Cap 13.- El que no debe ser nombrado.

No podía contener la sorpresa ante ese extraño sentir que le generaba la presencia del saiyajin, era como si su simple mirada le cautivara y a la vez mermara todo de ella, su personalidad, su alegría, su carisma, su gran poder, ¡Era como si le robara su ser completamente! Para una poderosa demonio como ella imposible quedar embobada por esa infinita bondad que conformaba el alma del joven al que acabo de conocer y es que para un ser como ella era demasiado de tentador de reclamar como suya tal esencia y pureza de dicha alma cual depravado sexual a punto de desvirgar a la más pura e inocente de las jovencitas.

Pero al mismo tiempo no podía evitar maldecir al joven también, pues de manera inmisericorde trajo a su memoria el horrible pasado que se juró a toda costa olvidar. Y a pesar de que la experiencia de sentir semejante pureza y poder en cierta forma era fascinante para ella, sensación que llego junto al recuerdo de hace milenios sobre alguien que también le hizo sentirse similar, pues al igual que ahora, cuando era más joven e inexperta tuvo la desdicha de sentir otra alma tan pura como la de Trunks.

Solo que esta era maldad pura

¿Porque después de varios años esa maldita pesadilla tuvo que atravesar su mente una vez mas cual sibilante bala disparada por un cruento cazador cuya trayectoria provocaría la muerte a un inocente venado?

¿Porque mierda tuvo que leer ese maldito diario ahora que las cosas parecían ir mejor en su vida?

Rememorando la noche en que casi no durmió por estar leyendo ese diario con ahínco, sumado al hecho de que se encontraba completamente sola en estos momentos, la chica mágica dejo de jugar con su báculo mágico, pues no pudo evitar divagar una vez más entre sus pensamientos…

[… …]

De repente lo que parecía ser un ligero terremoto se transformó en unos atronadores sonidos mezclados de terror y destrucción. El fuego de la nada comenzó a hacer acto de presencia como una serpiente arrastrándose sobre la pradera; casas, parques, incluso edificios enteros no se habían salvado de aquello de lo que parecía ser el apocalipsis augurado por las sagradas escrituras bíblicas que se cernirían en la humanidad para castigarla de sus horridos pecados.

El infierno se cernía sobre ella y a pesar de ser un poderoso demonio cuya fuerza superaba con creces a la generación anterior, poco o nada tuvo que hacer. Sus brazos aferraban convulsos al momento de que noto el cuerpo inerte de uno de sus amigos de la infancia cuyos tristes restos formaban medio tronco y rostro que daba la impresión que la parte restante había sido desintegrada por un poder tan o incluso más atroz como el que emanaban los dos dragón celestiales. Pobre, realmente no tenía idea de la magnitud en que se torcerían las cosas.

Mientras los transeúntes corrían de un lado al otro, opacando el silencio y la tranquilidad con sus desgarradores gritos esperaban una ayuda que en el fondo sabían que jamás llegaría, Serafall Leviatan había quedado en shock involuntario. Pues no podía concebir que una de las ciudades más imponentes del mundo literalmente estuviera desmoronándose frente a sus narices, que los soldados imperiales de la orden de los 72 pilares cuyos soldados eran la elite de la elite, conformados por los miembros más sobresalientes de los clanes del inframundo y expertos combatientes de guerra ahora se refugiaban sobre los escombros de los edificios, pues por alguna razón algo invisible y de gran magnitud impedía que se acercaran al que sea que estuviera causando esta barbarie, era como si la última opción que tuviesen fuese ser devorados por violento mar de magma que brotaba bajo el suelo de Lilith y que se moría de ganas por engullirlos con sus incandescentes fauces.

De repente le vio.

Aterrizando con una inquietante parsimonia un sujeto hiper musculado cuyos ojos en blanco se mostraban iracundos, irracionales; cabellos esmeralda que desafiaban la gravedad y lógica hacia acto de presencia como si no hubiese pasado nada. Estaba segura que no era una alucinación, aunque por un momento pensó que su cabeza le estaba jugando una broma o que este escenario fuese un sueño esperando a culminar para despertar e intentar hacer escenas yuri con su hermana menor, pero esas cavilaciones murieron en ipso facto cuando de antemano pudo notar el aura extremadamente siniestra y… pura; que emanaba aquel animal infernal.

Al sentir su mirada asesina, la Serafall que se había desempeñado en la guerra y mostrado una frialdad comparable al del mismo Sirzech al momento de enfrentarse a la antigua facción no perdió el tiempo y decidió tomar los honores, extendió el brazo creando el hechizo más poderoso que jamás hubiese creado para acabar con esa bestia de un solo golpe.

Que ilusa fue.

Como si fuera víctima de una broma y al ver como ese poderoso hechizo estallar en pequeñas chispas al momento de tocar el cuerpo de ese sujeto, decidió repetir el proceso negándose a aceptar la realidad. Y casi desfalleció de terror cuando la mano de esa bestia sujetaba como si nada una bola de poder mágico concentrado y de un solo apretón esfumarlo como si su poderoso hechizo fuese un juego de niños.

—N-no puede… e-estar p-pa-sa-ndo.

Como si fuese a saborear un delicioso platillo, la iracunda bestia de cabellos verdes se relamió los labios como si se tratase de una insaciable gula que jamas podría ser saciada, ansioso por escuchar el recital de gritos de terror de su víctima. Serafall era un poderoso demonio, aspirante al puesto de Maou y el orgullo de la familia Sitri, pero a ojos de ese maniático solo era una víctima indefensa ansioso de escuchar sus desgarradores gritos cuando la estuviera partiendo a la mitad con sus manos denudas.

Temblando de miedo y viéndose impotente observo el sujeto se acercaba lentamente y cuando sintió la gigantesca mano cernirse sobre ella cerro los ojos como si tal cosa le ahorraría menos sufrimiento, abrazo su final.

Extrañamente no ocurrió, en su lugar sintió unas calientes gotas salpicar su hermoso rostro y cuando abrió los ojos noto a uno de sus más adyegados siento atravesado por uno de los brazos de esa bestia, el cuerpo su salvador fue alzado bruscamente haciendo que gritara por el inconmensurable dolor del que estaba siendo víctima en estos momentos, era claro que al monstruo no le agrado lo que paso con las ultimas fuerzas que le quedaban invoco con su temblorosa mano un círculo mágico bajo los pies de la chica para que este la transportara a un lugar a salvo de ese monstruo.

—La enviare hacia el último bastión —Escucho Serafall de los labios de su moribundo salvador— Por favor, entre… ne a los nuevos para acabar con e-se mal-dito.

¿Qué quiso decir con los nuevos? ¿A que se refería con eso?

El monstruo de cabellos verdes gruñía de furia al ver que su diversión había sido interrumpida por esa insignificante basura, matar a los valientes no le producía tanto placer como desmembrar a criaturas frágiles con sus manos como la chica de apariencia frágil y delicada que estaba frente a él, y ya no tendría el placer de escuchar sus gritos de terror porque al parecer ese círculo estaba desvaneciéndola a ella, pues la zona de destrucción se hacía visible atravesó de su cuerpo como si se tratarse de un objeto intangible.

Ahora libre de su carga, y sabiendo que Serafall se pudo salvar bajo las manos en señal de aceptación al mismo tiempo que sintió que el agujero de su estómago se hacía más grande ante la impotente mirada de ella, lo único que pudo hacer es ver como aquella bestia partía en dos con sus manos desnudas a aquel demonio que entrego su vida para darle tiempo de refugiarse con las cabezas de los clanes que aún quedaban en el inframundo para organizar una estrategia para acabar con esa amenaza venida del cielo.

[… …]

Serafall despertaba de sus cavilaciones al momento de que una valquiria hacia llegado hasta el pequeño sillón donde se encontraba sentada para notificarle que odin estaba listo para recibirla.

—Etto, ¿Serafal-sama? ¿Se encuentra bien?

La pregunta de la secretaria le hizo regresar al mundo real, de repente sintió los parpados hinchados, llevo a sus manos a sus mejillas y sintió entre sus dedos como las lágrimas fluían, un poco ofuscada sacudió la cabeza de inmediato y rápidamente formando una gran sonrisa en su rostro dijo:

—No te preocupes estoy bien… ¡Vayamos con Odín!.

[… …]

Despierta….

Ya es hora….

Abre tus ojos Trunks…

Alguien lo llamaba.

Estaba despertando… o esa era la impresión que daban sus parpados al momento de abrirse lentamente.

Una vez que sintió libre de los brazos de Morfeo pudo notar un ambiente cálido y agradable a su alrededor, sin mencionar lo cómoda que era la cama, por lo cual la tarea de levantarse hacia la cuestión casi titánica. No recordaba haber descansado tan bien en su vida que se replanteaba seriamente levantarse después, pero su reloj biológico estaba reprogramado para que se despertara a una hora precisa con unos cuantos minutos de diferencia a lo mucho, levantándose más de fuerza que de gana suspiro con pesadez.

—Uh, ¿Mai? —Preguntaba somnoliento y dando un pequeño bostezo al notar una cabellera larga y tan negra como el ébano —Qué estas… ¿eh?... ¡¿EH?!.

La chica paso a segundo plano pues al momento de despabilarse por completo se llevó la sorpresa más grande de su vida, de un momento para otro se encontraba sentado sobre en un gran trono alto sin mencionar también el enorme salón en donde se encontraba y era de suponer que se trataba de alguna especie de palacio real, no entendía que estaba pasando en estos momentos. ¡Hasta que se dio cuenta de los atuendos que traía puestos!

Vestía la indumentaria saiyajin pero con algunos aditamentos extras, si bien nunca las vio en persona supo de ellas por las réplicas que hizo su madre en el pasado basándose en las especificaciones que le había dado vegeta. Lo más sorprendente de todo fue observar el emblema de la familia real en su pectoral izquierdo y una larga capa azul.

Y a pesar de no conocerla, a juzgar por el color de su armadura, los ornamentos y los exagerados adornos pudo deducir que el emblema que se encontraba en su pectoral derecho era el mismo que su padre usaba cuando aún existía la raza.

No entendía que diantres pasaba en estos momentos cuando noto que de repente una melodía comenzó a dominar el palacio en que se encontraba comenzaba a ser tocada por algunos músicos quizás era el anuncio de que algo importante estaba por acontecer ya que esa fue la impresión que le daba al escuchar dicha melodía, fue cuando la gente que se encontraba conviviendo y brindando dejaron de hacer tal cosa para observarlo detenidamente, algunos con respeto otros con admiración, cabe destacar que todas esas personas que le brindaban sus respetos cual regente de un reino también portaban armaduras saiyajin solo que menos vistosas.

Pero gracias a su estadía en el inframundo supo de antemano que esas personas eran seres sobrenaturales y no la extinta raza guerrera que trajo dolor y sufrimiento al universo años atras, ¡Hasta incluso pudo ver a las enfermeras y doctores que trabajaban en el hospital sitri!

