Ronaldc V2:

*Inhala y exhala calmadamente* A ver ¿Cómo digo esto de forma amigable? ¡Ah si!...¿que porquerías estas diciendo?.

Esto no es un libro o historia verídica o profesional, una historia real. Tan solo una historia ficticia.

Aclaremos algo hermano ¿sabes que es un fanfic? Es plasmar el libre albedrío de nuestra imaginación en una historia nueva o ya conocida, darle la forma que nosotros queramos, la forma en que nosotros hubiéramos querido que sucedieran las cosas. Al menos así es como yo lo veo.

Así que si me da la gana de hacer que la espada Z tenga poderes ocultos, lo hago, si quiero que Ophis sea mujer en esta historia, pues lo hago. Si me da la gana de hacer que en realidad Krillin sea un saiyajin venido de otro universo, hijo de Bardock con una tenshi y que controle el ultra instinto, pues lo hago ¿por que? Porque me da la gana. Eso es un fanfic amigo, plasmar tus ideas y agregar lo que desees. Cosa que tu no entiendes.

¿Quieres lógica y que siga el arco argumental? Entonces mejor mira el anime y lee las novelas ligeras en lugar de leer fanfics, obviamente toda historia debe tener lógica. Pero en un fanfic, eso no es tan necesario. Aunque si debe tenerlo.

Por lo que tu critica, la verdad me la paso por los huevos. Por las siguientes razones:

1: No me estas pagando para escribir la historia, así que no me exijas nada. No eres nadie para hacerlo.

2: La mas importante, NO ERES ESCRITOR. Criticas y criticas, pero hasta ahora veo una historia tuya. Talvez no tengas la imaginación suficiente para hacer tu propio fanfic y por eso te desquitas con quienes si lo tenemos, la verdad no lo se y no me interesa. Eres aburrido.

Cuando al menos vea un oneshot tuyo, considerare tomar en cuenta tus opiniones. Por ahora simplemente los ignoro o me lo paso por los huevos.

Además ¿Qué demonios haces leyendo esta historia si te desagrada? Vete y no jodas, nadie te obliga a leerlo. Lo único que me demuestras es tu inmadurez y falta de atención. Lo único que entiendo con tu "critica" es esto: "mis padres ni nadie me prestan atención, así que préstamelo tu" si es así, lo siento hermano, pero no tengo tiempo para eso. Así que no me jodas.

Estas palabras fuero de parte mía, como de Bellzador. Así que haznos un favor y deja de joder.

[…•…]

Loki se mantenía viendo nuevamente el holograma del Ygdrassil con una tranquilidad y parsimonia envidiable sin importar el estado en que había quedado sus aposentos.

La senda de destrucción adorno el sitio rupturas de edificios, cráteres, humo y escombros por doquier, incluso su trono salió perjudicado por esa vulgar e infantil riña que por un instante se preguntó por qué un dios tan magnánimo como el había decidido participar, pero eso paso a segundo plano, pues siendo un dios de su estatus tenía más castillos y escondites por doquier.

Y fue ahí entonces que decidió voltear para observar las endebles figuras de los insectos con los que se dio el lujo de jugar por un rato.

Los tres demonios que osaron desafiarle estaban de rodillas; jadeantes y bastante mal heridos, con sus vestimentas destrozadas incapaces de aceptar, que aun con el poder de las serpientes de Ophis fueron tratados como meros peleles. A ellos quienes alguna vez representaron la epitome del poder de la antigua old satán faction.

Pero esa era la realidad.

—M-Maldito…—decía uno de los demonios que con dificultad había salido de los cientos de escombros que le habían caído de encima.

—Mancharon mi suelo con su repugnante sangre, mancillaron mis paredes con sus impuros cuerpos —replicaba un poco el dios del mal pero sin estar realmente molesto —pero lo que más me sorprende es que ustedes, seres insignificantes, tuvieron la osadía de blasfemar contra mí —mencionaba el dios sin despegar su vista del holograma —ni siquiera sus muertes son capaces de compensar esta ofensa tan inexpugnable.

Aquellos demonios se retorcían en el suelo, aun adoloridos tratando de levantarse. Pero no podían.

—Esto es i-imposible…—mencionaba incrédulo el otro demonio tratando de reincorporarse sin éxito alguno—se supone que obtuvimos el…

— ¿Poder del infinito? —terminaba la frase de aquel demonio, volteando a verlos por encima de su hombro—seres ignorantes ¿creen que por obtener aquello podrían hacerme frente? ¿A un dios? Me sorprende y a la vez me provoca tanto asco la ignorancia que pueden mostrar los seres como ustedes.

— ¿Q-Que has dicho? —preguntaba la demonio furiosa e indignada por sus palabras y no era la única.

—La verdad única e incuestionable—mencionaba el dios con soberbia y arrogancia—a pesar de obtener un gran poder, ustedes siguen siendo seres inmundos que nunca se podrán comparar con la magnificencia de un dios—a pesar de eso era verdad, aquellos demonios no podían evitar sentirse humillados —pero admiro su valentía y determinación y pese a la grave ofensa en sus palabras y acciones, seré misericordioso con ustedes.

Los demonios dejaron nuevamente escapar sus auras, para dejarle en claro que estaban furiosos y dispuestos a matarlo por esas indignantes palabras. Aunque a Loki le hizo gracia.

Solo basto nuevamente expulsar su poder divino, para aplastar por completo el de los demonios, los cuales fueron arrodillados a la fuerza. Cuando vio su cometido hecho, disipo su poder y los dejo libre. Estos se levantaron furiosos, pero impotentes por no lograr hacer nada contra el dios del engaño. Su estatus y poder era más allá de lo esperado.

Loki noto aquello y sonrió un poco, tal vez podría hacer algo que lo beneficie, pero debería jugar bien sus cartas y así tal vez, podría lograr acelerar sus objetivos. Los seres inferiores como los demonios, solo son peones descartables al servicio de los dioses. Y el tomaría el derecho de usarlos como le venga en gana.

Los lideres de la Old satán faction veían con desconfianza, como el dios flotaba desde su lugar hasta ellos. Así que afilaron sus miradas y se preparaban para defenderse si llegaran a atacar.

—Y como muestra de buena fe de mi parte—ahora mencionaba el dios con una sonrisa "amistosa" obviamente los demonios no se lo tragaron—estoy dispuesto a ofrecerles más poder, uno enorme. Lo suficiente para que junto al de Ophis, puedan lograr lo imposible. El que un demonio mate a un dios.

Era una oferta extremadamente tentadora, aunque luego afilaron la mirada no podían evitar se sentirse como unos perfectos imbéciles por casi caer en la tentación. Se supone que los demonios eran quienes seducían y atrapaban a sus víctimas, no al revés.

Pero por nada Loki era el dios del engaño, porque incluso podía tentar a los demonios.

— ¿Qué tratas de lograr? —pregunto desconfiado el demonio de en medio.

—Oh, nada por el momento. Créanme—mencionaba mientras caminaba alrededor de los tres—solo quiero que hagan algo por mí, un favor pequeño y si lo hacen bien serán recompensados.

— ¿De qué se trata? —preguntaba la demonio con un poco de recelo.

El dios empezó a caminar siendo seguido por los demonios quienes se mostraban desconfiados; Entraron hasta un lugar aún más espacioso, sin duda el poder divino lograba cosas increíbles, como el ocultar estos grandes espacios sin problemas. Loki quedo frente a un objeto pequeño, cubierto sobre una sábana, la cual quito y dejo al descubierto su contenido; La caja de oro que el elfo oscuro le creo junto a los anillos.

—Llévense esta caja a Midgar y resguárdenlo por un tiempo, no dejen que nadie le ponga un dedo encima—el dios indicaba mientras que les daba la caja a los tres —no puedo mantenerlo aquí por ahora, pero si siéntanse con libertad de usarla si ustedes lo requieren.

Cuando la miembro femenina del trio observo la caja con más detalle abrió sus ojos en señal de consternación.

—Esto es… —mencionaba incapaz de concebir lo que tenía en sus manos — ¡estás loco, dios del engaño! ¡Este maldito artefacto es capaz de causar una calamidad de proporciones bíblicas!.

— ¡Vaya! Me asombra que sepas lo que tienes en tus manos —Murmuraba el dios sin tomarle mucha importancia al asunto, haciendo que los otros dos se preguntaban que rayos era y que contenía esa maldita caja, como para que su compañera reaccione de esta manera.

—¿Sabes qué es esto?—Preguntaba el más impaciente de los tres, sin saber porque rayos su compañera reaccionaba así por una caja.

—Es conocido como la caja de los mil inviernos o de los antiguos inviernos, muy famosa en tiempos remotos de Asgard cuando la guerra de los æsir y los vanir estaba en su pleno apogeo —respondía el demonio retrocediendo un poco intimidada por ese objeto —fui testigo de la hecatombe y miseria que causo esto hace ya varios milenios, por lo que estoy muy consciente del alcance y la magnitud de su poder —sus compañeros se mostraban reacios a creer algo de esa magnitud, parecía una completa locura —pero la verdadera pregunta es…—ahora ella miraba al dios con temor— ¡¿Cómo carajos conseguiste una?!.

El aludido solo se limitó a reír un poco.

—Tengo mis métodos—respondió con Sorna y orgullo, mientras volvía a cubrir su arma—ayúdenme en esto y grandes serán sus recompensas, les daré poder que podrán unir al de Ophis y obtener uno aún más grande. Lo suficiente como para eliminar a los actuales maous y gobernar el inframundo. Después de todo eso lo que quieren ¿no?.

Siendo sinceros, ahora sabían por qué Loki era considerado el dios del engaño, ya los había convencido casi del todo, pero por esa reputación que precedía del dios hacían que sus instintos les dijeran a gritos que no debían envolverse con él. Aunque por otro lado…

Él supo explotar sus debilidades y ambiciones de ellos, y eso lo convertía en el mayor hijo de perra que se hayan encontrado en sus longevas vidas. Así que se vieron obligados a aceptar el trato, pues regresar al inframundo como era antes es su anhelado sueño y esperando de antemano que esto no les vaya a salir demasiado caro.

—Bien, haremos el trabajo sucio por ti, La guardaremos por ahora—mencionaba el demonio líder tomando con extremo cuidado la caja, Loki sonrió y abrió un portal para que los demonios pudieran retirarse —espero que cumplas con tu palabra o de lo contrario haremos que lo lamentes.

—Tranquilos, les juro que cumpliré con mi parte del trato —los demonios lo miraron con enojo y desconfianza antes de marcharse por el portal ¡Como detestaban esa maldita sonrisa!.

Y una vez que los demonios abandonaron el lugar, sonrió de forma desquiciada. Todo esto era un juego para el.

—Jajaja, no puedo creer que me creyeran las estupideces que mencione. Les falta mucho que aprender —El dios negaba con la cabeza por lo fácil que fue convencer a esos tres —estoy al tanto de que soy el hijo del rey de los gigantes de hielo, pero también soy gigante de hielo más pequeño y mentiroso de todos —decía burlista y divertido por su jugarreta—por ahora pueden tener el honor de convertirse en mis útiles marionetas —la imagen Ygdrassil cambio a la de sus hijos rugiendo en ira y ansiedad —después de todo necesito todas las herramientas a mi disposición para que el Ragnarok sea todo un éxito y mi destino pueda ser completado con celeridad.

Esperaba que esos imbéciles no le dieran un mal uso a la caja mientras en su mente se formaba la imagen de un hermoso cuerno de oro con el que esperaba cumplir su anhelado destino a como diera lugar.

[…•…]

Asgard.

Estaba muy confundido, no sabía que había pasado anteriormente. Esas miradas que recibió anteriormente, llenas de miedo y desagrado, fue algo que lo sorprendió y lleno de una sensación de impotencia. Y le dolía bastante.

Esas miradas, él nunca las habían recibido y nunca espero recibirlas.

Aun se preguntaba ¿Qué había pasado ahí? ¿Por qué la pelinegra de coletas reacciono de esa forma con él? No lo entendía, ¿Fue algo que hizo? ¿Algo que dijo? Le mataba saber que quizás inconscientemente hizo algo que le dañara para que su sola presencia desatara su más primitivo instinto transfigurado en pánico y huyera de el.

Pero no sabía que fue, ya que solo cruzo apenas palabras con ella. Todo era tan confuso para el, un mar de emociones y dudas lo embargaban a cada segundo, pero sin saber cómo expresarse. Pues era la primera vez que le ocurría esta experiencia y lo estaba martirizando bastante.

Todo era observado por el padre de todo, el cual estaba parado atrás de él. Trunks estaba sentado en la punta de un gran acantilado, el clima era un poco frio y con neblina. Aun así, era sorprendente que el chico aguantara ese ambiente tan hostil de forma tranquila y como si no le afectara en nada. Quizás por la turbulencia que había en sus pensamientos.

Odín suspiro, sabía que el chico estaba muy afectado por lo ocurrido con Serafall ya que era la primera vez en su vida que las personas le miraban con miedo y asco. Así que decidió acompañarlo como muestra de apoyo, se acercó hasta él y se quedó parado a lado suyo. El sabía muy bien que ahora mismo hasta unas simples palabras de aliento podrían empeorar todo aquí que se limitó a guardar silencio y esperar pacientemente que el chico fuese el primero en hablar. En el fondo el guerrero del futuro se lo agradeció en silencio.

—No es necesario que este usted aquí.

Trunks un poco decaído, pero trataba de ocultarlo. Pero era ridículo tratar de ocultarle algo al dios que "todo lo ve".

—Si bueno, quiero estar aquí un momento, es agradable este clima en las mañanas—respondía el anciano a un lado de el, viendo como el sol de su reino ya estaba alzándose en el horizonte. Algo muy hermoso a opinión de cualquiera —, te llena de energía y vitalidad—daba un largo y profundo respiro, llenando sus pulmones de ese aire fresco y natural.

Nuevamente cayo el silencio, pues nadie dijo nada más. Trunks porque no sabía que hacer, decir o como expresarse. Mientras que el anciano de Asgard, solo quería darle espacio para que pueda pensar bien las cosas.

— A esa chica… ¿Yo le hice algo malo? —Finalmente Trunks había decidido preguntar aquella duda que asolaba su mente. Odín noto que estaba muy abatido —, no recuerdo haberla agredido o siquiera insultado alguna vez —El chico Apretó fuertemente sus manos, mirando al dios con ansiedad —, ASI QUE DIGAME PORFAVOR ¡¿QUÉ FUE LO QUE EN REALIDAD HICE?!.

Esa pregunta estaba cargada con mucho pesar, que calo mucho en el padre de todos tentándole en contarle la verdad completa del porque la maou reacciono así con él. Pero se mordió el labio inferior, decirle eso sería confundirlo más y preguntas sobre que ocurría en realidad. Hablarle sobre el genocidio masivo que ocurrió hace varios milenios, solo lo llenaría de más interrogantes en lugar de aclarar sus dudas.

Este joven ya tenía suficiente con cruentas matanzas y derramamiento de sangre indiscriminado, por lo que recapitular ese devastador episodio podría arruinar el escaso progreso logrado en la sanación de su salud mental.

Además de que no era fácil lidiar estrés post-traumático, vivir así no era vida era un martirio que te convertía en un muerto viviente. Y por eso el dios no quería abrumarlo más para que estuviera mas tranquilo.

—No hiciste nada malo chico—respondía el anciano con un tono comprensible y amable —, es solo que las heridas de la mente son más difíciles de lidiar—mencionaba de forma honesta, pues no veía el caso decirle mentiras—esa chica Maou es como tú, también ha sufrido bastante—mencionaba el padre de todos seriamente, haciendo que el joven observara sorprendido porque quizás ella y el compartían bastantes cosas en común, ahí empezaba a entender mejor el panorama.

Pero aun así esa experiencia cruel seguía presente en sus pensamientos, su mirada de pánico no podía sacársela de la cabeza, fue un gran impacto. Pero tenía sentido lo que dijo el dios, después de todo, lo más injusto para alguien que sufre de un trauma es que la gente quiere que actúes como si no lo tuvieras.

A sus memorias, volvieron longevos recuerdos de horrores pasados. Aquellos cien días llenos de oscuridad y terror, en donde aquella bestia salida de un infierno desconocido, desato su furia y locura ante todos los reinos. Tiempos que todas las facciones decidieron olvidar, pero que aún siguen frescas en las memorias de todos, afectando a los más susceptibles y sentimentales así como la Maou Serafall Leviatan. En ese aspecto Trunks empatizaba con ella, sea lo que sea que le sucedió debió de ser un impacto tan grande como para que ella reaccionara así, no la culpaba después de todo ahora más que nunca sentía la necesidad de hablarle, quería ganarse su amistad y confianza.

