Emmett pvo
Después de ese desafortunado incidente con Stefan. Rose decidió centrarse 100% en su tarea en el departamento jurídico. Yo tuve que ingeniármelas para pensar en cosas desagradables y conseguir que mi amiguito dejara de molestarme ya que estaba realmente incómodo. Y obviamente no podía mostrarlo delante de mi suegro.
-¿Emmett?-Stefan me sacó de mis ensoñaciones.-¿Tú que opinas?- Yo le miré sin saber qué decir.
-Papá cree que debería ir a la junta y dar la noticia oficialmente.-explicó Rose.
-Oh sí.-Contesté y fruncí el ceño tratando de concentrarme.-Por supuesto. Me parece muy bien.
-Creo que ya lo tienen.-Dijo mi suegro mientras se levantaba.-Tengo que atender unos asuntos.-Caminó hacia la puerta.-Nos veremos más tarde.
Yo suspiré pesadamente cuando finalmente nos dejó solos.-Por fin.-Dije de mala gana mientras me levantaba aún aturdido y caminaba hacia la puerta. Pensar cosas desagradables no había funcionado después de todo porque tenía la mente bloqueada.
Rose me vio apenada.-Lo siento, no pensé que mi padre fuera tan inoportuno.-Se disculpó.
-Descuida.-Le puse llave a la puerta y caminé de regreso hacia ella.-Ahora solo quiero terminar con lo que empezamos.-La tomé de la cintura y la halé hacia mí, haciendo que su espalda chocara contra mi pecho.
-¡Emmett!-Chilló nerviosa cuando froté mi erección en su trasero.
-¿Qué?-dije divertido.-¿De verdad te creías que iba a irme a la sala de juntas así?-dije incrédulo.-Nena, no puedes hacerme esto...-puso un puchero mientras seguía frotándome contra su trasero.
-De verdad que eres increíble.-dijo riendo mientras susurraba.-Nos van a pillar y mi primer día aquí.
-No nos van a pillar.-bufé divertido.-Ya viste que le he puesto llave a la puerta nena.-me di de hombros y besé su cuello. Sentí como poco a poco iba cediendo a mis caricias.
Así que le di media vuelta y la tomé del trasero para dejarla sentada de nuevo sobre mi escritorio y fui a devorar su boca una vez en tanto desabrochaba mis pantalones.
-Dios, Emmett.-Rio divertida cuando nos separamos.-Eres peor que un adolescente que acaba de descubrir el sexo. Eres un adicto a eso.
-Solo soy adicto a ti, amor.-Guiñé y no estaba mintiendo. Rose era la única mujer que me ponía a mil. Con ella nunca sería suficiente. Sin más me abrí espacio en su entrada para introducirme con fuerza.
-¡Mierda!-Chilló Rose arqueándose contra mí en tanto clavaba sus uñas en mis bíceps.-Con calma.-Pidió mordiéndose el labio.
Así que tuve que controlar mis impulsos de follarla como un animal. Disminuí el ritmo de mis arremetidas en tanto la besaba lento y profundo, esperando que se acomodara recurrí a frotar su clítoris y estuve pendiente de sus reacciones para cambiar a embestidas más cortas y duras. Justo como quería hacerlo desde que me había enterado que ella ya había cumplido "la fantasía de follar con el jefe" con otro hombre en el pasado. Eso me había dado rabia pero a la vez me había puesto como una piedra solo de imaginarlo. Y ahora lo estaba viviendo y lo estaba disfrutando en sobremanera. Le demostraría que yo era mejor amante que cualquier imbécil que se había cruzado en su camino antes de que estuviera conmigo.
Poco a poco vi como su gesto cambiaba y se excitaba cada vez más. Eso me complacía sobremanera por lo que continué adorándola. Dejé un reguero de besos por su cuello y escote mientras acariciaba su cuerpo y nos hacíamos uno, estocada tras estocada.
-Emmett.-suspiró sosteniéndose de mis hombros.
-Lo sé nena.-suspiré apretando sus muslos mientras apartaba un mechón de cabello de su frente. La cual comenzaba a humedecerse.
-Voy a...-se mordió los labios con fuerza.
-Hazlo.-le dije jodidamente caliente. Tras eso ella se corrió de nuevo y yo me fui tras ella. Había sido increíble.
-Te amo, nena.-Froté mi nariz contra la suya en tanto nos recuperábamos antes de dejar un último beso en sus labios y salirme de ella.
-Iré al baño.-Se levantó del escritorio y se metió ahí. Y yo me quedé esperando a escuchar algo lindo de ella de vuelta pero no, simplemente se metió al baño. Bufé y arreglé mis pantalones.
-¿Emmett?-Me llamó desde el otro lado.
-¿Si, nena?-Me acerqué.
Ella abrió la puerta.-¿Te importaría devolverme mis bragas?-Se mordió el labio, viéndose condenadamente adorable.
Yo suspiré y las saqué de mi chaqueta:-¿Segura que las necesites?-Pregunté divertido y ella me las arrebató de la mano.
-No es gracioso, Emmett.-Dijo enfadada.-O ¿acaso quieres que no las use cuando esté con todos esos hombres?-Se cruzó de brazos y yo fruncí el ceño. Obviamente no me hacía nada de gracia esa idea.-Que por cierto, no sé porque solo hay una mujer más en el equipo.-Cerró la puerta otra vez.
-¿Rose?-me acerqué a la puerta del baño con curiosidad. No podía entender que le ocurría ahora a mi mujer.-¿Qué ocurre?
-Nada.-dijo desde el otro lado. Se quedó un par de segundos en silencio.-Aunque como te he dicho antes. No entiendo porque solo hay una mujer en el equipo.
-Ehhhhhh.-me quedé pensativo.-Pues, no lo sé.-dije simplemente.-No lo había pensado nunca.-me di de hombros.
-¿Enserio?-dijo incrédula y suspiró molesta. No iba a soportarlo más, así que entré en l baño y la encaré.
-¿Qué te pasa nena?-pregunté apoyándome en el lavabo.-La verdad.-dije mirándola.
-¡Dios!-Se quejó.-Aún parezco que acaban de darme un buen revolcón.-
-¿Y no lo fue?-Sonreí con suficiencia.
Dejó de verse en el espejo para volver a verme. -Pásame mi bolso.-Pidió entrecerrando los ojos, así que salí y fui por él.
-Toma.-Ella lo agarró.-¿Qué tiene de malo?-Me encogí de hombros.
-Pues eso. Que no estaba entre mis planes follar contigo en tu oficina en mi primer día.-Contestó en tanto se retocaba.
-Oh vamos, ambos lo necesitábamos y lo disfrutamos.
-Lo hacemos a diario y más de una vez casi siempre.-Señaló.
-Pero, ¿Qué es lo que te molesta? Sigo sin entenderlo.
-La gente ya está hablando de mí y ahora con esto...-Suspiró.-Es darle más motivos para hablar.-Rodó los ojos.
-Bueno tú eres mi mujer y esta es mi compañía.-Fruncí el ceño.-Si alguien tiene un problema con eso que me lo diga a la cara.
-Para ti es fácil.-Se dio de hombros.-Pero a las mujeres todo se nos reprocha y cuestiona.
-Rose...-dije sin saber muy bien que decir. Probablemente si decía algo sobre este tema acabaría enfadándose conmigo más todavía.
-¿Qué?-dijo confundida.-¿Sabes qué?-dijo enfurruñada.-No digas nada. Nunca lo entenderías.-guardó su maquillaje en la bolsa y me miró a través del espejo.
-Pues házmelo entender.-dije simplemente.
-Es que nunca podrías sentirlo de la misma manera que nosotras Emmett.-suspiró.-Si disfrutas de tu vida sexual abiertamente tienes la completa aprobación de todos pero nosotras ya somos consideradas putas por eso.-Bufó.
-Tú no eres eso.-Fruncí el ceño.-Eres mi mujer.
-Ya déjalo, Emmett.-Salió del baño.-Es hora de ir a la reunión.-caminó hacia la puerta.
-Rose.-La tomé del brazo con suavidad antes de que saliera. Ella se dio media vuelta y yo agarre sus manos.-Te amo, ¿Si?-Su mirada se suavizó.-Cuentas con mi total apoyo en todo.-Besé sus manos.-No lo olvides, ¿De acuerdo?
-De acuerdo, Emmett.-dijo con una mirada tierna.-Sé que me apoyas.-suspiró.-Pero... entiende que me resulte incómoda la situación. Quiero que me tomen enserio.
-Lo harán nena.-dije convencido.-No conozco a nadie que sepa tanto como tú de derecho o leyes.-dije haciendo un gesto divertido haciéndola reír.
