Emmett pov
-¡¿Que hiciste qué?!-Grité sorprendido ante las palabras de Edward.
-La vasectomía, viejo.-Se encogió de hombros como si fuera cualquier cosa.
-No puedes estar hablando en serio.
-Relájate que no es nada del otro mundo.-Sonrió divertido.-Además no puedo volver a pasar ese susto con Bella.-Dijo aliviado. Finalmente Bella había hablado con mi amigo y para su 'buena suerte' había resultado ser un falso positivo.
-Osea que no quieres tener hijos.-dije mirándole fijamente.
-No.-dijo simplemente dándose de hombros.
-Sabes que después de lo que has hecho no vas a poder ser padre nunca ¿no?-Volví a insistir.
-De eso se trata, grandullón.-dijo divertido acomodándose en uno de los sillones de mi despacho.-Tampoco ha entrado nunca en mis planes. Y pues, en los de Bella tampoco.
-¡Oh venga! ¿Estás haciendo todo esto por ella?-dije incrédulo reposando los pies en mi escritorio.
-¿Y ustedes que? ¿Es que no trabajan?-de repente Sam entró en la estancia.
-Oh cállate.-Rodé los ojos.-¿Acaso ya te diste cuenta de lo que hizo este cabrón?-Señalé a Edward que se veía muy tranquilo.
Sam alzó una ceja.-¿Y ahora qué ocurrió?
-Edward ahora es estéril.-Bufé.
Sam se tiró una carcajada.-¿Hablas en serio?
-Y todo por la pelona de Bella.-Comenté irónico.-¿Puedes creerlo?
-Oye no le digas así, pie grande.-Habló Edward ofendido.
-¿Ella te obligó a hacerlo?-Preguntó Sam curioso.
-No, fue decisión mía.-Aseguró el cobrizo. Yo no me fiaba de eso. Apostaba lo que fuera que ella lo había insinuado y claro el imbécil de mi amigo había aceptado sin dudarlo-
-Estás todo idiota por ella.-Resoplé.
-A ver y tú...-Volvió a verme Edward.-¿Acaso no harías algo así por la marquesa?
-No.-dije rotundamente.-Tengo claro que algún día formaremos nuestra propia familia. Así que obviamente no, Edward, no me haría una vasectomía si Rose me lo pidiera.
-Ah.-respondió el cobrizo divertido.-Pero ¿Rose quiere ser mamá?
-Pues claro.-dije convencido.
-No sé en qué momento.-Ese fue Sam. Le miré mal.-Oye, no me mires así Emm, es que ser padre requiere mucho tiempo. Y Rose no es que pase mucho por casa.-se dio de hombros.-Casi siempre está fuera.
-Nos las arreglaremos.-Dije viéndome mi reloj.
-Primero tendrás que convencerla.-Agregó Edward divertido.
-Lo haré, no te preocupes.-Le di palmaditas en el hombro en tanto me ponía de pie.
-Míralo. Es raro verlo tan seguro de sí mismo.-Rió Edward y Sam lo acompañó.
-Ya. Muevan su trasero que tengo hambre.
Así que salimos y fuimos a uno de los restaurantes del centro de la ciudad.
-Oye.-Sam me llamó.-¿Esa no es Rose?-señaló a una chica rubia despampanante hasta con ropa de oficina que iba saliendo de un restaurante de la zona. Efectivamente era mi chica. Esa forma tan elegante de andar solo podía pertenecerle a ella.
-¡Rose!-la llamé y ella se giró sorprendida. Me saludó a lo lejos mientras se despedía de un hombre.
-Es un cliente, paranoico.-dijo Edward leyéndome la mente. Yo bufé mientras mis amigos reían.
-Hola.-se acercó a saludar.-¿Cómo estáis?-miró a mis amigos.
-Parecías ocupada con Jonhson.-dijo Sam divertido.
-No por favor, ahora no.-dijo agotada.-Acabó de terminar mi jornada laboral. A él solo lo he atendido porque iba a comer y se ha presentado aquí.-rodó los ojos.
Sam rió.-Ni que lo digas, recuerdo que trabajar con él era un reverendo dolor de culo.-Rodó los ojos.
-¿Johnson?-Preguntó confundida.-Conmigo es un encanto.-¿Un encanto? Fruncí el ceño.-Casi siempre es muy amable y generoso.
-Tú no eres tan agraciado, hermano.-Escuché que Edward susurró divertido por lo bajo y Sam resopló.-No cuentas con sus atributos.
-¿Y tú?-Volvió a verme con esa hermosa sonrisa.-¿Cómo estás?-Yo suspiré.
-Bien.-sonreí mirándola y tomé sus manos.-Oye, ¿por qué no te quedas a comer?-Ella me miró confundida.-Has dicho que no has comido ¿no?
-Ah si claro.-se dio de hombros.-Si no os importa puedo quedarme.-miró a mis amigos que asintieron rápidamente a la invitación de Rose.
-Oye, Rose.-Edward la llamó.-Bella me ha contado todo y quería darte las gracias por evitar que colapsara mientras yo estaba fuera.-Rose rió.
-Oh. No es nada.-sonrió.-Es mi mejor amiga. Haría lo que fuera por ella.-dijo mientras bebía un sorbo.
Seguimos charlando un rato, incluso les contamos sobre nuestros planes para navidad que pronto íbamos a disfrutar. Rose se veía tan ilusionada lo cual me hacía muy feliz.
-Oye, Rose.-Sam se dirigió a ella.
-Dime, Sam.
-Necesito un consejo.
-¿Tambien quieres solicitar mis servicios profesionales?-Preguntó divertida.
Sam rió.-Ya quisieras.
-¿Entonces de qué se trata?
Sam empezó a susurrar y ya no pude escuchar nada lo cual me molestó.-Oigan, ¿Por qué tanto secretismo?-Intervine.
-Sí que eres cotilla, grandullón.-apuntó Edward con esa sonrisa torcida.
-Están en la misma mesa.-bufé molesto.-Yo también quiero saber de qué hablan.
-Tampoco vas a ayudar mucho.-dijo Edward divertido.
