-Déjame ver bien si entendí. Chrollo tiene una enfermedad terminal que lo dejó postrado y dependiente de sabrá dios cuantos tratamientos. Solo quedan dos miembros de la Brigada Fantasma incluyendo a Chrollo y para colmo, están viviendo en una casa que le pertenece a tu familia. ¿Correcto? – Preguntó Kurapika al segundo hijo de los Zoldyck con una mirada aún incrédula.
Los tres se encontraban en la habitación que Milluki había alquilado en el Pariston Hill Inn, sentados en la mesa con el desayuno de servicio a la habitación de Milluki a medio acabar.
-Correcto. De hecho, aquí tengo evidencia fotográfica de todo lo que he dicho. – Afirmó Milluki, mientras le pasaba a Kurapika un legajo lleno de imágenes impresas que Kurapika, junto con Leorio comenzaron a ver con una curiosidad que poco a poco se iba tornando en morbo.
La mayoría estaban tomadas desde cámaras de vigilancia teniendo una resolución de mediana calidad, pero lo suficientemente nítida para que la pareja pudiera contemplar a Chrollo tirado en una cama, conectado a un tanque de oxígeno, lleno de vendajes y un extraño gorro que le cubría la cabeza, que en ese momento carecía de su elegante cabellera negra. Kurapika no podía dar crédito de que aquella máquina de pelea que casi lo extermina en el Continente Obscuro ahora estaba casi tan delgado como una radiografía y tan frágil como un platito de porcelana. El enemigo que tanto lo había atormentado, ahora a pocos pasos de la muerte, no por la fuerza de sus ojos rojos y su hatsu, sino por la debilidad natural de su propio cuerpo. Si Kurapika hubiera sido sádico aquella imagen le hubiera hecho reír.
-¿Cuál es el plan, entonces? – Preguntó Kurapika, aún algo desconcertado.
Milluki agarró un pedazo de pan tostado y tras untarle una buena dosis de mantequilla, procedió a explicarle a ambos.
-Primero que nada, hay que ocultarnos lo más posible. Ellos sospechan que estamos en camino, pero dudo que sepan nuestra ubicación o nuestros planes exactos. Segundo, hace un par de semanas contacté a la doctora y miembro de la Asociación de Cazadores que aparentemente atendió a Chrollo. Fue gracias a ella que pude tener información de que tipo de padecimiento exacto tiene Chrollo y lo que es mejor, pude hackear el correo electrónico adjunto a la cuenta bancaria que usaron para depositarle a dicha doctora y gracias a ese correo, di con la localización del celular de uno de los miembros de la Brigada Fantasma. Dicho miembro, posiblemente no esté en las mejores condiciones para combatir por lo que, tan pronto abandone la casa y se dirija a la tienda de víveres que queda a dos cuadras, lo interceptare y lo liquidaré yo mismo dejando a Chrollo solo en su casa. Listo para que uno de nosotros le rebane el pescuezo. – sentenció Milluki, tras lo cual le dio un mordisco a su pan tostado.
Milluki le había ocultado varios detalles respecto al plan, no por temor a que hubiera algún tipo de espía o interferencia, sino porque quería mantener el elemento de sorpresa del hatsu que había desarrollado por tanto tiempo. Nadie sabía de su habilidad y él quería que eso se mantuviera el mayor tiempo posible. Por eso tenía que ser vago al hablar y cuidadoso al planear aquella venganza que compartiría con Kurapika.
- Bueno, antes que nada, Leorio, al ser médico solo nos servirá de respaldo en caso de que las cosas se descontrolen. ¿Correcto? – Preguntó Kurapika.
-Tal como dices, Leorio será solo nuestro respaldo, mientras que yo haré el trabajo sucio. – Aclaró el Zoldyck.
-¿Puedo ir yo a enfrentar a Chrollo una vez que esté solo? – Inquirió Kurapika.
Milluki asintió en silencio. Al joven Zoldyck solo le interesaba acabar con Machi, lo que le pasara a aquel desahuciado ya no era de su incumbencia.
-¿Seguro que quieres hacer esto Kurapika? – Preguntó Leorio nerviosamente.
Pese a la evidencia de que Chrollo estaba en su lecho de muerte, Leorio temía que se volviera a enfrentar con kurapika. Ya no contaba con su hatsu especial después de todo y Leorio estaría muy devastado en caso de que Kurapika resultara herido o muerto. Kurapika pareció intuir aquella preocupación de parte de Leorio, por lo cual procedió a agarrar su mano con ternura para tratar de tranquilizarlo.
-Estoy seguro. Yo quiero enfrentarlo personalmente. – Contestó Kurapika decidido.
-En ese caso creo que ya estamos decididos. Mañana en la mañana inicia la operación final contra la Brigada Fantasma. – Sentenció Milluki.
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Bueno, aquí a punto de darle cierre a esta obra. Muahaha. Si se preguntan porque me he tardado tanto en actualizar es porque estoy a punto de presentar uno de mis trabajos académicos más importantes por lo que me la he pasado hurgando en bibliotecas estudiando y hurgando datos para mi exposición. Así mismo estoy comenzando a escribir cuentos originales. ¡Yey! Pero no se preocupen, aquí seguiré con mis fanfics.
Monnies: ¡Ayyy! Pues si, el Bono le pasó lo que a Linterna Verde (me tomaron unos segundos en entenderla, pero en cuanto la entendí no pude contener mi risa malévola). Saludos y gracias por apoyar este arco final de mi fanfic. Les deseo lo mejor este febrero.
