Lala Lulu: Hola! Sí, la trama va a moverse. No tanto como la mente del Vergeta, tratando de conciliar y pensar cómo volver a verse con la Usagi. Tama algo preocupado por su dueño. Los gatos tienen instinto, eso se siente Jajaja. Más del Arte de Amarte del Nappa, una clase de baile y seducción de la mano de Bardock XD. Raditz ¿De nuevo en las pistas? Ufff, mensajes, fantasías y ¿Una Propuesta indecente?
¡Advertencia! Si ya has leído mi historia anterior sabrás que yo no escribo Lemon, sino Smut, mucho Smut. Smut es sabrosura primero, explicaciones después. Así que esto es para adultos ¡Porque soy una maldita pervertida!
No me pertenecen los personajes, son Creaciones de Akira Toriyama y Naoko Takeuchi. Hecho por un fan, para algún otro fan que ande dando vueltas por la Vía Láctea…
"Hasta que me olvides, voy a intentarlo
No habrá quién me seque tus labios por dentro y por fuera
No habrá quién desnude mi nombre una tarde cualquiera
Hasta que me olvides tanto que
No exista mañana ni después, no, no
Hasta que me olvides, voy a intentarlo
No habrá quién desnude mi boca como tu sonrisa
Y voy a rodar como lágrima entre la llovizna
Hasta que me olvides tanto que
No exista mañana ni después
Hasta que me olvides
Voy a amarte tanto, tanto
Como fuego entre tus brazos
Hasta que me olvides
Hasta que me olvides
Y me rompa en mil pedazos
Continuar mi gran teatro
Hasta que me olvides
Hasta que me olvides" Hasta que me olvides, canción de Luis Miguel.
Capítulo 5
Un poco de llovizna acompañaba la vuelta a casa de Vegeta. Al guardar la motocicleta en su garaje, la estaciona junto a la otra. — ¿Ves? Sí le gustaste. —Mira la otra motocicleta estacionada. —Y tú también le gustarás. Oh, Tama…—Saluda a su gato, frunce el ceño al verlo pasarse entre sus piernas como un ocho y maullar. —Oye, oye, no me fue tan mal. —Vegeta se enoja un poco con su gato y ésa forma de darle consuelo. Entraba a la sala, todo se ve tan gris y apagado. Todo excepto ésta camisa rosa que se compró para ella, compró dos por si acaso. Se acerca a olerla, el perfume de Serena divaga, aun con la lluvia que la mojó. Duda un poco si lavarla. —Sí, no sea cosa que tome mal olor. —La manda al lavadero.
Cuando se cepilla los dientes, Vegeta siente que le arden los labios, por el desgaste de las mordidas y succiones de Serena. Su lengua repica al recordar los besos de sus labios rosa. Pasa sus dedos, cierra los ojos y ésas pestañas de Serena bailan sobre sus ojos azules. Y aun cuando estaba con la mirada enrojecida, escupiéndole sus verdades en la cara; Serena se veía hermosa. —"Rizos que caían en sus hombros, las sábanas que la envolvían…Tan suave… Ruborizada por mi toque, o mis frases obscenas ¡Dios! Me pone tan duro."— Se queja mentalmente de cómo le duele la polla, porque tendrá que masturbarse antes de dormir.
Un trabajo manual y está listo. Abre su mesita de noche y toca el pañuelo que le dio Serena con su brillo labial sabor cereza. Roza sus dedos contra las bragas dobladas que tiene de Serena. Toma su tarjeta y la deja junto a la veladora. Se acuesta, la mira en la mesita; la extraña. Eso le molesta y hiere su orgullo, lo hiere sentir que la necesita. —Tal vez sea bueno darle un tiempo, que las cosas se calmen. —Se persuade. El maullido de Tama, seguido de su salto a los pies de la cama lo cabrean. —Grrr… Que estoy bien. —Vegeta ve a su gato acomodarse a dormir. Se cruza de brazos, tiene una extraña sensación. —La tendría en mis brazos ahora, la podría tener conmigo, aquí… —Murmura y no puede creer que está evaluando ésa posibilidad. Se golpea mentalmente, debe descansar, mañana es un día importante. Todo debe estar en orden para el regreso de Raditz a la pista. Su hombre ala, su Equipo, lo necesitan bajo control.
Lunes por la mañana, bien temprano. Raditz daba vueltas por el taller mientras veía los ajustes de su auto. Diecisiete lo saludaba con un choque de puño y ajustaba las ruedas.
—Ya se te extrañaba… —Diecisiete le habla muy amistoso. —Cuando te caes del caballo, lo mejor es volver a subir lo más rápido posible. —Lo ve asentir, lo siente algo extraño. —Oye, tu papá anda preocupado por una "noviecita" que tienes por ahí. Jaja ¡Auch! —Una llave inglesa le azota la cabeza. Se gira y era Bardock. — ¡Eso cuenta como accidente laboral!
— ¿Quieres hacer unas vueltas en solitario? —Vegeta aparecía, alentaba a Raditz.
—Sí. Pensaba hacer eso… —Raditz está demasiado callado. No sabe si seguir hablando sin sentido, solo para calmar a todos los que lo miran extrañado. Se siente en casa ajena ¿Cómo era posible? Solo estuvo un mes sin venir. Se prepara, se alegra de no haber perdido el estado físico, su traje le sigue quedando. Resopla, ata su cabello. Cuando va a ponerse los guantes, sus manos tiemblan, se los ajusta. Frunce el ceño, le ordena a su cuerpo seguir.
Se pone el casco, Nappa le informa los últimos ajustes, le pone el equipo HANS. Que es un soporte para cabeza y cuello, reglamentario para las carreras para la seguridad del piloto, y así reducir los daños en columna y cabeza. Ve el pulgar arriba de Nappa, se aferra al volante.
Arranca, en casi la primera vuelta completa no hay aceleración, mantiene un ritmo constante, como un calentamiento.
—Vas bien, recuerda no tomar las curvas tan cerradas. —Bardock le habla a su hijo por el micrófono de su casco.
Siente sus instintos retenerlo, se niega a éstas sensaciones. Ya está por pasar la segunda vuelta y acelera, creyendo que así va a hundir los nervios. —"Es el auto, es la aceleración… Es normal que me duela el estómago, es el vértigo y nada más." —Técnicamente se grita con rabia. Acelera en la marca.
—Está haciéndolo bien. —Nappa habla, ve a Vegeta y Kakarotto viendo las pantallas del recorrido de Raditz y miran a la pista. —Acelera justo en las marcas, está por llegar a las curvas.
Sus manos sudan, se siente cubierto por agua, y eso le dificulta mantener el cuerpo firme para resistir la fuerza centrífuga. Raditz presiona los dientes, todo se hace borroso. —No.
Nappa y Bardock se miran, escuchaban a Raditz a través de los auriculares, ése tono no les agrada.
—Raditz, aceleraste antes de la marca. —Nappa le advierte, lo escuchan agitado. —Raditz ¿Me escuchas? —Trata de mantener la calma.
Llegaba a las curvas, acelera de nuevo, ve todo como en un túnel, un túnel donde no hay fin. La ansiedad lo ataca ¿Dónde mierda está la meta? ¿Cuándo mierda se termina esto? Todo gira y gira, no tiene fin. Quiere cruzar la meta, pero no puede, la línea se aleja.
Vegeta toma los auriculares. —Raditz tranquilo. Mantén el volante. Vas a poder, toma la curva.
