Rose pvo
Me desperté y vi a aquel hombre a mi lado, después de lo poco que habíamos hablado, yo que había creído que mi arreglo era del siglo pasado... él también se veía obligado a ello, y es que mi familia estaba en quiebra y por eso debía casarme con un empresario, cuál empresa había sido socia de la de los Hale, casi desde siempre. Me desperté con cuidado me duché y me fui. Había quedado con Bella, ella me pasaría a recoger, para contarle como acabó su apuesta, porque sí, todo había ocurrido por una apuesta.
Flashback
Mis padres habían organizado una cita con ese empresario con quien ellos querían casarme. Por supuesto, yo no quería contraer matrimonio. Quería centrarme en mi carrera como abogada, además recién había regresado de Oxford donde había culminado con éxito mi especialización. En fin, para evitar esa estúpida cita a ciegas, decidí contratar a una chica aspirante a actriz para que me suplantara. Por supuesto, ella no era la persona más brillante del planeta y pues eso era lo que yo buscaba, ahuyentar a mi pretendiente, que por rumores me había enterado que era un completo patán y un completo sin vergüenza. Y por supuesto, yo me oponía a convertirme en la esposa trofeo de un tipo como él. En fin, esta chica me la había había presentado mi mejor amiga Bella. Con quien había quedado en vez de reunirme con ese tal Emmett.
-¿Lista?-Pasó a dejar a la chica al restaurante y yo me subí a su auto.
-¿Y bien? ¿Dónde quieres ir?
-Quiero beber y olvidar el complot de mi familia contra mí.
-No se diga más.-Sonrió y me llevó a un bar que estaba muy de moda en la ciudad. Nos sentamos en una de las mesas y los tipos no tardaron en acercarse a nosotras.
-Parece que somos carne fresca por aquí.-Me quejé.
-Es tu jodido vestido, Rose.-Bella le dio un trago a su cerveza.
-No me gusta esa sensación.-La ignoré.
-Siempre me ha parecido curioso algo...-Dijo luego de que habíamos rechazado a otro par de chicos.
-¿Qué cosa?
-Pues que tú.-Me señaló.-Nunca has tenido problemas para ligar.
-Eso dices tú.
-Bueno, desde que te conozco siempre he visto como los hombres se te insinúan, mas a ti no he visto que los seduzcas. -Se aclaró la garganta.-Es decir, siempre son ellos los de la iniciativa, tú únicamente les sigues el juego cuando te gustan o simplemente los ignoras.
-¿A que viene ese comentario?-Alcé una ceja.
-Pues eso. Sería divertido verte a ti en ese plan de cazadora, no de cazada.-Dijo divertida. Definitivamente el alcohol se le había empezado a subir.
-¿Me estás retando?-Entrecerré los ojos.
-Ajá.-Dijo divertida.
-Pues bien, aquel tipo de allá se ve bastante dispuesto.
Ella negó varias veces.-No tan rápido.-Dijo divertida.-Yo escojo a tu víctima.
-¡Bien!-Bufé.-Pero por favor que al menos sea guapo.
Ella rió.-Tranquila que sé como te gustan.-Rodó los ojos. -Aquel de la barra.-Señaló con la cabeza. Yo vi disimuladamente.
-¿Por qué él?-Pregunté.
-Uno: Parece un hombre solitario e indeciso. Lo he estado observando, ha estado girando su cabeza de vez en cuando hacía acá pero no ha pasado a más. Y dos: Es un tipo que hace mucho ejercicio, sino mira su espalda, se parece a la de tu ex, Jacob.-Yo puse los ojos.
La verdad es que desde aquí no lucía tan mal.
-¡Está bien! Verás cómo cae ante los encantos de Rosalie Hale.-Guiñé antes de levantarme y dirigirme a la barra.
Fin del flashback.
