Disclaimer: This is a translation, the original fic was made by Lyricalkris, who had the kidness to let me give it to all of you in Spanish. So, thanks so much Kristina.
And Yet So Far
Traducción: Aún así tan lejos
Original de: LyricalKris
Traductora: aleshita-luvs-paramore
Capítulo 6
A Lo Que Se Resume Todo
Edward estaba de buen humor.
Él realmente estaba de tan buen humor cuando vio a Bella frente a su locker al final del pasillo, que no lo pensó dos veces. Puso su brazo alrededor de sus hombros, poniendo un papel frente a sus ojos. —¿Ves esto? ¿Lo ves?
Bella saltó hacia atrás, sorprendida, y luego se rió. —Uhm. Es una Reporte de Notas.
—Si. Eso es correcto. Pero ¿Ves estas letras? —Él bajó su otro brazo sobre su hombro para poder señalar lo que quería en la hoja. —¡Todas son notas aprobatorias!
La proclamación le hizo sentir tan mareado que terminó besándola en la mejilla —ese tipo de beso pegajoso de papi que reservaba sólo para Elsie. Luego se alejó, un poco sorprendido de sí mismo. Obviamente, por su expresión de ojos abiertos de par en par y sus mejillas sumamente sonrojadas, podías decir que Bella también lo estaba.
Edward sonrió nervioso, rascándose la parte trasera de su cabeza. —Entonces, estaba pensando. ¿por que no me dejas sacarte a algún sitio? ¿Quizás a Port Angeles?
La mirada en el rostro de Bella era hilarante, a pesar de que eso hacía retorcer un poco el corazón de él. —Oh, uhm. Quiero decir... —tartamudeó ella.
—Relájate Bella, —dijo él con una sonrisa entre dientes. —Sólo es que jamás hubiese pasado el semestre sin tu ayuda. Me gustaría agradecerte. Eso es todo.
Su sonrisa era tímida. —Si, seguro. Si. Eso suena divertido.
Edward sonrió abiertamente. Su aceptación le sonaba muy bien, a pesar que venía con la estipulación de que lo hacían sólo como amigos.
~0~
El primer día del inicio del invierno se encontró con Edward y Bella en su camino a Port Angeles. Esme y Carlisle tendían a la bebé por el día entero, así que tenían bastante tiempo para pasear. Para Edward, era la primera vez que iba en busca de "la gran ciudad".
Mientras caminaban, uno al lado del otro, se rieron del tamaño de Forks en comparación a los lugares de los que venían: Chicago y Phoenix. Bella nunca tuvo momentos de incomodidad hablando con Edward. No hubo ninguna pausa en la conversación.
Ellos eran buenos amigos.
Cuando cenaron, Edward la entretuvo pretendiendo que podía leer la mente de las personas. Ella se carcajeó tan fuerte cuando él puso la mira en un caballero —uno bohemio, con aspecto pulcro— narrando cuan desesperado estaba por volver a casa con su gato.
Cuando llegaron a casa de Bella, Edward salió, acompañándola a la entrada. Aun estaban riéndose, con lo último de su conversación mientras llegaron al porche.
—Gracias por la cena —dijo Bella calmadamente, sintiendo un feo y raro apretón en su corazón. Ella cayó en la cuenta de que estaba buscando algo más de qué conversar —o una excusa para invitarlo dentro.
—Sip. Como dije, lo último que podía hacer por ti. Si no me hubieses ayudado, creo que ya estaría muy bien dirigido a mi segundo año de graduación —, soltó con una pequeña y suave sonrisa.
Bella negó con la cabeza. —Realmente, cualquier amigo podría haber hecho lo mismo.
Él rió, tocando la punta de la nariz de ella juguetonamente. —Jasper y Mike son mis amigos —respondió calmadamente. —Ni siquiera pensaron en ayudarme. —Él se acercó nuevamente, con sus manos trazando sobre la piel de su mejilla, ésta vez. —Realmente eres la chica más dulce... la persona más dulce que he conocido.
