Fueron días enteros en los que ni Liam ni Emma salieron de la sala de menesteres. Desde que llegaron ahí, se la pasaron escondidos. De alguna u otra forma, siempre encontraban algo que hacer, pues la sala de los menesteres siempre se los ofrecía. Cómo practicar sus hechizos, en un par de maniquíes. Liam practicaba su Flipendo, y siempre terminaba rompiendo el maniquí, lo cual le hacía mucha gracia a Emma. Después, por las tardes, la sala de menesteres les ofrecía juegos mágicos varios, que Emma le enseñaba a jugar a Liam. Afortunadamente, Liam también tenía su teléfono consigo, y se ponía a ver alguna película junto a Emma. Fue así, hasta que, una mañana, el teléfono de Liam despertó a los chicos con una melodía bastante agradable.

—FELIZ ANIVERSARIO! — dijeron los dos al mismo tiempo, después de despertar

—ni tan feliz — suspiro Emma

—pero aniversario, a fin de cuentas — sonrió Liam

Así era, un 27 de octubre, pero del año pasado, Emma le había confesado todo su amor a Liam, y el chico, muy sorprendido, había aclarado sus ideas, dándose cuenta que sentía lo mismo por su amiga. Pero, este año, no tenían tantas ganas de celebrar, en las condiciones en las que estaban.

—pues aquí hay un pastel — dijo Emma viendo el refrigerador, que parecía tener la misma cantidad de comida que el día anterior

—quieres comerlo ahora? — Liam se escurrió hasta la cocina

—tal vez más tarde — sonrió la chica — ahora… bueno… que desayunamos hoy?

—qué te parece si hago Hot Cakes? — dijo Liam tranquilamente

—perfecto — sonrió Emma

—bien, mientras dale de comer a Aura — Liam empezó a moverse

Aura, que había entendido que no era buena idea salir, se encontraba rasguñando un juguete que la sala había puesto para ella. Emma se acercó a su tazón de comida y vacío un poco de comida, aura se acercó contenta y empezó a comer. Entonces, Liam saco un poco de salmón del refrigerador y se lo extendió en sus croquetas, aura estuvo más que feliz de comer el manjar. Mientras Liam cocinaba, Emma ordenaba la cama, y después, ponía la mesa. Habían seguido esa rutina todos los días que estuvieron ahí. Finalmente, Liam puso dos platos de Hot Cakes listos para ser comidos.

—feliz aniversario Liam — le dijo Emma con una sonrisa — por ser nuestro día especial, voy a dejar que me des un beso en donde a ti te gusta

—en la boca? — dijo Liam confundido

—no, no… bueno, no importa — río Emma — creo que hoy sería un buen día para… ya sabes que… pero aquí…

—no dan ni ganas — suspiro Liam

—hmmm, ya sé que quieres salir, pero es de día, y ya sabes que hay un montón de esos idiotas afuera — dijo Emma picando un pedazo de Hot Cake

—ah, como me gustarían unas flores — suspiro Liam — pero aquí todo está muerto, no hay ni pasto!

—te voy a dar flores — dijo Emma y saco la varita — Orchideus! — dijo, y un ramo de flores salió de la varita de Emma

—que bonitas — sonrió Liam y las tomo — y que bien huelen!

—lo mejor para ti — río Emma, mientras Liam iba por un vaso y las ponía ahí

—listo — Liam puso las flores al centro de la mesa — ya es un poco más colorido

—jeje, pues si — sonrió Emma — hoy también me tomé la libertad de comprarte un regalo — dijo, mientras ponía una cesta de ropa — hoy yo lavo la ropa!

—no, no, yo la lavó — río Liam. Había un pequeño lavadero en el baño, claro que solo aparecía cuando lo necesitaban — tú no sabes lavar ropa jaja

—claro que se! — dijo Emma rápidamente

—no, la otra vez termine con mis calzoncillos de color azul — río Liam

—bueno… tal vez me equivoqué un poco… — dijo Emma apenada — bueno, pero si la lavas… puedes dejar la ropa suavecita como la otra vez?!