Estaba esperándola en la calle. Revisé mi teléfono y no me percaté que mi amiga ya estaba ahí hasta que escuché el grito de un hombre que llamaba a su novia. Volví a ver por curiosidad y definitivamente lo que vi me espantó. Se trataba del sujeto con el que había pasado la noche. Estaba casi en la calle vistiendo únicamente un par de CK. Bella empezó a sonar la bocina desesperada haciéndome volver a la realidad. Me metí rápidamente al auto.
-Arranca, arranca, arranca.-Chillé nerviosa y Bella así lo hizo. No sin antes saludar al grandulón con su dedo medio.
Una vez alejadas ya de ese loco, nos volvimos a ver y reímos.
-¿Era necesario?-Alzó una ceja y yo le saqué el dedo para que entendiera a que me refería.
Ella rió.-Vamos, que se lo merecía por desquiciado.
-No voy a negarte eso. Y es que parecía normal... Pero mira con que salió.-Volvimos a reír. Y nos dirigimos a tomar algo.
-¡Creyó que estábamos juntas!-reí tomando mi Machiatto.-En plan pareja.-dije.
-¿Enserio?-dijo divertida, riendo conmigo.-Pero venga cuéntame más. ¿De dónde ha venido eso de Rachel?-Preguntó divertida.
-No le dije mi verdadero nombre porque vamos, solo era cosa de una noche, así que tampoco le pedí el suyo.-Me encogí de hombros.
-Pobre hombre, mira que terminó mal con tanto misterio.-Rió y yo con ella.
-Nunca creí que fuese así de intenso.
-Ni que lo digas. Pero a ver cuenta, ¿es bueno en la cama?
Lo pensé un poco.-Es bastante tosco y rudo... Pero sabe lo que hace.-Dije con una sonrisa.
-Uuuh le gustan los polvos violentos.-Sonrió pícara y yo asentí.-Así como a ti.-Continuó.-No sé mujer cómo tú sigues de pie y con tu cadera intacta luego de tanto uso.-Alzó las cejas sugestivamente.
-¡Cállate, payasa!-Me ruboricé.
-¡Es verdad!-continuó divertida.-Tú misma me lo has contado, te encanta el sexo duro y además mira que mirada tan satisfecha que tienes...-apuntó.
-Bella...-continué.-Para.-pedí.
-Oh si, ha sabido dar en el blanco, ese hombre misterioso.
-Bueno al principio parecía querer acabar ya, por él me hubiera follado en el ascensor.-dije ruborizada mientras me agachaba a comer mis galletas.
-¿Y tú no lo estabas deseando?-Me preguntó sonriendo socarronamente.
-Pues si y no.-Ella me vio confundida.-Lo que quiero decir es que fue asombroso. Al principio estaba tensa, no voy a negarlo. Es que ese tipo era enorme...
-Era igual que Jacob, no se porque te asombra.
-Vamos, Jacob era mi novio y este hombre podía ser un psicópata.
-Psicópata o no, decidiste irte con él. No pusiste objeciones, anoche. De hecho, la pasaste muy bien
-Es que ayer parecía normal.-Bella rió.
-¿Y ya pensaste cómo evitar tu matrimonio?
-Espero que tu amiga haya hecho un buen trabajo.
-No es mi amiga.-Puso los ojos.-Solo una conocida.
-Ya...-Dije pensativa.
-¿Y si no?-preguntó curiosa.-¿Tienes algún plan B?
-Si, no funciona con ella. Diré que estoy embarazada.-Dije segura.
-¿Crees que eso funcionará?-preguntó divertida.-Tus papás son capaces de hacerte decir que el bebé es de ese Emmett, para que te cases.-rió
-No es gracioso.-dije molesta.-¿Por qué crees que serán capaces de hacer eso? Yo soy su hija, y no lo creo.
-No quieres creerlo que es diferente.-apuntó.-Tú padre haría lo que fuera para tener su fortuna de vuelta.-Yo suspiré en parte tenía razón.-Y tú mamá no va a negárselo porque por mas que diga, echa de menos irse cada semana a Oxford Street a tirar de la tarjeta.
