Disclaimer

Los personajes pertenecen a Rumiko Takahashi de su obra Ranma 1/2. Sólo los utilizo para mi propio entretenimiento y el de los que leen. No obtengo ningún beneficio monetario por ello.

[Si los personajes fueran míos, tendría a Mousse secuestrado en mi casa]


Se aceptan todos los comentarios y críticas que sean hechas con respeto. Comentarios ofensivos serán ignorados. Muchas gracias.


Aires artísticos

– Tenía que haberlo sabido. Cuando me dijeron que un estudiante de nuestra escuela había ido a perturbar el orden de la escuela vecina, tenía que haber imaginado que era usted y no otro Saotome. ¿Hasta cuándo va a seguir con sus niñerías? De Satori lo puedo entender porque es aún un niño aunque eso no justifique su falta tampoco pero usted, que es casi un hombre de dieciocho años…

– Dieciséis y medio – corrigió Ranma muy serio.

– ¡Qué más da! Un año más, un año menos. Es usted un hombre y sigue comportándose como un niño de diez –. El director de la escuela de Ranma estaba sentado en frente de éste y de Satori, regñándolos por violar, una vez más, las reglas acordadas por ambos colegios. Ranma se defendía diciendo que todo había sido culpa de Satori, que lo había provocado y él, es cierto, no había reaccionado de la mejor forma, pero lo habían provocado. El director se sentía peor aun con las disculpas de Ranma que se ponía a la altura de un infante, era para no creerlo.

– Usted no sabe cómo es realmente este pequeño monstruo – insistió Ranma.

– ¡Silencio! Es suficiente. No quiero escuchar sus estúpidas excusas. Vayan ahora a su sala de clases. Y agradezcan que no los expulsé – miró a Ranma –: Satori, yo te acompañaré, no quiero más conflictos entre ustedes dos. Además, Saotome, usted tiene desde ahora una deuda pendiente conmigo. Ya veré cómo la paga – y salieron de la oficina. Satori se burló a escondidas de Ranma mientras éste le prometía que le pagaría todos los malos ratos que lo había hecho pasar. Mientras iba camino a clases, Ranma no podía dejar de pensar en lo que estaría pasando entre Akane, Shampoo y Ukyo y cómo tomarían éstas que Akane y él se habían conocido antes e incluso se habían besado. No, eso era mucho, sólo le bastaba con que supieran que Akane fue la primera que lo vio pero no por eso tenía derechos sobre él aunque, si lo veían desde la perspectiva de ellas, entonces sí los tendría. ¡Cómo le gustaría ver la cara de Akane teniendo que contar todo eso!

– Saotome, ¿qué se ha creído usted? Llega media hora tarde y, además de eso, viene con una sonrisa de oreja a oreja como si estuviera disfrutando lo que hace – reprendió el profesor a Ranma. Se estaban ensañando con él y todo por culpa de ese mocoso… ¡Ése sí que lo estaba disfrutando!

– Disculpe maestro, fue un percance, nada de importancia. No se volverá a repetir – se excusó Ranma.

– ¿Cuántas veces he escuchado eso? Ya no le creo. Vaya a su puesto y abra su libro. Estamos en la página 55 – terminó el profesor. Ranma suspiró: se había salvado otra vez. Fue a su asiento y como estaba al lado de Ryoga, éste no tardó en interrogarlo.

– Ranma ¿a dónde fuiste?¿Qué pasó?

– Nada: ese pillo de Satori se escapó al otro lado y bueno, ya sabes, las chicas se volvieron locas con mi presencia y nos terminaron descubriendo – el ego de Ranma subía como la espuma.

– ¿Viste a Akane? – preguntó Ryoga ilusionado. La pregunta no le agradó demasiado a Ranma.

– No sé que le ves, Ryoga. ¿No sería mejor buscar a otra chica más… más… atractiva?

– A mí me gusta ella; es la más hermosa de todas – Ryoga se ruborizaba cada vez que se acordaba de Akane.