-No lo sabes.-volví a insistir.-Que se lo cuentes a mi prometida antes que a mí me duele amigo.-miré a Sam dolido. Ambos rieron y Rose miró a Sam buscando su aprobación. Él asintió resignado.
-Sam por fin ha conseguido que Leah tome un café con él.-dijo mi prometida simplemente.-Me estaba pidiendo consejo.
-¿Cómo lo conseguiste?-Preguntó interesado Edward.
-¡¿Y cómo es eso que le pides consejos a Rose sobre chicas antes que a mí?!-Pregunté indignado.
-Hace unos días me la encontré y estaba de muy buen humor porque aceptó mi invitación sin dudarlo.-Le respondió a Edward primero y luego volvió a verme a mí.-No se trata de cualquier chica.-Frunció el ceño.-Es Leah y pues Rose la conoce mejor obviamente.
Decidí ya no intervenir y que Rose se encargara de ese tema. La velada continuó y luego cada quien se marchó a su casa.
-No deberías ponerte celoso por lo de Sam.-Rose rompió el largo silencio que se había formado mientras íbamos en el auto.-No estoy robándote a tu amigo o lo que sea que pienses.
-No estoy pensando eso, Rose.-dije rápidamente. Ella me miró desconfiada.-Está bien.-suspiré.-¿Qué pensarías tú si Bella me pidiera consejo a mi sobre Edward?
-No creo que eso pase.-dijo divertida quitándose los zapatos en la entrada.
-Oye.-la llamé molesto.
-Vale.-dijo girándose mientras se sentaba en la encimera para mirarme.-Si Bella te pidiera consejo lo entendería porque tú conoces más a Edward que yo.-se dio de hombros.
-Oye.-la miré.-¿Por qué crees que Leah aceptó la invitación de Sam tan rápido?
-¿Rápido?-Alzó una ceja.-Ha sido todo menos rápido.-Contestó.-Era cuestión de tiempo que algo así pasara.-Se encogió de hombros.-Simplemente quiere aclarar su cabeza y cerrar ese capítulo.
-¿Tú crees?-Me acerqué a ella apoyándome en la encimera.
-Sí o se terminan enredando de nuevo o ahí muere todo.-Enredó sus brazos en mi cuello.
-Y...¿Qué crees que va a pasar?-pregunté curioso mientras acariciaba sus largas piernas.
-No lo sé.-se dio de hombros divertida.-Leah, por más que trate de ocultarlo, no ha olvidado a Sam. Así que puede que vuelvan otra vez.-suspiró.-Aunque.-llamó mi atención.-¿Cómo están las cosas con la mamá del niño?
-Pues...bueno.-me di de hombros.-Ya sabes cómo va un divorcio. Tratan de llevarse bien por su hijo. Pero Emily ni siquiera le dirige la mirada.
-¿Y qué fue lo que pasó?-Inquirió curiosa así que lo solté.
-Emily lo fastidió.-Rose alzó una ceja.
-¿Lo engañó?
Yo asentí.-Terminó involucrándose con alguien más.
-Vaya...-Dijo sorprendida.-Pobre Sam.
Yo suspiré.-Cuando él había hecho tantos sacrificios por ellos. Viajaba mucho en ese entonces.-Bufé recordando cómo Sam se había metido de lleno a su trabajo para conseguir ese estúpido asenso-
Ella se mordió el labio y se había quedado pensativa.-Seguramente se sentía sola.
-¿La estás justificando?-Pregunté incrédulo.
-No es solo que... Olvídalo.-Dijo soltándome y levantándose de la encimera.
-Rosalie.-La detuve tomando su brazo antes de que se marchara.-¿Acaso tú has hecho algo como eso?-Pregunté temiendo su respuesta y recordando esa frase: 'El que es infiel una vez, siempre lo es'.
-¿Es necesario qué indagues en mi pasado?-Se soltó de mi agarre y se cruzó de brazos.-Yo nunca te he cuestionado nada, Emmett.
-Seré honesto contigo-Suspiré.-Esto de las relaciones nunca se me dado bien. He sido más de encuentros esporádicos sin involucrar sentimientos.
-Gracias por recordarme que te has acostado con media ciudad, Emmett.-Exclamó irónica.-Es muy considerado de tu parte.-Una vez más se dió media vuelta para marcharse pero de nuevo la detuve haciendo que se girara.-¡Oye!-Se quejó.
-Nena, no me refería a eso.-Suavicé mi agarre.-Lo que quiero decir es que tú eres mi primera relación seria.-Admití.-Demonios, pronto serás mi mujer. Es normal que quiera saberlo todo sobre ti.
-Pero Emmett.-suspiró.-Yo no te pregunto sobre tu pasado sentimental. No sé por qué te preocupa tanto mi pasado si es contigo con quien estoy ahora.
-Nena.-sonreí dándole un beso en la frente.-Solo quiero saber de ti. Eso es todo.-me di de hombros.
-Emmett.-suspiró molesto.-No es algo que necesites saber ¿si?
-Yo no tendría problema en contarte lo que quieras.-bufé dolido.-Ya veo que sigues sin confiar en mí.-
Ella entrecerró los ojos.-Sé lo que estás haciendo. No vas a manipularme así. Buenas noches, Emmett.-Subió las escaleras y yo me pasé una mano sobre la cabeza.
Definitivamente Rose era o había sido una Emily. Si no, no sé comportaría tan evasiva conmigo. Ya no me quedaban dudas, lo cual aumentaba mi paranoia de que podía descartarme en cualquier momento si dejaba de interesarle lo suficiente. ¡Maldición!
Me quedé un rato en el sofá solo con mis pensamientos. Definitivamente esa conversación no había sido nada provechosa, al contrario, únicamente había incrementado mi inseguridad sobre mi relación con Rose. Probablemente nunca se entregaría completamente a mí. Nunca sería mía.
Finalmente subí a la habitación. Rose se encontraba envuelta en la sabana acostada dandome la espalda.
Rose pvo
-Ah venga.-dijo Leah mientras tomaba su café.-¿Qué fue lo que te dijo para que pongas esa cara de boba enamorada ahora mismo?
