Emmett pvo

-¡Feliz año nuevo!-gritaron todos en la mesa una vez que sonaron las 12 campanadas. El sonido de los fuegos artificiales, de los besos y de los buenos deseos inundaba la estancia. Miré a Rose y sonreí, sonreí porque este sería el primero de muchos junto a ella.

-Feliz año nuevo, mi vida.-susurré en su oído antes de besarla.

-Feliz año nuevo para ti también, Emm.-Me abrazó y en eso mi madre fue la primera en felicitarnos acercándose a nosotros.

-Feliz año a mi pareja favorita. Espero que me den muchos nietos.

-Y que estaba vez la noticia vaya en serio.-Agregó mi suegro divertido.

-¡Papá!-Rose llamó su atención molesta.

-Ay, nena por favor.-Esa fue Lilian.-¿No crees que sería maravilloso que Blake creciera a la vez con su primito?

-Danos tiempo ¿si?-dijo incómoda para cambiar de tema.-Además, antes que nada quiero centrarme en la boda. Tiene que ser perfecta.

Y pues eso dio pie para que hablaran sobre los detalles de la boda. Aún quedaban muchas cosas pendientes y pues yo me mantendría al margen. Incluso Rosalie me había prohibido rotundamente que la acompañara a París cuando fuera por su vestido. Cosa que no me hacía nada de gracia. Primero porque iba a estar muy lejos de mí por un par de días y segundo porque me hacía ilusión estar en esa ciudad romántica con mi chica.

-Ya enviamos todas las invitaciones.-Comentó mi mamá emocionada.-Todos los Platt han confirmado su asistencia.-La familia del lado de mi madre era muy numerosa. Solo ahí ya eran más de 50 personas.

-¿Y del lado de los Cullen...?-Pregunté.-¿Carlisle...?-Sentí a Rose tensarse y yo le di un ligero apretón en su mano para que no se alterara.

-Oh.-Mamá me miró.-Todavía no ha confirmado. Pero claro imagino que vendrá.

-¿Y la abuela?-Rose miró a su mamá.-¿Vendrá?

-Oh, Rose.-Lilian suspiró.-Tu abuela te adora, se muere por verte.-sonrió maternalmente.

-La señora tiene adoración por nuestra pequeña.-Stefan rió divertido abrazando a su mujer por la cintura.

-Tanto que me puso como heredera del marquesado.-rió Rose haciendo reír al resto.

Más tarde fuimos a una de las discotecas más exclusivas de la ciudad, habíamos quedado con nuestros amigos. Y Rose había estado de acuerdo con la idea.

Dejé a Rose en la barra mientras iba al baño. Sin embargo, cuando regresé un tipo estaba coqueteando con mi chica, así que me acerqué realmente molesto.

-¡Oye tú!-Le grité al tipo y lo empujé.-¿Qué crees que estás haciendo?-Sentí que Rose agarró mi brazo.

-Emmett.

-¿Acaso no estás viendo la sortija de su dedo?-Tomé su mano.-¡Ella es mía!

El tipo me vio asustado y tragó.

-Lo siento viejo, no quería entrometerme.-Se disculpó.-Perdón. -Volvió a ver a Rose apenado.

-Vete antes de que te muela a golpes.-Al ver mis puños el tipo salió casi corriendo. Yo suspiré pasando una mano en la cintura de Rose.-No puedo dejarte sola ni un momento.-Resoplé y ella se soltó de mi agarre cruzándose de brazos.

-No era necesario que lo amenazaras.-Me recriminó.-Solo me estaba ofreciendo un trago y ya lo había rechazado.

-¿Has visto como te estaba mirando Rose?-dije molesto apretando los puños.-¡Te estaba devorando con la mirada, Por Dios!

-Pues deberías de estar orgulloso de estar con una mujer que levanta interés.-dijo irónica.-No le iba a dirigir ningún tipo de atención a ese sujeto, Emmett.

-Pero...-yo continúe molesto cuando vi que Bella y Edward ya estaban llegando.

-Déjalo ¿quieres?-suspiró y fue a saludar a nuestros amigos.-Oye, ¿Kate?-preguntó Rose. Ya que no veíamos a la siamesa de Bella por ningún lado.

-No quiso venir.-Bella dijo sin más dándose de hombros. Pero Rose la miró sin creerse nada y le insistió.

-Se enfadó porque no le contamos lo del "bebé".-Respondió Edward al ver que la otra no decía nada.

-¡Edward!-dijo Bella enfadada.-¡No ha sido por eso!

-Claro que no.-bufó.-Por eso cuando se lo has dicho, se ha levantado y se ha ido.

-¿Quieres que me enfade contigo también?-Le preguntó de mala gana a mi amigo.

-No querida.

-Vamos Rose.-Tomó de la mano a mi chica y se fueron de nuevo a la barra.

-Vaya.-Suspiré cuando nos quedamos solos.

-¿Y tú?-Volvió a verme.-¿Por qué discutían antes?

-Porque Rose me ha reclamado por amenazar a un tipo que estaba coqueteándole.

-¿No lo habrás golpeado?-Preguntó entrecerrando los ojos.

-No. Rose no me dejó.-Rodé los ojos y Edward rió.

-No te rías que no es gracioso.-Dije enfadado.-He gastado una fortuna en esa maldita sortija que anda puesta en su dedo pero parece que es invisible para todos los imbéciles que la rodean.

-Vamos hombre, es normal que una mujer como Rosalie siempre llame la atención de cualquier mortal.-Sonrió de lado.-Deberías de acostumbrarte.-Dijo despreocupado.-Espera, ¡¿Le regalaste otra sortija?!-Preguntó confundido.

-Ajá.-dije simplemente.-Pero no digas nada.-Él me miró divertido.-Rose me ha pedido que quede entre nosotros.

-Te tiene cogido por las pelotas.-rió divertido tomando de su trago.

-Déjalo ¿quieres?-le miré molesto.-Le pedí que se casara conmigo de verdad. No porque lo diga un papel.-bufé y el rió.

-Eres un romántico empedernido, Emm.-rió.

-¿Quieres dejarlo ya?-rodé los ojos al ver que las chicas se acercaban.

-Oye...¿sabéis si viene Sam?-preguntó Rose.

-Sí.-Respondió Edward.-Pero él siempre llega al final.

En eso apareció Leah y saludó a las chicas y por último a nosotros.

-Tranquila Leah, Sam está por llegar.-Agregó Bella con una sonrisa burlona.

Leah volvió a verla mal.-¿Dónde te has dejado a Kate?

-¡Maldición! tanto tú y la rubia están obsesionadas con ella.-Encendió su cigarrillo.-Nunca pensé que la extrañarían tanto.

-Bueno ya dejemos ese tema en paz.-Intervino mi chica.

-Sí, mejor cuéntanos dónde te dejaste a Paul.-Contraatacó Bella.

-En casa con sus padres.-Le restó importancia y yo entrecerré los ojos. No quería que ella jugara con mi amigo.

-Pero...-la miré curioso. Yo sabía lo que había pasado entre mi amigo y ella la otra noche. Así que no entendía que hacía yéndose con Paul.-¿Y Sam?-pregunté con mirada enfadada.

-¡Oh!-dijo Rose tratando de amenizar el ambiente.-Justo acaba de llegar.-dijo divertida mirando a su amiga con cara de disculpa mientras tomaba mi mano dándome un apretón para hacer que me callase.

