Lala Lulu: Hola! Sip, sip, nos vamos de cita ¿Cómo se imaginan que empezará y cómo terminará? Chan,chan, chaaaan ¬¬ Será todo lo que esperamos ¿Quedará esperanza? Alisten sus botas altas, amarren sus chaquetas de cuero y sin más ¡Nos vamos!
¡Advertencia! Si ya has leído mi historia anterior sabrás que yo no escribo Lemon, sino Smut, mucho Smut. Smut es sabrosura primero, explicaciones después. Así que esto es para adultos ¡Porque soy una maldita pervertida!
No me pertenecen los personajes, son Creaciones de Akira Toriyama y Naoko Takeuchi. Hecho por un fan, para algún otro fan que ande dando vueltas por la Vía Láctea…
"Que tenga un toque especial, que sea como es
Un aspecto tan normal, que a veces ni la ves
Que no sea un huracán, que nunca eclipse al sol
Un aroma familiar, que sea casi miel
Que sea tanto amor, que escribo en un cartel
Un hombre busca a una mujer, ésa flor desconocida
Que va como loca por la vida, es simplemente diferente
Si tú la ves
Más que amigo como hermano, ven a entregármela en la mano
Yo soy un hombre y busco a una mujer
Un amor de juventud, sin trucos al hablar
Que brille bella con la luz y con la oscuridad
No es la luna, no es el sol, ni campo, ni ciudad
Ella es ella porque sí, porque ese es su papel
Tan casi, casi abril
Que escribo en un cartel…" Un Hombre Busca Una Mujer, canción de Luis Miguel.
Capítulo 4
Serena salía de bañarse, un baño bien intenso y una buena repasada por sus zonas más comprometidas. —"No es que yo crea que va a pasar algo, pero estar bien afeitada ahí es higiénico y de buenas costumbres"—Racionaliza mientras se mete a su habitación, se quita la toalla de la cabeza y da un salto antes de quedarse desnuda. — ¡¿Qué hacen aquí?! —Serena las ve hurgando su clóset. Las quita de inmediato.
—Serena… —Rei pone las manos en su cintura y frunce el ceño. — ¿Le hablas a Setsuna en terapia sobre las cosas que todavía guardas de Darien? —Rei le señala la mitad del closet donde tiene un espacio apartado para él y sus cosas. Hasta puede notar que las limpia diario, como si él siguiera con vida.
Serena cierra la puerta corrediza de golpe. —Yo…Simplemente las saco de su caja para que no se deterioren y que no tengan polillas. —Miente, miente con todos los dientes de su sonrisa falsa.
Rei exhala, sacude la cabeza. Va a tomar aire para regañarla y Mina la interrumpe.
—Ya basta, no vinimos aquí para vigilarte o algo así. —Mina prefiere enfocarse en lo positivo. —Sino a ayudarla con su cita. —Mina sienta a Serena en la cama. —Mira, te elegimos unos conjuntos…
—Tu como siempre encubriéndola… —Rei le tira una oreja a Mina.
—Chicas, chicas… ¿Vinimos a ayudarla o no? —Lita las separa. —Voy a sacar fotos y pedirle su voto a Ami sobre la ropa. Hoy domingo la pasará con su novio.
Serena se coloca detrás de su cambiador y se pone su ropa interior. En un pequeño espejo ve las marcas que le dejó Vegeta en su pecho. —"Que bueno que el brasier lo cubre bien ¡Ay qué tipo más bruto!"—Busca más marcas, y se encuentra con los apretones que le dio a su trasero. Se pone una bata, e intenta no verse ruborizada.
Rei opinaba un poco. —…Últimamente, siento que Taiki está un poco intenso. O sea ¿Cuándo se puso así porque Ami salga con nosotras? Tampoco vi así de enojada a Ami, bloqueándolo por toda la noche así la dejaba en paz.
—Jummm, mi sexto sentido me dice que, —Lita intenta armar el escenario. —puede que Seiya esté buscando una manera de saber de Serena, a través de su hermano.
—Pero son tipos grandes. —Rei se queja alto. —No es el secundario.
—Jajaja ¿Has visto a Seiya? —Serena le habla. —Él vive como si fuera así. Un eterno adolescente, popular además. —Escucha su teléfono recibir un mensaje, está en su mesita de noche detrás de las chicas. Mira por milésimas y se hace la tonta, como si no importara.
— ¿Y Vegeta? —Mina muy coqueta se cruza de piernas sentada en la cama. Mira por el rabillo del ojo la pantalla del teléfono de su amiga, lee claramente Ve-Ge-Ta. — ¿Es un rebelde sin causa estilo "chico de preparatoria"?
Serena se ríe un poco, toma un par de vestidos y unos zapatos. —No, él es más maduro. Que tampoco significa que sea mejor opción que Seiya. —Serena sale con un conjunto de falda azul corta y una blusa rosa, con la parte superior de tul. —Quizás unos zapatos bajos. —Se los prueba.
Mina le asiente y mira el teléfono de Serena, está que se muere de la curiosidad. —Yo no llamaría maduro a alguien que no deja de enviarte mensajes. —Serena se gira sobre sus pies con los ojos como platos. Rei y Lita la miran sin entender, la rubia les guiña un ojo. —Mientras te bañabas, tu teléfono sonaba y sonaba sin cesar… —Miente.
— ¿De verdad?—Serena se exalta y corre a su teléfono. — ¡Ay mentirosa! ¡Solo me envió uno!
— ¡Ay Serena! —Mina la taclea de un abrazo. —Mira ésa carita, ésa emoción… —Le estira las mejillas.
—Minaaa, voy a matarte. —Serena le sisea con los dientes apretados.
—Ya, ya… Lee el mensaje. —Mina le hace lugar, se sienta en la alfombra con sus amigas y quedan en expectativa mientras la ven leer el mensaje.
De: Vegeta
Buenos días. Es sólo para avisarte que el lugar al que iremos es informal, no te preocupes tanto por la etiqueta. Y te recomiendo desayunar y almorzar liviano.
— ¿Y…? —Mina sonríe enorme, sin parpadear exige información.
Serena aclara la garganta. Contesta con un OK. Arroja el teléfono a la cama, aparentando indiferencia. —Eh, nada, solo me saluda y…Me dice que, iremos a un lugar informal. —Serena se mira en el espejo y asiente, su ropa se ve bien.
—Vaya, es muy serio. No usa emoticones… —Mina se hartaba, estaba en la fuente de la discordia. Le saca una foto a Serena. —Ahí enviémosle una fot—Un almohadazo la taclea.
— ¡Mina! ¡Deja eso! ¡Nunca te lo voy a perdonar! —Serena le quita el teléfono y revisa. — ¡¿Cómo pudiste?! Le enviaste la foto, ni siquiera me peiné o maquillé. — ¡¿Ustedes por qué no la detuvieron?! —Señala a Lita y Rei con el dedo. Ellas se ríen, se siente como en el secundario. Pero ésta vez es Serena la protagonista y no una de ellas. Porque Serena, desde muy joven, ya tenía a su Príncipe azul.
—Jaja, es solo una ayudita. Un empujón… —Mina se ríe y choca los cinco con Rei y Lita a sus espaldas.
Al instante Serena tiene una respuesta, esconde la pantalla de esas fisgonas.
De: Vegeta
Me preocupé por tu corta respuesta. Debo decir que hasta con una bolsa de cebollas te verías hermosa. Sin embargo, creo que es mejor que elijas algo más abrigado, unos jeans y una chaqueta.
PD: Espero que la foto te la haya sacado una de tus amigas y no algún tipo que amaneció contigo.
Serena, se tapa la boca, intenta suprimir su risa. No sabe si es un chistecito, si es celoso o posesivo; el sujeto es un enigma para ella. Dominante seguro que lo es. —"Pero yo no soy una tonta o ingenua. Si cree que va a darme órdenes así…" —Niega con la cabeza y responde.
De: Serena
Cuánto misterio ¿Por qué no me dices dónde iremos y ya? No me agrada la idea de que un hombre me diga cómo vestirme.
Al segundo Vegeta envía la respuesta.
De: Vegeta
No es la primera vez que ignoras mis halagos y mis preguntas. Así que yo haré lo mismo. No responderé. Pero te aseguro que te sacaré las respuestas de la manera que más te gusta…
Serena se ruboriza, traga duro y responde, un poco agresiva, para contrarrestar el encanto de éste engreído.
De: Serena
Iré vestida como a mí me guste y ya.
Otra vez, en segundos tiene la respuesta.
De: Vegeta
No lo niego, me encanta ése vestido y la idea de poder meter mis manos con facilidad por debajo de tu falda… ¿En serio quieres quitar barreras de tela entre nosotros? De acuerdo… El gusto será de los dos…
Serena exhala fuego por la nariz y responde.
De: Serena
IDIOTA.
—¡Aaaaah! ¡Serena lo traes loco, loco! —Mina grita y la sacude, las chicas también se emocionan.
— ¡Jajaja! —Serena se dobla de la risa. — ¿En serio? —Muy sarcástica, niega con la cabeza y empieza a buscar otra ropa y elegir una chaqueta.
—Serena, tal parece que la única que no lo ve eres tú. —Mina insiste.
