Lala Lulu: Hola! Pues empecemos con enreditos amorosos KakaChi. Jaja, porque al Kakarotto lo tienen con hambre :v ¿Serán descubiertos? Clases completas sobre como comer mariscos ¬¬ ya saben… #SetSiete en una llamada a "Su Señora". Nappa es interceptado por un harén, jsjsjs. Vegeta y Serena, cada quien en su propia tregua, sufriendo TT_TT ¿Visitas de medianoche? Sí, y tomen todo mi dinero, jajajaja.
¡Advertencia! Si ya has leído mi historia anterior sabrás que yo no escribo Lemon, sino Smut, mucho Smut. Smut es sabrosura primero, explicaciones después. Así que esto es para adultos ¡Porque soy una maldita pervertida!
No me pertenecen los personajes, son Creaciones de Akira Toriyama y Naoko Takeuchi. Hecho por un fan, para algún otro fan que ande dando vueltas por la Vía Láctea…
"Nos hizo falta tiempo
Nos comimos el tiempo
El beso que forjamos
Aquél vino que probamos
Se fue de nuestras manos
Nos hizo falta tiempo
De caminar la lluvia
De hablar un año entero
De bailar tú y yo un bolero
Mira que hizo falta tiempo
Nos hizo falta tiempo
Para andar en una playa
Inventar una aventura
Dedicarse a la locura
Dibujarte los antojos
Descifrar qué hay en tus ojos
Mira que hizo falta tiempo
Nos hizo falta tiempo
Para que te convenciera
Que eras tú mi vida entera
Que de blanco te vistieras
Que mi abrazo consintieras
Que en verdad me conocieras
Mira que hizo falta tiempo
Mucho tiempo por vivir…"Nos hizo falta Tiempo, Canción de Luis Miguel.
Capítulo 27
Milk meditaba, trotaba despacio por la playa. En sus auriculares puestos al máximo. Música pop, una lista aleatoria que ni se molestó en revisar. Sólo necesita callar su cabeza.
"Vas como si no quieres más
Finges que terminarás con mis besos
Luego regresas cuando ya me fui
Haces que vuelva de nuevo por ti
¿Qué decidir?
Tal vez me mientes, tal vez te miento
Y nos atrapa nuestra pasión
Porque tú quieres, también yo quiero
Engaños del amor…". Tal vez me Mientes, canción de Luis Miguel.
Se detiene de golpe. — ¿Por qué diablos ésa canción? —Toma su teléfono y antes de que la quite, alguien la toma de la cintura. — ¡Aaaaah!
— ¡Milk, te estuve buscando!—Muy alegre Kakarotto la hace girar. —No deberías estar entrenando, sino descansando por el viaje, si te agarra un desfase de horario te costará levantarte temprano.
— ¡Bájame! —Milk berrea, lo golpea en la espalda. La bajan en la arena. —Hmp ¿No estabas ocupado? —Se cruza de brazos. — ¿No hay otras mujeres a la que quieras molestar y así dejar de fastidiarme?
Kakarotto sonríe con picardía. —Mmm… Todavía tengo más para ti. —Se acerca sugerente.
Milk queda ofendida, pone sus codos para evitar su acercamiento. —Estamos en un lugar público, ni se te ocurra.
Kakarotto mira a los lados, hay pocas personas en la playa y ningún conocido. — ¿Qué? Siempre jugamos y somos cercanos desde que éramos niños.
Milk exhala furiosa, así que esto es para él; un juguete. —El tiempo pasó, es momento de que tú también madures.
Ella lo empuja del hombro para hacerse lugar, está cabreadísima. Kakarotto no puede evitarlo, su corazón acelera ante éstos celos evidentes de Milk. El saco de sus bolas hormiguea, ella se le ha negado bastante.
— ¡Oye! —Milk es volteada con fuerza, sus pies giran sobre la arena.
—Escúchame Milk, estamos a dos pasos, dos pasos de mi cuarto. —Kakarotto le advierte con un dedo, sin pestañear.
El pecho de Milk sube y baja, está agitada. —No me gusta ser plato de segunda mesa. —Desvía la mirada, espía a donde está la terraza del cuarto de Kakarotto.
Kakarotto inhala fuerte y exhala pesado. —Bien, me voy a mi cuarto. —Levanta las manos en rendición. Empieza a trotar sin mirar atrás.
El cuerpo de Milk casi se empuja hacia él por sí solo, se cruza de brazos para resistirse ¿Está decepcionada de no haber sido "secuestrada" por él? —"¿Soy una histérica?"
—Pero qué necia, en verdad que no, Aishh… —Kakarotto refunfuña y se muerde la lengua. Se sienta en el sillón de la sala. La puerta de la terraza se abre.
— ¿Qué quieres de mí Kakarotto? —Milk está ahí parada, haciendo la pregunta tan temida.
Kakarotto no lo piensa dos veces, se acerca, cierra con una mano las cortinas y la atrapa con un beso apasionado. —Milk ¿Cómo quieres que te diga que no eres plato de segunda mesa?
—Dilo. —Milk tiene los pies en el aire por su agarre, le exige con un golpe de puño sobre su hombro.
—No toqué a ninguna de ésas mujeres, sólo quiero estar contigo. —Kakarotto camina con ella y asegura las puertas, deja una corbata del lado de afuera. La recuesta sobre el sofá, corre los almohadones. —Y ahora mismo voy a mostrarte que el plato principal, eres tú. —Se relame con lascivia. —Estoy hambriento. —Tironea los shorts de entrenamiento de Milk.
—Ay mierda. —Milk bufa al cielo, ya no sabe qué hacer más que entregarse a esto. La primera lamida le recuerda que no se ha bañado y la segunda que a Kakarotto le importa un carajo. — ¡Oh Dios! —Se aferra a los lados, baja una mano a la cabeza de Kakarotto.
—Mmm, deliciosa. —Kakarotto abre más la boca, su polla punza, pero quiere hacerlo para ella. Pasa su lengua por su botón erecto, sus dedos ayudan al masaje. Besa los labios de su vagina, la siente agitarse del placer. Alcanza a descubrirle un pecho, tironea su pezón. Un salto adornado de un exquisito gemido de Milk. —Oh sí… —Kakarotto gruñe contra su sexo, sigue comiéndola.
Broly había acompañado a Mina hasta su cuarto. En el camino encuentra a Raditz.
—Hey, tu papá buscaba a tu hermano. —Broly le cuenta.
—Sí, ya sé. Era para decirle de frente que no se meta con alguna admiradora aquí. —Raditz le explica. —Nos pueden expulsar, el lugar debe estar sellado para los corredores, como Villa Olímpica.
Llegan a la puerta de la suite de Broly, la que va directo a la pequeña sala. Él se confunde. — ¿Cómo es eso? —Mira la corbata, la señala sin entender.
—Ca-ra-jo. —Raditz la quita y mira a los lados. —Significa que está… Está con una mujer.
— ¿Qué mujer? —Broly sigue confundido.
— ¿Qué importa qué mujer? —Raditz levanta las manos, está molesto. —Está teniendo sexo.