-Tal vez tengas razón.-suspiré.-Y...¿Qué tan malo sería que me case?-pregunté pensando en todas las posibilidades.-Tal vez y no es tan malo ¿No?-pregunté.
-Le estás preguntando a alguien que vive con padres separados desde bebé.-dijo divertida.-Además, ¿Qué ha pasado por esa cabezita rubia tuya para que ahora quieras pasar por el altar?
-Simplemente estoy evaluando mis opciones, Bella. Tal vez y hasta pueda llegar a un acuerdo con ese tal Emmett porque con mis padres es imposible.
En eso mi celular sonó. Era mi papá. Puse los ojos y le enseñé la pantalla. Bella hizo lo mismo.
-¿Papá? ¿Qué pasó?-pregunté inocente.
-No te hagas la que no sabe nada, hija.-dijo, parecía desesperado.-¿Apareciste anoche en la cita con Emmett?
-Claro.-dije como algo obvio.-¿Por qué?
-¿Seguro que no pagaste a una chica para no aparecer?-me atraganté.
-¿Cómo lo sabes?-dije nerviosa.
-He estado revisando los cargos del banco.
-¡Papá! ¡No puedes mirar mis cuentas! ¡Por algo son mías!
-¿Dónde estás? ¡Quiero que regreses a casa en este instante!
-Lo siento pero ya tengo asuntos pendientes e importantes que atender. Hasta luego papá.-Colgué.
Después de eso decidí desaparecerme de mi casa durante una semana, me quede en casa de Bella. Durante esa semana, nos lo pasamos de lo lindo, viendo películas, saliendo a pubs, yendo a conciertos, aunque también tuve que adelantar unas cuantas cosas de trabajo. Durante esos días, de vez en cuando el tipo de la otra noche se aparecía en mi cabeza. Por supuesto, me había parecido atractivo pero lo de la mañana siguiente, todo ese escándalo había sido demasiado para mí.
Emm pvo
Había pasado una semana, una ¡maldita semana! Y aún seguía pensando en Rachel, esa mujer me había cautivado por completo. Dios, solo había pasado una noche con ella y ya me había enganchado. Eso no era normal o ¿si? Me desperté, me duché y desayuné, más tarde llamé a mi mamá, estaba convencido de cancelar mi compromiso con Rosalie, necesitaba encontrar a Rachel y convencerla de casarse conmigo, era la única solución.
Mamá estaba confundida, sabía lo testarudo que era, si se me metía algo o alguien en la cabeza, no había quien me lo sacara hasta que lo conseguía. Tras hablar con mis mejores amigos, Edward y Sam, me sentía más seguro que nunca, ambos me habían alentado a cancelarlo así que aquí estaba, en mi coche de camino a buscar a mi mamá para llegar a casa de los Hale y cancelarlo.
-Sigo pensando que esto es una locura, Emmett Cullen.-Dijo mamá abrochándose el cinturón.
-Yo me encargo. Tranquila.-Conduje hasta la residencia de los Hale.
-Para estar en bancarrota, viven muy bien.-Bufé al ver el amplio jardín y la imponente mansión que teníamos enfrente.
-Emmett, hijo deja de juzgar.-Me reprendió mamá y tocó el timbre.
En eso nos abrieron la puerta.- Buenas tardes.-Nos saludó la mujer del servicio. Y tomó nuestros abrigos.-El Sr. Hale los espera en su despacho.-La seguimos, pero en eso vi una chica rubia muy guapa que cruzaba la estancia. Iba distraída viendo su teléfono. Un momento... ¿Rachel? Al instante me desvié y fui tras ella para comprobarlo.
-¿Hijo?-ignoré los llamados de mamá.
-¿Hola? Si, te dije que ya voy para allá Bells.-Rió.-Ok, ni se te ocurra empezar sin mi.-Maldita sea era su jodida voz.