—Con ustedes hace acto de presencia su majestad real hablaba un señor de edad avanzada que al parecer interpretaba el papel de paje real hacia la gente reunida.

—Ehh —no cabía de asombro al ver cómo la gente se inclinaba en señal de respeto como si él fuera el rey de ellos —h-hola—alzando una mano, saludaba nervioso y confundido por la situación.

La gente continuaba brindando sus respetos sin decir o hacer algo, haciendo que la situación se volviera más incómoda de lo que ya era.

—¿Qué esta pasando aquí? —se preguntaba muy confundido el chico de cabello azul — ¿estaré soñando?

—Tranquilo, aun no te has vuelto loco

¡Esa voz! ¡¿Cómo pudo olvidarse de la chica con la que había despertado minutos atrás?!

Le daba la impresión que era Mai pero al notarla bien era alguien completamente ajeno a ella y a quien nunca en su vida había conocido

y de ser ese el asunto ¿porque soñaba con alguien a quien jamás había visto?

Cabello largo y de un negro azabache, piel pálida, alta y muy hermosa si bien no estaba tan pendiente en esos asuntos, reconocería a una mujer bella cuando la viera. Lo más llamativo en ella, eran sus ojos lila nublosos que daban un aire de intriga y misterio sobre ella, pues a pesar de sentir que la había visto en algún lado, no recordaba en donde, menos quien era.

Eso le causaba un poco de ansiedad y en cierta forma desconfianza, pues según aprendió en el inframundo había toda clase de criaturas sobre naturales con apariencia humanas poseedoras de asombrosas habilidades, aun así no podía entender porque esa mujer estaba en su sueño y portaba también la indumentaria real saiyajin con adornos y ornamentas similares, como si ella fuera la reina de las personas reunidas.

Y todos sabemos que la reina es la esposa del rey.

—¿Quién es usted? —preguntaba cauteloso el peli azul, pues que esa mujer estuviera en sus sueños y no poder sentir su energía, le hacía tomarse las precauciones necesarias para no ser tomado por sorpresa.

—Soy quien puede hacer tus deseos realidad—menciono la pelinegra con mucha confianza, mientras flotaba hasta estar frente a Trunks tomando sus mejillas con ambas manos y mirándole con suma fascinación.

—D-Discúlpeme, pero no creo entender lo que esta diciendo—mencionaba un poco nervioso por la cercanía y el comportamiento de esta extraña mujer—¿Qué está pasando?

Ophis no hacía caso a sus preguntas y solo seguía acariciando las mejillas del nervioso peli azul, debía admitir algo el chico era hermoso, una hermosura inconmensurable como la de él no debía estar disponible para criaturas inferiores que a su humilde, opinión solo piensan en asuntos banales y carentes de importancia. Y su postura iba tan enserio que había dejado en claro con indirectas a esos insignificantes dioses de pacotilla que los desaparecería de este mundo y del siguiente si tan siquiera rondaran por sus pensamientos apropiarse de su alma gemela venida de otro universo alterno de nuevo.

El chico y ella eran iguales, esa idea se arraigó a su mente desde el momento en que supo de él y lo conoció, nada le haría cambiar de parecer, ni siquiera ese chico Hyodo que en su momento había llamado levemente su atención por su manera peculiar de hacerse más fuerte, eso ya pasaba en otro plano y carecía de importancia. Trunks era un dios ¡No! Era algo más trascendental que un dios, la perfección que representaba él no podía ser descrita con palabras pues no habría ninguna existente en el diccionario de las lenguas de todos los mundos habidos y por haber que fueran capaces de detallar con excelsa precisión su magnificencia y perfección.

Si, ella había creado la Caos Brigade pero lo hizo por su propia conveniencia nada más, pues para eso estaban las jerarquías y las criaturas endebles que rondaban por el mundo fuera de la brecha dimensional solo tenían un propósito; y ese era servirle para lograr sus propósitos y ambiciones.

Y como suele pasar siempre todo objeto promedio pierde su valor, ahora con Trunks de su lado ¿para que los necesitaría?, podía prescindir de esas basuras pues teniéndolo con ella y solo para ella no necesitaría de nadie más, ellos dos serían los absolutos gobernantes, serían los soberanos, serían los dos seres más omnipotentes de este mundo y con semejante estatus ¿Quién podría ir en su contra? Nadie, absolutamente nadie. Ni siquiera ese estúpido de gran rojo él no podría contra Trunks. Ni por más dragón del sueño que sea. Ni esa aberración llamada Trihexa por más dragón de apocalipsis que fuera.

Ninguno de esos dos podría hacerle frente su otra mitad, a su destinado, a aquel que llego de otro universo para complementarla ni siquiera uniendo fuerzas y peleando los dos contra el a la vez.

—Siempre supe que eres especial, desde el momento que pasaste frente a mi. Pude sentirlo —decía ella mirándolo con devoción haciendo un esfuerzo sobre humano por no robarle un beso —pero contemplarlo por mí misma es una experiencia impactante.

Trunks tenía la cara roja de vergüenza pues no le hacía gracia que alguien invadiera su espacio personal de esa manera; podía sentir la suavidad de sus brazos, ver esos penetrantes ojos que desbordaban una insaciable pasión y lujuria, sentir el vaho de su aliento golpeando su rostro y cuello hasta casi olerlo, y que en su humilde opinión era dulce y tentador.

No podía entender porque maldita razón esa vergüenza que sentía por tal cercanía poco a poco se diluía, su mente se le estaba embotando; quizás la mujer estaba haciendo una clase de artimaña que provocaba que sus hormonas enloquecieran poco a poco y obnubilara su mente de pensar de forma razonable.

Pero para su fortuna recupero el juicio, se sentía como un idiota por permitir que esos pensamientos indecentes invadieran su cabeza, sin tomarle importancia que tal vez ese efecto colateral lo estaba creando la chica que tuvo el atrevimiento de invadir algo tan íntimo para el como lo es su mente y sus pensamientos, él era un guerrero hecho y derecho que se supone que su mente y corazón laten y funcionan en perfecta sincronía.

Aunque sea muy bella, aunque su largo cabello estuviera suelto y ondeara en el aire hasta casi enredándose en ambos no quito el hecho que podía tratarse de una amenaza y la chica en cuestión tenga otras intenciones. Tal cosa sorprendió enormemente a Ophis, ningún ser de los panteones existentes podría haberse resistido a sus adictivos encantos pero al presenciar que el joven mantuvo la compostura y no fuera sobre ella reforzó su creencia que llamar dios a alguien como él era el más ofensivo de los sacrilegios.

—S-Señorita, ¿puede explicarme que está sucediendo? —pedía el peliazul en tartamudeos.

La chica no estaba tan lejos de él, pues sonrió de manera encantadora y una vez más le acaricio la mejilla con ternura.

—Solo quería mostrarte lo que puedo y quiero hacer por ti —se separaba de él, flotando alejándose para alivio del joven con una sonrisa. Ahora estando frente al gran trono —todo esto que tienes en frente, es realmente un sueño, una ilusión si así lo quieres llamar.

—Me lo imaginaba—mencionaba rascándose la nuca.

A pesar de ver serenidad en sus ojos podía notar una gran tristeza y sufrimiento, confirmando por completo las palabras de esa espada quien le relato la vida de el con lujo y detalles. Aquí daría su golpe certero.

—Pero no tiene por qué ser así.

Ahora el panorama había cambiado Trunks veía por todos lados muy asombrado pues de estar en el palacio real ahora se encontraba en un balcón de lo que parecía ser un enorme castillo, ya que todo paso de una forma tan repentina. Solo le basto con pestañear y ya se encontró ahí.

Ahora frente a el, habían incontables hordas de vasallos inclinados hacia él, en señal de lealtad y respeto. Todo tipo de seres sobrenaturales y humanos, siendo parte de este "reino" que salió de la nada. Trunks de repente se sentía mareado por ese mundo "idílico" que ella le presentaba en estos momentos, pues al intuir las intenciones y la forma de pensar de la chica en cuestión supo para donde iba la cosa. Se llevo una mano a su cabeza en señal de frustración demás de apoyarse de espalda a una pared y masajear sus sienes para paliar la migraña que amenazaba en salir en estos momentos.

Ophis miraba esto con un poco de diversión, o eso mostraba su mueca de labios. No era posible saber el verdadero estado de ánimo de la diosa dragona del infinito. El joven se confundió más cuando dejo de observar su picara expresión y que de repente una niña aparecía quien igualmente vestía la armadura saiyajin en el lugar de esa hermosa mujer que le ofrecía el mundo y las estrellas momentos atrás.

—Todo eso que es un mero sueño, hacerlo realidad es muy sencillo para mí—respondía de forma directa para llamar la atención del cabizbajo joven quien aún masajeaba sus sienes. —Porque soy la diosa del infinito, puedo hacer eso y más.

Al chasquear los dedos, de repente en una parte del balcón aparecía una montaña de oro, en otra parte más precisamente en la ventana se podría apreciar un gran reino que abarcaba un inmenso territorio portando banderas de la insignia real de la familia saiyajin y en lo que parecía ser una cama de tamaño King size se podía apreciar un harem de mujeres hermosas semi desnudas estando más que dispuestas para saciar los más bajos deseos del chico en cuestión. O en este caso del "rey".

Eso último avergonzó bastante al chico.

—Por favor para —dijo el llevándose de nueva cuenta sus dedos índice y medio a una de sus senes—sin duda alguna esta situación de encantaría al maestro Roshi, pero…

La chica resoplo un poco irritada pero supo de antemano que el joven no se sentía cómodo con eso, no entendía por que se sentía ofuscado por las atenciones que le daba, otro en su lugar se sentiría en el paraíso, pero en fin su nuevo mantra era no disgustar al joven por nada del mundo y sin importar lo mucho que no le gustara algunas de esas cosas obedecería sin rechistar.

Esto es raro…—pensaba la dragona al ver que no caía en los placeres, que incluso los dioses, caerían. Trunks en serio era especial.

—Perdona la brusquedad de mi parte pero esto es algo repentino y un poco problemático para mí —el joven suspiro con pesadez —al principio pensé que era una maquinación de mi mente, pero esto ahora confirma mis sospechas de que fue un ente exterior que creo este extraño sueño. —La niña sonrió de lado otra vez —.Disculpa la rudeza con la que hare esta pregunta pero hace un momento dijiste que eras la diosa del infinito ¿perteneces a algún panteón en específico?

En su estadía en Asgard y en el hospital Sitri supo por parte de Odin y Abbader que en este mundo había una infinidad de dioses mitológicos que al parecer compartían una virtud especifica aunque en diferentes formas según la cultura, incluso había dioses que tenían las atribuciones de formar parte de la muerte y la condena pero jamás había escuchado a un dios que representaba el infinito, aunque la palabra infinito era una cuestión rebuscada el significado lo sabría pronto.

