Emmett pov
Había llegado el maldito día en el que finalmente firmaría el acuerdo con Heston. Estaba nervioso, no iba a negarlo. Ese hombre era conocido por ser un tiburón financiero y yo solo estaba comenzando a adentrarme en el mundo empresarial. Mi suegro me había dado algunos consejos, al igual que varios de los socios prioritarios de la compañía. Suspiré. Menos mal que tendría a Rose a mi lado. Ella era increíble con estos temas.
-¿Estás listo?-Apareció a mi lado. Yo asentí no muy convencido.-¿Qué ocurre?
-Solo espero que esto acabe bien.
-Y lo hará.-Sonrió ella dándome ánimos.-No te preocupes, tienes la aprobación de todos los socios prioritarios de la compañía para cerrar este acuerdo, un equipo que ha estado trabajando en ello y...
-Y sobretodo te tengo a ti.-La tomé de la cintura y dejé un beso en su cabeza.-Que es lo más importante.-Sonreí.-Gracias por apoyarme, nena.
-Sabes que cuentas conmigo siempre Emmett.-sonrió mientras apoyaba sus manos en mi pecho y me daba unos golpecitos en señal de apoyo. -Pero tú también puedes salir de esto sin problema, créeme.-se separó un poco y acomodó bien mi corbata.-¿Les recibiremos en la compañía?-preguntó.
-Sí.-dije asintiendo.-He mandado un coche a recogerlos del aeropuerto para que los lleve a la empresa. Después desayunaremos y tendremos que ser sus anfitriones durante todo el maldito día.-bufé molesto.
-Oh venga querido.-me animó Rose.-No seas tan negativo ¿quieres? Después de lo ocurrido con Carlisle este acuerdo es algo muy positivo.-Yo asentí. Tenía razón.
-¿Ya te había dicho lo hermosa que estás en ese vestido?-Alcé una ceja coqueto en tanto pasaba mis manos en su trasero.
-Lo sé, me lo dijiste arriba.-Sonrió pícara.-Antes de quitármelo.
Yo reí recordando que momentos atrás terminamos follando en el sofá tantra de su armario.
-Ya, deja de pensar en eso y vámonos.-Se estiró dejando un beso en mi mejilla.-Se nos hace tarde.
-Tienes razón.-bufé y puso un puchero cual niño pequeño que hizo reír a mi mujer.-¡Pero es que en verdad estás espectacular mujer!-dije exagerando mi reacción poniendo mis ojos como platos y viendo como Rose soltaba otra carcajada.
-Vamos Emmett…-tomó mi mano y tiró de mi para que consiguiera salir del apartamento. Momento que no desaproveché para observar el espectacular físico de mi esposa.
Tras eso, ambos nos dirigimos a mi auto para llegar a la compañía. Obvio teníamos que ser los primeros. Sería de muy mala educación retrasarnos a la llegada de nuestros invitados.
El tráfico estaba tranquilo. No nos costó mucho llegar. Cómo siempre nuestra entrada siempre llamaba la atención de los empleados pero ya ambos nos habíamos acostumbrado.
-¿Me acompañas a la oficina?-Pedí.
-Claro.
Cuando ya estábamos dentro, Rose recibió una llamada. Me enseñó la pantalla era una videollamada de Edward. Yo fruncí el ceño. ¿Por qué le estaría llamando mi amigo a mi mujer?
Ella contestó y fue Bella la que salió en pantalla.-Hola Rose-Sonrió.-Ah y grandulon.-Rodó los ojos cuando me vió junto a Rose.
-¿Bella?-Rose contestó confundida y yo simplemente la saludé con un movimiento de cabeza.-¿Qué haces con el teléfono de Edward?-inquirió.
-Ahhhhhh.-Bella respiro nerviosa.-¡Vaya! ¿Te estoy llamando desde su teléfono? ¡Pensaba que era el mío!-bufó.-Ya le dije que pusiéramos fundas para distinguirlos.-dijo pasándose una mano por el cabello.-¡Son idénticos!-se dio de hombros y Rose se mordió el labio aguantándose la risa.
-Seguro.-respondió mi chica.-¿Qué ocurre Bells?
-¡Aggg!-hizo un ruido de frustración.-¡Estoy nerviosa Rose!
-¿Ahora es tu gran noche?
-Ajá ahora exhibirán mi trabajo.
-Tranquila Bells. Estoy segura que terminarás recibiendo una ovación.
-¿Tú crees?
-Claro, tiene una trama muy interesante y tú lo desarrollas de una manera exquisita. Además de la sensibilidad de Edward en la composición... Es un extra.
Se escuchó un suspiro exagerado.-¿Y bien? ¿Qué usarás esta noche?-Cambió de tema mi chica.
Yo decidí sentarme en mi silla mientras Rose se quedó hablando cómodamente en el sofá con su amiga. Yo bufé. La había invitado a mi oficina para que tuviéramos un momento a solas antes de que apareciera Heston no para que se la pasará charlando con su amiga.
Siguieron hablando un par de minutos más hasta que alguien interrumpió a Bella. Al parecer ya le tocaba irse al festival a presentar su corto. Yo aplaudí interiormente. Fuera su intención o no, siempre conseguía quitarme tiempo con Rose.
-Pobre Bella.-sonrió mi chica con nostalgia.-Es de las pocas veces que no la he acompañado a una gala.-dijo algo triste.
-Nena.-la abracé.-No te preocupes ¿si? Le irá muy bien.-froté sus hombros con cariño.-Además, no está sola. Edward está con ella.-alcé las cejas divertido consiguiendo mi objetivo: su risa.
-Tienes razón, Emmett.-sonrió.-Le irá de maravilla.
-¿Señores Cullen?-Ángela llamó con discreción a mi despacho.-Los Heston ya están aquí.-anunció.-¿Les digo que pasen o…?
-Sí, claro.-Respondí.
Y momentos después entraron a mi despacho.
-¡Emmett!
-Brandon.-Intercambiamos un apretón de manos.-Tom.-Saludé a su primo que también lo acompañaba.-¿Y Susan?
-Decidió quedarse en el hotel. Ya sabes cómo son las mujeres.-Noté que a Rose no le gustó mucho ese comentario.
-Bueno les presento a mi esposa,Rosalie. También es mi abogada.
-Mucho gusto.-Sonrió amable mi mujer en tanto los saludaba.
-¿Rosalie Hale? Soy Tom Pickford de Harvard.-Se apresuró a decir el primo y Rose pareció recordarlo.-Ya no supe nada sobre ti, desde que volviste a Oxford y ¡mírate ahora te encuentro hasta casada y de regreso en Nueva York!-Dijo con sorpresa.
Rose sonrió algo incómoda y estuvo a punto de responder pero se vio interrumpida por Heston.
-Eres la misma Rosalie que le lleva el caso a Jack Kirby, ¿cierto?
-Ajá.
-Con razón mi amigo ha perdido la cabeza contigo, si estás hermosa.-La recorrió con la mirada y yo fruncí el ceño aclarando mi garganta. Si se la pasaban todo el tiempo de idiotas con mi mujer esto no iba a funcionar. -Enhorabuena, Emmett.-Volvió a verme.
-Ya sé que soy un hombre afortunado.-traté de seguirles el rollo para no cortar el ambiente. Ambos rieron y vi a Rose hacer un gesto molesta.-Pero no es necesario que me lo recuerden. Señores.-les invité a tomar asiento. Rose permaneció a mi lado.-¿Firmamos antes de conocer la ciudad o lo dejamos para el final de la visita?-sonreí.