Por muchas razones que Bella desconocía —su cerebro había perdido de una manera la habilidad de procesar pensamientos— su corazón empezó a latir rápidamente en su pecho. Una corriente eléctrica recorrió su espina, haciéndola enderezarse en su sitio.
Él estaba tan cerca de ella. ¿Cuando se le había acercado tanto?
Y ¿Por qué los ojos de ella parecían estar atrapados en un recorrido sin fin? Observando en dirección a sus ojos y luego a sus labios. Había algo nuevo en el color de sus ojos, algo que la hacía estar presente ene cada célula. Su cuerpo estaba gritando para que algo pasara, y cuando él acercó su cabeza, con sus labios cerniéndose cerca de los de ella, apenas a un centímetro de lejanía, ella no entendía que era lo que él estaba esperando.
Él estaba apunto de besarla.
Y si él no iba a terminar el movimiento, ella lo iba a besar.
Las manos de Bella estaban sobre la cintura de Edward. Y cerró los ojos.
Y por supuesto, ese fue el momento exacto cuando la estruendosa puerta sonó al abrirse. —¡Hola, chicos! —saludó Charlie, con su voz más resonante de lo usual. Él se apoyó de modo casual contra el marco de la puerta, pretendiendo no notar que se estaban separando.
—¡Jefe Swan! —exclamó Edward. Su voz realmente rota mientras se tambaleaba unos pasos atrás. —Yo, ah... tengo que... Tengo que irme. —él asintió una despedida a Bella antes de acelerarse lejos.
—Sep, —dijo Charlie irónicamente. —Creo que eso hace que tus pequeñas visitas para después de clase se terminen —, soltó él mientras iba dentro de la casa.
—¿Qué? —siseó Bella detrás de él, tratando de sacarse el estupor que cubría su mente. Seguramente él estaba bromeando. —¿Estás de broma?
—Y no quiero oír que estás cuidando a esa niñita de nuevo.
—¿Por qué? —demandó Bella. —No hicimos nada malo.
—No se trata de que hubieses hecho algo malo, —dijo Charlie, sentándose nuevamente en el sofá. —Esto no es un castigo. Es sólo una regla. He sido muy decente con respecto a las reglas contigo. Creo que aceptarás. No te matará aceptar sólo una.
Bella agujereó a su padre con la mirada. —Si fuese cualquier otro chico, cualquiera aparte de Edward, ¿Estaríamos teniendo ésta conversación?
Charlie frunció el ceño y no contestó.
—Eso es lo que pensé —, dijo Bella con un gesto de desagrado. —Esto no es justo, papá. No hay nada pasando entre nosotros.
—No estoy seguro de cómo puedes decirme eso tan suelta de huesos.
Bella se sonrojó. —Eso fue... nada. no pasó nada.
—Aún... —contestó Charlie ásperamente, cruzando los brazos sobre su pecho. —Y así es como va a seguir. —él la apuntó. —Y lo digo en serio Bells. Aléjate de él. Ésta estropeado para ti.
—¡Él es mi amigo! ¿Qué es lo que crees que pasará? Quiero decir, qué si, casi nos besamos. ¿A quién le importa? —respondió ella, aun sosteniéndole la mirada. — ¿Qué, él comete un error y ya no merece tener amigos? ¿Sólo porque tiene una bebé? ¿Por qué eso importa tanto?
—Porque los bebés cambian todo, Bella. Tú no lo entiendes. Piensas solo en ti, en nadie más, y eso está bien. Pero esa no es la forma en la que él piensa. —Charlie suspiró, negando con la cabeza. —Sé que piensas que no siento simpatía por él, pero lo hago. Él es demasiado joven, está asustado, y está llevándolo solo. ¿Crees que no se le pasa por la mente cómo sería su vida si su hija tuviese una mamá?
Bella se tambaleó un paso hacia atrás, con la garganta apretada. —Maldita sea. No estoy intentando ser la madre de alguien. Edward no piensa en mí de esa forma.