—Formar parte de un panteón es una cuestión ajena a mi —respondió la chica con simpleza a pesar de que la pregunta sonara algo ofensiva —Digamos que soy de una categoría más alta, dime ¿has escuchado hablar de los dioses dragones?.

Abrió los ojos en señal de sorpresa. Ahora entendía como sabía su identidad, estaba frente a una de las deidades mas poderosas de este mundo según relatado por parte de Odin y Abbader. Ouroboros Ophis, la diosa dragona del infinito ¿cómo pudo olvidarla? tal vez esa cuestión no le interesaba del momento pero ahora que ella misma se presentaba en sus sueños y mostraba un interés casi enfermizo en su persona la escala de importancia subió demasiados peldaños. Recordaría ese nombre.

El hecho de que uno de los dioses dragones se presentara y le ofreciera darle esos lujos era algo admirable, pero por más que busco no encontró indicio alguno la relacionara con el dios dragón de su mundo, excepto esas orejas puntiagudas. Aunque no podía asegurarlo, los únicos dragones que había conocido en su vida, fueron Shen Long y una imagen de Porunga de Namek, que un día su madre le enseña y aunque a leguas ella no parecía ser alguien que este emparentada con ellos, existiría la posibilidad de que pudiera cambiar de forma. Quizás ella escondía su verdadera forma con esa apariencia de niña frágil.

Quizás el hecho de haber conocido a otros dioses en su mundo, incluso estar frente a frente de un hakaishin le hacía ver las cosas diferentes y no se sorprendiera tanto de que alguien tan importante como lo es diosa del infinito se le presentara en sueños.

Ahora tenía todo sentido, que le mostrara esos placeres tan excéntricos daba entender que debido a su estatus y poder la chica consideraba a todos los demás como simples basuras sin ninguna clase de valor, de hecho la niña daba indicios de tener ese asqueroso narcisismo que formo parte de Zamas y le orillo matar a humanos para purgar el mundo de esa plaga, las coincidencias, las actitudes y los modismos entre ellos dos eran demasiado similares. Quería saber más de ella, para saber si era una amenaza.

Y si esa tal diosa del infinito planeaba hacer algo similar a zamas la aniquilaría en el acto.

—Eres Ophis Uroboros—mencionaba el peliazul y ella sonreía satisfecha por ser reconocida por el. Así que asintió—soy Trunks Brief, un placer—respondía con recelo y seriedad el peliazul, cosa que Ophis notó sin poder evitar sonreír—a decir verdad suena demasiado estrafalario lo que me estas ofreciendo y en mi experiencia aprendí que todo en esta vida se debe pagar un precio, ambicionar cosas de esta magnitud…..nunca es gratis.

—Puedo entender que tu trágica vida te haga pensar de esa manera querido —ella negaba con uno de sus dedos mientras le cerraba el ojo de forma coqueta —pero no es el caso esta vez —extendía uno de sus brazos, señalándole todo el reino y sus vasallos. —Todo esto que vez aquí puede ser tuyo, todo lo que desees. Poder, riquezas, fama, fortuna, gloria… Y una familia. Todo eso y más, siempre que quepa en mis posibilidades, después de todo tu eres el destinado para mi. Es lógico que te ofrezca los mejores placeres del mundo.

Aunque Trunks enarco una de sus cejas cuando ella lo llamo "su destinado".

Sonrió de forma linda ante eso último, cualquiera que la viera, no lo creería. Ophis sonriendo, no era algo que se halla creído posible de ver y a opinión de muchas criaturas Trunks era el afortunado de verla.

Pero el no considero eso como honor, ni de chiste, más bien se mostraba cauteloso por todo esto, esta chica le estaba, literalmente hablando, ofreciendo todos los mundos. Era algo que cualquiera querría obtener, todo aquello que le ofreció, pero el hijo de Bulma no era alguien que deseara ese tipo de cosas. Le bastaba con una vida tranquila.

— ¿Por qué me ofreces todo esto? —Preguntaba realmente confundido, no entendía porque le ofrecería todo esto ni a que se refería con "su destinado" No le veía el sentido a menos que… — ¿Que buscas a cambio?.

Ophis dejaba escapar ligeras risas, aunque Trunks no sintió malicia en ellas. Sino lo contrario.

—Dime algo Trunks—preguntaba la morena de repente, ignorando a propósito la pregunta de peli azul— ¿sabes que les atrae a los dragones?.

Esa pregunta, definitivamente no se lo esperaba. Ni siquiera venia al caso.

— ¿Qué, qué les atrae?—preguntaba pensativo mientras se llevaba una mano a la barbilla —No lo sé, siendo sincero jamás me lo había cuestionado. ¿Pero porque me preguntas eso?.

Ophis ahora flotaba alrededor de él, con ambos brazos en su espalda y con una ligera sonrisa. No se confiaba de ella todavía, pero al ver con detenimiento esa inocente sonrisa fue algo que le descoloco de momento, pero al menos la chica no daba señales de ser alguien tan megalómano como Zamasu y eso ya le quitaba un gran peso de encima. No se sentiría bien haciéndole daño a un niño, de hecho sería incapaz de tan siquiera pensarlo pues los niños de su mundo le devolvieron, aunque sea de forma efímera, esa alegría que por años anhelo sentir aunque sea una maldita vez.

Una alegría que le fue negada debido a las condiciones casi apocalípticas que le toco vivir en su infancia y la mayor parte de su adolescencia.

—Nos gustan las cosas brillantes —para su sorpresa, la dragona se sentó en uno de sus hombros, pero no hizo nada al no sentir hostilidad — tales como las joyas, espejos, todo lo que brille… Hasta las almas.

— ¿Dijiste almas?—preguntaba confundido.

—Así es y no hay alma más brillante que la tuya—mencionaba tranquila y algo divertida al ver su rostro confundido —una tan poderosa y al mismo tiempo, pura e inocente, eres un diamante en bruto. Algo que jamás, en todos mis incontables años de vida, he visto. Ya sea humano o sobrenatural.

Trunks se sonrojo por esas palabras, pues la única persona que le había dicho algo similar, eran su madre y la madre de Gohan, Milk, pues también pasaba tiempo con ella como si fuera su segunda madre y aun martillaba su conciencia pues no tuvo el poder y la fuerza suficiente para salvarlas.

Ahora era algo diferente si quien se lo decía, era una mujer ¿o niña? desconocida. Era un poco vergonzoso sin mencionar que no se sentía digno recibir semejante reconocimiento.

—No soy tan especial como me idealizas —mencionaba avergonzado y rascándose a nuca, pues al recordar que lo perdió todo se sintió devastado pero se repuso de inmediato para demostrar entereza y determinación —pero aun no has respondido mi pregunta.

—No se te escapa nada. —admitió con picardía y Trunks no pudo evitar avergonzarse —Pues digamos que si requiero de algo a cambio.

—Así que si que no me había equivocado después de todo —Suspiraba de forma monótona por saber de antemano la respuesta, la experiencia habla por sí sola.

Ophis sonrió por la inocencia de aquel chico, por creer que esperaba algo de manera desinteresada; Y sin quitar su sonrisa seductora del rostro.

—Toda dragona quiere tener a su pareja elegida, ya sea dragón o no—respondía la pelinegra sinceramente —y te he elegido a ti.

La situación se le vino en vilo, esperaba escuchar cualquier disparate o justificación por parte de lo que al parecer sería una respuesta egoísta, pero esto era algo que no se esperaba de verdad.

— ¡EEEHH!.

El rostro de Trunks ahora estaba tan rojo como era lógicamente posible, esta chica literalmente le dijo que sea su pareja. Estaba choqueado, todo esto era demasiado repentino, además que no estaba listo para algo como eso sin mencionar que la chica era una completa desconocida para el a pesar de ser una poderosa deidad.

Y por sobre todo, ya tenía a la persona adecuada para el. La hermosa pelinegra que siempre ha estado con él, cosa que era un deseo que algún día, esperaba se cumpliera.

—Creo que te sorprendió la noticia, aunque no debería. Seres como nosotros es natural que estemos juntos—mencionaba la pelinegra con una ceja alzada —y como sabrás, las parejas como tal, deben apoyarse incondicionalmente en las buenas y en las malas, deben estar las unas con las otras sin importar las adversidades.

Esta vez su infantil expresión cambio por uno más severo, aunque Trunks pudo captar un leve toque de tristeza tras esa imponente mirada, cosa que confundió y preocupo a Trunks. Anticipándose a que el guerrero del futuro le preguntara el significado de aquella afirmación la diosa dragona chasqueo los dedos y de repente el reino comenzó a desaparecer en pequeños fragmentos.

Paso lo mismo cuando de repente sintió que había viajado del palacio real hasta su palco, la niña ahora vestía su ropa normal conformada por un vestido gótico. Algo que le llamo la atención, era el lugar donde estaban ahora.

Ya no estaban en el castillo y los sirvientes habían desaparecido, ahora se encontraban en una especie de vacío, cuyo color se alternaba, aunque más predominaba el color oscuro y naranja. Un poco psicodélico.

Era un sitio curioso e interesante en realidad, le daba cierto aire a la habitación del tiempo.

— ¿En dónde estamos? —preguntaba bastante curioso observándolo todo.

—Es mi hogar—respondía la pelinegra, pero luego frunció un poco su ceño —o mejor dicho "era".

Ahora entendía a qué se refería con que las parejas deben apoyarse en las buenas y en las malas. La diosa dragón era muy lista.

Bueno, era una deidad después de todo.

— ¿Era? —Trunks la miro confundido — ¿ya no vives aquí? —la pelinegra negó.

—Alguien llego aquí y tomo mi lugar cuando me fui por un tiempo—le respondía seria como siempre —un invasor hostil que se atrevió a arrebatarme lo que me pertenece.

Trunks iba a seguir preguntando, pero sintió una poderosa presencia acercándose. Por lo que de forma instintiva, tomo a la chica y la coloco tras él pues sentía que debía protegerla de lo que sea que estaba a punto de aparecer.

Ophis se asombró por aquello, pero también estaba enternecida, el chico quería protegerla y mantenerla a salva, aun cuando no se conocían del todo. Al parecer no se equivocó al elegirlo.

Los ojos de Trunks se abrieron, cuando un inmenso portal amarillo se abrió frente a el, era demasiado inmenso. De ahí salió un dragón de dimensiones descomunales, si lo comparaban, eran un par de hormigas frente a un lobo. Trunks nunca se había sentido tan pequeño en su vida.

Es varias veces más grande que Sheng Long y Porunga—pensaba asombrado el peliazul—¡y su presencia es demasiado poderosa!

Estaba bastante serio, pues su poder era inmenso, se notaba que era una especie de divinidad. Así como Ophis.