– No sé Ryoga, hay chicas mejores. Hoy conocí a una llamada Haruko, bellísima. Podrías intentar por ahí – aconsejó Ranma, evidentemente con intenciones ocultas. Ryoga inisitió que no existía ninguna otra que no fuera Akane. Luego se unió Mousse a la conversación, preguntando si Ranma había visto a Shampoo. Hablar con él era más difícil, se sentaba más lejos. Estaba tratando de comunicarse cuando fue descubierto por el profesor al que, según él, no vio.

– ¿Le pasa algo al señor? – preguntó de forma irónica el maestro.

– No, nada – fue la respuesta.

– Fuera – sentenció. Mousse tuvo que ponerse de pie y salir al pasillo a cumplir su pena.

– Mousse está cada día más ciego – suspiró Ryoga.

– Y más idiota – remató Ranma.

v-v-v-v-v

Shampoo y Ukyo miraban a Akane; sus rostros claramente indicaban que querían una explicación.

– No sé qué es lo que quieren saber – empezó diciendo. ¿No sabía o no quería saber?

– ¿Qué tienes que ver tu con Ranma? ¿Qué sabes de él? – respondió Shampoo.

– No mucho más que ustedes, no es alguien que me agrade ¿saben? – Akane estaba nerviosa, no sabría cómo salir de ese embrollo si sus amigas seguían interrogándola, especialmente Shampoo, que no se detenía hasta que conseguía lo que quería.

– Él fue claro: si queríamos saber sobre quién tenía más derecho sobre Ranma te preguntáramos – dijo Ukyo mientras encendía un cigarrillo. Akane estaba con los nervios de punta: no sólo no habían entrado a clases, las chicas la estaban interrogando y, ahora, Ukyo se ponía a fumar ¡En plena escuela!

– Ukyo, no deberías fumar aquí. ¿Qué harás si te encuentran? –. Ukyo no escuchó las recomendaciones de su amiga; había mejores cosas qué hacer.

– Akane, estamos esperando –. Shampoo lucía amenazadora pues veía claramente que se estaban desviando de lo que realmente importaba. Era mejor para Akane decir algo, de todos modos, no tenía nada que ocultar. Bueno, no era necesario decir todo tampoco.

– Pues sí, yo vi primero a ese sujeto pero no es lo que ustedes creen: sí fui a la fiesta de Kuno y él estaba ahí, me confundió con otra persona y cuando se dio cuenta de que no era yo a quien buscaba, se terminó la conversación. No hay más que eso – Akane resumió bastante la experiencia.

– ¿Y quién es esa persona? – continuó Ukyo.

– No lo sé, no me lo dijo. Ya les comenté que no hablamos mucho más – Akane quería salir de ahí pero no podía.

– ¿No será Ranma tu amor de verano? – preguntó Shampoo. Akane se sintió atrapada, era como si le estuvieran leyendo la mente.

– ¿Cómo crees? No hay tal amor de verano: Nabiki me vio conversando con él e hizo andar ese rumor, de aburrida que estaba creo yo. Pero no es más que eso, un rumor.

– ¿Y a ti no te pasa nada con él? Es difícil creer que tu hermana hiciera andar ese rumor porque sí, por puro capricho – obeservó Ukyo.

– ¡Por supuesto que no! Es el tipo más pedante que he visto. Se cree la gran cosa y no, no me gusta. Para nada – Akane sonó tan segura que casi se convenció a ella misma de que lo que decía era la pura verdad.

– No sé… ¿crees que Ranma dijo lo que dijo para librarse de nosotras? – preguntó Shampoo.

– Claro que no. Lo siento Akane: él te desprecia. No eres de su gusto. Lo siento – dijo Ukyo mientras seguía fumando su cigarrillo. Akane se enfureció: así es que ella no era del gusto de Ranma ¡Ni quería serlo!

– Ese tipo no me interesa, ya les dije. Sin embargo – Akane hizo una pausa y continuó –, creo que no tienen la pista libre…

Ukyo y Shampoo se miraron intrigadas.

– ¿De qué estás hablando?

