Capítulo 2. Debut en Junior's.
La oscuridad de la noche y una espesa y casi intoxicante neblina, impedían que los elementos de la Ley pudieran acertar un disparo contra la mujer de cabellera escarlata, quien se escabullía entre los individuos armados mientras que aquellos que no podía esquivar, los derribaba aprovechando el caos. Pero no era la única, una misteriosa figura espectral se abalanzó sobre aquellos que la pelirroja había dejado ilesos. La esquiva mujer pensaba que nada la detendría cuando de entre la niebla emergió la figura del inclemente hombre de hojalata que, sin titubear, asestó un golpe directo de su hacha, acabando así con la que alguna vez fuese conocida como la Cazadora Roja.
Fue entonces que Pyrrha Nikos despertó de golpe, respirando agitadamente y con su rostro y pijamas empapados de sudor. Aún aturdida por el extraño sueño que había tenido, volteó hacia la ventana, confirmando que se encontraba en su dormitorio de la academia Beacon. Con una mano sujetaba su ejemplar de "Teatro del Misterio" que recién había comprado el día anterior. Al parecer se había quedado dormida mientras leía historias sobre detectives, vigilantes, vengadores y demás justicieros de máscaras, antifaces, gabardinas y sombreros que resuelven crímenes y hacen justicia de diversas formas y con distintos estilos, dentro y fuera de la ley, generalmente fuera de la ley.
—Es bueno ver que ya has despertado —se escuchó repentinamente en la habitación, provocándole un sobresalto a Pyrrha, quien se cubrió hasta el cuello con las sábanas al ver que se trataba de su compañero de equipo, Lie Ren. La pelirroja vio cómo su compañero de equipo se acercaba a ella desde la puerta de la habitación. En ese momento Ren tenía una expresión más seria que de costumbre y sus manos colocadas a sus espaldas; además portaba un mandil rosa con blanco con la leyenda "Please do nothing to the cook".
—Le acabo de servir a Nora una torre de hotcakes así que solamente tienes unos cuantos minutos para explicar ésto —sentenció Ren extendiéndole ambas manos a la pelirroja, quien abrió como platos sus ojos color esmeralda. En su mano izquierda, Ren sostenía los goggles de lentes rojos y una bandera roja que Pyrrha había usado como capa anoche; mientras que en la mano derecha sujetaba su scroll, en cuya pantalla se podía leer el encabezado de un artículo "La Cazadora Roja ataca. Nueva figura criminal de Vale. Por Lisa Lavender".
Mientras tanto, en el comedor de la academia Beacon, las chicas del equipo RWBY desayunaban tranquilamente cuando fueron abordadas por Sun Wukong.
—¡Buenos días chicas! y Reina del Hielo, creo que esto les puede interesar —saludó el joven fauno mientras sacaba su scroll, del bolsillo de su pantalón, para reproducir el video del reportaje de la periodista Lisa Lavender.
"La noche de ayer, el Departamento de Policía de Vale incautó más de una tonelada de polvo robado y armas, que se encontraban almacenadas en una bodega ubicada al norte del sector comercial de la ciudad. Los oficiales arribaron al lugar atendiendo una denuncia ciudadana. Al ingresar al inmueble..."
—¡Aburrido! ¿Por qué tenemos que escuchar noticias a esta hora? ¿Por qué no mejor pones videos de gatitos o perritos? —reclamó una adormilada Ruby mientras removía lentamente su cuchara en el plato de cereal con leche que se había servido.
—Ruby Rose —intervino Weiss, levantando su índice derecho mientras que su mano izquierda la había colocado en su cintura, adoptando una pose como si se tratase de una especie de institutriz, pensó Ruby—, como aspirantes a ser cazadoras en el futuro, si queremos resolver casos como el de Roman y el White Fang, debemos estar al corriente con las noticias de la criminalidad en Vale.
—No me imaginaba que te interesara ver noticias, Sun —comentó Blake sorprendida.
—En realidad no me gusta ver noticias, sólo me enteré de este video por Neptune —aclaró Sun mientras se rascaba la nuca un poco apenado.
—¡Ah! ¿Así que Neptune? —intervino Weiss con tono irónico.
—Sí, como le encanta esta periodista, Neptune está suscrito a su canal y diario le llegan notificaciones; así es como me enteré —explicó el fauno.
—¡Ja! Era de imaginarse, particularmente después de que ayer tu amiguito nos dejó plantadas porque prefirió irse con unas chicas que conoció en el bar —comentó la peliplateada con un marcado tono despectivo.
—¡Oye! Quizá Neptune nos dejó plantados pero... fue porque... mientras nos esperaba, lo abordaron un par de chicas que... lo invitaron a ir a otra parte y... como todo un caballero que es... no pudo rechazarlas —replicó Sun tratando de hilar una excusa que fuese convincente incluso para él mismo.
—¡Uy! Póbrecito de tu amigo Neptune, no llegamos a tiempo para salvarlo de las bandidas —exclamó sarcástica la joven Schnee.
—¡Ok! ¡Suficiente con ustedes 2! Los voy a amonestar por no dejar escuchar el chisme del video —todos guardaron silencio ante la amenaza de la "Réferi Yang", mientras que el reportaje continuaba reproduciéndose.
"4 sospechosos, tres de ellos con posibles nexos a Hei Xiong Jr. y el cuarto señalado como presunto miembro de la organización extremista White Fang, fueron detenidos y puestos a disposición de agentes de la Fiscalía de Asuntos Especiales. Por otra parte, el joven aficionado, hallado también en el lugar mientras era agredido por la Cazadora Roja, no fue detenido ni se le levantaron cargos. Sin embargo, la policía de Vale hasta ahora no ha logrado detener a la misteriosa mujer que, citando a los oficiales que estuvieron presentes, amenazó de la siguiente forma: 'Muy pronto, ustedes y toda la ciudad de Vale sentirán ¡La Estocada de La Cazadora Roja!'. Reportó para VNN, Lisa Lavender".
—Y bien ¿qué opinan? —cuestionó Sun mientras tecleaba en la pantalla de su scroll para finalmente guardarlo.
—Pues sí está simpática la tal Lisa Lavender —comentó Yang con total naturalidad antes de recibir un codazo de Blake.
—Sun se refiere al reportaje —masculló la joven de cabello oscuro.
—¡Ah, claro! Creo que quizá deba ir a ver a un "amigo" para preguntarle "cortésmente" ¿en qué andan metidos sus esbirros? —comentó Yang tronándose los nudillos.
—En mi caso no entiendo por qué una supuesta nueva criminal se haría llamar "Cazadora" ¿Será acaso que quiere desprestigiar a las y los cazadores, así como a estudiantes como nosotras? —agregó la joven Belladonna.
—Es claro que esa Cazadora Roja es solamente una oportunista que quiere sacar provecho del ambiente de incertidumbre e inseguridad que han provocado Roman Torchwick y el White Fang —finalmente participó Weiss con su análisis—. En cuanto al novato que se menciona en el reportaje, obviamente se trata de alguien inmaduro e imprudente, probablemente algún resentido que no logró aprobar el examen de admisión a Beacon, porque ¿Quién puede ser tan tonto para arriesgar su propia seguridad y creer que, con ponerse una capa y antifaz, va a ser capaz de combatir solo el crimen de esta ciudad?