Broly parpadea grande, luego hace un gesto de desagrado. — ¿Se trajo a una de las admiradoras aquí?
—Mira, métete por la puerta de las camas. —Raditz le explica y saca su teléfono. —Avísame si hay que cubrirlo o al menos fíjate que la mujer salga lo más discreta posible.
—Sí. —Broly entra con mala cara. Pero se queda solo y no sabe si espiar. —"Es sólo porque quiero saber más sobre… Cómo es ESO normalmente…"—Siente ganas de vomitar por los nervios. Despacio abre la puerta. Se cubre la boca, su mano tiembla al igual que su vista.
— ¡Nnh! Kakarotto. —Milk curva su espalda, lo sostiene de sus mechones negros. No sólo es su boca, también dos dedos dentro de ella presionan su punto G. Se cubre la boca con una mano, tratando de reprimir sus gritos, porque el orgasmo es inevitable.
Broly cierra, queda pálido. Se tapa la boca. —"¿Se-Será muy desagradable poner la boca ahí?"—Reflexiona entre la higiene y el placer que le dio Mina. Frunce el ceño como un cachorro, se va a su teléfono.
De: Broly
Mina. Perdóname por hacer eso en tu boca hoy. De verdad que no pude evitarlo ¿Estás bien de verdad?
Mina estaba por darse una ducha, con la toalla en su pecho responde a Broly. —"Ay, es tan dulce."—Su corazón se revuelca en tanta dulzura e inocencia. Ahora el dilema; respuesta candente o respuesta prudente…
De: Mina
Ya te dije que sí, que lo disfruté mucho. Dar placer también es placentero, algún día lo descubrirás.
Broly suspira al leer la respuesta, se sienta en el borde de su cama. Pasó por cosas peores ¿Por qué no puede? Se recuesta en la cama, ésos horribles recuerdos vuelven, pero no los siente vívidos, sino como ver fotos viejas. Está enojado porque ésas cosas, que ahora están solo en su mente, impiden que pueda darle placer a Mina. Luego vuelve a enderezarse para enviarle un mensaje a Raditz. Piensa unos segundos, tendrá que cubrirlos…
De: Broly
No te preocupes, no es nada grave. Puso la corbata para tener privacidad para dormir una siesta. :-)
Milk recupera el aire, Kakarotto se recuesta en su pecho, se acurruca con ella.
—Creo que… Sentí algo detrás de la puerta. —Kakarotto le habla, se sigue relamiendo.
Milk se pone en alerta. —Oh, no. Hay que—
—Sshhhtt, Sshhhtt… —La recuesta de nuevo. —Puse una corbata, no nos van a molestar.
Milk frunce los labios con disgusto. Siempre vio desde arriba a todas ésas mujeres con las que Kakarotto tenía aventuras amorosas, y ahora ella estaba metida en una. Se distrae al sentir la erección de Kakarotto sobre su pierna. —Ah ¿Quieres que…? —Se pone roja ¿Hacerle sexo oral a Kakarotto?
Kakarotto abre grande la mirada, una sonrisa enorme está en su rostro, la ve llena de pena. —Que me hagas una mamada sería un sueño hecho realidad. —Une su frente con ella. —Pero no. Quiero que esto sea solo para ti. —Se muerde el labio inferior.
Milk lo mira a los ojos. De acuerdo, tal vez esto no es un juego para él. —"No está mal dejarme llevar. Además nunca tuve una aventura amorosa antes. He escuchado a muchas mujeres que tienen amigos con derechos ¿Qué tiene de malo? No le hacemos mal a nadie."—Lo abraza, está llena de pensamientos positivos, no sabe si es una emoción post orgásmica.
Kakarotto la deja irse por la terraza, su pecho está más tranquilo, puede notar que quiere estar con él. —"Lo que más quiero es que me veas así, como un hombre…"—Da un salto al entrar en el cuarto y ver a Broly sentado con la mirada severa. —Ho-Hola Broly, ya le respondí el mensaje a mi papá. —Simula naturalidad.
— ¿Cómo le hiciste eso con la boca a Milk? —Broly se le acerca.
— ¡¿Quééééééé?! —Kakarotto grita del susto, da un paso atrás.
—Sí ¿Cómo se hace? ¿Es igual que en los videos? —Le muestra en la pantalla de su teléfono.
Kakarotto aleja la mirada, está rojo, asustado, sudando. —Broly. —Lo toma de los hombros. —Por favor, te lo ruego. No digas nada de lo que viste entre Milk y yo. —Lo sacude sin parpadear.
Broly se lo saca de encima. —Sí, no hay problema. No entiendo bien qué pasa entre ustedes ¿Son amigos con beneficios hace mucho?
Kakarotto abre la boca, no le salen las palabras muy fácil. — ¡No, no! Hace poco que estamos... Pero es que… Es complicado. —Suspira al suelo, se rasca la nuca. Se sacude e intenta esquivar. — ¿A qué vienen tus preguntas? —Toca su pecho por el asombro. — ¿Eres virgen?
Broly entrelaza sus dedos, los presiona. Su ojo tiembla, no puede mentir en voz alta, así que asiente con la cabeza. —Nunca estuve con una mujer.
Apenas escucha la voz de Broly, presiona sus labios. No quiere reír de lo irónico que le parece que un tipo tan temible sea así. Junta sus palmas. —Ahora, quieres saber cómo es, busca en ésos videos y mira de cerca.
—Pero la pornografía no siempre es fiel a la vida real. —Le tiembla la pierna. — ¿Lo hiciste porque ella te lo hizo primero?
Kakarotto se muerde un poco el labio inferior, pasa la punta de su lengua por su labio superior. —A veces el placer es sólo para la mujer y eso también se disfruta. —Como todo un dandy, da un par de pasos y se sienta en la punta de su cama. Sólo recordar el sabor de Milk, quiere recorrerla entera con la lengua.
— ¿No es sucio? ¿Tiene mal sabor?—Lo dice más para negociar con su ansiedad.
—El sexo es así a veces, imperfecto y perfecto. —Kakarotto ahora comprende un poco a su hermano mayor y a su padre cuando se sintieron incómodos al explicarle éstas cosas.
—Entonces, supongo, que… Puede llegar a gustarme. —Broly musita sus pensamientos, tantea sus dientes con la lengua preguntándose si podrá hacérselo a Mina sin lastimarla con su inexperiencia. — ¿Hay que tener cuidado con los dientes no?
Kakarotto se cruza de brazos y de piernas, voltea su rostro. —Qué injusto, yo también quiero saber sobre tu dama misteriosa. —Habla frunciendo los labios.
—Es Mina. —Baja los hombros algo avergonzado.
Kakarotto le da un buen golpe en el hombro. —Hey, felicidades ¿Por qué la mala cara?
Broly presiona sus dedos sobre sus rodillas. —Es que yo no sé nada de éstas cosas. —Levanta las cejas, presiona la mandíbula al recordar. — ¿Tú te acostaste con Mina?
—No, claro que no. Jeje, no voy a negar que teníamos ganas. —Kakarotto escucha los gruñidos de su compañero de cuarto. — ¡Pe-pero no pasó nada! ¡Por la memoria de mi madre!—Ruega con las manos unidas.