Al darse cuenta de mi presencia se giró. Y me reconoció. Yo me quedé embobado viéndola pero su reacción me descolocó. Se asustó y comenzó a caminar rápido en la dirección contraria.
-¿Rachel?-La llamé y ella guardó su teléfono y caminó más rápido.
-¡Oh pero si ahí está Rosalie!-Exclamó mi mamá emocionada uniendo sus palmas.
-¿Rosalie?-Fruncí el ceño. Y la seguí. Cuando estuve cerca la detuve, halando su brazo hacia mí.
Ella chilló:-¡Oye! ¡Suéltame!-Se quejó.-¿Qué crees que estás haciendo? Vas arrancarme el brazo.-Se soltó de mi agarre.
-Veo que ustedes dos ya se conocen.-Dijo el Sr. Hale mientras aparecía en la estancia.
-¡Emmett, por dios!-Mamá me riñó.-No te he educado de esta manera.-Rachel o Rose o quien mierda fuera, estaba frotándose el brazo molesta.-Lo siento mucho, Stefan, no sé qué ha ocurrido.
-No te preocupes, Esme.-sonrió.-Está bien que se conozcan, a veces mi hija es un hueso duro de roer.-rió.-¿Pasamos a mi despacho?
-¿Es necesaria mi presencia, padre?-preguntó molesta.-Tengo cosas que hacer.
-No creo que sean más importantes que esto.-dijo, y no dio pie a nada más, "Rosalie" bufó y caminó detrás de nuestros padres. Antes de entrar al despacho volví a tomar su brazo.
-¿Vas a explicarme que mierda es esta? ¿Eres Rachel o Rosalie? ¿Por eso me diste otro nombre? ¿Por qué ya sabías quien era?
-¡¿Qué?!-dijo nerviosa.-¡Claro que no! ¿Quién te crees que soy?-se molestó.-No tenía ni idea de quién eras, te dije que me llamaba Rachel porque pensé que era un polvo de una noche, nada más.
-Y...¿quien era la chica que estaba ayer en el restaurante? ¡No tiene nada que ver contigo!-dije estresado
-¡Emmett!-llamó mamá.-¿Qué tanto hacen ahí?
-Detrás de ti, futura esposa.-dije para molestarla. Ella bufó y entró para sentarse junto a su padres
-Bueno...pensé hacer esto antes.-dijo Stefan.-Pero mi hija no ha puesto de su parte.-La miró mal.-El caso es que este matrimonio tiene que celebrarse para que ambas partes salgamos beneficiadas.-dijo tajante.
-¿Qué necesitas tú?-preguntó molesta mirándome.
-En la herencia de mi difunto padre exige que me case para poder obtenerla, sino mi tío se quedará con ella.-Rosalie bufó molesta sacando un cigarrillo.
-Pues podrías casarte con cualquier mujer que quieras, no precisamente yo.
-No, querida.-Sonreí.-Debo obedecer la voluntad de mi sacro santo padre. Considérate afortunada.-Guiñé mientras daba suave golpes en mi pecho. Ella bufó y se levantó molesta.
-¡Suficiente! Hagan lo que quieran pero no aguantaré más sus fanfarronerías.-Me señaló.-Además tengo una cita importante.
-Pero querida...-Su mamá intentó detenerla pero Rosalie dio un portazo.
-¿Dijo que tenía una cita? ¿Con quien tiene una cita?-Pregunté intrigado.
-Uno de sus clientes.-Stefan le restó importancia.
Su esposa puso los ojos.-¿A esta hora? Seguramente ha quedado otra vez con Bella.
-¿Bella? ¿Quién es ella?-Pregunté nervioso temiendo que se tratara de la misma chica con la que se veía.
-Es solo una amiga. Son prácticamente inseparables.-Dijo su papá.-Pero a ver en lo que estábamos...¿Emmett?-me llamó.-¿Estás de acuerdo?-me preguntó mi futuro suegro.
