Lala Lulu: Hola! Sorry por tocarle un poco las emotions en el cap anterior. Pero creedme mis cielas, más conflictos y tormentas se desatan dentro de ellos ¿Encuentro casual? La culpa de Serena la hunde en la tristeza. La de Vergeta lo hunde en la rabia. No, Serena no es ése tipo de mujer. Si ella se fue, él deberá acosar-digo, digo, buscarla hablar con ella :V Jajaja sí soy. Una sola cosa es segura, ellos se quitan completamente el control. Y ufff el amanecer ¿KakaMina? ¿RadLita? Hmmm ¿Será que sí soy pura maldad? XD ¡A leer se ha dicho!

¡Advertencia! Si ya has leído mi historia anterior sabrás que yo no escribo Lemon, sino Smut, mucho Smut. Smut es sabrosura primero, explicaciones después. Así que esto es para adultos ¡Porque soy una maldita pervertida!

No me pertenecen los personajes, son Creaciones de Akira Toriyama y Naoko Takeuchi. Hecho por un fan, para algún otro fan que ande dando vueltas por la Vía Láctea…

"Oh, la noche es mi mundo

Luz de la ciudad, chica pintada

En el día nada importa

Es la noche, el tiempo que halaga

En la noche, sin control

A través de la pared, algo se está rompiendo

Vistiendo de blanco mientras caminas

Por la calle de mi alma

Tu tomas mi yo, tu tomas mi autocontrol

Me tienes viviendo solo por la noche

Antes de que llegue la mañana, la historia está contada

Tu tomas mi yo, tu tomas mi autocontrol

Otra noche, otro día pasa

Nunca me detengo a preguntarme por qué

Me ayudas a olvidarme de jugar mi rol

Tu tomas mi yo, tu tomas mi autocontrol

Yo, yo vivo entre las criaturas de la noche

No tengo la voluntad de intentar pelear

Contra un nuevo mañana

Así que supongo que solo creeré que el mañana nunca llega

Una noche segura, estoy viviendo en el bosque de mi sueño

Debo creer en algo

Así que me haré creer que esta noche nunca se irá." Laura Branigan, Self Control.

Capítulo 3

Se sentaba en el taxi, tenía todo su ser entumecido. Como si hubiera sido un ente vacío lo que salió de ésa habitación. Le dice la dirección al taxista y ahí se da cuenta, que por las prisas, no se puso sus bragas ¡Excelente! Esto es el nuevo nivel de auto-humillación que Serena experimenta. Se frota la cara y larga un sollozo horrible, no lo puede contener. Escucha al conductor ofrecerle un pañuelo, ella le asegura que está bien. —"Dios, es como si el pozo no tuviera fin."—Quiere abrazarse a sí misma, aunque está cubierta en sudor, los escalofríos la atacan. Saca el pecho, mira por la ventanilla, intentando distraerse, dejar de hacer una escena. —"Tú lo dijiste. Tú te metiste en esto ¡Tú te metiste, así que ahora te la aguantas!"—Está tan nerviosa, que hasta da un salto cuando el taxi frena. Se mete a la casa y busca dinero para pagarle. Le agradece sinceramente. El conductor frunce el ceño, preocupado. —Gracias, en verdad es solo una tontería. —Sí, por una tontería, por no mantener las piernas cerradas, ahora debe salir de su lodazal. Su mente la castiga y su corazón ¡Mierda! Su corazón se siente indigno de albergar los recuerdos de un hombre tan maravilloso como Darien ¿Qué va a pensar de ella? Se quita rápido la ropa, espía en el pasillo de las habitaciones. Mina y Lita se nota que "dormirán" fuera. Se pregunta porqué no puede ser así; caricias, sexo, orgasmo y a otra cosa ¿Será cierto que es una inmadura, una soñadora sin remedio?

—Debe ser… —Se responde sola, mientras se mete a la bañera. Siente el chorro de agua fría contra su espalda, prefiere enfocarse en ése dolor, al dolor emocional. Se recuesta y queda flotando, el aroma de Vegeta parece emanar de su piel. Su aroma amaderado y con sales de mar. —"Dios, el sabor de su boca." —Cierra los ojos y se abraza, se hunde ¿Está mal codiciar algo que nunca será suyo? Al reflotar su llanto estalla, sus sollozos retumban junto al movimiento del agua. Se queda hasta que sus dedos se arrugan, aun en la madrugada las chicas no han vuelto. Se alegra, no quiere asustarlas.

Cansada de llorar, se viste con una camiseta y mira las fotos de Darien y su camisa colgada. Cuando está así de mal por cualquier cosa, le gusta usar la vieja y confiable "Terapia de Darien". Pero ahora, se siente como la peor de las esposas infieles. —Perdóname… Por favor Darien, te lo ruego. —Se tira a llorar, abraza la almohada y se cubre con las cholcas hasta arriba, deseando que todo haya sido un sueño.

El día siguiente no perdona a nadie, ni siquiera a una experimentada fiestera como Mina Aino. Siente la boca arenosa, se arrastra por una cama, viendo si puede alcanzar su teléfono. Pero parece que la cama no tiene fin. —Grrr… Mi cama se agrandó. —Mina se sigue estirando y alguien le da su teléfono en la mano. Ahí reacciona, ésta no es su cama. Está desnuda. —"Bueno, suelo dormir desnuda de vez en cuando…"—Se endereza como puede, la luz de la mañana la castiga.

—Buenos días… —Kakarotto le pasa un vaso de agua, sonríe enorme al ver el cabello de la rubia como un nido de pájaros.

Mina recuerda un poco. —Oh, bueno días. Jeje, lo siento. —Se frota la cara. —Debo estar hecha un desastre. —Tiene mal sabor de boca.

—Por favor, toma agua. Con todo lo que vomitaste anoche, me asusté. —Se sienta en la cama.

Mina bebe y el confort de la hidratación limpia su boca y parece calmar el dolor de estómago. —Qué mal, bebí tanto que no recuerdo el sexo de primera que seguro tuvimos.

Kakarotto resopla por la nariz y se ríe. —No, en verdad no alcanzamos a hacer nada. Estás desnuda porque te vomitaste encima, y para colmo me vomitaste a mí también.

Mina entierra la cara en la almohada esperando morir. — ¡Ay no! ¡Lo siento! ¿En verdad, en verdad no hicimos nada? —Mina le consulta mirándolo a la cara, ésa sonrisa parece un sol por sí solo.

—Nop. No soy de tomar mujeres inconscientes. —Kakarotto la ve en verdad mortificada. —No me malentiendas, si yo hubiera estado borracho quien sabe… Pero me divertí mucho, eres muy simpática.

—Oh, tú también. —Mina le da un puñetazo amistoso en el hombro. —Oye ¿Prendiste fuego mi ropa?

—Jajaja, no. Está por salir de la secadora en cualquier momento. —Kakarotto se levanta. —Recién vengo de trotar, así que desayunemos. Aunque para mí sería el segundo desayuno, Jajaja. —Comparten risas, le presta algo de ropa.

Raditz lleva el desayuno a la cama, Lita estaba saliendo de darse una ducha. —Ay, no debiste. —Lita le dice mortificada.

Raditz exhala pesado. —Es lo mínimo que puedo hacer, además no fue complicado, jugo, café, un sándwich. —Deja la bandeja y mira sus manos. Se siente tan fuera de lugar.

Lita lo ve muy acongojado, lo toma del hombro y lo sacude. —Oye, la pasé bien. Quizás es por el accidente que tuviste ¿No has visto a ningún terapeuta por estrés post traumático? —Lo escucha gruñir como negándose totalmente. —Bueno, creo que eres un buen hombre y simpático. Va a sonar trillado, pero no eres el primero a quien le pasa.

—Mmm…Nop, no me hace sentir mejor. —Raditz toma la taza y bebe su café.

Lita se rasca la nuca, mira la habitación y por la ventana. —La habitación es enorme, casi tan grande como la casa que alquilo con mis amigas. —Se sienta e intenta ser amistosa. —El balcón que da al mar es un lujo.

—Sí, compramos el terreno cuando esto era un desierto. Fue en nuestra primera carrera profesional, hicimos buen dinero. —Raditz le sirve una taza y la pasa un sándwich. —Hasta nos hicieron descuento por pagar en grupo. Vegeta y Nappa tienen la casa en el mismo barrio, pero ellos no viven juntos. Nosotros vivimos con nuestro padre.

—Hmmm ¿Dificultades para dejar el nido?—Muy psicoanalítica Lita le pregunta. Comparten una risa. —Bueno, aunque con ésta mansión… Son como tres casas juntas.

