Rose pvo

Cuando Emmett me confirmó que vendría a cenar decidí ir al apartamento a cambiarme y ponerme algo más sexy. Me apetecía tentar a Emmett, quería probar su resistencia a nuestro trato. Sonreí cuando le sentí entrar.

-¡Nena, ya estoy en casa!-dijo cerrando la puerta.

-¡Estoy arriba, Emm!-dije mientras me retocaba el maquillaje y miraba la sortija en la caja. ¿Debería ponérmela ahora o esperar a una situación más especial?

-Hola nena.-Se acercó al tocador y fue a darme un beso en la mejilla.-¿Ya estás lista?

-Ajá.-Sonreí cuando lo sentí abrazarse a mí.-¿Vas a usarlo?-Cogió la cajita que estaba sobre la mesita.

Yo se lo quité de las manos. Me mordí el labio.-Hmm no...-Él frunció levemente el ceño.

-Está bien.-Suspiró él y se alejó de mí.

-¿Quieres que lo use?

-No.-Le restó importancia.-Tú decides.

-¿Y bien?-Me puse de pie encarándolo.-¿Qué opinas?-Di una vuelta.

-Estás increíble, Rose.-dijo y pude ver el deseo en su mirada.-Pero eso ya lo sabes.-reí.

-No está de más que te lo recuerden, guapo.-guiñé divertida cuando pasé por su lado para tomar mi abrigo.

-Y bueno...¿donde quieres ir a cenar?-preguntó curioso.

-Pues no lo sé.-me di de hombros.

-¿Te parece si vamos a Le Bernardin?

-Genial.-sonreí.-Si no recuerdo mal Cullen & Co tuvo la autoría de la obra del edificio ¿no es así?

-No se te escapa una, nena.-rió.-Pero estás en lo cierto. Oye ¿cómo fue el juicio? Le hiciste un jaque a mi amigo ¿verdad?-me miró divertido

Yo reí. Y le conté un poco sobre el caso. Emmett me abrió la puerta de su coche y nos dirigimos hacia el restaurante.

El tiempo se nos hizo realmente corto porque fuimos hablando durante todo el camino.

Cuando llegamos el valet parking tomó las llaves de Emmett y nosotros entramos al restaurante. Emmett tomó mi mano.

En la recepción nos saludó un sujeto muy amable.-Buenas noches, señor Cullen y...-Él tipo fue a leer la lista.

-Señora Cullen.-Agregó Emmett, yo lo volví a ver ¿cómo qué rayos?

-Perdón señora Cullen.-Se disculpó el tipo verificando mi nombre en la lista.

-Señorita Hale.-Corregí.

-Señorita Hale y señor Cullen.-Acompañenme por favor.

-¿Acaso ya habías hecho la reservación?

Emmett se encogió de hombros.-Como plan B si tú no te decidías dónde ir.

-¿Qué fue eso de señora Cullen?-Me quejé en voz baja en tanto caminábamos a la zona más privada del restaurante.

-Fue lo primero que se me vino a la mente.-dijo nervioso rascándose la nuca.-Lo siento Rose.-suspiró.-Además, cuando nos casemos pasarás a ser la Señora Cullen.

-¿Quién te ha dicho que no quiero conservar mi apellido?-dije molesta mientras miraba la carta.-Quiero un rissoto.-dije casi sin mirarle. ¿Por qué tenía que fastidiarlo todo tan rápido?

-Lo siento.-Se disculpó tomando mi mano.-No quería molestarte.

-Ya déjalo.-Me solté de su agarre. Él suspiró y llamó al mesero para que tomara nuestra orden.

-¿Está delicioso, verdad?-Preguntó luego de un rato rompiendo por fin el silencio.

-Si.-Acordé dándole un largo sorbo a mi copa de vino. Iba a llenar de nuevo mi copa pero la gran mano de Emmett me detuvo.

-¿Acaso quieres embriagarte?-Preguntó confundido.-Tan mala compañía soy que no me aguantas estando sobria.-Se quejó un poco dolido.-¡Cielos!-Bufó quitándome la botella.

-No es eso Emmett.-dije haciéndome la indiferente.-¿Por qué no nos divertimos un poco?-había empezado mi juego.

-¿Pero que no estabas enfadada? ¡Qué cambios de humor!-bufó molesto.

-Oye, sigo enfadada.-reconocí.-Pero no quiero que nada ni nadie me fastidie la noche ¿entendiste.-asintió.-Ya hablaremos de los apellidos más tarde.

-Será Cullen.-sentenció Emmett molesto consiguiendo una mirada muy molesta de mi parte.

Tomé nuevamente la botella ante la mirada incrédula de Emmett.-Ya, no quiero discutir. Mejor vamos a otro sitio.

-¿Dónde quieres ir?-Preguntó interesado.

-Me apetece bailar.-Sonreí.

-¿En serio?-Preguntó sorprendido.-Quiero decir, mañana es viernes y tenemos que trabajar y...

Dios. Emmett se había puesto en modo responsable.

-Bueno ya... Entonces le hablaré a Bella ella seguramente me acompaña.-Dije cogiendo mi abrigo.

-¡Ni se te ocurra!-Chilló él.-Se supone que esta noche la celebraríamos tú y yo.-Él también se puso de pie dejando la cuenta pagada en la mesa.

-Oye yo iba a pagar.-me quejé y Emmett rodó los ojos.

-Sabes que no hace falta que lo hagas.-dijo tranquilo.-Yo me encargo.

-¡Ugh!-chillé molesta.-¿Ni siquiera te has dado cuenta de lo machista que ha sido eso? Sé que crees que es caballeroso pero puedo pagar perfectamente la comida. No necesito que nadie me la pague.

-Entendido.-dijo haciendo un gesto militar y no pude evitar reírme.-La próxima cena la pagas tú ¿contenta?-asentí divertida.-Oye ¿qué haces con eso?-señaló la botella de vino que minutos antes estaba en nuestra mesa.

-Es una pena que se quede ahí, Emm.-puse un puchero.-Vamos, llévame a "Le bain"

-Lo que tú digas, nena.-Sonrió Emm divertido pasando un brazo por mis hombros mientras esperábamos su auto.

-Bueno, dame eso.-Me quitó la botella y la dejó en el asiento de atrás. Y arrancó su auto.

-¿Segura qué querías venir aquí?-Preguntó Emmett mientras se estacionaba

-¿Qué tiene de malo?-Pregunté confundida.

Él negó sonriendo.-No es que nunca imaginé que te gustarán estos lugares.

-Oh Emmett. No sabes muchas cosas sobre mí.-Dije coqueta.-¿Acaso olvidas dónde nos conocimos?-Apoyé una de mis manos en sus muslos. Él tragó y su mirada también cambió. Lo noté nervioso.

-Tienes razón.-dijo sonriendo disimulando un poco fue a besarme el cuello.

-Emm...-le miré divertida.-¿Te olvidas de nuestro trato?

-Para nada, cariño.-sonrió. Tenía una sonrisa adorable.-Es un besito inofensivo ¿ves?-me dio otro. Estaba jugando conmigo.