Trunks veía curioso al padre de todos, nunca lo habían visto tan serio en todo este tiempo, bueno, el era serio a veces. Pero nunca a este nivel, pues la mayor parte del tiempo, era despreocupado y algo divertido. Ahora lo veía nostálgico y hasta algo asustado, llenando de curiosidad y un poco de preocupación quizás lo que le pasó a ella pueda estar relacionado también con Odín. Podía leerlo en su mirada.

— ¿Usted sabe lo que le sucedió a ella? —pregunto curioso el peli azul, sin querer perderse hasta el más minúsculo detalle.

—Eso no es algo de lo que debas preocuparte —respondía el anciano tratando de desviar el tema —aquí tú no eres el problema, ella debe aprender a superar su trauma. Aunque no es algo fácil a decir verdad—admitía recordando cómo algunos a pesar de los milenios pasados, no superaban del todo aquella masacre.

—Pero sea lo que le haya pasado debió haber sido algo muy grave —mencionaba Trunks un poco más recuperado, pero aun así, tocado por lo que vivió este día. Recordaba esos ojos llenos de dolor y terror dirigido hacia el —yo quisiera ayudarla.

—Muchacho, a veces envidio tu optimismo—respondía el padre de todos con una voz solemne y tranquila —.Pero debes entender las personas son complicadas, nada puede cambiar eso. Ni siquiera los dioses.

Trunks suspiro ante ese dilema.

—Creo que tiene razón en ello—respondía el peliazul volviendo a ver hacia el frente—pero no me rendiré, en verdad deseo ayudarla.

Nuevamente el silencio reino el lugar, aunque ahora ya no era tan pesado el ambiente, era más calmado y llevadero. Aunque seguía ese sentimiento de duda y confusión dentro del hibrido saiyajin, estaba determinado a ayudar a la persona con la que quizás comparte muchas cosas.

El que la gente te observe con terror sin duda era algo devastador, más cuando tu objetivo es que esas personas puedan vivir vidas tranquilas.

Normalmente los villanos recibían esas miradas, no él. Era demasiado extraño el lograr que lo observaran de esa manera, no le gustaba para nada. Le entristecía un poco y también le bajaba un poco la moral, el padre de todos se dio cuenta de aquello. Así que trato de desviar el tema para ayudarlo.

—Oh cierto, me olvide de avisarte—mencionaba recordando algo un poco importante y con la esperanza de desviar el tema por otra parte —Thor te está buscando .

— ¿Enserio? —preguntaba curioso el peliazul, dejando entender que funciono su idea — ¿Por qué lo haría?.

—Bueno, demostraste un poder inmenso cuando confrontaste a Ophis, eso despertó su lado guerrero—respondía el dios padre de asgard, bajándose de sleipnir —ahora quiere chocar su mjolnir con cualquiera de tus espadas.

— ¿En serio? —pregunto sorprendido el chico, recibiendo un asentimiento de Odín—oh vaya, eso no me lo esperaba—respondía el chico apenado rascándose la nuca.

—Jojojojo, esto me recuerda mis tiempos de juventud—mencionaba el anciano haciendo girar su Gungnir en sus manos—me recuerda cuando era conocido como Göllnir el lancero—ahora apuntaba al frente con su lanza, directo al sol con una sonrisa—nadie podía hacerme frente, ya sea mortal o dios de cualquier panteón. Todos caían ante el poder de mi lanza.

Por alguna razón, esa información le pareció muy interesante, aunque un poco arrogante a su humilde opinión.

— ¿En serio? —preguntaba curioso y sorprendido.

—Así es muchacho, tengo muchas historias de mis años de juventud—respondía el anciano con parsimonia —pero no quisiera que las anécdotas de este viejo te aburran.

—No nada de eso, no se preocupe —respondía muy interesado el chico. —me encantaría escucharlas.

—Bien, eso me alegra muchacho, bueno primero necesito ponerme cómodo —decía él mientras Trunks le hacía un espacio y Odín se sentaba—veras chico, mi historia comienza con mi abuelo Buri, hace tantos incontables milenios, que el hombre todavía no existía.

Trunks solo empezó a escuchar el relato con mucho interés.

….

Mientras aquello pasaba en tiempo y momentos lejanos, Mai, estaba caminando junto a Frigg, observando un sitio bastante peculiar; se trataba un edificio enorme, casi del tamaño de un pequeño pueblo, pero se notaba que era una especie de academia militar. Ella reconoció ese lugar porque era una soldado muy bien entrenada.

Pero noto algo curioso; no habían hombres, solo mujeres.

Aquellas que se entrenaban como las futuras guerreras del Vallhala vestían armaduras bastante llamativas, unas usaban Arcos, espadas, lucha, y otras trabajaban en una gran variedad de magias y hechizos.

En ese lugar se formaban las valquirias; doncellas de batalla que protegen Asgard y tienen el deber de escoltar al Valhalla a los guerreros caídos de Midgard que murieron en una digna y honorable batalla.

Mai sabía que este era el sitio donde pasaría todo su entrenamiento, ella había aceptado de inmediato cuando le dieron esa oferta ya que quería dejar de ser una carga inútil para Trunks, esta era una oportunidad de superarse y dejar de ser la dama en peligro, aunque tuviera que pasar por dificultades y obstáculos, difíciles de superar ella no daría un paso atrás y seguir adelante. Por Trunks y por sí misma.

Aunque admitía que sería algo muy difícil, su fisionomía era humana ¿como es que se convertiría en una valquiria?.

—Bienvenida a "Espada de Ygdrassil" joven Mai—respondía Frigg frente a las puertas de aquel lugar—en este sitio es donde se preparan las futuras valquirias de Asgard.

—Es un sitio asombroso—mencionaba Mai viendo los alrededores, era un sitio perfecto para entrenar. Todas las mujeres guerreras se veían fuertes y habilidosas— ¿aquí podre prepararme?.

—Así es, en este sitio comenzara tu entrenamiento —respondía la diosa madre de Asgard, invitando a la pelinegra a adentrarse al sitio —aquí aprenderás diferentes tipos de lucha y el uso de varios tipos de magia.

— ¿Y cómo poder volverme una valquiria? —Preguntaba Mai con una voz seria.

—El sistema que crearon los demonios de la facción bíblica, ciertamente llamo mucha nuestra atención —respondía Frigg mientras recorrían los pasillos de aquella academia —así que implementamos un sistema parecido al de ellos, solo que aún no lo hemos puesto en marcha, ya que como podrás saber, ser una valquiria es una de las responsabilidades más grandes de Asgard — Mai ponía atención a lo que le explicaba la diosa —es por eso que decidimos hacer la primera generación de humanos en convertirse en valquirias. —Mai se sorprendió por escuchar esa revelación —y por eso los procesos son selectivos para determinar si las aspirantes poseen las actitudes óptimas para convertirse en una guerrera del Valhalla.

—Entiendo —decía ella mientras seguía escuchando.

—Si las aspirantes resultan ser seleccionadas serán condecoradas en una ceremonia precedida por todos los dioses de Asgard —La diosa explicaba con calma mientras alzaba su dedo índice —se les colocara unas piedras runas mágicas, capaces de transformar a un humano en una valquiria, fabricados por mejores enanos herreros emulando la función de las evil pieces que usan los demonios.

Mai escuchaba la explicación de la diosa meditando los pros y contras de ese entrenamiento, y de ahí fue que una duda surgió.

— ¿Y qué pasa si las aspirantes no son aptas?.

La mirada de la diosa se transfiguro en una seria, pero suave.

—Aquellas que no son actas se les borrara los recuerdos y serán devueltas a Midgard, aunque tu caso es aparte, simplemente no se te permitirá ser una protectora de Asgard —Mai asentía ante la sentencia de Frigg —por eso deberás dar todo de ti, derramar hasta la última gota de sudor y aprender todo lo que puedas.

Mai comprendía sus palabras, además de que ya lo sabía, nada en esta vida en sencilla o fácil. Siempre se deberá llorar y sudar sangre para obtener lo que se desea obtener, ella lo sabía de primera mano por eso quería demostrar su valía, restregarle en la cara a esa maldita diosa del infinito que ella no sería más un estorbo y retraso para el peliazul.

Ella se volvería fuerte, para así poder protegerlo y serle de ayuda.

—Le prometo que voy a dar TODO de mí, hasta que mi cuerpo no de más —hablaba Mai con determinación —yo me convertiré en la armadura de Trunks.

Frigg observo con los ojos ligeramente abiertos por el asombro, la chica demostró una gran determinación en sus palabras, una que ya casi nadie tiene, eso la hizo sonreír ligeramente en orgullo. Mai demostraba ser una mujer terca y de hierro, cuando se proponía a algo, lo cumplía, sin importar el riesgo o peligros que corra para lograrlos.

Además tenía algo más a su favor. Una mujer enamorada logra cualquier cosa por esa persona especial.

—Frigg-sama, estaba esperándola—ambas mujeres voltearon a ver quién había llamado a la diosa madre, tratándose de una hermosa mujer de largo cabello negro y un cuerpo bien trabajado y proporcionado—¿ella es de quien me hablo? —pregunto viendo curiosa a Mai.

—Oh, Brynhildr. Es un gusto verte querida—saludaba amigablemente a la valquiria —ella es Mai. Una habitante de Midgard que desea volverse una valquiria.

Brynhildr comenzó a examinar a Mai de pies a cabeza generándole un poco de incomodidad y nervios.

—Ya veo, una soldado—mencionaba observando a Mai, —puedo ver que tienes un cuerpo bien entrenado y experiencia en combate —decía mientras observaba la escopeta en su espalda y un pequeño cuchillo militar oculto en su bota derecha — bueno en ese caso lo único que puedo decir es que si tienes las actitudes necesarias, serás la primera humana en convertirse en una valquiria —y tras un momento de meditarlo —Frigg-sama, eso quiere decir…

—Así es —respondía ella —, daremos inicio al entrenamiento de la primera generación de valquirias reencarnadas —proclamaba para sorpresa de Mai y la valquiria.

La propuesta la descoloco por un momento, los dioses habían propuesto usar el método de los demonios para incrementar sus filas ya que desde el ataque de esa miserable bestia las fuerzas de Asgard quedaron mermadas y solo 2 de las 10 legendarias valquirias sobrevivieron a ese atroz ataque. Aunque los preparativos habían tardado bastante al parecer ya se contaba con la aprobación de los dioses. Valquirias reencarnadas, sin duda era algo interesante de ver.

—Por cierto ¿ya tienen buenos prospectos? —preguntaba Frigg sacando a Brynhildr de su estupefacción.

—Tenemos contempladas a muchas humanas de diferentes nacionalidades —respondía la líder valquiria entregándole una lista a su reina mientras sacaba unas gafas de su escote para leer — ¿quiere que las traiga ahora mismo?.

—Por supuesto—respondía la diosa cuando termino de leer el documento —es momento de empezar.

— ¡Perfecto! —Exclamaba la valquiria emocionada por poder reclutar a mas doncellas que se encarguen de resguardar Asgard—muy bien chica, asegúrate de dar lo mejor de ti para formar parte de nuestras filas.

—Entendido—respondía Mai con firmeza y determinación.

— ¡Ese es el espíritu! —mencionaba la valquiria dando media vuelta y alejándose del sitio —ven, comenzaremos de inmediato tu entrenamiento.

— ¡Hai! —Respondió ella para seguirla.

Frigg veía como ambas pelinegras se retiraban del lugar, teniendo completamente fe en Mai, ya que ella era una guerrera innata.

..

Trunks escuchaba con interés las historias que el padre de todo le contaba de su juventud; Eran tan extensas que faltarían varios ciclos lunares para poder escucharlas todas.

Odín estaba orgulloso por contarle algunas de sus hazañas que realizo cuando era joven además de lograr su cometido, Trunks había olvidado de momento lo que paso con Serafall.

—Vaya, usted sí que es impresionante—mencionaba Trunks con una sonrisa —tantas hazañas a través de tantos años.

— ¿Qué te puedo decir chico? —Decía Odín orgulloso por las palabras del peliazul —era alguien muy tremendo cuando era más joven—recordaba sus tiempos mozos, en donde no solo era un gran guerrero. También un amante ideal para cualquier mujer—alguien muy habilidoso y poderoso, no como ahora. Solo soy una bolsa vieja de huesos.

—No diga eso, la edad no es una limitante—mencionaba mientras hacía girar a gungnir en sus manos, pues el padre de todos se la presto. Admitía que era un arma hermosa—eso puede confirmarse al ver como manipula de forma tan sencilla, esta lanza encantada, algo que los demás dioses podrían hacer —decía al sentir un poder inmenso emanando de ella, incluso a el estaba costándole un poco el mantenerla. Era un arma sorprendente y poderosa.

—Bueno, eso es cierto—respondía Odín con una sonrisa y acariciando su larga barba —una vez Thor trato de empuñarla, su curiosidad lo mataba. Pudimos bajarlo de la luna semanas después—mencionaba divertido recordando ese evento.

— ¡¿La luna de la tierra?! —Preguntaba muy sorprendido por ese dato, recibiendo un asentimiento por parte de Odín —¿Cómo llego hasta allí?.

—Eso mi estimado amigo, es lo que aún nos preguntamos hasta hoy en día—respondía el padre de todos con diversión.

Ambos comenzaron a reír, Odín por recordar ese momento y Trunks, por imaginarse a Thor varado en la luna, era algo gracioso e impresionante a la vez.

Pues a pesar de ser extremadamente poderoso, aún más que los dioses de Asgard, no podría respirar en el espacio exterior y moriría sin dudar, pero las habilidades y fisiología asgardianas, eran increíbles. Podían lograr cosas que las personas normales no, incluso para seres tan violentos y poderosos como los saiyajin.

Aunque esa información, también le genero un poco de temor, así que con delicadeza, dejo Gugnir a un lado y mientras una gota de sudor bajaba a un lado de su nuca, no quería que por accidente, la lanza lo enviara al sol. Eso le causo diversión a Odín.

—Vaya puedo decir que finalmente puedo conocerte en persona, Kenshi-kun.

Trunks volteo inmediatamente. No entendía porque no fue capaz de detectarlo si contaba una percepción muy desarrollada producto de varios años de guerra y desolación, que siempre lo mantenían alerta. ¿Entonces cómo fue posible que no haya sentido su ki?.

Odín se levantó tranquilamente, el si había sentido al ser que llego solo que no hizo nada al no sentir hostilidad. Pero si se preguntaba que hacia el ángel de los sacrificios en Asgard.

—Mocoso Azazel—Odín hablaba reconociendo al inesperado visitante —es una sorpresa que el líder de Grigori venga de visita.

Trunks se sorprendió por lo dicho por parte de Odín, ese hombre que mostraba una actitud despreocupada y una sonrisa del mismo tipo resultaba ser el líder de los ángeles caídos. Trunks pudo encontrar similitudes en la energía del sujeto que mato, así que debía tener cuidado con él.

Trunks no era del tipo de persona que metía a todos en el mismo saco, pero Kokabiel no le dejo un buen sabor de boca, sin mencionar también como Issei y Asia le compartieron su experiencia con otro de esos seres, por lo que no podía simplemente pasar por alto su visita sin querer averiguar los motivos de esta.

—Viejo senil—respondía con confianza y despreocupado el líder de los caídos acercándose a ambos—te avise que vendría a Asgard por cierto motivo ¿acaso lo olvidaste?

El dios se acariciaba su barba, pensativo.

— ¡Oh! Ya lo recordé—respondió el anciano lo que había hablado anteriormente con el caído—es verdad, me dijiste que vendrías pero no cuando—se cruzó serio de brazos y alzando una ceja curioso—me sorprende que hallas evadido el ojo de Heimdall.

—No lo hizo mi señor, yo lo deje entrar.

Ante los tres, apareció el vigía de Asgard ante ellos. Con su armadura y espada de oro, caminando hacia el dios padre y el chico de cabello azul. Quedando a un lado de ambos.

A pesar de que estaba sonriendo, Azazel estaba nervioso. Pues no era algo tranquilizante que tres seres extremadamente poderosos, estuvieran frente a él; En especial el chico de cabello azul, sentía que su poder a pesar de estar comprimido ejercía una presión muy peligrosa y asfixiante. Las únicas veces que sintió algo como aquello, fue en presencia de Ophis o Gran rojo. Este chico era alguien en extremo poderoso, si era capaz de generarle ese estado.

Aun así debía mantenerse sonriente para mantener las apariencias.

