Emmett pvo

Derrotado me senté en el sillón de la habitación de hospital donde habían ingresado a Rosalie. Suspiré y miré la hora. Era de madrugada y ella aún no despertaba. Decidí que no iba a dormirme, no me permitiría que le pasara algo más por mi puta culpa. Suspiré y miré el maletín que estaba sobre la mesita. En él se encontraba el sobre que Ángela me había entregado en la oficina horas atrás. Me debatía entre abrirlo o no, ¿tendría algo que ver con el accidente o con mi tío? Cuando fui a tomarlo me quedé paralizado al escuchar a Rose.

-¿Emmett?-dijo asustada con la voz ronca. Tenía los ojos entre abiertos y el ceño fruncido tratando de enfocar.

-Mi amor, tranquila aquí estoy.-Me acerqué a ella aliviado de que por fin hubiera despertado. Tomé su mano con delicadeza y besé su frente.-Todo irá bien, ¿Si?

-¿Qué fue lo que pasó?-Preguntó confundida y luego jadeó del dolor.

-Tuviste un accidente.-Fruncí el ceño.-Iré por un médico.-Besé su mano antes de soltarla y salir en busca de la persona que estaba a cargo para informarle que mi novia ya había despertado.

-Disculpe.-me acerqué a la mesa de recepción.-¿Podría avisar al doctor? Rosalie Hale ha despertado.

-Por supuesto.-la chica amablemente le avisó.-En un momento estará en la habitación.

Volví rápidamente donde Rose, no quería dejarla sola ni un momento.

-En un momento llega el médico ¿si?-me acerqué a ella.-¿Cómo te encuentras?

-Me duele mucho la cabeza.-dijo con dificultad.-Solo recuerdo perder el control del coche, me asusté y después de eso todo está negro en mi memoria.-dijo con lágrimas en los ojos.

-Shhhhh.-la acerqué a mi pecho lo máximo que los cables que tenía conectados me permitían.-Todo estará bien. Te lo prometo.

-¿Rosalie Hale?-el médico apareció para examinarla.-¿Cómo te encuentras?

-¿Podría aumentarme la dosis de calmantes?-dijo casi suplicando con la mirada.-Las costillas me duelen muchísimo, casi no puedo respirar.

Yo me sentía impotente y culpable a la vez. Me dolía verla así y me sentía aún peor de que todo esto haya sucedido gracias a mí. ¿Con qué cara iba a decirle que mi tío había estado detrás de esto? Si antes ella no quería nada que ver conmigo ahora, luego de esto. No la culparía que saliera huyendo y terminara rompiendo nuestro frágil compromiso.

Luego de examinarla y darle más calmantes para que siguiera descansando. El doctor se marchó y yo me quedé junto a ella con muchas cosas rondando por mi cabeza.

Finalmente los rayos de sol salieron anunciando un nuevo día. Suspiré y me puse de pie estirándome un poco. La espalda me dolía al igual que el cuello. Decidí salir una vez más para preguntar cuando podrían darle el alta a Rose. No me fiaba de que pasara más tiempo en el hospital. No quería otra 'sorpresita' por parte de mi tío. En mi apartamento estaría más segura. Incluso podría contratar a alguien para que la atendiera y cuidara en tanto se recuperaba.

-Aún necesita quedarse por un par de días más.-la enfermera me dijo eso, no sé qué cara puse porque tras eso continuó.-Aunque si lo prefiere, con que pase el día de hoy y le hagan algunas pruebas más, estará bien. Solo que debe haber un seguimiento cuando se vaya a casa.

-Por supuesto.-sonreí amablemente.-Yo quiero lo mejor para ella.

-Seguro.-dijo ella de forma automática. Tras eso volví a la habitación.-Buenos días preciosa.-dije sonriendo al ver que ya estaba despierta.

-Ahora lo que menos me veo es preciosa, Emm.-dijo tímida.

-Incluso con esa vía en el brazo estás súper sexy.-guiñé.

-Estás enfermo.-dijo divertida pero su risa duró poco antes de comenzar a quejarse por su dolor en las costillas. Me sentí mal por eso.-¿Quién más sabe lo que me pasó ?-preguntó preocupada cuando se calmó.

Justo ahí se abrió la puerta de golpe.-¡Oye tú, grandullón!-Era Bella muy enfadada caminando en mi dirección fue a pegarme en el pecho.-¡¿Por qué coño no me avisaste que Rose había despertado?!

-Bella déjalo.-Intervino Rose.

Inmediatamente Bella me dejó en paz y se dirigió hacia mi chica.-¿Cómo estás, cariño? ¿Cómo te sientes?-Acarició suavemente su cabello. Jamás la había visto tan melosa con mi Rose. Yo fruncí el ceño y me acerqué a su otro costado.

-El dolor es fatal.-Jadeó.-Pero las fracturas no son tan graves al menos eso dijo el médico.

-¿Y tú?-Bella me vio mal.-¿Qué has averiguado? ¿Ya investigaste quién fue la persona que lo ocasionó?-Preguntó mordaz.

-¿O sea que fui víctima de un atentado?-Chilló Rose asustada y al instante volvió a quejarse del dolor. Yo asentí avergonzado. Aunque estaba molesto con Bella. Rose no debía de alterarse en su estado y venía ella a decirle que su accidente lo había planeado alguien. Suspiré molesto.

-Bella.-la miré molesto.-Se supone que Rose no debe alterarse.-le dije como algo obvio.

-Creo que debe enterarse que alguien ha intentado matarla.-dijo enfadada.

-¿Emmett?-Rose me miró asustada. Estaba preguntándome con la mirada.-Tú...¿sabes algo?-tomó mi mano. Suspiré derrotado mirándola.

En eso llamaron a la puerta. Interrumpiéndonos. Era el médico de nuevo. Bella y yo salimos al pasillo.

-Escúpelo.-Dijo de mala gana.-Tú ya tienes información.

-¿De qué hablas?-Fruncí el ceño.-Yo no sé nada.-No quería decirle a nadie sin antes hablar con Rose.

-Sé que estás mintiendo.-Me vio acusatoriamente.-¿Acaso es alguien que conoces?-Entrecerró los ojos.-¿A quién intentas proteger, grandullón? Te recuerdo que Rose casi pierde la vida gracias a esa mierda de persona.