Raditz se encoje de hombros. —Me gusta pensar que fue una buena inversión y que nos gusta mantenernos como equipo.

—Ay, quisiera irme y que tu padre no me viera. —Lita se cubre el rostro, se imagina a un señor grande, conservador y de cabello blanco.

Raditz se ríe. —Créeme, que con quien se va a enojar es conmigo. No solo salí al poco tiempo de recuperarme, me emborraché y además… —Mira la hora en su reloj. —Tendría que estar ahora mismo entrenando con él en la costa. Seguro se está arrepintiendo de no haber usado condón con mi madre.

Lita queda con las cejas en alto. — ¿Sales a entrenar con tu padre? ¿Cuántos años tiene? —Algo confundida pregunta.

—Más de cincuenta… Fue padre cuando era adolescente. Larga historia. —Raditz, se baja el jugo. —Voy a ducharme y le escribo a Kakarotto para llevarlas a su casa.

Lita lo ve levantarse y asiente. Cuando escucha la ducha del baño, se cambia con su ropa. Mira su teléfono, tiene un par de mensajes de voz. No reconoce el número, le escribe a Mina. Cuando escucha los audios, es Serena. Le explica que está bien, que fue para un hotel pero que ya volvía a casa. No suena de mal humor o triste, pero se preocupa. Así que se decide a irse de inmediato a verla. Deja una pequeña nota a Raditz, toma su teléfono. Y mientras se va avisa a Mina y pide un Uber.

¡Puta mierda! La mente de Bardock rechista, tiene puestos los auriculares. En especial escucha rock para canalizar su ira. —"Si se emborrachó, juro que lo voy a hacer entrenar junto a Vegeta hasta que se le partan los huesos." —Ve un mensaje.

De: Nappa

Estoy yendo a casa de Vegeta. Hasta ahora todo normal.

Bardock pone los ojos en blanco, entra a la enorme sala, va directo al refrigerador. Deja su botella vacía. —"Parece que fue lo mismo de siempre." —Dice con algo de pena, muy en el fondo creían que ésa mujercita era distinta. Pero simplemente parece que al desafiarlo, sólo hizo que Vegeta se encaprichara y ya.

De: Bardock

Aquí igual. Raditz no vino conmigo a trotar, así que ya estoy cabreado (¬_¬)

Rechista a un lado, aun con los auriculares puestos. Pone algo más fuerte y bailable, se quita la camiseta empapada, la tira en la sala. Bebe más agua y va a su habitación para darse una ducha mientras quita sus pantalones y el bóxer. —Carajo, sude hasta los calzones. —Dice con risas hasta que está de frente con una mujer. Mejor dicho con un par de ojos verdes, brillantes y en forma de platos.

Lita toma aire. — ¡Oh Por Dios! — Atina a taparse el rostro. — ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡No sabía que Raditz tenía más hermanos!

Bardock atina a dar un salto del susto, cae hacia atrás buscando lo que sea para cubrirse. — ¡Maldita sea! ¡Ouh! —Vuelve a caer, pero ahora detrás del sillón largo nadie lo ve. Escucha los pasos y el portazo de la habitación de Raditz. —Esto ya es el colmo.

Raditz sale rápido del baño con una bata. — ¡¿Qué pasó?! ¡¿Qué sucede?!

—E-El hermano gemelo de tu hermano, o sea tu otro hermano, de la cicatriz. —Lita se muere de la pena, se cubre la cara y se arroja al suelo. — ¡Qué vergüenza! ¡Lo vi desnudo!

Raditz piensa, está algo confundido, pero al ver la hora comprende. —No tengo otro hermano, ése era mi padre.

— ¿Tú…Tú papá? Ayyy Nooo. —Lita empieza a tener una resaca, pero ya no por el alcohol.

—Así que, lo viste desnudo ¿Completamente desnudo? —Raditz la interroga. Sólo la ve asentir con vehemencia. Raditz abre grande los ojos. —Entiendo tu susto. Y… ¿Te enamoraste? ¡Jajaja!

— ¡Cierra la boca! —Lita empieza a tirar patadas y le sale humo de las orejas — ¿Cómo puedes bromear con algo así?

Bardock se había secado el sudor en su habitación, se lavó la cara y salía a hacer su papel de "Señor de la Casa". Presionaba duramente la mandíbula y azotaba los cubiertos y sartenes mientras hacía algo para almorzar con ésos dos.

—Se-Señor… —Lita daba un par de pasos, tenía su bolso y las cosas de Serena en un brazo. Aclara la garganta, ése hombre parece estar rodeado de llamas negras. —Señor, quería disculparme por lo de recién yo le juro que quería irme lo más discreta posible.

Bardock suspira de lado, se da vuelta. —Escúchame, mi hijo acaba de salir de un accidente. No tiene tiempo para andar detrás de ninguna mujercita, mucho menos si es una mala influencia.

Lita siente una piedra de vergüenza aplastarla, pero frunce el ceño. Le molesta que el tipo le hable así. —Señor, yo le estoy pidiendo disculpas. No piense mal de mí.

Bardock da un par de pasos hacia ella. Parpadea al verla levantar el mentón altiva. —Simplemente, no metas a mi hijo en problemas.

Lita presiona los dientes y el puño, está por mandarlo bien al demonio, pero Raditz interrumpe.

— ¡Papá! —Raditz lloriquea y lo aleja. —Deja de hacer tu "acto", por favor. Ella es buena gente.

—No me trates como si fuera una vieja loca. —Bardock amenaza a su hijo con la sartén.

—Pues eso es lo que pareces ahora. —Raditz le susurra. Le quita la sartén. Se voltean para ver a Kakarotto y Mina riendo.

— ¡Oh! Hola Señor Bardock. —Mina muy alegre le ondea una mano. — ¡Vaya, su hijo me dijo que era guapo!

Bardock se pone rojo por el halago y porque ésa rubia le guiña un ojo. Rechista duro, se limita a hacer una seña con la cabeza. —"¿Acaso mis hijos no pueden conseguirse unas mujeres tranquilas y decentes?" —Juzga por la primera impresión. En especial siente que ésa mujer de cabello castaño lo desafía.

Lita pone gesto de asco por unos segundos cuando él la ve. Luego sonríe y se comporta coqueta con Raditz. —Ay, estuviste maravilloso Raditz. Estoy segura que volveremos a vernos, a organizar algo.

Raditz se siente un poco confundido. —Je, sí. —Levanta una ceja, tal vez ella cree que debe actuar o hacer que pasó algo anoche entre ellos. —Vamos chicas.

Kakarotto lee un mensaje de Vegeta, pidiéndole que averigüe si Serena llegó bien a su casa. —Oigan ¿Serena les escribió o algo? —Le pregunta a las mujeres mientras les abre la puerta del auto.

—Ah pues, nos dejó un correo de voz. —Mina le cuenta. —Nos dijo que volvió en taxi. —Se mira con Lita y asienten.

Raditz revisa y también le envió el mismo mensaje de texto Vegeta. Se mira con su hermano, en tanto se pone el cinturón. Le pregunta a Nappa si ya está yendo a casa de Vegeta a averiguar algo.

Vegeta lee el mensaje de Raditz contándole que, según sus amigas, Serena les dijo que se fue en taxi. Responde OK, casi rompiendo la pantalla y sigue entrenando. Rechista en cada lagartija, salió a correr y no fue suficiente, ni aun cuando sus piernas parecían reventar. Está cubierto en sudor, enojado porque se siente como la mierda. No puede hacer otra cosa que repetir una y mil veces los momentos con Serena.

Ding, Dong

Nappa toca el timbre y nada. Se escucha desde la puerta principal la música a todo volumen, lo llama por teléfono. De pronto la música se detiene, le abren la puerta de golpe, casi arrancándola. Se encuentra con un muy iracundo Vegeta, cubierto en sudor y rojo de entrenar en exceso. —Aaah… ¿Buenos días?

Vegeta presiona los puños. — ¿Qué pasa Nappa? Ya te dije que estoy bien.

—Corrección, solo respondiste Ok. —Nappa levanta un dedo, se siente algo confundido. Si se fue con ella como le contaron ¿No debería estar satisfecho de habérsela llevado a la cama? — ¿Salió algo mal?

Vegeta bufa hacia arriba, retuerce la botella vacía, la rompe y la tira con furia en el basurero. — ¡No!—Sale como un rugido y busca más agua.

Sip, pasó algo. Al menos Vegeta no actúa como lo normal. Nappa decide quedarse en silencio y acompañarlo.

