Lala Lulu: Hola! En éste capítulo veremos a la Serena de Oficina, Jajaja. Profesional y lista para demostrar todo lo que puede hacer y más ¿Setsuna y una "propuesta indecente"? ¡Diablos, Señorita! XD Un fantasma del pasado visita a Rei ¿Oportunidad para cerrar asuntos o es sólo una ventisca antes de la tormenta? El punto más bajo de su crisis espiritual :'(
¡Advertencia! Si ya has leído mi historia anterior sabrás que yo no escribo Lemon, sino Smut, mucho Smut. Smut es sabrosura primero, explicaciones después. Así que esto es para adultos ¡Porque soy una maldita pervertida!
No me pertenecen los personajes, son Creaciones de Akira Toriyama y Naoko Takeuchi. Hecho por un fan, para algún otro fan que ande dando vueltas por la Vía Láctea…
"Te recuerdo así
Tu pelo en libertad
Hielo ardiente
Diferente a las demás
Te recuerdo así
Dejándote admirar
Intocable, inaccesible
Irreal, irreal
Fría como el viento
Peligrosa como el mar
Dulce como un beso
No te dejas amar, por eso
No sé si te tengo
No sé si vienes o te vas
Eres como un potro sin domar
Te recuerdo así
Jugando a enamorar
Vanidosa, caprichosa
Ideal
Te recuerdo así
Amando sin amar
Impasible, imposible
De alcanzar, de alcanzar." Fría como el Viento, canción de Luis Miguel.
Capítulo 9
Así como Serena entraba a su casa a cambiarse, salía disparada. Se puso una de sus faldas altas en la cintura y una camisa de mangas cortas por dentro. Acertaba a ponerse sus tacones y trotaba hasta el auto de Vegeta.
Vegeta se despabilaba al verla. —Espera ¿Por qué te vistes así?—Levanta una ceja. —Es una empresa pequeña, no hace falta que vayas tan arreglada.
Serena no le presta atención a lo que le dice y se mete al auto. —Anda, rápido que tengo que estar bien temprano.
—No me contestaste. —Vegeta se sube y se pone el cinturón casi sacudiendo el asiento. La ve retocarse el maquillaje.
—Tenemos reunión con varias marcas de ropa. —Serena le aclara, parpadea a él, que parece estar enojado por su explicación. —No me lleves si no quieres. —Serena azota su bolso.
—No. Yo también tengo que estar especialmente temprano, no hice ningún papel el fin de semana.
—Oh, siento mucho eso. Me lo hubieras dicho y nos metíamos un rato en tu oficina. —Serena se ruboriza, mira por la ventanilla. —"Ay por amor a todos los santos ¡Ya me estoy imaginando cosas sobre el escritorio de su casa! ¿Cómo es posible? Lo monté hasta que ya no pude ni estar parada y sin embargo ¡¿Quiero más?!"— Baja un poco el vidrio para refrescar su rostro y disimular todas las perversiones que pasan por su mente.
—No hubiera servido de nada. —Vegeta sonríe enorme de lado y acelera. — Habríamos fornicado sin parar por toda la oficina. —La punta de su polla se despierta ante la idea, duele de lo inflamada. — ¡Oye!
Serena le azotaba la cartera en el brazo. — ¡Es increíble! —Grita con rabia. — ¡Vegeta, te juro por Dios, una, con sólo una de tus insinuaciones en la oficina y yo! —Levanta su índice en advertencia.
—Jajaja, ya, ya… —Vegeta trata de mantener el volante y la calma. —No seas mojigata. A veces actúas como si no tuvieras experiencia ¿Cómo te tratabas con Seiya o Darien?—Pone los ojos en blanco. —Bueno, con Darien. Seiya seguro…
Serena se cruza de brazos, enojada resopla de lado. —Yo no te pregunto por tus "otras mujeres", no veo porqué tú debes hacer lo mismo.
El ambiente se enfría en un chasquido, puede sentirla enojada y distante. —No era mi intención ofenderte. —Se encoge de hombros. —Es solo para entenderte. Pareces una novia virgen.
Serena presiona la mandíbula, clava sus dedos en el brazo. —No quiero hablar de eso. —Levanta el tono. El tema queda ahí, junto al silencio cortante. A Serena le da mucha pena admitir que nunca tuvo una relación así de carnal, especialmente sexual y especialmente intensa. Empieza a sentirse de nuevo como una esposa infiel, una traidora de todo lo que alguna vez creyó sobre el amor y el romance.
Estaciona el auto, acerca el revés de su mano a su mejilla. La ve saltar como si su toque fuera el de un extraño. —Serena, no quería hacerte enojar o ponerte incómoda.
—Así como tú no quieres hablar de ciertas cosas, yo tampoco. Se nos hace tarde. —Serena técnicamente huye del auto, toma su bolso. Apenas da un par de taconazos contra el estacionamiento, Vegeta la encierra.
—No huyas. —Vegeta trata de verla a los ojos. Toma su mano y juega con sus finos dedos. Mira alrededor y está tranquilo. Ve el auto de Dieciocho, Nappa y su hermano Tarble. —No era mi intención, lo juro. —Frunce el ceño junto a ella. Se lamenta un poco. —Podemos decir que casi, casi un 90% de la cita de Fin de Semana salió—Serena lo calla con un par de dedos sobre sus labios.
—Fue un 100% perfecta. —Serena lo dice con la mirada llena de ternura, se siente unida a él de una manera más íntima.
—Hmmm, qué estándares raros tienes. —Vegeta levanta una ceja, confundido. — Ahora… ¿Podemos mantener el drama al mínimo? —Comenta como una queja, luego exhala.
Serena se da cuenta que Vegeta tiene razón, una relación a veces son dramas y problemas. Ella debe actuar como una mujer madura. —Bien, siento mucho haberme alterado en el auto. —Mira a la puerta doble y transparente del edificio. — ¡Hey! ¡¿Qué te dije?!
Vegeta la tomó de la mano, casi arrastrándola para entrar. Sonríe de lado. —Vas a disculparme, pero estoy muy emocionado. —Empuja la puerta y cruza con ella. —Pero es la primera vez que estoy saliendo oficialmente con una mujer y la acompaño a la oficina.
Serena se pone pálida, su corazón acelera sin control. —"¿Di-Dijo saliendo? ¿Oficialmente Saliendo?" — Sacude la cabeza y mira a los lados que nadie los esté viendo ahora. —Ve-Vegeta, su-suelta mi mano.
Pasa su pulgar por sus nudillos. —Lo sé, es increíble… La aceleración. —Vegeta siente el corazón haciendo vibrar su pecho. Su mirada negra se clava en ésos ojos azules.
— ¡Ejem, Ejem! —Tarble aclara la garganta bien fuerte. —Buenos días. —Los ve separarse de inmediato, hasta puede jurar que su hermano le dio la espalda para ocultar su rubor. —Serena, ya tengo tu identificación y puedes marcar tu asistencia en el fichero automático.
—Oh, Gracias Tarble. —Serena toma todo y observa que Vegeta no dice ni buen día. —"Qué grosero es a veces." —Frunce el ceño en disgusto y niega con la cabeza. Puede ver que los demás están acostumbrados a sus desplantes.
— ¿Vegeta podemos hablar un segundo?—Lo aparta, también llega Kakarotto y le hace señas para hablar. —Me enteré….El abogado me dijo que no puede hacer nada.
—El abogado de los Briefs y el mío… —Vegeta le platica. —No hay buenas noticias.
Kakarotto larga una risita irónica y apagada. —Cuando pudiste hacer algo no lo hiciste. No creo que hubiera hecho la diferencia. —Se voltea y se va.
Serena pudo ver cómo secreteaban en un rincón. —"Ya, no seas chismosa…" —Piensa para sí misma. Cuando se desarma la conversación, Tarble la acompaña a la oficina. La reunión empieza y Serena plantea su estrategia.
Dieciocho ve que no es nada del otro mundo, tal vez sería bueno aclararle a su compañera que son los "Muchachos" quienes parecen de otro mundo. —… Mira Serena, me gusta tu idea, pero no creo que haya fuerza en el mundo que haga que a Vegeta le agrade algo de esto.
