Summary: Se conocen hace mucho, son amigos hace mucho, actúan juntos en una nueva película y ahora él quiere ser más... ¿Cómo podrá lograr llegar al corazón de Isabella Swan cuando solo te ve como el Símbolo sexual de adolescentes calenturientas? Edward Cullen no la tendrá tan fácil ¿o sí?
Disclaimer: Todos los personajes le pertenecen a la extraordinariamente talentosa Stephenie Meyer. Yo solo me atribuyo la historia, porque la he escrito.
Playlist:
Give me Love - Ed Sheran
Amor de Película ¿no?
CAPÍTULO 4: Soluciones o más problemas
Edward's POV
La grabación se estaba volviendo cada vez mas problemática y Alen me salió con un cambio de planes de última hora, lo odiaba, pero había que ganarse al director por que era excelente después de todo.
No hablaba con Bella, ella había roto mi corazón a pesar de que yo negaba -o me auto convencía- que no me había hecho daño.
Dolía, como una jodida estaca en el corazón.
Aparentemente no le había afectado en nada que le comentase mis sentimientos, por supuesto, ella tenía mucho menos que perder que yo. Apenas unas cuantas fotos si los papparazzis se nos acercaban lo suficiente para darse cuenta de la "química explosiva" que teníamos sobrepasaba las pantallas.
En fin, no me importaba en lo más mínimo eso. Ellos podían decir lo que quisieran mientras no nos agredieran, y digo nos, por que cada vez que lastimaban a Bella, aunque este muy encabronado con ella, me lastimaban a mi también.
Carajo, la amo.
Aunque haya sido un estúpido gilipollas que recién cae en la cuenta de lo obvio.
Casi ¿qué? tres, o cuatro años después de conocerla vengo a enterarme que la amo. Sí, que idiota.
No estaba seguro de los días exactos pero, ya llevaba buena cantidad de tiempo enamorado de ella y decidí decírselo, sin embargo, se me escapó antes de lo planeado, creo que me sobrepasó el hecho de besarla con tanta pasión en una grabación. Sentía la piel de ella y no la de Rachel, el personaje que ella interpretaba.
Debía ser en ese momento o nunca, decidí tontamente. Ojalá hubiese decidido hacerlo en otro momento o quizá, nunca.
Quién sabe si en realidad esas mierdas cósmicas y alineaciones de astros es cierta y necesitaba esforzarme más y hacer menos estupideces para que le pudiera resultar un poco más atractivo. A ella. Sólo a ella.
Mis Chacras y esas tonterías estaban en mal estado, o hasta pudriéndose, probablemente.
Hasta hoy, aparentemente.
-Por favor -había pedido ella, en los labios de Rachel, y yo había dudado al notar su rubor natural inundando su cuerpo y su rostro, si era ella o Rachel quién lo hacía. Si embargo, no salí de aquél papel, e hice de cuenta que la desnudaba completamente, ya que sólo quité una de las bragas que usaba, la que debía sacar, y "me adentré" en ella.
Solté mis líneas y me balanceé contendiendo un poco el aliento debido a la proximidad de su cuerpo y la calidez de sus gemidos.
Mentiría como un energúmeno si dijese que no estaba duro. Porque lo estaba y tremendamente.
El grito de Alen me sacó de mis casillas, y nuevamente la gente si iba disipando.
Yo sólo quería tenerla.
Completamente.
-Edward -susurró ella. Y me perdí en la bella mirada que me regaló. -¿podrías quedarte un momento más así?
Si no me puse a saltar por la habitación fue sólo por que estaba casi en pelotas y todos pensarían que era un idiota sin remedio. Algo que no se alejaba de la realidad, si veníamos a ponernos sinceros.
-¿Estás segura? -¿cómo carajos le pregunté eso?
-S... sí-su voz entrecortada me emocionaba. Y mi polla estaba igual que yo.
-Ok... okay. Yo, sólo... -no me salían más monosílabos, el sudor estaba empezando a perlar mi frente. Ella acomodó una de sus manos, preciosas y suaves, y la rozó cerca de mi mejilla, parecía debatirse entre tocar mi mejilla o mis labios.
-Ahora... ya no hay nadie. -susurró. Oh, claro, era eso. Su pechos estaban desnudos y ella no quería que se los viesen. -Creo que debemos...
-Sí, ya me quito de encima. -solté ácidamente.
-¡No! -gritó secamente. Y no pude evitar verme en sus ojos, ella me había tomado entre sus piernas con fuerza, me apretó con ambas allí.
