Rose pov
Finalmente Emmett me había convencido para irnos unos cuantos días a Miami. Ambos esperábamos tener pronto noticias de la corte. Era un suplicio tener que estar notificando al juzgado el simple hecho de viajar a otro estado. Seguía triste por la pérdida de mi abuela, pero los últimos acontecimientos vividos con nuestros amigos me habían ayudado a relativizarlo todo. Por su puesto que siempre iba a echarla de menos, pero tenía que seguir viviendo. Sobre todo porque cuando todo lo del virus se estabilizase, Emmett y yo viajaríamos a Londres para formalizar el traspaso del marquesado. Ya que el deseo más importante de mi abuela era que fuese yo la que lo heredase. Eso conlleva una serie de deberes que tendré que tener en cuenta, tal vez y lo de la idea del jet privado de Emmett no era tan mala.
-Buenos días preciosa.-Emmett apareció sonriente en la sala. Venía de entrenar, sus músculos estaban marcados a la perfección. Era todo un dios griego.-¿Lista para irnos?-sonrió con esa preciosa sonrisa de hoyuelos que me tenía embelesada.
-Sí.-sonreí mientras daba un sorbo a mi zumo.-Ya he mandado la notificación al juzgado.-bufé.-Por cierto, empiezo a pensar que tu idea del jet no era tan descabellada.
-¿Y eso?-dijo divertido sentándose a mi lado para tomar un poco de agua.
-Es por lo del marquesado de mi abuela.-me di de hombros.
Él sonrió ampliamente.-Mis ideas siempre son brillantes, nena.-Guiñó.-Y...-Tomó mi mano.- ¿Cuándo tienes pensado ir?
-Cuando esto del virus se normalice. Pero... Esperaba que me acompañaras.
-Por supuesto, nena.-Besó mi mano.-Aunque... Lo del juicio...
Yo acaricié su rostro.-Lo sé...-Suspiré.-Pronto tendremos noticias.
Él fue en busca de mis labios y yo me acerqué y lo besé.
-Te quiero, Emm.-Susurré cuando nos separamos.
Y de nuevo, Emm fue a besarme el cuello y comenzamos a acariciarmos. En eso mi teléfono sonó haciendo que nos separamos.
Era un mensaje de Bella, diciendo que llevaban más de 5 minutos esperando en la puerta. Al instante hice a un lado a Emm, y me puse de pie.
-Nena,-Protestó.-¿Por qué te alejas?-Tomó mi brazo haciéndome regresar a él.
-Emm, los chicos ya están afuera.-Dije soltándome de nuevo de su agarre, haciendo que el suspirara resignado y me acompañara a la puerta.
Antes de abrir arreglé un poco mi cabello y acomodé mi ropa.
-¡Hola!-Los saludé.-Disculpen la tardanza.
Edward me veía divertido y Bella parecía molesta.
-Esperamos no haber interrumpido nada.-Alzó las cejas mientras su sonrisa torcida seguía ahí, y mi amiga, por su parte, simplemente rodó los ojos.
-Para nada.-dije sonriendo mientras iba en busca de Bella.
Los matones de Emmett seguían ahí pero se limitaron a coger nuestras maletas para llevarlas al coche que nos esperaba para ir al aeropuerto. Ya habíamos hecho el check in online y solo teníamos que esperar en la sala VIP. Me dediqué a revisar mis notificaciones y mensajes. Me giré curiosa al ver que Emmett andaba estudiando para uno de sus exámenes. Se lo estaba tomando en serio y yo estaba muy orgullosa. De un momento a otro me llegó un mensaje, era un correo de Sam, sobre el caso de Carlisle.
-¿Qué pasa rubia?-Bella me miró curiosa.-Sabía que pasaba algo.
-Tengo un correo sobre el caso de Cullen & Co.-dije mirando a Emmett.
-¿Y bien?-dijo impaciente cerrando su laptop.-¿Qué dice?-dijo nervioso.
-El fallo se anunciará en tres semanas.-Me mordí el labio.
-¿Tres semanas?-Replicó nervioso Emmett
-Eso es rápido.-Dijo Bella.-Teniendo en cuenta que durante estas vacaciones no sentirás el tiempo.
-Te doy la razón Bella.-Sonrió encantado volviendo a verme.-Voy a querer alargar esta escapada por mucho más tiempo.-Dejó un beso en mi mejilla, haciendo que me ruborizara.
-¿Otra vez están acaramelados?-Pregunto Edward divertido.
-Por fin sales del baño.-Emmett lo vio mal.-Ya podemos irnos.-Se puso de pie.
-Amigo, los vuelos me ponen nervioso.-Agregó Edward.
-Además, es mejor que haga antes de subirnos al avión. -Bella se puso a su lado.-Creánme.-Susurró.
-¡Isabella!-Se quejó escandalizado Edward haciéndonos reír.
-Ah si.-dijo Emmett divertido.-Recuerdo aquella vez que el pobre Eddie lo pasó muy mal en un viaje de vuelta a San Francisco.-guiñó mientras Edward le daba una mirada asesina.
-No te preocupes, Ed.-sonreí quitándole importancia a la fanfarronería de los otros dos.-Yo me acostumbré a volar, pero no es algo que me encante si te digo la verdad.-confesé.
-Cierto.-dijo Bella.-aquí donde la ves, a nuestra marquesa le da "miedo" volar.-hizo las comillas muy marcadas.
-Bueno, de todas maneras eso no va a ser un problema.-dijo Emmett.-Pronto tendremos nuestro propio jet.-dijo altivo.
-¿Tú no deberías cortarle a los lujos?-dijo Bella, Emmett lo miró mal.-Me refiero a lo del juicio. Imagino que es más coherente que mantengas un "low profile"
-Descuida, Bella.-Guiñó.-Mis cuentas son legales. No tengo nada que ocultar.
Sin más emprendimos nuestro viaje de un poco más de tres horas. Emmett seguía pegado a su tablet, leyendo.
De repente, se levantó al baño. En eso Bella, se sentó donde Emm estaba hace un momento.
