And Yet So Far
Traducción: Aún así tan lejos
Original de: LyricalKris
Traductora: Aleshita-luvs-paramore
Capítulo 2
Pelea Doméstica
- ¿Te amaneciste demasiado en una fiesta este fin?
Bella no supo que le hizo pensar que podía dirigirse a Edward tan suelta de huesos. Era Lunes por la mañana, y ella entraba a su clase de español sólo para encontrar a Edward con los brazos acunando su cabeza en el escritorio. Él rodó su cabeza para verla, y Bella jadeó.
Ella estuvo bromeando un poco, pero al observar a los círculos profundos que rodeaban sus ojos, ella podía notar claramente que Edward estaba legítimamente extenuado.
Aun así, su sonrisa adormilada le envió una sensación placentera a lo largo de la columna.
- ¿Fiesta? ¿En Forks? Debes estar bromeando, -soltó secamente.
- Bueno, -ella evadió, encogiéndose de hombros tímidamente mientras se sentaba a dos asientos de dónde estaba sentado él. -¿quién sabe? Algunos chicos encuentran diversión en cualquier sitio.
- Pero tu no, -dijo suavemente. No era una pregunta.
- Ah, no. Soy aburrida, -admitió ella, preguntándose por que balbuceaba con este chico. La semana anterior, habían intercambiado sonrisas durante sus otras clases, pero no era como si ya fuesen amigos.
- Bueno, no te preocupes. Tampoco hice demasiado este fin de semana. -él bostezó.
- Realmente luces muy cansado para alguien que no ha hecho mucho, -dijo ella gentilmente, preguntándose por que mantenía esta línea de conversación, ¿Por que no cambiaba el tema?
Él le dio una sonrisa adormilada, pareciendo no importarle lo que pasaba. -Elsie ha estado teniendo problemas para dormir. Se despierta llorando muchas veces durante la noche. -se encogió de hombros. -Supongo que le toma un poco de tiempo adaptarse al nuevo lugar.
- ¿Elsie? -repitió Bella, confundida.
- Oh, así es como llamo a Leona. -arrugó su nariz. -Realmente no me gusta su primer nombre, así que la llamo por sus iniciales. L-C*
- Elsie -asintió Bella- Es lindo e inteligente.
- Justo como ella, -linda e inteligente. -dijo él afectuosamente.
Bella inclinó un poco su cabeza, estudiándolo un momento. -Es lindo ver a un hermano mayor que quiere tanto a sus hermanos.
La piel alrededor de de sus ojos se ajustó un poco, y la vio directamente por lo que dura un latido del corazón antes de apartar su mirada. Su postura reflejaba mucha disconformidad. - Si, bueno... quiero decir, mi hermano puede ser odioso. Apenas tiene ocho años, pero creo que ser un poco malo es parte de su naturaleza. Ya veremos. Y Elsie es sólo una bebé. Todos los bebés son tiernos ¿no?
Ante eso, Bella tuvo que soltar una mueca. -Ah. No pretendo ofender a tu hermana -ni siquiera la conozco- pero los niños no son mi... cosa. -Ella negó.-Soy hija única, y a veces deseo haber tenido un hermano mayor, pero me siento bien que mis papás no decidieran tener más niños. Ellos son tan ruidosos, y sucios y necesitan de todo. -La expresión de su cara lo decía todo. Los bebés podían ser tan asquerosos y molestos.
La brillante y adormilada mirada que tenía en su rosto desapareció instantáneamente. Algo agresivo pasó en sus ojos. Bella tomó automáticamente un paso hacia atrás porque sintió que él era peligroso. Él vio hacia otro lado rápidamente, con su boca apretada en una fina línea.
- ¿Edward? -preguntó ella después de unos segundos de tenso silencio.
Él observó su pupitre, ignorándola completamente.
Bella tuvo que moverse cuando el chico que se sentaba habitualmente al lado de Edward apareció necesitando sentarse antes de que empiece la clase. Ella tuvo que moverse rápidamente, volviendo como un rayo a su propio sitio.
La lección empezó, pero Bella no podía decir qué se supone debían estar aprendiendo. Y en medio de todo el período de clase, sus pensamientos se dirigieron a Edward, sentado dos filas delante de ella. Ella lo miraba ocasionalmente, pero pensó que él ya no le prestaba la misma atención que ella le daba, también dejó de mirar en dirección a ella.
