Lala Lulu: Hola! Así mis cielas, yo intentando ir con el #RanKaneWeek, pero ya en el segundo día, entre reuniones y la musa secuestradora no pude. Pero ahí voy, en mi día libre voy a tratar de ponerme lo más al día posible. Volviendo al fic, sí, afilemos los tacones y caminemos porque hoy todas, ALTANERAS, PRECIOSAS Y ORGULLOSAS. XD ¡A leer se ha dicho!
¡Advertencia! Si ya has leído mi historia anterior sabrás que yo no escribo Lemon, sino Smut, mucho Smut. Smut es sabrosura primero, explicaciones después. Así que esto es para adultos ¡Porque soy una maldita pervertida!
No me pertenecen los personajes, son Creaciones de Akira Toriyama y Naoko Takeuchi. Hecho por un fan, para algún otro fan que ande dando vueltas por la Vía Láctea…
"Solitaria, camina la bikina
Y la gente se pone a murmurar
Dicen que tiene una pena
Dicen que tiene una pena, que la hace llorar
Altanera, preciosa y orgullosa
No permite la quieran consolar
Pasa luciendo su real majestad
Pasa, camina y nos mira sin vernos jamás
La bikina, tiene pena y dolor
La bikina, no conoce el amor
Altanera, preciosa y orgullosa
No permite la quieran consolar
Dicen que alguien ya vino y se fue
Dicen que pasa las noches llorando por él." La Bikina, Canción de Luis Miguel.
Capítulo 12
Serena sonríe frente a su laptop, ya tiene las invitaciones a la fiesta de apertura de la temporada. También mira el listado de reporteros y entrevistadores que estarán en el evento. Las entrevistas y en especial las preguntas a hacerle a cada uno en privado son vitales. Ahí suspira, sabe que deberá negociar entre ellos y los periodistas. —Al mal paso… —Serena le envía un mensaje a Kakarotto.
De: Serena
Hola ¿Podrías venir lo más discreto posible a la oficina? No es nada grave, solo un par de preguntas.
Kakarotto hacía dominadas, escuchaba su teléfono vibrar. Lo mira de lejos en el banco largo.
Milk le chaquea los dedos. — ¡Concentrado o volveremos a prohibir los teléfonos en mi área! —Espía por encima de su hombro. Ve el nombre de Serena en la pantalla. —"¡Ay! ¡¿Por qué hice eso?!"—Exhala y se cruza de brazos, se va a ver las lagartijas de Vegeta y verificar el cardio de Broly. —"Es por trabajo, ella trabaja honestamente. Ya basta."
Kakarotto iba a la Oficina de Dieciocho y de Serena. Muy simpático y sonriente saludaba. —Jeje, me siento como si me estuvieran por regañar en el colegio.
—Jajaja, tranquilo. —Serena le ofrece asiento.
Kakarotto se sube el cierre de su chaqueta, puede notar que Serena lo observa con atención. —Si quieres la dejo abierta. —Muerde su labio inferior muy coqueto.
Serena le azota una carpeta en la cabeza. —Basta, pórtate bien. —Frunce el ceño.
La ve ponerse tan seria y acomodando sus lentes, reprime sus risas. —Bueno, aquí estoy… —Cruza su talón sobre su rodilla y espera.
—He estado repasando algunas preguntas y borradores de las entrevistas que quieren hacerles. —Serena lo ve asentir. —Y… Creo que tú no eres tonto, sabes muy bien que querrán saber de ti y tu rivalidad con Vegeta… De ÉSA pelea. Yo necesito saber qué pasó.
Kakarotto mira sus manos, masculla un poco, presiona sus labios en línea recta. —Yo inicié la pelea, yo dí el primer golpe. —Confiesa y presiona sus puños recordando.
—No te llamé para que defendieras a Vegeta, quiero la verdad. —Serena habla muy firme, le parece extraño verlo sin su sonrisa y actitud tan simpática. Está serio, su ceño fruncido, con el cuerpo tenso.
—Ésa es la verdad… —Kakarotto admite por primera vez su culpa en voz alta.
Serena parpadea, se recuesta. Está sorprendida, creyó que la pelea la inició Vegeta. — ¿Hubo alguna provocación o?
Kakarotto niega, bien puede decir que Vegeta le dijo una grosería o algo así. Pero no. —Estábamos practicando, Raditz estaba en terapia intensiva y… Quiso probar él mismo lo que Raditz intentó hacer. Lo vi tomar posición y hacer de mi "hombre ala". —Su rodilla tiembla y la presiona, clavando los dedos para tenerla quieta. —Volteé el auto de golpe, casi provoco un accidente yo mismo. Salí del auto, y lo saqué a golpes del suyo. Él sólo respiraba enfurecido, lo vi con odio en sus ojos y aun así…Se limitó a recibir la paliza.
Serena queda pensando en el silencio, le gustaría ser como Setsuna y hacer las preguntas adecuadas. Sin embargo, se nota de lejos que estos tipos no están acostumbrados a compartir sus sentimientos o pensamientos. Trata de dividir bien su mente y razonar que ellos son hombres, en un ambiente de hombres. Muy distinto a su trabajo con Mina, en la moda y vestidos de mujeres. — ¿Y te disculpaste?
Kakarotto reprime una risita irónica, rueda los ojos con ironía. —Es obvio que no. Si él jamás en su vida se ha disculpado con nadie ¿Por qué yo tendría que hacerlo con él? ¡Que se vaya al diablo! —Se levanta de golpe, puede notar a Serena saltar de un susto. —Lo siento, esto no es contigo…
—Creo que tal vez tienes un concepto errado. —Serena se levanta y lo sigue con la mirada, se cruza de brazos. —Él se ha disculpado conmigo, me ha pedido perdón por—Corta la frase y se cubre la boca. Casi habla de más.
— ¿Qué? ¿Te hizo algo? —Kakarotto se voltea a Serena, quiere saber. —Serena, si ése tipo te hizo algo, deja tú de encubrirlo.
Serena niega con la cabeza. —Creo que estás exagerando, dejando que tus emociones te nublen. —Siente al espíritu de Setsuna guiándola y señalándola por hipócrita. Tose un poco para aclarar su garganta. — ¿Siempre fue así la relación entre ustedes?
—Es obvio que no te ha contado ¿Por qué lo haría no? —Kakarotto exhala bajando la vista. —Tiene que ver con Bulma… —Presiona los labios, toma aire. —No puedo contarte.
Serena asiente. —No es de metiche, ya te expliqué. —Se cruza de brazos. —Así, sólo me queda asumir los rumores.
—No es sólo algo que me involucra, también es la memoria de una amiga y el duelo de una familia. —Kakarotto sigue. —Al menos hasta que no hablemos los involucrados y estén de acuerdo con compartir la información.
—Así que es cierto. Tú y Vegeta competían por Bulma. —Serena declara incisiva.
Kakarotto se gira a Serena de golpe, su gesto es de hielo. —Bulma no era una mujer por la cual un hombre "competía" y se la llevaba como trofeo. A ella poco le importaba algo así, hacía su voluntad, nadie era su dueño.
Serena se siente abrumada ante la descripción de Kakarotto. Una mujer indomable, inalcanzable. —"Y yo tan… Haaa, yo tan YO."—Piensa con decepción, se entristece. —Brillante e inteligente. Es lo único que Vegeta me contó de ella. Los envidio por haberla conocido.
—Era mi amiga, nos dio su confianza. —Kakarotto de nuevo se tensa, como si el peso del pasado todavía lo atara. —Vegeta, siempre fue Vegeta. Me importaba muy poco que se llevara mejor con mi hermano. Lo entendía, eran de la misma edad. Cuando tenía 10, ellos ya eran adolescentes, con 15 años. No podía ser su cómplice. Me acostumbré a ser amigo de Milk, tenemos la misma edad. Siempre lo traté con simpatía, sin importarme sus caras de mierda o que me odiara porque lo superé apenas llegué a los 15 años. Yo nunca lo odié o algo así, siempre lo traté como una rivalidad superficial. Porque en el fondo… —Kakarotto frunce tanto los gestos, que la punta de su nariz se levanta. —Creí que Vegeta era bueno.
