En verdad estás así de desesperado? —Muy superada se burla.

Vegeta jadea ofendido, niega con la cabeza y ahora la señala a ella con el dedo. —Escúchame Serena. Yo no estoy desesperado. —Muy amenazante. —Con solo un chasquido... —Vegeta chasquea los dedos. —Puedo tener a la mujer que yo quiero y tú no eres la excepción. — ¡Mierda! De nuevo tan cerca de su rostro, su virilidad duele.

Serena siente sudor frío, su entrepierna traicionera se humedece. Baja los hombros, resopla como un caballo. —De acuerdo. Estoy muy ocupada y no tengo tiempo para esto ¿Quieres hacerlo aquí? Así ya dejas de molestarme. —Le ofrece la oficina.

Vegeta parpadea y también resopla hacia arriba, la mujer parece estar dispuesta a seguir de orgullosa. Mira alrededor de la oficina, mira el escritorio. —Por mucho que me gustaría demostrarte lo equivocada que estás ahora mismo. Creo que el sexo contigo será de primera categoría, así que preferiría hacerlo en una superficie adecuada, con sábanas de satén y una buena cama donde nos podamos mover con libertad. —Mira su reloj. — ¿A qué hora sales?

—Tengo terapia a la salida. No estoy de ánimos para citas. —Serena declara. — ¿Por qué no invitas a una de tus "novias"?

—Hm, te lo dije. Yo no tengo "novias". No era una "cita" a lo que te invitaba. —Vegeta se relame de forma obscena. Luego piensa en voz alta en lo que Serena dijo. — ¿Terapia? No creo que te esté ayudando mucho con tu testarudez. —De pronto Vegeta procesa ¿Será hombre o mujer? ¿Le hablará de él? Si es hombre, espera que no sea el tipo en el que ella piensa.

—Quizás a ti te ayude con tu adicción al sexo. —Serena lo dice con desprecio.

Vegeta se ríe muy burlón, en verdad ya hace más de treinta días que no se llevaba a ninguna mujer a la cama. —No creo en la terapia, porque no creo en pagarle una fortuna a un tipo que me dé palmadas en el hombro diciéndome que todo estará bien. La Terapia no sirve, así que no vayas y ven conmigo.

Serena se cruza de brazos, frunce el ceño enojada de nuevo. —Mi amiga Setsuna, es una profesional. Me ayudó en la época más oscura de mi vida, no es mi culpa, ni de ella que te hayas cruzado con estafadores. —Serena argumenta. —Y estoy segura que si llego a mencionarte, me diría exactamente lo que mi razón me dicta ¡Que me aleje de ti porque eres una bandera roja, tanto que ni la cara te salva! Un chico malo y punto.

Vegeta frunce el ceño ¿Época oscura? Se lo dijo con una pequeña inflexión en su voz, como si todavía tuviera la tristeza rondando en ella. Quizás fue un imbécil que le rompió el corazón. De nuevo camina hacia ella, nunca le interesó conocer a ninguna mujer en lo personal, pero con Serena siente ésta necesidad, estas ansias que no puede frenar. —Dime Serena… ¿Quién fue? —La ve parpadear grande. —O mejor dicho ¿Quién es el tipo que debo sacar de adentro tuyo para que dejes de evitarme? —Con tono suave le pregunta y de inmediato se arrepiente, traga saliva y antes de poder disculparse, ella habla.

¡Oh, no! ¡Él no acaba de decir lo que acaba de decir! Ya no hay tensión sexual, simplemente ésta tensión agresiva que si Serena no le contesta, va a ahogarse en su bilis. —Te lo diré…Cuando tú me digas ¿Quién es la mujer que te hizo tanto daño para actuar así? —Lo ve con su mirada negra desorbitada, mientras ella escupe su veneno. —Puedes decir que no "crees" en la terapia, pero hay un par de teorías que se ajustan a ti ¿Una novia te engañó o te rompió el corazón? ¿Es por eso que usas a las mujeres y las deshechas? Para tener una falsa sensación de control. O sino la típica, tu madre fue negligente ¿Te abandonó?

Ahora están los dos igualmente de enojados, son como dos gatos apunto de sacar las garras. Mina abre la puerta, haciéndolos exaltarse por la sorpresa. —Hola, disculpen. Recién me desocupe ¿Quieren algo de beber? —Con una sonrisa brillante Mina les consulta.

Con la interrupción, se da cuenta de la cosa horrible que le dijo a Vegeta —No Mina, gracias. —Serena habla más tranquila, por encima de su hombro. —El Señor Príncipe ya se va. —Desarma sus brazos cruzados, y empieza a moverse. Mina le da un guiño travieso antes de cerrar, como si estuviera en una travesura. Niega con la cabeza y le habla de lado a Vegeta. —Te habrá escuchado chasquear los dedos. Ella es más tu tipo que yo. —Chasquea sus dedos.

Vegeta sonríe un poco, la interrupción limpió algo el ambiente. Pudo ver que ésa otra rubia es tremenda, al menos ésa sonrisa que le dio a Serena así se lo indica. —Éste fin de semana, te paso a buscar. —Con voz suave, no quiere alterarla otra vez. Además, todo lo que ella dijo es verdad.

Serena niega con la cabeza. —Primero, lo siento por lo que le dije. Y… No le miento cuando le digo que estoy ocupada, concentrada en mi carrera. —Con la voz plana y cansada. —Además éste fin de semana es el cumpleaños de una amiga…

— Disculpa aceptada y…Vegeta, llámame Vegeta… ¿Cumpleaños? ¿Quieres que te acompañe? Una mujer no debe andar sola de noche. —Lo dice con algo de arrogancia, quiere mostrarle que él es un hombre fuerte, puede usarlo para presumir con sus amigas, mientras él la usa para saciar su apetito sexual. Quiere verla de nuevo a los ojos y ella lo evita.

—Sólo actúas así porque te dije que no. —Serena no dice más, camina afuera.

Vegeta la sigue. —Entonces dime que sí… —Murmura para sí mismo. De inmediato su mente dispara un ataque sorpresa. — ¡Oh Señorita! —Vegeta toma a la rubia de la mano. — ¡Feliz cumpleaños! Serena me dijo que éste fin de semana es su cumpleaños.

Mina queda blanca como el papel, luego se ruboriza. —Ay gracias ¡Qué hombre más guapo y atento! Pero no, es cumpleaños de otra amiga. Jajaja.

— ¿Sí? ¿Dónde irán? —Vegeta sonríe brillante, la mira a los ojos.

—Oh, iremos a una discoteca. —Mina responde muy coqueta.

—Vaya ¿Y el nombre de la cumpleañera? —Vegeta sonríe con malicia. — ¿Y el de la discoteca?

— ¡Mina no! —Serena los separa, empujando a Vegeta, sin darse cuenta queda apoyada contra sus pectorales.

—Ay Serena… No te pongas celosa. —Mina dice con mucha coquetería.

—Sí Serena… No hay necesidad. —Vegeta da una sonrisa relajada a Serena, se ve hermosa apoyada contra su pecho.

A Serena se le erizan los rizos al ver que está demasiado cerca de éste engreído, quita sus manos y se sacude. Aclara fuerte su garganta. —No era nada de eso. —Les da a ambos una mirada fulminante.

Vegeta pone una mano en el bolsillo y ondea la otra. —Bien, hasta—

—Nunca. —Serena termina la frase, prendida fuego por la complicidad de éstos dos.

Mina le niega con el dedo. —Uh-uh, Serena. Nunca digas nunca.

Vegeta sube y baja las cejas, muy travieso a Serena, dándole la razón a su amiga. — Hasta luego. —En el momento que Vegeta sale, exhala duro. Como si la tensión con Serena al fin se relajara, pero ahora era reemplazada por los miles de escenarios en los que se imagina volviéndola a encontrar ¡Carajo! ¡Está decidido! ¡Quiere tenerla!

—Se-re-na ¡¿Qué… carajos fue eso? —Mina baja la voz al final, aún hay clientes mirando prendas.

Serena se encoge de hombros, siente una oleada de sudor frío bañarla y muchos nervios. —No sé de qué hablas. —Hace un ademán con desdén y una expresión de asco.