Vegeta trata de ignorar a Nappa, pero se va a cambiar para nadar y aflojar un poco los músculos. Al quitar su camiseta sudada frente al espejo de su closet, ahí ve las marcas que dejó Serena, sus rasguños en sus hombros, pasa la mano y siente ardor en su nuca que le indica que ahí también rasgó su piel. Su corazón acelera, pasa sus dedos por sus labios y cierra los ojos al recordar sus mordiscos. — ¡Basta! —Trata de acallar su mente. La suerte para él, es que Nappa siempre fue callado. Sabe leer la situación y no habla de más ni lo fuerza a contar nada.

Nappa nada junto a él, sabe cómo es. Si lo presiona se cierra aún más, sin embargo su instinto paternal con Vegeta lo mantiene cerca para ver que no haga alguna locura. Van y vienen en la piscina, pierde la cuenta de las vueltas y de pronto, lo más loco que hace Vegeta es quedarse en una punta, sosteniéndose del borde. En el segundo que se queda junto a él, queda con los ojos desorbitados.

—Ella es…—Vegeta siente una oleada de sudor brotar en su frente, mira hacia arriba. —Es una mujer decente…—Las imágenes de sus curvas, sus ojos ¿Por qué no se hundió en su mirada azul? ¿Por qué no disfrutó más de su figura femenina? Toca sus labios sin querer, recordando sus besos. La punta de su polla está tan sensible con solo pensarla. —Es tan dulce. No sé cómo actuar con una mujer así, no soy adecuado.

Nappa está en shock, no solo porque Vegeta toma la iniciativa para hablar, sino para hablarle de ella ¿Dulce? Jamás lo escuchó referirse a una mujer de ése modo y con tanta angustia, casi hay desesperación en su voz. Siente que espera su respuesta. —Si no puedes ser mejor, si no quieres…Entonces, tienes razón.

Vegeta lo escucha y al voltear la mirada, Nappa ya estaba nadando lento al otro lado. Exhala pesado. —"¿No puedo o no quiero?"

Unos momentos más tarde, Vegeta se queda a solas, se pone un par de bolsas de hielo sobre los hombros y está en su pequeña oficina frente a su laptop. Mira la tarjeta de Serena, con el enlace para ver su currículum. Duda unos segundos para traspasar ése límite, porque quería saber de ella únicamente lo que lo metiera en sus bragas lo más pronto posible. Ahora siente que solo saber más de Serena, puede calmar un poco la marejada de pensamientos, que lo azotan como una tormenta de fuego.

Empresas Cedric, fue su primer trabajo. Muy joven, por lo que puede ver a los 18 años. Busca un poco y ella era asistente del Representante de Darien Mamoru Chiba. Al buscar un poco más, encuentra algo que lo incomoda. —Mierda… —Niega con la cabeza y se golpea un poco la frente. Chiba era su prometido y murió en su gran debut en Primera División. Se mete un poco más y encuentra una entrevista…

Estamos aquí con el corredor que está a una carrera de romper sus propias marcas personales y las nacionales. —Un entrevistador le habla luego de una práctica.

Darien estaba un poco despeinado, sonríe, se ve en verdad orgulloso. —Muchas gracias, me halaga. Pero no estaría aquí si no fuera por mi equipo y el apoyo y patrocinio de las marcas.

El entrevistador sigue. —Bueno, su historia podemos decir que es una historia de lucha.

Se ve que Darien frunce el ceño, como si se entristeciera unos segundos. —No lo tuve fácil, eso se los aseguro. Mis padres murieron en un accidente cuando yo tenía diez años, crecí en hogares sustitutos… —Darien presiona la mandíbula, su manzana de adán se mueve duro. Asiente, aceptando. —Pero aquí estoy, poniendo mi vida sobre rieles.

Bueno, tenemos la noticia de que ¿Estás comprometido?

Sí. — Darien lo dice con una sonrisa, tan grande que hasta Vegeta se pone nervioso y ya no puede enfocar la vista al video. —Nos conocimos muy jóvenes. No solo es mi primera y única novia; ella es parte vital con mi representante, muy capaz… Vamos a casarnos luego de la carrera, sin importar el resultado. Lo hubiéramos hecho ahora, pero mi tiempo está atareado entre publicidad, entrevistas, entrenamiento…

Al final de la noticia se muestra una foto, de todo el equipo y Serena sonriendo feliz, subida a la espalda de Darien, su cabello dorado es tan largo. Es del momento en el que clasificaba a la Primera Categoría.

Vegeta quita el video, mira la fecha y es de una semana antes del accidente. Jamás tuvo ni un choque, ése era su récord. Ni un accidente e invicto durante su ascenso a Primera División. Perdió el control en una curva, chocó contra la masa de vehículos que quería rebasar adelante. El reporte médico indica que intentaron resucitarlo camino al hospital, pero no hubo caso. La noticia en el diario y un par de sitios web muestra un par de fotos del velorio, se ve a Serena a lo lejos y de lado, vestida de negro. Mucha gente rodeándola, como protegiéndola. Vegeta traga duro, los ojos de Serena están llenos de tristeza, presionando un pañuelo en el pecho.

—Carajo… Es él. —Vegeta deduce rápidamente. Se frota la frente y es obvio al comparar las fotos, como si a partir de ahí un aura de tristeza rodeara a Serena. También puede ver que ella desapareció un tiempo de éste ambiente, hasta hace poco. No puede ver en las fotos que salió con los Three Lights la misma mirada ilusionada. Parece una empleada más y ya. No sabe qué hacer. Une sus manos adelante y apoya el mentón. —Serena… —Su pierna tiembla, como lo hace cuando enfrenta una Carrera muy complicada.

Mientras iban en el auto, Mina no paraba de hablar. —…Oigan tenemos una amiga, es sacerdotisa, quizás pueda hacer unos amuletos para que no choquen o los ayude en momentos espirituales difíciles.

Raditz mira de reojo a Lita, presiona el volante y no dice nada.

—Bueno, si lo "espiritual" no es lo suyo, también tenemos una conocida que es Psicóloga. —Lita sugiere, en especial porque no le desea ningún mal a Raditz y anoche lo vio angustiado y asustado por no poder "desempeñarse" como debía.

Mina mira a la casa, las cortinas siguen cerradas. —Bueno, nos despedimos aquí.

—Jaja, sí. Serena debe estar dormida. —Lita se despide con sonrisas.

—Uff, sí. Bebió tanto. —Mina se baja y saluda.

Serena se levantaba, al escuchar los gritos felices de sus amigas. Espía por la ventana y se alegra de que al menos ellas la pasaron bien. —Son más de las 12… —Mira al reloj y se mira al espejo, sus ojos están hinchados; usará como excusa su resaca. Será peor si se queda encerrada.

Las chicas entran entre risas, murmurando y se les sale un jadeo feliz de ver a Serena, sin embargo al segundo que la ven a los ojos.

— ¡Ay Lita, Mina! ¡Qué bueno que están bien! —Serena se larga a llorar, se acerca a ellas para abrazarlas.

Lita y Mina se miran entre ellas. La abrazan, está con una chaqueta de algodón y sus bragas. La empiezan a revisar. —Serena, por favor. —Lita la aleja para verla, está temblando. — ¡Dime ahora mismo qué te hizo! —Piensa ir y organizarse con Raditz para emboscarlo a golpes.

— ¡Hmp! ¡Mejor te hubieras fijado en Kakarotto! —Mina la abraza y besa su cabeza. — ¡Él es simpático y amable!

Serena resuena su nariz contra su manga, se van al sillón grande. Solloza grande, niega con la cabeza. —Chicas no, por favor. No fue nada así…—Le pasan unos pañuelos de papel. —Gracias. No es nada, se los juro. —"Serena tonta, no pudiste contenerte ni cinco segundos…"

— ¿Nada? —Mina la revisa. —Pero Serena, mira cómo estás. Mira tus piernas. —Le señala en la parte alta de sus muslos unos dedos bien marcados.

Serena se cubre del susto. —De verdad no es lo que creen. —Recién en ése momento, es consciente del cansancio en sus piernas y de una pequeña sensación de molestia en su sexo. —No me lastimó. —Toma un vaso de agua que le trae Mina.

—Entonces explícanos ¿Por qué estás así? —Lita la mira muy seriamente.

Serena se siente chiquita, juega con sus mangas. —Es que…Es que me di cuenta ¡Que soy una mala mujer! —Se desarma en llanto de nuevo.

— ¡¿QUÉÉÉÉÉÉÉ?! —Las chicas quedan impactadas ante tal revelación sin sentido.