—Te creo… Ahora ¿me ayudarías? —Broly le vuelve a poner los videos pornográficos en la cara.
—Sí, sí. No me hagas eso. —Kakarotto aclara la garganta, niega con la cabeza. Broly había hecho la búsqueda sin abrir el modo incognito. —"Y creía que yo me comportaba como un niño a veces. No es que Broly sea un niño, pero es demasiado inocente ¿Mina estará consciente de la pureza de Broly?"—Busca varios videos y hasta halla unos explicativos.
Mina está completamente en éxtasis debajo de la ducha, pone el agua bien caliente para recordar los brazos de Broly, relame sus dedos y lo mete. —Ayyy, Nooo… Él es más grande, enorme, gigante… —Lloriquea de deseo, presiona su punto G. Sus piernas tiemblan de sólo imaginar ésa enorme virilidad entrando en ella, quiere volver a lamerlo, sanar ésas cicatrices por dentro y por fuera.
En la habitación estaban Milk y Ami. —Voy a caminar un rato por la playa, tal vez tomar el té ¿Quieres venir? —Ami pregunta por cortesía, pero espera la respuesta sea un NO.
Milk se sentía liviana, buscaba una toalla para ducharse. —No, gracias. Voy a acostarme bien temprano, mañana empezamos al amanecer.
Milk da una sonrisita. Ajusta su sombrero y la cinta de su vestido. Era azul con rayas, de algodón y bien liviano. Se movía con la brisa del mar, a lo lejos veía un par de mesas y sombrillas donde sentarse tranquila.
Nappa estaba acomodando sus cosas, tomaba su teléfono y leía el mensaje de Ami invitándolo a tomar el té frente al mar. Su compañero de cuarto saltaba feliz.
— ¡Aaah! —Diecisiete salta arriba de su cama, con el teléfono en la mano.
— ¿Qué te pasa? ¿Por qué te comportas como un mocoso?—Nappa levanta una ceja.
—Mi novia quiere llamarme. —Diecisiete esconde la pantalla en el pecho. Levanta el mentón con orgullo.
—Ja, sí… —Nappa absorbe la información. — ¡¿Qué?! ¡¿Cómo que tienes novia?!
—Sí y necesito tiempo a solas. —Diecisiete lo empuja afuera.
Nappa frunce el ceño, le hace frente. —Vete a la sala y ya.
— ¿Cómo sé que no vas a espiarme? —Se cruza de brazos y le da la espalda.
—Mira ve, yo voy a cambiarme y a salir un rato. —Nappa lo convence.
Diecisiete realiza una video-llamada en la sala. Se peina un poco con los dedos y se recuesta lo más sexy posible sobre el sillón individual. —Hola "Mi Señora". —La ve ahí, recién llegada del trabajo con lo que parece un sweater de algodón grande, sentada en su balcón.
Setsuna gruñe un poco, cierra la vista. —Hola muchachito.
—Oye, no era para que te enojes. Es un chiste. —Diecisiete se ríe un poco. —Qué linda eres enojada ¡En qué dilemas me metes! —La escucha reírse y la ve claramente ruborizada, sus dedos hormiguean por tocarla. —Sabes que no lo digo por la edad. Eres una dama, eso no puede negarlo nadie.
—Hmp, creo que me idealizas un poco. Has visto que soy como cualquier otra.
—Hmmm… A ver déjame adivinar la escena de una mujer madura…—Diecisiete afila el oído. — Estás escuchando unas baladas con volumen suave, disfrutas del sol. Hasta adivino que está leyendo un libro, alguno sobre… ¿Misterio? ¿Detectives? ¡Ah! Y estás con una copa de vino…
Setsuna gruñe para sus adentros, traquetea los dedos sobre la mesita. —Hmp, estoy leyendo una novela romántica. Una que tengo hace mucho y me gusta releer cada tanto.
— ¿50 Sombras de Grey? —Levanta una ceja.
— ¡Ay, eres un… Un… Un tonto! —Está roja del coraje.
—Vaya, la boca de la Dama es sagrada, ni una maldición sale de ésos Santos labios. —Diecisiete muerde su pulgar, trata de no sentirse excitado.
—Estoy leyendo "Emma". —Le muestra la portada.
—Qué interesante, una muchacha que cree poder resolver los dilemas amorosos de los demás, pero no puede ver el amor cuando lo tiene frente a sus ojos. —Diecisiete recuerda haberla leído en Preparatoria. —Hablemos de eso… ¿Te identificas mucho con la protagonista?
—No quieras psicoanalizarme. —Setsuna azota el libro en la mesa. —Y no, no me identifico con ella. Más bien con el Señor Knightley. Todo el tiempo siendo testigo de las ocurrencias de ésa mujercita y viendo cómo se mete en problemas.
Diecisiete la imagina, como una versión masculina y de época. Tan altiva y orgullosa. —Si fueras hombre, seguro me habrías enamorado igual.
—Cough, cough ¿Qué? —Setsuna chilla, casi se ahoga con el vino.
—Jajaja ¿Qué? ¿Lo de los hombres o de que estoy enamorado de ti? —La ve enrojecerse. —No te pido que te enamores, sino que me dejes amarte ¿Soy tan desagradable?
Setsuna empieza a temblar ¿Qué le pasa a su cuerpo que la traiciona así? Su pelvis palpita de deseo y está acalorada. —No eres desagradable. Me-Me gustas…Mu-Mucho. —Se muerde la lengua, enojada por tartamudear.
—Aishh, tengo muchas ganas de tener sexo telefónico contigo. —Diecisiete se cubre el rostro, tiene roja hasta las orejas.
Setsuna mete la cabeza dentro de su sweater. —Dios, nunca se puede hablar en serio contigo… —Comparten unas risas y hablan de su día de trabajo.
Nappa recorría un poco antes de llegar a las mesas, se había puesto una camiseta simple con cuello, unos pantalones negros y su gorra del equipo para palear el sol. Divisa a una señora con el carro de su bebé y luchando con su sombrilla de playa. —Hola, disculpe. —Pide permiso y la ayuda a poner la sombrilla.
—Oh, gracias ¡Hey! Es del equipo cápsula. —La señora eleva su vista al enorme hombre que hasta le hace sombra.
—Mucho gusto. —nappa le habla con algo de pena.
—Wow, vi su cartel en la avenida. —La mujer tose con algo de pena. —Y déjeme decirle que no sólo con ropa interior se ve bien. En persona se ve todavía más impresionante.
—Ah, Emmm, gracias. —Nappa se avergüenza, un par de mujeres más se acercan a reunirse con ésta Señora y lo saludan.
—Jajaja, hasta le compré a mi esposo ésa camiseta deportiva que promocionan. —La Señora habla mientras Nappa acepta un par de fotos. —No le quedó igual.
—Jeje sí. —Nappa empieza a despedirse. — ¿Y sus esposos?
—Pues en reuniones, nosotras también somos "Chicas de las Carreras". —La mujer explica triunfal, luce su bikini y levanta a su niño de apenas un año.
—No, no querida. Somos Se-ño-ras. —Una de ellas se quita el vestido para tomar sol.
