Yamato pensó que sabía lo que era sudar, siendo un jugador profesional de baseball, pero vaya que estaba sudando como si no hubiera mañana mientras jalaba el enorme equipaje tras él por la calurosa calle. Su hijo de tres años, Aoi, iba balanceado en su cadera – el pequeño niño rubio dormía profundamente con su cobija sofocando el cuello de Yamato.
¿Por qué es que siquiera llevó la condenada cosa a Hawái? Yamato no tenía ni idea pero ahora estaba ahí con ellos y solo podía esperar que no la perdieran. La mochila de Aoi estaba en la espalda de Yamato, quien de paso tenía un bolso cruzando por su pecho.
Usualmente, Yamato tenía frío en los aviones y usaba chándal mullido para mantenerse cálido, pero esta vez fue un gran error. En cuanto dejó el aeropuerto y su aire acondicionado y se expuso al clima tropical de la lujosa isla en la que estaban, la ola de calor lo golpeó tan fuerte y el sudor llegó como lluvia. Un miembro del staff de su resort se había ofrecido a llevar su equipaje pero Yamato declinó, viendo que una familia de seis personas tras ellos necesitaba más ayuda.
Las puertas automáticas del lobby del resort se abrieron y una ola de aire fresco calmó el sudor en la acalorada piel de Yamato, revolviendo sus hebras doradas hacia atrás. Su camiseta estaba adhiriéndose a él y el peso de Aoi no estaba mejorando la situación, aunque se sentía mejor sabiendo que una habitación estaba esperándolos – y con algo de fe también la comida. Acababan de bajar de un vuelo largo, y Yamato ni siquiera sabía cómo lo había logrado con su inquieto hijo de tres años, quien tenía hábitos quisquillosos con la comida.
Afortunadamente, la fila en la recepción era corta y mientras Yamato se acercaba a la mujer tras el counter vestida con los colores del resort, sintió a Aoi revolverse; y besó el sudoroso cabello de su hijo.
"Reserva para Yamato Ishida." Dijo con un buen inglés.
"Pasaporte, ¿por favor?" ella pidió dulcemente. Trató de arrullar a Aoi pero el niño solo hizo un puchero y ocultó la cabeza contra su papá, aun desorientado por el vuelo y la siesta. Con una mano, Yamato trató de buscar su pasaporte en sus bolsillos, pero gruñó cuando se dio cuenta que lo había puesto en la mochila de Aoi por seguridad antes de dejar el aeropuerto.
"Un segundo," le dijo a la mujer. Movió a Aoi en sus brazos, de modo que sus frentes se juntaron.
"Aoi, papá tiene que bajarte por un minuto, ¿sí? Solo tengo que encontrar algo y luego podemos ir a jugar." Le dijo suavemente a su hijo.
"¡No!" el niño de 3 años protestó, apretando los brazos alrededor del cuello de Yamato, tratando de encerrar con sus piernas la cintura del mayor.
Yamato soltó un suspiro antes de inclinarse para bajar a Aoi. El niño de inmediato estalló en llanto, rodeando con los brazos las largas piernas de Yamato y rogándole ser cargado otra vez. Yamato lo ignoró mientras se quitaba la mochila y rápidamente buscaba su pasaporte. Se lo extendió a la mujer y ella lo miró con rapidez antes de devolvérselo.
"Correcto." Le dijo. Aoi estaba llorando demasiado para ahora, sus lágrimas distrajeron a Yamato mientras las pequeñas manitos pellizcaban las piernas de su padre. Despertar de la siesta siempre era difícil para él, y era culpa de Yamato por dejarle dormir del aeropuerto al resort.
"Aoi sé un buen niño y deja que papá hable con la señorita y luego te cargaré." Yamato le dijo, tratando de tomar su pasaporte otra vez para tener las manos libres para la tarjeta de la habitación.
"Media pensión, ¿cierto?" la mujer preguntó.
Para ahora Aoi estaba sentado en el suelo, agitando las piernas y Yamato estaba mortificado de que su hijo actuara así en público. Las personas estaban empezando a mirar y Yamato no quería que ellos pensaran que él era un mal padre. Ya había tenido suficiente de esa especulación en la prensa japonesa.