—Bien, no puedo negarlo. —Rei opina. —La manera en la que la mira es… —Tiembla como si tuviera escalofríos. —Uff, me hace sentir nerviosa, como si fuera a profanarte ahí mismo. Si eso no es gustarle…
— ¿Y qué? —Serena extiende sus manos al cielo y se sienta en la alfombra. —En parte es porque le dije que no, y en parte es porque estoy frustrada sexualmente.
— ¿Y qué tiene de malo tener sexo con él hasta cansarte? —Mina se encoge de hombros.
—Además…—Lita le da codazos a su amiga. —Me imagino que será una cantidad de sexo del bueno. Ahí no serán "chispas", sino una fuerza indomable de la naturaleza.
—Chicas, ya… Ya basta. —Serena sacude las manos, está roja como un tomate. Elige una blusa que quede con sus jeans. —Apenas vamos a conocernos, el tipo para mi es una especie de misterio. —"Si es tan mujeriego ¿Por qué querría intentar algo conmigo? Intentar…Intentar es la palabra ¿Quiero realmente intentar o solo estoy esperando que saque el cobre como Seiya? ¡Hmp! No sé si es mi estado de ánimo, pero me siento y me veo bonita ¡Ja! ¡Ya verá ése presumido! ¡Yo también soy provocadora!"
Sus amigas se miran entre sí, ven a Serena modelando frente al espejo, tarareando y pensando. Tampoco pasaron desapercibidos los gestos que hacía, con ésos mensajes que iban y venían. Se guiñan un ojo y empiezan a despejar el área.
—Manos a la obra, voy a cocinar… —Lita comenta.
Serena se despabila. — ¡Oh, solo ensalada para mí!
—Sí, la carne te la van a dar después. —Mina hace el gesto salvaje de penetración oral.
—¡LARGO! —Serena les estrella una bota contra la puerta.
Ya viendo que los mensajes pararon, Vegeta vuelve a entrenar, hacía un poco de levantamiento de pesas. Ése «IDIOTA» en el mensaje, se sintió como una lamida sobre la punta de su polla. Sonríe pensado en eso y en la foto. —"Siempre hay algo rosa en ella…" —Piensa en el aire. Están en casa de Bardock.
—Así que… —Bardock toma aire levantando una mancuerna. —La mujer es "intensa".
—No papá, te lo aseguro, es buena mujer. —Raditz lo tranquiliza ejercitando los brazos.
—Además se nota. —Nappa sonríe de lado y toma agua. — ¿Cuándo lo hemos visto así con el teléfono? Hasta parecía que escribía más que su típico OK. Tal vez el intenso es él.
—Sí, quizás es demasiado buena mujer para él. —Kakarotto comenta frunciendo el ceño.
—Ppfff, hasta no conocerla ¡Uh! —Bardock baja la pesa. —Porque si es amiga de ésas libertinas que trajeron ésa noche…
— ¡¿Podrían dejar de hablar como si yo no estuviera a dos metros de ustedes?! —Vegeta bufa con rabia y arroja la barra al suelo. Odia que intenten leerle la mente. —Me hubiera quedado en mi casa. —Escupe.
—Sabes que entrenar en equipo es importante, no desobedezcas a tu Jefe de Equipo. —Nappa se señala así mismo. — Cuidado, no te habrás enfriado… —Le sugiere calentar los brazos de nuevo.
Vegeta estira los hombros y empieza a calentar de nuevo. Mira a un lado, mira al otro. Kakarotto y Bardock empiezan en la caminadora. Raditz les habla con una botella de agua. Así que ahora en la alfombra está a solas con Nappa acomodando las mancuernas y limpiando el sudor en los elementos que tomaron. —Tu…Nappa… ¿Cómo eras con tu mujer? O sea ¿Cómo se conocieron? Bueno, tú sabes que cuando te conocí ya habías enviudado y—Se encoge de hombros.
— ¿Quieres saber cómo es una cita? —Nappa le dice con las cejas en alto, Vegeta se lo confirma con un gruñido. Nappa toma asiento ¿Cuándo Vegeta ha empezado una conversación así? —En internet seguro lo habrás leído, la llevas a comer o al cine, charlan y se hacen preguntas.
—Uh. Sí he leído, solo quería preguntar en primera persona. —Vegeta se rasca la cabeza y hace como si no le importara.
—Hmmm, pues algún detalle con ella estaría bien y relajarte. —Nappa le recomienda, lo ve tenso.
Vegeta rechista. —Estoy relajado. —Levanta el tono. — ¿Qué detalle?
—Algo que le guste, sé que van a conocerse pero—
—Sí, creo que sé qué le gusta. —Vegeta sonríe de lado. — ¿Hay alguna tienda de ropa que abra los domingos? —Sus ojos brillan como si fuera a matar a alguien y su sonrisa se llena de satisfacción.
—Pues en el Distrito Comercial, seguro. —Nappa le sonríe, no sabe qué trama Vegeta, pero lo acompaña. —…No sea cosa que en serio vayas a matar a alguien. —Murmura para sí mismo.
Serena esperaba, cruzada de brazos y piernas, con su chaqueta en la mano. El tick del reloj acompaña su respiración y su espera. Por reflejo va a girar su sortija de compromiso, pero no la tiene puesta. —Darien… —Murmura para sí misma, niega con la cabeza. —Esto es un error. —Se levanta para cancelar, su teléfono suena.
De: Vegeta
¿Estás lista? Estoy afuera.
Serena mira la hora, faltan cinco minutos para las 18. —Sería cobarde cancelar por mensaje. —Sale a enfrentarlo, pero se queda con la quijada en el piso y sin poder parpadear. Vegeta estaba con una motocicleta negra, vestía informal con unos tenis, jeans negros y una chaqueta estilo universitaria. La despabila, el notar que su camisa es de color rosa. Junto a todo eso, y ésa sonrisa arrogante y ojos negros penetrantes, ése desgraciado es arrebatador. —"En verdad, parece que un chico malo Universitario vino a buscarme…"
Vegeta se siente triunfal, desde el momento que la vio salir, su sonrisa maligna no cabe en su cara, más al verla con la mandíbula al piso. —Muy buenas tardes. —Vegeta se apoya un poco en su moto. —Sabes, he pensado en ésas cosas de "chico malo" que siempre me dices y me pregunté: ¿Qué es más malo que un chico con un auto deportivo? —Vegeta acerca la mano al acelerador y hace rugir la motocicleta dándole la respuesta. —Vamos. —Le arroja el casco de forma juguetona.
Serena atrapa el casco, sigue con la boca abierta en asombro e incredulidad. —No, no…Tú estás muy equivocado si crees que voy a subirme en ésa cosa.
—No la escuches… —Vegeta le habla a la motocicleta. —Ésta "cosa", como le dices, es una Kawasaki Ninja H2 R Carbón.
— ¿Y por qué me tiene que importar eso? —Serena le pone un gesto irónico.
Vegeta presiona su pecho y se queja de dolor poético. —Agh, mujer. Ésta motocicleta es la que salió en Top Gun: Maverick.
— ¿Y eso la hace menos propensa a matarme? —Serena está con las manos en la cintura.
— ¿Tienes el casco no? Además, prometo ir despacio, ya que tienes miedo. —Vegeta la invita de nuevo con un gesto de la cabeza. La ve acercarse, resignada, pero algo en su interior le asegura que ella va a adorar su motocicleta. Vegeta la escanea con atención, mientras la ve alistarse con el casco para montarse. Está vestida, con ésa chaqueta de color azul oscuro y una blusa negra, metida dentro de ésos jeans azules y unas botas altas, de tacón bajo que combinan con su blusa. Sus rizos dorados caen en cascadas desde unos pequeños odangos. —"Sus labios sabor cereza…"
— ¿Qué? —Serena le pregunta por cómo la mira. Acomoda su cartera de lado y cierra su chaqueta.
Y ahí está, su cartera… Es color rosa. —Te ves linda.
Serena se pone roja de inmediato. —Gra-Gracias. —"Qué bueno que me cubre el casco". Piensa con nervios, ahí se da cuenta que debe agarrarse de Vegeta. —"Ja-Ja, no lo creo."—Se sostiene del agarre detrás de ella.
Vegeta niega con la cabeza, se alista con el casco y pone los ojos en blanco. Arranca la moto de nuevo y da una pequeña aceleración. Escucha a Serena dar un gritito de sorpresa por el impulso que casi la tira hacia atrás, luego un gruñido y sus finas manos sosteniéndose por detrás de él. Las manos de Serena llegan hasta delante de su abdomen, la ve aferrarse fuerte de su ropa. Se ríe para sí mismo y resiste a la idea de darle un par de sustos más.
Salen a la carretera, Serena puede reconocer que se acercan a la zona costera. Si bien Vegeta tomó velocidad, puede reconocer que va con cuidado. Luego de un rato, siente que frena y se quita el casco. —Oh ¿Ya llegamos? —Serena se quita el casco, mira a los lados, se ve la playa.
—No todavía, pero mira… —Vegeta le señala a lo lejos donde se ven varios pequeños restaurantes, uno junto al otro. —Iremos por la ruta de la ribera, son solo unos metros, pero a ésta hora no hay tránsito. Iremos sin los cascos, te va a gustar sentir el viento en el rostro.
Serena se aferra a su casco. — ¿Qué? Uh-uh…No, claro que no. Es peligroso.
Vegeta exhala y rueda los ojos. — ¿En serio Serena? Son solo unos metros y mira… No hay tránsito. —Le tironea el casco. —Deja de ser una cobarde.