-¿Ah sí?-Acaricié su rostro y me acerqué a él dejando un corto beso en sus labios. Él suspiró.-Ven vamos.-Él me vió aturdido.

-Claro.-Desabrochó torpemente su cinturón de seguridad.

Luego tomó mi mano y entramos. El ambiente era genial. Inmediatamente lo llevé a la barra.

Él alzó una ceja. -¿No has bebido mucho ya?

-Solo ha sido vino.-Dije restándole importancia.-¿Y tú? ¿No tomarás nada?

-Si piensas embriagarte, señorita rebelde, alguien tiene que cuidar de ti ¿no?-dijo divertido en mi oído.

-Awwww.-dije irónicamente.-Estas en modo responsable hoy.-afirmé riendo.-Este no es del Emmett Cullen del que me han hablado ,guapo.

Justo en ese momento el camarero miró en nuestra dirección.

-Un gintonic.-pedí y miré a Emmett esperando que pidiera algo.

-Una cerveza.-Se rindió y volvió a verme.-No sé qué es lo que estarás tramando.-Dijo divertido dándole un sorbo a su cerveza.-

-¿Yo?-pregunté inocentemente. Él entrecerró los ojos.-Solo quería venir a divertirme un rato. Despejarme-Me encogí de hombros. En eso escuché una de mis canciones favoritas. Sin dudarlo tomé la mano de Emmett.-Vamos, levanta tu trasero.

Él rió y me siguió. Tras bailar unas cuantas canciones ya me estaba comenzando a aburrir.

-¿Nos vamos a casa, Emm?-le pedí con un puchero.

-¿Ya estás cansada?-sonrió tomándome de la cintura. Yo tomé sus manos poniéndomelas en el trasero.

-¿Puede?-me di de hombros.

Sentí sus manos deslizarse mientras me daba un fuerte apretón. Suspiró pesadamente.

-No juegues conmigo, nena.-Dijo dándome una suave palmada antes de soltarme.

Yo simplemente sonreí y enredé mis brazos a su cuello. Pegándome a él.-Solo quiero un beso.-Hice un pucherito y me alcé de puntillas en busca de sus labios. Él fue a mi encuentro y devoró mi boca. Yo gemí encantada cuando sentí su lengua jugando con la mía. Sus manos recorrieron mi cuerpo.

Me separé de él. Y sonreí. Ese beso había sido increíble. Luego me tomó de la mano y salimos de ahí. Trastabillé un par de veces antes de montarme en el coche. Estaba algo mareada tenía que admitirlo.

-¿Puedes caminar, nena?-asentí pero tras eso volví a tropezar y Emmett me tomó en brazos para llegar al apartamento que compartíamos.

-Listo.-me bajó de sus hombros. Me senté en el sofá mientras él prendía las luces de la estancia.

-Emm-lo llamé.-Ven aquí.

-¿Qué sucede nena?-Apareció de nuevo deshaciéndose de su abrigo y quitándose la corbata.

-Ven aquí.-Lo llamé de nuevo

Él se acercó con cautela.-¿Quieres que te lleve a la cama?

Me puse de pie-¿Y tú no estás deseándolo también?-Pregunté coqueta mientras pasaba mis manos sobre su fuerte torso. Comencé a desabrochar su camisa.

Él suspiró y alejó mis manos. No me dió tiempo de reaccionar porque una vez más me estaba cargando sobre sus hombros.

-¡Oh Dios!-Chillé.-¡No hagas eso!- me quejé. Y la verdad era que eso me mareaba más.

-Está bien.-rió divertido.-¿Si te llevo en plan princesa mejor?-asentí eso se sentía mucho mejor. Decidí esconder mi cara en el hueco de su cuello. Sentí que él me dio un beso en la cabeza. Me dejó delicadamente sobre la cama.

-¿Me ayudas?-dije levantando mi pierna derecha para que me desabrochase los zapatos.

Él suspiró. Y me ayudó con ambos. Salí de la cama y le pedí que me ayudara con el vestido. Él tragó y me recorrió con esa mirada oscurecida. No pude evitarlo y lo besé otra vez. Mientras estaba tan entregado y distraído aproveché ese momento para desabrochar sus pantalones que ya estaban demasiado estrechos por la erección que se traía. Cuando nos separamos no pude evitar morder mi labio mientras lo veía a los ojos en tanto introducía una de mis manos dentro de sus pantalones. Empecé a acariciar su miembro. Lo escuché gruñir.

-¿Te gusta?-Pregunté inocente viendo como Emmett ya no podía resistirse.

-Oh no, nena. No.-La respiración de Emmett era entrecortada.

-¿No qué?-Seguí con mis movimientos.

-No te detengas...-Gimió pero reaccionó al instante.-Quiero decir que no... ¡No!-Casi gritó.-No podemos hacer esto.-suspiró entrecortado alejando mis manos de él.-Tenemos un trato. Pero parece que tú ya lo has olvidado.-Me llevó a la cama otra vez.

-Ay Emmett no seas aguafiestas ¿si?

-No Rose.-respondió firme.-Lo prometimos. Dijimos que íbamos a conocernos sin sexo.-Suspiró y parecía que iba a perder los nervios en cualquier momento.-Dios ¡me obligaste a prometerlo y ahora quieres saltártelo! Duérmete.-bufó molesto.-Voy a darme una ducha fría.-Y tras eso desapareció en el baño. Yo no recuerdo en qué momento me quedé dormida.

El sonido de mi alarma me indicaba que empezaba un nuevo día. Bufé apagándola. No tenía ganas de salir de la cama. Me estiré un poco y me di cuenta que Emmett no estaba en la cama. Qué extraño no había ningún rastro de él. Me levanté lo más despacio que pude porque la cabeza estaba matandome.

Me metí al baño a darme una ducha, eso me ayudaría a despejarme. Cogí el albornoz y bajé. Me sorprendió ver una sábana y almohadas en el sofá.

-¿Dormiste aquí abajo?-Pregunté incrédula cuando llegué a la cocina.

-No tenía opción, Rosalie.-Dijo tomando de su taza de café.-Eres una maldita tentación, y lo sabes.-Se giró a verme.-Y por mi salud mental ve a vestirte, por favor.-Se quejó cerrando los ojos y dándome la espalda.

-Ok, ok tranquilo.-Bufé divertida saliendo de la cocina. Emmett era un caso.

Emmett pvo

Esperé a que Rose se cambiara para desayunar con ella y llevarla al trabajo. Había accedido ya que más tarde iríamos a la inauguración de la galería de su amiga Bella y era mucho más cómodo ir en un solo coche.

-¿No me das un beso, nena?-dije divertido. Ella rodó los ojos y me dio un besito en los labios.

-No llegues tarde ¿si? Bella estará muy ocupada y quiero llegar antes de tiempo para saludarla.

-Llegaremos a tiempo. Te lo prometo.-le guiñé y la vi entrar en el edificio. Tras eso tomé rumbo a la oficina. En mi despacho estaba esperándome el padre de Rose. La verdad es que era un hombre muy insistente. Saludé a Ángela pidiéndole que nos trajera café y entré con Stefan.