-Susan me mataría si volviera a su encuentro sin el acuerdo firmado.-rio Brandon de manera jocosa.-Odia las conversaciones de negocios. Por eso también eres muy afortunado, Emmett.-volvió a dirigir la mirada hacia mi mujer.-Es envidiable lo cómoda que se encuentra la tuya en estos ambientes.
-Disfruto mi trabajo.-Añadió Rose.
-Sin duda. Por algo eras la mejor de la clase.-Intervino Pickford viéndola con ¿Devoción? ¡¿Pero que mierda?!
-Así que cursaron derecho juntos, ¿Eh?
-Un par de asignaturas.-Respondió Rose.
-De hecho fueron 5.-La corrigió Pickford. Rose tendría que contarme sobre esto. ¿Acaso se había acostado con él en la universidad?
-Bueno, podemos revisar el acuerdo una vez más.-Pidió Heston.
Y sin más pasamos a revisarlo una última vez. Básicamente Rose y Pickford estuvieron discutiendo y aclarando algunos puntos.
-Listo.-respondió Rose satisfecha. Yo sonreí orgulloso ya que aunque había estado algo complicado nos habíamos salido con la nuestra en todos los puntos que considerábamos clave en el acuerdo. Ella era increíble.
-Ya solo queda que vosotros terminéis con esto.-sonrió Pickford ofreciendo una pluma a su primo.
Brandon la tomó y estampó su firma en el documento. Tras eso me pasó el bolígrafo para que firmara yo, y así lo hice. Suspiré interiormente, por fin estaba formalizado. Ya solo quedaba ser unos buenos anfritriones para que esa relación profesional durase muchos años.
Así que quedamos para comer más tarde. Cuando por fin quedamos solos pude hacerle la pregunta que estaba rondando en mi cabeza desde hace ratos.
-Rose.-Ella volvió a verme.-Nena, ¿Qué has tenido que ver con el primo de Heston?
-¿Con Tom?-Yo asentí.-Fuimos compañeros en la universidad.-Se encogió de hombros.-Ya lo escuchaste.
Yo me rasqué la sien.-Lo que quiero decir es si tú y él...-Yo suspiré. ¿Cómo podía hacerlo sin que ella se sintiera ofendida?
Ella se cruzó de brazos.-¿Qué si me acosté con él?-Alzó una ceja.-Mira, Emmett a diferencia de ti, he sido más selectiva con mis parejas.-Yo rodé los ojos.- No me acuesto con cualquiera.
Yo solo me le quedé viendo. No tan convencido de lo que me había dicho.
-¿Seguro?-pregunté solo para confirmarlo.
-¡Emmett!-Rose chilló nerviosa.-¿Ya vas a empezar? ¿Enserio? ¡Pensé que había ido bien nuestra cita con el psicólogo que agendaste hace unos días.
-Tiene razón, tienes razón.-repetí varias veces nervioso y negué con la cabeza.-Si tú me lo dices, yo te creo.-sonreí acercándome a ella para darle un beso en la frente.-Pero…¿Qué ha sido eso de decirme que yo no soy selectivo con mis parejas?-alcé una ceja divertido.
-Qué tú pienses que yo me he acostado con todos los hombres que conozco... Es porque tú has estado con la mitad de las mujeres de NY. Yo no he sido como tú, Emmett.-Me vio mal.
-Eso tampoco es cierto. No he estado con tantas.
Ella simplemente rodó los ojos.
-Además, si fui "selectivo" al escogerte a ti para que seas mi mujer ahora.-Sonreí coqueto.
-Desde un principio se trató de un matrimonio arreglado, ¿Lo olvidas?
-Sí pero yo me enamoré de "Rachel" desde que la vi.-Sonreí de lado.-Te pedí matrimonio esa misma noche. ¿Lo recuerdas?
-Ya, Emmett.-Dijo avergonzada.-Deja de recordar eso. Los dos estábamos un poco ebrios esa vez.
-Pero yo estaba completamente seguro de que quería que "Rachel" se convirtiera en mi mujer.-le guiñé haciendo que ella se sonrojara.
-Emmett…-dijo como advertencia.
-Nena es cierto.-dije como algo obvio.-Te dije que casi convencí a mi mamá de anular el compromiso con Rosalie para poder casarme con Rachel.-dije dándome de hombros.
-¡Dios Emmett!-rodó los ojos.-Eres demasiado intenso tú, hombre.-dijo divertida señalándome con su dedo índice. Yo aproveché para acercarla a mi y darle un beso.
-Pero así me quieres.-Dije divertido.
Ella sonrió y me pegó en el pecho con cariño, así que volví a darle un abrazo de oso.
Ella rio.-¡Emmett, ya!-La solté.- Supongo que tenemos que seguir con lo planeado, ¿No crees?-Dijo acomodando su cabello.
-Claro.-Dije volviendo en sí y ofreciéndole mi mano para retomar nuestros asuntos.
Rose pov
Estaba muy satisfecha con cómo se habían desarrollado los acontecimientos. Aunque el reencuentro con Tom había sido alto incómodo finalmente ninguna de nuestras condiciones se habían visto perjudicadas.
Pobre Pickford. Suspiré recordándolo. Había estado detrás de mí durante varios de nuestros años universitarios. Pero obviamente no le había correspondido. Era muy buena persona y se podía contar con él pero hasta ahí.
-¿Ángela?-Emmett llamó a su secretaria.-¿Podrías enviar un coche al hotel de Manhattan donde están hospedados los Heston en 1 hora para llevarlos al restaurante?-preguntó.
-Claro, ya estoy llamando.-dijo sonriendo amablemente.
-Gracias.-sonrió mi marido.-Menos mal que te tengo a ti organizando todo.-ese comentario hizo que su secretaria se sonrojara pero él no parecía haberlo notado. Tomó mi mano y seguimos caminando.
Yo sonreí divertida.-¿Qué?
-Has hecho que se sonrojara la pobre Ángela.
-¿En serio?-Alzó las cejas.
Yo asentí.-Ajá. Ha sido divertido.
-¿Te tomas con humor que cause ese efecto en otras mujeres?-Alzó una ceja.
-¿Y qué tiene? ¿Quieres que me enfade?
-Pues a mí no me hace ninguna gracia que otros tipos babeen por ti. Al contrario me molesta mucho.
Yo rodé los ojos. Y contuve un suspiro. De verdad que este hombre no tenía remedio. Pero lo ignoré porque no quería crear una irritante y tonta discusión.
Sin más nos dirigimos al restaurante donde habíamos quedado a comer con nuestros invitados. Solo esperaba que la mujer de Heston, la tal Susan, no fuera la típica mujer florero. Aunque mucho me temía que no iba a equivocarme.
Finalmente llegamos. Ellos tampoco tardaron en hacerlo.
Los saludamos y esperamos nuestra comida mientras charlábamos. Susan era agradable pero era muy escandalosa. Además nada discreta me había contado detalles de su vida que yo ni había preguntado ni estaba interesada en saber.
-¿Y tú Rosalie ? ¿Has pensado en tener hijos?-Preguntó demasiado alto llamando la atención del resto.
Y ahí estaban puestos todos los ojos en mí.
Yo asentí.-Es algo que ya he discutido con Emmett.-Me encogí de hombros.-Con el tiempo llegarán.