-Hola.-mi amigo llegó saludando al resto. Leah se quedó al final, la verdad es que la escena fue tan incomoda que al resto nos resultó chistosa.

-Feliz año nuevo.-dijo la morena incómoda.

-Feliz año nuevo.-respondió mi amigo sonriendo embobado. Se quedaron varios segundos más así sin saber que decir.-Ha pasado mucho tiempo.-dijo el moreno. Leah le miró confundida.

-¿Ah?

-Desde nuestro último año nuevo.-respondió sonriendo. Leah escondió una risa mientras se mordía los labios incomoda.

-Creo que deberías rescatarla, Rose.-dijo Bella divertida.

-Oye.-mi chica fue en busca de su amiga.-¿Vamos dentro si?-Bella y Rose se la llevaron de ahí dejándonos solos.

-Sí eres consciente que solo eres una aventura ¿No?-Volví a ver a Sam.

-¿Y eso qué?-Alzó una ceja.

-Déjalo Emmett.-Intervino Edward.-No todos tienen tu suerte.-Sonrió de lado.

-¿Suerte?-Sam bufó.-Este idiota ha estado forzando las cosas desde el principio.

-Eso no es cierto.

Ambos me vieron con cara de "¡¿en serio?!"-Mira ahora harás que se case contigo de verdad.-

-¿A qué te refieres?-Preguntó confundido Sam.-No entiendo.

-Qué aquí el grandulón le ha propuesto matrimonio con sortija y todo una vez más.-Yo le di un zape por bocón.-¡Oye!-Se quejó.

-Te dije que no hablaras sobre eso.

-¿Tenías que guardar el secreto?-Preguntó Sam y yo asentí.

-Emmett siendo obstinado como de costumbre .-Siguió Edward.

-¿Estás insinuando que la forcé para que me aceptara?-Fruncí el ceño.

-No para nada.-dijo Sam divertido.-Solo que seguro la pusiste en una situación incómoda para que te dijera que si.-dijo divertido haciendo que Edward riera con sus estupidas palabras.

-¿Están insinuando que Rose no aceptó porque quiso?-dije molesto.

-Viejo, Sam no ha querido decir eso.-Ed dijo.-Rose está claro que siente algo por ti. Pero tú necesitas que te diga que está enamorada de ti sin conocerte.

-Vamos a dejar el tema ¿quieren?-bufé.-Y tú ¿qué?-miré a Sam.-¿No te importa que Leah te esté utilizando?

-Ella solamente está aclarando su cabeza.-se dio de hombros.-Y me lo ha dejado bastante claro, Emm.

-Sabes que cuentas conmigo, ¿no?-Agregué dándole palmaditas en la espalda.-Si las cosas no salen bien.

-Lo sé, viejo.-Sonrió.

-Entonces, ¿vas a contarnos cómo estuvo lo de la otra noche?-Alcé las cejas sugestivamente.

-No voy a darte detalles de mi noche con Leah.-Respondió incómodo Sam haciéndonos reír a Edward y a mí.-¿Acaso tú me cuentas los detalles de tus noches con la marquesa?-La verdad es que Sam era el más reservado de los tres en el tema.

Me encogí de hombros sonriendo divertido.-Nunca me lo has preguntado.

-Entonces cuenta.-Habló Edward interesado.

-Oh. Pues la verdad es que a mi chica le encanta experimentar.-alcé las cejas divertido.-¿Recuerdan que compre un sofá tántrico de esos?-recordé divertido y ellos asintieron.-No saben lo que lo hemos disfrutado.

-Vaya.-dijo Ed.-Es cierto ese dicho entonces.-yo alcé las cejas.-Qué con apariencia modesta y elegante a las afueras...

-¡Oh por favor!-dijo Sam.-Eso no tiene nada que ver.

Tanto Edward como yo lo vimos curiosos.-Así que quieres hablar.-Dijo Ed con esa sonrisa torcida.

El moreno acabo cediendo-Ella es así como la ven... Toda una felina en la cama también.

-Sí se ve que tiene un carácter muy fuerte.-Secundó Edward.-Bella es igual.-Sonrió embobado.-Le gusta tener el control de la situación.

Yo sonreí.-Rose al principio era así conmigo, mandona.-Le di un trago a mi bebida.-Pero en la cama eso ha ido cambiando. Ya sabe quien está a cargo.-Guiñé.

-Fanfarrón.-Edward rodó los ojos y Sam bufó.

Las chicas tardaban en llegar, seguimos hablando durante un rato hasta que escuchamos que se había formado alboroto en la pista de baile.

-No me lo puedo creer.-dijo Sam prácticamente babeando. Y sí, es que Rose&Leah se encontraban bailando provocativamente levantando el interés masculino de media discoteca.

-Pobre Bella.-dijo Edward aguantándose la risa.-Creó que debería sacarla de ahí.-Y es que ella se encontraba junto a sus amigas que estaban instándola a bailar mientras ella negaba con la cabeza. La verdad era chistoso.

Decidimos ir hacia ellas. Edward fue a sacar de la pista a una muy incómoda Bella y Sam fue a pegarsele a Leah y yo fui por Rose.

-Hola nena.-Susurré en su oído rodeándola desde atrás. Ella se sobresaltó pero se relajó cuando me reconoció. -¿Me extrañaste?

-He estado contigo hace 5 minutos, Emm.-dijo algo molesta.

-¿Todavía estás enfadada por lo de antes?-pregunté algo incómodo.

-Es que.-suspiró.-No entiendo por qué eres así. Estoy contigo, ¡voy a casarme contigo! Y todavía sigues haciendo esas escenas de desconfianza y celos.-suspiró molesta pasando sus brazos por mi cuello.

-Lo siento, nena.-Dije con la cabeza gacha.-Es que nunca había estado con una mujer como tú.-Reconocí y es que Rosalie era una mujer realmente hermosa, inteligente, sexy y segura de sí misma. Y la verdad es que era cierto nunca me había sentido así por nadie.

Ella entrecerró los ojos.-Bueno Emm, ya. No vuelvas a comportarte así, ¿De acuerdo?-Yo asentí.

-Sí, lo intentaré.-Fui en busca de sus labios y me besó.

El beso fue largo y bastante intenso la verdad. Rose se entregó por completo. Cosa que me hizo sonreír.

-¿Qué?-preguntó confundida y algo sonrojada. Estaba adorable.

-Nada.-sonreí. Ella alzó las cejas.-Está bien. Es que me tienes embobado, nena. Me siento tan afortunado de estar contigo.

Ella sonrió y fue a besarme de nuevo.-Emm, vámonos de aquí.-Dijo relamiéndose los labios cuando nos separamos. Así que yo obedientemente tomé su mano y la saqué de ahí. Nos marchamos a nuestro apartamento y ahí continuamos lo que habíamos iniciado en el auto. Esta mujer había hecho que con cada roce y caricia la poca cordura que tenía se fuera al caño.

Rose pvo

-Ven aquí.-Dijo Emmett en cuanto entramos al apartamento mientras me tomaba de la cintura y me arrinconaba contra la pared.

-¿Creíste que podías jugar conmigo y salirte con la tuya?-Preguntó con esa voz tan masculina en tanto alzaba una ceja viéndome hacia abajo, lo que me puso increíblemente caliente. Y es que en el camino había provocado con mis caricias a Emmett que con gran esfuerzo tuvo que conducir hasta casa.