-Buenos días, hijo.-sonrió.

-Buenos días, Stefan.-sonreí.-¿A qué se debe está agradable sorpresa?

-Señor Cullen, Señor Hale.-Ángela entró sonriendo y dejó los cafés sobre el escritorio.-Si necesitan algo más estaré afuera.

-No por ahora.-sonreí.-Muchas gracias Ángela. Ve a desayunar tranquila.

Tras eso, ella salió del despacho.

-¿Le diste el anillo a mi hija, Emmett?-preguntó directo el señor Hale.

Yo sonreí.-Quedo fascinada con él.-Contesté.

-Perfecto.-Dijo complacido.-¿Ya han fijado fecha para contraer nupcias?-Yo suspiré.-¿Qué ocurre?

-A su hija no le hace ilusión lo del matrimonio, Stefan. Sigue reacia con la idea.

-Pero me imagino qué has pensado en algo, ¿No?

Me encogí de hombros.

-Había pensado en pedirle que viniera conmigo a la inauguración del nuevo hotel en México.-dije simplemente.-Prepararle una cena romántica en la suite con vistas al mar. No sé. Tal vez eso ayude

-Me parece muy buena idea, muchacho.-sonrió.-No creo que te diga que no. Rosalie adora viajar y si el lugar es paradisíaco no se va a negar.

-Es que...-suspiré jalándome el cabello de la nuca.-Siento que vamos avanzando pero de repente volvemos al punto inicial. No es que estemos mal, nuestra relación ha ido mejorando pero Rose no quiere ceder...-dudé en si decirle algo sobre la propuesta de Rosalie. Es que de verdad quería que funcionara lo nuestro.-¿Me da algún consejo?

-Conozco a mi hija Emmett.-Sonrió recordando.-En el fondo es bastante romántica aunque no lo demuestre. Además adora las sorpresas.

-Entonces espero que esto de México funcione.-Dije convencido.

-Apuesto a qué si lo hará.-Dijo mi suegro levantándose.-Ha sido un gusto platicar contigo y que las cosas marchen bien.

Nos despedimos. En eso llegó Ángela de nuevo con un paquete para mí. Lo recibí encantado y le pedí que se marchara. Cuando me quedé solo lo abrí y no pude estar más contento.

Decidí conectar la consola y configurarla para poder jugar. Estuve un par de minutos así hasta que miré la hora y vi que tenía que irme a recoger a Rose.

-Hasta mañana, Ángela.-sonreí despidiéndome de mi secretaria.

Me monté en el coche y puse Spotify. La verdad es que la radio me ponía nervioso. Estacioné esperando a que mi rubia saliera de la oficina.

-Hola.-llegó sonriendo.-¿Cómo ha ido tu día?-preguntó divertida dejando su bolso y su portátil en la parte de atrás.

-Hola. Muy bien ¿y el tuyo?-dije embobado es que estaba radiante.

-Excelente.-Sonrió deslumbrándome por completo.-¿Nos vamos?-Preguntó divertida haciéndome volver a la realidad, poniéndome el auto en marcha.

-¿Qué vas escuchando?-Preguntó curiosa mientras subía el volumen.-¿Música instrumental?

-Ah es que me relaja.-Comenté apenado.

Ella sonrió y tomó mi mano libre.-Descuida a mi también. Es lo que escucho mientras estoy en el spa.

Yo me llevé su delicada mano a mis labios y le di un beso.-Deberíamos hacer una cita este fin de semana. Así te relajas, me relajo.

-Me encantaría pero tengo mucho trabajo ahora.

-¿Y no has pensado tomarte algunos días?-Aproveché que el semáforo estaba en rojo y volví a verla.

-¿Por qué? ¿Has hecho planes?

-Bueno. Es que tengo que ir a la inauguración del nuevo hotel en México... y me gustaría saber si te apetecería acompañarme.

-Vaya...-dijo asombrada.-¿El de Bacalar?-la miré sorprendido.-Mi padre me habló del proyecto.-Explicó.-Pues, ¿cuando sería?

-La semana que viene.-dije.-Y... como sueles estar muy ocupada pues me gustaría que hicieras un hueco en la agenda, nena.

El semáforo cambió y continué la marcha. La iba viendo de vez en cuando esperando su respuesta.-Está bien.-Aceptó finalmente en lo que a mí me pareció una eternidad.

-¿En serio?-Pregunté alegre.

Ella rió.-Si Emmett, adoro viajar.-Reconoció.-Solo tendré que hacer algunos ajustes en mi agenda.-Dijo buscando su celular.

Al instante le llamó a su asistente Mark, le dió indicaciones para que hiciera los cambios.

-Cuenta con ello.-Dijo guardando su teléfono nuevamente.

-Genial.-Sonreí. Finalmente llegamos al lugar. Apenas me había estacionado y Rose ya iba a salir.

-Rose, nena. Espera.-Le volví a echar seguro a la puerta.

-¿Qué ocurre?-Me vio confundida.

-Se te olvida algo.-Rebusqué entre mis bolsillos el anillo.

-Emmett...-dijo molesta.-¿Por qué tenemos que hacer esto ahora?-preguntó.

-Nena, cuanto antes lo hagas es mejor ¿no crees?

-Pero, Emm.-dijo.-¿Qué sentido tiene que lo haga en la galería de Bella? Tampoco es como si esto fuera a estar lleno de magnates.-rodó los ojos.

-Nena, por favor.-Pedí. Estaría la prensa y mi suegro junto con mi madre me matarían si no veían el anillo en la mano de su hija en los periódicos del día siguiente.

Ella suspiró.-Está bien.-Extendió su mano hacia mí y le puse el anillo.

-Gracias.-Dejé un beso en el dorso de su mano.

-Vamos ya Emm.-Me llamó bajándose del auto. Estaba emocionada.

Le ofrecí mi mano y ella terminó enredando su brazo en el mío. Esto duró apenas unos segundos ya que cuando entramos se soltó y fue abrazar a su amiga emocionada. Yo suspiré y me quedé unos cuantos metros alejado mientras veía su colección. Habían fotografías y pinturas. La verdad todo estaba muy bien organizado. Y qué decir de la exposición, era sublime. Me quedé concentrado viendo los retratos, pude ver que en algunos aparecía Rose, por supuesto, estaba hermosa y también me pareció ver a su amiga Leah, la artista de Broadway.

-¡Hey, Bro!-Edward apareció tras de mí emocionado sacándome de mis pensamientos.-Gracias por la invitación.-sonrió.

Yo reí.-¿Ya hablaste con la famosa Bella?

-No, aún no.-Me dijo nervioso.

-¿Quieres que vayamos con ella?-Pregunté divertido.

-¡No, Emmett, no!-Chilló nervioso agarrándome del brazo.-Espera que parece muy ocupada.

Yo rodé los ojos. Solamente estaba hablando con Rosalie.-Mejor cuéntame cómo llevas lo de su compromiso. Veo que ya le diste la sortijas. -Me dio palmadas en la espalda.

-No está siendo nada fácil, hermano. Es muy testaruda.