—Serena. —Mina la intercepta con los ojos como platos, la lleva detrás del mostrador. — ¿Me hablas en serio? —Mina toma una botella de agua. —Como él te miraba ¡Demonios! ¡Como tú lo mirabas! Parecía que se estaban… —Mina hace el gesto salvaje de follar con la cadera y las manos.

— ¡Mina! —Serena le da una palmada en el brazo y la compone viendo moros en la costa. —Contente un poco, estamos trabajando. —Serena exhala. — El tipo es un mujeriego, mi instinto me advierte que es peor que Seiya. Sólo está encaprichado porque le dije que no.

—Oh, pues dile que sí y ya. —Mina muerde su labio inferior y levanta las cejas.

—Ppfff ¿Lo quieres? Quédatelo. —Serena la empuja y va a terminar lo que estaba haciendo en el depósito.

—Lo haría, pero creo que no le daría tanto gusto como estar contigo. —A Mina le cierran la puerta en la cara.

Raditz se tomaba una ducha, era el primer día de entrenamiento luego del accidente. Pone las manos sobre los azulejos y resopla hacia arriba salpicando agua. Era sólo un par de segundos, con sólo un par de segundos de resistencia en el arrastre de la curva hubiera llegado. —"¡Soberana mierda! ¡Un par de segundos es muchísimo!" —Le responde a su fuero interno. Con sólo recordar su garganta se cierra y empieza a sentir opresión en su pecho. Al terminar de secarse camina hasta la mesita de noche, toma el tensiómetro. —Todo normal…

Él ya ha chocado antes, pero nunca en una curva tan comprometida ni a tanta velocidad. Al entrar en un choque de alta velocidad, la inercia repentina puede romper vasos sanguíneos, y lo hizo en parte de su pecho. Pero por suerte no en el cerebro, aunque los efectos no son menores. Luego del choque, el auto y él frenaron, pero la aceleración que quedó en el cráneo tarda varios días en irse, dependiendo de la velocidad. Es por eso que monitorear su presión sanguínea es importante.

Bajaba para prepararse el almuerzo y se encuentra con su padre cocinando. Parpadea y mira la hora. — ¿No deberías estar trabajando?

— ¡Anda! —Kakarotto pasa un brazo por encima de su hermano. —Almorzamos juntos y luego nos vamos. —Le da un empujón fuerte.

—No sacudas a tu hermano. —Bardock lo regaña sin levantar la voz. Mira a Raditz de reojo. —Pongan la mesa.

Raditz se acerca a su padre, se estira a la alacena. —Mi presión arterial está bien, el entrenamiento fue satisfactorio. Además de algún que otro dolor de cabeza… —Se pone contento de ver a su padre con una mueca de sonrisa de lado.

Kakarotto ponía los vasos, escuchó lo que su hermano dijo. —Sería bueno que ya no le sigas la corriente a Vegeta. Si bien nos quedan eliminatorias en la Categorías de Grupos, si no cruzamos los tres la meta, será inútil. —Frunce el ceño, está en verdad enojado.

Raditz se llama al silencio, en verdad la estrategia de Vegeta es muy buena. Y él quiere lograrlo. Ha sido cómplice con Vegeta desde que se conocieron de pequeños, en especial cuando se metían en líos en la Escuela Militar. Luego escuchaba algo curioso, su padre vino a almorzar en la casa, aprovechando que Vegeta salió a hacer unas diligencias después de hacer sus deberes en la empresa.

— ¿Y ésa diligencia tenía falda? —Muy despectivo Kakarotto comenta.

—Tal parece que es la mujer que se encontró en ése evento. —Bardock comenta. —Hm, era bonita.

—Sí, sí la recuerdo. —Kakarotto sigue comiendo, recuerda haberse quedado espiándolos de lejos junto a su padre.

Raditz levanta una ceja, escucha atento y come. Cuando terminaba de lavar los platos recibía un mensaje. Iba a la puerta. —Benditos los ojos que te ven.

Vegeta afloja la corbata, y da un sonrisa de lado. —Lo mismo digo. Me alegra verte de pie. —Lo golpea con su puño en la espalda. — ¿Ya has empezado a entrenar?

—Sí, repeticiones simples y monitoreando mi presión arterial. —Raditz lo observa de arriba abajo, tan bien arreglado. Más lo pica la curiosidad por saber de ésa "diligencia".

Bardock entra al escucharlos hablar. —Hola Vegeta ¿Nos llevas al trabajo?

—Con gusto. —Vegeta mira a Raditz. —Tú también, volver a la rutina lo más pronto posible te va a ayudar. —Ve a su "hombre ala" sonreír y eso lo llena de entusiasmo.

—Lo que a mi hermano lo ayudaría, sería dejar de seguir tus estupideces. —Kakarotto se aparece detrás con el ceño fruncido. Vegeta empieza a gruñirle.

—Basta. —Bardock levanta un dedo y es suficiente para que ése par se detenga. Mira la hora. —Ahora, antes de volver. Voy a revisar algunas cosas en mi cuarto, así que se comportan monos mugrosos.

Apenas ve que su padre se va por el pasillo, pasa el brazo encima del hombro de Vegeta. —Así que, guapo, dime dónde es la fiesta. —Raditz le estira una mejilla.

Vegeta rechista y lo aleja. —No es lo que crees… Sólo quise verme bien.

—Sí, así como quiso tener una cita con ella. —Kakarotto lo pica.

— ¿Y cómo es ella?— Raditz pregunta.

— ¡Oh yo sé cómo es! —Kakarotto levanta la mano mientras caminan a la habitación de Raditz. —Es rubia natural, ojos azules, muy elegante y además… —Muestra la tarjeta de contacto de Serena. —Una mujer Profesional.

— ¡Dame eso! —Vegeta se la quita. — ¿De dónde la sacaste? —Sisea enojado.

Kakarotto se cubre con las manos y se ríe de verlo ¿Celoso? —Jaja, tranquilo. Las estuvo repartiendo en la fiesta. Parecía ir a buscar trabajo, no una "cita sorpresa".

Vegeta reflexiona y sí, no debe ser el único a quien le dio su tarjeta. Trata de repetirse que Serena solo buscaba trabajo. —Oye…Raditz ¿Tú tienes redes sociales? —Rasca su nuca tratando de disimular.

—Ah, sí. No las he usado tanto. —Se encoge de hombros, de pronto se conecta una idea. — ¿Quieres buscarla? —Se le dibuja una sonrisa presumida por haber acertado. Sin embargo se dan cuenta de inmediato que no tiene. Pero el negocio de su amiga sí y su amiga la rubia también tiene. — ¡Wow! Mira ésa foto. —levanta una ceja por Mina, tiene una foto de ella sobre el sofá mostrando sus piernas.

—Es ella. —Vegeta la señala fuera de cuadro, sentada tomando un té con un suéter rosa y el cabello trenzado.

— ¿Cuántos años tiene? Se ve como una jovencita. —Raditz frunce el ceño en la pantalla.

—Treinta y uno. No es una diferencia grande. —Vegeta mira un poco en la laptop de Raditz, muy curioso de ver alguna pista sobre el tipo de discoteca a la que van a ir. No le gusta ni imaginarse que Serena es de las que sale cada fin de semana. —"Pero no, ella se veía recatada. Para nada ése tipo de "chica de fiestas"… Pero su amiga, ésa amiga se ve mala influencia."

Kakarotto y Raditz se miran entre sí, se cruzan de brazos intercambian miradas y mensajes no verbales con los ojos. Vegeta está muy interesado en saber dónde va a salir. —Qué extraño… Por lo general son las mujeres las que te acosan a ti.

Vegeta se voltea a verlos, aleja la laptop. —No la estoy acosando. —Responde con enojo. —Sólo quiero saber dónde va a salir. —Ésa frase no lo deja bien parado. —O sea, ella se hace la difícil. Me desafió y yo voy a responder.

— ¿Qué quieres decir con que se hace "La Difícil"?—Raditz levanta una ceja.

—Le dijo que no. —Kakarotto comparte la información que les dio Nappa.