— ¡No es cobardía! —Serena infla sus mejillas, se acomoda de nuevo en la moto. —Más te vale ir con cuidado. —De nuevo ésa sonrisa de triunfador y ésos ojos negros enormes, apuntándola como si quisieran tragarla. Voltea el rostro y mira al mar.
Vegeta acomoda los cascos en la parte de atrás y arranca. — ¿Lista? —Hace rugir la moto, la sonrisa se le desdibuja, al sentir de nuevo las manos de Serena y ahora todo su menudo cuerpo pegado detrás de él. Presiona la mandíbula e intenta respirar para enfriar su rostro. Arranca y la brisa fresca de la primavera, parece refrescar su rubor. Eso relaja sus palpitaciones y éstos nervios sin sentido que ella le genera.
Serena presiona su mejilla contra su espalda, siente el viento veloz, tan veloz como sus latidos al tener el cuerpo firme de Vegeta envuelto en sus brazos. Espía por un ojo y ve el hermoso y soleado día de playa. Parece un paisaje tranquilo y relajante.
Vegeta siente a Serena aflojar su agarre, ahora más que por pánico, lo hace por estabilidad. La ve espiando un poco el paisaje. — ¡Se ve muy tranquilo!
— ¡Mira hacia adelante! —Serena lo regaña y de nuevo se encoge detrás de él.
Cuando al fin llegan, Vegeta estaciona. Sus ojos se van directo al trasero de Serena siendo modelado por ésos jeans, le pican las yemas de los dedos por apretarlo. Aclara su garganta. —"¡Quédate quieto!" —Le ordena a su miembro. La mira un poco más. —Sin saberlo, tienes la ropa justa para andar en motocicleta.
Serena lo siente detrás de ella, cree que va a tomarla de la cintura, en cambio su mano y su brazo están a centímetros sin tocarla. —"¿Qué hago? ¿Digo algo?"—Frunce el ceño y tose un poco por los nervios. —Ah, sí. Tú también te ves bien. —Mira con curiosidad el nombre del pequeño Restaurante "Patatas Baba".
Toda ésta energía alrededor de ellos los tensa, Vegeta con la mirada seria, le ofrece asiento. Frunce el ceño un poco más, sus dedos tocan un par de sus suaves rizos y debe atarse para no romper la distancia.
Serena trata de tomar aire, quita su chaqueta para sentirse un poco más fresca. Vegeta no la toca, se sienta en la silla de enfrente. Lo siente tenso y enojado. Ninguno de los dos se mira o habla por unos minutos, como si no supieran qué hacer.
—Buenas tardes. —Una mesera entrada en años se acerca. —Oh, Señor Príncipe. Qué extraño verlo por aquí. —Mira la fecha en su reloj. —No es el Día de su "Permitido". —Lo mira y salta del susto.
Vegeta toma el menú, aclara la garganta tratando de relajarse. —"Esto parece más incómodo de lo que esperaba… ¡Carajo! ¡Relájate! Recuerda lo que dijo Nappa…"—Truena sus hombros hacia atrás. —Ah, lo sé. Quise traer aquí a... —Vegeta ve a Serena algo nerviosa y tratando de ser invisible detrás del menú. —Serena, ella es Uranai Baba, ella es dueña de éste lugar. Ella es Serena Tsukino, es mi cita.
Serena se pone de todos colores, nunca creyó que la iba a presentar así. Sonríe enorme por los nervios. —S-Sí, mucho gusto. —La ve con atención, es una anciana bajita, que no deja de mirarla en asombro. —"Vaya, en serio él no miente con lo de las citas…Ay, pero me pongo nerviosa."
Uranai Baba se da una cachetada mental, trata de procesar. —Ah, sí, sí. Usted ya sabe, si necesita algo cualquier cosa. E-Estaremos aquí. —Se va rápido a la cocina y le pide a los mozos que estén atentos.
—Así que… Me trajiste a comer patatas fritas. —Serena mira el menú, tiene diferentes aderezos y quesos para ponerle arriba.
—No son sólo patatas fritas. —Vegeta le explica, le quita el menú. —Vas a probar las mejores patatas fritas de tu vida, con cheddar, salchichas y salsa picante. Mi favorito. —Muerde su labio inferior y hace un pequeño beso de chef en el aire. —Casi tan bueno como el sexo.
Serena exhala y se cruza de brazos. Qué tipo tan atrevido. —Me hubiera gustado elegir yo del menú. Pero si me dices que es tu plato favorito; voy a tomar tu sugerencia. —Unas miradas pícaras se cruzan entre ellos. Se sienten estúpidamente tímidos. —Una limonada, para refrescarme… —Pasa sus palmas por sus mejillas para calmar el fuego en su rostro. Busca con la vista a algún mesero.
Vegeta llama a un mozo y pide de beber. —Sí, limonadas y lo de siempre pero doble, mucho… —Hace el gesto con la mano de que quiere el plato desbordando.
—Gracias. —Serena sonríe enorme a la moza, mira con curiosidad a Vegeta, por si se comporta seductor con la joven que le sirve las bebidas y nada. —"Bueno, quizás no sea un coqueto compulsivo como Seiya ¿Será que estoy conociendo un tipo diferente de mujeriego?" —Bebe su limonada y otra vez el silencio. Siente que debe hablar. —Hice lo que me dijiste… —Los ojos negros de Vegeta la apuntan. —Eso de averiguar cosas sobre ti.
Vegeta dibuja una mueca de lado. —Bien, eso nos ahorra pasos. Comemos, bebemos y a follar.
—Estúpido. —Serena le arroja la servilleta y bebe su limonada. — ¿Tu hiciste lo mismo? ¿Me buscaste en internet? —La epifanía de que es obvio que sí, viene a ella.
—Sí, nada personal. Solo las referencias que pusiste en tu tarjeta de contactos. —Se encoge de hombros, es obvio que tratará el asunto de Darien con cuidado, porque en parte comprende por lo que pasó. —Yo también debo saber a quién me acerco.
—Cierto… —Asiente, es lógico. —Bueno, me gustaría entonces que me cuentes de ti.
—Pero ya lo averiguaste todo. —Vegeta evade. —Busca en Internet.
—Ya lo sé. —Serena dice con una risita, es obvio que la esquiva. —Pero quiero saber tu versión…Eh, por ejemplo, leí que eres adoptado.
—Sí, correcto. —Cortante contesta, pero la ve esperando más. Exhala al cielo. —No sé qué más quieres saber…
—Bueno ¿Cómo fue tu niñez antes de los hogares sustitutos? ¿Tus padres murieron? ¿Qué pasó? Lo siento, eres un misterio para mí. — Serena espera la respuesta.
Vegeta se recuesta en la silla. —No tuve tal cosa como una niñez. Mis progenitores eran negligentes. —Contesta con la verdad, se siente incómodo dando detalles, pero ella parece sincera en saber de él. — Estaba mi hermano Tarble, quise sacarlo de ahí también, así que me escapé, me encontraron en la calle.
— ¿Tienes un hermano?
—Sí, un hermano menor. Él estudió, es Licenciado y Gerente de la Empresa Cápsula. Podemos decir que se adaptó bien.
—Uuuh ¿Y está soltero? —Serena comenta con picardía y succiona muy traviesa el sorbete.
Vegeta actúa ofendido. —Pues, está bien casado con la Ingeniera. Atrevida. —Le devuelve la servilleta arrojándosela.
Serena queda con la boca abierta ¿Atrevida ella? Es él quien quiere pasar de comer a la cama sin escala. Procesa un poco la información. —Siento mucho lo que te pasó con tus padres. —Busca sus ojos negros, para mostrarle que es sincera.
Vegeta mira sus ojos azules, llenos de melancolía. —Odio ésa mirada de lástima que me da la gente cuando cuento esto. —Con tono algo enojado, gruñe un poco. —Pero todo salió bien. Nappa me encontró, él nos ayudó. Siento que fue la primera buena persona que me crucé. —Vegeta mira sus manos. —Siempre me gustó jugar con soldaditos, cuando lo vi uniformado, levantándome del suelo… Fue la primera vez que conocí el olor a ropa limpia y jabón. —Parpadea rápido, se relame la boca con sequedad y bebe su limonada. No sabe porqué le contó eso.
Serena se masajea un poco el rostro. —Lo siento, no era lástima. —Se sienta derecha en la silla. —Me alegro de verdad que todo haya salido bien. Pero… —Apoya su codo y en la mano su mentón. — ¿Cómo es eso de que le robaste el auto a tu Tutor para meterte en líos?
—Jajaja. Sip. —Vegeta larga unas carcajadas. —Verás, él quería que estudie como Tarble, pero yo…Yo quería meterme en la acción. Así que con ayuda de Raditz, me robé su camioneta para retar a otro de preparatoria a una carrera. —Ve a Serena reírse. —Sí, así como lo oyes. Estaba en el secundario y fui a hacer una carrera ilegal con una camioneta vieja. Obviamente, Nappa se enojó, el padre de Raditz también y cuando me dieron las medidas disciplinarias del Hogar sustituto, elegí meterme en el colegio militar.
—Puedo entenderlo… Admiras a Nappa y querías ser como él. —Serena concluye.
Vegeta se encoge de hombros. —Oh, veo que estás usando todas tus habilidades analíticas.