-Emmett.-suspiró.-Esto es serio.-rodó los ojos.-De verdad, quiero y necesito que esto salga bien. Vayamos a la reunión ¿está bien?
-De acuerdo jefa.-le dije sonriendo divertido. Ella rodó los ojos y comenzó a andar hacia la sala. Yo sonreí divertido y disfruté de verla tan segura. Era muy caliente.
Sin embargo, ella se detuvo a contestar una llamada y se alejó de mí unos cuantos metros. Decidí esperarla a un lado del pasillo.
En eso un par de empleados iban hablando entre sí. No pude evitar escuchar lo que comentaban.
"¿Ya viste a la chica que ocupará el puesto de Michael?"
"Oh sí. Está muy caliente"
"¿Qué no saben quién es?"-Se sumó otro a la conversación.-"Es Rosalie, la esposa del señor Cullen"
"Vaya suerte que tienen algunos"
"Solo hace falta una cuenta con muchos millones para tener a la chica más caliente"
"Oh no hay duda que el jefe está comiendo muy bien".
Decidí cruzarme en el pasillo solo para verlos babear por mi mujer. Eso me enfureció. Al instante dejaron de reír y se pusieron realmente nerviosos de verme ahí.
-Se... Señor Cullen.-Aclaró uno de ellos su garganta. Los tres estaban intimidados con mi presencia.
-Buenos días.-dije visiblemente molesto. Ellos asintieron incómodos.-¿Iban a la junta?-pregunté de nuevo tratando de contener mi rabia.
-Sss...Si.-respondió incómodo el que iba en medio.-Señor Cullen.
-Bien.-dije simplemente antes de suspirar y volverlos a mirar.-Y...¿no encontraban mejor tema de conversación que hablar sobre mi mujer?-dije sin más. Vi como tragaban nerviosos.
-Eh...-los tres comenzaron a balbucear como idiotas.-No era nuestra intención decir algo que pudiera incomodarlo.-dijo uno sin más.
-¿De verdad?-dije sin poder creerlo. En ese momento Rose llegó de atender su llamada.
-¿Emmett?-ella había estado observando desde donde estaba.-¿Qué ocurre?-dijo girándose para mirar al trío de babosos que no podían disimular su asombro.
-Nada de qué preocuparte, Rose.-Aseguré.-Es algo que no volverá a suceder.-Los vi molesto y los tres asintieron.-Perfecto, porque no quiero volver a escucharlo.
-Lo que usted ordene, señor.-Respondió uno de ellos y los demás asintieron, luego se excusaron y nos dejaron solos.
-¿Qué fue eso?-Preguntó de nuevo.
-Solo comentarios molestos, nena.
-¿Ves?-dijo molesta suspirando.-Te dije que habría comentarios negativos.-dijo mordiéndose el labio y viéndose terriblemente adorable.
-Oye.-yo la tomé de los hombros.-Y yo te dije que voy a estar aquí contigo todo el tiempo ¿si?-ella asintió con una tímida sonrisa.-Estaré apoyándote porque eres la mujer más segura y más inteligente que conozco y, si esos idiotas no saben verlo a la primera, estoy seguro de que les demostrarás quien es Rosalie Hale-Cullen.-dije divertido dejando un beso en su sien antes de entrar a la sala de juntas. Ella me apretó la mano antes de soltarse y entró. Yo tomé mi móvil y le escribí un mensaje.-"Ve a por ellos nena". Vi como sonreía disimuladamente antes de volver a meterlo en su bolso y mirarme para comenzar con la reunión.
Obviamente la incorporación de Rosalie al equipo había generado diversas opiniones y reacciones. Cuando lo hice oficial pude notar ciertas miradas de recelo y otras de aprobación. Por supuesto Michael Buchanan era el más escéptico y mi suegro era el más motivado.
-Hola a todos.-Rose se colocó en la silla que estaba entre la de su padre y la mía.-Y a todas.-Lauren, la única mujer de mi equipo sonrió con complicidad al saludo de mi mujer. Solo con ese simple gesto se la había ganado. Antes de seguir hablando suspiró.-Probablemente la mayoría de ustedes sepan quién soy.-miró con desinterés a la bancada de hombres que la escuchaba atentamente.-Otros tal vez no tengan ni idea. Pero déjenme dudar debido a los cuchicheos y miradas que se me han dirigido desde que llegué.-tomó un trago de agua y volvió a hablar.-Lo más seguro es que duden de mi capacidad para llevar este departamento debido a varios factores.-rodó los ojos y comenzó a enumerar.-Estoy relacionada a esta empresa por mi marido y mi padre, y la razón más patética pero de la cual estoy segura que a muchos se les está pasando por la cabeza; es que soy una mujer.-bufó.-Pues, les invito a visitar mi LinkedIn. Está abierto, pueden verlo, si quieren.-dijo con ironía.
-Señor Cullen.-dijo molesto Buchanan.-¿Nos ha reunido para esto?-dijo con ironía. Rose estaba muy molesta. Ni siquiera le había dirigido la mirada.
-Michael, si tienes algo que aportar debes de pedirle la palabra a Rosalie. Es ella la que está hablando.
Él me vio indignado y muy reacio le dirigió la palabra.-Señorita, ¿Nos ha reunido aquí solo para alardear de sus títulos? Francamente nos está haciendo perder el tiempo.
-Con todos mis respetos, Señor Buchanan.-dijo Rose bastante molesta. Su paciencia estaba comenzando a acabarse.-Los he reunido porque la gestión de este departamento está siendo nefasta.-dijo simplemente. Michael parecía que iba a colapsar en cualquier momento y el resto de hombres no podían estar más sorprendidos. Ni qué decir de mi suegro. Él no podía estar más orgulloso de su hija.
Y la reunión básicamente siguió de esa forma. Rosalie sacando los errores cometidos y dando nuevas indicaciones. Yo no tenía nada más que hacer ahí. Las cosas ahora parecían estar bajo control.
Sin embargo, luego de la junta Rosalie pidió a solas una reunión con su equipo para temas más puntuales.
Tras eso, me fui a mi despacho. Mi chica tenía la situación totalmente controlada, y yo no podía sentirme más tranquilo con ella al mando. Más tarde le preguntaría cómo había ido todo.
Rosalie Pov
Luego de reunirme con mi nuevo equipo, tuve que pasarme un rato a la oficina para revisar los avances de Mark y para entrevistar a otros candidatos que ocuparían su antiguo puesto. De todos la única que me convenció fue Makenna. Era una chica muy inteligente y decidida. Y estaba segura que con Mark harían una excelente dupla.
Dadas mis nuevas responsabilidades en la compañía de Emmett, necesitaba más personas aquí que pudieran sacar adelante las investigaciones de los casos que teníamos en curso bajo la más mínima supervisión. Owen, el socio mayor del bufete estaba de acuerdo con la idea, incluso había sugerido que incorporáramos universitarios de último año también, dado la creciente demanda de clientes que habíamos tenido.
-¿Rose?-de repente la voz de Bella me sacó de mis ensoñaciones.-¿Estás ahí?-simplemente asentí.
-Rubia ¿en qué andabas?-esa fue Leah.-Parece que ser la jefaza del departamento jurídico en la empresa de Emmett tiene ocupados tus pensamientos.
-Anda venga ya.-bufé molesta.-¿Qué dices?-rodé los ojos mientras caminaba al mini bar y me servía una copa del wishky caro de Emmett.
-Rose, ¿estás segura de eso? Porque tengo munición si quieres.-dijo Bella divertida señalando unos cuantos cigarros.
-Eso es...-Leah la miró asombrada.
-Algo de diversión nada más.-dijo Bella sonriendo.-Rose necesita despejarse ¿no crees?-dijo mirando a la morena con curiosidad.
Nos habíamos venido a mi apartamento después del almuerzo. Como bien decía Bella necesitaba despejarme de todo. Había sido un día intenso con todo lo de Cullen & Co.
-Aunque...-Registró su bolso y sacó una bolsita.
-¡Nooooo!-Chillé divertida al ver de qué se trataba.
-Ajá.-Una sonrisa pícara se dibujó en su rostro.
-Con las ganas que tenía de un buen porro.-Chilló Bella arrebatándole la bolsita a Leah.
-¡Están locas!-Volví con mi copa y le dí un sorbo. Estaba horriblemente fuerte. No sé cómo a Emmett le gustaba esto. La dejé en la mesa de cristal de la sala y me senté con ellas.
-A mí se me antojan unos brownies.-Dijo Leah viendo a Bella.
