Summary: Se conocen hace mucho, son amigos hace mucho, actúan juntos en una nueva película y ahora él quiere ser más... ¿Cómo podrá lograr llegar al corazón de Isabella Swan cuando solo te ve como el Símbolo sexual de adolescentes calenturientas? Edward Cullen no la tendrá tan fácil ¿o sí?
Disclaimer: Todos los personajes le pertenecen a la extraordinariamente talentosa Stephenie Meyer. Yo solo me atribuyo la historia, porque la he escrito.
Playlist:
The only difference between martydorn and suicide is press coverage —Panic at the Disco
Kiss me; Wake me up —Ed Sheeran
Amor de Película ¿no?
CAPÍTULO 7: Tácticas de venta
Bella POV
—Así que... ¿tienes un hermano? —Cuando tuvimos un pequeño descanso de las grabaciones y no estaba ningún micrófono encendido, Edward me preguntó.
—Si, es el primer hijo de mi padre—. Pero lo amaba como si hubiésemos compartido también el cordón umbilical.
—¿Es en serio? Creí que tu madre también era la suya. Incluso se parece a Reneé.
—Eso es por que su madre era prima de mi madre—. Los ojos de Edward estaban abiertos como platos. Bueno, la historia de mi vida, y la de mi familia parecía escabrosa, pero no lo era. No tanto. Intenté explicarle.
—Mi padre se casó hace mucho tiempo con Leslie, la madre de Jasper y mi tía, ellos tuvieron a Jasper y fueron muy felices, pero un año después del nacimiento de Jasper mi tía falleció. Mi padre no conocía a mi madre aún, pero ella se ofreció a cuidar de Jasper, pues mi tía no tenía hermanas. Las cosas no fueron bien entre ellos al principio, mi papá era muy obstinado y no quería que la imagen de su esposa fallecida se viese apocada por la de mi madre. Sumado al dolor de mi tía muerta... imagínate. Todo cambió cuando Jasper no quiso llamar más tía a mi mamá. La trataba de mamá, y ella se veía radiante al lado de Jasper. Mi padre la empezó a ver con otros ojos y mi madre ya estaba enamorada de él, así que existí yo, y se casaron luego.
—Estoy... wow, ¿podemos hacer de eso una película?
Reí por su ocurrencia, a veces Edward podía sorprenderme con cosas tan triviales y salidas de contexto, como ésta.
...
Esa tarde Jasper, Edward y yo, salimos de compras, a tomar un helado, y a ver algunas cosas que él necesitaba para un viaje que iba a realizar dentro de una semana. De vez en cuando nos cruzamos con personas que querían fotos con Edward, conmigo, o con ambos. Algunas creían que Jas era mi novio, y no preocupé por desmentirlos. Me daba igual si querían mencionarlo "de casualidad" en la redes sociales, etc. Siempre había sido así, sobretodo por que mi hermano no estaba mucho tiempo por estos lares.
Luego nos fuimos a casa a ver una película. Jasper, por supuesto, se quedó en mi departamento, Edward se fue a medianoche, claro, no sin antes besarnos como si no hubiese mañana en la puerta de mi departamento y camino al elevador.
Realmente teníamos mucho contenido entre nosotros.
—Te lo tenías muy guardado... —me sonrojé. Jasper era mi hermano y en muchos sentidos el mejor amigo que una chica pueda tener. Siempre sabía qué y cómo decir lo que quería escuchar, y ahora me iba a jalar las orejas por no contarle algo de lo que no estaba muy segura aún.
No me malinterpreten, pero el amor no es eterno y menos en el medio en el que estoy, estamos, Edward y yo.
—Lo sé, pero no quería que te preocuparas por algo que recién empieza, y que estoy intentando entender yo, también.
Él se rió. —¿Y pretendes averiguarlo con tu lengua en su garganta? —si estaba como Hell Boy, seguramente era poco.
—Jas...
—Nada de Jas, ese chico me cae bien, se ve sincero y feliz a tu lado, pero que se atreva a romperte el corazón, y allí si ni su mamá le encontrará una parte bonita en la cara. —¡Ay, los hermanos sobreprotectores!
...
