PROLOGO: ESTUVO AQUÍ

La señorita Aston estaba mirando el reloj de la pared, ya habían pasado 10 minutos de la hora acordaba, toleraba tanto los retrasos porque pensaba que entonces la persona en cuestión no se estaría tomando enserio las citas. Tenia lista su libreta de apuntes en las manos, su pluma de gel negra que jamás podía faltar. Siendo ella la psicóloga de la escuela de Canterlot High debía tener un cuidado especial sobre cada detalle y no estaba teniendo buenas impresiones de muchacho de 16 años que estaba ahí por razones delicadas, o al menos eso había dicho la directora Celestia.

La puerta se abre de pronto, ni siquiera se oyeron las pisadas desde afuera o algo asi, bastante silencio. -Hola, disculpe, mi maestro de español no dejaba de molestarme para que termine mi tarea del primer parcial-.

-Es la tercera vez que te detiene por esa tarea-. Responde la señorita Aston. - ¿No puedes simplemente entregarla? -.

-Lo olvido, no es mi intención-. Responde el muchacho mientras toma asiento dejando su mochila de lado.

La señorita Aston apunta eso con una gran velocidad, es la costumbre y destreza de años. - ¿Tienes problemas para recordar? ¿Sientes que las ideas no se quedan en tu mente? -.

El muchacho se fastidia un poco ante tantas preguntas en tan pocos segundos, no lo puede ocultar con la mirada. -No, solo lo olvidé, no todo tiene que ser tan analítico-.

-Pues estas aquí por una razón-. Responde ella sin perder la paciencia, no era su primer paciente que se ponía pesado lentamente.

Al muchacho le daba demasiada vergüenza recordarlo, toda la escena pasaba en su mente con un poco de ira, a pesar de que sabe que hizo algo malo en el fondo no se arrepentía, no era sincero consigo mismo. -Lo sé- Responde susurrando, doblegándose un poco ante la autoridad, no estaba del todo acostumbrado en un inicio, pero algo tenia ese ambiente de calma que volvía más fácil el relajarse.

La señorita prosiguió aprovechando el momento de cierto respeto mutuo que se iba construyendo. -Necesito que entiendas que estoy haciendo esto para ayudarte-.

-Siempre que alguien me critica dice eso-. Responde el muchacho sin querer sonar grosero. -Quiera que esos pensamientos de que los demás me están juzgando desaparecieran, pero siempre están ahí, siento que me acompañaran hasta el día que muera-.

La psicóloga asiente. -Entiendo a que te puedes referir. ¿Ha ido en aumento desde hace días? -.

-Después de lo que sucedió con Randall todos hablan de mí, me temen, y ahora que saben que vengo a estas citas me están marginando demasiado, incluso más de que antes-.

-Tienes que entenderlos, fue algo demasiado repentino y que enserio sobresaltó demasiado a mas de uno, no están acostumbrados a lo que vieron. Pero háblame de esa marginación ¿Sientes que te marginaban desde antes? -. Pregunta ella anotando todo, debía ofrecer un reporte preciso de cada cita, eso demandaba la escuela.

-En parte, pero era porque no encajo con ellos, por mas que hago el intento. Trato de que sus gustos se vuelvan mis gustos, escucho lo que ellos escuchan para entenderlos, veo lo recomiendan en internet, pero aun así es solo es actitud mía que hace que todos se alejen-. El muchacho baja la mirada evitando el contacto visual como es su costumbre. -Me hace sentir frustrado-.

La señorita Aston le hablo mirándolo, pero el muchacho seguía mirando el suelo sin agachar la cabeza. -Oye, entiendo que puede ser demasiado difícil para algunos ser parte de lo que tu crees que tienes, pero pasas demasiado tiempo intentando ser alguien más ¿Por qué no intentas ser tu mismo? -.

-Ser yo mismo me llevó a tener el incidente de hace una semana, y a terminar aquí-. Responde.

La psicóloga se quedó en silencio un rato, aprovechando de anotar las cosas, las observaciones y un par de hipótesis con respecto a su paciente. -Oye, deberías dejar de darle tantas vueltas a ese asunto, me refiero a que estas aquí recibiendo ayuda, hiciste algo malo es cierto, pero estas tratando de mejorar, pero no puedes verlo por la pena que estas sintiendo al estar aquí. Tu persona vale demasiado por tratar de ser mejor-.

El muchacho no dijo nada, en el fondo no podía atreverse a aceptar algo así, la escuela prácticamente le estaba obligando a tener esas sesiones, y si se negaba entonces seria suspendido o quizás expulsado, algo tenia demasiado seguro: Se había librado de un enorme problema bastante fácil, no sabia si era demasiado afortunado o solo que la vida no era justa, en el sentido de que le demasiadas cosas buenas a alguien como él.

-Y además me alegra que vengas aquí ¿Cómo te has sentido? -. Prosigue la señorita Aston en un intento por relajar aun mas la tensión, no buscaba tanto desborde emocional en una sola sesión.