—¡Hola, chicas! Weiss —saludó Jaune Arc, que se encontraba de pie al costado izquierdo de la joven Schnee, quien trató de disimular su impresión volteando en dirección opuesta al rubio, resaltando el hastío que éste le provocaba.
—Hablando de tontos imprudentes —exclamó Weiss con voz desdén—. ¿Qué se te ofrece ahora, Jaune? ¿No ves que estamos debatiendo sobre temas importantes?
Ante el tono duro y cargado de molestia de Weiss, los demás presentes prefirieron no pronunciar una sola palabra y voltearon a ver a Jaune, esperando la respuesta de éste.
—¡Oh! Ya veo... Perdón, no era mi intención interrumpir. Solamente pasaba a saludar y quería aprovechar para devolverle su capa a Ruby —explicó el rubio sacando de su mochila la prenda roja, cuidadosamente doblada, para entregársela a su dueña.
—¡Gracias, Jaune! —exclamó Ruby sorprendida y contenta— No me esperaba que me la devolvieras justo ahora.
Blake y Yang intercambiaron miradas de extrañeza ante la situación, mientras que Weiss observaba boquiabierta cómo Ruby, en agradecimiento, abrazaba al joven Arc. Levantándose de su asiento y con mirada fulminante, la joven Schnee apartó a Jaune de Ruby, arrebatándole al rubio la capa roja.
—¿¡Cómo te atreviste a tomar un artículo tan personal y preciado para Ruby!? Ya se me hacía raro verla sin su capa —espetó Weiss parándose detrás de Ruby para colocarle la capa con sumo cuidado—. ¿¡Qué hacías con la capa de Ruby!? ¡Responde, Jaune Arc! —cuestionó la peliplateada apuntando con su dedo flamígero.
—Weiss, calma, por favor. Jaune tan solo... —trató de intervenir la joven Rose, apenada por el trato que su amigo estaba recibiendo pero, al mismo tiempo, temerosa de que todos se dieran cuenta que Jaune era el justiciero aficionado mencionado en el reportaje que acababan de ver.
—Descuida, Ruby, yo me encargo de esto —interrumpió la peliplateada con sutileza y serenidad hacia la líder del equipo RWBY; pero retomó su tono inquisidor en cuanto se dirigió de nuevo hacia Jaune—. ¿Y bien, qué tienes que decir en tu defensa?
El rubio se rascó la cabeza y después paso su mano sobre su cuello, evidenciando la pesadez de su preocupación por la situación en la que se había metido.
—Lo que sucede es que ayer por la tarde me encontré a Ruby en el pasillo y... — la joven Rose se había puesto aún más nerviosa temiendo que Jaune fuera a confesar toda la verdad de lo que había sucedido el día anterior— estaba tan alterado que no me fijé por donde iba y choqué con ella. El problema es que Ruby llevaba galletas y chocolate que había tomado a escondidas de aquí del comedor y por eso no quería que ustedes se enteraran.
Weiss miraba con suspicacia al joven Arc. Por su parte, Yang y Blake escuchaban atentas intercambiando miradas cada vez más seguido, como si entre ellas estuviesen comentando con gestos el relato de Jaune. Mientras que Sun prefirió servirse un tazón de cereal con fruta para sentarse y escuchar el chisme mientras desayunaba algo.
—El punto es que, al chocar con Ruby, le derramé su vaso de chocolate en su capa —continuó explicando el rubio—. Me sentí tan apenado con ella, que le ofrecí llevar su capa a lavar y entregársela totalmente limpia.
La joven Rose estaba asombrada de la coartada de Jaune, particularmente porque Weiss parecía complacida por la explicación del líder del equipo JNPR.
—De acuerdo, considero que hiciste lo correcto; pero será mejor que tengas mucho cuidado de aquí en adelante. Ya puedes retirarte —la joven Schnee hizo un ademán con su mano izquierda, como si Jaune se tratase de algún sirviente. Posteriormente dirigió su atención hacia Ruby—. Y usted señorita, es mejor que deje de consumir tanta azúcar; no quiero perder a mi líder de equipo por culpa de la diabetes.
—Oiga general Schnee... quiero decir Weiss; Blake y yo iremos más tarde a Vale a comprar algo de ropa, si gustas te podemos conseguir una capa y sombrero blancos —el comentario repentino de Yang hizo que Weiss la mirara confundida mientras que la joven Belladonna se cubría la boca para aguantarse la risa.
—¿Qué insinúas, Yang? —cuestionó la peliplateada, haciendo pucheros y colocando sus puños sobre sus caderas—. ¡No necesito ninguna capa! Además, en esta ciudad ya sobran los encapotados —la afirmación de Weiss provocó que Ruby también hiciera pucheros—. No lo digo por ti, Ruby. A diferencia de las criminales y los vigilantes aficionados, tú eres la única que puede usar y lucir una capa.
—¡Ok, encapotadas! Yo mejor me retiro porque aquí espantan —comentó Sun tras haberse terminado su tazón de cereal.
—¡Uy! Nosotras también, ya se nos hizo tarde para ir a clase ¿verdad, Blake? —dijo Yang simulando preocupación.
—Cierto, no queremos que nos pongan retardo —agregó la joven Belladonna siguiéndole el juego a la rubia, mientras se levantaban de su asiento y huían antes de que Weiss les impusiera algún régimen de dieta o las regañara por cualquier otra razón.
En cuanto a Jaune, como ya había sido totalmente ignorado por Weiss, no le quedó mas que también retirarse pero sin despedirse. "Al menos ya tengo una idea de dónde conseguir una capa nueva" pensó mientras se alejaba del comedor, escuchando a lo lejos el sermón de Weiss hacia Ruby quien solamente gimoteaba.
Quien también recibía un sermón, en ese momento, era Pyrrha Nikos. La pelirroja le había narrado a Lie Ren, con lujo de detalle, su versión de los hechos de anoche.
—¿De verdad le dijiste "animal" a un fauno del White Fang mientras lo abofeteabas? —preguntó Ren sorprendido.
—S-sí ¡Lo siento! Pero es que me molestó mucho ver cómo entre 4 golpeaban a Jaune —explicó la pelirroja—. Verlo en el suelo tan indefenso me hizo temer que pudieran hacerle lo mismo que a Tukson.
—Pero el sujeto no te confirmó que hubiesen sido ellos o Roman quienes atacaron al dueño de la librería —replicó Ren.
—Si tan solo el miembro del White Fang hubiese cooperado... —masculló la joven Nikos, desviando la mirada para no ver directamente a su compañero, que parecía decepcionado por las acciones de su compañera.
—Pero en lugar de intentar interrogarlo de otra forma, descargaste tu enojo con él y lo dejaste inconsciente —como Pyrrha no respondió, Ren continuó—. ¿Y qué te llevó a adoptar el papel de villana? No me digas que nada más por seguirle el juego a Jaune, porque bien pudiste haberte liberado de su sujeción y aclararle todo. En lugar de eso, preferiste pretender ser alguien más. Tú que ayer por la tarde habías intentado convencer a Jaune de reconocer el valor de sí mismo y de sus propias acciones ¿Por qué entonces el cambio de postura?
—¡Porque estoy harta de que siempre me pongan en un pedestal! ¡Estoy harta de que me consideren tan pura e inalcanzable que nadie quiera acercarse y al menos hablar conmigo! —espetó Pyrrha.