—claro jaja — sonrió Liam

—además, vamos a necesitar ropa limpia, porque nos vamos a ensuciar — Emma miro pícaramente a Liam

—no empieces — dijo Liam — que no ves que aura está aquí?

—por favor, como si aura no tuviera hijos ya — río Emma

—pues… si, pero… aquí? — Liam bajo un poco la voz — hay un montón de magos oscuros

—eso es lo emocionante — susurro Emma, las hormonas no distinguían entre situaciones

—ay… bueno… pero en la tarde — susurro Liam — y que Aura este en el baño

—claro — sonrió Emma — te aseguro que lo vamos a pasar muy bien tú y yo

Mientras tanto, en el Hogwarts de siempre, las cosas no iban para nada bien. Los profesores habían buscado hasta en Hogsmeade, y en zonas aledañas, pero ni Liam ni Emma daban rastro. En la bruja cafetera, no había pasado, pues Adrel no los había visto desde su visita anterior a Hogsmeade. En la casa de la profesora Amelia, en Hogsmeade, tampoco estaban, solo estaba el recuerdo de que estuvieron ahí una vez hacía mucho tiempo.

La Profesora Amelia estaba demasiado preocupada, al punto de generar un par de ojeras, bien marcadas, incluso más que la propia señora Baker. Aún que, ni los padres de Liam ni los de Emma habían sido avisados de la situación, pues McGonagall, junto a Harry Potter y la ministra de magia, Hermione Granger, sabían que, tal vez, tendría algo que ver con lo que estaba pasando en el mundo mágico, así que lo dejaron a un lado de momento.

Jack no dejaba de ver la cama de Liam, totalmente vacía, y hasta incluso a veces juraría que estaba ahí, pero no, solo había una capa de aire. Las clases parecían vacías, el mundo entero parecía estar vacío. Raine y Tom también estaban muy preocupados, y habían salido más de una vez del colegio para buscar a Liam y Emma, pero por más que buscaban, hasta debajo de las piedras, no los encontraban.

La versión que los profesores manejaban era que Liam y Emma habían escapado, juntos, hacia quién sabe dónde, aún que Jack les decía que no podía ser así, pues el clóset de Liam, en donde guardaba las ganancias del negocio, seguía teniendo todos los galeones, y la bóveda de Gringotts de los Brown solo había sido abierta por el señor y la señora Brown. Por lo que, si no parecía una loca historia de amor adolescente, parecía una preocupante historia de terror, así que, la profesora Amelia como mayoría, preferían pensar que era una loca historia de amor adolescente.

En ese pequeño rincón del mundo, Liam y Emma llenaron el ambiente de amor y felicidad, que se extinguía rápidamente apenas salían de la sala de los menesteres. Pero no importaba, pues aquellos dos seguían fabricando más y más, incluso después de lavar la ropa, eh incluso después de preparar la comida. Aún que no habían llegado al punto en donde dos personas se encuentran, habían estado muy cerca, pero cuando ya casi lo proponían, los dos decidieron que no iban a rebasar esa línea, por mucho que quisieran, pues, tan solo a unos pasos, se encontraba un loco mundo controlado por mortifagos.

Desmaius! — lanzo Emma a un maniquí, que se fue para atrás — Expeliarmus!

flipendo! — dijo Liam en voz baja, y el maniquí retrocedió un poco — Flipendo! — dijo normal, y un rayo verde, breve, golpeó y mando más hacia atrás al maniquí — FLIPENDO! — grito, y el maniquí choco contra la pared y quedó destrozado

—vaya que lo controlas — suspiro Emma

—usarlo por cuatro años no fue en vano — río Liam

—pues no — sonrió Emma — que más puedes hacer?