-¿Qué sucede?-Le pregunté divertida luego de verla suspirar exageradamente.
-Edward está roncando demasiado, luego de tomarse esos calmantes.
Yo reí. Y seguí haciendo scroll en mi teléfono hasta que un vídeo de Leah llamó mi atención.
Le estaba jugando una broma al pobre de Sam. Al parecer era una tendencia, porque ya la había visto anteriormente.
-¿De qué te ríes?-Preguntó curiosa Bella asomando su cabeza en mi pantalla. Así que lo puse de nuevo.
Ella también terminó riendo.
-Pobre Sam casi lo mata de un infarto.
-Creo que lo intentaré con Emm.-Dije divertida.
-Si esa fue la reacción de Sam que es tranquilo... ¿Cómo crees que será la del grandulón?
Me encogí de hombros.-Tendré que averiguarlo.-Le guiñé.
-Puede ser chistoso.-dijo divertida.
-¿Cómo crees que reaccionaría Edward?-pregunté con curiosidad. Ella me miró incrédula.
-Dudo mucho que como Sam.-rodó los ojos.-Y menos como Emmett lo hará.-bufó.-Edward sabe que soy un alma libre, así lo es mi cuerpo.-guiñó y yo reí. Mi amiga era un caso, pero Edward se parecía mucho y la entendía bien. Hacían muy buena pareja.
-Señora Cullen.-Karl llegó a nuestros asientos con mi pequeño Alfie en brazos.
-¿Qué ocurre?-pregunté.-¿Está todo bien?
-Su mascota anda algo intranquila.-se dio de hombros.-He pensado que estar con usted lo calmaría un poco.-dijo amablemente.
-¡Ah, por supuesto! Gracias.-sonreí mientras me la colocaba en el regazo.-¡Hola príncipe! ¿Cómo estás?-le acaricié y Bella hizo lo mismo.
-¿Y ahora yo que hago?-Emmett apareció molesto.
-Querido, estás estudiando.-dije rodando los ojos.- Deja que Bella se siente un rato aquí y me haga compañía. Edward está como un tronco.
Él gruñó pero se marchó dejándonos solas.
Mientras charlábamos el tiempo pasó mucho más rápido.
Finalmente aterrizamos y nos subimos al auto que nos estaba esperando.
Emmett estaba nuevamente a mi lado y Alfie seguía en mi regazo.
-Nena...-Volví a verlo.-Espero que durante este tiempo pases más tiempo conmigo que con tu amiga.-Puso un puchero haciéndome sonreír.
-Emmett compartiré tiempo con todos, no sólo contigo.
-Por eso mismo, quería que solo viniéramos nosotros dos.-Susurró.-Incluso, podríamos haber dejado al cachorro con mi madre.
-¡Emmett!-Volví a verlo escandalizada.-No voy a deshacerme de Alfie así como así. Es nuestro nene.-Dije mientras acariciaba a nuestro cachorro.
Él suspiró dramáticamente haciéndome reír.-Vamos querido.-me acerqué divertida para susurrarle al oído.-Disfrutarás de este viaje, créeme.
-Oh nena…-dijo amenazante mientras pasaba su mano por mi muslo.-No te voy a dejar escapar esta noche.
-Hablando de esta noche…-Edward habló divertido.-¿Qué plan tenemos?-sonrió enseñando su sonrisa y pasando un brazo por encima de los brazos de Bella.
-¿Plan?-Emmett miró confundido.-No he pensado en ningún plan…
-¿Alguna idea?-dije yo divertida.- Podemos quedarnos en la piscina.-Y es que hacía una temperatura muy agradable.
-¡Sí!-Dijo animado Edward.-También podemos hacer una barbacoa.
-¿No quieres que hagamos una fogata también?-Preguntó sarcástico Emmett
-A mí sí me encantaría.-Intervine.-Estar bajo la luz de la luna y ver las estrellas.-¿Tú qué dices Bella?
-Suena bien.
-Entonces, ese el plan querido.-Besé su mejilla.
-Oye, grandulón. ¿Tus matones se unirán también?
Él frunció el ceño.-Ellos estarán vigilando el lugar.
-¡Oh vamos!-dijo Edward mirándolo divertido.-¿Por qué no dejas que se diviertan un poco? ¡Los tienes todo el tiempo con un palo metido por el culo!
-Es para lo que los pago.-bufó molesto.-No espero que lo entiendas.
-Emm…-yo traté de calmarlo. Se estaba poniendo en plan obstinado.
-Por relajarme casi te matan ¿de acuerdo?-bufó.-Es mi última palabra.
-En esto estoy de acuerdo con el grandullón.-dijo Bella.
-¡Oh mira!-sonreí para calmar el ambiente.-Ya hemos llegado.-me acerqué a la ventana para observar nuestra maravillosa propiedad de Miami. De verdad que era majestuosa.
-¿Te gusta nena?-Susurró Emmett en mi oreja.
-Es preciosa.
-Espera que te la muestre.-Dejó un beso en mi mejilla.
Al bajar del auto tomó mi mano y como un niño emocionado empezó a mostrarme el lugar.
Momentos más tarde nuestros amigos se unieron al recorrido.
Alfie se había quedado jugando en el amplio jardín.
-¿Dónde vamos a quedarnos, Emm?-Preguntó Edward con una sonrisa.
Emmett pov
¡Y ahí estaba otra vez el pesado de Edward! Suspiré y conté mentalmente. No me molestaba que estuvieran aquí pero ahora que Rose había vuelto a la normalidad conmigo y podíamos pasar más tiempo juntos se unían a nuestro viaje.
-Puedes elegir la habitación que quieras.-dije sin más dándome de hombros.-Pero si puede ser, elígela lejos de la habitación principal.-dije divertido alzando las cejas sugestivamente.
-¡Emmett!-Rose me miró "indignada". Ella pensaba lo mismo. Pero trataba de ocultarlo delante de nuestros amigos. Mi mujer tenía una apariencia de muy recatada pero en la cama era toda una adicta al sexo. Sonreí recordando un par de escenas.