Se escucha a Kakarotto rechistar por lo bajo y acercarse a la pista, preocupado por su hermano.
— No puedo. —Jadea como si los huesos de su pecho se hicieran trizas. — ¡Soberana mierda! —Golpea el volante, empieza a frenar antes de la segunda curva. Teme perder el control en velocidad máxima. Lleva el auto a un lado, frena completamente, siente que ésa caja metálica estaba prendida fuego. Se quita con las manos temblorosas todo, necesita salir del auto de inmediato. Está desesperado.
— ¡Raditz! —Kakarotto llega corriendo, lo ayuda a quitarse el casco.
Los demás llegan y lo ven pálido y cubierto en sudor, doblado, presionándose el abdomen por las náuseas. Intentan tocarlo, le preguntan qué pasó, como está y que se relaje.
Raditz se harta de todos alrededor. Se endereza y se baja el cierre del traje. — ¡Basta! ¡Déjenme en paz! —Empuja a todos, sin importarle que también está su padre. Bufa con rabia, rechinando los dientes. — ¡Déjenme solo! ¡Mierda! ¡Necesito irme y estar solo! —Camina firme atropellando a quien se cruce. Llega a los vestuarios, tiene los pensamientos tan agitados que ni siquiera recuerda el recorrido hasta ahí. Suda sin parar, se quita el traje, se pone unos jeans, su chaqueta de cuero y sale.
— ¡Carajo Raditz, espera! —Kakarotto sale y lo ve irse en el Jeep. Se voltea a Vegeta, lo toma del cuello de la ropa. — ¿Ves lo que hiciste? ¡¿Eh?!
— ¡Kakarotto basta! —Bardock los separa, escucha a su hijo menor rechistar. —Si Raditz necesita estar solo, debe ser que con eso va a calmarse.
Vegeta no responde, parpadea. Se da vuelta para seguir trabajando. Todos lo quedan mirando porque no respondió agresivamente a Kakarotto. Lo ven preocupado por Raditz y enviando un mensaje.
De: Vegeta
No hagas una locura y si la haces, recuerda invitarme.
Un par de testigos miraban la escena desde el ventanal de la oficina. —Hm ¿Qué opinas? —Una rubia aparece junto al hombre de traje y corbata.
—Pienso que es hora de llamarlo. —Tarble, el hermano menor de Vegeta se gira a ella y pone manos a la obra. —Hay que decirle, que le daremos la oportunidad de su vida.
— ¿Tú buscabas eso? ¿Arrinconar a Vegeta para que lo acepte como corredor? —La mujer se sienta, se cruza de piernas, dejando lucir su voluptuosa figura y su falda.
Raditz manejó sin rumbo, con las ventanillas bajas, tratando de cambiar el aire a su alrededor. Cuando ya respira normal, se queda a un lado del camino estacionado. Mira el mensaje de Vegeta, hasta se le hace una mueca de sonrisa en un suspiro. — ¿Qué pasó? ¿Qué me pasa? Miedo, miedo ¿Cómo pude asustarme? — Recuerda la conversación con Lita en el desayuno.
"—A ver…Tienes una amiga terapeuta, una sacerdotisa, una diseñadora y tú eres una cocinera. —Raditz levantaba las cejas mientras la escucha. —Son una corporación completa.
—Sí y me gusta que me digan Jefa de Cocina o Chef. —Levanta su nariz al techo. —Me falta un amigo piloto de carreras y de entrenamiento. —Le guiña un ojo. —Creo que a ti te serviría o la terapeuta o la sacerdotisa.
—Solo voy al psicólogo cuando necesito el apto Psicofísico para las Carreras y no creo en la magia.
Lita le arroja una almohada en la cara. —No es magia, hombre de poca fe ¿Vas a decirme que no crees en Dios?
Se encoge de hombros. —Pues digamos que él no se mete conmigo, ni yo con él.
—Bueno, si algún día quieres tener un amuleto para tus carreras o simplemente quieres pasar a rezar por el año nuevo, recuerda el Templo Hikawa. —Lita publicita el templo de su amiga. —Ahora Setsuna es una terapeuta muy cara. Jajaja."
¿Hikawa? Raditz piensa con la cabeza pegada al volante. Nunca fue supersticioso, de pronto piensa en su madre y cómo prometió ir más seguido al templo y pedir por ella. —Ay mamá… Te debo tanto… —Pensar en su madre, a pesar de que lo llena de tristeza, hace que su ansiedad baje.
Rei tenía un día de perros, desde el inicio del día tuvo que secar donde estaban las goteras de la casa del Templo. Un par de aprendices la ayudaron. Tuvo que ir con mucho cuidado a cambiar los fusibles que anoche se quemaron y además parece que la caldera que calienta el agua parece apagarse de la nada. Así que con la cara lavada, su cabello atado, enfrentaba su día sin siquiera desayunar.
—Un mal día… Precedido de toda una vida. —Rei murmura para sí misma y sigue trabajando.
El mal año para Rei, empezó desde antes del fin de año pasado. Estaba en la reunión de Graduados de la Preparatoria. Todas sus amigas, compañeras más jóvenes y del mismo curso ya tenían familia, carrera o estaban casadas. Rei siente que se ha quedado un poco estancada.
—Bueno, Senpai, usted sigue siendo la misma. —Una de las chicas le asegura, están bebiendo de su copa e intercambiando pequeñas charlas entre ellas. —Dedicada a la vida en un Templo, debe ser una gran responsabilidad y sacrificio.
Rei toma aire, bebe de su copa. —Bueno, sí. Ser el puente entre la gente y el plano espiritual, no es para nada fácil. —Parpadea grande, en otro grupo se descubre la figura masculina de Jedite. Peor aún, ve que se acerca a saludar. Rei saca su sonrisa más brillante. —Hola, tanto tiempo.
—Buenas noches a todas, paso a saludarlas. —Jedite sonríe y mira a Rei.
Rei se siente un poco incómoda por como la mira. Ve la alianza en su dedo. — ¿No trajiste a tu esposa? Me hubiera encantado conocerla ¿Cómo están tus hijos? ¿Eran tres, verdad?
Jedite mira a los lados, aclara la garganta. —Mi esposa está de viaje, es una abogada muy famosa y sí, mis tres hijos crecen sin parar ¿Y tú Rei? ¿Ya te has casado?
—Oh, aun no. —Rei saca su sonrisa más falsa, pone una pared de hielo para no verse afectada. —Pero estoy en pareja, la vida del Templo apenas me deja lugar para vivir mi propia vida. Sin embargo él es un hombre paciente. —"¡Carajo Rei! Ésa mentira es demasiado grande ¿Qué nombre le vas a inventar si te pregunta?" Se reprende por mentirosa, pero fue su mejor y más rápida defensa.
Jedite sonríe para todas, justo iba a preguntar el nombre del hombre misterioso y le empiezan a preguntar sobre su vida como Jefe de la firma de abogados junto a su esposa.
Rei ve que ya no es el centro de atención y se va al baño. Baja la tapa del inodoro y se queda un rato sentada. Inhalando y exhalando. —"¿Qué hago? ¿Me estoy escondiendo de Jedite?"—La verdad es que sí, sí se esconde de él. Fue su primer amor, pero al saber que era hijo de un importante político como lo fue su padre, no quiso seguir con él. Más cuando supo, que sus padres ya habían planeado que se conocieran de jóvenes. Jedite lo sabía, era parte del plan. Se sintió estafada y engañada. Quería ser ella quien tomara las riendas de su futuro, no quería ser manipulada por su papá.
