¡Aquí me presento con un nuevo capítulo!
Por fin terminé con mis exámenes finales, y a partir de ahora inicio oficialmente las vacaciones. Eso significa que tendré mucho tiempo libre, por lo que los capítulos semanales volverán para quedarse mucho tiempo.
Dejando este tema de lado, es momento de las reviews:
Carlos118: La realidad es que eso es algo completamente esperable. Ya se está viendo que Issei está desarrollando un tipo de obsesión bastante singular con Rías ante la idea de usarla como blindaje para olvidar a Raynare, ya que evidentemente no la quiere, solo piensa que lo hace. Es obvio que ese sentimiento conflictivo va a acarrear problemas para él, problemas que se desarrollaran a partir de este capítulo. Pero, a diferencia del Issei que te tengo acostumbrado, este probablemente vaya a tomar medidas y pensamientos que pueden llegar a sorprenderte.
Kishinoshi: Me alegro mucho de que disfrutes de todas mis historias, y espero que esta no sea la excepción. Te mando un gran abrazo y deseo que puedas disfrutar este capítulo y los que llegarán después.
Ahora sí, vamos directo con el capítulo.
¡Disfruta!
Las gotas de sudor se derramaban sobre el césped adornado por el rocío habitual de la mañana.
Raynare se encontraba con los pies enredados sobre un árbol mientras hacia abdominales. Su vestimenta consistía de una remera corta de color oscura que dejaba expuesto su ombligo, y unos pants que se ajustaban a la perfección a sus piernas bien definidas.
La mujer permanecía con un rostro sereno a pesar del sudor que recaía sobre gran parte de su cuerpo, indicando que había comenzando su entrenamiento matutino ya hace un tiempo.
Raynare dio una voltereta hacia atrás, demostrando la gran agilidad adquirida en este mes de entrenamiento. La Caída comenzó a estirar sus extremidades en completo silencio mientras observaba el hermoso bosque artificial que la rodeaba.
"¿Cómo es que siempre tienes tantas ganas de comenzar tan temprano?"
La atención de Raynare se desvió hacia la fuente de la voz, viendo como dos figuras de hombres se acercaban lentamente a ella.
"Supongo que palabla madlugal no estal en tu vocabulalio…" La figura con claro acento extranjero fijó su mirada en el otro hombre mientras se cruzaba de brazos.
"¿Acaso estás insultándome, chino de mierda?"
"No soy chino, soy coleano."
"¿En serio van a comenzar a pelear tan temprano?" Raynare no pudo evitar mirarlos con una clara expresión de aburrimiento en su rostro. "Por cierto, ¿Rick no venía con ustedes?" Su expresión cambió tras notar la ausencia de uno de sus compañeros.
"Solo sabemos que Azazel lo necesitaba para algo importante. Creo que habló algo acerca de un nuevo integrante…" Las palabras del hombre llamaron mucho el interés de Raynare.
"No exactamente. Selá nuevo compañelo pol tiempo limitado."
"El chino tiene razón. Creo que su nombre era… ¡Mierda, no lo recuerdo! ¡Los asiáticos tienen nombres putamente raros!" Ambas figuras dieron varios pasos hacia adelante, revelando cuerpos bien tonificados, aunque nada exagerado, además del cabello realmente oscuro que caracterizaba a ambos.
El coreano se cruzó de brazos ante la mirada ligeramente impaciente de Raynare.
Ese sentimiento incrementó a niveles sin precedentes cuando escuchó el nombre de su nuevo compañero de entrenamiento.
"Hyoudou Issei."
CAPÍTULO 3: ¡PROPUESTA INNEGABLE!
Después de una dura madrugada, las clases por fin terminaron e Issei caminaba con completa felicidad mientras hablaba con Asia, quienes se habían vuelto muy buenos amigos en estas semanas, a pesar de que apenas habían tenido tiempo para hablar juntos.
"La señorita Rías-sama está muy contenta de que te estés esforzando tanto por mejorar, lo mismo es para Yuto-san, aunque ella ya está muy acostumbrada a verlo esforzarse. Incluso está muy feliz conmigo debido a que esta última semana pude demostrar un gran avance en mis habilidades." Comentó Asia con su típica sonrisa amable.
"¡¿En serio?! ¡Eso es genial!" Issei apretó sus puños con fuerza tras lo escuchado. "¡Estoy seguro que cuando la Buchou complete su Nobleza, seremos imparables en los Rating Games!" Issei exhaló una gran cantidad de aire por la nariz tras esas palabras, ya que realmente le entusiasmaba la idea de poder pelear amistosamente y conocer a más personas de lo Sobrenatural, especialmente, Demonios como él.
"Hablando de los Rating Games, Raiser-sama dijo que ayudaría a Rías-sama una vez se cumpla su compromiso." Declaró la joven con un leve sonrojo, haciendo que Issei se detuviera en las escaleras de inmediato.
"¿El señor Phoenix ha venido más veces?" Preguntó Issei con cierta seriedad, algo que Asia no pasó por alto.
"Lo hizo, de hecho, vino muchas veces." Comentó Asia con cierta confusión ante el cambio de temperamento tan radical que presentó su amigo. "¿Acaso te molesta que no te hayamos avisado?" Ella intentó adivinar la causa de dicho cambio, pero no podía estar más alejada de la realidad.
"Oh…sí, supongo que si…" Issei intentó encubrir su pequeño desliz con una risa nerviosa. "Por cierto, ¿has hablado mucho con él?" El castaño intentó continuar la charla lo mejor posible, reanudando su caminata.
"De hecho, lo hice. Raiser-sama es…" Asia no pudo evitar sonrojarse hasta el infierno, algo que alertó un poco a Issei. "En realidad, creo que no te lo había dicho. Él fue tan amable conmigo durante estas tres semanas, y es tan considerado que no pude evitar sentir ciertas…cosas." Las sospechas de Issei casi se confirmaron tras escuchar esas palabras, pero debía estar seguro.
"Entonces, ¿él te propuso algo?" Issei abrió la puerta de la salida de la Academia, observando como Asia bajó la mirada con una mirada muy tímida.
"Me propuso unirme a su matrimonio." Los ojos de Issei se ensancharon tras escuchar esa respuesta. "En un principio no estaba muy de acuerdo debido a que hace poco comenzamos a salir, pero me aclaró que una vez consumado sus votos no podrá añadir a ninguna otra mujer a su harem…"
Issei ya no la estaba escuchando. Su mente estaba trabajando demasiado rápido, demasiado veloz como para tomar decisiones racionales.