—quería internar esa cosa que hacen — dijo Liam viendo como Emma reparaba el maniquí — ya sabes

—uy, seguro? A la mejor es magia oscura — dijo Emma

Sectumsempra! — dijo Liam, movió la varita y en cuestión de segundos, el maniquí presento cortadas profundas por todas partes

—imagínate en una persona — dijo Emma curiosa

—que miedo — suspiro Liam — trataré de usarlo contra chupacabras o algo así

Sectumsempra! — lanzo Emma, mismo resultado — a lo mejor y lo pruebo con Amanda

—no vayas a hacer eso — río Liam — creo que ella ya está lo suficientemente dañada

—sí, le lavaron bien el cerebro — río Emma — Reducto! — conjuro, y el maniquí quedó reducido a nada — ojalá pudiera hacer eso con ella

—nos ha ayudado bastante — dijo Liam haciendo un movimiento con la varita

—claro, porque aquí también le gustas — suspiro Emma

—no estoy tan seguro — dijo Liam, de repente, su varita lanzo un chorro de agua — uy

—a veces pasa — río Emma — una vez a mí me salieron unas burbujas

—claro — sonrió Liam — hmmmm, pues a mí me parece que lo de Amanda conmigo era como lo de Jacob y Anne

—amaba hacerte daño? — dijo Emma con la mano en la cadera

—supongo que si — Liam encogió los hombros — uso imperio contra mí, que habrá querido que hiciera?

—ya te digo — gruño Emma — ella y tú hicieron lo que no hacemos nosotros

—hicimos…

—hicieron bebés — río Emma — claro que tú no lo hiciste, fue el tu qué estaba aquí pero no está aquí

—y tu como sabes eso? — dijo Liam intentando borrar esa idea de su cabeza

—porque me lo dijo — suspiro Emma — me lo dice cada que puede, bah

—y por qué yo nunca lo eh oído? — Liam cruzó los brazos

—porque estás en los dormitorios — contesto Emma — siempre que vamos a la sala común de gryffindor subes a los dormitorios y nos dejas solas

—perdón — suspiro Liam

—no te preocupes, si ves que no intento golpearla es por qué me hizo un imperio — río Emma

—no quiero ir con ella hoy — dijo Liam guardando la varita

—quieres estar solo conmigo? — sonrió Emma

—solo contigo — sonrió Liam

—pues entonces ven — dijo Emma tomando a Liam de la cadera y acerándola a ella — quedémonos juntos, ahora y siempre, seamos uno, unámonos

—unirnos? — dijo Liam sonrojado

—si — susurro Emma y beso a Liam apasionadamente

—te amo, Emma — dijo Liam abrazando a la chica

—yo también — sonrió Emma y envolvió a Liam con los brazos — vamos a la cama ya

—ya? — Liam alzó la mirada y vio a Emma a los ojos

—sí, hoy por fin vamos a hacerlo — dijo Emma acariciando la cabeza de Liam

—pero… no quiero hacerlo aquí — dijo Liam apenado

—y cuando quieres hacerlo? — suspiro Emma — cuando los mortifagos nos separen?

—no…

—entonces? — Emma presionó a Liam contra su pecho

—ok, hagámoslo un poco — dijo Liam emocionado

—un poco? — Emma también se emocionó — quiero hacerlo un mucho

—pero…

—PERO TE QUIERO HACER EL… — de repente, Aura salto sobre la pierna de Emma — ¡AH!

—Aura! ¡Bájate ya! ¡Aura! — Liam quitó a aura de la pierna de Emma, y la gata se retorico en las manos de Liam — que te pasa?

—no quiere que hagamos bebés — suspiro Emma — pero yo sí quiero

—ya, discúlpate con Emma — dijo Liam alzando a aura y cargándola, la gata maulló viendo a Emma — eso, muy bien — la gata se acurrucó en los brazos de Liam

—vaya hija tenemos — río Emma

—se vuelven así con el tiempo — río Liam

—igual a su madre — dijo Emma con una sonrisa

—jaja, vamos ahora, vamos al baño — sonrió Liam y dejo a la gata ahí

—lo vamos a hacer? — dijo Emma emocionada

—hagamos lo otro — suspiro Liam acostándose en la cama

—pues… bueno, igual me gusta — río Emma y acompaño a Liam

Pasaron el resto de la tarde juntos, pero no mezclados. Hasta que, por azares del tiempo, se hizo de noche. Liam, ya de nuevo en la cocina, y muy contento, preparo chocolate, con ingredientes que la sala de los menesteres les dio. Ya con Aura fuera del baño, Liam sirvió pastel para dos, también sirvió el caliente chocolate.