-¿Entonces qué?-dijo el cobrizo.-¿Pedimos comida o…?
-Yo puedo cocinar.-dijo Bella divertida.-Aunque tienes todo un equipo hay dentro.-dijo señalando al servicio.
-Podemos darles un descanso, si lo preferís.-dijo Rose. Odiaba estar rodeada de gente. No sé, cómo no estaba acostumbrada. ¡Pertenecía a la nobleza por el amor de Dios!
-¿Y nosotros hacer todo el trabajo de casa?-Alcé las cejas.
-Nos las arreglaremos.-Se encogió de hombros.-Así como lo hacemos en nuestro apartamento.
-Aquí es mucho más grande, nena.-Intenté que razonara.
Ella simplemente se encogió de hombros.
-Rose solo quiere privacidad, Emmett.-Intervino comprensiva su amiga.
-Pues tendrías que estar acostumbrada, nena.
-Por eso mismo, Emmett quiero un respiro.-Dijo un poco molesta.-Solo deseo estar contigo y nuestros amigos.
-De acuerdo.-Accedí.-Pero cuando nos mudemos a nuestra nueva mansión, tendremos mucha gente de servicio.
-¡¿Se mudarán?!-Preguntó sorprendido Edward.-¡¿Cuándo?!
-Aun está en construcción.-Le resté importancia.
-¿Y por qué van a mudarse? ¿Qué tiene de malo ese piso de lujo en el que viven?-La curiosidad de Edward seguía.-¿O ya no te gusta, vivir ahí, Rose?-Volvió a ver a mi mujer.
-Ha sido idea de Emmett.-Respondió ella.
Yo asentí.-Cuando los niños nazcan necesitaremos más espacio y gente que nos ayude.
-¡¿Estás embarazada?!-Preguntó escandalizada Bella.
-¡No!-Negó inmediatamente.-Entonces, Emmett, ¿Les darás descanso al menos por un par de días?-me miró con esos ojos y ese pucherito que derretiría a cualquiera, así que por supuesto acepté.-¡Genial!-sonrió y mi corazón dio un vuelco. Amaba hacerla feliz.
-Pues…¿por qué no vamos a comprar entonces?-dijo Bella.
-La alacena está llena.-dije sin más.-Pedí que lo hicieran antes de que llegáramos.-de repente vi que me estaba entrando una llamada.-Disculpad, es de trabajo. Aprovecharé para decirle al servicio que tienen un par de días libres.-dije sin más saliendo de la sala.
-¿Qué ocurre Stefan?-descolgué. Era mi suegro, seguramente sería sobre el nuevo contrato que se estaba llevando a cabo en Abu Dhabi.
-Se están complicando las cosas con Abu Dhabi.-Suspiró.-Han impuesto otras condiciones.
-¿Cómo cuáles?
-Quieren llevar las negociaciones contigo directamente.
-No es problema, podemos agendar una reunión virtual.
-Han insistido en que sea presencial. Quieren que vayas a visitarlos, pasar unos días ahí...
Yo bufé molesto.-¡¿Cómo demonios se supone qué haga eso?! ¡No puedo salir del país!
-Lo sé, lo sé.-Suspiró.-Mi recomendación es pausar el proceso y usar de excusa esto de la pandemia. De todas formas mientras se levantan las restricciones tal vez ya tienes noticias del juicio.
Mi suegro tenía razón. Con esto ganaríamos algo de tiempo.
-Tienes razón.-suspiré molesto pensando en la absurda cantidad de dinero que iba a quedarse parado durante semanas. Sacudí mi cabeza.-¿Cómo van las cosas?-pregunté.
-Bueno.-rio algo triste.-Poco a poco lo vamos sobrellevando. ¿Cómo está mi princesa?
-Mejor.-sonreí mirando hacia la sala donde estaba la mujer que me robaba el aliento cada vez que me miraba.-Va a estar mejor.
-Lo sé.-dijo con cariño.-Rose es muy dura, hijo. Es una Hale.-dijo con orgullo.-¿Cuídate si? Yo me encargo de todo y no te preocupes, aún tenemos los contratos europeos, el hotel de México no podría ir mejor y está la idea de remodelar el de Las Vegas.-rio y yo con él.
-Gracias suegro.-sonreí.-Es un placer hacer negocios contigo.
-¡Por supuesto, hijo!-tras eso colgó. Decidí avisar al servicio y fui en busca de los chicos que ya andaban en el jardín riendo.
-Entonces, ¿Qué dices Emm?-Edward se acercó a mí y yo volví a verlo.-¿Hacemos esa barbacoa?
Rose volvió a verme sonriendo mientras jugaba con nuestro cachorro y platicaba con Bella.
Le sonreí de vuelta a ella y le di unas palmadas en la espalda a Edward para que me acompañara. Nos dirigimos a la cocina.
Empezamos a sacar las cosas de la nevera.
-¿Cómo crees que esté llevando Sam lo del embarazo de Leah?-Preguntó Edward de repente.
-Supongo que bien.-Me encogí de hombros.-No nos ha contado nada.
Edward se rio. -Seguramente Emily aún no lo sabe.
Yo también reí. Sin duda se armaría todo un drama.-Igual no tiene nada que reprocharle a Sam.
-¡Oh!-el alzó las manos divertido.-Por supuesto que no. Aunque no negarás que si no conoces su historia sería demasiado precipitado todo ¿no?
-Bueno.-me di de hombros.-Rose y yo no llevamos mucho tiempo y ya estamos casados.-expliqué sacando el carbón para hacer la barbacoa.
-Viejo.-Edward soltó una carcajada.-Tú conociste a Rose porque había un acuerdo para que te casaras con ella.
-Te olvidas de Rachel.-alcé las cejas divertido.-Eso fue el destino.-apunté.-Rose y yo estábamos destinados a estar juntos.
-¡Eres un cursi!-rio acusándome mientras cogía un par de bebidas para meterlas en la nevera. De repente vi que su móvil andaba sonando. Era una llamada de Sam.