Sin importar cuantas veces Bella repasó la conversación en su cabeza, ella no pudo entender que había sucedido. Obviamente, Edward estaba molesto con ella, pero ¿Qué derecho tenía el de enojarse con ella? La mayoría de los chicos que ella conocía quienes tenían hermanos pequeños al menos reconocían que eran descuidados y ocasionalmente molestos. Era su opinión, pero ella estuvo intentando expresarle sus sentimientos. Después de todo, su hermanita menor obviamente lo había mantenido despierto la noche anterior.
Era solo de mala educación ignorar a alguien que estaba justo frente a ti -grosero y fuera de lugar.
Para el final de la clase, ella se dirigió a preguntarle cuál era su problema, pero cuando la campana sonó, él ya estaba fuera como un rayo, con sus largas piernas dirigiéndolo fuera más rápido de lo que ella podía seguir. Su siguiente clase era cruzando el campus, así que no tuvo tiempo de confrontarlo antes de que la campana volviese a sonar.
Nuevamente, al final de aquélla clase, él se levantó del asiento en e segundo exacto en que la campana sonó. Ésta vez, sin embargo, Bella llegó a clase con un par de minutos de sobra.
Ella se detuvo frente a su pupitre. El estaba observando su cuaderno de notas estudiosamente. La ira de ella volvía a florecer cuando él se mantuvo estático como si no la hubiese visto, y ella tomó un gran poco de aire, tratando de mantener a raya su genio o empezaría a gritarle.
Justo cuando ella iba a decir algo, lo pensó mejor, preguntándose si tenía el derecho de hacerlo. Después de todo, este chico no le debía nada a ella. Ella era quién lo estaba acosando a él.
Pero y si él quería estar sólo, habían formas educadas de preguntar.
- Hey, yo -empezó ella, sólo para ser cortada por la campana nuevamente. Dando un corto y disgustado gruñido, Bella terminó por rendirse, volviendo a su sitio.
En medio de esa y la siguiente clase, ella debatió consigo misma si debía solo dejarlo así. Había una parte de ella que estaba indignada -ese tipo de descortesía era simplemente irritante- pero había también otra parte de ella que se preguntaba si accidentalmente lo hubo insultado.
Finalmente Bella decidió que la hora del almuerzo era el mejor momento para acercarse. Él se sentaría con Tyler y Mike de nuevo, no había duda. Con los otros dos chicos allí, probablemente él no la ignoraría, y si lo hiciera, Bella estaba muy segura de que ellos lo evitarían.
Decidida, Bella tomó una gran bocanada de aire, caminando hacia su mesa. – Hola chicos, -saludó a los dos otros, manteniendo su mirada sobre Edward, quién nuevamente, no levantó la mirada. -¿Edward? –intentó.
Ella vio cómo sus hombros subían y bajaban lentamente, cuando tomó un gran respiro. Finalmente, la vio, con mirada impasible mientras la observaba. -¿Qué?
- ¿Puedo hablar contigo un segundo? ¿A solas?
Mike y Tyler intercambiaron una mirada, meneando las cejas. Edward continuó observándola sin emitir sonido. Por un largo y embarazoso momento, ella estuvo segura que diría que no. –Está bien, -dijo finalmente, poniéndose de pie. Luego la vio expectante.
Bella cayó en la cuenta que no había planeado que las cosas hubiesen resultado avanzar tanto. Se sintió idiota cuando se alejó una distancia pequeña, y se decidió que saldrían del lugar ya que no estaba lloviendo, apenas serenaba. Ella intentó ignorar que Mike y Tyler se pusieron a silbar detrás de ellos.
- Mira, -empezó ella cuando estuvieron fuera. –No sé qué fue lo que dije esta mañana, pero-
- No lo hiciste… -Interrumpió Edward. Suspiró y luego metió sus manos en sus bolsillos mientras alejó su mirada de ella. –Estoy siendo muy agresivo, lo sé, y lo siento. Pero es mejor de ésta forma, créeme.
Su voz era horriblemente rasposa, casi desesperada. -¿Crees que ser agresivo es mejor?
- No, -dijo él viendo a sus pies. Se rascó la nuca. -No es eso lo que quiero decir. Es sólo... -él la vio a la cara, el repentino dolor en sus ojos verdes hizo que su corazón se apretara automáticamente. -Es mejor que no seamos amigos. Créeme.
Por largos momentos, Bella simplemente vio al chico ridículo que estaba frente a ella, parpadeando esporádicamente. El hecho de que ni siquiera conocía a este chico una semana antes, sus palabras le parecían increíbles. -Mira, no estaba rogándote que seas mi amigo ni nada, tú, estúpido arrogante. Sólo estaba hablándote. Quería saber si te había dicho algo ofensivo, por que no había sido mi intención, pero obviamente, esto sólo se trata de ti. Eres un idiota.