—Ah, Ami. —Nappa la ve a unos 50. —Disculpen Señoras, tengo una cita.
— ¡Oh! ¡Qué afortunada! —Las mujeres gritan alegres.
Ami se había acercado, varias mujeres rodeaban a Nappa. Se sentía pequeña junto a ellas, un par se veía que era extranjeras y se desvivían en halagos para él. —Hola, no sabía que estabas ocupado. —Baja su sombrero, tratando de ocultar su mal humor.
—No estaba ocupado. —Nappa se inclina y trata de levantar la solapa de su sombrero para verla. — ¿Qué pasa?
—Ésas mujeres son más bonitas y altas. —Ami siente el vapor estallar en sus orejas.
— ¿Eh? Pero… —Mira hacia atrás, señala con su pulgar. —Sólo eran amables. —Nappa está confundido. —Si crees que yo las estaba mirando no es así.
Ami se voltea y camina despacio a la mesita. En una mano todavía tiene el libro que iba a devolverle a Napa. —Oh…Creo que ellas sí te miraban.
—Jajaja, sí eso sería una novedad. —Nappa camina junto a ella. —Eran amables porque las ayudaba a instalar las sombrillas. A veces las mujeres halagan a los hombres, no porque sean lindos, sino porque tienen un gesto caballeroso. —Niega al suelo, le parece ridículo tener que explicar algo así.
—Uh… —Ami ya no sabe qué decir o cómo verlo a los ojos. Se sientan, ella se ofende al ver escuchar sus risas. —Aquí está tu libro.
Nappa lo toma y con la otra mano le quita el sombrero para verla. —Perdóname, es que no entiendo bien la situación. Si es porque yo las miraba, te aclaro que no soy así, además son Señoras Casadas. Y de que ellas me miren es imposible.
Ami lo espía por el rabillo del ojo, Nappa se recuesta en la silla, quita su gorra y mira al mar. —Ya te has casado antes, le atraes a las mujeres. Mmm… Me atraes a mí.
—"Tengo una teoría sobre eso Ami y no creo que te guste."—Nappa comenta para sí mismo. —Me olvidé el libro para devolverte.
Ami pide té helado uno de los meseros que pasaban. —Bueno, era más una excusa lo de los libros. —Acomoda un mechón de su cabello detrás de la orejas. —Quería verte… —Sus ojos se quedan conectados, presiona su puño. —Besarte…
Una pausa se da entre ellos dos. Nappa presta atención, lo hermosa que está y lo bien que le queda ése vestido. El sonido del mar, la arena. —Tus ojos parecen el océano. —Dice sincero con el tono suave. La ve acercarse, se inclina un poco. Con el sombrero de Ami de por medio, ocultan sus labios unidos. Sienten que el mesero se acerca y se alejan. La boca de Ami siempre tan delicada. —"¡Carajo! ¡¿No recuerdo si me lavé los dientes antes de salir?!"
—Jaja… —Ami se cubre la boca de su pequeña risita coqueta. —No me molestaría que nos vieran. —Sus ojos se mueven de un lado al otro. Presiona sus puños en su vestido, le gustaría estar más a solas, abrazarlo, besarlo con más pasión. —"Dios ¿De dónde sale ésa necesidad? Hasta me duele el pecho por tocarlo."—Observa con atención esos enormes brazos y ésa enorme mano que le pasa su vaso de té.
—Bueno, no es que esté ocultando nada. —Nappa ve las orejas de Ami rojas, dobla su lengua dentro de la boca, le gustaría refrescárselas de una lamida. Baja su vaso, la bebida helada ayuda a calmar el calor que le genera en la mente ciertas ideas con Ami. En unos instantes los dos miran hacia el mar. Taiki Kou salía de nadar y eso le da algo de perspectiva a Nappa. —"Quizás sólo quiere ponerlo celoso…"—No sabe si sentirse bien o mal respecto a eso, sólo agradece de que ya sea por error o no, Ami está junto a él.
Ami se recuesta en su silla. —"Qué tipo inoportuno. Espero que no se le ocurra molestar o acercarse."—Frunce su mirada y con cara de pocos amigos lo ve irse por la costa trotando.
— ¿Has hablado con tu novio? —Nappa habla tranquilo.
—Ex ¡Ex novio!—Ami se molesta. No sabe ni cómo interpretar ésa pregunta de Nappa. —Ya le dije todo lo que tenía para decirle. Traicionó mi confianza, me sacó información para desprestigiar a mi amiga con empresarios de las Carreras.
—En el calor de la pelea, pudieron decirse cosas que no fueron así. Tal vez para él las cosas todavía no terminaron.
—Es su problema, no el mío. —Ami exhala de rabia por la nariz. Juega un poco con sus dedos. —"Si Nappa me dice esto ¿Es porque realmente no le intereso?" —Se entristece de inmediato.
—Sabes que soy un hombre mayor, ya te he dicho que no soy guapo, al menos que estés ciega. —Nappa sigue. —No soy de los que niega la realidad, eres joven y con muchas otras y mejores oportunidades. Entiendo que quieras una aventura sin compromisos.
Ami se levanta de golpe. —Me hubieras dicho desde un principio que no querías nada conmigo. —Larga un chillido al final y se va.
La ve azotar todo mientras se va, tiene el primer impulso de detenerla, pero se frena. Nappa queda de pie, en tanto se pregunta qué mierda hizo, cuando bien sabe la respuesta.
Ami llega enojada, abre la puerta del lado de la terraza en la sala. Sus expectativas se revierten de un momento a otro. —Pero qué tonto, tonto de verdad. —Refunfuña en voz baja, rechina los dientes al no poder maldecir como corresponde. Ella no es de decir groserías, al menos que la saquen verdaderamente de quicio. — ¿Qué pasa? ¿Cómo puede no creer que quiero estar con él? —Se voltea al espejo que está en la pared, peina su cabello hacia atrás. —Me veo bien, me veo bonita. —Infla sus mejillas, las desinfla de un bufido. —Pero no sexy. —Hace con tono agudo, como imitando a Mina.
— ¡Oye qué feo lo tuyo! —Mina hace saltar del susto a su amiga.
Ami se agarra del corazón. — ¡Mina, casi me matas del susto!
—Jajaja, estás hermosa. —Mina afila la mirada. — ¿Acaso fuiste a exhibirte con Taiki?
—Aishh, de pronto entiendo a Serena y empiezo a arrepentirme de haberme cruzado con los hermanos Kou. —Ami deja su sombrero de lado y se sienta en uno de los almohadones en la alfombra. —Deja ésos comentarios de lado, no tiene nada que ver Taiki en esto. — ¿O sí? Ami analiza, Nappa comenzó a portarse y hacerle comentarios raros después de ver a su ex. Se frota los ojos, todo es un embrollo. —Voy a pedir algo simple para cenar o tal vez use la pequeña cocina.
—Hmmm, de acuerdo. —Mina la toma de los brazos y se los frota para calmarla. — ¿Quieres que veamos una película? Podemos invitar a Serena.