-¿Vas a castigarme?-Pregunté mordiéndome el labio y con solo la idea de Emmett dándome órdenes y tomando el control de la situación hacía que me excitara sobremanera.

Su mirada oscurecida me recorrió por completo con deseo y visible excitación. Yo solo estaba deseando que me follara ahí mismo. De un momento a otro dejó un beso en mis labios y salió de la habitación. Estaba tan nublada por la excitación que ni siquiera sabía cómo había llegado hasta la cama.

-¿Emm? ¿A dónde vas?-pregunté curiosa y algo molesta.

-Ya voy nena.-dijo desde el closet. Estaba rebuscando algo.

-Está bien.-dije simplemente. Cuando llegó tenía algo colgado en su mano que me sorprendió.-Emm ¿qué haces con unas esposas?

-Me has preguntado si iba a castigarte ¿no? Pues se me ocurre una exquisita forma de hacerlo, nena.-Llegó junto a mí y me besó con fiereza. Aún así había algo en ese beso que me aseguraba que podía confiar en él.-¿Segura?-la ternura con la que me preguntó eso solo me hizo asentir. Me acomodé como me dijo y me ato con las esposas al cabecero de la cama. Ya estaba arrepintiéndome porque me moría de ganas de tocarlo a él.

Emm se había colocado sobre mí mientras su mirada me recorría con deseo. Luego bajó hasta mi centro, alzando mi trasero hacia su cara y comenzó a devorarme. Yo chillé sobresaltada. Estaba haciendo estragos en mi centro con su lengua y yo no podía hacer nada más que gemir y retorcerme de placer en tanto él me veía con esos ojos tan penetrantes.

Cuando estuve a punto de correrme él se detuvo haciéndome chillar en protesta.-¡Emmett!

Él simplemente sonrió:-Es parte de tu castigo.-Aseguró con suficiencia en tanto introducía un par de dedos en mi entrada. Sobresaltándome. Continuó un par de segundos así y justo cuando estaba al borde otra vez se detuvo, sacando sus dedos de mi interior.

-¡Ugh! ¡No seas cruel!-Me quejé sin poder hacer mucho en realidad por estar en estas condiciones.

-Eres impaciente, ¿eh?-Desabrochó sus pantalones.

Y yo me mordí el labio al verlo. La verdad es que había estado tan perdida en sus caricias que no me había dado cuenta que estaba semi vestido aún. Emmett era un espectáculo y él lo sabía.

-¿Estás disfrutando de la vista?-dijo divertido. Solo bufé molesta. Él rió y yo me deleité con sus marcados abdominales.

-¡Ven aquí, Emm!-pedí.-Me estas torturando.-dije con un puchero.

Él se acercó a mí y me besó dejando un mordisco en mis labios. Bajó al cuello y llegó a mi ombligo.

-Emm.-suspiré tratando de quitarle los bóxer con los pies.

-Estás desesperada.-dijo riendo.

-Y tú estás siendo muy malo conmigo.-puse un puchero haciéndole sonreír. Él se echó junto a mí y comenzó a acariciarme el abdomen.

-¿Qué hago contigo nena?-sonrió y besó mi cuello.

-Ya sabes lo que tienes que hacer.-Dije molesta porque Emmett estaba tardando demasiado.

Él rio y se incorporó.-Dímelo.

-Te necesito, Emm.-Dije desesperada.-Por favor.

Él sonrió de lado complacido por mi súplica. Su ego y su erección habían crecido considerablemente al tenerme así en ese estado

Fue a besarme una vez más.-Eres mía.-Susurró antes de besarme e introducirse en mí de una sola estocada que me hizo chillar fuerte.

-Oh Dios nena.-Gruñó el y siguió llenándome por completo, ya que no podía hacer mucho solo corresponder a sus besos me concentré en sus caricias, dejándome llevar. No duré mucho así.

Finalmente me corrí y Emmett lo hizo momentos después desplomándose sobre mí.

-Dios.-suspiré satisfecha. Aunque sentía que me faltaba algo. Miré complacida al gran hombre que tenía encima, estaba exhausto.-Emm.-lo llamé divertida. Él levantó la cabeza y me dio un beso.

-¿Qué ocurre?-preguntó.

-Yo también quiero tocarte.-dije como algo obvio. Él sonrió y se levantó dándome una imponente vista para tomar las llaves de las esposas. Se acercó de nuevo a mí y me las quitó.

-¿Habías hecho esto antes?-pregunté divertida. El alzó las cejas confundido por mi pregunta.-Estás preparado.-me di de hombros mientras me estiraba en la cama y me acomodaba en su fuerte pecho.

-Ah.-Sonrió.-¿Me creerías que no?-Se rascó la cabeza.

Yo alcé una ceja.-Entonces, ¿Cómo es que tienes estás esposas?-Pregunté agitandolas cerca de su cara.

-¿Tampoco me creerías si te digo que las compré para ti?-Preguntó dudoso mientras las agarraba y las dejaba sobre la mesilla.

-¿Para mí?-Alcé las cejas confundida.-¿A qué te refieres?

Emmett suspiró y me rodeó con su brazo pegándome a él.-El otro día, sin querer escuché una de tus conversaciones con las chicas.-Se encogió de hombros.-Y me enteré que a ti te interesaba este rollo.

-¡Emmett!-le miré sorprendida y algo molesta.-¡Eres un cotilla! ¿Por qué escuchas mis conversaciones?-me cubrí molesta con las sábanas.

-Nena.-suspiré.-Yo no quise escucharlo. Me estaba duchando y tú estabas hablando en la cama por videollamada. No entiendo por qué hacéis reuniones virtuales estando en la misma ciudad por cierto.-se dio de hombros.

-Eso tampoco es de tu incumbencia.-repetí rodando los ojos. Y él alzó las cejas.-Leah estaba en un break y Bella estaba en su estudio. No podíamos vernos en la ciudad.

-La cuestión es.-siguió explicando.-Qué estabas hablando y no pude evitar escucharlo.-dijo como un niño pequeño.

Yo entrecerré los ojos no muy crédula con su justificación pero lo dejé pasar.-Bueno, yo también quiero probar esto contigo.-Me mordí el labio y él alzó una ceja.

Así que me estiré hacia la mesilla. Emmett aprovechó para rodearme con sus manos y chupar uno de mis pezones con fuerza en tanto alcanzaba las esposas.

-¡Ya para!-Dije riendo y quitando sus enormes manos de mi cuerpo y extendiéndolas hacia arriba.

-¡Oh nena!-Se quejó.-No es justo.

-Shh cállate Emmett.-Ordené.-Y ya deja de moverte.-Sorprendentemente él me hizo caso. Así que comencé a besarlo.

-Nena.-me llamó y yo alcé la mirada para mirarlo.-No me hagas sufrir mucho.

-No te preocupes nene.-le guiñé.-Confía en mi ¿si?

-Está bien.-dijo como un niño enfurruñado. Así que me senté encima suyo y comencé a dejar un camino de besos desde su cuello hasta su abdomen. Emmett estaba visiblemente excitado y comencé a hacer estragos con su miembro.

-Oh.-mi hombre se retorcía de placer.-Nena.-suspiró.-Voy a...

