Rose pvo

Finalmente había cedido a hablar con Leah sobre el hijo de Sam. Suspiré. ¿Por qué narices siempre acababa cediendo a las peticiones de Emmett? Tal vez porque muy poco a poco se estaba convirtiendo en alguien importante para mí. Rodé los ojos y conduje hasta el restaurante donde había quedado a comer con ella tras mi jornada de trabajo. Era un milagro que hubiera aceptado. Ya que con la película estaba a 100 de trabajo.

-¡Hola rubia!-Apareció muy animada mi amiga.-¿Cómo estás? Yo he llevado un día de locos pero que bueno que ya casi acaba.-Rió.-¿Y Bella?-Dijo viendo a todos lados mientras se sentaba.

-Está trabajando en su nuevo proyecto, dijo que tal vez hacía un hueco.

-Okay.-dijo divertida.-Ya sabemos como es Bells.-la mire divertida.-Cuando se inspira puede llevarse horas encerrada en el estudio.

-Cierto.-sonreí. En ese momento apareció un camarero para tomarnos nota y traernos la bebida.

-Bueno.-sonreí.-¿Cómo va todo?

-¿Rose?-me miró confusa.-¿Te pasa algo?-se estaba aguantado la risa.

-No, ¿Qué iba a pasarme?-contesté simplemente.

-Bueno...-Continuó hablando.-Estoy emocionada por el estreno, ya sabes.

-¿Y vas a llevar a alguien?

-Paul no estará en la ciudad. Así que pensaba invitar a Sam pero luego recordé que tiene un hijo.

-Y no te gustaría que fuera.-Señalé.

-Es que sería raro tanto para mí como para el mocoso.

-¿Por qué?-pregunté divertida.

-Pues Rose.-rodé los ojos.-Es obvio. ¿Qué va a decir el mocoso?

-Leah tiene 7 años.-dije divertida.-Es un niño.

-Son más inteligentes de lo que crees con esa edad.-apuntó asustada y yo reí.

-Oh venga.-le sonreí con calidez.-¿Le tienes miedo a una pequeña ternurita de 7 años?-apunté divertida.

-¡No es gracioso!-Se quejó haciéndome reír.-Quisiera verte en mi lugar.

-Oh vamos.-La animé.-No puede ser tan malo.

-¿Y qué si me odia? A mí tampoco me hacen mucha gracia los mocosos.-Rodó los ojos.

-No seas tan negativa. No sabrás cómo sale si nunca lo intentas. Pero tú decides, si quieres llevar lo que sea que tienes con Sam a ese nivel.

-Pero...-Leah me miró preocupada.

-¿Qué ocurre?-Tomé su mano para transmitirle confianza.

-Pues... que si llevo 'esto' con Sam al siguiente nivel...-me miró de nuevo.-Tendré que hablar con Paul.-bufó.-No sería justo.

-No, en eso tienes razón.-afirmé.-¿Qué te ata a Paul? Tú misma dijiste que no estabas enamorada de él.-me di de hombros.

-Ya pero nuestras aspiraciones son las mismas.-Suspiró.-Aunque me hace sentir a gusto.-Se mordió el labio y alzó las cejas coqueta.

Yo rodé los ojos.-¿Y Sam?

-Supongo que nunca dejé de quererlo.-Suspiró. Mientras comíamos seguimos charlando y poniéndonos al día. Aunque me sorprendió realmente que Leah finalmente aceptó invitar a Sam y a su hijo al estreno de la cinta. Acordó llamarle para entregarle las entradas.

-Y ¿tú qué? ¿Cómo estás? Tienes la boda a la vuelta de la esquina rubia.-Alzó las cejas divertida.

-Ni que lo digas.-suspiré nerviosa.-Aun quedan tantas cosas por hacer. Tiene que ser todo perfecto.

-Vayaaaa.-Leah rio.-No pensé que finalmente fueras a tener tanta ilusión por casarte con Emmett.-me guiñó sugerente.

-Oh por favor.-bufé. Justo en ese momento Bella llegó al restaurante.

-¡Hola chicas! ¿Habéis acabado ya?-dijo mientras se sentaba acalorada en la silla.

-No.-dijo Leah divertida.-Pero si lo hubiéramos hecho tampoco nos iríamos ya.

-¿Y de qué hablaban?-Preguntó Bella.

-Sobre la boda.-Se adelantó Leah.-Nuestra rubia no cabe de la emoción por casarse con Emmett.