-Oh no ni creas que voy a cocinar esa mierda.-Se quejó pero no pudo resistirse a su puchero porque momentos más tarde ya estaba en la cocina preparando los brownies con el toque especial.
-Oye, rubia. ¿Recuerdas la pipa que te regalé aquella vez?-Preguntó Bella.-¿Aún la conservas, verdad?
-Creo que está en algún lugar de la alacena.-Fui a buscarla hasta que finalmente la encontré.
-La tenías bien escondida, ¿Eh?-Rio Leah.
-Ni tanto de todas formas Emmett rara vez cocina algo.-Reconocí.
-¿Y acaso crees qué te regañaría?-Alzó una ceja Bella.
Yo fruncí el ceño.-No es eso.-Dije molesta.-Es solo que Emmett no fuma, así que sigamos con esto en la terraza.-Pedí. No quería que Emmett sintiera el olor a Cannabis al solo cruzar la puerta.
Así pasó el tiempo. Oh dios. Realmente necesitaba un tiempo así con mis amigas después de toda la locura del día. Estaba tan relajada. No íbamos a mentir, las tres lo estábamos.
-¡Y entonces le dijo que se casara con ella!-dijo Leah escandalizada haciéndonos reír.-Estaba claro que era para llenar el vacío emocional que le había dejado la otra.-bufó rodando los ojos.
-Lo dices porque tú sabes mucho de eso ¿verdad?-dijo Bella dándole una calada a la pipa.
-Oh cállate.-bufó la morena molesta.-Rose...¿a que tengo razón?-simplemente me miró y no pude evitar la carcajada que amenazaba con salir desde hace rato.
-Dios ya te ha subido.-dijo Bella divertida negando con la cabeza.
-Siempre has sido la que peor aguante tiene, rubia.-me sonrió con cariño.
-Oye...-suspiré tranquilamente y la miré de nuevo.-Solo cállense ¿si?-dije señalándolas con mi dedo índice, ellas asintieron divertidas.
El tiempo estaba pasando tan difuso que ni sabía qué hora era hasta que escuché voces en la puerta de entrada.
Y casi me atraganté con lo que acababa de inhalar al ver la imponente figura de Emmett en la puerta de la terraza de brazos cruzados viéndome fijamente. Y lo peor de todo era que no estaba solo.
-Dios, ¿Rose estás bien?-Me preguntó Leah preocupada dándome palmadas en la espalda.
-Oh mierda.-Soltó Bella por lo bajo al ver a mi suegra con esa mirada desaprobatoria parada junto a Emmett.
-¡Oh por Dios!-Esme no podía ser más escandalosa. Y era realmente molesta. Sobretodo en las condiciones en las que me encontraba.-¡Hijo! ¿Tú sabias de esto? ¡Por Dios! Tú mujer y sus amigas andan invocando a Bob Marley en tu apartamento. ¿Y tú no dices nada?-rodó los ojos bufando. Parecía que iba a darle un colapso.
-Madre, ven acompáñame.-Pasó un brazo sobre sus hombros y la sacó de ahí.
-Vaya escena que le hemos montado a tu suegra.-Se echó a reír Leah.
-Oh ya basta.-Me quejé.-No le ha caído en gracia, obviamente.-Dije recogiendo las cosas sintiéndome un poco mareada.
-Admítelo que fue divertido.-Me animó Bella riéndose.
-Se me cae la cara de vergüenza.-Admití.-Nunca imaginé que vendría ahora y...
-Tranquila, la próxima vez podemos hacerlo en la casa de Bella o en la mía.-Guiñó Leah divertida.
-Oh solo cállate ¿quieres?-dije molesta.-Es que no me lo puedo creer.-suspiré.
De repente escuché que Emmett me llamaba. Mis amigas se quedaron en silencio, aunque no podían evitar reírse por lo bajo.
-¿Rosalie?-volvió a llamarme.
-Uhhhhh.-Bella dijo por lo bajo.-Si no te llama Rose o nena...
-El magnate está enfadado...-canturreó Leah por lo bajo.
-Shhhhh.-chisté.-Callaos.-dijo eso y decidí respirar profundamente antes de salir. Estaba mareada así que me apoyé en la pared. Emmett tenía la copa que antes había llenado con wishky.
-¿Y bien?-Alzó una ceja.-¿No pensabas contarme sobre tus planes de "celebración"?-Preguntó con ironía.
-No estoy celebrando nada.-Rodé los ojos.-Solo estaba pasando un rato con mis amigas.
-Y decidiste abrir una de mis botellas.-Tomó en sus manos la que estaba abierta mientras negaba con la cabeza. Y se puso a reír.
Yo lo vi confundida.-Oh Rosalie.-Suspiró en tanto se acercaba hacia a mí y pasaba una de sus manos en mi rostro.-Es muy fuerte para ti que tienes un aguante nefasto con el alcohol.
Yo iba a replicar.-Bueno en vista que la reunión con tus amigas está por terminar.-Tomó mis manos.-Ve a vestirte iremos a cenar.-Ordenó.
-¿Qué?-Exclamé incrédula con lo que acaba de escuchar. Yo no estaba en condiciones de salir.
-Vamos no hagas esperar a mi mamá, ya tuvo suficiente con la escena de allá fuera.
-Emmett, ¿Por qué no me lo dijiste antes?-Pregunté molesta.
-Hubieras pensado antes que drogarte a media semana no estaba bien.-Replicó.-Además te dejé un par de mensajes e incluso unas llamadas pero no me contestaste y ahora veo porqué.-Dijo molesto.
Yo suspiré. La verdad ni sabía dónde me había dejado el teléfono
-La verdad es que no tengo idea de donde lo he dejado.-dije pensando en alto.
-Ya me lo imaginaba.-bufó molesto.-Siempre andas con el móvil y cuando te llamo yo nunca contestas.
-Por dios, Emmett.-suspiré realmente molesta.-No estoy para eso ahora.-dije sentándome en el sillón mientras respiraba profundamente para evitar el mareo que estaba sintiendo.
-¿Tengo yo la culpa de que decidieras drogarte un miércoles?-dijo incrédulo.
-¡Ay Emmett! ¡Para ya!-le dije molesta.-Tampoco es como si me hubiera metido cocaina.-rodé los ojos.
-Ya que solo fue algo "suave" lo que te metiste-Dijo irónico.-Ve a vestirte.-Ordenó-Yo me encargaré de despedir a tus amigas.
Ya sin fuerzas para seguir discutiendo, decidí hacerlo. Quería mantener las cosas en paz entre nosotros. Por suerte no me crucé con Esme mientras me dirigía al armario a buscar qué demonios ponerme. Elegí qué ponerme en un tiempo récord. Mientras me estaba retocando sonó mi teléfono. Al parecer lo había dejado en el dormitorio.
Era un mensaje de Bella. Quejándose por la actitud de macho de Emmett. ¡Qué novedad! Solo rodé los ojos y le escribí diciéndole que más tarde la llamaría.
-¿Rosalie?-volví a escuchar a Emmett llamándome desde abajo.
-¡Ya voy!-dije antes de coger mis cosas y bajar a su encuentro.
Y ahí estaban los dos. Esme me seguí viendo con desaprobación mientras que Emmett me sonrió y me ofreció su brazo. Su madre se adelantó un poco, dejándonos solos.
-¿Por qué estamos saliendo ahora con tu madre?-Le pregunté en voz baja.-¿Es su cumpleaños?-Pregunté preocupada.
Emmett negó.-Mamá se sentía sola y quería compañía así que le ofrecí que saliéramos a cenar los tres.-Me explicó. Emmett era un buen hijo después de todo. En cambio yo... Apenas hablaba con los míos. Me hizo sentir mal un poco. Mañana le llamaría a mamá para preguntarle cómo estaba o invitarla a comer. Ya se me ocurriría algo.
Bajamos en silencio por el ascensor y luego nos subimos a la limusina, acompañados siempre por los matones de Emmett.
-¿Acostumbras a hacer esto a menudo, Rosalie?-Preguntó Esme que se encontraba sentada frente a nosotros. Emmett le dio un ligero apretón a mi mano que él sostenía desde que nos subimos. Esperando que le contestara a su madre. Él también quería saberlo.
-No.-negué rápidamente.-Por supuesto que no, Esme.-dije bastante avergonzada.-Solo estaba con mis amigas y bueno...-me di de hombros.
-¿Te dejaste llevar?-preguntó algo incrédula. Yo asentí cabizbaja dándome de hombros.