-No estoy protegiendo a nadie más que a Rose aquí ¿entendido? No debe alterarse en su estado y vas tú y le dices que alguien ha intentado matarla.-suspiré masajeando mi cuello.

-Vale.-suspiró Bella mirándome y tendiéndome su mano.-Lo haremos a tu manera.-bufó.

-Solo...quiero hablar con Rose antes.-cuando el doctor se fue entre en la habitación Bella iba a seguirme pero me paré y le dije.-Necesito hablar con Rose. A solas.

Ella me vio mal pero se dio media vuelta y fue a sentarse en la sala de espera.

-¿Emmett?-Rose me llamó cuando cerré la puerta.-¿Qué era lo que ibas a decirme?

Me senté junto a ella y tomé su mano entre las mías y la vi a los ojos.-Rose quiero que sepas que te amo, ¿Si? Eres lo más importante que tengo en mi vida.

-Emm, ¿Qué ocurre?-Me vio preocupada.

-Todo ha sido por mi culpa.-Confesé derrotado.

-¿De qué estás hablando? ¿A qué te refieres?

-Carlisle... Mi tío.-No pude terminar de decirlo pero ella lo comprendió porque me vio horrorizada.

-¡¿Qué?!-chilló asustada.-Emmett, estás diciendo que ¿tú tío provoco mi accidente?

-Bueno, no él exactamente.-ella me miró confundida.-Él seguía en Washington cuando ocurrió. Mandó que alguien se encargara.

-No me lo puedo creer.-dijo asustada.-¿Por qué?

-Lo ha hecho para mandar un aviso.-suspiré.-Quiere que ordene mis prioridades. Y que esté de su lado. Sabe que mi punto más débil eres tú.-suspiré derrotado y dejé caer mi cabeza junto a ella.

-¿De qué prioridades hablas?-Me vio confundida en tanto acariciaba mi cabello.

-Quiere que me asocie para continuar con el blanqueo.-Suspiré.-Además no sé si sospecha de nuestras verdaderas intenciones.

-Ya se nos ocurrirá algo.-Me dio palmaditas en la mano.

-Entonces, ¿No quieres terminar conmigo?-Pregunté inseguro.

-No.-dijo sin más.-Emmett, no es tu culpa que tu familia haya estado manejada por hombres obsesionados con la fortuna.-frunció los labios. Me acerqué a besarla con cuidado. Ella sonrió.

-Lo siento, Rose. De verdad.-suspiré.-No sabes lo que me asusté cuando Bella me llamó.

-Está bien.-sonrió, pero su mirada tenía un brillo que no podía descifrar con claridad. Alcé una ceja confuso.-Has dicho que soy lo mejor de tu vida.

Yo sonreí un poco apenado.-No quise sonar tan intenso, lo siento.-Me alejé y me rasqué la nuca nervioso.

-Eres lindo, Emmett.-Sonrió ella.-No tienes porqué disculparte. De hecho, ya empiezas a ganarte mi cariño.-Dijo divertida pero yo pude percibir que no lo decía en broma o por quedar bien. Sentí que había sido real.

-No voy a presionarte.-Suspiré resignado pero en realidad estaba feliz por su confesión. Ella sonrió así que me acerqué con cuidado hacia ella para besarla.

-¡Oh por Dios!-Chilló Bella.-Déjala descansar.-Se quejó fastidiada.-Acaba de regresar a la vida y tú nada más piensas en tus impulsos carnales.-Bufó.

-Bella...

-¿Y tú por qué no llamas antes de entrar?-Exclamé fastidioso porque había roto nuestro momento.

-No tengo porque avisarte de que voy a entrar.-bufó molesta.-Tú.-me señaló enfadada.-En primer lugar, no deberías presionarla así. Debe descansar.-dijo molesta imitando mi tono de voz.

-¿Estás celosa? Pues lo siento, va a casarse conmigo.-Auch. Golpe bajo porque la sentí removerse incómoda. Rose va a tenerme que hablar sobre eso.

-Emmett.-Rose llamó en mi dirección y tomó mi mano.-Bells.-Hizo lo mismo con su amiga y fruncí el ceño.-¿Pueden parar de pelear? Estoy inválida no puedo hacer de abogado del diablo ahora.-dijo molesta.

-Tienes razón.-dijo molesta su amiga.-Es que no lo soporto.

-Oye.-dije molesto.-Que estoy aquí.

-¿Te han dicho cuando puedo volver a casa?-Rose miró en mi dirección.

-Aun estás muy malherida, cariño.-Bella habló de nuevo.-No creo que te dejen marchar hasta dentro de unos días.

-A no ser...-dije yo divertido ganándome una mirada asesina de Bella y una sonrisa por parte de Rose.

Sí finalmente había logrado salirme con la mía y sacar a Rosalie del hospital. Por supuesto había contratado a una enfermera de tiempo completo para que estuviera al cuidado de mi prometida y el doctor estaría checándola cada día. Así que no había ningún problema a qué se trasladara a la comodidad de nuestro hogar.

-Ya te diste cuenta que Rose se encuentra más débil y frágil de lo usual.-Se cruzó de brazos Bella y me fulminó con la mirada.-Mas te vale que lo mantengas en tus pantalones, grandullón.-Hundió su dedo índice en mi pecho un par de veces. Cosa que me hizo reír.

-¿De qué hablas?-Exclamé divertido.

-Solo compórtate o yo misma voy a castrarte.-Me amenazó haciendo que se borrara la sonrisa que tenía en mi cara minutos atrás.

-¿Emm? ¿Bella?-Rose nos llamó desde el baño de su habitación. Había sido muy clara al exigirnos que quería ir sola.-¿Puede alguien venir a ayudarme?

Bella fue a adelantarse pero yo la tomé del brazo. Ella se paró y se giró molesta para mirarme.

-¿Hola?-Rose volvió a llamar.-¿Alguien?

-No te ofendas.-dije con superioridad.-Pero ya que soy su pareja debería ir yo a verla.

-Soy su mejor amiga.-dijo como algo obvio.-La he visto en peores circunstancias que tú.