El inmenso dragón se percató de sus presencias, volteando hacia ellos y gruñendo de forma hostil al sentir como su territorio estaba siendo invadido. Eso alarmo un poco a Trunks.

Por lo que para sorpresa de ambos dragones.

¡Fuuuush!.

Trunks activo el súper saiyajin dos a su máximo poder, no quería pelear, pero lo haría si debía hacerlo. No le importaba luchar contra una deidad, ya lo había hecho en el pasado a fin de cuentas, si el dragón estaba dispuesto a hacerles daño no se quedaría de brazos cruzados.

Ambos dragones retrocedieron al sentir esa increíble explosión de poder, era inmenso y los superaba con creces. Ophis se mostraba fascinada, ese poder que emanaba de su parte reforzaba sus creencias de que este joven era mucho mas que una deidad.

—Retrocede…—ordenaba el hijo de Vegeta, empuñando sin desenvainar su espada, la voz de Trunks ahora sonaba demasiado grave, tanto así, que el dragón retrocedió un poco pues sabía de antemano que llevaba las de perder.

Su ofuscación paso a enojo cuando Ophis salía detrás de la espalda del guerrero dorado y se posicionaba delante de el. Ahora emanando su propio poder dracónico.

Trunks sintió el poder de la diosa dragona y se llevó otra sorpresa. Su poder era igual de inmenso que el de aquel enorme dragón rojo, aunque muy ligeramente más débil. Apenas y era superada.

—Sueños…—mencionaba la pelinegra con un poco de enojo.

Infinita…—Trunks no se esperaba que el dragón hablara—¿Qué estás haciendo aquí?.

—Es mi hogar—mencionaba la pelinegra— ¿Qué hay de malo que se la muestre a mi futura pareja?—eso último hizo sonrojar un poco a Trunks, debía aclarar aquello lo más rápido posible.

Esta ya no es tu hogar—sentenció molesto el dragón rojo—dejo de serlo cuando lo abandonaste.

—No lo abandone—mencionaba rápidamente la pelinegra—solo me fui un tiempo para explorar el mundo.

Mientras ambos dragones discutían, Trunks solo observaba y escuchaba. Con un suspiro deshizo su transformación.

No entendía muy bien lo que pasaba, pero al parecer los dragones eran extremadamente territoriales. Aunque era algo normal en su opinión, pues en base a su educación por parte de Bulma aprendió que los animales tenían disputas territoriales y al observar el comportamiento de ambos dragones también le hizo catalogarlos en la misma categoría.

Aunque debería sorprenderse por ver este tipo de interacciones, que para cualquier humano seria algo increíble e ilógico, algo imposible de tratar sin sufrir un infarto. El estaba tranquilo al haber tenido y vivido experiencias bastante raras y bizarras durante su vida.

Vayanse de aqui.

—No tienes que repetírmelo—Ophis retrocedía hasta llegar con Trunks —solo quería mostrarle a mi futura pareja su hogar.

—Ehh, Ophis-san…

Este ya no es su hogar y ni lo será—gran rojo respondía con molestia e ira, dispuesto a luchar si seguían molestándolo, sabiendo de antemano que no tenía oportunidad de vencer al joven que estaba de parte de ophis o esa era la impresión que le daba — ahora deben irse de aqui.

—Ya cállate rojo—mencionaba volviéndose a sentar en los hombros de Trunks—disfruta tus pocos días en la grieta dimensional, porque pronto te iras de aquí te lo aseguro.

Ambos desaparecieron de ahí en un destello, dejando muy furioso y tenso al gigantesco dragón rojo, aunque con un gran temor latente pues talvez Ophis tenga razón, pronto seria sacado de ahí. El chico que vino con ella podría ser el motivo le recordaba a un ser que apareció hace milenios y que por poco muere en sus manos.

[… …]

Tratándose de una reunión premeditada desde hace meses atrás, no hubo necesidad de rodeos o postergaciones absurdas, tan pronto como la maou leviatán había llegado decidió terminar sus asuntos de mayor importancia y a recibir a la chica mágica en cuestión, pues le llamo sumamente la atención que ella decidiera tener una reunión con el pues como parte de su deber como reina del inframundo era afianzar las alianzas entre el inframundo y otros reinos y a juzgar por el repentino interés del anciano que se hace llamar el padre para recibirla supo que de inmediato escucharía con detalles todo lo que tuviera que decir al momento de que toque el tema de la pesadilla que vivió días atrás. Si, la alianza era de suma importancia.

La gran mayoría del panteón nórdico estaban reunidos en oficina gigante conformada de un podio que al parecer dicha reunión era conformada por los dioses más importantes de asgard pues para que se hayan tomado las molestias de organizar con lujo y detalles daba la impresión de que el tema que se hablaría en esta reunión requeriría la asistencia de estos mismos.

Tras una breve presentación entre los presentes los dioses le concedieron a Serafall la palabra para que explicara los motivos de tener una audiencia con el padre de todo; a pesar de ser una chica mimada e infantil sin mencionar también que a veces renegaba de su trabajo Serafall Leviatan se desempeñaba muy bien cuando se trataba de asuntos serios y complejos, pues llamo por completo la atención al exhibir una presentación de power point con lujo y detalle que el inframundo y Asgard debían tener un trato comercial y una alianza duradera, exponiendo con profesionalidad las ventajas que les traería a futuro dicha alianza.

—Serafall-dono… —hablo Odín con tono formal después de que la presentación de la chica mágica terminara —de lo tengo entendido, es que una vez que las tres facciones principales sellen el pacto de la paz, pretendan extender el trato hacia los demás panteones.

—Exactamente Odín-sama, el inframundo tiene contemplado estrechar sus relaciones con asgard y con la facción Yokai de momento, pues hemos escuchado que la antigua facción de nuestro inframundo aún siguen en las sombras para poder llevar a cabo su revolución. Y debemos tener a la mano una contramedida para frenar ese plan.

Silencio absoluto, nadie dijo nada.

—Pero hay algo más… ¿verdad? —intuyo el anciano masajeando su barbilla, Serafall asintió.

—A veces los sueños pueden llegar a ser premoniciones de lo que acontecerá en un futuro cercano —dijo ella posando su mirada en un dios con cabello corto y platinado de ojos violeta — ¿O no es así Balder-sama?

El mencionado la observo detenidamente.

—En efecto tiene la completa razón —dijo el dios apoyando la moción de la maou pero no le gustaba el rumbo a que venía el asunto — ¿A qué quiere llegar?.

Suspiro, para compartir la experiencia se necesitaba de un gran valor y determinación, pero si quería ser tomada en serio debía ir al grano, contra todo con lujo y detalle.

—Tuve una tormentosa pesadilla —tras unos segundos de silencio y expectación prosiguió —con aquel quien no debe ser nombrado.

Gemidos ahogados se escucharon siendo continuados por los leves cuchicheos de los dioses más antiguos, mirando con aprehensión a la maou por traer un tema tabú a lo que se supone una reunión para edificar una alianza entre facciones. Odín sintió que había envejecido 1000 años más y su esposa por poco pierde la fuerza entre sus piernas.

—P-Por favor… —Dijo —Frigg al borde de sufrir un colapso nervioso y con una expresión sombría —No… menciones… a esa… bestia.

Serafalll entendía el sentir de la diosa, pero este era un tema que debía tratarse a la brevedad posible antes de que fuera demasiado tarde.

—Se perfectamente que esto suena inverosímil y por eso deseo hacer una alianza con ustedes —hablo ella con condescendencia —pues a pesar de que muchos crean que murió por su propio poder, lo cierto es que todos nosotros dudamos de que realmente eso haya pasado.

Era cierto que entre todas las facciones habían pactado no contarle a las futuras generaciones sobre la tragedia del "que no debe ser nombrado" pues fueron tiempos oscuros y crueles, lo recordaban muy bien como si fuera ayer, ni siquiera con la ayuda del dios bíblico creando las afamadas sacred gear no pudieron hacer mucho, y ese grado de confianza que los unía a Odín junto a Sirzech Serafall y Azazel y que en cierta forma les facilitaba los pormenores de la alianza tenían algo en común, en ese día fatídico donde se supone se levantaba el último bastión de defensa, la esperanza que había recaído en aquellos seres humanos que habían sido elegidos como poseedores de sacred gear.

[… …]

—¡Dios todo poderoso creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible e invisible, les ha conferido unos obsequios invaluables! ¡Y eso lo hizo porque una fuerza maligna desea acabar el mundo tal y como lo conocemos!... —gritaba Metatron vestido con una armadura opulenta y parado sobre un pedestal frente a un enorme grupo de jóvenes adolescentes que estaba reunidos —El infinito amor de nuestro dios padre es tal que decidió dar su vida para proteger a su amada creación y lo mínimo que podemos hacer es preservar el equilibrio tal y como lo conocemos.

Los jóvenes escuchaban atentamente. Los regentes máximos de cada panteón se mantenían expectantes.

—Y ahora que han culminado su entrenamiento deben utilizar las armas que nuestro sagrado dios padre les obsequio para hacerle frente a este ente del mal —materializando un círculo mágico se observó en las imágenes un sujeto híper musculado que reía de forma maniática mientras lanzaba esferas a diestra y siniestra destruyendo todo lo que estaba a su alcance. —dios padre cree que nosotros sus queridos hijos podrán hacer algo al respecto! Y por ese motivo les confió esta audaz tarea.

Algunos miraban horrorizados al ver a ese sujeto actuar de semejante manera, otros temblaban de miedo ya que esta era la primera vez que pelearían y al parecer ese sujeto los aplastaría como naranjas podridas como si fuera lo más normal de mundo entre sonoras carcajadas.

— ¡Acabar con esa bestia infernal es nuestra obligación! ¡Que Dios padre todo poderoso en el cielo bendiga nuestra causa y nos otorgue el éxito en nuestra misión!.

La noche era testigo de aquel momento donde un pequeño ejército de los poseedores de algunas sacred gears así como los portadores de las 15 longinus se preparaban para erradicar al ser que había llegado de otra dimensión pregonando muerte y destrucción y a pesar de la intrínseca labor que hicieron las facciones reunidas, de reunir a los dueños de las longinus algunos estaba convencidos de que ni siquiera con eso le harían un rasguño a ese maldito animal.

Pero antes de que la operación fuera puesta en marcha un estruendo sacudió el lugar entero había desaparecido a causa de una ráfaga de ki disparado por esa bestia infernal.

El monstruo había hecho acto de presencia para horror de los presentes.

—Así que era aquí, tal parece que todavía quedan muchos gusanos insignificantes que aplastar —Los dioses se sorprendieron por escucharle hablar pero ese tono destilaba maldad y una sed inconmensurable de sangre. —Con que esta es la fortaleza que servirá para matarme —rio con sorna un poco al ver el ejército conformado de adolescentes quienes eran los encargados de hacer labor.