-Nada.-me di de hombros y ella insistió.-Sólo se acercó a mí para acariciarme y me hice la dormida. Pero cuando pensaba que ya se iba a dormir susurró literalmente: "No me dejes nunca"
-Eso sólo demuestra lo tremendamente inseguro que es.-dijo Bella molesta mientras encendía un cigarro.
-A mí me parece tierno.-Agregó Leah.-Es obvio que lo tienes loco.-Rió.
Me encogí de hombros.-Pero eso hace que escudriñe mi pasado en cada oportunidad que tiene.
-¿Y ahora por qué?-Preguntó Bella.
-Estábamos hablando sobre Sam y su ex.-Sentí a Leah tensarse.-Al parecer ella lo engañó porque no le dedicaba tiempo suficiente.
-¿Y tú te sentiste identificada?-Chasqueó Bella.
-Un poco. -Admití. Mis amigas me dieron una mirada comprensiva de todas formas ellas recordaban muy bien como había iniciado mi relación con Jacob.
-Y bueno, ¿Qué paso?-siguió Bella.
-Pues nada.-suspiré molesta.-Simplemente se puso nervioso y empezó a preguntarme qué si yo había hecho algo así.
-Seguro que piensa que no se valen las segundas oportunidades.-Leah dijo dándose de hombros.
-¿Podéis imaginaros su reacción si se entera? Si de por sí es desconfiado...No quiero ni imaginármelo.-rodé los ojos.
-Lo mejor es que no le digas nada.-Acordó Leah.
-Sí, Emmett no es un tipo muy razonable y comprensivo que digamos.-Apuntó con ironía Bella.-Así que guardatelo, rubia.
-¿Y tú? ¿Ya estás lista para salir con Sam?
-¿Y Paul lo sabe?-Intervino Bella.
-Iremos en plan amigos.-Dijo restándole importancia.-No tiene por qué preocuparse.
-Pero tú...¿se lo has dicho?-preguntó Bella divertida y yo asentí.
-No tiene por qué saberlo porque no es algo importante.-dijo simplemente.-Repito.-bufó.-Vamos a quedar como amigos. Para contarnos sobre lo que ha pasado en nuestras vidas durante este tiempo.
-Ya.-respondió Bella divertida. No se creía nada al igual que yo.
-Sin intereses de reconciliación.-respondió tajante.-¿Me das?-miró a Bella y está le pasó su cigarrillo.-Menos mal que no estabas preñada Bells.-mi amiga le sacó el dedo molesta.
-Menudo aprieto en el que me vi yo arrastrada también.-Rodé los ojos.
Ambas rieron.-No fue divertido.-Me quejé.
-El grandulón y su bocota fueron los únicos culpables.-Dijo Bella divertida.-Pero descuida, esas sopresitas ya no vendrán de nuestra parte.-Aseguró.
-¿Y eso?
-Edward decidió hacerse la vasectomía.-Sonrió.
-¿Y Kate supo sobre todo esto?-Pregunté.
-No.-Hizo un gesto restándole importancia.-No fue necesario.
Leah se tiró una carcajada.-Las tres somos unas malditas cínicas mentirosas.
-A mí no me incluyas.-Me quejé.-Ustedes dos son las que les mienten a sus parejas.
-Claro.-Leah rió.-Tú eres la santa de las tres.
-Por supuesto.-Bella bufó apoyando a Leah.-Porque Emmett sabe de las veces que te has encontrado con Royce.
-¡Oye!-dije molesta.-Eso precisamente fue para protegerlo a él. Así que no lo incluyas.
-Ya claro.-bufó en respuesta.
-Además, yo no estoy mintiendo a Paul. Solo le estoy ahorrando un agobio innecesario.-dijo Leah divertida.-Al igual que tú con Emmett. No quiero que se agobie.
-Y...¿si las cosas llegan a más con Sam?-pregunté.
-Pues hablaré con él, obvio. Solo quiero tenerlo todo aclarado.
-Apuesto 100 que termina follando con Sam.-Me habló Bella en voz baja haciéndome reír.
-Te escuché, perra.-Exclamó Leah ofendida.
-Amiga, no hay necesidad que fingas delante de nosotras.-Alzó una ceja divertida.-Las tres sabemos que resolverán las cosas en la cama.
-Totalmente.-Secundé.
-Las tres hemos sido infieles en algún punto de nuestra vida.-Volvió a verme divertida.-Incluyéndote querida.
-Que lo haya hecho antes no significa que se lo haga a Emmett.
-Pues lo tuyo ya es vocación, Bells.-Ironizó Leah.-Prácticamente siempre has estado con otras personas aunque tengas pareja.-apuntó divertida.
-Oh venga.-rió Bella.-Saben que soy un alma libre.-se dio de hombros.-Yo veo la belleza en las personas.
-Y el resto ¿no?-dije molesta.-Bells, no te escudes en esto. Las tres sabemos que eres así porque nunca has estado 100% a gusto con nadie.
-Tal vez con Edward...-dijo Leah divertida. Bella la miró mal.-A él no le estás mintiendo, estáis guardando secretos juntos.-sonrió divertida.
Bella la fulminó con la mirada y yo reí. Eso era muy cierto, Bella y Edward habían conectado increíblemente bien desde el primer momento. Algo me decía que mi amiga, pronto sentaría cabeza con él.
-Bueno, yo tengo que retirarme.-Se levantó Leah de la mesa.
-¿Vas a prepararte para tu cita con Sam?-Preguntó Bella con una sonrisa burlona.
-No es una cita.-Contestó Leah fastidiada.
Nos despedimos y le hicimos prometer a Leah que nos contará todos los detalles de su encuentro con Sam.
-¿Y tú cómo estás?-Volvió a verme Bella.-Dijiste que me contarías algo.-Comentó interesada.
Yo suspiré.-Sí, el otro día conocí al tío de Emmett en la cena. Es un completo imbécil.
-Supongo que es de familia.-Señaló divertida pero al ver que no había reaccionado a su comentario agregó: -¿Te hizo algo?
-Me hizo sentir completamente incómoda con sus insinuaciones y comentarios fuera de lugar.
-¿En serio?-preguntó Bella preocupada.-¿Qué hizo ahora?