—Sí claro, nadie — bufó Ren ofendido, cruzándose de brazos—. Entonces ¿tu gran origen como supervillana es que quieres que la gente socialice contigo sin glorificarte pero que tampoco te ignoren como lo hace Jaune? Al menos no culpaste al empresario multimillonario de las películas de superhéroes.
—Lo siento, no hay un gran origen tras mi decisión ¿ok? —exclamó la pelirroja—. Actué impulsivamente, desde el momento en el que decidí ir por Jaune para ayudarlo. Y cuando pude haber elegido una solución más inteligente, solamente me dejé llevar por lo que sentía al estar ante él en ese momento.
—De acuerdo, ahora que estás más reflexiva ¿piensas continuar con esto de la Cazadora Roja? —cuestionó Ren, colocando los goggles rojos y la capa roja sobre el regazo de su compañera. Pyrrha observó por unos instantes ambos objetos, mordiéndose los labios.
—Sí, continuaré siendo la Cazadora Roja. Pero no lo haré por Jaune, lo haré por mí misma. Quiero hacer esto en serio y resolver el caso de Tukson; también quiero hacer todo lo que esté en mis manos para descubrir qué es lo que planean Roman Torchwick y el White Fang. Y para ello necesito hacerle creer a todos que la Cazadora Roja es realmente una nueva criminal, porque sólo como una criminal podré enterarme y hacer cosas que ni la policía ni los cazadores en Vale podrían —afirmó la joven Nikos con total convicción.
—Temía que respondieras algo así —exclamó Ren con resignación, soltando un gran suspiro—. En ese caso no me dejas otra opción mas que... unirme a tu causa o, mejor dicho, a la organización criminal de la Cazadora Roja —el chico de cabello oscuro se sentó a la orilla de la cama de Pyrrha, apoyando su mano derecha sobre las manos de la pelirroja, esbozando una sonrisa.
—Gracias, Ren. Perdón si he terminando metiéndote en esto —comentó la chica de ojos color esmeralda mirando directamente a los ojos magenta de su compañero.
—Tú misma lo dijiste ayer: somos equipo y, como tal, debemos apoyarnos entre todos sin importar nada.
En ese momento los ojos de Pyrrha se abrieron por completo y su rostro comenzó a reflejar una enorme preocupación.
—¡Equipo! ¡Es verdad! ¿¡Qué hay de Nora!? ¡Si se entera de lo que haremos, nos romperá las piernas a ambos! —exclamó la pelirroja sujetando aún más fuerte la mano de Ren.
—¿Qué harán para que yo les quiera romper las piernas? —Preguntó Nora, quien estaba recargada con una mano sobre el marco de la puerta de la habitación.
—¡Nora! —Gritaron al unísono Pyrrha y Ren. El chico de delantal rosa soltó inmediatamente a su compañera y de la impresión cayó al suelo. Mientras que la pelirroja se cubrió nuevamente con las sábanas hasta el rostro, sólo dejando libres sus ojos, ocultando la capa y los goggles rojos lo mejor posible.
— Este... pues... verás... —balbucearon ambos hasta que Pyrrha pudo hilar una idea—. Verás, Nora, Ren quería... sorprenderte con un regalo para... ¡El baile! Sí, para el baile que dará Beacon camino al Festival Vytal y me estaba consultando para que lo ayudara ¿Verdad, Ren?
El chico del delantal rosa asintió con la cabeza por mera inercia, sin saber a cuál de sus compañeras voltear a ver para saber qué decir.
—¡Oh! ¿Y qué clase de regalo me darás? —preguntó la joven Valkyrie dirigiéndole una sonrisa coqueta a su compañero, quien se ruborizó un poco y se puso aún más nervioso.
—Eh... pues... yo pensaba en un...
—¡Vestido! —intervino Pyrrha— Justo me comentaba Ren que quería regalarte un vestido pero que necesitaría ayuda para elegir uno que te guste y que sea de la talla correcta.
—¡Oh, vamos, Ren! ¡Llevamos ya muchos años juntos como para que no conozcas mis gustos o mis medidas! —afirmó Nora con ligereza para inmediatamente reparar en lo que había dicho—. Bueno, llevamos mucho tiempo juntos pero no juntos "juntos", ustedes me entienden —las mejillas de Nora también se habían sonrojado y tanto ella como Ren evitaron mirarse directamente.
—¡Ejem! Será mejor que me aliste para irnos a clase —exclamó Pyrrha buscando romper el silencio incómodo que se había dado en la habitación—. Y esta tarde iré con Ren a buscar tu vestido.
Nora asintió emocionada, y se despidió rápidamente para adelantarse a apartar lugares en el salón. Quedando una vez más solos Pyrrha y Ren. Habiéndose asegurado que la joven Valkyrie ya se había ido, el chico recobró su semblante más sereno y le extendió a su compañera el revólver que anoche había usado para escapar de la policía.
—También la encontré con tu capa y los goggles pero antes de entregártela quería estar seguro de tus intenciones con este asunto de la Cazadora —explicó el joven Lie mientras la pelirroja observaba el arma.
—Gracias, Ren. De hecho tengo una idea de qué hacer con ésto.
Un par de horas más tarde, en el taller de la Academia Beacon, el equipo JNPR y otros alumnos trabajaban en sus armas mientras eran supervisados por el profesor Peter Port. Pyrrha había aprovechado esta oportunidad para hacer modificaciones en el revólver que había usado anoche como la Cazadora Roja.
—Jóvenes, en esta ocasión quiero que me muestren propuestas originales que podrían aplicar en sus armas. Cada día son descubiertas nuevas especies de grimm, así que ustedes necesitan usar la imaginación; pero también quiero ver ideas funcionales —explicaba el viejo profesor mientras caminaba entre las mesas de trabajo—. A ver... Señorita Nikos, explíqueme ¿por qué está trabajando en otra arma que no le había visto antes?
—¡Seguro! Estoy explorando otras funciones y municiones para mi rifle Miló pero, como no quiero dañar mi arma antes de haber verificado la seguridad de estos materiales, pienso probar primero con esta pistola —explicó Pyrrha mientras mostraba unas cápsulas de polvo y el revólver que usaría.
—¡Excelente, señorita Nikos! Muy astuta al no poner en riesgo su arma insignia con munición o modificaciones que no han sido puestas a prueba —exclamó el profesor Port haciendo que todos voltearan a ver a Pyrrha, lo cual la incomodó un poco—. Sigan el ejemplo de la señorita Nikos. Tengan respeto por su equipo. Sus armas son una extensión de ustedes, no las pongan en riesgo sino están seguros de lo que harán con ellas —ante las palabras del profesor, algunos alumnos, como Cardin Winchester y su equipo, miraron con recelo a Pyrrha—. ¡Señor Arc! ¿¡Qué piensa hacer con ese escudo!?
Jaune sostenía sobre su cabeza su escudo, listo para recibir un golpe del martillo de Nora.
—Acabo de colocarle una calcomanía a mi escudo, probando diseños nuevos y quiero saber si resiste los ataques —explicó el rubio como si se tratase de una gran innovación, mientras que el profesor Port sentía que su alumno le estaba tomando el pelo.
—Y yo acabo de cargar la cabeza de mi martillo con medio kilo de polvo de viento, así que ¡Atrás todo mundo! —la advertencia de Nora precedió apenas unos segundos su ataque, por lo que nadie tuvo oportunidad de resguardarse cuando la joven Valkyrie golpeó el escudo de Jaune, generando una gran onda de choque que destruyó los vidrios y las ventanas del taller, además de arrojar herramienta y material de trabajo por los aires y derribar a la mayoría de los presentes, incluyendo el profesor Port.