— ¡¿Ella qué?! ¡¿De verdad?! —Raditz se para de su silla.

—Je, ya te digo. Me desafía. —Vegeta cruza sus brazos detrás de su nuca, habla lleno de orgullo. —Pero voy a demostrarle que puedo llevarme a quien quiera a la cama, ella no es la excepción. —Se convence de que sólo quiere sexo con ella. Follarla hasta perder la consciencia o quedar satisfecho, lo que suceda primero.

—Mmm ¿Así que es sólo una conquista más? —Raditz lo dice con dudas, en especial por verlo tomarse tantas molestias. Vegeta solo zumba su voz en afirmación y sigue buscando.

—Mira ¿Has ido a ésa disco? —Vegeta le muestra el nombre y ve que no es un bar de mala muerte, sino bastante decente. Tampoco es de ésos exclusivos para VIP's a los que a veces ha ido.

—No, pero… El bar se ve completo. —Raditz entra a la Página y revisa algunas fotos. —Mira, puedes hacer reservas para cumpleaños.

¡Bingo! Vegeta la había encontrado. Sonríe brillante de lado, pero desdibuja la sonrisa por la cara pícara que ése par de hermanos le dedican. Levanta una ceja. — ¿Les gustaría acompañarme? Ya han visto algo del menú. —Señala el par de fotos que pueden ver en el perfil.

Raditz se cruza de brazos. —No lo sé. —Rasca su barbilla. —Ni siquiera sabemos si tienen novios o si tendremos una oportunidad.

—Pensaba llevar el Convertible. —Vegeta frunce los labios con una expresión muy pícara. Casi no usa ése auto, lo tiene más como un capital de ahorro que otra cosa.

— ¿El R8 azul? —Kakarotto parece levantar las orejas y empieza a asentir en afirmación. —De acuerdo, de acuerdo. Voy a ir sólo para asegurarme que no metas a mi hermano en problemas. —Los ve rodar los ojos. — ¿Crees que papá te dejará ir sin alguien que vigile lo que bebes después del accidente?

—Grrr, yo soy un tipo grande ¡Un adulto! —Raditz responde enojado, luego menea la cabeza de un lado al otro. Tiene razón, mejor ahorrarse una paliza de su padre. Quizás distraerse, beber algo le quiten ésta sensación incómoda que lo hacen sentir como si no fuera él mismo.

En la sesión de terapia, Setsuna estaba demasiado curiosa escuchando a Serena. Comparaba las notas de una sesión con la otra y algo le llama la atención. —Serena ¿Ha pasado algo?

Levanta las cejas, frunce los labios, algo confundida. —No sé de qué hablas ¿Sucede algo? Sólo te relataba mi rutina, como siempre.

Mira de nuevo, en una tiene conversaciones que Serena suele entablar con Darien, como un rezo o como si hablara con su espíritu. En ésta sólo están las cosas que ha hecho y pensamientos que se le han cruzado respecto a su nuevo objetivo respecto a su carrera. — ¿No has hablado de Darien?

Serena pudo escuchar una rama partiéndose en un bosque silencioso, se cubre la boca. —Ah, bueno, es lo de siempre. Rezo como me enseñó Rei para su descanso eterno y… Agradezco haberlo conocido. — ¡Carajo! No le ha dicho lo que piensa, porque lamentablemente ha pensado demasiado en ése molestamente atractivo tipo. Se agarra de la cabeza, no puede creer que acaba de admitir que el sujeto en serio le atrae.

—Mmm… —Setsuna sospecha, revisa desde dónde ella ha hablado. —Cuéntame de nuevo del Evento al que fuiste.

—Bueno, me fue bien. Lo que te conté. —Serena no entiende porqué huye ¿A qué es lo que ella escapa? —"Ve-Ge-Ta". —Su mente susurra sin querer y la sonrisa presumida de ése idiota reaparece. Se enoja de inmediato, se imagina bajándole los dientes de un golpe.

—Era un evento grande ¿Seiya no se apareció? —Setsuna consulta muy amistosa, tal vez Serena está en verdad concentrada en su carrera. Tendrá que ver que no se vuelva adicta al trabajo, en reemplazo de su duelo por Darien.

Serena resopla fuego por la nariz, ése otro mujeriego era la cereza del postre a su paciencia. — ¡Ja! ¡Por supuesto que estaba ahí! Se nota que me ha seguido los pasos. —Pone las manos en la cintura. —No sabes lo cínico que se comportó, reclamándome e insultándome a mí y a Vegeta. Como si tuviera un derecho sobre mí o—

— ¿Quién es Vegeta?

—Vegeta era mi cita. —Serena chasquea los dedos. —No sabes, dejamos a Seiya con la boca abierta. —De pronto Serena procesa…"Ay noooo…". Pánico, Serena empieza a ver si puede saltar de la ventana.

— ¡¿QUÉEEEE?! ¡¿TU CITA?! ¡¿TUVISTE UNA CITA?! —Setsuna se levanta de su silla, toma el teléfono. —Hola, por favor. Tengo una emergencia, cancela mi almuerzo, tráeme un té helado. Gracias.

— ¡Setsuna, sé que somos amigas, pero esto me parece poco profesional! —Serena se cruza de brazos, muy enojada se levanta para irse.

—No, no, no. No vas a escapar. —La sienta en el sillón frente a la mesa de té, ella se sienta a su lado. —Ahora, háblame de él.

—Te-Te estaba contando, Seiya—Evade, pero Setsuna la detiene.

—Vegeta, háblame de Vegeta ¿Dónde lo conociste? ¿Cómo te convenció para salir en una cita? —La toma de las manos, le habla más como una amiga.

—Pues… Me lo crucé en la misma fiesta y…—Serena no puede creer que va a decirlo en voz alta. —Fui yo quien lo invitó a una cita. —Entran con una jarra de té con limón. Ve a Setsuna dura como una estatua.

Setsuna reacciona, sirve té y se lo baja en una sentada. — ¿Y… Después?

—Y nada. —Serena levanta el tono. —Me lo choqué, por accidente, queriendo hacer lo que Mina me aconsejó. Que si se aparecía Seiya que actuara como si estuviera con otro. —Se cubre la cara. — ¡Ya sé, ya sé! ¡Ni me lo digas! Mina siempre me lleva por el camino del mal. Pero su consejo me pareció la mejor salida para evitar a Seiya. Te lo juro, se apareció insultando a Vegeta y hablando—

—No. Espera ¿Qué tal la cita? ¿Cómo fue? ¿Qué hicieron? —Setsuna no quiere que se desvíe con Seiya. Anota su cita con Vegeta, en especial anota que fue Serena la de la iniciativa.

—Pues…Lo común, bailamos. —Serena recuerda, sus manos envolviéndola, su sonrisa presumida. —Me-Me invitó a comer, pidió una mesa para los dos. Es un Corredor de Carreras, uno de los dueños de la Empresa Cápsula.

— ¿Cápsula? ¿Tiene que ver con la Corporación?

—Tengo entendido que se desligó de la Corporación luego de la muerte de Bulma Briefs. Son una Empresa independiente. —Serena hace memoria de lo que supone pasó. Pero no tiene detalles, quizás sea bueno para ella investigar. —"¡No! ¡Eso significaría que me importa y no es así! ¡No!"

— ¿Y cómo es él?—Setsuna siente una nube espesa que acompaña el silencio de Serena.

Serena intenta armar bien su respuesta. —Vegeta es peor. Es un egocéntrico, un mujeriego, un pícaro, que cree que puede tener lo que quiera cuando quiera. Es el típico "chico malo" que cree que puede hacer sus propias reglas y arrasar todas las faldas que quiera. —Serena escupe todo eso en un solo respiro.

Setsuna le sirve más té con extra de hielo. —Te desagrada. —Concluye. — ¿Y es guapo?

—Ja, si al menos lo guapo le quitara ésa sonrisa maliciosa. —Lo recuerda sonriendo de lado, bebiendo el whisky mientras aceptaba gustoso la cita.

¡Bingo! Le gusta. Setsuna sigue. —Oh Serena, lo siento ¿La pasaste muy mal? —Pone una mano en su hombro, espera su respuesta.