Tuvo varios novios, pero parecía ser Nicholas su nuevo amor luego de graduarse. Hasta que tuvo que irse, porque su padre se había enfermado, él debía actuar como un hombre y hacerse cargo de su familia.
En medio de su reflexión interna, escucha a un par entrar al baño y charlar entre ellas…
— ¿Has visto a Rei? ¿Acaso ya se fue? —Una de las chicas consulta, mientras la otra entra al primer baño.
—Quizás sí. —Se escucha que responde la muchacha en voz alta. —Me puse nerviosa cuando Jedite se acercó a saludarla. Ellos eran como la Realeza en el secundario.
—Pero ellos terminaron en buenos términos, según supe. —La mujer se retoca el maquillaje en el espejo. —Después en la preparatoria se llevaban como si nada hubiese pasado.
La mujer sale del baño y se lava las manos. —Pobre Rei, se veía cansada. Debe ser frustrante no encontrar el hombre correcto ¿Te imaginas? —Se seca las manos. —Te vuelves a encontrar con tu primer amor, con familia y exitoso. Y luego lo que le pasó con Nicholas. Ése tipo era un vicioso vagabundo, pero apenas hereda los millones de su padre, se convierte en un hombre responsable de negocios y con hijos.
La puerta del baño de Rei se abre, azotando el aire en el lugar, las mujeres se miran entre sí. — ¡Fui yo quien le dijo que se fuera! ¡Y me siento feliz por él! Me alegra en verdad que Nicholas sea el hombre que siempre quise que sea, aún si…. —Rei toma aire del susto, sus lágrimas corren por sus mejillas. Sus ex compañeras tratan de ayudarla. Pero simplemente huye de ahí sin mirar atrás.
Desde ése día, se pregunta si sus decisiones fueron las correctas. Si haberse quedado junto a su abuelito y dedicarse al Templo no fue un error. —"No, no. De sólo pensar que otro venga a administrar el Templo de mi abuelo, no me gusta…"—Cuando piensa en eso, cuando tuvo que tomar la decisión final y otra Orden se iba a hacer cargo; no podía, era su hogar, donde vivió tantas cosas buenas, con su madre, con su abuelito. Pero ahora, no solo espiritualmente se siente descompuesta, todo alrededor está así, al ser una casa vieja, necesita mantenimiento. Tanto que no encuentra tiempo para arreglarla, pone toda su prioridad en el Templo, porque es donde recibe la gente y las celebraciones.
En el silencio de la mañana, los sonidos de alrededor son fáciles de distinguir. Rei busca la escoba y escucha las campanas, pero la escucha sonar varias veces, como si fuera una especie de timbre. Supone que es algún turista que no sabe las costumbres, así que se acerca a ver. Da un paso atrás. —"¡Es ése! El tipo que se manoseaba con Lita."—Rei frunce el ceño con disgusto, recuerda la cara lasciva que le ponía cuando la mirada y no le gusta. —"¿A qué vino?" —Se le hace extraño.
—Oh, Señorita Rei. —Una de sus ayudantes se acerca con una escoba. —Lo siento, subí las escaleras lo más rápido que pude. No alcancé a decirle a ésa persona que debe lavarse en la fuente.
Rei frunce el ceño. —No te preocupes, yo le aviso. —Rei quiso decir "yo lo saco a patadas". Porque sospecha que la está siguiendo, como buen "hombre zorra", no debió soportar su rechazo. Es obvio que él no sabe las costumbres de un Santuario, lo ve con los dedos entrelazados y no las palmas unidas, como se acostumbra rezar aquí. —Hola. —Saluda muy cortante.
Raditz parpadea y mira a un lado, una sacerdotisa con cara de cero amigos y una escoba, que si fuera una escopeta, le estaría disparando en los pies. —Oh, buenos días Señorita.
— ¡Hmp! ¿Qué quieres? ¿A qué viniste? —Rei tiene su mirada asesina.
—Aaah…Yo…Pues… —Raditz no comprende, quizás hizo algo mal y le faltó el respeto sin saberlo.
—Mira. No estoy interesada, tengo bastantes problemas como para tener un acosador—
—Di-Disculpe… —Raditz la mira con atención. — ¿Nos conocemos?
—Ay, por favor. —Rei lo dice con sarcasmo, y acomoda de lado unos mechones sueltos de su cabello. — ¿Un tipo como tú viniendo a un lugar como éste? ¿Acaso estás arrepentido por tu vida promiscua?
— ¡Ah! Eres ¿Re…Rei, verdad? —Raditz vuelve a afilar la mirada. —Vaya, te ves muy cambiada vestida así. —Sonríe enorme. —No sabía que la amiga sacerdotisa de Lita eras tú. Lo siento.
Rei queda confundida y se mira desde los pies, también observa su rostro en el reflejo de una ventana. Exhala fuerte, sí se ve muy distinta a ésa noche. —Pe-Perdón, yo… No sabía que—
—Perdóname a mí. No sabía que eras tú, Jeje fue una noche bastante loca. —Raditz se siente avergonzado, se rasca la nuca. — Creía que las Sacerdotisas no salían de fiestas ni se casaban.
Rei presiona los labios. —Creo que confundes una Sacerdotisa con una monja.
—En eso tienes razón, no sé mucho de éstas cosas. —Raditz la ve y siente que lo único que reconoce de ella es la mirada llena de rechazo y su cabellera negra. Se ve pálida, apagada y hasta descuidada.
Rei desvía la mirada de su escrutinio. —Bueno, tienes que lavarte las manos. —Le señala la fuente, lo acompaña y le muestra. —Aquí te purificas… —Le enseña el cartel, lo sigue al pie de la letra. —Ahora sí, le rezas a Dios, pero no hace falta que lo toques como alarma de incendios, con una vez es suficiente. —Lo regaña y esconde sus manos en las mangas. Lo mira de lado, parece un maleante con ésa chaqueta de cuero.
—Gracias, hace tiempo no vengo. Mi madre nos llevaba al Templo cercano, cuando éramos niños, al Santuario Tsurugaoka Hachimangu. —Raditz mira alrededor. —Cuando murió, nunca más pisé uno. Perdón por no saber, solo entré sin pensar…Tuve un mal día. —"Precedido de todo un año".
—… Y ahora dos-dos-uno… —Rei le muestra cómo aplaudir luego de hacer sonar la campana. Lo ve tomar aire profundamente y concentrarse.
Raditz puede sentirse más relajado, da gracias a Dios por su madre, por haberla tenido y haber sido tan buena y le pide que la cuide. Está así por varios minutos. Al volver a abrir los ojos en el silencio, se da cuenta que la Sacerdotisa sigue ahí. —Gracias, me siento mucho mejor. —Mira sus manos y ya no tiemblan. Al fin se siente con los pies en la Tierra, firme y capaz de controlar al menos sus pensamientos.
Rei desarma sus brazos cruzados, sí, se ve menos afligido. —"Ay, si fuera así de fácil para mí."—Asiente. —Así que… Lita te habló de mí. —Sus dudas resurgen, pero más es para despejarlas.
—Mientras desayunábamos ¿Puedo tutearla? —Raditz la ve diferente ahora, con mucho respeto al ser una mujer religiosa.
—Sí, sí puedes. —Rei se lo confirma. Frunce un poco los labios, al pensar que éste tipo se acostó con su amiga. — ¿Así que tuviste un mal día? —Parpadea y se cubre la boca. —Lo siento, no debes contarme. —Ondea las manos por delante.