Serena se sienta en la punta de su escritorio y se entristece. Se abraza un poco y se llama a la razón. — ¿Qué esperas que piense con todo esto? —Exhala con frustración.
Kakarotto no puede verla así, se acerca y la toma de los hombros. —No…No es tan así. Serena… No te entristezcas. —La abraza.
—Dime algo, una pista… —Serena le ruega lo mira a los ojos.
Exhala frustrado. Piensa qué puede contarle y qué no. —Él sabía que el novio de Bulma la llevaba por malos pasos. Sabía que ella estaba consumiendo drogas y no nos dijo nada. —Ahí, el resto debe ser responsabilidad de Vegeta.
Serena se aleja, se queda mirándolo muy seria. —Te prometo que no le diré a nadie lo que me has contado. —Siente que tiene la información completa. Una parte muy egoísta de ella, se tranquiliza al escuchar que no fue a causa de una aventura amorosa con ellos involucrados. Mejor dicho, con Vegeta en el medio. —Ahora sabré qué hacer o cómo manejar las preguntas que surjan respecto a eso. —Le pasa una mano por el brazo para calmarlo.
Kakarotto, asiente y camina hasta afuera con ella. —Gracias, eres buena amiga.
— ¡Ay Kakarotto! ¡Tú siempre queriéndote quedar con todas! —Launch grita con una sonrisa al verlos salir. — ¿De qué hablaban tan solitos eh?
Serena se voltea y ve la cara de Tarble y Vegeta voltear a ellos. Kakarotto pasa un brazo encima de Serena. — ¡Sí verdad! Es una lástima, haríamos buena pareja. —Se rasca la nuca.
Vegeta siente una lanza de fuego atravesarlo. —"Él estaba a solas con ella…"—Presiona los puños. —"La está tocando sabiendo que ella es mía… ¡Es MI MUJER!"— Está por dar un paso y perder completamente el control.
— ¡Auch! —Kakarotto se aleja de Serena de un salto. — ¡Ay, Ay, Ay!
—Ya te dije que te comportes. —Serena le clavó un taconazo en la punta del pie. Se voltea y mira a Vegeta por encima de su hombro.
Vegeta parpadea grande, se siente abrumado por ella, de una manera que nunca antes le había pasado. Ahí se da cuenta, de que es la primera vez que piensa en ella como SU MUJER.
—Jaja, no se jode tan fácil con ella. —Tarble le da un par de codazos a su hermano.
—Sí, ella… —Vegeta se rasca la nuca. Se siente ridículo, casi hace una escena innecesaria.
…
Un silencio pacífico llenaba el Templo de Rei. Quería meditar en la sala del Fuego Sagrado, pero sus pensamientos van y vienen fantaseando con Raditz. Ésta sacerdotisa trata de mantener ésas imágenes lo menos pecaminosas posibles, como en besos, sonrisas y contacto únicamente por sus manos. Rei no aguanta sus risas, cuando en un paisaje de prados y flores Raditz la taclea contra la hierba para besarla. —Ay Raditz, eres un demonio… —Prende otro incienso y se levanta.
Estaciona, mira la cima de las escaleras. Raditz llegaba para terminar de arreglar la casa de Rei. Muy contento sube, un par de ayudantes lo saludan y responde con una sonrisa.
Rei lo apunta con la mirada, una sacudida de celos quieren nublar su temple. Camina muy seria, pero casi tambalea al verlo acercarse, cargando en su hombro todos los caños y herramientas. —"Buda del cielo, sostén mis óvulos frente a ése pedazo de hombre…"—Se muerde su labio inferior, llena de deseo, pero todo desde su mente.
Sí, sí, no lo niega. Son jovencitas alegres y voluntariosas. Pero ve a Rei, con su vestimenta de sacerdotisa y su ¿Cabello trenzado? —"Preciosa…"—Piensa y sonríe. No oculta su mirada de deseo hacia ella. Deseos de estar con ella, de tocarla, de besarla ¿Por qué no pudo verla así antes? Supone, en el fondo de su mente que tal vez no estaba listo para la tremenda mujer que estaba detrás de su semblante tan triste. —"Aún no le pregunté sobre eso ¿Será algún "enredo sentimental"?"—De pronto al acomodar ésa pregunta en su mente, su ceño se frunce, desanimado.
—Hola. —Rei sonríe, pero lo ve bajar sus gestos, como triste o preocupado. — ¿Pasa algo?
Raditz sacude la cabeza. —Ah, no. Hola Rei, verás solo pensaba… En lo que debo hacer ahora. —Se sonríen sin decirse nada.
Rei escucha murmullos y palabras revolotear alrededor de ellos. Son sus ayudantes. —Señoritas. —Se voltea a ellas, les pone mala cara y cruza sus manos. Ellas se asustan. —Nos permiten. —Hasta Raditz queda duro como una piedra por la cara de Rei.
—"Carajo, a veces olvido que ésta mujer quema…"—Raditz se remarca, porque puede que por una metida de pata, resulte realmente "exorcizado" del lugar.
Lo ve como un soldado, firme y concentrado empezando a trabajar. —"Es más, demasiado serio para mi gusto." —Muerde su pulgar, se queda cerca para ayudarlo. Sin embargo, parece manejarse bien solo. —"Le… ¿Le parezco muy aburrida? ¿Por qué no se comporta simpático al menos?"—Rei teme ya haberlo aburrido. Se mira en el reflejo, está bien peinada. Hasta planchó y perfumó su Hakama más nueva.
— ¿Todo bien? —Raditz se acerca, ella le asiente. —Las chicas… Tus ayudantes…
—Hmp… —Resopla y lo acusa con la mirada. —Sí. Jovencitas demasiado voluntariosas ¿No?
—Sí, jovencitas. —Raditz se la queda mirando ¿Ésos son celos? Lo que sea, le está pareciendo adorable. —No quiero sonar como mi padre, pero… Llega una edad, que se necesita una mujer. —Le deja un guiño muy coqueto y se sube al techo. Su ego se regodea, porque sin verificar con la vista, sabe que ha movido el suelo debajo de Rei.
¿El suelo? Está en otra galaxia muy, muy lejana, haciendo cosas muy, muy obscenas con el cuerpo de Raditz. Y cuando vuelve, sus bragas están mojadas y seguro sus mejillas rojas la delatan.
—Rei… —Su voz suave y masculina hace voltear a la morena. Toda una sacerdotisa, toda una mujer.
Un rayo helado cruza su cuerpo, se voltea y trata de parecer de mármol al decir su nombre en voz alta. —Jadeite… —Trata de que su mirada no delate sus emociones. En ésos instantes se odia así misma ¿Cómo puede verse afectada por él todavía? Presiona la mandíbula. —Hola…
Jadeite la observa, sacando el pecho, como si él la hubiera atacado. Casi se le dibuja una mueca de sonrisa, al saber que todavía la conoce como la primera vez. —Hola Rei yo… —Mira alrededor, y le señala la puerta de la casa. — ¿Podemos entrar?
— ¿Qué pasa? —Se cruza de brazos, no parpadea. Rei se siente extraña ante ésa mirada de Jadeite. Odia recordar su mirada provocadora, hasta siente que hay ¿Deseo? ¿Qué mierda?
—Es privado por favor. —Jadeite sonríe un poco de lado. Ésa desconfianza le demuestra que aun causa efectos en ella.
Rei pone los ojos en blanco. —Bien… —Entra a la casa, le da el paso a él. Lo ve quitarse los zapatos en la entrada. — ¿Por qué te quitas los zapatos? ¿Vas a tardar mucho? —Frunce el ceño, le habla sin cerrar la puerta.
No es que Raditz quiera escuchar lo que está pasando, pero justo que empezó a desarmar todo, desde arriba vio a un hombre de traje, de cabello corto y rubio hablar con Rei. —"Maldición, hasta yo quiero salir con ése…"—Pensamientos de dudosa procedencia lo inundan, mientras predice lo peor al verlos tratarse y mirarse de ésa manera.
Jadeite, recorre con la vista dentro de la casa. Hace tanto no está aquí, en el lugar donde tuvieron su primera vez.
Rei le chasquea los dedos. —Por favor ¿Es importante? Si no me explicas de inmediato, te pido que te vayas ¿Por qué viniste?