Serena recuerda ésa discusión en la oficina. —De nuevo, siento mucho haberte dicho eso... Ésa vez que dije que era negligente—
—No hay nada que perdonar. —Vegeta queda prendido a sus ojos azules, está por inclinarse a ella.
Serena queda quieta, sin bajarle la mirada. Pero son interrumpidos. Les traen una fuente enorme, con una montaña de patatas con queso humeante. —Gracias. —Serena sonríe a los meseros y mira a Vegeta. —Oye ¿No les dices gracias? Qué descortés eres…
Vegeta mira muy serio a los meseros. —Gracias. —Ellos saltan del susto. — ¿Ves? Les da miedo.
—Y con ésa cara horrible quién no. —Serena toma un par de patatas, abre grande los ojos. — ¡Mmm! Qué delicioso. —Toma el tenedor y toma un bocado con mucho queso. — ¿En qué estábamos? —Habla mientras traga.
—No se habla con la boca llena. —Vegeta mete un bocado grande. —Qué descortés eres…
—Mmh, sí… —Serena ordena las ideas mientras sigue comiendo. — ¿Y después? ¿Cómo pasaste de la Escuela Militar al Mundo de las Carreras?
Vegeta rueda los ojos, se hace el sordo y mudo. Sigue comiendo.
—Anda, cuéntame. —Serena chilla. —Eso se hace en una cita, te conoces. Luego puedes preguntarme lo que quieras.
—Grrr…Bueno. Quise ser piloto de aviones de caza, pero para serlo hay que tener el historial limpio. —Vegeta explica y pide una jarra de limonada. —Ser adoptado, haber robado un auto y pelearme con varios de mis compañeros no me ayudó en nada. Así que me rechazaron. Al tiempo, la Corporación Cápsula buscaba pilotos de prueba, en especial querían iniciar un área de Carreras Deportivas y me pareció muy buena idea. Me gusta competir.
—Y te fuiste con tus amigos del Ejército…
—Necesitas personas de confianza. Nappa era Jefe de Mecánicos de la Armada, nadie mejor que él.
— ¿Conociste a Bulma Briefs? —Serena no sabe de dónde salió ésa pregunta, hasta siente que es algo morboso. Lo ve incomodarse y algo enojado. Aunque su ceño siempre está fruncido, cree poder distinguir cuando se profundiza con enojo.
—Sí. Era la Ingeniera Mecánica. Tenía éste proyecto, que era más un hobby para ella, no un trabajo. Era excelente en su área. —Deja de comer y mira el tenedor en su mano. —Habrás leído ésos chismes. No quise que solo eso quedara de ella, todos tienen sus defectos y virtudes. Era joven, brillante…
—No. Yo no creo en ésos chismes, te lo aseguro. —Serena lo dice con honestidad. Quiere preguntar más sobre qué tipo de relación tenía con ella, pero se contiene, no quiere parecer una metiche. —… Y ahora aquí, con un excelente promedio, a casi nada de ser Líder de tu equipo y una lista infinita de hermosas mujeres tomadas de tu brazo. —Serena levanta su vaso en brindis. —Todas modelos, altas y pechugonas.
—Oh Serena, no te pongas celosa… —Vegeta se burla, le estira una mejilla, ella le da un manotazo. —Bueno ¿Y tú? ¿Qué hace una mujer como tu buscando trabajo en ésta Industria?
—Bueno, para ser justa, voy a empezar relatando mi infancia. —Serena termina su limonada, Vegeta le sirve más. —No hay mucho que contar, infancia con mamá, papá. También tengo un hermanito menor. Oh y mis amigas, tengo las mismas amigas desde el secundario. Jajaja muchas aventuras para otro libro ahí. —Se recuesta en la silla, su tono y su ánimo se baja sin querer. —El mundo de las carreras fue por Mi… —Siente la garganta seca de inmediato, trata de relajar sus gestos. —Darien, lo conocí en el Secundario, nos hicimos novios. Él era un Corredor, y a medida que él me explicaba todo sobre las carreras, pues se convirtió en un interés en común. —Busca donde debería estar la sortija en su dedo, baja la mirada. —Cuando murió perdí mucho…Mucho más de lo que esperaba. Y… Pasó el tiempo y decidí darle otra oportunidad.
Vegeta la ve entristecerse. Jugando con sus dedos, ahora entiende a Serena. Una cosa es investigar por un lado y otra es su versión de los hechos. La mano de Vegeta alcanza la suya, su pulgar acaricia sus nudillos, se siente suave. —Perdóname…
Los callos de su dedo peinan su piel, se siente bien. —Jaja. Está bien, yo estoy bien. —Serena sonríe enorme como si nada.
Vegeta detecta su sonrisa falsa. —Pues, sí. Tanto dinero tirado a la basura con el terapeuta, algún resultado te tuvo que dejar. —Muy sarcástico. — ¿Le hablaste de mí? ¿Es mujer verdad?
—Ppfff ¡Jajaja! —Serena estalla a carcajadas y tira la cabeza hacia atrás. —Nunca te lo diré.
—Hmp, estás obligada a responder, yo respondí a todo. —Vegeta la apunta con una patata cubierta en salsa picante.
—Sí, le hablé de ti. —Serena lo ve disgustado.
—Seguro te dijo que te alejes de mí. —Vegeta pone mala cara mientras mastica.
—Ni bueno, ni malo. Simplemente que eres un mujeriego como Seiya. —Le saca la lengua.
—No me compares con ése. —Vegeta advierte.
—Y es mujer…Mi terapeuta es una mujer así que… —Serena se acerca sobre la mesa, muy sugerente toma una patata del lado de Vegeta, la más grande que encuentra y la mete en su boca. —Oh, Vegeta, no te pongas celoso… —Frunce sus labios.
Vegeta se limita a afilar su mirada asesina ante las provocaciones de ésta mujer, en especial porque ése ángulo le dejó ver su escote. Seguían comiendo, con pequeñas conversaciones banales. —"El interrogatorio no fue tan malo. Además le dije que quería intentar y tampoco parece tan malo."
—Ayyy… Comí demasiado… —Serena se estira en la salida. —Siento que los jeans me van a estallar.
—Mmm…Cuánta tentación. —Vegeta se inclina a su oído y la pone roja. —Jajaja ¿Quieres que te diga cómo hago para bajar la comida?
—Jummm… —Serena pone una mirada asesina por el tono pervertido de Vegeta.
—Caminemos un poco… —Vegeta revierte las expectativas de Serena, la sigue viendo con ésa mirada acusadora. — ¿Qué? Ay Serena, qué mente sucia la tuya. — Se ríe de ella y le contagia su sonrisa. Serena al fin cede, desarma sus brazos cruzados y asiente. Su sonrisa natural es lo mejor, quiere hacerla sonreír así.
Caminan codo a codo, viendo el anochecer en la costa. El sonido del mar llenaba el silencio, pero ya no era un silencio incómodo. De hecho se sienten cada vez más a gusto estando juntos.
—Así que… —Serena mete sus manos en los bolsillos. — ¿Por qué no tienes novias? ¿O relaciones serias? Como quieras decirle.
Vegeta la mira de lado, niega bajando la mirada. —Las relaciones… Son complicadas. Creí que tú lo sabrías mejor que nadie, no todo son rosas y golosinas. Solo no quiero dramas en mi vida.
—Cierto, es muy difícil. —Serena frunce los labios de lado. —Y como eres un cobarde…
— ¡No soy un cobarde! —Vegeta le reclama. —Estoy aquí, estoy intentando.
— ¿Y por qué conmigo? ¿Vas a decirme que nunca intentaste con ninguna? —Serena habla con tono normal, es mera curiosidad.
Vegeta se detiene y la mira a los ojos. —No. —Acomoda su flequillo dorado y deja una caricia en su mejilla con el revés de la mano, la ve ruborizada. Su corazón acelera mientras ve ésa boca rosa jadear. —Y el porqué CONTIGO; tú sabes la respuesta a ésa pregunta.
¡Mierda! ¡Es cierto! Es esto, ésta sensación de cuando están cerca, cuando sus pieles se tocan, cuando sus ojos se unen. Es demasiado intenso. Los ojos de Serena se dilatan de deseo, está segura de ver lo mismo en Vegeta.
— ¿Por qué Seiya? —Vegeta corta abruptamente a propósito el ambiente. —Uno creería que buscarías a un "Chico bueno". —Quiere en parte hacerle preguntas difíciles a ella también.
Serena parpadea rápido. — ¿Uh? ¿Seiya? —Serena sigue caminando, se cruza de brazos. —Hmp, se podría decir que fue una mala decisión. Entré a trabajar a su empresa, estuvo todo bien. Pero él insistía en salir conmigo. Como tú dijiste, me convenció con cartas y chocolates…—Se encoge de hombros. — Una romántica e ingenua sin remedio tal vez...
La escucha bajar la voz, pero no con tristeza. —Oye ¿Vas a dejarme comprarte un postre? —Le señala un puesto de helados.
Serena frunce los gestos y encoge el cuerpo. —Ay Nooo…Ya comí muchísimo, voy a engordar. —Hace un puchero enorme.
—Es sólo por un día. —Vegeta le insiste. —Creo que deberías hablarle a tu terapeuta de tu baja autoestima y no de mí. —La toma de la mano y la lleva de un tirón. Sus manos quedan unidas. —"Lo hice sin darme cuenta. Je, se siente bien…"—Mira alrededor y parecen una pareja más dando un paseo.