—Un primer muy mal día. —Raditz le cuenta, ella lo acaba de ayudar después de todo. —Desde el accidente que no manejaba, fue el accidente más grande que he tenido.
Rei lo escucha atentamente, le señala para empezar a caminar por el patio. —Oh, eras Corredor del Equipo de Vegeta. —Rearma información.
—Lo correcto sería decir que es el Equipo de mi hermano, Kakarotto, él es nuestro Líder. —Raditz explica con calma. —En fin… Recordé a mi madre, cuando nos llevaba a un Santuario en cada año nuevo. Me hizo sentir mejor, su tumba me queda más lejos que éste lugar. Y Lita me dijo que tu amiga La terapeuta es muy costosa. —Larga una risita suave por el chiste, queriendo relajar la charla. —Lo siento de verdad, Jajaja. No sé porqué te conté todo esto.
— ¡Ja-Ja! —Rei pone las manos en la cintura, lo señala con el dedo. —Pues la próxima más respeto a éste lugar sagrado y te me lees los carteles o pides ayuda.
— ¡Señorita Hino! —Una ayudante se acerca al trote. —Debemos alistar las celebraciones de bodas del mes siguiente. —Se inclina en respeto.
Rei mira su reloj. —Oh sí. —Es casi mediodía.
—Perdón de nuevo, no quería hacerle perder el tiempo. —Raditz se disculpa.
—No hay problema, para eso está el templo. Para dar paz a los espíritus. —A Rei se le ocurre. —Espérame aquí.
La ayudante queda confundida, hasta la ve con ánimos irse trotando a la zona de la casa. Mira a ése Señor, alto y rudo. —"¿Será un maleante que nuestra Sacerdotisa quiere reformar?"—Se cubre la boca, debe ser eso. Solo a la Señorita Rei la ve capaz de enfrentarse a tal demonio ¡Debe ser un Yakuza!
Rei vuelve al trote. —Ten… Es un libro sobre meditación, Jeje, tiene sus años. —Mira los bordes, un poco doblados. —Lo usé en el secundario, me ayudó mucho cuando venían los exámenes.
—Ah, gracias. —Raditz lo toma muy agradecido. —Bueno, mientras no consiga descuento de la Terapeuta, veré si puedo ser un "hombre espiritual". —Sigue con el chiste.
—Pues yo creo que ambas cosas te beneficiarían. —Rei lo dice con tono maduro. —Mi amiga Serena, pasó también por un momento muy oscuro. Créeme, en ésos momentos, todo es de ayuda. —Ondea la mano para despedirse, Rei tiene una sensación que hace tiempo no tenía. Ésa satisfacción de ayudar a alguien en un momento difícil y no verlo como una obligación ¿En qué momento pasó eso? ¿En qué momento se volvió todo rutina y algo repetitivo atender a las personas en el santuario? Siente los ánimos y el espíritu reanimados. Este año, ya había comenzado a odiar en el fondo, a todas ésas bodas y parejas felices. Sentía que le restregaban en la cara su felicidad, que le recordaban lo sola que se ha quedado. Pero hoy, hoy lo hace con sonrisas y esperanza.
Vegeta estaba muy curioso, se acerca a la pista de entrenamiento. Su hermano y Dieciocho estaban cruzados de brazos, con lentes negros por el sol del mediodía. Lo miran de lado, Vegeta se siente confundido, mira el teléfono y Raditz no le dijo que volvería. Entonces ¿Quién es el corredor que está usando el auto de Raditz? Parpadea grande, las curvas las tomó como si nada. Siente el rugido del motor, mira en los monitores, el sujeto no corre, vuela en la pista.
— ¿Sorprendido? —Tarble le habla a su hermano, Vegeta se limita a tirarle una fulminante.
— ¿Qué están haciendo? —Vegeta dice un poco enojado.
Kakarotto se acerca también y está igual de sorprendido que Vegeta. —Vaya, se adapta rápido, y no es un auto suyo. —Kakarotto mira los registros.
—Lo que estoy haciendo. —Tarble quita sus lentes y se gira sobre sus pies. —Lo estoy haciendo para salvar la Empresa. Lo traje directamente, porque sabía que Vegeta se opondría. —Tarble le da la Ficha del nuevo corredor y se acercan al verlo bajar del auto.
Vegeta abre la carpeta. —Oh no… —Exhala casi doblándose hacia adelante.
— ¿Qué? ¿Quién es? —Kakarotto mira la ficha y hace memoria.
Abre la puerta del auto, en el segundo que ve a Vegeta, una sonrisa maliciosa se le dibuja. Se quita el casco. —Vegeta… —Como fantasma de una navidad pasada, se regodea de su reacción.
Vegeta se cruza de brazos y deja caer su cadera de lado. —Broly… —Asiente, mira sus puntuaciones, son buenas. De hecho son excelentes, pero nadie le ha dado la oportunidad. Revisa su ficha médica, puede ver que al fin pasó todas, en especial la psicológica. Ése era el punto débil de Broly. —Me alegra verte…Mmm. —Tuerce los labios con malicia. —Estás pasado por casi cinco kilos.
Broly estira su brazo y aprieta el pecho. —Puedo asegurarte que es puro músculo y que puedo bajarlos para antes de la preliminar.
— ¡Bienvenido! —Kakarotto da un salto y le deja una palmada amistosa en la espalda. —Jajaja, ya quiero saber cómo es correr contigo.
—Grrr… —Broly le gruñe, muy enojado, su cuerpo se tensa. Kakarotto parece ahora un gato con los pelos parados del susto.
Vegeta tironea a Kakarotto. —Simplemente no lo toques, mantén tu distancia personal.
—Oh, de-de acuerdo ¡Lo siento!—Kakarotto se inclina disculpándose.
—Vamos, vas a conocer a Milk, ella es la entrenadora y nutricionista. —Tarble se lo lleva adentro. —También la gente de los Pits y el taller que va a armar tu auto.
Vegeta veía a Nappa, que miraba a Broly y después de nuevo a él. Se acerca hasta él. —No habrá problemas Nappa.
—No sabía que Tarble planeaba esto. —Nappa le asegura. Observa a Vegeta bastante calmado con la presencia de Broly, más bien lo ve mirar a un lado a la pista y estar en verdad cómodo con todo. —Él no va a querer ser tu "hombre ala", lo sabes.
—Sí, lo sé. Me preocupa más Raditz y… —Vegeta pega un salto, tenía a Nappa casi respirándole en la nuca. — ¿Qué? —Se cruza de brazos.
— ¿Ya almorzaste?—Pregunta Nappa muy natural. Lo ve poner los ojos en blanco y resignarse a acompañarlo. En un rincón del comedor están sentados con los bentos, con el tradicional brócoli y pechugas de su régimen. Nappa escuchaba. —… Pues llámala, le dijiste que ibas a hacerlo.
Vegeta presiona los palillos. —Es, es que… Es más complicado que eso. —Bebe de su vaso. —Tuvimos un desacuerdo muy grande ¿Tú has tenido desacuerdos cuando tenías a tu esposa verdad? —Lo dice casi en acusación.
Nappa queda con los ojos como platos, bebe su agua. Va a omitir por ahora el hecho de que Vegeta, al mismo tiempo que acaba de contarle que intentó algo más con ella y que fracasó; también compara su relación con la relación que tuvo Nappa estando casado. —"Hmp, y dice que no quiere tener una relación seria ¡Carajo Vegeta! ¿No ves que ya estás metido con ésta mujer hasta las bolas?"