Jadeite saca las manos de sus bolsillos, la mira a los ojos. —Por ti…
Rei resuena una risa, casi ronca por lo que le dice. —Vaya, no puedo esperar a escuchar qué opina tu esposa o alguno de tus tres hijos. —Se cruza de brazos, para retener el puñetazo que quiere estamparle.
Jadeite baja un poco la vista. —Rei, mi matrimonio ya no funciona. La verdad es que mi esposa se fue con los niños un tiempo, porque ya ninguno de los dos soportábamos estar cerca del otro. —Peina su cabello hacia atrás. —Todo esto fue mucho antes de la reunión de graduados. Fracasé, estaba viviendo un infierno, hasta que te volví a ver…
Ay por la Palma Sagrada de Buda, Rei tuvo que sostenerse de sí misma. El tono dulce de Jadeite sigue ahí, la madurez de su voz solo la ha hecho más exquisita. —No… No entiendo porqué me dices todo esto. Lo nuestro se terminó hace años, y te advierto que no fui yo quien lo hizo, sino tus mentiras.
Jadeite hace una sonrisa irónica y exhala. —No puedo creer que aún no puedas perdonarme ¡Éramos niños!
— ¿En serio? ¿Pensaste en eso cuando conspiraste con mi padre para unir nuestras familias? ¿Cuándo me enamoraste y jugaste con mis sentimientos? —Rei siente sus heridas ardiendo de nuevo, todos ésos bellos recuerdos de un primer amor, ahora son simplemente dolorosos.
—Te llegué a querer Rei. No te miento. —Jadeite se toca el pecho. — ¿Por qué crees que estoy aquí? Me estoy separando y al fin podremos estar juntos.
— ¿Y tú crees que yo me quedé a esperarte? —Rei levanta una ceja, muy sarcástica resopla.
—Nadie te conoce como yo Rei. Fui el primero, yo te hice mujer… —Muy dominante se lo recuerda, da un paso hacia ella. Está seguro que con solo un toque, un beso, se lo hará recordar.
Como estacas al pecho, Raditz trata de controlar la rabia repentina y ésta angustia horrible al escuchar todo esto. Hace un ruido brusco en el techo.
Ése golpe de metálico despabila a Rei. —Mira, sepárate de tu esposa si quieres. Divórciate. Pero yo no voy a ser la "tercera" en discordia entre los rumores de la gente. Además tengo pareja, ya lo sabes.
—Jajaja ¿Ah sí? —Jadeite se relaja, muy seductor empieza a acecharla. — ¿Dónde está ahora?
—No necesito darte explicaciones, estoy ocupada, están arreglando el techo y en cualquier momento puede caer aquí. —Rei quiere echarlo, mira a los lados. —"¿Dónde está mi escoba cuando la necesito?" —Empieza a sentirse pésimo. Tal vez era buena idea cerrar la puerta, porque si Raditz escuchó todo ¿Qué pensara de ella?
—Listo. —Raditz cae de un salto, interrumpe toda la escena y se mete a la casa. Se limpia las manos con un trapo. —Aquí está la culpable, pero con la cañería nueva, ya puedes dormir tranquila. —Le muestra la tapa del respiradero de la caldera.
—Oh, sí. —Rei está roja, no sabe qué hacer. Mejor dicho, lo único que quiere hacer es meterse a un pozo y morir, pero no puede hacerlo.
Con razón escuchaba ruidos en el techo. — ¿Usted es un técnico? —Jadeite le habla con mala cara, haciéndole saber que interrumpe muy groseramente.
—Ah, soy… Bueno. —Raditz sonríe enorme de lado. —Soy el novio de Rei… Mmm, pero novio queda corto, soy su pareja. Mi nombre es Raditz Son.
Rei queda en blanco, es una figura borrosa, ya que su alma se salió del cuerpo.
—Mi nombre es Jadeite…Jadiete Shitennou. —Le pasa la mano. Con rabia intenta apretarla, pero el sujeto parece de piedra. Además, parece un mono salvaje de tres metros. —"¡No! ¡Es imposible que ella esté con éste rufián!"
Raditz golpea su frente, sonríe grande. — ¿No me digas que eres TÚ? O sea, el primero de Rei. —Y Rei está oficialmente caminado con los espíritus del inframundo al escucharlo hablar así. —Déjame estrechar doblemente tu mano. —Se la aprieta más todavía, el tipo mantiene el agarre pero Raditz le hace tronar un par de falanges. —Oh, disculpa. Es que, si tú le enseñaste todo lo que sabe hacer pues… —Pasa el brazo por encima de Rei, se acerca a ella casi por darle un beso.
—"¡Raditz! ¡Deja de aprovecharte de mí momento vulnerable!"—Rei grita en su mente, sus ojos giran en la confusión de la escena.
Raditz le deja un pequeño beso en la mejilla, le guiña un ojo, como diciendo "está todo cubierto". Porque la verdad, es que sentía que ella quería escapar de ahí, que ése tipo vino solo a atormentarla. —Tan adorable…
Jadeite lo mira de arriba abajo. Se nota que estaba trabajando, con las manos sucias y las herramientas. — ¿Y tú eres un técnico o algo así? —Pregunta con aires de superioridad.
Raditz saca el pecho, siente que las manos de Nappa y su padre lo sostienen de no partirle la cara a éste muñequito de pastel. —Pues, soy Ingeniero Electromecánico, recibido del Colegio Militar de Tokio. Actualmente, soy Corredor de Carreras en la Primera Categoría de GT. —Una sonrisa falsa se dibuja en su rostro. —No es que espere que entiendas lo que te acabo de decir.
Jadeite mira a Rei, está muda y nerviosa. Todo le parece muy sospechoso. — ¿Corredor? ¿Lo conociste a través de Serena? —Jadeite recuerda a su mejor amiga, enamorada de un Corredor hace tiempo.
Rei iba a tomar aire para responder, pero Raditz responde por ella. —Más o menos, en su cumpleaños, en una discoteca. Uno pensaría que se lleva una mujer por algo casual, hasta ya no es algo casual…
Rei toma aire, porque, como si sus emociones no fueran pocas, ésas palabras de Raditz calaron hondo en ella. —Raditz… —Sus ojos púrpura brillan contra ésa mirada negra.
Carajo, maldita sea. Escucharla decir en ése tono el nombre de otro, es el golpe más duro que ha recibido en mucho tiempo. Jadeite mira sus manos sin saber qué hacer.
Rei saca el pecho, se apoya en Raditz. Tose fuerte. —Así que… ¿Sólo venías para eso? ¿Ya te vas?
La mirada de la mujer es tan segura, como si ante Jadeite se hubiera presentado otra Rei, en el segundo que apareció ésa… Bestia. En silencio se despide de los dos, gira sobre sus pies, se traga el coraje.
Técnicamente el cuerpo de Rei se deja caer sobre Raditz. La sostiene de los hombros, se ve que estuvo soportando mucha tensión. —Así que… ¿Un viejo amor? ¿Es por él que sufres?
Rei queda con la boca abierta, luego cierra los ojos. Supone que era obvio, no tenía el mejor aspecto en estos tiempos. —Sí, puede decirse que sí. —Entrelaza sus dedos con él. —Mi pasado, mis decisiones… Me he preguntado ¿Dónde estoy? ¿Fue lo correcto? —Levanta la vista.
Los ojos negros de Raditz se encuentran con su rostro, el dulce rostro de Rei. Acerca lentamente su mano y le da un beso en el dorso. Una pequeña flama cruza entre ellos, piel a piel. —Es lo más normal del mundo. Todos nos preguntamos eso, ya sea por accidente o porque nos detuvimos a ver a nuestro alrededor.
—Cuánta sabiduría. —Rei le susurra con ironía, su cuerpo se acerca a él. Se acerca de puntitas para un beso, se detiene a milímetros.
Raditz la ayuda, se inclina y se aferra a su cintura. —Rei… Yo… No estoy muy seguro. —Tiene que sincerarse, en el caso que su polla no quiera colaborar.
—Ah, cierto. —Rei cae en la realidad. —Eres un demonio mujeriego, jugarás conmigo y luego me desecharás.