Era justo como dijo Vali, una mirada seria y feroz, el de un guerrero pulido en el arte del combate y la guerra. En su mirada se notaba la experiencia adquirida y otros sentimientos negativos adquiridos. La muerte estuvo tras el por varios años, sin poder obtenerlo.

— ¿Y por eso viniste sin avisar? —Preguntaba Trunks observándolo fijamente — ¿No crees que es algo grosero de tu parte?

—Lo siento—respondía con diversión el caído y esa sonrisa que a Trunks no le generaba confianza—es un hábito que tengo. Así soy.

—Me voy dando cuenta—respondía el peli azul relajando un poco su postura, pero sin bajar su guardia —Hace un momento dijiste que finalmente puedes conocerme en persona, ¿exactamente qué asunto quieres arreglar conmigo?

Desde ahí quedo claro una cosa. A Trunks no le agradaba que estuviera aquí, Azazel se dio cuenta rápidamente, no entendía muy bien los motivos aunque sí que le causaba gracia. Después de todo estaba acostumbrado a recibir ese tipo de miradas siempre. Pero era algo que no le importaba ni interesaba demasiado.

Trunks no lo odiaba ya que no lo conocía, pero lo que tenía en su contra, era mucha desconfianza, porque precisamente por ser el líder de su raza este dejo que los suyos salieran campantes a hacer daño a las personas y si no estaba coludido o el no ordeno tal cosa ¿Dónde quedaba el peso de su autoridad?.

—Je, tal parece que no te agrado—mencionaba el caído con desinterés y diversión.

Trunks lo miraba seriamente. Esa sonrisa arrogante y despreocupada por parte de el, le empezaba a molestar un poco.

—He escuchado cosas sobre ti—respondía el peli azul serio y con dureza —cosas sumamente desagradables.

—Me lo imagino—seguía con esa sonrisa despreocupada y burlona de siempre—aunque no es como si me importara.

Ambos se quedaron observando, uno burlista y el otro serio. Chocando sus miradas sin ceder ninguno, algo que estaba preocupando a ambos asardianos. Así que Odín decidió interferir si bien sabía que el joven tenía mucho autocontrol algo le decía que debía hacerlo de inmediato.

—No has respondido la pregunta del joven —hablaba el padre de Asgard llamando la atención de ambos— ¿Qué es eso importante de lo que quieres hablar Azazel?.

—Oh claro—respondía Azazel ahora dirigiendo su atención al padre de todos—en realidad, no debería sorprenderte. Dentro de poco habrá una reunión de las tres facciones, pero supongo que ya lo saben ¿no? —Los tres asintieron —sin embargo necesitamos que este joven nos honre con su presencia.

— ¿Y por qué es importante que yo asista a esa reunión? —preguntaba el peli azul, cruzándose de brazos y una ceja alzada. Identificando claramente el sarcasmo proferido a su persona.

Azazel sonrió nuevamente.

—Porque necesitamos tu testimonio sobre lo que sucedido con Kokabiel. Kenshi-kun.

Ese nombre, Trunks afilo su mirada. Recordaba la asquerosa y nauseabunda energía de ese tipo. Si podía compararlo con alguien, seria con Freezer o Black. No se comparaba en nada con ellos en cuanto a poder se refiere, pero si en maldad. Matarlo fue lo mejor que pudo haber hecho.

—¿No es suficiente con los chicos?—pregunto el peli azul con curiosidad y duda.

—Queremos todas las versiones de ser posible—respondía Azazel con ligera seriedad, sin dejar de lado su actitud burlista—eso incluye la tuya por supuesto.

Trunks estaba dudoso de aceptar, pues estaba más preocupado por no dejar Asgard desprotegida. Ophis podría volver, a pesar de que Odín le menciono que no lo haría, aún tenía esa duda. No quería que la diosa dragona aprovechara su ausencia y atacara este mundo o llegara a hacerle daño a Mai.

Pero luego sintió algo en su hombro, era Odín quien le apoyo una mano. Sonriendo junto a Heimdall.

—Aun mantienes tus dudas, entiendo eso. Pero tal parece que se trata de muy importante—mencionaba el padre de todos con calma y comprensión—tienes que ir para dar tu versión de los hechos.

—Pero…

—Ve chico—ahora Heimdall tomaba la palabra—si algo llegara a pasar, solo abriré el bifrost y te traeré enseguida. No debes preocuparte por eso—mencionaba tratando de tranquilizar al peli azul.

El chico estaba dudoso de asistir ya que a su humilde opinión el no tenía nada que hacer ahi ya que era asuntos que concernían a otras personas, pero tras la insistencia del padre de todo y el custodio de los mundos solo atino a suspirar resignado.

—Está bien, lo hare—respondía el saiyajin, el cual sonrió complacido por esa respuesta— ¿Cuándo será dicha reunión?.

—Sera el día de mañana en la noche—respondía al caído despreocupado y sonriente, a Trunks le sacaba un poco de si su comportamiento tan misterioso—en la academia Kuoh, donde eliminaste a Kokabiel.

—Bien, ahí estaré. Pero no ira Mai—aclaro con seriedad eso ultimo—ella no estuvo ahí ese día, no tiene nada que ver con esto. Así que si no les importa la dejare fuera.

Las palabras de Trunks eran afiladas y amenazantes. Esa tal Mai debía ser alguien muy importante, como para que Trunks la proteja con tanto recelo. Sonaba a un nombre femenino, desde ahí Azazel se hacía una idea del porqué. Eso le llamo la atención ¿Qué seria para él? ¿Una pariente? ¿Una amiga? ¿Amante? Cualquiera podría ser una opción.

Solo Odín y el resto de los asgardianos sabían la relación de esos dos.

—Muy bien, no tengo motivos para negarme —respondía el pelinegro restándole importancia a esto—solo necesitamos tu versión de los hechos. Es todo.

—De acuerdo, así será—respondió serio Trunks al caído.

—Gracias por tu cooperación—respondía satisfecho el líder caído a los tres—me retirare ahora mismo, debo informarle a los demás líderes de tu participación —decía el ángel mientras se despedía de los presentes pero al ver como Heimdall preparaba su espada para abrir el puente arcoíris este alzo una mano —quisiera hacerlo por mis propios medios si no te importa.

¿Uh? —pensó curioso el peliazul sintiendo su poder total, además de desplegar sus 12 alas. Era algo bastante interesante en realidad—su poder es considerable, bueno no es nada de que sorprenderse. Por algo es el líder de los ángeles caídos.

Cuando el sello mágico característico de los ángeles caídos apareció por debajo de sus pies, este de repente recordó algo importante y debía hacérselo saber al joven de cabellos azules antes de que abandonara Asgard por completo.

—Por cierto Kenshi-Kun —Decía este mientras se volteaba para encarar nuevamente a Trunks —Serafall te manda saludos.

Azazel desapareció frente de todos con una sonrisa pícara dejando a Trunks con los ojos bien abiertos por lo último mencionado, pero esas dudas pasaron de logró para convertirse en molesta ¿Cómo Azazel pudo saber de eso? De alguna forma, logro averiguarlo. Aunque no sabía cómo.

Odín suspiro, entendía que Azazel a pesar de su personalidad mostrada, estaba muy resentido con el peli azul por sus palabras. Pero el que le recordara la amarga experiencia con la Maou leviatan fue un golpe muy bajo.

—Heimdall, regresa al Bifrost. Debes vigilar el puente arcoíris—ordenaba el padre de todos, Asgard no debía quedar sin vigilancia. Heimdall asintió y desapareció—bueno Trunks, creo que deberías descansar un poco. Mañana tendrás un día un poco agotador.

—Sí, eso creo—mencionaba un poco dudoso tras las palabras de Azazel, pero luego dejo de darle importancia. No venia al caso el pensarlo—¿regresamos ahora mismo?

—Sí, vamos chico—mencionaba mientras volvía a montar su legendario corcel de 8 patas y Trunks empezaba a flotar—en el camino puedo seguirte contando algunas de mis hazañas en mi juventud si así lo deseas—le ofreció cuando Sleipnir comenzó a cabalgar.

— ¡Claro! Me encantaría escucharlas—mencionaba animado Trunks, volando a un lado del padre de todo. — ¿Cuál me contara ahora?

—Hmmm déjame pensar…—trataba de elegir entre tantas de sus hazañas, acariciando su prominente barba gris. Hasta que recordó una que fue de las más importantes—¿alguna vez te conté de cuando los elfos oscuros de Alfheim trataron de borrar el universo?.

—No —respondió muy asombrado por esas palabras ¿borrar el universo? Por kami-sama. Eso era algo aterrador.

—Jojojo, pues prepárate muchacho. Por qué te la contare—mencionaba el padre de todos con alegría y melancolía al recordar aquellos tiempos—no solo luche yo, sino también mi hijo Thor, quien fue pieza clave para la victoria. En esos tiempos…

Y así se fueron, cabalgando y volando, con Odín recordando anécdotas del pasado y Trunks muy atento a ellos. Era gratificante para el padre de todos, ver que alguien estaba interesado en sus historias y Trunks se maravillaba con las mismas. Tenían una buena relación.

[…•…]

Inframundo-Grigory.

El líder caído había llegado a las puertas de su facción, sonriente al saber que el chico si acepto participar en la reunión de las tres facciones, además de sentirse un poco satisfecho de haber logrado fastidiarlo. Pues sintió que puso en su lugar a ese chico, ya que le disgusto mucho como se había dirigido a él y como lo miraba, a pesar de haber mantenido su sonrisa en todo el tiempo.

Aunque en realidad, estaba curioso ¿Qué le habrán contado de el para hacerlo sentir receloso y desconfiado? Seguramente nada bonito, pero era algo de esperarse en realidad.

Quizás el mocoso sekiryuutei tenía algo que ver.

Los guardias abrieron la gigantesca puerta, dejando entrar al líder, el cual recibía saludos de respeto. Este respondía de la misma manera, siguió caminando hasta llegar a su oficina. Sentándose tras su escritorio para descansar un poco, este día fue un poco agitado.

—Sabes que nunca me tomaras por sorpresa—mencionaba divertido el líder caído viendo de reojo a un sitio oscuro— ¿Tratas de averiguar algo?

De las sombras, salió aquel peligris, el actual Hakuryuukou caminando despreocupado y con las manos en los bolsillos hacia Azazel.

—No mucho; ¿Ocurrió algo interesante? —preguntaba curioso, aunque trataba de no mostrar interés. Cosa que Azazel si noto.

—Cualquiera estaría pensando que estarías más al tanto de tu rival —mencionaba divertido al recordar al castaño, el cual se supone que debe ser su rival destinado. Eso no parecía importarle mucho en realidad—pero muestras más interés en ese chico Brief, se ve que gano toda tu atención.

Vali solo sonrió con arrogancia y ansias, claro que estaba al tanto de que Hyoudo Issei es su rival destinado al tener un S.G de los dos dragones celestiales, pero eso ahora palidecía de importancia. Más importante era ver y superar a ese chico Brief, aquel que fue capaz de dañarlo y derrotarlo de un solo manotazo. Era algo que nunca espero ver en su vida, no era tonto. Sabía que por más que entrenara y se volviera poderoso, alguien podría superarlo.

El siempre creyó que sería derrotado en una majestuosa batalla, no de un simple golpe.

Pero a pesar de sentirse humillado, la idea de enfrentarse a Brief lo llenaba de emoción. No sabía que era en realidad ¿un dios? Podría ser, aunque lo niegue. Tal vez no sabía que lo era, o simplemente no está interesado en ser uno. Fuera como fuera, no era algo importante en realidad ni tampoco de interés para él. Solo quería luchar incesantemente con él, acabarlo con sus manos o caer bajo la suya.

—Hyoudo es un caso peculiar, pero no cuenta con suficiente habilidad—mencionaba lo último con burla, recordando el momento en que cruzó palabras con él y el grupo Gremory —en cambio Brief, es un caso único de entre todos con quienes he chocado puños hasta ahora—mencionaba serio mientras veía su mano y la cerraba en un puño lleno de emoción—que alguien sea así de poderoso, me llena de interés. Me hace querer averiguar que otras habilidades esconde.

—Que poco sentido de la auto-conservación tienes—mencionaba burlista el caído—pude verlo, en tus recuerdos. Solo basto un brazo para humillarte ¿Qué esperas lograr desafiándolo?.

—Una batalla legendaria y digna de ser recordada por milenios —Respondía el con honestidad —Una en donde mis puños se cubran de gloria con su sangre o caer con dignidad haciendo que mi partida de este mundo sea de forma legendaria —mencionaba determinado y sonriendo con convicción —Brief es la prueba perfecta que necesito para saber si estoy listo o no para una presa aún más grande—mencionaba pensando en Great Red.

Suena muy bonito y todo, pero lo que el dragón blanco desconocía era que hasta el gran dragón de la grieta dimensional temía del peli azul. Valí no sabía en que se estaba metiendo.

Valí estaba casi extasiado, un ser con grandes poderes apareció en este mundo. No sabía de donde venía ni el cómo o porque llego ahí, solo le importaba luchar y derrotarlo, para así volverse el guerrero definitivo, el más fuerte, aquel que lograra trascender por sobre todos y así lograr vencer al DxD. Volviéndose un ser extremadamente poderoso y sin comparación.

—Que terco eres Vali—mencionaba divertido el caído por la determinación del peliblanco—pero bueno, así eres tu. No vas a cambiar con un simple sermón—mencionaba suspirando al saber lo terco y determinado que era el Hakuryuukou—como sea, es mejor que descanses. Mañana será la reunión de facciones—decía mientras se levantaba de su escritorio y salía de la oficina—mañana será un día tan pesado, que me iré a dormir todo lo que pueda. Hazlo tú también.

El líder caído salió del salón bostezando y estirándose, dejando a Valí solo en el lugar. Haciéndolo bufar en molestia.

—Eres demasiado despreocupado Azazel—mencionaba desinteresado el albino—algún día, eso provocara tu ruina. Junto a Grigori.

En eso, su mano empezó a brillar de un azul oscuro, con runas nórdicas danzando en la luz. Se vieron manifestaciones de cadenas moviéndose en aquella mano.

Valí sonrió al ver esto.

[…•…]

Facción del cielo.

Si había un sitio que podría ser considerado un verdadero paraíso, ese era el cielo. Literalmente lo era.

Había una infinidad de seres halados, una utopía en donde quienes fallecieran, si lo merecían, descansarían ahí como su residencia eterna. Por eso no solo había ángeles, también habían incontables cantidades de almas humanas y no humanas. Todo eso daba una imagen de paz, tranquilidad, gozo y felicidad para cualquiera. No había duda de que era el paraíso.

Eso mantenía feliz al overlord del cielo, el cual sonreía ligeramente, mostrando gozo y felicidad desde su trono. Estaba satisfecho de ver como el cielo prosperaba, eso indicaba que estaba haciendo un excelente trabajo. Su padre estaría orgulloso de el.

Aunque aún había ciertas manchas que no podían ser borradas, como la "santa inquisición" en donde humanos de forma errónea, mataban a otros en "el nombre de Dios" o unas más actuales, el proyecto espada sagrada. Esos eran algunos de los errores en los que no pudo meter mano, al haber esa ley de no interferir en las vidas humanas. Aunque al final si lo hizo con el último caso, al saber que Kokabiel siguió con ese proyecto aberrante, junto a Valpei Galilei. Ordeno al vaticano actuar, aunque no se esperó que enviaran solo a dos exorcistas para arreglar ese error. Luego los reprendería y castigaría a quienes tomaron esa absurda decisión, pues básicamente las usaron como sacrificios.

Esas eran espinas que lo atosigan hasta el día de hoy, por eso de esta posible alianza. Quería mermar un poco de los errores que todos habían creado todo este tiempo.

Decidió dejar de pensar en ello de forma momentánea, se levantó de su trono y decidió dar un paseo por los aposentos. Sonreía al ver a ángeles y almas tan tranquilos y alegres yendo de aquí para allá, demostrando hacer un buen trabajo. Pues la felicidad de todos, era la de el. Ahora comprendía un poco más a su padre, llegó hasta una especie de mirador, actualmente era muy frecuente el verlo ahí. Pero no era el único, pues había otra persona que le ganaba en las veces que lo visitaba. Negando con una sonrisa, decidió seguir adelante y subir hasta el tercer piso de la planta. Y como de lo espero, ahí estaba ella. La arcángel Gabriel.

El ángel (en el sentido literal de la palabra) más hermoso de los cielos, observaba embelesada y sin distracciones lo que parecía ser el firmamento. Pero el overlord sabía que no era así.

— ¿Aun sigues observándolo? —Preguntaba parándose a un lado de ella, haciéndola sobresaltar un poco por lo repentino—lo siento—respondió con diversión.