– Ese mismo galán por el que ustedes suspiran me confesó que está enamorado de otra. No sé quién será, tampoco me importa. Se los digo para que no se ilusionen con él, para que no sufran por él – Akane era sincera, no quería que sufrieran. Como ella, por ese tonto que no lo merecía.

– No creo que esté enamorado de otra mujer, debe ser una de nosotras dos, obviamente yo. Te lo dijo para que no tomes partido por ninguna. Es tierno de su parte – fue todo lo que dijo Shampoo y Akane no insistió. Había cumplido con advertirles, ahora era decisión de ellas el seguir o no.

– Bueno, como sea. Esa es toda la historia con ese tipo. Si ustedes quieren seguir tras él, háganlo pero sepan bien que él tiene sus intenciones puestas en otra persona, no sé, piensen bien si quieren seguir peleando por él. Ustedes son amigas… Ese Ranma no vale tanto como para que ustedes se alejen – Akane trató de hacerlas reflexionar pero su obsesión por Ranma era más fuerte que las muchachas.

– Creo que es mejor que nos vayamos – dijo Shampoo –: nos citaron a todos los alumnos a una reunión especial, no sé de qué se tratará pero, si Ranma está ahí, bien vale que lleguemos rápido.

Akane suspiró, no había caso con ellas. Ranma las había enloquecido, a ambas.

La famosa reunión no era más que un deseo de los profesores de ambas escuelas para que las niñas y niños se relacionaran de una manera sana, haciendo gran énfasis en ello.

– La forma de llevar a cabo este proyecto será a través del arte: quien quiera que tenga un talento, hágalo saber para montar algún tipo de espectáculo.

Nadie pareció muy entusiasmado en la idea: si querían ver a los muchachos era más fácil saltar el muro que andar presentando espectáculos artísticos.

– ¿Y éste era el motivo de la reunión? – dijo Shampoo de forma desdeñosa. De haberlo sabido no habría perdido su tiempo asistiendo. Tenía mejores cosas que hacer.

– Por ahora, contamos con un solo voluntario: Ranma Saotome – dijo el director de Ranma ante la mirada espantada de éste quien no sabía cuando había aceptado ser parte de ese circo.

– Oiga ¿qué es eso de que soy voluntario para participar en esto? – protestó.

– Saotome, no se resista: tiene una deuda conmigo y, si no quiere pagarla, busque otra escuela que nunca será mejor que ésta –. Fin del asunto, Ranma se vio arrastrado y terminó aceptando. Con ello, se unieron también Shampoo, Ukyo, Akane, llevada por las amigas, las tontas y otras chicas más que habían puesto también sus ojos en Ranma. Al ver que Akane era parte del grupo, Ryoga se animó a entrar y éste convenció a Mousse quien, definitivamente sí podía ser un aporte en ese ámbito, además de seguir a Shampoo.

– ¿Qué se supone que tenemos que hacer? – preguntó Shampoo feliz.

– No sabemos aún, podrían ustedes proponer ideas – dijo una de las profesoras de las chicas.

– Puede ser una obra de teatro – dijo Masako del grupo de las tontas. Para la profesora era una excelente idea pero no para Shampoo quien consideraba que siempre respresentaban obras de teatro, era mejor buscar otras alternativas, ser innovadores. La profesora estuvo de acuerdo con ella y Shampoo saboreó su victoria para sufrimiento de sus enemigas.

– Shampoo canta muy bien ¿crees que podrías interpretar algo?

– ¡Claro que sí! Quizás algo lírico, un dueto de amor – dijo la chica suspirando. Todos comenzaron a apoyar la idea, emocionados, soñando cada uno con ser el acompañante de la chica en esa canción de amor.

– ¿Y con quién crees que podrías cantar?

A Shampoo le brillaron los ojos; sólo podía ser una persona. Ranma se opuso de inmediato.

– Oh no, lo siento. Verás, yo encantado lo haría pero…

– ¡Saotome! ¡Usted está obligado a participar! – lo interrumpió el director.

– ¡Pero yo no puedo cantar! No tengo voz para eso. No canto, lo siento.