—Jmjm… El problema es todo lo contrario. —Raditz la hace parpadear, ésos ojos púrpura buscan una respuesta en el pequeño silencio. —Desde que tuve el accidente que no… He podido…Y temo que no… —Se cubre el rostro con una mano y con la otra señala "arriba".
Rei casi larga una risa, se tapa la cara. —Pero… ¿Y Lita?
—Mintió para que yo no me avergüence. —Raditz la ve fruncir el ceño, muy desconfiada. —Lo juro. Te repito, podemos llamarla ¡Mmh!—Ella vuelve a tirar su ataque del beso, acalla sus palabras y la abraza completa. Se siente agitar de inmediato, trata de controlar su respiración, no entiende de dónde sale ésta desesperación. Cree que puede ser la abstinencia de una mujer en sus brazos. Empieza a sentirse duro, en tanto sus brazos y los de ella se enredan.
Rei se percata de la puerta. —Uh, mira nada más. —Se estira sin soltar el abrazo, pero Raditz es más grande y la cierra de un golpe. Rei le frunce el ceño, un poco enojada.
—Jaja, si se rompe, puedo arreglarla. —Raditz la presiona del trasero y la aferra a su cintura.
La boca de Rei es devorada nuevamente, pero ésta vez es suave, dejando mezclar correctamente los sabores. —Mmm, Ra-Raditz, creo que sería deshonesto de mi parte si… Si no te digo que ha pasado tiempo. —Esconde un poco la mirada. —Laaargo tiempo…
—Tu solo señálame dónde está el problema y veré cómo arreglarlo. —Raditz le consulta en clave dónde está la habitación y Rei parece captar de inmediato y señala la dirección.
¿A quién le quiere mentir? Todo su ser se estremeció todo el día y las noches anteriores a ésta, esperando éste momento. Así sea por una noche, quiere dejarse ir, sentirme mujer una vez más. Una mujer de carne y hueso. Una mujer con fuego en la sangre.
Abre la puerta corrediza de la habitación, no quiere soltar los labios de Rei. La siente menearse contra su erección. Gruñe contra su boca, las sensaciones más exquisitas lo inundan, al imaginar cómo va a descubrir el cuerpo de ésta sacerdotisa. —Mmm, a ver… —La recuesta sobre la cama. — ¿La calefacción te parece correcta? —Pregunta con los ojos llenos de picardía.
Rei lo toma de las mejillas, alcanza su melena atada y se la desata. —Perfecta. Aquí tengo todo el calor que necesito. —Mete sus dedos en su cabellera. —Qué suave ¿Cómo te mantienes el cabello?
Raditz frunce el ceño con una risa, busca desarmar el cabello trenzado de Rei. — ¿Es eso lo que quieres? ¿Qué nos pongamos a jugar con nuestro cabello? —Toma el cabello de la mujer e inhala fuerte, es casi una droga su aroma tan fresco y cítrico, lo hace pensar en rosas rojas.
Rei baja sus palmas por el pecho de Raditz, empieza a tironear su camiseta. —Oh, no. Por favor, muéstrame cómo complaces a las mujeres. —La mirada ennegrecida y hambrienta de Raditz, hace que una ventisca helada de miedo la recorra. Abre y cierra la boca sin saber qué decirle.
Su lengua repica ante sus palabras ¿Cómo Raditz complace a las mujeres? —Si bien, complacerlas es mi deber. Para ti será un placer. —Baja directamente a desatar su Hakama. Las cintas y adornos rozan los callos de sus dedos. Suaves texturas envuelven las todavía más suaves y delicadas curvas de Rei. Unas bragas bordadas lo reciben en la tenue luz que deja pasar la tela. Sube un poco y deja un beso, y otro, y otro. Más y más hambriento.
Rei se aferra a las sábanas debajo de ella, los besos de Raditz juguetean entre su ombligo y su pelvis. Sus atenciones la dejan con las piernas abiertas a voluntad. Lentamente se derrite en sus manos, hasta la simple acción de bajar el elástico de sus bragas le aceleran el corazón. —Uuff… —La primera lamida, se la da casi, casi en la punta de su clítoris.
Ver cada reacción de ella, mientras juguetea y la seduce hace que sus ansias sean incontrolables. Después de ésa probada en ésa zona tan límite, rompe sus bragas. La escucha dar un grito y seguido, ahogarse junto a él, mientras une su boca a su vagina.
Ésa lengua, la relame con avidez y la deja chorreando hasta su muslo. —Mmm, Raditz, por Di-Dios. —Solo ve la cabeza del hombre escondida debajo de la tela y— ¡Oh mi Dios!—Su lengua no sólo está llena de habilidad, también de longitud. Está dentro de ella, girando y frotando su punto G. Sus manos no se detienen, con una masajea tiernamente su clítoris y la otra sigue desatando tela.
Ella no puede hacer nada más, está en la bruma del deseo, ahogada de placer. —Sí Rei, déjate llevar…— Raditz se llena del gusto por verla así. Se lo toma con calma, trata de que su ansiedad no lo traicione y termine arruinando todo. Deja un beso profundo y pasa su lengua con pesadez. Sube para estar cara a cara con ella y abrir completamente la tela superior. Se encuentra con un par de pechos que suben y bajan agitados. Puede verla roja hasta el cuello, haciendo que la carne de sus senos resalten todavía más y se vean todavía más tiernos. Está tan duro, tanto que ya no recuerda cuándo le ha dolido tanto una erección. —"Ni siquiera cuando tuve mi primera vez… Pero ¡Joder! ¡Qué bellas curvas! ¡Ésta morena es puro fuego!"
Rei lo observa, agitado viéndola tan atentamente. Ésos ojos negros la hacen sentir demasiado expuesta, hasta con timidez. Lleva su mano a su boca. —Pi-Piensas mirarme nada más… —Sus mejillas brillan de vergüenza.
Raditz exhala fuerte, se tira sobre ella y la abraza completa. —Rei… ¿Cómo quieres que me contenga si haces éstas cosas? —La mira a los ojos, frunce el ceño, como si estuviera enfurecido. —No te miento, hace meses que no toco a una mujer. —Acaricia los brazos de Rei, su piel como porcelana, pero suave como la seda más fina. La admira, sólo tiene su brasier puesto y sigue recostada sobre las telas de su Hakama.
Rei disfruta las caricias de sus gruesas manos. En comparación, sus manos parecen que pueden partirla como una ramita. Pero está siendo tan suave y atento. Toma aire, decidida a dejar de ser tan pasiva, enreda sus brazos a su cuello. Huele tan bien, tan masculino, le recuerda a madera recién cortada y almendras. Voltea la posición, él también se ve bien sobre las telas de su Hakama. Se endereza y quita su brasier. Raditz parece no poder esperar para enterrar su rostro entre sus senos. Los muslos de Rei se presionan con las palpitaciones de su centro. Busca quitar la camiseta de Raditz y al dejarle el pecho descubierto, Rei ve algo que nunca imaginó en ninguno de sus sueños más pervertidos con él.
Raditz puede notar su rostro tan sorprendido y sin saber qué decir. Él voltea la mirada y busca ponerse la camiseta de nuevo. —Podemos hacerlo con la camiseta puesta, si te molesta mucho las cicatrices.
Rei niega con la cabeza, trata de salir del shock. — ¿Te-Te las hiciste en el accidente? —Las recorre, todas culminan en el centro de su pecho, como si algo le hubiera estallado entre sus pectorales.
—Sí, el impacto mayor fue ahí. Tuve suerte que todo fue superficial, ninguna arteria importante estalló. —Toma el cabello de la mujer en un puño, la acerca, la besa. —Me fisuré un poco el esternón, nada más. Bueno, y por supuesto, me quedó la aceleración en el cráneo, pero todo "normal y esperado".
—Oh Raditz, sufriste mucho… —Rei frunce el ceño, pasa sus dedos y besa sus marcas. —No te cubras, déjame curarte ¡Ah! —Gime al sentir como tironea sus pezones. Los hombros, el pecho de Raditz, su abdomen; todo culmina entre sus manos como un trapecio perfecto. Se hace más angosto hacia la pelvis, un camino de fino vello se forma desde su ombligo, como una flecha que le indica el rincón más preciado. Muy maliciosa, se muerde el labio inferior, se frota sobre su bulto. —Nnh, veremos si tienes calibre para alardear… —Empieza a bajar su bragueta, lo ve con las mejillas un poco ruborizadas, agitado.