-¡Hablando del Rey de Roma!-dije divertido y descolgué.
-¡Hola Sam!
-¿Emmett? Eh, hola.
-¿Cómo estás hermano?
Edward empezó a preparar la carne.
-Un poco preocupado por Leah.
-¿Qué ocurrió?-Me tensé un poco.
Él bufó.-No ha parado de reprocharme que gracias a mí no está divirtiéndose en Miami con las chicas...-Comenzó a relatar todo.
Yo suspiré mentalmente. Genial...Lo que me faltaba... Que se uniera otra pareja a la que se supone era nuestra "escapada romántica" que había planeado para estar con mi mujer.
-(...) Entonces, no sé si habría problema que pasáramos con ustedes el finde.
-¿El de la próxima semana?
-No este.
-¡¿ O sea hoy?!-Pregunté sorprendido.
-Ajá, de hecho. Ya estamos en el aeropuerto de Miami.
-¡¿Qué?!-Pregunté sorprendido.
-Aunque si te causamos molestias podemos hospedarnos en otro lado y solo visitarlos luego.-Dijo algo triste.
-¡¿Qué dices?! ¡No inventes! Le diré a mi chófer que pase a recogerlos.
-¡Muchas gracias Emmett!-Exclamó feliz Sam.-Emm y otra cosa...
-¿Sí?
-Leah no quiere que lo sepan las chicas. Quiere sorprenderlas.-Explicó.
-Entendido. Ya te mando el chófer. Hasta luego.-Colgué.
Inmediatamente le mandé un mensaje a uno de mis hombres para que fuera a recoger a mi amigo y su novia al aeropuerto.
-¿Entonces vienen para acá?-Preguntó con una sonrisa Edward.
-Sí, no tardarán en venir.
-¡Genial!-Expresó emocionado.
-Hey.-Lo llamé y él volvió a verme.-Pero ni una palabra de esto a las chicas.-Le advertí.
-De acuerdo.-suspiró divertido.-¿Leah quiere darles la sorpresa?-dijo divertido.
-¿Qué sorpresa?-dijo Rose divertida mientras se sentaba en la encimera y tomaba una copa para servirse algo de vino. Bella venía detrás de ella. Ya se habían puesto más cómodas para estar en la piscina.
Rose estaba increíble. Se había colocado un kaftan entreabierto que dejaba al descubierto su tonificado abdomen.-¿Emm?-llamó mi atención divertida.
-¿Qué?-la miré embobado y ella rio.
-La sorpresa que has mencionado antes.-Bella rodó los ojos y comenzó a ayudar a Edward.-¿Cúal es?
-¡Ah eso!-dijo y me di de hombros.-No es nada.
-¿No lo vas a dejar muy salado?-dijo Edward divertido mirando a Bella. Estaba tratando de distraerlas. Suspiré mentalmente, solo esperaba que Sam y Leah llegasen ya. Las chicas eran muy persistentes.
-No.-dijo Bella divertida.-Tiene que estar así.-Saladito.-Edward suspiró. Y Rose no pudo evitar echarse una carcajada.
-Y... ¿Hacemos guacamole?-Preguntó Edward.
-¡Si!-Contestó animada Rose dejando su copa por ahí mientras iba por los aguacates.
-¿Y bien qué es lo que ocultan?-Preguntó de repente Bella.
-Sí, ¿De qué sorpresa hablaban?-Insistió Rose mientras preparaba el guacamole.
-Déjame ayudarte, nena.-Me acerqué a ella.
-¿No vas a decirme nada?-Volvió a verme haciendo que me derritiera.
-Ya te he dicho, lo maravillosa que estás hoy.-Susuré seductoramente en su oreja mientras la rodeaba desde atrás.
-Emm.-Se quejó nerviosa.-No estamos solos.-Susurró.
-Es tu culpa, nena.-Comencé a besar su cuello, produciéndole cosquillas.
-Ya Emm...-Comenzó a reírse.
-¡Ya terminamos con la carne!-Edward nos avisó interrumpiendo nuestro momento.
-Nosotras terminaremos con el guacamole.-Dijo Rose.
-De acuerdo.-Me agaché y dejé un corto beso en sus labios haciendo que se sonrojara.-Vamos Eddie.-Llamé a mi amigo mientras nos dirigíamos a la barbacoa que estaba junto a la piscina. Listos para cocinar.
-¡Dios!-suspiré cansado.-¡Si que son insistentes estas dos!
-Ni que lo digas, amigo.-Ed palmeó mi espalda.-Casi la fastidiamos.
Mientras avivábamos el fuego Ed preguntó.-¿Tardarán mucho más?-miró disimuladamente a la cocina donde Bella y Rose andaban terminando las cosas.
-No lo creo.-dije mirando la hora.-Es probable que estén al llegar.
-¿Habrá suficiente comida para todos?-dijo el cobrizo con una sonrisa divertida.-La morena ahora come por dos.
-Ajá.-asentí con diversión.-Pero no bebe.-me di de hombros y Edward río.
De un momento a otro sonó la puerta del garaje anunciando la entrada de un vehículo.
-Señor.-Karl se acercó a avisarme.-Ya han llegado.-dijo susurrando al ver que Bella y Rose venían hacia nosotros con los utensilios necesarios para comer.
-¿Qué pasa Emm…?-Rose iba a decir algo más, pero al ver a su amiga se quedó callada y soltó un gritito de emoción.
Las tres salieron a encontrarse y a envolverse en un abrazo.
Yo sonreí ante la tierna escena.
Sam se acercó a saludarnos-¡Gracias Emmett por recibirnos!-Dijo luego de abrazarme.
-Descuida vamos a divertirnos juntos.-La verdad es que ya no me parecía tan mala idea al ver a Rose tan radiante y feliz por estar con sus mejores amigas.
-¿Leah está llorando?-Achicó los ojos Edward.-O eso me parece desde aquí.