-Nada.-bufé.-Todo el tiempo trataba de alagarme y mirarme de forma lasciva.-me sentí mal solo de recordarlo.
-¿Y...Emmett permitió eso?-preguntó sorprendida.
-Él trató de que estuviera el mínimo tiempo con él, pero...
-¿Pero qué Rose?-preguntó Bella preocupada tomando mi mano.
-Bella.-suspiré.-Me ha amenazado, pero Emmett no sabe nada.-dije nerviosa.-Así que no se lo digas ¿está bien?
-No deberías de ocultarle este tipo de cosas al grandulón.-Se quejó Bella.-Además se supone que está ahí para defenderte no por gusto tiene ese físico tan intimidante.-Rodó los ojos.
-No quiero que algo le pase por mi culpa.
-Ya deja tu complejo de mártir.-Dijo enfadada-La que está metiéndose en problemas eres tú por él. ¿No ves que puede pasarte algo por su culpa?-Chilló preocupada.-Además su jodido tío está acosándote. No puedes simplemente hacerte cargo tú o dejarlo pasar.
-Bella...
-Debes contárselo, rubia. ¿No te das cuenta?
Emmett pvo
Había llegado la navidad y, con eso, nuestro esperado y merecido viaje a Las Maldivas. Ambos les habíamos prometido a nuestras familias que estaríamos con ellos para el año nuevo pero que este año Santa Claus pasaría por la isla paradisiaca. Y es que yo ya tenía mis regalos preparados para Rosalie.
-¡Nena!-la llamé desde la sala.-¿Ya estás lista?-subí a buscarla a la habitación.-Veo que te has puesto cómoda.-sonreí al verla vestida con un chándal.
-Vamos a hacer un vuelo de casi 24 horas.-dijo rodando los ojos.-Tengo que estar cómoda, Emm.
-Ven aquí.-La abracé y dejé un beso en su frente y ella sonrió.
Luego salimos al aeropuerto. La verdad es que sí fue un vuelo muy largo por suerte llevaba mi consola de videojuegos. Rosalie no hizo ningún comentario al respecto simplemente se dedicó a dormir durante casi todo el viaje. Resultaba chistoso que ella durmiera más que yo.
Finalmente aterrizamos y Rosalie lucía tan emocionada que me hacía muy feliz.
-Estoy tan contenta de que estemos aquí, Emm.-dijo sonriendo ilusionada. Cosa que no podía hacerme sentir mejor. Tomó mi mano mientras estábamos en el coche de camino al hotel y yo sonreí dejando un beso en sus nudillos.
-Me alegra que te haga tanta ilusión.-dijo contento. De un momento a otro llegamos al hotel. Era igual o incluso mejor que en las fotos.
-Es increíble.-Rose susurró.
-Lo mejor para mi chica.-le guiñé divertido.-Ya lo sabes.
Mientras hacíamos el registro pedí que subieran una botella de champán a nuestra suite y que decorasen la habitación con adornos de Navidad. Era la primera que íbamos a pasar juntos y tenía que hacerla especial.
Cuando llegamos a la habitación Rosalie se llevó las manos a la cara y jadeó sorprendida.
-¿Te gusta?
-Me encanta.-Sonrió y se giró para abrazarme. Yo la recibí complacido.-Hablabas muy en serio con traer la navidad aquí.-Dijo divertida señalando con la cabeza el árbol de navidad instalado en nuestra habitación mientras enredaba sus brazos en mi cuello y seguía viendo la decoración.
-Es nuestra primera navidad juntos.-Pasé mis manos sobre su cintura.-Debía ser especial, naturalmente.-Sonreí seductoramente.
-Veo que te has puesto al día con las tradiciones navideñas.-sonrió señalando hacia arriba.
-¿Qué?-dije haciéndome el desentendido.-No sé a qué te refieres nena.-sonreí.
-Oh venga, Emm.-dijo molesta.-Es obvio.
-¿Te refieres a esa planta de arriba?
-Sí, Emmett. El muérdago.-dijo como si hablara con un niño.-Deja ya las tonterías y bésame.-lo dijo tan seria que me hizo reír.
-No me lo digas dos veces.-sonreí divertido acercándome a ella y fui en busca de sus labios.
-Iré al baño.-Dijo cuando nos separamos y me dio otro besito antes de darse media vuelta.
-No tardes demasiado sino iré a buscarte.-Le di una fuerte nalgada haciendo que se sobresaltara.
-¡Emmett!-Se quejó empujándome en respuesta, lo cual me hizo reír. Así que una vez más la agarré entre mis brazos y la besé otra vez.
-¡Emm ya!-Rió ella mientras se intentaba separar de mí.
-Está bien, está bien.-dije divertido dejando un beso en el tope de su cabeza. Ella fue al baño y mientras tanto yo salí a la pequeña terracita que tenía nuestro bungalow. Era increíble. Literalmente estábamos encima del océano. Seguramente, si a Rose le apetecía la idea, haríamos submarinismo.
-¿Emmett?-la escuché llamarme desde el baño, así que fui a ver qué le pasaba.
-Estoy aquí.-dije a través de la puerta.-¿Estás bien? ¿Quieres que entre?
-¿Puedes venir? Quiero enseñarte algo.-dijo desde dentro. Lo que vi me dejó boquiabierto. Estaba desnuda metida en la bañera-jacuzzi que había en el cuarto de baño.-Estoy muy cansada y he pensado que nos vendría bien relajarnos después del viaje tan largo, querido.-dijo de forma seductora.
Yo comencé a deshacerme de la ropa. Sin embargo, recordé la botella de champán que estaba en la cama así que fui por ella.
-¿Adónde vas?-Preguntó Rose.
-Regreso en un segundo, amor.
-Qué buena idea.-Sonrió cuando le pasé la copa y dejé un corto beso en sus labios.
Luego terminé de desvestirme y me acomodé frente a ella.
-¿Lo estás disfrutando, nena?-Le di un sorbo a mi bebida mientras mis ojos se deleitaban con su belleza.
-Lo sabes muy bien, nene.-Se mordió el labio mientras sentía que me acariciaba bajo el agua.