"No…"
Asia detuvo su experiencia cuando alzó su mirada, observando a su mejor amigo con gran confusión.
"¿Issei-san…?" Sus dudas se hicieron mucho más grandes cuando Issei la tomó por los hombros repentinamente.
"¡No lo hagas!"
Sabía que debía guardar la calma, pero no podía.
Ese bastardo se quería llevar a uno de sus pocos amigos.
"¡Debes tomarte más tiempo! ¡Estoy seguro que Raiser puede ocultar algo muy raro! ¡Es una estupidez querer casarte con un hombre que apenas conoces hace 3 semanas!"
Las manos de Issei se aferraron con aun más fuerza sobre sus hombros, hasta el punto de comenzar a lastimarla.
"¡No creas en todo lo que dice! ¡Piensa correctamente antes de elegirlo! ¡Él es…!" Issei se detuvo justo a tiempo para no revelar el secreto, dándose cuenta que había hablado demasiado.
Aunque sin duda esa preocupación pasó rápidamente a un segundo plano.
Después de todo, Asia estaba sollozando mientras las lágrimas amenazaban rodar por sus mejillas.
En ese momento supo que la había cagado.
"Asia, yo…"
"¡PLAF!"
Ni siquiera tuvo tiempo para disculparse ya que una bofetada fuerte y contundente lo arrojó al suelo ante la vista de todos los estudiantes que estaban abandonando la academia o pasaban por allí.
"¡¿Cómo te atreves a difamar a mi comprometido de esa manera?!" Rías no hizo esperar su enfado mientras se limpiaba la mano con un pañuelo, como si hubiera acabado de abofetear a un perro cubierto de suciedad.
Akeno y Koneko la acompañaban, y también se veían molestas. El caso opuesto era el de Kiba, quien tan solo podía observar a su mejor amigo con cierta tristeza.
"¡Buchou, puedo explicarlo…!" Issei apenas se pudo sentar en el suelo mientras se tomaba la mejilla enrojecida.
"¿Qué quieres explicar? ¡Eres un malagradecido y mentiroso!" Exclamó la pelirroja con clara indignación y enojo en su tono de voz.
"¡Yo…!"
"Issei-san…" Antes de que Issei pudiera decir otra palabra, Asia retomó el habla. "Te considero mi mejor amigo. Pensé que estarías tan feliz como yo por esto, pero…" Issei no pudo hacer otra cosa más que quedarse en silencio al ver como Asia lloraba sin parar.
Su mano se extendió sin esperanzas al ver como la rubia salía corriendo mientras sollozaba sin parar.
"¿Ves lo que haces?" Rías observó a Issei con clara desaprobación. "Eso es lo que sucede cuando solo te fijas en ti mismo. Menospreciando y calumniando a los demás hombres del mundo no hará que las mujeres se fijen en ti. Solo harás que te odien." Rías se dio media vuelta sin decir más palabras.
"Asqueroso." Fue lo único que dijo Koneko antes de seguir a su ama.
"¿Solo fijarme en mi mismo?" Issei dejó caer la mano que sostenía su mejilla mientras una mirada perdida adornaba su rostro. "Me estoy matando en los entrenamientos por ustedes, no lo estoy haciendo por otra cosa más que por ustedes…" Sus pensamientos lapidarios hicieron que no se diera cuenta como todos susurraban y lo miraban con clara desaprobación.
"Hyoudou, déjame darte un consejo." Akeno se agachó frente a él, su sonrisa aparentemente amable no auguraba nada bueno. "Si vas por Asia, por Rías, o incluso por mí, siempre debes tener en cuenta una cosa muy importante." Akeno alzó uno de sus dedos. "El primer punto es que no sirve de nada mentir. Nosotras estamos muy interesadas en Raiser como para que llegues tú un día cualquiera y comiences a decir puras mentiras. Y el segundo punto…" Akeno alzó otro dedo más, y su sonrisa se profundizó un poco. "Además de ser alto y apuesto, Raiser posee un gran poder, un gran renombre, una gran reputación, y una herencia más que envidiable." Akeno colocó ambas manos sobre sus rodillas, sus ojos se abrieron para reflejar una gran burla en ellos.
"¿Qué es lo que puede ofrecerme Hyoudou Issei?"
Issei tan solo bajó la mirada, sabiendo que no tenía ninguna de esas cosas.
Akeno no dijo nada más, lo único que hizo fue recomponerse en silencio para luego marcharse del lugar.
Issei aún se veía bastante conmocionado por todo lo ocurrido. Él volvió a llevar su mano a la mejilla, ese golpe le dolía mucho más de lo que cualquiera pensaría.
"Issei-kun..." Para su suerte, Kiba siempre iba a estar allí para respaldarlo.
"Lo sé, no debería haber abierto la boca…" Comentó Issei con remordimiento cuando aceptó la mano del rubio para ponerse de pie. "Pero, también debes entenderme. Después de Matsuda Motohama, mis padres y tú, Asia es una de los pocos seres queridos que tengo. Incluso me preocupo mucho por las demás, pero lo hago mucho más por Asia. Simplemente no pude soportarlo…" Issei intentó escusarse de la mejor manera posible, recibiendo una negación de cabeza por parte de su amigo.
"Por lo menos supiste controlarte para no decir todo. De otra forma, lo más probable es que tuvieras que someterte a algo mucho peor." Comentó el rubio, logrando que Issei lo mirara con ligera confusión.
"¿Qué quieres decir con eso?"
"Raiser está aquí." Esas palabras pusieron tenso a Issei de inmediato. "Entiendo que ahora sea el peor momento para verlo, pero debemos asegurarnos que no sospeche nada, ya que estoy seguro que Rías le comentará lo que hiciste." Declaró Kiba con completa seriedad.
"¿Y que quieres que haga? ¿Qué vaya arrastrándome por el piso como una larva para besarle los zapatos y pedir clemencia?" Comentó Issei con clara renuencia.
"No es necesario ser tan extremista." Kiba no pudo evitar reírse nerviosamente ante tal ejemplo surrealista. "Solo pide disculpas y ya."
Por supuesto que Issei nunca podría estar de acuerdo con esa idea, pero sabiendo que no había más opciones, y que, todo este embrollo se debía a su culpa, no tuvo otra opción más que agachar la cabeza frente a todos una vez que llegó a la sala del club, en donde el mismo Raiser estaba presente, y por su expresión, o más bien, falta de ella, se veía a leguas que ya estaba al tanto de todo.