-¿A qué mi amor?-dije sonriendo satisfecha. Tener el control de la situación me estaba poniendo tan cachonda. Sin embargo, decidí levantarme para cambiar de posición en el último segundo.

-¡Rose!-Resopló Emmett moviéndose molesto al ver que me había apartado, yo no pude evitar reír.

-No seas impaciente.-Él gruñó en respuesta. Me coloqué una vez más encima de él pero esta vez, invirtiendo posiciones. Ahora mi coño reposaba en su cara mientras continuaba dándole placer con mi boca.

-¡Oh Dios, nena!-Gimió Emmett.

-Pon a trabajar tu lengua tú también.-Ordené y al instante Emmett me hizo caso pero no duró mucho porque justo ahí él se corrió. Continuamos durante un par de minutos más, yo estaba a punto del orgasmo cuando comenzó a sonar el teléfono.

-Ignóralo.-dijo Emmett mientras seguía dándome placer.

-Ya.-suspiré. Pero el maldito aparato no dejaba de sonar. Así que me di media vuelta-Dios no me lo puedo creer.-bufé estirándome sobre Emmett y alargando el brazo para coger mi teléfono y ver quien era.

-¿Quién narices es nena?-Emmett dijo malhumorado aprovechando ahora esa posición para besar mis pechos.

-Es Bella.-dije confundida. No quería ignorarla ¿Y si era importante? Me quedé sentada sobre Emmett quien resopló todo quejumbroso.

-Vas a cogerlo ¿verdad?-preguntó mirándome resignado.

Yo asentí.-¿Bella?

-¡Al menos desátame!-Expresó Emmett impaciente.

-¡Shh! Cállate.-le dije en un susurro a Emm.

-¿Rose?-Escuché la voz de mi amiga al otro lado de la línea.

-¿Qué ocurre Bells?

-¿Ya estabas durmiendo?-Preguntó apenada.

-No aún estaba despierta.

-Nena, suéltame.-Volvió a quejarse Emmett.-Así puedo continuar. Al menos déjame tocarte.

-Rubia, ¿Qué mierda haces con tu gorila?-Preguntó Bella incómoda y asqueada.

-Nada.-dije nerviosa dándole a Emmett una mala mirada haciendo que este pusiera un puchero que me hizo sonreír como una idiota.-¿Qué ocurre Bells?-pregunté de nuevo más calmada.

-Oh.-tartamudeo nerviosa.-El caso, Rose. Es que quiero hablar con Kate.-suspiró.-Aclarar las cosas con ella ¿sabes?

-Oh. Vaya.-dije sorprendida. Eso solo tenía que significar que quería llevar las cosas al siguiente nivel con Edward.-¿Y un chico con el cabello cobrizo tiene algo que ver?-dije divertida mientras Emmett seguía molesto. Así que decidí quitarle las esposas, cosa que él aprovechó para comerme a besos y acariciar mi cuerpo.

-¡Ay Emm!-Chillé cuando sentí que él dejó un pequeño mordisco en uno de mis pezones mientras que muy hábilmente con su mano pellizcó mi centro. Sobresaltándome por completo. Momento que él por supuesto había aprovechado para tumbarme en el colchón.

-¡Emm!-Chillé.-¡Compórtate que estoy al teléfono!-Así que él disminuyó un poco el ritmo de sus caricias. Haciendo que me relajara.-Bella, perdón.-Me disculpé.-Continúa que te escucho.

Bella bufó en respuesta.-Rubia, es obvio que tu atención está en lo que sea que estás haciendo con el gorila ese.-Dijo de mala gana. Nerviosa le di un manotazo a Emmett para que parase con lo que estaba haciendo.-No Bella, te estoy escuchando atentamente enserio.

-¿De verdad?-preguntó desconfiada al otro lado de la línea.

-De verdad.-sonreí. Porque sabía que estaba abriéndose conmigo en algo que le resultaba muy difícil. Emmett pareció haberlo entendido por lo que solo me acurrucó entre sus brazos mientras Bella siguió contándome.

-¿Y qué le vas a decir?-pregunté con cautela.

-La quiero, ¿Si? Pero las cosas ya no son igual.-Suspiró.-O al menos a esa conclusión me llevó el tequila.-Rió tontamente.-No he podido pegar el ojo desde que regresé del club y ya salió el sol.-Bella tenía razón no había sentido el tiempo mientras follaba con Emmett.-Bueno, no olvides que nos encontramos con Leah en unas horas. Así que duérmete ya, rubia.

-Ya Bells. Ahí estaré.-Aseguré.-Que descanses.-Me despedí y colgué.

-¿Dónde iremos?-Preguntó Emmett cuando corté la llamada.

-Es un viaje de chicas. No puedes venir, Emmett.

-¿Dónde es eso?

-En la casa de verano de los Swan.-Expliqué.-Los Hamptons.

-Iré contigo.-Insistió.

-Mejor termina lo que dejamos a medias.-Volví a verlo y me mordí el labio. Emmett no sé lo pensó dos veces.

Tras eso conseguimos dormir al menos un par de horas. Mi alarma sonó a las 7:00 am. Emmett ni siquiera se inmutó. La noche anterior me había dicho que iría a la empresa más tarde así que le dejé una nota y recogí mis maletas para salir del apartamento y ver a Bella esperándome en la puerta.

-¡Rubia!-sonrió.-¿Cómo estás?

-He dormido tres horas.-suspiré.-Pero estoy encantada.-sonreí.-¿Cómo estás tú?-pregunté con cautela.

-Agotada. Pero nada que el café no solucione.-rio.-¿Leah estará ya?

-Me ha escrito con una ubicación.-me di de hombros.

-¿Se habrá quedado con Sam?-preguntó Bells.

-Es muy probable.-Contesté y pues en efecto cuando conducimos hasta el lugar donde nos había indicado lo comprobamos.

-¿Quieres ir a recoger tus cosas al apartamento?

-No será necesario.-Aseguró.-La última vez que estuvimos ahí dejé algo de ropa.

Sin más emprendimos camino hacia nuestro destino mientras escuchábamos música, íbamos cantando y hablando sobre cualquier cosa durante todo el recorrido.

-Dios.-Bella sonrió.-Había echado de menos este lugar.

-Es genial estar de nuevo aquí las tres.-secundó Leah.

-Pues si.-sonreí.-Echaba de menos esto también. Este lugar me transmite tanta tranquilidad.

-Últimamente estás muy ocupada.-dijo Leah divertida sacando un cigarrillo.

-Tú también.-le dije alzando las cejas riendo.-¡Venga! Cuéntanos ¿Cómo es que te has quedado con Sam esta noche?

-¿Quieres?-Bella sacó una botella de vino

-Bells.-dije sorprendida.-¡No es ni mediodía!

-En algún lugar tiene que serlo ¿no?-sonrió y me ofreció una copa.-¿Por donde íbamos?-sonrió mirando a Leah.

Y Leah volvió a verme a mí.-¿Y tú?-Alzó una ceja.-¿Qué hiciste con Emmett luego del club?-Sonrió pícaramente.

Yo la vi sin entender.-¿A qué te refieres?

Ella tomó una de mis manos.-Veo marcas.-Señaló mis muñecas mientras alzaba una de sus cejas viéndome curiosa.