-No hay diferencia si me lo pregunta. Soy un estudiante, mi vida no es muy diferente a cualquier otro día-.

-No vives exactamente el mismo día, tienes diferencias que hacen que cada dia pueda ser de valor, pero depende únicamente notarlas y darles ese sentimiento de validez-.

-Tal vez-. Dice sin más. -Creo que estoy un tanto cansando de todo lo que pasa, mis días pasan mas rápido de lo normal. No estoy sintiendo nada diferente, me despierto, vengo a la escuela, tengo esa sensación de ansiedad, tarea, duermo, repito-.

-¿Qué me dices de tus amigos? ¿Algo diferente? -.

-A veces siento que no son mis amigos. Son mas de Solaris que míos-.

-Bueno puedes verlo como una oportunidad para poder integrarte ¿Qué te detiene? -.

-¿Además del hecho de que están murmurando por lo que pasó? No lo sé-. Responde sarcástico. -No me malentienda, son buenas personas, me agradan, pero no creo agradarles yo-.

-A Solar Strings le agradas-. Dice la psicóloga sin dejar que toda la conversación se vaya a un tema negativo.

El muchacho respira un poco, suspira ante la sensación de nuevo, se recarga mas en el pequeño sofá dejando que su cabeza se eleve y ahora mirando hacia el techo. -¿Todo lo que diga aquí es privado?-.

La psicóloga asiente. -Así es. Tengo que reportar a la escuela tu estado de animo y condición, pero es mi deber como terapeuta no decir nada de lo que hablamos con exactitud, a menos que represente un peligro para ti mismo o alguien más-

-Tampoco estoy tan loco-. Dice el chico perdiéndose un rato en sus pensamientos, cuando finalmente pudo recuperar un poco la sensación de la realidad prosigue. -Siento que Solar Strings solo es mi amigo por lastima-. Dice sin más.

- ¿Por qué lo dices? -. Pregunta ella.

-Solo tengo ese presentimiento. Que no funciono, que no tengo lo suficiente para que de verdad alguien quiera ser mi amigo, que puedo ser un soporte, pero nunca visto como un compañero de verdad. Pero supongo que no es su culpa, estoy demasiado acostumbrado a que tenga que rogarle atención a los demás-. El muchacho respira fuerte de nuevo por la nariz y ahora mira hacia la ventana, el lado bueno es que tenía una buena vista, el día escolar no había acabado, las sesiones las tienen durante su clase de educación física, así que tenia su lado bueno.

-No seas tan duro contigo mismo-. Dice la señorita Aston dejando un rato su libreta en otro intento porque haya contacto visual. -Unas malas experiencias no van a definir lo que sucederá con las otras personas-.

-Quizás no, pero me hace estar..." alerta", como si tuviera miedo de que suceda de nuevo. De que el me ve solo y tiene un complejo de ayudar y entonces decide ser mi amigo, lo cual no es nada malo, pero hace sentir como uno del montón-.

La psicóloga se sentía un poco emocionada, era la primera vez que se estaba abriendo su paciente. -Bueno, si quizás es algo mejor de lo que esperas, tal vez enserio se trata de alguien a quien le agradas por lo que eres, tal vez es una excepción de lo que te ha pasado, pero te cuesta creerlo y es entendible, en especial con lo que pasó con tu amigo, Deetz-.

-Ya no somos amigos-. Responde rápido esta vez haciendo contacto visual para dejar en claro lo ocurrido. -Estoy tratando de superarlo, y no es de mucha ayuda que alguien me lo recuerde-.

La psicóloga niega. -Superar algo no significa olvidarlo y fingir que no pasó, sino de aceptarlo y hacerle frente para mejorar-. Era algo en lo que el muchacho ciertamente estaba en contra, pero no tenia ganas de debitar solo la moral o la filosofía de otras personas. -Pero si te hace sentir mejor, trataré de evitar el tema lo mas posible, perdona por hacerte sentir incomodó es solo que se relacionaba con lo que expresabas.

El muchacho se calma un poco. -Bueno...solo hace su trabajo. Además supongo que no debo de ponerme tan exigente, a fin de cuentas me están tratando de ayudar ¿No?-.

-¡Exacto! Ya lo entiendes-. El muchacho sonríe al creer que por fin estaba recuperando el ritmo de las cosas nuevamente. A pesar de su negativismo, tuvo un buen presentimiento, aunque sea por un momento, eso era mas valioso que toda una mañana llena de hostilidad. Tenia que hacerle frente, poco a poco va averiguando como.

Mientras salía de esa pequeña oficina de la psicóloga de la escuela de Canterlot High, el muchacho aprovecha un pequeño espacio de pared que cubre una larga planta y sus hojas, toma su pluma y a modo de cierto recordatorio escribe lo mas pequeño posible en la pared. "Blue Canvas estuvo aquí". Ahora debía apurarse si quería llegar a la hora del almuerzo a tiempo, ya lo estaban esperando