—Jeje, yo no alardeo. Prefiero mantener el misterio. —Raditz le acaricia sus mejillas. —Además en estos momentos, estoy a la expectativa. Porque no sé si pueda llenar las tuyas. Aaah… —El toque de Rei dentro de su bóxer, lo tira contra la cama.
Saca su miembro caliente, no sabe si son sus palmas las que están frías o es su carne lo que la quema. Baja sus pantalones y su ropa interior. Está sin palabras, y aun con la boca abierta empieza a calcular cómo va a meterlo sin salir lesionada. Trata de simular, escondiendo su mirada. Escucha sus risitas roncas y llenas de arrogancia. —"Hmp, con razón se siente tan seguro. Guarda un tigre recostado en la hierba… Grueso, largo y tan… Bueno, creo que ni en mis sueños eróticos lo imaginé tan LLENO DE VIDA."—Lo lame desde la base, el vello ínfimo de Raditz es suave. Se siente tan lascivo peinarlo con la lengua. Su sabor es fuerte, pero no es salino. Masajea sus testículos, se excita imaginando todo lo que tiene guardado para ella. Da un masaje firme hacia abajo, estremeciéndolo. Gimen juntos cuando deja un beso en la punta, con lamidas y succiones. Envuelve sus dientes con los labios y empieza a meterlo en su boca. Se ayuda con las manos. —"Mmh, sus venas palpitan fuerte… Tal vez más despacio…"—Levanta la mirada a él.
Raditz junta la cabellera de Rei, la mira a los ojos. Lo hace tan lento, que siente que es una tortura, una divina tortura. — Tu boca, se siente tan bien Mmh. —Cierra un ojo, las manos de la mujer lo masajean firme hasta la base, la succión es firme, más y más dentro de su garganta. Al alejarse, siente el filo de sus dientes rozarlo. La toma de la muñeca muy brusco y la sienta sobre él.
— ¡Aaah!—Rei se da un susto por el movimiento tan agresivo. —Perdón, mis dientes… Es que perdí práctica. —Se cubre la boca. —"¡Ay qué estúpida! ¡El tipo debe tener un historial de zorritas que hacen mamadas profesionales! ¡Va a creer que soy una novata!"
— ¿Sí? —Raditz le abre la boca, le mete la lengua, se la empuja hasta la garganta. Al alejarse le deja una mordida a su labio inferior. —Lo estabas haciendo bien, demasiado para mi cuerpo en abstinencia, casi me corro en tu boca.
La cabeza de Rei estalla como un volcán ¿Cómo es posible? El tipo parece acelerarle el corazón con lo más impensado, se siente morir. —Oh Dios… —Raditz se frota contra ella, sus sexos húmedos exigen la unión. — ¿Tra-Trajiste condones?
Raditz levanta una ceja. —Ah, sí. En mi caja de herramientas. —La ve regañándolo con la mirada. —Jeje, ya, es broma. —Manotea sus pantalones.
—También tengo, no te creas. —Rei habla cubriéndose la cara, trata de no verse tan ruborizada. —E-Es que eso… Eso es… Grande…
—Por eso siempre traigo, XL. —Le muestra el paquete plateado con la sigla escrita. —Los otros me aprietan.
—Mmm… —Rei dice casi con tono plano, sus rodillas se retuercen de expectativa.
— ¿Arriba o?—
— ¿Eh? —Rei levanta el tono, aclara su garganta. —Oh, lo siento. Como más te guste. —Dice eso, pero después la mirada llena de intenciones malignas en Raditz, le advierte, que tal vez no es bueno darle todo el control a él.
Demasiada, demasiada tentación. Y sus bolas ya hormiguean, como si estuviera por eyacular. En cambio, ata sus deseos con riendas de acero. La toma de la cintura, se sienta contra el respaldo de la cama y la sienta sobre él. Frente a frente, los dos controlando el acto. Toma la base de su pene. —Inhala… Y cuenta en voz baja hasta tres… —Le deja un beso en sus labios, baja por su cuello.
La orden tan sensual y suave, entra en su oído. Su conciencia le advierte, que puede estar a punto de quedar a merced de las órdenes de un demonio. Respira sonoramente. —1… 2… tre-¡ES!—El glande se inserta perfectamente, la descarga del primer contacto es exquisita.
— ¿Estás bien? —Raditz consulta, masajea sus senos, lame sus pezones. Aunque puede apostar lo que sea, a que ése grito fue de placer, quiere estar seguro para meter el largo.
Rei está perdida en todas éstas sensaciones tan carnales ¿Que si está bien? ¡Mierda! Siente que hace años que no se siente así de viva. —Jeje… Raditz… —Su tono es sensual y bajo. Se aferra a los enormes músculos de sus hombros. —Dame más, quiero más. —Retira su cadera, sin quitar la punta y se empuja hasta él. Ambos gritan y se retuercen con la unión total de sus caderas. — ¡Oh sí!
Los dos no pueden esperar para moverse, uno contra el otro. Sus sexos convulsionando en el estímulo. Dentro y fuera, masajeando la carne inflamada. Rei lo acaricia tan fuerte, que marca el camino de sus dedos en la piel morena de Raditz. Una mano de él presiona su trasero y la otra se ocupa de sus pechos junto a su boca.
Creyó que el fuego sería un desastre natural, caótico, que la haría cenizas. En cambio es una hoguera constante, tan acogedora que se siente abrumada. Puede volverse adicta a éste fuego interno que Raditz la hace sentir en cada penetración.
El calor húmedo de su coño, como vapor, parece quemar su miembro duro, se siente fusionar como el acero a ella. Sus pliegues lo presionan y convulsiona cada vez que el sonido de sus caderas le confirma, que han tocado la base. Toma aire, de a ratos revisa sus riendas, a cada minuto se siente eyacular. —"Es increíble, cuando creo que es todo el calor que puede darme, sube un poco más y más… Es como una droga, cuando creo que es el máximo, vuelve a darme más."—Raditz piensa, mientras en cada momento Rei empieza a acelerar. No la detiene, la deja tomarlo. La besa con la boca abierta y la lengua afuera. — ¿Se siente bien Rei? ¿Hm? ¿Te gusta verdad? ¿Lo estás gozando? —Habla jadeando.
— ¡Oh sí! ¡Delicioso! ¡Oh Raditz! ¡Ah, ah! ¡Siento… Que!—Los ojos de Rei quedan en blanco, lo siente ofreciéndole todo lo que ella quiera tomar. Lo monta en velocidad máxima, el cuerpo fornido la sostiene firme. El aire es insuficiente para sus jadeos, una sensación dolorosa se construye pero estalla de placer entre sus piernas. Grita en éxtasis.
No conforme con verla así, lleva su pulgar hasta su clítoris endurecido, se lo presiona y mueve sus caderas hacia arriba. De un par de embestidas, eyacula gruñendo, como un animal. — ¡Oh Rei! ¡Ca-ra-jo!—Presiona su cuerpo contra ella, el tirón de sus bolas lo sintió hasta la nuca. Casi de inmediato de la euforia, siente una emoción enorme. Presiona la mandíbula, se resiste. Parpadea grande al sentir el cuerpo de Rei temblando y sollozar. — ¿Re-Rei? —Se aleja, sale de adentro de ella y revisa.
Rei toma una almohada y se tapa la cara. No lo puede creer. — ¡Ay no me mires! Ya te dije ¡Pasó mucho tiempo! —Por Dios ¿Será por eso que se sintió como el orgasmo más pleno de su vida? Trata de cubrirse con las sábanas, aunque sea inútil porque está completamente chorreada.
Raditz se frota el rostro, exhala duro bajando los hombros al darse cuenta que sintieron lo mismo. —No te cubras, me gusta. Es la prueba de tu sensibilidad. —Se mete debajo de las sábanas con ella. Rei insiste en ocultarse y se acomoda boca abajo, no quiere mostrar su cara. Pasa un dedo por su espalda, erizándola completamente. —Mmm… Tan delicada… —Raditz toma el condón lleno y se lo quita.