—Hermano, me asustaste—respondía la rubia recuperándose y volviendo a ver al frente—es que…no puedo dejar de verlo.

—Debes estar agradecida con Odín-dono—mencionaba el overlord, también viendo el "firmamento" —nos permitió observar Asgard y por constancia, al chico. Uno increíble por así decir.

Los ojos de ambos brillaban en dorado, en ellos se veía un mundo lejano, Asgard siendo más exactos, sus ojos no podían observarlo TODO entre los reinos como Heimdall u Odín, pero tenían lo suyo, por eso gracias al apoyo del padre de todos, podían ver Asgard. Pero no era lo que veían en realidad.

Veían con sumo interés a ese chico nuevo, de nombre Trunks. El cual ahora estaba sentado en el pasto, observando maravillado el reino de Asgard desde lo alto de esa colina. Para el era increíble aquello, un reino mágico. Se veía como un niño viviendo un cuento de hadas, Gabriel reía un poco junto a su hermano, veían este casi infantil comportamiento del chico. Era algo extraño y al mismo tiempo, enternecedor verlo actuar de ese modo. Ellos sentían una pureza casi intacta en su alma.

—Es un chico interesante—mencionaba el overlord, luego cambiando a una mirada seria—pero esconde algo.

—Lo sé—respondía la serafín con algo de tristeza—su corazón y alma, están muy afectados—mencionaba cambiando un poco su semblante a uno más leve—pero al parecer, en Asgard logro mermar un poco ese dolor. Ya sonríe un poco más—mencionaba al verlo más tranquilo y un poco más social.

—Es verdad, me alegro por el—mencionaba el líder del cielo sonriendo un poco—sea lo que sea que haya devastado su mundo, debió ser terrible. Pero ya lo está superando.

No era tonto, por algo era el líder actual de los cielos y no otro de sus hermanos. Algo en lo que destacaba Michael, además del poder, era en sabiduría. No como Elohim u Odín, pero tenía lo suyo. Eso le dio la oportunidad de liderar los cielos.

Esa misma sabiduría, le permitió saber y entender, que Trunks no era alguien de esta realidad. Un ser con ese enorme poder, aparentemente capaz de rivalizar a los dioses dragones, no podía pasar desapercibido por todos estos siglos. Alguien debía conocerlo, no pudo simplemente aparecer de la noche a la mañana. Aunque así fue en realidad, eso le dio la respuesta, este chico no era una deidad, era un ser extra dimensional. Eso debería ser suficiente para hacerlo entrar en un estado de desconfianza total sobre el, pero no lo hizo. Su hermana fue quien le borro todas sus dudas.

El día que llego a esta realidad, Gabriel entro en un estado de ansiedad y casi éxtasis, pues pudo sentir, aunque sea de forma momentánea, su energía así como su corazón y alma. Era algo bastante e irreal de ver y creer.

Cayo de rodillas y lágrimas, no por terror y miedo, sino por todo lo contrario; Conmovida por un alma pura, casi intacta de malicia aunque no exentas de emociones negativas como tristeza e impotencia, pero muy pura a fin de cuentas. Nunca había sentido un alma así, ni siquiera de los hombres más puros que alguna vez tuvieron el cargo de Papa en el vaticano.

Eso fue lo que llamo su interés, se mantenía un poco escéptico por lo que decía su hermana. No quería desconfiar de su ella, pero eso era una exageración. Pero cuando logro que Odín cediera, su sorpresa no tenía límites. Lo que decía Gabriel era cierto, quedando en el mismo estado que su hermana. Por eso decidió también observar todo lo que pudieran al joven recién llegado hasta el día de hoy.

No se arrepintieron para nada de esa decisión.

—Debió ser terrible—mencionaba la serafín con pena, pues notaba que tras ese rostro tranquilo, se escondía un gran dolor y tristeza —pobre alma la suya.

—Eso es verdad—mencionaba de acuerdo el overlord, pero luego dio vuelta para retirarse de ahí—me retirare de momento, debo hacer la entrega de Ascalón al actual sekiryuutei antes de la reunión de las tres facciones.

—Creí que se la cederías a Trunks—preguntaba curiosa la serafín, dando a entender que sabía el nombre del chico.

—Esa era la idea principal, pero… —menciono, luego pensó mejor las cosas—mejor decidí otorgárselo al Sekiryuutei, es mejor opción. El ya tiene dos espadas después de todo.

Dicho esto, el líder del cielo se fue, dejando a una Gabriel con curiosidad. Pero luego ahondaría en eso, por ahora debía seguir observando al chico. Debía averiguar cuáles eran esos problemas que enmarcaban una bella alma como la suya.

Si tan solo Gabriel supiera la historia de Trunks y Mai, no pararía de llorar jamás. Ella siendo una de los seres más sensibles del mundo, no podría soportar las atrocidades que esos dos han vivido por tantos años. Tiempos de oscuridad y muerte, en donde todas la vidas se perdieron, desde hombres, mujeres y niños, sin distinción alguna, por todas las amenazas que llegaron a su era. Siendo solo Trunks quien era un pilar y faro de esperanza para todos ellos, aun cuando al final todos perecieron. Haciendo sentir a guerrero del tiempo como un mal chiste de los dioses.

Ella quería confortarlo, mostrarle apoyo y moral. Pero primero debía conocer bien al chico.

Y ya tenía una idea de cómo hacerlo.

[…•…]

Academia Kuoh-mundo humano.

Ya había pasado el día acordado, Trunks había llegado al terreno por medio del Bifrost. Suspiro para quitarse el nerviosismo y tensión que lo embargaban, pues entendía la importancia de esta reunión, aunque no era de su incumbencia estar ahí, no quería decir algo que disgustara u ofendiera los líderes que presidan dicha reunión y así no se firmara dicho acuerdo.

Y de cierta forma por eso acepto asistir, si su presencia contribuía a que las 3 facciones estuvieran en paz, con gusto ofrecería su participación.

Afilo un poco su mirada, pues aquel edificio escolar estaba frente a él. No solo eso, podía sentir varias presencias no humanas dentro. Había unas que sobresalían de entre ellos, debían ser los líderes. Pero también pudo sentir dos presencias en una torre cercana. Una de ellas pudo reconocerla, era Koneko, la pequeña niña de cabello blanco y rostro estoico del grupo Gremory. Pero el otro no sabía de quien era, pues no lo reconocía de ningún lado al no haber tratado con aquella persona.

Pero podía sentir un aura bastante interesante en él, pues era una amalgama de oscuridad y luz.

Aunque también sintió una especie de mala vibra en el aire, una sensación de peligro que no lo dejaba tranquilo, algo ajeno a esta reunión. Pero no le dio mucha importancia.

Volvió a suspirar para calmarse y empezar a entrar.

.

Los líderes estaban ahí, sentados en la mesa de conferencias, siendo escoltados por los dirigentes de estos territorios y otros seres de confianza. Sirzech Lucifer y Serafall Leviatán por parte de los demonios, Azazel por los caídos y Michael por parte de los ángeles. Pero esta vez no estaba solo.

Para disfrute de los varones (en especial Azazel) y ligero disgusto de Serafall, Gabriel, la más hermosa serafín del cielo y "rival" de la maou Leviatan, había venido junto a su hermano como su escolta personal. Los motivos eran obvios, quería tratar de conocer y acercarse a Trunks. Eso lo decidió cuando el líder caído le mando un mensaje, confirmando la participación del chico en dicha reunión. La emoción la embargo de inmediato y prácticamente obligo a su hermano a llevarla.

Observaba cada vez y cuando de reojo, la puerta del salón, esperando que entrara en cualquier momento. Lo hacía de forma disimulada, esperando que no lo noten, pero era tan ingenua y obvia en sus acciones. Eso hacía reír internamente a Michael.

Aunque había otra persona que tenía sentimientos encontrados por la venida de ese chico, pues no estaba tan a gusto por aquello, se trataba obviamente de Serafall. Trunks le generaba renacimientos de viejos traumas, miedos añejos que trato de ocultar por años, ahora con la llegada de él, volvieron a florecer nuevamente. No lo odiaba, pero se sentía frustrada, porque por culpa de él y su presencia le trajo un desorden en sus emociones.

Pero sabia de antemano que si no hacia algo para tratar ese trauma podría perjudicar a sus compañeros.

—¿En cuánto tiempo llegara ese mocoso? —Preguntaba Azazel un poco impaciente por la ausencia del chico—ya ha tardado demasiado.

—Debemos ser pacientes—respondía el overlord de los cielos con su típica sonrisa serena y tranquila—además, fue tu culpa que no llegue. No le diste la hora correcta de inicio.

Azazel chasqueo la lengua desinteresada, pues era verdad que se le paso aquel detalle. Los demás lo veían con diversión y burla, pues era la primera vez que lograban burlarse del caído. Pues este siempre era más astuto y era casi imposible tomarle el pelo.

Por otro lado, el sequito Gremory estaba contento de que el chico viniera, por alguna extraña razón, con el cerca, se sentían seguros. Incluso Ddraig admitia que el peliazul le había caído bien y reconocía su poder. Tal vez logre hacer que su actual portador se vuelva alguien de provecho y un guerrero digno de la booster gear, no solo siendo un pervertido de primera mano.

El mencionado también estaba ansioso por que llegue, pues en serio quería que lo entrene. Hasta ya tenía todo arreglado para aquello, incluso obtuvo el permiso de sus padres para hospedarle ahí, esperaba que la reunión acabase pronto para invitarlo a su casa y conocerlo mejor.

Y aun cuando no habían socializado tanto, el sequito Sitri estaba en las mismas, en especial su líder, aunque esta lo niegue todo lo que quiera. Pero lo que si debía reconocer es que le debía una disculpa a Trunks por la amarga experiencia en aquel local de anime, de hecho ya tenía un plan maquinado para obligar a su hermana le pidiera disculpas también.

Pero no tuvieron que esperar mucho.

¡Gatcha!.

Porque las puertas fueron abiertas de un momento a otro.

—Vaya al fin llegas —mencionaba el Caído llamando su atención —estaba seriamente pensando en que tardarias 100 años en aparecer.

Trunks lo observaba con un poco de disgusto, pero para evitar que el líder de Grigori le amargara el rato decidió voltear para observar un poco curioso a los líderes que presidian la reunión.

—Buenas noches a todos, les ofrezco mis más sinceras disculpas por mi retraso.

Haciendo una ligera reverencia de saludo y respeto, empezó a caminar hasta la reunión. Los líderes admitían que el chico tenia modales, parecía un educado caballero. Por su comportamiento y el par de espadas que portaba atrás en su espalda.

Algo que le trajo recuerdos a Sirzechz, pues la espada más grande, fue con la que interactuó hace un tiempo cuando recién conoció a Trunks. Aún estaba curioso por saber que era esa espada, o más bien quien era el que estaba dentro de ella. No era una presencia malvada en absoluto, pero le causaba mucha intriga porque desprendía un origen divino, eso lo sabía al sentir su energía, pero era bastante diferente a la normal.

Y él estaba aún curioso, pues la espada seguía insistiendo en quedar en el anonimato. Incluso de su propio portador y eso le generaba dudas.

Hola, es bueno volver a verte niño Lucifer, pero como dije antes. Todo a su debido tiempo.

Sirzech abrió los ojos en sorpresa, pues la espada volvió a hablarle, dentro de su mente. Aunque solo fue de una forma rápida y efímera, esa espada guardaba grandes misterios. Pero haría caso y no diría nada de momento.

Pero a quienes en serio había afectado su presencia (de forma positiva) era al par de ángeles, pues pudieron sentir muy de cerca el alma del chico. Siendo Gabriel enternecida por este.

¡Es un ser hermoso! —Pensaba la Serafín para sus adentros pues una cosa era contemplarlo desde el paraíso y otra era verlo en persona —puedo sentir la pureza de su alma… creo que voy a llorar.

Podía sentirlo, su alma podría tener sentimientos negativos, pero eran muy pocos y para nada malvados. Solo eran sentimientos de ira, dolor, tristeza y decepción. No había malicia en el.

Las ganas de ir a hablarle y abrazarlo eran enormes, pero no podía hacerlo, debía guardar las apariencias y seguir mostrando un porte profesional, además de que no quería asustarlo, aunque se permitió sonreírle ligeramente y se emocionó cuando el chico alcanzo a verla. Ella lo saludo agitando una mano sonriendo, para emoción y alegría de ella, Trunks le devolvió el saludo pero con una expresión confusa. Eso le demostraba que era una buena persona, aunque algo desconfiado.

— ¡ANIKI! —Sorprendentemente Issei rápidamente se separó de su grupo para recibir al recién llegado —que bueno que llegas, al principio me pregunte porque no supe de ti en 3 días pero me alegro saber que estas bien.

—Tuve unos contratiempos —decía este sin saber a ciencia cierta que decir —lamento irme sin avisar.

—Bah no es problema cuando esta reunión termine podremos ponernos al día —Decía este con una sonrisa.

Cuando el guerrero del futuro estuvo a punto de responder se escuchó alguien carraspeando era nada más y nada menos que el Maou lucifer quien se encontraba junto a… Serafall este inconscientemente desvió la mirada de la chica y rápidamente salió de su campo de visión, lo más que podía pues esperaba no incomodar en nada a la joven.

—Qué bueno que llegas a tiempo Brief-kun, por favor escoge el lugar que más te agrade —hablo Sirzechz haciendo que Issei de inmediatamente se sentirá cohibido y decidiera regresar con su grupo —con esto podemos dar por iniciada la reunión.

Trunks obedeció las indicaciones del Maou y caminaba por los bordes del hermoso salón para dirigirse a una esquina que no estaba ocupada, sintiendo en todo momento la penetrante y retadora mirada del Hakuryuukou quien de igual forma le devolvía, sintiendo sus ansias de pelea, hasta podría jurar que buscaría hasta la más mínima excusa para retarlo a pelear, ya que la última vez que se vieron este lo llamo como rival supremo.

Cuando se dirigió a la esquina el simplemente se recargo en la pared y se cruzó de brazos,, intentado estar alejarse de la vista de la Mao Leviatan, pues no quería que sucediera otra misma escena que en esa cafetería. Una vergonzosa, confusa y que se preste a malentendidos.

Esta misma estaba agitada pero trataba de disimularlo. Observaba a Trunks de reojo, aun cuando este hacía todo lo posible para no estar en su rango de visión y no causar problemas. Serafall se sentía mejor al mantenerlo en su vista, pues prefería mantenerlo vigilado, empuñando su cetro por debajo de la mesa con todas sus fuerzas, que su brazo casi temblaba. Inconscientemente, preparaba un ataque por si Trunks llegara a pasarse de listo y tratara de dañarlos. Pero lo cierto es que la propia Serafall estaba no estaba muy consciente de lo que pretendía hacer en estos momentos.

Esa reacción no pasó desapercibida, pues Gabriel leyó las emociones turbias de la que se autoproclamo su rival, no entendía porque ella estaba temerosa de un ser tan maravilloso como lo era el joven peliazul.

El pronóstico de la reunión era un poco exacerbada pues la tensión podía cortarse con un cuchillo de mantequilla ya que los líderes de las tres facciones estaban sentados en una mesa pero al parecer había algunas asperezas que aún no acababan de limarse pues en su momento ellos fueron los responsables de crear una catástrofe de proporciones apocalípticas gracias a su guerra.

Aunque tal cosa palidecía gracias a cierto ser del que solo los lideres sabían de su presencia.

Cuando el líder de la facción del cielo relataba los acontecimientos posteriores que sucedieron cuando dios murió, Brief pudo observar la tristeza en la mirada de Asia que si bien se encargó de apaciguar los pesares de la monja con sus palabras ciertamente era un punto sensible. Fue ahí entonces que Azazel obtuvo la palabra.

—Por ello me gustaría escuchar de parte de estos 3 que no forman relación directa con las principales facciones, pero pueden afectar al mundo debido a su poder —Hablo el caído de forma enigmática apoyando su mentón en sus manos —.Sekiryuutei, Hakuryuukou y… Brief… Me gustaría saber que opinan de esto.

—Hmp —Vali fue el primero en tomar la palabra —me da igual lo que pase, mientras haya sujetos fuertes a los que enfrentarme —esto lo decía con mucha énfasis mirando al guerrero del futuro —el que haya paz o guerra, no es algo que me quite el sueño.

—Típico de ti —decía este mientras ahora volteaba a ver a Issei — ¿y qué me dices tú Sekiryuutei?

— ¡Ehh! —Respondía este sin saber que decir realmente —no podría responder una pregunta tan complicada de inmediato.