—Pero Serena ¿De qué mierda hablas? —Mina la abraza junto a Lita. —Eres la mejor persona que conozco.

Serena resuena su nariz, le pasan más pañuelos. —No se supone que debe ser así. —Niega con la cabeza. —Anoche… —Trata duro, le duele el pecho de nuevo. —…Fui una mujer infiel.

Mina y Lita intercambian miradas, la comprenden, pero al mismo tiempo no. — A ver…Serena. No es que quiera presionarte. —Mina la toma de los hombros. — ¿Cómo crees que sea eso posible?

Serena desvía la mirada. —Ya les digo, las cosas no deben ser así. Con Darien yo jamás… —Serena se muerde el labio, casi haciéndoselo sangrar. —Jamás sentí esto tan, pero tan fuerte. Ésta especie de anhelo, que me pone fuera de control, que me hace convertirme en una mujer que desconozco. —Se cubre los ojos. —Vegeta parecía encenderme con solo una mirada y casi hacerme tener un orgasmo con solo besarme. —Se mete dentro de su chaqueta y sube el cierre hasta su cabeza asemejándose a una tortuga.

— ¿Y el problema sería…? —Mina extiende las manos y encoge los hombros.

Serena se descubre, pone gesto ofendido y le da un manotazo a la pierna de Mina. — ¡El problema es que ésas cosas solo debe sentirse con la persona que uno ama! ¡Yo iba a casarme con Darien! ¡Debí sentir esto con él!

—Serena. Tal vez exageras. —Lita trata de racionalizar todo, le acaricia una mejilla a su amiga. — Tal vez es porque hace ratos que nadie te tocaba.

— ¿Y Seiya qué? —Mina refuta a Lita. — ¿Acaso sabía dónde estaba la palanca pero no los botones?

—Miiinaaa, estamos tratando de ayudarla. —Lita habla presionando los dientes.

Serena piensa, sí, puede ser frustración sexual y ya. Pero también suspira fuerte hacia arriba, como si desahogar su pecho de ésas palabras indecibles, le hubiera sacado la bolsa de cemento que la afligía.

—Ahora Serena ¿Crees que si Darien pudiera verte en el más allá, estaría feliz de verte como estabas? Muerta en vida. —Mina le ata un poco su cabello dorado.

—No quiero ni pensarlo. —Serena se abraza un poco. —Si él me viera ahora, vería que a final de cuentas su prometida era una zorra, una cualquiera. —Se acusa con asco.

—No hay nada de malo con disfrutar del sexo. —Mina argumenta, la mira a los ojos. —Y eso no te hace mala mujer. —Piensa unos momentos. —Por ejemplo ¿Recuerdan a Malachite?

Lita y Serena ponen los ojos en blanco y ruegan al cielo. —Sí, ni me lo recuerdes.

Mina voltea el rostro al cielo, ondea su cabellera. — ¡Hmp! Bueno, el punto es, que el tipo era EL DIOS DEL SEXO. Pero también era un jodido imbécil, un mujeriego de mierda. Sabía muy bien que lo nuestro era solo por el verano, yo era consciente que luego de las miles de folladas astrales que tuvimos; pues, no había futuro. Se los juro chicas, no importaba que me dejara plantada o que se estuviera escribiendo con otra ¡Uff! Con sólo ponerme un dedo encima destruíamos la habitación. —Mina las ve poner cara de asco. —Pero me ayudó a madurar. La química sexual es una cosa tan incontrolable, como pueden ser los sentimientos.

—Te entiendo. —Serena trata de darse consuelo repitiéndose la conclusión de Mina.

La ven calmarse y Mina une sus manos, sonríe con descaro junto a Lita. —Y ahora ¿Qué pasó anoche?

—Querrás decir: ¿Qué NO pasó? —Lita levanta el tono. —Serena, nos pasaste el trapo anoche.

— ¡Humilladas luego de ésos pasos prohibidos! —Mina actúa un desmayo con Lita sobre la alfombra.

Serena se cubre el rostro. — ¡Ay Dios mío! ¡Qué vergüenza con todo el mundo! —Se hace pelota, las escucha reírse. —No puedo, no puedo creer nada de lo que hice anoche. De-Debió ser el alcohol. —Frunce un poquito el ceño, ella sabe que no fue por la bebida.

—Ya te digo, empezaré a tomar clases contigo. —Mina bromea y le da codazos cómplices. — Así que por favor ¡Cuéntanos, cuéntanos!

Serena está prisionera de sus amigas, resopla, abre la boca intentando hablar y de inmediato su pierna tiembla. —Intenso…Eh… Me llevó a una habitación de Hotel, una elegante y con la luz prendida —Aclara su garganta, las chicas la miran sin parpadear. — Créanme, él sabía dónde estaban mis botones. —Serena sonríe un poco de lado, se siente más tranquila.

—¡Aaaaah!—Lita y Mina gritan ultrasónicas y ruborizadas.

—Uy, supongo que tú también le mostraste como pisas el acelerador. —Mina hace el gesto salvaje de fornicar con sus caderas.

Serena pone los ojos en blanco, resuena su nariz. —Sí, cómo no. Fui una más en su lista y ya. —Recuerda cuando terminaron y él le desviaba la mirada. —Seguro ni lo impresioné. —Las ve calladas y mirándose entre sí. — ¿Qué? —Chilla.

—Verás, Raditz me dijo que Vegeta les envió un mensaje preguntando si habías llegado bien. —Lita le cuenta. —Me ha dicho que nunca lo vio así por ninguna mujer.

—Ya les dije que solo fue porque le dije que no. —Serena concluye.

—Bueno, Kakarotto me habló muy mal de él. —Mina cuenta lo que habló en el desayuno. — Que siempre fue un chico malo que le gusta hacer sus reglas, mete a su hermano mayor en problemas y solo le importa ganar.

Serena hace un puchero y asiente, en eso se resumen todas las banderas rojas de Vegeta.

—A ver, a ver… —Lita interviene. —Raditz me dijo que se hicieron amigos de pequeños. Vegeta lo defendía cuando se metía en problemas. Que es alguien muy leal, disciplinado, trabajador y solo quiere lo mejor para su equipo y la Empresa.

Serena pone todo eso en la balanza, le parece extraño. Hizo lo que hizo con él y apenas lo conoce. —"Sí, eso definiría ENCUENTRO CASUAL." —Se resigna. — ¿Y ustedes? ¿Qué tal la pasaron ustedes? —Pone las manos en la cintura y las empuja con el pecho.

—No tan bien como tú, créeme. —Mina pone las manos al cielo. —Al parecer, mi salida con Kakarotto terminó como una escena del Exorcista. Vomité la alfombra, lo vomité a él, me vomité encima…

—Pero seguro volveremos a vernos. —Lita mira el contacto de Raditz en su teléfono. —Jaja, yo también caí noqueada por el alcohol y parece que podemos hacernos amigos.

— ¡Lita vio al padre de ellos desnudo! —Mina la señala.

— ¡Mina por Dios! —Lita la taclea al suelo. Serena empieza a reírse, mira afuera por la ventana. Sus amigas siempre la hacen sentir mejor. Todas quedan en silencio, el estómago de Serena ruge fuerte.

—Todavía no almorcé, Jeje. — Serena siente el estómago vacío, como si fuera un barril lleno de aire.

—Wow, hacía años que no escuchaba tu estómago o decir que tienes hambre. —Lita la ve mucho más animada, quizás Serena solo necesitaba desahogarse. Eso de "Encuentros Casuales", no es para todos.

¡¿Pero qué mierda hace?! Solo quiere ver si ella está bien en verdad, no la está acosando o algo así como le dijo Raditz. Iba a su casa por la tarde y la veía salir trotando con sus amigas al parque cercano. Se pone una gorra y unos lentes de sol. —"Quizás me acerque, como si estuviera paseando y le pregunte directamente…"—El subconsciente de Vegeta se parte de risa por sus patéticas excusas, él se enfurece pero no puede evitar las ganas de acercarse.

Serena bajaba el paso al pisar el parque. —Ay chicas, mejor caminemos. —Saca la lengua y bebe agua. —Creo que comí mucho. —Estira el cuerpo, el sol está hermoso, hay familias, grupos de amigos, disfrutando de éste sábado soleado. —Haaa…Qué bello día.

—"Está bien, está sonriendo ¿Qué más quieres?"—Vegeta disfruta de verla en ése conjunto, con camiseta mangas cortas y pantalones hasta la rodilla y se pregunta ¿Qué tiene ésta mujer con el color rosa? Pero se alegra de verla bien. Mientras manejaba, pensaba en si fue muy brusco con ella y la había lastimado.