Serena se siente injusta de hablar mal de él así. —La cita estuvo bien. Aunque puede ser considerado y caballero…—Recuerda como la defendía de Seiya, pero con guante de seda. —No me faltó el respeto, es más. Si debo decir la verdad, fui yo quien se le acercó y lo tocó sin permiso. Es extraño de explicar… Porque igual me enojaba cuando presumía de tener a las mujeres rendidas a sus pies o cuando me habló de sexo tan desvergonzado. No es simpático como Seiya, es el otro extremo. Su mirada negra tan intensa, su ceño fruncido, sus manos fuertes… Es tan agresivo.

Los puntos suspensivos se dibujan en el aire, luego Serena queda en silencio y sin poder ver a su amiga a la cara. —Te atrae…

Serena resopla por la nariz como un buey. — ¡Y eso qué! ¡Es una bandera roja caminante! ¡El tipo se ha revolcado con quien sabe cuántas mujeres! —Bebe todo el té y concluye. —Lo presume sin ninguna vergüenza, que él no es un tipo de "novias", citas o detalles. Me propuso sin pudor irme a la cama con él. Solo está obsesionado porque le dije NO. —Hace un puchero algo desilusionada.

Setsuna frunce el ceño. —Hm, qué grosero. Al menos no pasó nada más y ya no lo verás. —Anota y sigue. —Sabes, creo que fuiste muy bonita al Banquete. Mina me envió una foto, seguro no fue simplemente porque le dijiste que no. Estabas despampanante. —La ve nerviosa, jugando con sus dedos. Se acerca, le acomoda un mechón detrás de la oreja, y se sorprende al verla con el rostro rojo hasta las orejas. Hasta siente que le quema los dedos. —Serena… ¿Pasó algo más?

Se abraza a sí misma en defensiva. —Me llevó hasta mi casa, me acompañó hasta la puerta. —Serena presiona los labios y los dedos. Por Dios, su corazón se acelera, recuerda el beso como una ráfaga violenta y llena de adrenalina. — Y nos besamos. —Serena estaba por decir "me besó", pero la mentira sería muy grande.

Setsuna subraya dos veces el NOS. — ¿Y…?—Muy suave insiste, ya la ha empujado mucho.

Serena infla las mejillas. No, no puede decirle que ha sido asediada por sueños sexuales, calientes, húmedos e increíbles sueños eróticos con Vegeta. —Me cerré completamente, me alejé. Antes de venir aquí, se apareció en mi trabajo. Me dijo que estaba bonita, lo mandé al diablo y él... Me volvió a ofrecer un encuentro casual. —De nuevo una desilusión en su tono de voz. — No tiene sentido que insista conmigo, nunca voy a poder. —"Darien…". Reza en su mente.

Setsuna lo deja hasta ahí y le sigue preguntando por el cumpleaños de Rei, para relajarla. Serena le cuenta que Rei está algo melancólica por ya pasar los 30's, pero que ella le sube el ánimo diciéndole que tiene toda su vida por delante. —… Jajaja, se me hace un poco hipócrita de tu parte. Es lo que te digo todo el tiempo, tienes 31. Eres joven, hermosa, deberías estimarte un poco más.

—Jummm… Ni que lo digas. Acepté dejarme arreglar para la discoteca con Mina, porque Rei no quería ni festejar con un pastel y así la convencimos. —Se cruza de brazos.

—Bueno, recuerden divertirse ¿Hace cuánto no salen a bailar o divertirse como cuando era más jóvenes? —Setsuna la alienta. Sabe que Serena le está ocultando detalles y eso dice más de lo que ella cree.

El temido día llegaba Serena se sometía junto a Rei a las locuras de Mina.

— ¡Mina, no tan corto! ¡¿Qué no entiendes?! —Rei alejaba a ésa rubia pervertida.

— ¡Yo creí que eras una Sacerdotisa, no una monja! —Mina se queja e insiste. —Además; mira ése culo. —Se lo aprieta. — ¡Mira éstas tetas! ¡Aaah! —Grita Mina luego de recibir un golpe de su encabronada amiga. — ¡Ahora tendré que cubrirme un moretón!

— ¡Sshhh! Chicas, por favor, no escucho los audios de Taiki… —Ami se enoja.

—Ah, pues yo sí, ésta noche no pienso quedarme sola. —Lita saca el pecho, se acomoda su pequeño vestido de lentejuelas. —Así que estaré siguiendo al pie de la letra lo que me diga Mina.

—El sexo casual—Ami iba a sermonear mientras se maquilla.

—Ja, habla la que tiene sexo todo el tiempo. —Lita le saca la lengua. —Además, quien sabe y encuentre a mi "Príncipe Azul" ésta noche.

—Pero es la noche de Rei. —Mina les aclara. —Lo que sea buena pesca, se lo tenemos que dejar a ella primero.

—Mina, ya cumplo 32. No estoy para ésas cosas. —Rei se cruza de brazos, siente una piedra en la garganta.

Serena la ve muy triste. — ¿Rei pasó algo? —Le toca el hombro. Puede ver claramente como quiere ocultarlo. Ella se lo niega y cambia de tema para empezar a maquillarse.

—Sé que no tienes tiempo desde que decidiste hacerte cargo del Templo que te heredó tu abuelito. —Mina cepilla el cabello de Rei. —Pero… Aunque sea bailar, beber algo, hablar mal de los hombres. —Mina cree que la tristeza en Rei es puro estrés. Luego veía a Ami sentarse y perfumarse, al fin libre de los constantes mensajes de su novio. — ¡Uy! Cuánta desconfianza…

—Sí, voy a silenciarlo por hoy. —Ami enojada lo hace y deja su teléfono en la cartera. —Está molesto porque no quiero decirle donde vamos. No creo que él le haya dicho a Seiya lo de Serena y el Evento. Pero conozco las mañas de sus hermanos, pudieron haberle revisado el teléfono.

Serena baja la vista. —Oh Ami. Lo siento, en verdad no pretendo—

Ami pone una mano de por medio. —No. No es tu culpa, es un límite que hay que mantener. —Con tono seguro. —Hmmm… A ver ¿Quién me maquilla? Tengo pulso para operar, pero no para éstas cosas. Jajaja. —Cambia la cara, no quiere nublar el festejo.

Caían juntas, tomadas del brazo. Daban su número de reserva. La mesa estaba en un rincón, era perfecto para ver la pista de baile, con bolas de espejo. Todo en tonos negros, haciendo resaltar las luces de colores. Un par de mozas las acompañan a su mesa. — ¡Felicidades a la cumpleañera! Aquí le traemos el pastel que nos dio su amiga. Y una ronda de margaritas de parte de la casa.

Mina aplaude feliz. — ¡Siii! —Salta en su asiento, le pone la corona a Rei. —Feliz cumpleaños a tiii ¡Feliz cumpleaños querida Reeeiii! ¡Feliz cumpleaños a ti!—Las chicas la acompañan en el canto y aplauden.

Rei sopla la velita sin pensarlo, no tiene ningún deseo en particular. Ve a Serena enojarse con Lita.

— ¡Me dijiste que no necesitabas mi ayuda! —Serena reclama.

—No lo tomes a pecho, fue para que saliera perfecto. —Lita le explica y se ríen todas de Serena.

No hay tiempo para tirarse de los pelos entre ellas, empiezan a beber y a disfrutar la música. Se escucha Get Lucky de Daft Punk resonar. Junto a las luces blancas, hace ver todo muy funky y elegante. Las chicas brindan luego de partir el pastel.

"…Ella está despierta toda la noche hasta que salga el sol

Estoy despierto toda la noche para conseguir algo

Ella está despierta toda la noche para una buena diversión

Estoy despierto toda la noche para tener suerte…"

— ¡Vamos a bailar! —Serena es la primera en sugerirlo, ésa canción le gusta. Se mueve con las chicas entre risas, Rei y Ami se van a su lado. Las ve un poco asustadas, pero al ver a Lita y Mina las entiende. Parecen estar haciendo un baile sensual para todo el público, hasta se tocan entre ellas.

—Ay chicas, que no se note mucho que están desesperadas. —Ami se golpea el rostro con la palma.