-No te veo muy convencida. Pero no importa ustedes están muy jóvenes aún.-Suspiró.-Con Brandon todo sucedió demasiado rápido. Pero no me arrepiento. Nuestros 5 hijos son maravillosos.
¡¿5?! ¡Wow! Eso era demasiado.
-¡Vaya!-dije sorprendida tomando algo de vino. La verdad me había sorprendido mucho eso.-Tienen casi un equipo.-dije tratando de calmar el ambiente.
-¡Ay si!-sonrió Susan como una madre orgullosa sacando su teléfono.-¡Ven acércate!-me hizo un gesto.-¡Este es mi querido Tom!-comenzó a pasar fotos de sus hijos.-¡Ashley, Charlotte, Kevin y la pequeña Caroline!
Comenzó a pasar fotos una detrás de otras de todos los niños, unos ya eran adolescentes. Sin duda habían empezado muy jóvenes.
-Susan adora tanto a nuestros hijos que a todo lugar que vamos siempre está enseñando fotos de ellos.-Sonrió.-¿Y tú Emmett? ¿También quieres tu equipo?
Emmett sonrió ilusionado.-¡Por supuesto que me encantaría!-Volvió a verme.-Pero eso depende de mi Rose, ¿Cierto, nena?-Me dio un apretón en la mano.
-Emmett ya lo hablamos.
-Ella quiere como dos máximo.-Respondió Emmett. Yo suspiré interiormente sintiéndome algo incomoda con la conversación.
-¡Ay Rosalie!-Susan contestó divertida.-¡Todo es ponerse!-dijo sonriendo coqueta y yo no pude evitar sonrojarme causando la risa del resto.
-No la presiones mujer.-le dijo Brandon a su esposa.-¡Tú siempre quisiste una familia numerosa! Deja a la joven que tenga los hijos que quiera.-tomó su mano con cariño mientras le daba un apretón.
-Rose siempre ha sido una mujer muy independiente.-sonrió Pickford embobado, Emmett carraspeó molesto y yo rodé los ojos de manera disimulada. Ya iba a decir algo incómodo.-Eso la hacía diferente al resto. Era muy aplicada en los estudios pero no por eso no disfrutaba de las fiestas y del ambiente universitario. Aún recuerdo las fiestas salvajes que dabas con tu mejor amiga, uhmm. ¡Isabella!
-Oh tampoco es para tanto.-Le resté importancia y vi cómo Emmett alzó una ceja interrogante mientras los Heston me veían divertidos.
-Claro que sí, fueron épicas.
-Así qué épicas-Repitió Emmett. Era un hecho que más tarde se pondría curioso al respecto.
-Yo nunca fui a la universidad.-Admitió Susan, cambiando gracias al cielo el rumbo de la conversación-Eso no era para mí.
Yo no sabía que decir. De verdad que la conversación iba de mal en peor. ¿Qué quería que le dijera a eso? No encontraba las palabras adecuadas para decir algo sin que ella pudiera sentirse incómoda.
Ella pareció notarlo así que continuó hablando.-¡Oh!-hizo un gesto con su mano restándole importancia.-No te preocupes. En ese entonces conocí a Brandon y casi sin darnos cuenta comenzamos a crear nuestro mejor patrimonio.-rio encantada haciendo alusión a sus hijos.
Solo esperaba que Emmett no estuviera de acuerdo con ese tipo de pensamiento. Yo no quería ser sólo madre, también quería sentirme realizada profesional y personalmente.
Luego de pasar el tiempo con ellos nos despedimos. Ellos partirían al día siguiente al hotel que los Cullen tenían en Los Hamptons y pasarían el finde semana ahí. Por supuesto que Susan era la más entusiasmada con la idea.
-Bueno, al fin terminamos con esto.-Dijo aliviado Emmett mientras encendía el auto.
-Ha sido un poco agotador.
-Ni que lo menciones.-estiré mi cuello hacia los lados liberando la tensión. La verdad es que hasta ese momento no había notado que los pies me estaban matando. Decidí quitarme los zapatos mientras me masajeaba los gemelos y suspiraba por el dolor.
-Dios nena…-Emmett habló. Yo aún estaba con los ojos cerrados.-Eres un espectáculo.-sonreí interiormente. Era demasiado fácil tentarlo.
-¿Y estás disfrutándolo?-Pregunté coqueta en tanto volvía a verlo pasando una de mis manos en su muslo buscando su entrepierna.
-No hagas eso, nena.-Advirtió.
-¿O qué?
-Harás que me estacione en un lugar solitario y te folle en el auto.-Gruñó era obvio que Emmett ya estaba más excitado.
-¿Ah sí?-Lo provoqué dejando un mordisco en su oreja que lo hizo gruñir otra vez.
Sonreí de nuevo, disimuladamente al ver como Emmett apretaba sus manos en el volante aguantando su excitación.
-¿De verdad quieres que lo haga?-dijo entre dientes.-Porque sólo tienes que pedirlo nena.
-Tal vez…-coloqué mi mano sobre la suya que estaba en la palanca de cambios. De repente sentí cómo reducía la velocidad.
-¿Me explicas por qué quieres hacerlo en el coche en vez de esperar a llegar a casa?-dijo alzando una ceja con curiosidad mirándome de reojo.
-¿Acaso tú no quieres?-Puse un puchero.
-Oh nena.-Suspiró.-No me hables así.-Se hizo un lado y estacionó el auto.-Ven aquí.-Soltó su cinturón de seguridad y el mío rápidamente para abalanzarse en busca de mis labios.
-Pensé que no querías.
-Yo siempre estoy dispuesto contigo, nena.
-Emm...-Lo llamé cortando el beso.
-Hmmm.-Continuó besando mi cuello.
-Emmett.-Volví a llamarlo.
Y él suspiró pesadamente.-No me digas que ya no tienes ganas.-Se quejó impaciente.
-¿Podrías decirle a tus hombres que dejen de seguirnos el resto de la noche?-Pedí recordando que siempre nos seguían sus matones y que lo más probable era que estuvieran justo detrás de nosotros.
Mi marido asintió y en ese momento les escribió un mensaje dejándoles saber que tenían el resto de la noche libre.-Listo.-sonrió encantado mostrándome su teléfono.-Ya estamos solos mi amor.-dijo sensualmente acercándose a mi para cortar nuestra distancia con un beso.-Te amo.
-Yo también, Emm.-dije comenzando a desvestirme. Daba gracias al cielo que su auto tenía los cristales tintados. ¡Me moriría si la prensa publicara alguna imagen de este tipo! Y que decir de mi familia. ¡Ay no! Me sonrojaba solo de pensarlo.
Emmett echó su asiento hacia atrás para que yo pudiera colocarme encima, sus caricias eran demandantes y desesperadas. Yo también le necesitaba. La comida con los Heston me había abrumado demasiado.
-¿Lo estás disfrutando, nena?-Preguntó mientras hacía estragos con mi centro yo gemí en respuesta.
-Te pone hacerlo en los autos, ¿Eh?-Me concentré en desabrochar sus pantalones.- ¿Ya lo habías hecho antes así?
-Shhh.-Lo callé acomodándome mejor.-Deja de hablar y solo follame.-Pedí.
-¡Diablos, nena!-Me dio una fuerte nalgada cuando comencé a montarlo. Sentí sus manos apretar mis nalgas con deseo y furia. ¡Dios! ¡Cómo me gustaba el Emmett dominante!
