Cenizas de Héroes

El Apellido

A lo lejos de la ciudad sagrada, frente a la costa se levanta un monumental baluarte que vigila el Santuario y alrededores desde la distancia, aquel lugar era llamado "El Yunque" y es la fortaleza-monasterio de la temida y gloriosa Orden del Martillo, desde este enorme e inexpugnable castillo los Caballeros Martillo se lanzan a la batalla ayudando a las naciones de Tierra C o librando cruzadas contra shippers, sasaeng y sobre todo los infames juggalos… y es desde aquí donde una joven Astrid Thulle se reúne con sus colegas Yuseia Kyofza y Boris Lavrov para la misión que su santidad Kylean Loftus les acaba de asignar.

- Hola chicos, tanto tiempo. – les saludaba Astrid muy animada.
- Pero si tu y yo acabamos de vernos en casa para dejar al niño con la niñera. – respondía Yuseia.
- Ah cierto, disculpa.
- ¿Y cuál es la misión que dijiste nos asignaron? – le pregunto Boris a Astrid mientras limpiaba su yelmo cráneo de capellán.
- Ir a la Academia Beforiana.
- ¿Qué? Pero si hace años concluimos la universidad.
- No me refería a eso, me refería a que vayamos, pero como visitantes o algo así.
- ¿Visitantes?
- Dijo su ilustrísima que los jóvenes de ahí serian buenos prospectos.
- No me digas que…
- Así es… ahí están nuestros héroes.

En la academia a un joven alumno de nombre Amaury Thulle le ha ido según el para mal, queriendo pasar desapercibido termino exhibiendo altos grados de conocimiento en su primer día, ya sea que resolviera operaciones matemáticas complicadas fácilmente o hablando el "antiguo alterniano eclesiástico" (una lengua muy similar al latín de los humanos) de una manera tan fluida que parecía ser su lengua materna, todos los alumnos quedaron alucinando por lo que veían, en especial una que estaba ya sorprendida por el hecho de solamente compartir el apellido: Arceli Thulle, había que confrontarlo.

Mientras caminaba hacia la cafetería un tranquilo y silencio Amaury es detenido por una Arceli algo molesta, tenía sus razones.

- ¿Cómo que tú también eres un Thulle? – preguntaba Arceli.
- Lo soy, pero de apellido, mi guardiana fue quien me lo puso.
- ¿Tu guardiana? ¿Qué derecho tiene de hacer eso?
- El de ser la máxima líder de la Iglesia del Sufridor.
- ¿Tu guardiana es Kylean Loftus?
- Correcto.
- Eso no es excusa, para ser un Thulle debes demostrar que eres un guerrero.
- Pues en ti no se nota, "prima".
- No me digas así y claro que soy una guerrera.
- Entonces ¿Por qué no me lo demuestras?
- Concedido.

En un abrir y cerrar de ojos Arceli toma a Amaury de su brazo haciéndole una llave al mismo y estrellándolo contra el frio metal de los casilleros, el solo cruje los dientes soportando el dolor.

- Créeme, puedo romperte el brazo si yo quisiera. – amenazaba Arceli.
- No tienes las agallas.
- ¿Ah no?
- ¡DETENTE! – gritaba alguien de fondo.

La presencia de un par de troll detuvo la precaria pelea, eran Aissyl y Cherth Agarta quienes eran amigos de Arceli, separaron al par antes de que Arceli cometiera una tontería.

- ¿Pero que demonios paso aquí? – preguntaba alarmado Aissyl.
- El me pidió una demostración de que como Thulle era una guerrera y se la di. – respondió Arceli.
- ¿Él te hizo algo? – le pregunto Cherth.
- No tengo permitido lastimar mujeres, sean humanas, troll, teraferox, etc. – le dijo Amaury.

Los dos llegados miraron a Amaury curiosos, Aissyl era de otra clase, pero Cherth era de la misma que ambos Thulle.

- Eres el que dejaba maravillado a los maestros con tu conocimiento. – le dijo Cherth.
- Si, ojalá nunca me hubiesen llamado al pizarrón.
- ¿Te apellidas Thulle? ¿Cómo es eso posible? – preguntaba Aissyl.
- Ojalá lo supiera, pero mi guardiana siempre me compara con un tal Gideon Thulle.

Al escuchar ese nombre Arceli se paraliza y de repente queda mirando fijo, para luego mirar seria a Amaury.

- Ese "tal" Gideon Thulle era mi padre. – le dijo.
- Yo… no se que decir…
- Olvídalo, quédate con el apellido…
- ¿Ok?

Al fondo y sin que los chicos los miraran, un trio de visitantes bien vestidos observaban a una alicaída Arceli acompañada de los hermanos Agarta, Astrid se queda mirando a Amaury que se siente el brazo y se retira de ahí, lo han visto y observado todo.