-Yo creo que le hace más ilusión la ceremonia que ser la mujer del grandulón ese.-Ambas volvieron a verme esperando mi reacción.

-Ok lo admito.-Me rendí.-No me malinterpreten, quiero a Emmett, sí. Ha ido ganándose mi cariño poco a poco.

-Pero...-Agregó Bella.

-Pero hay muchas cosas que debe cambiar antes.-dije finalmente.

-¿Cómo cuáles?-dijo Leah divertida.

-¡Oh vamos!.-bufó Bella incrédula.-¿De verdad no te bastan sus actitudes de cretino y posesivo?

-Oh venga.-Leah rio y Bella rodó los ojos.-¿Tan así es?

-Ajá.-suspiré tomando de mi copa.-A veces es taaaaaan pesadote. Pero bueno, poco a poco se va calmando al parecer.

-¿Tú crees?-dijo la morena divertida.

-Es un jodido inseguro.-Rodó los ojos Bella.-Jamás va a cambiar.

-¡Bueno ya!-Intervine molesta.-En realidad de lo que también estábamos hablando era sobre Leah que ha decidido llevar a Sam y su nene al estreno de la película.

Bella se quedó boquiabierta.-¿Lo dices en serio? ¡Wow!

-Ajá.-Sonreí.

-¿Qué?-dijo Leah molesta mirándola.-No es para tanto.

-La verdad es que eso no lo veía venir.-Bells seguía alucinando.

-Bueno, tal vez Leah quiere llevarlo todo al siguiente nivel con Sam.-dije yo divertida.

Bella la volvió a ver alzando una ceja interrogante.

-Oh no la escuches mejor pide algo de beber y nos cuentas sobre tú y Edward.

Bella se encogió de hombros.-Sin novedades. Ahora que estoy libre me gustaría concentrarme en mi carrera.

-¿Y ahora qué nuevo proyecto se viene?-Pregunté interesada.

-Pues estoy preparando un corto.-sonrió.-Ya saben, algo independiente.

-Muy tu estilo.-sonrió Leah.

-Edward se ha ofrecido a producir la música.

-Uhhhhh.-yo silbé divertida.-¿No ibas a centrarte tú sola?

-Es trabajo, Rose.-Bella rodó los ojos.-Además, no sé si te has dado cuenta pero Ed se muere por colaborar conmigo.-dijo divertida.

Yo reí recordando el día que lo había conocido. Fue muy graciosa su reacción cuando se dió cuenta que Bella era mi amiga.

-Desde que se conocen han estado colaborando.-Alzó Leah las cejas sugestivamente ganándose una mirada asesina por parte de Bella.

Seguimos charlando y riéndonos de las locuras de Leah hasta que mi teléfono sonó. Lo revisé, era Emmett. Decidí contestar tras disculparme con mis amigas.

-Hola Emm.-sonreí.

-Hola nena.-me respondió.-¿Cómo estás?

-Bien.-sonreí.-Estoy almorzando con las chicas. Y ¿tú qué?

-Oh.-dijo divertido.-¿Estás en el restaurante del centro? ¿El que está junto a tu bufete?

-¿Cómo lo sabes?-dije sorprendida.-¿No estarás siguiéndome?

-No nena.-rio.-Es que yo había quedado con unos socios para cerrar un acuerdo y estaba por aquí cerca.-rió. Y yo solo pude pensar en sus preciosa sonrisa de hoyuelos.

-Pero...¿ya te vas?-pregunté curiosa mordiéndome el labio.

-¿Esa es la forma en la que Rosalie Hale dice que tiene ganas de verme?-dijo pícaro.

-Oh Emmett.-Me quejé suspirando.-¿Dónde estás?-Lo busqué con la mirada y la verdad no me costó mucho trabajo ubicarlo gracias a su estatura. Sonreí y Bella volvió a ver en mi dirección.

-¡Ay no por favor!-Se quejó ella.-¿Acaso no tiene vida a parte de ti?-Resopló. La verdad es que dejé de escucharla cuando Emmett se acercó hacia donde estábamos. Dios, lucía tan sexy de traje.

-Bella.-Leah riñó a nuestra amiga enfadada.-¿No ves que a nuestra rubia se le cae la baba? Tráele un cubo.-dijo riendo mientras Bells bufaba molesta.

-Hola preciosa.-dijo sonriendo cuando llegó a mi lugar acercándome a su cuerpo y dejando un besito en mis labios. Yo sonreí.-Chicas.-sonrió en dirección a mis amigas.-¿Qué tal? ¿Cómo les va todo?-dijo divertido. Oh, el no estaba pensando en insinuar algo sobre el nene de Sam.