– Oh eso no importa – respondió Shampoo. El director, sin embargo, le hizo ver que, por más que fuera una actividad para acercarlos, la calidad no podía verse disminuida. Mousse se ofreció a acompañar a Shampoo con el violín mientras ella cantaba pero ésta no quiso. Tenía que ser Ranma quien insistía en que no podía cantar.

– Yo no puedo pero Ryoga sí ¿Te animas? – Ranma involucró a Ryoga para salvarse él aunque era verdad que él si cantaba.

– Yo… no sé – la vergüenza se apoderó de Ryoga que estaba rojo como un tomate. Mousse lo tomó de un brazo y lo sacó hacia un costado.

– Ryoga tú cantas bien. Lúcete, Akane te estará mirando.

Ante eso, cualquiera cedía. Shampoo no estaba convencida y quiso restarse de la participación pero los directores, hartos de los caprichos de sus alumnos, exigieron que las cosas se hicieran de la manera que se habían planteado. Uno de los profesores comenzó a indagar en el talento de Shampoo y Ryoga.

– ¿Qué registro tienes, niña?

– Soprano – respondió Shampoo, orgullosa de sus dotes musicales.

– ¿Y tú muchacho?

Ryoga no sabía qué contestar. Él sólo podía cantar, con qué registro lo hacía, ni idea tenía. El profesor decidió probar la voz del chico y luego de tararear algunas cosas, llegó a la conclusión de que tenía una voz muy grave para su edad.

– Eres un barítono, hasta puedes cantar partes de un bajo. No sé si haya un aria bonita para esos dos tipos de voces juntas…

Otro profesor dijo que sí las había, una muy linda pero estaba en alemán. Era cosa de aprender de memoria y nada más. Luego de un par de discusiones, quedaron en que esa aria sería la que cantarían.

– ¿Y qué haremos el resto? – Satori se incluyó en la conversación aunque su clase no sería parte de las actividades. Al escuchar esto, Ranma comenzó a reírse del niño en su cara.

– Jaja ¿querías ser parte de esto, enano? ¡Pero si es sólo para gente que mide más de 140 cms! ¡Oh, pero si tú mides menos! – se rió.

– Maestro, yo tengo buenas ideas y puedo aportar en algo, lo que sea – Satori ponía la mayor cara de victimización posible. Quería participar a como diera lugar.

– No sé, no sé ¿Qué podrías hacer tú? – preguntaba el profesor.

– ¡Lo que sea!

– No creo que sea prudente, maestro. Los niños no se suelen comprometer como corresponde – Ranma buscaba la manera de vengarse de Satori y estaba encontrando la oportunidad. Sin embargo, tendría que luchar contra una multitud porque las chicas, considerando a Satori una criatura adorable, empezaron a hacer fuerzas para que se le permitiera participar. Ranma vio como sus deseos se iban al tarro de la basura y el triunfo de Satori era inminente. El profesor encargado finalmente accedió para ruina de Ranma que, una vez más, era derrotado por el pequeño.

Shampoo ya tenía su lugar ganado en la jornada, al igual que sus enemigas las tontas, pero Ukyo y Akane no sabían qué hacer. Ukyo no permitiría que Shampoo se llevara todos los aplausos, incluido el de Ranma y, por lo mismo, exigió un papel para desempeñar. No había mucho donde elegir: estaban los cantantes, los actores de las escenas teatrales, los músicos ¿Qué podía hacer ella?

– Va a haber puestos de comida para vender ¿Te animas a cocinar? – sugirió la profesora. Y sí, a Ukyo le gustaba cocinar pero también quería algo más. Se sugirió entonces que fuese ella la que presentara los números. A falta de algo mejor, aceptó. Ya sabría ella cómo sacarle provecho a eso. La única que no tenía algo que hacer era Akane y no se sentía nada bien por eso.

– Veo que no tienes nada que hacer en las actividades – Ranma comenzó a torturar a Akane, una vez más. Aunque esta vez no era sólo por hacerla enfadar, tenía intenciones ulteriores: necesitaba saber cómo le había ido enfrentando a las otras chicas; qué había pasado.