"Sí," dijo distraídamente mientras cargaba a su niño y lo calmaba en sus brazos. Aoi envolvió sus pequeños bracitos alrededor del cuello de Yamato e hipó mientras el mayor palmeaba tranquilizadoramente su espalda.
"Habitación 1608," la chica le extendió su keycard mirando con simpatía a Aoi. "El buffet está disponible para el almuerzo. Llamaré a alguien para que les ayude con el equipaje."
"Gracias," Yamato respondió, tomando la keycard.
"Las actividades empezarán mañana. El itinerario está en su habitación." Le indicó mientras ondeaba la mano hacia alguien para que ayudara con el equipaje. "Por favor, disfruten su estadía."
En cuanto Yamato entró a la habitación, dejó a Aoi sobre la blanca y mullida cama King-size, y agradeció al botones por ayudar con el equipaje. Aoi estaba de mucho mejor humor ahora después del emocionante viaje en el elevador. Se puso de pie y de inmediato empezó a saltar en la cama, los pétalos rojos volaron por el aire y unas risitas escaparon de la boca del infante.
Yamato fue hacia el equipaje y lo abrió buscando un par de shorts y un tank top. Cuando estuvo más cómodo, cargó a Aoi de la cama y dieron un rápido tour por la habitación en la que estarían por dos semanas. Su habitación tenía toda una pared hecha de vidrio con una puerta corrediza que llevaba al balcón de mármol con una pequeña piscina fuera.
El balcón también permitía ver una de las playas principales y la vista era hermosa para Yamato. Deseaba a medias que Aoi fuera algo más grande para que también lo apreciara, pero él podría observar suficiente de la belleza por ambos. El resto de su recámara tenía un pequeño espacio de descanso junto con un amplios, cómodo sofá, una mesa de centro y TV. También tenían un enorme baño con una ducha transparente y una enorme bañera que podía ser usada como jacuzzi. Había una botella de vino colocada en una superficie en forma de corazón al lado de la bañera – y Yamato la miró extrañado.
"Papi, ¿qué es esto?" Aoi preguntó tras él. Yamato giró y encontró a su pequeño de tres años sosteniendo una caja de condones.
"¿De dónde sacaste eso?" preguntó, retirando la caja rápidamente de la mano de Aoi. Definitivamente él no empacó eso – no le encontraba caso ya que la mayor parte del viaje iba a estar corriendo tras un niño de tres años. Es más, no había tenido nada con nadie desde que Aoi llegó a su vida – dedicándose a su hijo y al baseball, además de pasar tiempo siendo demasiado amigable con su mano e imaginación.
"¡Aquí!" Aoi anunció, mostrando a Yamato y abriendo el cajón al lado de la cama. "¿Es regalo para papi?"
Yamato guardó la caja de regreso en el cajón y la cerró. Alguna pareja debió haberlo dejado durante su estadía y el staff no lo había encontrado.
"No es un regalo," le dijo a Aoi, sentado en la cama y cargando a su hijo sobre su rodilla. "Es algo de adultos. No lo toques, ¿sí? No nos pertenece."
"De acuerdo." Aoi asintió. Yamato rio por lo adorable que era y besó su frente.
"¿Quieres enviarle una foto a la abuela?" Yamato preguntó. "Hazle saber que sus chicos llegaron con bien."
"¡Abuela!" Aoi dijo animado mientras Yamato sacaba su celular.
Cuando la cámara apuntó hacia ambos, Aoi automáticamente sonrió y sus ojos brillaron mientras hacía una 'V' con sus dedos. Yamato rio antes de también sonreír y capturar la imagen.
'¡Ya hemos llegado! ¡Hawái es hermoso! ¡Enviaré más fotos después!', envió el mensaje a su madre y hermano junto con la foto que acababa de tomar. Era de noche en Japón así que no esperaba una respuesta hasta dentro de unas horas.
Yamato se sintió cansado por el viaje y bien podría dormir un poco pero Aoi ya había tomado su siesta y definitivamente no estaría bien con Yamato durmiendo por media hora.