-Rose.-dijo en un suspiro. Yo acaricié su cara con cariño antes de besar su frente.
-Lo sé.-dije sonriendo mientras mi espalda se arqueaba dejándose llevar por el placer.
-Necesito…solo.-Emmett solo balbuceaba. Yo, ante la necesidad de sentir cada milímetro de su piel, abrí su camisa y comencé a acariciar su torso con devoción mientras nos devorábamos el uno al otro.
No duramos mucho tiempo así. Me corrí y Emmett me siguió momentos después. Me quedé apoyada en su pecho mientras nos recuperábamos.
-¡Cielos, nena!-Exclamó Emmett.-Eso ha sido fantástico.-Fue a buscar mis labios para besarme una vez más, yo lo recibí encantada.-Te amo.-Sonrió antes de besarme por última vez.
Luego me levanté y arreglé mi ropa acomodándome en mi asiento. Emmett hizo lo mismo.
Mientras estaba arreglando mi cabello, unos golpes se escucharon en la ventana de Emmett, casi me da un infarto. Se supone que estábamos solos en medio de la carretera.
-¡¿Pero qué mierda?!-Emmett gritó enfadado mirando por la ventana. De repente me miró molesto y yo le hice un gesto sin entender nada.-¿Estás ya visible?-asentí todavía sin entender que pasaba.-El metido de Pickford está aquí.-dijo sin más.
-¡¿Pero que dices?!-dije estresada. ¡No podía creer lo que estaba escuchando. ¿No tenía otra cosa que hacer?
-Shhhh.-me mandó callar y yo alcé una ceja molesta. De repente bajó la ventanilla.-¡Hola Tom! ¿Ocurre algo?-preguntó mi marido con falsa simpatía.
-Hola. Iba a preguntarles lo mismo. ¿Tuvieron problemas con el auto?
-No, estamos bien.-Aseguré desde donde estaba.-¿Y tú qué haces aquí? ¿No ibas a quedarte en la ciudad?
-Tuve que adelantar mi regreso. Y entonces los vi varados pensé que algo pasaba.
Emmett encendió el auto.-Como ves todo va de maravilla. No hay nada de que preocuparse.
Justo cuando íbamos a incorporarnos se escuchó que venía una patrulla de la policía.
¡¿Pero qué...?!
-Debe ser una broma.-Dijo entredientes Emmett molesto.
-Ni que lo digas.-respondí yo por lo bajo.-¿Los has avisado tú?-pregunté algo molesta mirando a Tom. La verdad la situación estaba comenzando a irritarme de verdad.
-Sí.-respondió Tom algo avergonzado. Y no me extrañaba, Emmett lo miraba con ganas de matarlo.-Quería adelantar tiempo por si les había ocurrido algo.
-Es muy considerado por tu parte, Tom.-sonreí agradecida.-Pero antes deberías haber preguntado.-dije molesta mirando hacia el par de agentes que se dirigían hacia nosotros.
-Yo me encargo.-Salió a su encuentro.
-¡Qué hijo de puta más imbécil!-Se quejó Emmett pegándole al volante.
-¡Cálmate Emm!
-Lo he tolerado todo el maldito día, viendo cómo babeaba por ti.-Resopló.-¡Y ahora esto! Lo que se está ganando es una buena paliza.
-Ya cálmate, ¿Quieres? Vienen hacia acá.-Dije viendo por el espejo.
-¡Mierda! Ni para eso sirve.-Bufó y volvió a bajar la ventanilla cuando el oficial se asomó.-Buenos noches agente.-habló Emmett con tranquilidad. O al menos, intentándolo.-¿Ocurre algo?-trató de hacerse el confundido.
-Eso venía a preguntarles yo.-dijo sin más.-¿Ocurre algo?-continuó.
-No agente.-respondió Emmett.-Todo está bien, ha sido un malentendido.
-De acuerdo…-se paró un momento.-Señor, ¿podría dejarme ver sus papeles?
-No creo que eso sea realmente necesario agente.-contestó Emmett algo molesto. Yo le di un apretón en la pierna para que le diera los malditos papeles.
-¡¿Acaso está poniendo resistencia?!-Exclamó malhumorado el oficial.-¡Bájese del auto!
-¡¿Qué?!-Exclamó incrédulo.
Lo alumbró con una linterna.-¿Qué no me escuchó?
Emmett bajó de mala gana mientras le entregaba los papeles.-¡No saben con quién se están metiendo!-Dijo molesto.-El otro hombre le ordenó que levantara los brazos y abriera las piernas para revisarlo. Esto era ridículo. Decidí bajarme del auto.
-Oficial, ¿Qué es lo qué ocurre? ¿Es necesario esto?
-Tiene la licencia de conducir vencida.
-¡Emmett!-Me crucé de brazos.
-Olvidé renovarla. No es para tanto.-Bufó molesto mientras se daba vuelta y acomodaba su ropa.
-Además, es evidente que ustedes dos estaban teniendo sexo en un lugar público.
-Eso es falso, agente.-Se adelantó Emmett.
-Los vidrios empañados indican todo lo contrario.-Luego lo señaló.-Mejor súbete la cremallera, hijo.-Emmett se dió cuenta y al instante hizo lo que dijo.
-Oficial.-lo llamé y volvió a verme.-No hemos infringido la ley de ninguna manera.-Comenté tranquilamente.-Es de noche, estamos lejos de la vista pública. Por lo tanto nadie se ha visto "ofendido" o "agraviado" por los actos llevados a cabo, de los que se nos acusan. Además esto es Nueva York no Ohio.-Sentencié.
-¿Están casados o...?-Inmediatamente le enseñé mi mano donde tenía las sortijas.
-Por supuesto, oficial. Ella es mi mujer.-Respondió Emmett.
-Menos mal porque hace poco tuve que arrestar a una pareja en Central Park por...-Se calló y suspiró.-Larga historia.
-¿Entonces...?
-Esta vez lo dejaré pasar.-Le devolvió los documentos a Emmett.-Pueden irse pero la próxima vez consigan una habitación.
-Irónico que con tantos hoteles que tienes, decidan hacerlo en la calle-Dijo el otro agente.
-Qué jóvenes los de ahora.-Bufó uno de ellos mientras se regresaban a la patrulla.
Cuando los agentes se habían ido miré hacia donde se encontraba Tom. El pobre no sabía dónde meterse. Y con razón. No sabía lo que se le había pasado por la cabeza para llegar a avisar a la policía. Suspiré. Seguramente sólo quería llamar la atención. Lo que no me esperaba es lo que pasó después.
-¡Ya estoy harto!-Emmett rugió realmente molesto mientras iba hacia Tom. Lo tomó de las solapas de la chaqueta y lo estampó contra la pared de la que se encontraba más cercano.
-¡Emmett!-Tom habló asustado. Realmente Emmett era muy intimidante.-¡Por favor! No malinterpretemos las cosas.-dijo balbuceando.
-¡Deja de meterte dónde no te llaman, carajo!-Rugió furioso.-¡Yo puedo follar dónde quiera y cuando quiera con Rose porque ella es mía!
-¡Emmett, ya basta!-Intervine nerviosa antes de que lo golpeara.-¡Déjalo, por favor!
Él volvió a verme y lo soltó de mala gana.
Yo volví a ver apenada a Tom. Él se veía realmente asustado-Lo siento.-Me disculpé por lo que acababa de pasar.