– Tú tampoco tienes algo que hacer ¿o me equivoco? Ryoga cantará, Shampoo también, Mousse tocará su violín y Ukyo presentará ¿Y dónde estás tú? ¡Oh pero si no tienes nada que hacer tampoco! – le contestó Akane irónicamente, percibiendo el plan de Ranma.

– Lo que pasa es que me estoy reservando para algo grande. Alguien como yo no puede hacer cualquier cosa – Ranma quería saber algo más pero no sabía cómo abordarlo –: Parece que las cosas entre tus amigas y tú siguen bien…

– ¿Y por qué deberían no estarlo? – Akane respondió bruscamente.

– Y bueno, ya sabes, se enteraron de lo nuestro…

– ¿Lo nuestro? ¡¿Y qué sería lo nuestro?! – Akane se encorelizó al ver la sinvergüenzura de Ranma.

– Que tú y yo nos conocimos antes y que bueno… otras cosas – Ranma se ruborizó al recordar.

– Ah, era eso. Sí, les conté que nos conocimos antes pero que fue algo sin importancia, que tú estás interesado en otra persona y eso – al oír lo último Ranma se horrorizó.

– ¡¿Les dijiste eso?! – gritó.

– Claro que sí, no tienes derecho a jugar con ellas. Si estás interesado en otra mujer no entiendo por qué permites que Shampoo y Ukyo se ilusionen y peleen por ti; estás dañando su amistad por tu ego y yo no lo voy a permitir – Akane se dispuso a marcharse no sin antes recordarle a Ranma –: Te advierto, no dejaré que juegues con ellas. Vete con esa mujer que tanto te gusta y a nosotras déjanos en paz – y se fue. Ranma quedó sorprendido y enfurecido a la vez. ¿Él jugando con los sentimientos de Ukyo y Shampoo por puro ego?

– ¡Eres una idiota Akane Tendo! ¡Si supieras! ¡Si sólo supieras!

v-v-v-v-v

Las semanas que siguieron fueron dedicadas en su mayoría a montar el famoso espectaculo que nadie tenía muy claro de qué se trataba pero en el que todos estaban interesados en participar. Como Ryoga y Mousse eran parte importante del evento, debían ensayar mucho después de las clases dejando a Ranma sin mucho que hacer. Lo mismo le pasaba a Akane ya que Shampoo y Ukyo también debían ensayar. Para ella era algo humillante no aportar con nada pero es que no eran muchas cosas en las que sobresalía tampoco.

– No importa Akane, tú eres la más linda de todas, no necesitas hacer nada para demostrarlo – la consoló Satori, sonrojándose en el acto. Ranma no pasó por alto las palabras del niño: era lo único que le faltaba, Satori enamorado de Akane. Y ese insecto era peligroso porque Akane parecía tenerle simpatía y creía todo lo que él le decía. Tenía que sacarlo de en medio y para eso se aprovechó que Satori ayudaba a ordenar la escenografía. Mientras Shampoo esnsayaba con su vestido, parada sobre una escalera, Ranma empujó a Satori que fue a dar directamente bajo las faldas de Shampoo.

– ¡Shampoo cuidado con tu vestido! – le advirtió una de las maestras. Todos comenzaron a reír menos el profesor a cargo de los muchachos.

– ¡Satori no hagas que me arrepienta de haber permitido que participaras! ¡Me estás hartando!

– Yo lo he dicho siempre, este mocoso es un depravado que sólo se ofreció a ayudar para espiar a las niñas – intervino Ranma. Satori comenzó a llorar, alegando inocencia.

– Claro que es inocente. Yo vi cuando Ranma lo empujó – Akane salió en defensa del niño para mortificación de Ranma que no podía creer que Satori siempre se librara de todo y apoyado por Akane, además.