Ella se dio vuelta en sus talones, dirigiéndose rápidamente dentro de la escuela antes de que las lágrimas -nacidas de la frustración- pudiesen escapar. La última cosa que ella deseaba era que él pensara que ella lloraba por su causa.
En lugar de volver a la cafetería, Bella se fue directamente a su clase de Inglés. Gracias a Dios, el salón estaba oscuro y vacío. Ella se deslizó en su asiento, poniendo su cabeza sobre su pupitre.
Los minutos pasaron mientras Bella se la pasó quieta, alejando algunas lágrimas que si se escaparon. ¡Que exasperante cerdo era este chico! Se encontró a sí misma lamentándose de que tendría que verlo a diario.
La hora del almuerzo había pasado por completo cuando ella oyó a alguien entrando en el aula. Bella no levantó la mirada, no sintiéndose con ganas de tratar con otras personas en ese momento. Su espalda se pudo rígida cuando unos pasos suaves se acercaron a ella, quedándose a su derecha. Ella oyó un suspiro pequeño mientras él se sentaba en su silla.
Bueno, al menos le había servido, ella pensó, resistiendo la urgencia de rodar su mirada hasta verlo. Ver cuanto le gustaba ser desagradablemente ignorado.
Bella se sorprendió de los irritados pensamientos que tenía cuando una manzana apareció sobre su pupitre y frente a sus ojos, seguida de una botella de limonada. Ella se incorporó, pero no miró.
- Lo siento. Me siento mal por haber hecho que te saltaras el almuerzo por mi culpa. -dijo el calmada mente.
- No hago cosas por tu causa, -soltó ella, viendo en su dirección.
El levantó sus manos en señal de ofrenda de paz. -No pretendo insultarte, -insistió. -Realmente lo siento... ya sabes, sobre esta mañana y ahora.
Bella dejó escapar un suspiro, desplomándose en su silla. - Mira, pensé que decías que no querías que fuésemos amigos. Mensaje recibido. Sólo déjalo allí.
Él se mantuvo en silencio por unos segundos. - Dije que sería mejor que no fuésemos amigos, no que yo no quisiera que lo fuésemos.
- ¿Que se supone que significa eso? -preguntó ella exasperada. Él estaba siendo tan críptico.
- ¿Entenderías si te dijera que no eres tu, soy yo? -evadió él.
- No -respondió ella francamente. Lo estudió por un momento, notando la expresión frustrada en su rostro, y trató de calmarse. - ¿Por qué yo? -ella preguntó finalmente. - Puedes ser amigo de Mike y Tyler y no mío.
- No soy amigo de Mike o Tyler, -insistió él. - No soy amigo de nadie realmente. He estado aquí por una semana.
- Pero puedes tolerar estar a su lado. Y de repente, ¿no puedes tolerarme? -presionó.
El vio hacia otro lado, paseando su mano sobre su cabello con agitación obvia. -No sé cómo explicarte esto, -murmuró luego. -No quisiera que... Tu podrías... -él resopló. -Es diferente con ellos, -terminó diciendo torpemente. -Realmente no se cómo explicarte.
Levantando la manzana que él le hubo traído, Bella pensó un poco en sus palabras. -Gracias por el almuerzo, -ella dijo tranquilamente, rodando la fruta hacia atrás y adelante entre sus manos.
- No es problema. Como te dije, me siento mal por lo que pasó. -El frunció sus cejas. -Una manzana y limonada son una estúpida disculpa, realmente.
- Realmente no es para tanto, -ella mintió. -Pero aún no entiendo. Si quieres ser amigo de alguien, ¿por qué creerías que está mal? Quiero decir ¿crees que soy mala influencia para ti, o algo así?
Él soltó un resoplido. -¿Tú? no, eso no es por que me preocupo.
- ¿Entonces que es lo que te preocupa? -ella levantó una ceja, retándolo.
Edward parecía no tener respuesta para eso.
Antes de que pudiera hablar, la campana volvió a sonar, y la profesora entró a clase. Bella vio a Edward de vez en cuando, dándose cuenta que estaba mordiéndose el labio mientras miraba fijamente a su pupitre.
Él no intento entablar conversación con ella de nuevo hasta que los juntaron para el trabajo de parejas. -Sólo es... complicado. -dijo rápidamente, escogiendo continuar con su conversación anterior como si no hubiesen sido interrumpidos por la clase.
Ella mantuvo contacto visual con él por espacio de algunos latidos de su corazón antes de que cambiase su expresión por una de perplejidad.
- I'm sorry, but don't speak Spanish, (1) -dijo calmadamente.
Por un segundo, él parpadeó. Luego rompió en risas.