-Creía que estabas cansada.-dije divertido mientras acariciaba su mano.
-Estoy agotada.-reconoció mientras masajeaba su cuello.-Por eso estamos relajándonos ¿no querido?
-No puedo estar más de acuerdo.-sonreí.-Ven aquí.-la ayudé a que se acomodara en mi pecho.
-¡Emm!-chilló divertida cuando parte del agua salió de la bañera por el movimiento.
-No importa.-dije seguro mientras le pasaba el champán de nuevo.
-¿Pretendes embriagarme?-dijo haciéndose la sorprendida.
-Solo estoy relajándome con mi futura mujer.-dije dándome de hombros haciéndola reír.
-Te quiero, Emm.-Dijo con una sonrisa, volviendo a verme.
-Ya se te ha subido a la cabeza-Agregué divertido refiriéndome a su copa vacía.
-Emm...-Se quejó riendo mientras me pegaba en el brazo.-Lo digo en serio.-Dijo uniendo nuestras manos.
Yo suspiré y la besé. Compartimos un beso largo y pausado.-Yo también te quiero, Rose.-La estreché entre mis brazos.-No sabes cuánto.
-¿Por qué no me lo demuestras?-dijo de forma sensual mientras besaba mi cuello.
-¿Ahora quieres?-sonreí divertido disfrutando de sus caricias. Ella me ignoró mientras seguía a lo suyo y dejaba caricias en mi pecho y hombros.-Nena.-la llamé.-Eres hermosa.
-Emm.-me miró ligeramente sonrojada. Estaba adorable. La besé.
-Cásate conmigo.-dije de repente.
-¿Qué?-Me preguntó confundida.
-Cásate conmigo.-Repetí acariciando su perfecto rostro.
-Vamos a casarnos.-Respondió sin entender mis intenciones.-La fecha ya está acordada.
-Quiero que te cases conmigo de verdad no porque lo diga un contrato o nuestros padres.-Pedí.
-Emmett...
-Nena, no quiero que solo sea un juego. En serio, quiero llevar nuestra relación a otro nivel. Yo de verdad te amo y trato de demostrártelo siempre que lo que siento por tí es real.
Ella se mordió el labio nerviosa.-Entonces... ¿Estás dispuesta a convertirte en mi esposa de verdad?
-¿Por qué me lo pides aquí y así?-Se sonrojó adorablemente en tanto nos señalaba. La verdad es que quizás no haya sido el momento más oportuno ni mucho menos romántico teniendo en cuenta que estábamos a medio follar en un jacuzzi pero simplemente me había salido.
-Simplemente me ha salido así.-me di de hombros.-Sé que no es la mejor manera de hacerlo...Puedo hacerlo mejor y lo sabes.-le dije divertido. Aunque estaba nervioso.
-Emmett...-suspiró.-No sé... ¿Te quiero? Sí, pero es muy pronto aún...
-Está bien.-dije algo molesto.
-Emmett, no te enfades.-pidió.
-Es que no sé qué más tengo que hacer para demostrarte lo que siento por ti.-dije molesto.
-¿Por qué necesitas ponerle siempre una etiqueta a lo que tenemos? ¿Acaso no vale que sepas que te quiero? ¿Hmm?
-¿A ti no te van lo de las etiquetas?-Alcé una ceja.-No me lo creo.-Dije recordando a algunos de sus ex.
-Te quiero Emm y estoy contigo, ahora. ¿Eso no es suficiente para ti?
Yo suspiré.-Te quiero solo para mí.-Reconocí.-Y no quiero perderte.- La verdad me daba miedo saber que lo que ella sentía por mí fuera algo muy efímero. Cuando yo por primera vez estaba experimentando este tipo de sentimientos.
-Emmett.-suspiró.-Ni yo soy tuya ni tú eres mío.-explicó.-El amor no es posesión ¿entiendes?
-Oh venga Rose.-dije.-¿Enserio?
-¿Qué?-dijo malhumorada.
-Es una expresión.-dije comenzando a ponerme nervioso.-No significa que vaya a tratarte como una posesión.
-Ya.-dijo simplemente.-Pero ese es el problema, normalizar situaciones sólo porque se han hecho siempre.-rodó los ojos molesta y salió de la ducha para tomar un albornoz.
Yo suspiré e hice lo mismo.-Oh vamos, nena. ¿En serio vamos a discutir sobre eso?
Ella se cruzó de brazos y no dijo nada aún así me estaba viendo enfadada.-Mira lo siento, ¿Si? No quería ofenderte o molestarte con mis comentarios y con esa nueva oferta de matrimonio que te hice.-Suspiré vistiéndome de nuevo.
-Solo olvídalo, ¿De acuerdo? Me dejé llevar y te aseguro que no volverá a ocurrir.-Tomé su barbilla.-Estaré afuera.-Salí de nuestra habitación.
Me dirigí al bar para despejar un poco la cabeza. Definitivamente Rosalie era una mujer muy difícil, seguramente la más difícil con la que había tratado hasta ahora.
-Emmett.-unos minutos más tarde Rose salió del baño con un camisón de seda. No sé en qué momento se había cambiado. La miré sin decirle nada.-Llevas ya 3 de esas.-dijo molesta rodando los ojos.
-No pretendo embriagarme si es lo que piensas.-dije simplemente mientras me terminaba la copa y la dejaba en la mesa.-¿Qué ocurre?-pregunté cuando vi que estaba de pie sin hacer nada.
-Nada.-iba a decir algo pero prefirió ocultármelo. Algo muy típico en Rose.-Está bien.-me giré para servirme otro trago. Estaba harto de que siempre me ocultara cosas.
-No voy a casarme con un borracho.-dijo molesta sacando un cigarrillo y yéndose a la terraza.
Su comentario me enfadó. Así que cogí otra botella y fui hacia donde estaba ella.-Perdón por no ser el príncipe azul que estabas esperando, querida.-Exclamé irónico.
-Yo no creo en esos clichés baratos.-Dejó escapar el aire.-No seas ridículo y ya deja de beber.-Me volvió a ver enfadada.