"¡Realmente lo siento, Asia! ¡No debí decir esas cosas! ¡Tampoco al gran señor Phoenix!" Issei hizo todo lo posible para no morderse la lengua, y ese hecho se ganó un aire de satisfacción en todos los presentes.
"Reconozco que tuviste valor para volver al instante y reconocer tus errores." Comentó Raiser con satisfacción mientras abrazaba a Asia, acercándola más a él.
El Phoenix y sus mujeres se encontraban sentadas en el sillón, salvo Rías, que estaba haciendo de juez desde el escritorio central.
"Aun así, es imposible pasar desapercibido que intentaste denigrarme frente a una de mis mujeres. Eso es algo muy grave." La sonrisa de Raiser fue reemplazada por una mirada seria. "Viendo que se disculpó, me gustaría que su castigo del que hablamos se redujera a la mitad, mi querida Rías."
"¿Castigo?" Issei alzó el rostro para afrontar a su Buchou, sin comprender exactamente de lo que estaban hablando.
"De acuerdo. Entonces no serán 20 latigazos, serán solo 10." Esas palabras hicieron que Issei palideciera por completo, algo que todos notaron.
"Eso es lo que ganas por insultar y desmeritar sin reparo." Declaró Koneko, su siempre expresión estoica se veía ligeramente molesta.
"¿No podemos hablar esto?" Kiba intentó saltar en ayuda de su amigo. "Ya sabes, creo que Issei-kun aun está muy confundido por todo lo que le sucedió con Raynare. Él simplemente tiene miedo de que…"
"¿Estás bromeando?" Rías lo interrumpió con el ceño fruncido. "¿Solo por esa pequeña cosa tan insignificante ya está absuelto de cualquier culpa?"
Esas palabras golpearon a Issei como si un gran mazazo se partiera en su cabeza.
"¿Pequeña cosa? ¿Insignificante?" Issei repitió esas palabras en su cabeza más de una vez, sus ojos ensanchados dejaban a entender que estaba más que conmocionado.
"Pequeña cosa."
"Insignificante."
"Esa cosa tan ridícula me arrebató la vida, y también gran parte de mi corazón."
"¿Acaso ella ya lo olvidó?"
"¿O simplemente no le importa?"
La imagen ideal que había construido de su tan preciada Buchou se había hecho añicos en tan solo segundos.
"Creo que está siendo muy dura, Buchou." Comentó Kiba con cierta seriedad, ya que tampoco le había parecido para nada apropiadas esa elección de palabras. "No es fácil afrontar algo tal como…"
"Kiba, me sorprende que tú lo quieras defender." Rías volvió a interrumpirlo. "Has vivido cosas mucho peores y en ningún momento te quejaste sobre ello, al igual que todos mis demás esclavos." Al final, Rías solo atinó a dar un suspiro. "Escucha, solo quiero rectificarlo. Tiene que saber que cada acción mala conlleva a una consecuencia." Concluyó la pelirroja, y su tono dejaba en claro que no aceptaría ninguna otra protesta del rubio, por lo que Kiba tan solo se dignó a mirar hacia otro lado.
"¡Pero creo que es una exageración!" En esta ocasión, y para sorpresa de todos, Asia fue quien saltó a defenderlo.
En ese momento fue cuando Issei por fin salió de sus pensamientos tortuosos, observando a Asia con grata sorpresa.
"El reconoció su error, y además seguro solo estaba preocupado por mí. Conozco a Issei-san más que la mayoría, por lo que de seguro solo fue una noticia un poco chocante para él." Respondió la rubia con una sonrisa, para luego fijar su mirada en Issei. "¿No es así?"
"Ella-ella tiene razón." Comentó Issei cuando por fin abandonó la reverencia. "Asia es una amiga muy importante, por lo que solo tengo miedo que la vuelvan a lastimar. De hecho, solo quiero desearte lo mejor, y si crees que Raiser es el hombre correcto, entonces no voy a discutir más." Concluyó con una sonrisa, aunque esas palabras en realidad lo estaban lastimando.
Después de todo, sabía que Raiser estaba lejos de ser el hombre que Asia creía.
Pero debía mantener la fachada.
Solo debía mantener la fachada por una semana más.
"Además, estoy seguro que Rías se dejó llevar un poco con el castigo porque escuchó como insultaban a su tan amado Raiser." Kiba encontró el momento perfecto para decir lo que realmente pensaba desde un principio, haciendo que Rías tosiera con torpeza al mismo tiempo que un enorme rubor se expandía por su rostro.
"¿Qué dices, Raiser?" La pelirroja intentó desviar la atención lo más rápido posible cuando llamó a su futuro esposo.
"Haré lo que mi querida Asia quiera." Comentó Raiser cuando se puso de pie, tomando de la cintura a la joven, quien no pudo evitar sonrojarse profundamente ante tal acto.
"En ese caso, quiero que dejen a Issei-san en paz."
Issei decidió marcharse rápido después de eso, alegando que debía seguir discutiendo el entrenamiento con Kiba. Aunque eso no era del todo mentira, lo cierto es que quería alejarse de ese lugar lo más rápido posible.
Pero, a diferencia de antes, no quería alejarse de Raiser.
Él quería alejarse de Rías.
Kiba tan solo lo observó en silencio, escuchando el sonido distintivo de la pajilla que Issei estaba succionando sin parar. Su rostro se veía realmente afectado, y Kiba sabía la razón.
"Perdona a Rías. Ella es realmente temperamental cuando se meten con la gente que quiere, además no sabe quien es realmente Raiser." Kiba intentó disculpar a su ama, logrando que Issei por fin levantara su rostro de su bebida vacía.
"No te preocupes. Tampoco es que pueda exigirle a una mujer con cuna de oro que comprenda mi dolor, o el dolor en general…" Issei susurró con amargura, pero las palabras y las intenciones eran más que claras.
"Si, no estuvo bien. Nada bien…" De todas formas, Kiba no tuvo otra opción más que estar de acuerdo con su amigo.
Ambos siguieron en silencio por varios segundos, hasta que Issei retomó la palabra.
"Creo que me tomaré un pequeño descanso hoy." Kiba lo miró con detenimiento.
"¿Ya no quieres…?" El rubio se pausó, aunque la pregunta era más que obvia.
"No, voy a hacerlo. Es cierto que después de todo esto realmente ya no me interesa llamar su atención, pero como te dije antes, ellas son camaradas muy importantes para mí. Ahora también está Asia, quien es una de las pocas amigas que tengo…" Comentó Issei, para luego dar un gran suspiro al final.