-Y tú cómo un niño grande tampoco le facilitas las cosas.-Agregó divertido.

Dejé pasar por alto ese comentario.-Ayer fuimos a cenar y a bailar a un club.

-¿Y todo bien?

Recordé como en el club había tenido qué hacer un esfuerzo sobrehumano para no seguirle el juego a esta condenada rubia. Que frotara su trasero contra mi entrepierna de vez en cuando no me ponía las cosas nada fáciles. Intenté disimular lo más que pude.-Si solo que se puso demasiado ebria.

Edward rió.-¿Y tú no?

-¡No!-Contesté.-Tenía que cuidarla.

-Mírate tú.-Comentó divertido.-Todo un adulto responsable, grandullón.

Era frustrante. Nadie me tomaba en serio ni siquiera mis amigos.

-¡Emm!-Rose me llamó sonriendo.-Ven a saludar a Bella.

-Vamos.-le dije a Edward.-No seas idiota.-tiré de su brazo.

-Hola.-sonreí.-Enhorabuena, Bella. Esto está genial.

-Muchas gracias, grandullón.-sonrió divertida.-Ha costado hacerlo realidad pero aquí está.-se la veía realizada.-Y como veo tú también has conseguido que mi rubia vaya a convertirse en tu mujer ante los ojos de la ley.-rió señalando la sortija y Rose rodó los ojos.

-Ho-Hola Bella.-Edward saludo tartamudeando.-Soy un gran fan de tu trabajo y qué decir de la galería. Es una muestra increíble.

-Gracias, muñeco.-rió.-También he escuchado algunas de tus composiciones. Son muy buenas.-A Edward iba a darle un infarto. Era muy chistoso.

-¡Chicas!-llegó una morena a saludarlas. Parecía la chica de Broadway, pero estaba de espaldas. No podía verla bien.-El ensayo se ha alargado más de la cuenta. Lo siento. Además, he venido en taxi desde Broadway y un idiota casi se choca con nosotros.-bufó molesta.

Bella sonrió abrazando a sus dos amigas.-Lo que importa es que ya están mis dos musas aquí.

Luego Leah notó nuestra presencia. Nos vio a Edward y a mí.-¿Y ellos?

-El grandulon es el prometido de Rose.-Contestó Bella divertida señalándome.-Y él es Edward, su amigo. Chicos, Leah.

-Encantada chicos.-Nos sonrió y la saludamos de vuelta.

-Emmett por fin te encuentro.-Me dio golpecitos Sam en la espalda incorporándose a la conversación que estábamos teniendo.

-Ah hola.-Saludó a los 2 pares de ojos curiosos que lo veían.

Rosalie estaba distraída con su celular atendiendo una llamada se había alejado de nosotros.

-¿Y tú... Eres?-Preguntó Bella alzando una ceja.

-Soy...

-El idiota que si más nos choca.-Bufó la morena fulminando a mi amigo con la mirada.

-Oh. Por favor.-bufó molesto mi amigo.-Yo no tengo la culpa de que tu taxista no viera el ceda.

-Ya claro.-bufó.-O tal vez fuiste tú el que no lo vio.

-Soy Sam.-mi amigo decidió ignorarla.-Perdona los malos modales. La diva aquí me ha distraído.

-La diva conoce las normas de tráfico mejor que tú y eso es lo que te molesta. Necesito una copa.-miró a Bella que divertida le indico donde se encontraba el bar. Rose se unió a ellas cuando colgó el teléfono y yo me quedé con mis amigos.

Rose Pov

Fuimos al bar y pedimos un par de margaritas.

-Entonces, vas a contarnos ¿cómo es qué ha conseguido el grandote convencerte que utilices la sortija?

-No es para tanto.-Dije restándole importancia.-De todas formas era de mi bisabuela.

-Y aparte tacaño.-Bufó Leah.

Bella rió. -Rose no lo deja hacer muchas cosas.-Dijo divertida.

-Oh Bella calla.-Fruncí el ceño.

-No, Bella cuenta.-Dijo Leah interesada mientras bebía y prestaba toda la atención del mundo.

-Oh por favor.-suspiré molesta mis amigas rieron.

-Venga nena, no es para tanto es normal que quieras tomarte un tiempo de celibato para conocerlo bien.-Bella ironizó. Se estaban divirtiendo de lo lindo. Yo iba a matarlas.

-¡No!-Esa fue Leah.-¡No jodas! ¿Es enserio? ¡Ya lo tienes domesticado, amiga!

-¡Basta ya! ¿Podéis parar? Porque yo también tengo mi artillería pesada.-sonreí con suficiencia. Ambas me miraron.-¿Qué fue eso de "muñeco" Bella?

-¿Acaso no lo ven?-Preguntó divertida.-Pide a gritos que lo folle.-Todas reímos.

-¿Y qué hay de la interesante química que estás teniendo ahora con Sam?-Bella desvió el tema de conversación hacia Leah.

-Ese hombre pedante.-Bufó ella.-¿Quién se cree que es?

-¿De qué me perdí?-Pregunté y Bella me puso al tanto.

Sam normalmente era amable y muy educado pero mi amiga lo había hecho perder los estribos. Interesante.

-Ay venga ya.-Dijo Leah molesta.-Estáis locas si creéis que existe la posibilidad de que yo tenga algo con ese Sam.-dijo su nombre con tono de burla.

-¿Tú nunca has escuchado que los que se pelean se desean?-dijo Bella divertida.

-Tú te callas.-contestó la morena.-¿Dónde está Kate? Por cierto.

Era cierto yo tampoco la había visto. Ellas tenían una relación abierta pero hacía relativamente poco parecía que comenzaban a llevarlo a algo más serio. Y era raro que no estuviera por ahí apoyando a su novia.

-Ah.-Hizo un mohín.-Nos tomamos un tiempo.

-¿Por qué?-Pregunté preocupada.-Pensé que las cosas entre ustedes estaban mejor ahora.

-Sentí que no estaba lista para dar el siguiente paso y pues eso hizo enfadar a Kate.

-Bueno mejor.-Comentó mordaz Leah.-Ella nunca me agradó y ya te lo había dicho, Bella.

-A ti casi nadie te agrada.-Rodé los ojos.

-Siéntanse afortunadas.-Nos guiñó.

-Oye quiero una foto con mis preciosas amigas en la increíble exposición de la maravillosa Bella Swan ¿puede ser?-ambas asintieron divertidas.-Emm.-lo llamé para que nos hiciera la foto.

-Sí, definitivamente ya lo adiestró.-susurró Leah chocando los cinco con Bella. Yo bufé.

-¿Qué pasa, nena?

-¿Nos haces una foto?-pregunté con un puchero.

-Claro.-sonrió tomando mi móvil. Bella se colocó en medio de ambas mientras que Leah y yo le dábamos un beso en la mejilla. Tomamos unas cuantas más para poder elegir después.

-Gracias, nene.-guiñé divertida.

-No hay de qué.-sonrió.-Oye Bella estoy interesado en hacerte una oferta.-Emmett dijo de repente. Yo entrecerré los ojos tratando de adivinar en que estaba pensado.