—Metraton-sama, odin-sama por favor vayan del otro lado— decía el portador de la boosted gear apretando los puños de furia— Nosotros nos encargaremos de esto.

Ante lo dicho por parte de ese mocoso impertinente el monstruo empezó a reír a voz baja y ante la atónita mirada de los presentes, una esfera de ki verde se manifestó en una de sus palmas. Lo que su desdichada víctima le había dicho segundos antes de que muriera despedazado había sido verdad.

— ¡Así que era cierto después de todo! —dijo el para horror de los presentes, se había dado cuenta —Muy bien, por tratarse de bebes recién nacidos seré indulgente… ¡DEJEMOS QUE LA SUERTE DECIDA… QUIENES VAN A MORIR!.

—Es un mal nacido hijo de perra —Odín sudo balas gordas por la declaración del psicópata de cabellos verdes, debían forzosamente largarse de inmediato para impedir que esos bebes fueran aniquilados.

Y ante la cruda realidad ambos seres debían hacer lo que el chico de la boosted gear les había pedido, apretando fuertemente los puños en señal de impotencia, sabedor que esos pobres adolescentes serian aniquilados sin piedad.

De su mano formo una esfera verde oscuro y la lanzo al ejército de los poseedores de las sacred gear, pero al último instante la trayectoria cambio de rumbo y se estrelló en las profundidades del subsuelo a unos cuantos kilómetros de la base del último bastión, la explosión fue tremenda, muchos jóvenes observaron con lágrimas en los ojos la barbarie que acababa de acontecer. Pues muchos bebes y vidas en gestación acababan de ser aniquilados como si se tratasen de simples cucarachas.

Y ante la dantesca escena el maniático comenzó a reír a carcajada abierta demostrando su gozo y alegría, como si el matar a criaturas inocentes fuera cosa de ganar un premio en un parque de diversiones.

—¡NOOOOOOOO!… ¡ERES UN MALDITOOOOOOOOOOOOOO! —el poseedor de la longinus boosted gear no pudo soportarlo y tras unas lágrimas amargas bajando por sus parpados, se manifestó en su brazo un guantelete de color carmesí. Cuya gema empezó a gritar la palabra boost cada segundo.

No podía creer que ese miserable haya hecho semejante acto barbárico, ya tenían su resolución, harían pedazos al malnacido, así que los dueños de las longinus pasaron al frente del pequeño batallón mientras los que conformaban la retaguardia conjuraban sus artefactos para suplir de defensa y ataque de larga distancia. Era hora de iniciar con la operación.

La bestia con forma humana observo esto con un gozo enfermizo, y relamiéndose los labios apretó los puños, esperando que sus víctimas no se romperán rápidamente tendría algo de diversión; tras una ráfaga de viento fuerte se abalanzo como el salvaje que era dando inicio a la carnicería, pues su víctima más cercana resulto ser la portadora de Absolute Demise a quien le aplasto la cabeza en el acto desparramando los sesos por doquier, todo esto paso en un lapso corto del tiempo en el que la chica apenas recitaba el ritual para iniciar el proceso de congelación.

Sin pensar en la cruenta escena el portador de la true longinus se abalanzó hacia el sujeto intentando apuñalarlo con la lanza definitiva, pero al momento de que la lanza tocara el cuerpo de ese ser sintió que se quebraba como una galleta, el sujeto volvió a reír como maniático y para desmoronarlo y humillarlo el mismo se empalo con la lanza de modo que el cuerpo del dueño fuera atraído hacia él, al parecer ese monstruo infernal no conocía el significado de la palabra dolor.

Intento soltar su arma pero era demasiado tarde, usando el brazo con el que le aplasto la cabeza a la chica apretó una de las manos del dueño de la true longinus hasta curvearlo de forma que pareciera que estaba hecho de hule, el chico dio un desgarrador grito de dolor por tener hecho pedazos el brazo, pues esa bestia era tan caprichosa que el mismo estaba dispuesto a hacerse daño para satisfacer sus más retorcidas fantasías. Los dueños de sacred gear menos poderosas observaban con pavor la escena que acontecía como ese ser era tan sádico que se tomaba el tiempo para hacer sufrir a sus víctimas.

¡Boost!.

[Boosted gear: ¡balance breaker!]

Una enorme y poderosa armadura roja con orbes verdes, salió al ataque. Vengaría a sus hermanos caídos.

El sujeto sintió un puño en su cara, cosa que para él no era nada, pues solo le basto con arrojarle un manotazo para quitárselo de encima. Como si fuera una mosca insignificante y molesta.

Atravesó una colina cercana y quedo enterrado bajo sus escombros.

¡Divide!.

[Divine dividing: ¡Balance Breaker!]

La contra parte de la boosted gear, aquella que llevaba sellada al vanishing dragón posee la capacidad de dividir el poder del oponente por la mitad después de entrar en contacto físico con ellos cada 10 segundos, pero mermar el poder de esa bestia era parecido a querer sacar agua del océano con un vaso de agua, de hecho al desgraciado hijo de perra le divirtió de cierta manera que esa basura intentase mermar su poder.

— ¿Qué pasará si te arranco esas alas? —la portadora retrocedió de pavor cuando esos ojos blancos, irracionales, psicópatas de ese demonio se posaron sobre ella, pero al contemplar como varios de sus amados compañeros habían sido asesinados sin piedad, no se dejó amilanar.

— ¡Eso lo sabrás en la otra vida maldito miserable!.

¡Bam!

A pesar de haber recibido el poderoso golpe en la mejilla, por parte de la chica potenciado, de un usuario del twice critical y maximizando a más no poder la habilidad de dividir, no logro moverlo ni un miserable milímetro. Eso la asombro y aterrorizo.

El monstruo sonrió como el sádico enfermo mental que era, y voló velozmente para golpear de forma inmisericorde el abdomen de la portadora del divine dividing, y a pesar de no haberla golpeado tan fuerte, eso fue suficiente para hacerla vomitar grandes cantidades de sangre, pues sus huesos y órganos casi fueron pulverizados y su cuerpo termino atravesando una montan y dando a parar hacia el otro lado del mundo en el que se encontraban.

—Hmp, basura débil.

La primera hakuryuukou había desaparecido de esta vida.

—¡Muere maldito animal!, ¡Sword Birth!.

Ante el grito de otra furiosa chica, millares de espadas salieron del suelo, con la esperanza de empalarlo sin éxito. Pues estas se rompían al contacto con el cuerpo de este llenándola de terror e incredulidad. ¿Acaso estaba hecho de acero?.

El sujeto se lanzó contra ella, pero una gigantesca espada intento detenerlo. La cual fallo, llevándose de frente al portadora de la Sword birth y al de Blade Blacksmith. Quienes salieron disparados contra el bosque, cuyos remanentes desperdigados de huesos, sangre y vísceras conformaban el camino que la senda de la destrucción había trazado, ante la mirada horrorizada del primer sekiryuutei.

Cuando la atención de la bestia de cabellos verdes se posó en el algo inesperado paso

¡Bam!.

Algo aplasto al imponente ser, creando un terremoto fuerte y un gran cráter por la fuerza ejercida. El primer sekiryuutei observaba este hecho con asombro, pues su vida fue salvada de forma irónica, por otro monstruo. Uno colosal y que no estaba solo.

La legión de titánicos seres se acercaban al lugar, sus pisadas estremecían el lugar por lo pesadas que eran. El portador de Ddraig se alteró un poco, creyendo que eran amenazas nuevas. Estaba a punto de atacar pero fue detenido, el responsable fue el que los había invocado.

— ¡No te quedes ahí! —un chico mal herido estaba parado en una roca— ¡debemos irnos!, ¡mis bestias no detendrán por mucho tiempo a ese maldito animal!

Aquel chico era el portador del Annihilatión Maker, siendo seguido por sus compañeros, emprendieron la huida. Dejando a los monstruos como la última barrera que a duras penas les serviría para arañar algo de tiempo.

—Que seres tan frágiles y patéticos —mencionaba el miserable ileso y con un toque marcado de burla quien todavía estaba dentro del cráter. Con una sola mano detenía el inmenso puño del monstruo gigante, el cuál hacía un esfuerzo sobrenatural tratando de aplastarlo. Sin lograr nada —son basuras insignificantes que solo sirven para ser asesinados.

La escena era apocalíptica, lo que alguna vez había sido el primer y grandioso batallón de seres humanos que habían nacido con artefactos casi divinos, solo quedaban de ellos pedazos de carne y profusas sendas de sangre desparramados por todo el lugar, ¡maldición! hasta la primer hakuryuukou había sido asesinada de forma miserable.

Luego siguió su matanza contra los gigantes, los cuales eran brutalmente masacrados. Sonrió con sadismo al ver que aparecían más y más, pues el continuaría arrancando cabezas, aplastando extremidades empalando torsos, todo lo que su perversa mente pudiera concebir; bestias voladoras ahora lo atacaban, siendo bestias sin descripción, pero muy feroces. Aun así, no lograban nada, eran despedazados junto a los gigantes, ya sea con ataques físicos o de energía. Era un ser implacable.

Empezó a descender velozmente, del bosque casi destruido que cubría el suelo, incontables disparos de distintas naturalezas salieron contra él, tratando de repelerlo cosa que obviamente no lograron ya que esos ataques no le hacían nada a la bestia quien continuaba con su descenso sin bajar la velocidad.

¡Boooom!.

Se estrelló en el suelo creando un cráter de un diámetro descomunal seguido de un terremoto cuya magnitud superaría los 10 grados en la escala de Richter, mandando a volar a las criaturas que disparaban desde el suelo.

[… …]

La zona a la que había llegado, parecía haber cambiado drásticamente pues cualquiera que lo observaría llegaría a la conclusión de que fue cambiado gracias a un ataque coordinado y de proporciones gigantescas cuyo único propósito fuese el de aniquilar toda forma de vida, con un sentimiento de inferioridad y desesperanza afloro en el alma y mente de Serafall leviatán.

Era un cementerio.

El olor a hierro invadía las fosas nasales de la maou hasta al punto de hacerle sentir arcadas, pues a pesar de haberse a adelantado a sus colegas al momento de viajar hasta el corazón de la última resistencia por momentos paso por su cabeza tirar la toalla y mandar todo al carajo.

Pero también tenía la determinación de ser lo más útil quien se pudiera para ayudar a todas las facciones a aniquilar a ese monstruo para que las futuras generaciones tuvieran un futuro mejor y por esa razón estaba determinada a acabar con esa maldita pesadilla, aun si se le va la vida en ello.

Fue cuando a unos cuantos metros observo que la hecatombe estaba lejos de terminar, pues cientos y cientos de bestias estaban peleando, o más bien el termino correcto sería, estaban siendo despedazados uno por uno gracias a ese infeliz pudo deducir que se trataba de una medida desesperada posiblemente al haber pocos sobrevivientes y de ser testigo de ´primera mano, supo que el malnacido monstruo se tomó el tiempo para matar de formas despiadadas y cruentas a los que se atreverán a encararle.