Para la buena suerte de Nora y Jaune, nadie resultó seriamente lastimado, sin embargo el viejo profesor estaba tan molesto como despeinado.
—¡Es todo por hoy, jóvenes! En vista de que el taller y mi espalda no están en condiciones para continuar, doy por concluida esta clase —ordenó el profesor Port mientras se incorporaba con dificultad—. ¡Ustedes dos no se irán todavía! —indicó el profesor, deteniendo a Nora, quien ya comenzaba a celebrar que la clase terminara temprano, mientras que Jaune no dejaba de "vibrar" tras el impacto que había recibido—. Por su irresponsable acto que han cometido en mi clase, se quedarán limpiando todo este desastre ¡Los demás pueden retirarse!
A pesar de la indicación del profesor Port, tanto Pyrrha como Ren, se quedaron para apoyar a sus compañeros y amigos. Cuando en el taller sólo quedaron los 4 miembros del equipo JNPR, Pyrrha usó su semblanza de polaridad para alzar y ordenar toda la herramienta y materiales de metal mientras que los demás se enfocaron en barrer, limpiar el piso y recoger todo el vidrio roto. De esta forma, lo que pudo haber tomado el resto de la tarde, solamente le costó menos de 10 minutos al grupo de amigos.
—Muchas gracias, chicos —dijo Jaune con escoba aún en mano.
—¡Sí, muchas gracias, Pyrrha! Y, por supuesto, Ren —exclamó contenta Nora abrazando por la cintura a Pyrrha, levantándola por unos instantes, mientras que a Ren le pellizcó la mejilla —. ¡Esto merece ser celebrado con algo de comer!
—Lo siento, Nora pero yo quisiera quedarme a terminar mi trabajo —mencionó la joven Nikos, soltando un leve suspiro.
—Oh... ok... ¿Y tú, Ren, vienes? —preguntó desairada la joven Valkyrie.
—Creo que me quedaré para ayudar a Pyrrha y que así pueda terminar antes porque recuerda que hoy iremos a buscar... ya sabes qué —respondió tímidamente Ren, acercándose al oído de Nora para evitar ser escuchado por alguien más.
—Ni modo ¿qué se le va a hacer? —exclamó Nora encogiéndose de hombros— ¡Vente, Juanelo! Y ni te atrevas a dejarme sola comiendo sólo por ir tras la Reina de Hielo.
—¿Eh? H-Hasta luego... chicos —alcanzó a despedirse Jaune mientras era jalado por Nora.
—Supongo que tu urgente proyecto es el arma que usarás como Cazadora Roja o ¿me equivoco? —comentó Ren a la vez que cerraba la puerta del taller para evitar miradas indiscretas.
—Es correcto, anoche me arriesgue a ir desarmada y por poco termino arrestada —explicó la pelirroja mientras tomaba unas piezas de metal y comenzaba a ajustarlas al revólver.
Aunque Lie Ren había afirmado que se quedaría para ayudar a Pyrrha, lo cierto es que la pelirroja se las arregló por sí sola para trabajar con rapidez y eficiencia en su proyecto; por lo que Ren aprovechó el tiempo en el taller para dar mantenimiento a su par de pistolas StormFlower, además de darles un retoque de pintura, usando un verde metálico más oscuro que el tono que actualmente tenían sus armas.
—¡Listo! ¿Qué opinas? —preguntó entusiasmada Pyrrha entregándole su nueva creación a su compañero de equipo.
—Nada mal para haberla personalizado en tan poco tiempo —comentó Ren sujetando la peculiar pistola que había modificado la pelirroja—. Pero ¿qué hace?
—¡Oh! Disculpa, deja te explico, se trata de una pistola paralizadora —comenzó a explicar la pelirroja, orgullosa de lo que había logrado, aunque Ren lucía dudoso.
La nueva arma de Pyrrha consistía en una pistola con un cañón alargado, del cual estaban soldadas 2 bandas de metal paralelas que sujetaban una hilera de 5 cápsulas de polvo de agua, fuego y electricidad ordenadas aleatoriamente. Los otros extremos de las bandas estaban soldados al cargador que la pelirroja había colocado frente al gatillo del arma.
—Esta pistola no dispara rayos de electricidad, sino que al tirar del gatillo, activo el polvo de fuego para calentar el polvo de agua, generando un hilo de vapor que funciona como conductor para la electricidad de las capsulas de polvo amarillo —detalló la joven Nikos mientras que Ren trataba de no perderse en la explicación de su compañera—. Básicamente con esta arma disparo una nube de vapor que inmediatamente se carga de electricidad que, se supone, derribará al enemigo.
—Interesante ¿Y cuántos enemigos puedes derribar de un disparo? —cuestionó Ren, quien había cobrado mayor curiosidad en la nueva arma de su compañera.
—Tantos como queden al alcance de la nube de vapor. Sin embargo, por la cantidad de energía utilizada por disparo y tomando en cuenta que el tiempo de enfriamiento del arma es algo lento, no podré hacer disparos continuos como con un arma convencional —afirmó la pelirroja encogiéndose de hombros.
—Suerte que al ser una hábil combatiente cuerpo a cuerpo, no te verás obligada a depender de esta pistola —Pyrrha sonrió ante el cumplido de Ren.
—Hablando de cuerpo a cuerpo, es momento de ir a la ciudad a buscar los nuevos atuendos de La Cazadora Roja y su fiel compañero —exclamó Pyrrha con un ímpetu que comenzó a emocionar un poco también a Ren.
Más tarde, en una de las tiendas de ropa del centro comercial de la ciudad de Vale, Pyrrha Nikos se probaba distintas prendas, buscando una combinación que la convenciera. Por su parte, Ren platicaba con la encargada, tratando de encontrar un vestido que pudiera gustarle a Nora. Finalmente eligió un vestido de olanes con escote corazón de color rosa que se difuminaba siguiendo la caída de la prenda.
—¡Estoy segura que a su novia le encantará este vestido! —comentó emocionada la encargada de la tienda— ¿Por qué no se lo muestra para que se lo pruebe de una vez? —sugirió la mujer dirigiendo la mirada hacia Pyrrha, quien modelaba frente a uno de los varios espejos del establecimiento. La pelirroja se había quitado su armadura habitual y portaba una blusa blanca además de un sobrero oscuro de ala ancha y banda roja con un decorado dorado.
—¿Eh...? No... Verá, ella y yo... —trató de explicar Ren pero su compañera se había acercado a ver el vestido nuevo de Nora.
—¿Qué le parece, señorita, le gusta? —preguntó impaciente la encargada de la tienda.
—¡Es hermoso, me encanta! —exclamó emocionada la joven Nikos, extendiendo el vestido para poder verlo mejor y, para mala suerte de Ren, como por reflejo, Pyrrha sostuvo el vestido por encima de ella como cuando uno busca darse una idea de cómo le luciría una prenda.
—Puede probárselo si ningún problema, de esa forma sabremos si es necesario algún ajuste o... —comentó la encargada, complacida de ver a una clienta feliz.