Así que Yamato decidió no dormir y fue por sus bañadores y los de Aoi. Desempacaría todo después. Ahora mismo tenían una playa a la cual ir y un buffet que atacar.
Cuando padre e hijo regresaron a su habitación, ambos estaban extremadamente de buen humor. Habían pasado el resto de la tarde en el buffet, en donde Aoi se enamoró de la fuente de chocolate, y luego fueron a la playa. Yamato logró tomar algunas cubetas y moldes para arena; y construyeron un bonito castillo de arena. Ambos habían encontrado algunas bonitas caracolas para decorarlas y justo cuando Yamato estuvo por tomar una foto para enviarla a su familia, Aoi decidió saltar encima y todo lo que Yamato capturó fue una curiosa toma de su Godzilla de tres años.
Los dos olían a mar y estaban cubiertos de arena; pero, ya que era hora de cenar, Yamato quiso que se ducharan y cambiaran para ir antes de dar por terminada la noche.
Aoi estaba hablando de su show favorito de TV, uno donde muchos cachorros actuaban como superhéroes y Yamato estaba escuchando con intensidad mientras presionaba la keycard contra el sensor de la puerta. El botón verde se iluminó y empujó la puerta para abrirla. Él estaba esperando ver el equipaje aun abierto en el suelo y la cama desordenada debido a que Aoi había estado saltando ahí; pero lo que vio fue a otro niño pequeño sentado en la cama y mirándolo con grandes ojos abiertos.
"¡Amiguito!" Aoi dijo, señalando al niño y revolviéndose en los brazos de Yamato, queriendo ser bajado. "¡Papá mira! ¡Amiguito!"
Del shock, Yamato bajó a Aoi viéndolo correr hacia la cama y tomar el brazo del otro niño, moviéndolo con entusiasmo.
"¡Mi nombre es Aoi!" se presentó. "¡Tengo tres años! ¡Hola amiguito!" el otro niño lucía algo traumatizado por la actitud de Aoi y Yamato finalmente recuperó los sentidos y caminó. El pequeño niño se asustó y miró a Yamato antes de abrir la boca y empezar a llorar.
"…no…" Aoi miró a Yamato, frunciendo el ceño. "Amiguito está triste, papi."
La puerta corrediza del balcón se abrió y una mujer de largo cabello castaño, hombros estrechos, y delgado cuerpo entró a la habitación.
"¿Natsu?" la mujer preguntó preocupada mientras iba hacia el niño en la cama. Natsu giró su cuerpo y estiró los brazos hacia ella, quien lo cargó y acarició suavemente su pequeña espalda.
"Todo está bien," lo calmó. "Mamá está aquí. Todo está bien." La mujer hizo contacto visual con Yamato y fue entonces que el deportista notó el parecido que tenía con el pequeño niño.
"¿Qué hacen en esta habitación?" Yamato preguntó con torpeza mirando tanto a madre como hijo. El rostro de la bonita mujer empezó a enrojecer de vergüenza mientras dejaba de mecer a su hijo.
"Parece que hemos tenido registro doble." Respondió, señalando su equipaje en el suelo. ¿Registro doble? Eso no tenía sentido para Yamato. Sus amigos amablemente hicieron una reservación para él y Aoi como regalo para su sobrino. Se suponía que sería un viaje todo incluido solo para él y Aoi. El hotel aún tenía muchas habitaciones, así que era imposible que a ambos les hayan dado registro doble.
"No tiene sentido," Yamato movió la cabeza, "Revisé la reservación y esta es mi habitación. Podemos ir al lobby y solucionarlo."
"¿Estabas al tanto de que esta habitación fue específicamente reservada para el paquete de pareja?" dijo la castaña, aún más roja y sin querer ver a Yamato a los ojos.
"¿Paquete de pareja?" Yamato repitió, sintiéndose más confundido con cada segundo.
"Mis amigos querían ser amables y me dijeron que habían reservado para mí y mi hijo un viaje exclusivo por dos semanas. Claro que convenientemente dejaron fuera el hecho de que habían reservado el paquete de pareja por el alto descuento que había." Explicó.