Rei escucha la funda elástica resonar, espía con un ojo. —"¡Eso sigue ahí! ¡Pero si está lleno!"—Presiona sus labios y habla con la voz ronca. —Oh, creo que no te gustó tanto, todavía estás duro.
—Jaja, Rei… —Su risa ronca y masculina, resuena llena de arrogancia. —Verás, él es muy goloso y tú eres un manjar. Uno muy adictivo debo agregar. —Busca otro condón. —"Qué bueno que traigo una caja, pero la próxima debería traer la caja más grande."
Rei traga duro, solo con eso su cuerpo parece listo y ansioso de volver a sentirlo en lo más profundo. —Aaah… —Raditz le levanta el trasero, ni siquiera se queja. Sus fluidos orgásmicos la lubrican, es tan obsceno.
Raditz frota su punta, tira de sus pezones y aprecia ése trasero tan bonito pidiéndole más. —Despacio Rei… Lento… —Mete la punta, de nuevo, el fuego aumenta, sus latidos aceleran.
—No Raditz, más. Dame más. Lo necesito. —Rei ruega se presiona contra él.
—No quiero lastimarte—Raditz queda mudo con un beso de lado, ella se sostiene de su cuello para poder darle ése beso.
— ¿Sí? ¿Vas a herirme? —Rei habla peinando sus labios, él niega con la cabeza. —No te contengas… Quiero perder el control, aquí y ahora. Lo quiero duro y lo quiero contigo. —Las imágenes más lujuriosas de sus sueños vienen a ella. Siente sus manos gruesas presionar sus caderas.
La toma del cuello para mantener la curva en su espalda, la embiste hasta el fondo. Gritan de manera animal, con necesidad. Deja el cabello de Rei caer de lado. — ¿Así Rei? ¿Duro? —Jadea y se mueve firme.
El agarre de Raditz en su cuello es suave, le transmite el calor de su palma. Le encanta, se acomoda para que la siga sosteniendo así. —Sí Raditz, más duro. Hazlo… Sí. —Se agita contra él, con gusto Raditz responde. Se dejan ir en pleno ritmo salvaje, cierran los ojos y sin importar el estrago en sus cuerpos o los daños se dan más y más placer. Más duro y más rápido. Sudor, calor, sus manos sin dejar de estimular sus figuras unidas.
—Ah, Rei, Rei…Nnh, Rei. —Raditz trata de verbalizar, pero apenas puede respirar entre jadeos.
— ¡Raditz, Raditz, Raditz! —Rei se tira contra el colchón, recibe el placer, está a merced de la lujuria.
Acaban juntos, ya no hay gritos, sino un jadeo ahogado y de nuevo la emoción. Ésta vez logran esconderla en un abrazo y el suspiro agotado entre las almohadas y las sábanas. Se acurrucan, con una sonrisa empiezan a quedarse dormidos.
Quien definitivamente no tiene una sonrisa es la pobrecita de Ami. Cuando entró a la cocina en la casa de Rei, se le hacía raro encontrar una caja de herramientas en la entrada. Ni hablar de la obvia evidencia del jeep de Raditz estacionado y ahora, como cereza del postre. Los sonidos salvajes cuando quiso ir a su habitación. De puntitas buscó unas mantas y almohadas. —Voy a dormir en la sala. —Algo enojada declara, la sala suele enfriarse rápido. No obstante, en el momento que se sienta en el sillón largo siente que el ambiente está agradable. — ¡Hmp! Al menos arregló de verdad la caldera. —Se acuesta sin comer, no tiene apetito. Se cubre hasta la cabeza. —"¿Cuánto más puede durar?"— Escucha que los quejidos de la madera reinician. Abre la boca con asombro y llena de vergüenza ajena. — ¡Qué atrevidos! —Grita, pero no cree que la escuchen. Busca su teléfono, no tiene sueño, más bien es apatía. Lo malo es que sabe su remedio. —Taiki… —Muerde sus labios en línea recta, jamás creyó extrañar el contacto piel a piel de otra persona. Se lamenta mirando al techo, calcula en su mente ¿Estará bien ser tan orgullosa? Aunque ahora algo crece en su interior y es envidia al escuchar de nuevo la madera quejarse. —"¡Aishh! Van a romper la casa ¡El sexo así puede ser dañino!"—Piensa científicamente, se pone sus auriculares y selecciona una película.
Al final del día, Bardock estaba en casa de Nappa. Lo ayudaba un poco con las plantas y porque, bueno, su perra prefería el patio de éste enorme sujeto para tramitar sus desechos. — ¿Mueves las macetas todos los días? —Bardock consulta, Saiya los observa con atención y moviendo la cola.
—No todos los días, es que a ésas les puse unas plantas que no necesitan sol directo. —Nappa frunce el ceño. —No me tomé personal lo que me dijiste en el trabajo. —Lo hace voltear a él. —Y por lo de la perra, pues… —Se rasca la nuca. —Sirve de fertilizante, no es que reciba visita todos los días. Jaja, alguna mujer de vez en cuando, pero de noche. —Se meten adentro, dejan las herramientas de jardín en la entrada.
—Hmmm… —Bardock menciona casi como un gruñido, piensa un poco. —Sé que… Que no me incumbe. —Atrapa la botella de cerveza que Nappa le arroja. — ¿Sigues saliendo? Se me hace extraño, nunca te vi con nadie más que el poco tiempo que estuviste esposa.
Nappa da un trago de cerveza, se sienta en la barra. Se encoge de hombros. —Hm, tengo necesidades. Y no creo que nadie, en especial una mujer, las quiera cubrir "gratis". —Lo mira a los ojos sin parpadear.
Bardock recibe el mensaje mental, asiente frunciendo los labios. Le da un trago a la cerveza. —Aaaaah, pero tu esposa… O sea, puede volver a ocurrir. —Trata de darle ánimos.
—Jajaja, verás, ella creo que era la única. No soy de forzar ésas cosas, estilo "conquistar". Pasó el tiempo, ya no soy el de antes, me gusta la vida simple. —Nappa tira una excusa detrás de la otra. Su vida personal pasó completamente a segundo plano, en el minuto que se decidió estar junto a ése par de hermanos.
— ¿Has salido alguna vez con una mujer más joven? —Bardock tira la pregunta, pero al ver la reacción de Nappa, sabe que la hizo aterrizar muy mal. —"¡Puta madre! ¡Yo y mi sutileza!"
Nappa queda con los ojos chiquitos por la sorpresa. — ¿Mujer más joven? ¿A qué te refieres? —Lo atrapa del cuello de la ropa. — ¡¿Crees que soy un degenerado?! ¡Siempre estuve con mujeres mayores y nunca obligué a ninguna!
Bardock pone los ojos en blanco, trata de zafarse. —Ya, ya ¡Cálmate!—Resopla y vuelven a sus asientos. —Era por hacer conversación, nada más. —Se hace el tonto y se queda en silencio.
—Hmp, sí. Creo que hace ratos no tenemos una conversación de "ése tipo" entre nosotros dos. —Nappa bebe la cerveza. —Con razón creen cosas de nosotros, deben creer que estamos "muertos" ahí abajo.
Comparte unas risas con él. —Sólo, se me venía a la cabeza ¿Por qué una mujer joven andaría con alguien mucho mayor que ella? Nuestras esposas tenían nuestra edad.
Nappa piensa, frunce el ceño. — ¿No recuerdas perfil forense? —Bebe y sigue. —En general, buscamos lo que no tuvimos en la infancia. Así que deben tener complejos con su padre.
Bardock escupe la cerveza por la nariz. — ¡Cough, cough!
— ¡Oye! ¿Qué te pasa? —Nappa le pasa una servilleta. —Bardock ¿Sucede algo? —Apunta sus ojos a él.
Bardock evade de inmediato, sabe que su lado detectivesco puede ser demasiado implacable. —Mmm, nada, sólo para hacer conversación. —Se limpia, esconde todo en una risita nerviosa.
—Bueno, si me dejas opinar… —Nappa responde. —Apenas entendía a las mujeres de mi edad, no creo entender a las otras mujeres.