- ¿Vieron eso? – les preguntaba Astrid.
- Si, esa niña Arceli si que tiene fuerza. – comento Yuseia.
- ¿Pero que hay de ese chico?
- Es como ver… a… alguien conocido. – dijo Boris. – Pero ¿a quién?
- A Gideon.
- ¿Tu lo crees?
- Si, veo en ese niño mucho de Gideon, incluyendo el carácter.
- ¿No es el niño del cual Su Ilustrísima es tutora?
- El mismo, habrá que verlo más detenidamente.

En la cafetería Amaury se sentó listo para degustar sus alimentos en completa soledad como a el le gustar estar, o estuviese de no ser porque de pronto aparecieron Shylia Loftus y Charles Belle a hacerle compañía.

- Se nota que logras sobrevivir al primer día aquí. – le decía Shylia.
- Si, que bonito es que te exhiban como una enciclopedia escrita en hojas de oro y que alguien te quiera romper un brazo solo porque te apellidas igual. – dijo Amaury sarcásticamente.
- Es un día normal para cualquiera aquí. – hablaba Charles. – Te estas adaptando a este ambiente, lo sentirás como tu casa.
- Ojalá.

A su alrededor veía a algunas chicas murmurando cuando lo veían a él, se quedó extrañado.

- ¿Qué tanto cacarean las chicas?
- Eres el chico nuevo de la escuela Amaury. – le respondió Harry Anderson que también se sentó en la mesa con él. – Parece que les resultaste atractivo.
- ¿Yo? ¿Qué tengo yo para resultar atractivo para esas brujas?
- Eres inteligente y bastante educado, no se encuentran chicos así en ninguna parte.
- Claro, solo soy amable, me enseñaron a ser así.
- ¿Y como que Arceli Thulle casi te deja manco?
- Larga historia, solo por llevar el mismo apellido que ella.
- Tranquilo hombre, esas no son excusas.
- Como sea…

Antes de terminar su ultimo bocado de su postre observo a lo lejos a esa chica de la Plaza dejando una bandeja sucia y saliendo de la cafetería, se quedo observando hasta que ella atravesó la puerta, los demás se le quedan viendo.

- Oye Amaury ¿estas bien? – le preguntaba Charles.
- Eh… si… estoy bien, es solo que…
- ¿Solo qué? – también pregunto Harry.
- Vi algo… me llamo la atención.
- ¿Alguna de esas "brujas"? – preguntaba Shylia.
- No, era otra cosa… olvídenlo…

El inmediatamente se levantó de la mesa y dejo la bandeja en su lugar correspondiente, salió de la cafetería buscando a aquella chica, pero esta desapareció entre los pasillos, sentía que veía cosas, incluyendo a tres personas que lo observaban de lejos pero solo eso, algo raro pasaba y él quería acabar con este día lo más rápido posible.

Las clases pasaron una tras otra y Amaury solo podía dejar en claro sus conocimientos cuando los maestros lo hacían pasar al frente, Arceli lo observaba detenidamente ¿acaso este chico tenia algo de su papá en el?, era algo que no la dejaba captar atención en clase, las preguntabas solamente quedaban al aire.

Eran las tres de la tarde, el día de escuela había llegado a su fin y Amaury solamente quería que Issa Belle llegara por Charles y el para irse a casa, pero mientras esperaba en una banca de loza observaba a lo lejos a un par de bravucones molestando a una chica de nombre Ashley Heeler, los dos molestaban a la chica haciéndola intentar recuperar su mochila solo para que se la pasaran como una papa caliente sacando provecho de que ella era mas pequeña que ellos, para Amaury esto lo molesto y se puso de pie, le dejo su mochila a Charles y se dirigió a ellos.

- Oye Thulle ¿adonde vas? – le preguntaba Charles.
- No tardo.

Los dos bravucones observaron que Amaury venia hacia ellos y sin soltar la mochila de Ashley con uno de ellos deteniendo a la chica con una mano le miraron con furia.

- ¿Tu que quieres? – le pregunto uno de los matones.
- ¿Serian tan amables de dejar a esa chica en paz? – dijo Amaury.

Lo único que escucho de ellos luego de un largo silencio fueron risas frívolas ante semejante petición, el otro matón se acercó a Amaury intentando intimidarlo.

- Oh claro majestad, claro que lo haremos. – respondía sarcásticamente el intimidador.
- Vaya, me sorprende que un primate superdesarrollado sepa hacer comentarios sarcásticos, te felicito ¿quieres una banana?
- Te crees gracioso ¿eh? Mira amiguito, nuestros padres son gente de alta clase, meterte con nosotros es meterse con ellos. – dijo el otro matón.
- Ellos al igual que la gente de a pie caga y coje de la misma manera amiguito, nadie esta por encima de nadie.
- ¿Acaso te haces el rudo? Si lo que quieres es pelear esta bien.
- ¿Por qué no? Denme lo mejor que tengan par de orangutanes.