Serena casi se queda sin aire, están ahí tomados de la mano pidiendo un helado. Ni siquiera cuando Vegeta paga los conos la suelta. — ¡Gracias! —Serena sonríe brillante y ve a Vegeta sonreír también, y no por malicia o una travesura; sino una sonrisa fresca y relajada. —"Bueno, sí da un poquito de miedo, Jeje."—Prueba el helado, recuerda que hace meses no lo come. — ¡Mmm, por Dios! ¡Ay sí! ¡Qué rico!
Como un chasquido en su cabeza, la cabeza de la polla de Vegeta se activa al escucharla. —Oh sí mujer, hazlo de nuevo. —Vegeta toma de su helado y le mete un bocado en la boca de Serena. —Gime más fuerte. —Tira la cabeza hacia atrás gozando los sonidos de Serena.
Serena le da un manotazo en el brazo mientras traga. — ¡Qué cerdo eres! ¡Habían niños pasando!—Enrojece del coraje. — ¡¿Todo es sexo y perversión para ti?!
—Jajaja, solo cuando estoy cerca de ti. —Vegeta muy pícaro le guiña un ojo. —Pero tendré en cuenta el helado…—La escucha resoplar enojada y caminar lejos de él. Vegeta movía la motocicleta a un lugar donde pudieran estar más solos y tranquilos en la costa.
Se sentaban en la motocicleta y comían el helado. — ¿Has pensado en el futuro? Una familia, hijos… —Serena lo dice por curiosidad, es un hombre joven después de todo.
—No quiero tener hijos, ni casarme. —Vegeta responde muy sincero. La ve asentir sin indagar más. —Es extraño, por lo general me preguntan porqué no quiero. —La mira esperando una respuesta.
—Hm, sí. Cuando uno dice que sí, simplemente lo toman y ya, nunca te preguntan: ¿Y por qué SÍ QUIERES tener hijos? —Mira al mar. —Creo que cada quien sabe las consecuencias de sus decisiones.
La ve tan hermosa, con sus rizos ondeando, tan relajada. — ¿Y tú? ¿No quieres tener hijos o casarte?
—Casarme, no lo creo y tener hijos… —Baja la mirada, tratando de ocultar sus ojos debajo de su flequillo. —Ése día del accidente de Darien, ya te lo dije…Perdí más de lo que esperaba. Perdí un bebé y nunca más volví a tener mi ciclo…Yo…Ah…
La siente esforzarse para seguir contándole. Vegeta se pone junto a ella, pasa un brazo por su hombro. —Sshhh, ya… No me digas, entiendo. —Le deja un beso en la cabeza, dándole consuelo.
Serena siente el calor de su abrazo, le parece tan tierno su beso. El aroma de Vegeta le da palpitaciones. —Hmmm… Tampoco me gusta la lástima. —Lo empuja un poco.
—Jaja, mira cómo eres de ingrata. Yo, dejándote comer helado arriba de mi hermosa motocicleta.
—Sí ¿Qué pasa con eso? —Serena sigue sin entender. — ¿Es una especie de crisis de mediana edad? No me digas que la compraste para buscarme.
Vegeta le gruñe un poco en el oído, y la sigue abrazando. Su aroma femenino es delicioso. —Ya te dije, es la motocicleta de Maverick, y tengo la de la primera película también, la compré con mis primeros ahorros. Y ésta la compré apenas la vi en la segunda película.
Serena levanta las cejas. —Quién diría que te gustaría una película romántica.
—No es una película romántica, es una película de pilotos. —Muy imperativo Vegeta lo dice.
—Yo recuerdo una canción muy romántica de ahí… —Serena frunce los labios. Debaten sus puntos de vista.
—No tiene nada que ver. Es más, si sacas las escenas románticas, la película no pierde nada.
—Oh, entonces es por Tom Cruise ¿Es porque también le dicen que es bajito y enano que te identificas con él?
Vegeta no puede creer tal ofensa. — ¡Aaah mujer! —Se toca el pecho como si tuviera dolor. —Ésa lengua tuya siempre tan filosa y mortal.
—Jajaja. Pero solo es contigo, te lo juro. —Serena come el cono. —La mayoría del tiempo, tengo la mente en blanco. No sé qué decir o responder y contigo es instantáneo. Debe ser porque me cabreas.
Vegeta comparte sus risas, se siente tan a gusto ahora que no quiere que la cita termine. Hasta dan unas vueltas con la motocicleta por la costa. Ve a Serena sin el casco, disfrutando el viento en su rostro y sus rizos ondeando. Vegeta sonríe enorme, acelera un poco, ella se sostiene con una mano y la otra hace bailar sus dedos en el viento.
Se hace tarde, tan tarde que no alcanzan a huir del aguacero pronosticado. Vegeta encuentra donde quedarse, al menos hasta que pare la tormenta. Entran a un Hotel.
Serena se da cuenta que es un "Hotel de Amor". Pero no se queja, sigue la corriente natural. Además, lo ve en verdad preocupado por secar la ropa y que ella se seque el cabello. —Es lindo lugar… —Serena comenta, mira que le trae unas toallas. La habitación no es grande como la de la primera vez, pero sí es limpia, ordenada, con un ventanal grande y las luces tenues de las veladoras.
—Conozco los lugares más decentes. —Vegeta comenta natural. —Nunca llevaría a una mujer a un hueco de mala muerte. Ahí tienes el baño.
—Gracias. —Se sonríen y ella entra a quitarse la ropa mojada. Estornuda un par de veces y se pone la bata. Al salir Vegeta también se había cambiado con su bata, le pide la ropa y la pone en la secadora.
— ¿El secador de cabello funcionó? —Vegeta le consulta, puede ver algo húmedos sus rizos. Se acerca a tocarlos entre sus dedos.
—Sí, solo quería salir rápido. —Serena siente como rompe la distancia, la mano de Vegeta se pasa por su brazo. Aun con la tela haciendo de barrera, su cuerpo se estremece por las ganas de volver a sentirlo íntimamente. Todo lo que ha estado conteniendo se desborda sin control.
—Serena… —Vegeta acerca su otra mano y busca su nuca, se inclina hacia ella, se deja ahogar en ésos ojos azules. Aguantó tanto. — ¿Puedo darte un beso?
Serena ya no soporta. —Sí. — Le da permiso, sabiendo que él tomará mucho más. Está segura, porque ella también lo hará, presiona sus manos en los bordes de la bata de Vegeta, tironeándolo.
Sus bocas entreabiertas intentan reprimir el deseo. Tratan de saborearse despacio, pero ante el primer gemido, sus cuerpos caen a la cama y sus bocas se succionan con fuerza para no perder la unión. Vegeta tironea la bata de Serena la deja caer al suelo, al igual que la de él. Así en la tenue luz de la veladora, se toman unos segundos para verse. Serena toca sus pectorales, siguiendo una cicatriz que se marca como una enorme cruz.
Vegeta toca con el revés de su mano su cuello, pasa por sus pechos, de manera delicada. Ve las marcas que dejó en ella, presiona los dientes. —Lo siento… —Sale por reflejo, siente sus finos dedos en los rasguños que ella dejó en su nuca y los hombros.
—Yo también. —Serena tiene la mirada entreabierta y brillante como él, vuelven a abrazarse ¿Qué tiene de malo que se deje llevar? ¿Qué tiene de malo que tome lo que quiere? Él quiere lo mismo, tiene razón, no tiene sentido complicarse con una relación y sus dramas. Al menos eso se repite Serena sin cesar en su cabeza, mientras sus lenguas intiman en sus bocas. Quiere entregarse y ya no pensar en cosas tristes.
¡Carajo! Como la primera vez, para Vegeta no es suficiente, como si nunca la hubiera tocado o besado, sus ansias se desatan y debe ordenarse no sobrepasarse y no marcarla de nuevo. Baja con besos por su cuello, se queda unos momentos, besando su pulso, lamiéndolo y acariciándolo con la punta de su nariz, aspirando su perfume.
La espalda de Serena se curva por los escalofríos. —Oh, Vegeta… —Larga una risita. —Me gusta mucho que hagas eso… —Confiesa en su oído, le da más espacio en su cuello para seguir.
—Grrr… Lo haré más seguido entonces. —Vegeta inhala y exhala fuerte. —Es que tu olor es delicioso. —Toma sus caderas con deseo, va hasta la zona de su trasero y lo presiona. Ella gime, la siente recorrer la comisura de sus músculos con sus dedos.
Serena larga un ronroneo, se acerca a besarlo otra vez, lame sus labios. —Tú también, delicioso.
Vegeta levanta una ceja con gusto, la siente más honesta respecto a sus anhelos, no solo en sus palabras, sino en su cuerpo. Lleva las manos a sus pechos y su vista se va abajo.
Lo ve detenerse, cuando espía, Serena se asusta y cierra las piernas. —Oh no. —Tironea las sábanas y se cubre de la pena.
—No, no, no. —Vegeta forcejea con ella y la abre completamente. La ve ponerse de un rojo, casi morado, como la otra vez. Pero ahora por motivos distintos.
Serena siente que debe explicarse. — ¡No creas que lo hice por nada en especial! Yo-Yo no esperaba ¡Nnh! —Se tira de nuevo a la cama con un gemido.
La primera lamida es pesada, desde debajo de su clítoris hasta la cima de su pelvis. —Oh Serena, me gusta la idea de probarte de todas las maneras posibles. —Abre un poco sus pliegues, sí, parece un melocotón rosa y jugoso. —No debiste hacerlo, tu pubis era suave.