Y en efecto pude ver a la morena sorber por la nariz. Mientras mi mujer y Bella la tranquilizaban.
Sam suspiró divertido.-Esas hormonas hacen lo que quieren con ella.
-¿Anda inestable?-preguntó el cobrizo divertido. Yo rodé los ojos.
-Es una mujer embarazada.-dije como algo obvio.-Esas reacciones son completamente normales.-dije dándome de hombros.
-Pues verás Emm.-Sam empezó a hablar mientras se abría una birra.-Alguna si, y otras no.-sonrió.-Emily no notó ninguna alteración emocional durante el embarazo de junior. En cambio Leah.-hizo una pausa y la miró como el loco enamorado que era.-Ella es una bomba de hormonas. No puede ver los anuncios de Coca Cola.-apuntó alzando las cejas de forma divertida. Edward y yo nos echamos a reír.
-Y oye…¿sabéis cuando fue concebido el "singer baby"?-dijo Edward divertido.
-Pues fuimos a la ginecóloga el otro día.-sonrió embobado.-Y nos dijo que según el percentil de peso que ella veía.-corrigió al ver que ni Edward ni yo entendíamos una mierda.-Lo que mide el feto.-Ahí asentimos.-Tiene 1 mes, no más. Hay que tener cuidado hasta que pasemos el tiempo de riesgo.
Rose pov
No me podía creer que Leah se había unido a nosotros en el último momento. Estaba muy feliz y Bella también.
De un momento a otro Leah comenzó a llorar y tanto Bella como yo nos pusimos alertas.
-¿Qué ocurre, nena?
Ella simplemente negó y se quebró otra vez.-Es que tenía muchas ganas de verlas de nuevo.-Sorbió.- Con todo esto que está pasando no sé si sobreviremos a esto.
-Tranquila Leah estarás bien. Estaremos bien.
-Sí, Leah todo irá bien. Ya verás.
-Bueno-se limpió las lágrimas.-¿Qué hay de comer? Muero de hambre.
Su repentino cambio nos hizo reír tanto a Bella como a mí.
-Pues estábamos haciendo una barbacoa.-sonrió Bella.
-Ah.-dijo divertida.-¿Has traído tus cosas de vegetariana?-miró a Bella mientras posaba sus cosas en el suelo.
-Pues no.-dijo Bella sin más.-decidí dejarlo. Se dio de hombros.
-Estaba claro que tú eres de carne Bells.-dijo divertida.-Al final sucumbiste a los encantos de un hombre.-le guiñó.-Y, créeme que te entiendo.-dijo haciéndonos reír.-¡Fíjate! ¡Embarazada me ha dejado!
Mi amiga era un completo caso. Nunca pensé que sería ella la primera en ser mamá pero, a decir verdad, no nos veía a ninguna… al menos, por ahora.
-Bueno, vamos.-sonreí.-Te ayudo a llevar tus cosas, te acomodas y así puedes ponerte algo más apropiado.-Tomé su maleta y le di la mano emocionada para acompañarla.
-¡Espero que esa carne esté extremadamente hecha! ¡Y el queso pasteurizado!-dijo gritando en dirección a los chicos.
-Oye, ¿Y no tienen a nadie de servicio?-Preguntó Leah recorriendo el lugar con la mirada.
-La rubia decidió correr a todos los empleados.-Se adelantó a contestar Bella.
Leah volvió a verme escandalizada.
-Eso no es cierto.-Fruncí el ceño.-Simplemente les dimos descanso.
-¿Por qué?
-Quiero privacidad. -Me encogí de hombros.-Eso es todo.
Leah rodó los ojos.-Jamás entenderé por que no aprovechas tu papel de ama y señora.
-Porque es frustrante estar en tu casa sabiendo que no estás completamente sola.-expliqué sin más mientras subíamos las escaleras.-Inevitablemente te cohíbes más porque sabes que siempre hay gente mirando. Es incómodo.
-¿No me digas que en algún momento os han interrumpido a Emmett y a ti?-dijo divertida la morena.
-No interrumpirnos, no.-bufé.-Pero si que hemos tenido que vestirnos para ir de una sala a otra… o cosas así. Además, tampoco puedes hacer ruido. Todo se escucha.
-Pues a mi me encantaría tener todos estos lujos.-sonrió.-Debe ser increíble no tener que preocuparse por nada porque lo pides y se soluciona. ¡Es que te soluciona tantos problemas!-dijo divertida.
-Si ya ya.-moví la mano restándole importancia al tema.-Esta será vuestra habitación.-sonreí mostrándosela.-Entra y cámbiate de una vez.
Leah estaba muy ilusionada con todo que no tardó en salir de la habitación.
-¡Ya estoy lista! ¡Y muero de hambre!-Exclamó y fuimos en busca de los chicos.
-¡Carajo!-Se escuchaba que estaban discutiendo.-¡Apaga esa mierda!
Nosotras salimos asustadas hacia la piscina y la escena que nos encontramos nos dejó sin palabras.
-¡Ya lo tengo! ¡Lo tengo!-Edward agitado venía con el extintor, incluso se habían acercado un par de hombres de seguridad a auxiliarles.
-¡Emmett!-Exclamé asustada.-¿Estás bien?
-¡¿Pero qué diablos pasó aquí?!-Esa fue Bella.
-Ya todo está bajo control.-Ese fue Sam quien estaba limpiándose el sudor de la cara.
-Oye.-esa fue mi amiga morena.-¿Qué está pasando aquí?-se acercó a su hombre que andaba todo estresado.
-Pues ha habido un pequeño accidente.-se dio de hombros el cobrizo que andaba todo manchado de la espuma del extintor.
-¡¿Habéis quemado la carne?!-dijo Bella escandalizada acercándose.
-¡Pero…!-Emmett iba a excusarse cuando escuchándolos los sollozos de Leah. Todos nos giramos para verla.
-Ey nena.-Sam la abrazó contra su pecho.-Todo está bien ¿si?-besó el tope de su cabeza. Realmente eran súper tiernos.