—No necesito que le agrade, necesito que lo haga. —Serena declara muy decidida. —Creo que si tenemos una reunión con todo el equipo puede funcionar…
Dieciocho levanta las cejas. — ¿Todo el equipo?
—Sí. Todos van a participar, porque pienso ver a todos y cada uno con distintos estilos. —Serena les muestra en su laptop. —Desde bebidas energéticas, ropa, productos para vehículos y hasta promociones de causas benéficas.
— ¿Caridad? —Tarble tuerce los labios. —A ellos no les gusta hacer publicidad con eso. Consideran las donaciones y ayudas algo de su foro personal.
—Hmp, tiene sentido… —Serena piensa que es muy noble y humilde de parte de ellos. Entrelaza sus dedos y piensa. —Entonces… Sí, creo que hacer algo así es una manera muy obvia y vulgar. Pero estaría bien que ellos demostraran que no son unos brutos o salvajes. —Serena piensa si podrá convencerlos con su "elemento sorpresa".
—Bien, al mal paso, darle prisa. —Dieciocho sale unos momentos por la puerta. —Launch, por favor, llama a una reunión a todos.
Launch da un saltito y rodea su escritorio. —De inmediato. —Larga una risita.
Dieciocho pone los ojos en blanco y gruñe asqueada.
Launch llegaba cerca de los vestuarios y les avisaba. — Sí, dijo todos sin excepción.
—Vayan, yo me quedaré a arreglar la rutina. —Milk va a adelantar trabajo, escucha a los hombres murmurar.
—La mujer no se durmió en sus laureles ¿Eh? —Raditz empuja a Vegeta, le da codazos y guiños traviesos. —Supongo que el fin de semana, fue muy satisfactorio.
—Grrr… —Vegeta le afila la mirada y truena sus puños.
— ¿Fin de semana en su casa? —Launch murmura junto a Milk.
Milk se limita a exhalar fuego por la nariz, Kakarotto se cuelga de su hombro. —Milk, quita ésa cara. —Kakarotto le aprieta las mejillas. —También deberías divertirte, ahora que estás soltera debes sacarle jugo a los fines de semana.
— ¡Aishh! Vayan rápido a ésa reunión y vuelvan. — Milk lo empuja lejos.
—Todos. —Launch levanta su índice. —Me dijeron que vayan todos, sin excepción.
Serena charlaba con Dieciocho, mientras ya escuchaba que se acercaban a la reunión. — ¿Y no puedes hablar tú? O sea, tienes más tiempo de estar con ellos que yo. —Serena está nerviosa, más cuando ve a Milk entrar, tan seria como siempre. —"Dios, si me ve como la competencia, de seguro me odia."—Presiona los labios.
— ¡Vaya! ¡Qué hermosa estás! —Kakarotto exclama a Serena, tan simpático como siempre va a saludarla.
—Ay Kakarotto, me pones más nerviosa. —Serena revisa su ropa. —Tu Entrenadora, es muy seria. —Susurra solo para él.
— ¿Milk? Bueno sí. Siempre fue de carácter fuerte, en especial después de la Universidad. —Kakarotto le responde al oído.
— ¿Para qué nos llamaron? —Vegeta está en la punta de la mesa ovalada, apuñala con la vista a Serena y ése idiota respirándole en la nuca. —Estamos muy ocupados con cosas más importantes. —Escupe con mal tono. —"Claro, yo mantengo distancia y ése sí puede estar cerca."—Presiona el puño en la mesa.
Se miran entre ellos, Kakarotto se va a sentar. A Serena le cayó un poco mal el tono de Vegeta y el que él quiera marcar su territorio. —Bueno, sí, no es nada importante. —Serena les reparte las carpetas, sonríe enorme. —Simplemente intentar que las Marcas y Patrocinadores quieran trabajar con ustedes, a pesar de la cara de asesino que te cargas. Luego está todo bien. —Escupe con sarcasmo y sin pausa. Ahora es ella quien tiene la mirada asesina.
Todos esperan la reacción de Vegeta. Y Vegeta está entre estimulado por el desafío y muy curioso. Resopla una risita de lado y toma la carpeta. —"Es la cachetada que más he gozado en mi vida…"—Juega con su lengua del lado interno de su mejilla mientras lee.
Serena explica el plan de acción, el cómo quiere trabajar con todos. Bardock levanta la mano. —Todo bien Señorita, comprendo los beneficios. Pero la mayoría aquí, somos de perfil bajo. No somos idols…
—Nadie dijo que lo serían. —Serena se sienta junto a Dieciocho. —Eso es lo que quiero aprovechar. Verán, esto… —Muestra en diapositivas unas imágenes de otros corredores. —Son la fantasía de los jovencitos. Pero los corredores más experimentados, como ustedes, pueden demostrar que con trabajo duro y mucho esfuerzo han llegado muy lejos. Reflejar el otro lado de las carreras. Porque díganme ¿Cuántas personas son como los Three Lights? Hijos multimillonarios, guapos famosos y talentosos, casi Príncipes modernos. Ahora ¿Cuántos hombres hay en el mundo que se ganan lo suyo desde cero y con el sudor de su frente? —Serena los persuade. —Son una empresa familiar, por así decirlo. Podemos sacar provecho de eso.
—Más me gustaría sacar provecho de una rivalidad. —Kakarotto comenta y llama la atención de todos. —Estaría genial, promocionarnos como los rivales de los Three Lights, quienes van a destronarlos. —Presiona su puño con entusiasmo, los demás están de acuerdo.
Serena se ríe un poco. —Sabía que alguno de ustedes sacaría ése tema. —Serena busca en su laptop para pasar un video en la pantalla. —"Hubiera jurado que sería Vegeta quien sacaría el tema, qué bueno que no aposté dinero."—Reproduce una carrera grupal donde los Three Lights arrasaron.
Miran atentos, la formación de autos va en fila, al tomar la curva se forman uno junto al otro y se cubren en plena curva como barrera. — ¡Hijos de puta! —Raditz se exalta al ver que en segundos ya estaban en la formación inicial. Ahora se ve que pasan entre autos que tratan de copiar su estrategia, pero se desarman y en zigzag los pasan como el viento.
—Mierda. —Nappa se frota la frente y se queda pensando. Mira a Vegeta y sabe muy bien lo que piensa. Los han subestimado, no podrán ni en un año coordinarse así de bien.
—Como lo ven, es imposible. —Serena muestra otro. —He visto como corren ustedes, son buenos. Pero ellos corren como uno solo. —Muestra como arman y desarman formaciones e improvisan en el acto. —Cada uno de ustedes es excelente en su estilo, pero son demasiado diferentes como para llegar a éste nivel. —Observa a Vegeta muy concentrado.
—No lo voy a negar, ella sabe de lo que habla. —Nappa se cruza de brazos.
Alguien que ha estado callado como las piedras es Broly. Golpetea sus dedos en la carpeta, no lo pone nervioso competir contra los Three Lights, sino todas éstas reuniones sociales. —"Si…Si mantengo distancia prudente, no habrá problemas…" —Traga duro.
—Broly… —Serena se acerca y casi lo hace saltar hacia atrás como un gato. —Oh, lo siento. Jaja. Bueno, quería decirte que tú eres nuevo en todo esto. Si tienes alguna pregunta…
Presiona la mandíbula. —Sí, yo… —Broly habla suave. —No tengo traje formal y nunca fui a cocteles.
—Bien, no temas decirlo. —Serena le sonríe brillante.
—Ahí entro yo. —Tarble se encarga de la situación y levanta el pulgar a Broly. Broly responde con un OK con los dedos.
—Ahora, Gure ¿Ya eligieron los colores? Creo que son los únicos de la temporada que no han declarado los colores oficiales… —Serena pregunta y anota.
—No, pero estoy muy adelantada con los ajustes técnicos y reglamentarios del Torneo. —Gure levanta su pulgar con entusiasmo.