-Está bien.-Dije de mala gana dejándola que fuera con ella. Sin embargo, no iba a dejar que se saliera con la suya así que fui en busca de la enfermera.

Y Bella tras un momento estaba de nuevo conmigo mirándome muy fastidiada ya que la enfermera se había quedado ayudando a Rose.

-Eres un dolor de culo.-Se quejó ella y yo sonreí.

-Oh vamos ya dejemos a un lado nuestras diferencias.-Pasé un brazo sobre sus hombros.-Ambos queremos lo mejor para Rose.

Rose pvo

Me volví a despertar por décima vez en la noche. No conseguía conciliar el sueño y cuando lo hacía solía ser gracias a las medicinas y a los calmantes. Miré a mi lado. Emmett estaba dormido aunque no tardaría en despertarse y es que parecía mentira que ese hombre tan grande fuera tan tierno. Se despertaba cada tres horas para ver cómo estaba y darme la medicación. Su despertador comenzó a sonar.

-¿Rose?-dijo desorientado. Yo sonreí.

-Estoy aquí.-alcé mi mano para acariciar su mejilla.

-¿Estás bien? ¿Necesitas algo?

-No Emm simplemente tu despertador ha sonado.-Me quejé.

-¡Oh maldición!-Se quejó viendo la hora.-Y precisamente ahora tengo esa estúpida reunión con un nuevo socio.

-No te preocupes Emm por mí, estaré bien. De todas formas la enfermera está aquí y Bella vendrá más tarde.

Él frunció el ceño.-Anda, ve.-Dije entonces se acercó a besar mi frente antes de meterse al baño.

Pasaron varias horas desde que Emmett se fue hasta que quise levantarme. Odiaba sentirme una inválida. Así que con ayuda de la enfermera conseguí bajar a la sala para desayunar.

-Gracias.-sonreí.

-No hay de que señorita Hale.-sonrió de vuelta.

-Llámame Rose.-le corregí.-¿Si?-ella asintió divertida a mis palabras. De repente llamaron al timbre.

-Buenos días.-escuché la voz de mi mejor amiga Bella.-¿Cómo está?

-Despierta y cogiendo fuerzas con su desayuno.-contestó mi enfermera divertida.

-No creí que te levantarías tan rápido.-Apareció Bella en la cocina y fue a abrazarme con cuidado.-¿Cómo te sientes?

-Casi no he dormido nada.-Suspiré.-Pero luego del baño me he sentido un poco mejor. El dolor aún sigue solo que no tan intenso como antes.

-¿Ya le contaste a tus padres?

-No, y no quiero preocuparles. Ni siquiera se encuentran en el país.

-¡¿No piensas contarles nada?!-Preguntó incrédula Bella.-Casi mueres

-Sí pero no fue así.

-No seas así eres su única hija.

-Pues por eso no voy a preocuparles.

Escuchamos voces en la estancia.-¿No es esa la voz de tu suegra?-Preguntó Bella confundida. ¿Qué hacía Esme aquí?-Parece que tu secreto no durará mucho.-Rodó los ojos Bella. Tenía razón a estas alturas seguramente ya les había contado todo a mis padres.

-¿Rose?-Esme apareció en la estancia.-¡Oh Dios mío! Cielo ¿cómo estás?

-Bien.-dije simplemente. Ella alzó las cejas molesta.-Está bien. Me duele pero estoy mucho mejor.

-No puedo creer que te haya pasado algo así. A Emmett casi le da algo.

-¿Emmett te contó?-pregunté algo molesta.

-Claro, Rose.-dijo como algo obvio.-Nena, seremos familia ¿si? Y la familia está para apoyarse.-cuando dijo eso sentí como un nudo se instalaba en mi pecho. Tal vez Bella tenía razón y debía de contárselo a mis padres.

-¿Le has dicho algo a mis padres?-pregunté cautelosa a mi suegra.

-No quise entrometerme porque hace poco hablé con Lilian pero no sonaba a qué supiera lo de tu accidente. Lo mejor es que tú lo hagas.-Al menos Esme no era tan imprudente como lo imaginaba.

-Te lo agradezco Esme. Yo hablaré con ellos. No quiero se alarmen estando tan lejos.

Mi teléfono comenzó a sonar. Revisé la pantalla. Justo era mi madre. Suspiré y contesté.

-Hola mamá.-sonreí.

-Hola mi amor.-respondió.-¿Cómo estás? Te llamaba porque estaba pensando en regalarle algo a mi nieta y no se me ocurre el qué. ¿Podrías preguntarle a Alice que necesita? ¿Una cuna o un carrito tal vez?

-Má.-dije divertida.-Yo le pregunto si quieres, pero aún así todavía no conoces a Jasper.

-Tienes razón.-suspiró.-¿Crees que podrías organizar una comida para cuando vuelva a Nueva York?

-Claro.-suspiré.-Oye ma, tengo que decirte algo pero no quiero que te alarmes ¿si? Estoy perfectamente.-dije y vi que Bella rodaba los ojos.

-¿Qué ocurre mi amor?-Ya se escuchaba preocupada. Yo suspiré. -¿Pasó algo malo?

-No bueno sí. Tuve un accidente de tránsito. Pero como te repito estoy perfectamente bien ahora. No fue nada grave la verdad.

Y bueno ahí mi madre chilló asustada y empezó a reclamarme qué por qué Emmett o yo no le habíamos dicho nada. Y así un montón de cosas que terminó olvidando el motivo inicial de su llamada prometiéndome que mañana estaría de regreso con papá en la ciudad.

-Ha pasado lo que me temía.-dije molesta mientras dejaba el teléfono en la mesa y caminé despacio hasta el sofá donde se encontraban Bella y Esme.

-¿Qué ocurre, cariño?-dijo Esme de forma maternal mientras me ayudaba a colocarme unos cojines en la espalda.

-Mis padres llegarán aquí mañana.-bufé.-Cogerán el primer avión. ¿Ves? Esto era lo que no quería. Extrema preocupación por algo que realmente no es nada.-me di de hombros.

-Rose.-Bella me miró con delicadeza.-Entiendo que no lo digieras aún. Pero han intentado matarte.