Serena presiona la mandíbula. —No di-digas ésas…—Vegeta la tironea para pegarla más a su boca. Un giro de su lengua en su clítoris parece dejarla al borde de la liberación. Una mano de Vegeta tira sus pezones.
Su grito hace vibrar los labios de su vagina contra los suyos, puede verla con rubores, excitada, agitada. —Carajo Serena, te ves tan erótica… —Mete su lengua, la gira y presiona contra su punto G, pellizca su clítoris. Y a pesar de los ruegos de Serena, no suelta los estímulos hasta hacerla correrse.
—Vege- Ah, ya no…—Muerde su labio inferior con fuerza y se entrega al orgasmo. Lo siente relamerse, ella está tan roja que se siente prender fuego.
Degusta el orgasmo de Serena, su polla ya no aguanta, da tirones tan fuertes que lo hacen quejarse de dolor. Entre la mirada azulada y nublada de Serena, aprovecha para buscar condones en el cajón.
Intenta recuperarse, va a regañarlo un poco. No quería que fuera así, pero se sorprende al ver la erección de Vegeta y cómo su centro exige más. De nuevo, Serena se atraganta con la vista del cuerpo escultural de Vegeta preparándose para el sexo, bajando la funda por su virilidad. Le gusta que, aunque sepa que no puede tener hijos, él sea lo suficientemente considerado para usarlo. Se endereza y toca su pene con la punta de los dedos. —Lo quiero, Vegeta, lo deseo. —Susurra caliente. Lo toma del rostro y lo besa, saborea sus fluidos femeninos de su boca.
Vegeta la toma posesivamente de la cintura, se acerca a su pezón, devora completo sus pechos y deja sus pezones mojados y adoloridos por la succión. Sus puntas rosadas contra su lengua lo hacen salivar sin control, toda ella le hace agua la boca. —Quiero hacértelo tan rápido y duro. —Se presionan uno contra el otro con necesidad. Toma una pequeña botella de lubricante, no necesita mucho, pero no quiere herirla.
Firme y con decisión Vegeta se mantiene de rodillas, la penetra hasta el fondo, casi dándole otro doloroso orgasmo. Gritan al mismo tiempo, las piernas de Serena se aferran a él para no perder la posición. Empiezan las estocadas, el sonido de la lluvia afuera y sus gruñidos lujuriosos van en aumento. Sus caderas golpean, como si no pudieran contener las ansias, a pesar de que quieren degustarse de a poco.
Vegeta empieza a sentarse despacio, queda con Serena a horcajadas de él. Ve sus tiernos pechos rebotar, los toma y los lame.
— ¡Ah, Ah! ¡Sí! —Serena mueve sus caderas contra él, sentirlo chupar sus pezones es la gloria. Lo acaricia, desde su pecho, sus fuertes brazos que la sostienen tan firme. Lo siente recostarse totalmente, dejándola arriba. La vista de nuevo es perfecta, el cuerpo de Vegeta está al alcance de sus manos, de sus besos. Se escucha sus fluidos salpicar en cada penetración. Al querer mirar hacia abajo, donde sus sexos se unen, siente pena y se cubre los pliegues de su vientre.
Vegeta la ve cubrirse, la toma de las muñecas y la sostiene fuerte para que no se tape. —Jaja, me gusta ver…Qué tan profundo llega mi polla en ti.
Abre grande los ojos, el tono lascivo de Vegeta la excita. — ¡Mmh, no! Mi estómago está "hinchado". —Serena lloriquea un poco, no quiere decir gorda.
—Te lo voy a mostrar ahora mismo, lo mucho que me excitas. —Vegeta vuelve a sentarse, la deja con los brazos hacia atrás y la bombea duramente sobre él. Rápido, duro y delicioso.
El agarre de Vegeta es tan firme, como agarres de acero, no puede luchar para zafarse. La mente de Serena sólo puede sentir cómo su cuerpo es sacudido de placer, placer inexplicable que parece una ola enorme que toma impulso desde el centro de su cuerpo a su vientre. — ¡Me vengo! ¡Ah, Ah! ¡Vegeta! ¡Por Ah! —Puede sentir perfectamente cómo la carne de Vegeta palpita dentro de su cuerpo mientras se corre.
Un gruñido gutural sale de él, mientras se aferra a uno de sus pechos que rebotaban alegres. Ahí está de nuevo, la sensación del orgasmo no merma. Sus cuerpos empiezan a aflojarse, agotados por la actividad salvaje. Se acuesta con ella en brazos, su cabello dorado desarmado. Empieza a buscar su boca, le da pequeños besos relajantes y se deja llevar, Serena se queda en su pecho.
Se abrazan y le parece en extremo tierno para lo que acaban de hacer. Serena da unas risitas, unen sus frentes, sus ojos azules se reflejan en ésa mirada negra y casi puede estar segura de saber qué piensa. Serena baja con besos por su cuello, y se queda en su pecho. —Cuando pase la lluvia, podemos ir a tu casa, pasar la noche ahí… —Serena comenta en voz baja, ninguno de los dos quiere separarse ésta noche.
Vegeta la escucha y larga un suspiro. —Oh no. Lo siento, el trato con todas es "nunca en casa".
Serena apoya una mano en sus pectorales y se ríe pero lo ve a los ojos y no es un chiste, que se lo dice muy en serio. — ¿Qué? —Su euforia post-orgásmica se desarma.
—Sí, yo no llevo mujeres a mi casa. —Vegeta frunce el ceño y su placentera gloria también se esfuma al verla así.
Serena toma las sábanas y se envuelve, se para de la cama. Sus piernas tiemblan por la actividad reciente y su centro palpita por las fricciones de ésa enorme polla. Pero saca el pecho para mantenerse. — ¿De qué me hablas? ¿De qué trato me hablas?
Vegeta se sienta en la cama, busca la bata. —No estaré viendo a nadie más que a ti, lo juro. —Trata de tocarla y ella lo esquiva.
—A ver si entendí… —Serena procesa. — ¿Puedes follarme pero no puedes llevarme a tu casa?
¡Maldita sea! Vegeta abre y cierra la boca, quiere tenerla, pero no quiere mentirle. —Tiene que ser así. —Frunce profundo el ceño. —No funciono de otra manera, ya te expliqué.
Serena se peina su flequillo hacia atrás. —No, déjame decirte que no explicaste una mierda ¡¿En qué momento me dijiste que acostarme contigo era aceptar el trato?! ¡¿Y de qué tipo de trato estamos hablando?! —Serena parpadea, lo ve duro sin poder encontrar una respuesta que lo salve. —Tú me dijiste que no mentías a las mujeres, entonces ¡Dime la puta verdad!
Vegeta frunce el ceño, presiona los puños. —Cuando… Cuando veo una mujer que me gusta. Le ofrezco... Esto, encontrarnos y tener sexo. —Habla seriamente. —Averiguo sus antecedentes de manera más profesional, con algún detective privado. Ella debe hacerse una revisión médica. También le pregunto qué quiere a cambio; contactos, joyas, ropa, no siempre es dinero. Y tienen que entender que no puede haber más que esto, que no puedo dar más, ésa es la verdad. Esto dura, tanto como dure el interés entre nosotros.
Serena presiona los labios, se sienta en una silla. —Wow… Es como… Vaya ¿Y así y todo caen rendidas a tus pies? —Con mucho sarcasmo, siente el fuego de la ira a punto de estallar por su boca como volcán.
—Nunca he obligado a ninguna, ni me he aprovechado de su condición. —Vegeta se acerca. —Serena, eres la primera con la que he tenido citas.
— ¿Sí? ¿Y para qué? ¿Para convencerme de entrar en esto?—Serena dice exactamente lo que sospecha. — ¿Eso era lo que querías INTENTAR? —Lo ve mudo. Su silencio la corta, porque parece una confirmación. — ¡Yo no soy una de tus putas muñecas!
— ¡Yo jamás dije que fueras así! Serena tú… —Vegeta trata de calmarla, pero no quiere darle falsas esperanzas. —"Traerla aquí fue un error ¡Un maldito error!"
— ¿Qué? ¿Soy diferente? —Serena se cruza de piernas y brazos. —Porque no me siento diferente ahora, cuando me dices que al igual que las otras no puedo ir a tu casa. Siendo que tú entraste en la mía, en mi trabajo, en mi vida ¡Sin pedirme permiso! —Grita con ira, tiene tanto en el pecho que no puede parar y lo sigue viendo en silencio, presionando sus gestos y sus puños. — ¿Ahora qué? ¿Estás esperando que te diga mi precio o qué quiero a cambio? ¡Mierda Vegeta! No te estoy pidiendo casamiento, te estoy pidiendo que al menos tengamos una relación de conexión íntima de verdad. Yo no puedo tener intimidad contigo sin ser íntima. Ppfff, pero es obvio, eres el típico hombre que me dice que tenga sexo sin sentimientos, pero que me entregue a lo que siento en el sexo ¿No te parece hipócrita? —Chilla y lo señala con el dedo. —Debiste dejarme, no debiste volver a buscarme. Yo supe la verdad, cuando estuvimos ésa noche y te fuiste como si yo estuviera apestada solo por darte un gesto de cariño, después de sentirte dentro de mí. Después de prácticamente estar cogiendo en el auto camino al cuarto de hotel. —Rechista y golpea su muslo con la mano. —Sentí que me usaste… Lo estaba aceptando, estaba pensando "Sí, quiere una revolcada y ya. No tiene nada de malo, yo también, puedo tomarlo, el sexo se siente excelente". Pero escucharlo… —Sus ojos lagrimean y se los seca enojada. —Sabes, no quiero quedarme a averiguarlo. No quiero saber cuánto tiempo tardas en cambiar de mujer. —Queda con la cabeza entre sus manos.