Emmett furioso tomó mi mano y prácticamente me arrastró con él de nuevo al coche. Cerró la puerta de un portazo cuando me subió y luego se metió él. Y sin más nos pusimos en marcha.
Genial... No había servido de nada tener sexo en el auto. Ahora tenía que lidiar con su maldito enfado.
Mi marido realmente tenía un problema de autocontrol. Suspiré mientras miraba por la ventanilla en silencio y trataba de relajarme. A ver, entendía su enfado pero…¿era necesario casi golpearlo? ¡Definitivamente no! ¿Era tan complicado de entender? Al parecer si lo era para él.
-Emmett.-lo llame tranquila mientras colocaba mi mano encima de la suya.-Tranquilo ¿si? Ya pasó todo.
Él suspiró y molesto sacudió su cabeza sin dejar de mirar a la carretera.-¡Mierda!-dijo enfadado dándole un golpe al volante. Eso realmente me sobresaltó.-Dios Rose, perdóname. Estoy fuera de control… ¡Ese maldito!-masculló de nuevo.
-Emmett, cariño...-Lo llamé con suavidad.-Entiendo tu enfado, ¿Sí? Pero no era necesario recurrir a la intimidación y violencia.
-¿Violencia?-Bufó.-No le di ni un solo golpe a ese imbécil y tú todavía te disculpas con él.-Gruñó mientras apretaba el volante.
-¡Asustaste al pobre y estuviste a nada de darle una paliza!-Exclamé alarmada.-Dios, acabamos de firmar un acuerdo con ellos...
-¡¿Y solo por eso debo tolerar su maldito comportamiento?!-Exclamó enfadado.-Todo el puto día ha estado devorándote con la mirada y babeando por ti. ¡¿Cómo crees que me hace sentir eso?!-Estalló.
Yo suspiré cansada.-Eso no debería importarte.
-¡¿No debería importarme?!-Exclamó incrédulo.-¡Tú eres mi mujer y yo soy tu marido!-Sentenció molesto.
-Emmett...
-Y ahora justo cuando estoy disfrutando un momento a solas contigo tiene que entrometerse con todo y la policía.
Emmett pov
-Señor Cullen.-estaba en mi oficina realmente molesto. Rose me había pedido que agendase una cita con un psicólogo para mantener a raya mi rabia y mis problemas de autocontrol. Bufé. Toda mi fortuna ahora iba a irse en terapias. ¡Yo no tenía la culpa de que Pickford fuera un completo imbécil! Miré hacía la puerta, donde mi asistente esperaba. Le hice un gesto con la cabeza.-Tiene una llamada en espera. El señor Masen.-dijo sin más dándose de hombros. Salió de la sala y yo tomé mi teléfono. Justo al aceptar apareció la cara feliz de mi amigo.
-¡Hola viejo!-saludé.-¿Cómo está Venecia?
Sonreí al ver que se encontraba sentado tranquilamente en un sofá tomándose un café.
-Bien.-respondió sonriendo.-Bella ha triunfado en el Festival. Deberías haberla visto viejo, estaba extasiada.-sonrió embobado seguro estaba recordando el momento.
-Me lo imagino.-Alcé las cejas.
Edward rio.-Seguramente ya te enteraste por Rose también.
Yo rodé los ojos.-Hablan a diario.
Edward sonrió.-¿Y tú cómo estás?
-Un poco harto la verdad.
-¿Tienes mucho trabajo?
-No, no, no es eso.
-¿Entonces?
-Tengo que ir a terapia.-Bufé.
Edward alzó una ceja.-¿Y ahora qué fue lo que hiciste, Emmett?-Preguntó preocupado.
-Anoche perdí un poco el control.-Admití a regañadientes y Edward me vio alarmado.-Pero no pasó nada, así que no pongas esa cara.
-¿Qué fue lo que ocurrió?-preguntó de manera reprobatoria. Casi acusándome con la mirada.
-Nada para que te pongas así conmigo, hombre.-suspiré.-No me siento orgulloso de mis actos, pero no hice daño a nadie.-lo pensé por un momento y rectifiqué.-Bueno, casi.-dije algo avergonzado.
-¿Qué ocurrió, Emm?-preguntó de nuevo haciendo que me armara de valor para hablar. Sin más le expliqué todo con pelos y señales. Obviamente no fui tan explicito en la parte en la que Rose y yo follamos en el coche. Eso podía imaginárselo solito.
Cuando terminé mi relato Edward se comenzó a reír y yo fruncí el ceño.-¿Por qué te ríes?
-Debió ser realmente chistoso que por un polvo acabaran detenidos.-Negó con la cabeza.-Definitivamente se comportan como dos adolescentes calenturientos.
-¿Me vas a decir que tú y Bella no han tenido sus momentos así?-Alcé una ceja incrédulo.
-Por supuesto pero somos más cuidadosos que ustedes.-Guiñó y yo rodé los ojos.
-¡Oh venga! No empieces con eso.-dije molesto.-Todo andaba bajo control ¡Fue el idiota de Tom Pickford que se llevó toda la velada babeando por Rose!-expliqué muy molesto.
-¿De verdad crees que sólo lo hizo para cortarles el momento?-preguntó Edward curioso rascándose el pelo.-Tal vez de verdad creyó que andaban en problemas.-explicó dándose de hombros.
-¡Ya te dije que es porque no soportaba que ella no follara con él!-dije molesto.
-Woah! ¡Alto ahí grandullón!-escuché otra voz y miré al teléfono. Bella.
Suspiré molesto.-¿Qué no puedo hablar a solas con mi amigo? ¿También vas a meterte en mis conversaciones con Edward?-le dije mirándola molesto.
-Si tienen que ver con mi amiga, desde luego que sí.-Se sentó cómodamente al lado de Edward que disimuló su risa al darle un beso en la mejilla.
Yo rodé los ojos.-Y no debes darle importancia a Pickford, él no es una "amenaza" para ti. Rose jamás mostró interés en él y definitivamente no lo hará ahora porque no es su tipo y tú estás todo el tiempo encima de ella.-Puso los ojos.
-Gracias por el consejo.-dije molesto bufando causando la risa de Edward. El muy maldito disfrutaba de lo lindo viendo como su chica me molestaba.
-Es cierto Emmett.-continuó hablando Bella.-La única amenaza aquí eres tú mismo.-apuntó y yo la miré mal.-No me mires así.-dijo antes de que hablara de nuevo.-Conozco a Rose y cuando te comportas como un cavernícola llegas a hartarla. Eso puede hacer que se canse de ti y te deje grandulón.-dijo dándose de hombros.
-Eso es algo que tú vienes deseando desde el primer día.-Dije molesto.-Pero yo nunca lo permitiré. ¡Rosalie es mía!-Sentencié.
-¡Ugh!-Exclamó con fastidio. -Y ahí están tus actitudes de macho.
-¡Bella! ¡Emmett! Ya basta.-Intervino Edward.-Es evidente que Emmett es consciente que falla en algunas cosas y está dispuesto a mejorar.-Yo asentí, sin embargo dejé de prestarle atención cuando un mensaje apareció en pantalla. Era mi Rose.
"Tenemos que hablar". Esas 3 palabras me pusieron realmente nervioso.
-Hey viejo, ¿Qué ocurre?-Edward notó mi cambio.
-Sí, grandulón. Te quedaste mudo.-Secundó Bella.