-Pero…¡¿Qué vamos a comer ahora?!-dijo triste.
-Podemos rasparla un poco.-dijo Edward divertido. Pero no funcionó pues mi amiga comenzó a llorar más. Sam y yo lo miramos mal. Alzó las manos hacia arriba en señal de rendición.
-¿Alguna idea?-dije mirando a Emmett.
Se encogió de hombros.-Aún tenemos el guacamole y la ensalada.
-Creo que podemos ordenar algo, también.-Agregué viendo a los demás quienes asintieron.
-Bueno, ¿Dónde está el guacamole?-Preguntó Leah y sin más comenzó a comer acompañada con nachos, mientras Emmett se fue a ordenar algo.
Momentos más tarde regresó a mi lado-Quizás si fue mala idea dejar ir a los del servicio hoy.-Se razco la nuca Emmett y yo rodé los ojos.
-Puedes decirle que regresen mañana. Si no, parece que le daremos fuego a la casa.
-Oh vamos, nena. Solo fue un pequeño accidente.
-No sé, Emmett.-suspiré algo nerviosa.-Os habéis distraído un momento y casi se prende fuego a la casa…-rodé los ojos.
-Mira nena.-tomó mis manos y dejó un beso en el dorso.-Comprendo como te sientes ¿si? Quieres privacidad y, para mi tus necesidades son importantes ¿de acuerdo?-sonreí al ver su sonrisa de hoyuelos.-Lo haremos bien.-determinó. Y yo reí.
-Está bien.-sonreí mirando al resto.-Podemos mantenerlo.
-¿Qué has ordenado?-preguntó la morena haciéndonos reír al resto. Era muy chistoso verla tan preocupada por la comida.
-He ordenando pizzas.-sonrió mi marido mirando a Leah.-¿Estás de acuerdo?
Ella lo miró después de mirar a su panza, sonrió y asintió.-Estamos de acuerdo.-guiñó.
-Entonces, ¿Ahora qué hacemos?-Preguntó Edward entusiasmado después de comer.
-Tenemos que recoger la mesa, querido.-Contestó Bella a lo que el cobrizo puso un puchero.
-Descuiden, nosotros lo haremos.-Contestó Emmett y yo lo vi sorprendida.
-No me veas así, nena.-Sonrió un poco apenado. -Se los debemos luego de haber quemado la comida.
-Gracias Emm.-Dejé un beso en su mejilla.
Él sonrió y comenzó a limpiar con Sam y Edward.
-Creo que voy a dejar Broadway por un tiempo.-Nos confesó Leah cuando nos quedamos solas.
Bella y yo la vimos sorprendida.-¿Estás hablando en serio? ¡Pero si es tu sueño!
-Bella, espera que Leah nos cuente.-tranquilicé a mi amiga.-¿Cómo lo has decidido?
Leah dio un gran suspiro antes de responder.-El bebé me ha hecho priorizar sobre lo que realmente quiero.-Se tocó el vientre.-Además me da miedo no poder seguir el mismo ritmo de antes.
-Pero…-Bella quería intervenir de nuevo pero yo le di un apretón para que se callara.
-Osea no es como si fuera a dejarlo de por vida.-dijo dándose de hombros.-Es sólo que el embarazo y todo lo que supone después.-suspiró.-El parto, el post parto, ¡la crianza de un bebé! ¡No sé! Todo es una locura-Sacudió su cabeza.- Es sólo que ahora que Sam y yo estamos juntos y vamos a embarcarnos en esta aventura después de tanto tiempo…-se quedó en silencio.
-No quieres perderlo de nuevo.-apunté yo y ella asintió algo apenada.
-Oye…-Bella incidió.-Estamos aquí ¿si? Somos tus amigas y te apoyamos, y, desde el sector artístico te digo que como madre debes luchar por eso hueco…¿Vas a darles la razón a esos cavernícolas que piensan que no eres igual de valida que un hombre solo por el hecho de tener un bebé?
-No es eso Bella.-dijo tratando de explicarse.-Es sólo que quiero ser una madre presente para mi hijo o hija.-sentenció.
Mi amiga iba a replicar pero Edward nos interrumpió.-Oye Leah ¿te cantas algo?-dijo sonriente haciendo un gesto con su cabeza para que entráramos.
Así que nos dirigimos al gran salón donde estaba el piano.
Edward dio palmaditas en el asiento para que mi amiga se acomodara junto a él.
-¿Cual quieres cantar?-Le preguntó con una sonrisa.
-Remember us this way. -Dijo volviendo a ver a Sam por un instante con una sonrisa.
Y sin más Edward empezó a tocar y nuestra amiga a deleitarnos con su maravillosa voz.
Emm se sentó a mi lado y yo apoyé mi cabeza sobre su hombro, él dejó un beso sobre mi cabeza. Bella mientras tanto andaba grabando algunos planos con su móvil. Probablemente más tarde lo utilizaría para algún proyecto. Ella tenía un ojo crítico capaz de ver arte en cualquier lugar. Tenía un don.
-Es una pena que desperdicie ese don que tiene.-dijo Bella susurrándome al oído. Ella vivía para su carrera profesional y era incapaz de comprender como nuestra amiga iba a dejar la suya de lado.
-No se va a retirar Bells.-me di de hombros.-Tal vez tiene otros proyectos en mente. Sabes que siempre ha querido tener su propia compañía y tiene muchos contactos. Lleva años trabajando en musicales.-expliqué mientras la miraba cantar junto a Edward. Ella había nacido para eso: no podría vivir sin la música. Cuando terminaron ambos sonrieron y se dieron un abrazo y se felicitaron. Era fascinante como la música tenía su propio lenguaje. A estos artistas no les hacían falta las palabras para comunicarse, solo necesitaban la música. Sonreí.
-Te quiero.-Sam la acercó a su pecho y le dio un beso. Ella sonrió encantada.
-Lo sé.-dijo haciéndonos reír.