—Los de siempre. —Kakarotto responde levantando la mano. —Naranja y detalles negros.
Vegeta lo mira de lado, él creyó que ya tendría el liderazgo y que sería él quien eligiera los colores. Es por eso que no han pasado eso a la Asociación de las competencias. Se traga su orgullo como si fuera soda con espinas. —"Otra vez disfrazado como una maldita zanahoria…"
Serena revisa. —Oh. No podrán. —Muestra que ya eligieron ésos. —Necesito los colores para empezar la comercialización. —Explica.
— ¿No puede ser al revés? ¿Negro y detalles naranja? —Kakarotto dibuja un puchero.
—No, creo que sería bueno darle otra imagen a la empresa, reinventarla. —Serena opina y espera alguna idea.
—Negro y detalles rojos. —Raditz da una respuesta, siente la mirada de disgusto de su hermano. —Eh, es un color que va con todo. —Se hace el tonto, porque sabe que son los colores de Vegeta. —"Y ahora que lo pienso, es buen momento para decir que… Que me retiro, que no voy a competir." —Piensa, pero no tiene el valor de decirlo en voz alta.
—Hmp, bien. Podemos con ésos. —Serena puede ver a Kakarotto y Vegeta tirándose rayos con la mirada. Mira la hora. —Bien, nada más. Gracias por su tiempo. —Sonríe brillante.
Milk exhala, no sabe si sentirse contenta o no con esto. Se ve buen plan y siempre tuvo curiosidad para ir a ésos cocteles. Antes de salir Serena la detiene.
—Milk ¿Puedo hablarte un segundo? —Serena deja que los demás salgan. —Bueno, creo que el primer encuentro que tuvimos pues no fue muy bueno. Qui-Quiero que sepas. —Traga saliva, quiere verse segura. —Yo no vengo a crear conflicto, lo juro. Perdóname si te dí ésa impresión.
Milk se avergüenza, presiona los puños. —Sí. Eso parece. También lo siento. —No entiende porqué le molesta tanto la presencia de esta mujer. Parece sincera, trabajadora y humilde ¿Es porque revirtió sus expectativas respecto al tipo de mujeres que busca Vegeta? Carajo, tiene el orgullo herido. —Voy a trabajar y a esforzarme con los demás. —Milk presiona los labios y se va.
Serena queda con una sonrisa, al menos ella ha hecho las paces. Ahí lo ve a Vegeta junto a Milk hablando y clavando ésa espina en su mente. Estará todo el día junto a ella. —"Si fuera sólo eso, todo el día, incluso pasa más horas junto a ella que conmigo. Entrenando, trabajando, nada más…"—Se convence. Y en un segundo, como una brisa de aire fresco; Vegeta voltea sobre su hombro y le regala un guiño. Sus ánimos se renuevan y ahora que reflexiona, ahí afuera seguro hay un ejército de bellezas esperándolo. Pero él le dijo que nunca estaba con más de una mujer a la vez, al menos en eso confía. —"No es un tipo como Seiya, si él me dijo que solo está conmigo, así debe ser."—Respira hondo, empiezan las primeras llamadas, reuniones y negociaciones.
Vegeta estaba tranquilo, entrenando. Se alistaba para entrar al ring y darle unas sacudidas al cabeza hueca de Kakarotto. Sus reflejos y su manejo están óptimos.
—Ahí está, míralo… —Kakarotto habla con rabia a su hermano. —Debe sentirse triunfal, porque te manipuló para conseguir los colores que quería.
Raditz le ajusta los guantes, frunce el ceño. —Deja de seguir con ésta ridiculez. —Lo regaña, lo deja listo y empieza a estirar.
— ¿Contra quién vas a luchar tú? —Kakarotto consulta, su padre aún está con Broly en la pista.
— ¡Jaja! ¡Ha pasado tiempo Raditz! —Nappa sale listo, golpea su puño en la mano, ansioso. — ¡¿Listo para otra contusión?!
— ¡Hola, hola! ¡Les dejo sus itinerarios aquí! ¡Tienen que repasarlos en el almuerzo!—Launch pasa con unos sobres con los nombres de cada uno. —También se les envió un correo a cada uno ¡Uff! Hoy sí que he trabajado. —Se abanica un poco. Se acerca a Vegeta para dárselo en la mano.
— ¿Qué? Yo ya tengo mis itinerarios. —Vegeta se lo quita muy brusco. Abre el sobre y… Ah, no…No y no, ella no se ha metido con sus horarios. Gruñe en disgusto y se quita los guantes. Salta del ring, manotea su chaqueta y una gorra.
—Uups, parece que "la nueva" se meterá en problemas. —Launch comenta cubriéndose la boca, levanta sus hombros y sigue trabajando.
Serena se estiraba, miraba su camisa, ya estaba arrugada y se había recogido el cabello con un lápiz. Seguía tecleando sin parar con sus lentes puestos. Enviando solicitudes, averiguando lugares donde ellos tendrían que asistir. —Mmm… Tal vez que ellos ofrezcan un evento. —Piensa estirando su cuello, mira la hora. —Tengo turno con Setsuna…
¡Pum!
La puerta resuena del empujón, Vegeta entra dominante a la oficina. Se terminaba de subir el cierre de su chaqueta, también tenía una gorra por su cabello enmarañado del sudor.
— ¡¿Pero qué?! —Dieciocho está por arrojarle una silla.
—Dieciocho. —Serena la frena.
— ¡Mi puta madre Vegeta! —Tarble entra para sacarlo a patadas.
— ¡¿No le explicaron que yo no voy a eventos?! —Vegeta les ruge a Dieciocho y a su hermano.
—Basta. —Serena se agacha y se pone de nuevo los zapatos. — ¿Nos dejan a solas? —Pide tranquila y con una sonrisa. Los ve negar, como advirtiéndole que es mala idea. —Por favor…
En el segundo que la puerta se cierra Vegeta la increpa. — ¿No te dijeron cómo son las cosas aquí? Yo no hago "sociales". Ése banquete, fue una excepción para mantener apariencias.
—No te escuché contradecirme en la reunión. —Serena sigue tranquila, le da un escaneo rápido. Sudado, agitado, enojado y ésa vestimenta tan informal. Éste tipo exuda erotismo por los poros. —No tendrás trato especial, así como todos serán parte, tú también.
—Yo soy el dueño. —Vegeta declara.
Serena no puede creer que le tirara ésa carta. —No eres el único dueño. —Suelta su cabello y lo sacude para refrescarse. —No va a cambiarles el entrenamiento ni las prácticas.
Que hermosa escena, ella con sus lentes, soltándose el cabello, cruzándose de brazos y desafiándolo en su territorio. Ésta mujer lo pone y maldita sea, tiene que luchar contra ello ahora mismo. —Estos eventos son varios el fin de semana. —Vegeta le explica. —Quería tenerlos libres para seguir viéndonos.
—Ya te dije que no trajeras ésos asuntos aquí. —Serena dice con enojo, pero por dentro salta ilusionada. —Luego veremos, esto es importante. Los estamos poniendo en el mapa de nuevo. No te gusta socializar, ni ser famoso, Okay. Pero eres una figura en un Deporte con espectadores, debes tener una exposición favorable.
—Aprecio tu trabajo y tus ideas. —Vegeta declara sincero y exhala al techo, parpadea grande lamentándose de que ella tiene razón. — ¿Ya almorzaste?—Sonríe de lado.
—No. Salgo en unos minutos. —Serena le responde, lo ve desarmar su sonrisa. Se pone nerviosa de pronto, empieza a acomodar sus cosas, como si huyera. —Tengo cosas que hacer.
— ¿Vas a comer afuera?—Vegeta no sabe porqué su actitud evasiva.
—Vegeta. —Serena pone sus manos en la cintura, frunce el ceño. —Lo primero que me prometiste no hacer, lo estás haciendo. —Lo señala con el dedo, él levanta los hombros. — ¡No te hagas! Estás trayendo lo personal al trabajo.
—Sólo traté de explicar porqué estaba en desacuerdo. —Vegeta levanta las manos y hasta da un paso atrás, para que vea que es sincero. — ¿A dónde vas? ¿Es de negocios?