Baja la mirada, es lo justo, ella le explica lo que pasa en su interior. Vegeta debe intentarlo, intentarlo de verdad. —Ésa noche… La primera noche, yo…No me levanté por eso. —La escucha dar un quejido con ironía. —Cuando te ví a los ojos, Te veías tan hermosa, tan pura. Me sentí tan bien, tan vivo… —Se muerde el labio inferior, le da rabia admitirlo. —Pero…Me dio… Miedo.
— ¿Miedo Vegeta? —Serena le levanta una ceja. — ¿Crees que no tengo miedo? Jaja, créeme después de lo de Darien, me quedaron monstruos en el ático. Inseguridades, tristeza, aislamiento...
Vegeta niega con la cabeza. —Los míos son más sádicos y grandes. —Presiona su cuerpo, habla con ira, pero no hacia ella, sino a las mierdas que quieren salir.
Serena se frota la sien. —Explícame… —Silencio de nuevo… Exhala resonando los labios. Mira a los lados, quiere saber si la secadora está lista. Puede sentir que la lluvia ha parado bastante.
Vegeta baja los hombros con tensión, intenta explicarse. —Mi problema es, que al mismo tiempo que quiero mantenerte lejos y que no salgas lastimada, no puedo evitar éstas ansias de tocarte. Me haces sentir…Bien, tan bien como nunca. No te miento.
—Bien Vegeta, lo entiendo. Pero ¿En serio crees que yo me merezco esto? —Serena es sincera. —Pues yo no lo creo, tampoco creo que tú te merezcas esto. Creo que puedes tener algo más que sexo sin sentido y satisfacción vacía hasta aburrirte. Tienes razón, una relación no es fácil, hay dramas, problemas, conflictos… Pero yo lo he vivido, lo he vivido de verdad. —Serena cierra su puño en el pecho. —Lo mejor de una relación, es tener a ésa otra persona en quien contar, en quien confiar. El cariño y el afecto que se comparte día a día. En los días buenos y los malos… Y te lo estás perdiendo Vegeta, te lo estás negando.
—Yo no soy capaz de eso. —Vegeta niega con la cabeza. —Te darás cuenta y eso te va a lastimar.
—Bien, creo que esto es todo. —Serena se levanta, sostiene las sábanas alrededor de su cuerpo. —Llamaré un taxi o un Uber.
Vegeta se acerca a ella, la toma rápido de los hombros. —No Serena. —La acerca, besa su frente. Si es esto lo último que va a tener de ella, quiere tenerlo un poco más. Quiere envolverla en sus brazos, aferrarse a la suavidad de su piel. Como si nada vuelve a sentirse excitado. —No te vayas de nuevo, quédate. Te…Te lo ruego. —Cierra fuerte los ojos. —Necesito pasar toda la noche contigo. —Su voz es grave y pesa en el aire.
Serena toma unos segundos para procesar, no solo los ruegos de Vegeta, también su cercanía. Intenta que su cuerpo no sea sobornado o persuadido por su toque, éste toque que arrastra y marca su piel prometiéndole placer, asegurándole el éxtasis. Inhala fuerte y es peor, el aroma de Vegeta nubla su lado consciente. —No Vegeta. —Contiene la respiración, lo aleja, el tacto de sus puños contra sus pectorales también la excitan. —No. Quiero irme. —Se aferra a sus riendas, tan fuerte como la fuerza de sus manos cerradas. —Quiero irme, ya no me siento a gusto. Me siento incómoda aquí. —Frunce el ceño y niega con la cabeza casi al borde del llanto.
La ve tan incómoda, queriendo salir. Se aleja para ver si la ropa ya está seca. —De acuerdo. Pero yo te llevo a tu casa. —De nuevo la ve negar, trata de acercar una mano, pero la aleja al verla dar un paso atrás. —Perdóname, por traerte aquí. Pero déjame llevarte a tu casa, quiero hacerlo ¿Sí?
Serena lo ve en verdad arrepentido. —Sí. —Su tono se suaviza, siente los estragos en su garganta, por la verborrea sin control que le tiró a Vegeta en toda su cara. Se sintió desahogar, pero también siente que lo ahogó a él, como si la represa que filtra sus pensamientos se hubiera roto.
Ahora hay silencio, como si no hubiera nada más que decir, ni bueno ni malo. Vegeta lidia con toda la tormenta que Serena instaló en su cabeza, trata de al menos acomodar sus palabras por orden de importancia ¿Esto es todo? Ella no se merece esto, eso lo tenía en claro. Pero se propuso a intentar ¡Maldición! Él sí que conoce el sabor del fracaso ¿Podrá volver a levantarse? —"Esto no es una carrera o un entrenamiento… Serena no es una Carrera para GANAR. "— Suspira, al menos dejando un punto en claro. Le da el casco a Serena y arranca en velocidad media, por suerte la lluvia ya había parado. Mira abajo, no está aferrada para no caerse, sino abrazada a él. —"Maldito imbécil. Eres un hijo de puta ¿Lo sabes?"— Se insulta internamente, suspira al sentir como ella se recuesta en su espalda. Vegeta suelta una mano unos segundos y le deja una caricia a las manos de Serena.
Siente ésa caricia tan llena de ternura sobre sus manos. Serena suspira y empieza a pasar todo lo que le dijo a Vegeta por el filtro de su conciencia. —"No puedo creer todo lo que le dije. Pero era la verdad, no le mentí. Qui-Quizás fui demasiado intensa… Aisshh ¿Por qué no puedo evitar decirle las cosas que le digo?" —Serena recuerda el rostro de Vegeta mientras lo señalaba y lo regañaba. Siendo que hacía unas horas, le pidió disculpas por haberle dicho que sus padres eran negligentes. —"Tuvo una infancia dura, que no quiere ni recordar. Luchó y trabajó muy duro, pudo haber salido peor. Además se encuentra conmigo ¿Y qué hago? Lo trato así, después de que él estuvo dispuesto a intentar algo más. Sí, sí, puedo decir que no lo logró, que le fue mal pero… ¿Acaso yo soy perfecta? ¿Nunca he fallado o fracasado? No solo en mi vida, sino con Darien tampoco he sido perfecta." —Está un poco arrepentida, quizás la manera en la que le habló no fue la mejor. Más bien parecía una esposa histérica. Siente que la motocicleta frena, se queda unos segundos más, abrazada.
Vegeta muerde su labio superior, se queda unos momentos disfrutando del abrazo de Serena, se voltea un poco hacia atrás y ella se suelta. Sus cuerpos se separan. Serena baja y se quita el casco, Vegeta también y queda con la mirada al suelo. —Lo siento. Lo arruiné… —Vegeta dice su resultado final, casi una sentencia. —Siento que me la paso disculpándome contigo. —Presiona los puños con dolor.
Serena lo ve acomodar su casco en la parte de atrás, y quedarse traqueteando sus dedos en el casco de él. —Mmm…Bueno, sería injusto decir eso. Podemos decir que el 95% de la cita fue perfecta.
Vegeta la mira, sus ojos azules parecen luceros en la noche. — ¿Entonces para ti, el sexo es solo un 5% de una cita?
Serena queda cara a cara, frunce los labios. —El sexo estuvo excelente. La discusión que tuvimos, fue el 5%. —Lo toma del rostro, observa sus ojos negros y brillantes ¿Acaso Serena quiere rescatar algo de esperanza? Se pone de puntitas para un beso.
Vegeta también la toma de las mejillas, pasa su pulgar acariciando sus labios color rosa. Sus labios se unen, un beso como nunca se han dado, lento, degustando sus labios, casi sin lengua de por medio. Tan dulce como éste abrazo que se forma entre sus brazos, todo parece una despedida ¡Pero no! Vegeta se niega. Presiona un poco más su menuda figura, levantándola del piso, Serena le parece tan frágil ahora.
El abrazo de Vegeta es tan fuerte y firme. Su musculatura la envuelve, como si pudiera protegerla de cualquier cosa. Calor, protección, no quiere soltarse. —Por favor… Se me hace difícil contenerme. —Serena lo dice con una sonrisa, como un pequeño chiste. Ve un atisbo de ésa sonrisa traviesa de Vegeta.
—Sí, ve. —La suelta dejando un beso más. La ve alejarse mirando hacia atrás. —Voy a llamarte.
Serena se gira y sigue caminando hacia atrás hasta su casa. Conoce ésa frase, se la han dicho a Mina miles de veces, sabe que es una mentira. —Seguro… —Asiente aceptándola.
Cuando la ve meterse, se pone el casco y arranca. Lita y Mina espiaban por la ventana, escondidas en las cortinas. Sentían a Serena suspirar en la entrada y quitarse las botas.
—Ay Serena… ¿Qué le estás haciendo a ése pobre hombre? —Lita la regaña y se cruza de brazos.