—por nuestro primer año! — dijo Emma extendiendo la taza de chocolate

—por nuestro primer año — río Liam y brindo con la chica

—no tenía planeado que fuera así, pero… ya que — río Emma

—me gustaría volver a Raine normal — suspiro Liam

—si… a mí también — dijo Emma cabizbaja — Amanda no te contó lo que le pasa a nuestros padres, ¿verdad?

—no — dijo Liam y se talló los ojos — realmente quiero saber, quiero saber que paso con mamá, con papá… y con el profesor Forker… con la profesora Amelia… con July… demonios — Liam empezó a llorar

—ella está bien, está bien Liam — sonrió Emma y le dio la mano a Liam — July es sangre pura, recuerdas?

—pero… recuerda que el profesor Forker estaba contra esos… idiotas como se llamen — sollozo Liam — y qué tal si ya le hicieron una maldición?

—ay, Liam… — Emma se acercó al chico y lo abrazo — tranquilo, ellos estarán bien… a dónde nosotros estamos, recuerdas?

—no sé qué es esto Emma — sollozo Liam — no se en donde estamos, no sé por qué estamos aquí, quiero ir a la sala común y abrazar a Tom, reír con Raine y jugar con July

—vamos a volver, Liam, te lo aseguro — dijo Emma tomando a Liam de las manos

—como? ¿Cómo vamos a volver? ¿Cómo se supone que vamos a salir de aquí? — Liam lloró con fuerza — todas estas personas, Emma, todas están haya abajo siendo torturadas, y nosotros estamos aquí pasándola bien, que demonios dice eso de nosotros?

—pero no podemos hacer nada, Liam — dijo Emma secando las lágrimas de Liam — solo somos dos, y ellos son cientos, Liam, que quieres que hagamos?

—no lo sé, no se Emma, no sé qué hacer, estoy cansado de esto — decía Liam sin dejar de llorar

—yo también quiero regresar a Hogwarts, al de verdad — sonrió Emma — quiero salir contigo sin necesidad de tener nuestras varitas fuera, quiero mandarles lechuzas a mis padres… quiero jugar al Quidditch… quiero hacer muchas cosas

—vámonos de aquí — dijo Liam — ya no quiero estar aquí

—y a dónde quieres que vayamos?

—no se… a hogsmeade — dijo Liam desesperado — quedémonos ahí, robaremos comida de las tres escobas… haremos lo que sea, esperaremos hasta junio, cuando parta el tren a Londres, nos colaremos y nos quedaremos en el mundo muggle

—el mundo muggle? — río Emma

—sí, pero… demonios Emma, somos magos, podemos hacer lo que sea en el mundo muggle — sollozo Liam

—somos menores de edad — sonrió Emma

—a quien le importa? — suspiro Liam — podemos ir de un lugar a otro, el ministerio no nos atrapará… el ministerio ni siquiera está haciendo nada contra esto

—pues si — suspiro Emma — de verdad quieres irte?

—si… no podemos estar aquí toda nuestra vida — dijo Liam bajando la mirada — no podemos tener hijos aquí, ni nada de eso…

—Quieres tener hijos aquí? — dijo Emma sorprendida — aún que sean… sangre sucia?

—no serán sangre sucia — dijo Liam de inmediato — y no les digas así… además los dos somos mestizos, eso no los haría sangre pura?