-Bien hasta que apareciste.-Respondió Bella fulminándolo con la mirada.

-Vaya veo que mi amigo Ed no está haciendo bien su trabajo en hacerte feliz.

Bella le sonrió falsamente y le sacó el dedo medio.

-Bueno ya.-Intervine.-No vayan a comenzar.

-Yo no he hecho nada. Ella es la hostil.-Señaló y yo rodé los ojos porque acaban de iniciar una discusión.

-Tenías razón, rubia.-Comentó Leah.-Siempre que se juntan parecen dos críos.

-Oh cállate.-dijeron los dos a la vez. Cosa que me resultó muy graciosa.

-Oye Leah.-Sí. Definitivamente Emmett iba a decirlo.-Hablando de críos... me ha dicho un pajarito que vas a conocer a uno muy especial en la vida del hombre con el que solo te acuestas.-Leah se puso colorada. No solo por la mención de Sam Jr sino porque al igual que habíamos hablado anteriormente y, Emmett estaba recordándoselo ahora, pasaría a tener algo más serio con Sam después de conocer a su pequeño.-O ¿vais a seguir diciéndole que son amigos? Ya te dije que el nene anda preguntándole a su padre si tiene novia.-alzó las cejas divertidas.

-Creo que debe ser el único niño con padres divorciados que quiere eso.-dijo Bella sorprendida mirando a Leah.

-¿Ya hablaste con Sam sobre esto?

-Sam sigue enamorado de ti.-Confesó y vi como Bella puso los ojos.-Así que tienes una idea de lo que esto significa para él.

Leah se quedó meditando unos segundos hasta que Bella se levantó de la mesa.-Fue un gusto verlas, chicas. A ti no, grandulón. Y suerte Leah con lo que sea que quieras hacer.

-¿Qué ha sido eso?-pregunté sorprendida mirando en la dirección por la que Bella se había marchado.

-¿Qué no lo ves nena?-dijo Emmett divertido.-Se ha puesto celosa.-guiñó y yo le di un golpe en el brazo mientras Leah reía.

-No creo que sea solo eso.-dijo Leah de repente.-ambos la miramos.-Creo que se está sintiendo algo apartada.-dijo dándose de hombros.

Emmett Pov

Acababa de despedirme de Rose en el aeropuerto. Dios, me haría mucha falta estos días. No había logrado convencerla de dejarme ir con ella. Estúpidas tradiciones.

En fin, conduje hasta mi oficina. Saludé a mi secretaria.

-Emmett, el sr. King ha estado esperándolo.-Comentó viendo hacía la sala de espera. Y ahí estaba el malnacido eso de Royce. Al instante me enfureció.

-Pásalo a mi oficina.-Pedí entre dientes.- Angela me vio preocupada pero atendió mi indicación.

Antes de entrar, respiré hondo. El muy idiota ya estaba sentado en uno de los sillones de mi despacho. Ángela había vuelto a su lugar y estaba realizando algunas llamadas. Me sonrió cuando pasé a su lado. Cuando entré le miré con despreció y tomé una botella de agua de la nevera. La abrí y tomé un sorbo antes de sentarme en mi asiento.

-¿Qué es lo que quieres?-dije molesto.

-Vaya.-silbó divertido.-Además de un simple yankee, maleducado.-rodó los ojos.-No sé que es lo que ve nuestra exquisita Rose en ti.

-Para empezar.-dije tensándome.-Rose no es 'nuestra' se va a casar conmigo. Te crees muy sofisticado.-apreté los puños.-Pero soy mucho más hombre que tú.

-¿Eso crees?-Alzó las cejas irónico.-No estés tan seguro de eso, Emmett.

No iba a caer en su juego. Así que decidí ignorarlo y terminar este maldito encuentro.-¿Qué quieres?

-Definitivamente la paciencia no está entre tus cualidades.-Señaló con esa actitud arrogante.-Además tú sabes muy bien lo que quiero.

-No voy a ceder, Royce.-le dije muy seguro.-Así que vete. Porque creo que estás perdiendo tu valioso tiempo.-dije molesto.

-Oh.-dijo sarcástico.-No te preocupes. Acabarás cediendo.-se levantó del sillón de forma elegante acomodando su chaqueta y mirándome con desagrado al salir. Yo bufé molesto y me senté en mi escritorio. Ese malnacido era un real dolor en el trasero. Como Rose estaba fuera decidí hablarle a Sam para preguntarle cómo había ido el estreno con Leah y su hijo.

