CAPITULO 6: LA NINFA DEL RIO AQUERONTE
Los jardines de la mansión Kido se habían convertido en el escenario de una persecución. Las santos de Athena corrían tras las mujeres que se habían llevado a la pequeña Saori Kido.
-¡Allí! -Gritó Marín al ver a una chica rubia sosteniendo a Saori y corrió hacia ella- "Meteoro"
Cristel evadió fácilmente riéndose de la peliroja.
-¡Es mía! -gritó Shaina pisándole los talones a la chica de cabello turquesa- No te será tan fácil escapar.
Iara sonrió, cubriendo a su compañera y recibió a Shaina con un golpe que la mandó directo al suelo.
-¡Shaina! -gritó Geist intentando ir con ella pero una mujer peliroja se interpuso-.
-Es mejor que tu y tus amigas lo entiendan ahora. Ustedes no son rival para las ninfas guerreras de Perséfone. Agradece mi piedad y deja de perseguir a alguien que no puedes vencer.
-¡¿Que dices?!
Orián hizo resplandecer su armadura, emanando una ráfaga de cosmos que hizo a Geist cubrirse. Cuando volvió a voltear, la peliroja y sus compañeras habían desaparecido junto con Saori.
-¡Maldición! No pueden haber ido lejos
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La Avernal se dio la vuelta, considerando que aquel Santo ya no podría levantarse pero de pronto, el cosmos del caballero de bronce se elevó, poniéndose de pie.
-¿Pero cómo? -se preguntó molesta la mujer castaña- No tienes el nivel para sobrevivir a mi ataque ¿Como lo hiciste?
-Creo que me subestimaste -dijo Louis y aprovechando la sorpresa de su oponente, usó una de sus técnicas- "Hammer Fist" (Puño Martillo)
Hazel salió volando al recibir el fuerte golpe, hasta estrellarse contra una roca.
-Maldito caballero de Athena -pronunció la Avernal poniéndose de pie, evidentemente irritada- ¡No te perdonaré por esta humillación!
La ninfa al servicio de Perséfone elevó su cosmos y su armadura comenzó a resonar y brillar ante la mirada confundida de Escultor.
-Este brillo… - Louis cerró los ojos, intentando evitar la luz que le lastimaba los ojos- Así que este es el poder de las Lanterns.
-Si, estas armaduras tienen la habilidad de brillar incluso en el lugar más oscuro cuando el cosmos de su portadora se eleva. Tus ojos no lo resistirán y será sumamente sencillo acabar con un oponente ciego.
El santo de bronce intentó mantener su mirada lejos del fulgor, pensando en alguna alternativa para pelear aún con esa desventaja. Se incorporó, usando sus puños para atacarla pero la luz era demasiado intensa y ella logro esquivar los golpes con facilidad.
-Fue por esto que me uní a la diosa Perséfone – afirmó golpeándolo repetidamente- al entregarle mi vida, obtuve el poder para hacer pagar a la gente por sus malas acciones. Gente como la que siempre me humilló mientras viví en la Tierra, por eso serviré a mi diosa y eliminaré a cualquiera que se entrometa en sus asuntos.
La vista de Louis estaba algo nublada y su oponente parecía más fuerte que él. La sensación de agudo dolor lo inundó haciendo que sus sentidos se comenzaran a desvanecer. "¿Esto es todo? ¿Moriré aquí?"
Louis navegaba en su mente, recordando momentos de su pasado mientras su cuerpo yacía en el piso. La voz del maestro Shion comenzó a escucharse a lo lejos.
FLASHBACK
-Algún día me gustaría ser tan fuerte como usted maestro Shion pero… Solo seré un caballero de bronce.
-Louis… La armadura no define el poder de un caballero. La fe, la voluntad, la determinación, son cosas que le dan fuerza a nuestro cosmos. No sirve de nada el poder si no tenemos un motivo justo y real para usarlo.
-¿Quiere decir que aunque me convierta en un caballero de bronce podré vencer a un enemigo más fuerte que yo, si peleo por una causa justa?
-Si quieres vencer en una batalla debes encontrar aquello que te impulsa. Si tienes claros los motivos por los que elevas tus puños, no habrá enemigo que no puedas vencer.
Un motivo… "
FIN FLASHBACK
-Es verdad -dijo intentando ponerse de pie- No importa cuantas veces me derribes, prometí no morir fácilmente.
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En otra parte de aquel enorme jardín, Li se esforzaba por mantener su técnica ilusoria cuando una mujer de larga cabellera verde y ojos miel se acercó caminando tranquilamente
-Así que eres tu la que esta evitando que podamos volver al Templo Eleusis.