Caminan a paso firme, Serena se concentra en dar pasos largos y estirar los muslos entumecidos. —"Es impresionante, anoche no me dolió nada…" —Piensa en las marcas que Vegeta le dejó en el pecho y en la espalda. Paran en un lugar y llenan la botella en el bebedero.

— ¡Uuuh! Si estamos así en primavera, el verano será caliente. —Mina se ata el cabello.

—Ya quiero planear algo para el verano y espero sea con Raditz. —Dice Lita. —Aunque sea como amigos…

—Me llama la atención… —Serena bebe su botella y se sirve más. —No se parece a "aquél muchacho que te rompió el corazón". —Serena se toca el pecho con dolor poético.

—Ni tampoco es "lindo", estilo Príncipe azul. —Mina se estira un poco.

Lita la mira por encima de su hombro. —Para que veas, creo que es hora de ir por otro camino. Raditz es alto, es fuerte, rudo. Puedo probar algo distinto, hasta hacer que se corte el cabello.

—Opino lo mismo. —Mina sigue. —Kakarotto es todo eso y es tan simpático. Parece tener un cartel de "chico bueno" en la frente. Un poco mujeriego, pero quién no, con juventud, dinero y un poco de fama.

Serena se ríe de cómo se alientan entre ellas. —Estoy segura que los impresionaron. Mina es tan hermosa y coqueta. Y Lita está en muy buena forma y también es hermosa.

— ¿Y tú Serena? —Lita empieza a caminar alrededor de la fuente grande y la siguen.

— ¿Yo qué? —Serena se queja. —No tengo cuerpo, o sea estoy más delgada que en el secundario, pero estoy flácida. Ahora que lo pienso, quizás sí estoy comiendo mucho, engordo demasiado fácil. —Se azota la palma en la cara. —Quizás Vegeta se decepcionó cuando me vio. —Se muere de pena de solo pensarlo. En el momento, cegada por la pasión no lo había razonado.

— ¡Jajajaja! —Mina se parte de la risa, pasa un brazo por arriba de Serena. — ¡Serena! ¡Por Dios! Odio que hables como si fuera el final de tu vida ¡Mírate! —La hace dar una vueltita. —Incluso en el secundario eras bonita, ahora eres toda una mujer. Te lo juro, si es cierto que no lo impresionaste o no le gustó tu cuerpo te aseguro, aquí y ahora. —Mina chasquea sus dedos. —Puedes tener al hombre que quieras. Mira esto. —Ve a un grupo de hombres pasar trotando, les pega un silbido para llamarles la atención.

—Mina ¡¿Qué haces?! —Lita la sostiene.

— ¡Oye guapo! ¡Mi amiga quiere saber si la invitas a un café! —Mina avergüenza a sus amigas.

— ¡Café, almuerzo, cena! ¡Lo que quieran guapas! —Uno de los hombres se ríe e intercambia halagos, les tiran besos. — ¡No sabía que las Diosas bajaban al Parque!

— ¡Gracias por tu respuesta! ¡Vendremos seguido, te lo aseguro! —Mina ondea su melena atada, sus amigas se resignan y se contagian la risa. — ¿Ves?

—Jajaja, Mina, eres increíble. —Serena besa a su amiga en la mejilla, siente pena, pero su autoestima más elevada. Asiente dándole la razón.

— ¡Ésa es la actitud! ¡Tienes todo por ganar! —Mina las sigue alentando, mientras se abrazan y siguen bromeando.

A quien no le hace puta gracia es a Vegeta que estaba junto a los árboles y vio todo. Presiona los dientes mientras escucha a ésos tipos decir cosas sobre "la mujer de rizos dorados". —"Ésa es Serena."—Sisea con ira en la mente, truena los puños. No quiere que nadie más haga un avance con ella, mira a los lados. Puede ir y saludar, no la está acosando ni nada. En un instante parece que Serena gira su mirada a él, pega un salto, esconde su cara bajo la gorra y se esconde detrás del árbol. —"Bueno, sí. Está bien, quizás sí la estoy acosando". —Resopla como un caballo y golpea su cabeza contra el tronco. —"¿Qué haces Vegeta? ¿Qué mierda haces?"

Música muy variada y alegre sonaba en la casa de Mina, Lita y Serena. Terminaban de limpiar los espacios comunes, se organizaban para lavar la ropa y hacían una lista de qué cosas faltaban y quien las debía comprar. Las chicas empiezan a moverse con más ritmo y a seguir el ritmo de Whitney Houston. Mina sube el volumen y canta con la escoba.

—"…Oh, quiero bailar con alguien

Quiero sentir el calor con alguien

Sí, quiero bailar con alguien.

Con alguien que me ame…"

Serena la veía saltar y hacer su acto sobre el sillón. Se iba a su habitación a doblar su ropa planchada. Al rato escuchaba la música bajar un poco, y al levantar la mirada. —Chicas ¿Pasa algo?—Lita y Mina estaban aferradas al marco y le asentían con una especie de sonrisa cuadrada y nerviosa.

Vegeta esperaba en la sala, estaba bastante informal. Dejó su "camuflaje" en el auto, miraba alrededor. No parecen mujeres que vivan de fiestas o trayendo hombres, sino bastante ordenadas. —"Hmp, pero ésa rubia debo tenerle un ojo encima."—Piensa en ésa amiga de Serena que la ofrecía a ésos tipos en el parque ¿Qué clase de amiga hace eso?—"Una libertina, eso es seguro…"— A un par de pasos un cuadro sobre la barra llama su atención, es una foto de Serena y Darien, la toma en sus manos. Darien está apoyado contra el auto, detrás está Serena envolviéndolo con sus brazos. Hacían buena pareja. —"Ésa sonrisa."—Vegeta pasa su índice sobre el rostro de Serena. —"Quisiera que estuvieras vivo solo para verla sonreír así". —Una mueca se dibuja en la comisura de su boca.

Serena aclara fuerte su garganta, salió de inmediato. Se mira de arriba abajo, tiene unos jeans y una camiseta. —"Ay, ni me miré al espejo para verme ojeras o si tengo los ojos hinchados todavía ¿Mi cabello estará bien?"—Se peina con los dedos, se toca las mejillas, como dándose rubor. Se enoja al verlo con la foto de Darien en la mano. —Hola. —Con tono duro, camina haciendo ruido en cada paso y le quita el cuadro.

Vegeta se lo da, Serena lo limpia como si lo hubiera ensuciado. Hasta la ve acomodarlo con mucha devoción. —Buenas tardes, vine a… —Mira lo sencilla que está vestida, le parece bonita. Busca con la vista rápidamente y ahí está; la liga de su cabello es en tono rosa. Mira hacia atrás sus amigas siguen ahí. — ¿Podemos hablar a solas?

Serena mira a sus amigas. —Seguro. —Ve a Vegeta dar un paso a las habitaciones, pero ella lo frena con una mano en su pecho y le señala la sala. La vista de los dos va a su mano, luego sus miradas quedan conectadas. Serena quita rápido la mano y aclara la garganta. —Chicas, si nos permiten. —Les dice a Mina y Lita, que parecen hambrientas de chisme.

Se encierran en la habitación del fondo que es la de Mina. —Volvió, volvió. —Mina se cubre la boca del grito que quiere dar.

— ¿Ves? Quizás Raditz no se equivoca cuando me dijo que nunca vio así a Vegeta. —Lita pega la oreja a la puerta y Mina la imita. Empiezan a mandar mensajes a Ami y Rei.

En el silencio, la lista de reproducción sigue, pero no llena el silencio entre ellos. Serena cuenta hasta tres y toma coraje. —Hola de nuevo… —Se queda con los brazos cruzados y apoya la espalda en la barra. — ¿De qué quieres hablar? ¿Sucedió algo? —Espía donde están sus amigas, se juega la vida a que están pegadas contra la puerta escuchando cada detalle. Parpadea del susto ante una idea. —"Oh, no ¡¿Y si vino a devolverme mis bragas?!"—Empieza a sudar.

Vegeta la escucha así, fingiendo indiferencia. No sabe por dónde empezar. —"Me hubiera traído sus bragas, al menos con la excusa de devolverlas…"—Al instante se arrepiente, prefiere quedárselas. —Tú sabes a qué vine. Vine a hablar de anoche. —La mira a los ojos. — ¿Por qué te fuiste?