-¿Y ya sabes quién fue?-Preguntó Esme con cautela. A lo mejor Emmett ya le había comentado pero decidí no mencionar nada.

-Emmett ha estado averiguando...

-¿Todavía no tiene nada?-Preguntó incrédula Bella.

-Es muy pronto para saberlo.-Contesté. Bella bufó. Justo en ese momento sonó su teléfono.

-No digan nada hasta que vuelva.-dijo y se fue a la cocina para poder hablar tranquilamente.

-Rose...-Esme me miró con el entendimiento bailando en su mirada. Sin duda, Emmett le había dicho.-Nunca pensé que fuera tan maquiavélico como para hacer algo así.-dijo horrorizada.-De verdad que lo siento.

-La culpa no es tuya, Esme.-suspiré.-Lo que no entiendo es por qué lo ha hecho. ¿Todo esto para mandar una advertencia?

-Parece que su ambición es tan grande que no tienen límites.-Suspiró.-Ha estado blanqueando dinero por años. Él metió a mi marido en esto y ahora quiere hacer lo mismo con mi hijo. Obligándolo.

-Emmett no entrará en ese juego. Te lo prometo Esme.

-Lo que debemos hacer es encargarnos de Carlisle de una vez por todas.-Frunció el ceño.

-¿Cuál es tu plan?-la miré esperanzada. Justo en eso, Bella apareció de nuevo. Así que tuvimos que mantener el secretismo. No es que no le fuera a decir, es que antes quería tenerlo todo atado.

-¿Entonces?-preguntó.

-Ya te dije, Emmett está tratando de adivinar quien ha podido ser.-Me di de hombros.-Aun no ha tenido suerte.-suspiré.

Ella entrecerró los ojos pero ya no tocó el tema seguramente porque Esme estaba presente y Bella ya no podía destilar comentarios cargados de reproche hacia Emmett. Así que mejor decidí cambiar de tema.

-Y... Hablando sobre los planes de mi boda.-Sonreí.-Aun no tengo lista de invitados completa.

-Oh por eso no te preocupes, nena.-Intervino Esme.-Tu madre y yo nos hemos encargado.

-Gracias Esme, pero aquí Bella aún no me ha dicho quién será su acompañante.-La ví divertida alzando una ceja.

Bella me devolvió la mirada confundida.-¿De qué hablas? No pienso llevar a Kate y si lo dices por Edward no hace falta de todas formas él será el padrino de Emmett.

-Lo sabía.-Sonreí.-Te sientes más a gusto con Edward.

-¿Podemos dejar de hablar de eso ahora?-dijo molesta.

-¿Te incomoda hablar de líos amorosos con mi suegra?-dije divertida y Bella me miró de forma asesina.

-Oh venga.-Esme rió encantada.-Me encantaría escuchar tu dilema.-sonrió.-Soy mamá de un varón.-rodó los ojos molesta.-Ellos no suelen hablar de esas cosas.

Bella se veía desconfiada.-Bueno tampoco vamos a presionarte.-Tomé su mano. En eso llamaron a la puerta.

-Yo iré.-Se puso de pie Bella y desapareció por la estancia.

-Cómo te diste cuenta, Bella no comparte mucho lo que siente.

-No importa.-Le restó importancia.-Mejor cuéntame ¿cómo se ha portado Emmett contigo?

No pude evitar sonreír con ternura.-Emmett ha sido muy atento conmigo. Debo admitir que nunca creí que fuera así.

-Oh Rose.-Sonrió maternalmente.-Emmett ha cambiado mucho desde que está contigo. Le haces bien.

-Rubia te llegó esto.-Dijo Bella apareciendo en la sala con un enorme arreglo floral.

-¿Ves? Emmett nunca antes había sido detallista.-Contestó orgullosa Esme.

-No las manda él.-Contestó Bella mordiéndose el labio.

Yo fruncí el ceño.-¿Entonces?

-El imbécil de Royce.-se dio de hombros. Y yo la miré confusa pero cuando iba a decir algo, Esme se me adelantó.

-¿Por qué te manda flores?-preguntó enfadada. Sí. Definitivamente Emmett había sacado su lado celoso de ahí.

-Es un idiota, Esme.-Bella escupió molesta.-Cree que con esas tonterías Rose le dará mínima bola.

Esme se veía molesta.-Créeme, Esme yo no tengo nada que ver con ese tipo. Bella por favor, deshazte de ellas antes de que Emmett las vea.-Le pedí a mi amiga.

-¿No estarás engañando a mi hijo, verdad?-Se cruzó de brazos indignada.

-Por favor, Esme. Royce fue mi pareja hace mucho tiempo. Además Emmett conoce toda la historia.

-El idiota sigue obsesionado con Rose.-Apareció mi amiga sentándose a mi lado.-Es un enfermo.

Esme me vio pidiendo explicaciones.-Larga historia.-Dije incómoda. Ella iba a decir algo pero escuchamos la voz de Emmett.

-¿Rose?-me llamó desde la entrada. Mientras venía a la estancia se deshizo de su chaqueta y dejó su maletín junto al sofá.-¿Cómo estás?-sonreí al ver lo lindo que se veía tan preocupado.

-Bien.-dije simplemente. Tomó mi mano y dejó un beso en mi cabeza antes de saludar a su madre y a Bella.-Aunque ahora creo que me están haciendo efecto los calmantes y bueno, me estoy empezando a encontrar cansada. ¿Cómo fue tu reunión?-pregunté curiosa.

-Ha ido fatal.-Se desplomó a mi otro costado.-El descarado de Royce quiere convertirse en socio. Y al parecer cuenta con el apoyo de Carlisle.

-¡¿Qué?!-Pregunté incrédula.

-¿Están hablando del mismo que te envió las flores?-Preguntó Esme.

Emmett se acomodó en el sofá e intercaló una mirada entre su madre y yo.-¿Flores? ¿Qué flores?-Frunció el ceño.

-Ya no te preocupes, están en la basura.-Intervino Bella.

Emmett me miró y yo simplemente hice un gesto con la mano restándole importancia.-¿Por qué quiere ser socio?

-La verdad, no tiene razones de peso.-bufó.

-Lo que quiere es tocar las pelotas.-dijo Bella molesta.-Que por cierto, se le da de maravilla.-bufó y Esme rió.