— ¡Cálmense o les pongo un pergamino en la cara! —Rei advierte a ésas lujuriosas, saca un pergamino del brasier. Luego siguen bailando entre ellas. Un par de chicos se acercan, pero solo Lita y Mina aceptan una pieza, les repiten que están de cumpleaños y meten a Rei en el medio.

Serena solo da unas risitas nerviosas y baila sola. Sí, tiene ésa pequeña sensación vanidosa, de verse atractiva en ésos shorts donde logró meterse y una blusa de tul, escotada y fresca. Siente algunas miradas, pero solo le importa divertirse con sus amigas. Una canción detrás de la otra sin parar, con sus amigas y se tomaban unos minutos para refrescarse.

— ¡Los años no vienen solos! —Lita se quejaba por el dolor de sus pies.

— ¡Jajaja! Te lo advertí. —Ami le habla fuerte por la música. —Ésos tacos iban a matarte.

Lita da unas carcajadas. — ¿Qué puedo decir? Soy una torre de control en estos momentos. —Lita presume su altura. —Habían varios echándonos el ojo.

—Ppfff, ¿El ojo? —Serena muy sarcástica. —La billetera casi les tiran a ti y a Mina. —Siguen las risas, Serena come otra rebanada de pastel. Ve que traen una ronda de bebidas, le parece extraño el color. —Oh, nunca he probado esto.

—Se llama Señorita Rosa. —Le explica el mozo con una sonrisa.

—Gracias, pero creo que ninguna pidió esto. —Mina le dice. —Es más, traiga algo más fuerte. Tequila o vodka ¡Mejor, los dos! —Presiona sus puños, está lista para cargar su motor.

El mozo deja las bebidas y niega con la cabeza. —Disculpen Señoritas, pero ésta ronda es cortesía de los tres hombres que están en la barra. —Señala.

Las chicas levantan la cabeza como un par de suricatas perdidas. En el segundo que los apuntan están sorprendidas. Mina afila la mirada, las luces y al mismo tiempo la oscuridad no la deja ver, siente algo de familiaridad, toman las copas. Distingue que son tres hombres de traje y camisa oscura.

— ¡Hijo de puta!—Serena rechista, apretando los dientes. Se esconde en su asiento, mira de nuevo, se levantan de la barra y se acercan a ellas. —Vegeta. —Dice su nombre mordiéndose el labio por la rabia.

La mesa de ellas está del otro lado de la pista, si bien tienen fácil acceso, eso hace que los parlantes no las aturdan y puedan conversar. Con una mano en el bolsillo y con la otra se lleva su bebida. Vegeta se acerca a través de la pista, quienes bailan le abren paso. De un lado tiene a Kakarotto y del otro a Raditz.

—Oh Dios ¡Es Vegeta! —Mina declara con conocimiento de causa.

— ¡¿Queeé?! —Las demás saltan de su asiento.

—Uy, se ve bien. —Lita se cruza de piernas. —Su amigo el alto parece una bestia. —Muestra sus muslos, casi dejando sus bragas expuestas. Alto, salvaje; su tipo de hombre.

— ¿Vegeta Príncipe? ¿El Corredor que persigue a Serena? —Ami pregunta asombrada y Mina, Serena y Lita le asienten.

— ¡Hmp! Parecen un grupo de maleantes. —Serena se cruza de brazos.

Vegeta queda a un par de metros lejos de ellas, mira a la cumpleañera, pero mantiene su atención en Serena. —Buenas noches. En especial excelente noche para la Cumpleañera…—Los tres saludan muy respetuosos. Vegeta queda prendido de la vista de Serena. Cuando la encontró en la pista primero le generó gusto de encontrarla, además verla con ésa ropa diminuta y atrevida. Su belleza descarada le hizo dar saltos instantáneos en la entrepierna. Todo eso combinado con molestia, de saber que habían tipos que la comían con los ojos ¿Y quién no lo haría? Se veía hermosa con su cabello suelto divirtiéndose. —"Pero sólo yo podré probarla, lo juro."

Serena lo miraba sin parpadear y él hacía lo mismo. El azul, perdido en ésa mirada misteriosa como la noche. Todos notaban cómo se miraban en silencio y de manera tan intensa.

Eso le parece extraño a Raditz, por lo general Vegeta es un muro de acero, pocas veces se puede adivinar lo que quiere. En cambio ahora, parece no poder ocultar cuanto quiere tener a ésta mujer. Aclara fuerte la garganta. —Señoritas, ya que conocen a Vegeta, déjenme presentarme. Soy Raditz Son y él es Kakarotto, mi hermano menor. Pero… El número uno en la pista. —Pasa su brazo en los hombros de su hermano, casi siempre lo usa de carnada.

—Mucho gusto. —Exclama Kakarotto con una sonrisa enorme. — ¡Oigan! ¿Podemos acompañarlas? Un grupo de mujeres tan hermosas, no debería andar sin alguien que las cuide.

— ¡Oh! ¡Pero parecen todos muy caballeros! —Mina le hace lugar de inmediato.

Serena queda con los ojos abiertos, rogando que no. Pero hasta Lita parece no poder resistir el atractivo del pelilargo. Hasta le ruega por favor con los ojos y un puchero. —"¡Ay! Lita y Mina van a estar en deuda conmigo por una eternidad." —Frunce todo el rostro y asiente en afirmación.

—Así que asumo que tú eres el simpático. —Mina muy coqueta le habla a Kakarotto. —Tienes una hermosa sonrisa.

—Jaja, gracias. —Kakarotto pide una bebida, pero no se la toma. La gira con la mano, jugando a la seducción con la mirada celeste de ésta mujer. —"¡Bingo! ¡Mi noche está completa!"

—Si él es el simpático ¿Quién eres tú? —Lita le consulta a Raditz y se baja su Señorita Rosa.

Raditz pide una bebida sin alcohol. —Pues, yo sería el conductor designado. Jajaja. —Bromea un poco, pasa el brazo por detrás de la mujer.

Vegeta se sentaba junto a la cumpleañera, en el centro estaba Serena y una peli-azul del otro lado. Como si le hicieran una barrera humana. —Así que Rei… ¿Cómo estás pasando tu cumpleaños?

Rei se siente incómoda, si bien el tipo le habla a ella, sigue con la atención en Serena. —Pues, un poco de artritis. Jajaja, nada que me mate. —Rei bebe su copa. Pone cara de asco al ver a ése tipo pelilargo seducir a Lita. Pero es mejor que ver a Mina, técnicamente fornicando con ése otro en la mesa. —"Hmp, ahí quedó lo de darle de "probar" primero a la cumpleañera. Mezquinas… Pero qué suerte, no estoy de ánimos para nada. Quiero que la noche se termine..."—Piensa con tristeza, ya no sabe cuánto más podrá simular.

— ¡Jajaja! ¡No te pongas celosa! —Raditz comenta en broma a la cumpleañera, sólo para sacarle la mala cara. — ¡Dos morenas en la cama! ¡Uff ya me las imagino!

Lo apuñala con la mirada— ¡Jajaja! —Rei muy sarcástica, acerca su mano a la copa. —No estoy TAN desesperada, gracias. —Rei queda ofendida porque el sujeto, en lugar de enojarse, se ríe de ella y le guiña un ojo. —"¡Hmp! ¡Hombre zorra!"

—Déjala, es demasiado temperamental. —Lita toma su mejilla y lo hace concentrarse sólo en ella.

—…Dicen que en un rato empiezan las pistas de los 80's. —Kakarotto hace conversación.

—Mmm… Yo estoy más interesada en saber a qué horas empiezan "Los Lentos". —Mina se abraza a Kakarotto.

—A la hora que ustedes quieran. —Kakarotto se acerca a ésa boca y era interrumpido por unos tipos que se acercaron a la mesa.

—Hola ¡Feliz cumpleaños! —Saluda el tipo alto y rubio. —Veo que un par de ustedes no tienen pareja.

Vegeta, Kakarotto y Raditz les fruncen el ceño muy amenazante.

Ami sacude sus manos en el aire. — ¡Ay yo tengo novio en casa, no gracias!