-¡Mierda!-Chilló Bella.-Sabía que estabas en esa mierda del sado cuando te llamé.

Comprobé lo que decía y me sonrojé violentamente al verificar que tenía razón. Las esposas se habían marcado en mi piel. Leah se tiró una carcajada.

-Mierda.-suspiré escondiendo mi cara entre mis manos.-Lo siento Bells de verdad. Pero te prometo que estaba escuchándote.

-Ya sabía yo que después de la conversación lo probarías con Emmett.-dijo Leah divertida.

-¡Qué vergüenza!-repetí tomando del tirón un trago.

-¡Vaya!-Bella rio.-¿Te ánimas finalmente?-La miré mal.

-Tú.-señalé a la morena.-¿Qué hacías en el apartamento de Sam?-fui al grano para que no volviera a evadirme.

-Dormimos juntos.-Se encogió de hombros.-Nada del otro mundo.

-¿Y ya decidiste con quién vas a quedarte?

-Con los dos.-Respondió segura ganándose una mirada indignada de Bella.

-Me has estado criticando todo este tiempo y tú haces lo mismo e incluso eres aún peor porque Paul no está enterado.

-Oye.-dijo molesta.-Simplemente no quiero dejar a Paul ¿si? Y Sam es totalmente consciente de la situación.

-¿Y Sam está de acuerdo con ser el otro? Ya estuvo en el otro lado sino recuerdo mal.-dije yo curiosa.

-Si.-respondió ella.-Se lo he dejado todo claro. Sabe que necesito aclararme. Además, él me gusta y no tenemos nada serio. Solo dos viejos amigos que se lo pasan bien juntos.-se dio de hombros.

En eso mi teléfono sonó indicando que tenía una videollamada de Emmett.

-Apuesto a qué es tu amo.-Guiñó Leah y yo rodé los ojos haciéndola reír.

-Ya basta.-Me quejé y las callé antes de que siguieran con sus comentarios.

-Hola Emm.-Sonreí cuando lo vi en pantalla. Aún se veía somnoliento.-¿Acabas de despertar?

Él asintió en respuesta y bostezó.-Si y no te encontré aquí.-Hizo un puchero.

Bella rodó los ojos y Leah sonrió.-Te dejé una nota Emm.-Le recordé.

-Sí pero no es lo mismo que amanecer contigo.-Yo sonreí. Y escuché que Bella susurró "cursi" poniendo los ojos en blanco.

-Solo voy a estar aquí el fin de semana, Emm.-sonreí divertida.

-¡¿Cómo?!-se sobresaltó y se sentó en la cama.-¿Vas a estar todo el fin de semana fuera?

-Si, Emm.-suspiré.-Está todo en la nota.-dije tratando de mantenerme tranquila mientras escuchaba a mis amigas reírse.

-¿Y que hago yo el fin de semana sin ti?-puso un puchero.

-Emm.-suspiré.-No lo sé. Llama a los chicos y haz un plan con ellos ¿si? Solo serán dos días.

-Está bien.-dijo enfurruñado.-Te quiero nena.

-Y yo nene.-sonreí al despedirme. Me giré y vi a mis amigas.-¿Qué?

-Emmett es muy pesadote.-Rodó los ojos Bella.-¿En serio, no te desespera?

-Algunas veces, si.-Admití.-Pero también tiene sus virtudes.-Me encogí de hombros.-Ya saben, sus cosas buenas.

El semblante de Leah cambió por completo.-Ya que hablamos de virtudes...-Alzó una ceja acompañada de una sonrisa coqueta. Era obvio que se avecinaba su comentario o pregunta sexosa.-Eso que cuelga entre sus piernas ¿está dentro de las cosas buenas que mencionas?

-¡Oh Leah!-Se quejó Bella.-¡Eres la peor!-Puso cara de asco.-¿A quién le importa como la tenga Hulk?

-¡Tú cállate! Que ya te preguntaré por tu Edward.-Le guiñó haciendo que Bella se sonrojara violentamente.

-¿Y bien?-Volvió a verme interesada Leah.-Soy toda oídos.-Le dio un sorbo a su bebida pero antes de que respondiera siguió hablando.-Para empezar no creo que te hayas dejado sodomizar por él sino es porque cumple con los atributos además de saber usarlo. De otra forma no me explico que hayas cedido a esa mierda.

-Leah en primer lugar, estás confundiendo los términos.-Rodé los ojos.- Sodomizar es algo muy distinto.-Dije como algo obvio.-Lo que hicimos en realidad fue algo tranquilo.

-Sí, claro esas marcas nos indican todo lo contrario.-Espetó Bella.

-Mi piel es jodidamente delicada y lo saben.-Dije acalorada.-Además Emmett me transmite confianza y ha resultado ser un buen amante y pues si Leah está bien dotado. ¿Contenta?-Me crucé de brazos.

-Me basta por ahora.-Sonrió satisfecha.-¿Y tú Bells? ¿Qué vas a compartirnos sobre Edward?

-Yo no voy a decirte nada, pesada.-dijo molesta dándole un empujón.

-¡Oye!-dijo enfadada la morena.-¡Casi tiras mi copa, idiota!

-Te lo hubieras merecido.-bufó molesta.-Además, ¿Qué te importa saber sobre eso? ¿Sam no te satisface?-dijo burlona.

-Oh por favor.-dijo divertida.-Solo estaba dejando lo mejor para el final.-tomó de su trago.-Pero si insistes, no me importa contaros.

-Pues yo sí que quiero saberlo.-dije yo divertida mientras me acomodaba en el gran sofá de la sala. Sonreí mientras apoyaba mi cabeza en el hombro de Bella.

Y como era de esperarse Leah alardeó sobre lo genial que era Sam en la cama. Porque según el relato de la morena, nadie había estado a su altura. Bella y yo sabíamos la razón... Nuestra amiga se expresaba de esa forma de él porque era el único con el que en realidad había hecho conexión desde que fueron unos adolescentes.

-Se nota que nunca lo superaste.-Alzó una ceja Bella.

Leah simplemente se encogió de hombros.-Tal vez tengáis razón.-Nosotras la miramos mal.-Está bien.-bufó.-Tenéis razón. Nunca le superé ¿si? Y ahora acabo de darme cuenta de todo el tiempo que he desperdiciado con otros tipos.

-Bueno.-dijo Bella divertida.-Al menos eso te ha dado más experiencia.-le guiñó a lo que la morena rio.

-Y...-yo continúe.-Vas a poder aprovechar el tiempo perdido.-sonreí.-¿Ya conoces a su nene?-pregunté curiosa.

-No, ¿Tú si?

-Solo por fotos. La verdad es que es una ternurita.-Sonreí recordando al pequeño de rizos oscuros, ojos alegres y pestañas largas y bonitas.

-Tú de madrastra.-Rio Bella.-¿Quién lo diría? Ya tienes un hijo.

-Uy yo jamás me he visto como madre.-Chasqueó Leah.

-No creo que sea tan malo.-Me encogí de hombros.

-¡¿Acaso Hulk te ha convencido?!-Preguntó alarmada Bella.

-¡¿Qué?! ¡No!-Chillé en respuesta y ambas me vieron incrédulas.-A lo que me refería es que no creo que sea tan mala tu relación con el nene de Sam.

-Rubia, de las tres...-Señaló Leah.-Te veo a ti más como madre que a Bella o a mí. Tú probablemente seas la más maternal de las 3.