—Tengo mi terapia. —Serena dice a secas y ahí está el resoplido burlón de Vegeta.
A Vegeta eso no le gusta. —Deja de ir a ésa mierda, ya te lo dije; no funciona. —Empieza a sentirse nervioso, a sentir desconfianza de ésa terapeuta. Ésta vulnerabilidad no le gusta.
— ¿Y tú quién eres para hablar? —Serena pone los ojos en blanco. Va a abrir la puerta y Vegeta la bloquea. —No contaré "lo que pasó", si es que eso te preocupa. —Lo mira a los ojos y parece que acertó.
Vegeta abre y cierra la boca. —No es tanto por eso es por…—Presiona los dientes de la rabia. —Porque ya te dije que es una pérdida de tiempo. Lo sé por experiencia. —Desvía la mirada.
—Mmm… Nop, no me convence. —Serena lo esquiva y pide un taxi de inmediato. —Volveré en una hora. —Serena ondea su brazo para que salga, mira su teléfono. —Todavía te queda entrenamiento… —Golpetea su tacón muy burlona.
—… ¿Y se fue? —Setsuna la escuchaba relatar las últimas novedades en su vida.
—Sí, no sabes. El tipo es intenso en todos los sentidos, siento que siempre quiere hacer su voluntad. —Serena se cruza de brazos. —Pero peor para él ¡Ay, no sabes cómo me enfurece! —Golpea sus puños.
Setsuna levanta las cejas, le sirve agua para que se calme. — ¿Cómo fue el fin de semana?
—Bueno, por ése lado, estamos bien. Me sentí más cercana a él, siento que nos conocemos mejor. —Serena no dice más, porque rescata lo positivo. Si es cierto que nunca nadie lo vio como ella lo vio, entonces siente que es especial en verdad.
Setsuna la escucha suspirar y se acerca en silencio, hay un brillo en los ojos de Serena. —Me alegro por escuchar todas éstas noticias. —Anota. —Durante mucho estuvimos juntas repasando una y otra vez los mismos temas. Pero ahora las novedades no paran.
—Es por eso que… Me está dando miedo de a ratos. —Serena entristece su tono y frota sus manos. —Quiero tomar las cosas con calma, en todos los sentidos. En especial concentrarme en mi trabajo.
—Sí, por supuesto. Eso es muy positivo y estoy al 100% de acuerdo. —Setsuna sonríe junto a Serena, le parece bueno éste nuevo aire que carga a su alrededor. Hasta siente que el tiempo se terminó rapidísimo, se levanta y la acompaña afuera.
—La pasé bien, casi una tarde de té. Jajaja—Serena muy feliz sale, pero al voltearse con su amiga, su sonrisa de va al diablo.
—Hola. —Vegeta se levanta, estaba sentado en la sala de espera.
—Oh, Vegeta ¿Qué haces aquí? —Serena cubre su boca.
Vegeta se va junto a Serena, saca el pecho. —Vine a buscarte. —Declara con suficiencia. Impone su presencia, como quien marca su territorio. —"No importa lo que le diga, no voy a alejarme de Serena".
El tipo deja a Setsuna asombrada, no solo es imponente físicamente, también de carácter. Y si no fuera que Serena confía en él, Setsuna lo confundiría con un criminal. En especial por ésa mirada tan dura y amenazante. —Mucho gusto. —Setsuna le pasa la mano.
Serena mira a Vegeta, lo regaña con la mirada. Sacude un poco el mal momento y los presenta. —Vegeta, ella es la Doctora Setsuna Meiō. Él es Vegeta Príncipe. —Lo ve tan serio y de malas. —Salúdala. —Serena sisea apretando los dientes y le pellizca el brazo muy disimulada.
—Mucho gusto. —Vegeta se inclina en respeto.
Setsuna retira su mano y responde a su gesto tan formal, respetuoso y al mismo tiempo tan frío. —Jaja, ya se iba ¿Quiere pasar usted Señor Príncipe? —El rostro del hombre sigue inmutable, excepto su mirada, que se agranda con la pregunta inesperada. —Jajaja, lo siento. Era broma, estoy muy ocupada.
Serena también se ríe, Vegeta gira los ojos a ella. — ¿Nos vamos? —Él pregunta y al fin salen de ahí. Vegeta puede palpar la mirada acusadora de Serena, para en un semáforo y la observa de lado. Está cruzada de brazos, traqueteando sus dedos y frunciendo los labios.
Serena inhala sonoramente, eleva todo su cuerpo. —Así que… ¿Mantener el drama al mínimo? ¿No dijiste eso antes de que entremos a trabajar?
—Sí, yo dije eso. —Vegeta se hace el tonto, arranca y enciende la radio.
—Entonces…Entrar azotando la puerta de la oficina y venir hasta aquí ¿Cómo lo llamarías? —Serena eleva sus cejas. Y de pronto, como una torre de vasos, la idea le cae una sobre otra. — ¿Son celos?
Vegeta frena de golpe, la sacude por completo. —Yo no siento celos ¿Por qué estaría celoso de ésa Doctora o lo que haces en la oficina? —Técnicamente grita.
—Ése enojo me dice más de lo que crees. —Lo escucha gruñir enojado y acercarse a ella. — ¿Qué vas a hacer? —Con sarcasmo. — ¿Tanto te gusto que no aguantas las ganas? —De la nada, Serena dispara las ansias entre ellos. Como si sin querer se hubieran olvidado de poner el freno de manos al estacionar.
La ve cruzarse de piernas, tan segura y superada. De pronto se la imagina con botas largas de cuero y una fusta, mientras que con ésa voz y ésa mirada autoritaria lo castiga dura y sexualmente. —Mujer… Desafías la poca decencia que me queda. —Muerde su labio inferior.
Serena levanta su mentón, su cuerpo parece de gelatina, una gelatina caliente. —Pórtate bien. —Une su frente con él. —O voy a tener que castigarte, chico malo. —Serena murmura con una risita y a pesar de estar con éstas ansias tan carnales y explícitas; comparten un beso. Pequeño y dulce, Serena lo toma del rostro, le deja una larga caricia. Su centro da espasmos calientes, así como la polla de Vegeta se inflama. Deben sostener sus riendas, se escucha el cuero del asiento rechinar entre los dedos de Vegeta.
—Grrr… —Vegeta se aleja, la nube de su lujuria se despeja y su vista vuelve a la realidad. Los vidrios no están entintados y están en plena vía pública. —Volvamos al trabajo. —Su mirada seria vuelve adelante.
Serena se siente acalorada y baja la ventanilla. No sabe de dónde salió esa mujer, a veces con Vegeta se siente que actúa como otra persona. Lo ve sonreír de lado todo el camino, muy presumido de que ella esté apenada por lo que hizo. —"Ay Vegeta, la venganza será terrible, ya verás."—Niega con la cabeza y sonríe. Por suerte el camino de regreso a la Empresa es tranquilo, al igual que lo que resta del día.
…
Rei salía de comprar algunos víveres y como si el mundo no quisiera desafiarla aún más, doblando la esquina estaba Nicholas. Se frena de golpe, da un paso hacia atrás, choca con alguien y cae con las bolsas. — ¡Lo siento señor, disculpe! —Rei se levanta y se disculpa con quienes chocó.
— ¡¿Señorita Rei?! —Con alegría y entusiasmo, Nicholas se acerca a ayudarla.
—"¡Dios! ¡Ya basta! ¡¿Qué más quieres de mí?!"—Rei se siente a nada de llorar por un ataque de ansiedad. Toma aire y dibuja su mejor sonrisa falsa. — ¡Nicholas! ¡Dios mío! Cómo pasa el tiempo.
—Jajaja, ni que lo digas. —Nicholas la ayuda a juntar sus cosas.
Rei se agacha con él. —No por favor, fui yo la que chocó con ésas pobres personas. —"…Y con toda mi vida." Rei termina la frase para sus adentros.