-Déjame adivinar.-dijo Emmett divertido.-Fue Bella ¿verdad?-yo lo miré molesta.-Siempre he pensado que es una mala influencia para ti.-dijo sin más. Yo abrí los ojos sorprendida. ¿Quién se creía? ¿Mi padre?
-¿Y a ti qué te pasa?-Exclamé indignada.-Ni mis padres me cuestionan tanto como tú.
-Bueno, alguien tiene que preocuparse por ti.-Sonrió con superioridad.-Además soy tu marido.
-El hecho que seas mi marido no significa que tengas derecho de cuestionar mis amistades.-Dije realmente enfadada iba a decir algo más pero caí en cuenta que no estábamos solos. Su pobre madre lucía escandalizada, así que recobré la compostura. Emmett en cambio, estaba disfrutando todo esto. Desgraciado. Le encantaba provocarme aún más bajo las circunstancias en las que me encontraba.
-Lo siento, Esme. No era mi intención causarte una mala impresión.
-Espero que no se vuelva un hábito.
-Lo prometo.-Aseguré y vi como Emmett se estaba aguantando la risa. ¡Ugh! Solo quería golpearlo por hacerme pasar momentos bochornosos delante de su madre.
Finalmente llegamos al restaurante donde Emmett había hecho la reserva para cenar. Yo simplemente suspiré. No estaba en condiciones de estar aquí. Solo de pensar en la comida, se me revolvía el estómago. Suspiré de nuevo. Entramos y el metre nos llevó hacia la zona de atrás, el cual era el lugar más exclusivo.
-Gracias cielo.-Esme le sonrió a su hijo de manera maternal ya que este le había retirado la silla. Yo rodé los ojos y me senté sola, no necesitaba que nadie me la apartase. Emmett no dijo nada, y lo agradecí.
-No hay de qué ma.-sonrió.-¿Qué van a pedir?-nos miró.-Yo invito a las dos mujeres más importantes de mi vida-Nos miró con cara de corderito.
Su madre se decidió por una pasta mientras que yo seguía con la mirada clavada en el menú sin saber qué pedir. No tenía nada de hambre, si comía algo seguro vomitaría. Y no, suficiente espectáculo había dado ya como para sumar otra escena más.
-¿Y tu querida?-Tomó mi mano haciéndome volver a la realidad.-¿Ya decidiste? ¿O quieres que ordene por ti?-Preguntó. Dios. Hasta el mesero se había acercado a tomar nuestra orden y yo ni cuenta me había dado.
-Agua.-Dije simplemente.
-¿Solo agua?-Preguntó incrédulo Emmett pero no me dejó contestar porque al instante ordenó lo mismo que su madre había ordenado para mí también.
-Emmett, no me voy a comer todo eso.-Dije cuando su madre se levantó hacia el baño.
-Tienes que comer algo.-Contestó.-No puedes estar con el estómago vacío.
-No tengo hambre.
-Bueno puedes dejármelo a mí.-Le restó importancia. Por supuesto, Emmett comía en cantidades industriales-Pero pide algo más para ti.
Yo bufé.-Está bien.-Le pedí al mesero nuevamente el menú. Y me decidí por un postre de chocolate.
-Solo vas a pedirte un postre de chocolate.-dijo simplemente y no era una pregunta.
-Sí, Emmett.-dije simplemente bebiendo agua.-Solo voy a tomar un postre de chocolate.-dije tranquilamente.-Si tomo algo más voy a vomitar.
-Rosalie.-dijo nervioso tomando mi mano.-¿Qué mierda te has metido?-preguntó molesto.
-Ya lo sabes.-suspiré mirándolo.-Alcohol y marihuana.-dije mirándolo desconfiada. ¿A dónde quería llegar con esto?
-¿Segura?-Me vio sospechoso.-Luego hablaremos.-Dijo y sonrió de vuelta al ver que su madre había regresado.
Gracias al cielo, la cena continuó tranquila y Esme milagrosamente no estuvo tan pesada o quizás era porque yo me sentía relajada. En fin, cuanto menos sentí ya nos estábamos despidiendo. Dejamos a Esme en su casa y luego nos fuimos a nuestro apartamento.
-¿Puedes andar?-Preguntó Emmett cuando nos bajamos del auto.
Yo sonreí.-Por supuesto Emmett, he sido capaz de mantenerme en pie toda la noche.-Sin embargo, había estado a punto de tropezarme con uno de los escalones de la entrada del edificio.
Emmett suspiró y se agachó para segundos más tarde cargarme sobre su hombro.-Maldición, Emmet.-Me quejé.-Ahora sí me siento en las nubes.
Él simplemente rio y camino con paso constante. Saludó al sujeto de la recepción como si nada fuera de lo normal pasara.-Bájame.-Pedí cuando ya estábamos en el ascensor.
-No voy a bajarte Rose.-suspiró dándome unas palmaditas en el trasero.-No hasta que lleguemos a casa.
-Me has llamado Rose.-dije sonriendo divertida.
-¿Y qué con eso?-dijo confundido.-Todo el mundo te llama Rose.
-Ya. Pero tú llevas todo el día llamándome Rosalie.-dije simplemente esperando que lo entendiera.-No Rose.
-Estaba molesto.-dijo simplemente. Llegamos al piso y cuando abrió la puerta me dejó en el suelo con cuidado.-¿Qué quieres que te diga? No me esperaba esto de ti sinceramente.-dijo sorprendido.
-Oh vamos Emmett, no estaba haciendo nada malo.-Puse un puchero.-Solo estaba relajándome con mis amigas.
-Por suerte estabas en casa y no en alguna fiesta con otra gente y...
-¿Qué estás insinuando?-
-Me preocupo por ti. Es todo.-Yo entrecerré los ojos.-Amor, para nadie es un secreto que a ti se te da fatal beber y ahora mezclarlo con algo más...-Suspiró.
-Oye, tampoco estoy tan mal.-Me quejé.
-¿Segura?-Me vio incrédulo.
-Pues no porque hasta me obligaste ir a cenar con tu madre.
-¿Qué querías que hiciera?-dijo molesto.-¿Qué te dijera que te quedarás aquí? ¿Así?-me señaló molesto.
-Ay Emmett.-suspiré.-Estás haciendo una bola de todo esto.-dije sentándome en el sofá quitándome los zapatos.
-No es cierto.-dijo sin más.-Es normal que me enfade al ver esa nueva parte de ti que por supuesto no conocía porque no me habías contado.-Se dejó caer junto a mí en el sofá.-A ver, cuéntame, ¿Qué otras sustancias ha consumido, mi adorada esposa?
-Ya te dije que solo marihuana.-Dije cansada de repetirlo una y otra vez. Ni mis padres me habían fastidiado tanto con el tema.
-No solo hablo de ahora. Me refiero durante toda tu vida.
-No he probado la heroína ni LSD si es eso lo que quieres saber.
-¿Y la coca?-Alzó una ceja.
Yo negué.-Solo marihuana y hachís..-Me encogí de hombros.-Y no lo hago con mucha frecuencia.-Aseguré.-De hecho, tenía años de no hacerlo.
-Hasta que apareció Bella con su con sus hierbas, ¿No?
-Eso era de Leah.-Lo corregí.
-Ahh. ¿Así que también ella?-Alzó las cejas sorprendido.
-¿Por qué te has puesto tan intenso con el tema? No es para tanto.-Me recosté en su pecho y él suspiró pasando su brazo sobre mis hombros.
-Verás nena...-suspiró.-No es nada, simplemente me sorprendió eso de ti.-dijo sin más. Parecía sincero, pero le miré confundida esperando que dijera algo más.-No sé, eres una mujer tan responsable que nunca pensé que hicieras eso.
-Emm.-lo miré sorprendida a los ojos. Bueno, tanto como yo podía enfocar pero...sí, lo hice.-Yo a veces necesito sentirme liberada ¿sabes? Tengo mucha presión encima y ahora súmale llevar el departamento jurídico de tu empresa.-bufé.
-Osea que...¿necesitabas drogarte para despejarte?-dijo incrédulo.-Rose, la gente hace yoga o medita, no se fuma un porro para sentirse mejor.-rodó los ojos.
-¡Vale ya Emmett!-dije molesta.-¿Te monto una escena yo porque te embriagues con tus amigos?-dije enfadada.
Él sonrió.-A mi no me pega tan fuerte como a ti.-Besó mi frente y pude sentir como su enfado iba quedando atrás. Sin embargo, ahora yo era la que estaba enfadada. Volví a verlo y noté que su semblante había cambiado. Estaba cabizbajo, intento disimular pero a mí no me engañaba.
-¿Qué sucede?-Pregunté.
-Nada.-Se puso de pie.-Ven, vamos a dormir.-Tomó mi mano.