Si pudiera esconder el dolor de cabeza mientras va a su casa. Bardock le da vueltas al asunto, nada lo deja bien parado. —"¿Y si ella tiene un complejo así?"—Sale de ducharse, se va a la cama. Se mira al espejo. —"No estoy tan, o sea, yo ¡Mierda!"—Rechista y cubre su reflejo con la toalla. —"¿Y después qué? La diferencia es grande y eso no es el único y principal problema… Raditz…"—Piensa y se decide a ir a hablar con su hijo mayor, ahora que tiene un par de cervezas encima y algo de valor.
Kakarotto caminaba por el pasillo, ve a su padre golpeando la puerta de su hermano mayor. —Hola papá… —Da un bocado a su sándwich. —Raditz parece que pasará la noche afuera, Jaja. Seguro está con Lita, no te preocupes. —Habla con la boca llena y una sonrisa. Luego da un salto, al ver que su padre se voltea furioso y cierra la puerta de su habitación de un portazo.
—… Oh ¿Muy, pero muy enojado? —Milk habla por teléfono con Kakarotto.
—Sí, con sólo sugerirle lo de Lita. —Kakarotto le responde. —Puff, tendré que trabajar en ése área, hablar a su favor…
—Kakarotto, no todo el mundo puede ser amigo de todo el mundo. —Milk opina mientras está en la cama y ojeando un libro. —A veces hay que aguantarse la bilis y convivir en el trabajo, la escuela…
— ¿Y si es la "Elegida"? ¿Ya sabes? La Correcta. —Kakarotto dice muy alegre.
—Jajaja ¿Y tú? ¿Ya encontraste la Correcta? —Milk pone los ojos en blanco, lo escucha reírse también. —Ay Kakarotto, ésas ideas son infantiles. Ni yo en mis épocas más enamoradizas, creo que con mi primer novio rompí todas ésas fantasías.
—Ja, sí. No sólo "fantasías" te rompió ése… —Kakarotto dice con mal tono, exhala y se tira en la cama mirando al techo. Recuerda a ése sujeto, era un par de años mayor que ella, pero un tonto de primera.
—Awww, pobrecito ¿Rompí los sentimientos del "adorable y simpático hombre zorra"? —Milk se burla de él para levantarle el ánimo. — ¿Te frustra saber que no puedes hacer de las tuyas con todas? Jajaja. Vi muy bien cómo te trata Serena, debo admitir que eso me ha hecho verla diferente. —Habla muy sincera, la ha visto defenderse muy bien ante éstos sujetos y es seria en el trabajo.
—Me alegra escucharte hablar bien de ella. Te vi muy seria cuando las presenté. —Kakarotto espera una respuesta a la pregunta implícita.
—Ya sabes, mi malhumor, mi carácter de los mil diablos. Me cuesta relacionarme, como a Vegeta.
—Haaa… Si sólo Vegeta tuviera tan buen par de tetas. —Kakarotto dice en chiste. —Me llevaría mejor.
— ¡Ay qué asqueroso eres! —Milk gruñe en el teléfono. — ¡Creo que la única diferencia con Vegeta y tu hermano es ésa carita de "niño inocente"! —Resopla como un caballo de lado.
—Jaja, ya, tranquila. No quiero que duermas tensa. —Baja el tono. —Luego te desquitas con nosotros.
—Hmp. —Milk se acomoda en las almohadas, todo queda en silencio. Supone que no hay tema de conversación. —Hasta mañana Kakarotto.
—Hasta mañana Milk. Eres buena amiga.
— ¡Ja! ¿Buena? Soy excelente amiga, demasiado contigo. —Frunce el ceño y corta.
Kakarotto corta el teléfono, al acomodarse se ríe recordando las pijamadas con su amiga.
Quien no puede terminar el día es Lita. De la rabia se quedó limpiando un par de ollas y sartenes que había quemado. — ¡¿Cómo mierda?! ¡¿Cómo mierda puede ser?! —Friega lo que se quemó, envió a sus ayudantes a su casa, porque en verdad tuvo un día de perros. Azota los trastes en el lavadero. — ¡Perros! ¡Maldita sea! —Intenta quitarse el sudor con los guantes de goma. Estuvo todo el día pensando en lo de Bardock. —Tengo que hablar con Raditz, tengo que hacerlo ¿Qué va a pensar? ¿Qué lo usé para acercarme a su padre? —Suda de nuevo y vuelve a cepillar el metal. Masculla maldiciones sin parar.
Antes de irse a dormir, Lita bebe un trago de Sake. Mina y Serena ya están dormidas, sólo se escucha el tick tock del reloj mientras va a su cuarto. —No es malo, o sea, yo… Él y yo estamos solteros, solo debo aclararle que lo de Raditz… No hubo nada con Raditz en verdad ¡Ay! ¡Cómo odio esto!—Toma una almohada y se golpea el rostro con ella. Al otro día, no puede ocultar su mal rostro, con ojeras, dolor de cabeza y ceño fruncido. Su cabello es un nido de pájaros, como salida del infierno.
—Bueeenos días. —Serena se levanta rápido, sirve un café bien cargado y se lo da a Lita. — ¿Mala noche?
—Ah, sí… Algo así. —Lita huele el café, toma la tostada con mantequilla de maní y jalea que Serena le prepara.
Serena le deja un beso en la frente a su amiga, también ve a Mina, no tan abatida, pero sí muy pensativa. —Café doble para todos. —Serena las sienta en la sala y les sirve. Le gusta ayudar a sus amigas también. Recibe un mensaje…
De: Vegeta
Buenos días, lástima que no tuviste una buena noche conmigo. Tendré que empezar a acecharte desde temprano en el trabajo, para que no te escapes…
Serena se ríe y responde mientras come su desayuno. —"Perdóname Vegeta, no quiero quitarle días a Darien, él siempre está ahí para mí y nosotros vamos despacio…"—Su mente le susurra la verdad, pero la evade. Tararea muy pícara sin darse cuenta, solo Mina y Lita intercambian miradas. Sip, hay envidia en el aire.
De: Serena
No puedes culparme por querer algo de privacidad…
Es todo lo que dice Serena en su mensaje. Al rato recibe uno en respuesta, diciendo que pasará a buscarla. —Mmm, Mina. —Serena la señala. —Recuerda darme por mail tu presupuesto y los turnos para que se vayan a medir la ropa.
—Ah, sí. —Mina se despabila. —Ya están listos. —Trata de alejar a Broly de su mente, pero cada vez que escribía su nombre, ya sea a mano o tecleando, la espina volvía a doler. Dibuja una sonrisa cuadrada. Toma café. —"Le falta Whisky o Ginebra…"—Reclama un poco molesta. Ella no es así, quizás necesita hacer como con Yaten; acostarse con el tipo y a lo que sigue.
Vegeta llega en el auto, Serena sale con su trote característico. Él baja, un poco molesto le frunce el ceño desde lejos.
—Ay, si así me dices buenos días, mejor me tomo el tren. —Serena acomoda su ropa y se voltea para irse caminando.
Vegeta la atrapa del brazo y la deja cara a cara. —Buenos días… —La mira de pies a cabeza, está hermosa, como siempre. Justo que iba a hacer un comentario posesivo, sus ojos azules y brillantes lo hipnotizan.
Serena lo ve, con su camisa y saco color negro. —Estás tan guapo…Mmm ¿Me pregunto si será para mí? —Un brazo la envuelve de la cintura y ya se siente de goma ante su toque.
—Jmjmjm… Serena, si atrapo tu mirada, me doy por correspondido. —Vegeta se inclina a ésa boca rosa, pero se pone el alerta porque sus amigas los espían. —Grrr…
—Oh… —Serena se cubre la boca, se pone roja. —Mejor dentro del auto. Jaja. —Al abrocharse el cinturón, el teléfono de ambos suena. Intercambian miradas confundidas, sin entender.
Raditz todavía se revuelve en las sábanas, da una vuelta y ahí está el cuerpo de Rei. La abraza de la espalda y gruñe, entre suspiros, se llena de su calor y su olor. —"Es como perfume de inciensos…"
Rei también larga un par de gemidos del gusto, pero su atención se va a un teléfono que vibra sin parar. Para ella, todavía es muy temprano. —Raditz. —Bosteza y le da golpecitos con la mano. —Creo que es el tuyo…Oooh…—Siente su erección contra su trasero.