-Tenemos que hacer algo.-dije simplemente.-Que Carlisle le apoye no es nada bueno. ¿Qué ha dicho mi padre?-pregunté.

-Tu padre no tenía idea de esto. Y obviamente tampoco lo aprueba.

-¡Qué fastidio!

-Haré todo lo que esté en mis manos para no permitirlo.-Aseguró.

-Está bien.

En ese momento apareció la enfermera con mis medicamentos.

-Gracias.-sonreí agradecida tomando el vaso con agua.

-Deberías descansar ahora, Rose.-sonrió de forma tímida.

-No me encuentro tan cansada aún.-sonreí.-Pero gracias.

-Rose.-Bella insistió y Esme le dio la razón.-Tiene razón, además acabas de decir que tenías sueño.

-¿Quieres que te lleve arriba?-Emmett se ofreció de forma caballerosa. Él sabía que quería enterarme de todo. Y si me iba a dormir no lo haría.

-Yo tengo que irme.-Se despidió Bella.-Que sigas mejor, nena.

Así que terminé aceptando que Emmett me ayudara. No sentí el momento en que me quedé dormida.

-Hey, nena ¿Cómo te sientes?-Escuché la voz de Emmett y yo abrí los ojos desorientada.

-Mejor. ¿Cuánto tiempo dormí?

-Cómo 6 horas.-Contestó divertido.

-¿Y tu madre sigue aquí?

Él negó.-Se marchó hace un rato.

-No me despedí de ella.-Emmett rió.

-Descuida. Te preparó un caldo delicioso.-Sonrió y yo con él.

-Gracias.-dije mientras me acomodaba en la gran cama. Él me miró confundido.-Por todo.-Emmett tomó mi mano dejando un beso en ella.

-Yo debería darte las gracias a ti, Rose.-suspiró y su semblante cambió.

-Querido.-llamé su atención tomando sus grandes manos entre las mías.-¿Qué ocurre?

-Literalmente puedes estar con cualquier otro tipo con más clase y más culto. Y aún así estás conmigo.

-Emmett, ¿Por qué dices eso?-Lo ví confundida.

-Oh vamos tu vienes de una familia llena de aristócratas.

-¿Acaso eso es importante?-Pregunté incrédula ante el rumbo que estaba tomando la conversación. Nunca creí que a Emmett le interesara ese tema.

-No.-dijo simplemente, yo le miré molesta.-Claro que no.-dijo aclarando su garganta.

-¿Entonces?-dije insistiendo.-¿Qué es lo que pasa, Emmett?-Bufé porque estaba comenzando a cansarme.

-Simplemente me pregunto por qué no me lo habías dicho antes.-se dio de hombros molesto.

-Entonces si es importante.-dije exasperada.-Sino ni siquiera sacarías el tema.

-De acuerdo. Lo admito.-Suspiró.-Edward ha tenido razón todo ese tiempo con que tú eres marquesa y...

-¿Yo, marquesa?-Alcé las cejas.

-Sí, así es como Edward se refiere a ti cada vez que hablamos.

-¿Cómo apodo?-Alcé una ceja y él asintió.-¿Por qué?

-Creo que no hace falta decirlo.-Se dio de hombros.-Eres la persona más refinada y sofisticada que hemos conocido. Y mi amigo no estaba nada equivocado al respecto.-se rascó la nuca.-Porque al final si resultó ser cierto.

-Emm...-le miré divertida.

-No es gracioso, Rose.-bufó.

-¿Qué cambia el hecho de que mi familia tenga títulos nobiliarios? Porque para mí todo sigue igual.-me di de hombros mientras tomaba su mano sonriendo.

-¿Por qué no has querido contármelo?

-Simplemente no pensaba que fuera importante para ti.-dije sin más.-Además, no creí que fuera oportuno decírtelo nada más conocernos. Hubieras salido huyendo. Como casi haces ahora.

-Tú me odiabas al principio hubieras aprovechado eso para ahuyentarme.-Agregó haciéndose la víctima lo cual me pareció chistoso.

-Tampoco soy una presumida, Emmett.

-¿Has pensado regresar a Londres?

-No lo sé.-Contesté sincera.-La verdad no lo sé.-Él me vio preocupado frunciendo levemente el ceño.-¿Por qué lo preguntas?

-Porque yo no puedo vivir en Londres nena.-suspiró derrotado.-Quería que tuviéramos esta conversación porque no sabía lo importante que era para ti eso. Y bueno, quería confirmarlo.

-¿Confirmar el que Emmett?-dije sin más.

-Que bueno, tal vez, y es totalmente comprensible.-hizo una pausa antes de continuar.-Tal vez y quieres volver a Londres para tomar ese legado de tu familia.-se dio de hombros.

-Oh Emmett es muy pronto para pensar en eso.

-¿Entonces?

-No es como fuese a mudarme a Londres de manera definitiva.-Me encogí de hombros.-Tal vez pase un tiempo ahí para cumplir con obligaciones puntuales y listo.

-Seguirías encontrándote con ese Royce.-Frunció el ceño molesto.

-Entonces si quieres tú podrías acompañarme.-Tomé su enorme mano.-De todas formas, en ese tiempo ya serías mi esposo.-A él se le iluminaron los ojos y una sonrisa apareció en su rostro.

-Está bien.-accedió a regañadientes y yo reí eso provocó una mala mirada de su parte.

-Emm.-reí, aunque no tarde mucho en quejarme por dolor en las costillas.-Estoy bien.-dije cuando me miró preocupado.-No tienes remedio.-sonreí.-Ven aquí anda. Dame cariño.-el me miró.-No de esa forma. No querrás que no pueda levantarme enserio.-dije irónicamente.-¿Más tranquilo?

-Más tranquilo.-dijo sin más mientras dejaba un beso en mi cabeza y me acurrucaba contra su pecho.

Emmett pov

Los chicos habían llegado a visitarme a mi despacho. Sam estaba indagando sobre la interesante relación que Edward estaba manteniendo con dos mujeres. Mientras que Edward seguía molestando a Sam con el tema de Leah.

Estaba tan sumido en mis pensamientos que había estado al margen de la animada charla que mantenían mis amigos.