-Hola grandulón

-¿Cómo estás, viejo? ¿Cómo fue todo?

-Se llevaron bien. Al enano le gustó Leah.-Rió mi amigo.

-¡Me alegra mucho saberlo!-Sonreí saliendo a la terraza.

-Sí quedó encantado con la amiga de papá.

-¿Una amiga de papá?-Pregunté confundido.-Creí que...

-No queremos precipitar las cosas.-dijo simplemente.

-Entonces...¿el nene durmió contigo esta noche?-pregunté divertido porque pensaba que tras el estreno habían dormido juntos.

-No.-dijo confundido.-En realidad esta era la semana de Emily, le pedí el favor de poder llevarlo pero luego lo dejé en su casa.-suspiró.

-Ósea que ¿Leah se quedó contigo?

-Sí.-dijo feliz.-Pero no por lo que tú te crees. A ambos nos apetecía estar acompañados anoche. Es todo. Tenemos que ponernos al día de muchas cosas, Emm.

-Si, claro. Seguro.-Repliqué divertido.

-Bueno, ¿Y tú qué? ¿Todo bien?

Yo resoplé.-Lidiando con imbéciles.

-¡Oye!-Se quejó Sam.-Fuiste tú quien me llamó.

-No me refería a ti, idiota. Además ya estoy extrañando a Rose.-

-Acabas de verla hace un par de horas.-Caminé de nuevo hacia mi despacho.

-Sí pero se fue sola a París por unos días. Esos rituales de novias.-Bufé haciendo reír a Sam.-Me prohibió ir con ella. ¿Puedes creerlo?

En eso me di cuenta que el imbécil hijo recién reconocido por Carlisle se encontraba sentado en uno de los sofás.

-Oye, te llamo luego.-Me despedí de Sam.

-¿Y tú? ¿Qué mierda haces aquí?-Pregunté frunciendo el ceño.-¿Quién te ha dado permiso de entrar a mi oficina?

-Oh vamos primo. ¿Qué tiene de malo?

Yo suspiré y traté de calmarme.-La próxima vez deja que Angela te anuncie.

-Lo que tú digas.-Sonrió y se levantó a servirse un trago.-Así que, Rose ha viajado sola a París.-comentó luego de darle un sorbo al Brandy.

Yo alcé una ceja sintiéndome enfadado porque había escuchado parte de mi conversación con Sam.-¿Y eso a ti qué?

-¡Oh vamos, primo!-Sonrió.-Solo estoy tratando de sostener una conversación contigo. No te ofendas.

-No quiero hablar contigo sobre ella.

-¿En serio, Emmett?-Sonrió con ironía.-No es como si fuera a secuestrarla o algo por el estilo.

-Tu padre intentó asesinarla.-Dije entre dientes.-Él provocó el accidente que tuvo en el coche.

-Carlisle a veces tiene pésimas ideas.-Chasqueó.- Pero yo no soy como él. No me van las tragedias prefiero divertirme.-Guiñó y algo en su comentario hizo que me pusiera alerta.-Bueno yo solo vengo a hacerte el atento recordatorio.-Cambió su tono de voz a uno más solemne.-"Organiza tus prioridades"-Dio unas palmaditas en mi hombro.-Fue un gusto charlar contigo, primo. Saluda a Rose de mi parte. Dale mucho cariño a esa mujer tan guapa que tienes.

Bufé molesto cuando se fue y tomé una copa del mini bar y la llené. Me la bebí de un trago y miré la foto de Rose que tenía en mi escritorio. Suspiré, era jodidamente hermosa. Y yo ya la echaba de menos. De un momento a otro mi teléfono volvió a sonar. Era Edward. Suspiré y pensé en si contestar.

-¿Qué pasa viejo?-dije divertido al escucharlo nervioso.

-Ay, Emmett.-suspiró.-Bella va a cortarme las bolas.-dijo preocupado. Yo reí.

-¿Qué ha pasado?-pregunté curioso mientras me sentaba en mi escritorio.

-Pues Kate vino el otro día a mi apartamento y...

-Te acostaste con ella.-Deduje.

-¡No!-Negó.-Bueno, casi.-Admitió avergonzado.

-¿Entonces? No veo el problema.

-¡¿Cómo que no?!-suspiro y el silencio se instauró en la conversación.-¿Tú te imaginas como va a reaccionar si se entera?

-Edward, Bella es muy abierta en todos los aspectos. No creo que le moleste.