-¿De qué se trata, grandullón?-Preguntó Bella con algo de cautela. Con Emmett nunca se sabía.

-Estoy interesado en un cuadro.-Dijo con una sonrisa.

-Déjame adivinar.-Contestó volviendo a verme a mí.-Ella está implicada.-Me señaló divertida mientras regresaba su mirada a Emm.

-Supones muy bien. Ven, acompáñame.-Hizo un gesto con la cabeza y mi amiga lo siguió.

Debo admitir que a mí también me llamaba la atención cuál era el que había escogido Emm.

-Quiero este.-Señaló la fotografía en blanco y negro. Me encontraba recostada en un sofá, con el cabello suelto, cubriendo parte de mi cuerpo con una sábana, dejando parte de mis curvas visibles. Estaba utilizando únicamente un par de sandalias de aguja y unas cuantas joyas. No era un desnudo completo pero si era bastante sugerente.

-Wow.-dijo Bella.-¿estás seguro grandullón?-Preguntó.-Es de mis mejores piezas.

-No importa ponle precio.-Dijo seguro.

Emmett había negociado con Bella y finalmente habían llegado a un acuerdo. Yo aún no me lo podía creer. Emmett firmó el cheque y se lo dio a Bella.

Mi amiga estaba sonriendo.

-¡Listo! Haré que te lo preparen.

-Ah y oye Bella.-La llamó antes de que se fuera.-También estoy interesado en que nos hagas una sesión de fotos.-Emmett me abrazó a él.

-¡¿Qué?!-Pregunté sorprendida.

-Claro.-Contestó Bella y se marchó antes de que yo dijera algo.

-¿Por qué quieres hacer una sesión de fotos?-Le pregunté cuando estuvimos solos.

-Bueno...-me dio un beso en el tope de la cabeza.-A ti te gusta posar y se te da demasiado bien, nena. Me gustaría probarlo contigo.-guiñó.-Además, no tenemos ninguna foto juntos. Creo que le daría un toque muy diferente al apartamento.

-¿Dónde vas a poner el cuadro?-dije divertida. Me había parecido tierno que lo hubiera comprado para nuestra casa. ¡Ay mierda! Ya estaba pensado en plural.

-Pues...creo que en la sala quedaría increíble.-me miró con esa mirada oscura que me ponía a 100.-Aunque si crees que es demasiado atrevido para las visitas podemos dejarlo en la habitación. ¿Qué opinas, preciosa?

-Cuando lo colguemos en casa decidimos ¿si?-dije sonriendo y le di un besito en la mejilla.

-De acuerdo.-contestó riendo.

-Oye Emm.-llamé su atención.-¿Qué pasó con Sam&Leah cuando me fui? Dice Bella que lo sacó de sus casillas.-dije divertida.

-Se cayeron mal desde que se conocieron.-Rió y me contó lo que había pasado. Al parecer Sam se había sentido atraído por Leah había visto sus fotos antes pero la primera impresión de ambos había sido malísima.

Al final Emmett y Bella se habían puesto de acuerdo para nuestro photoshoot. Pensándolo bien me gustaba la idea.

Nos despedimos y nos marchamos a casa.

Emmett iba cargando el enorme cuadro con una sonrisa en la cara. Nos metimos en el ascensor y presioné el botón que iba directo a nuestro piso.

-Hogar, dulce hogar.-Dijo mientras lo dejaba en el piso.

-Estoy muerta, Emm.-dije tirándome en el sofá.

-¿Quieres que dejemos lo de colgar el cuadro para mañana?-sonrió divertido dejándolo apoyado en la pared.

-Si no es mucho pedir... Además es tarde, no creo que queramos que los vecinos se quejen por un taladro a esta hora.-reí y el conmigo.-¿Cenamos y vemos una peli?

-Me encanta la idea, mi amor.-se acercó peligrosamente y me besó. No pude evitar corresponderle. Cuando nos separamos respiré agitada.

-Esto está siendo más difícil de lo que creíamos eh.-dijo divertido acariciando mi cabello.

-No lo dudes.-suspiré.-Pero estás dando la talla Cullen.-hable sorprendida.

-Ya te lo he dicho, me encantas y quiero que esto salga bien aunque quieras seguir con el trato ese.-dijo algo triste.

No supe que responder así que le dije que pudiéramos una pizza. Él se fue a ordenarla y yo fui a cambiarme.

Cenamos y vimos una película juntos. La verdad es que la pasé bien.

-Entonces, ¿dormirás aquí abajo de nuevo?-Pregunté divertida.

-Eso depende de ti.-pasó un brazo sobre mis hombros. Yo lo vi confundida.-Si prometes no abusar de mí otra vez. Aclaró y no pude evitar sonrojarme violentamente.

-¿Qué cosas estás diciendo?-Me paré.

Emmett también lo hizo y rió.-Lo recuerdas muy bien sino mírate cómo estás.-Me señaló.-Estás más colorada que un tomate.

-Dios, Emmett.-Me quejé. Era consciente de que parecía uno no era necesario que me lo recalcara.-Lo siento, ayer estaba muy ebria.-Me disculpé recordando.

-¿Tú sabes que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad?-dijo divertido molestándome.

-Ay, Emmett.-dije molesta.

-Oye es normal que ya no puedas más nena.-sonrió socarronamente.-Sé que soy irresistible.

-Eres odioso.-dije molesta y me fui a tirar en la cama. Minutos después Emmett también lo hizo abrazándome por detrás.

-Buenas noches nena.-sonrió contra mi cuello dejando un beso ahí haciéndome suspirar.

Emmett pov

El finde semana lo pasé con los chicos. Rose se había ido con Bella y la verdad no quería insistir en que pasara tiempo conmigo. Además desistí con el tema del sexo. Si Rose no mostraba interés yo tampoco lo haría por más que quisiera.

Por suerte la semana estaba pasando muy rápido. Mamá estaba alegre por las fotografías que habían salido hace unos días en la prensa por lo de la inauguración de la galería de Bella. En ellas ya se hablaba un poco sobre nuestra 'relación' o lo que sea que tuviéramos.

El viaje a México sin embargo, me daba algo de esperanzas en conquistar a esta fría mujer.

-¿Entonces si es cierto que estás trabajando?-Entró Edward a mi despacho.

-¿Qué quieres Eddie?

-Quería saber si lo que decías es cierto.

Mi amigo no había creído que de verdad viniera a trabajar como un adulto responsable. Rodé los ojos.

-Aunque ya veo cómo matas el tiempo aquí.-Dijo divertido señalando la consola portátil que estaba en mi escritorio.-¿Qué opinaría tu prometida de esto?-Dijo burlón.

-Ella no tiene porque enterarse de esto.-bufé molesto.-Pero que sepas que solo la utilizo cuando realmente no tengo nada que hacer.

-Buenos días señor Cullen.-mi secretaria entro en el despacho. Y miró confundida a mi amigo.-Señor...

-Masen.-sonrió Edward.-Edward Masen. Encantado.-tomó su mano como todo un galán y mi pobre secretaria se sonrojó. Tuve que esconder mi sonrisa.