-¿Te molesta que lo haga?-Pregunté con falsa preocupación.-Pues no me importa.-Seguí bebiendo hasta que ella me arrebató la botella.
-No voy a compartir la cama contigo en ese estado-Chilló molesta apagando su cigarrillo.
-Oh venga, mi amor.-dije irónico.-Hace 10 minutos estabas deseándolo.-Me acerqué hacia ella y la acaricié.
-Emmett.-dijo nerviosa soltándose de mi agarre.
-¿Qué?-dije nervioso.-Ya sé que no soy suficiente para ti. Me lo has dejado claro varias veces.-Cogí la botella que estaba a mi lado y tomé un trago.-Pero te juro que lo intento cada maldito día. Cada maldito día trato de que veas lo importante que eres y lo mucho que te necesito.-Grité enfadado.
-Emmett me estás asustando.-me miró de pie, estática en la habitación. Pero podía verlo en su cara. Estaba temblando. En ese momento volví en mí. ¿Cómo podía haberle hecho eso a Rose?
Así que intenté abrazarla para que se tranquilizara pero ella me rechazó incluso forcejeó conmigo para que no la tocara.
-¡No te me acerques!-Chilló histérica.
-¡No estoy haciéndote daño! ¡No voy a lastimarte!
Ella simplemente salió corriendo a encerrarse al baño dejándome totalmente confundido. Pensé en llamarla pero tras su reacción decidí que lo mejor sería irme a dormir y esperar a mañana. A la mañana siguiente me desperté con un dolor de cabeza que me martilleaba. Me giré y mi sorpresa fue no encontrar a Rose a mi lado en la cama. Cogí mi móvil para ver la hora. Era temprano, no sabía a donde había podido ir. Además, era raro porque Rosalie solía dormir más que yo. Reuní fuerzas y decidí salir de la cama para coger una botella de agua y tomarme una aspirina. Al llegar a la sala de la suite vi a Rose dormida profundamente en el sofá de la estancia.
Rose Pov
Los rayos del sol que se colaban por la ventana habían hecho que me despertara. Además olía delicioso. Me fijé que en la mesita que tenía enfrente estaba servido un delicioso desayuno acompañado de mucha fruta fresca y tropical. En el centro estaba una flor roja con una nota.
Era de Emmett disculpándose sobre lo sucedido. La verdad es que me había asustado verlo en ese estado. Nunca lo había visto así y eso hizo que los recuerdos dolorosos del pasado llegaran a mi mente de nuevo. No tenía ninguna posibilidad frente a un hombre como Emmett, mucho más grande y fuerte que el promedio.
Con manos temblorosas dejé la nota sobre la mesa y bebí algo de jugo de naranja.
Si seguía habiendo tensión entre nosotros estas vacaciones no iban a funcionar. Decidí que era hora de dejar de ocultarle cosas. Él necesitaba que yo confiara en nosotros y yo iba a demostrárselo.
-Hola.-dije cuando salí a la terraza. Ahí estaba, apoyado en la madera. Estaba sin camiseta y en bañador, parecía que acababa de salir del agua, así que todos sus músculos se apreciaban a la perfección.
-Lo siento muchísimo nena.-fue lo primero que dijo cuando se giró a verme.-Lo de ayer... no sé qué me pasó, fui un completo idiota contigo.
-Yo si sé que te pasó, Emm.-dije simplemente.-Te pasaste con la bebida.-me di de hombros sentándome en una de las sillas de la terraza abrazando mis piernas.
-No soy un alcohólico, si a eso te refieres.-Aseguró.-Solo estaba un poco ofuscado por como estaban saliendo las cosas.
Yo lo vi preocupada.-Espero que estés siendo sincero porque no es nada agradable lidiar con uno.
-Confía en mí.-Pidió.-Si quieres puedes preguntarle a mi madre o a los chicos.
-Está bien. Te creo.-Suspiré.
-Entonces... ¿Me perdonas?-Se veía realmente arrepentido.
Así que me puse de pie y fui a abrazarlo.
-Ven aquí.-dije cuando llegué a él. Me abrazó y me sentí tan bien entre sus brazos. Estaba comenzando a asustarme la manera en la que me sentía con Emmett. Hasta el punto de perdonarle algo que jamás le habría perdonado a cualquier otro hombre. Solo esperaba que me hubiera sido sincero.
-Lo siento.-dijo estrechándome entre sus brazos y dejando un beso en el tope de mi cabeza.
-Ya, Emm.-suspiré mientras afianzaba mi agarre.-Te perdono ¿si? Pero no vuelvas a hacerlo más. No me ha gustado verte así. No parecías tú.
-Lo sé Rose.-suspiró nervioso.-No volverá a pasar.-tomó mis manos y dejó un beso en ellas.-Te lo prometo.
-Está bien.-suspiré.-¿Has estado en el agua?-pregunté sonriendo.
-Ajá.-Sonrió de lado.-Y está deliciosa.-Pasó una mano por mi cabello.-¿Quieres acompañarme?
-Iré por mí bikini.-Me estiré para besarlo.-No tardo.
Fui a cambiarme rápido mientras Emmett me esperaba dentro del agua. Y tenía razón. Sentí mis músculos destensarse luego de la mala noche que había pasado en el sofá.
Emmett me acercó de nuevo a sus brazos y me besó. Fue un beso intenso que me recorrió por todo el cuerpo.
-Emmett.-gemí. Era imposible no hacerlo con las sensaciones que me provocaba este hombre.
-Rose.-suspiró mientras apretaba mis muslos.
-Te quiero ¿si?-dije de repente y Emmett me miró sorprendido.-Y ahora no he bebido nada así que...-dije esperando que lo entendiera.
-Soy el hombre más afortunado del planeta ahora mismo.-dijo sonriendo y yo sonreí, al ver eso preciosos hoyuelos que estaban comenzando a hacer mella en mí.
-¿Solo ahora mismo?-dije divertida susurrando en su oído. El agarró mi cuello y me separó de él para besarme. Quería devorarlo y que él me devorase a mí.