Inmediatamente pausé la llamada y le marqué a ella pero no me contestó. Yo bufé. Quería hablar conmigo pero no respondía mis llamadas. ¡Qué contradictorio! Lo único que obtenía de eso es que aumentara mi ansiedad.
"Estoy ocupada. Nos vemos a la 1:00 pm en el mismo restaurante de la última vez."
Mi amigo volvió a aparecer en pantalla.
-¿Qué ocurrió, viejo?
Yo suspiré.-Era Rose. Quiere que "hablemos"
-¡Seguramente fue por lo de anoche!-Se escuchó la voz de Bella que ya no estaba junto a mi amigo.
-¿Anoche?-Fruncí el ceño.-Si no he golpeado al imbécil de Pickford.
-Me refiero a lo que pasó después.-Volvió Bella a sentarse junto a Edward.
-¿De qué hablas? Si al llegar a nuestro apartamento ya no tocamos más el tema, ni discutimos. Únicamente tuvimos sexo de nuevo.
-¿Y estás seguro que ella quería hacerlo?-Alzó una ceja.
-¡Dios!-Me quejé.-¿Quién te crees que soy? ¡¿Piensas que la forcé?!-Exclamé incrédulo e indignado por esa insinuación.
Ella simplemente se encogió de hombros y Edward no daba crédito de lo que escuchaba.
-¡Esto es absurdo!-Me quejé.-Fue ella la que tomó la iniciativa.
-Seguramente, a la pobre no se le ocurría otra forma de calmar a la bestia que llevas dentro.-Señaló.
-Eres horrible.-Le dije a Bella antes de cortar la llamada.
Esto era ridículo. Hice un breve recuento mental de lo que había pasado. Lo cierto es que Rose había iniciado todo pero también era verdad que yo estaba realmente enfadado y no dudé en hacerla mía sin nada de delicadeza o ternura. Algunas veces lo hacíamos así, pero debía reconocer que en ese momento me dominaba la rabia y la ira. Dios. Si no estaba a gusto, o disfrutándolo me lo habría dicho en ese momento, ¿No? Lo que decía Bella no tenía sentido. O ¿Acaso Rose había ido a quejarse con ella después? ¿Y quizás por eso había insistido una vez más con lo de mi cita a solas con el psicólogo hoy por la mañana? Había tantas dudas en mi cabeza este momento pero lo que más me inquietaba era saber que quería decirme ahora en el almuerzo. ¿Acaso ya no me soportaba y quería acabar con nuestro matrimonio?
Seguí dándole vueltas a la cabeza. Les dije a Bella y a Edward que me iba a una reunión. Nada más lejos de la realidad. Simplemente me senté en mi sillón y cancelé todos mis compromisos. Necesitaba pensar y analizar todo lo que había sucedido.
¿Rose quería dejarme? Suspiré. Si fuera así…¿me lo habría dicho no? Me incorporé en el sillón y apoyé los codos en mi escritorio. Dejé caer mi cabeza sobre mis puños. Miré mi teléfono una y otra vez. No había señales de Rose por ningún lado. Decidí dejarlo estar y dedicarme a mirar el reloj hasta que llegara la hora de encontrarme con mi enigmática mujer.
Conduje tranquilo hasta el restaurante. Rose aún no había llegado así que decidí mantenerme tranquilo hasta que llegara.
Pasaron varios minutos hasta que finalmente apareció. Apenas me saludó antes de sentarse. Su semblante lucía apagado y triste. Cuando se quitó las gafas pude notar que había estado llorando y fue ahí donde me alarmé.
-Nena, ¿Qué ocurre?-Tomé su mano.
-Tengo que regresar a Londres.-Dijo sin más y ahí mis sospechas se habían confirmado. Me estaba dejando.
Me alarmé y solté su mano mientras trataba de relajarme colocándome en la silla.
-Emmett…-ella suspiró triste antes de hablar.
-Sé lo que vas a decir.-suspiré.
-¿Enserio?-su semblante cambió. De repente ya no lucia triste sino confusa. Lo sabía porque su ceño se frunció haciéndola ver completamente adorable. Entonces en ese momento recapitulé. ¿Me estaría equivocando?
-Vas a dejarme, ¿No?
-Emmett...
-Mira ya entendí que lo que hice anoche estuvo mal y estoy dispuesto a mejorar. No puedes divorciarte de mí por eso.
-¿Divorciarme?-Preguntó sorprendida.-¿De qué estás hablando?
-Es obvio que ya te hartaste de mí.
-¡Por Dios Emmett! No te estoy dejando-Exclamó incrédula.-Me voy a Londres porque mi abuela está muy enferma.
Ah. Era eso. Entonces eso era lo que la tenía tan disgustada. Su abuela estaba enferma. Pero tenía que haber sido algo repentino. Ya que por lo que recordaba la abuela de Rose no tenía ninguna dolencia previa. No más que las típicas generadas por la edad.
-¿Qué le ha pasado?-pregunté preocupado tomando su mano.
-Ha sido algo repentino.-explicó dándose de hombros mientras me miraba triste.-Mi abuela no está mal, pero ya es muy mayor y ya puede afectarle cualquier cosa.-dijo aguantándose las lágrimas. Oh mi Rose. Me dolía verla tan triste.
Yo me levanté y fui a abrazarla.-Todo estará bien, nena.-La animé.-Tranquila, ¿Si?
Pasamos un rato así hasta que se calmó.
-¿De dónde sacaste que iba a pedirte el divorcio, Emm?-Preguntó cuando recobró la compostura.
-No me hagas caso, nena. Otra vez malinterpreté las cosas.-Me rasqué la nuca avergonzado por hacer drama innecesariamente.
-Lo dejaré pasar esta vez.-dijo de repente.-Pero Emmett.-suspiró mirándome fijamente. Sus ojos seguían algo acuosos.-No puedes pensar que cualquier cosa que te diga va a significar que quiera dejarte. Te quiero.-dijo exasperada.-¿Cuantas veces al día necesitas que te lo diga?-dijo algo irónica y yo reí interiormente.
-Las veces que haga falta, mi vida.-sonreí tomando su mano y dejando un beso en el dorso. Pero de repente mi semblante cambió recordando lo que había dicho minutos atrás.
-Entonces…¿Por cuánto tiempo estarás en Londres?-pregunté con algo de incertidumbre. ¡Se iba a ir al otro lado del océano! Y además por algo muy duro. Yo debería de estar acompañándola y no podía viajar porque aún no se había arreglado lo del maldito juicio.
Ella se encogió de hombros.-No lo sé. Podrían ser unas semanas, incluso meses.-Suspiró.
¡¿Meses?! ¡Dios! Yo tragué algo de vino para asimilar lo que me estaba diciendo. Era demasiado tiempo. Pero no podía hacer nada.
-¿Cuándo te irías?
-Esta misma tarde.
Mierda. Eso era demasiado pronto.
-Odio esto.-Exclamé frustrado.-Yo debería estar contigo pero ese maldito juicio...-Mascullé entre dientes.
Ella suspiró.-Me comunicaré contigo a diario.-Aseguró tomando mi mano.
-Lo que está claro es que no estarás sola esta vez. Le diré a Garrett y a Josh que vayan contigo.
Ella abrió los ojos incrédula y se cruzó de brazos.-¡Absolutamente no! Emmett de verdad que no es necesario...-suspiró.-Todas las propiedades de mi abuela son una fortaleza. Hay seguridad por todos lados.