Dos días más y Jasper por fin me dejó en paz, se fue molestar las noches a una chica llamada Rosalie que no supe de dónde había salido. A Jas las grabaciones le aburrían un poco por que él apenas podía verlas, y yo aprovechaba que el no mirase para seguir atacando la boca de Edward.
¡Joder! Lo necesitaba mucho. Estaba como una carreta, y era decir poco.
—Bella, —susurró él, sobre mis labios.
—¡Corte! —¿qué había pasado? —Hey, Edward. Sé que es un poco pesado mantener los pensamientos coherentes cuando estás en situaciones tan comprometedoras, pero te suplico que no olvides otra vez que ella es Rachel, no Bella. —¡Ah! Era eso... Y bueno, Alen no tenía idea de nuestra relación.
—Lo siento, Alen. No se repetirá. —ambos estábamos apenados, aunque los murmullos y risitas de algunos me hacían darme cuenta que algo se cocinaba allí.
—Ay, Edward. Mientras mantengan orden, todo bien. No es para tanto, sólo, trata de poner más atención. —ésta vez se dirigió a mi.—Escucha cariño, vas bien, pero trata lo mismo que Edward. —asentí, no me quedaba de otra.
...
"Al parecer, tenemos un noticia de último minuto: Isabella Swan y Edward Cullen comparten algo más que el set de su tan mencionada película, El lado equivocado, más detalles y fotografías, al regresar de los anuncios."
Edward y yo estábamos de lo más tranquilos en nuestro sofá -okay, mi sofá- cuando decidimos darle un vistazo a "las noticias" de Hollywood. Y nos encontramos con ese anuncio que nos había quitado el habla.
¿Cómo había pasado eso? No era que a la larga no quisiéramos salir de la mano como cualquier pareja normal, pero a las alturas del estreno, sería contraproducente para la película, al menos desde nuestro punto de vista que la gente se enterase.
Irían muchos al cine, sí. Pero no exactamente a ver si lo hacíamos bien, o si la película valía la pena; sino a prestar atención a una relación de personas normales mezclándose con el trabajo. Eso no nos ayudaba para nada a mantener nuestra actuación como algo serio. Y no estábamos dispuestos a hundir nuestra privacidad tampoco, habíamos pasado desapercibidos en el par de ocasiones en dos meses de relación, que habíamos salido cogidos de la mano, o nos habíamos besado en público.
Al menos era eso lo que creímos.
El teléfono sonó al instante en que ambos íbamos a soltar alguna palabra en medio del escalofriante silencio.
Fue Edward quién contestó.
—Cullen —, soltó con la voz algo ronca. —Estábamos en eso. Te llamo luego. —silencio—. Okay.
La mirada que me dio no era tranquilizadora, pero tampoco entrando en pánico. Supongo que había llegado la hora.
—¿Estamos en problemas? —él suspiró.
—Claro que no, pero ya sabes, mi agente se pone como el diablo a veces. Si todos tuviésemos una Clarise al lado, la historia de Hollywood sería diferente. —Sonreí, Clarise era un ángel, eso tenía que concederle.
—Deberíamos aclarar las...
—La relación es nuestra, de nadie más.
Amaba eso, la seguridad que me transmitía, a pesar de que ni le habíamos puesto un nombre a lo nuestro.
—Eso quiere decir que...
—Que eres mi novia, y no le debe importar a nadie más que a ti y a mi, Bella. Ellos no van a enfrentar paparazzis, escándalos y toda esa mierda que nos lanzan. Si les gusta o no, no debe afectarnos. —él tomó mis manos, acunándolas en las suyas. —Siempre seremos primero nosotros Bella. Siempre.
Me limité a tenía idea donde se había escapado mi voz, así que no me iba a poner en plan de búsqueda. Las emociones recorriendo mi cuerpo demandaban tanta concentración en sus ojos que el resto no me interesaba.
Besé sus labios intentando transmitir lo que me hacía sentir. Al diablo la inseguridad. Ahora sabía que no iba aguantar más, que mi deseo contenido era uno muy, muy grande. Y quería dejarlo expandirse a través de mi a su lado, en ese momento.
Ale!
Gracias por estar aquí aún, chicas, ya queda muuuuuuy poco para terminar (me limpio la lágrimas) Un beso enorme.
¿Que les pareció?
PS: ODIO a los paparazzis