Serena siente el fuego en la mirada de Vegeta mientras el otro tipo espera su respuesta. — ¡Ay sí! ¡Vinimos a divertirnos! —Toma a Rei y a Ami de la mano, se las lleva como cómplices.

Vegeta se levanta, saca el pecho como impidiendo su paso. Las dos amigas de Serena se asustan de su cara, pero Serena con desdén se va por el otro lado. Iba a pedirle ayuda a su "Hombre ala", pero está demasiado entretenido con ésa mujer de ojos verdes, que está a nada de enredarle la cara con las piernas. —"Serena ¿Qué mierda intentas?" —Se baja el whisky, su pierna tiembla. Él no es de bailar ésta música y ése obstáculo lo cabrea.

Se empieza a escuchar 4 Minutes de Madonna. De pronto Mina salta feliz. — ¡Vamos a bailar! —La rubia se baja el trago como agua y el shot que se había pedido Kakarotto. Lo deja con la boca abierta en sorpresa, por su resistencia al alcohol.

Raditz le murmura a Vegeta antes de irse a bailar. —Si los vas a matar, espera al menos que tenga la "cena" asegurada. —Vegeta le rechista y le voltea el rostro.

Serena bailaba a distancia prudente, éste par de rubios no parecen querer propasarse. Aunque puede que sea la mirada amenazante de Rei y Ami lo que la protege. De pronto nota que Vegeta se levanta. Serena se abanica con las manos por el calor y los nervios. Va a la barra a pedirse una soda.

— ¡Oh, te invito algo! —Uno de los muchachos la sigue y le ofrece.

Ella iba a negarse. No alcanza ni a tomar aire para hablar, que a su lado de la barra aparece Vegeta. —Sí, creo que ya estoy de ánimos para un tequila. —Serena pide con una sonrisa.

Vegeta tiene el ceño fruncido, presiona la mandíbula. —Espero que no estés bebiendo con el estómago vacío. —Le sisea contra el oído, ella no se ve una bebedora.

Serena se voltea algo burlona. —Jaja ¿En serio?—El chico le da el shot y se lo baja, casi tiene que esconder el rostro, se queja al cielo por lo fuerte que le quema la boca. Pero disimula con unas risas. —Jajaja, eso es fuerte. —Le habla amable al muchacho, casi ignorando a Vegeta a su lado.

—Mujer ¿Qué intentas hacer? ¿Sacarme de quicio? —Vegeta gruñe, toma su brazo para que voltee.

— ¿Qué intentas hacer tú? —Serena lo enfrenta, con los tacones lo tiene cara a cara. —Creo que es a ti a quien le tendré que poner una Orden de Restricción por acosarme.

Por Dios, así de cerca, cara a cara. No saben si están agitados por la pelea o porque se atraen ¡Su puta mierda! Ahora cualquiera de las razones da lo mismo. Tienen las mismas ganas de pelear como de darse placer. No lo entienden, comparten la misma confusión mientras de nuevo se quedan mirando.

Serena es la primera en escapar de esto, pide dos tequilas, se los toma casi muriendo en el intento y camina rápido a pedir una canción. Suena el bajo fuerte se escucha a Lady Gaga. Los bailarines aplauden y gritan del gusto. Serena anima la fiesta, sus amigas la miran extrañadas, creen que está borracha. Empieza a bailar y a cantar, se deja llevar por la canción. En especial le gusta ver a Vegeta sin armas para combatir.

"Yo, me siento bien, camino sola

Pero luego me tropiezo y me caigo

Yo, me levanto, y luego estoy bien

Pero luego imprimes algo que me hace querer gritar

Así que haz lo que quieras, lo que quieras con mi cuerpo

Haz lo que quieras, no pares, vamos de fiesta

Haz lo que quieras, lo que quieras con mi cuerpo

Escribe lo que quieras, di lo que quieras sobre mí

Si quieres saberlo, no lo lamento.

Haz lo que quieras, lo que quieras con mi cuerpo, lo que quieres con mi cuerpo

No puedes tener mi corazón, y no usarás mi mente

Pero haz lo que quieras con mi cuerpo, haz lo que quieras con mi cuerpo

No puedes detener mi voz porque no eres dueño de mi vida

Pero haz lo que quieras con mi cuerpo, haz lo que quieras con mi cuerpo…"

Serena baila entre todos, la ve especialmente seductora, agresiva. No le baja su mirada azulada. Vegeta agudiza la vista, le parecería el espectáculo más excitante, si no fuera que Serena, técnicamente le está levantando el dedo del medio frente a toda la gente. Lo único que le alegra es ver que los demás se dan cuenta y no se interponen entre ellos. — ¡Mierda! — Vegeta maldice. La ve agarrar otro shot de la bandeja de un mozo.

— ¡Raditz! —Kakarotto le advierte a su hermano, para saber si es alerta roja. Pero se quedan los dos consternados. — ¿Ve-Vegeta está bailando?

Vegeta se acerca, afloja su corbata. Llega hasta ella y baila muy suave a su ritmo. Le quita la bebida y se la toma él. Cuando ella estaba por huir de nuevo, la aferra para seguir bailando. Así de cerca, así de enfocados; todo el mundo se va al infierno. Qué hermosa sensación, que todo desaparezca. Baila escuchando lo que dice la canción, la balbucea con Serena. Si así lo quiere así se lo dará. La toma firme de la cadera, acomoda su pierna y la monta arriba.

Serena se deja llevar, el calor del licor, junto al calor de Vegeta, su cercanía, sus manos. Todo la tira al abismo. No sabe si será el alcohol lo que le dio tanto coraje para hacer algo tan atrevido y frente a todos.

Y así debe ser porque el grupo que estaba con ellos queda con los ojos grandes, sin poder parpadear. La mandíbula se les cae al piso, se ponen rojos de vergüenza. Parece que ésos dos están intimando.

Sus brazos se cruzan con el otro, sus rostros cambian de ángulo tocándose con la punta de sus narices. Tan cerca tan lejos, su aroma masculino empieza a cegarla. Éste juego de seducción es el más atrevido y explícito que ninguno de los dos ha hecho jamás. El aliento de ambos choca contra el otro, el alcohol hace que los queme aún más. Serena enreda sus brazos al cuello y lo tira completando la unión de sus labios. Ya no hay palabras, solo la acción pura. Sus labios se mueven, la succión es hambrienta. Sus lenguas giran quitándose el aire, la necesidad los llena y la razón quedó vacía. Ésta tormenta lujuriosa culmina entre sus piernas, exigiendo unirse. Quienes los observan desvían la mirada, sus cuerpos parecen uno solo.

Vegeta busca en su saco con una mano, sin separarse. El beso sabor cerezas de ésta mujer parece tirarlo de nuevo a la locura. La abraza firme y se la lleva con él. Le arroja la llave en la cara a Kakarotto.

— ¡Auch!—Kakarotto frota su frente, eso le dolió. Toma el juego de llaves. —¡Sí! Oigan chicas ¿Quieren seguir la fiesta? —Muy travieso hace bailar las llaves. —Tengo un deportivo azul último modelo.

— ¡Sí! ¡Conductor designado! —Raditz lo señala, le quita el shot a su hermano y se lo baja en seco.

Kakarotto es agarrado con la guardia baja. — ¡Oye Raditz, no! ¡Yo quería beber! —Gruñe de lado, ya era tarde, su hermano se había bajado el vodka y él ni una cerveza.

Mina toca el hombro de Kakarotto y muy felina empieza a moverse con él en la pista. —No te preocupes, lo importante es que nos quedemos hasta bailar los lentos. —Lo ve sonreír enorme.

Afuera de la Discoteca, el aire fresco de la noche los azotaba. Serena dejaba la cartera y su abrigo en la zona del recibidor y le importaba una mierda. No quería que éste impulso irracional la abandone, puede ver que a Vegeta le pasa lo mismo. No sueltan sus bocas, le succiona los labios con rudeza cuando el movimiento de sus cuerpos parece amenazar con separarlos. Vegeta hace una seña para que le consigan un taxi, un Uber o lo que sea. Se arrojan al asiento de atrás, Serena escucha a Vegeta balbucear como puede la dirección de un hotel. El chofer guarda silencio y discreción ¡Al demonio! No les importó exhibirse con toda ésa gente en la discoteca, frente a sus amigos y conocidos. Les puede importar muy poco un testigo más.