-Encantada, señor Masen. Emmett.-me miró.-Aquí le dejo los billetes para el viaje a México y su itinerario.-sonrió.-Los he pedido en primera clase tal y como me pidió. También tendrá la suite presidencial en el hotel.

-Muchas gracias Ángela.-sonreí

-Vaya vaya.-Ed me miró divertido.-¿Vas a consentir a la marquesa?

-No es marquesa, Edward.-rodé los ojos.

-Ya lo sé, Emm.-bufó.-Pero la tratas como si lo fuera.

-Naturalmente, Ed.-Sonreí.- Será la esposa del gran Emmett Cullen. Merece todas las atenciones del mundo.-Guiñé.

-Nunca imaginé que cambiarás tanto por una chica.-Comentó con una sonrisa torcida.-

-Ni yo hermano.-Reconocí.-Pero es que no sé... Creo que nunca me había enamorado de esta forma.-Suspiré.

Edward rió.-Nunca te había visto así. -Yo me encogí de hombros.-¿Y qué hay de ella? ¿Al menos ya muestra algo de interés en ti?-Preguntó curioso Edward.

-Es una mujer difícil, si. Pero yo no voy rendirme hasta conquistarla.-Dije seguro.

-Parece que es inmune al síndrome de Estocolmo.-Dijo Edward en tono de burla.

-Oye, tampoco es como si la hubiera secuestrado.-Me quejé. ¿O si? Mierda.

-¿Tú crees?-Alzó una ceja Edward.-La metiste en tu apartamento sin su consentimiento y la obligaste a que durmiera contigo, Emmett.-dijo rodando los ojos.

-Vale.-acepté por fin.-Tal vez fui demasiado intenso al principio. Pero estoy siendo un buen novio. La estoy dejando su espacio ¿ves? Ni siquiera la he llamado. Estoy esperando a que me necesite.

-Sigue esperando.-rió Edward.-Al parecer es una mujer muy terca e independiente.-dijo divertido.

-Y oye...¿no has vuelto a verte con Bella?-dije divertido.

-¡¿Yo?!-dijo sorprendido.-¿Qué estás diciendo? Además Bella está con Rose ¿no? Tu novia se quedó con ella.

Yo suspiré. Tenía razón. Llevaba casi toda la semana con ella. Dios. ¿Qué tanto era lo que hacían que no podían vivir la una sin la otra?

-Oye, ¿Qué te pasa? Te quedaste ido-Agitó su mano frente a mí volviéndome a la realidad.-¿En qué piensas?

-Nada.-Fruncí el ceño ahí vino una idea a mi mente.-¡Ya sé!-Dije animado.-¡Vamos a cenar los 4!

-¡¿Qué?!-Preguntó mi amigo sorprendido.-¿Los 4 dices?-estaba nervioso.

-Ajá. Te daré un empujoncito con Bella.-Guiñé y le marqué a Rose. Era una buena excusa para volver a vernos.

-¿Emmett?-Apareció el hermoso rostro de mi novia en pantalla parecía que acababa de tomar una ducha. Traía el cabello envuelto en una toalla.

-Hola nena. ¿Cómo estás?

-Muy bien y ¿tú?-Sonrió.

-Extrañándote.-Hice un puchero. Mi amigo rodó los ojos.

-Emmett no es para tanto.-Dijo encogiéndose de hombros. -Me llamas a diario.-Edward me vio interrogante y divertido.

-¿Está Bella por ahí?

-No, sigue en la ducha. ¿Por qué lo preguntas?

Yo fruncí el ceño levemente pero decidí hacer a un lado mis pensamientos.-Es que Edward quiere que vayamos a cenar los 4.

-¡¿Qué?!-Gritó mi amigo en un susurro.

Rosalie rió.-Está bien yo le digo a Bella.

-Perfecto pasaré por ti

-No es necesario.-Contestó ella.-Me iré con Bella. Mejor mándame la ubicación y llegamos.

-Está bien.-Nos despedimos.

-Me estás usando a mi también.-Se quejó Edward cuando colgué.

-Oye mejor agradéceme. Por fin tendrás tu ansiada cita con Bella.

Tras eso Edward y yo seguimos hablando de cosas banales y cuando nos dimos cuenta ya era la hora de irnos a cenar con las chicas.

-¿Quieres tranquilizarte, Eddie?-dije burlón.-No va a comerte o...¿eso quieres?-reí.

-Cállate y conduce, Emmett.-dijo a regañadientes.

Habíamos quedado en un japonés. Al parecer Rose adoraba la comida asiática. Estaba tan Preciosa como siempre y no pasé por alto el detalle de que llevaba la sortija puesta.

-Hola grandullón.-sonrió Bella.-Ricitos.-miró a Edward.-¿Como va todo?

-Bi-Bien.-Edward contestó tartamudeando. Rose y yo nos aguantamos la risa.

-¿Cómo estás, linda?-sonreí cuando nos quedamos solos mientras Ed&Bella entraban al restaurante.

-Con ganas de tomar esas vacaciones.-Cerró los ojos complacida.-¿Y tú?-Volvió a verme.-¿Cómo marchan las cosas en la compañía?

Tomé su mano y entramos al restaurante.-Todo va de maravilla ya me encargué de los detalles para la inauguración.

-¡Perfecto!

-Veo que decidiste usar la sortija.-Sonreí

Ella se encogió de hombros. -Ya no tiene sentido que no la use. Ya todos dan por hecho nuestro compromiso.

-Sigues estando en desacuerdo.-Afirmé.

-Por favor, no hablemos de eso, ¿Si?

-Está bien.-Corrí la silla para que se sentara. Bella y Edward estaban hablando animadamente.

-¿De que habláis?-pregunté divertido.

-Ah.-Ed me miró.-Bella me contaba sobre sus próximos proyectos.

-Vaya.-dijo Rose divertida.-Bella no suele hacer eso a menudo.

-El también es artista, Rose. Él entiende.-dijo su amiga restándole importancia.

-Muy bien.-dijo Rose divertida.

-Oye, Emm ¿qué es eso de que Bella va a haceros un photoshoot?-sonrío divertido intercalando miradas entre mi novia y yo.

-Pues después de ver su magnífico trabajo quiero ponerme tras el objetivo con Rose. Ya sabes para darle un toque más personal al apartamento.-sonreí.

Rose me sonrió. Y yo me perdí en esa sonrisa por un instante. Hasta que nos interrumpieron para pedir nuestra orden.

-Y entonces... ¿Qué tienen pensado?-Preguntó Bella curiosa.

-Oh ya sé.-intervino mi amigo.-Podría ser uno como el que hicieron Lebron James y Gisele hace unos años.

Bella rió y Rose también.-¿Qué tiene de chistoso?-Pregunté confundido.

-Aquí tu amigo acaba de decirte King Kong.-Contestó Bella divertida.

-Emm ese cover fue muy polémico e incluso considerado racista.-me explicó Rose mientras lo buscaba en su teléfono y me enseñó la foto.