-No creo que tengas razón. Es como si tú y Rose lo dejan y yo me acuesto con ella.

-¡¿Qué mierda estás diciendo?!-Exclamé enfadado.-¡¿Tú también?!

-Solo era un ejemplo, viejo.

-Ya estoy harto que todo el mundo se quiera acostar con mi Rose. -Me quejé.

-Yo no quise decir eso. No me malinterpretes.-Suspiró.-El punto es que ahora estoy jodido. Bella no se merece esto.

-No hagas tanto drama si al final no pasó nada. Relájate y no estés raro con ella para que no sospeche.

-¿Y si Kate le cuenta antes?-Preguntó preocupado.

-Dudo que le cuente, Ed.-dije sincero.-A ella más que a nadie no le interesa que Bella lo sepa. Además, ¿lo han dejado no?

-No lo sé.-suspiró.-Bella no ha querido decirme mucho sobre el tema. ¿Emm?

-¿Qué ocurre?-pregunté divertido.

-¿Haces algo esta noche?-preguntó preocupado.-Necesito un amigo. Estoy hecho un lío. Siento que debo ser yo quien le cuente a Bella ¿sabes?

-No, Rose está fuera del país. Así que no tengo mucho que hacer.-Me rasqué la nuca.-Cuenta conmigo.

El día en la oficina pasó realmente rápido. Y gracias al cielo ninguno de los dos idiotas había vuelto a aparecer. Pensé en llamar a Rose pero decidí no hacerlo. Seguramente estaba durmiendo o descansando por el jet lag.

Conduje hacía el sitio que Edward me había indicado mediante ubicación. Era un club que acababa de abrir en la ciudad. No estaba mal.

-Hey viejo.-sonreí al ver a Edward.-¿Cómo estás?

-Necesito una copa.-dijo simplemente. Y yo reí mientras le daba unas palmadas en la espalda.

-Vamos anda.-le dije y entramos en la parte de los reservados.

-Este sitio está increíble.-dijo Edward.

-Sí.-asentí. De un momento a otro llegaron nuestras bebidas y cuando estábamos tranquilamente hablando unas chicas bastante ligeras de ropa se acercaron a nosotros.

Ni Edward ni yo pusimos ninguna objeción. Mi amigo por un momento pareció olvidar todo su problema con Bella.

Les puse unos billetes encima para que hicieran sentir mejor a mi amigo. Quien hasta el momento no se había quejado. Al contrario parecía estar disfrutándolo.

-Parece que estamos teniendo tu despedida de soltero por adelantado.-Exclamó Edward.-Pero yo a ti no te veo celebrando.

-Estoy disfrutando verte tan emocionado, créeme.-reí al verlo tan divertido.

-Pues eso.-dijo.-Tú no lo estás disfrutando.

-Echo de menos a Rose.-dije simplemente.-Es todo. La verdad desde que estoy con ella... ninguna mujer se me hace atractiva.-me di de hombros.

En eso una mujer se sentó en mi regazo pasando sus brazos en mi cuello.-¿Y tú guapo?-Acarició mi pecho.-¿Por qué tan solo?

-Vamos Emmett relájate. No estás haciendo nada malo.

-Tu amigo tiene razón.-Susurró en mi oreja.-Déjate llevar.-Comenzó a acariciarme y mi fuerza de voluntad estaba tambaleando cada vez más.

De repente sentí mi teléfono vibrar en mi bolsillo del pantalón. Suspiré recobrando la compostura y le pedí a la chica que se levantase. Me miró con mala cara pero lo hizo. Yo suspiré y terminé mi copa de un tirón. Miré la pantalla de mi teléfono. Era mi madre.

-Dime má.-respondí simplemente.

-¿Hijo? ¿Qué es ese ruido? ¿No estarás en un antro?-dijo escandalizada.

-Un segundo mamá.-dije levantándome para irme a la calle.-No te escucho bien.

-¿Hijo dónde estás?

Yo rodé los ojos.-Salí con Edward por una copa. Solo estamos pasando el rato.

-¿No estarás con otras mujeres, verdad?-Dijo molesta.-A tu prometida no le hará nada de gracia. Tú lo sabes muy bien.-Me regañó.-Mira que ya estamos a nada de la boda. Y no quiero que vaya a ser cancelada por tu culpa.

-Tranquila mamá nada de eso pasara.-Aseguré.-No tienes por qué preocuparte. ¿Para que me llamabas?