Desde su asiento, Trunks negaba con la cabeza dada la ineptitud de su futuro discípulo para responder, pero al mismo tiempo se sentía bien por Issei. Al menos no ha experimentado la barbarie de la guerra y tuvo una crianza tranquila que tanto hubiera anhelado él.

—Pongámoslo de esta manera decía este impaciente de averiguar la reacciones tanto de Issei como de la propia Rias cuando disparara su atrevida analogía —si la guerra estalla a causa de nosotros… no podrías hacer el amor con Rias Gremory.

—¡¿EHH?!—la consternación de la futura líder del clan Gremory no se hizo esperar, su furioso sonrojo denotaba que no se esperaba esa resolución. Su sequito estaba igual, aunque Akeno sonreia de forma ligera. Le daba gracia este tipo de espectáculos.

El aludido se quedó pensativo como si de pronto una gran revelación se hubiera mostrado a él, sin sacarse de la mente en hermoso escenario que Azazel planteaba en estos momentos.

—Piénsalo si nosotros declaramos la paz de lo único que deberías preocuparte es propagar la especie al lado de tu querida ama.

Un brillo apareció en la mirada del castaño sin dejar de imaginar en las infinitas posibilidades de la forma en que estaría con su preciada buchou, de saber lo que sería estar apretujado en ese par de dos razones que hacían que la vida del castaño valiera casa minuto.

— ¡¿PROPAGAR LA ESPECIE?!

—Así es, propagar la especie.

Trunks miraba incrédulo la reacción de él, aunque ya había escuchado por parte por otro lado que el portador de la boosted gea tenía la fama de ser un pervertido sin remedio comprobarlo por cuenta propia fue algo que ciertamente no se esperaba. Negaba con la cabeza reconsiderando seriamente entrenar al castaño.

Y también, que si llegara a entrenarlo. Debería ser más estricto con el para tratar de quitarle lo pervertido, aunque lo veía difícil. Al menos trataría.

—Con la paz puedes pasar tiempo de calidad con tu querida ama —Decía este divertido por la expresión del sekiryuutei —.En cambio con la guerra eso sería imposible, pues al ser la siguiente líder de su clan, es su obligación es saltar al frente del campo de batalla a luchar por el bien del inframundo —Azazel era un cabrón de eso no cabía duda, su maestría de convencer a los demás podría rivalizar con la del dios del engaño —y sobra decir que ya no podrías hacer bebes con ella.

Ante la mirada incrédula acompañada de un furioso sonrojo por parte de su ama, el sekiryutei meditaba con más atención la compleja pregunta de Azazel, barajando las posibilidades que podría tener a su favor y en contra. Pero gracias a eso, Hyodo había llegado a una conclusión satisfactoria.

— ¡VOTO POR LA PAZ! ¡LA PAZ ES LO MEJOR! —Exclamaba en voz alta haciendo que un extraño vapor escapara de sus fosas nasales — ¡CON LA PAZ PODRE HACER EL AMOR CON LA PRESIDENTA TODOS LOS DIAS!

La mayoría de los presentes estaban con una cara de WTF ante la enérgica respuesta del castaño y Trunks se llevo una mano al rostro, avergonzado por ese comportamiento. Era como tener a un segundo maestro Roshi.

—Ehh Issei-kun Sirzechz-sama está enfrente de nosotros.

Aunque Issei quedo congelado por esa revelación por parte de Kiba, el Maou lucifer le parecía de lo más hilarante sacándole un par de risas. En cuanto a Trunks, este tenía una gota gruesa de sudor resbalando en su nuca y aun con su mano en el rostro, cosa que fue observado con Rias queriendo que la tierra se la tragara en este instante.

— ¿De verdad sería correcto entrenar a Issei? —Se preguntaba internamente debido al lamentable espectáculo protagonizado por parte del castaño, no quería que también lo relacionaran como un depravado sexual por el simple hecho de tomar a Issei como discípulo—hnmm ¿Cómo estará el maestro Roshi? Espero este bien de salud—se preguntaba mentalmente por el viejo maestro, esta pervertida conversación le hizo recordarlo. Que sea un pervertido no significaba que no lo apreciara.

—Aun así —Exclamaba este alzando uno de sus puños con determinación —yo solo usare mis poderes para proteger a mis amigos solamente ¡LO JURO!.

Ante esta declaración Rias y los demás sonrieron contagiando a Trunks de igual modo y haciéndole pensar que tal vez no será tan mala idea entrenar a Issei.

—Bueno, bueno interesante respuesta a decir verdad —Exclamaba el ángel caído posando su mirada en Trunks —bueno por lo cual me gustaría escuchar que opina nuestro inesperado visitante.

—Es cierto, Trunks-dono proviene de parte de un mundo diferente al nuestro —hablaba esta vez el arcángel Michael curioso por saber en qué son diferentes y similares —por esa razón los presentes de aquí desconocemos que costumbres practican en el mundo del cual vienes, si el concepto de la paz o guerra es similar o diferente al nuestro.

Michael lo sabía de antemano, pero le provocaba mucha curiosidad el escuchar la respuesta del aludido.

—Por favor siéntete con la libertad de hablar —invitaba el Maou Lucifer con una amable sonrisa, sin importar que la expresión de Trunks fuera de absoluta seriedad.

Trunks abandono su posición de brazos cruzados.

—Como bien saben no llevo mucho tiempo en este mundo —hablaba el peliazul con un tono neutro—sin embargo en base a mi experiencia que obtuve en mi estadía pude llegar a la conclusión que lo que usted dice es verdad. Los conceptos entre paz y guerra entre nuestros mundos, en efecto, son diferentes.

Hubo murmullos por parte de los sequitos que presidian la reunión. Azazel sentía muchas miradas encima, completamente sabedor que Trunks ataba dispuesto a atacar sin piedad.

—Por favor explícate —Pidió el Maou lucifer.

—Muy bien —esta vez la mirada del peliazul se afilo bastante —me parece muy hipócrita que Azazel-Dono predique paz y el amor como si fuera una especie de Guru espiritual, costumbre por supuesto, y como no me dejaran mentir los que se encuentran en esta habitación, que no compartían muchos de sus semejantes —tomo una pausa mirando de reojo a los jóvenes que estaban a escasos metros de el — ¿Debe saber a qué me refiero, no?

Azazel lo observaba con seriedad, igual que los presentes, aunque Serafall intentaba mostrar entereza, sentía que esta reunión se hacía cada vez más asfixiante.

—Es un poco confuso para mí, quiero decir, usted es alguien que pone la paz por sobre todas las cosas, que está de acuerdo que todos vivan felices y en armonía —Azazel sonreía ante el disgusto de Trunks —lo que no logro entender es que si ama tanto la paz, ¿porque permitió que muchos de sus subordinaros hicieran tambalear los planes de paz de la que usted estaba maquinando desde hace tiempo?

—Aniki —Decía Issei agradecido de la empatía que tenía su sensei para con ellos, entendiendo a la perfección lo que Trunks ponía entre visto.

—Mire a estos dos jóvenes —Exclamaba el guerrero del futuro señalando a Asia y Issei —fueron asesinados por un ángel caído quien según se, la responsable eso era muy devota a usted y obedecía a rajatabla todas y cada una sus órdenes. Y de no ser por la pronta intervención de Rias Gremory, ellos estarían muertos en estos momentos.

El aludido chasqueaba la lengua sabedora que todo lo expuesto por parte de Trunks fue porque lo supo del padre de todo y el que todo lo ve ¡Maldito Odín!

—Y no solo ellos, Raynare asesino a muchas personas solo por el pecado de haber nacido con algo especial y que quizás sea algo que haga cambiar el mundo para bien —replicaba este ya molesto al recordar como Odín le transmitió esa serie de eventos y escuchar lo relatado por parte de Asia e Issei —y asumiendo el hecho de que usted no le ordeno a ella cometer esos asesinatos, quisiera entonces preguntar, ¿Qué fue lo que hizo al respecto? Sabiendo perfectamente que entre ella y otros 3 más cometían asesinatos en masa ¿porque no movió ni un solo dedo?.

Como era de esperarse no espero respuesta por parte del caído, más bien lo analizaba con una mirada escrutadora como si estuviera planeando la contra estrategia en la treta que Trunks estaba jugando en estos momentos.

Los demás lideres estaban un poco tensos por esto, pues lograban sentir un poco del poder del chico. Sirzech en especial, pues el ya conocía un poco de su verdadero poder. O eso creía.

Pues Trunks solo le mostro una diminuta (casi imperceptible) fracción de su verdadero poder.

—Justo como pensé, no hay respuesta ¡Que novedad! —exclamaba este un poco impacientado por el misticismo del ángel de los sacrificios —bueno ya que le encanta dejar que su silencio hable por usted, no me queda otra opción que avanzar a un tema más importante, tan importante que estará obligado a hablar quiera o no— decía este mientras enfocaba sus ojos en los Maous — le aseguro, señor, que a quien le debe explicaciones son a los maous presentes de aquí, después de todo el caso de Kokabiel, por lo que se me informo, fue muy sonado.

—Déjate de rodeos de una buena vez Kenshi-Kun —masculló Azazel de brazos cruzados pero esta vez sin proferir su sonrisa arrogante —¿A qué quieres llegar?.

—Es algo muy simple que hasta usted ya sabe a qué debo referirme Azazel-dono —se lo agradezco mucho decía el que si bien espero el efecto deseado aún estaba deseoso de escuchar la grandiosa explicación que Azazel tendría que dar —¿Por qué no puso un alto inmediato a ese malnacido de Kokabiel? Si de antemano supo que alguien conspiraba a sus espaldas para tratar de arruinar la paz que a usted tanto le agrada dígame porque su actuar fue bastante mediocre o con falta de coordinación.

Esta vez Trunks miraba de forma penetrante al portador de la divine dividing.

—Sus errores para encargarse de ese asunto fueron tantos que incluso mando a este sujeto quien a leguas no hizo nada mientras gente inocente estaba a la merced de ese genocida solo porque resulta que Vali quiso observar —el aludido solo le sonrió de forma cínica —digo realmente era necesario enviar a un sujeto que no le importa otra cosa más que pelear, ¿porque no fue usted en persona a arreglar las cosas? ¡SE SUPONE QUE ESO ES LO QUE HACE UN LIDER!

—Vaya parece que me tienes resentimiento —respondía el dragón blanco adoptando una posición un poco amenazante, para acercarse al guerrero del futuro manteniendo su sonrisa desafiante en todo momento—si gustas podemos resolver esto ahora mismo, ya que yo también tengo cuentas pendientes que quisiera ajustar contigo.

Trunks lo observo de forma penetrante. Issei observaba la escena sintiendo un poco de lastima por su rival, pero solo un poco nada más, porque sabría de antemano que Trunks volvería a barrer el piso de una forma bastante humillante como para hacer que no quisiera mostrar su cara al público en muchos años. Bien se lo había dicho Ddraig.

¡Fiz!.

De un segundo a otro, Trunks había desaparecido de la vista de todos. Valí no caería en eso de nuevo, así que dio una vuelta rápida y lanzo un golpe cargado de magia y poder demoniaco. Solo que esta vez se llevo una gran sorpresa.

Trunks no estaba atrás de el.

—¿Qué…?.

Abrió sus ojos en sorpresa, los demás líderes también. El peliazul había aparecido frente al Hakuryuuku, cuando este volteó, lo agarro de la nuca con una mano. Al mismo tiempo, apretaba un punto de presión. Vali había sido paralizado.

Estaba incrédulo, nuevamente estaba a merced de este tipo. Albión no podía ayudarlo, pues a pesar de que su dragón trataba de liberarlo, no podía hacer nada. Trunks solo miraba al paralizado chico, con una mirada neutra y tranquila. La verdad era que no quería llegar a estos extremos, pero las ansias de pelea mostradas por este chico, eran demasiado peligrosas. Quiera o no, debía tranquilizarlo aunque sea a la fuerza. Este no era un buen momento, ni el lugar correcto para luchar. No en una firma de paz, los demás no sabían que hacer ni como actuar, pues sabían que el chico era extremadamente poderoso. No lograrían hacer nada en su contra.

Serafall encontraba en cada acción del peli azul vez más similitudes con el sociópata que causo desastres en la gran guerra, porque comprobó de primera mano lo indefensa que ese monstruo la hizo sentir y que en estos momentos ese joven lo estaba demostrando de nuevo. La chica era una bomba de tiempo de la cual no se sabe cuándo va a explotar.

Trunks observaba al chico seriamente, hasta que suspiro derrotado. Segundos después soltó su cuello, Vali rápidamente se alejó del guerrero hibrido. Observándolo con incredulidad, se llevaba una mano a su cuello, sin poder asimilar que estuvo siendo dominado hace solo segundos por el. Era un momento demasiado impactante para el.

¿C-Como…?

[Vali, ya te lo había dicho. No te entrometas con el] mencionaba el dragón blanco dentro de él, se notaba el nerviosismo en su voz [nada bueno saldrá si llegas a enfrentarlo].

Solo me tomo por sorpresa—respondía sin querer creer lo fácil que fue para Trunks, el atraparlo. Albión solo bufo molesto por su terquedad— ¿Pudiste absorber su energía?

[No, no pude] respondía el dragón sorprendiendo a Vali [Su poder es tan colosal y denso que no puedo absorberlo]

Debes estar bromeando—respondía con incredulidad, pues no importa de quien se trate. Nadie podía negarse a la absorción de Albión—quieres decir que este tipo…

[Así es valí] respondía el dragón para consternación de su portador [Mis habilidades no funcionan con el].

Vali abrió sus ojos en sorpresa, frente a él estaba un ser único. Ese sujeto era alguien de temer, como si fuera el resultado de una anomalía en el equilibrio natural de las cosas.

Mientras el dragón blanco dividía, el rojo aumentaba, pero esas habilidades palidecían contra el poder de Trunks.

—No eres el oponente indicado para mí—mencionaba Trunks tranquilo, pero serio. Aunque no quería sonar arrogante o pendenciero, el solo quería hacerse entender de una buena vez —así que agradecería de antemano que abandones tus ansias de luchar conmigo.

— ¡¿Qué mierda estas diciendo?! —Vali pregunto molesto al malinterpretar las cosas.

—Deja de buscar pelea en este sitio, no es el lugar ni momento indicado para eso—seriamente se cruzaba de brazos con su mirada neutral y serena—están tratando de llegar a un acuerdo pacífico, no lo arruines.

Vali apretaba los dientes en ira, este tipo lo trataba y regañaba como si fuera un niño pequeño. Sus miradas chocaban entre ambos, creando nervios y tensión en todos los presentes. Incluso Issei tragó grueso al sentir el peligro.

—Tranquilo Vali, no vale la pena —Intervenía el Caído alzando una mano para detener los ímpetus del joven, pues no quería que la reunión se fuera a la mierda—el Hakuryuukou chasqueo la lengua en señal de molestia—bueno ya que te crees una especie de héroe bienhechor casi rosando el complejo de niña exploradora y que de improvisto te gusta informarte en asuntos relacionados con el mundo sobrenatural —Azazel carraspeaba un poco déjame —déjame decirte que yo también encuentro huecos argumentales en tu planteamiento.

—¿De que estas hablando? —Trunks decidió dejar los modismos de un lado al notar que Azazel lo estaba atacando de la misma forma irónica que el hizo hace unos segundos.

—Jaja me sorprende mucho que la persona que le encanta informarse ignore un hecho indispensable.

Trunks estaba a punto de exigirle que se explicara mejor hasta que alguien más decidió tomar la palabra.

—Se refiere el pacto de tregua que firmamos al momento de acabar con la gran guerra —hablaba Sirzechz para responder la duda que tenía el peli azul —debido a las enormes pérdidas que tuvimos entre las tres facciones decidimos firmar un pacto de armisticio, en el que entablamos no atacarnos los unos a los otros para así poder recuperar la población que perdimos en los tiempos de guerra.

Serafall y Gabriel suspiraron por eso, cuando la bestia innombrable había llegado a torcer las cosas de forma brutal, creían que todo había acabado hasta que desapareció de la faz de la tierra, fue así como todos lo notaron como una especie de presagio o señal como si se tratara de una segunda oportunidad, fue por esa razón que decidieron realizar dicho pacto, después de ese genocidio sangriento, lo último que querían hacer las facciones era seguir peleando.

—Pero ¿debían esperar que todo esto pasara para hacerlo? —preguntaba confundido y un poco más tranquilizado, pues Sirzechz no le provocaba ningún sentimiento hostil. Algo irónico al saber que era un demonio—vidas inocentes de todos los bandos estuvieron en peligro si Kokabiel hubiese asesinado a cualquiera de esos jóvenes, probablemente la guerra hubiera estallado de nuevo y con resultados más atroces. —mencionaba aquello tan obvio.

