ARE YOU IN THERE?
DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.
WARNING: Esta historia en cada one-shot contiene descripciones y menciones de actos de violencia sexual, física y psicológica, así como de temas delicados o detonantes para la salud mental a los que de ninguna manera se pretende faltar el respeto y son utilizados solo con fines creativos. Por favor, tomarlo en cuenta antes de leer.
...
6
EL/LA CULPABLE DE TODO
.
El día que de su boda ambos se pronunciaron en sagradas promesas y sueños que se suponía que honrarían y cumplirían hasta que la muerte los separara: protección, apoyo, dedicación, fidelidad, comprensión y, sobre todo, amor eterno.
Sin embargo, Sakura había sido la primera en romperlos al decidir separarse de él hacía ya poco más de un año.
Por eso es que Sasuke se sintió sumamente molesto cuando Naruto la llamó precisamente a ella, aquella noche en que terminó en el hospital.
—¿Señora Uchiha? — el doctor anunció su entrada nombrando a la mujer junto a la camilla.
—Ella ya no es la señora Uchiha — a pesar de su estado, el paciente se apresuró a corregirlo y le dio una hostil mirada a la que una vez había sido su esposa y al hombre en bata blanca —. Eligió ya no serlo hace bastante.
—¿Cómo está, doctor? ¿Se lastimó mucho? — con toda la clase del mundo, Sakura ignoró el comportamiento de su ex, lo que hizo que éste frunciera el ceño aún más.
—Afortunadamente no, pero lo tendremos en observación por esta noche y mañana podrá marcharse — el médico sonrió y luego miró al convaleciente con falso reproche —. Fue una caída bastante fuerte señor Uchiha, la próxima vez que beba, por favor use el elevador.
Sasuke gruñó en respuesta y desvió la mirada a un lado, por lo que su acompañante fue quien se encargó de llevar el resto de la conversación con el profesional hasta que éste se marchó.
—No tienes que ser grosero con todo el mundo — la dama de cabellos rosados volvió su atención a él y le regaló una pequeña sonrisa —. Tu enojo es conmigo, ¿recuerdas? Depositalo solo en esta dirección.
—Ahora que ya hablaste con el doctor vete, no te necesito aquí.
—Lo sé, pero le prometí a tu madre que me quedaría contigo hasta que ella pudiera venir a recogerte mañana.
Sin pedir permiso, Sakura lo ayudó a acomodarse en la camilla y esponjó las almohadas para que su pudiera descansar su cabeza cómodamente. Sus movimientos fueron firmes y rápidos por lo que él no tuvo como negarse a sus atenciones, aunque tampoco se mostró receptivo a ellas.
Sin importar cuanto dolor sintiera a lo largo de su espalda y sus piernas producto de haber caído dos pisos por las escaleras de su edificio, se rehusaba a dejar que su ex esposa lo cuidara.
—No quiero que sigas hablando con mis padres, ya no tienes nada que ver con ellos — la enfrentó con dureza, aunque, como siempre, Sakura no se intimidó por su mirada furiosa y simplemente se encogió de hombros.
—¿Y qué se suponía que hiciera? ¿No avisarles que tuviste un accidente?
—Ya no soy tu responsabilidad ni tienes ningún deber conmigo — más que una absoluta verdad sonó más bien a un reclamo.
La pelirrosa sabía que su hostilidad estaba más que justificada y que debía ser duro para él aceptar su ayuda cuando se suponía que ambos estaban en proceso de olvidarse el uno del otro, pero, aun así, no se arrepentía de haber tomado la llamada de Naruto y estar ahí para él.
—Tal vez no, pero esto es algo que hago porque eres una persona a la que he conocido por años y aún le tengo aprecio.
Esa simple declaración, dicha sin ninguna restricción, hizo callar momentáneamente a Sasuke, por lo que la mujer aprovechó para tomar su teléfono y enviar unos cuantos mensajes.
—¿Con quién hablas? — él no pudo contener su curiosidad al verla tan concentrada.
—Es personal.
—¿Acaso ya encontraste quien me reemplace?
Aunque no lo dijo con la ironía y hostilidad común en él, ese comentario hizo que Sakura parara en seco de escribir y le diera la mirada más mortalmente seria que le había visto en mucho tiempo. Precisamente desde el día en que firmaron el divorcio.
—No he cambiado de opinión sobre lo quiero para mi vida de ahora en adelante, Sasuke. Así que no vuelvas a decir algo como eso.
Entre ambos se extendió un incómodo silencio pues el Uchiha no supo cómo reaccionar al enojo de la pelirrosa. Al menos rápidamente ésta desdeñó la mala pasada y anunció que iría a buscar un café y volvería en un momento.
En ese lapso de soledad, el hombre postrado en la camilla se permitió pensar en lo poco que ella había cambiado desde que se separaron y lo difícil que eso hacía para él olvidarla por completo.