—¡No hará falta! Confío en mi compañero. Además él conoce muy bien las medidas correctas —contestó la pelirroja mientras que Ren no tenía idea de cómo actuar ante esa situación—. Hablando de medidas ¿consideran que me queda bien esto? —preguntó la pelirroja mientras giraba para modelar mejor no sólo la blusa blanca que llevaba sino también una falda tubo negra con algunos detalles dorados.
—¡Excelente elección, señorita! —exclamó emocionada la vendedora mientras giraba a Pyrrha para observarla mejor— Esta falda se ajusta y delinea muy bien su figura. Observen cómo resalta su delgada cintura, pasando por sus caderas hasta terminar en sus muslos, un par de dedos por arriba de sus rodillas pero sin ser tampoco tan corta. Porque no queremos que sea tan corta ¿verdad joven? —preguntó la encargada dirigiéndole una mirada de complicidad a Ren quien había tratado todo ese momento de voltear en otra dirección para no fijarse ni en las caderas ni en las piernas de su amiga.
—Y-yo c-creo que... así se ve... b-bien —comentó Ren con la cara totalmente ruborizada mientras que la encargada sonrió al ver que todavía había jóvenes que procuraban tratar con respeto a sus parejas.
—Siento como si le faltara algo a este conjunto —espetó Pyrrha mientras se observaba en el espejo más cercano. Era la primera vez, en mucho tiempo, que usaba un atuendo que dejara al descubierto sus piernas, sin llevar puestas piezas de su armadura o las medias oscuras con las que acompañaba su uniforme escolar.
—Puedo sugerirle este chaleco negro de vestir, observe los botones y el bies dorado en los bordes, combina perfectamente con la falda que lleva puesta y hasta con el decorado de su sombrero —la encargada de la tienda descolgó el chaleco y se lo entregó a Pyrrha, posteriormente corrió hacia la sección de calzado de la tienda y regresó con un par de botines negros con acabados dorados—. Pruébese estos, se le verán bien con el resto del conjunto, además la altura del tacón no es muy diferente a la de los que lleva puestos.
Mientras Pyrrha fue a probarse las piezas sugeridas por la vendedora, Ren decidió aprovechar la ayuda de la encargada de la tienda de ropa para buscar qué usar para su papel de cómplice de la Cazadora Roja. Y ya que no había logrado convencer a la vendedora de que él y Pyrrha no eran pareja, quizá podría usar eso a su favor.
—Disculpe, necesito su ayuda para algo en particular —comentó discretamente Ren— a mi compañera le gustan las historias de misterio y...
—¡Oh, qué linda! —interrumpió la mujer entusiasmada por saber más acerca de la pareja de jóvenes— Yo prefiero las historias de amor.
—Jamás lo habría imaginado —murmuró con sarcasmo Ren—. La cuestión es que quisiera darle una sorpresa a mi... pareja —al pronunciar esta última palabra, Ren sintió un escalofrío—, quisiera sorprenderla usando un atuendo que se asemeje al de uno de sus personajes favoritos de un libro que está leyendo.
—¡Oh, qué tierno! ¡Por supuesto que le ayudaré! —exclamó emocionada la vendedora— Pero sepa usted que esta es una tienda de ropa, no de disfraces. Como sea, dígame ¿cómo viste ese misterioso personaje?
—Básicamente es un chofer-ninja —como la encargada de la tienda no pareció entender la idea, Ren optó por explicar con más detalle—. Imagine un chofer, como el que tienen los empresarios o la gente de mucho dinero, pero que ese chofer tuviera un estilo de vestir más parecido al de la gente de Mistral.
—Entiendo, entiendo, creo tener lo que busca, pero antes déjeme ver... —la mujer comenzó a revisar los hombros de Ren y posteriormente se inclinó para revisar el pantalón de Ren quien, confundido, no tuvo tiempo de quejarse—. No se asuste, joven, sólo estoy calculando sus medidas, además de revisar el tiro y el corte de su pantalón —inmediatamente la mujer se incorporó y se dirigió hacia donde estaban las prendas para caballeros.
Por su parte, Pyrrha había pasado el tiempo probándose las prendas y los botines que le sugirió la encargada. Le gustaba mucho cómo la imagen de la Cazadora Roja estaba tomando forma. Al atuendo agregó su larga mascada roja, que habitualmente usaba rodeándole la cintura, y se la colocó alrededor del cuello. También prefirió usar un par de medias rojizas con las que se sintió mucho más cómoda. Como se sentía muy inspirada por los personajes del Teatro del Misterio, se le ocurrió usar una gabardina oscura, del mismo tono que su sombrero, ya que, además de sentir que lucía muy bien, era muy práctica para ocultar su nueva arma y guardar cápsulas de polvo de repuesto. El toque final del atuendo de la Cazadora Roja sería un par de guantes rojos de cuero, ideales para no andar dejando sus huellas digitales por toda la ciudad.
Pyrrha estaba tan emocionada por el resultado final que quiso presumírselo a Ren antes de tener que pagar y dejar la tienda. Al salir del probador para buscar a su compañero, se encontró con la encargada de la tienda.
—¡Hola de nuevo! ¿Sabe dónde está mi comp...? —exclamó Pyrrha pero fue interrumpida por la vendedora que se veía emocionada por cómo lucía la pelirroja.
—¡Oh, la la! A su novio le encantará verla con ese atuendo tan misterioso —¿novio? la pelirroja no entendía a qué se refería la vendedora y antes de poder preguntar, la mujer se había adelantado a soltar la coleta de cabello de Pyrrha—. ¡Listo! De esta forma podría cautivar a cualquiera, pero no se lo diga a su pareja —comentó la vendedora giñándole un ojo a la joven Nikos, quien no pudo replicar pues la encargada ya se dirigía hacia la entrada de la tienda para atender a otro posible cliente que había entrado.
Pyrrha se sobresaltó al ver que el nuevo cliente era Jaune, quien caminaba hacia el interior de la tienda buscando algo o ¿quizá a alguien en particular? La pelirroja, preocupada por ser descubierta, corrió hacia el otro extremo de establecimiento, buscando a Ren. Ante el riesgo de ser vista por el rubio, Pyrrha optó por esconderse dentro del probador más cercano.
—¡Buenas tardes joven! ¿En qué le puedo ayudar? ¿Algo que busque en particular? —la vendedora recibió con una amplia sonrisa a Jaune Arc.
—Sí ¿de casualidad venderá capas? —preguntó el rubio volteando a su alrededor.
—Lo siento mucho, joven, aquí vendemos cierta variedad de ropa exceptuando capas —explicó la encargada de la tienda—. Pero podrá encontrar todo tipo de capas en la tienda de disfraces que está en el segundo piso del centro comercial —indicó la vendedora mientras veía entrar a más posibles clientes—. ¡Ah! ¡Buenas tardes! ¡Bienvenidas!
Simultáneamente, en el probador que había elegido Pyrrha para ocultarse, la pelirroja padecería el que sería uno de los 3 momentos más incómodos de su día ya que, sin querer, había entrado precisamente en el mismo probador donde su compañero y amigo Lie Ren se estaba colocando la ropa que le había elegido la vendedora. En ese momento la pelirroja le cubría la boca a su compañero que estuvo a punto de gritar al ver entrar a su amiga. El lugar era demasiado estrecho para los 2 por lo que se encontraban de frente, demasiado juntos, casi pegados cuerpo a cuerpo. El calor en el interior comenzaba a aumentar, obligando a Pyrrha a tener que quitarse su sombrero y la gabardina, sin embargo tal maniobra era imposible sin que, por el movimiento, rozara a Ren quien lucía entre confundido, furioso y al borde del pánico. Sin embargo, la pelirroja no podía arriesgarse a que Jaune los descubriera, especialmente a ella que llevaba la que sería la ropa de la Cazadora Roja, declarada por HuntsMan como la mayor enemiga del justiciero novato.