Siente a Serena tironear su ropa, frota su erección contra su centro y la escucha ahogar un gemido del gusto. Ya quiere meterse dentro de ésos diminutos pantalones, que parece hacerse todavía más cortos, con sus piernas enredadas a él. Vegeta jadea al sentir la cadera de Serena hacer un meneo suave e intenso y presionarse contra su polla inflamada. Su olor femenino, siempre tan al ras de su piel. Acaricia su cuello con la nariz, la siente erizarse. —Hermosa… —Suspira.

Sentirlo duro contra sus muslos en ése primer beso, o ahora mientras bailaban y se enredaban; la estremecía. Ahora sentirlo contra su centro, con sólo la ropa separándolos del sexo real, hace que su clítoris duela y se prenda fuego. Los labios de su vagina palpitan y se siente chorrear como nunca. Tan prendidos como al inicio, Vegeta la lleva a la habitación. Siente que azota las luces y recién ahí ella abre la vista. Es una habitación de Hotel elegante, enorme. Junto a la enorme cama hay un balde con champaña. Vegeta la levanta del trasero, presionando sus dedos. Ella quita su saco, empieza a desabotonar su camisa.

—Ah, Serena… —Vegeta gruñe con lujuria, responde con gusto quitando ésa blusa ajustada que ella tiene. Baja besando su piel aterciopelada, los gemidos se hacen uno solo. La ve roja hasta el pecho, mete las manos en su brasier, sus pezones ya estaban duros. Quiere verlos, quiere chuparlos.

—¡Mmh, Vegeta! —Gime libremente, tira la cabeza hacia atrás. Él arroja su brasier, besa y lame directamente sus senos. Siente que va a correrse solo con eso. Tironea su camisa, él se endereza para ayudarla. Serena toma aire levantando sus hombros, el cuerpo de Vegeta la deja paralizada. Es tan musculoso, su piel morena parece resaltar la comisura de su carne y ésas cicatrices. Se pregunta qué pudo haberle pasado para marcar el cuerpo de un hombre tan fuerte como él.

Por lo general Vegeta prefiere a media luz o a oscuras, así las mujeres no miran con disgusto sus cicatrices. En cambio Serena parece fascinada, tan ansiosa por tocarlo que se acerca de inmediato a besar su abdomen y su pecho. Vegeta tampoco quería perderse la oportunidad de ver cada detalle del cuerpo de Serena a plena luz, su rubor, sus pezones rosados tan duros que parecen doler. Los dos rebotan de manera juguetona en el colchón. No desarman la cama, no se esconden con las sábanas. Quitan sus zapatos, arroja en el aire su short y él deja tirados sus pantalones. Toma un sobre plateado entre los dientes.

Serena gime del gusto al verlo tan listo, también porque él quiere dejarla bien lista. No para de masajear y besar sus pechos. Un mordisco la hace casi convulsionar, luego la ansiedad de sentirlo bajar con lamidas hasta sus bragas. Cuando se las quita, le pasan dos cosas, excitación y pena. Porque Serena recuerda que solo tiene marcada la zona del bikini y nada más. Traga saliva. —Uh, no… —Se cubre roja de vergüenza.

Vegeta sonríe de lado, eso no le quita atractivo. Es más, su pudor le excita. Pasa el pulgar, acariciando el vello de su pubis. Esto es una señal para él, de que ella no esperaba llevarse a nadie a la cama. —No recuerdo cuando fue la última vez… Que probé una mujer tan natural. —Su lengua está ansiosa.

Serena lo ve relamerse, con ésa mirada negra y depredadora. — ¡Oh Dios bendito! —Se aferra a las sábanas, su cuerpo se endurece con el estímulo crudo de la boca de Vegeta. La succiona, pasa la lengua por su clítoris. Es casi una aguja ardiente, pero que la alivia con placer. Lo siente meter un dedo y técnicamente está a nada de correrse. — ¡Nnh! ¡Vegeta no! —Dice con mucho esfuerzo, quiere acabar con él.

Él se aleja, recupera el aire. Cuántas ganas tenía de morir con la boca pegada a su coño, peina la zona interna de los muslos de Serena con sus labios. Vuelve a meter sus dedos. —Estás tan lista, me aprietas. —Masajea uno de sus pechos, le gusta saber que se ruboriza en ésa zona. — También estoy ansioso de estar dentro de ti. —Está seguro que podría hacerla acabar con la boca y luego con su polla. Pero siente que no puede negarse si ella le pide penetrarla con ése tono lujurioso.

La hora de la verdad, Serena espía hacia abajo. Lo ve quitar su bóxer y bajar muy jactancioso la funda por su erección. Ella piensa que quizás hace ratos no ve un pene porque ¡¿Cómo mierda va a entrar todo eso en ella?! Con razón no deja de estimularla, tenía que prepararla para ESO. De pronto se miran a los ojos, Vegeta muy presumido y ella un poco enojada porque no deja de ser un maldito arrogante. La toma de los muslos, deja una pierna sobre su hombro. Serena traga duro al ver tanto profesionalismo para moverla con ésa facilidad. Sus piernas musculosas se presionan contra sus muslos, la frota de arriba, abajo con su palpitante miembro, mojándose con su humedad natural. Levanta un poco su trasero del colchón. — ¡Ah, Santa Madre de-¡Nnh!

— ¡Oh, Jodido Dios bendito! —Vegeta grita del gusto junto a ella. Su punta entró en el calor humeante de su vagina, lo presiona sin esperar. —Ah, Serena. No hagas eso o me voy a venir ya mismo.

Serena frunce el ceño algo confundida. Solo fue una reacción de su cuerpo cuando su punta casi la hace tener un orgasmo. —Yo no…No lo hice a propósito. Lo siento. —Avergonzada esconde su rostro, se siente sudar y prendida fuego.

Un latido enorme lo deja aturdido ¡¿Cómo puede ser ésta mujer así de adorable ahora?!— ¡Eres imposible! —Gruñe y se empuja más allá. Los dos se sienten al borde, quiere al menos enterrar su polla al fondo de su ser. Muerde su labio inferior. —Iba a esperar un rato más, pero pones ésa cara. No puedo resistirme. —Respira hondo, ella empuja su cadera con él. Llega hasta el fondo.

Serena creía que iba a empezar a embestirla en ésta posición, en cambio lo ve descender despacio. Sus ojos no se despegan de los de ella. Lo tiene cara a cara, mientras una mano amasa sus pechos. Sus corazones están acelerados y toda la sangre converge en sus genitales. Serena suspira cuando los labios de Vegeta van al pulso de su cuello y la acarician, le parece un gesto muy tierno y al mismo tiempo candente.

La punta de su nariz peina su yugular, deja besos mientras se deleita de su aroma, de su sabor. Vuelve a estar cara a cara. — ¿Estás bien? —Consulta, pero la agitación parece ser mutua. Serena asiente. —Hazme saber, si quieres que me detenga. —Advierte ¡Y maldito infierno! Le costará horrores cumplir su palabra.

Serena se aferra a Vegeta, clava las uñas en sus hombros. Grita del gusto ¿Qué se detenga? ¿Cómo mierda va a pedírselo? Así la deje hecha trizas no podría; siente que el placer le quita la voluntad. Sus gritos empiezan a coordinarse con el golpe de la unión de sus caderas. Acallan sus bocas una con la otra. Sus lenguas desesperadas giran contra la otra, imitan a sus cuerpos entrelazados.

Tan caliente, tan explícito, sus cuerpos desnudos se ven claramente en la luz de la habitación. Las piernas de Serena se aferran a la cadera de Vegeta, así se facilita seguir el movimiento de las embestidas. Empiezan a acelerar, a gruñir salvajemente junto con las penetraciones agresivas. No podrían parar aunque quisieran, sus cuerpos empiezan a construir el orgasmo, desde sus bocas, a sus extremidades. A nada de detonar entre sus piernas. Los golpeteos son constantes, sacuden el vientre de Serena y hacen rebotar el saco de Vegeta. Serena curva su espalda, una ola explosiva no se hace esperar. — ¡Me corro! ¡Aaah! —Esconde el rostro en el hombro de Vegeta, se sostiene de su cabellera negra.