Habían sido muy amigos desde la preparatoria y su matrimonio los había hecho sumamente felices ambos los tres años que duró. No solían tener discusiones y tenían un entendimiento y vínculo tan especial que todos sus conocidos los llamaban "la pareja perfecta". Sin embargo, todo se fue al carajo cuando la pelirrosa se dio cuenta de que estaba en tercer lugar en la lista de prioridades de su marido y decidió abandonarlo.
Él nunca pudo decirle que estaba equivocada, pues durante dos años completos no hizo más que darle razones para creer que su trabajo y aspiraciones personales estaban por encima de ella. Desde hacerla renunciar a la galería de arte donde trabajaba para que pudieran mudarse a otra ciudad, mantenerla ocupada supervisando las remodelaciones de la casa que siempre había soñado para sí mismo, volver del trabajo cada vez más tarde, hacer largos viajes de negocios y la gota que rebasó el vaso de su tolerancia: pasar a no saber nada de su vida en lo absoluto.
Sakura siempre fue en extremo paciente con él y nunca le reclamó sus faltas ni siquiera una vez. Estaba tan acostumbrada a ellas que, al final, la razón por la que terminó pidiéndole el divorcio fue porque se olvidó del cumpleaños de Mikoto.
"Creí que con el tiempo tu actitud hacia mi cambiaría, que un día tendría más importancia para ti de la que tengo ahora, pero si eres capaz de dejar en el olvido a tu propia madre, creo que no hay muchas esperanzas para mi"
Él se negó a terminar la relación y sugirió que tomarán terapia, pero ella se negó rotundamente. Tenían diferentes ideas de lo que debería ser su matrimonio y no podía continuar dejando de lado sus propios sueños o sus más bajos estándares para comodidad de él.
Era por eso que Sasuke estaba tan resentido con ella, más que por el hecho de haberse alejado, porque no luchó por su amor ni intentó que las cosas mejoraran.
Si desde el principio ella le hubiera hecho saber las cosas que le molestaban, la herían y lo que quería que él cambiara, el Uchiha habría actuado y prevenido que las cosas terminaran así. Pero la mujer tenía una idea muy clara de su esposo y no creía ni un poco que pudiera ser flexible y considerado con ella.
Sakura no creía que la quisiera lo suficiente.
El divorcio fue infierno para ambos, llegando a llorar juntos por lo que estaban por perder, sin embargo, la pelirrosa nunca cambió de opinión y con toda la convicción del mundo afirmó que nunca más se enamoraría ni dejaría entrar el amor a su corazón otra vez.
Sasuke había sido el primer hombre en su vida y sería el último.
Al principio ese hecho le había traído cierto consuelo al Uchiha. Si ella estaba tan convencida de olvidarse del romance era porque sus sentimientos por él nunca desaparecerían. Pero una vez que los papeles estuvieron firmados todo lo que sintió fue odio y resentimiento.
La consciencia de que estaba divorciándose solo porque era lo que ella quería le dio la vuelta por completo al concepto que tenía de quien una vez llamó el amor de su vida.
Sakura no era dulce, amable y considerada, era una cruel y egoísta mujer que prefería abandonarlo a darle la oportunidad de remediar sus errores.
Por eso ahora su interacción con ella era tan tensa. Jamás la perdonaría por lo que le había hecho.
—Acabo de llamar a Mikoto-san, te llevare a casa mañana y ella te visitará por la tarde — la pelirrosa lo sacó de sus cavilaciones al entrar a la habitación —. En cuanto te duermas iré a buscarte un cambio de ropa a tu casa ¿bien?
—Sakura — la llamó con simpleza y de inmediato la mujer le dio toda su atención. Viéndola frente a frente, Sasuke se permitió evaluar su apariencia por primera vez desde que se reencontraron y a pesar de que había cortado su cabello y sus ojos habían perdido su característico brillo romántico, para él seguía siendo la mujer hermosa, cálida y apacible con la que una vez estuvo casado —. ¿Por qué estás aquí?
—Ya te lo dije, Naruto me llamó porque no podía estar aquí para acompañarte.
—No, me refiero a... ¿Por qué decidiste venir?
El tormento fue evidente en su tono de voz por lo que, tras dudar un corto momento, la mujer caminó hasta él y acarició su frente con un cariño al que el Uchiha ya no estaba acostumbrado. Toda la calidez en su vida se las había llevado ella cuando se fue.
—Porque hice el juramento de siempre estar aquí para ti cuando me necesites — ella respondió con una suave sonrisa pasando a delinear su mejilla con el dorso de la mano —. Prometí ver por ti en la salud y la enfermedad.
—No se supone que los votos matrimoniales pierden validez cuando la pareja se separa.
Sakura asintió y su sonrisa se hizo aún más grande, dejándolo sobrecogido en el proceso. Había extrañado tanto verla sonreír.