Serena rechazaba la invitación por mensaje, veía la hora, seguía tecleando en su laptop. Estaba sentada en la alfombra a los pies de la cama, de a ratos sus ojos se iban a ésa puerta que los divide. No quiere admitirlo, pero está en alerta constante con cualquier sonido. —"Creo que esto es mala idea después de todo. Creí que sería fuerte, pero solo han pasado unas horas desde que llegamos y…"—Infla sus mejillas y sigue tecleando, puliendo un par de ruedas de prensa. No piensa admitir que se muere porque él abra la puerta de golpe y la tome en sus brazos.
Vegeta se había hecho lugar en la sala, hacía unas lagartijas y ejercicios de estiramiento. La música lo acompaña, y a pesar que su lista de reproducción no lo ayuda, al menos es mejor que escuchar sus catastróficos pensamientos. Escucha las últimas estrofas de "Nos hizo falta tiempo", pensado que éste pequeño viaje sería de ensueño si Serena estuviera a su lado. Luego, igualmente de melancólica, empieza otra canción…
"…Hoy el aire huele a ti
A complicidad
A hierba fresca y besos
A pasión y obscuridad
Hoy el aire huele a ti
Pero ya no estás
Para recordarlo
Junto a mí…"Hoy el Aire Huele a Ti, canción de Luis Miguel.
Estira los brazos y truenan por la tensión, queda boca arriba en la alfombra, mira de lado la puerta. No se escucha nada. — ¿Por qué querría verme si me odia? —Murmura enojado, se quita los auriculares y sale a caminar un rato.
En ése momento, Serena abría la puerta de la terraza, iba a tomar un refresco en los sillones. Vegeta sale, ella baja la vista. Los dos se evaden la mirada. Vegeta arranca a trotar, no tanto para entrenar, sino para alejarse rápido de ésta situación incómoda.
—Ah, rayos. No traje mi botella de agua. —Vegeta se detiene a distancia prudente de las olas. Camina lejos y donde esté tranquilo. Se sienta y se golpea la frente con el puño cerrado. —Imbécil, maldito imbécil. Mírate cómo estás, por una mujer, una maldi—Su boca se frena, de nuevo éste impedimento para maldecirla. —Haaa, eres débil. Un maldito debilucho, sácatela de la cabeza y ya. —Se pone en alerta al sentir a alguien junto a él.
—Te vi salir sin una botella de agua. —Nappa le da una. Se sienta unos momentos junto a él. — ¿Prefieres quedarte solo?
Vegeta niega con la cabeza. —Je ¿No había algo más fuerte para tomar?
—NO. —Nappa tuerce su cuello, sus cervicales resuenan mientras lo mira en amenaza. Observa como Vegeta bebe la botella, se queda en silencio y realmente no sabe si decirlo o no lo que pasó. Exhala de lado, puede que sí, haya metido la pata con Launch. —Vaya… Nunca creí que llegaría un día así. —Se rasca un poco la nuca. —Entiendo que te cueste confiar, o todo ésa "porquería sentimental" como le dices.
Vegeta presiona la mandíbula, en verdad creía que reprimiendo sus emociones o atando sus sentimientos podría manejarse tranquilamente toda su vida. Pero ahora se da cuenta que no sabe manejarlos. Ésa conclusión le suena como algo que diría la terapeuta de Serena. —"Maldita charlatana, sal de mi cabeza."—Cierra los ojos enojado.
—Ella te ha afectado de verdad ¿No es cierto? —Nappa lo ve bajar la vista, también está atento a que presiona los puños de la rabia. —La dejaste entrar…
—Ppfff, Jaja. —Vegeta exclama con el tono desinflado, desvía la mirada. —No sé ni cómo… —"Supongo que los ángeles tienen ésos poderes." Quiere romperse la cara, no puede dejar de pensar en ella en ésos términos, por más que quiera verle defectos a la fuerza.
Nappa se siente un poco hipócrita, se queda en silencio junto a él viendo las olas del mar. Piensa en Ami y cómo la alejó por ser tan cabeza dura. —"Es que simplemente no puedo creer que una mujer así de hermosa se haya fijado en mí."—Frunce profundo el ceño. —Eres igual de cerrado que tú hermano Tarble, pero de una manera diferente. Entiendo que es por lo que pasaron cuando eran niños.
—Por suerte Tarble nunca fue manchado como yo. —Vegeta siente escalofríos por su repentino ataque de sinceridad, pero comprende una cosa. —Quizás ahí yace la diferencia…
Nappa mira su mano, todavía recuerda la primera vez que lo cargó. —Perdóname, en verdad que me esforcé para tú y tú hermano—
—Con sólo darme techo y comida, ya me salvaste. —Vegeta interrumpe y se levanta. — ¿Vamos a seguir lamentándonos por bueyes perdidos o vamos a entrenar un poco? Ésta charla ya me asquea.
Ya lo ve en su postura orgullosa y engreída recuperada. Raramente Nappa prefiere eso a verlo sufrir por Serena. Sí, Nappa vio en los ojos de Vegeta algo que hace mucho no veía; dolor. Así que los dos se distraen entrenando un rato en la arena.
No todo era penas y mal de amores. Para Rei y Raditz era un bellísimo atardecer, recostados en la enorme hamaca de la terraza. Las cortinas de tul volaban en la brisa, los rayos rojizos adornaban la vista del mar.
Con mucha pereza Rei se estiraba sobre Raditz. —Hmmm, qué difícil ver esto como un "viaje de trabajo". —Vestía un pequeño short y una camiseta arriba de su bikini.
—Bastante… —Raditz acuna su mano en uno de sus pechos, mete el pulgar y dibuja círculos en su pezón.
—Jummm, basta. —Rei le quita la mano, pasa una pierna por arriba de Raditz. Espía un poco.
—Ves, no hay nadie. —Raditz levanta la cabeza con ella.
— ¿Y si algún reportero o paparazzi nos agarra con las manos en la masa?
—Hmmm… —Raditz se frota el mentón, rueda un poco sobre Rei. La presiona dejándola sentir su erección. — ¿Y si les damos algo de qué hablar?
Rei traga duro saliva, voltea el rostro. —Siempre un demonio lujurioso. —Su corazón acelera y su pelvis palpita ante la insinuación. Con mucho enojo lo empuja y se mete a la habitación.
La escucha murmurar maldiciones, Raditz rueda los ojos y niega con la cabeza. —Reiii… Era broma. —De un salto la sigue adentro. Unas bragas en la cara lo ponen en situación. Su rostro de inmediato sonríe con lascivia.
Esa sonrisa de demonio la enciende todavía más, muy coqueta y completamente desnuda se va al baño. —Voy a darme una ducha para quitarme la sal del mar. —Frunce los labios. — ¿Me acompañas?
Como si ella hubiera tirado un conjuro, Raditz siente una caricia sobre el saco de sus bolas, su polla apunta directamente a ella. Se empieza a desnudar rápido y la sigue al baño.
Sus manos entrelazadas, la presiona contra los azulejos del baño. La sostiene enredada a su cintura, se menea contra ella. El vapor del ambiente los rodea, Raditz suelta el beso, con la lengua afuera baja para lamer sus senos.