-Hay algo que no me estás diciendo.-Insistí.
Él simplemente me ignoró y volvió a cargarme en su hombro.
-¡¿Por qué tienes que hacer esto?!-Chillé.
-No voy a ver cómo te tambaleas mientras subes las escaleras. Además es divertido.-Al idiota parecía hacerle gracia fastidiarme hasta el último momento.
Finalmente llegamos y me dejó sobre la cama con cuidado.
-Entonces, ¿No vas a contarme nada?-Tomé su mano antes que se marchara. Él suspiró y se sentó en la orilla de la cama.
-Se llamaba Peter.-dijo sin más. Y yo me quedé aún más confundida.-Éramos amigos desde el instituto.-dijo removiéndose incómodo mientras miraba hacia el suelo.
-¿Qué pasó?-dije preocupada abrazándolo por la espalda.
-Ambos íbamos a Brown.-sonrió con pena.-Él...-suspiró.-Consumía drogas, Rose.-yo no dije nada. Solo dejé que se desahogara.-En una fiesta de la facultad, se pasó. Y... le dio una sobredosis.-apretó los puños enfadado.-Murió, Rose.-me miró y a mí se me partió el corazón de verlo así.-Mi amigo murió por esa mierda.
-Lo siento, Emmett.-Dejé un beso en su espalda.
-¿Ahora entiendes por qué es un tema delicado para mí?-Preguntó con rabia. Yo asentí.
-No podría pasar por algo así de nuevo. Mucho menos contigo, nena.-Suspiró dándose la vuelta y acariciando mi rostro.-Tú eres mi mundo.-Dejó un corto beso en mis labios cargado de ternura. En mis ojos ya se habían formado lágrimas. Ya me había puesto sensible.
-Emmett.-dije incapaz de contener las lágrimas que ya corrían libres por mi cara.-Yo...
-Lo sé, mi vida.-sonrió limpiando las lágrimas con su pulgar para luego dejar un beso en cada mejilla.
-Te amo.-dije sin más.-Te quiero muchísimo, Emm.-dije mirándolo fijamente.-Perdóname.
-No lo sientas.-sonrió con ternura.-No sabias nada, nena.-acarició mi espalda con cariño.-Al menos estabas en casa, no por ahí sola.-apretó los puños.-Solo de pensar que alguien pudiera aprovecharse así de ti... En ese estado... Yo no sé.
-Shhhh.-lo insté a callar y lo abracé para acurrucarme en sus brazos. Era donde más segura me sentía últimamente.
Emmett Pov
Luego de esa confesión que le había hecho a Rose, ya me sentía más tranquilo. Ella había entendido mi punto del por qué mi aversión a las drogas. Incluso más de alguna ocasión la descubrí haciendo algo de yoga y meditación en la terraza. No pasé por alto el hecho de que retomara mi consejo para sobrellevar el estrés. Eso y unas infusiones naturales o tés.
Ahora me dirigía a un restaurante de la zona en el que había quedado con los chicos. Por supuesto sacaron el tema a colación.
-Entonces, ¿es cierto eso que las encontraste fumando hierba en tu casa?
Yo rodé los ojos.-No solo yo. Mi madre también las vio.-Ambos se echaron a reír.-Y lo peor era que estaban compartiendo con una de esas pipas de la India.
-¿Una hookah? Bella tiene una de esas en casa.-Sonrió Edward.
-No me digas.-Repliqué con ironía.-Pero esta vez no fue su idea al parecer.-dije con un suspiro. Ambos me miraron divertidos esperando mi respuesta.-Leah fue la de la idea. ¡Por dios incluso estuvieron cocinando esos brownies especiales!-Edward comenzó a reír. Sam estaba alucinando.
-Oye viejo.-Ed lo llamó divertido.-¿Te quedaste mudo?
-Es que creía que la idea había sido de Bella.-dijo simplemente.-Me sorprende que Leah... ya saben. Tome droga.-nos miró sorprendido.
-¡Oye! ¿Por qué mi chica es la de la mala fama?-dijo Edward indignado.-Pero tampoco te preocupes viejo.-palmeó su espalda.-No es tan grave.-sonrió divertido.
-Y justo ayer le pedí que se mudará conmigo.-Se rascó la cabeza Sam pensativo.
-¡¿Qué?!-Exclamamos sorprendidos al escuchar esa noticia.
-Ajá. Pero aún no me ha dado la respuesta.-Se mordió el labio Sam.
-¿Y cómo la viste? ¿Estaba emocionada?
-No lo sé.-Se encogió de hombros.-Me dijo que necesitaba pensarlo. Yo sé que su indecisión tiene que ver con Sam Jr. Así que dejaré que se tome todo su tiempo aunque eso me ponga ansioso.
-Oye, no te pongas así viejo.-sonreí palmeando su espalda en señal de apoyo.-Todo va muy bien entre ustedes ahora. No tiene porque darte una negativa. ¿A que no Ed?-dije sonriendo buscando el apoyo del cobrizo.
-Claro Sam.-sonrió.-Además, a Sam Jr le encanta Leah ¿no?-dijo divertido.-¿Por qué ella te diría que no por el?
-Pues por la responsabilidad que supone.-Suspiró.-De hecho... Emily ha sugerido conocerla.-rodó los ojos y bufó molesto.
-¿Y Leah ya lo sabe?
-No, aún no le he comentado eso. Primero quiero conocer su respuesta.
-No tiene por qué ser tan malo.-Dijo Edward.-A lo mejor se terminan haciendo amigas.-Rió y tanto yo como Sam lo vimos mal.
-Edward, no es gracioso. Ambas son de carácter muy fuerte. No sé como termine eso y tampoco me entusiasma pensarlo.
-¡Por Dios!-contestó Edward riéndose.-Ya estás como Emmett imaginándote mil escenarios en la cabeza ¿a que sí?
-¡Oye!-le miré molesto.-¿Por qué siempre tienes que estar metiéndote conmigo?
-Emmett es que lo pones muy fácil.-dijo divertido levantando las manos en señal de rendición.
-Pero es que ahora no estamos hablando de mi.-bufé molesto y miré a Sam.-Mira amigo.-suspiré tomando un trago de mi cerveza.-Yo solo te digo que si se conocen que sea algo rápido. Un café tal vez.-dije alzando las cejas.-Pero si no quieres que se acaben tirando de los pelos... yo atrasaría eso lo máximo posible.
-¿Y tú? ¿Qué tal la marquesa como jefa?-Preguntó curioso Edward.
Yo sonreí.-No saben lo caliente que se ve dando órdenes y poniendo todo en su lugar.
-Ya lo creo.-Acordó Sam.-Más con su carácter implacable apuesto a que no la ha tenido tan difícil.
-Aún así un par de imbéciles han cuestionado su capacidad pero obviamente su gestión ha hecho que se retracten. Ha demostrado estar a la altura del puesto y yo no puedo estar más orgulloso por eso.-Sonreí complacido.
-Pero esa sonrisa no se debe solo al buen rendimiento de Rose como jefa...¿o si?-respondió Edward divertido.
-No.-me reí alzando las cejas.-Acabamos follando en mi escritorio.-dije causando las carcajadas de mis amigos.
-Son dos adolescentes.-dijo Sam divertido.-¡Ni siquiera puedo entender porque follan tanto!-dijo divertido mientras reía.
-Pues oye semental.-Ed me llamó.-No te he dicho que me voy con Bella a Venecia, ya saben la acompaño al Festival de Cine a que presente su corto.-sonrió soñador.
-Enhorabuena, Eddie.-Me alegré por él.-Disfruta esa escapada romántica.-Le guiñé y él se sonrojó. No había duda que Bella ponía todo idiota a mi amigo.
-¿Y cuánto tiempo pasarán allá?-Preguntó Sam.
-Supongo que pasaremos un par de días más a parte de la gala. Ya sabes-Se encogió de hombros.-Para conocer mejor el lugar.
-Ahora que dices eso, se me ha antojado emprender un viaje romántico con mi Rose.
-Enfríate, grandulón. Además no tienes permitido salir del país por la investigación que está en curso. El caso se extenderá un par de meses más o incluso años.
-No sabes cuánto odio eso.-Gruñí.-Ya estoy harto de ese proceso.
-Yo también odio la burocracia.-Secundó Edward.
-Lo sé.-Suspiró Sam.-Pero lo que importa es que no pierdas mucho dinero y que tu tío pague con cárcel por los delitos que ha cometido.
-Luego podrás recorrerte el mundo con tu mujer.-dijo Edward moviendo las cejas sujestivamente.