-O-
Verdaderamente, Edward pensó, que la última que alguien tuvo un dolor de cabeza tan fuerte como el de él, Atenas intentaba hacerse campo en medio del cráneo de Zeus. Con Leona berreando en el asiento trasero, sólo estaba empeorando.
- Emmett, por el amor de Dios ¿Intentarías al menos distraerla? Sus juguetes están en la bolsa, -le dio la voz, con la exasperación invadiendo su tono de voz.
- ¿Por qué no lo haces tú? Se quejó Emmett.
- Esa es realmente una pregunta estúpida. Estoy conduciendo y mi mano no alcanza todo el camino hasta ella. –Emmett debía empezar a contar sus bendiciones en ese último hecho, pensó Edward privadamente, resistiendo a la urgencia de empezar a gritarle. -¿podrías simplemente hacerme ese favor? Ya casi llegamos a casa.
- Está bien, -su hermano menor dijo, dejando a un lado su Nintendo 3DS para hurgar en la bolsa de la bebé.
Leona se calmó un poco, mientras Emmett trató de distraerla, contándole una historia ridícula dónde su suave conejito de peluche hablaba por teléfono –uno de gran tamaño y hecho plástico- acerca de hechos cobardes que habían suscitado. Edward sonrió mientras escuchaba, sintiéndose apenas más calmo.
Cuando llegaron a casa, Emmett se deshizo de su silla para niños, ingresando en su casa con su propia mochila contra su espalda. Edward frunció el entrecejo, sintiéndose por un breve momento inquieto por que él no podía sacar de sus hombros sus responsabilidades tan fácilmente como lo hacía su pequeño hermano. Sería tan fácil simplemente irse un rato a su habitación o lanzarse sobre el Wii como Emmett estaba a punto de hacer.
Alejando ese pensamiento de su cabeza, Edward abrió la puerta trasera de su auto, alcanzando a la bebé para liberarla de sus confines que la tenían malhumorada. - ¿Tuviste un mal día en el nido, leoncita? -le preguntó, con tono gentil, mientras la ubicaba sobre la línea de una de sus caderas, colgándose al hombro el bolso de ella y su propia mochila.
Él asintió mientras hablaba, entonces Leona asintió de vuelta, metiendo tres de sus deditos a su boca cuando ponía su cabecita sobre el hombro de él.
- No tuve un buen día, tampoco –contestó, arrullándola un poco mientras caminaba dentro. –Una chica bonita me gritó, pero creo que me lo merecía. Realmente no estoy muy seguro.
- Ooooh, -dijo ella, y Edward no pudo evitar sonreír.
- Ah, pero está bien. Las chicas son así. –Él dejó las cosas de ambos en el pasillo y se sentó medio rendido a la mesa de la cocina, sentándola a ella en la cabecera de la mesa, con ambas manos protectoramente al lado de su cintura pequeña.
- ¿Qué aprendiste hoy en el nido, hmm? ¿Aprendiste cuántos años tienes?
Ella no había querido cooperar con él cuando la hubo cargado al principio, pero ahora estaba más animada porque estaba en casa. Ella levantó uno de sus deditos, obedientemente, sonriéndose desdentada en su dirección.
- ¡Exacto! -dijo él, sonriéndole de vuelta. - ¿Cuántos años tienes? -le preguntó de nuevo.
- Dos, -hizo ella un eco, alargando el sonido de la "o".
- No, -se rió él. - Uno.
Obligada, ella levantó un dedito nuevamente o lo intentó. Ella pareció distraerse y terminó por levantar toda su mano. Edward mordió su mano cuidadosamente sólo con sus labios hasta que ella rió.
Él suspiró hasta que el sonido se transformó en un bostezo. La bebé levantó sus dos manos, deseando que la cargase. Él lo hizo, luego se dirigió algo tambaleante por las escaleras hacia su dormitorio. Allí, se acostó, sosteniendo a Leona contra su pecho. Por una vez, la suerte parecía acompañarlo cuando ella decidió dormirse casi instantáneamente.
A él no le importaba en lo absoluto -el peso ligero de Leona sobre su pecho, y la forma en que ella irradiaba calor de bebé.
Bella tenía razón -los bebés eran tan ruidosos, y sucios y necesitaban de todo. Pero él sabía que eran muchísimas cosas buenas, a la vez.
Sin embargo, algunos chicos de su edad no entendían eso, y él no sabría como empezar a explicarlo si quiera.
Él probablemente había cabeceado, por que la siguiente cosa que supo fue que su madre estuvo moviendo su hombro. - ¿Edward?