-Yo estaré más tranquilo si alguno de los dos te acompaña.-Insistí.-¡Por favor, Rosalie! Después de lo de París no permitiré que andes sola por ahí.
La vi dudar. Se mordía el labio nerviosa mientras jugaba con su cabello.
-Emmett.-suspiró.-Por favor, no quiero ir con ellos mirando cada paso que doy.-puso un puchero.
-Nena por favor.-tomé su mano con fuerza y dejé un beso en el dorso de su mano.-No me hagas eso.-dije suplicante.-Deja que me quedé tranquilo. ¿Si?
Antes de que hablara volví a hablar.-Si quieres puedes decidir quien quieres que te acompañe. No tienen por qué ir los dos si no te sientes cómoda.
-Está bien.-Aceptó a regañadientes.-Que sea Josh.
-¿Josh?-Alcé una ceja. No estaba de acuerdo. Yo hubiese mandado a Garrett con ella. Él era más viejo y experimentado. En cambio Josh... No confiaba demasiado en él. Le había dado el trabajo porque Garrett lo había recomendado.
Ella asintió.-Es que él no tiene a nadie. En cambio Garrett tiene familia, no puede pasarse meses en el extranjero por mí.
-Que considerada eres.-Apunté con algo de ironía.
-¿Te molesta que haya escogido a Josh y no a Garrett?-Alzó una ceja.
-No he dicho nada.
-Mira si vas a estar de desconfiado, mejor no mandes a nadie.-Sentenció.
Yo suspiré y maldije interiormente. Esta mujer era jodidamente inteligente. Sabía que si me picaba de esa manera podía acabar cayendo en su juego y así ella conseguir salirse con la suya. Pero no iba a caer, no permitiría que se fuera sola y pudiera pasarle algo. No me lo perdonaría nunca.
-Alguien irá contigo Rose.-sentencié.-Es mi última palabra. Si has decidido que se Josh no voy a oponerme.-me di de hombros mientras seguía pensando que Garret era la mejor opción.-Pero pensé en Garret por su mayor experiencia nada más. Pensé que estarías más segura con él. Aún así no voy a oponerme a lo que elijas.-expliqué tratando de sonar tranquilo.
Ella alzó una ceja.-¿No estarás celoso por eso también?
-¿Debería estarlo?
-No lo sé.-Se encogió de hombros.-Por eso fue que me quitaste a Kurt. No te agradaba.
Yo rodé los ojos.-Lo que me molesta es que no sea yo quién esté contigo todo el tiempo.-Bufé.-No sabes cómo quisiera ser el imbécil de Josh este momento.
Rosalie rio.-No creo que quieras ser él.-Hizo una pausa y bajó la voz.-Porque tenía planes de estar a solas contigo antes de marcharme.
Eso me puso caliente.-¿Quieres follar?-Pregunté asegurándome que se refería a eso.
Ella se mordió el labio y asintió.-Pero está vez no te saltes el juego previo.-Pidió.-Quiero que me consientas de verdad y compenses lo de anoche.
Bella tenía razón. Rose no estuvo a gusto y esta era su forma de decírmelo.
Rose pov
-¿Lo tienes todo?-sentí la voz de Emmett tras de mi. Suspiré nerviosa mientras me miraba en el espejo de mi baño y acomodaba mi cabello. Estaba nerviosa, no iba a negarlo. Quería que Emmett me acompañara, claro. Era mi marido y sería un apoyo muy importante en momentos como este. Me iba a Londres sí, pero no sabía que iba a encontrarme.
-Voy a echarte de menos.-dije sin más mirándole a través del cristal. Estaba tan guapo. Solo podía recordar lo que pasamos hace un rato, como él se había redimido conmigo. Se había entregado a mi placer y me había consentido. Justo como se lo había pedido. Él se acercó a mi y colocó sus manos en mi cintura.
-Yo también nena. Mucho.-dijo susurrando en mi oído.
Me giré y enredé mis brazos en su cuello.
-Te quiero, Emm.-Me estiré un poco y él fue a mi encuentro. Compartimos un último beso antes de salir rumbo al aeropuerto.
-Llámame cuando aterrices. Estaré pendiente, no importa la hora que sea.-Pidió tomando mi mano mientras conducía.
-Descuida, Emm. Lo haré.-Aseguré dándole un apretón.
Seguimos nuestro camino hacia el aeropuerto en silencio. Sabía cómo se sentía Emmett y no podía sentirme más identificada con él. Me frustraba esta situación, realmente iba a echarlo de menos. Después de estacionar, mi marido se bajó del coche y pude ver cómo Josh bajaba del otro coche para tomar mis maletas. Vi cómo Emmett le decía algo que no pude escuchar. Decidí no darle importancia. Finalmente me decidí a bajar.
-Te amo nena.-Emmett llegó junto a mi y me estrechó entre sus brazos. Me permití disfrutar de ese momento hasta que Josh nos interrumpió.
-Jefe.-carraspeó.-Tenemos que embarcar.-explicó. Emmett suspiró molesto y besó el tope de mi cabeza mientras acariciaba mi cabello.-Lo sé, lo sé. Solo necesito un momento.-Pidió y Josh se alejó un poco dándonos privacidad.
-Cuídate, nena.-Se inclinó y compartimos un último beso.-Iré en cuanto pueda salir del país. Sobornaré al juez si es necesario.
-¡Emmett!-Me quejé.-¡Ni se te ocurra!
Él rio.-Tranquila, nena. Estaba bromeando.-Yo entrecerré los ojos.-Y anda.-Me dió una palmada en el trasero.-Que el idiota de Josh está más ansioso que tú por el vuelo.-Rodó los ojos.
Y yo suspiré soltándome de su agarre. Comencé a andar para encontrarme con Josh el cual me asintió educadamente. Tomé mi bolso y antes de colocarme mis gafas de sol me volví a mirar a Emmett. No hizo falta hablar, sabíamos lo que el otro decía con solo la mirada. Respiré profundamente y me adentré en el aeropuerto. Rápidamente limpié una lágrima rebelde que corría por mi mejilla. ¡Demonios! Realmente lo iba a extrañar.
-¿Está bien señora Cullen?-Josh me preguntó. Se había parado para mirarme detenidamente.
Yo asentí recobrando la compostura.-Sí, vamos.-me coloqué las gafas. Seguramente iba a pasar llorando durante el vuelo y quería hacerlo a gusto. En silencio.
Durante el viaje pasé viendo a través de la ventana hasta que me quedé dormida. No me di cuenta que estábamos a punto de aterrizar hasta que escuché a Josh llamándome mientras tocaba mi hombro con cuidado.
-Señora Cullen estamos a punto de aterrizar.-Repitió haciendo que volviera en sí.
-Josh, deja de llamarme así.-Pedí.-Rosalie o Rose está bien.
-De acuerdo, Rosalie.
-Gracias.-dije suspirando algo estresada. La verdad es que hubiera preferido que Garret hubiera venido conmigo pero como le dije a Emmett, él tenía una familia y, obviamente, no iba a ser tan egoísta como para obligarle a venir conmigo por no sé cuánto tiempo.
El vuelo se me había pasado bastante rápido. La verdad es que estaba tan cansada mentalmente que solo quería encontrarme con mi familia. Bajamos del avión y tras hacer los controles pertinentes nos montamos en el coche que habían mandado mis padres a recogerme. Rodé los ojos. Por supuesto Josh había tenido que revisarlo todo alegando que Emmett lo mataría si pasase algo y él no hubiera estado alerta.