-Estamos jodidas, entonces.-Le di un sorbo a mi bebida haciendo reír a mis amigas. ¿En serio tenían ese concepto de mí? Era extraño, la verdad es que no era algo que me había planteado.

Emm pvo

Rose se había ido a 'Los Hamptons' con sus amigas así que yo, después de su consejo había decidido llamar también a los chicos.

-Ósea.-dijo Sam curioso.-¿No habéis vuelto a saber de Kate desde que se enfadó por lo del supuesto bebé?

-Aja.-respondió el cobrizo mirando su teléfono ya que íbamos a pedir pizzas para cenar. Habíamos decidido quedarnos en el apartamento de Sam ya que, a diferencia del mío, tenía más camas.

El timbre sonó y lo que nos sorprendió un poco es que Emily había llegado con Sam jr. Esa lo admito fue una de las escenas más incómodas que había visto.

Emily había ido a dejar al pequeño revoltoso a casa de su padre porque al parecer había quedado de salir con su novio que en realidad había sido la misma persona con la que le había sido infiel a mi amigo.

Yo no sé si sería capaz de seguir teniendo ese contacto con mi ex.

-No me mires así.-Susurró Sam mirándome mientras había dejado a su hijo viendo la televisión y colgaba su pequeño abrigo.-Lo hago todo por él.-lo miró con nostalgia.-Además, tampoco me apetece que esté tanto tiempo con ese tipo.

-Lo entiendo.-bufé yo.-A mi tampoco me gustaría. De hecho no creo que fuera capaz de aguantarlo.

-Y...-dijo Edward divertido.-¿Cuando le vas a presentar a Leah? No creo que a Emily tampoco le haga gracia que su hijo pase tiempo con tu nueva novia.-guiñó.

-¿Tú de qué lado estás?-pregunté molesto frunciendo el ceño hacia él.

Lo que no nos esperábamos fue que el pequeño hijo de Sam nos estuviera escuchando.

-Papá, ¿tienes novia?-preguntó curioso.

-¡¿Qué?! ¡No!-Respondió inmediatamente.-Ellos están bromeando.-Le revolvió los rizos rebeldes con la mano.-Además, ¿Qué te he dicho sobre escuchar las pláticas de los adultos?

Él puso un puchero.-Mami tiene novio, tú puedes tener novia también, papi.-Se encogió de hombros, dejando a Sam desconcertado. Lo cual nos hizo reír.

-Ya ves hazle caso a tu hijo, es un buen consejo.-Guiñé divertido y Sam me dirigió una mirada asesina.

-Tú cállate Emmett que no te contesto cómo debería porque hay niños presentes.-Dijo entre dientes mientras le tapaba las orejas a su hijo.-Bueno, ven vamos a poner ese juego que tanto te gusta.-Lo sacó de ahí.

-Bueno.-dijo Edward divertido para destensar el ambiente.-¿También querrás pizza campeón?-sonrió mientras miraba al niño. Este confuso miró a su padre.

-Papi ¿yo puedo tomar pizza también?-sonrió.

-Claro que si, hijo.-sonrió.-Pero tienes que acostarte temprano ¿si?

-¡Pero si es fin de semana papá!-suplicó el pequeño de forma divertida.-Mamá me deja dormir hasta las 22.-dijo con un puchero.-Además, quiero quedarme contigo.-pidió.

-Vale.-mi amigo cedió derrotado.-Entiendo si preferís trasladar la fiesta a otro sitio.-dijo mirándonos a Edward y a mi.

-No, descuida.-Aseguré.-Podemos ver una película con el enano.

-Por mí tampoco hay problema.-Contestó Edward. Y Sam se fue a la cocina.

-¿Seguros?-Ambos asentimos.-Bien, iré por cervezas.-Sam se fue a la cocina.

-Estás muy paternal, ahora.-Señaló divertido.-El viejo Emmett hubiera sido el primero en irse.-Sonrió.-De verdad que ya no eres el mismo.-Palmeó mi hombro.

-Ya te dije que es lo que Rose ha hecho conmigo.-me di de hombros.-Ahora hasta incluso me planteo tener una familia propia.-dije sorprendido con la idea.

-Vaya, vaya.-dijo mi amigo divertido.-Si que has cambiado si.-rio dándome palmadas en la espalda.

-¿De qué hablaban?-llego Sam pasándonos las cervezas

-Pues de que Emm quiere tener sus propios polluelos.-dijo Edward divertido.

Sam alzó las cejas.-¿Otra vez con lo mismo?

Yo me encogí de hombros.-¿Qué tiene de malo?

-No es bueno presionar a las mujeres con ese tema, Emmett.

-Hablando de mujeres...-me saqué el celular de la bolsa.- Le llamaré a la madre mis futuros hijos.-Sonreí levantándome del sofá. Ambos rodaron los ojos.

-Déjala en paz, Emmett.-Habló Edward.-Si se fue con sus amigas es porque necesita su espacio.

-Si, viejo. No la agobies.-Decidí ignorarlos y le marqué a Rose. Esperé a que me conectara la videollamada.

-¿Qué ocurre?-dijo Edward divertido.

-¿No contesta?-preguntó Sam aguantándose la risa.

-Oye...¿por qué no las llamáis vosotros?

-Porque seguro que se lo están pasando bien, Emmett.-dijo Edward.-Te aseguro que es muy probable que Bella no conteste.

-Lo mismo te digo de Leah.-se dio de hombros.-Aunque quisiera hablar con ella estoy seguro de que no me lo va a coger.

-Son unos cobardes.-dije molesto.-Ni siquiera se atreven a llamarlas.-bufé tomando de mi cerveza.

-¿Nos estás retando?-preguntaron ambos molestos.

Alcé una ceja.-Tómenlo como quieran.-Obviamente lo hicieron.

-El teléfono de Leah está apagado.-Dijo Sam.

-Bella me desvió la llamada.-Guardó Edward su teléfono así que yo insistí marcándole de nuevo a Rose. No funcionó así que decidí dejarle un mensaje a Bella.

Pasaron unos minutos y recibí un mensaje de Rosalie: "Estoy bien. No molestes a mis amigas".

Y adjuntaba una foto de las 3. Y sí Bella estaba sacándome el dedo. Yo bufé molesto al ver la imagen. Mis amigos me miraron divertidos.

-¿Qué pasa?-dijo Sam.

-Seguro que lo ha mandado a la mierda.-rio Edward.-¡Oye!-se quejó molesto cuando le di un zape.

-Rose no daba señal así que le he hablando a Bella y luego, Rose me ha mandado esto.-suspiré y les enseñé la fotografía. Ambos rieron al verla. Estaban las tres metidas en la cama. Parecía una fiesta de pijamas ya que tenían golosinas, palomitas y refrescos a su alrededor.

Decidí dejar de preocuparme por ella, al menos no andaba en algún antro con las alocadas de sus amigas, sino que estaba en casa, pasando una velada tranquila. Eso ya me dejaba más relajado.

Sam le puso la peli de los increíbles y nunca imaginé que me engancharía tanto a una película animada. Edward estaba viendo más su teléfono que otra cosa.

Sin embargo, la película no había sido del todo efectiva ya que el pequeño volvió a preguntarle a su padre si tenía novia. Y era realmente chistoso verlo negar todo.