—Lo sabemos Trunks-dono—mencionaba el líder del cielo con voz un poco afligida, pues las palabras del chico estaba llenas de razón —pero anteriormente, la relación entre las tres facciones, no era muy estable que digamos, incluso hasta hoy todavía existen tensiones.

—Y por esa razón estamos aquí —respondía Gabriel con una encantadora sonrisa haciéndose notar por el chico nuevamente—para limar asperezas y que algo parecido no ocurra de nuevo.

Trunks recordó todo lo que Odín le conto sobre las tres facciones bíblicas, el cómo eran enemigos mortales, incluso ahora lo eran. Esas rencillas y discrepancias que los llevaron a una guerra que casi provoca la extensión de las 3.

Entendía que no era fácil el obtener la paz, casi siempre hay una guerra y caos atrás de ella. Eso lo hizo entender un poco más las cosas.

— ¿Entiendes ahora kenshi-kun? —Preguntaba serio Azazel —no es necesario que juegues al héroe.

—No me creo un héroe Azazel—respondía serio el peliazul—simplemente menciono la verdad de los hechos, tu negligencia es demasiado grave. No solo humanos corrieron el riesgo de morir, sino todos los habitantes del mundo ¿acaso no puedes ver las graves consecuencias de tu desinterés? —preguntaba aún más serio y afilando la mirada—una nueva guerra, donde todos hubieran perecido. Eso es lo que quiero que veas.

—Entiendo tu punto —respondía Azazel con ironía para molestia de los estudiantes presentes—aunque es cierto que tuve ciertos descuidos ciertamente las cosas ya pasaron y no hay forma de hacer que ese hecho cambie…

Issei apretaba los puños en señal de enojo ante las palabras del Ángel de los sacrificios. Trunks cerraba los ojos para serenarse pero ciertamente la cosa se estaba haciendo algo demasiado difícil, el Ángel no ponía de su parte.

—Y ya que estamos en este jueguito de sacar los trapitos al sol me gustaría que tu también nos des una explicación —decía el haciendo que los presentes se confundieran, incluso el peli azul dejo su rabia al momento de escuchar esa frase —criticas nuestras acciones y cuestionas la forma en que ejercemos nuestra autoridad, ¿pero qué hay de ti? Creo que es necesario poner en tela de juicio tu magnifica elocuencia con las mujeres.

Trunks sabía a lo que quería llegar el ángel caído, no por nada se lo había recordado cuando llego a Asgard.

— ¿Verdad Serafall?.

Todos quedaron mudos, la aludida sentía que sus piernas le pesaban mucho, se le hacía difícil articular palabra alguna, no entendía como es que Azazel se había enterado de aquel incidente, pero el Ángel tenía sus trucos y ciertamente sabía jugar sus cartas para usarlas en el momento adecuado. Trunks por poco quedaba mudo.

—Oye no saques las cosas fuera de contexto —después de recuperarse de la impresión el joven bramaba molesto —yo no tuve nada que ver con lo que sea que ella este lidiando… —pero con cada palabra los ánimos del joven decaían al recordar ese momento.

— ¿Y cómo podemos estar tan seguros? –Preguntó El Ángel sabiendo que había dado en el clavo —mírala tu sola presencia le molesta bastante, apuesto a que querría salir corriendo de aquí con tan solo alejarse de ti… sin duda eso denota que lo que sea que le hiciste debió ser algo horrible…

—Oye cuida tus palabras—hablaba Sona molesta por el rumbo que estaba llevando las cosas el ángel caído, más sin embargo la mirada del satán rojo le hizo persuadirla.

Trunks no sabía qué hacer, nuevamente la experiencia de la otra ocasión se estaba repitiendo, todo mundo le comenzaba a mirar fijamente.

—Yo no le hice nada…

— ¿Enserio? puede que digas eso aunque quizás hayas hecho algo horrible como ocurrió hace miles de años.

El Ángel había recibido las miradas de enojo por parte del arcángel y Sirzechz, pues por poco era un tema tabú y ese mismo por poco rompe el pacto que habían acordado las tres facciones sobre no mencionar lo acontecido durante el ataque del innombrable. Azazel había caído en cuenta de que quizás llego un poco lejos pero sabiendo de antemano que no se le fue la lengua demás en base a esa última frase que dijo.

Para este punto los recuerdos de las miradas de los clientes de ese maid café y en especial la imagen de Serafall alejándose de el con su mirada llena de terror hacia su persona comenzaba a azotar su mente como un panal de abejas africanas molestas porque alguien les agito su panal.

— ¿No quieres hablar? ¡Qué sorpresa! —decía el ángel caído con un poco de ironía —como sea supongo que todos guardamos…

Trunks no había podido soportar más ante los injustos ataques de Azazel para justificar su ineptitud como líder y desviar el tema hacia otro lado.

— ¡SUFICIENTE!.

Su Ki se elevó de manera brusca rompiendo unos estantes de vidrio mientras sus cabellos se alzaban un poco debido al aumento brusco de poder dándole cierto parecido al que nunca debía ser nombrado. De nuevo reino el silencio en la sala de reunión.

E-Esa a-apariencia —pensaba La Maou leviatán bastante pasmada al ver ese exabrupto que inconscientemente volvía a transfigurarse en aquella bestia de cabello verde, —es el, es el, es el, es el… nos va a matar… nos va a matar, tengo que acabarlo o si no… ¡NOS VA A MATAR!

Serafall ya no podía soportarlo más, su temor, alimentado por los viejos recuerdos de las masacres de ese monstruo quebraron su psiquis. Ese mismo miedo fue aquel que la hacía temblar y poco a poco y nublando su capacidad de razonar.

— ¡Serafall tienes que calmarte!— Pedía Sirzechz notando las entrecortadas respiraciones de la mujer —no es quien tú crees.

Trunks veía esto un poco desorientado a que se referiría el Mao lucifer con que no es el. ¿De qué sujeto estaban hablando?

Todos en la sala se alarmaron, en especial Trunks, pues sintieron un incremento de poder masivo. Cuando voltearon a ver, se llevaron una gran sorpresa al ver como la maou Leviatán, se levantaba de su asiento sacando su cetro mágico cargado de un poder descomunal en la punta de este, quien entre temblorosas manos le apuntaba al peli azul, esto no podría ser peor pues si el ataque era disparado la onda de poder podría matar a los chicos que se encontraban en la reunión. Quien sabe que otros daños colaterales ocurrirían después.

— ¡NO LO HAGAS SERAFALL! —exclamó alarmado Sirzechz tratando de detenerla, pero ya era demasiado tarde.

— ¡TODOS USTEDES TIRENSE AL SUELO! —Gritaba alarmado el peli azul al notar que la chica tenía todas las intenciones de disparar esa colosal onda de poder.

Dada a la magnitud inmediatamente los dos sequitos hicieron lo que les pidieron para protegerse de ese ataque, Issei sujetaba a Rias y a Asia de forma protectora ya que eran las que estaban cerca de él, haciendo lo mismo Saji quien igualmente trataba de proteger a Sona y Tsubaki.

¡DESAPARECE MALDITO MONTRUOOOOOO! —aullaba la chica mágica en pánico puro mientras lanzaba el ataque a quemarropa sin importar si causaría una grave tragedia.

¡Foooooosh!.

— ¡Maldita sea! —exclamó Azazel saltando hacia un lado, tratando de que ese ataque no le dé. Aunque sabía que no podía salir indemne si ese ataque explotaba.

— ¡Hermana! —Michael abrazo a Gabriel, ambos se cubrieron con sus alas. Tratando de crear un escudo.

El serafín observaba muy preocupada al chico.

Trunks miraba el inmisericorde y veloz avance de aquella esfera de poder. Fácilmente podría destruirla con una ráfaga de ki, pero la explosión borraría una gran parte del área, desviarla al cielo tampoco serviría mucho pues destruiría gran parte de la academia. Pero debía pensar en algo rápido, porque no hace algo, el asunto acabaría muy mal.

Los sequitos Gremory y Sitri estaban aterrados pues sentían el inmenso poder de la Maou y no sabían si saldrían de esta.

Debo suprimirlo forzosamente—pensó tomando una decisión.

Para sorpresa de todos, Trunks extendió sus manos y atrapó sin problemas aquel poder entre sus manos deteniendo su avance, la mueca que hacia el susodicho denostaba el enorme esfuerzo que ponía para que nadie saliera lastimado y la onda no trajera mucha destrucción.

Trunks debía admitirlo, la Maou era fuerte y su ataque lo demostraba. Sus pies eran ligeramente arrastrados por el empuje. Sabía que todo esto era demasiado peligroso, por lo que dio un grito de guerra y activo su ki, siendo rodeado por este. Los presentes abrieron sus ojos en más sorpresa cuando sintieron su enorme poder.

Poco a poco, aquella esfera empezaba a disminuir su tamaño, así como su fuerza de empuje. Trunks estaba deshaciendo aquel poder, disipándolo con su ki hasta que desapareció por completo de sus manos. Había logrado neutralizar el ataque, aunque fue algo agotador, su respiración agitada lo demostraba.

— ¿Q-Qué demonios pretendías hacer? —Preguntó Trunks con una expresión de los mil demonios al ver como una parte del salón se encontraba agrietada — ¿tanto es tu resentimiento hacia mí que no te importo herir a los chicos? ¡MIRA LO QUE HAS HECHO! ¡¿CUAL ES TU MALDITO PROBLEMA?!.

Serafall observaba anonada el peso de sus acciones, mirando de reojo el daño que había causado su ataque y cayendo en cuenta lo que ella misma había provocado.

— ¡¿Tienes idea de lo que hubiera pasado si yo no detengo ese ataque?! ¡¿Alguna maldita idea?!

—Yo… yo no… lo s-sa-bia—retrocedía está asustada ante la mirada que recibía por parte de los presentes quien le miraban con incredulidad y por parte de los jóvenes con terror.

— ¿¡Que no lo sabias!? —Le interrumpió entre impactado y boquiabierto, llegando a tomar la Maou por el cuello de su blusa para sacudirla ligeramente —por poco cometes una masacre… ¡ESTUVISTE A PUNTO DE ASESINAR A TU HERMANA!

Ante lo dicho por parte del guerrero del futuro la Maou respiraba nuevamente con marcada dificultad, retrocedería un par de pasos mientras se tocaba la cabeza, cayendo en cuenta que por poco su quería hermana moría por su acción imprudente por lucifer.

Casi mato a Sou-tan —mientras las lágrimas caían de sus ojos — KYAAAAAAAAAAAA ¡¿QUÉ ES LO QUE HE HECHO?!.

Sirzechz también se encontraba extremadamente molesto y cuando se acercó a la abatida chica para demandar explicaciones. Pero de un momento a otro, algunos de los presentes en la sala, de volvieron estatuas de piedra.

Aquellos que no habían sido afectados, eran los líderes de las facciones, Gabriel, los dos dragones celestiales, Rias, Asia y Trunks, los cuales se veían muy preocupados.

Estas presencias ¡no puede ser! —pensaba alarmado, pues eran las mismas que había sentido antes y no le prestó atención. Un descuido bastante grande—papá tenía razón ¡soy un idiota! —se reprendía así mismo, recodando cuando su padre le decía sus errores y los recalcaba. Uno de ellos era que no prestaba mucha atención a las cosas— ¿Están bien chicos?

—¿Eh? Sí, estamos bien. No debes preocuparte—mencionaba Rias un poco nerviosa por la situación en la que se encontraban —¿Qué está pasando?

—No tengo idea—mencionaba serio el peliazul, cruzándose de brazos.

—Vaya ¿Quién lo diría? nos están invadiendo. —Mencionaba Azazel viendo por la ventana y olvidando que casi fue asesinado por la Maou Leviatan—supongo que debemos dejar ese asunto pendiente por el momento. Decía este mientras observaba a la Maou aun arrodillada en el suelo en estado de shock por las contundentes palabras del guerrero del futuro.

La atención de Trunks estaba posada en los invasores quienes para su sorpresa resultaban ser humanos, los podía distinguir por sus energías, pero había algo con esta misma que los diferenciaba de los demás. Debía ser magia, por lo tanto, eran magos. Había incontables de ellos rodeando el instituto, lanzaban ataques mágicos contra ellos, pero los líderes habían alzado una barrera para defenderse. Aunque esta no aguantaría mucho esa cantidad de ataques.

—Son demasiados—mencionaba serio el líder de los cielos mientras veía esa enorme cantidad de magos y sus ataques—¿Cómo deberemos proceder?.

—Primero que nada, hay que ayudar a quienes aún están convertidos en piedra—mencionaba Sirzechz observando a los demás que seguían petrificados —Rias, esto es a causa de tu peón ¿verdad?

La chica se tapó la boca con las manos al caer en cuenta cómo es que todos en la sala quedaron petrificados.

— ¡Gasper! ¡Koneko! —exclamaba muy preocupada por sus dos siervos—debieron capturarlos, esta es la consecuencia de usar su sacred gear; Forbidden valor view.

—¿Cómo fue que no todos fuimos afectados? —preguntaba Asia confundida al momento de que se levantaba con ayuda del castaño.

—Por diversos factores—respondía Azazel de forma seria como nunca antes—nosotros los líderes y Gabriel, tenemos un enorme poder que nos protegió. Al igual que a Trunks—señalo al peliazul que alzo una ceja en confusión—Issei y Vali por portar a los dragones celestiales en su interior y Rias junto a su alfil, al haber tomado la mano del Sekiryuutei. Por eso no estamos afectados.

—Entendemos—respondía Sirzechz viendo lógica a la explicación del cadre—ahora tenemos que decidir qué acciones tomar.

—La elección debería ser más que obvia—mencionaba Vali mientras observaba a través de la ventana—solo eliminemos a ese alfil y ya.

Ante esa respuesta tan falta de empatía, todos agriaron su mirada, en especial Trunks. Pues no le gustaba que dijera esas cosas terribles sin siquiera considerarlo o dudar un poco.

—¡No puedes hacer eso! —respondía furiosa Rias por como decidía algo tan terrible para su sirviente.

—Es eso o morir—en eso apunta con una mano hacia la torre donde estaban ambos sirvientes, encendiendo su aura. Estaba dispuesto a llevar a cabo su sugerencia—es por el bien de todos.

Rías iba a reclamarle que parara, pero no fue necesario, pues alguien había tomado la mano de Vali. Era Trunks, el cual había desviado su mano al suelo, el peliplata lo veía seriamente, pues estaba interfiriendo. Aunque estaba internamente sorprendido, pues no importaba cuanto poder use, no podía doblegarlo. Estaba tranquilo como si nada pasara.

Las miradas de ambos chocaron, generando tensión en los presentes, pues sentían un poder abismal chocando, el poder de ambos resonaban en todo el sitio, incluso afuera. Algunos magos sintieron ese poder y dudaron por unos segundos. Pero luego siguieron atacando, pues esas eran sus órdenes y estas eran absolutas. Aunque no lograban casi nada por culpa de esa barrera que rodeaba toda la academia.

—No tomes decisiones sobre la vida de otros—mencionaba con dureza el peliazul—nadie va a morir hoy, habrá otra manera de arreglar esto. Sin la necesidad de matar inocentes.

Valí chasqueo la lengua y bruscamente, se soltó de su agarre, Trunks solo lo observaba seriamente. Podía sentir la energía de ese chico, desde el primer día que lo conoció a decir verdad. Él no era alguien malo a decir verdad.

Solo era alguien arrogante y amante de las peleas, pero eso no lo volvía alguien malo. Aunque se ve que tomaba decisiones y acciones a la ligera, pues por el bien de todos, estaba dispuesto a eliminar a Koneko y a ese tal Gasper desde la distancia. Eso obviamente no podía permitirlo, no iba a dejar morir sin razón a ellos dos. No era ese tipo de personas que dejaba a su suerte quien lo necesitar.

Mientras que Vali, el solo observaba a quien consideraba su "rival supremo" con una mirada ligeramente decepcionada. Tenía un inmenso poder, eso es verdad, pero al parecer era muy blandengue. Eso no le permitiría sacar todo su poder verdadero y por lo tanto, su ansiada y soñada batalla seria aún más decepcionante si eso fuera un limitante.

—Hmp. Eres demasiado blando—recriminaba el peligris de forma leve—¿vas a dejar morir a quienes están aquí por solo dos vidas?