-Oh.-dijo sorprendida.-En realidad llamaba para preguntarte cómo estabas.

-Y ¿no podía esperar?-pregunté.

-No.-dijo molesta.-¿Te molesta tu madre?

-No, mamá. Es que pensaba que pasaba algo.

-Bueno ya no te quito más el tiempo y te dejo que continúes con tus aventuras.-Y sin más me colgó.

-¡Maldición!-Solo esperaba que no le fuera a decir nada a Rose. Vi la hora de mi teléfono y decidí dejarle un mensaje a mi chica. Pidiéndole que me dijera a qué hora podía llamarle. No quería ser un pesado e interferir con su itinerario.

Luego entré de nuevo al club y fui a buscar a Edward.

Rose pvo

Acaba de terminar la prueba final del vestido. Era completamente perfecto. Sonreí de nuevo imaginándome enfundada en él. Emmett iba a alucinar cuando me viera llegando al altar. Antes de llegar al hotel decidí pasar por una pastelería y tomarme un café con algún dulce. Me senté en una terraza que estaba en uno de los puntos más privilegiados de la capital francesa. Tomé mi móvil y vi que Emmett me había escrito para preguntarme cómo estaba. Sonreí divertida. Este hombre no tenía remedio. Decidí llamarle más tarde cuando estuviera cómoda en el hotel.

Cuando llegué me puse cómoda y revisé mi correo para ver si tenía algún pendiente del trabajo. Lo que más llamó mi atención era uno que estaba sin remitente y ponía URGENTE.

La verdad es que me parecía muy sospechoso pero a la vez me daba mucha curiosidad. Tal vez no se tratase solo de spam. Así que decidí abrirlo.

Lo que encontré no me hizo nada de gracia.

Las fotografías mostraban a mi prometido y a Edward de fiesta con unas zorras. Bufé. Yo no era para nada celosa. Pero la verdad, me molestó. Era una idiota. Emmett tenía un pasado, un pasado de fiestas, alcohol y mujeres. Por mucho que yo quisiera pensar lo contrario. Había sido una ingenua con él. Y lo peor es que una parte de mí quería escuchar que era lo que tenía que decir él al respecto.

Suspiré molesta y seguí pasando las fotos, las cuales, no tenía idea de dónde habían salido. En ellas Emmett tenía a una mujer en su regazo mientras ésta le hablaba al oído. En otra de las fotografías, estaba dándoles un par de billetes. Yo simplemente no me lo podía creer. Mi móvil sonó, al ver que era Emmett le colgué.

El volvió a insistir. Desvíe nuevamente la llamada. Así que mejor decidí apagarlo. Pero antes le dejé un mensaje. "No quiero hablar contigo. Déjame en paz". Estaba realmente indignada.

El teléfono de la habitación ahora comenzó a sonar. Momentos después escuché la voz preocupada de Emmett.

-Rose, nena. No sé que hice esta vez pero te juro que no quise hacer que te enfadaras. Perdóname. Y contéstame por favor.

Cuando iba a desconectar el teléfono escuché nuevamente la voz de Emmett.

-Está bien si no quieres hablar. Voy para allá.

¡Ugh! ¡Qué pesado! Decidí salir a tomar algo de aire y llamar a Bella para contarle sobre esto.

-Dime rubia.-mi amiga contestó al segundo de haberla llamado.-¿Cómo estás?

-Pues bueno.-simplemente suspiré.

-¿Y eso?-dijo sorprendida.-¿No deberías estar emocionada? Si no me equivoco estás en París ¿no?

-Sí, aquí estoy.-dije simplemente.

-Y ¿entonces? ¿Qué es lo que te ocurre?

-Pues que voy a casarme con un idiota.-dije enfadada.

-¡Al fin te das cuenta!-dijo divertida.

-Bella...

-¿Qué? Lo has dicho tú.-dijo simplemente.

-Es en serio, Bella. ¿Sabes lo que está haciendo en mi ausencia? Espera...-Le envié las fotografías. -Echa un vistazo.

-Y mira a Edward.-Bufó Bella.-Ahora recuerdo porque es mejor salir con chicas.

-Supongo que Emmett seguirá siendo el mismo de siempre. -Dije irónica.-Pero lo que me enfada es que me falte el respeto de esta forma. Estando con mujeres tan vulgares y corrientes como esas.

-Ya te lo había dicho. Tú eres demasiado para alguien tan bruto como él.

-Lo sé Bella. Ni yo sé porque terminé enamorándome de él.

-Las personas no cambian, rubia. Tampoco los hombres.-Chasqueó.