—No me refiero a mis promesas como tu esposa, sino a las que hice como tu amiga — esa respuesta fue inesperada para él y de inmediato a su mente acudieron todas esas ocasiones en que durante su amistad la pelirrosa lo apoyó y ayudó incondicionalmente. Antes de ser pareja ella ya se había vuelto su persona de más confianza y la piedra a la cual aferrarse para ser fuerte —. Sé que soy una hipócrita por estar aquí, pero no puedo evitar preocuparme por ese chico problemático que conozco desde los dieciséis. Dudo que algún día pueda dejarlo de hacer.
—Entiendo... — él respondió con la voz vacía y el verlo tan desprovisto de su rencor hizo que ella sintiera el peso de lo que le estaba haciendo —. Te agradezco tu preocupación, pero éstas interponiéndote en mi intento de olvidarme de que siquiera existes.
Era más fácil lidiar con la culpa de haberlo dejado cuando Sasuke estaba furioso que cuando era hiriente. Él siempre supo cómo hacerla sentir mal y, desgraciadamente, la conocía muy bien y era consciente de que ella no le regresaría sus duras palabras.
Sakura nunca se atrevía a decirle nada o llevarle la contraria. Era por eso que no sintió que tuviera de otra más que huir de él.
—Lo lamento, entonces... si esto es demasiado inapropiado, puedo irme — ella se aventuró a ofrecerle y los oscuros ojos del hombre que aún amaba se tiñeron en aun más despecho —. Puedo irme y nunca más volver a aparecer frente a ti.
Su voz se rompió ligeramente al pronunciar esas últimas palabras, lo que motivó a su ex esposo a hacerla sentir tan herida como él se sentía.
—Sí, eso es lo que quiero.
Sakura asintió con una mueca de nerviosismo y tomó su bolso y su abrigo del asiento a un lado de la camilla. Mientras se los ponía, Sasuke sintió como el deseo de retractarse se agolpaba en su garganta y su mente clamó a gritos que la detuviera, solo que el poco orgullo que aún le quedaba tras ser abandonado se lo impidió.
Ya le había rogado demasiado.
Esa mujer nunca cambiaría de opinión.
—Entonces, me quedaré en la sala de espera por esta noche y buscaré alguien que pueda llevarte a tu casa mañana — antes de caminar hacia la puerta, la pelirrosa lo miró largamente una última vez y sus ojos y mejillas enrojecieron anunciando que estaba conteniendo las ganas de llorar.
La expresión que puso le recordó mucho a la forma en que se derrumbó cuando le dijo que ya no quería ser su esposa, pero antes de que él pudiera encontrar valor dentro de sí mismo para decir algo que cambiara el hecho de que sus lazos estaban rotos definitivamente, la mujer se movió hacia la salida y sin verlo a la cara susurró un casi inaudible "adiós".
Al día siguiente un amigo lejano que compartían fue quien lo llevó a casa y tan comprensiva con sus deseos como siempre había sido, Sakura nunca volvió a aparecer en su vida.
Él no la invitó a su segunda boda cinco años después, tampoco a la presentación de su hijo, ni a ningún otro evento importante en su vida, aunque siempre se sintió tentado a hacerlo solo para saber si ella aparecería.
Con los años su ex mujer se convirtió en un recuerdo lejano al que de vez en cuando no podía evitar evocar y, de cierta manera, comprendió que no había nacido para ser el marido de nadie cuando terminó divorciándose nuevamente por diferencias irreconciliables, siendo él quien inició el trámite.
Entonces comprendió lo duro que debió ser para Sakura ser quien cargará con el peso de la decisión de romper un matrimonio y deseó hablar una vez más con ella para perdonarla y pedir su perdón.
Lamentablemente, eso ya no le fue posible y tuvo que vivir para siempre con todos los pesares y dudas que tuvo que guardarse desde que ella lo dejó.
—En realidad sí eres de las que cumple sus promesas hasta el final — Sasuke murmuró mirando fijamente la tumba frente a él. Como ella le había dicho, nunca volvió a molestarlo ni siquiera para pedirle asistir a su funeral —. Ojalá yo también hubiera sido como tú.
Porque si alguien no honró su voto de estar ahí en los momentos buenos y malos fue él y no había un máximo ejemplo de ello que la solitaria y larga agonía que Sakura tuvo que pasar al contraer cáncer un año después de su despedida.
Sin nadie a su lado para sostenerla hasta el día que murió.
Sin nadie a quien acudir para apoyarse.
Y sin el hombre que le juró que la cuidaría hasta el final de sus días.
...
NOTAS FINALES:
Este one-shot era más corto, termine entendiéndolo más no sé por qué jajaja. Perdón.
.
Les agradezco otra vez por todos sus lindos comentarios en este capítulo y en los anteriores. Yo sé que no todos los one-shots serán interesantes para todos o que les van a encantar siempre, no se preocupen. Sería una avaricia mía muy tonta querer que fuera así.
De todas maneras, me siento muy motivada para llevar esto hasta el final y lo que llevo avanzado me tiene bastante satisfecha.
En fin, mil gracias otra vez y nos vemos en la siguiente actualización.