-Oye Leah.-Emmett la habló.-No se cómo lo ves pero, me gustaría hacerte una proposición.-Ella lo miró curiosa.-Me gustaría llevar la experiencia de restauración en mis hoteles un paso más allá y había pensado en espectáculos durante las cenas. Me gustaría pedirte consejo.-soltó sin más. Yo lo miré, y el apretó mi muslo. ¿Tal vez había escuchado nuestra conversación?
-¿Cuánto vas a pagarme?-Alzó una ceja y Emmett sonrió con ganas.
-Eso depende de qué tan buena sea tu oferta.
-Te aseguro que serían espectáculos llenos de glamour.-Guiñó.-Nada de guarras.-Se cruzó de brazos haciéndonos reír.
-No esperaría menos de ti.-Acordó Emmett.
Y ahora nuestra conversación giraba en torno al futuro de Leah y yo estaba más que encantada de apoyarla en lo que decidiera.
Pov Emmett
El fin de semana había sido todo éxito. Quitando el incidente de la barbacoa, no había pasado nada más en el que temiésemos por nuestra integridad o la de la casa. Finalmente los chicos habían decidido irse el domingo por la noche. Así que Rose y yo nos habíamos quedado solos.
-Voy a echarlos de menos.-dijo Rose con un puchero mientras se sentaba en una de las hamacas de la terraza y se acomodaba a Alfie en su regazo. Acabábamos de despedir a nuestros amigos. Yo me acerqué y me senté junto a ella tomando su mano.
-¿No estás contenta de estar conmigo?-puse un pucherito y ella rodó los ojos.
-No es eso, Emm.-dijo sin más.-Es solo que hemos disfrutado mucho este finde y después de todo lo que hemos pasado.-me miró.-Lo necesitaba. Ha sido muy agradable, gracias.-dijo antes de acercarse para darme un beso que muy encantado recibí.
-¿Qué quieres hacer ahora, nena?-Pregunté cuando nos separamos mientras aún sostenía su mano.
-Me apetece dar un paseo por la playa.-Sonrió y yo no pude estar más que satisfecho con esa idea.
-Vamos nena.-Tomé al cachorro en mis brazos y sin más nos dirigimos a la playa privada que conectaba nuestra residencia.
Caminamos un rato por la arena abrazados mientras contemplábamos las estrellas.
Nuestro cachorro finalmente decidió abandonarnos y regresar al jardín. Me sentí aliviado, no tendríamos que estar pendientes de él.
-Te quiero preciosa.-sonreí acercándola a mi pecho y besando su coronilla. Ella sonrió mientras apretaba el agarre de sus brazos sobre mi.
-Yo también te quiero Emm.-levantó su cara para mirárme y dejarme embelesado una vez más. Sus ojos brillaban y sus labios gritaban por qué los besara.
Tomé su cara entre mis manos y la besé. Adorándola por completo. Ella me correspondió apasionadamente.
Disfrutamos ese momento a solas bajo la luz de la luna y las estrellas. No podía ser más feliz.
-¿Quieres nadar?-Pregunté cuando nos separamos.
Ella asintió y así que sin pensarlo demasiado la cargué en mis brazos haciéndola reír.-Pero regresemos a la alberca.-Se sostuvo de mi cuello.
Yo alcé un ceja.-¿No quieres bañarte en el mar?
Ella se mordió el labio.-Hemos dejado solo a Alfie en el jardín.
Yo rodé los ojos.
-¿Qué puede pasarle al perro, nena? ¿Ahogarse en la piscina?-Bufé.
-¡Emmett! ¡No digas eso!-Se quejó.
-Es broma nena.-rodé los ojos riendo. ¿Cómo podía pensar que hablaba enserio?-Fue mi idea tener un cachorrito. No querría que le pasase nada.-aclaré y ella me miró desconfiada.-¡Hablo enserio!-volví a decir.
-¡Está bien Emm!-dijo soltando una carcajada.-Está bien.-repitió.-Te creo.-hizo un silencio y volvió a mirarme tomando mi mano.-Aun así, me gustaría ir a la piscina.-alzó las cejas y paseo su mano por mi torso. Yo sonreí interiormente. Mi chica quería acción. Sin más opción la tomé de la cintura como saco de patatas y la llevé dentro mientras ella reía.
No lo pensé ni dos veces. Me lancé con todo ella a la piscina haciendo que gritara por la sorpresa.
-¡Emmett!-Me pegó en el pecho empujándome cuando ya estábamos en el agua.
Yo estallé en una carcajada. Era chistoso verla toda ofuscada por lo inesperado que había sido todo.
-Estabas siendo romántico hace un momento.-Se quejó cruzándose de brazos. Así que me acerqué a ella y la acorralé mientras hacía a un lado lo que llevaba puesto sobre el bikini.
Acaricié su rostro y susurré cerca de sus labios.-¿Crees que no puedo seguir siéndolo?-Aparté un mechón de su cabello y acaricié su cuello, mientras le dirigía una mirada y sonrisa seductora. Ella sin más se abalanzó sobre mí y nos unimos en un beso apasionado.
Seguimos así por largo tiempo, solo besándonos, tocándonos, disfrutando el uno del otro. ¡Dios! ¡Cómo me excitaba esta mujer! Solo con un gesto o una mirada era capaz de ponerme a mil.
-¿Quieres seguir aquí?-pregunté divertido al notar que andaba jugando con el elástico de mi bañador.
-¿Tú no?-dijo sonriendo mientras se mordía el labio y metía su mano dentro del bañador para jugar con mi miembro. Yo suspiré.
-No lo sé.-me di de hombros. O lo intenté.-Tal vez querías que nos fuéramos a la cama o al sofá.-dije divertido viéndola pensar mientras me daba placer.
-Hmmm. Estoy muy a gusto aquí.-Ronroneó en mi oreja poniéndome aún más caliente, así que yo también decidí explorar su entrada.
-¿Estás segura, nena?-Ella gimió en respuesta cuando empecé a follarla con mis dedos.
De un momento a otro la sentí tensarse.
-¡Emmett, Emmett, Emmett!-Chilló.