—Nadie va a morir hoy —Pregunto sin importarle las palabras del Hakuryuukou—como dije antes, ya habrá una forma de salvarlos a todos. No tomes decisiones apresuradas.

Si bien no conocía para nada al vampiro, eso no significaba que lo dejara morir. Por lo que Rias le comento en la reunión, el chico era apenas un niño tímido y asustadizo. No iba a dejar morir a un niño por esta situación, el que lo usaran por su poderosa sacred gear no era su culpa. Solo una víctima del destino, Rias y su sequito suspiraron aliviados por aquello, estaban agradecidos de que detuviera al Hakuryuukou y evitar las muertes de sus sirvientes/amigos. Se notaba que Trunks era alguien protector.

—A ver genio—mencionaba sarcástico mientras se cruzaba de brazos—dime una forma de hacer esto sin muerte alguna.

—Vali, se supone que esto es una reunión para un tratado de paz. No busques peleas innecesarias—antes de que Trunks respondiera, reprendía a su modo el cadre, aunque casi no mostraba signos de seriedad—de ser así ¿no quieres salir a divertirte un poco? —más que una pregunta, fue una sugerencia. Se notaba por su sonrisa.

Vali también sonrió, para luego ver de reojo a sus dos rivales y observarlos de forma Egocéntrica y retadora. Eso los hizo fruncir el ceño.

Una luz envolvió al chico, cegando a casi todos, para luego salir disparado al cielo destruyendo un poco del techo. Cuando llego a las alturas, se veía que portaba su imponente armadura blanca. Los magos lo vieron y empezaron a atacarlo con una gran cantidad de disparos mágicos. Aunque eso no era para nada efectivo a decir verdad, no contra alguien como el. Pues ningún ataque le acertaba.

Para sorpresa de todos, varios círculos de protección lo rodeaban y protegían según la trayectoria de los disparos. Vali se mantenía ileso y de brazos cruzados.

Eso es sorprendente—pensaba asombrado Trunks, pues en serio era una habilidad asombrosa. Además de ser muy útil.

Los demás no podían evitar pensar lo mismo que el peliazul, el Hakuryuukou actual era alguien muy habilidoso y fuerte, casi de forma irreal. Eso hizo que Issei se sintiera internamente inferior e impotente, aquel portador del dragón blanco, quien se supone es su rival destinado, lo superaba y con creces. Era un verdadero guerrero a diferencia de el.

Pero eso iba a cambiar, de eso se aseguraría. Daria todo de sí en el entrenamiento con Trunks.

—Bien, el Hakuryuukou los mantendrá ocupados. Ahora vamos a lo importante—menciono Sirzechz muy serio por toda esta situación—Rias, tú tienes una torre sin usar en tus piezas ¿no? —preguntaba el pelirrojo a su hermana.

—Así es, Lucifer-sama—respondía con el respeto que merecía su hermano, pues en este momento no era su familiar. Era un maou—la pieza esta en mi escritorio.

—Esa podría ser nuestra oportunidad, usemos aquella pieza para llevarlos hacia allá. Usaremos un enroque—proponía y los demás se sorprendieron con eso, pues habían olvidado aquella habilidad de las evil pieces. Aunque Trunks no entendía para nada lo que decía—irán Rias e Issei ¿tienen alguna duda? —pregunto y ambos negaron, estaban determinados a salvarlos. Eso lo hizo sonreír ligeramente—de acuerdo, no perdamos el tiempo. Cada segundo cuenta.

El maou desplego su poder y rodeo a ambos chicos, los cuales desaparecieron de la vista de todos, pero una pieza de torre apareció donde antes estaban. Sirzech lo tomo y guardo para no perderlo.

Luego tomaron una decisión, debían salir a la lucha.

Pero todos fueron interrumpidos, cuando una presencia poderosa se hizo presente junto a ellos. Trunks afilo la mirada, pues era la misma presencia de antes. Aquella que no le prestó atención, creyendo erróneamente que también pertenecía a quienes participaban en la reunión. Un pequeño error a decir verdad.

Por lo que ahora se lanzaría a la lucha, aunque debería ir con cuidado. Eran humanos a pesar de sus dotes mágicos y por lo tanto, más frágiles. Que estén del lado del mal, no significaba que debiera matarlos. No eran androides ni seres malignos, además Trunks jamás mataría a un humano. Aunque tampoco lo haría a una criatura que fuera inocente, agradecía que tuviera la habilidad de reconocer las energías de sus oponentes. Así podía reconocer entre enemigo y aliado.

—¡Haaa!.

¡Fooooosh!.

Todos tuvieron que cubrirse, pues Trunks encendió de nueva cuenta su ki y salió volando por una ventana. Apenas salía de ahí y tuvo que evadir una interminable lluvia de ataques mágicos. Aunque para Trunks esto no era tan difícil, pues lograba evadirlos en pleno vuelo. Algunos hasta los desviaban con sus manos y los enviaba de nuevo contra su dueño, hiriéndolos y dejándolos fuera de combate.

Los demás participantes de la reunión también salieron, observando la batalla del dragón blanco y el guerrero del futuro, contra el ejército de magos. Quedando bastante impresionados.

Trunks estaba algo molesto, pues parecían interminables todos estos tipos. Por más que derribara a uno, había varios más para reemplazarlo. Por lo que empezó a ascender mientras aun evadía los ataques mágicos, hasta que freno en al aire. Viendo como varios ataques se dirigían hacia el.

¡Booom!.

—¡Aaah! —exclamo aterrada la serafín al ver como el cuerpo del chico fue alcanzado e impactado por esos ataques.

Los demás estaban iguales, no sabían que pensaba el chico al dejarse impactar, incluso Vali observo aquello y chasqueo su lengua por ver como su rival se confiaba de más. Pero luego su terror se convirtió en alivio y también sorpresa.

Cuando la cortina de humo se disipo, se podía ver a un Trunks ileso y sin ningún rasguño. Los magos estaban sorprendidos por eso, pero dejaron eso de lado y volvieron a atacar, ahora se podía ver como los ataques chocaban contra su cuerpo, pero sin recibir ningún daño, su cuerpo era como una gruesa pared de acero puro. Pero esta vez Trunks no solo iba a recibir el ataque, debía contratacar. Así que genero dos esferas de ki en sus manos, para luego empezar a lanzar una cantidad de esferas de energía bastante considerable. Las cuales destruyeron los ataques mágicos y al mismo tiempo, herían y dejaba fuera de combate a los atacantes. Movía los brazos tan rápido, que a opinión de todos parecía una ametralladora. Gracias a eso caían poco a poco los enemigos.

—Trata de no matarlos—mencionaba la serafín notando las intenciones de Trunks, enterneciéndola por ello—solo los neutraliza—mencionaba al ver como los enemigos caídos aun respiraban.

—Es increíble que a pesar de tener ese inmenso poder, no se halla corrompido—mencionaba el overlord del cielo sorprendido, pero con una sonrisa—eso es algo que nadie se espera.

—Aunque sigue siendo muy blando—respondía serio Azazel cruzado de brazos y viendo la batalla—eso es algo muy preocupante y crea desventajas en una batalla.

—Ese chico no lo hace nada mal.

Todos los que estaban ahí, voltearon a ver en una dirección contraria al cielo. Ahí estaba flotando una hermosa mujer, bien atribuida y con lentes. Todos la reconocieron, era una descendiente de los maous originales. La cual veía con desprecio a Serafall por alguna razón.

—Katerea Leviatan—mencionaba el Maou pelirrojo con severidad, siendo observado por ella—¿Qué demonios estás haciendo?

—Lo que siempre debí hacer—mencionaba la mujer con un tono de resentimiento bastante obvio—recuperar el puesto que por derecho me corresponde—para luego observar a la pelinegra de coletas quien seguía en estado de shock emocional — ¡el que me fue arrebatada por esa falsa demonio! —mencionaba con obvio resentimiento y asco al verla.

Serafall no decía nada, aún estaba afectada por lo acontecido anteriormente, hasta que le dedico una mirada seria y amenazante; una que hizo temer y dudar a Katerea por unos segundos, pero luego se recuperó.

— ¿Y cómo piensas quitarme el puesto? —el resto de los presentes se sorprendieron por esas palabras tan frías (irónico) de la pelinegra, pues nunca mostraba aquella faceta. Sirzechz la observaba serio y una gota de sudor bajando a un lado de su rostro— ¿quieres pelear por él? —preguntaba aún más amenazante apretando su báculo.

—Oh querida, eso es obvio. Y te aseguro que yo seré quien gane.

Katerea sonrió, pues estaba confiada en su nuevo poder. En las manos de la Leviatan original, apareció un sello de color lila. Cosa que sorprendió a todos al reconocer ese sello.

El incremento de poder también fue intenso, tanto como para que a Serafall y los demás, les caiga una gota de sudor de nervios. Aunque en realidad no era mucho, aquella preocupación era más por reconocer a quien le pertenecía ese poder. Hasta Trunks lo reconoció y estrecho la mirada por ello.

Ophis…—pensó recordando a la diosa dragona—¿Qué estas tramando?

Si ella estaba ayudando a los enemigos, sería muy difícil el ganar esta posible guerra que se avecinaba. Pues contaban con la protección y la ayuda de la diosa dragona del infinito.

Eso no era nada alentador, debían hacer algo para evitar aquella confrontación, pero eso lo haría luego, primero debían capturar al Katerea. Ella podría dar valiosa información, una que logre señalarles alguna falla en sus móviles o nombres de personajes clave. Más que nada, ahora debían derrotarla.

—¡Ja! Esto se está poniendo interesante—Azazel era quien confrontaba a la descendiente original de Leviatán, comenzando a flotar hasta quedar frente a la mujer. Esta solo lo miraba con desprecio—he recibido demasiadas veces esta mirada el día de hoy—mencionaba divertido el líder caído—te noto algo decepcionada ¿sucede algo?.

—Esto no es algo de tu incumbencia, líder caído—respondía la mujer molesta por esta intromisión—quiero matar a esa mujer, así que quítate o voy a matarte primero.

—No deberías subestimar a tus oponentes—mencionaba mientras sacaba de su gabardina, una especie de lanza en miniatura. Con una joya morada en la empuñadura—,no sabes con quien te puedes meter—en eso la lanza miniatura empezó a brillar—Down fall dragon spear, balance breaker: Another armor.

¡Fiiiz!.

Para sorpresa de todos los presentes, Azazel fue cubierto por una luz dorada, segundos después se desvaneció. Dejando ver su nueva apariencia.

Una poderosa armadura dorada protegía su cuerpo, tenía algunos aditamentos de color lila. Era muy similar a la scale mail de ambos dragones celestiales, además de portar una lanza, que más bien parecía un hacha por su forma, estaba hecha de luz. Sus 12 alas negras sobresalían de su espalda.

Nadie podía creerlo, pues el Azazel tenía en su poder, un sacred gear desconocido y eso era lo raro. Se supone que solo los humanos podían obtener sacred gears.

—Ahora veo sorpresa en tu mirada Katerea, eso me agrada más—mencionaba divertido Azazel al verla sorprendida—¿aun quieres continuar?.

— ¡No te creas la gran cosa caído! —respondía volviendo en si y muy furiosa por esto—¡el que tengas esa armadura no te servirá de nada!.

—Oh ¿eso crees? —preguntaba sarcástico y divertido, se notaba en su tono de voz. Cosa que molestaba demasiado a la demonio—pues vamos a ver si es cierto lo que dices—alzaba una mano y le hacia una burlesca seña de acercamiento—¿o tienes miedo?

Katerea furiosa por esas palabras, desplego todo el poder que la serpiente de Ophis le otorgo. Lanzándose con una furia ciega contra él, con Azazel haciendo lo mismo. Este empuñaba su lanza.

¡Slash!.

Katerea no se lo esperaba, ni en sus más recónditas pesadillas. Azazel estaba atrás de ella, con su lanza apuntando al frente. Le había hecho un corte a su costado, fue tan veloz el ataque, que no pudo verlo. Empezó a gritar de dolor, luego de rabia. Ese caído fue muy astuto.

Ahora volvían a lanzarse uno contra el otro, esta vez más igualados. Generándole un poco más de problemas a Azazel, pero este no dejaba de sonreír. Cosa que molestaba al demonio.

¡Foooosh!.

Pero todo cambio de forma repentina.

Todos veían con incredulidad, como todos los magos caían del cielo, totalmente derrotados. El causante era Trunks, el cual harto de esta situación tan peligrosa, decidió acabar con esta de una vez por todas. Usando su ki, envió una onda expansiva de poder contra los enemigos derrotándolos de una vez por todas.

Si había algo que caracterizaba a Trunks, es que no le gustaba jugar. Si veía una oportunidad de terminar un combate peligroso, lo hacía en ipso facto.

Katerea veía sorprendida aquello, todo su ejército fue derrotado en menos de un segundo. No sabía quién era ese chico, pero era de mucho cuidado. Lo supo cuando le dirigió su mirada, tan fría como los glaciares y tan afilada como una espada. Eso la hizo temer un poco y retroceder igual, sentía que su vida acabaría ahí mismo si no hacía algo pronto. Debía ver como escapar.

—D-Derroto a todos de un solo ataque…—mencionaba Irina con mucha sorpresa e incredulidad en su voz—¿Cómo….?.

Su poder no tiene límites—pensaba el pelirrojo, observaba seriamente al chico. Una gota de sudor bajaba por un lado de su cara, todos los demás estaban iguales, pues desplego su poder de forma irreal. Casi no sabían cómo actuar.

Katerea se aterro aún más cuando el chico apareció frente a ella, flotando de brazos cruzados y una mirada extremadamente amenazante. No sabía qué hacer para huir de ahí.

Azazel estaba atrás de ella, con su lanza empuñada fuertemente, Trunks frente a ella con clara amenaza hacia su persona. Si hacía un solo movimiento, cualquiera de los dos podrían matarla. Era algo que no podía permitir de momento, debía cumplir su sueño de retomar lo que por derecho le correspondía.

Así que de forma sigilosa, metía su mano en la parte trasera de su pantalón para usarlo como su último recurso.

—¡Aagh! —se quejó cuando sintió un fuerte agarre en su mano.

—Quieta—ordenaba serio Trunks, pues él era quien aprisionaba su muñeca.

Azazel se acercaba a ambos, desactivando su armadura. Observándolos a los dos con una sonrisa burlona.

—Vaya que eres demasiado apresurado—decía el cadre con una sonrisa burlona y de brazos cruzados.

—No me gusta perder el tiempo—respondía serio el peli azul, sin dejar de ver a Katarea y apretar su muñeca. Ella dejaba escapar gruñidos de dolor—si veo que algo es peligroso, lo evito o destruyo lo más rápido posible. Así no habrá peligro.

—Ya veo…

Katarea se retorcía del dolor, hasta que de milagro, logro sacar su mano, esta apretaba algo. Cosa que Trunks no entendió, por lo que alzo su brazo. Katarea a pesar de sentir dolor, sonreía satisfecha. Para luego soltar lo que escondía en su mano.

Trunks abría los ojos en sorpresa, pues en cámara lenta y hasta quedar frente a su rostro, pudo reconocer lo que era al Mai enseñarle. Era una granada, pero no una normal. Esta era de las especiales.

¡Fuuush!.

—¡Aaaagh! —exclamaron ambos adoloridos al sentir sus ojos arder.

Era una granada de luz cegadora, eso hizo que Trunks soltara a la demonio, para luego sobarse sus adoloridos ojos. Esa cosa fue como recibir un taiyoken de forma directa en los ojos, era un dolor terrible. Por lo que en serio los tomo por sorpresa.

En eso Katarea aprovecho para volar y huir lo más pronto posible de ahí, pues no iba a desaprovechar esa oportunidad, así que huiría lo más pronto posible de ahí. Podría matarlos ahora que puede, pero no podría aguantar el ataque represalia por parte del resto de participantes en esta reunión. Ya no tenía ejército que la respaldara, sería algo suicida el atacar sin ellos. Por eso huir era su mejor opción, debía reunir fuerzas y volver a intentarlo luego.

Esto no me lo esperaba…—pensaba alterada mientras huía lo más rápido posible—¿Quién es ese chico? Derroto a toda mi armada de un solo golpe—incrédula y un poco asustada, recordaba como todo su escuadrón cayó ante el—no me queda más opción que reportarlo….

¡Pack!.

Cayo inconsciente de forma sorpresiva, pues Trunks apareció de la nada y la golpeo en el cuello. Aún mantenía sus ojos cerrados al seguir bajo los efectos de esa granada, agradecía el tener la habilidad de percibir el ki, gracias a eso pudo atraparla rápidamente. Pues no era necesario el ver para ello.