-¿Y tú por qué estás tan callado grandullón?-Me volvió a ver Edward divertido.

-Anoche tuve la conversación con Rose.-suspiré.-Sobre el tema de su familia, sus títulos nobiliarios y Londres.-dije sin más.

-Entonces...¿Ed tenía razón con lo de que Rose es marquesa?-dijo Sam alucinado.

-Técnicamente aún no lo es.-dije tomando un trago de mi café.-Supuestamente lo heredará de su abuela materna cuando ella ya no esté.

-¿Quién te mira Emmett?-Dijo Sam divertido.-Te estás emparentando con la nobleza.-alzó las cejas.

Yo rodé los ojos y Edward rió.-Cállate Sam que éste.-Me señaló.-Empezará con sus complejos e inseguridades.

-Eso no es cierto. -Fruncí el ceño.-En fin, ¿Tú cuándo volverás a charlar con Leah?-Volví a ver a mi amigo.

-¡¿Yo?!-Preguntó incrédulo.-¿Qué no viste cómo salió huyendo la última vez?

-Todos lo vimos viejo.-dijo Edward divertido. Sam lo miró mal haciendo que el otro se disculpara.

-Ed tiene razón, Sam.-dije simplemente.-Pero aunque saliera huyendo enfadada, estoy seguro de que en algún momento entrará en razón y querrá hablar contigo.

-Lo dudo mucho.-suspiró.-La recuerdo tan cabezota y testaruda.-suspiró de nuevo como un adolescente enamorado. Edward y yo no pudimos evitar reír.-¡Hey!-dijo molesto.-¡Van a conseguir que no les cuente nada más!-bufó.

-Aquí parece que al único que le va bien es a nuestro grandullón, viejo.-Edward se acercó a mi y me abrazó por los hombros dándome unas palmadas.-Quién te ha visto y quien te ve, Emm.-rió mientras Sam asentía.

-He tenido suerte hasta hoy.-Sonreí.

Estaba recogiendo los documentos que tenía regados en mi escritorio cuando recordé que hace unos días había recibido un sobre que aún no había abierto.

Así que revolví entre mis cosas buscándolo.

-¿Qué haces?-Preguntó Edward curioso.-¿Se te perdió algo?

-¿Recuerdas el sobre...?-Murmuré entre dientes.

-¿Cuál?

-Olvídalo acabo de encontrarlo.-Dije abriéndolo y lo que había dentro eran fotografías. Fruncí el ceño no muy contento con lo que mis ojos estaban viendo. Eran fotografías de Rose durante su viaje en París. Se veía hermosa y sonriente pero estaba acompañada de un hombre que se me hacía demasiado familiar.

-¿Qué es eso viejo?-Edward preguntó curioso.

-Si Emm.-secundó Sam.-No nos lo escondas.

-Son unas fotos de Rose con su ex en París.-bufé molesto echándome hacia atrás en el asiento.

Ambos no podían ser más cotillas ya estaban junto a mi viendo las fotos.

-¿Su ex?-Alzó las cejas Edward.-¿El que juega rugby?-Yo asentí.-¿Qué hacía con él?

-Mira es de los míos.-Dijo divertido Sam.-No sabía que le gustaran como yo.-Guiñó y yo lo fulminé con la mirada.

-¿Quién te las envía?

Me encogí de hombros.-No lo sé. Es anónimo.

-¿Crees que también haya tenido algo que ver tu tío en esto?-Preguntó Edward.

-No lo sé.-murmure molesto.-Pero puede ser...-estaba comenzando a ponerme nervioso. Había sido capaz de provocar un accidente en el que mi prometida casi pierde la vida. No quería imaginar de que más era capaz.

-Ya viste.-Edward volvió a hablar.-Parece que quiere que Rose y tú os separéis.-se dio de hombros.

-Pero...¿con qué propósito?-dije exasperado.

-Desestabilizarte.-Sam respondió simplemente.-Por como hablas de él se ve que es un hombre bastante frío y calculador.-explicó.-Así que habrá estudiado tu situación. Y, amigo mío, Rose es tu soporte ahora.

-Si ella no está, te conviertes en blanco fácil.-respondió Edward. Yo le miré mal.

En eso mi secretaria llamó a mi despacho recordándome que tenía un reunión.

-Bueno chicos, tengo que irme.

-Ok sr. Cullen ya no le quitamos más el tiempo.-Dijo divertido Edward.

-Igual yo.-Dijo Sam viendo su reloj.-He quedado con un cliente cerca de aquí.

-Nos vemos luego.

Antes de irme a la sala de juntas recogí todo el desastre de papeles que había dejado regado en mi escritorio y suspiré, Rose era tan misteriosa e independiente que se me hacía muy difícil no juzgarla. Estaba aprendiendo a comprenderla y, eso, era un trabajo totalmente desesperante.

Me encontraba revisando los informes para refrescar mi mente. Tenía que convencer al CEO de una de las mejores empresas gastronómicas del país para que comenzaran a realizar sus actividades en los hoteles Cullen & Co. Sería fácil. Su prestigio más el nuestro igual a el mejor lujo gastronómico y comodidad de la seña Cullen. Quería acabar rápido porque me esperaba otra conversación con mi esquiva mujer.

Cuando salí de la reunión, me conduje triunfante hacia mi apartamento. Rose estaba allí con mi suegra. Genial, bufé, no podría hablar con ella de eso ahora.

-Lilian qué sorpresa.-La saludé y mi suegra me vio molesta.

-Ha sido muy irresponsable de tu parte Emmett Cullen.-Dijo severa.-Mi hija tuvo un grave accidente y tú no nos comunicas nada.

-Mamá.-Intervino Rose.-Ya pasó. Estoy bien, ¿Si?

-¿Cuándo pensabas contárnoslo?

-Mamá...

-Sí tiene toda la razón, Lilian.-Admití.- Debí haberlo hecho.

-Mamá... Emmett se ha encargado de mí, me ha cuidado y...-Rose intentaba defenderme pero su mamá se veía realmente enfadada.

-Pues hasta ahora lo ha hecho muy mal.-Dijo molesta.-Sino mírate cómo estás.