-Eso espero.-bufé molesto.-Dios, nuestra relación ha sido un drama casi desde que empezó.
-Ni que lo digas.-sonrió Sam en señal de apoyo.
-Yo creo que hasta Rose pasó por el síndrome de Estocolmo.-rodó los ojos Edward. Yo le di un zape molesto.
Tras eso terminamos de comer y decidí volver a la empresa. No tenía ni idea de si Rose estaría ahí en su despacho pero los chicos habían insistido en ir a visitarla. De verdad que eran un completo dolor de trasero.
Así que aquí íbamos los 3 camino a mi compañía. Cuando cruzábamos el pasillo vi que venía Rose en dirección contraria. Estaba hablando por teléfono pero cuando nos vio decidió colgar. Noté sorpresa en su mirada.
-Nena.-Sonreí y me acerqué para dejar un corto beso en sus labios.
-Hola, chicos.-Saludó de vuelta a mis amigos.-No sabía que vendrían.
-Oh sí ya que andábamos cerca quisimos pasar a saludarte.-Dijo Sam.
-Vaya.-mi chica sonrió encantada.-Es todo un detalle por vuestra parte.
-Y...¿Cómo te va todo?-dijo Edward. Rose lo miró confundida.-Ya sabes, siendo la jefaza aquí.-sonrió divertido.
-Oh por favor.-dijo simplemente.-No es para tanto.-sonrió.-Iba a mi despacho, si queréis acompañarme.-dijo divertida.
-¿Ocurre algo?-le pregunté mientras íbamos camino hacia allí.
-No, estaba hablando con Mark.-Le restó importancia.
-¿Quieren tomar algo?-Ofreció cuando ya todos nos habíamos acomodado. Los chicos pidieron café así que su asistente no tardó en llegar con él.
-Tienes una linda vista de la ciudad-Se asomó Edward al enorme ventanal. Ella sonrió encantada.
-Si la verdad es que sí.-me miró divertida.-No puedo negar que me hayan cuidado muy bien desde que llegué.
-Ya saben.-alcé las cejas divertido.-Lo mejor para mi chica.-Mis amigos rieron y Rose rodó los ojos con cariño.
-Y oye Rose.-ese fue Sam.-¿Sigues trabajando en el bufete?-dijo sorprendido.
-Era una de mis condiciones para aceptar la propuesta de trabajar aquí.-dijo divertida.-Obvio, estoy delegando más en mi asistente y estamos contratando más personal y realizando contratos de prácticas con universitarios.-se dio de hombros.-Pero no me pusieron impedimento si seguía dando la talla al 100%-dijo tranquilamente tomando su café.
-No sé cómo lo haces.-Comentó Sam.-Estás tan tranquila con tanto trabajo encima.
Se encogió de hombros.-Me encanta mi trabajo. Además he aprendido a organizar mi tiempo desde que estaba muy pequeña.
-¿En serio?-Pregunté interesado.
-Ajá.-Sonrió.-Sí, me gustaba mantenerme ocupada aprendiendo algo nuevo. Cómo música, idiomas, baile, equitación. Ese tipo de cosas.-Explicó.
-Y ahora encima tienes que aguantar a Emmett.-Señaló Edward divertido y yo lo vi mal.
-Oye.-dije molesto.-¿Qué problema tienes, Edward?-bebí de mi trago.
-Pues que siempre entras al trapo de todo.-dijo el cobrizo divertido.-Y obvio, es divertido, grandullón.-yo rodé los ojos y vi como Rose escondía una sonrisa.
-¿Tú también?-pregunté dolido.
-Ah venga Emm.-sonrió.-Es una bromita.-yo bufé pero lo dejé pasar.-Mira Emm.-Me tomó de la mano dándome un apretón.-Sabes que te quiero con todo y tus defectos.-Dejó un beso en mi mejilla, haciendo que dejara el enfado atrás. Así que yo me acerqué de nuevo hacia ella para poder besarla mejor.
-Bueno, no vayan a ponerse acaramelados.-Intervino Edward adivinando mis intenciones y haciendo que Rose volviera en sí alejándose de mí.
-Eres un aguafiestas.-Me quejé haciendo reír al resto.
-Oye, Rose.-Sam volvió a ver a mi esposa.-¿Has hablado con Leah?-Preguntó inquieto. Rose lo miró confundida.
-Ah...-se removió el pelo y frunció el ceño pensativa.-¿Debería saber algo?
-Ahhhhhh...-Sam se había quedado pensado que decir así que decidí ayudarlo.
-Nena.-yo la llamé captando su atención.-Es que Sam le ha pedido a Leah que se mude a vivir con él.-hice una pausa para que entendiera que iba a continuar.-Lo que pasa que claro, Sam está todo nervioso esperando respuesta porque sabe que a Leah le da apuro irse por el pequeño enano de mi amigo.-me di de hombros.
-Y se te ha olvidado lo mejor, Emm.-dijo Edward divertido.-Emily quiere conocer a la mujer que ocupa ahora los pensamientos de Samuel.-dijo alzando las cejas con sarcasmo.
-Oh vaya. En ese caso dale tiempo a Leah que se organice y no la presiones. Eso sería un gran cambio para su vida.
-Tienes razón. Lo mejor será esperar.-Acordó Sam.
Luego continuamos charlando hasta que Rose tuvo que disculparse porque tenía una reunión.
-Eso ha sido caliente.-dijo Edward divertido refiriéndose a cómo Rose estaba tomando el control de la situación.
-Eres un dolor en el trasero.-dije simplemente rodando los ojos haciendo que Sam riera.-Y ahora si no les importa. Tengo una empresa que dirigir.-sonreí divertido.
Rose Pov
Bella había decidido llevarse a Edward al festival de Venecia así que me encontraba ayudándole a preparar su maleta.
-Estás empacando mucho Bella.-Comenté cuando finalmente logramos cerrar una de las maletas.
-Tal vez me quede unos días más.-Guiñó divertida.
-Uhh veo que tienes planes.-Sonreí.-Cuenta, cuenta.-Pedí.
-Quiero tener una escapada romántica con Edward.-Suspiró.-Él me hace sentir cosas que no había sentido por nadie.-Admitió algo avergonzada.
-Ay Bells.-sonreí, riendo encantada.-¿Te estás enamorando de Ed verdad?
-Tal vez ya lo hice.-dijo sin más mirando fijamente al suelo.
-¡Ayyyyy nena!-chillé emocionada.-Ya era hora de que alguien te hiciera sentir mariposas de verdad.-me reí haciéndole cosquillas.
-¡Ya basta!-Chilló siendo víctima de un ataque de risa y finalmente soltándose de mi agarre para pegarme con una almohada. Yo agarré otra y empezamos a tener una pelea de almohadas. Las dos terminamos riendo tiradas en su cama.
-Oye, ya me dio hambre.-Se llevó las manos al estómago cuando éste rugió. Haciéndonos reír.
-Vamos a comer.-Dije poniéndome de pie y ofreciéndole mi mano a Bella para levantarla. Cuando ya estaba de pie mi teléfono sonó. Era Leah.
-Hola Leah, ¿Cómo estás?
-Bien, oye y si... ¿Vamos a comer? Llamaré a Bella después.
-¡Claro!-Sonreí.-Estoy con ella ahora. ¿Dónde nos vemos?
-Te paso ubicación.-dijo sin más.-Oye rubia.-dijo pensativa.-De verdad que son unas siamesas.-dijo divertida y supe que estaba rodando los ojos. Simplemente reí.
-¿Era Leah?-preguntó Bella sin más. Yo asentí divertida. Sabía perfectamente para que quería que fuéramos a comer.
-Tú sabes algo.-Bella me miró divertida.-Escúpelo.
Yo suspiré.-Sam le pidió hace unos días a Leah que se mudará con él.
-¡¿Qué?!-Exclamó sorprendida.
Yo me encogí de hombros.-Seguramente querrá hablar sobre eso.
-¡Vaya! Oye, ¿Nos vamos en mi auto?-Preguntó.-Es que con ellos encima no tenemos privacidad.-Tenía razón la última vez que viajamos juntas había resultado incómodo por eso.
-Claro.-Cuando salimos de su apartamento les indique que me iría con Bella así que ellos nos siguieron en el otro auto.
-Oye, ¿hasta cuándo tendrás a esos dos hombres siguiéndote a todas partes?-Preguntó Bella mientras conducía.
-Hasta que Carlisle ya no sea una amenaza para nosotros.-Suspiré.-Ya falta poco para que acabe en prisión de una vez por todas. Cada vez hay nueva información que sale a la luz que no lo favorece.