Al intentar retirarse la última manga de su gabardina, Pyrrha realizó un movimiento que estremeció a Ren, quien por su sobresalto se golpeó en la nuca generando una caótica reacción en cadena que culminaría con ambos amigos arrojándose estrepitosamente fuera del probador, terminando en el suelo. Ren quedó bocarriba de espaldas al suelo, con solamente su camiseta blanca y un pantalón, a medio abrochar, de color verde oscuro, que le había dado la vendedora pero, y más preocupante aún, tenía a Pyrrha encima de él.
—¡Vaya! Esto es a lo que llamo "fortalecer los lazos entre compañeros de equipo" ¿Tú qué opinas, Blake? —la voz no era otra sino la de Yang Xiao Long quien, junto con Blake, se encontraba de pie ante el par de ¿amigos?
Tras soltar un grito ahogado y apartarse lo más pronto posible de su compañero, una despeinada Pyrrha Nikos no paró de disculparse con Ren y tratar de explicarle al par de amigas del equipo RWBY que todo esto no era lo que pensaban. El compañero de la pelirroja, hastiado, se limitó a incorporarse y sacudirse la ropa.
—¡Jóvenes, por favor! ¡Este no es lugar para hacer ese tipo de cosas! —espetó alarmada la encargada de la tienda, quien también había alcanzado a ver parte de la accidentada escena— Si mi jefa se entera de lo que ha pasado, podría perder mi empleo.
Pyrrha Nikos, apenadísima, continuó disculpándose el resto de su estancia en esa tienda de ropa. Finalmente todos pagaron sus distintas prendas y se despidieron de la vendedora a quien ya se le había pasado el coraje.
—¡Que tengan buena tarde! Y chicos, sé que están muy enamorados por ser tan jóvenes pero, por favor, traten de guardar la compostura —pronunció un último sermón la vendedora, incomodando a unos apenados Pyrrha y Ren que se disculparon por última vez antes de retirarse del establecimiento, mientras que Yang y Blake trataban de aguantarse la risa.
—Yang ¿nos podrías hacer un favor? —preguntó la pelirroja mientras se dirigían al segundo piso del centro comercial.
—Si te refieres a no decir nada de lo que pasó en esa tienda de ropa, lo siento, no te prometo nada —contestó la rubia con tono burlón.
—No es acerca de eso, aunque ya que lo mencionas, preferiríamos que tanto tú como Blake no dijeran nada —intervino Ren.
—Ok... en ese caso ¿qué clase de favor quieren ustedes? —cuestionó Yang arqueando la ceja y cruzándose de brazos.
Después de algunos minutos de andar platicando, Yang y Blake se despidieron de Pyrrha y Ren. Ambas chicas del equipo RWBY, particularmente Yang, tenían curiosidad por saber qué tramaban la pelirroja y su compañero pero Blake insistió en que lo mejor era no involucrarse, por lo que se retiraron con dirección al estacionamiento del centro comercial. Por su parte, Ren entró a la tienda de disfraces, que le había sugerido la vendedora de la tienda de ropa, para conseguir el último par de artículos que le faltaban para su caracterización. Mientras que la joven Nikos se dirigió a los sanitarios para cambiarse de atuendo. Posteriormente, la pelirroja salió del edificio, por uno de los accesos secundarios que había acordado con su compañero quien ya la esperaba caracterizado.
—Debo admitir que estoy impresionada —confesó Pyrrha observando de pies a cabeza a Ren quien se había caracterizado como un chofer-ninja. Llevaba una chaqueta y pantalón de color verde oscuro; en los antebrazos y pantorrillas se había amarrado cintas de color magenta. Su chaqueta era larga y cruzada, con una hilera de botones dorados del lado derecho de la prenda. Encima de la chaqueta tenía sujeto un cinturón. Como todo buen chofer, llevaba su característico sombrero que era del mismo verde de la chaqueta y pantalón, con la visera negra brillante. En el rostro portaba un antifaz de color verde obsidiana. Por último, no podían faltar los guantes, igualmente verde oscuro y en cuanto a su calzado, seguía usando su mismo par de zapatos oscuros ya que el resto de su atuendo y el vestido de Nora consumieron todo su presupuesto.
El sol comenzaba a ocultarse y Ren no pudo evitar quedarse admirando por un momento a su amiga ahora caracterizada como la Cazadora Roja. Con su cabellera escarlata suelta, su sombrero oscuro al igual que su gabardina que ondeaba levemente con el viento. La mascada roja de Pyrrha, aún más roja por los últimos rayos de sol que hacían brillar los detalles dorados del chaleco, falda y botines negros así como también las medias rojas que...
—¿Ya nos podemos ir? —carraspeó la Cazadora Roja, inclinado levemente la cabeza para poder ver directamente a su compañero aunque él no pudiese ver los ojos esmeralda de ella, que se encontraban detrás de los goggles rojos.
—P-perdón... ¿a dónde se supone que iremos? —reaccionó un tanto avergonzado Ren.
—Ya lo verás, tú solamente sígueme el paso... Pero antes ¿cómo se supone que te llamarás? —se detuvo la pelirroja después de haber avanzado unos pasos.
—No tengo idea. Tú eres la del libro del misterio —se encogió de hombros el chofer sin nombre, esperando que a su amiga se le ocurriera un buen nombre.
—Te llamaré... "Lee" —afirmó con seguridad la Cazadora.
—¿Lee? ¿¡Que clase de nombre es ese!? —exclamó molesto Ren ahora llamado "Lee"— ¡Tú te haces llamar "La Cazadora Roja"! ¿¡y yo solamente soy "Lee"!? ¿¡Acaso es una especie de estereotipo por ser de Mistral!?
—¡Lo siento! Si quieres te puedo llamar "Bruce" —replicó la pelirroja.
—¡Hablo en serio! ¡Ni siquiera tiene sentido! ¿¡Dónde está el código de colores!? —reclamó Lee.
—Te llamas Lie Ren ¿correcto? Si quitamos el "Ren" y variamos la pronunciación de "Lie" a "Lee" no suena tan lejano ¿no crees? —trató de explicarse la Cazadora.
—¡No quieras justificarte con un argumento de fonética tan débil! Ni siquiera quiero imaginarme qué origen de villano me asignarías—bufó el chofer ninja.
—Suenas muy estresado ¿acaso recordaste el día en el que el Señor Spark te despidió? —continuó la pelirroja sin alterarse por el arrebato del ex-empleado de Industrias Spark— No me imagino lo que se sentiría ser despedido tras años de ser el fiel chofer y guardaespaldas de Robert Spark; tú que fuiste entrenado para ser un gran ninja que terminó abandonando a su clan...
—¡Ah no! ¡No vas a usar conmigo la historia del villano ex-empleado despedido por el multimillonario! —amenazó Lee mientras apuntaba con su indice derecho a la sonriente Cazadora Roja que había comenzado a caminar.
—¡Vámonos ya o llegaremos tarde a nuestro debut! Podrás seguirte quejando todo lo que quieras en el camino.