— ¡Mierda! —Vegeta se abraza a ella, la presión en su polla lo masajea, lo succiona sin piedad. En el medio del orgasmo de Serena, se aleja un poco, sosteniéndose con los codos para verla. —Sí, oh sí. Hazlo, me vengo. —Susurra y en un par de embestidas dolorosas se siente ordeñado completamente.

Siente que cae flácido, ella también. Las tensiones parecen haberse disuelto como miel en leche caliente. Él la toma del rostro y ella deja un par de tiernos besos contra sus labios. Lo ve sonreír con ternura y ella también va a hacerlo; si no fuera que Vegeta la vio a los ojos y luego escapa de su vista. Lo siente frío de inmediato, quiere verlo. Pero se levanta, toma su bóxer y se va al baño. Una zozobra horrible se esparce en su pecho. Ella también cambia inmediatamente. —"¿Qué hice? ¡Dios mío! ¡¿Qué hice?!" —No puede evitar recordar a Darien, como se quedaban juntos y abrazados luego de hacer el amor. Sí, porque con Darien era hacer el amor, ésto fue una revolcada. Y si bien calmó sus impulsos, la dejó con un vacío en el pecho que está por quebrarla en llanto. Se cubre el pecho, avergonzada y se empieza a vestir. Sí, Serena cae en la conclusión de que esto no era nada más que un capricho, una conquista que ella misma le había dificultado. Quizás inconscientemente lo desafiaba porque quería tenerlo interesado y lograr esto.

Vegeta abre el agua fría, se lava el rostro ¡¿Qué le pasó?! ¡¿Qué hizo?! No comprende porqué siente tanta culpa ¡No! ¡Él no se debería sentir así! Sino satisfecho de tenerla como él quería. —"Sus ojos, sentí… Sentí tanto…" —Rechista para sus adentros, se lava la cara y tira el condón lleno. Escucha movimientos en la habitación, se pone su ropa interior. Sale de inmediato sin secarse, está vestida y recién colgaba el teléfono. — ¿Serena?

Ella no comprende su mirada confundida. Serena se vistió rápido, dejó un correo de voz a sus amigas, recordándoles de su cartera y su saco. También llamó a recepción para que le consigan un taxi. Toma aire para hablarle. Rayos, el agua gotea en su cuerpo moreno, se ve tan sexy. Como si no hubiera tenido suficiente, su cuerpo parece ansioso por más sexo con él. —Ya llamé un taxi. No te preocupes, cuando consigan uno van a llamar aquí. —Su tono es plano y normal. Quiere irse antes de perder el valor.

Vegeta parpadea tan rápido que es casi imperceptible. Su gesto se endurece. —Dame cinco minutos, me visto y te acompaño a tu casa. —Quiere abrazarla, tirarla de nuevo a la cama, estar piel con piel contra su cuerpo femenino y aterciopelado. —…Quédate un rato más.

Serena instintivamente da un par de pasos hacia atrás. Pone una mano entre ellos. —No hace falta, de verdad. —Larga una especie de risa. —Tú no eres así. Y me di cuenta que yo tampoco soy así. —Mira hacia abajo, vuelve a verlo, está en silencio. —Mira, no tengo nada en tu contra o algo por el estilo. Simplemente esto no es para mí, yo no soy una mujer de "encuentros casuales". Así como tú no eres un tipo que tiene "novias" y está bien. Nadie me obligó a hacer lo que hice hoy. Pero lo probé y no soy ése tipo de mujer. Prefiero irme antes de que me digas que me vaya. Y quedar bien, sin resentimientos.

Vegeta la mira sin parpadear, ella le desvía la mirada. —"¿Qué otra cosa puedes ofrecerle? Ella es una mujer decente. Déjala ir ¡No puedes darle nada!" — Sus monstruos internos amenazan por salir. La mira de nuevo, ella está decidida y él no quiere verse vulnerable. —Sí, tú no eres así. Mereces algo mejor. —Asiente seguro, escucha el teléfono de la habitación. Serena contesta y avisa que ya se va.

Serena lo ve ponerse los pantalones. —No te preocupes, soy una chica grande. La pasé bien y bueno tú… Ganaste. —Da una sonrisa como felicitándolo. —"¡¿Qué demonios estoy haciendo?! ¡Me quiero ir! ¡Me quiero ir!"

Vegeta pone el gesto de piedra, el más duro y frío que tiene y la acompaña hasta la puerta. Le apena que ella vea lo que siente. Vuelve a la habitación, encuentra sus bragas tiradas, en el tifón de pasión no las vio en detalle, son como pantaloncillos, delicados y bordados. Sus dedos raspan la seda…

¿Ganó? ¿Qué ganó?

¡Aaaaaahh! ¡Primera noche, primera noche! No les voy a mentir, gocé cada segundo cuando Vergeta sacó los pasos prohibidos ¬¬ ¡Hasta el próximo viernes!

Nita-Chan84: Hola! Bienvenida a otra aventura *play_careless_whispers XD. Aquí ya sabes, entregamos lo que vinimos a entregar. Hay muchas inseguridades entre los dos, muchas cicatrices que deben curar, las de Serena están a la vista ¿Y las de Vergeta? Hmmm… XD

Kaysachan: Pues sí, aquí el Mamochan es nuestro santo, lo tenemos de estampita y le oramos porque los traumitas de la Usagi sanen rápido. Jajaja, sí no es por nada, pero ésa actitud de Seiya, de adolescente que se come el mundo siempre me cayó mal. Me gusta ver que hay más de un tipo de "chico malo". El bohemio que toca la guitarra y te enamora y el malo malote que solo quiere darte palo palote XD. Sí, habrá plot twist para Ami, pero ¿Para Nappa? Hmmm…Gracias por seguir mis delirios, espero te siga gustando.

OhaioIzumikun: Muchas gracias por tu rw. Mira, que empezamos así, no habrá drama con bolitas de fuego, pero si dramitas de fuego y bolas saiyajin de a montones XD. Bueno el tema del sexo, creo que tiene que ver con los valores que tiene Serena y además de que todavía no puede dejar atrás a Darien. Mina, Jajaja sí todos somos Mina. Es el sol de mis días.

Jiyuu Akabane: No manches, rompistesss las rws de FF, XD . Bueno, perdón por cualquier error que hayas encontrado. Gracias miles por tu tiempo y cualquier crítica es bienvenida. Aaaahh! Todavía tengo que leer tu actualización *nervios_sudorosos* XD Jajaja Seiya, es el muchacho que por orgulloso no quiere aceptar que una mujer como Serena lo rechace. Pero no tiene idea el hombre que ella se ha encontrado ¿O sí? Hmmm (pensamientos bi-curiosos) El Kokú va a ser bien candente aquí, así que cuidadito, que con la guardia baja ¡pum! Sin avisar y en la cara, Jajaja. Me alegra que se haya visto ésa atracción entre Vegeta y Serena, es mi idea, que se pongan fuera de control, que sea un choque a toda velocidad. Sí, ésa modelo zorrita era yo, perdón chicas, cuando bebo soy otra XD (Chiste, lo juro :v) Ufff sí, ése beso, ése beso fue todo y mucho más de lo que se esperaban. Ya tuvieron un toque de ésa droga, ahora ¿Caerán en el vicio? Yo diría que sí jajaa. Pero aquí ya vimos que no es solo Serena, sino también Vergeta con sus inseguridades. Serena lo descolocó y tendrá que aceptar, que si quiere seguir teniéndola, tiene que dejar sus viejas costumbres. Serena también, hay que ver si logra aceptar que debe sanar sus heridas. Tal vez, el tener ésta química sexual la obligue, pero su desconfianza hacia tipos así es muy fuerte. Gracias por tu tiempo. Aaaaahhh! Amé tu rw (y también me dio miedito porque está más buena que mi cap XD)