- ¿Hmm?, -murmuró él, apretando su brazos sobre la bebé que dormía en su pecho. Y parpadeó tratando de enfocarse.
La sonrisa de Esme era amable. - El gerente de la tienda de pizza te devolvió el llamado.
- Oh, -musitó él, tratando de quitarse el sopor. Si su madre estaba en casa, significaba que ya pasaban las cuatro y que su siesta había durado más de media hora, o algo así.
Con cuidado, tratando de no empujar a Leona, él se puso de pie.
- Déjame tomarla, -le ofreció su mamá, alargándole los brazos.
- ¿Estás segura?
- Si, necesitas hablar con el gerente de todas formas.
Edward asintió, pasando a Leona a los brazos de su madre. Se frotó los ojos mientras caminaba y luego frotó sus sienes, dándose cuenta que su cabeza aun le martillaba.
Unos minutos después, regresó a la cocina, siguiendo el olor de que comida cociéndose. Él se sentó al lado de Leona quién estaba en la silla alta, apretando juguetonamente algunos arándanos entre sus dedos, antes de que terminen dentro de su boca.
- Entonces ¿cuál es el veredicto? -Esme le preguntó, dándole la espalda a la estufa.
- Cuatro turnos por cuatro horas: Martes y Jueves, y Sábados y Domingos. -él vio en su dirección, sintiéndose algo nervioso. -Los turnos de entre semana empezarán a las 4:30 p.m. ¿está bien eso?
Ella asintió y le sonrió. - Eso es lo bueno de Forks ¿no? Cinco minutos para llegar a donde sea. Incluso aunque no pudiese salir del trabajo hasta las cuatro, estaría aquí a 4:05 a más tardar. -ella se le acercó, desordenando más su cabello cariñosamente. - Eres un buen chico, Edward, -lo llamó suavemente.
Él solo resopló, levantando la cuchara que Leona había tirado: -Sep.
Esme besó un costado de su cabeza y retornó a terminar de preparar la cena.
Poniéndose de pie, Edward tomó la botella de Advil que tenían en un estantería alta. Se tomó tres de porrazo, cerrando los ojos para no sentirse tan abrumado.
No era como si fuese el primer adolescente en conseguir un trabajo, razonó. Y cuatro turnos no eran tanto. En realidad, preguntaría por más turnos cuando tuviese más tiempo. Sus padres no eran ricos por ningún tramo de imaginación. Él debía cumplir su parte. Y no había oportunidad para sentir lástima de sí mismo.
Sus pensamientos, volvieron a Bella, y nuevamente, se dio cuenta que había acertado en su primera apreciación. Sería mejor que no fuesen amigos. Tenían un año más de secundaria, y luego, la mayoría de los chicos estarían en otras cosas. no había ningún sentido en pegarse tanto a estas alturas, y además, él no tenía el tiempo.
- ¡Pa! ¡Paaaaaaaaaaaaaaaa!
Abriendo los ojos, Edward sonrió mientras veía a Leona estirarse por él, con los brazos fuera, pateando la silla alta.
- ¡Uppa!
- Esta bien Elsie, ya voy, -murmuró, liberándola y levantándola. Jubilosamente, ella metió un arándano en la boca de Edward y lo aplastó allí, él se lo comió sin demora. Luego le dio un beso meloso en la mejilla.
Pensando en cómo era que él iba a tener que sobrellevar a escuela, el trabajo, y el resto de sus responsabilidades, Edward ya estaba exhausto. Otros chicos de sus edad no lo entenderían. Ellos pensarían al igual que Bella -que los niños eran ruidosos, sucios y, él podía agregar algo más, agotadores.
Tal vez significaba que no tendría ningún amigo cercano, pero viendo a la hermosa sonrisa que le regalaba su hija, sus brillantes ojos que eran un espejo de los suyos, Edward sabía de que se perdían: Todo eso valía la pena.
*LC: el sonido de la letra "L" suena "el" y el sonido de la letra "C" suena casi como "si" por eso, el sobrenombre "Elsie"
(1) Lo siento, pero no hablo Español.
A poco no se lo esperaban... aunque Karlita si ¿verdad? Por cierto este capí va dedicado a ti por ser taaaaaaaaan hermosa conmigo y por tu cumple casi compartido con el mío. A Sarai, por ser mi casi hermana de ff y fb, y del corazón. Además a mi bella amiga y confidente... hermana y madre Yub. Y por supuesto un gran besote a mi infatigable e irremediable Sool.
Pues se destapó el pastel ¿que les parece? ¿Ya les dije que amo a Elsie?
Besos, Ale!
;)
Vieron que pude actualizar y antes de mi cumple. ¿me regalan reviews?