-¿Y sabes que es la peor? Que viene para acá.

-No lo perdones tan fácil. Hazlo sufrir un poco.

-Ya.-suspiré.-Ni siquiera quiero verlo.-rodé los ojos.-Pero como no he contestado sus llamadas va a cogerse el primer avión.-suspiré.-Y lo peor, tampoco puedo decir nada en el hotel porque es suyo.-escuché que mi amiga comenzó a reír.

-Tampoco te quejes que te encanta que te traten como a la señora de Cullen. Con todas las comodidades que eso conlleva.

-Oh por dios.-suspiré molesta.-Cállate ¿quieres? Te llamo más tarde.

-Está bien.-rio.-Pero recuerda la diferencia horaria rubia.

-Lo haré.-dije casi de manera automática. Decidí deambular un poco por las calles de París. Comprando algo de ropa. Eso me ayudaba a dejar de pensar un poco en la discusión que tendría con Emmett más tarde. Entré en mi habitación y dejé mis cosas en la mesilla. Entré en el gran vestidor y me coloqué ropa cómoda. Recordé que tenía mi laptop en el gran salón de la suite. Bufé y fui a cogerlo. Lo que no me esperaba era encontrarme al primo de Emmett acomodado en el sofá.

-¿Qué haces aquí?-dije tratando de no sonar asustada fallando en el intento mientras cerraba mi bata al ver que comenzó a recorrerme con la mirada.

-Hola Rosalie. Es un placer volver a encontrarnos.

-¿Qué estás haciendo aquí?-Pregunté alterada.

-Me enteré que estabas nuestro hotel. Solo pasé a saludarte.-En eso se puso de pie y se acercó a mí.-Desde que te conocí no puedo dejar de pensar en ti.-Yo inmediatamente comencé a retroceder.-Oh vamos.-Sonrió de manera siniestra.-No temas. Solo vamos a divertirnos.-Me arrastró por la estancia.

-¡Suéltame!-Me quejé intentando zafarme de su agarre.-¡Te mandaré a prisión por esto!

-Puedes intentarlo.-Sonrió con superioridad mientras me empujaba hacia la cama. -Pero antes haré contigo lo que yo quiera.

-¡Riley!-de repente escuché una voz. La única que ni en mil años quería volver a oír.-¡¿Qué modales son esos por dios?!-llegó a donde nos encontrábamos. Riley se levantó de la cama y me miró con desprecio.

-Ay, Rosalie.-Royce escupió mi nombre con desdén.-¿Por qué no simplemente le dices al inútil de Emmett que sea un hombre y haga lo que tiene que hacer? Es por su culpa y su poca ambición que estás así.-pasó su mano desde mi mejilla hasta mi cuello. Yo solo tenía ganas de vomitar. Alejé mi cara lo máximo para evitar sentir su tacto. Royce enfadado tomó mi mentón con fuerza obligándome a mirarlo. Gemí de dolor.-Verás, perdona a Riley.-dijo con cinismo.-Él no sabe como tratar con la nobleza.-le hizo un gesto para que se acercara y yo me tensé. Tenía miedo. No quería que volviera a pasar. No podía volverme a pasar.

-Sé una buena chica con mi amigo y compórtate, ¿de acuerdo?-Pidió antes de dejar un beso en mi frente.-Después será mi turno.-Susurró en mi oreja se levantó de la cama. Obviamente cuando soltó mis manos yo luché como pude para evitar que Riley se pusiera encima mío.

-¡Deja de moverte, maldita sea!-Ordenó sacando un arma de su chaqueta y amenazándome con ella. Al instante dejé de luchar y me limité a sollozar al sentir que ya lo que estaba a punto de pasar era inevitable. Riley ya se había desabrochado los pantalones y estaba sobre mí, rasgando lo que llevaba puesto. Sus asquerosas manos no tardaron en recorrer mi cuerpo. Y su boca de mordisquear mis labios y mi cuello. En tanto Royce no dejaba de apuntarme con el arma y veía la escena complacido.

De un momento a otro cuando ya me había rendido y solo podía suplicar que esto acabara de una vez. Se escuchó un golpe en la habitación. Me estaba mareando. Todo me daba vueltas.

-Por favor.-era lo único que salía de mis labios.

-Oh venga preciosa. Si sigues suplicando voy a correrme antes de tiempo.-solo notaba sus asquerosas manos pero de un momento a otro paró. No sabía que había pasado y no quería abrir los ojos hasta que lo escuché.