—No te engañes, —dijo Charlie, con su voz un poco más tranquila. —Lo que has estado haciendo por él —ayudarle con sus clases y su hija— eso es lo que los padres, lo que las parejas hacen uno por el otro. Estoy seguro de que el piensa que los sentimientos que tiene por ti son reales, pero él está encerrado en un sueño. No te pierdas en lo mismo, también. Tienes tu propia vida por delante. No necesitas atarte a un chico de dieciocho con una bebé.
—Estás exagerando, —soltó Bella entre dientes.
—Tal vez —, permitió Charlie. —Pero aquí hay un hecho para ti: los niños lo complican todo. Y ese es el paquete con el que él viene. No es justo, pero es lo que es. Y está bien. Está bien elegir a un chico con un bebé... Pero no cuando tienes tanto por lo que tienes a tu disposición en el futuro. Así que por el tiempo que aun puedo decir mi opinión, tú no lo vas ver más fuera del horario de clases.
~0~
—¡Es de locos! Quiero decir, ¿no se ha dado cuenta que soy una adulto?
Edward hizo una mueca, observándola echar humo. Ella le había enviado un texto cuando estaba en el trabajo para que llegara a hablar con ella y le contara las nuevas. Charlie no podía detenerlo de que vaya a la tienda de lo Newton después de todo.
Por un largo rato, Edward no dijo nada, meciendo a Elsie en su cadera. Con una llama de indignación en sus tripas, irritándose bajo la implicación del Jefe. Como si su sola presencia fuese a quitar a Bella del camino correcto.
Pero...
Suspirando, Edwrd suavizó el cabello de Elsie hacia atrás. —Eres una adulto, —estuvo de acuerdo. —Pero también eres su pequeña.
Los ojos de Bella volaron hacia los de él, perplejos. —¿Dices que estás de acuerdo con él?
—En teoría. —se encogió de hombros. —Sé como luzco, Bella.
—Y yo soy lo suficientemente mayor para tomar mis propias decisiones, —argumentó Bella, cruzándose de brazos. —Soy lo suficientemente mayor para decidir si eres una mala influencia.
—Así no es como los padres piensan, —soltó Edward irónicamente. Luego, volvió a suspirar, tratando de sonreír a pesar de que su corazón pesaba. —Mira, todo explotará sobre él, —soltó, acercando su mano sobre el mostrador para ponerla sobre la de ella.
Un pequeño estremecimiento lo recorrió cuando la tocó.
Y no podía negar que deseaba tocarla de nuevo, tanto como lo había hecho la noche anterior.
Se pasó toda la noche pensando en su casi-beso.
Pero no podía hacerlo. Charlie estaba justo en el punto. Edward era un acuerdo de paquete, y él mismo lo sabía. Cualquier relación que tuviese, no podía ser simplemente un pasatiempo de secundaria sin responsabilidad alguna. Aun si Bella lo deseara —y ella no había mostrado ninguna intención en ese sentido— Edward deseaba algo mejor para ella.
—Sólo has lo que él te dice —, continuó él, con voz suave. —Se suavizará un vez que caiga en la cuenta que no hay nada de qué preocuparse.
Bella lo observó, y por un pequeño segundo, él pensó que logró ver algo parecido al dolor cruzar sus facciones justo antes de negar con la cabeza. Ella tomó un gran respiro, obviamente descontenta, pero asintió. —Tienes razón. Él se dará cuenta que está exagerando.
Meneando su cabeza, se agachó detrás del mostrador, apareciendo nuevamente con dos bellamente envueltos regalos. Su expresión era tímida, cuando los acercó hacia él. —Te los iba a entregar cerca a Navidad, pero tómalos.
—Oh, Bella. No tenías que-
—No tengo que hacer nada que no quiera hacer —, le interrumpió ella. —Uno es para Elsie.
Oyendo su nombre, y luego observando los regalos, Elsie se intentó acercar a ellos, emocionada.
—Aun no, leoncita —, advirtió Edward, poniendo debajo de sus otro brazo los regalos para que estuvieran a salvo.