Serena toma aire por la boca, no sabe qué decir, así que simplemente repite su razonamiento. —Ya te expliqué anoche. Yo no soy ése tipo de mujer, te fuiste al baño y creí que ya debía irme… —Mira a los lados, siente una piedra en la garganta. Trata de recuperar su compostura. —Dime si hice algo mal, no sé cómo es el procedimiento, nunca tuve algo así. —Se le va la voz.

Vegeta exhala por la nariz. —Solo fui al baño a limpiarme, te pedí que te quedaras. —Se cruza de brazos, da un par de pasos hasta ella. —Yo nunca dije que tu fueras ése tipo de mujer.

¡¿Qué?! ¡¿Qué quiere decir?! Serena se endereza y de nuevo se quedan mirando, lo ve acercarse y desarmar su postura defensiva. Ella le permite romper su espacio personal. De nuevo el silencio y la música de fondo es Laura Branigan, Self Control. Donde la mujer habla de cómo un tipo toma toda su voluntad y autocontrol. —"¡Mierda! Si no es exactamente eso lo que me hace sentir Vegeta…"

—"Soberano carajo, qué canción tan oportuna…" — Vegeta traga saliva, la ve morderse un poco el labio inferior. —"Ella hace eso y no estoy seguro de si está consciente de lo que me hace". — Queda prendido a la luz de sus ojos azules, a su boca rosa y el rubor de sus mejillas. —No, definitivamente, tú no eres ése tipo de mujer. —Le asegura.

— ¿Qué quieres decir? —Serena se siente tragar por ésos ojos negros, como si la mantuvieran inmovilizada.

Sí, Vegeta está decidido. —Quiero decir que… Vine a invitarte a una cita.

Serena parpadea grande y da un paso atrás, chocándose con el borde de la barra. — ¿Q-Qué?—Serena. exe ha dejado de funcionar.

—Quiero que tengamos una cita. —Vegeta la ve negando incrédula, sin poder parpadear. —Quiero que digas que sí, no porque me uses para escudarte de tu ex, sino porque en verdad quieres.

Serena empieza a caminar en pequeños círculos, muerde su pulgar sin saber qué responder. Sus pensamientos frenaron, frenaron de golpe y no puede volver a arrancar el motor. —Tú dijiste que no tienes citas ni novias. —Le dice con mucha desconfianza.

Vegeta se encoge de hombros. —No tiene nada de malo intentar, tuve una cita y quiero probar otra. Si tengo que confesar…—Se acerca de nuevo, se inclina un poco a ella. —Es impresionante las ganas que tengo de que me digas un simple "Sí". —Se deja hundir en sus ojos azules, es ridícula la sensación que tiene de ella, como si lo conociera sin realmente conocerlo. Pero ahora no le teme, porque razona que es imposible que Serena sepa algo de lo que él es.

Serena traga saliva, de nuevo no lo detiene cuando se acerca. Pegada al brillo de su mirada penetrante, las manos de Vegeta se sostienen a sus lados en la superficie de la barra. Su corazón acelera, su perfume amaderado y sales de mar sigue ahí, su calor se dispara desde su nuca hasta su vagina. —"¿Acaso puede tocarme los "botones" con telepatía o algo así?"

Sus pupilas dilatadas, sus mejillas rojas y su boca entreabierta. Su cuerpo no le miente. —Me impresiona lo fuerte que eres, ver cómo te contienes, Serena. Tu cuerpo me dice, que estamos sintiendo lo mismo… —Se acerca a centímetros de su nariz. El aroma femenino parece droga que activa sus sentidos, directo de su nariz a su polla, y con la boca llena de agua. — ¿No es más fácil ceder y tomar lo que quieres? —Susurra, con la voz casi temblando de deseo incontenible.

Serena cruza por debajo de su brazo y se va detrás de la barra. —Créeme que sé lo que es eso. Los dulces son mi debilidad, y me he pasado toda mi vida tratando de no atragantarme con ellos. —Mira de reojo el cuadro de Darien para mantener sus riendas. —Sé lo que es también el remordimiento del día después y que la ropa no me entre y tener mala salud. —Toma una pausa, lo ve ponerse serio esperando el final de su frase. —Ya te lo dije, eres un típico "chico malo".

Vegeta da una carcajada sarcástica y se acerca a ella a través de la barra. —Créeme, si supieras algo de mí, sabrías que no soy un chico malo; sino el PEOR ¿No has averiguado cosas de mí?

Serena se encoge de hombros, como si no importara. —Hm, nunca se me ocurrió.

—Pues deberías, nunca sabes con qué mal tipo te puedes chocar.

—Qué confuso. —Serena pone cara irónica. —Me pides una cita y al rato me dices éstas cosas ¿No tienes miedo de que sepa algo y me aleje de ti?

—Jaja, te lo dije, las mujeres no me dicen que NO. Una vez que prueban, quieren más. —Vegeta pasa la lengua por el filo de sus colmillos.

Ahí está el tipo sacando su actitud de mierda. —Jajaja. Seamos honestos, cierto tipo de mujeres. —Serena lo desafía apoyándose contra la barra. —Pues y anoche estuvo…BIEN… Lo normal… Caricias, besos…Orgasmo. —Se encoge de hombros y se voltea presumida, busca agua en el refrigerador.

La mujer casi le azota la cara con su melena dorada. Vegeta levanta una ceja y abre un poco la boca. Trata de deducir cuándo usa ésa lengua filosa, para alejarlo y cuándo para… — ¿Serena?...—Rodea la barra, está junto a ella. Se acerca para verla directo a los ojos, ella tiene un gesto muy pícaro dibujado. — ¿Me estás desafiando?

Bebe el agua helada, se encoge de hombros haciéndose la tonta. —Tal vez…

Vegeta toma su teléfono, escribe un simple Hola y lo envía. Ve a Serena saltar al escuchar su teléfono. —Ahora tienes mi número, agéndalo.

Serena saca su teléfono del bolsillo, frunce el ceño. — ¿Cómo hiciste para…? —Vegeta saca su tarjeta de contactos y se la muestra en toda su cara. —Debería quemarla. —Se la quiere sacar.

Vegeta es muy rápido y se la aleja. —Nop, ahora hasta pienso enmarcarla. Me ha traído mucha suerte.

Serena se cruza de brazos otra vez. —Todavía no dije que sí. Sabes, no lo sé, pongo todo en una balanza y—Niega con la cabeza y rechista en negación, casi como un chiste.

—Quiero intentarlo… —Vegeta pasa un dedo por su mejilla. —Serena ¿Saldrías a una cita conmigo? —La ve reírse, sin poder ocultarlo. La sigue, queriendo volver a conectar su mirada.

—"¡Dios Mío! ¡¿Qué tiene éste tipo?!" —Serena gruñe al cielo, pide a Dios una respuesta, resopla como caballo. —Sí. —En el segundo que lo dice, lo dice tan claro y alegre, que puede ver a Vegeta con la mirada negra destellando de pura emoción. Hasta con su sonrisa arrogante y triunfal. — ¡Basta o voy a golpearte!

—Jajaja, si eso te hace feliz. —Vegeta está en verdad ilusionado, no puede negarlo ni ocultarlo. —"Mujer ¿Qué me estás haciendo?"—Se queja, nunca se ha dejado llevar tanto.

Lo acompaña a la puerta, ya más tranquilos. Serena queda dura, él toma su mentón y cree que va a levantar su rostro para arrebatarle la existencia en un beso apasionado y salvaje. En cambio apenas peina sus labios, dejándole cosquillas y ganas de más. Sus narices se acarician muy leve.

—Mejor me voy. —Vegeta vuelve a probar su boca para calmar sus ansias. —Se me hace difícil contenerme. —Abre la puerta y la cumpleañera de anoche y la peli azul caen al suelo.

—Ay, hola. Jejeje. —Ami avergonzada saluda y se disculpa.

—Bu-Buenas, Jajaja, justo nos apoyamos en la puerta. —Rei se acomoda la ropa. —"¡Ay Buda del cielo! Espero no se hayan dado cuenta que estábamos escuchando…"

Vegeta está un poco molesto por la falta de privacidad de la charla, pero al ver a Serena todo eso importa muy poco. —Señoritas. —Saluda con un gesto de la cabeza. —Serena…

—Vegeta... —Serena lo ve irse, los nervios le brotan y le revuelven el estómago. Se cubre la cara. —"¡Quiere intentar! ¡Dios mío, quiere intentar!"

— ¡Atrápenla! —Mina señala a Serena y le ordena a las chicas.

Serena empieza a reírse, se cubre la cara por la vergüenza. No puede parar de sonreír. Sus amigas la secuestran a la alfombra, se sientan alrededor de la mesita de té.