Li se puso en guardia, intentado cubrir a Ibis, que apenas comenzaba a abrir los ojos.
-No me hagas reír -dijo la Avernal de Estigia al ver a Pictor dispuesta a pelear- la mayor parte de tu cosmoenergía está centrada en mantener la barrera que creaste. No tienes oportunidad de vencerme con el poder restante.
-Es cierto. Esta técnica tiene un punto débil -respondió Li, caminando hacia su enemiga- Usarla por mucho tiempo me hace vulnerable. Pero mi maestra siempre decía que el cosmos de un caballero es infinito y tan poderoso como la voluntad de su alma y yo creo firmemente en sus palabras.
-Que conmovedor -dijo la peliverde en tono sarcástico- Tu maestra... ¿Te refieres a la mujer mayor que estaba en el Templo? Porque definitivamente su cosmos no fue infinito cuando terminé con ella.
-¡¿Que dijiste?!
-Si, así como Hazel fue enviada a Jamir, yo fui enviada a Cantón a interceptarte. Ataqué a la mujer que vi en el templo pero al parecer llegué tarde, tu ya habías partido, fue un desperdicio de tiempo.
-¡Te haré pagar por esto! -gritó Li apretando sus puños- ¡la atacaste a traición!
El coraje y la impotencia se transformaron en lágrimas que comenzaron a salir por debajo de su máscara, corriendo por su cuello.
-Esto fue fácil -gritó Laia al ver que su oponente había perdido la concentración- Hazlo ahora Nekane.
Una mujer de cabellos azules apareció de entre los árboles atacando a Li, quien de espaldas, no se había dado cuenta de su presencia. Pictor se vio sorprendida esperando el ataque de la Avernal pero ésta fue detenido por una fuerza psicoquinética.
-¿Que sucede? -preguntó molesta Nekane- ¿Esto de nuevo?
Unos serenos pasos se escucharon acercándose.
-Perdiste la concentración por las palabras del enemigo.
-Lo sé -respondió Li- No debí dejar que mis emociones me superaran.
-No es momento de lamentarse - dijo manteniendo su tranquilidad- Debemos evitar que se lleven a Saori Kido.
-¡Te arrepentirás por haber interferido! -respondió Nekane liberándose-.
La avernal lanzó un golpe que fue evadido fácilmente por Mayura y aprovechó para devolvérselo, tirándola al suelo.
-!Ya basta!
Otra voz se escuchó y todas voltearon, encontrándose con una femenina figura.
-Es hora de irnos -la chica de ojos verdes abrió un portal por el que sus compañeras comenzaron a entrar de prisa.
El resto de las santos de Athena llegaron para ver cómo una de ellas aún cargaba con la niña pero fueron recibidas por ligeros ataques de Nekane que se disponía a alcanzar a sus compañeras.
-¡Vayan! -les gritó Mayura sujetando a la Avernal de Lete para evitar que siguiera atacándolas- Yo me encargaré de ella. Deben ir al Templo de Kore, no permitan que lastime a Athena.
Las chicas corrieron tras las enemigas sin reflexionar en lo que la rubia les pedía, saltando por el portal que casi se cerraba.
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-Tu persistencia ya me está haciendo perder la paciencia, Escultor.
La Avernal enfurecida, concentró su cosmos y tomó el adorno de su diadema.
-Esta vez me aseguraré de acabar contigo, Lament of the damned (Lamento de los condenados)
Hazel sopló el adorno, que comenzó a sonar como una flauta ocarina y la melodía parecía semejar susurros agonizantes. Louis cayó de rodillas al escuchar el sonido.
-¿Que? ¿Que es esto? -preguntó mientras cubría sus oídos- Este sonido… Es como si transmitiera tanto dolor.
-Efectivamente, esta pequeña flauta emite los lamentos de toda la gente que ha caído en el río Aqueronte y sufre por la eternidad. Es su agonía la que entrará por tus oídos y destruirá tu sistema nervioso.
El cuerpo de escultor parecía no responder, la melodía formada por lamentos lo debilitaba, impidiéndole contra atacar.
-No puedo… -susurró Louis recordando que le había prometido a sus compañeras encargarse de la Avernal- No puedo perder...
El ardor en sus ojos y el sonido retumbando en sus oídos lo habían dejado a merced de la ninfa de Aqueronte quien seguía tocando la infame melodía con su flauta.
-Esto ya me aburrió, terminaré con tu sufrimiento…
Hazel se preparó para atacar pero repentinamente el cosmos de Escultor se encendió.
-¡No moriré aquí Hazel!