Para distraerla, él se alejó un paso hasta llegar a un póster donde estaban las fotos de los empleados. Él le señaló a Mike. —¿Lo recuerdas? Vino a casa la semana pasada.
Elsie puso dos de sus dedos en su boca, estudiando la foto. Cuando finalmente soltó sus dedos movió sus brazos en el aire. —¡No!
Edward se carcajeó. —Su nombre es Mike. Ma... —creo él un sonido.
—Ma, —repitió ella.
—ik, —Edward hizo el sonido fuerte de la letra "k".
—¡Mai! —insistió ella.
—Bastante cerca. —él señaló una fotografía de Bella esta vez. —¿Quién es?
—¡Ma! —gritó la bebé encantada y señaló a Bella en el mostrador. —Ma, Ma, Ma. —ella intentó safarse de los brazos Edward, buscando a Bella quién la observaba con ojos como platos, aturdida.
Repentinamente nervioso, Edward sonrió, tratando de verle el lado cómico. —Oh, Elsie. Vamos. Sabes que ella es Bella. Bell-a, —pronunció lento deliberadamente.
Elsie le frunció el ceño, siguiendo con la consigna de liberarse. —¡Ma!
Rodando los ojos, Edward se aclaró la garganta, sintiéndose muy incómodo. —Creo que mejor me voy yendo. Nos encontramos en línea ¿está bien?
Pareciendo como si tuviese la lengua trabada, Bella se limitó a asentir.
~0~
Cuando volvieron a la escuela, Edward notó que Bella parecía muy callada. Decía hola y le respondía cuando él le preguntaba, pero era obvio para él que sus pensamientos estaban en cualquier otro sitio.
Preocupado, Edward la tomó de la muñeca, llevándosela de la cafetería así podrían hablar en una de las aulas vacías.
—¿Qué pasa? —demandó él cuado estuvieron finalmente solos.
Se gritaba en voz alta que ella ni se tomó la molestia para negar que algo pasaba. En lugar de eso, ella suspiró, rodando una manzana distraídamente. —No sólo mandé mi solicitud a USC, —soltó finalmente. —Solicité UDub*, también.
—Oh!, —dijo Edward un poco atontado, parpadeando mientras sentía que se hubiese perdido un poco de la conversación. —Creí que querías irte de Washington.
—También lo creí. —ella apartó su mirada, sin verlo. —Pero recibí una carta de aceptación de UDub un par de días atrás. Y estuve pensando... ¿y qué si no me voy?
Edward contuvo el aliento.
De alguna manera, él entendía lo que ella le decía. Había algo entre ellos dos. Él se había pasado en intentar no pensar en eso desde que se volvió muy obvio por el día que pasaron en Port Angeles. Él se había pasado intentado decirse a sí mismo que era un delirio. Ella era su amiga. Nada más.
Él cerró los ojos, aprentándolos.
Por un minuto, sus sueños idílicos sacaron lo mejor de él. ¿Que pasaría si?
¿Que pasaría si explorasen esto que pasaba entre ambos y cayesen en la cuenta que solo era algo pasajero? ¿Que si si convertía en algo realmente — realmente bueno?
Una vez, mucho tiempo atrás, teniendo a su bebé en brazos muy poco tiempo después de conocer su existencia, Edward se había ido a la parte melo-dramática y auto flagelada de que su vida había terminado. Los sueños que había tenido en algún momento —sus planes de futuro, tan vagos como habían estado en ese momento, se fueron por la borda. Y él probablemente nunca volvería a tener novia, por que ¿quién quería a un estúpido chico con una bebé?
¿Que si Bella lo quería — a ambos?
Rápidamente, Edward alejó ese pensamiento antes de que tomase raíces, antes de que pudiese cometer algo egoísta. Él soltó el aire de golpe, pasando su dedo por los caminos de algunos estudiantes que antes habían trazado palabras y dibujos en los viejos pupitres.
—Debes irte a California, —dijo él finalmente. —Eso es lo que quieres. Eso es lo que siempre quisiste.