La ve muy nerviosa e incómoda. —Ah ¿Estás bien? ¿Quieres ir por un café? —Ella le pone un rostro muy serio. —Jajaja o mejor no. Sólo quería hablar contigo y ponernos al día. Estoy de paso en la ciudad, debo viajar a Singapur mañana.
Rei exhala, debe enfrentarse a éstas cosas, ya es una mujer grande. —Sí, pero hoy prefiero un té. —Sonríe de lado pero su mirada está melancólica. Aunque mientras empiezan a charlar, todo se ameniza y quiere creer que la vida intenta que ella se sienta en paz con su pasado. Además Nicholas no para de agradecerle a ella por los cambios en su vida. Se ve bien arreglado, con el cabello corto, con traje, todo un hombre de negocios, casado y con hijos. —… Oh Nicholas, tus hijos son divinos…
—Sí, Jajaja pero la niña es tremenda y además inteligente. Es difícil hacer que no se salga con la suya. —Nicholas le comenta y le muestra un par de videos.
—Pues en eso debe parecerse a su mamá. —Rei se cruza de brazos. —Sinceramente, me alegro de que estés bien, que hayas tomado las riendas de tu vida. —Exhala y alcanza su taza de té, mira a la gente entrar y salir de la cafetería.
—Te lo dije, todo te lo debo a ti. —Nicholas recuerda. —El día que me enteré que mi padre estaba en su lecho de muerte, me dijiste que fuera, que hiciera las paces con él. Y cuando lo hice, empecé a ver cómo mi familia también me necesitó y me necesitaba. Ayudé a mi madre con la empresa. Cuando me volví un hombre responsable y menos voluble, ahí conocí a mi esposa.
—Se ve que es hermosa y muy buena. —Rei comenta sincera, porque así parece.
—…Te acompaño a tu casa Señorita Rei. —Nicholas la ve todavía con las bolsas.
—Gracias y ya dime Rei. —Exhala fuerte y acepta la ayuda. Es más, empieza a aceptar que era envidia lo que sentía. De no haber sido ella quien está compartiendo ésa vida con Nicholas, si ella hubiera sabido lo que rechazaba en ése entonces, tal vez las cosas serían distintas.
—… Así que hablaron de todo un poco. —Ami se sienta con ella para cenar. — ¿Tú estás bien?
—Sí. —Rei suspira al cielo. —Lo que hice fue lo correcto, le deseo el bien en verdad. Lo que yo sienta, es algo mío. Son mis conflictos.
Ami abre la mirada, recién ahí puede ver a su amiga con la guardia baja. — ¿Conflictos? ¿Rei qué te ha pasado? —Se siente la peor amiga del mundo. Estuvo tan sumergida en sus dramas, que no vio la tristeza de su amiga.
Rei sacude su humor, lo dijo sin querer. —Nada, tonterías. —Con una sonrisa falsa. —Sólo imaginando qué hubiera pasado si… Jajaja Nada más, te lo juro.
— ¿Has dormido bien? —Ami la toma del rostro, pasa su pulgar por sus mejillas. Revisa sus ojeras debajo del maquillaje, ella la aleja. —Rei, deja de actuar tan dura. En especial tan dura contigo misma.
—Sabes, Ami. No es nada. Sólo… —Mira alrededor. —Los problemas se acumularon, de la casa, el estrés laboral… Y recién hoy siento que cierro una puerta, que estoy en paz con Nicholas. —Larga unas risitas. — ¿Sabes lo que necesitamos? Un día de spa y una noche de strippers y alcohol. —Al fin contagia de risa a Ami. Si las cosas fueran tan fáciles, incluso en la noche de nuevo ronda mil escenarios en su cabeza donde eligió algo distinto. Se lleva la caja de su abuelito con las cartas, el diario y el sake. Su teléfono suena, frunce el ceño al leer el nombre en la pantalla. — ¿Hola…Raditz?
—Hola Rei. Sí soy yo… —Raditz estaba por dormir, pero daba mil vueltas en la cama. —Perdona ¿Es mal momento? —Se sienta en el borde. —"¡Estúpido! Ella es una mujer ocupada."—Se reprende.
—No, no. Estaba despierta. —Rei prende su veladora, mira a los lados. —Espera un segundo… —Deja en teléfono y se pellizca la pierna. —Auuu… —Dice en voz baja, comprobando que no es un sueño. —Sí ¿En qué puedo ayudarte?
—Quería… —Raditz truena los dientes de la rabia, traga duro. No creyó que sería tan difícil. —Quería saber si mañana temprano puedo pasar por tu Templo porque… —Siente un nudo en la garganta ¿Está por llorar? Se resiste, presiona el borde del colchón. —Voy a renunciar…
— ¿Qué? —Rei levanta una ceja. —Ah, pero ¿Estás seguro? Creo que te precipitas, debes buscar ayuda profesional.
Rechina los dientes. —Sí, pero así como estoy, soy más un peligro que una ventaja para mis compañeros. —Se frota el rostro. —No sé cómo lo va a tomar mi padre, o mi hermano o Vegeta. En parte temo que la enemistad entre mi hermano y Vegeta empeore y es por eso que quería actuar como si nada, por ellos, pero los estoy retrasando. —Siente que Rei le da el silencio para hablar. —Hoy tuvimos una reunión con tu amiga, casi lo hago ahí mismo pero… Me comporté como un jodido cobarde.
—No Raditz, no digas eso. —Rei lo siente con mucha frustración, se acuesta en las almohadas. Lo escucha exhalar y no decir nada más. — ¿Cómo le va a Serena?
—Bien, muy bien. Creo que va a ponerlos en escena más pronto de lo que creemos. Tiene talento. —Raditz lo dice con sinceridad. —Entonces ¿Mañana estarás muy ocupada? No sé qué dirá mi padre, quizás me eche a patadas. —Se ríe un poco de su situación.
—Pues dormirá al pie de la escalera, te lo aseguro. —Rei larga también una risa apagada. —Mañana tengo un día bastante liviano. Pasa cuando quieras, envía un mensaje. —Se despiden y Rei se queda mirando al techo. —Ay por amor al cielo ¿Qué hago yo dándole consejos a alguien tan perdido como yo? —Toma el diario de su abuelita y algunas cartas de su abuelo. —Me siento una embaucadora. —Sigue hablando sola, empieza a leer. En verdad, el Diario relata lo mucho que su abuelita extrañaba a su abuelito, cuando se iba a ésos seminarios largos o retiros espirituales. También hay cartas, pero la mayoría las escribió su abuelo cuando su esposa murió. Habla de lo mucho que la extraña día a día, de qué hubiera sido de su amor si él aprovechaba mejor el tiempo cuando estaba con ella. Abre el sake, y en cada lectura, más necesitaba leer. En medio de su borrachera recuerda que en su closet guardaba el par de cartas de Jadeite, las va a buscar por puro masoquismo. Las lee y se ríe de ella misma. —Vaya, sí que era muy cursi… —Habla tropezando con la lengua, bebe y arruga el rostro. Y se pregunta ¿Qué hubiera sido entre ella y Jadeite?
Al final del día, Vegeta lleva a Serena a su casa. —Podía invitarte a cenar. —Vegeta lo sugiere de nuevo, se baja rápido para abrirle la puerta.
—No, está bien. —Serena toma su mano y baja. —Desde el fin de semana que no estoy en casa, hoy pasé muy temprano. Jaja, extraño a las chicas.
—"¿Y no vas a extrañarme?"—Vegeta frunce el ceño, se enoja con ése pensamiento. Camina junto a ella. Observa cómo se estira y guarda sus lentes.
—Bien, buen trabajo por hoy. Mañana ya será un día más tranquilo. —Serena sonríe, se voltea a Vegeta antes de abrir la puerta. Ahí están ésos ojos negros, con una sola cosa escrita en ellos; deseo.
Es una buena ocasión para despedirse, pero también para pedir un poco más. Se inclina hacia ella, una risita quiere escaparse de Vegeta al ver que ya no se resiste, sino que espera su contacto.