—Sí, es mío. —Responde con la voz ronca y semidormida. Un almohadazo le despierta un poco las ideas y sí, es su teléfono. Maldice en voz baja y lo busca entre la ropa tirada. Es su hermano, le corta y le envía un mensaje.
De: Raditz
Estoy bien. Me visto y salgo directo al trabajo.
Rei espía, en la luz de la mañana ése hombre mono se ve tan sexy y radiante. —"Mmm… Puede que sea su desnudez lo que me engaña o el resplandor de la mañana después…"—Lo ve subirse los pantalones y voltear a ella.
Raditz se sienta en el borde de la cama. —Descansa, es mi trabajo. —Le muestra la pantalla, le acomoda un par de mechones de su cabello.
—Mmh, yo no… No iba a dudar de ti. —Rei siente que lo hizo previniendo alguna sospecha de su parte.
—De todas formas. Jeje. —Raditz se acerca y le da un beso en la frente. —En otro momento te haría el desayuno. Así que te lo debo. —Habla bajito.
— ¿Es el "paquete completo" de amanecer contigo? —Rei habla en voz baja, en parte porque su garganta está agotada de tanto gritar.
—Rei, creo que debemos hablar en otra oportunidad, más tranquilos. —Raditz se recuesta unos minutos contra el pecho de Rei, escucha sus latidos, casi está seguro que aceleran con los suyos. —Creo que te estás equivocando si crees que eres "una más" en mi lista. —La deja con la boca abierta y sin poder parpadear. — ¿Me prestas tu cepillo de dientes?
—Te-tengo uno de viajes, en… En la repisa. —Rei señala en dirección del baño. Raditz le deja otro beso en la boca, uno muy superficial. Se pone roja y se esconde debajo de las telas de nuevo. —"¡OH POR DIOS! ¡OH POR DIOOOS!"—Patalea feliz, cuando lo escucha meterse al baño, se empieza a vestir rápido para despedirlo. Usan el modo sigiloso al pasar junto a Ami, dormida en la sala.
Por otro lado, Vegeta y Serena llegan a la empresa y ya los esperaban. De nuevo comparten una mirada, no sólo el mensaje de "vengan urgente", los preocupa. También la actitud de todos, que ni siquiera esperan a que se bajen del auto y entren.
—Buenos días. —Tarble habla acelerado, ayuda a Serena a bajar del auto. — ¿Alguien los siguió?
—Los teléfonos no han parado de sonar. —Dieciocho les explica. —No sabemos por dónde empezar…
—Buen día a todos. —Serena levanta una ceja. — ¿Seguirnos? ¿Qué sucede? —Le pasan a Serena varias revistas y artículos de internet. —Oh, Oh… —Serena y Vegeta no lo creen.
En la Empresa Three Lights, tampoco creen éstas noticias. Seiya, Yaten y Taiki estaban en la sala de juntas, mirando las primeras planas y noticias deportivas y el mundo del espectáculo.
Taiki técnicamente le arranca la revista que Seiya leía sin poder parpadear, en shock total. Procede a leer en voz alta. —"¡La Misteriosa mujer que trae de las narices al CHICO MALO DE LAS CARRERAS!"—Exhala con sarcasmo. —"No parece ser una acompañante más del Corredor Vegeta Príncipe. Fuentes confiables nos han afirmado que los vieron por primera vez en un banquete de empresarios, en una Discoteca camuflando su cita y de paseo en motocicleta… No sólo eso, la "Mujer de Cabello Dorado" también ha sido vista entrando y saliendo de la Empresa Cápsula. Una mujer de perfil bajo, que no aparece en el radar de nuestro Jet Set, como otras modelos y aspirantes a actriz que han sido vistas del brazo de éste corredor ¿UN NUEVO INICIO PARA LA EMPRESA? ¿UNA NUEVA CARRERA EN LO PERSONAL PARA EL CORREDOR VEGETA PRÍNCIPE?"
Seiya retuerce su puño, se ahoga de la rabia. Los únicos que podrían darle pelea en ésta temporada, no sólo reciben toda ésta nueva atención. Sino también, revive la espina que le quedó en su rompimiento con Serena. —No puede ser, no… Ha pasado tan solo un par de meses… No puede estar saliendo de verdad con ése… —Truena sus dientes.
…
¡Hasta el próximo viernes!
Saluditos…
Nita-chan84: Sip, la pre-sesión del Vergeta, fue como una manera de esquivar pero, jeje un trato es un trato querido y en el próximo capítulo ya tengo planeado hurgar un poco, hay que recordar que el Vergeta es un enemigo difícil Jajaja, mis mejores deseos para la pobre Setsuna ¿Accidentes para el Vergeta? Prendamos la veladora para ése inicio de temporada. Y así, el olfato de Mina, picó algo. Cuando todo el asunto KakaChi salga a la luz, uy, pobrecitas, no van a saber si suben o bajan XD Raditz teniendo un ManCrush por Jadeite XD pero sigue ganando puntos ¡Y wey! ¡Nos pone la vara muy alta! ¡Le echaré la culpa a él de mis expectativas! Hombre con experiencia, que sabe manejar herramientas y el cuerpo de una mujer ¬¬ Uf! Dieciocho, con su corazoncito prendado de su dulce esposo, por supuesto que ése Krillin tiene ¡ajem, ajem! Habilidades :v Y mira, creo que Mina subestimó demasiado al Legendario, veremos qué sucederá en su próximo encuentro, mientras tanto se siente como SuperMan siendo chocada por Kriptonita. Ahora Bardock y Lita, con la cabeza y el corazón sin saber qué hacer. Bardock inseguro, Lita con miedo, y viceversa. Ése Nappa que dio la respuesta más temida XD Y sí, todas ahí arañando y gritando por los balcones por ése beso ¿Se podrán volver a ver? Hmmm… #SanLuisMi Guíanos por el camino de la rikura. Muchas gracias por tu rw, besitos.
PD: Aaaah, ya podrás con el #RanKane. Y te entiendo, mira yo apenas pude seguir con el primer día y luego ya para el segundo era gelatina en el sol XD. Buena vibra, que la musa te ilumine.
Alexandraaa417: Ése gato arriesga mucho su suerte, yo sospecho que en cualquier momento lo exilian o lo hacen guisito Jajaja. Pues ya llega la época de que nos gusten los mayores, ésos que llamamos señores. A mí los hombres me gustan como el Whisky, de 25 años para arriba mi ciela. Que haya que beberlos lentamente, con un poco de hielo para que no quemen, disfrutar sus lados amargos, pero que calienten el cuerpo completo y aflojen nuestra voluntad (Ah, pues, si me quieres robar ésa parte medio lírica pues sírvete XD, me inspiraste) Y aquí, tuvimos #ReiDitz ¡salud querida! Jajaja. Aquí una *veladora_para_inspiration. Aaah, mira que estoy siguiendo tu #RanKaneWeek, pero entre escribir y trabajar, éstos días se me ha complicado. Pero ahí, firme, voy a cumplir y enviarte todo mi cariño en forma de rw. Y un abrazo grande, gracias por tomarte tiempo para meterte a mis delirios cósmicos.
OhaioIzumikun: Bien, un pasado difícil, quienes más lo sufrieron fueron Broly y Vergeta, estuvieron desde su nacimiento hasta los 7 años sometidos a maltratos. Uno se hace grande, es difícil pero se puede salir adelante. Jajaja sí, me morí de la risa en ésa escena del #BroMina fallido, Jajaja estilo cuando tira su cadena y al Legendario ni cosquillas. Aaaah, pues el KakaChi tiene cola querida, tiene cola ¿Será lo que sospechamos? ¿Amor no correspondido? Porque se ve, que no te voy… se ve, que no me vaaaas. Se ve que en realidad sólo me quieres, como un ammiiiigo más :v ay sí soy. Ay que vergüenza el BardLita, ahí en el trabajo, casi en pleno sin respeto Jajaja. Ésa Usagi, amarrando a sus pobres amigas jajaja, qué pro, le iría bien en Japón como casamentera. XD Muchas gracias por tu rw y tu tiempo.