Uno de ellos se acerco para darle un puñetazo, pero Amaury lo esquiva haciéndose a un lado y luego sujetándole el brazo lo carga y luego lo derriba al suelo, lo hace girar de frente mirando al césped y le dobla el brazo sin rompérselo.

- ¿Eso es todo? Yo esperaba más de ustedes.
- ¡Cuidado! – le gritaba Ashley.

Amaury volteo rápidamente y vio que el otro matón se dirigía a el con un bote de basura para dejárselo caer de lleno sobre él, inmediatamente soltó a su víctima y enseguida le pateo la espinilla al bravucón haciendo que la basura del contenedor cayera sobre el matón, rápidamente Amaury tomo el bote y metió en el al tonto matón para darle duros rodillazos en el estomago para luego levantarlo y arrojarlo sobre su amigo, Amaury los vio y los miro desafiante.

- Adelante, tengo más para ustedes.
- Eh… ehh… ¿Quién carajos eres? – preguntaba uno de ellos.
- Me apellido Thulle ¿eso es respuesta suficiente?
- ¡¿Qué?! ¡¿Otro Thulle?! – bramaba asustado el otro.
- Si ¿algún problema?
- Con la loca de Arceli teníamos suficiente, ¡vámonos de aquí!
- Me saludan a sus santas madres.

Los dos matones huyen de la escena del crimen y los estudiantes que observaban empezaron a vitorear y aplaudir a Amaury por su buena acción del día, el simplemente ignoro todo eso y recogió la mochila de Ashley para dársela a su dueña, así como ayudarla a levantarse.

- ¿Te encuentras bien? – le pregunto Amaury.
- Muchas gracias, y si, estoy bien ¿espera también eres un Thulle?
- Algo así, soy Amaury.
- Thulle, él es Amaury Thulle. – dijo Arceli que estaba acercándose.

El pobre Amaury veía como Arceli se acercaba a él mientras Harry Anderson ayudaba a Ashley, la chica con la que compartía el apellido sonreía.

- ¿Por qué dijiste tu apellido? Hasta donde se parecía que no querías que lo llevara. – le dijo Amaury.
- Tal parece que, si mereces llevarlo, solo un Thulle es capaz de sacar al guerrero que lleva dentro para proteger a los mas indefensos.
- Tenia que hacerlo, no iba a dejar que esos esperpentos se salieran con la suya.
- Por lo general yo o alguno de mis amigos les pateamos el trasero, pero contigo seria una adición extra, y te ofrezco disculpas por lo de hace rato.
- No hay problema.
- Entonces ¿"primos"?
- Si, primos.

Los dos se dieron la mano como señal de amistad hasta que apareció la madre de Arceli, la misma Rukbat Arcabi que había ido personalmente a recibir a su hija.

- Arci cariño ¿Qué tal tu primer día? – dijo Rukbat.
- Bien mamá, hay un chico nuevo, creo que apenas llego y tuvo muchas cosas, te será raro porque compartimos apellido, pero te presento a Amaury Thulle.

Rukbat miro a Amaury y quedo paralizada, aquel chico se parecía a cierta persona de la cual estaba profundamente enamorada, Arceli se quedo viendo a su madre que estaba en shock.

- Eh ¿mamá? – preguntaba Arceli.
- Eh… yo… estoy bien cariño, subamos al auto. – dijo Rukbat mientras se retiraba al auto.
- Nos vemos mañana Amaury.

Amaury se limito a despedir con la mano mientras se le acercaba una persona, era la chica de la plaza llamada Nidia.

- Tal parece que has encajado perfectamente en la academia. – le dijo Nidia.
- ¿No sabia que estabas aquí?
- Yo también estudio aquí ¿no sabias?
- Disculpa, es mi primer día en esta escuela.
- Y los que faltan, ojalá podamos conversar más pero ya me voy.
- ¿No te iras en el autobús?
- ¿Autobús? Soy psíquica, no necesito transporte, mis poderes son mi transporte.

Al terminar de hablar se teleporto y desapareció, Amaury quedo con una sonrisa mientras escuchaba a Charles e Issa que lo llamaban, Issa lo saludo bastante animada.

- Y dime Amaury ¿Cómo te fue en tu primer día? – pregunto Issa.
- Es una larga historia.

En el techo de la escuela el trio dirigido por Astrid Thulle observaba a los jóvenes partir a casa, ella sonrió de satisfacción mientras los demás solo miraban.

- Entonces Astrid ¿ese chico es material?
- Si mi querida Yuseia, es material de héroe.