—Radiiitz… —Rei lloriquea, está demasiado cerca. — ¡Oh! —Su cuerpo se presiona contra él, el orgasmo la sacude. Muerde su labio inferior, degustando las sensaciones.
Raditz lleva una mano a su cuello, le gusta ver lo delicada que es la figura de Rei, y aun así ver todo el fuego mortal que sale de ella. —Jmjm… Bien, sigamos, más, un poco más. —Hace una pausa, deja que sus fluidos femeninos lubriquen su miembro enfundado. —Cómo chorreas Rei, me encanta. —La besa de nuevo.
Rei intenta recuperar el aire, apenas tiene tiempo, la virilidad de Raditz sigue activa. —Tú eres tan duro, me encanta. —Los dos quedan con los ojos en blanco, dejan que sus cuerpos se agiten salvajemente.
Lita y Bardock, tampoco perdieron el tiempo. En cuanto todos estaban organizados e instalados en sus habitaciones, ellos quitaban sus ropas y disfrutaban de la brisa marina que entraba por el ventanal.
Bardock estaba sentado al borde de la cama, Lita subía y baja sobre él. Presiona sus pechos desde atrás, baja su mano y presiona su clítoris. —Grrr, Lita ¿Sigues bien?
Lita dibuja una sonrisa, tira la cabeza hacia atrás, recostándose. —Sí ¿Y tú? —Jadea con unas risitas burlonas.
—Ah, mujer. Me desafías. —Bardock la presiona del vientre, aun unidos la inclina hacia adelante, queda parado. La deja sentir todo el largo de su polla salir y luego entrar. La cavidad de Lita lo envuelve en su calor, siente sus pliegues palpitar del gusto. La escucha gemir, presiona los labios, justo faltando una mitad de su miembro por entrar; completa la unión con una estocada firme. — ¡Sí! —Gime de placer junto a ella, sostiene firme su trasero. —Toma aire…
Lita siente escalofríos con esa advertencia. — ¡Oh Dios! ¡Ah, ah! ¡Mmh!—Trata de sostener como puede, todo su cuerpo es agitado por las penetraciones veloces de Bardock. Su polla toca lo más profundo y la curva de su longitud presiona y masajea su punto G. — ¡Me vengo! ¡Ah, no aguanto! ¡Ba-Bardock!
—Sí, córrete conmigo. —Bardock gruñe de placer, se inclina para llegar aún más profundo. Pellizca sus pezones. Soporta un poco más mientras la deja acabar completamente, la toma de los brazos y eyacula en dos embestidas duras. —Haaa, sí… —La envuelve en sus brazos y antes de que se desvanezca se arroja con Lita a la cama.
Lita limpia el sudor de su frente, se voltea y se acomoda en el pecho de Bardock. Lo ve quitarse el condón lleno. —Mmm, por Dios, ya quedaste deshidratado. Jaja. —Trata de reír entre su respiración agitada.
El pecho de Bardock sube y baja, levanta una ceja. —Litaaa… Ya sabes cómo soy si me desafían. —Larga unas risitas con su voz ronca, siente la espalda cubierta en sudor. Se acerca y le deja un tierno beso en la frente.
Lita cierra los ojos, dibuja pequeñas caricias en los pectorales de Bardock. —Sentí tu teléfono…
—Sí, Haaa… —Bardock continúa esforzándose por respirar, estira su brazo y alcanza su teléfono. —Es la guardería donde dejé a Saiya. Mira, me envían fotos y videos de ella corriendo y pasándola bien.
—Awww, la hubieras traído. —Lita mira los videos.
—No, es peor. Porque el trabajo aquí no me dejará darle atención. —Bardock manotea una botella de agua. — ¡Mmh! ¿Quieres que haga algo de cenar?
— ¿Sí? ¿Cocinas? —Lita levanta una ceja y pone una mano en la cintura.
—Oye, oye. Crie y alimenté muy bien a dos niños.
—Ja-Ja, mitad humanos, mitad mastodontes ¿Qué sabes hacer además de carne, arroz y ensalada?
Bardock la azota con una almohada. — ¡Para tú información estoy bien orgulloso de como crecieron! ¡Son muchachos fuertes, llenos de proteínas! —Presiona sus brazos y resalta su pecho.
— ¡Oh, Jajaja! ¡Ése orgullo de padre herido! —Lita trata de levantarse, solo se sienta, porque siente las piernas de goma. Ahí está Bardock con gesto enojado. —Estoy bromeando… —Frunce los labios para imitar su puchero. Le parece adorable, envuelve sus brazos en él.
La tersa piel de Lita se enreda en él, se siente fresca. —Hmmm, de acuerdo. Ahora voy a hacer un Omelette con jamón, algo sencillo, con arroz, te va a gustar. —Le deja un beso en la mejilla y se levanta a ver qué hay en la pequeña cocina.
Vegeta entra a la sala, se va al baño y se frena al sentir la ducha. Su mano se estira, al segundo retrocede. Sabe que debe tomar una decisión. —"Tal vez te fundirías en ésta hoguera de mi sangre…"—Presiona unos segundos la frente contra la puerta, escucha que el agua se detiene y se aleja.
Serena seca su cabello frente al espejo, el recuerdo de Vegeta pegado a ella mostrándole lo bella y atractiva que él la veía. —Pero borracho no le importó poner sus manos en otra. —Sacude la cabeza convirtiendo en humo todo eso. —Lo sabía, yo lo sabía ¿Cómo pude dejarme llevar tanto? —Quisiera sacarse el corazón a pedazos del pecho, jamás creyó que volvería a amar y mucho menos a alguien que es la antítesis de lo que era Darien.
Vegeta queda de su lado de la suite, abre su laptop. Abre su bandeja de entrada y busca directamente el correo sobre el reconocimiento del Récord, es en unos diez días. Piensa unos minutos, ya sabe lo que debe hacer. Empieza a teclear su discurso.
Serena destraba el seguro de la puerta del baño, saca la cabeza con precaución. Sale vestida, de puntitas se acerca a la puerta de Vegeta. La tentación le gana y apoya la oreja, todo su cuerpo tiembla de solo saber que la satisfacción a todas sus tensiones está ahí. Presiona la mandíbula, las banderas rojas ondean y enmarcan de nuevo ésa imagen que quedó marcada a fuego en su pecho: Vegeta y Launch desnudos en la ducha. Se muerde el interior de su mejilla, hasta saborea la sangre. Se arroja a la cama y se abraza a la almohada. —Idiota, maldita idiota. —Manotea unos pañuelos de su mesita de noche. Se deja ir en el llanto y el dolor, esperando que esto exorcice de una vez toda ésta situación.
Ami salía de lavarse los dientes, con las cejas en alto ve a Mina preparándose para salir. — ¿Mina a dónde vas?
—Ah pues, Kunzite me invitó un trago en el bar. Así nos ponemos al día. —Termina de atarse el cabello. Siente la mirada acusadora de Ami. — Ay Ami, por dios, es un hombre casado, con niños. —Pone sus manos en la cintura. —Sólo vamos a hablar y ponernos al día.
Ami simplemente exhala por la nariz, se voltea a Milk que estaba trenzando su cabello.
—Es tan vivaz y simpática. —Milk comenta, le da risa.