Serafall pelearía sin importar que, sin importar como.

Rápidamente fue volando hacia la escaramuza y observo a lo lejos como los monstruos titánicos caían como edificios derrumbados gracias a la inconmensurable e incompresible fuerza de aquel horrido y desgraciado ser; por momentos dudo, el miedo la invadió, pero al recordar como muchos de sus amigos y familiares perecieron a manos de ese maldito le dio la motivación suficiente para encararlo aun si lo único que le aguardara fuese la muerte.

Frente a la enorme pila de gigantescos cadáveres se encontraba jadeante el portador de la true longinus, que vio como factible la solución de cortarse el brazo pues literalmente lo tenía hecho mierda y la capacidad del primer portador del twilight healing no era tan basta como para regenerar a nivel atómico una herida de semejante calibre. Su plan fue simular su muerte aprovechando la distracción de esas bestias creadas por la anihilation maker para darle a sus amigos más tiempo para querer pudieran huir a otro lugar para volver a armar otro plan.

Aunque a estas alturas dudaba de que existiera un lugar seguro.

Para estas alturas tenia activada la true idea y a pesar de tener la voluntad, la suerte y la bendición de dios padre de su lado tristemente solo le servía para darle un poco de entretenimiento a ese malnacido, eso sumado al hecho de que ya no tenía un brazo y que la propia bendición de la lanza sagrada podría fenecer en cualquier momento.

—Arriba ese ánimo, no te rindas todavía.

La maou en escena cuando el maldito estaba a punto de barrer con toda la zona al impacientarse de no acabar rápidamente con el portador creando una intensa cortina de vapor para así nublar la visión de ese maldito, pero Serafall sabía perfectamente que eso no ser vivía de mucho y aprovechando la bendición de la lanza se dispuso a crear uno de sus ataques más poderosos sin importarle el tiempo que le iba a tomar, pues pudo observar que la voluntad de dios estaba del lado de ellos uniéndose a la causa de erradicar ese mal.

Y vaya que la demonio no se equivocó, pues de un simple manotazo la niebla se disipo temerosa de cruzarse en su camino. Pero para fortuna de ambos la bendición de la lanza fue un factor clave, pues al momento de acabar el efecto de la true idea la técnica mortal y más poderosa de Serafall estaba terminada.

¡Celsius Cross Trigger!

La ráfaga de hielo fue tan poderosa que tenía el poder suficiente para congelar el planeta tierra 2 veces pero ella se aseguró específicamente en concentrarla en un solo punto para que toda la magnitud del ataque la recibiera ese malnacido, ¡y vaya que se esforzó! pues la temperatura de la técnica fue tan versátil que estuvo cerca de cerca de alcanzar el cero absoluto; un hecho sin precedentes, pues aunque fuera un repugnante demonio que hace eones había caído de la gracia del señor, el dios padre en su infinita misericordia le otorgo gustoso su ayuda para salvar a sus hijos del inminente apocalipsis que el no provoco.

—Lo… logro —decía este admirando como una parte de la zona estaba completamente congelada de un color cromo que indicaba que cualquier ser vivo fuese petrificado gracias al inmenso frio.

Serafall quiso creer que al fin habían hallado la forma de acabar con él, probablemente le ordenaría al portador crear un sello divino para mantener a la bestia aprisionada y al fin el mundo despertara de esa horrible pesadilla.

Pobres… no se imaginaban que esto aún no había acabado…

A pesar de que la temperatura era absurdamente baja y que el monstruo parecía una estatua esculpida de hielo, de esta misma comenzaron a aparecer pequeñas fisuras que avanzaban rápidamente hasta que ocurrió lo imposible.

¡Crash!.

Se libero fácilmente.

— ¿Que se supone que fue eso maldita basura? .

Ambos retrocedieron en señal primitiva de pavor negándose a creer que esto estuviera pasando.

—No… no… no puede —Serafall esta vez había perdido las esperanzas pues el maldito avanzaba lentamente hacia ellos dispuestos a matarlos sin piedad —me niego a aceptarlo.

El chico menos impactado y aceptando su destino tenía guardado un último haz bajo la manga, pues su misma juventud y experiencia le dictaron que los seres más importantes de cada criatura sobre natural debían sobrevivir a toda costa, ya que estos contaban con la sabiduría suficiente de poder idear otro plan para hablar este mundo, él lo creía con determinación.

—Serafall sama —El chico observaba al frente sin dedicarle una mirada a la maou al mismo tiempo que un orbe se formaba en la punta de la lanza —Gracias por todo.

Ella no entendía a que se refería hasta que de repente otro portal había aparecido detrás de ella creado por el brillo del orbe de la lanza.

Atsusa Ratana

[…◇…]

Los portadores llegaron hasta donde estaban siendo evacuados los sobrevivientes o eso pensaba

Pues los restos del imponente bunker en el que los niños recién nacidos y otros cuya primavera de la niñez apenas daba inicio ya no existía. Esos pobres bebes… ¿qué pecado habían cometido para merecer esa clase de final?.

Frigg caminaba a pasos trémulos y ojos vacíos, parecía una robot o una zombie sin un ápice de cordura y voluntad pues cada paso que daba, al parecer lo hacía de forma inconsciente pues hubiera preferido mil veces entregar su vida a cambio para salvar al de esos bebes quienes perecieron por la cruenta explosión; no pudo hacer nada para proteger a esos hermosos bebes.

Un par de soldados cargaban a un par de recién nacidos quienes de milagro habían salido vivos tras esa barbárica explosión y que aunque estaban felices ten. De hecho no solo Frigg era quien se encontraba a punto de caer en el abismo de la demencia.

Pues protegía casi con recelo un pequeño bulto enrollado en mantas blancas parcialmente chamuscadas y con salpicaduras de sangre, pues a pesar de eso, parecía no importarle en lo más mínimo pues aprovechaba de momento en cantarle una canción de cuna a dicho bulto que cargaba entre sus brazos.

—Yo te protejo, de cualquier cosa… no llores más, aquí estoy…

Los que aún no perdían por completo la cordura observaban con lastima la escena deprimente, más por el pequeño retoño que yacía sin vida entre los brazos de la diosa madre de Asgard, quien para no ceder a la locura se aferraba con la idea de que aquel infante sin vida que cargaba entre sus brazos era otro sobreviviente más. Y es que Frigg no solo era una diosa importante, era una madre abnegada no importaban si esos bebes eran Humanos o seres sobrenaturales, para ella eran hijos que debía cuidar.

Asgard y el cielo estaban en una pequeña alianza, todo para entrenar a los seres humanos quienes nacieron con la bendición, o en este caso una maldición de nacer con esos artilugios especiales que servirían para derrotar a ese maldito monstruo. Pero no sirvió de nada.

Probablemente el último de sus bastiones había Perecido.

Para los sobrevivientes ver a alguien tan especial y maravilloso como Frigg en ese estado era algo desgarrador, quizás el destino quiso hacerle ver a realidad o quizás conspiro en su contra para joder más su mente al momento de enviar que una pequeña ventisca de aire que le golpeo el rostro y el bulto que cargaba entre sus brazos se deshizo en cenizas que el viento se llevó.

Eso fue la gota que derramo el vaso.

— ¡Frigg-sama! —uno de los portadores trataba de hacerla entrar en razón, pero no lo lograba. Sus ojos estaban sin vida solo se enfocaban en mirar la trayectoria con la que las cenizas del pequeño bebe se habían escapado con la brisa del viento— ¡debemos irnos!, ¡por favor reaccione!

Mientras los sobrevivientes trataban de retirarse, el monstruo seguía siendo retenido por los demás. Aunque no por mucho tiempo.

Cuando estaban a punto de llegar a un pequeño yermo que servía para no llamar la atención y ocultarse del monstruo para recuperarse de sus heridas y contactarse con los lideres de las facciones, de repente sintieron un gran impacto producido por un meteoro.

Aunque hubieran deseado ciertamente que un meteoro lo hubiese provocado en lugar del monstruo que había hasta donde se encontraban.

— ¡E-Es un maldito monstruo! —uno de los soldados mencionaba aterrado mientras retrocedía.

Estaba extasiado, para este punto su cuerpo estaba casi cubierto de sangre y algunos intestinos que terminaban de adornar su grotesca figura, presuntamente dichos órganos pertenecían al portador de la true longinus que con su último aliento ayudo a Serafall a escapar. Y pareciera que estar empapado de sangre y viseras de sus desafortunadas victimas le llenara de gozo y alegría ya que quería seguir desfogando sus ganas de seguir luchando. De seguir matando sin paragón ni descanso.

Tenía la true longinus clavada en su espalda, sin mostrar signos de molestia o dolor. Para más terror, el solo se la saco y la lanzo al frente de ellos. Quedando clavado ahí mismo.

Segundos después…..desapareció.

Para este punto ya no importaba en pensar en las consecuencias de usar indiscriminadamente su longinus, sus hermanos habían muerto con el propósito de que en caso de que la estrategia fallara los lideres pensaran en otro plan.

—¡Groaaaaar!.

El resto de bestias recién invocadas, se enfocaron e lanzar potentes ataques energía, fuego, rayos, lo que sea, pero no lograban nada.

Una poderosa barrera circular verde y brillante lo rodeaba, era indestructible al parecer. Nada podía traspasarla, pero en eso, cuando terminaron de atacarlo, concentro su energía en sus manos juntas. Creando una esfera de poder inmensa, la cual lanzó contra los monstruos, desintegrando a aquellos que tuvieron la desgracia y mala suerte de estar frente a el.

La esfera siguió su camino, creando una senda de destrucción, hasta estrellarse en una montaña. La cual fue destrozada por una explosión comparable al de una bomba nuclear, la onda expansiva fue tan fuerte que derribo a todos, casi cambiando todo el panorama del lugar. Era algo irreal todo ese poder que poseía.

—Erik… No…—El portador de la boosted gear, sostenía el cuerpo del chico que le había salvado la vida en esos momentos.

El dueño de la Annihilatión Maker había muerto por culpa del agotamiento ya que su energía fue drenada a cero. Uno de los efectos colaterales de esa longinus.

Solo podían llorar su muerte, más no llevar su cuerpo. Ya que sería una carga, sonaba cruel, pero debía ser así. Cuando esto acabara, vendrían por los cuerpos y les darían la sepultura adecuada. Pero no ahora.

Muerte y más muerte, traía ese sujeto solo desgracia y dolor ale auguraban a los infelices que se cruzaran por su camino.

¡Booooom!.

Una segunda y poderosa explosión se generó, mandándolos a volar por la onda expansiva. Ya no había casi nada en ese sitio.