El rostro de Yamato palideció ante eso y entonces lo pensó aún más. No negaría que sus amigos pudieron haber hecho lo mismo, ellos siempre habían sido algo molestos – además de tacaños.
"Argh carajo," maldijo cuando supuso que quizá también había sido engañado por sus amigos.
Hubo un audible jadeo por parte de Aoi. "¡Papi! ¡Eso es una mala palabra! ¡Necesitas lavar tu boca con jabón!"
El viaje al lobby con ambos niños y una conversación de 45 minutos con el mánager, no resolvió sus problemas. Resulta que él y Mimi – ese era el nombre de la mujer – tenían reservado el mismo paquete como pareja, el cual iba a expirar pronto ya que tenía un alto descuento y fue vendido como un set individual a dos diferentes grupos de personas: los metiches amigos de Mimi y los molestos amigos de Yamato. Ambos grupos sabían que era un paquete de pareja y solo decidieron dejar fuera ese hecho cuando dieron sus generosos regalos a quienes lo ignoraban. Aoi y Natsu tenían menos de seis así que para ellos era gratis en tanto pagara el adulto acompañante. Yamato y Mimi preguntaron si había alguna forma de dejar el paquete de pareja pero la cancelación tenía un costo alto ya que ya estaban registrados y las otras habitaciones estaban ocupadas durante la semana. Con un suspiro derrotado, ambos padres decidieron compartir la habitación hasta que otra quedara desocupada.
"Lamento esto," Yamato se disculpó mientras tomaban el elevador. Él estaba cargando a Aoi otra vez, el niño de tres años estaba algo malhumorado por haber esperado a que los adultos hablaran. "Mis amigos a veces están locos."
"Mis amigos también son un caos." Mimi gruñó. "Definitivamente van a escucharme cuando despierten."
"No habrá regalos para ellos." Yamato dijo con una risa corta y extraña.
Hubo silencio cuando se acercaron a la habitación, y Mimi abrió la puerta con su keycard. Las luces parpadearon y Mimi se adelantó a dejar a Natsu en el sofá. Yamato miró el equipaje en el suelo, sus desordenadas camisetas y pantalones yacían repantigados mientras que las cosas de Mimi aún estaban ordenadas.
Mimi tomó su bolso para sacar dos cajas de jugo de manzana y abrió una para Natsu antes de extenderle la otra a Aoi, quien lo aceptó feliz.
"Entonces, ¿vamos a cenar?" Yamato preguntó, notando que su hijo aún estaba en su bañador y todavía tenía arena por sus piernas. "Primero duchémonos rápido y luego vamos al restaurante." Aparentemente, con el paquete tenían acceso a cada lugar para cuatro o para dos adultos con el que podían acceder a todos los beneficios.
"De acuerdo," Mimi asintió. "Natsu y yo esperaremos aquí."
Yamato también asintió antes de extrañamente agacharse para sacar ropa apropiada para él y Aoi. Sacó un par de bóxers y sintió que se sonrojaba cuando vio a Mimi girar la cabeza y fingir ocuparse aún más con Natsu. No sabía por qué se sentía tan avergonzado de estar sacando su ropa interior – considerando que los dos son adultos – pero es que había algo en la situación.
Su ducha tardó más de lo que Yamato hubiera querido. Aoi estaba fascinado con el teléfono de baño y los crayones de baño que el staff le había dado para que jugara – y con los que había hecho garabatos por las paredes y puerta de vidrio.
Cuando por fin salieron con el cabello húmedo y shorts khaki con camisetas blancas, Natsu y Mimi estaban sentados en el sofá viendo un show en el celular de ella.
"Listo," Yamato tosió para dejarles saber que podían irse. Se preguntó si Mimi lo habría reconocido. Ella no había dicho nada aun pero quizá era solo porque estaba siendo amable. El nombre de Yamato no era desconocido en los titulares después del fiasco de hace tres años – incluso había estado en la cima de la lista de las búsquedas. Su pasado era definitivamente algo de lo que no estaba orgulloso pero la existencia de Aoi lo había cambiado para bien. Él era una mejor persona ahora y aún seguía trabajando en ello cada día.