—A veces demasiado… —Ami se acuesta.
—Oye, no quiero que creas que soy chismosa pero, te vi con Nappa. —Milk no se aguantaba la curiosidad. —Ajem, no es por nada. Es que jamás lo vi acercarse a ninguna mujer.
—Haaa, sólo nos hicimos amigos. —Ami juguetea con sus dedos.
Milk de pronto se ve a sí misma en Ami, eso la pone nerviosa e incómoda. Deja el tema ahí, se dicen buenas noches y se acuestan a dormir.
Quien no podía dejar de penar, de un lado al otro era Nappa. Casi ni cenó después de entrenar con Vegeta. En tanto se duchaba se sentía un hipócrita y entendía que está en un callejón sin salida con Ami. Envidiaba un poco a Diecisiete, que charló sin cesar en la cena sobre su "mujer misteriosa", hasta quería romperle la cara cada vez que la nombraba como "Mi Señora". —Es que todo empezó mal. —Nappa musita para sí mismo, enjuagándose. —El primer beso fue estando borracho y después nunca más pude tomar coraje. —Mira sus manos, recuerda la piel suave y delicada de Ami. Toca sus propias yemas. —Yo soy tan áspero y poco delicado ¿Si ya no me contengo ella querrá verdaderam—
— ¡Oye no estás solo en el cuarto! —Diecisiete está harto de esperar. — ¡Me dijiste que era una ducha de 5 minutos!
— ¡Ya salgo! —Nappa apaga la ducha de un manotazo, se envuelve en una toalla. —Ahí toda tuya.
—Qué bueno que eres pelón, sino estarías horas. —Diecisiete se mete al baño, también se estaba orinando.
Se pone una camiseta blanca y unos pantalones largos de algodón, mira a la noche clara. Nappa sale a caminar antes de dormir. Paso detrás del otro, ve un par de parejas en pequeñas mesas en una cena romántica. Resopla resonando los labios. —Tal vez le pida una cita y así hablar de… De lo viejo y tonto que soy. —Se detiene está frente a la terraza de la suite de Ami. Decisiones… Decisiones…
Camina en un pasillo de los más estraño, cortinas de tul rojas adornan y el olor amaderado casi familiar llena su nariz. Se muerde su labio inferior, no sabe porqué ése aroma la incita tanto. A medida que se acerca, velas, pétalos y almohadones rojos se empiezan a ver. En el fondo una cama enorme, una jauría de mujeres desnudas se remueven. Ami se ve en una espejo de la pared. Se cubre al notar que está desnuda, empieza a temblar. Busca una salida, pero sólo oscuridad y telas de tul la enredan. Tironea las telas para tapar su pudor. Los gemidos de placer de todas ésas mujeres resuenan ¿Dónde mierda está?
Sus ojos azules quedan fríos, el cuerpo de Nappa emerge en medio de todas esas mujeres. Tan musculoso e imponente, las mujeres lo acarician y se pelean para meter su virilidad en la boca. Ami se cubre la boca por la impresión.
Nappa clava su mirada depredadora, estira su mano. —Amiiii… —La voz ronca y casi jadeante de deseo la llama. Saca el pecho, fanfarronea con todas esas mujeres que se le enciman y él atrapando sus pechos para besarlos.
Ami niega con la cabeza, se cubre. Lo mira de nuevo y él solo la ve a ella a los ojos, aun con dos que lamen su miembro y lo acarician. Su centro se retuerce, se moja. Cubre sus pechos con la mano y hasta el calor de sus palmas la excitan.
—Amiii…Jaja, ven aquí…—Nappa la llama sin césar. Ella se agita, cubre sus oídos ante los gemidos. Debería darle rabia verlo así con otras, en cambio le avergüenza sentirse caliente. Escucha su nombre, una y otra vez, su corazón acelera, su clítoris duele. Empieza a gemir, su mirada está nublada de lujuria, empieza a dejar de lado la razón y acercarse. Quiere tenerlo, quiere ser suya como sea.
Ami siente su teléfono vibrar, se endereza de inmediato. Contesta sin pensar, acostumbrada a las emergencias como Doctora. —Hola. —Siente la garganta seca y el cuerpo tenso por ése extraño sueño.
—Ami… Perdóname por despertarte.
La voz de Nappa estremece su pecho por la emoción. —No, está bien ¿Sucede algo? —habla en voz baja.
—Estoy aquí frente a tu terraza. —Nappa le dice, y de inmediato ve la puerta corrediza abrirse. Ami sale en su camisón corto, camina hasta él.
No sabe si es la noche, el paisaje o la luz de la luna, pero Nappa se ve tan guapo. Está como tres escalones arriba, casi al mismo nivel que la mirada de él. —Hey, respecto a lo de hoy…—Corta teléfono, piensa en disculparse, no quiere verse como una jovencita caprichosa.
No la deja seguir, estira sus brazos y la levanta hacia él. Nappa la abraza y planta sus labios en un beso apasionado. Las succiones son profundas, mueven sus labios con ansias. La saliva de Ami parece dulce, Nappa saca su lengua. Ella larga un quejido, aprovecha y lame su labio inferior. Ami responde con gusto con otra lamida, sus lenguas empiezan a danzar lentamente.
—Ah, perdóname… —Nappa, se separa, ésos ojos azules lo fulminan, acaricia su cabello azulado. Las olas del mar empiezan a resonar. —Ami, ya no aguanto. —Su miembro se inflama y empieza a apretarse dentro de la tela.
Ami queda con los ojos como platos, la mano de Nappa se va a su trasero y la aprieta sobre la tela. —Mmh, Nappa yo… Tampoco aguanto. —Se presiona contra él, ajusta como puede sus piernas a su alrededor. Siente el bulto de Nappa, sus barreras se rompen y actúa según sus impulsos de mujer. —Te deseo, te deseo… —Dice entre cada beso, él la lleva a la sala. —Sshhh, la puerta… —Le señala la división de la suite.
—Grrr…—Une su frente con ella. —No lo pensé bien. —Se desinfla un poco.
Ami presiona sus manos en los pectorales de Nappa, llena un poco sus manos en la sensación de sus músculos. Se baja de sus brazos y pone el seguro a la puerta, por si acaso también deja un sillón individual como barrera. Mira sus manos. —Siempre soy racional, estoy un poco harta de eso… —Atrapa el borde de su camisón y se lo saca por arriba de su cabeza. —Quiero sentirte.
¡Oh Mierda! Las restricciones de Nappa desaparecen, la figura desnuda de Ami frente a sus ojos es la cosa más bella que ha visto. Se quita la camiseta y la arrebata en un abrazo.
Toman los almohadones y los dejan sobre la alfombra, manotean una de las mantas del sofá e improvisan una cama. Ami se recuesta, acerca su pecho y las manos de Nappa estimulan sus senos. Sus ojos ruedan a la nuca, cuando sus dedos gruesos retuercen sus pezones. Un pequeño dolor le saca un lloriqueo y él la alivia con su lengua. Queda con sus montes empapados.