— ¡¿Y?! —Vegeta esperaba una respuesta o un salvavidas.
—Así que el desacuerdo fue grande pero ¿Qué quieres tú? —Nappa se pone las palmas por delante. —O sea ¿Quieres disculparte de alguna forma?
Vegeta golpea su puño contra su palma, firme pero suave. —Quiero que sepa que… A pesar del desacuerdo, yo… Quiero estar con ella.
La lámpara de Nappa se prende, casi tanto como su mirada negra. —Verás, no es por presumir, pero sé justo lo que quieres y necesitas. —Vegeta le parpadea grande, casi se le dibuja una sonrisa.
Mientras ellos conspiraban y planeaban en pleno almuerzo. Ahí estaba Serena, en su Terapia semanal, suspirando con los ojos al techo.
—Así que… Te llevó a otra cita. —Setsuna rompe el silencio, la ve muy agotada mentalmente y es contraproducente empujarla con algunas preguntas.
—Sip. —Serena responde, nunca ha estado tan callada en su vida. —A comer su comida favorita, en su motocicleta favorita… —Serena lo recuerda apenas lo recibió. —Jaja, tenía una camisa color rosa. Me pareció curioso. Hablamos por horas y pues…
Setsuna espía a Serena en el silencio, la ve jugando con sus dedos. Un signo enorme de exclamación se dibuja en el aire. —Oh, entonces. Supongo que todo fue lo esperado.
—Pero él no quiere nada serio. —Serena muerde el lado interno de su mejilla. —Dijo el típico "voy a llamarte", y se fue. Creo que fue lo mejor porque la verdad yo tampoco sé si quiero algo serio. —Se lleva las manos a la cabeza y se tira de los pelos, se levanta del diván y empieza a dar vueltas. —O eso es lo que quiero pensar, eso es lo que me digo para entender y amortiguar todo esto. —Resopla a un lado como si estuviera furiosa. — ¡Lo uso como defensa! ¡También he usado como defensa ser agresiva y evasiva con él! Porque la verdad es que… Todo eso se va a la mierda ¿Me escuchas Setsuna? ¡Se va al caño en el minuto que me mira! ¡Me quita el control! —Se vuelve a sentar y se abraza un poco así misma. —Eso me aterra… Creo que a él le aterra lo mismo. —Lo dice casi como una epifanía.
—Recuéstate. —Setsuna se acerca, le frota los brazos. La persuade para que deje de estar tan tensa. —Dijiste que a él le pasa lo mismo ¿Ha sufrido de algún abandono? ¿Una relación anterior?
—Al parecer tuvo muy malos padres, estuvo en hogares sustitutos. Pude ver en sus ojos… —Serena lo recuerda, en el momento que le dijo que se había escapado para pedir ayuda para su hermano. Había tristeza en su mirada y luego una chispa que lo reanimaba cuando recordaba a su Tutor. —Pude ver que la pasó muy mal… Tenía apenas siete años.
—Vaya, me parece extraño que haya querido intentar. —Setsuna anota todo. —Por lo general, las cicatrices que nos quedan de los primeros lazos afectivos, antes de los cinco años, nunca cierran y son difíciles de romper las conductas de retraimiento social.
—Pero lo hizo por mí… —Serena lo dice y tiene el impulso de tomar su teléfono y ser ella quien lo llame. Setsuna le toca un hombro.
—Cierto, pero no es tu responsabilidad arreglar a los demás. —Advierte para que no se sienta obligada o que se acerque a él por culpa. —Si lo haces, tiene que ser porque los dos quieren salir adelante.
—Ja, dice que eres una charlatana y que no cree en la terapia. —Serena bromea con su amiga.
—Oh. Si me dieran un collar de engarzado en diamantes de 18 quilates, cada vez que dicen eso. —Setsuna ya está acostumbrada a ésas opiniones de su profesión, así que se ríe con Serena.
Salir adelante… Mientras toma el tren a casa, solo piensa en eso. Cierto, Vegeta la empuja a un nuevo inicio, sin que ella dé su consentimiento. Lo mismo le sucede a él. —"Tendremos que ver cómo controlar lo que sentimos primero y luego… ¡¿Pero qué estoy pensando?! ¡Hmp! ¡Ni siquiera me ha llamado el desgraciado!" —Su orgullo toma las riendas. —"Que sea el Hombre Zorra quien dé el siguiente paso." —Se frena en la acera, observa a Lita y Mina esperando con un chico en una pequeña camioneta. —Hola chicas ¿Sucedió algo? —Se acerca al trote.
—Nada malo, sólo le hacíamos compañía a éste pobre mensajero. —Lita se lleva lo que parece una bandeja donde sirvió limonadas.
—Buenas tardes Señorita Tsukino. —El muchacho la saluda.
Antes de que Serena pueda saludarlo o preguntar qué, lo ve ir a buscar algo en la camioneta.
—Al parecer… —Mina muy traviesa pasa su brazo encima de Serena, frunce la mirada y los labios, como cuando hace una travesura. —El muchacho tenía la orden estricta de esperarte y entregarte personalmente lo que trajo.
—Oh. —Serena queda sorprendida, lo primero que la invadió fue el aroma y después directo sus ojos, un hermoso ramo de flores blancas.
—Aquí Señorita, son fresias. —El mensajero se las da y le pasa la tableta para que firme.
—Son hermosas… —Serena ve una tarjeta doblada, la toma con timidez. Primero firma. —Gracias, de verdad que pudo dejarlas con alguna de mis amigas. —Le extraña verlo con el teléfono.
—Bueno, me pagaron demasiado bien como para no cumplir el servicio tal cual el cliente lo quiso. —El muchacho explica y termina de enviar el mensaje. Saluda una vez más y se va.
Serena se mete a la casa. Ahí está Mina con su cara de triunfo. —Ppfff, Mina. No ha llamado, estas flores pueden ser de cualquiera. —Le miente a ella y se miente sola. Da un salto cuando siente su teléfono sonar. Abre y cierra la boca viendo el contacto ahí escrito… Ve-Ge-Ta.
—Ve al cuarto Serena. —Mina le señala para que tenga privacidad. —En un rato te llevamos un florero con agua. Jajaja.
Serena trata de ocultar su sonrisa, pero no puede. Se va a la habitación, lee la nota.
"Hasta que me olvides, voy a intentarlo…"
Serena pone la boca en forma de O y exhala, eso fue directo a su pecho. Su teléfono suena sin parar.
Vegeta recibe el mensaje del chico de la florería, detiene todo. Sale del ring abruptamente, dejando a Bardock bastante cabreado.
— ¡Anda cobarde! ¡Ya casi te tiraba! —Bardock tira unos golpes secos al aire, el sudor corre por todo su cuerpo y hasta salpica.
— ¡A ver tírame a mí! —Raditz se mete, ve la sonrisa de su padre y de su hermano.
— ¡Cuidado con eso! —Milk le remarca, frunciendo su ceño. — ¡¿Ya almorzaste?!
— ¡Sip! —Raditz se pone en guardia, da saltos de un lado al otro. —Me dí cuenta que tengo que hacerlo más lento, a mi ritmo. —Eso, volverá a su ritmo, pero volverá.
—Oooh, qué ternura, pasitos de bebé. —Bardock lo dice en burla. — ¡Así que eres más alto que tu padre, pero no más fuerte! —Lo arrincona a patadas.