-¿A caso te parezco un gorila?-Me quejé fulminando a Edward con la mirada.

-Sí, bueno, no.-se pasó la mano por el cabello nervioso.-Pero a veces te comportas como uno.-Agregó.

-No puedo refutar eso.-Acordó Bella y decidí omitir ese comentario para llevar las cosas en paz.

-Bueno.-intervino mi rubia.-Podría ser en tu estudio o en exteriores. Incluso podrían ser en algún viaje.-volvió a verme.

No. Sabía lo que estaba ninguna circunstancia llevaría a Bella a nuestro viaje a México. Ni pensarlo. Ya habían pasado casi una semana juntas. Ahora yo necesitaba tiempo a solas con Rose.

-Sí.-acordó su amiga.-Lo del viaje suena excelente. Pero tendría que ser el otro mes. Ahora estoy muy ocupada como para salir del país.-Ante ese comentario yo no pude estar más que feliz.

-Cierto.-Dijo Rose un poco triste así que intervine.

-Pero si quieres podemos empezar por algo aquí ya sea en el estudio o en las calles de NY.-Vi a Bella mientras tomaba la mano de Rose entre las mías.

-¿Qué dices Bella?-Preguntó mi rubia ilusionada.

-Desde luego cuenten con ello.-Contestó haciendo sonreír a mi chica.

Rose pvo

La semana había pasado rapidísimo. La verdad es que me había sentado de maravilla pasarla con Bella, había pensado mucho y la verdad es que con Emmett no podía pensar 100% en lo que yo quería. Aún así me había propuesto conocerlo y ver si tal vez podía haber algo de realidad en nuestra relación.

-¿Lo tienes todo, nena?-Emmett apareció divertido mirando como cerraba la maleta.-Rose, nos vamos dos días no hace falta que lleves todo eso.-dijo cuando consiguió cerrarla. Yo le miré molesta.

-Nene todo lo que llevo es totalmente necesario.-dije simplemente tomando mi pasaporte antes de que se me olvidara.

-Como tú digas, nena.-Cargó mis maletas y las de él sin ningún problema y nos subimos al auto.

-¿Me enviaste el itinerario?-Pregunté revisando mi celular.

-Si.-Contestó él mientras ponía el auto en marcha.-Te lo envié por correo.

-Oh ya lo encontré.-Sonreí.

-Emm.-lo llamé.

-Dime.-Me dirigió una rápida mirada.

-¿Es necesario qué esté en todas estas actividades?-Pregunté.-Es que quiero ir al spa y también a broncearme.

Emmett suspiró.-Únicamente te pido que no me dejes solo durante la ceremonia y la cena, nena.-Dijo.-Por lo demás puedes hacer lo que quieras.

-Genial.-dije sonriendo.-Oye.-le llamé él me miró tomando mi mano mientras el semáforo estaba en rojo.

-¿Qué pasa?-dijo mirándome de soslayo.

-¿Qué vas a decirle a la prensa si preguntan sobre mi?-pregunté algo incomoda jugando con mi sortija.

-¿Qué quieres que diga?-Contestó con otra pregunta.

-¿No has pensado en nada aún?

-No.-Reconoció.-Pero adelante soy todo oídos para conocer tu versión.-Dijo divertido y siguió conduciendo.

Me lo pensé un poco. No era tan creativa para inventar algo como esto.-A ver...-Lo dudé un poco.-Empezamos a salir a finales del verano pasado. Nos conocíamos desde que éramos niños y por favor no se te ocurra mencionar lo de Rachel.-Pedí.

Emmett rió.

-Está bien.-dijo sonriendo.-Ya estamos en el aeropuerto.-salió del coche y llamó a alguien para que nos ayudara con el equipaje. Les dio las llaves de su coche para que lo aparcaran en el parking durante el fin de semana.

Bajé del coche y me coloqué unas gafas de sol. En ese momento recibí un mensaje de mi papá. Molesta lo abrí.-"Buen viaje, princesa". Le escribí un simple "Gracias" y guardé mi teléfono. Andamos hacía la sala de espera de la primera clase. Decidí ir a comprar algunos dulces para el viaje.

-¿Ositos de gominola?-Emmett apareció tras de mí con esas sonrisa traviesa.

-Son de mis dulces favoritos. Aunque solo tomo muy de vez en cuando. ¿Quieres algo? Yo invito, nene.

Emmett encantado abrió la boca y le di unos cuantos. Sonrió y se agachó a darme un beso rápido.

-Ven vamos.-Tomó mi mano. Acababan de anunciar nuestro vuelo.

Durante el viaje decidí tomar una siesta así que me coloqué un antifaz para dormir y cerré los ojos. Emm se había quedado viendo una película.

-Despierta bella durmiente. Ya estamos en México.-Emmett comenzó a darme besos por toda la cara. Indicándome que ya habíamos aterrizado.

-Emm.-me quejé cuando sentí que comenzó a hacerme cosquillas.-Ya para.-Me quité el antifaz y lo primero que ví fue a Emmett con esa sonrisa dónde se le marcaban esos hoyuelos. Debía admitir que cada vez esa sonrisa me gustaba más.

-Señor Cullen.-un hombre muy amable nos estaba esperando a la salida.-Señorita Hale.-sonreí.-Bienvenidos a México.

-Gracias, Miguel.-Emmett le saludó amablemente.

-Les ayudo con el equipaje.-nosotros asentimos agradecidos y nos montamos en el coche.

-¿Lista?-Emmett me miró emocionado asentí y le di un apretón en la mano.

-¡Vaya Emmett! ¿Este es?-dije sorprendida cuando llegamos al hotel. Era increíble-Es mejor de lo que me imaginaba.

Emmett sonrió-Me alegro que te guste. Espera que lo veas por dentro, nena.

Debía admitir que estaba emocionada por verlo porque desde afuera lucía espectacular.

Nos recibieron en el hotel muy amables y luego nos fuimos a nuestra habitación. La verdad es que estaba de lujo y qué decir de las vistas.

-¿Te gusta, nena?-Emmett me abrazó por detrás.

-Oh Dios mío, Emm.-suspiré encantada.-Es maravilloso.

-Y más maravilloso lo hace tu presencia, preciosa.-Emmett apareció con una copa de champán. Le miré interrogante con una sonrisa.-Solo quiero celebrar, Rose.-dijo divertido dejando un beso sobre mi cabeza.-Además te tengo preparada una sorpresa.-

Comenzó a hacer un camino de besos por mi cuello y hombros.

-Emm.-Lo llamé.-Vas a derramar el champán.-Dije separándome un poco de él. Me estaba poniendo realmente nerviosa. Le quité la copa antes que me la echara encima accidentalmente.

-Lo siento, nena.-Suspiró y yo simplemente le di un sorbo la copa. Por su parte Emmett se la bebió completa. Al parecer no era la única nerviosa.

-Te dejaré sola un momento.-Se aclaró la garganta.-Avísame cuando estés lista.-Me dió un beso en la frente y se marchó.

Bien. Me daba mucha curiosidad saber que se traía Emmett entre manos. Así que decidí prepararme. Primero tendría que escoger que ponerme.