"Lo entiendo, ya no iras tras Rías." Kiba asintió lentamente. "Pero, de todas formas, no creo que debas descansar ahora. Entiendo que esas palabras te afectaron mucho, pero…"
"No es solo eso. También es…" Issei lo interrumpió, y su mirada dejó a Kiba en completo silencio.
En este preciso momento, Issei parecía más vulnerable que un cachorro recién nacido que había sido abandonado por su madre.
"Yo…" Su tono indefenso y su gran inseguridad dejó a Kiba perplejo, pero dicha perplejidad no duró más que un segundo.
"Escucha, somos amigos. Pueden confiar en mí, haré todo lo posible para ayudarte." Respondió el rubio con una sonrisa, algo que aparentemente le dio la confianza suficiente a Issei para continuar.
"No la maté…"
"¿Qué cosa?" Fue solo un simple susurró por lo que Kiba no pudo evitar mirarlo con gran confusión.
"No la maté…" Issei habló con más fuerza cuando todo su rostro se sumió en oscuridad y tristeza. "No pude matar a Raynare."
Kiba no pudo evitar mirar de un lado a otro tras escuchar esas palabras, para luego acercarse súbitamente.
"Escúchame bien, no le digas a nadie más sobre esto. Las consecuencias pueden ser realmente espantosas." Susurró Kiba con una seriedad absoluta, incluso estaba sudando un poco.
"Ddraig me dijo lo mismo, no se lo dije a nadie más que a ti. Lo hice porque confió plenamente, además de que debía quitármelo…" Aunque las palabras de Issei sonaban algo abstractas, Kiba lo entendió a la perfección.
"Eso significa que ella en realidad nunca se fue, ¿verdad?" Una sonrisa comprensiva e incluso triste cruzó los labios de Kiba al ver como Issei asentía lentamente. "Solo querías usar a Rías como una excusa, como una manera de olvidarla…"
"No realmente, yo en serio quería enamorarme de ella, creo…no, lo estaba haciendo. Pero después de lo que pasó, simplemente creo que debo buscar en otro lugar." Issei aclaró al instante, sabía a la perfección que los recuerdos recientes eran una mancha muy difícil de borrar.
Kiba decidió no responder lo que realmente pensaba.
Después de todo, era obvio que Issei podría amar a otra mujer. Él sostenía una faceta de pervertido bastante singular, pero detrás de eso era leal y, sobre todo, una persona tan protectora y amable que llamaría la atención de muchas mujeres.
Pero también sabía a la perfección que el verdadero objetivo de Issei sería suplir ese hueco en su corazón hasta que realmente se enamorara de su pareja, proceso que podría llevar mucho tiempo, especialmente si es que Raynare aún sigue viva. Y, obviamente, ni siquiera Issei estaba consciente que eso era realmente lo que estaba buscando. Si fuera así, él se sentiría extremadamente culpable consigo mismo por querer utilizar una mujer para olvidar otra.
Por eso mismo es que no quería decirle nada.
"Está bien." Issei miró a Kiba con gran confusión luego de escucharlo. "Hay dos remedios para enfrentar estos problemas: enfrentarlos directamente, o olvidarlos." Kiba sonrió levemente. "Para la segunda opción necesitas descansar y tener tu mente más clara. Además, de nada sirve que sigamos entrenando si tu mente está en otro sitio." Concluyó, ganándose una sonrisa por parte de Issei.
"¡Gracias, Kiba!" Unas lagrimas cómicas adornaron a sus ojos cuando lo tomó de los brazos. "¡Tú siempre me entiendes!"
El rubio respondió con una sonrisa.
"Los amigos están para ayudarse y entenderse, Issei-kun."
Aunque había pasado un muy mal momento, la charla con Kiba lo ayudó mucho y ahora se encontraba mejor. Pero nunca se esperó que cuando llegara a su casa le esperaría una sorpresa tan grande.
Sus padres lo recibieron en la puerta con los brazos cruzados y el ceño fruncido, algo que le extrañó muchísimo.
"¿Sucedió algo?" Preguntó Issei con mucha confusión, viendo como sus padres se miraron entre sí una vez antes de asentir.
"Jovencito, queremos saber que haces saliendo todos los días tan temprano." Declaró la madre con un tono severo.
"Sabemos que vas a la Academia, pero después no vuelves a casa hasta la noche." Agregó el padre con completa seriedad."
"Oh, es sobre eso…" Issei se frotó el cabello con cierto asombro. "Ya se los había explicado antes, salgo a entrenar…"
"¿Todos los días?" La señorita Hyoudou entrecerró los ojos con grandes sospechas.
"En un principio estábamos muy contentos, pero creemos que este es un cambio muy bruco." Aclaró el señor Hyoudou, cruzándose de brazos con firmeza.
"¿Y que otra cosa estaría haciendo?" Preguntó el hijo con leve sudor.
Sus padres se miraron entre si por una última vez, para luego hablar al mismo tiempo.
"Drogas."
". . ."
Un silencio extremadamente incomodo se presentó entre los tres.
"¡¿Qué?!" Issei por fin pareció reaccionar, poniendo los ojos en blanco. "¡Si no me creen, miren esto!" Issei desabrochó su camisa escolar y levantó su ropa, revelando un torso no muy fuera de lo común.
Pero sus padres siempre lo veían salir solo con calzones de la bañera, por lo que sabían muy bien que el cuerpo flacucho de su hijo ahora no era tan flacucho.
"¡¿Lograste todo eso en tan solo tres semanas?!" Ambos padres gritaron al mismo tiempo al notar los leves pero notorios cambios en el físico de su hijo, ya que sus músculos antes inexistentes ahora habían tomado un poco de forma.
"Bueno, me esfuerzo mucho…" Issei no pudo evitar esbozar una sonrisa tensa, ya que, de hecho, se esforzaba como pocos, pero…
"Si no hubiera sido porque ahora soy un Demonio, estoy seguro que este resultado me hubiera costado el doble de tiempo obtenerlo." Pensó con gran nerviosismo, esperando que sus padres no tuvieran eso en cuenta.
Para su suerte, parecían muy maravillados ante su esfuerzo, y el hecho de que no estuviera metido en las drogas.
Si, especialmente por este último punto. Al final no pudo evitar sonreír con sinceridad, ya que sus padres se preocupaban mucho por él, incluso cuando realmente no era necesario.
Muchos desearían tener padres así, por eso él los disfrutaría todo lo posible.