—Explícanos qué sucede. —Rei la toma de los hombros. — ¿A qué vino? ¿Qué te dijo?

— ¿No escucharon suficiente detrás de las puertas? —Serena las regaña, exhala y está incrédula. —Vino a preguntarme si estaba bien y a pedirme una cita.

—¡AAAAAAAAAHH! —Los gritos ultrasónicos hacen ladrar los perros del barrio y encender alarmas. Las chicas corren en círculos.

— ¡Sí, sí! —Mina salta y presiona sus puños. — ¡Tu período de sequía se ha terminado!

—A ver, a ver…Razonemos un poco. —Ami se abanica y se sirve agua. — ¿Qué sucedió anoche? ¿Por qué vino preocupado?

Serena frunce el ceño. —Pues lo que creen que pasó… Pues pasó. —Ve a Ami y Rei tomar aire del susto. —Y yo… Yo creí que lo normal era levantarme e irme. Además quería hacerlo antes de que él me desechara. —Se enoja un poco recordando. —Lo vi levantarse al baño, sin poder verme a la cara.

—Pero es obvio que lo impresionaste. —Lita comenta.

—Bueno sí…Admito que cuando me vio que iba a largarme, él me pidió quedarme. —Serena frunce los labios, siente un poquito de culpa.

Mina sacude a su amiga. — ¡¿Cómo pudiste ocultarnos tal pedazo de información?!

— ¡Pues yo qué sé Mina! —Serena la sacude del cuello enojada. — ¡Solo sabía que me asusté de haberme metido en ésa situación y quise largarme!

—Bien, es muy honesto de tu parte. —Ami trata de unir algunos puntos. —También me parece algo positivo de su parte que viniera y preguntara por ti. Tal vez quedó preocupado al ver tu actitud.

—Ya les digo. —Lita levanta un dedo y cuenta. —Les escribió a sus amigos, para preguntarles si nosotras sabíamos si Serena había llegado bien.

— ¡Ja! Sus "Amigos", no sé si confiar en ésos cómplices. —Rei se cruza de brazos y pone gesto enojado. —Tenían una cara de "hombres zorras" que se les caía. A propósito ¿Cómo la pasaron ustedes? —Levanta una ceja.

—Veras, mucho mejor que tú, que te fuiste con ésta otra amargada. —Mina pasa un brazo encima de Ami y la pica con un dedo. —Ella al menos tiene la excusa de un novio ¿Y tú?

Rei resopla fuego por la nariz. —Yo he madurado, tengo obligaciones. Además los tipos se veían enormes y grotescos. —Hace gesto de asco.

—Enormes, ya lo creo… —Lita habla sin querer en voz alta.

— ¡Ella le vio la polla al papá! —Mina acusa a su amiga.

— ¡Mina basta! ¡¿Piensas publicarlo en un diario?! —Lita la taclea al suelo.

Rei trata de seguir con la conversación principal. —A lo que voy, es que entiendo las dudas de Serena. El tipo es un mujeriego, tiene citas casuales y aventuras de una sola noche.

—Pero no tiene sentido si viene a buscarla y le pide una cita. —Lita mantiene la esperanza que le dio Raditz sobre su amigo.

Cierto, Serena piensa que la cita es porque quiere conocerla, y quiere que ella lo conozca de verdad —"Quiero intentarlo…"— ésas fueron sus palabras.

—Quizás quiere más, quiere más sexo con Serena. —Mina bebe su taza de té con el pulgar arriba.

Serena se desinfla en un suspiro, tal vez sea eso; quiere acostarse con ella hasta estar satisfecho y ya.

Llegaba la hora de dormir, Serena se alistaba, trenzaba su cabello. Veía su laptop sobre la cama ¿Estará bien buscar la vida de otra persona en internet? Tuerce sus labios de lado. —"…El PEOR…"—Serena recuerda sus palabras. —Bueno, pero es sólo porque él me lo advirtió. —Empieza a buscar, le da un poco de morbo, pero también se mete en páginas de espectáculos ¡Mierda! ¡¿El tipo tiene gusto por modelos o qué?! Aunque debe admitir, el desgraciado se ve bien con cada una de ellas. — ¿Qué pudo ver en mí? —Serena se mira de arriba, abajo, se tira de nuevo de barriga en la cama. —Bueno, ninguno dice "novia", pero sí acompañante. Uh, amiga. Puf, sí, muy amiga seguramente. —Todas se parecen mucho a ésa mujer que se le trepó al cuello en el Bufet. Piel bronceada o de porcelana, pestañas enormes, labios rojos y vestiditos mínimos. Se frota la frente, no quiere ni pensar el porqué le da tanto coraje verlo del brazo de otra.

Luego busca mejor su vida profesional o sus orígenes. Queda sorprendida, él era un huérfano, adoptado en un hogar sustituto a los 7 años. Su tutor legal es un ex miembro del ejército, de hecho Vegeta empezó la Escuela Militar en el Secundario. Una especie de castigo, por robarse el auto de su tutor y hacer una carrera ilegal. —Ja, el estereotipo de Chico Malo… Banderas rojas por todas partes…— Luego tomó las evaluaciones de Piloto de Guerra, pero sus requisitos dieron insuficientes. Después de eso… La Corporación Cápsula, se metió de lleno en ése proyecto. Se retiró del Ejército con honores y se dedicó al Área de Automovilismo Deportivo de ésa Corporación. Al parecer no sólo él, también su tutor y otros compañeros del ejército.

Ve una foto de todos juntos, reconoce a Vegeta de un lado, con mala cara. Del otro, en el centro está Kakarotto, festejando ser el líder del Equipo. —Es competitivo, eso sin dudas… —Lo ve cabreado y aislado del festejo. Luego encuentra la noticia de la muerte de Bulma Briefs hace casi siete años, al parecer salía de una fiesta de amigos. Recuerda muy poco de ése momento, estaba tan concentrada en la Carrera de Darien, pero sí tiene un atisbo de que fue un escándalo. Luego abre una noticia reciente en una página deportiva…

"Ex publicista de la Empresa Cápsula, confirma que el Equipo de Carreras pende de un hilo. Una pelea se dio entre el Corredor Vegeta Príncipe y su Líder Kakarotto Son, en plena práctica y con Raditz Son todavía en terapia intensiva. —Esto no es solo negocios, es una trifulca personal lo que hay entre ellos. —Confirma ésta confiable fuente y testigo de la pelea. —… El Señor Príncipe es capaz de llegar a las últimas consecuencias, no solo para tener el Liderazgo. Su enemistad se da desde hace tiempo, cuando se rumoraba sobre los amores de la difunta Señorita Bulma Briefs…"

¿Qué? ¿A qué se refiere con eso? Serena empieza a buscar. Pues si bien, Bulma Briefs tenía a su novio y prometido oficial Yamcha, un jugador de Ligas Mayores de Béisbol. También era una pareja llena de conflictos e idas y venidas. Se sospechaba de infidelidades de los dos lados y que ése fue el motivo de atrasar su boda más de una vez. Se la vinculó primero en una salida comprometida con Kakarotto, luego Raditz y también Vegeta. Ve un titular de mal gusto que dice "EL HARÉN DE LA MULTIMILLONARIA BULMA BRIEFS". Serena rechista de lado. —No hay respeto ni para los muertos. — Ella era la Principal Científica e ingeniera de ése área, no significa que porque trabaje con hombres se acueste con todos ellos. Sí puede ver, que con su prometido iban a fiestas. Es más, puede ver que la vida de excesos de Bulma empieza con Yamcha. A ése tipo, más de una vez un fotógrafo lo agarró con las manos en la masa.

Serena piensa en la pobre de Bulma, debió ser horrible enterarse así tan públicamente de las infidelidades de su novio. De todas formas, ellos parecen arreglar sus diferencias y volver. Hasta que encuentra la noticia de su muerte. —Maldito imbécil. —Serena no lo puede creer, Bulma murió en un choque. Parece que salía de una fiesta en las Vegas, una noche de excesos y sustancias ilegales. Así determinaron los forenses y que la encontraron en el asiento del piloto. Sin embargo, comprobaron que no fue tan así. Su prometido cambió los asientos, para que pareciera que ella venía manejando. Ella y un par de amigos murieron al perder el control en una barranca. Yamcha fue enjuiciado por el Fiscal a cargo y la Familia de Briefs, condenado a la cárcel y la expulsión de por vida de cualquier categoría de Béisbol.