Vegeta escurre en sudor, alcanza primero el teléfono y después una toalla. Rechista un poco, está manchándolo un poco, pero la llama. Pone una mano en la cadera, como si quisiera sostener el temblor inminente en su pierna. Llama… —"No atiende."—Frunce el ceño y cuenta hasta diez. —"No, tranquilo. Quizás recién entra a la casa, sus amigas chismosas la deben estar increpando."—Está agitado por el entrenamiento, pero inhala hacia adentro cuando le contestan. —Hola. —Dice en seco y al instante la mente en blanco ¿Cómo habrá tomado ella todo esto?—"Deja que ella conteste antes de sacar conclusiones."
—Hola. —Serena lo escucha agitado y jadeando. —Oh, eh ¿Pasa algo? Pareces cansado. —Deja las flores sobre su cama, ella se sienta. De pronto un pensamiento pasa por ella. Lo ha escuchado jadear así en la cama, presiona los labios imaginándose lo peor.
—Ah, sí. Estoy entrenando. —Vegeta se seca con la toalla, pero las manos no le dejan de sudar. —Pero quería llamarte apenas recibieras las flores ¿Te gustaron? —Vegeta se gira, escucha la voz de Raditz y son dobles buenas noticias.
—Jummm… — Serena quiere jugar un poco. — ¿Seguro que no saltaste de la cama de otra para llamarme? —Frunce un poco el ceño, porque en verdad espera una respuesta seria. Sí se escuchan otras voces ahí y parece un gimnasio.
Vegeta se sienta en el banco, abre las piernas, sabe que parar de golpe va a hacerle mal, así que estira los brazos. Se encoge como si ocultara la conversación. —Tus celos me ponen… —Muerde su labio inferior, siente el sabor salino de su sudor, pero también recuerda las mordidas de Serena.
¡Ay! Ésa voz rasposa y baja, casi hace que se curven los dedos de sus pies. Se relame un poco la boca. —Bueno, voy a creerte. Sólo porque estoy de buen humor luego de visitar a mi amante. —Muy traviesa comenta. —Es el que me saca las fotos en mi cuarto.
—Grrr… —Vegeta ya no puede detener su pierna, tiembla tanto, que parece que hay un martillo mecánico trabajando en el lugar. —Sé que no eres así Serena. Y te lo dije, ahora estoy sólo contigo.
De nuevo, pero la voz más suave. Serena lucha contra cerrar los ojos e imaginarlo sudado, con poca ropa, entrenando y esculpiendo su cuerpo en el calor de unas lagartijas. Aclara su garganta y vuelve a la Tierra. —Qué bien me conoces, seguro me investigaste "más profesionalmente" sin que yo lo sepa ¿El chico de las flores es un detective o algo así? —Espera muy seria.
—Jaja, para nada. Luego de las charlas que tuvimos, prefiero conocerte así. —Vegeta alcanza su botella, la aprieta vaciándola completa. Siente el agua bajar por su garganta, tan fresca como el contraste de los labios de Serena contra los suyos. Su piel, tan fresca y tersa… —Tu aroma, se parece al de ésas flores…
De nuevo, Serena se llama al autocontrol al escucharlo beber el agua y jadear tan refrescantemente. Ahora que lo piensa, fue lindo detalle ver que dejó todo de lado para llamarla. — ¿De verdad huelo así? Gracias Vegeta, están muy lindas. —Suspira al cielo, resignada por su sonrisa.
La escucha largar unas risitas suaves, está por preguntarle si leyó la tarjeta. Presiona un poco las manos en su rodilla, se le ocurrió de la nada y no dejó que Nappa la leyera u opinara de eso. —"Quizás fue mala idea y quedé como un idiota." —Presiona la mandíbula.
— ¡Vegeta! —Nappa golpea las palmas — ¡Vamos! ¡Hay que estirar y luego a la pista!
Se gira sobre su hombro y rechista largo. —Bueno, quería llamarte, escuchar tu voz. Así que esto me dejará más tranquilo por ahora.
— ¿Vas a ir a la pista? —Serena se preocupa.
—Primero veremos los ajustes del auto, tenemos Corredor nuevo y el tiempo es tirano. —Vegeta la escucha decaída asintiendo con un quejido de su voz. —Es una práctica. —Explica con una sonrisa.
—Sólo…—Serena ondea las manos delante de ella, como si quisiera despejar el humo alrededor. —Solo ten cuidado ¿Sí?
Vegeta se despide de ella, toma una ducha rápida y se va al taller. Mira su teléfono. La respuesta de Serena a la Tarjeta…
De: Serena
"No habrá quien me seque tus labios por dentro y por fuera."
Serena envía el mensaje, pone las flores en agua. Ésa canción resuena en su cabeza una y otra vez. La busca en su teléfono y la deja reproduciéndose en su parlante portátil. Se tira a la cama.
De: Vegeta
"No habrá quien desnude mi nombre una tarde cualquiera…"
Envía y Vegeta debe morderse la lengua de la rabia por saberse ésa canción tan cursi. Niega con la cabeza, al entrar al taller ahí están todos intimidados por Broly. —Jajaja y eso que estás de buenas. —Vegeta bromea. —Deberían verlo cuando está de malas.
Broly gruñe y se voltea en seco con el puño apretado. —Sshhh, Broly. —Tarble lo calma. —Ya sabes cómo es Vegeta, bromea porque lo intimidas. —Escucha a su hermano mayor reírse, lo apuñala con la mirada. — ¡Bien no hay tiempo! Deben ponerse todos de acuerdo en el plan de la carrera y espero que no me hagan venir aquí por alguna "pelea de nenas."
Nappa lo empuja y se ríe para que no se preocupe. —Tranquilo, tú ocúpate de la empresa. En una semana estarán haciendo pijamadas y trenzándose el cabello. —Los pone a trabajar de inmediato, cada uno en su respectivo auto, en especial a Broly.
—Ho-Hola… —Una voz tímida le llama la atención a Broly. —Yo soy de los Pits, mi nombre es Krillin. Jajaja, mi-mi esposa es Dieciocho. —Suda y se rasca la nuca. —Su hermano, Diecisiete es el Jefe de mi sector.
Broly ve que mantienen distancia, eso lo relaja. Siempre lo tensan los lugares nuevos, además el tipo calvo pequeño y Nappa trabajan en silencio y concentrados. Escucha la música, no es que prefiera algún estilo, pero le agrada que sea un lugar ameno donde trabajar.
Vegeta prueba los mandos y pedales, Bardock hace los ajustes. A Bardock le gusta su trabajo, es menos tenso que el ejército. Observa a Vegeta espiando el teléfono, levanta las cejas y agita la cabeza a Nappa para que lo vea.
De: Serena
"Hasta que me olvides tanto que, no exista mañana ni después..."
Serena quiso decirle lo que sentía, así como él le dijo de sus inseguridades. Suspira y rueda en la cama.
—"Serena… Yo también, no puedo dejar de intentar… ¿Qué me estás haciendo mujer?" —Vegeta parpadea a Nappa, lo ve sonriendo porque seguro ya confirmó que sus consejos funcionaron. — ¡¿Qué?!
—¡Uuuh! Ésa mujer, ésa mujer misteriosa. —Diecisiete acelera su taladro en el aire. — ¿Y ustedes? ¿Los hermanitos andan igual? —Habla por Raditz y Kakarotto. Mientras Vegeta parece estar por romperle la cara.