-Mamá.-Rose volvió a llamarla molesta.-Es por Emmett que estoy bien ¿si? Estoy en casa, tranquila y descansando. Tengo una enfermera que está disponible 24 horas y todos los exámenes médicos que necesito sin moverme de aquí.-suspiró.-Y eso, es gracias a él.-dijo bufando molesta y yo sonreí por cómo me había defendido.

-Sabes que haría lo que fuera por ti.-dije sin más y vi que Lilian suavizó su mirada y sonrió mientras miraba a su hija que miraba hacia el suelo avergonzada.

-Voy al baño.-dijo de repente. Lilian fue a levantarse pero Rose aseguró que podía ir sola. Divertido me quité la chaqueta y me senté en el sofá con mi suegra.

-Lilian.-suspiré.-De verdad que lo siento. Cuando me enteré que Rose estaba en el hospital...-suspiré.

-Ay hijo.-sonrió.-Perdóname ¿si? Es mi pequeña. Aunque no lo parezca, porque es tan independiente y testaruda como su padre.

-Descuide.-Negué con la cabeza.-Es su madre después de todo.-Me encogí de hombros.- Yo creo que hubiera reaccionado igual o peor.-Ella sonrió un poco.-¿Y Stefan?

-Stefan se quedó en Londres.-Noté que eso la molestaba.-Tenía que resolver unos asuntos.

-¿Y todo bien?-Pregunté con cautela.

-Sí.-Dijo a secas.-Nada de qué preocuparse.

En eso regresó Rose a la habitación.

-¿A donde vas?-dijo Lilian al ver que su hija iba directa a la cocina. Se levantó y yo fui tras ella.

-Tengo hambre.-dijo como algo obvio. Cosa que nos hizo reír.

-Eso es bueno.-dije yo.-Desde que has llegado a casa te hemos tenido que obligar a comer. Siéntate ¿si? Yo te llevo algo.

-¿Tú?-dijo Rose sorprendida.

-Mi madre ha dejado comida en la nevera.-dije algo avergonzado.

-Awwww. Que tierno Emmett.-sonrió Lilian mientras se llevaba a Rose de nuevo al sofá.

Cuando Rose terminó de comer mi suegra se despidió y se marchó. Yo me dirigí al mini bar y Rose me siguió.

-¿Y tú?-Volvió a verme.-¿No tienes hambre?

Yo negué.-Lo que se me antoja es buen trago.-Dije mientras lo preparaba.

-¿Qué ocurre?-Me vio preocupada.-¿Ha ido algo mal en la oficina?

Me lo bebí de golpe y volví a verla.-¿Cuándo pensabas contarme que estuviste con Jacob mientras fuiste a París?-Pregunté enfadada.

-¡¿Qué?!-Exclamó sorprendida.-¿De qué estás hablando?-Sonaba nerviosa. Maldición. Eso no era buena señal.

-No te hagas la sorprendida.

-¡¿Me estuviste vigilando?!-Chilló indignada.-¡Eres increíble!-Dio media vuelta y salió de la habitación.

Yo me enfadé aún más. No iba a tolerar su actitud tan esquiva. Necesitaba explicaciones. Así que la seguí y la tomé del brazo haciendo que se girara. Al instante ella jadeó dolorida. Así que suavicé mi agarre.

-Contéstame.-Pedí.-¿Vas a casarte conmigo en unos meses y seguirás ocultándome este tipo de cosas?

-No te estoy ocultando nada.

-¿Ah no?-Exclamé irónico.-¿Piensas que soy tan idiota?-Fruncí el ceño.-Primero con Royce y ahora con ese tal Jacob.-Saqué las fotos de mi bolsillo y se las dí.

Ella abrió los ojos como platos.-¿Ves?

-¡No me lo puedo creer!-Me devolvió las fotografías estrellandolas contra mi pecho.-Esto solo demuestra lo controlador que eres. Mi vida será un completo infierno si me caso contigo.-Me hizo a un lado como pudo.

-¡Oye!-respondí molesto a sus acusaciones.-¡Yo no he contratado a nadie para que te siga! ¿Y sabes qué? Me arrepiento.-bufé molesto.-Porque si lo hubiera hecho tal vez podría haber evitado el accidente.

Ella se giró y me miró entre enfadada y curiosa.-¿Cómo conseguiste eso entonces?

-Alguien lo envió a mi oficina en un sobre. Sin remitente ni nada.

-¿De verdad?-preguntó desconfiada.

-Te lo prometo, Rose.-me acerqué a ella.-Pero tampoco entiendo por qué no me has dicho nada.

-¿Ves tus reacciones? Hacen que no quiera decirte nada.-dijo exasperada.-Además, ¿qué importancia tiene? Jacob solo fue una persona que formó parte de mi vida durante un tiempo.

-A él lo amabas a mí no.-dije entre dientes alejándome.

-Emmett...

-Ya, olvídalo.-Fui a sentarme al sofá.

Ella llegó a mi lado.-Estoy contigo ahora.-Tomó mi mano.-Así que dejemos de hablar sobre mi pasado, ¿De acuerdo?-Acarició mi rostro haciéndome que la viera. Yo asentí y ella me dió un beso en la mejilla. Dios. Era tan hermosa.

-Sí no estuvieras tan convaleciente.-Susurré cerca de sus labios y sentí que ella se estremeció cuándo pasé una de mis manos sobre su cuello.-Te arancaría la ropa aquí mismo y te haría mía una y otra vez.-Susurré en su oído.-Hasta que te des cuenta que yo seré el único hombre de tu vida y que te quiero solo para mí.-Dejé un beso sobre sus labios. Hasta que se alejó unos segundos más tarde.

-¡Emmett!-Chilló divertida sonrojándose violentamente y rompiendo contacto visual conmigo.-Creo que ya se te está subiendo.-Dijo quitándome la botella.-Ven, vamos a descansar.-Tomó mi mano y se puso de pie.

-Rose, nena.-Me incorporé y la abracé con cuidado acercándola a mi pecho.-Te amo.