Los recuerdos de ése momento inconcluso en el auto se reviven. Sus bocas se unen y si no fuera que todavía pasa gente por la acera, el abrazo sería menos conservador. Cambian el ángulo de la cabeza y así ocultan el beso con sus cuerpos. El desgaste, la irritación en sus labios sigue viva, pero eso no frena a sus labios ni las succiones. Sus lenguas se asoman muy delicadamente. Sienten que están metidos en una sola nube de calor y humedad. Serena debe reprimir un poco el gemido, al sentir su clítoris dar un espasmo.
Vegeta atrapa su labio inferior entre los dientes, y discreto lo estira ¡Maldición! Lo que tanto temía, ésta necesidad comiéndole los sesos y quitándole el control. Transportando toda su sangre a su polla, exigiéndole aliviarse dentro de Serena. —Invítame… —Susurra, se aleja un poco y su vista viaja al cuello de Serena, quiere lamerlo, sentirlo más de cerca.
— ¿Qué? —Serena larga una risita, se separa, pero Vegeta la sigue sosteniendo entre sus brazos.
Vegeta inclina la cabeza, siente que ella se hace la tonta. —Invítame a pasar la noche.
Serena abre la boca, mira a un lado, a la puerta. —Estoy segura que nos están escuchando ahí detrás. —Señala. —No vivo sola. Además, ya pasamos todo el fin de semana. —Recuerda que tiene todo acomodado como si viviera con Darien. —Hay que tomar distancia, tener nuestro espacio. Tomar todo con calma.
Vegeta la suelta, eso le cayó como balde de agua fría. — ¿Lo dices tú o la "Doctora" ésa?
Serena levanta las palmas. —A ver, escúchame Vegeta. Setsuna, antes de ser mi terapeuta, es mi amiga. Nos conocimos en preparatoria y no voy a permitir que sigas hablando mal de ella sin motivos.
—"Hmp ¿Motivos? No tengo pruebas, pero tampoco dudas…"—Vegeta siente la cabeza caminar en círculos, trata de relajarse.
—Jajaja, al final, el dramático resultas tú. —Serena se burla de él.
—Grrr… —Gruñe con enojo, la toma de la cintura y la tira fuerte contra él. Tanto que la hace rebotar. —Ésa lengua tuya… —Sisea, casi escupiendo, apunta la vista a su boca.
Serena toma aire, puede sentir su corazón tan agitado como el de ella. —"Su calor, sus latidos… Su aroma aún está en mí…"—Degusta cada detalle antes de decir buenas noches. —Só-Sólo no quiero pelear…
Vegeta se muerde el labio inferior, inhala una última vez su perfume. Larga un ronroneo grave que hace vibrar su manzana de adán. —Ya siento pena por ti. Vas a extrañarme tanto, que te volverás loca…
Serena se cubre el rostro y se ríe de la pena. —Buenas noches, Vegeta. — Pone los ojos en blanco, el tipo a veces es tan engreído.
—Buenas noches, Se-Re-Na. —Vegeta se voltea con una sonrisa pícara, camina presumido, luciendo su trasero.
—"Haaa… Pensar que ése trasero estuvo entre mis manos. Pero… Si no atiendo a Darien ¿Quién lo hará?"—Serena suspira un poco con melancolía y llenándose la vista. Ve que su auto arranca y le hace seña de luces. Ondea su mano y se mete a la casa.
—Qué feo que nos delates que estábamos detrás de la puerta. —Mina la acusa, está cruzada de brazos con Lita y las dos muy enojadas.
—Hola chicas ¿Pedimos de cenar? —Serena deja sus zapatos, está con una sonrisa de oreja a oreja.
—Uuuuyyy, a alguien le sacaron el mal humor a puros pollazos. —Mina hace el movimiento salvaje con las caderas.
Serena se muere de la risa, está roja, casi eufórica. No puede evitarlo. —Ay chicas, no sé cómo fue su fin de semana, pero el mío. No sé ni por dónde empezar.
—¡Aaahh! —Lita y Mina gritan como locas, saltan. Se sienten como en la adolescencia.
—Siéntate, siéntate. — Lita la toma de la muñeca. —Voy a abrir un vino, la pizza llega en unos veinte minutos.
— ¡Nooo! —Mina grita a su teléfono. —Rei y Ami están ocupadas. —Sacude con rabia la pantalla.
Serena relataba muy por arriba el fin de semana, más que nada las actividades banales, como el desayuno, el paseo en la playa, la película. —… Si logramos acercarnos y pude conocer éstos lados de su personalidad. Me…—Baja su copa de vino, toma valor. —Me dijo que yo le gustaba tal como soy…
Mina pone los ojos en blanco. — ¡Ay Dios mío Serena! ¡Cuéntanos los detalles jugosos! —La toma del brazo y la sacude. — ¡¿Cuántas veces lo hicieron?! ¡¿Y por qué lugares de la casa se fueron revolcando?!
— ¡Sshhhtt! ¡Mina no! —Serena la aleja, frunce el ceño enojada. —Yo…Yo qué sé, unas diez…—Presiona los labios. —Doce, creo que perdí la cuenta. —Sus amigas quedan con los ojos desorbitados. —Eso no es lo importante, sus banderas rojas siguen ahí… —"Hay una enorme en realidad…" Serena recuerda que le dijo que usaba el sexo como un "analgésico".
—Hmmm ¿Y en el trabajo? —Lita le consulta. —Raditz nos aseguró que es muy profesional.
—Sí, es cierto. Aunque no deja de ser un rebelde que quiere salirse con la suya. —Serena niega al cielo, lo recuerda azotando la puerta y reclamándole. Sin embargo, más que eso no hizo, no se insinuó de manera inapropiada o algo así. —Y…Hay algo, no sé si contarlo como bandera roja para él…
—Cuéntanos todo… —Mina sirve de nuevo la copa de Serena hasta arriba.
—Mina, no la emborraches. —Lita le quita la copa a Serena y le bebe la mitad. —Bien cuéntanos, nosotras como siempre, una tumba.
—Verán hay una… Entrenadora. —Serena gira la copa, el asunto de Milk todavía divaga en su mente. —Se llama Milk Ox, es su entrenadora personal y nutricionista. Sin embargo, me enteré que parece estar enamorada de Vegeta.
—Jummm… —Mina revuelve su copa, se pone en modo detective. — ¿Y cómo supiste eso?
—La asistente me lo contó, luego de que vio que…—Serena no quiere decir amenazó, quiere suavizar las cosas. —Milk se acercó y me pidió que no hiciera que Kakarotto y Vegeta se pelearan.
—Me suena a amenaza. —Lita devora un trozo enorme de pizza.
—Bien, no importa. —Serena ondea sus manos. — Hablé con ella como adulta y dejamos las cosas en paz. —Toma otro trozo de pizza.
—Bien, tú mantente firme. —Mina presiona el puño y muestra sus bíceps.
—Yo no voy a pelearme con otra mujer por un hombre. —Serena declara seria y con la boca llena.
—No, nadie dijo eso. —Lita le explica. —Que vea que no estás pintada, que no eres otra aventura más.
— ¿Ah no? ¿Y qué soy? —Serena pone las manos en la cintura, no da nada por asegurado con Vegeta.
—Bueno, entrando en el hermoso ritual de intercambiar información. —Mina se limpia la boca con la servilleta. —Kakarotto no cree que Vegeta cambie realmente, que tú eres demasiado buena para él.
—Sí, sabes. No quiero hablar mal de Kakarotto. —Serena levanta un dedo. —Pero, a veces siento que lo provoca a propósito. Es muy efusivo conmigo y a Vegeta lo pone de malas.
—Oooh ¿Celos eh? —Lita le da unos codazos. —Raditz dijo que lo vio levantarse al alba, igual que tú, muy preocupado y nervioso por su fin de semana. Que nunca llevó una mujer a su casa.
Serena siente que echa humo por las orejas. — ¡Bueno, bueno! ¿Y ustedes? ¿Cómo fue su cita?