"¿Tienes hambre? ¿Qué te gustaría comer?" Mimi le preguntó a Natsu cuando estuvieron en el elevador, esperando para ir al restaurante 5 estrellas del hotel.
"¡Nugget de pollito!" Natsu dijo, asintiendo.
"¡A mí también me gustan los nuggets de pollito!" Aoi anunció mientras soltaba la mano de Yamato y saltaba hacia donde estaba Natsu. "¡Y también hay mucho chocolate! ¡Me encanta el chocolate!"
"¡A mí también!" Natsu respondió tímidamente mientras mecía el brazo de Mimi de ida y vuelta. Alzó la mirada hacia su madre como si le pidiera permiso para ser amigo de Aoi.
"Puedes jugar con él, bebé." Mimi asintió. "Aoi puede ser tu nuevo amigo."
"¡Amiguito!" Aoi gritó emocionado. El elevador sonó y se detuvo en el piso del restaurante, dejando que el grupo de cuatro fuera al registro.
"Mesa para cuatro. Somos de la habitación 1608." Yamato asintió hacia la mesera. Ella revisó la lista antes de que ellos fueran dirigidos hacia un booth. Todo era estilo buffet, al parecer.
Yamato dejó que Mimi fuera primero por su propia comida y la de Natsu.
"Natsu, ¿cuántos años tienes?" Yamato preguntó mientras abría un paquete de crayones para que los niños compartieran en sus páginas para colorear.
"Tres." El niño respondió, alzando tres pequeños deditos.
"Como Aoi," Yamato le sonrió, desordenando el cabello de su hijo. Se sintió mal por hacer que Natsu llorara durante su primer encuentro y esperó que el niño no tuviera una impresión negativa de él.
"¿Te gusta nadar? Podemos ir a nadar mañana. Hoy Aoi y yo construimos un bonito castillo de arena en la playa. Podemos hacerlo también mañana." Yamato trató de tener una conversación.
"Solo si mami también va." Natsu asintió con timidez. Él era un niño muy obediente, tal como Aoi.
Mimi regresó en ese momento, con dos platos llenos de comida y cuando se sentó, Yamato se puso de pie para ir por su comida y la de su hijo.
Cuando regresó tenía su propia comida y otro plato lleno de nuggets de pollo y cangrejo – porque esas eran las únicas cosas que Aoi dijo que quería comer – y notó que Aoi y Mimi habían cambiado de lugar para que los dos niños pudieran sentarse juntos y compartir comida de un plato mientras coloreaban con intensidad un auto de carrera.
"Querían sentarse juntos," Mimi dijo nerviosamente mientras Yamato se sentaba a su lado. "Espero que no te moleste."
"No, todo bien." Yamato asintió. Hubo un extraño silencio durante unos minutos mientras los adultos comían y veían a los niños colorear – aunque ninguno lo hiciera dentro de la línea – y hablar de sus shows favoritos de TV. Yamato notó que Aoi era más ruidoso y Natsu no tanto, pero sus expresiones faciales hablaban por él.
"¿Y por qué están de vacaciones?" Yamato preguntó de súbito, queriendo saber más de ella.
"Es un regalo de graduación por parte de mis amigos." Mimi respondió.
"Oh, felicitaciones," Yamato dijo. Había notado que Mimi lucía demasiado joven para ser madre soltera, pero no habría pensado que era una recién graduada.
"Sí," Mimi respondió con una sonrisa tímida. "Me tomó más de lo esperado pero lo hice."
"Si no te molesta que pregunte, ¿en qué carrera?"
"Literatura." Mimi respondió. "Enseñaré en una preparatoria el siguiente semestre, así que será algo diferente." Rio. "¿Por qué están de vacaciones ustedes?" fue su turno de preguntar.
"Soy jugador profesional de baseball." Yamato respondió, observando la reacción de Mimi.
"Eres el bateador de los Giants," Mimi dijo con un corto asentimiento. Los ojos de Yamato se abrieron grandes ante esto; de modo que Mimi sí sabía quién era él.
"La temporada ha terminado," Yamato siguió hablando, "Y todo lo que duró, no pude pasarlo con Aoi, así que mis amigos reservaron este maravilloso viaje para que nos relajemos."