Con ese pensamiento se dirigió a su habitación para cambiarse, obviando el hecho de que lo ocurrido estaba lejos de ser la sorpresa que debía afrontar.
Issei se quitó la parte superior de su vestimenta escolar y la arrojó a la cama, observando como en una silla ya sus padres habían preparado su ropa casual por si hoy venía más temprano, cosa que así fue.
"Pantalones, cinturón…" Issei comenzó a narrar las cosas mientras las iba tomando, era una manía que tenía desde que era niño.
"Remera, sudadera, plumas negras…"
"…"
"…"
"¿Plumas negras?"
Issei tomó la pluma que había caído sobre su hombro con mucha incertidumbre. Su mirada se alzó automáticamente.
"Hola." Azazel, quien se encontraba recostado sobre el techo con sus pares de alas oscuras y majestuosas, saludo con completa normalidad.
Obviamente, Issei no encontró la normalidad en lo absoluto.
"¡¿PERO QUE CARAJO?!"
Issei se tropezó con la silla y cayó de trasero al suelo, para luego arrastrarse como una cucaracha hasta chocar con fuerza contra la puerta.
"Shhh." Azazel colocó un dedo sobre sus labios. "¿Acaso quieres preocupar a tus padres?"
"Esas alas… ¿qué-qué quiere un Cadre de alguien como yo?" Issei se levantó lentamente, y su guantelete se activó prácticamente al segundo.
"Veo que sabes algo sobre la jerarquía de los Ángeles Caídos, eso ahorra explicaciones innecesarias." Después de decir esas palabras, Azazel bajó del techo y se cruzó de brazos al mismo tiempo que sus alas desaparecían. "Mi nombre es Azazel, soy el Líder de los Caídos. Y puedo asegurarte que no vengo a causarte problemas. De hecho, quiero ayudarte." Aunque las palabras del hombre lo llenaron de interés, ciertamente su desconfianza era mucho más poderosa que su curiosidad.
"¡Boost!"
"¿Y como puedo fiarme de ti?" Issei preguntó lentamente, haciendo que una sonrisa bastante singular surcara por los labios de su no invitado.
"Porque si quisiera hacerte algo…"
Los ojos de Issei se ensancharon a más no poder cuando sintió como alguien colocaba una mano sobre su hombro. Su cuerpo por completo se paralizó cuando sintió el aliento helado de Azazel sobre su oreja.
"Ni siquiera te hubieras enterado." Concluyó el Cadre con suficiencia, para luego darse media vuelta.
En el momento que alzó sus manos y se alejó, Issei sintió como el ambiente hostil volvía a ser uno de elocuencia.
"¡Pero como dije, solo estoy aquí para ayudarte!" Exclamó Azazel con una media sonrisa cuando lo miró de reojo, ya que aún seguí de espaldas a él. "¿Quieres escuchar la propuesta de un hombre extremadamente amable y desinteresado como yo?"
Aunque las pruebas de que realmente no deseaba hacerle daño eran más que evidentes, Issei continuó dudando.
"Escúchalo, compañero." Tanto Azazel como Issei observaron al guantelete parlante con detenimiento. "¿Qué es lo que podemos perder?"
El protagonista se quedó en silencio tras escuchar a Ddraig, pensando con cuidado.
"Muy bien…" En el tono de Issei aun había cierta desconfianza.
"Hablé con Sirzechs. Él me dijo que estabas en una misión de entrenamiento para reclamar a su hermana, tu ama, como esposa. Para hacerlo tienes que vencer a un tal Raiser, Demonio de Clase Alta." Comentó Azazel, impresionando un poco a Issei.
"Por lo visto, Sirzechs modificó ciertos detalles para encubrir el verdadero plan. De todas formas…" Pensó Issei, para luego fruncir el ceño. "¿Por qué Sirzechs te comentó el plan secreto?"
"Verás, desde todo lo acontecido hace casi un mes, me llamaste mucho la atención. No te voy a negar que lo que más me interesó fue tu Sacred Gear, pero también me parece extremadamente raro que un hombre con dicho poder no se intoxicara en él, como a la mayoría de los anteriores portadores les sucedió." Issei miró al guantelete tras escuchar esas palabras, sin poder ocultar su sorpresa.
"Es una larga historia. Simplemente piensa que casi todos mis portadores se consideraron como Dioses en el momento que descubrieron mi poder. Fueron muy pocos los que no se convirtieron en unos idiotas." Ddraig intentó resumirlo lo mejor posible, y Issei pareció comprender.
"Aún así, me parece muy raro…" Issei fijó su mirada en Azazel con extrema cautela. "¿Cómo es que sabe que yo soy alguien normal?"
"¿'normal'? ¿Posees una Longinus, un arma que puede matar Dioses, y te consideras alguien normal? ¡Muy interesante!" Azazel no pudo evitar reírse al oír como se refería a sí mismo.
La carcajada no tardó mucho en terminar, y su sonrisa relajada cambió ligeramente, haciendo que Issei se pusiera un poco tenso.
"¿Quieres que sea sincero contigo?"
"De eso se trata." Issei no dudó en responder.
"Muy bien…" Azazel entrecerró un poco sus ojos. "¿Cómo explicas que Raynare siga con vida cuando supuestamente murió bajo tus propias manos?"
En ese momento, la tensión y el frio cubrió el cuerpo de Issei como nunca antes en su vida.
"No te preocupes, no se lo dije a Sirzechs." Azazel habló rápidamente, sabiendo que ese punto le preocupaba mucho, y con razón. "Esa mujer sin duda hubiera muerto si no se trataba de ti. Nadie la hubiera perdonado si es que ella les causaba tanto daño. Incluso todos hubieran disfrutado torturarla de una manera muy retorcida antes de matarla." Aclaró el Cadre, para luego colocar sus manos sobre su cintura. "¿Qué puedes decir acerca de eso?"
"¿Qué soy un idiota?"
"¿Crees que eres un idiota? No lo sé, yo solo veo a alguien que da segundas oportunidades." Declaró Azazel, haciendo que el rostro de Issei se endureciera.
"Nunca le daría una segunda oportunidad a alguien como ella." Aclaró al instante.
"Si, lo entiendo. Raynare te lastimó mucho, pero no estamos aquí para hablar de eso…de hecho, si lo estamos." Finalizó el Ángel Caído con sumo interés, y con una alegoría claramente fingida. "Mi propuesta es que puedas cerrar ese capítulo de tu vida, y como punto extra, ingresaras a un régimen de entrenamiento muy especial bajo mi propio mandato." Esas palabras desde luego que captaron el interés de Issei, y aunque intentara disimularlo, Azazel lo vio con mucha facilidad.