-¿Qué? -no pude seguir, ya que ella hubo sujetado mi rostro entre sus manos y presionaba sus labios contra los míos con dulzura. Apenas pude reaccionar. Apenas pude pensar en algo antes de que ella soltara mi cuerpo y borrara cualquier rastro de felicidad de sus ojos y labios.
Me golpeé mentalmente.
¿Acaso ella estaba decepcionada? ¿De mí?
-¿Podrías? -soltó. Su tono neutro y frío. Distante.
Empujó un poco mi cuerpo para darme a entender que era lo que quería. Ésta vez no íbamos a seguir huyendo.
-Saldré de aquí, sólo si prometes que hablaremos en cuanto estemos vestidos. -ella frunció el ceño, intrigada.
-No te entiendo. -soltó.
-No tenía idea que fueras a besarme... por eso no correspondí. Lo siento. -tomé un respiro- Además, fuiste tú quién había dicho...
-Sé lo que dije, Edward. -añadió secamente. Tajante.
-¿Entonces?, no termino de entender cuál es la razón de tu enojo. -dije yo. -Sí tanto te incomodo ¿Por qué me besaste?
Ella dudó, antes de hablar. -No lo sé. -susurró.
-Y yo si debo saberlo ¿verdad? Tú eres la confundida, ¿y yo debo resolver todo?
-Basta, por favor. -me pareció ver que sus ojos estaban cristalizándose. Me sentí como un idiota. ¿Por qué la lastimaba?
-Bella, -susurré. No debía seguir alargando ésta situación. Ya estábamos bastante creciditos para seguir jugando al gato y al ratón. -Yo... realmente quise que supieras mis sentimientos. Sé que no he sido el ejemplo de amigo que te mereces, pero... ha sido sólo por que no me siento más como tu amigo. Es más, no quiero serlo jamás.
Ella contuvo el aliento, me miró confundida.
-He estado enamorado de ti durante mucho tiempo, es más... creo que jamás he estado no enamorado de ti.
Sus ojos no pudieron contener más las lágrimas. ¡Puta madre! Ya no podía arreglarlo...
Ella hipó, mientras sus sollozos entrecortados, escapaban de su garganta.
-Bella... -susurré de nuevo. Ella había bajado sus piernas de mis caderas y yo perdí un poco la lujuria que envolvía mi cuerpo. Sus lágrimas me afectaban mucho.
-Perdóname... -susurró ella de vuelta. -No pensé que te sentías así... -sus ojos adquirieron una tonalidad de marrón que jamás le había visto. Brillaban como estrellas.
No pude evitarlo y acaricié su rostro tal como ella lo había hecho antes de besarme. Ella mostró expectación en sus pupilas. Realmente no sabía que carajos hacer conmigo. Quería cuidarla y luego besarla, luego alejarme. Estaba confundido, pero a amaba. De eso no había ninguna duda.
-¿Así, cómo? ¿Enamorado? -ella asintió, parecía no encontrar su voz, ya que había abierto la boca pero no profirió sonidos. -Sé que no sientes lo mismo. Lo entiendo, me he comportado como un burro, todo éste tiempo y... -la puerta de la escenografía se abrió. Alen estaba allí.
-Lo siento chicos, pensé que habían terminado aquí. -Casi moría cuando vi el sonrojo que mostró ella. Realmente teníamos suerte de que fuera nuestro director y no un fotógrafo de espectáculos.
-Ya mismo nos vamos. -dije yo, tratando de incorporarme. Bella me sostuvo un poco más. Alen asintió y se retiró sin más.
-Creo que debemos arreglarnos antes de que... alguien menos adecuado llegue.
-Completamente, de acuerdo.
Me incorporé por fin, dando una fugaz mirada a sus pechos desnudos. No podía evitarlo, al fin y al cabo era un hombre. Y uno enamorado de la beldad frente a mi.
...
Luego de vestirnos estuvimos en silencio. Salimos al mismo tiempo de nuestros respectivos remolques.
Ella me soltó una mirada apenada pero una sonrisa que puso a mi corazón a vibrar, como loco.
-Hola, -dijo ella acercándose a mi.
-Hola, -contesté.
-Creo que debo aclararte algo... -terció.
-No creo que... -un chillido atronador nos hizo girar a ambos. Quise morir o que la tierra nos tragara cuando vi a más de una veintena de jovencitas chillonas acercarse como moscas a la miel. Moscas gritonas.
¿Cuando carajos podría hablar en paz con Bella?
Si, si, merezco a los Vulturis por dejarlo así... jajajaja ¿Les ha gustado que este muy melosa en este capi? Creo que es culpa de Edward.
Besos.
Ale!