-Eso espero porque no sé cómo no te has vuelto loca ya.-dijo y yo la miré.-Con esos Men In Black detrás siempre.-aclaró y yo asentí.
-Ah.-suspiré.-Ni que lo digas, es desesperante.
Seguimos hablando mientras llegábamos de camino al restaurante. Me sentía muy bien con Bella. Ella era más que una amiga, había sido mi mayor confidente desde antes de la universidad y eso seguía siendo igual ahora. Me alegraba mucho lo que le ilusionaba estar con Edward.
-Oh ahí está.-dije cuando entramos al restaurante y vi a Leah en una mesa esperándonos.-Estaré justo ahí.-les expliqué a los seguratas.
La saludamos y luego ordenamos la comida.
-¡Dios! Extrañaba mucho el sushi.-Admití. Ellas me vieron confundidas.-Es que a Emmett no le gusta.-Expliqué.
-Mejor, así no lo compartes.-Agregó Bella.-Con Edward nos peleamos el último rollo.-Tanto Leah como yo nos reímos.
-Chicas.-Tocó su copa Leah llamando nuestra atención.-Tengo un anuncio muy importante que hacer.-Dio un largo suspiro.-Luego de pensarlo por mucho tiempo he decidido mudarme con Sam.
-¡Oh Dios mío!-Bella y yo chillamos emocionadas a la vez.
-Al final el apuesto abogado consiguió lo que quería.-dijo Bella divertida. Leah rodó los ojos pero sonrió.-No lo intentes morena.-rio Bella.-Estás en una nube y se te nota.
-Lo sé.-admitió la morena embobada tomando un trago de su copa.-Pero es que no quiero perder más el tiempo con Sam.-se dio de hombros.-Siempre supe que era él.
Yo chillé bajito. Su historia era tan tierna y romántica.-Y...¿ya le dijiste?-pregunté.
-Pienso decírselo esta noche.-Se mordió el labio.-Hemos quedado para cenar.
-Me alegro mucho por ustedes.-Sonreí.-No sabes lo feliz que lo harás.
-¿Tú ya sabías sobre esto?-Alzó una ceja.
-Hace unos días los chicos llegaron a visitarme a mi nueva oficina. Y pues Sam estaba realmente nervioso por tu silencio.
-Finalmente acabarás con su suspenso.-Rio Bella.-¿Cómo harás con el niño?
-No vivirá con nosotros.-Se encogió de hombros.-Solamente nos visitará muy de vez en cuando.
-¿Tienen un régimen de custodia compartida no?-pregunté yo curiosa. Mi amiga asintió no viendo realmente por donde iban mis suposiciones.
-¿Qué tiene que ver eso?-preguntó.
-Pues que en esos regímenes.-comencé a explicarle.-Lo lógico es que el niño pase el mismo tiempo con cada uno de sus padres.-dije simplemente.-Ya saben.-Mis amigas me miraban sorprendidas.-Para no alterar demasiado su rutina.
-Ósea que...
-El nene debería de pasar el mismo tiempo con su padre que con su madre, sí.-respondí. Bella comenzó a reírse mientras repetía: "Muy de vez en cuando dices".
-Es normal que te resulte chocante al principio. Pero con el tiempo te acostumbrarás.-La animé.
-De hecho, quién sabe si este nene será la prueba piloto para cuando concibas tus propios retoños.-Le dijo Bella divertida.
-¡Oh cállate Bella!-Dijo molesta-Ojalá que salgas embarazada en Venecia.
-Eso es imposible, ¿lo olvidas?-Rio.-Edward ya se encargó de eso.-Guiñó.
-Te odio.-La fulminó con la mirada.
-Me envidias.-rio Bella.-Que es diferente.-dijo con superioridad tomando un poco de sushi.
-Ah venga.-yo traté de poner tierra entre ambas.-No digas eso. Tampoco es tan malo ¿no?
-Oh dios, tú no.-Bella dijo escandalizada.-Emmett ya está convenciéndote para que tengáis renacuajos.-yo bufé molesta.
-No estamos de hablando de mí.-dije sin más removiéndomela incómoda y volví a mirar a Leah.-Además, tengo que decirte otra cosa para que no reacciones como loca cuando Sam te diga.
-No me asustes rubia. Escúpelo.
-Es muy probable que luego tengas que conocer a la madre del nene.
-Genial tendré que hablar con la tal Emily.-Rodó los ojos.-Lo único que me faltaba es eso. Y todo por mudarme con Sam, ¿no?
-¿Te estás retractando?-Preguntó Bella.
-Por supuesto que no. No dejaré que una zorra me intimide. Es más le diré a Sam que me haga una cita con esa perra y así salimos de esto de una buena vez.
-Ahora mismo estoy segura de que a Emily le están pitando los oídos.-rio Bella divertida.-Y obvio no por algo bueno.-alzó las cejas divertida. Yo no pude evitarlo y reí con ella. Leah era un completo caso.
-Espero que no vayas a hablarle así a ella.-dije divertida mientras tomaba una servilleta para limpiarme.
-Ahora la vas a defender ¿enserio?-dijo molesta.
-No.-reí.-Es solo que no es una buena imagen. Y supongo que ella sólo querrá conocerte.-me di de hombros.
-Querida.-Alzó una ceja.-Te recuerdo que estás hablando con Leah Clearwater, la mejor actriz de Broadway.-Sonrió con superioridad.-Puedo fingir que me cae de maravilla.
-Ugh. Eres la peor.-Rodó los ojos Bella.-A veces no sé si finges con nosotras también.
Leah rio divertida.-Saben que las quiero.-Nos guiñó divertida. Continuamos charlando mientras mi mente estaba en otra cosa.
-¿Y tú en qué piensas?-Llamó mi atención la morena.
-Con Emmett cumplimos 3 meses de casados. Y quería prepararle una sorpresa.
-Uuh cuenta, cuenta.-Demandó Leah con una sonrisa realmente interesada en tanto Bella no se mostraba tan entusiasta con el tema-¿Qué tienes pensado?
-¿Recuerdan el pole que Emmett instaló cuando recién me mudé con él?-Ambas asintieron.-Pues pensaba estrenarlo en esta ocasión especial.
-¡Me parece fantástico!-Chilló Leah.-Si quieres podemos ir a comprar lencería hoy mismo. Yo también necesito nueva para darle la noticia a Sam esta noche.
-¡Genial! ¿Bella vienes?-Volví a verla.
-Claro puedo acompañarlas.
-Y de paso te compras algo para Venecia.-Guiñó Leah haciendo que Bella se sonrojara.
-¡Oh cállate!-Protestó incómoda haciéndonos reír.
Y así siguió la comida con mis amigas. La verdad es que me sentía muy bien, después de todo el relajo que habíamos vivido parecida que poco a poco todo iba poniéndose en su sitio. Además, qué decir de mis amigas. Leah por fin se había confirmado a si misma que quería a Sam y Bella estaba comenzando algo serio de verdad, por primera vez en su vida. Suspiré divertida.
Cuando terminamos de comer decimos irnos de compras, y que mejor lugar que la 5th Avenue.
-Creo que este es mi lugar favorito de toda la ciudad.-dije sin más.-El estrés, el ruido, el movimiento.-me di de hombros.-Siempre me ha parecido fascinante.
-Es capitalismo puro Rose.-dijo Bella rodando los ojos.
-Ay Bella.-Leah se metió en medio.-Qué no estas viendo las jodidas joyas que lleva en la mano.-señaló mis anillos de compromiso.-Eso, si que es capitalismo.-dijo divertida haciendo reír a mi amiga.
-Por dios.-dije tratando de calmarme.-Mátenme por tener una debilidad ¿si?-dije de broma mientras entrábamos a Victoria's Secret.
Empezamos a recorrer el lugar, buscando algo para la ocasión.
Al menos tus seguratas se han quedado afuera.-Dijo aliviada Bella.-Sino me hubiera resultado bastante más incómodo venir a este sitio.
-Ay Bella tú siempre has tenido un poco de aversión a estos lugares.-Rodó los ojos Leah.-Además, esos hombres han comprendido que la jefa quiere algo para consentir al patrón.-Guiñó.
-Oh Leah basta.-Dije sonrojándome.-Gracias por recordarme que no tengo privacidad.
-Ay por dios.-dijo divertida riéndose.-¿Te imaginas la de veces que te habrán escuchado haciéndolo con Emmett?-alzó las cejas de manera sugerente mientras miraba un par de conjuntos.
Yo me sonrojé sin poder evitarlo.-¡Por Dios Leah que vergüenza!-Mis amigas no podían parar de reírse.