"Hay dos remedios para enfrentar estos problemas: enfrentarlos directamente, u olvidarlos."
Issei recordó las palabras de su amigo, haciendo que sus puños se apretaran con fuerza.
"Quiero enfrentarla directamente." Esas palabras hicieron que Azazel se cruzara de brazos.
"Tomaré eso como un sí."
Unos momentos más tarde, en un lugar desconocido de Inglaterra…
Azazel e Issei se encontraban caminando en un prado realmente extenso y vacío. El viento zarandeaba con completa rudeza el pasto verde alto que se alzaba a kilómetros de distancia. El protagonista tuvo que admitir que era una vista bastante peculiar, ya que lo único que se veía era el color verde en el suelo y el color celeste en el cielo.
Era una especie de belleza bastante única, pero había otra incógnita que lo estaba atormentando mucho más.
"¿Aquí es donde haremos el entrenamiento?" Preguntó Issei con muchas dudas.
"No es un mal lugar, pero prefiero ser más precavidos. En estos momentos nos dirigimos a Grigori, la ciudad de los Ángeles Caídos." Aclaró El Cadre, ganándose una mirada curiosa por parte de Issei.
"Si ese es el caso, ¿entonces por qué no simplemente…?"
"¿Nos teletransportamos allí? Esa respuesta es sencilla." Azazel lo interrumpió, ya deduciendo su pregunta. "Grigori cuenta con una estructura bastante singular que impide el ingreso directo a la ciudad. Antes era un lugar en donde solo vivían guerreros, pero entre las guerras y los tiempos de paz que hemos atravesado esos guerreros se han reducido enormemente y ahora contamos con una gran cantidad de civiles. En resumidas cuentas, utilizar un limitador de teletransportación nos asegura que no haya emboscadas terroristas a las que no podamos prepararnos. O por lo menos, ese es el plan inicial." Issei asintió ante sus palabras, aunque todavía se sentía muy confundido.
"¿Y donde está la ciudad? No veo absolutamente nada." Comentó con grandes dudas.
"Justo debajo de ti."
Los ojos de Issei se ensancharon cuando recibió un fuerte golpe por la espalda de parte del Cadre, haciendo que atravesara el verdoso césped y terminara cayendo de trasero a una especie de cubo gigante bastante extraño. Apenas pudo ponerse de pie antes de que un par de lanzas apuntaran a su cuello.
"¿Motivo de la visita?" Uno de los tres Caídos preguntó con tono rudo.
"Viene conmigo." A diferencia de su nuevo pupilo, Azazel aterrizó con completa elegancia y lo ayudó a ponerse de pie.
"¡Azazel-sama!" Los tres Caídos se pusieron firmes tras la llegada del Líder de los Caídos. "¡Ahora mismo descendemos!"
"¿Descender?" Se preguntó Issei con suma curiosidad, para luego tambalearse un poco al notar como el cubo comenzaba a temblar.
Las paredes metálicas se abrieron lentamente, al igual que los ojos del protagonista. Issei se acercó hasta el vidrio blindado y observó con los ojos bien abiertos como una gigantesca ciudad se alzaba bajo tierra mientras descendía a paso lento mediante un ascensor gigante.
El cielo artificial, los círculos mágicos enormes y diminutos, las luces, las viviendas, la vegetación…
Todo, absolutamente todo era tan mágico que incluso lo emocionaba.
"Bienvenido a Grigori." Azazel le colocó una mano sobre su hombro, haciendo que saliera de su estupor.
"Esto es increíble…" Fue lo único que atinó a decir ante tal vista, unas simples palabras que ensancharon un poco la sonrisa del Cadre.
Ambos se mantuvieron en silencio por unos segundos para disfrutar de las vistas, hasta que Azazel reanudó la conversación.
"Seguro debes preguntarte como es que convencí a Sirzechs para traerte aquí." Esas palabras llamaron la atención de Issei, y se demostró cuando fijó su mirada en él. "La verdad es que no fue fácil. Estuve tres semanas para convencerlo, fue realmente jodido. Ya sabes, es un hombre bastante amable, pero no deja de ser alguien estricto y cuidadoso, digno de su título como Rey Demonio."
"Ya veo…" Fue lo único que respondió Issei, volviendo su mirada ante semejante espectáculo visual.
"Como serás mi pupilo en esta semana, vivirás en Grigori hasta que termine la pasantía. Ya tengo un hogar para ti, y no te preocupes por tus padres o la Academia, ya lo arreglamos todo." Azazel le extendió unas llaves con un cachorro de peluche que tenía las inscripciones de la dirección de su nuevo hogar temporal.
"Supongo que te tomas las cosas realmente en serio." Issei no pudo evitar sonreír ante las palabras del hombre.
Después de todo, le acababa de decir que había organizado todo para que pudiera entrenar en la semana restante sin ningún tipo de interrupciones.
"Antes de presentarte tus compañeros de entrenamiento, me gustaría hacerte un pequeño tour por Grigori." Declaró el Cadre cuando por fin el ascensor se detuvo, bajando junto con Issei.
"Como puedes ver, la gente solo puede subir o bajar mediante ese ascensor. El cielo artificial también son un gran conjunto de barreras que están custodiadas por los Cadres, quienes se turnan para administrarle energía mágica." Azazel comenzó con su explicación a medida que se internaba en un camino que se dividía en 9 diferentes. "Grigori se divide por barrios, en total son 8. Cada barrio tiene su propio nombre y las viviendas están organizadas del número 1 al 300. El camino rojo te lleva directamente al corazón de la ciudad."
"¿Y qué hacen cuando hay sobrepoblación?"
"Simplemente creamos otro barrio. Espacio tenemos de sobra. Además, ten en cuenta que la población Sobrenatural no es extensa precisamente. Actualmente contamos con más de 2200 viviendas y 124 comercios o instalaciones de todo tipo. La población alcanza la modesta cifra de 8643 habitantes."
"Bastante más modesta de lo que pensaba."
"Lo gracioso es que un cuarto de ellos no son Ángeles Caídos. Grigori actualmente es una ciudad pensaba para los ciudadanos desafortunados, por eso es que el numero no es muy amplio. Obviamente, omitiendo el obvio hecho de que nuestra especie es la más perjudicada por las constantes guerras a las que nos hemos sometido hace tantos siglos, y tener niños no es un proceso sencillo."