-Aquí estoy preciosa.-Decidí ahora comenzar a penetrarla mientras nos uníamos en besos y caricias cada vez más intensas.
-Estamos solos, ¿Cierto?-Preguntó de repente.
Yo no pude evitar reír.
-No es gracioso, Emmett.-Se quejó realmente ruborizada.
-Por supuesto, nena.-Aseguré.-¿Tú crees que te follaría delante de los seguratas?-Alcé las cejas.
-No puedes negar que tienes tu lado exhibicionista.-Rodó los ojos.
-Ahí tienes un punto.-dije divertido mientras dejaba un pellizco en uno de sus pezones haciéndola suspirar. Sonreí.-Pero…no me apetece que ellos tengan la oportunidad de ver esta obra de arte que tengo entre mis brazos.-dije dándole pequeño bocados en el cuello hasta que llegué a su pecho.
-En eso si eres un hombre muy territorial Emmett…-dijo en un suspiró que ahogó cuando nos hicimos uno. Y así seguimos por largo rato hasta ambos terminamos en un delicioso orgasmo. Aún agarrada a mi se colocó un mechón de pelo que se había caído del moño que llevaba. Era una completa diosa.
-Aunque no dudes que saben lo que andamos haciendo aquí.-dije dándole un beso en el hombro. Ella me miró escandalizada.
-¡¿Les tienes avisados?!-dijo abriendo los ojos como platos.
Yo reí y ella me vio mal.-Nena, somos un matrimonio joven y estamos muy enamorados-Me encogí de hombros.-Es normal que tengamos este tipo de calentones a menudo.-Sonreí de lado haciendo que ella se ruborizara. Dejé un beso en su frente. -Así que ellos entienden cuando alejarse.
-Vamos adentro.-Dijo de repente.
Así que sin más, salimos de la piscina y nos secamos antes de entrar.
Más tarde nos fuimos a la habitación a descansar. Rose se había metido al baño, así que mientras tanto yo estaba en la cama entretenido con mi PlayStation. Estaba tan inmerso en mi partida de Elden Ring, que apenas me percate que Rose acababa de salir envuelta en una toalla.
No quería distraerme porque de lo contrario no completaría la misión de la pantalla. Decidí ignorar a la tentadora mujer que tenía como esposa.
Hasta que la música llamó mi atención, había puesto su móvil en la mesita de noche.
Era imposible ignorarla cuando comenzó a bailar frente a su teléfono, dándome la espalda. Y de repente se destapó abriendo la toalla que traía puesta. Inmediatamente reaccioné.
-¡¿Qué haces?!-dije lanzándome sobre ella para cubrirla.-¿Te has vuelto loca?
Ella contra todo pronóstico comenzó a reír sin parar. La miré de nuevo. ¿Estaba loca?
-¡Emmett!-dijo mientras tratara de calmar su risa.
-¡¿Qué?! ¡¿Qué pasa?!-la mire con los ojos abiertos como platos.-¡Ahora eres tú la exhibicionista!
-¡Qué no!-dijo divertida tratando de controlar su risa. Cuando lo consiguió por un momento, me miró y se señaló a sí misma. No estaba desnuda como yo pensé en un principio.
-¡Rose!-dije molesto. ¡Me la había jugado! -Pensé qué...-Bufé fastidiado.-Olvídalo.
-¿En serio creías que haría algo así frente a la cámara?-Se estaba aguantando la risa.
-Yo únicamente reaccioné como cualquier hombre lo haría al ver hacer eso a su mujer.-Fruncí el ceño.
-Ok pero tampoco te enfades.-Acarició mi cara y se estiró para besar mi mejilla.-Era una bromita.-Puso un puchero al que no pude resistirme. Suspiré.
-Más te vale.-Apoyé mis mano sobre su trasero apretándolo.-Porque eres solo mía.-Dije antes de agacharme y besarla con ganas y que ella muy gustosa aceptó. De repente corté el beso, y decidí cargarla sobre mi hombro.
-¡Emmett!-Se quejó ella ahora que sus pies habían dejado de tocar el suelo.-¡Emm!-se quejó de nuevo…
-¿Qué ocurre nena?-sonreí palmeando su trasero.
-¡Emmett, bájame!-dijo suspirando fuerte.-¡Por favor! Voy a…-contuvo la respiración.
-¿Te has mareado, nena?-pregunté con cuidado dejándola cerca del baño. Ella entró corriendo y cerró la puerta. Me senté junto a la cama para darle su espacio. Tras un par de minutos, vi que aún no salía así que me preocupe.
-¿Nena?-pregunté cuidadoso acercándome a la puerta.-¿Estás bien?
La puerta del baño se entreabrió un poquito y sonreí. La escena era muy tierna. Mi Rose andaba sentada en el inodoro junto al lavabo.
-Me has descompuesto con tanto bamboleo.-dijo mirándome con los ojos entrecerrados.
Se me escapó una risita mientras me acercaba. Me puse en cuclillas frente a ella y tomé sus manos entre las mías.
-¿Cómo te sientes?-Dejé un beso en el torso de cada una de ellas.
-Un poco mareada.-Cerró los ojos y suspiró.
-¿Quieres que llamemos al médico?
Ella negó y abrió los ojos.-No quiero médicos, solo quiero descansar.
-¿Estás segura, nena?
-Sí, Emmett.-Se puso de pie y yo también. Iba a replicar pero ella no me dejó -Por favor, no insistas.
-De acuerdo.-Me rendí.-Pero si mañana sigues malita llamaré al médico.-Dejé un beso en su frente.
Tacháaaaaaan. ¡Holaaaaaa! :) ¿Qué tal? Hemos vuelto jajaj La intención es terminar la historia con mi compi de escritura favorita (tú sabes quién eres) ¿Qué os ha parecido la historia? ¿Comentarios? ¡Os leemo! Nos animan a terminarla. Gracias por el apoyo que le dais a esta historia pese a que me tardo 1.000 en actualizar jajaja. ¡Un abrazo fuerte, las queremos!