—¡¿Ugh?!, ¡m-maldita sea!, ¡no ahora!. ¡Mi poder esta todo acumulado! —el sujeto empezaba a quejarse agarrándose la cabeza y temblando—¡Necesito expulsarlo! ¡Gaaaaaah!.

Todos los que habían sobrevivido a ese ataque sorpresa, vieron con terror, como el sujeto estaba ahora frente a ellos. Había eliminado a todos los monstruos y a casi todo el batallon de seres humanos con sacred gear.

—¿Q-Que le pasa a ese tipo? —preguntaba aterrado uno de los soldados aterrados.

—¡No importa!, ¡es nuestra oportunidad de huir!.

Ahora lo veían retorcerse en el aire, como si estuviera sufriendo una de las más grandes agonías. Su cuerpo brillaba descontroladamente. Pero no era tiempo para analizar que le pasaba a ese tipo, sino que tenían una oportunidad de oro para huir y no debían desperdiciarla.

¡Flooooooosh!.

Tras un grito desgarrador, para terror de los sobrevivientes, empezó a descargar una serie de incontables disparos de energía. Los cuales se dirigían hacia todos los lados posibles.

En eso, los pocos usuarios que quedaban saltaron en frente de los demás para protegerlos. Activando sus sacred gears.

—¡Mirror Alice!.

—¡Night reflexión!.

—¡Sturdy Saint!.

Varias habilidades defensivas se activaron, pero no sirvieron de mucho, ya que a pesar de bloquear esos ataques y lograr la proeza de desviar o regresarle otros, al final era demasiado poderosos y terminaron destruidos. Así como la zona.

Cuando la última esfera estuvo a punto de impactar a los pocos que quedaban que nada más fueron 2 solados asgardianos y la propia diosa que tenía en su resguardo a los dos bebes, enfoco su poder para crear una poderosa barrera ya que la bola de energía los impactaría irremediablemente.

—Por favor disculpe nuestra incompetencia.

Una vez que el sekiryuutei se despidió de ellos creo varias cargar para amortiguar la gran explosión que se les venía encima, desintegrando casi toda la zona de batalla y entrenamiento. Dejando un gran caos en toda la zona. Cuando esa bestia que le encantaba autoproclamarse como demonio se tranquilizó, chasqueo su lengua en señal de molestia. Mato a todos y ahora no había con quien divertirse.

Así que se fue de ahí volando a gran velocidad abandonado la zona. Estaba totalmente desértico.

Pero una gran roca se movía cada cierto tiempo, hasta que se desplomo. Dejando ver a la diosa Frigg muy lastimada y con sus ropajes muy destrozados. Estaba devastada y abrumada por todo esto.

Veía el panorama, ahora lo que era un valle hermoso, no era más que un triste y deprimente desierto. Ninguna señal de vida había ahí, ni siquiera ese monstruo. Cayo de rodillas, mientras contemplaba toda la destrucción. No lloraba, ya sea por el shock o porque ya había usado hasta las últimas de sus lágrimas, cualquiera de esas opciones era válida. Había perdido la esperanza.

Pero a pesar de la vorágine que arrasó con todo la diosa fue salvada por el portador de la true longinus, que en su último esfuerzo antes de caer en las manos de ese bastardo, activo una habilidad prohibida para protegerla ya que su existencia era mucho más que vital.

Aquellos que se supone que iban a ser el arma definitiva contra ese monstruo, terminaron siendo aniquilados por ese despreciable ser. Incluso el portador del Twiling Healing estaba a un lado de ella, o al menos una parte de el. Su brazo a decir verdad.

El anillo de desmaterializo segundos después.

No había esperanza, era el fin y no por culpa del ragnarok de Asgard o el apocalipsis de la biblia, sino por ese monstruo salido de quien sabe dónde. Sin duda era el final.

—Hmm…

O talvez no.

Corrió hasta donde había escuchado ese quejido, casi se cae pero logro mantenerse. Llegando vio algo que le devolvió un poco de esperanza.

Eran el par de bebes que aun cuidaba todavía seguían con vida, lastimados e inconscientes esos mismos que habían sobrevivido a la barbárica explosión que aconteció en aquel bunker, era un milagro que aun siguieran vivos una vez más. Los tomo en sus brazos y los llevo a sus pechos, ahora si llorando de felicidad. Al menos si hubo un par de sobrevivientes.

De repente, sin que se diera cuenta, un portal se abría atrás de el. Saliendo varios soldados asgardianos, además del mismo padre de todos. Dirigiéndose hacia su esposa, tratando de que vuelva en sí, pero no podía. Aunque estaba en un estado de shock, reaccionaba de forma violenta cuando trataban de alejarla de los bebés. Así que se los dejaron.

Se fueron del lugar al verificar que ya no había nadie más quien salvar.

[…◇…]

Había un silencio mortuorio en esa sala, pues para ellos fue difícil y desgarrador recordar esos días que fueron oscuros y terribles. Aun peor, que cuando aquellos seres de poder inconmensurable, llegaron a la tierra hace eones de años.

Pero ese sujeto era mucho peor.

Para evitar el caos hasta estos días, se dio un decreto entre las facciones. Borrar todo registro de ese ser y sus indescriptibles hazañas, no dejar nada, excepto en las memorias de sus líderes y sujetos de alto rango. No querían saber nada de esos tiempos de casi extinción.

Muchas cosas fueron cubiertas y modificadas, como que las S.G fueron creadas por Dios para aumentar la producción de milagros y matar dioses, cuando la realidad era, que fueron creadas tratando de matar a esa bestia. Ese fue su motivo.

Odín estaba pensativo, analizando el sueño de Serafall, la verdad era que el también tenían dudas. Posiblemente sea un sueño profético, talvez no. Eso solo lo podía saber el destino, porque esa bestia era inimaginablemente poderosa. Si su propio poder lo mato, debió ser hace mucho tiempo atrás, no cuando dejo una masacre atrás de él. No tenía sentido alguno.

Sentía que ese monstruo estaba por ahí, esperando el momento adecuado para salir nuevamente. Creando caos y destrucción.

—Puede parecer absurdo pero ya sabemos lo que es capaz de hacer ese monstruo—decía Odín mientras se acariciaba su gran barba —han pasado milenios y nuestros mundos, así como la tierra, todavía no han terminado de sanar así que opino aun contra todo pronóstico debemos prepararnos—varios de los oyentes asintieron en señal de apoyo al padre de todo—demás tenemos a Trunks de nuestro laso, he tenido la fortuna de convivir con él durante este tiempo y les puedo asegurar que se jugaría la vida para ayudar a las personas que se vieran amenazadas en caso del que el innombrable pueda aparecer —decía este con seguridad en sus palabras—y además algo me dice que Trunks es más fuerte que esta bestia —exclamo el padre de todo sorprendiendo a los presentes, inclusive Serafall quedo impactada con la noticia.

Unos estaban incrédulos, otros muy dudosos y confusos, pues casi no conocían al chico y decir eso de el, sería demasiado a decir verdad. Aunque les intrigaba toda esa fe que el padre de todos le tenia a ese chico.

Pero Odín y su esposa sabían de lo que hablaban, no lo decían porque si. Ellos lo habían visto, todo su poder tras la última pelea que ocurrió en su extinto mundo y línea temporal. Nadie sobreviviría a eso sin tener un poder inmenso, una poderosa determinación y voluntad inquebrantable. Todo eso lo sabían esos dos.

Fueron honrados al ver las memorias de Trunks, eso fue suficiente para tenerles la suficiente fe. El que no podía ser nombrado tendría a su igual si llegara a reaparecer.

—¿No tienen mucha esperanza en ese chico? —pregunto Vidar viendo a los dioses progenitores—eso que dicen podría ser una exageración.

—No digo un hecho—respondía Odín con su porte solemne—es solo la creencia de un viejo sabio jojojo.

—Pero de ser así, también podría ser un peligro—Serafall tomaba la palabra, seria como nunca antes—¿no debería ser vigilado?.

Serafall no era mala, era una buena chica a pesar de ser un demonio, incluso admitía que el chico peliazul, le agradaba mucho más de lo que cualquiera creería. Pero su miedo era aun más grande, sus temores y traumas la atormentaban. Viendo al hibrido como una posible amenaza.

Todos en la sala comenzaron a creer en lo mismo, murmurando y soltando unas ideas. Pues era cierto lo que decía Serafall, podría ser una amenaza latente, era extremadamente poderoso, ¿Cuánto le tomaría en corromperse por su propio poder?. Todo mortal cae en la tentación y avaricia.

De ser así, deberían tomar cartas en el asunto. No tendrían más opción.

Odín solo estaba pensativo, sobando su extensa barba, también escuchaba las opiniones de los demás y sentir los temores latentes de estos. Pero luego empezó a reír, para consternación de todos. Los cuales no entendían cual era la gracia.

—Piensan demasiado, sacan conclusiones demasiado apresuradas. El chico no se corromperá—mencionaba confiado el padre de todos—yo puedo dar fe de eso.

—¿Cómo puedes estar tan seguro? —preguntaba dudoso—Balder observando a sus padres.

—Hijo nuestro, solo créenos—Frigg tomaba la palabra—sabemos porque lo decimos.

Toda la sala quedo en silencio, pues no entendían el porque los líderes de Asgard tenían tanta fe y calma por ese chico. Algo sabían ellos y no lo contaban.

Mientras que Odín y Frigg solo se mantenían sentados y tranquilos mientras todos los veían.

—Bueno volviendo al tema, es una excelente noticia; les prometo que pronto comenzaremos con los preparativos para que la unión para firmar la paz entre las tres facciones de comienzo —decía ella con una sonrisa jovial, hasta que de repente su expresión cambio radicalmente por una de extrema seriedad —muy bien ahora quisiera tratar otro asunto también que es de gran importancia.

Los presentes miraron a Serafall con seriedad también, quizás porque el asunto que quería tratar era igual de importante que el primero, ya que los rumores de un grupo para militar formado por los demonios de la antigua facción estaban haciéndose notar más y más.

—¿De qué se trata Serafall-sama? —hablo Freyja en señal de expectación para saber de inmediato ese otro asunto de gran importancia que la maou quería tratar cuanto antes

—Muy bien se los diré —dijo la maou mirando a su similar a los ojos —y ese es... —todos los dioses intensificaron su mirada — ¡Que quisiera hacer el trailer de la película de miracle Levi-tan en Asgard!

Un fuerte sonido se escuchó en la antesala, producto de que los dioses habían caído de espaldas por reverenda estupidez… ¡Tanto drama por nada! esa chica mágica empedernida no tenía remedio alguno.

—Ojojojojo—reía divertido Odín por las ocurrencias de esta chica.

Toda esta conversación fue escuchada por el dios que muchos evitaban por tener ideas radicales y exageradas, pero no era para menos, pues el dios del mal quería saber los detalles para iniciar su destino y sumir al mundo bajo el ragnarok pero la revelación de dicha reunión fue algo que le tomó por sorpresa y haría trastabillar sus planes, como olvidar cuando estuvo a punto de morir a manos de esa maldita la bestia de cabello verde.