-¿Por qué no le dices la verdad?-Preguntó divertido Edward, aprovechando que el pequeño andaba por el baño.

-Porque obviamente Leah y yo no estamos saliendo.-suspiró.-Y porque tampoco puedo darle falsas esperanzas a mi hijo sobre algo que ni siquiera he hablado con ella.

-¿Crees que le sentará mal?-pregunté yo molesto. ¿Tan poco instinto maternal tenía esa mujer?

-Leah nunca quiso tener hijos.-suspiró.-Siempre ha estado 100% centrada en su carrera como artista. Entiendo si esto es demasiado para ella.-se dio de hombros.-Así que...no, no voy a decirle a mi hijo que tengo novia cuando ni siquiera yo lo tengo claro.

Sam y Edward siguieron hablando sobre el tema.

La situación de mi amigo era complicada. El idiota sentía cosas por ella aunque estuviera solo usándolo y divirtiéndose nada más. Y para colmo estaba el enano y Leah según lo que comentaba Sam tenía cero interés en ser madre. ¿Qué rayos les pasaba ahora a las mujeres?

Solo esperaba que Rose no se opusiera más adelante con la idea de tener un hijo porque yo si quería tener al menos un par.

-Y tú, ¿por qué tan callado?-Volvió a verme Edward divertido.

-Oh.-le miré.-No es nada. Solo estaba pensando.

-No me lo creo.-dijo Edward divertido.

-Ed tiene razón viejo.-respondió Sam apoyando al cobrizo.-Es raro que estes más de 10 minutos sin decir nada.-sonrió tomando un trago de su cerveza.

-Parece que tu enano se ha quedado dormido.-cambié de tema redirigiendo la conversación. Sam me miró curioso pero fue hacía el sofá para tomarlo en brazos con delicadeza y llevarlo a su habitación.-En cuanto llegue lo sueltas.-me advirtió divertido.

-Oh venga, Emm.-insistió Edward.-¿Qué te tiene tan pensativo?

Sin mirarlo me fui a la sala y me senté en el sofá.-No voy a decirlo porque van a decirme pesado.-rodé los ojos molesto.

-¡Venga ya! ¿Tiene que ver con qué ya no estás tan seguro de que Rose sea la futura madre de tus hijos?-dijo divertido. Justo en ese momento Sam volvió a entrar en la estancia.

-Les dije que no hablarán hasta que no estuviera aquí.-dijo tomando su bebida y sentándose en el sillón de la sala.

-Oh vamos no empiecen.-Fruncí el ceño.

-Es que es obvio que algo así ocupa tu mente en estos momentos.-Alzó una ceja Edward.

-Es inútil negarlo.-Suspiré.-Yo si quiero tener hijos pero Rose...-Me rasqué la cabeza.-Es difícil saberlo.

-Pueden conversarlo a medida que pase el tiempo.-Me animó Sam.-¿No crees? Además disfruten esta etapa que luego tu vida ya no vuelve a ser la misma, créeme.

-Y un claro ejemplo de eso es nuestro amigo Sam.-Señaló Edward y el moreno asintió.

-Pero a ti te encanta ser padre.-aseguré y luego le miré.-¿No?

-¡Claro, Emm!-rio el moreno divertido.-Una cosa no quita la otra. Adoro a mi hijo, y ser padre es una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida.-sonrió.-Pero te digo que te cambia la vida de una manera que no te imaginas.

-La verdad es que esa definición da miedo.-dijo Edward poniendo cara de susto.-Creo que he hecho bien.-alzó las cejas divertido.-Y tú, céntrate en la boda ¿quieres? Que te quedan semanas.-me guiñó.

Rose Pov

Emmett había ido a recogerme al día siguiente por la tarde. Al final me había convencido porque quería llevarme a cenar. A Bella no le hizo gracia que me fuera mucho más temprano y sin ellas, mientras que Leah me alentó hacerlo.

-¿Cómo estás mi hermosa?-Preguntó luego de besarme y abrazarme.

-Me siento relajada.-Sonreí.

-¿Y qué hicieron?-Preguntó curioso mientras conducía por la carretera.

-Oh.-sonreí.-Pues como viste en la imagen que te envié.-le miré algo enfadada.-Hicimos fiesta de pijamas y vimos películas. Además de ponernos al corriente sobre todo.-Tomé mi celular para revisar si tenía algún correo urgente.

-¿Tenían cosas sobre las que ponerse al corriente?-preguntó curioso. Yo rodé los ojos.-¿Cómo cuáles?

-Sí Emm.-suspiré.-Pues Leah estaba muy emocionada. Va a estrenar su primera película animada. Además de poner la voz a la protagonista, también cantará la banda sonora.-dije emocionada.

-Wow, eso es increíble.-sonrió Emmett.-Me alegro por tu amiga. Además, así podrá conocer a Sam jr.-dijo divertido. Yo lo miré desconcertada.-Oh vamos nena, no me veas así. Sabes que es una excelente idea. Podemos darle ese pequeño empujoncito, ¿No crees?-Sonrió emocionado.

-Dios, Emmett. ¿Podríamos dejar de forzar las cosas? Además ese es un tema delicado que solo les compete a ellos.

-Oh vamos, nena. Mi amigo admitió que sigue enamorado de Leah.-Aseguró.-Además el enano le estuvo preguntando si ya tenía novia.-Rio Emmett recordándolo.

-¿Hablas en serio?

-Sí, te lo juro. Además Edward también estaba ahí.

-Y ¿eso por qué?-pregunté algo desconfiada.

-Pues cuando estábamos en su casa, llegó su ex con su hijo y resulta que había quedado con su novio.-yo le miré preguntándole.-Sí. El mismo con el que le puso el cuerno.

-Vaya, que incomodó.-dije sorprendida.

-Ajá.-respondí.-Entonces...El pequeño le dijo a su padre que si su mamá tenía novio él también podía tener novia.-se dio de hombros.

Luego de pensarlo por un momento le respondí:

-De acuerdo...-Me resigné.-Puedo insinuárselo a mi amiga.

-¡Oh nena!- se le marcaron esos hermosos hoyuelos.-No sabes lo que eso significa

-Pero-Advertí.-Si ella no quiere no insistiré.

-Está bien.-Sonrió Emmett.-Conque lo intentes me basta.-Tomó una de mis manos.

-Eres un adulador sin remedio, Emm.-rodé los ojos molesta.

-Pero me quieres así.-se dio de hombros divertido y yo bufé molesta pegándole en el hombro. Ni siquiera se movió un milímetro.

-Nena.-rio.-Eres muy pequeña para mover tanto músculo.-me guiñó.

-Oh.-bufé.-Eres odioso.-rodé los ojos y tomé mi teléfono. Quería escribirle a Leah para poder hablar lo del nene pero... seguro que si le decía por WhatsApp iba a llamarme preguntando si estaba loca. Suspiré pensando que iba a hacer con eso.

Decidí hacerlo en persona. Mañana invitaría a comer a las chicas y ahí sacaría el tema.

Finalmente llegamos a un restaurante bonito de la costa. Emmett se bajó para abrirme la puerta del coche. Le entregó las llaves al valet parking para que estacionara.