-¡Voy a matarte hijo de puta!-abrí los ojos y vi a Emmett encima de Riley. Le estaba golpeando de tal forma que parecía que iba a matarlo. Pero yo estaba en tal estado de shock que no era capaz de decir una palabra.

En eso vi como Royce recogió el arma que estaba en el suelo y fue apuntarle a Emmett. Ahí reaccioné.

-¡Emmett!-Chillé asustada y justo ahí escuché los disparos. No logré distinguir a quien habían impactado. Solo veía sangre. La camisa de Emmett estaba manchada. Todo esto había sido demasiado para mí. En ese instante todo se volvió oscuro.

Emmett pvo

Como Rose no me contestaba decidí coger un vuelo a París. Para mí mala suerte, me dijeron que no podría tomar un vuelo hasta la mañana siguiente. Aunque tuve suerte y uno de mis socios me vio en el aeropuerto y se ofreció a llevarme en su jet. El también iba a Europa y me aseguró que no le importaba dejarme en París. Por supuesto, acepté. Cuando llegué le di las gracias y me fui rápidamente a coger un Uber para llegar al hotel. A todo esto, había llamado a Rose innumerables veces y seguía sin contestar. Estaba comenzando a preocuparme.

Aún no estaba seguro porque se había enojado esta vez, quizás mi madre le había contado algo sobre lo de salida con Edward. En fin cuando llegue al hotel pedí las llaves de su habitación.

Se me hizo muy extraño encontrar cosas tiradas en la estancia.

Y aún más lo que se escuchaba desde la habitación. Me puse alerta al distinguir la voz de Rose y de un tipo al otro lado de la puerta.

Me acerqué temiendo lo peor. De inmediato derribé la puerta de una patada. Y lo que vi me enfureció por completo.

Rose estaba totalmente indefensa mientras el malnacido de mi primo trataba de abusar de ella. Además el imbécil de Royce veía la escena entretenido mientras la apuntaba con una pistola. Al verme entrar se le cayó al suelo.

-¡Hijo de puta te voy a matar!-separé a Riley de mi chica y comencé a golpearlo. Tal y como se merecía. El tiempo comenzó a ser difuso en mi mente. De repente escuché la voz de Rose gritando asustada. No me percaté de lo que había pasado hasta que vi que tenía las manos manchadas de sangre. Miré hacia abajo para ver que una bala había impactado en el pecho de mi primo. Royce había disparado tratando de darme, pero, fallando en el intento no era yo el que había recibido el impacto de la bala.

Al instante cayó al piso. Mierda. Estaba muerto.

El imbécil de Royce al darse cuenta de lo que había hecho. Salió huyendo ya no pude seguirlo porque me quedé con Rose. Se había desmayado.

-Rose, nena.-La cubrí con la sábana y me senté junto a ella, rodeándola con mi brazo. Estaba realmente asustado de verla así. Maldición jamás me perdonaría si no hubiera llegado a tiempo.

-¿Emmett?-dijo mientras abría los ojos con cuidado. Estaba en shock.

-Si amor, estoy aquí.-traté de acercarla a mi pecho pero se separó asustada cubriéndose con la sábana. Al realizar el movimiento pude ver varios moratones que estaban formándose en su delicada piel. De repente se incorporó y su mirada viajó al suelo. Donde yacía el cuerpo de Riley.

-¿Está...?-yo simplemente asentí.-Pensaba que iba a dispararte.

-Era su intención. Pero falló.-me di de hombros.-Dios, Rose.

-Emmett estás sangrando.-Dijo asustada y, de hecho, sí, ahora recién me daba cuenta que tenía el brazo herido.

Momentos más tarde entró la policía para ver la escena del crimen. También llegó personal médico y el gerente del hotel. Todo era un verdadero puto escándalo. Mi pobre chica estaba realmente mal.

Luego de terminar mi curación decidí ir a buscar a Rose pero unos policías llegaron a interrogarme. Me había convertido en el principal sospechoso del asesinato de mi primo.

Holaaaaaa! Wow vaya cap el de hoy! :0 ¿Qué os ha parecido? La verdad hay mucho drama pero ¿qué sería de un buen fic sin él? xD A ver como salen de esta...

LA BODA VIENE YA DE YA XD Y la vida no les deja ser felices :/ Gracias Nelita, Jupy y Tecupi por ser las lectoras más fieles :) Espero sus reviews! Y las lectoras fantasma... También quiero leer vuestras opiniones! HASTA LA PRÓXIMA!