Debía adelantarse y por suerte ya sabía que curso de acción tomar, ni siquiera ese Trunks sería capaz de frenar el arma que usaría para traer el fin de todo.

"Esta hecho…"

Esa voz repentinamente se oyó dentro de su mente, eso lo hizo sonreír disimuladamente.

Sin que nadie lo notara, se fue de ahí por un circulo mágico. No tenía nada que hacer ahí de todos modos y nadie notaria su ausencia, no es que fuera el dios más sociable a fin de cuentas. Tenía otros planes y debía ejecutarlos a como de lugar, ese era su destino. Lo cumpliría sin contratiempos.

[…◇…]

Volvió al sitio nevado, donde pareciera que la tormenta nevada nunca acaba, pero esto no era molestia para el. Era un poderoso dios a fin de cuentas, para el, esto solo era una brisa. Nada que lograra crearle un problema, así que solo se dirigió hacia donde se supone estaban esperándolo. Encontrando al sujeto.

Frente a el, estaba un ser, cubierto por pieles hasta el rincón más oculto de su cuerpo, venía con una envoltura de pieles igual en sus brazos. El dios floto frente a el con parsimonia y tranquilidad.

El dios sonrió al ver aquel envoltorio en sus manos.

—Veo que ya has acabado—respondió con gozo, pero calmado. No podía mostrar una faceta distinta a un dios digno ante nadie—a eso le llamo profesionalismo.

—Dejémonos de formalidades y falso respeto, sabemos que no me respetas para nada. Estoy al tanto de eso —mencionaba sin ofenderse aquel ser, pero en su voz se notaba el tono de desinterés—solo soy una mera escoria ante tus ojos.

—Je, me alegra que estén al tanto de tu posición ante mi—respondía con arrogancia y diversión—¿Dónde esta lo mío?.

El ser le extendió aquel envoltorio de pieles y Loki las tomo, con paciencia la desenvolvió y sonrió con locura cuando vio el contenido, era lo que el esperaba obtener. Un poder que incluso el propio asgard temía.

Una caja azul y un anillo dorado, este último artefacto era el más peligroso entre todos. Lo tomo entre sus dedos para admirarlo mejor, era hermoso y al mismo tiempo, tan maligno. Era una verdadera obra de arte, podía verla brillar a pesar de no haber sol o luz de estrellas. Desbordaba un poder inmenso y maligno. Este era el poder que necesitaba para cumplir con su destino.

Podría traer el Ragnarok.

—Esos han sido los artículos más peligrosos que he creado en todos mis siglos de vida—mencionaba el ser con parsimonia en su voz—son muy poderosos, majestuosos y malignos sobre todo. Dignos de alguien como tu—Loki solo reía ligeramente por esas palabras—no se si estas demente por querer tener esto.

—Puede ser—mencionaba el dios sin importarle la opinión de ese tipo—pero así soy yo, ¿Qué puedo hacer? —guardaba la caja y el anillo en un sello circular—has hecho un espectacular trabajo, digno de un herrero de tu calibre.

—Te agradecería por el halago, pero se que es algo vacío. No te sale del corazón—el sujeto dio media vuelta y empezaba a irse, ya no tenia nada más que hacer ahí—me retiro a mis fraguas, este clima es un tormento. Necesito el calor de mi hogar.

—Claro, me lo imagino—mencionaba Loki malicioso y con otros planes—por cierto, dime algo. ¿Hay alguien que pueda replicar tu trabajo?.

—¿Por qué preguntas? —paro su andar sin voltear a verlo.

—Solo es una duda.

El elfo oscuro no era idiota, tenia miles de años encima, Loki se tramaba algo contra el y sabía perfectamente bien de que se trataba. Aun así no tenia miedo.

El ya se había anticipado a esto.

—No, este tipo de trabajos. Solo yo puedo hacerlos—con esa respuesta, Loki sonrió aun mas, sin que el elfo lo notara (o eso creía) empezó a formar una esfera de energía—pero a mis creaciones, nunca las dejo desprotegidas. Siempre les pongo un seguro.

Loki dejo de cargar su ataque ante esa revelación.

—¿Qué tipo de seguro? —preguntaba curioso el dios del engaño.

—Mi vida es la de ellos—menciono tranquilo, confundiendo aun más al dios. El elfo suspiro al verlo confundido—mi esencia espiritual esta en cada una de mis creaciones, mi vida esta ligada a ellas. Si yo muero, dejan de funcionar y se destruyen. Así de simple.

—¿Qué? —pregunto conmocionado el dios del engaño al ver a donde iba todo esto.

—No soy tonto, ¿Cómo crees que he sobrevivido todos estos años? Gracias a mi sabiduría e inteligencia—respondía calmado y sereno, sin notar como Loki se enojaba demasiado con el—he tenido a muchos que me han buscado para crear armas y artilugios únicos, para luego intentar matarme. Así no podría replicarlas o destruirlas—Loki apretaba sus puños y dientes en ira por esa información—por eso decidí ligar mi vida a mis creaciones, para que el día que muera, todas dejen de funcionar y sean destruidas. Ingenioso ¿no? —volteaba a ver a Loki por encima de su hombro.

—Maldito mortal…

—Aun si soy capturado y torturado al borde de la muerte, si mi alma es atrapada solo para que no muera. Tampoco funcionaria—mencionaba viendo sus manos, sabiendo que tal parecía su vida, estaba llegando a su final—mis artefactos no funcionarían correctamente, esa es mi firma. Debo estar totalmente vivo e ileso para que funcionen.

¡Booooom!.

Sintió un poder inmenso explotar, tanto así, que el viento de la tormenta se desviaba y movía sus ropas. Aún así, seguía imperturbable. No tenía ni un ápice de miedo.

Loki furioso, explotó su poder divino, estaba incrédulo y muy alterado. Fue engañado por un simple mortal, un elfo oscuro. ¡El era el dios del engaño!, ¡¿Cómo era posible?!. ¡No podía ser cierto!.

—¿Hay algún problema Loki? —preguntaba tranquilo y volteándolo a ver—te veo un poco tenso y enojado.

—¿Cómo fue que te antepusiste a esto? —pregunto manteniendo toda la calma que pudiera.

—Oh pequeño gigante de hielo—mencionaba divertido, molestando aun más al dios—podrás ser el dios del engaño ahora, pero yo nací mucho antes que tu. Tengo una edad que jamás podrías entender—respondía observando directamente al dios furioso, no estaba temeroso. En realidad le daba gracia—no ha sido mi poder lo que me ha mantenido con vida todos estos años, sino mi experiencia adquirida y mi ingenio. Eso supera cualquier obstaculo.

El dios apago su poder, pero aun veía con furia al elfo oscuro, el cual seguía ahí parado como si nada. Rechinaba sus dientes por no mostrar el debido respeto y temor, a un dios como el. Maldito blasfemo.

Pero no podía hacer nada, si lo mataba, todo su plan se vendría abajo. Esto era tan humillante para el.

—Si sabías que haría eso, ¿Por qué me has ayudado?.

El elfo solo suspiro y vio sus manos enguantados de piel, había un motivo para que lo ayude en esta demencia de plan. Uno que para el era aceptable.

—Estoy muriendo Loki—informó sorprendiendo un poco al dios nórdico—una enfermedad esta consumiendo mi vida, he visto a santos y hechiceros, en distintas facciones e incluso medico humanos y todos han llegado a la misma conclusión. No hay cura.

—¿Oh?, ya veo—mencionaba con burla y diversión el dio—¿acaso tu idea es que te ayude a curarte?.

—Por Odín, claro que no. Es imposible—respondía el elfo burlista y hasta carcajeándose un poco—si los médicos y santeros de las diferentes facciones no lograron nada, ¿Qué podrías hacer tu?. Eres tan inútil como ellos.

—Maldito hablador—respondía con ira el dios del engaño e impotente por no poder matarlo—¿Qué es lo que quieres entonces?.

El elfo vio directamente al dios y se acerco a el, Loki no entendía que quería lograr esa criatura con el. Aunque tampoco era como si le interesara a fin de cuentas.

—Quiero irme de forma histórica—menciono confundiendo al dios—no quiero que esta enfermedad tome mi vida, quiero irme bajo mis términos. Morir en un evento tan importante, que haga eco en todos los mundos existentes. Y solo hay uno que me podría dar todo eso.

—El ragnarok—mencionaba Loki entendiendo a donde quería llegar—maldito viejo infeliz, ese evento es mi gloria propia. ¡No tienes derecho!.

—Y tu no tienes opción—respondía el elfo oscuro nuevamente retomando su camino—de hecho, pasara quieras o no. Solo debes hacer el ragnarok y ya.

El elfo oscuro se fue de ahí en un hechizo de tele-transporte, dejando furioso al dios del engaño. Este chisto en molestia al verse engañado, pero no podía hacer nada. Solo seguir con sus planes.

[… …]

Un día bonito y cálido, en las nevadas tierras de asgard también las había. En ella vivía una hermosa mujer de cabello plateado largo, una belleza muy bien atribuida para cualquiera que la viera. Pero aún así, seguía soltera. Algo que le afectaba muy a menudo.

Pero trataba de que eso no la afectara tanto, palabra clave TRATABA.

Estaba perezosa, incluso bostezaba en su cama, pero sabía que tenia un trabajo que hacer y cuidar. No podía darse el lujo de perderlo, se había esforzado por ganar ese puesto. Le costo, sudor, lagrimas y sangre.

Así que se aseo y bajo a desayunar, aun estaba un poco oscuro afuera al ser demasiado temprano. Pero podía oler un buen desayuno, abriéndole el apetito. Esperaba que este día sea algo interesante, pues ser una de las valkyria personal de Odín, no era algo muy fácil de ser. Peor cuando el padre de todos era un pervertido.

No hacía nada con ella, pues la respetaba al ser la nieta de Gondül. Pero debía soportar como se la pasaba de pervertido y manoseador con otras mujeres, siempre debía controlarlo y regañarlo. Le era increíble que Frigg lo soportara todo este tiempo.

—Rossweisse—le llamaba una anciana desde la cocina—buenos días.

—Abuela Gondül, buenos días—se sentaba en la mesa para luego empezar a comer—otro día en mi vida.

—Juraría que este era tu trabajo soñado—mencionaba la anciana sentándose frente a ella—no me digas, Odín nuevamente haciendo de las suyas—mencionaba y su nieta asentía apenada—ese viejo no cambiara jamás—suspiraba la anciana.

—Bueno abuela, ya debo irme—mencionaba la peliplatina besándole la frente—nos vemos después.

—Cuídate.

La valkirya salió de su hogar, aun suspirando por un nuevo día de trabajo. Pero no iba a quejarse.

Algo le decía que este seria un día interesante.