—Ja… ¿Sí? ¿Qué me hace él a mí? Querrás decir. —Serena se defiende, ya no tiene energías ni para quejarse de ésas chismosas.
—Oh Serena, no hay peor ciego que el que no quiere ver. —Mina le agita su índice.
—Lo mismo les puedo decir a ustedes. Tienen que ver que él y yo venimos de mundos diferentes. —Serena se va por el pasillo a su habitación. —Me dijo la frase "Voy a llamarte"—Hace las comillas en el aire.
— ¿Cuánto quieres perder a que va a hacerlo? —Mina la desafía. Está segura que va a ganar.
Serena quisiera tener la seguridad que tiene su amiga, porque la necesidad por estar con Vegeta parece no saciarse. Se tira en la cama y solo le quedan los estragos que él hizo en su cuerpo para consolarse, hasta siente su clítoris entibiarse al recordar su lengua. La cita tuvo sus altos y sus bajos. Pasa su mano por su dedo anular y no piensa en su sortija de compromiso, sino en los dedos callosos de Vegeta, en sus miradas, en su sonrisa. En ése dulce beso que puede que sea el último. —Si vas a lastimarme, mejor tenerte lejos… —Se aferra a la almohada y mira las fotos de Darien.
…
El capítulo me quedó largo de nuevo, ay, pero no podía dejar de caer y caer en ésta cita. (Aaaah! Vergeta, llévame a mí a un motel, es más si quieres ahí nomás un rapidito en el garaje (Y así, mis bragas y mi dignidad cayeron, una detrás de la otra XD)) Los dos se tuvieron revelaciones después del desastre ¿Podrán hallar una forma de que no sea sólo sexo? ¿Quién desempatará con una tercera cita? ¡Hasta el próximo viernes!
Saluditos…
Nita-chan84: Jajaja, y en momentos que mantienen humilde a Vergeta, andar escondiéndose detrás de los arbolitos para espiar a su crush XD Por eso siempre que dicen que "Oh, en Japón puedes comprar unas braguitas en una tienda o en una maquinita expendedora" Yo pienso que es una genialidad para éstos casos jajajaja. Un nuevo término para Bardock, él es BardConda XD Lita ya fue amarrada en automático, o sea quién no, sólo le falta que le froten el huevo en toda la cara :v ay, ya me fui de tema. Sí, así como lo predices, solo el fuego sagrado podrá volver a encender ése leño ¬¬ (Ay, cómo me gusta escribir smut) Y Nappa, sí va a usar un par de capítulos del "Arte de Amarte" para Vergeta. Y paciencia que el NappAmi aquí necesita trabajo, en especial por Ami cuando sea "desamarrada" (¿te hice spoiler?) Mina, no perdona ni al enemigo, Jajaja. Me la imagino gritándole desgraciado, puerco, traidor y ahí en plena posición de Amazona :v Pues sí, el Vergeta, por supuesto que le va a caer mal a quién le ande haciendo publicidad al q-lito de la Usagi, por eso debió ser más rápido y tirar el anzuelo. Jajaja sí, y ahora el chisme de la cita uuuuhh! ¿Qué pasará? Gracias por tu tiempo, un abrazo cariñoso y virtual XD
OhaioIzumikun: Por eso tenía que aumentar la apuesta. Si bien la cita no terminó como querían, puede que encuentren la manera de que funcione más allá de la cama. Pobre Nappa, así se habrá quedado pelón, de puros corajes del enano XD Jajaja y el kakaMina y el RadLita, se repelieron solos ¿Serán señales del destino? Y qué grande la señal que le tocó a Lita, casi le saca un ojo ése cañón XD Mina modo exorcista Jajaja, pobrecita. Me gusta la dinámica del grupo de amigos, primero comen chisme y después, muuuy después vemos si te ayudamos. Jajaja. Gracias por tu rw, un beso grande!
Alexandraaa417: Serena no lo sabe, pero lo tiene amarrado y despacito lo tira, lo tira ¿Hmmm, podrá tirar un poco más? Ahora, la cita salió bien, se conocieron, se controlaron lo que más pudieron. Creo que pueden ver que el dilema va más allá ¿Sólo pueden tener satisfacción con el sexo? ¿Y de qué manera Vegeta podrá superar ésa barrera? Uuuhh ¿Te hice spoiler? Muuuaaajajaja. Gracias por tu tiempo y tu rw. Un beso grande.
Jiyuu Akabane: ¡Aaaaahhh! No manches, sudo con tus rws, es más, estoy a nada de, en lugar de publicar mis caps, mejor recomiendo que lean tus rws que están épicas. Ay, no sé cómo decirte, Mina es, bueno, ella es todas nosotras, nos da de comer con los ojos y sus ocurrencias. Uy, uy, no sabes lo que tengo planeado entre ella y Broly ¿Al fin encontró un digno oponente nuestra Sailor del Amor y la Lujuria? Ja! yo diría que sí. XD Lo de Milk se va a ir dando de a poco, verás ella es amiga de la infancia del Kokún y uff! Guarda un secreto, secretoso. Además de que su carácter es duro, debe ser así para mantener bien ricos y en forma a ésos corredores ¬¬ Estoy segura que si Serena se aparece por ahí, quizás desentierre algún hueso. Pero sí, tranquila, habrá ¿MilKaka? ¿KakaChi? Todo suena mal en mi universo T_T La dinámica en su relación es una muy difícil para mí, imagínate estar enamorado en secreto y no poder decir nada porque tiene pareja ¿De quién estaré hablando? ¿Milk Kokún? Jejeje soy telible. Lo de Bulma es la punta del Iceberg, por eso también, es una especie de secreto. Obvio todo es verdad, mezclada con chismes en la prensa, tan solo por vender. Como habrás leído, Vegeta no quiso que ella fuera recordada como una celebridad vacía o una niña rica fiestera. Se siente en deuda, aun si tuvo que ocultar cosas para no dañar la memoria de Bulma. Ah, ése transeúnte también soy yo, con barba y bi-curiosa Jajaja, pensé, si fuera hombre ¿Qué le respondería a ésas rubias y la castaña de piernas largas? "¡Diosas, les hago un par de hijos y las mantengo toda la vida!" XD Pues sí, Vergeta tiene que ver que hay compradores para ése carro y peor, una excelente vendedora como Mina, así que aguas mi' jito. Vergeta buscando excusas: "Eeeh, sí vine a devolverte tus… eeehh ¡Chicle! Mira olvidaste tus chicles de menta" XD Posdata: "Yo pagué el hotel, así que me quedo con las bragas" XD Vergeta queriendo tirar a nuestra niña a la tentación, pero su voluntad es más fuerte y sus dildos recargables ¿Qué? XD Y ése deliziozo fue de puro lenguaje no verbal, un lenguaje que Vergeta es diestro para usar, creo que eso lo frustra, la ve, está ahí, ella lo quiere tanto como él, pero aaarrghh! Por eso sus frases pueden parecer trilladas, nunca tuvo la necesidad de usarlas, de dejar una mujer en evidencia de todo lo que sucede en sus ojos, en su cuerpo. La cita, fue todo lo que esperaban y lo que no, al parecer los dichos de Vergeta, de que las relaciones son dramas y problemas se comprueba, pero también pudieron pasarla bien y reír. Para Serena fue solo un 5%. Y tal parece que mejor no apostar en contra de Vergeta, a él le gusta desafiar sus límites. Pero el miedo a ser herido de nuevo está ahí ¿De quién estaré hablando Vergeta o Usagi? BardConda: Exprópiese. Jajaja ya quedó pal fandomcito. Gracias por tu buena vibra, hasta aquí sentí el polvo de hadas Achoo! Jaja. Un beso grande. Te súper admiro, y en serio, es más épico tu rw que mis caps Jajaja (Ayyy mis problemas de autoestima jajajaja)
Kariim: Querida, te escribo esto desde el fondo de mi corazón, como poesía encontrada en el fondo del mar, como valle de hierba fresca azotada por el viento: ¡JODEEERRRR! ¡CÓMO ME GUSTA EL CULO SUDADO DE BARDOCK! ¡AAAAHHH! ¡HASTA AQUÍ EN LA GARGANTA SENTÍ SU ANACONDA! Gracias por tu tiempo, jajaja sí, soy. Jojojo, qué malvada, casi, casi que les crackeo las cracks, Jejeje, no pudieron obrar como Dios manda, las vueltas de la vida :v ja! Ya verás, de a poco sus mundos se van a ir mezclando y pum! Como dice el Sandro de América: "Dame fuego, dame, dame fuegooo".Vergeta acechando a su crush, son momentos de humildad. Ésos mensajitos, jeje, Serena, dices que no, pero chí que chí ¡Domíname Vegeta oh sí! Uff, imagínate el Vergeta en moto, todo de negro, pero ah, ése detalle en rosa por ella *oh_me_vengoooo. jpg Ya lo dijo, no es malo, es el PEOR, Grrr, me pone, me pone… Uff, yo haciendo sopapa con el ano, qué bueno que la historia suceda natural, me da cosa que los caps me están quedando largos, sumado a eso, es el 1er fic largo que hago en UA, me alegra que esté quedando bien y cualquier crítica es bienvenida. Aaaah! Tantos momentos dulces jiijiji *risita_de_mona_china Muchas gracias por tu tiempo y por tu rw ¡Un beso grande! ¡Festejemos tu salida del closet! *video_de_vergeta_con_pasos_prohibidos ¬¬