"¿Aoi no se queda contigo durante la temporada?" Mimi preguntó.
"Sí," Yamato asintió, "Pero con los entrenamientos y juegos, es mi mamá quien termina cuidándolo. Usualmente, le hago dormir y lo despierto en las mañanas, pero eso es todo. Lo extraño mucho, en especial cuando tengo que viajar debido a los juegos, así que este viaje se suponía que sería para que los dos recuperemos el tiempo perdido."
"Fue dulce de parte de tus amigos hacer esto para ti," Mimi le dijo, mirando a los dos niños. Ellos aún estaban hablando, y tenían restos de nugget en sus mejillas.
"Tus amigos suenan geniales, también, por reservarte este viaje," Yamato dijo. Aun cuando el paquete estaba en descuento, seguía estando algo caro. Yamato amaba a sus amigos y compañeros de equipo, pero no sabía si alguna vez él les compraría un caro paquete vacacional.
"Lo son," Mimi asintió, sus ojos estaban llenos de admiración mientras pensaba en sus amigos. "Me ayudaron mucho con Natsu. No sé dónde estaría sin ellos."
"Bueno, supongo que no estaríamos en esto juntos si no fuera por ellos," Yamato rio.
Ambos esperaban averiguar si eso era algo bueno o malo.
"Podemos tomar el sofá," Mimi dijo mientras tenía a Natsu en brazos. Aoi ya se había colocado en la enorme cama y estaba acurrucado en la almohada. Yamato también estaba de pie, sintiéndose extraño, con las manos en los bolsillos. Se sentía mal que Mimi y Natsu no durmieran en la cama durante sus vacaciones, pero no sabía qué más hacer. Obviamente, no estarían cómodos de tener que compartir la cama. Yamato ofrecería dejar que Natsu compartiera la cama con Aoi, pero entonces eso no le daría espacio a él para dormir.
"¿Segura?" Yamato preguntó. "Estoy seguro que podemos pensar en algo más. No quiero que los dos duerman en el sofá el resto del viaje."
"No pasa nada," Mimi movió la cabeza. "Natsu y yo podemos con ello. Aoi se ve muy cómodo ya."
"Aun así, me siento mal…" Yamato dejó pendiendo su oración, mirando de ida y vuelta entre Aoi y Mimi.
"Por favor no, Yamato," Mimi dijo. "Natsu y yo estaremos bien. Hemos dormido en peores condiciones antes."
Yamato frunció el ceño, sin gustarle la idea de que Natsu y Mimi durmieran incluso peor que en un sofá – por muy espacioso que este fuera.
"Quita esa mirada preocupada," Mimi rio. "A veces vamos al departamento de un amigo porque nuestra calefacción se descompone. No es tan malo."
"De acuerdo," Yamato cedió renuente. Ya pensaría en otras formas de hacer que Mimi y Natsu estuvieran más cómodos mañana.
"Iremos a ducharnos," Mimi señaló hacia el baño. "Trataré de no hacer mucho ruido para que tú y Aoi puedan dormir bien."
Aoi ya estaba muy dormido y Yamato, a decir verdad, se sentía cansado también. Vio cuando Mimi y Natsu entraron al baño y cerraron la puerta, la luz se asomaba por las rendijas.
Con un suspiro, Yamato tomó algunas almohadas extra de la cama y las colocó en el sofá antes de también tomar dos cobertores del clóset. Las desdobló y tendió bien antes de encender una lámpara para ambos. Luego, apagó la luz principal y entró a la cama con Aoi. Su pequeño de tres años pareció sentir su calidez, y decidió acurrucarse más cerca de él en su sueño. Yamato besó su frente antes de cerrar los ojos. Él iba a encargarse de que estas vacaciones fueran las mejores.
¡Hola! Aquí reportándome y pasándoles a dejar historia nueva, pero esta vez se trata de la traducción de una historia que ha sido reescrita exclusivamente para el fandom MiMato. Esta historia pertenece a una amiga llamada MissBloom – que actualmente ya no pertenece a ningún fandom – quien me dio toda su autorización para hacer la traducción y traerla para ustedes.
Así que, espero se diviertan leyendo esta veraniega historia ^^/