Luego de eso ya no hay casi noticias. Hay un titular económico muy pequeño donde habla de la disolución de la Corporación Cápsula. El terrible duelo de los Briefs los llevó a aislarse totalmente, algo que ella entiende. Pero Vegeta… Vegeta y sus compañeros de equipo pusieron todo su dinero, todos sus ahorros para que el Área de Carreras Deportivas no muriera. Así nació la Empresa Cápsula.

—Wow, toda una vida, no hay dudas… —Serena reflexiona, ahora tiene varias preguntas para hacerle cuando se vean. Revisa su teléfono y aun no agendó su número. Mira la hora, se pregunta si es tarde para jugarle una broma.

De: Serena

Buenas noches. Señor Príncipe, no debió recomendarme investigar sobre usted. Lamentablemente, tiene razón, usted es EL PEOR. Tantas banderas rojas, que no puedo verlo.

Envía y se ríe como una tonta niña traviesa. Al instante tiene respuesta.

De: Vegeta

Lamento informarle Señorita Tsukino, que un trato es un trato. No recuerdo una condición donde, el que encontrara alguna información comprometedora, nuestra cita se cancelara.

USTED VENDRÁ A UNA CITA CONMIGO.

—Jummm… Siempre queriendo dominar. —Serena niega con la cabeza mientras escribe.

De: Serena

¡Vaya! Qué respuesta más rápida y sin errores. Debiste haberlo escrito sin mirar. Mmm… Bueno, si sigues así de desesperado, qué más puedo hacer. Cumpliré contigo, como una obra de buena caridad.

Serena hunde la cabeza en la almohada, se sigue riendo como tonta.

De: Vegeta

Dedos rápidos y ágiles… Creí que recordarías…

Vegeta frunce el ceño, revisa algunos papeles en su oficina. Por lo general siempre se ocupa de eso sin procrastinar. Pero, procrastinar con mensajes de Serena, parece un placer culposo demasiado bueno.

De: Serena

Sigo sin entender porqué quieres estar detrás de alguien con dedos tan torpes como los míos.

Vegeta frunce el ceño, pero ahora con disgusto de que ella hable así de sí misma. Toca su hombro, aun arde la marca de sus uñas. —"Y sus besos en mi pecho…" —Suspira mientras baja la mano.

De: Vegeta

No Serena, tal parece que tus dedos necesitaban el cuerpo correcto. Me tocaste y besaste como toda una mujer. No lo olvides, mejor aún haré que lo recuerdes, te haré sentir mujer, tan mujer como nunca.

Serena queda con la boca abierta, y un temblor baja desde su vista a su vagina. —Ay, qué traidora eres. —Le habla a su entrepierna. —Qué dilema ¿Qué hago? ¿Le sigo el juego o lo desafío, me hago la indiferente? —Tarda unos momentos.

Vegeta se va a dormir sin una respuesta, abre los mensaje y se fija si todo ésta bien con la señal. —"Hay dos posibilidades, o no sabe qué decir o…Jeje ¿Se estará tocando pensando en mí?" —Sip, ésa posibilidad lo deja con una sonrisa. Sin embargo, su silencio dice mucho más de las dudas que de su deseo. Salta al sentir el teléfono, hasta se le cae de la mano y rebota por la cama.

De: Serena

Vegeta… ¿Me estás desafiando? (O//O)

¡Boom! Su cabeza y la punta de su polla estallan. Toma la almohada y la acomoda sobre su erección para calmarse un poco. Toma el teléfono para contestar ¿Le tiembla la mano?

De: Vegeta

¡Mi puta madre, Serena! MAÑANA. DOMINGO. 18HS VOY A BUSCARTE.

Serena patalea en la cama y amortigua su grito contra el colchón. Está bien, está bien, puede que sea un gusto culposo el que él sea un poquito dominante.

De: Serena

Ay, pero qué serio, como una orden. Sin emoticones ni nada. Me parece que no me voy a divertir. (╯O_0)

Los dedos ágiles de Vegeta responden de inmediato.

De: Vegeta

No sé si haya alguno, que describa correctamente lo mucho que me duele la polla ahora y lo mucho que quiero enterrarla en ti para aliviarla.

Lo lee, pero de pronto brota la duda ¿Y si todo esto es simplemente para llevarla a la cama? Bueno eso es obvio pero ¿Y ella? —"¿Estoy realmente de acuerdo de que sea así?…"

De: Serena

Pues tienes dos manos y muchas modelos que pueden darte ése servicio. La cita de mañana es porque en serio quiero conocerte… (_ )

De nuevo sus dudas ¿Por qué ésta mujer es tan insegura? —Bueno, yo tampoco soy un Príncipe Azul…

De: Vegeta

De nuevo te cierras. Pero tendré paciencia, sé que lo intentas, así como yo lo intento y puedo fallar.

Intentémoslo juntos…

Suspira y en segundos llega la respuesta.

De: Serena

Hasta mañana Vegeta.

Responde hasta mañana y se duermen con una mínima ilusión. Temen acelerar las cosas, el choque sería mortal.

¡Aaaahh! Cita, cita, tenemos cita y de Vergeta ni más ni menos. Podríamos decir que el marcador está 1 a 1. Así, tiene que calzarse los calzones de lana y jugarse las bolas, Jajaja ¡Hasta el próximo viernes!

Saluditos…

Alexandraaa417: Pues sí, siempre digo, aquí vamos directo a cachetear tortillas con las nalgas y luego, luego las explicaciones, los feelings y cosas, XD Aquí Vegeta no quiere rendirse, Serena lo deja avanzar. Pero ambos con miedo e inseguridades, en especial Serena. Jajaja lo importante es que entre los amigos de cada uno comen rico chisme. Muchas gracias por tu rw y por seguir éste fic.

OhaioIzumikun: Ah, no pues sí. Si a mí me regalan un par de tragos ése trío mortal, ni me importaría que sea por una noche XD Sí soy… Consejo, nunca tengan a su amiga de terapeuta, Jajaja. Pero me gusta escribir a Setsuna en ése área, toda profesional y una mano guía para ella. Pobrecito Nappa, qué buen costalazo se dio jajajaja. Gracias por tu tiempo y por tu rw.

Kaysachan: Hola! Sí, sí. Los Androides andan por aquí y la Milk también, Jojojo. Ya lo dije, al no tener poderes de rasshitos, les iba a poner puro chisme e intrigas, amarres por aquí y por allá. Milk es su entrenadora y amiga de toda la vida de Kakarotto ¿Habrá gato escondido? Hmmm… Mina es demasiado veloz ¿Coqueto, con sonrisa, simpático? Pues habrá que atarle un ramillete de cilantro, para proteger a nuestros hombres, Jajaja su magia es demasiado poderosa XD En éste ya hubo un infortunio con el viejo zabrozo y Lita, me encanta escribir smut, porque en lugar de que lo vea a los ojos románticamente, fue flechada por ésa enorme y dura po** Personalidad, iba a decir personalidad ¬¬ Vergeta tratando de mantener el volante, y al mismo tiempo penetrar la defensa de Serena. Bueno, sí, ya la dejó bastante penetrada :v Ufff las discusiones entre ellos siempre me salen con picante y hasta sangrecita. Me da risa cómo Serena, internamente, reconoce lo que la hace sentir, pero usa todas sus armas para luchar contra él y ésas bolas regala orgasmos XD Vergeta es demasiado orgulloso ¿Una mujer haciéndolo romper su propio juego? Sí mi ciela, ya pasó.

Nita-chan84: Ah, pues, aquí nos gustan pechugones. No lo niego, los Three Lights son bien cute y princesos, pero cuando quieres que te dejen toda rota, como armadura de vikingo, la lógica dice que hay que buscar al Vikingo XD Lo del nombre, fue de la nada, o sea, era obvio pero nunca lo había pensado, jaja, Se-Re-Na Ve-Ge-Ta, Al menos en Latino queda bien. Y como que la musa me dijo: "¿No lo viste venir?" XD Creo que es algo muy dulce y más porque fue Vergeta el que lo descubrió y yo: "Tan divino…" Jajaja. Aquí tendrán que enfrentar los dos un pasado bastante cargado, en especial Vegeta, que simplemente lo tiene bajo candado. Son como dos tipos de heridas, una con cicatriz y otra que no se cura porque necesita oxígeno para cicatrizar. Y ahora, querida ¿#SetSiete? … ¬¬ Qué buen olfato el tuyo… Muuaajajaja.

Jiyuu Akabane: Unas flores en tu nombre :v **✿❀❀✿** y una *veladora_para_tu_salud y una *veladora_para_tu_inpiración. Muchas gracias por seguir mis delirios cósmicos. Como siempre espero tu opinión. Un abrazo grande.