-Verás Stefan.-Mi madre fue a hablar pero la callé.
-Mamá, está bien.-sonreí.-Por supuesto Stefan.
-¡Excelente!-Se puso de pie y me dio un fuerte apretón de manos.
-Pero tengo un par de condiciones.-Dije serio.
-¿Condiciones?
-Ajá.-Asentí.-Quiero que converse con su hija para que cambie de actitud.-Fruncí el ceño.- Quiero conocerla y que también me conozca. No quiero que rechace mi propuesta. Es más me gustaría llevar a cabo la boda lo más rápido posible.
-Hijo.-Intervino mi madre.-¿Hablas en serio? Por que creí que...
-Madre. No he terminado.-Fruncí el ceño.-Y si usted me ayuda y cumple con su parte... Seré muy generoso sr. Hale.-Sonreí.- Lo nombraré CEO de la compañía. Estará al frente del negocio.
-¡Emmett!-Chilló mamá escandalizada.
-He dicho.-Dije serio esperando su respuesta.
-¿Hablas en serio, muchacho?-Todos estaban perplejos.
-Si, ¿entonces? ¿Tenemos trato?
-Por supuesto, muchacho.-Sonrió y nos dimos otro fuerte apretón de manos.
Luego cenamos y celebramos esta nueva alianza. Nos despedimos y ya cuando íbamos de regreso a nuestro hogar en mi auto. Mi madre estalló:
-¿En qué demonios estabas pensando Emmett Cullen al proponer semejante acuerdo? Creí que habías dicho que veníamos a terminar el compromiso y prácticamente ¡terminaste intercambio el legado de tu padre por una chica a la que posiblemente ni le interesas!-Chilló escandalizada.
-Madre...-suspiré.-Seamos honestos, yo no puedo hacerme cargo. Además Stefan tiene experiencia y era el mejor amigo de papá y su socio de confianza.-solté.
-Pero están en bancarrota ahora...-dijo estresada.-Y ¿si pasa lo mismo con el legado de tu padre?-dijo asustada.
-No pasará nada...-dije para relajarla.-Ahora mismo me gustaría centrarme en Rosalie.-dije tratando de cambiar el rumbo de la conversación.
-Creí haberte escuchado decir que era una sosa, que al diablo con ella y no sé cuántas cosas más.-Suspiró.- Y ahora me sales con esto... Hijo sinceramente me estás volviendo loca.
-Mamá, es largo de explicar, pero la otra noche Rosalie hizo algo, y no fue ella la que apareció en la cena, sino otra mujer, que no tengo ni idea de quién se trataba, pero se hizo pasar por ella y esa, si era una sosa, nada espectacular y nada inteligente, nada que ver con esta Rosalie.-suspiré apretando el volante.
-¿Y qué pasó con la otra chica qué dijiste que te había cautivado? ¿Rachel?
-Ya encontré a mi Rachel mamá.-Reí.-Voy a casarme con ella pronto.-sonreí.
-¿Ah?-Mamá estaba más que confundida.
Yo reí.-Es Rosalie.-Dije como algo obvio.-Esa mujer tiene que ser mía.
-Hijo ya no sigas por favor, que ya me estoy mareando.-Se acomodó en el asiento y cerró los ojos.
Quizá mamá tenía razón... Lo que acababa de hacer parecía una locura... Pero siendo francos, lo único que había hecho por la compañía era despilfarrar el dinero en fiestas, lujos, mujeres... En fin... Era demasiada responsabilidad para mí que tenía poca o casi nula experiencia. Sin embargo, ahora lo que realmente me importaba era otra cosa. Tenía un reto muy grande, conquistar a esa rubia testaruda, mandona y aparentemente sin sentimientos. Además, eso de que se mostrara muy reacia conmigo luego de lo que pasamos aquella noche, hacía el juego aún más excitante.