-Estoy segura de que Emmett les obliga a ponerse unos auriculares.-dijo Bella divertida.-Con lo posesivo que es... no querrá ni que te escuchen rubia.-Yo rodé los ojos.
-Por cierto... Me doy cuenta que andas un nuevo guardaespaldas.-Dijo Leah viendo hacia afuera. ¿Qué pasó con el moreno guapo?
-Ah.-Dije recordando a Kurt, creo que se llamaba.-Emmett lo despidió.
-¿Por qué?-Preguntó Leah sorprendida.
-Seguramente lo sintió cómo una amenaza.-Bufó Bella.
-Algo así.-Rodé los ojos.-Según él me veía demasiado.
-Se supone que ese es su trabajo, ¿no? Definitivamente está loco.-Soltó de mala gana.
-Es una lástima. A mí me gustaba verlo.-Suspiró Leah.
-Ahora está a cargo de mi suegra.
-Bueno deberíamos de salir con tu suegra, entonces.-Dijo divertida guiñando.
-Ya Leah, enfríate.
Ella rio mientras nos enseñaba un conjunto rojo muy sexy.-¿Qué opinan de éste?
-Wow.-dijo Bella de repente.-De verdad, ¿le vas a decir que te mudas con él o le vas a montar un cabaret como la rubia?-dijo divertida.
La morena rio divertida mientras nos modelaba y enseñaba el bustier.
-Oh Dios mío.-Bella rodó los ojos.-De verdad que son lo peor.-Nosotras la miramos divertidas.-Pues que no me apetece ni quiero imaginarme que van a hacer con eso.-hizo una mueca de asco.
-Sexo Bells.-dijo susurrando la morena en su oreja.-Deberías llevarte este.-Sacó uno del perchero y se lo puso en las manos. Ella me miró pidiendo ayuda.
-A mi me parece lindo.-dije sin más haciéndome la inocente.
-Es que a mí me gusta más verlos puestos.-Admitió.-No yo usarlos.-Dijo incómoda.-Además Kate era la de eso, nunca yo.
-Oh vamos Bella.-La animé.-Deberías de probártelo.
-No tengo tu trasero ni los senos de Leah.-Frunció el ceño.
-Oh vamos deja de ser tan insegura.-Dijo Leah.-Recuerda que a Edward lo traes loco por ser tal y como eres.-Y Leah prácticamente la arrastró hacia uno de los vestidores para que ella se cambiara.
-¡Rose!-Bella chilló molesta.-¡Ayúdame!-yo aguanté la carcajada que amenazaba con salir.-¡No seas zorra!
-¿Quieres callarte?-le dijo Leah molesta.-Estás llamando la atención de la gente.
-¿Qué quieres?-dijo molesta.-La loca de mi amiga me secuestró para que me pruebe ropa interior.-bufó molesta. Yo reí ya sin poder evitarlo.-¡Rose!
-Venga.-le insté.-Que yo también quiero vértelo puesto, querida.-dije sin más.
Finalmente Bella accedió a regañadientes y fue a cambiarse. En eso mi teléfono sonó. Era Emmett.
-Hola nena.-Su voz seductora sonó al otro lado de la línea, haciéndome sonreír como tonta.-¿Cómo estás?
-Hola Emm. Extrañándote.-Y es que Emmett hace unos días había viajado a Chicago para cerrar un nuevo negocio.
-Yo también nena. Llegaré en un par de horas. ¿Te gustó la sorpresa?
-¿Sorpresa?-Pregunté con ilusión.
-Sí, ¿No estás en casa?-Noté un ligero cambio en su tono de voz.
-No, he salido con las chicas.
-Bueno cuando regreses a casa te enterarás. Llámame cuando estés ahí.-Ordenó.
Y ahora Emmett ya había hecho crecer la curiosidad en mí. Quería ir a casa ya para ver de qué se trataba.
-Tengo que colgar. Te amo, nena.
-¿Qué quería ahora?-dijo Bella molesta desde el probador.
-Pues que tiene una sorpresa esperándome en casa.-sonreí embobada metiendo mi cabeza en la cortina del probador para verla.-¡Santo Dios Bella!-dije silbando.-¡Te queda increíble!
Leah se giró rápidamente para entrar a ver también.-¡Wow Bella! Sabía que el azul era tu color.-guiñó divertida.-Pero cuéntanos, que quería el grandullón.
-Nada.-sonreí divertida.-Emmett tiene una sorpresa esperándome en casa.-me di de hombros.-No ha querido decirme nada.-hice una pausa.-Y ahora solo quiero ir a ver qué es.
-Emmett es todo un romántico, ¿eh?-Alzó una ceja Leah.
Yo asentí.-Nunca imaginé que fuera un hombre así. Pero me ha demostrado que estaba equivocada. Es incluso más cursi que yo.-Reconocí haciendo reír a Leah.
-Oigan podrían dejar de hablar del grandulón y ayudarme a quitarme esto de encima-Dijo Bella molesta desde dentro del vestidor. Así que Leah fue ayudarla. Y yo también fui a cambiarme. Me había decidido por un conjunto negro que se complementaba con un liguero y medias del mismo color que hacían un contraste perfecto con mi piel.
-Estás increíble con eso puesto rubia.-me guiñó Leah divertida.
-Lo sé.-dije divertida dándome de hombros. Mis amigas se rieron sin poder evitarlo.
-Emmett sin duda va a volverse loco.-la morena alzó las cejas divertida mientras ayudaba a Bella a desabrocharse el bustier.
-¡Ah!-se quejó mi amiga.-¿Puedes no ser tan bruta?-dijo sobándose la espalda.
-No seas tan quejica.-dijo Leah sonriendo divertida.-Pensaba que te iba esto Bella.
-La del sado es Rose.-dijo sin más bufando molesta.-¡No yo!
Leah se puso a reír.-Es cierto. ¿Y no te pones nerviosa de hacer algo así con un hombre cómo él?
-¿Con un hombre cómo él?-La vi confundida.-¿De qué hablas? Es mi esposo.
-Aún así yo me lo pensaría dos veces de ponerme a hacer ese tipo de travesuras con un tipo tan descomunal cómo él.-Alzó las cejas divertida.
Yo rodé los ojos-¡Ya cállense! Dejen de ventilar cosas sobre mi vida privada.-Susurré molesta al ver miradas curiosas sobre nosotras.
-Oh por favor.-Bella bufó molesta.-¿Ahora te sonrojas?-rodó los ojos.
-¿Saben?-dije de repente.-Creo que voy a irme ya a casa.-miré la hora en mi teléfono.-Emmett no tardará en llegar.
-Reconoce que te mueres por saber que ha preparado el grandote.-dijo Leah divertida.
-Tienes razón.-admití finalmente sonriendo como una idiota.
-¿Y por eso vas a abandonarnos?-replicó Bella molesta.
-Ay venga no seas aguafiestas, Bella.-la morena fue a mi rescate.-Qué nuestra rubia no puede aguantarse las ganas.-alzó las cejas de manera sugerente.
-¡Qué asco!-bufó.-Voy a dejar esto en su sitio.-dijo señalando la lencería que acababa de probarse.
-¡Ni se te ocurra!-Chilló Leah.-Edward te lo agradecerá créeme.-Guiñó haciendo que ella se sonrojara violentamente y murmurando algo que no entendí.
Fui a vestirme de nuevo y a pagar lo que había comprado.
-Bueno, supongo que nos encontraremos después.-Dijo Bella y yo la abracé.
-Ve y diviértete con el patrón.-Dijo Leah divertida mientras me abrazaba.
-Oh cállate ya Leah.
-Bueno para nadie es un secreto que le estás preparando todo un festín.-Señaló mis bolsas de compras.
¡Hola, Hola, Hola! ¿Cómo están? Volví :) Les traigo un capítulo bastante completo! Rose es la jefaza en la empresa de Emmett, se divierte con las chicas y además, nuestro par de tórtolos favorito celebrará su 3 mes de casados que los pobre con todo lo que han vivido ya en su relación... de tragedia en tragedia xd
Antes de nada quiero daros las gracias a tod s l s que leéis la historias y hacéis que esta pareja tan TOP de Crepúsculo no muera nunca. #Rosemmett
Btw: Gracias Tecupi por el SÚPER Review que dejaste hahaha ya andaba preocupada de que me habíais abandonado y sales con este ENORME y tan divertido comentario! Muchas gracias porque me encanto leerte!
Me encanta leeros y que comentéis sobre la historia so... LOS REVIEWS SIEMPRE SON BIENVENIDOS!
GRACIAS POR APOYAR LA HISTORIA!