Ya caída la noche, la Cazadora Roja y Lee arribaron al Club de Junior, ubicado en el sector industrial de Vale. Pyrrha, sin detenerse a pensar en algún plan, simplemente usó su semblanza de polaridad para abrir el enorme par de puertas corredizas de la entrada. Era el lugar y el momento para el debut oficial de La Cazadora Roja y nadie la detendría. Lee se sorprendió un poco al ver cómo un viejo edificio de ladrillos podía albergar un club tan estilizado, con luces, música y pista de baile. El ambiente era muy animado entre los clientes que bailaban al ritmo de la selección musical del DJ con máscara de oso, que esa noche quería hacer "cosas imposibles". La Cazadora Roja, altiva, bajó las escaleras que conducían de la entrada a la pista de baile, caminando directo a la barra seguida de Lee, que le cuidaba las espaldas. Tanto los secuaces de Junior, como gente del público, no pudieron evitar voltear a ver a la misteriosa mujer quien, enfocada en su objetivo, decidió ignorarlos.
—Buenas noches, quisiera hablar con tu jefe, ahora —ordenó la pelirroja dirigiéndose al hombre que le daba la espalda mientras acomodaba una botella del mostrador.
—¿Ah sí? ¿Y tú eres? —respondió indiferente el hombre sin voltear aún.
—Soy la Cazadora Roja —respondió soberbia la pelirroja—. Anoche algunos de tus muchachos tuvieron el privilegio de conocerme y estoy segura que nunca me olvidarán.
—¿¡Pero quién carajo te crees...!? —finalmente volteó Hei "Junior" Xiong, actual hombre a cargo del club y del sindicato criminal de la Familia Xiong—. ¿Acaso eres la mujer de la que hablan tanto en las noticias?
—¿Tú que crees, Junior? ¿O acaso piensas que soy la chica del clima? —cuestionó altanera la Cazadora.
—Con ese cuerpo podrías serlo sin problema —masculló Junior chupándose los labios y frotándose la barbilla mientras escaneaba de cuerpo completo a la misteriosa mujer.
—Mejor déjate de tonterías y presta atención —ordenó la Cazadora, manteniendo un tono de voz sereno, jalando abruptamente a Junior de su corbata. La repentina acción provocó que varios de los subordinados de Junior se acercaran y desenfundaran sus armas. Lee hizo lo mismo colocándose a espaldas de la Cazadora, apuntando sus armas a los secuaces de Junior—. Relájense todos, solamente he venido a tratar un par de asuntos importantes, por lo que preferiría que nadie más nos molestara —dicho eso, Junior alzó una mano, haciendo que sus subordinados guardaran sus armas y volvieran a lo suyo.
—¿Me puedes soltar ya? Así podremos ir a mi oficina a tratar lo que sea por lo que hayas venido —la Cazadora con una sonrisa burlona soltó a Junior, quien después de acomodarse la corbata comenzó a caminar en dirección hacia una de las 2 escaleras que conducían a la oficina de Junior Xiong. La Cazadora Roja y Lee lo siguieron de cerca, así como también un par de sujetos de traje y sombrero, esbirros de Xiong.
Al llegar ante el enorme par de puertas de su "discreta" oficina, Junior, con un ademán, le cedió el paso a la mujer misteriosa de cabellera escarlata.
—Lee, cuida que nadie más entre —le ordenó la Cazadora a su compañero, quien después de que entrara Junior cerrando la puerta tras de sí, se colocó frente a la entrada de la oficina, cruzándose de brazos y adoptando una pose de centinela inamovible.
—Adelante, toma asiento —indicó Junior Xiong mientras se sentaba en la silla de su escritorio. La Cazadora, en cambio, permaneció de pie observando el lugar; por su apariencia, el tapiz y el mobiliario, la pelirroja supuso que esa fue antes la oficina de Hei Xiong, padre de Junior y anterior líder de la familia y sindicato criminal Xiong—. Y bien ¿qué es lo que te propones? —preguntó Junior impacientemente.
—Como sabrás, en las últimas semanas, Roman Torchwick y el White Fang han estado robando casi todo el polvo disponible en esta ciudad. Debido a la escasez, los precios se han disparado y aún así Torchwick no lo ha aprovechado para revender el producto en el mercado ilegal; por lo tanto, supongo que están planeando algo muy grande y quiero formar parte. Seré una socia discreta, te lo puedo asegurar —argumentó la Cazadora Roja, mientras caminaba rodeando el escritorio de Junior.
—¿Qué te hace pensar que Roman o esos salvajes faunos están buscando alguna ganancia? —replicó Junior, siguiendo con la mirada cada paso de su invitada.
—Los miembros del White Fang serán unos idealistas radicales —continuó su argumentación la pelirroja—. Pero el que se hayan aliado con un humano, que resulta ser un vulgar ladrón con una carrera ascendente, me hace pensar en que planean algo como extorsionar a toda la ciudad, amenazando con explotar algún edificio importante o incluso todo Vale.
—Me parece que has estado viendo demasiadas películas —exclamó Junior soltando una risa fársica—. No tienes idea de en lo que te quieres meter.
—¿Y quién si la tenía? ¿Acaso Tukson sí tenía idea y por eso acabaron con él? —cuestionó la Cazadora Roja, apoyándose con ambos puños sobre el escritorio de Junior.
—¿De quién carajo hablas? —exclamó con indiferencia el dueño del club.
—Tukson, el fauno dueño de una librería aquí en Vale y que ahora está muerto —respondió con seriedad la Cazadora—. El White Fang no acostumbra eliminar a otros faunos a menos de que los consideren traidores a su causa. Así que ¿que otra razón tendría el White Fang de eliminar a uno de los suyos sino es porque sabía demasiado? —la elaboración de la pelirroja comenzó a poner tenso al dueño del club— ¿Qué es lo que sabía alguien como Tukson, que obligó a los faunos del White Fang a acabar con él?
—Oye, lo que hagan esas bestias o el ladrón de cuarta de Roman, no es asunto mío —espetó Junior— ¡Por mí pueden beber leche y escuchar música clásica para luego salir a golpear gente, siempre y cuando no interfieran en mis negocios!
—Mientes, sino estás involucrado ¿qué hacían tus hombres trabajando para el White Fang en una bodega repleta de polvo? —cuestionó con voz inquisidora la Cazadora Roja.
—Mira, Roman Torchwick me contactó hace unas semanas para contratar a varios de mis hombres. No me dijo para qué trabajos, lo único que sé es que ninguno de mis muchachos regresaron. Desde entonces no he vuelto a estar en contacto con Roman ni me interesa. Así que, te lo diré una sola vez, no tengo idea de qué carajo esté planeando ese demente —declaró Junior, apuntando con un dedo a la pelirroja como si ella fuese solamente otra de sus subordinados.
—Junior, Junior, Junior... tienes la fama de ser un chismoso profesional —comenzó a decir la Cazadora con un tono engreído que irritó al dueño del club—. Es sabido que nada sucede en esta ciudad sin que tú te enteres. Sin embargo, a pesar de dicha fama, estoy decepcionada —sentenció desafiante la pelirroja, sentándose en el lado izquierdo del escritorio de Junior, cruzando la pierna izquierda.
Lo que sucedería a continuación sería el segundo momento más incómodo, además de repudiable, que padecería la pelirroja en ese día.