Recordé que tenía que avisarle a Emm que ya estaba en Londres para que dejara de estar preocupado. Le dejé un mensaje de voz al instante respondió. Sin duda estaba bastante ansioso.
Mientras íbamos en silencio noté que Josh siempre tenía una postura y semblante muy rígido. Parecía un robot. A ver entendía su trabajo, necesitaba estar alerta ¿pero todo el tiempo? En este momento no había amenaza de nada, solo nosotros dos y el chófer. No ocurriría nada malo.
-¿Siempre estás tan… serio?-pregunté de manera inconsciente. Me había quitado las gafas de sol para evitar cualquier barrera entre los dos. Tal vez había sido algo impertinente con la pregunta pero no me apetecía sentirme incómoda con alguien que tenía que trabajar para ser mi sombra todo el tiempo y Josh tenía ese efecto en las personas.
-¿Ha visto a los guardias del palacio de Buckingham sonreír alguna vez Rosalie?-preguntó con ese semblante serio sin casi dirigirme la mirada.
-No.-dije respondiendo a su pregunta.-Pero ellos no trabajan todo el tiempo, hay cambio de guardia.-dije sin comprender que trataba de decirme.
-Exacto.-explicó.-Mi trabajo consiste en ser un guardia 24/7. No hay descanso, ni siquiera por las noches.-se dio de hombros.-Nunca se sabe cuando algo puede ocurrir.
Yo suspiré.-Mira, estaremos bien, ¿Si? En casa también hay seguridad y escoltas, así que deberías de tomartelo con más calma.
-Pero el señor Cullen...
-Emmett tiende a ser aprensivo algunas veces.-Admití un poco avergonzada por lo exagerado que podía ser mi esposo la mayor parte del tiempo.-Pero cuando lleguemos lo comprobarás por ti mismo.
-Como sea... Mi misión es cuidarte y mantenerte a salvo.-Dijo con firmeza. ¡Ugh! al parecer era tan cabeza dura como Emmett.
"Está bien" suspiré tranquila tratando de relajarme. Seguro que necesitaba verlo por sus propios ojos y cuando lo hiciera dejaría de estar tan pesado con todo eso de "mi misión es protegerte". Me reí interiormente. Eso había sido estúpido pero es que tenía demasiado estrés.
De un momento a otro pude ver que habíamos llegado al complejo del marquesado de Bristol. Era realmente impresionante. Cuando nos aproximamos a la entrada pude ver la silueta de mi padre esperándome.
El auto se estacionó y Josh se bajó inmediatamente sin esperar a que el chófer abriera la puerta para luego ofrecerme ayuda para bajar. Mi padre nos veía desde la entrada.
Subí los escalones y lo abracé.-¿Cómo está la abuela?-Pregunté preocupada.
Mi papá suspiró.-Aún faltan unos exámenes. Ven, vamos adentro.-Dejó un beso en mi cabeza.
Subimos las escaleras y nos adentramos en la inmensa mansión. La seguridad de mi abuela preguntó por Josh pero en cuanto les confirmé que formaba parte de mi equipo de seguridad le dejaron pasar sin problemas.
-¿Ves que no tienes de que preocuparte?-pregunté divertida mirando a Josh de reojo.
-Realmente esto es impresionante.- por primera vez vi algo de emoción en su mirada. Estaba fascinado.
-Sería conveniente que le mostraran cómo va el sistema, muchacho.-le aconsejó mi padre.-Por si ocurriera algo que sepa como debe actuar.
Él se debatió entre irse y dejarme sola o quedarse y no perderme de vista. Finalmente decidió ausentarse por un par de minutos cuando dos encargados de la seguridad aparecieron para acompañarlo.
-Y... ¿Cómo está Emmett?-Preguntó cambiando de tema.
-Preocupado.
-Por eso mandó a uno de sus hombres contigo.-Señaló.-Es curioso que ahora ya no te moleste cargar con una sombra a todas partes.
Yo rodé los ojos.-Sabes como es Emmett...Le encanta tener todo bajo control aunque no sea necesario.
Papá sonrió divertido.-Puedo estar tranquilo entonces. Sé que mi yerno cuidará muy bien de ti y de mis futuros nietos también.
-¡Papá!-Me quejé.
Él se encogió de hombros.-Me agrada mi yerno. No me equivoqué al escoger a Emmett para ti.
-Tienes suerte que a mí me agrade también porque sino ni lo estaría intentado.
-¿Está todo bien entre ambos?-Preguntó con cautela al notar mi estado de ánimo.
Simplemente asentí. No iba a contarle todo lo que estaba sucediendo en nuestro matrimonio. Era algo que únicamente nos correspondía a Emmett y a mí. Y yo esperaba que mi marido no fuera a contarle nada a mi suegra tampoco porque era algo muy distinto desahogarte con tus amigos a tener que lidiar con la injerencia materna y paterna en tu relación. No era nada sano.
Mi padre quiso continuar con la conversación pero antes de que comenzara a hablar le corté.-No tienes de que preocuparte papá.-dije sin más.-Estoy bien.
-De acuerdo.-asintió con cautela. Nuestra relación siempre había sido muy cómoda para ambos. Siempre sabíamos que límites no iba a rebasar el otro. Por supuesto mi padre me conocía en ese aspecto y sabía que no iba a sacarme nada más.
-¿Y mamá?-pregunté cambiando completamente de tema. Él suspiró triste y me miró.
-Está con tu abuela, no se ha querido separar de ella desde que llegamos.-explicó.
Sin más me dirigí hacia la habitación de mi abuela. Me di cuenta que Josh había regresado con nosotros. Sin embargo, nos dio privacidad.
Pude ver a mi madre sentada junto a mi abuela tomando su mano mientras estaba recibiendo terapia respiratoria.
Me acerqué con cuidado. Mi madre notó mi presencia y se levantó y fue a abrazarme.
-¡Ay cielo! Ven aquí.-yo le devolví el abrazo con cautela. Mamá no solía ser tan expresiva; solo en situaciones críticas como en la que nos encontrábamos.
-¿Cómo está? ¿Se sabe algo más?-pregunté mientras me sentaba a los pies de la cama mirando con tristeza a mi abuela, que en ese momento estaba dormida.
-Los médicos barajan una neumonía.-explicó sin evitar romper a llorar. Yo tragué duro. Eso no sonaba nada bien. Papá se acercó a consolarla.
Hola hola! ¿Cómo estáis? Volvemos con nuevo cap de esta historia! Antes que nada quiero dar las gracias a todos los que comentáis en cada capítulo, dais like & follow :) Es muy gratificante y anima a seguir escribiendo!
Gracias a Tecupi, Nelita, Jupy y Franciscab25 por vuestros reviews! Me alegro mucho de que os esté gustando la historia y, como vais viendo, cada vez más se van cerrando las historias de estos maravillosos personajes así que aunque me de mucha pena decirlo... A esta historia no le quedan muchos más capítulo (al menos eso creo XD igual me motivo y nunca la termino hahahahah) Pero también tengo ganas de seguir con otras historias que dejé en standby con mi co-writter favorita (ella sabe quién es xd)
Así que os animo a que disfrutéis de esta historia y, que por supuesto, os paséis por mis otros fics como Sixteen o My Missing Puzzle Piece! Un saludito y.. hasta la próxima!