—No sé si llamarlo así. —Mina se encoje de hombros. —Verás, fuimos a entrenar al parque, la pasamos bien y ¡OH-POR-DIOS! Serena, si Vegeta tiene aunque sea la mitad del físico de esos hermanos, te doy por bien servida hasta el próximo siglo. —Bromea para ponerla nerviosa. —Nos llevamos muy de amigos y cómplices. Quizás en algún momento… —Mina mueve la cabeza de un lado al otro.
— ¿Y tú Lita? —Serena le pregunta. —Tú ya pasaste ésa barrera, o sea, te acostaste con él.
—Sí. —Lita miente. —Si el padre no fuera tan sangrón. —Pone los ojos en blanco. —Es muy sobreprotector con Raditz.
—Mejor dicho, es desconfiado contigo. —Mina la pica con un dedo. —Si no fuera poco con la vez que lo viste desnudo, te mojaste arriba de él.
—¡Mina! —Serena queda en shock de nuevo.
— ¡Cough, Cough! —Lita busca agua, casi le sale el pepperoni por la nariz. — ¡Estúpida! ¡No lo digas así! —Se baja un vaso de agua y el siguiente se lo tira a la cara a ésa rubia impertinente. —Me tropecé y tenía la botella de agua, la perra me empujó.
— ¿La perra? Ay Mina, tu siempre empujando a la gente. —Serena se burla de sus amigas. —Sí, supe que Bardock tiene mascota. Vegeta tiene un gato… —Siente que extraña estar atenta a ésa bola de pelos.
—Y Serena… ¿Le contaste algo a Vegeta? —Lita la ve muy pensativa. —Sobre Darien…
Serena se encoge de hombros, así como ella acepta que hay cosas que Vegeta no quiere contarle, ella lo usa como excusa para no contarle… Que todavía ama a Darien. —Nos estamos conociendo… —No dice más, toca su dedo anular, donde iba la sortija de compromiso, pero ahora sólo se dispara el toque de Vegeta. Siente un nudo en la garganta y niega con la cabeza. —Ja, desconfía de Setsuna… —Cambia de tema.
—Sí ¿Qué tienen los hombres con ir a terapia? —Lita se encoje de hombros. —Le dije a Raditz, que estaría bien que se haga ver, por secuelas del accidente…
—Aaaaah, mucho cuidado ahí… —Mina tiene su teléfono. —Me contaron un par de pajaritos, que Raditz y Rei… Se están viendo.
—Primero ¿De verdad crees que Rei va a dejarse seducir por Raditz? —Lita argumenta, Serena le da la razón. —Segundo, ya lo sabía, él me contó. —"Además tiene impotencia sexual…" Termina en su mente. —Me alegra que busque ayuda ¿Cómo le va a Raditz en el trabajo?
—Oh, pues…Bien. —Serena se encoge de hombros. —Aunque sería bueno que se pusiera a manejar de inmediato. He sabido que entrena, pero apenas maneja. —Todas quedan un poco desanimadas.
Cuando terminaba de lavar sus dientes, Serena se metía a su habitación. Miraba las pertenencias de Darien. —"Él está aquí, él es incondicional. Ojalá pudiera decir lo mismo de Vegeta…" —Se lamenta, a solas sus inseguridades resurgen. Se abraza a sí misma, huele su cabello, su shampoo, su perfume. Todo en él ha marcado sus sentidos.
También Vegeta se lamenta, pero es distinto. Lamenta no haber impuesto su voluntad en Serena, está seguro que si le apretaba un poco el trasero o si le apretaba un pecho, ella sola lo arrastraba a la cama. —"Hmp ¿Qué pasó con eso de dejarse desear por las mujeres?"—Pone los ojos en blanco, mientras reflexiona si no habrá consecuencias, para todas las barreras que dejó traspasar a Serena. —Ja ¿Dejé traspasar? Se fue metiendo sin permiso y yo con gusto… Con gusto la acepté. —Responde en voz alta a su subconsciente, se tira en la cama. Se cubre hasta la cabeza, el aroma de Serena sigue ahí. Busca sus bragas y su labial, aun envueltos en el pañuelo y lo deja debajo de su almohada. Mira su teléfono en la mesita de noche. —Qué cabeza dura eres mujer, anda escríbeme… —Lo dice con mínima esperanza, sabe que ella no lo hará.
Primera hora de la mañana, Raditz entra directo a hablar con su padre, está con Gure en la sala de ingeniería. —Hola… —Dice a secas y serio, escucha que la puerta se abre y ahí está Nappa.
—Hola Raditz, excelentes noticias. Tu auto está listo. —Gure le señala, toca varios controles y lo baja.
—Ya queremos ver cómo corres, grandote. —Diecisiete ayuda a la Ingeniera a bajar el vehículo.
—No. —Raditz presiona la mandíbula y los puños. —Vine… Vine a decirles que, ya no puedo manejar.
— ¡Ésas son noticias! —Vegeta grita y azota la puerta detrás de él. — ¿Era lo que estabas esperando verdad? —Camina hasta él muy enojado.
—Vegeta. —Bardock interviene, levanta el índice, ordenando mantener la compostura.
— ¡¿Tú ya lo sabías?! —Vegeta reclama a Bardock.
—No Vegeta, nadie sabía nada. —Raditz explica. —Me di cuenta que no hay buen momento para avisar algo así. Prefiero hacerlo ahora, antes de participar en los eventos de publicidad; que se desliguen de mí. —Exhala, parece que el peso en sus hombros, cambia de impotencia generalizada a simple culpa.
— ¡Carajo Raditz! ¡Te necesito en la pista! —Vegeta se enoja, lo ve muy decidido. Carajo, Kakarotto va a echarle toda la culpa a él.
—Sabes que no es así. No quieras encubrirme sólo porque somos amigos de la infancia. —Raditz explica, observa el gesto de asco de Vegeta, sabe que no le gusta ésa palabra. —Estoy atrasado en el entrenamiento y lo sabes. Los estoy arrastrando.
—Hijo… ¿Qué vas a hacer? —Bardock se acerca, sabe que Raditz tiene potencial.
Raditz se encoje de hombros. —Puedo trabajar con el equipo técnico o en los Pits. Ésta semana iré a ver a un par de médicos, por secuelas… —Presiona los labios, escucha a Vegeta rechistar. —En verdad que no sabía cómo decirles. —Sacude las manos, empieza a sentirse ahogado en las miradas de todos y se va.
— ¡Hey Raditz! Quiero ver tu coche. —Kakarotto y Broly se acercan, pero su hermano pasa con un rostro lúgubre y se va sin decir nada. — ¿Qué pasó?
Bardock sale al pasillo. —Renunció.
—No, claro que no. —Vegeta alza la voz. — ¡Yo voy a buscarlo!
— ¡Vegeta no! —Nappa interviene, se queda discutiendo con él.
— ¡Todo es tu culpa hijo de puta! —Kakarotto se tira sobre Vegeta y forcejea.
— ¡Nappa! —Bardock ordena y él tira a Kakarotto al suelo y lo inmoviliza. Mientras Nappa hace lo mismo con Vegeta. Los dos se gruñen y forcejean para pelear.
—Vegeta cálmate. — Nappa le señala a Serena, que salió de la oficina al escuchar el escándalo.
—Ya, de acuerdo. —Vegeta se traga la rabia, se levanta. Mira de lado a Serena, esto es malo, ella seguirá con sus sospechas respecto a él y Kakarotto. —Yo iré a buscarlo… —Habla con calma.
—No, nadie. Voy yo. —Nappa se ofrece, le pide a Bardock que mejor calma a su hijo menor.
— ¿Qué pasó con Raditz? —Krillin entra con Dieciocho. —Lo vimos salir en el auto.
Todos se lamentan al cielo. —Voy a tratar de llamarlo, traerlo para hablar por las buenas. —Nappa empieza las llamadas.