—algo así, supongo — Emma meneo un poco la cabeza — también serían mestizos… aún que hay otra familia… también se llama Brown, ellos son sangre pura y creo que no hay ninguno ya, tal vez si nos hacemos pasar por ellos…

—quieres… que sea Brown? — Liam miro a Emma

—bueno, solo era una sugerencia, yo…

—me encantaría ser de tu familia! — dijo Liam con una sonrisa

—de verdad? — Emma sonrió

—si… o que tú fueras de la mía, en realidad no me importa… lo que me importa es que estemos juntos — dijo, y se sonrojo un poco

—lo estaremos — dijo Emma y se acercó más a Liam — seremos el señor y la señora Baker

—jaja, claro, o el señor y la señora Brown — sonrió Liam y se secó una lágrima

—y… cuando quieres irte? — dijo Emma sin soltar las manos de Liam

—el jueves — respondió Liam — mañana dejaremos todo en orden, iremos a ver a Amanda y nos iremos por el día

—por el día? — Emma se sorprendió — pero… nos pueden ver

—me puedo transformar en hurón, y tú puedes hacer un encantamiento desilusionador — dijo Liam rápidamente

—no sé si sea tan buena en eso — suspiro Emma

—tenemos que intentar — sonrió Liam — mañana puliremos los detalles

—está bien — sonrió Emma — el jueves nos vamos

—te quiero Emma — dijo Liam sonrojado

—yo también te quiero — Emma se acercó y le dio un beso a Liam — hagamos esto juntos

—hagámoslo — Liam asintió con la cabeza

Mientras se preparaban para dormir, Liam sintonizo la radio, y salto de estación en estación, en las que escuchaba noticias cada vez más terribles sobre asesinatos, desapariciones y demás atrocidades. Cansado, por fin encontró una estación tranquila, en donde solamente había música. Después de un rato, empezó un programa de música romántica, y Liam movía el pie al ritmo de la música, expectante, mientras tarareaba.

—quieres bailar? — le dijo, por fin, Emma

—si — sonrió Liam — me encantaría

—bien, pues — Emma se levantó de la cama y fue a dónde estaba Liam, le extendió la mano — me concede esta pieza?

—por supuesto — dijo Liam, tomo la mano de Emma y suspiró un poco

Liam no era un maestro del baile, ni Emma, pero la chica sabía relativamente más sobre eso que Liam. Así que Liam se dejaba guiar por Emma, lo cual ponía muy feliz a la chica. Aura movía la cola, contenta, y maullaba a la pareja.

Muy al contrario, Jack no le decía nada a Erika, que leía algo frente a la chimenea de la sala común. Los dos estaban sentados en el sillón, Jack miraba fijamente el fuego, como si de repente Liam fuera a salir de él, pero, por más que lo miraba, su amigo no aparecía.

—tienes lo de transformaciones? — le dijo Erika en un suspiro, tratando de hablar de algo con su pareja

—no — respondió — a quien le importa? La profesora ni siquiera lo va a revisar

—bueno… — Erika regreso a su libro, pero de inmediato miro a Jack — yo lo hice, quieres que…

—no ahora — suspiro — no quiero hablar de transformaciones ahora

—no pudieron ir lejos — dijo Erika, apartando el libro — nadie puede ir tan lejos solo

—tal vez ni siquiera fueron lejos… — dijo, y su mente se llenó, otra vez, de imágenes horribles

—Liam sabe defenderse — suspiro Erika — y Emma…

—no han recibido informes sobre magia fuera de la escuela, recuerdas?

—pero…

—Liam no dudaría ni un segundo en usar magia si eso pone en riesgo a alguien más — dijo Jack rápidamente, y Erika se encogió — en especial a Emma…

—Jack, no tiene sentido que pienses en eso — dijo Erika poniéndole la mano en el hombro — ellos están bien, te lo aseguro

—no sé, no lo sé Erika — suspiro Jack y dejo que la chica lo abrazara

Las clases se habían convertido en un sinsentido de palabras y conjuros. El miércoles, como primera clase, tenían Adivinación. Jack ni siquiera se molestó en ir, no le interesaba en lo absoluto esa materia si Liam no estaba con él. En su lugar, se dedicó a pasear por la escoberia, una y otra vez, pero las escobas de Liam y Emma seguían ahí. Ya en transformaciones, Jack se tumbó en su asiento, y casi juraría que Liam se sentaba a su lado, pero, cuando volteo, vio a Erika.