Pyrrha Nikos, en los últimos años, se había familiarizado con tener que lidiar con insoportables pubertos y adolescentes lujuriosos y hormonales, eso incluía a algunos alumnos de Beacon. Pero nada de eso se comparaba a la enorme repulsión y desprecio que sintió Pyrrha cuando, tras haberse sentado en el escritorio de Junior, éste sin disimulo alguno clavó una mirada lasciva en su figura.
—Tal vez no sepa lo que planee Roman, pero si lo que buscas es unirte a una organización y obtener fama, yo puedo darte un lugar privilegiado a mi lado. Verás que no te voy decepcionar —las palabras salaces del dueño del club acompañadas de un descarado intento por tomarla de la cintura y acariciarle el muslo a la pelirroja, detonaron la rabia de la Cazadora quien desenfundó su arma, colocando el cañón de ésta sobre la frente de Junior quien por acto reflejo levantó ambas manos.
—¡Jamás vuelvas a intentar ponerme una mano encima! —masculló molesta la pelirroja, levantándose del escritorio sin dejar de apuntar a Junior.
—Es una pena, te podría haber enseñado un par de cosas para sobrevivir en este negocio —exclamó descaradamente el cabecilla de la Familia Xiong, al mismo tiempo que, con un pie, activó un botón que se encontraba debajo de su escritorio. Se trataba de un interruptor que abrió las puertas de un viejo y grande gabinete, de donde salieron a las gemelas Miltia y Melanie Malachite quienes, con una acrobacia muy bien sincronizada, se abalanzaron sobre la Cazadora Roja.
Mientras tanto, afuera de la oficina de Junior, Lee montaba guardia sin tener idea de lo que ocurría en el interior de la habitación. Desde ese punto, el compañero de la Cazadora podía observar a casi todo el mundo, particularmente a los subordinados de Junior, quienes le devolvían la mirada, listos para atacar al par de intrusos de esa noche. Por un momento, Lie Ren comenzó a cuestionarse en qué se había metido y si estaba haciendo lo correcto. Sin embargo sus reflexiones fueron interrumpidas en cuanto escuchó ruido en el interior de la oficina. Lee se disponía a abrir las puertas cuando fue golpeado por el cuerpo de la Cazadora Roja provocando que ambos terminaran abruptamente contra el borde del barandal frente a la entrada de la oficina.
—¿Decidiste... comenzar la fiesta... sin mi? —cuestionó Lee con dificultad para respirar puesto que tenía encima a su compañera cuyo cuerpo lo presionaba contra el barandal.
—Perdón, pero es que te estaba consiguiendo pareja de baile —respondió la pelirroja apartándose de su guardaespaldas—. Te toca la de la izquierda.
—Entendido —Lee y la Cazadora corrieron hacia el interior de la oficina, mientras que los esbirros de Junior corrían, desde distintas partes del club, hacia la oficina de su jefe.
Las gemelas Malachite ejecutaron otra coreografía que finalizaba con una patadas voladoras paralelas para "recibir" a los invitados pero tanto la Cazadora como Lee reaccionaron rápidamente, tomando a sus atacantes de las piernas, aprovechando la inercia del movimiento de ataque de las gemelas para girar 180 grados, arrojándolas hacia la entrada de la oficina. Junior no perdió el tiempo en observar si sus guardaespaldas de elite se levantarían para contraatacar, y decidió huir por el mismo gabinete por donde salieron las gemelas.
—¡Lee, ve por Junior! ¡Yo me encargo de esto! —Lee no perdió el tiempo y obedeció a la pelirroja mientras ésta se erguía y sacaba su arma.
En la puerta, habían comenzado a congregarse los subordinados de Junior. Algunos obstaculizando el paso puesto que intentaban a ayudar a las gemelas Malachite a levantarse. Ante una gran concentración de gente en un espacio tan reducido, la Cazadora Roja jaló el gatillo de su arma y una nube de vapor rojizo se dispersó alrededor del personal de Junior. Antes de que las gemelas o cualquier otro pudiera actuar, recibieron una poderosa descarga que tras unos segundos hizo que se desplomaran en el suelo. Del arma de la Cazadora se desprendieron un par de cápsulas vacías que la pelirroja remplazó con nuevas capsulas de polvo azul y amarillo.
La Cazadora Roja estaba tan contenta de ver que su arma no le hubiese explotado en la cara sino que hubiera funcionado mejor de lo que esperaba. Sin perder más tiempo, la pelirroja entró al gabinete para alcanzar a Lee y al fugitivo dueño del club.
Corriendo lo más rápido posible, Lee había seguido la ruta de escape que comenzaba en el gabinete de la oficina de Junior, bajando unas escaleras de caracol hacia un pasillo que terminaba en una salida que conducía a un callejón en la parte trasera del viejo edificio.
Al salir al callejón, Lee pudo ver a Junior corriendo para alejarse lo más posible de su club. Sin titubear, Lee arrojó una de sus 2 pistolas StormFlower a manera de boomerang, derribando al dueño del club. Cuando la Cazadora finalmente había salido al callejón, su compañero Lee ya tenía contra una pared a Junior.
—Excelente trabajo, Lee —agradeció la pelirroja, a lo que su compañero respondió con una seña sujetando el borde de la visera de su sombrero de chofer—. En cuanto a ti, Junior, tal parece que te gusta jugar sucio. Pero no eres el único, yo también sé jugar sucio —esta última frase la pronunció la Cazadora acercándose al oído del dueño del club, a la vez que ella, con su mano izquierda, le sujetaba uno de sus antebrazos a Junior. Al mismo tiempo, el dueño del club, sintió cómo la mujer misteriosa le recorría el torso con su mano derecha, haciendo que Junior cerrara los ojos y bajara la guardia.
—Lee, sujeta a este iluso —ordenó la Cazadora, apartándose rápidamente del dueño del club pero sin soltarle el brazo, pues la pelirroja usaría el dedo índice de Junior para desbloquear el scroll de éste—. Veamos qué encontramos por aquí... —murmuró la Cazadora mientras revisaba el dispositivo de un Junior desencajado por haber caído en una trampa tan simple de la pelirroja, quien revisaba los mensajes y chats más recientes.
—¡Oye, devuélveme eso! ¡Ni siquiera somos pareja como para que andes hurgando en mi historial de chats! —exclamó colérico el dueño del club.
—Me alegro mucho de que no seas mi novia —comentó sarcástico, Lee.
—Mejor cállate o te romperé las piernas —masculló la Cazadora sin voltear a ver a su compañero, hasta que finalmente encontró algo que le pareció de mucho interés—. Observa, creo que tenemos algo —Lee asintió mientras veía el dispositivo que sostenía la pelirroja. También Junior quiso ver, levantando el cuello, inquieto por la curiosidad.
—Dime Junior —pronunció la Cazadora— ¿Quién es Fred Glasto?
Notas del autor:
Muchas gracias por pasar a leer este fic, gracias también por sus reviews, favs y follows. Me alegra mucho que les esté gustando esta historia, que estará conformado por 4 capítulos en total, los cuales publicaré durante este mes de febrero de 2024.
Thank you so much for read this fic. Thanks for your reviews, favs and follows. I'm so glad that you've liked this story. Also I wanna tell you that first I'm going to finish the 4 caps of this fic in spanish and then I'll try to write an english version or, at least, find someone who cold help me with the english version of this fic.