—Ése es un terreno que se está trabajando. —Kakarotto comenta. —Podemos invitarlas a entrenar ¿Qué dices Raditz? Lita se veía interesada.
Bardock pone los ojos en blanco y bufa al cielo, sigue trabajando en los pedales de Vegeta. Va al parlante y selecciona una lista de rock, la guitarra acelera como un auto al ritmo de Shoot to Thrill, de AC/DC. Sí, eso lo relaja.
—No, no, no. —Nappa declara. — ¿Quieren estar tan bien como Vegeta? —Muy juguetón va al parlante, saca la música de Bardock. Todos empiezan a reírse cuando escuchan la canción; Take My Breath Away, de Berlín. —Ven aquí Bardock, mostrémosle cómo hacemos en la vieja escuela.
—No, Nappa ¡No! —Bardock es tomado de la cintura, mientras Nappa lo guía a bailar un lento de los 80's. —Grrr…
—Sabes, no es por presumir. —Nappa levanta la nariz al techo. —Pero con los consejos que le doy a Vegeta puedo hacer mi libro. La miran a los ojos y le dicen: "Qué mirada tan hermosa".
Bardock se ríe, le sigue el juego. —Gracias. Pero mis ojos están aquí. —Le toma el mentón y le levanta la mirada. Lo hace girar un poco y lo recuesta contra el capó del auto.
—Así sutil en un baile, le robas un beso. —Nappa da un salto porque Bardock le aprieta el trasero.
— ¡Juuu! ¡Dejen de calentar ése motor! — Kakarotto se parte de la risa junto con los demás.
Vegeta también se parte de la risa, se relaja. No sólo por eso, sino por Serena. Porque no rechazó sus flores, no rechazó su llamada y hasta se preocupa por él. Va a mostrarle que él también quiere cuidarla, que es por ésa razón que la ha alejado. Es otra cosa que a Vegeta le sorprende y al mismo tiempo lo atemoriza.
De: Vegeta
No exista mañana ni después. Serena, temo que eso suceda, que no pueda ofrecerte eso.
Se sienten conectados, mientras siguen con su rutina, los buenos momentos de la cita reviven.
La Práctica en la pista con Kakarotto, Broly y Vegeta, sale más que bien para ser un primer día. Vegeta baja a refrescarse del calor del auto, se siente ahogado dentro del casco, pero lo normal. Se lo quita y mira al atardecer, el cielo azul por arriba y cerca del sol, los rayos naranja y dorados como en cabello de Serena. Se apoya en una baranda, mientras lee el remitente del mensaje. —Se-Re-Na… —Musita.
De: Serena
Me has dado más que eso y ni siquiera te has dado cuenta.
Serena suspira, mientras ayuda a Mina a terminar los ajustes del vestido de novia de una cliente. Ha sido tan honesta con él en estos mensajes, le ha mostrado exactamente qué pasa en su interior. —"Pero es lo justo, fui yo quien le reclamó tener una conexión más íntima…"—Se siente nerviosa y algo tontita al sonreír. Trata de no hacerlo tanto, de simular que nada le pasa. Los próximos mensajes, en los días siguientes, son muy banales y llenos de chistes, sólo para mantener el orgullo de ambos de pie.
De: Serena
¿Se llama Broly? ¿Broly Densetsu? He visto un poco su ficha, tiene excelente promedio. Le dicen "Legendario", pero nunca una empresa le ha dado una oportunidad en primera división ¿En verdad corre tan bien? ¿Cómo es en persona? *0*
De: Vegeta
Está aprendiendo, YO le estoy enseñando, porque debe aprender de los mejores. Ya no está jugando en un charco, está nadando con tiburones.
De: Serena
Ppfff, pura envidia…
De: Vegeta
Te has equivocado de pecado, es una mentira. Porque para mí, nadie se CORRE mejor que tú…
De: Serena
¡Ja! Debes tener una maestría en la mentira y en desviar conversaciones con las mujeres. Veremos en el inicio de Preliminares quién corre más rápido.
De: Vegeta
Tú sabes que no corro rápido. YO ME CORRO DURO.
Serena se pone roja y es la primera vez que se le escapan risitas por un mensaje tan obsceno. —Este tipo es imposible ¡Imposible! —Se despide porque debe ir a ver proveedores con Mina. Pero su mente no se despide de Vegeta, oh no… Para nada. Su mente divaga, rodando en la cama, con el cuerpo enredado a él. O en la ducha con las manos pegadas a los azulejos y Vegeta dándole una sesión de sexo duro, mientras el agua fría golpea sus figuras calientes. Separándose, uniéndose entre besos lentos y sensuales.
Es exactamente en lo que piensa Vegeta, metido en las duchas de la sala de Entrenamientos de la Empresa. Resopla y peina su cabello hacia atrás, baja por su cuello y es como si Serena apareciera. Su erección duele e intenta reprimirla con agua fría. Mira abajo y la imagen de Serena, de rodillas tomando su virilidad con la boca viene a él. Cuando sale, es como si estuviera en su propia burbuja, con los pensamientos girando sin parar. —"Quiero invitarla de nuevo, necesito verla ¿Pero cómo mierda voy a hacerlo sin saltarle encima y profanarla completamente?"—El gran dilema, siente que más la prueba, más quiere.
Tarble mira a su hermano, muy concentrado. Dejó pasar unos días, que se acostumbre con el nuevo corredor, y lo llama a solas a su oficina. —…Me alegra ver a Raditz trabajando, es tu amigo de toda la vida. Me preocupaba que no volviera y te sintieras incómodo.
—Raditz es… Mi persona de confianza. —Vegeta le aclara muy serio, le parece muy sentimental ése término. Se sientan en las sillas del escritorio y quedan en silencio. — ¿Ibas a darme algunos papeles para firmar? —Consulta algo confundido.
Tarble une sus manos adelante, apoyando los codos en el mueble. —La mujer con la que andas es Serena Tsukino ¿Verdad?
Vegeta rechista y se levanta. —No es tu puto asunto.
— ¡Vegeta! —Tarble lo detiene. —Siéntate, cálmate un poco. No es lo que crees…
— ¿Qué es entonces? —Vegeta frunce el ceño, saca el pecho tratando de intimidar a su hermano.
— ¿Cómo es ella? Sé que has estado tratándola, teniendo citas… —Tarble debe morderse la lengua para no burlarse de su hermano.
—Ella es buena persona. —Vegeta lo dice cortante, pero ahora está un poco intrigado; a su hermano nunca le importó con qué mujeres él anda. —Si es porque trabajó con Three Lights, ella no es una espía o algo así.
—Fue su asistente, según entendí. —Tarble vuelve y se sienta sobre el escritorio. Saca la tarjeta de contactos que le dio Kakarotto. —Llamé a algunas marcas y patrocinadores, hablan muy bien de ella. —Ve muy molesto a su hermano por tener ésa tarjeta. —Sin embargo… ¿Sabes qué pasó cuando te fuiste con ella la noche del Banquete? —Vegeta lo mira esperando la respuesta. —Parece que Seiya Kou estuvo hablando mal de la Señorita Tsukino, a los empresarios que estuvieron ahí. También le dan malas referencias cuando llamas a su empresa de Carreras. Que era irresponsable, que se quiso atribuir ganancias que no le correspondían.
— ¡Hijo de puta! —Vegeta golpea el aire con el puño, se gira y camina hasta su hermano. — ¡No importa lo que hayan dicho! ¡Nada de eso es cierto! —Recuerda todo lo que ha hablado con Serena y no, su instinto no le miente. —La están calumniando te lo aseguro. Es una mujer decente. —"Es una buena mujer…"
—Bien, es todo lo que necesito saber. —Tarble guarda la tarjeta. Acomoda su traje para salir.