De un momento a otro comenzamos a follar en el agua. Cielos. Sentir a Emmett así tomando el control de la situación y sabiendo dar en el punto exacto con cada arremetida era simplemente maravilloso. Me encantaba lo apasionado que era. Eso sin duda era uno de las cosas que más me gustaban de él.
-Eres increíble, nena.-Suspiró mientras seguíamos en el agua. Y volvió a besarme.
Decidimos quedarnos un rato más ahí antes de continuar follando en la habitación. La verdad es que nunca me cansaba de Emmett en ese sentido, siempre me dejaba con ganas de más. Y eso era genial porque ambos éramos iguales en ese punto.
-Nena.-me llamó y yo me removí y besé su pecho antes de mirarlo. -Feliz Navidad mi amor.
-¿Ya es Navidad?-dije emocionada. El asintió divertido.
-¿Crees que habrá llegado Santa?-pregunté incorporándome en la cama.
-Nena si me lo dices así.-dijo divertido acariciando mi espalda.-Podemos ir a comprobarlo.-dijo levantándose para ponerse sus calzoncillos y pasándome mi bata.
-Aquí tienes.-Sonrió y me pasó una caja de terciopelo pero antes quitó otra más pequeña que estaba encima.
Inmediatamente la abrí. Me encantaba la joyería y Emmett lo sabía muy bien. -¡Es precioso!-Chillé emocionada al ver el collar de oro rosa con muchos diamantes y uno más grande de un color azul-violeta. que sobresalía del resto. Sin duda, Emmett había gastado una fortuna en él.-Gracias Emm .En verdad es hermoso.-Me estiré para besarlo.
-Date la vuelta.-Me pidió cuando nos separamos. Tomando el collar de mis manos. Así lo hice, apartando mi cabello.
-Me encanta el color.-Dije tocando el diamante que colgaba del resto.
Emmett acarició mi cuello.-Es precioso como tus ojos, nena.-Admitió con una sonrisa antes de besarme otra vez.
-¿Y qué hay con la otra cajita?-Dije cuando nos separamos haciendo referencia a la que había quitado un momento atrás.
-No importa.-dijo simplemente. Restándole importancia.
-Emm.-yo no me creía nada y algo me decía que esa cajita tenía que ver con la proposición que me había hecho anoche.
-¿Estás segura de que quieres verlo?-preguntó inseguro.
-¿Ya no habrá vuelta atrás si lo hago?-dije divertida. Él se dio de hombros y me pasó la cajita. Estaba jugando nervioso con sus manos mientras esperaba mi reacción.
La verdad es que el anillo era hermoso con un diseño delicado. Era de oro blanco con un diamante en forma de corazón en el centro y alrededor estaba acompañado de unas piedras preciosas más pequeñas.
-¡Oh Emm me encanta!-Sonreí emocionada.
-Sé que tú debilidad son las joyas.-Dijo divertido.
-Ahora no sé cuál ponerme.-Dije para mí misma pero Emmett escuchó porque se estaba riendo.
-¿Entonces es un sí?-Preguntó un poco inseguro.
-Es un sí.-dije sin pensarlo.-Mira Emmet, no se adonde vamos ni a qué nos llevará esto pero...eres un hombre muy testarudo y, si esto es lo que necesitas para confiar en mí lo haré.
-Dios Rose...-No me dio tiempo a decir nada más porque se abalanzó para levantarme y hacerme girar en sus brazos. Luego me besó cosa que me hizo reír.
-Emm.-sonreí acariciando su pecho.-Solo quiero pedirte algo.-él alzó una ceja.-Quiero que esto quede entre nosotros.
-Está bien.-dijo enfurruñado.
-Oye...Parece que Santa también se ha pasado para ti.-dije divertida pasándole mi regalo.
A él le brillaban los ojos de la emoción.-Espero que te guste.-Me mordí labio esperando su reacción.
-Nena, no tenías por qué hacerlo.-Dijo sacando de la caja el reloj.-¡Está genial!-Y ahí estaba esa sonrisa. Dios amaba esos hoyuelos-¡Oh y mira tiene mi nombre!-Exclamó emocionado haciéndome sonreír embobada. Me mordí el labio no quería ser tan obvia que me estaba derritiendo por él.-Gracias mi amor.-Fue a besarme una vez más con todo y el reloj puesto.
Después de eso decidimos ir a realizar diversas actividades que ofrecía el resort tales como submarinismo o nadar con mantas. La verdad, estaba emocionada ya que si había hecho algunas de estas cosas antes, pero no con Emmett.
-¿Estás lista?-preguntó Emm divertido cuando ambos teníamos nuestros trajes de neopreno puestos.
-Eso creo.-contesté. Él tomó mi mano y me ayudó a subirme al pequeño barquito que nos llevaría hasta el lugar. Las vistas eran increíbles y el agua tan cristalina, que estábamos literalmente en el paraíso.
Primero nos sumergiríamos para nadar con las especies marítimas del Océano Índico y después volveríamos al resort para la actividad con las mantas rayas.
La verdad fue un día increíble y muy divertido. Me la pasé genial con Emmett. Después fuimos a tomar algo de sol. Necesitaba un bronceado y Emmett también.
Vimos juntos el atardecer e incluso nos hicimos un par de fotos. Yo las había guardado en mi teléfono mientras que Emmett las había publicado.
En eso recibí una videollamada de Bella.-Hola Bells.-Sonreí.-Oh hola Leah.-Estaban juntas.
-¿Cómo está todo por allá?
-Es maravilloso.-Contesté cambiando la cámara y mostrándoles algo del paisaje que nos rodeaba.
-Definitivamente estás en el paraíso, rubia.
En eso Emmett irrumpió en escena. Apareciendo tras de mí.-¿Son las chicas?-Preguntó curioso. Pero en la pantalla solo se veía su esculpido torso.
-Tú eres jodidamente alto.-Exclamó Leah.
Así que Emmett se agachó un poco, apoyando su cara sobre mi hombro para salir enfocado.
-Eso pasa cuando te paras en tu tercera pierna.-Dijo divertido en tanto guiñaba.
-¡Asco!-Chilló Bella fastidiada mientras Leah se tiró una fuerte carcajada.