"¿No es sencillo?"
"Al ser inmortales, el método de reproducción se controla a voluntad en diferencia a los humanos, y digamos que a la gente le gusta mucho más vivir de la fiesta y vida loca que centrarse en tener una familia. Es algo respetable, de hecho, yo soy uno de ellos."
"No tengo ningún problema con eso. Cada quien vive su vida como quiere."
Ambos continuaron charlando sobre trivialidades, hasta que finalmente llegaron a una estructura enorme y bastante llamativa.
"Esto es Lairrabahan, la Cárcel Sobrenatural más grande que encontraras." Comentó Azazel, notando que Issei se había interesado ante la estructura.
"¿Aquí encierran a los peores tipos?" Preguntó con curiosidad.
"En realidad, no. Aquí solo hay algunos idiotas. A los peores los ejecutamos de inmediato." El análisis tras esa frase era más que obvio, por lo que Issei no tardó en asentir y continuar su caminata junto al Cadre.
En el camino vio a mucha gente comprando en comercios o charlando en el camino con completa normalidad. Si no fuera porque estaban en el maldito subsuelo, esto podría considerarse un poblado común y corriente.
"Este es el pasadizo a Robunheim, ya no lo usamos." Azazel señaló hacia un extraño pasadizo subterráneo que guiaba hacia quien sabe dónde.
Notando que el Cadre no se extendió mucho más en la explicación, Issei se ahorró las preguntas y continuó el trayecto final con su guía.
"Y, por último, pero no menos importante, este lugar es el Corazón de Grigori. También conocida como la Torre de la esperanza." Azazel extendió sus manos para hacer énfasis en la majestuosa torre de mármol que se alzaba sobre ellos, y justo detrás de ella se alzaba un precipicio que parecía no tener final, tanto en profundidad como en longitud. "Allí se encuentra la última tecnología, el hogar de los Cadres, y la sala de reuniones diplomáticas, además de otras cosas de menor relevancia."
"Ya veo, podría decirse que este lugar es el centro de mando…" Pensó Issei en voz alta, recibiendo un leve asentimiento por parte de Azazel.
"Buenas tardes." Un hombre de edad muy similar a Issei se acercó, haciendo una leve reverencia con su cabeza hacia Azazel.
Su cabello era tan oscuro como la noche, algo corto y desordenado, aunque lo que más se distinguía de su figura era la barba algo poblada y sus ojos celestes. Su vestimenta consistía en un color completamente negro, además de que era realmente ligera.
Por la estructura de su cuerpo podías notar a leguas que el hombre hacia ejercicio.
"Lamento haberte hecho esperar, la caminata se hizo más larga de lo pensado." Comentó Azazel, para luego colocar una mano sobre el hombre del castaño. "Este es Hyoudou Issei, el nuevo integrante de tu grupo." Ahora la mano de Azazel cayó sobre el recién llegado. "Su nombre es Rick Graham, será tu tutor momentáneo en esta semana."
"Es un placer." Issei extendió su mano de inmediato.
"Lo mismo digo." Rick estrechó su mano con una sonrisa tranquila, para luego fijar su mirada en Azazel. "Por cierto, ¿tienes eso? Sabes que mi japones no es muy bueno y los otros dos son aún peores."
"Es cierto. Issei…" El protagonista observó en silencio como Azazel le colocaba un pequeño aparato sobre su oído. "Esto es un traductor mágico avanzado. Aún le faltan ciertos retoques, pero no deberías tener problemas con entender y hablar con los demás."
"Eso es genial." Respondió Issei con una sonrisa.
Ahora entendía que lo de los avances tecnológicos no era una broma, aunque esta ciudad en sí era una clara prueba de ello.
"Ahora, no tomaré más de su tiempo. Ingresaran un poco tarde, así que dale un entrenamiento ligero por hoy." Azazel le dio un par de palmadas en el hombro a Rick antes de marcharse.
"No te preocupes, lo haré." Rick le respondió, observando como Azazel alzaba su mano como gesto de despedida sin siquiera mirarlos.
"Creo que nunca conocí a un tipo tan elocuente…" Pensó Issei en voz alta.
"Aún no has visto nada." Rick se rio para luego colocar una mano sobre su hombro para guiarlo. "Hacemos el entrenamiento en un bosque artificial para no molestar a los civiles. Contando contigo, solo somos unas 5 personas. Por lo que me dijo Azazel, ya conoces a la única integrante femenina." Esas palabras hicieron que Issei se pusiera serio de inmediato.
"Bueno, decir que la conozco es algo…" Issei bajó un poco su mirada. "De hecho, creo que no la conozco para nada."
"Azazel me habló sobre tus problemas." Comentó Rick con algo de seriedad. "Sé que es difícil, pero, si quieres que te sea honesto, lo mejor que puedes hacer es centrarte en tu futuro próximo. Lo demás lo irás solucionando sobre la marcha."
Aunque las palabras de Rick eran bastante complejas y quizás carentes de sentido, Issei pudo comprenderlas a la perfección.
Él también sabía que tenía cosas más importantes en las que centrarse.
Pero, lo cierto es que también vino aquí precisamente para enfrentar sus pesadillas.
"Gracias por el consejo, pero pienso hacer las dos cosas." Las palabras de Issei llamaron la atención de Rick, logrando que este lo mirara con ligero asombro.
"Muy bien, te daré un pequeño golpe si veo que te tropiezas." Comentó el hombre, esbozando una leve sonrisa al final, una sonrisa que Issei compartió.
"Me ofendería si no lo hicieras."
Raynare daba pequeños saltos mientras golpeaba una barrera mágica repetidas veces. No muy lejos de su posición se encontraban esos dos hombres con los cuales había hablado antes, entrenando juntos. El que tenía rasgos asiáticos estaba utilizando una hoz con cadena, mientras que el otro estaba utilizando una espada hecha puramente de aire.
Issei llegó junto a Rick sin hacer mucho ruido, golpeando una de las barreras cercanas y el sonido llamó la atención de los hombres que estaban entrenando juntos.
El asiático tenía unos ojos cafés brillantes, mientras que el americano tenía unos ojos negros. Ambos tenían ropa de entrenamiento como los demás, salvo que ellos tenían más inclinación hacia el color blanco que el negro. Quitando el cabello en coleta del asiático, lo que más destacaba de sus figuras eran la cruz dorada que llevaba el americano y el reloj de bolsillo que tenía el asiático colgado sobre su cuello.