– ¡No lo defiendas Akane! Este mocoso pervertido se aprovechó de que no estaba atenta – Shampoo se fue sobre Ranma abrazándolo para buscar consuelo. Pronto llegó Ukyo a ponerla en su lugar. Shampoo siempre se aprovechaba de cualquier cosa para tratar de sacar ventajas con Ranma. «Aquí vamos de nuevo» pensó Ranma. Afortunadamente, sus amigos estaban ahí:

– Ay querida Shampoo, serás la reina de todo este evento con tu voz de ruiseñor – suspiró Mousse al halagar a Shampoo quien ni siquiera prestó atención al cumplido. Ryoga por su parte se quejaba de que no se sentía cómodo cantando con su traje pero Akane alabó se desempeño, especialmente su linda voz.

– ¿En serio crees que canto bien? – preguntó Ryoga, iluminado.

– ¡Claro que sí! La mayor atracción, te lo aseguro – respondió Akane dulcemente. A Ranma no le gustó las loas que Akane le dirigía a Ryoga y, sin detenerse a pensar en su amigo, procedió a arruinar el momento de felicidad de Ryoga.

– Eso si no le viene el acobardamiento y le logra salir la voz.

Ryoga quiso golpearlo pero se contuvo pensando en que una criatura tan sensible como Akane no podía ver el aspecto salvaje se su persona. Terminó haciendo nada.

– ¡Vaya, qué gran amigo eres! – le reprochó Akane –: No le hagas caso, te saldrá fenómenal – y tomando del brazo a Ryoga, lo invitó a retirarse del lugar. Ranma quedó petrificado: esa sinvergüenza se iba con Ryoga sin importarle que él estaba ahí. ¿Y qué le importaba a él que ella se fuera con Ryoga? Era libre de hacer lo que quisiera.

– Déjalos, Ranma. Creo que Akane se está interesando en Ryoga y está bien. Hacen linda pareja – en vez de tranquilizarlo, las palabras de Shampoo mortificaron más aún a Ranma.

– ¿Ella les dijo eso?

– No, pero se le nota ¿No crees?

No, Ranma no lo creía. Y no lo quería aunque se dijera una y otra vez lo contrario.

– Akane habló con ustedes finalmente ¿verdad? – Ranma sonaba algo nervioso. Quería saber qué les había dicho Akane exactamente y si esperaba a que el tema saliera solo, como por casualidad, se moriría esperando.

– Sí, nos dijo toda la verdad – respondió Ukyo.

– ¿La verdad? ¿Y cuál es la verdad?

– Que sí te había conocido antes pero que no hubo mayor interacción entre ustedes. Tú no le agradas y ella no te agrada a ti, eso nos quedó claro. Aunque, ahora que lo recuerdo, Akane dijo que tú estabas interesado en otra mujer… – agregó Shampoo.

– ¿Y no les dijo quién era?

– No, sólo eso nos dijo

– ¡Qué mentirosilla es esa Akane! Pensé que era su amiga pero no debe serlo tanto, si les miente de esa forma – Ranma no tenía ningún pudor en tratar de poner mal a Akane con sus amigas. Sentía que se lo merecía por negar lo que había pasado entre ellos.

– ¡¿Akane conoce a esa mujer?! – Shampoo y Ukyo no podían creer que su amiga les estuviese mintiendo u ocultando parte de la verdad o lo que fuera.

– Claro que sí, la conoce como si fuese ella misma – a Ranma parecía no importarle nada. Shampoo y Ukyo con podían creerlo: Akane fingía estar preocupada por ellas cuando en el fondo estaba tratando de encubrir la identidad de esa mujer.

– ¿Quién es? ¡Dínos la verdad! – Shampoo presionaba a Ranma con tanta furia que éste comenzó a dudar de su proceder. Ukyo no ayudaba a apaciguar las cosas.

– Yo… yo … – Ranma no sabía qué decir.

– Diles la verdad Ranma y acaba ya con esto. Si quieren saber quién es esa mujer pues la tienen frente a ustedes – intervino Nabiki Tendo con una gran sonrisa. Eso sí que no se lo habrían esperado.


Gracias a todos lo que leen, de nuevo.

Me soprende el protagonismo que Nabiki Tendo ha alcanzado en mis historias. No es el personaje principal pero siempre está ahí ;)

See you!