El agua brota de su boca sin parar, la piel suave de Ami parece una adicción. Tan delicada y sensual, e increíblemente se entrega a él. Gruñe del gusto al sentirla disfrutar. Baja lento por el centro de su pecho, llega a su ombligo, se lo acaricia y lo besa. Despacio atrapa sus bragas, sus ojos negros se conectan con ella. Puede ver la aprobación en su rostro ruborizado. Quita sus bragas, ella abre sus piernas. Nappa mira su sexo, está inflamado, pasa su pulgar de abajo hasta arriba. Su clítoris sale a la vista, endurecido y tan ruborizado como los labios de su vagina. Se relame, pasa la lengua.
— ¡Ah! —Ami se cubre la boca, aferra su mano a uno de los almohadones. Su lengua la cubre completamente, sus manos se aferran a su trasero. Ella levanta la cadera con gusto y la boca de Nappa le da placer como nunca. Su lengua se mete dentro de su cavidad, la sensación es caliente y mojada.
Quita la lengua de adentro de Ami, sus fluidos femeninos desbordan. Presiona delicadamente su clítoris entre los dientes.
Ami se sostiene de sus hombros, trata de enderezarse un poco. —Na-Nappa, mételo… —Ruega, su corazón late tan fuerte y el sudor la cubre completamente.
Nappa apoya sus rodillas, tampoco puede esperar más. Ami se aferra a su cuello y lo besa, ella saborea su feminidad. El también, con la dosis extra de sus tiernos labios. Busca el condón en su bolsillo, quita su pantalón y su bóxer.
Ami traga duro, ve sus pantalones volar de lado. —"Quiero verlo…"—Toma coraje, toma aire por la sorpresa. —"E-Es gra-grande…"—Tiene el impulso de cerrar las piernas, se sacude un poco.
Nappa abre el sobre y casi se va hacia adelante. Las manos de Ami están sobre su erección, lo masajean. Agitado, mira hacia abajo y su corazón está a nada de estallar de lo rápido que bombea. Su boca le da un beso a la punta y es casi el éxtasis. Un tic se forma en su ojo, tratando de resistir.
Ami sigue con besos en su glande, se ayuda con ambas manos para estimularlo. Lo siente todavía más grueso, duro y caliente. Sus venas palpitan en su palma. Su sabor es tan masculino. Mira hacia arriba Nappa está rojo, agitado. Los músculos de su cuerpo lo hacen ver tan imponente, tiene un par de cicatrices en su cuerpo. Se ve tan rudo, al mismo tiempo y le impresiona que alguien como ella lo tenga así, temblando en sus manos. Siente su mano enredándose en su cabello y alejándola.
La recuesta, toma las mantas para cubrir el poco pudor que les queda. La ve tan menudita debajo de él. Nappa la toma de la cintura y la voltea, ella hace un quejido confundida. —Ah-Eh, es para… Para que pueda entrar lo más fácil posible. —Explica con un poco de nervios.
Ami se toma de sus brazos. —No, quiero verte. —Le pone una mano en su mejilla. Nappa acepta, siente como frota su punta contra ella. Ami pasa sus manos sobre los músculos de Nappa, lo incita a más con tiernas caricias. Instintivamente clava sus uñas en él cuando empieza a penetrarla.
Tan apretada, su lado lujurioso le exige tomarla ahora mismo, meterse completamente y hacerla suya. Pero sus emociones, sus sentimientos afloran al verla debajo de él, tan adorable y sexy. Quiere que dure para siempre. Empuja un poco más su cadera, la escucha gemir largo. — ¿Estás bien? —Se apoya con los codos y se inclina a besarla.
Lo siente ir tan despacio, su cuerpo parece estás por partirse, inmovilizada por la sensación. —Estoy bien, estoy genial… Sigue, por favor, sigue. —Mira hacia abajo, en las sombras se ve la punta conectada a ella. Trata de moverse, pero es mínimo lo que puede hacer. —No pares… —Enreda sus brazos a su cuello, lo besa.
Responde a sus besos, acaricia sus curvas y culmina en sus senos. Despacio se empuja, con sólo la punta siente que puede acabar. El interior de Ami se siente demasiado bien, presiona con una mano la almohada, trata de controlarse. Entre gemidos se siguen moviendo, lentamente esperan terminar la noche completamente unidos.
…
Jojojooooooo, ¡Sí tenemos zabrozura NappAmi! ¡Hasta el próximo viernes!
Saluditos…
Nita-chan84: Holis, Jajaja les gritaba ¡Tomen mi maldito Dinero! Jajaja quiero una dotación vitalicia de su ropa interior XD Broly ya empieza a verse más activo, al menos Mina le muestra una forma de contacto que no le duele. Todavía faltan detalles de su pasado, así que oremos por Broly y porque los demonios de Mina estén bien atados XD Vergeta y Usagi, Vergeta y Usagi, ay mis niños cabeza dura. Pero al menos parece que Vegeta va tomando impulso, por lo menos tiene un plan ¿Funcionará? ¿Cuánto tiempo podrá ésa puerta separar corazones y pasiones? Seiya bien parece estar en retiro espiritual, al menos hay momentos que el trabajo se lo toma en serio. Nappa y sus inseguridades o dudas, por suerte eso lo puso a los dos en perspectiva. En el momento que casi lo pierden, se aferraron más fuerte *estrellita para ellos* Jajaja sí, aquí varios chismes se cruzaron y la Ami ahí jugando con el peligro, jajajaja esperemos Milk y Mina estén profuuundamente dormidas, porque ellos no piensan parar jjijiij Kakarotto ahí comiendo ya le llegará la factura ¿Y a Milk? Porque ella bien que se sirve, ay me da nervios cuando los dos descubran que se enamoraron de antes y que por niños mensos perdieron el tiempo ¿Lo harán a tiempo? Hmmmm… Jajaja gracias, eso intento, aunque es bastante fácil con el SailorTeam, porque me encanta ver una y otra vez cuando se comportan como muchachas normales, las caras de Rei, las ocurrencias de Mina. Pero la que siempre me gusta que rompa el molde es Ami, pequeñita, pero llena de coraje y también bien mujer de carne y hueso. Y posdata: los sacudones del Bardock asdsadlfjsfd. Jajaja. Muchas gracias por tu rw, un beso grande. Con sólo dibujarte una sonrisa soy feliz (bueno y el calor jeje) Amen por Papi LuisMi y que el Ki de la Luna te guíe mi ciela.
OhaioIzumiKun: Ya no estás más a mi laaadooo corazón *empieza_a_beber* jajajaja Los líos siempre vienen de a tres, la pelea VegeRena, el ganado de Mina y ¿KakaChi fue descubierto? Jajaj Mina sí sabe, por esas cosas nunca sería vegetariana. Podrá ser Mina el Faro que guie a Milk? Esperemos que al menos la diosa de la Lujuria derrame sabiduría y no travesuras indiscretas, jeje. Uuuujuuuu, tuvimos NappAmi? ¡SÍ TUVIMOS NAPPAMI! Espero le hayas gozado mi ciela asdsdkfjsdlkf… Pues sí, en la familia Son corren buenos genes, buenos bollos salen de ése horrrno. Jajaja. Muchas gracias por tu rw!