Y como era costumbre Emmett siempre hacia la reservación a nombre del matrimonio Cullen. Era un pesado con eso pero ya no tenía caso discutir por ese tema porque al fin y al cabo nos convertiríamos oficialmente en marido y mujer en unas cuantas semanas. Además Emmett realmente lo disfrutaba.

-¿Estás emocionada por la boda?-preguntó de repente mientras miraba la carta y sostenía mi mano.

-Ajá.-sonreí mientras dejaba un apretón en su mano.-Aun quedan varias cosas y cada vez el tiempo pasa más rápido. No tendremos tiempo a todo, Emm.-Él rio divertido.

-Nena.-sonrió y se le marcaron esos preciosos hoyuelos-Seguro que todo sale perfecto.-En eso llegó el camarero y ordenamos nuestra comida.

-Gracias.-sonreí educadamente.

La velada transcurrió tranquila Emmett de vez en cuando haciendo comentarios graciosos haciéndome reír. Definitivamente sabía cómo hacerlo con sus ocurrencias.

-Nena, ¿Y esto?-Preguntó preocupado tomando mis manos con delicadeza. Emmett era muy distraído recién hasta ahora había notado las marcas que habían dejado las esposas.-Oh nena, de saber que tu piel es jodidamente delicada como la de un bebé habría utilizado mis corbatas o algo de seda.

Me mordí el labio recordando lo bien que la habíamos pasado.-La próxima vez podemos intentarlo así como dices.-Los ojos de Emmett brillaron y fue a besar mi cuello.

-Oh nena, no sabes las ganas que tengo de repetirlo.-Susurró pasando una de sus manos sobre mi muslo haciendo que una risa nerviosa se me escapara.

-¿Emmett? ¿Rosalie? ¡Que agradable sorpresa!-La voz de Carlisle interrumpió nuestro momento. Quité la mano de Emmett que estaba sobre mi muslo y él se apartó de mi cuello pero siguió rodeándome con su brazo.

-Rosalie, querida.-Dijo tomando mi mano mientras dejaba un beso en el dorso.-Siempre es un placer verte.-Yo me sentí incómoda.

-¿Tío? ¿Qué haces aquí?-Frunció el ceño Emmett.

-Vine a cenar con Riley.-Volvió a ver hacia el otro extremo.-Hijo, ven.-Lo llamó y se acercó a nosotros una versión más joven de Carlisle.-Hijo, ¿Ya conocías a Rosalie? Es la belleza con la que se casará tu primo.

-No, no he tenido la cortesía de hacerlo.-Respondió volviendo a ver a Emmett con reproche, quién puso los ojos ante su comentario. Luego volvió a verme a mí y me sonrió seductoramente.-Encantado.-Y repitió el mismo saludo que su padre.

-Mucho gusto.-Sonreí educadamente.

-Primo, sin duda eres muy afortunado.-Comentó sin dejar de verme. De hecho, tanto él como su padre me estaban viendo de forma descarada lo cual no paso inadvertido para Emmett.

-¡Bueno ya!-Estalló Emmett.-¿Van a quedarse ahí parados? Estamos teniendo una velada romántica, si no les importa.

-Vaya modales.-Dijo con desaprobación Carlisle.-No debes levantar la voz frente a una dama.

-Emmett.-yo miré nerviosa y con algo de desaprobación a mi prometido. Tomé su mano y le di un apretón.-Está bien tranquilo ¿si? No pasa nada.

-Ya.-él dijo simplemente muy molesto. Mientras su tío y su primo le miraban divertido.

-Ha sido un verdadero placer, Rosalie.-ambos dijeron mirándome con deseo. Cosa que me revolvió el estómago. Emmett quiso volver a decir algo pero le di un pisotón disimulado bajo la mesa para que lo dejara de una vez. Cuando se fueron le miré.

-¿No te das cuenta, Emm?-bufé.-Te estaban provocando y tú como un tonto has caído en su juego.-suspiré.-Por Dios querido tienes que controlarte.-rodé los ojos.

-No soporto que te vean de esa forma-frunció el ceño.-Eres una mujer, no un objeto.-Resopló.-Además, no eres cualquiera sino que ¡eres mi mujer, carajo! Me perteneces.

-¡Bueno ya Emmett!-me enfadé yo.-Dices que me tratan como un objeto pero tú estás haciendo lo mismo.-Me quejé.

-¡¿Yo?!-Alzó las cejas indignado.-¿Por qué? Te estaba defendiendo de esos dos parientes idiotas que tengo.

-No soy una más de tus posesiones. Si te das cuenta de eso, ¿no?

-¿Te ofende que diga que eres mía?-Preguntó incrédulo.-Porque no estoy mintiendo. Es un hecho.

Yo gemí indignada.-Las personas no le pertenecen a otras personas.-Dije cansada tratando de hacer razonar al cavernícola que tenía por novio.-La esclavitud se abolió. Somos seres libres. Métete eso en la cabeza.

Emmett me veía serio.-Acaso, ¿Quieres una relación abierta, aún estando casada conmigo? ¿Es eso lo que quieres?-Dios que difícil era hacer entrar en razón al cabeza dura de Emmett.-Lo siento, querida.-Se bebió de golpe la copa que tenía en la mano.-Pero no estoy dispuesto a compartirte con nadie.

-¿Eres idiota?-susurré en voz baja ya que vi que algunas personas miraban en nuestra dirección. Sobretodo Carlisle y su hijo, Riley, creía recordar que se llamaba. Este último sonreía con superioridad.

-¿Qué?-Emmett volvió a mirarme molesto.

-Emmett.-bufé.-Estás llamando la atención de los clientes por Dios.

-No has contestado a mi pregunta, Rose.-volvió a mirarme molesto.

-No Emmett, no pretendo tener una relación abierta.-bufé.-No es algo que me llame la atención.

Emmett me seguía viendo desconfiado.-No me crees, ¿cierto?-Pregunté decepcionada.

Emmett dejó de verme y fue a llenar de nuevo su copa.

-Por favor, Emm.-Tomé su mano.-Deja de beber.-Pedí.-No dejes que ese fortuito encuentro nos arruine la cita, ¿Ok?-Dejé un beso en su mejilla y su rostro pareció ablandarse, así que me recosté en su pecho. Dejó un beso en mi cabeza y yo volví a verlo.-Te quiero Emm, no lo olvides.

Él sonrió y dejó un corto beso en mis labios. Y luego volvió a ver a la mesa donde estaban su tío y su primo. Yo moví su cara para que dejara de ver en esa dirección.

-Emmett.-suspiré molesta.-Déjalo ¿quieres? Vamos a cenar tranquilamente y luego nos vamos a casa.

-¿Quieres hacer algo?-preguntó divertido. Lo miré curiosa mordiéndome el labio. Él se acercó retirando mi cabello para besar mi cuello y susurrar en mi oído.-Nena no juegues conmigo.

-No estoy haciendo nada, querido.-dije simplemente dándome de hombros.

-Seguro.-bufó molesto mientras comenzaba a comer lo que había ordenado.

Holaaaaa ¿Qué tal? ¿Cómo estáis? Pues he aquí NUEVO CAP. Espero que lo disfrutéis. Yo seguro disfrutaré leyendo vuestros reviews porque llevo unas semanas de locos y no sabéis las ganas que tenía de publicar para que lo pudierais leer. Un abrazo a todas y todos los que leen el fic y son lectores habituales. Espero que todos estéis bien.