— ¿Qué estás haciendo? —Vegeta lo detiene desde el pecho.
—Estoy salvando la empresa, estoy tomando decisiones. —Tarble muy serio se lo dice. — Necesitamos una publicista, nadie quiere trabajar con nosotros porque creen que estamos a pique y así va a pasar si no conseguimos Patrocinadores y Marcas.
Vegeta exhala con rabia. —Serena no va a aceptar. —Mira hacia abajo. —Nosotros, no…
Tarble pone los ojos en blanco. — ¿Qué? ¿Ya no sales con ella? —Parpadea en sorpresa, casi se le cae la quijada. Observa la aflicción de su hermano. —"¿Nappa tendrá razón? La mujer le importa más de lo que creemos…"—Concluye que no es una conquista más como sospechaba.
—Va a creer que yo te mando a ofrecerle trabajo. Que es un truco para tenerla cerca de mí. —Vegeta se pone en el lugar de Serena. —Y que lo de Kou y los Star Light, es sólo una excusa.
—Vegeta… —Tarble se acerca, pone las manos en sus bolsillos. — ¿Qué tienes con ella?
Serena llegaba de la panadería, con café y masas para la tarde. Estaba de buen humor, sabe que Vegeta está muy ocupado entrenando con el Corredor nuevo, pero va a aprovechar su descanso con café, para preguntarle por mensaje cómo sigue. —"Siempre me ha contestado. No sé si será un truco para volver a llevarme a la cama, pero me hace sentir especial."— Mira con asombro un auto azul y lujoso ¿Será algún cliente que viene a pedirles prendas para un evento importante? Empuja con la cadera la puerta del negocio de Mina. — Mina ¿Ése auto es —Al voltear Mina está hablando con un hombre misterioso, están apoyados contra el recibidor.
De inmediato, el hombre se acerca a ayudarla con los cafés y las masas dulces. —Buenas tardes Señorita Tsukino. —Deja todo en el mueble detrás de él.
—Buenas tardes. —Serena sonríe y no entiende la cara pícara de Mina.
—Mi nombre es Tarble Príncipe y quisiera hablar de negocios. Y si puede ser; a solas.
Serena queda sin aire, lo ve quitarse los lentes de sol. Sí, ésa sonrisa ladina de mierda la reconocería donde fuera. —"Oh, no."
…
Mini-cliffhanger ¡Les juro que es mini! Jajajaja ¿Ustedes qué harían? Yo ooobvioo que sí, en ése taller puro chiki-papi-ultra-mega-zabro-ricoooo ¡Hasta el próximo viernes!
Saluditos…
Jiyuu Akabane: ¡Aaaahh! Empezamos con la más épica. Wey, o sea sigue, sigue dejando tus rws, Jajaja estoy pensando hasta armar un podcast, como venía antes los comentarios de los dvd's de los actores. Jajaja. Y lo del NappAmi ya se va a dar, voras que sí, voras que sí. Pasarán cosas el próximo capítulo e iremos arando el terreno para el Nappa, estilo check list y sin que se lo esperen ¡De pronto flash! ¡La chica del Bikini azul! ;) XD Me decanté por ésa moto, porque primero es la de Maverick y segundo porque es japonesa :v Sí, pensé en la Harley, pero veo más a Raditz en una de ésas. Cada vehículo personal quiero que quede con sus personalidades, Raditz con un Jeep todo terreno, donde él pueda huir y acampar por ahí. Obviooo, el Kokún todo pícaro, simpático y coqueto tendrá un Aston Martin ;) Top Gun en los 80's y Maverick 2022 (completando dato cultural XD) Ahora el recuerdo de la Usagi se completa con Vegeta, pero ambos huyen del dolor. Jajaja Vergeta pensando "espero que al menos las bragas sean rosa" XD El Vergeta acelerando el caballo pa' que la Usagi se agarre de las riendas ¬¬ Pensé que la comida sea sencilla, porque lo que en verdad guarda valor es que la llevó en su día permitido comer su plato favorito. El Nappa y el "Arte de Amarte" no fallan jamás. Ya vimos que Vergeta huye del dolor, a su manera ha logrado tener el control, pero el precio es alto, lo cierra constantemente ante Serena. Serena también ha pagado un precio alto, ella habla desde sus convicciones pero ¿Podrá seguir cuando la apuesta sea alta? ¿Quedarse realmente en el momento más oscuro? ¿Te estoy haciendo spoiler :v? Al menos los dos piensan, "A ver cómo le vamos a hacer, si no más estamos a puros aplausos de focas a los santos evangelios." XD ¡Gracias por tus rws! ¡Las aa-moooouuu! (a ti también (no-homo (es broma, pero si quieres :v…)))
Kariim: Sí, ésa es la sensación, ésas ganas sádicas de atarlo, latigarlo y comerle el-Digo, digo. Es exactamente lo que le pasa a Usagi, tiene las mismas ganas de follarlo como de golpearlo XD #TodasSomosSerena. Ahora es Vergeta quien tiene que tratar de empujar sus límites, se ha dado cuenta que la necesidad de Serena no se reduce solo al sexo y que no es un trofeo. Serena también trata de ver que pudo haber actuado impulsiva, tal vez nunca ninguna mujer fue como ella, simplemente aceptaban lo que sacaban de una revolcada (Ay, pero que bien comieron las perras :v) Además nunca fue así de impulsiva con nadie, así que pudo haber dicho muchas cosas, verdades sí, pero muchas de manera brusca. Y aquí les jugué con el erotismo mental y la seducción por mensajillo ¬¬ Jejeje. Gracias por tu tiempo y tu rw.
Nita-chan84: Uf, dime querida, cuando nos hemos enfurecido y le echamos hasta la fecha de nacimiento a ése desgraciado, por impulsivas o no, pero a veces sentimos que si no escupimos el fuego, la lava nos consume el pecho. También, luego de la tormenta, el fuero interno de Serena reflexiona, ambos tienen cosas para trabajar ¿Cómo van a lograrlo? El Vergeta Luis Miguel está sin piedad por aquí Jajaja. Creo que todos necesitamos a ése grupo de amigas, tan amoroso y protector, pero hay un precio y es la chismosidad XD es el tributo a pagar por ésas tardes de té, Mina siempre la Líder, ella nos da consejos, chistes, chismes y cachondez XD. Dato cultural: Vegeta mide 1.64 y Tom Cruise 1.7 XD fuente: google. Y nos queda pensar, si Serena dice que sí ¿Qué pasará en ése reencuentro? O.O Gracias por tu rw y tu buena vibra. Un beso grande.
OhaioIzumikun: Jajaja las dudas y el "pobre hombre qué le haces?" Los dos se traen de las narices, pero están viendo que esto para que dure tiene que pasar algo más que la atracción. Ooobvioo que el viejo zabrozo va a ayudar, él no anda de amargado como Bardock ahí, él se avienta y riega el amor como plantita. Y Ami está siendo regadita, con paciencia va a salir ¡Y Flash! ¡La chica del bikini azul! Sí, la cita, ésta cita VegeRena me encantó, hasta a mí me enamoró, ésos bellos momentos cuando el sentimiento es mutuo y recién te conoces. Aaah! Tan divinos. Muchas gracias por tu tiempo y tu rw. Un abrazo grande.