—buenos días chicos — dijo la profesora Amelia, pálida, con ojeras y el cabello desarreglado — dejen sus trabajos aquí

—todo bien, profesora? — dijo Jack, nuevamente, cuando dejo el trabajo de Erika en el escritorio

—no, todavía no — suspiro, y Jack se fue a sentar

La profesora movió la varita y en el pizarrón apareció el tema del día, la transformación de Plumero a Hurón. Pero no duró mucho, por qué en cuanto la profesora menciono "hurón" se lanzó a llorar en su escritorio. A los alumnos eso ya se les hacía normal, y se rumoraba por ahí que un hurón había destrozado su casa con un grupo de hurones.

Sin embargo, a muchos de los compañeros de Liam no se les había ocurrido pararse a pensar por qué había dos asientos vacíos, ni tampoco que uno de esos asientos pertenencia a su compañero que se transformaba en un hurón.

En la tarde, sin más remedio, la profesora Amelia mando una lechuza a ambas familias, informando de la situación. La profesora McGonagall la reprendió por eso, y, unas horas después, tuvo que lidiar con los molestos padres de Emma y la enfadada señora Baker.

Contrario a lo que se podía pensar, Amanda no estaba de acuerdo con que Liam y Emma se marcharán del colegio. Una vez más, imponía su opinión, a salvo, en la sala común vacía de Gryffindor. Era de noche, como siempre que veían a Amanda, la chica se había asegurado de que nadie más entrara a la sala común, y ni Liam ni Emma sabían cómo.

—Umbridge dice que los dementores están peor que antes — contó Amanda, casi orgullosa

—no creo que sean un problema — dijo Emma

—claro que lo son, en especial para ustedes, que no saben ni hacer un patronus — río Amanda

—claro que sabemos — respondió Emma — yo misma eh hecho uno, aún que si dudo que tú puedas hacerlo

—yo tengo muchos recuerdos felices — sonrió Amanda, y Emma sabía lo que estaba a punto de decir — cuando Liam y yo…

—sí, ya sé que ustedes dos hacían… eso

—y mucho — río Amanda — tanto que hasta el me pedía hacerlo

—bah, ni que tuvieras un cuerpazo — gruño Emma

—pues tu tampoco lo tienes aquí — dijo Amanda y se recargo en el desgastado sillón — supongo que es por eso que Liam me adora

—cállate ya — dijo Emma

—si fueras la tú de aquí, no te molestarías — dijo Amanda cruzando la pierna — aquí, ustedes dos ni siquiera son algo, aún que siempre están juntos como si lo fueran

—ya vez — sonrió Emma

—chicas, ya vine — dijo Liam bajando de los dormitorios — ya le dijiste Emma?

—si — dijo Emma

—pues eso, nos vamos mañana temprano — dijo Liam y vio a Amanda — gracias por todo

—no le agradezcas — gruño Emma

—está bien — sonrió Amanda — les ayudaré a escapar, a qué horas planean irse?

—por la mañana, cuando todos estén ocupados — sonrió Liam

—y no prefieren irse en la noche? — dijo Amanda poniéndose de pie y acercándose a Liam

—no, creemos que es mejor pasar el día buscando en donde quedarnos — dijo Liam tranquilo

—pueden quedarse en cabeza de puerco, aún que no les recomiendo acostarse ahí, y yo podría darles algunos galeones… — dijo Amanda mientras pasaba la larga y adornada uña por el pecho de Liam

—no, gracias — dijo Emma rápidamente, y apartó a Liam de Amanda — conocemos un lugar

—bueno, además ya estaban queriendo investigar por qué desaparecía tanta comida de las cocinas — Amanda soltó a Liam — será fácil, entonces, los veo aquí a las ocho de la mañana

—claro — sonrió Liam

—bien, pues tengan buenas noches, par de tortolitos — río Amanda — adiós — se dio la vuelta

—presumida — gruño Emma — vámonos Liam, que mañana nos espera un largo día

—si — dijo Liam — mira — extendió una túnica de Gryffindor — la encontré arriba y me queda a la perfección

—genial, yo le puedo pedir una a la sala — sonrió Emma — será un buen disfraz mañana