Ella soltó un lento y triste suspiro. —Si. Lo sé.
Ambos se mantenían quietos, con un nada natural y pesado silencio a su alrededor. Había un sabor amargo en los labios de Edward, el arrepentimiento haciendo acto de presencia mientras daba vueltas su estómago incómodamente. La comida que había cargado con él al aula de repnte le parecía desagradable.
Deseaba ser un adolescente normal.
Edward tragó pesado, sintiendo culpa ésta vez, apesar de las complicaciones que ella había traído a su vida ¿Cómo podía arrepentir de su dulce niñita?
No lo hizo. No podía. Su vida simplemente estaba en otro camino, y él sabía muy bien que no podría tener siempre lo que quería. Nadie podía.
Poniéndose de pie, se dirigió hasta donde estaba Bella y puso un brazo alrededor de sus hombros. —Espero que no suene cursi, pero estoy orgulloso de ti. Lograrás grandes cosas.
Ella rodó sus ojos, con una pequeña sonrisa bordeándose en las comisuras de sus labios. —Si, es muy cursi. —dijo suavemente, levantándose.
Ellos se vieron uno a otro por un momento, y parecían moverse a la vez, ambos enredando sus brazos alrededor del otro.
Carlisle una vez le dijo a Edward que cada vida posee un notable número de cruces - momentos en la vida en que debes ir en una u otra dirección, cambiando tu vida en un instante. A veces, él dijo, esas elecciones son claras y tus decisiones deliberadas. La mayoría de veces, sin embargo, ellos pasan solo para ser reconocidos en retrospectiva.
Edward entendió que su vida —la vida de Bella— había sido feamente pausada en uno de esos cruces. Él no había reconocido eso hasta ese momento, pero supo que estaba perdiendo algo. Lo que era, no podía decirlo. Ellos no tuvieron tiempo de definirlo.
Y tomando una gran bocanada de aire, Edward, dejó ir a Bella.
UDub: Washington University o Universidad de Washington.
¡Gracias por sus comentarios! El capitulo anterior fue uno de mis favoritos para traducir. Y este definitivamente está allí también...
"¡Ma!" Oh, Elsie te amooooooooooooooooo.
Y En respuesta a
Eli: Cariño, primero, muchísimas gracias por seguir por aquí me encantaría contestarte en inbox pero como sabes no tienes cuenta (o ingresaste como guest) Igual, millones de gracias por tu opinión. Yo no soy mamá así que opino de manera egoísta y si no tuviese nada más que el amor por una persona que tiene una bebé lo seguiría a donde fuera. Sin embargo entiendo la posición de Charlie que es tan parecida a la tuya, porque ambos son padres de familia. Gracias, insisto, por tu comentario y no te preocupes por crear un poco de debate. Siempre es bueno tener diferentes opiniones. Un abrazo y muchos besitos. :)
Nyx-88: Realmente creo que has entendido a Edward a la perfección. Él es de las pocas personas que pensaría primero en otra y después en él mismo, y eso es lo que ha demostrado desde el principio, yo realmente dudo que si se presentase la oportunidad le dejaría, tal y como tu, así que ya veremos que piensas de ahora... (acertaste totalmente, eligió dejarla ir después de todo) ¿superó tus expectativas? Las mías sí, en cuanto leí el capítulo supe que iba a amar más a Edward que nunca. Este es uno de mis Edwards favoritos, para variar.
Y AMO, AMO, AMO a Elsie con todo mi corazón de melocotón. La amo. En el siguiente sólo les puedo adelantar que hay un saltito de tiempo. ¿que creen que pasará allá?
;) Ale!
Ya ven que no he demorado mucho para este. Los errores son míos. Y besos a mi bella Gris (Rubiecita sigue molestándote?)
Por cierto y hablando de Gris, ella tiene una historia hilarante y buenísima, si alguien la quiere leer se llama "Crónicas del Sr. Perfección y la Srta. Simplona" es excelente.
Ahora sí. Au revoir.
Iuff!