Rei estaba desarmada en la cama, el susto de percibir la luz a través de los parpados la despierta. —¡AY DIOS MÍO! — Su cabello hecho un nido de pájaros, la almohada marcada y la peste a alcohol la sacuden. Sale trotando de la cama, chocando con todo. — ¡Ami! ¡Auch! —Se frota la cabeza y también le duele el estómago. —"Cierto, ella se levantaba temprano... ¡Ayyy mi cabeza!"—El Karma de la bebida la ha chocado a toda velocidad. Empieza a revisar su teléfono, mensajes, llamadas y como seis alarmas perdidas. Sin contar la batería muriendo. Sale en camisón, directo al baño. Olvidada de todo, se mete al baño y grita por el chorro de agua fría. — ¡Ah, carajo! Me lo merezco, me lo merezco. —Sale del baño y va a calentar agua. Manotea una pequeña toalla y se cubre. Estando en la cocina, quiere conectar su teléfono para cargar la batería y se da cuenta que no hay luz y no puede responder a las llamadas y mensajes. —Maldita sea. —Sale trotando y tropieza en la sala. Rei ya no soporta, se quiebra, se siente impotente. Empieza a llorar, de rodillas, desnuda, avergonzada y completamente empapada de agua helada.
A Raditz se le hace extraño, dio una vuelta en el Templo y ella no aparece. No quiere prender el teléfono, sabe que lo deben estar buscando. Consulta a un ayudante y le dice que no la vio salir de la casa. Le señala la dirección, así que va a golpear su puerta. Escucha llanto a través, se asusta. Abre prevenido la puerta corrediza. Toma aire por la boca. Ahí está Rei, completamente descompuesta en llanto, en la sala, desnuda. Su cabello negro está completamente mojado, escurre pegado a su cuerpo. Su piel blanca completamente erizada y sus pezones endurecidos. —"Hermosa…" —Es lo único que Raditz procesa, mientras el agua está alcanzando su tanque.
—Dios mío ¿Qué quieres de mí? No comprendo. —Rei jadea, los sollozos no la dejan respirar. —No anda la luz, no anda la caldera. Técnicamente la casa se derrumba y no tengo hombros para sostenerla. Mi espíritu, mi corazón no encuentra dirección. —Se abraza, presiona los dedos en sus brazos. — ¡Ay, estoy tan perdida! —Se hace pequeña, se encoje en el suelo.
Una piedra se forma en la garganta de Raditz al escucharla así ¿Cómo fue tan ciego? ¿Tan egoísta? Lo ha ayudado, a pesar de que él le cae mal. Vino a pedir más ayuda ¿Y Rei? Ella es de carne y hueso, y en ningún momento Raditz se volteó a preguntar si ella necesitaba algo. Está por abrir la puerta y ayudarla, si no fuera que. —"¡No! ¡No, no, no, no! ¡No me hagas esto ahora!"—Raditz mira a los lados en terror, no sabe a dónde huir, su ritmo cardíaco está fuera de control. Con razón pensaba tan lento, la sangre no estaba en su cerebro, sino en su polla. Escapa en silencio ¿Qué va a pensar de él? De hecho, ni él sabe qué pensar. La vio llorando, tan indefensa, desarmada y a su miembro se le ocurrió hacer su gloriosa resurrección.
Llega a su casa, a Raditz por casi nada le hacen una multa por exceso de velocidad. No le importó mucho, ya que ha renunciado a las carreras. Azota la puerta de su habitación, busca el tensiómetro. Su presión arterial es normal, es más, es baja. Es su ritmo cardíaco el que toca las nubes. —Mierda, mierda ¿Qué mierda me pasa? —Se apoya contra la pared del baño, en tanto se da justicia por mano propia. Se siente tan duro que duele, las venas tan inflamadas que siente escalofríos. Cierra los ojos tratando de pensar en cualquier otra, menos en Rei. Es imposible, ahí está el cuadro, mojada, delicada, vulnerable. Relame su boca de solo pensar en sus pezones. —Aaah… —Larga casi en un quejido doloroso, liberando la tensión que se acumuló en el saco de sus bolas todos éstos meses. Eyacula duramente en su mano.
Tock, Tock…
El golpe en la puerta lo hace saltar desprevenido. —Hijo ¿Estás bien? —Bardock consulta.
Raditz se lava las manos, cuenta hasta diez, hasta cincuenta… Pero no es suficiente. —Sí papá. Solo vine a casa a… —No puede ocultar la tensión en su voz, su polla empieza a despertar otra vez. — ¡Me tienes que estar jodiendo! —Acusa a su erección.
— ¡Raditz! —Bardock entra a la fuerza y al segundo se arrepiente. — ¡Carajo Raditz! —Ruge enojado y se cubre la cara. — ¡¿Podrías tapar la herencia?! —Sacude la cabeza y se pone de espaldas.
— ¡Papá, no entres sin permiso! —Raditz sacude el puño. Trata, como puede, de guardar al maldito traidor en sus pantalones. —Me siento como ésa vez, cuando tenía 13.
—Hmp, eso parece. —Bardock sale del baño de Raditz. —No creí que estarías aquí, Nappa te llamaba. Vino aquí primero, no estabas y Kakarotto dijo que tal vez fuiste al Templo Hikawa.
— ¿Nappa fue al Templo de Rei? —Raditz enciende su teléfono. —Envíale un mensaje, dile que…
—Ya lo estoy informando. —Bardock levanta una mano y teclea en su teléfono. —Ahora… —Se voltea a su hijo, cierra la puerta. —Tenemos que hablar…
—"Ayyy… Carajo…"
…
Bendito seas Raditz, se te ha hecho el milagro. Jajaja. No se rían, pobre hombre, ppssjajaja ¡Hasta el próximo viernes!
Saluditos…
Nita-chan84: Pues, ven aquí y lloremos por nuestro pequeño Vegeta. Ya estaban las advertencias, pero nos valió a todos y a Serena también, por eso volvió a entrar y casi le parte su mandarina en gajos. En cambio le dio la papaya :v ay bueno, es que si así se cura el hombre, pues todas queremos ser su ibuprofeno XD. Y así, en el deliziozo tiene que negociarle una sesión de terapia Jajaja, sí somos. Pues sí, ésa señora era su madre, ya habrá más contexto sobre los progenitores de Vegeta. También de lo de Bulma, dicen que cuando un ser querido muere se arrepiente de lo que hizo y lo que no hizo también... Y el Raditz, mi' jito, hazle caso a ése instrumento masculino, que no te miente: Blanco es y gallina lo pone XD ¿Cositas fluff NappAmi en el próximo cap? Hmmm… Cosa más linda imaginarme ésa escena VegeRena mirando una película y compartiendo dulces por tu tiempo y tu rw ¡Un abrazo virtual enorme! San LuisMi siempre presente XD
OhaioIzumikun: Pues dicen que la esperanza muere al último, casi antes que el cuerpo XD La idea de la relación más allá de lo sexual, es siempre el objetivo. Ya que como explica el título, al mismo tiempo que es ésa atracción lo que los une, al mismo tiempo los separa, hace que sus personalidades choquen y que sus heridas internas todavía duelan. El lazo emocional de Vegeta es evitativo, debido a sus traumas, teme que al abrirse con alguien salga herido. Como dicen, el que se quema con leche… Pero también se necesitó de la fortaleza de los dos, en especial Serena, para quedarse en el momento más oscuro. Jajaja, al mismo tiempo que hay buenas noticias para el ReiDitz, también es inoportuno para Raditz Jajaja y no pudo ayudarla. Bueno, la verdad en la disco, Raditz le hecho un ojito ;) pero bueno, ella estaba de orgullosa. Gracias por tu rw.
Alexandraaa417: Hey! Welcome back! Jajaja. Sí lo sé, además de actualizar cada viernes, los caps me quedan largos, lo siento, :'( no colaboro al vicio y la vida adulta XD Serena irá recibiendo información, muy de a poco y muchas conclusiones en las que va a acertar. Y como explicó Vegeta, nunca habló con nadie, o sea, siempre se supo, cuando fue niño y los doctores lo atendieron. Quiso huir de los malos recuerdos, hacerse más fuerte sin importar las cicatrices. Y la mezcla está fuerte ¬¬ Todavía no entramos en el KakaChi mi ciela, ahí atentas a las señales, jajajaja. Muchas gracias por tu buena onda y por tu rw, Un beso grande!