Hasta que sintió como las energías de todos empezaban a fluctuar de forma alterada, no eran buenas noticias. Así que tomo a la inconsciente Katerea y salió lo más pronto posible de ahi.

.

—Así que decidiste traicionarnos ¿eh, Vali?.

Azazel salía de un cráter, pues anteriormente fue atacado por su anterior subordinado a traición. Había aprovechado de Katerea lo había cegado.

—Lo siento Azazel, pero me di cuenta que este lado es más divertido.

El peliplata se mantenía flotando en el aire, con las alas del Hakuryuuku extendidas a todo esplendor. Sonreía de forma cínica y descarada ante sus actos y decisiones, sin arrepentirse de ellos. Pues sentía que del otro lado, podría tener las batallas que el siempre había deseado. Además de volverse aun más fuerte.

Ahora que se había presentado y declarado como traidor, podría tener todos los combates que quisiera sin ser limitado. Eso significaba una cosa. Podía luchar contra Brief sin ningún contratiempo.

Pero antes debía encargarse de cierto asunto.

—Así que el Hakuryuuku es el traidor—mencionaba serio el overlord observando la situación.

—Antes que nada, aclárame una cosa Vali—hablaba Azazel Saliendo del cráter— ¿todo esto es para obtener tu legítimo puesto? —pregunto serio viendo a su ya exiliado protegido—Vali Lucifer.

—¡¿Qué?!

Todos gritaron impactados por esa noticia, para luego observar al mencionado, el cual sonreía arrogantemente. Para después desplegar sus alas de demonio, dejando a entender que también era un hibrido. Algo que nunca se esperaron ver alguna vez.

—Hyoudo Issei—empezaba a hablar, llamando la atención del mencionado, ignorando la pregunta de Azazel— que cruel es el destino ¿no crees?

— ¿De que estas hablando? —preguntaba serio y alerta el castaño.

—Soy descendiente de un satán, al mismo tiempo, soy el portador de una sacred gear tipo longinus, de las más poderosas. Soy la definición de lo que es considerado un milagro—se vanagloriaba así mismo extendiendo sus brazos, demostrando su grandeza. Cosa que irritaba al castaño—en cambio tu, un simple humano reencarnado en demonio. No tienes talento o habilidad suficiente—se burlaba del dragón rojo haciéndolo enojar—no tienes los motivos suficientes para volverte fuerte y luchar.

—Santo Dios—mencionaba Michael sorprendido por toda esta cadena de revelaciones—podría ser claramente, el Hakuryuukou más poderoso de la historia—opinaba sin salir de su asombro.

Los demás estaban igual, pues nunca esperaron este tipo de situaciones. No era que fuera imposible, pero las probabilidades de que suceda algo así, eran muy improbable, muy escasas. Vali era un caso único.

Sirzechz era el cual estaba más serio sobre todo esto, pues el era el actual Lucifer. Podría ir en su contra por su puesto.

—Tus habilidades no están despiertas, sigues siendo débil. Tal vez necesites una motivación—mencionaba un poco malicioso, cosa que no le agrado a nadie—tal vez deba eliminar a tus amigos, podría hacerte despertar. —señalaba a los mencionados, poniendo nervioso a los mencionados, con Issei poniéndose frente a todos muy furioso por las intenciones de su rival—o tal vez a tus padres, si llego a eliminarlos ¿cuán fuerte podrías volverte?.

—No vivirías para saberlo.

Antes de que Issei o alguien más llegara a responder, Trunks aparecía atrás de Valí, volviendo a tomarlo por sorpresa. El peliplata se alejó de ahí por puro instinto.

El saiyajin lo veía de forma seria y molesta, pues escucho todo lo que dijo, la verdad no le molesto nada lo que dijo. Pero lo consideraba una amenaza por el simple hecho de involucrar a gente inocente solo para tener una pelea interesante. Algo que no le agradaba para nada, bajo su brazo traía a la inconsciente Katarea.

Vali se puso en guardia al creer que lo atacaría.

Cosa que en realidad no quería el peliazul, este solo suspiro molesto y comenzó a descender, a hasta quedar frente a todos los demás, ignorando al dragón blanco, el cual se enojó por esto.

— ¡Es Katarea!—mencionaba Gabriel sorprendida de que la demonio aun estuviera con vida, Trunks la dejaba en el suelo. Luego observo a Trunks—no la eliminaste.

—No había la necesidad—respondía el peliazul, lanzando unos aros de energía desde la punta de sus dedos, atrapándola de pies y manos. Una técnica heredada de su padre—ya fue derrotada, no será ningún peligro por ahora.

Gabriel se enterneció por la respuesta del chico, aunque ya lo esperaba. El atributo de la compasión estaba muy arraigado en él.

—Ya escuchaste lo que dijo ese tipo ¿Qué piensas hacer al respecto Issei?—menciono el peliazul observando al castaño, el cual se veía dudoso y algo nervioso—puedo sentir que no miente o fanfarronea. Esta dispuesto a cumplir sus amenazas ¿vas a permitirlo?.

Issei sentía duda y se mostraba asustado. Sería la primera vez que lucharía contra alguien con tanto poder. Una cosa eran demonios renegados y Kokabiel, pero otra muy distinta eran Vali y su dragón blanco. Estaban tan bien entrenado y preparado, que era tan poderoso como para derrotar a un cadre. Era un guerrero en todo el sentido de la palabra, muy a diferencia de el. Aun cuando odiaba a Vali por lo que dijo, no podía desmentir la verdad de sus palabras. Él no era alguien tan poderoso ni habilidoso.

Pero luego recordó a su amada presidenta, a sus compañeros y a sus padres. Eso lo lleno de valor y determinación, no iba a dejar que ese maniaco de las peleas, le quitara a sus seres queridos. Así muriera en esta pelea, debía intentarlo. No iba a dejar que este bastardo gane.

— ¡Tienes razón aniki! —Exclamaba determinado expulsando su poder demoniaco y dragonico, la booster gear hizo acto de presencia—¡no permitiré que este idiota me quite todo lo que importa! ¡Booster gear!.

Uno de los sacrificios de Azazel se rompia en el acto cuando la booster gear dio el comando para desatar su poder.

[Booster gear balance breaker: scale mail]

La voz de Ddraig se escuchó de un momento a otro, haciendo que su armadura cubriera todo su cuerpo. Saliendo disparado hasta quedar frente a Vali, este sonreía emocionado por la batalla que estaba por iniciar. Así que también se cubrió con su armadura.

Trunks solo se cruzó de brazos, atento a esta pelea, quería ver sus defensas y debilidades y como se desempeñaba en la batalla para sí tener una mejor idea para entrenarlo.

No pasaba mucho tiempo cuando ambos portadores se lanzaban al ataque pero en cuestión de segundos el castaño comenzaba a ser dominado a pesar de contar con el dragón Slayer.

—Es muy superior—Murmuró Trunks, analizando la batalla ante la mirada atónita de Rias —la diferencia de poderes es grande, se ve que Vali tuvo un buen entrenamiento. Pero si Issei sabe usar las cosas a su favor podría darle la vuelta a esta batalla.

Decía este al contemplar las estelas blancas y rojas golpeándose entre sí nuevamente, hasta que de repente el pacto de golpe por golpe fue roto al momento en el que Issei volvía a besar el suelo por segunda vez.

[DIVIDE]

—Mi p-poder —decía este afectado por la habilidad de la divine dividig. Manteniendo serias dificultades para ponerse de pie.

— ¡Vamos levántate! ¡Aun no has dado lo mejor de ti! —exigía Trunks quien estaba a centímetros de el —no te dejes llevar por las emociones, tranquiliza tus pensamientos, coordina bien tus ataques y usa lo que tengas a tu favor.

—H-hai —Decía este levantándose con esfuerzo —Después de todo Buchou me está observando… ¡Y NO VOY A PERDER!.

[Boost] [Boost] [Boost] [Boost] [Boost] [Boost] [Boost] [Boost] [Boost] [Boost] [Boost]

[BLADE]

Ascalón era desenfundada de la Boosted Gear, haciendo que Issei la potenciase con la habilidad de su sacred gear.

La contienda volvía reanudarse, al parecer la pelea cada vez se estaba emparejando pero Issei aun así le costaba mantener el ritmo, a este paso el sacrificio de Azazel pronto acabaría y por ende perdería la trasformación del balance Breaker.

—Ahora recuerdo mejor —Decía el sujeto de armadura blanca concentrando energía en sus manos —en tu pelea con Kokabiel protegiste mucho a tus amigos, quizás ellos se conviertan en mi nuevo objetivo.

—¡¿Qué has dicho?!.

Al decir eso lanzo las esferas a quemarropa, pero lo que no contaba el engreído portador de Albión era en la velocidad del guerrero del futuro quien había desviado los ataques hacia el horizonte, manteniendo a salvo a Asia y a los líderes.

Los cuales suspiraron aliviados y agradecidos con este por salvarlos.

—Tch, maldito entrometido, —refunfuñaba este al ver como el guerrero se mantenía inmóvil.

Este en respuesta lo miraba de forma penetrante.

El combate se reanudo cuando ambos bajaron al suelo y empezando una batalla de cuerpo cercano en donde ambas armaduras se golpeaban por igual, Issei de repente encontró una apertura y desenfundando Ascalón la estrello en la armadura deshaciendo una parte del balance Breaker de Vali.

—Vanishing Dragón, Vali voy a transferir el poder a tus alas hasta que ya no puedan más —decía este mientras usaba la habilidad transfer para desorbitar la función de la divine dividing y por ende terminara colapsado para que Issei pudiera dar el golpe definitivo —¡Siente el poder de la dragón Slayer!

— ¡Lo logro! —decía Rias muy feliz, al ver como la armadura blanca se desmoronaba pero su expresión cambio al ver la mirada seria de Trunks.

—NO BAJES LA GUARDIA ISSEI —Gritaba este llamando la atención del susodicho — ¡APROVECHA QUE ESTA VULNERABLE Y DALE EL GOLPE FINAL!..

Issei lo había escuchado, pero se distrajo al escuchar la risa de Valí.

—Esto se pone interesante, rompiste mi sacred gear —decía Valí llamando la atención del castaño —sabía que lo lograrías si te lo propones.

—No puede ser —murmuraban los chicos al ver con sorpresa como el balance breaker cubría de nuevo al descendiente de lucifer.

Y para empeorar las cosas, la gema comenzaba a brillar.

— ¿Que pasa compañero? —Preguntaba este al ver la gema parpadear muchas veces.

[El sacrificio ha llegado al límite, sugiero que nos retiremos] Hablaba el guantelete rojo

—Pero si hacemos eso entonces Buchou y los demás —no termino la frase al recordar lo que Trunks le había dicho minutos antes —Ddraig, Aniki me dijo que tenía que usar lo que tenga a mi disposición —decía este al ver una esfera remanente de la armadura de su rival.

[Vaya esto es interesante, ¿estás dispuesto a correr el riesgo?] Exclamaba el dragón emocionado por la determinación de su portador.

—Claro que si —respondía este al tomar la esfera azul. —después de todo, aun no tomo la virginidad de Buchou y no pienso quedar en la línea.

[JAJAJAJA Muy bien, como welsh dragon te exijo que te prepares Hyodo Issei]

— ¿Qué piensas hacer gusano? —Preguntaba Vali al observar como Issei tenía la esfera de su sacred gear.

—¡Algo muy estupido!—gritaba este sin temor ni duda — ¡VOY A TOMAR TU PODER!.

Al momento de introducir la gema en otro de sus guanteletes las luces comenzaron a titiritar entre verde y azul alternándose por segundos.

[Que imprudente] exclamaba el dragón por la osadía del portador de su rival [somos seres incompatibles, acabaras destruyendo tu cuerpo]

El pronóstico del castaño pintaba mal pero por más negativo que se viera el asunto Trunks observaba atentamente la situación, teniendo fe en el castaño de poder salir avante y ganar la pelea, hasta que de repente.

[Power is taken]

Uno de los brazos de Issei se tornó completamente blanco para sorpresa del descendiente de lucifer y del propio dragón.

—Muy bien ahora he tomado tu poder prepárate para…

—Jajajaja —interrumpía Vali el discurso cliché de Issei tras su afortunado momento de suerte Nada más —supongo que deberé usar esto….

¡Half dimensión! [dimensión dividida].

—No puede ser…—mencionaba el líder caído viendo como la dimensión comenzaba a alterarse—en serio planeas usarlo.

¿Qué esta pasando? —Se preguntaba mentalmente el peliazul muy preocupado por la situación, bajaba los brazos viendo todo el caos— ¡la realidad se está alterando! —mencionaba al darse cuenta de lo que pasaba, además de lo peligroso que era. Así que decidió actuar de una vez

—¡HAAAAAAA!.

¡FOOOOOOSH!.

Exclamó desatando todo su poder, volviendo a sorprender a todos, incluso a los dos dragones que estaban combatiendo.

Lo que Vali estaba haciendo, fue destrozado similar a un vidrio siendo golpeado por un balón de futbol. Todos veían al chico con asombro, pues deshizo la técnica del dragón blanco con solo expulsar su poder. Incluso los líderes estaban asombrados por aquella demostración.

Azazel estaba comenzando a arrepentirse por meterse con el chico, pues demostró un poder inimaginable. Tal vez debía ir con cuidado cuando se tratara de el.

—Lo hiciste bien Issei debes descansar un poco—mencionaba Trunks caminando seriamente hacia ambos rivales haciendo que por instinto valí tomara más distancia —cuídame esto —decía él mientras desenvainaba ambas espadas para dejarlas en el piso haciendo que el sekiryuutei le mirara incrédulo.

—Aniki…

Poco a poco el joven peli azul comenzaba a levitar al mismo tiempo que los espectadores observaban con atención, se veía molesto pues su expresión lo delataba como no estarlo si por poco el dragón destruía la dimensión en donde estaban ellos y por ende todos iban a morir irremediablemente.

Relámpagos serpenteaban su cuerpo, una manifestación de su molestia y desorbitante Ki que hizo estremecer un poco al dragón, pero se recompuso de inmediato al saber que por fin tendría su prueba definitiva. Por fin pelearía con Brief.

El joven llego hasta donde se encontraba el dragón para aterrizar suavemente y quedar a escasos centímetros de él sacándole una sonrisa socarrona por la diversión que se veía venir, pero ignorando el craso problema en que se había metido.

[…•…]

Flotando en la oscuridad de la noche, ella estaba ahí observando todo este evento. Estaba muy emocionada por esto, algo muy raro en alguien como ella. Quien se supone no tenía emociones o eso era lo que se creía, pues estaba cruzada de brazos y una sonrisa. Quería ver a su destinado batallar.

Oh, pobre portador del dragón blanco, no sabe en lo que se metía. Sus ansias de lucha, lo metieron en las fauces de una poderosa bestia, una que aun ella tenía dudas de poder contener y peor, derrotar alguna vez. Ahora por su arrogancia y petulancia, posiblemente acabe su vida hoy. Aunque en realidad lo dudaba, las palabras de Vali eran ciertas a decir verdad. Trunks era alguien demasiado blando en realidad, aun con ese enorme poder que residía dentro de el. Aun mantenía esa creencia de que era un humano.

Bufaba molesta al recordar aquello, el no era un ser inferior. Debía darse cuenta de su verdadero estatus y seguir adelante, pero era demasiado necio para entenderlo. Algo que ella debía corregir a como de lugar.

Estaba al tanto que Asgard estaba desprotegida actualmente, pues Trunks estaba aquí. Fácilmente podría ir y destruir el reino nórdico de un chasquido, junto a esa inmunda humana que se atreve a seducir a su destinado, pero sabía que era mejor no hacerlo. Trunks consideraba ese reino como su hogar y para su peor disgusto, amaba a la humana más que todas las cosas. Así que no era una opción el destruirlos, porque se ganaría aun más el odio y desprecio del peliazul. Además de sufrir sus deseos homicidas de venganza, así que era mejor dejarlos tranquilos de momento. Aun cuando la tentación de evaporar a la pelinegra, sea una tentación casi imposible de soportar. Pero debía hacerlo por el bien de su destino.

—Hmp. Maldita humana—mascullaba la diosa del infinito, se notaba el desprecio que tenía sobre la pelinegra—ya veras que el será mío.

¡Bam!

—¡Gaaaaah!.

Ophis sonrió al ver como Vali salía volando, hasta estrellarse y atravesar una senda de arboles. Casi destruyo una parte con todo su cuerpo, según la diosa del infinito, se lo merecía. Pues el mismo se lo busco.

¿Qué le hacia creer que seria siquiera un juego para su destinado? ¡que iluso!.