"Empezaremos con un entrenamiento contra las barreras. Es algo simple, como si fuera una maquina de boxeo." Comentó Rick, posándose a su lado para enseñarle.
Issei se encontraba medio perdido en la explicación, ya que pudo ver la silueta de cierta mujer entrenando detrás de unos árboles, por lo que no pudo evitar mirar hacia otro lado.
"¿Entendido?" Issei por fin despertó de su pequeño transe, y asintió por pura inercia.
Rick no estaba muy convencido de que él lo haya escuchado, y eso se demostró cuando se colocó detrás de la barrera para sostenerla.
"Empieza con un par de ganchos derechos. Te diré la forma y la posición que debes tener. Lo iremos corrigiendo a partir de eso." Issei asintió, comenzando a practicar.
Después de unos pocos golpes, su mirada lo traicionó y volteó su rostro al notar como una figura se deslizaba entre los árboles, revelando a una Raynare algo sudada con su cabello atado en una cola de caballo que le daba un aspecto bastante candente. Ambos compartieron la mirada por un corto segundo.
Parecía que ninguno de los dos sabía que hacer o decir.
Aunque la que más estaba sufriendo ese momento incomodo sin duda era Raynare, ya que sentía como Issei la estaba perforando con su mirada.
Finalmente, Issei volteó su rostro y continuó su entrenamiento, como si ni siquiera la hubiera visto. Como si ni siquiera existiera.
Rick se percató de esto, y él no fue el único.
"¿Notaste eso?" El americano le susurró a su amigo por lo bajo. "Creo que hay una gran tensión sexual entre ellos."
"¿Tú lo dices?" Comentó el coreano con un tono cubierto de dudas, aunque su expresión continuó inmutable. "Si me lo pleguntas a mí, cleo que quielen matalse."
"Si…esa es otra opción."
La tensión y la incomodidad reinó por las próximas horas, por lo que el entrenamiento se volvió algo…complicado, por decirlo menos.
Finalmente, Rick se quedó solo con sus otros dos amigos, viendo como la noche reinaba en el lugar y que sus otros dos compañeros ya se habían marchado.
"Ni siquiera pude presentarme. Tú tampoco, chino." Comentó el americano, recibiendo un leve asentimiento por parte de sus dos amigos.
"¿No se supone que debías indicale donde vivilá esta semana? La ciudad es nueva pala él." Comentó el asiático, observando a Rick.
"Eso tenía pensado, pero él dijo que tenía otros planes." Respondió Rick, haciendo que un silencio bastante único se presentara entre los tres.
"¿Eso significa que…?"
"Sip, eso mismo."
"Después de tres semanas, creo que ya me he acostumbrado…" Raynare agitaba la espada hacia un costado con fuerza mientras avanzaba por el bosque para practicar su postura. "Nunca pensé que sería tan difícil aprender unos movimientos tan simples." Ella concluyó sus pensamientos, para luego practicar las estocadas.
Estuvo un par de segundos así, hasta que su ceño se frunció.
"¿Por qué mierda Azazel tuvo que traerlo aquí? Sabe a la perfección que es imposible que hagamos buena sinergia después de lo que le hice." Sus estocadas se volvieron considerablemente más fuertes. "Además, eso no afectará solo mi ritmo y el suyo, también afectará a los demás…"
"¡Oye…PUAFGH!"
Issei apareció de manera repentina, y así como apareció, también cayó al suelo. Eso se debía a que Raynare le había dado un codazo contundente en los dientes.
"¡Oh, por los Dioses!" Raynare se dio media vuelta y se cubrió la boca al notar como Issei yacía tirado en el suelo con el labio partido.
"¿No pasamos ni un día juntos y ya quieres volver a matarme?" El castaño se burló mientras escupía algo de sangre.
"¡Lo siento, lo siento!" Raynare se disculpó dos veces para intentar aumentar su credibilidad cuando le extendió la mano para ayudarlo a levantarse. Pero de repente supo que quizás esa era una mala idea, ya que Issei nunca sería capaz de aceptar su ayuda.
Las razones eran obvias.
"Bueno, también fue culpa mía por acercarme sin avisar…" Comentó Issei con una leve sonrisa, aceptando el gesto.
Ese simple hecho hizo que Raynare se impresionara hasta la medula.
"Iré directo al grano." Comentó Issei mientras se limpia la sangre de los labios. "Estamos molestando a nuestros compañeros, y seguro que también tú lo notaste." Raynare se quedó en completo silencio tras escuchar esas palabras. "No es solo eso, también siento que no pude rendir adecuadamente el día de hoy. Como sabrás, no vine aquí solo para hacerme más fuerte. Tengo metas, y no voy a permitir que nada ni nadie entorpezca mi camino, ¿entiendes lo que quiero decir?"
"No realmente…" Respondió Raynare con sinceridad.
No sabía si le estaba proponiendo un combate a muerte aquí mismo, o había alguna otra opción.
De todas formas, intentaría evitar una confrontación directa, ya que sabía a la perfección que actualmente era más fuerte que Issei, y no quería volver a repetir sus errores del pasado.
"¡Lo que quiero decir es que seamos amables entre nosotros!" Exclamó Issei con una sonrisa, algo que sin duda sorprendió mucho a Raynare.
Nunca se esperaba este desarrollo de los acontecimientos.
"¡De esa manera no nos molestaremos a nosotros mismos ni a los que nos rodean! ¡Y solo será por una semana!" Continuó hablando, para luego serenarse un poco. "Después de eso, no creo que nos volvamos a ver. Simplemente debemos intentar convivir sin hacerlo muy difícil. Evidentemente el pasado no se olvidará nunca, pero no debemos dejar que se interponga en nuestras metas." Una vez finalizado su discurso, Issei inclinó su mano hacia al frente, esbozando una sonrisa dentuda.
"¿Qué dices?"
Raynare apenas necesitó un par de segundos para meditar la respuesta.
Era obvio que esta era la mejor opción, por lejos.
Una leve sonrisa emergió de los labios de Raynare cuando estrechó su mano con la suya.
"Muy bien, seamos amigos por esta semana."
¡FIN DEL CAPÍTULO!
¡Espero que lo hayas disfrutado!
Fue algo más largo de lo habitual, pero creo que está bien después de todo el tiempo que tuvieron que esperar para un nuevo capítulo. Pero, como dije antes, las actualizaciones semanales volverán a partir de hoy.
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Es hora de despedirse, y esta vez prometo que no será una despedida tan larga.
¡Muchas gracias por leer!