Rose pvo

Te amo. Esas palabras se repetían en mi cabeza una y otra vez con un eco ensordecedor. Suspiré y miré mi teléfono. Marqué a mis amigas. Solo ellas podrían ayudarme a despejar todas las dudas que me hacía una y otra vez. Emmett estaba en la empresa y no llegaría hasta tarde así que tampoco tenía otra cosa que hacer desde que me habían concedido una baja de un par meses en el bufete hasta que me encontrara mejor. Cosa que me hacía aburrirme sobremanera.

-¿Rose?-escuché la voz de Leah en la entrada. Me coloqué una bata y bajé las escaleras. Sonreí. Tanto Bella como Leah sabían como animarme y habían traído helado.

-Voy a engordar como una foca si seguís consintiéndome así.-dije molesta mientras bajaba a saludarlas.

-La más dramática.-Rodó los ojos Bella.-Puedes tragarte todo lo que hay en la nevera y no engordar un solo gramo.-Caminamos hacia la sala.

-Maldito metabolismo rápido.-Bufó Leah.-No necesitas laxantes para bajar de peso.

Bella y yo reímos.-¿Cómo están chicas?

-Nosotras bien.-Aseguró Bella.-Mejor cuéntanos, ¿Sucedió algo con el grandote?

-No

-Oh vamos tienes algo gordo qué contarnos.-Leah alzó una ceja viéndome.-Así que suéltalo.

-Vale.-dije al fin.-Está bien.-mordí mi labio nerviosa y me acomodé en el sofá.-Emmett me ha dicho 'eso'.-dije tratando de que me entendieran.

-¿Qué te ha dicho Rose?-dijo Leah divertida.

-Vamos nena.-Bella insistió.-No puede ser tan complicado.-guiñó. Se estaban divirtiendo de lo lindo.

-Oh venga.-dije exasperada.-¡Claro que lo sabéis!-bufé.-Me ha dicho te amo ¿vale? ¡Te amo!-chillé haciendo aspavientos con las manos.

-¿Y con eso cómo te sientes?-Preguntó Leah intentando sonar seria pero fallando en el intento haciendo reír a Bella también.

-Paren ya.-Exclamé molesta.- ¿No entienden lo que significa?

-Oh vamos Rose.-Dijo Bella restándole importancia.-Eso no es nada nuevo.-Encendió un cigarrillo.-El grandullón se enamoró perdidamente de ti desde el primer segundo en qué te vio.

-Me consta-intervino Leah.-La forma en cómo te mira cada vez que está contigo es como si no existiese nadie más que tú. No veo el problema en ello-Luego entrecerró los ojos.-O a menos qué tú también te estés enamorando de él y no quieres admitirlo.

Yo simplemente aparté la mirada y suspiré. Bajo la atenta mirada de mis dos amigas tomé mi botella de agua y bebí.

-¿Ves?-rió Bella.-Esa era la reacción que me esperaba.

-Definitivamente.-Leah encendió su cigarrillo mientras Bella le pasaba el cenicero y ambas se acomodaban en la gran terraza del apartamento y yo las miraba molesta mientras me acurrucaba en mi sillón.

-¿Eso es lo que te pasa?-insistió Leah.-¿Te estás enamorando de él?

-Puede que ya lo esté.-reconocí suspirando y enterrándome en el asiento mientras cerraba los ojos y respiraba el aire fresco.

-¿Qué tiene eso de malo?-Leah me vio confundida.-De todas formas vas a casarte con él y es mejor que lo hagas estando enamorada.

-Me siento terrible.-Admití y ambas me vieron sin entender.-Quiero decir, yo no lo escogí. Sin embargo, aquí estoy enamorándome poco a poco de Emmett Cullen sin quererlo.

-Creo que sus atenciones han tenido mucho que ver en eso.-Comentó Bella.-Siempre está buscando como consentirte.

-Era inevitable que algo así pasará.-Dijo Leah suspirando.

-Aunque hay algunas cosas que no soporto de él.-Reconocí.

-¿No me digas?-dijo Bella divertida.-Seguro que el hecho de que sea un inseguro y un controlador empedernido no tienen nada que ver.-dijo ironizando.

-Eso es lo que menos soporto de él.-suspiré molesta.-Yo ni siquiera le he preguntado a él sobre su pasado. No me interesa saber con quien ha estado. Por algo se llama pasado y a mi no tiene porque importarme. En cambio a él parece importarle demasiado.

-Es bastante inseguro.-apuntó Leah.-Cierto. Aunque no entiendo porque.-dijo divertida alzando las cejas haciéndome reír y a Bella poner cara de asco.

-¿Leah y como van las cosas en Broadway?-Pregunté cambiando de tema. Me había preocupado mucho cuando mencionó el tema de los laxantes.

-Pues ahí entre tanto ensayo siento que estoy cada vez más corta de tiempo. Ahora aproveché en darme una escapadita para venir a verte.

-Te lo agradezco.-Sonreí.-Pero... ¿estás comiendo bien?-No pude evitar preguntar. Ella me vio contrariada.

-¿Por qué no lo haría?-Me vio indignada.

-Bueno...-yo me mordí el labio nerviosa mientras miraba a Bella de reojo que me dio una mirada de entendimiento.-Ya sé que sueles ser muy estricta con tu dieta. Y todo ese rollo de que una artista de Broadway tiene que tener un peso específico...

-Ya entiendo por donde vas.-dijo algo a la defensiva.-Y no tienes de que preocuparte. Estoy perfectamente bien.

-Ya vivimos la época, nena.-dijo Bella preocupada.-No nos preocupes de nuevo ¿si? Demasiado tenemos con que hayan intentado matar a Rose. No quiero volver a tener que controlar cuando comes y cuando vas al baño.-Leah tragó duro al escuchar eso. Supongo que recordando esa incómoda situación. Cuando la morena fue al baño le hablé a Bella.

-Tengo miedo de que con todo esto de Sam y los ensayos le vuelva la ansiedad y...

-Vuelva a los atracones de comida.-dijo Bella entendiéndome a la perfección.

Holaaaaaa :) Nuevo Cap ¿Qué os ha parecido?

Nelita: Rose está bien, pero bueno veremos a ver que hace Emmett.

Tecupi: Yo creo que Emm finalmente acabará acusando a su tío. Y bueno, a ver que tal las chicas.

Jupy: More drama? No lo sé xD si hay más drama es más divertido