Decidí ponerme un vestido blanco y vaporoso que fuera acorde con el lugar exótico donde nos encontrábamos. Tenía una pequeña apertura junto a la pierna que la dejaba al descubierto. Me maquillé de forma muy natural, con rímel, bronceador y algo de gloss. Me coloqué unos sandalias de tacón y respiré varias veces antes de llamar a Emmett.

-¡Emmett!-salí del gran baño de la suite a buscarlo.-¿Dónde estás?

-Nena estoy aquí.-entro en la suite.-Había salido un momento a airearme.-Seguramente había estado dando un paseo por la playa. Ya que nuestra suite tenía una parte privada de playa solo para nosotros.

-Ah.-sonreí acercándome a él.-¿Y te has aireado?

-Ajá.-sonrió dándome un beso en la frente.-Estás preciosa, Rose.-lo dijo de forma tan sincera que casi me emociono.-Vamos ven, te tengo una sorpresa.-Me tomó de la mano y salimos fuera. Cuando vi lo que me había preparado no pude evitar emocionarme, traté de ocultarlo pero fue imposible. Es que era tan bonito. Todo estaba lleno de farolillos y luces que contrastaban con la oscuridad de la noche y al fondo con el sonido del mar había una mesa preparada para una cena romántica.

Me corrió el asiento caballerosamente para que me sentara.

-¿Hiciste todo esto por mí?-Pregunté incrédula viendo a mi alrededor todo estaba perfecto.

-Te mereces esto y más nena.-Tomó mi mano sobre la mesa y dejó un beso sobre ella. Viéndome de una forma que me derretía.

-Nunca imaginé que fueras del tipo romántico, Emmett.-Reconocí y es que la primera impresión que tuve de él fue de todo menos eso.

-Tú sacas ese lado mío, nena.-Se sonrojó un poco.-De hecho estoy haciendo cosas que nunca pensé en haría.-Admitió un poco avergonzado.

-No tienes que hacer todo esto, Emm.-dije algo abrumada. Aún así estaba encantada.

-¿Te ha gustado?-preguntó y sonrió avergonzado parecía un niño pequeño y eso no podía parecerme más adorable.

-Me ha encantado.-sonreí.-Es fascinante.

Tras eso aparecieron varios camareros que sirvieron la cena. La cual estaba deliciosa. Seguimos disfrutando de la noche, riendo y charlando. Me sentía muy a gusto con él.

Pero el ambiente comenzó a caldearse y para qué negarlo me moría de ganas de revivir esas sensaciones que solo Emmett Cullen podía hacerme sentir.

-¿Emm?-Lo llamé acariciando con uno de mis pies la pierna de Emmett y mirándolo coqueta.

Emmett me vio y aclaró su garganta.-Dime, nena.

-Me apetece dar un paseo por la playa con esta luz de luna.-Dije viendo el cielo estrellado.

-Vamos.-Se levantó ofreciéndome su enorme mano.

Antes de caminar sobre la arena me deshice de mis tacones y Emm también se quitó los zapatos. Íbamos caminando abrazados hasta que una idea de cruzó en mi cabeza.

-Hace mucho calor. ¿Te apetece nadar?

Él volvió a verme sorprendido. -¿Estás segura, Rose?

Yo asentí y enredé mis brazos en su cuello poniéndome en puntillas y acercándolo a mí. Asentí.-Quiero nadar contigo.-Susurré cerca de sus labios.

-Oh nena.-suspiró sonoramente y se deshizo de su ropa, quedándose en bóxer no pude evitarlo y me deshice de mi vestido quedando también en ropa interior.

-¿Aunque sabes qué sería mejor?-Pregunté mordiéndome el labio.

-¿Qué?-Preguntó visiblemente interesado.

Tranquilamente volví a ver a todos lados. Emmett seguía expectante. Al darme cuenta que efectivamente estábamos solos le conté mi idea.

-Sí nadamos desnudos.

Emmett alzó las cejas. -Rosalie Hale eres una chica muy atrevida.-Comentó sorprendido.-¿Quién lo diría?-una sonrisa torcida se dibujó en su cara.

-¿Qué? ¿No te atreves?-Lo reté.

Se lo pensó un poco pero reaccionó cuando vio que hablaba en serio. Y me había quitado el sostén. Una vez quedamos sin ropa Emmett me cogió en brazos haciéndome chillar sorprendida mientras me llevaba directo al mar.

-¿No querías nadar?-respondió guiñándome divertido. Enredé mis piernas en su cadera y pasó mis brazos tras su cuello para besarlo. Sus manos recorrían con ansias mi cuerpo.

Nos sumergimos en el agua siempre manteniendo las caricias y compartiendo besos en el proceso.

La verdad es que tenía muchas ganas que Emmett me follara. Y él obviamente estaba más que dispuesto en cumplir mis deseos.

-¿Nena?-me llamó inseguro y yo le miré.-¿Puedo?-me miró como un corderito y casi me río si no fuera porque yo también estaba demasiado demasiado caliente.

-Si.-dije firmemente.-Por favor.-pedí. Él no lo dudó y me penetró. Oh dios. Estaba en la gloria, la sensación de Emmett y yo formando uno, unida al agua del mar era insuperable.

-¡Ah, Emm!-gemí escondiendo mi cara en su cuello mientras sentía las constantes arremetidas de Emmett en tanto devoraba mi boca.

-Rose.-suspiró mientras apartaba mi cabello para besar mi hombro.

Tras unos cuantos minutos ambos nos fuimos. Y fue Justo ahí a la luz de la luna, en el mar de Bacalar cuando ambos nos miramos y puedo jurar que no necesitaba nada más.

-Deberíamos entrar.-dijo divertido dejando un beso sobre mis labios.

Así que salimos del agua y cogimos nuestra ropa rumbo a la habitación.

Una vez entramos ahí Emmett me acercó hacia él para besarme otra vez. Fue un beso cargado de deseo mientras recorría mi cuerpo con sus manos.

Me separé de sus labios y le propuse otra idea.

-Emm.-Susurré.-Él me seguía viendo fascinado con ese brillo en su mirada.

-Vamos al jacuzzi.-sugerí. Emmett se agachó una vez más en busca de mis labios.

-Tus deseos son órdenes, mi Rose.-Dijo con esa sonrisa seductora mientras acariciaba mi trasero.

Me di la vuelta y agarré su mano para ir al jacuzzi que tenía nuestra habitación. Él me siguió.

Y así pasamos gran parte de la noche. Disfrutando el uno del otro. Tal vez mañana me arrepintiera. Pero ahora no quería pensar en nada de eso

¡Chicasssss nuevo cap! Espero de corazón que os guste y que os encontréis bien :)

Tecupi: ¿Crees que Emmett ya está consiguiendo que Rose de su brazo a torcer? xd Yo creo que no le va nada mal eh...

Nelita: ¿Rose está siendo mala con Emm? XD

Jupy: ¡Por supuesto tienen química! :) Son Rose&Emm xd es su piedra filosofal hahahhaha

Gracias por los reviews se agradecen mucho.