Yo lo volví a ver indignada y él dejó de verme sonriendo y se mostró algo avergonzado. -¿Sabes qué? Solo...
-Mejor me voy, ¿No?-Yo asentí.-Chicas me corrieron. Fue bueno saludarlas.-Se despidió y se fue dándome antes un beso en la mejilla.
-Lo siento, chicas. A veces Emmett es tan...
-Inoportuno y asqueroso.-Rodó los ojos Bella.
-A mí me parece divertido y ocurrente.-Rió Leah. La verdad es que Leah y Emmett tenían un sentido del humor bastante similar.-Es curioso porque se complementan.
-De nuevo, ¿Estás llamándome aburrida?-Pregunté ofendida.
-No, es solo que tú eres muy recatada y tú sentido del humor es diferente. O sea, eres inglesa.-Se encogió de hombros. La verdad no sabía si tomarlo como un cumplido o como un insulto.
-Lo que Leah quiere decir.-Intervino Bella destensando el ambiente.-Es que tú eres más sutil, se te da de maravilla el sarcasmo.
-Sí, como sea.-Rodé los ojos no iba a empezar a discutir sobre eso ahora.-Mejor cuéntame cómo ha ido lo de Sam.
-Oh no es por Sam que estamos reunidas.-Comentó Leah.-Mas bien es por Paul.
-¿Por Paul?-Pregunté confundida.
-Es que la invitó a pasar año nuevo con su familia.-Explicó Bella.-Leah no sabe que hacer. Además, no quiere escuchar mis consejos.-Rodó los ojos.-Según ella soy la menos indicada para darlos.-Bufó.
-¡Vaya!-dije sorprendida.-Lo primero que necesito saber es si a ti te apetece pasar año nuevo con su familia.-dije
-Es que...¿Qué sentido tiene que lo haga?-dijo exasperada.-No hay necesidad de llevar las cosas a ese nivel ¿no?
-Si él te lo ha propuesto, Leah, es porque si le apetece ¿no crees?
-Yo le he dicho que le aclare las cosas.-dijo Bella rodando los ojos.-Pero como te digo, no quiere escucharme.
-Porque entonces tú deberías seguir tu propio consejo y aclararle las cosas a Kate.-rebatió la morena molesta.
-No estamos debatiendo sobre eso.-dijo Bella molesta.
-Aun así, Leah tiene razón, Bells.-dije dándole la razón a mi amiga.-Kate se merece que le digas la verdad, aunque le duela.
-Oh por dios.-bufó molesta.-Tú también no.-rodó los ojos.-¿Podemos no salirnos por la tangente? El caso que nos reúne aquí es la indecisión de Leah no mi vida personal.
-Esto es sobre mi vida personal.-dijo Leah como si le estuviera hablando a una niña.-Aun así ya hablaremos sobre esto. Rose...¿Qué hago?
-¿Pasó algo con Sam?-pregunté directa a la yugular.
-Pues...-mi amiga me miró avergonzada mordiéndose el labio. Eso me daba la respuesta.
-Lo sabía.-Dijo Bella sonriendo triunfante.
-Lo mejor es que seas honesta con Paul. No se merece que sigas alimentando sus esperanzas mientras tú juegas a escondidas con Sam. Así que considera con quién te sientes más a gusto. Y sé sincera con Sam desde el principio también. Si solo tendrás algo casual o si en verdad le darás una oportunidad.
Leah simplemente se quedó pensativa.-Tienes razón, tengo que aclarar mi mente primero.
-¡Rose, nena! Tengo hambre.-Ese era Emmett llamándome desde adentro.
-Parece que el cavernícola ya está demandando tu atención otra vez.-Dijo de mala gana Bella.
Leah rió. -Lo que no está claro es que si tú estás incluida en el menú.-Alzó las cejas sugestivamente.
-Oh, por favor.-bufé molesta.-Tengo que irme ¿si? Mantenedme al corriente de todo.
-Claro.-dijo Leah.-Y oye.-me llamó sonriente.-Disfruta.-me guiñó un ojo. Bella se tiró una carcajada y yo solo pude rodar los ojos. Colgué el teléfono y salí en busca de Emmett.
-Hola nene.-dije divertida.-¿Has ordenador algo ya? O ¿quieres comer fuera?
-Me gustaría comer aquí contigo.-Se acercó a mí pasando sus manos en mi cintura.-Pero veo que tú si tienes ganas de salir.
Yo asentí.-Quiero aprovechar todo nuestro tiempo al máximo.-Me mordí el labio.
-Está bien.-Acarició mi rostro.-Como tú desees, nena.
Me estiré y besé su mejilla.-Listo iré a cambiarme, no tardo.
-¡Por favor, porque tengo hambre!-Pidió mientras se echaba en el sofá.
-Está bien.-reí yendo al tocador. Decidí ponerme un vestido blanco y vaporoso. Muy tropical. Había cogido algo de bronceado, así que contrastaba a la perfección. Me coloqué unas sandalias y salí a buscar a Emmett.
-¿Emmett?-sonreí embobada al verlo.-¿Estás dormido?-me acerqué y acaricié su cara.
-Mmmmmm.-ronroneó y sonreí.
Así que me acerqué y le di un besito haciendo que abriera los ojos somnoliento.
-¿Nos vamos?
Bostezó.-Vámonos.-Se levantó y tomó mi mano y salimos de ahí.
Hola ¿Qué tal? ¿Cómo estáis? Antes que nada tengo que decir que estoy subiendo el capítulo desde la universidad XD Así que... espero comentarios solo por eso :) Bienvenida a Kabum! Me alegra muchísimo que te hayas unido y que te guste el fic! Espero que te vayan gustando el resto de los capítulos! Un saludo.
Y sí, Tecupi, estamos de acuerdo en que Emmett tiene una gran bocota, peeeeeero se solucionó ¡Y de qué manera! xd ¿Qué crees que pasará con Leah&Sam ahora que ha pasado algo entre ellos? xd
Y sí, Jupy, estos saben pasarlo bien en una fiesta xd Y bueno, Edward se enteró y decidió 'cortar por lo sano' xd
Un saludo a todos! Espero leer sus comentarios que inspiran a seguir escribiendo!
