En el castillo Magne, Charlie estaba en su habitación. Razzle y Dazzle estaban jugando en el amplio jardín del castillo y ella los veía desde su balcón. Sentía una carga menos sobre sus hombros. Alastor tenía razón: necesitaba darse un respiro del hotel. Escuchó que tocaron a su puerta y luego abrieron la puerta. Era su madre.
—Charlotte, querida. Me sorprende que hayas decidido venir tan de pronto. ¿Pasó algo? —Preguntó Lilith mientras avanzaba con paso elegante desde la puerta de la habitación hasta de la cama de la princesa para tomar asiento en la orilla de esta. Charlie regresó del balcón y caminó para llegar a su cama y tomar asiento junto a su madre.
—Nada importante, solo estaba un poco estresada por el hotel. Estamos con la mitad de las habitaciones ocupadas y el trabajo es mucho… demasiado… no creí que fuera tan difícil y antes que el estrés hiciera estragos en mí, decidí darme un respiro.
—¿Ah sí? —Dijo elevando una de sus cejas —¿Y quién se está haciendo cargo del hotel mientras tanto? ¿Vaggatha?
Charlie dudó un poco, pero sabía que no podía ocultar nada, después de todo, su padre es el gobernante del infierno y tarde o temprano se enteraría.
—No. Alastor quedó a cargo del hotel durante mi ausencia.
Lilith le dedicó una mirada severa.
—¿No habrás hecho un trato con ese demonio, verdad?
—¡No! No. Para nada. —Negó sacudiendo su cabeza y moviendo sus manos frente a ella. —Alastor llegó al hotel luego del fiasco del noticiero… y me ofreció su ayuda para echar en marcha el hotel.
—¿Y tú confías en él? —Preguntó aun con su ceja elevada.
—Alastor fue sincero desde su llegada. —Dijo desviando la mirada y sobando su brazo izquierdo —Él piensa como papá… cree que es un sinsentido pensar que los demonios se pueden redimir y Alastor está ahí para presenciar de primera mano cómo ellos fallan…
—No parece muy inteligente de tu parte tener a un demonio que quiere ver tu proyecto caer, Charlotte.
—Alastor demostró ser de mucha ayuda desde el principio, además, usé mi poder de la palabra con él —dijo orgullosa —le ordené que ayude con el hotel… tanto como él quiera —terminó de decir encogiéndose de hombros y con una sonrisa nerviosa hacia su madre.
Lilith no cambió su expresión.
—Bueno, por lo menos no hiciste ningún trato con él. No sabemos cómo se habría podido cobrar los favores que te hiciera.
—Siempre recuerdo el consejo de mi padre: "nunca tomes mierda de otros demonios" —dijo tratando de imitar la voz de Lucifer. —Por cierto, ¿dónde está él?
—Ya sabes que él está muy ocupado todos los días… esos humanos nunca dejan de invocarlo —respondió Lilith con fastidio en su voz, cruzando su pierna derecha sobre la izquierda, reposando el brazo izquierdo sobre esta, recargando su codo derecho y sobre su mano derecha, posó su rostro.
Charlie esbozó una sonrisa tierna por esa imagen. Desde que tenía uso de razón su madre se aburría sin su padre cerca y su padre se volvía loco cada vez que su madre tenía gira de conciertos por todo el infierno por lo que su tiempo juntos se reducía aún más.
—Por cierto, Charlotte, ¿por qué no te acompañó Vaggatha esta vez? —Preguntó con genuino interés.
—Vaggie y yo hemos tenido algunos problemas, no hemos estado de acuerdo en algunas cosas y creo que necesitamos estar un tiempo lejos para tranquilizarnos… espero… —Eso último lo dijo en un susurro.
Charlie estaba verdaderamente enojada con ella por enterarse que ella no cree en su proyecto… Además de los constantes ataques hacia Alastor.
Lilith y Lucifer eran conscientes de la relación que Charlie y Vaggie mantenían. A Lilith le daba igual. Ella estaba segura que en algún momento esa relación llegaría a su fin. No era que tuviera algo en contra de la demonio polilla pero, conocía a su hija, era una súcubo como ella después de todo y, Vaggatha, por obvias razones, no podía darle eso que Charlie necesita por su propia naturaleza.
Lucifer lo tomaba de manera diferente. Lo sentía como otro acto de rebeldía de Charlie. Charlie, como princesa del infierno y heredera al trono estaba obligada a, en algún momento de su vida, dar un nuevo heredero. Cosa que por simple lógica no podría lograr con la demonio polilla por biología básica, además que la polilla era de origen humano. Los demonios humanos son estériles, Charlie necesitaba involucrarse con un demonio original, es decir, un demonio nacido en el infierno.
Por eso mismo, desde que Charlie había nacido, él había estado propiciando las cosas para que ella pudiera involucrarse con un demonio original, pero no uno cualquiera, sino uno de los más poderosos, el hijo de otros de los Overlords: Seviathan Von Eldritch.
Seviathan era un par de décadas mayor que Charlie, eso en comparación a la esperanza de vida de un demonio original no era nada. Cuando Charlie llegó a la edad adecuada, los Magne comenzaron a invitar a los Von Eldritch con bastante frecuencia al castillo. Las primeras interacciones eran torpes, Seviathan no mostraba interés en la joven princesa y Charlie era demasiado tímida para dar el primer paso, a pesar que era evidente que se sentía atraída por el demonio de trajes verdes.
Las cosas cambiaron cuando la hermana de Seviathan notó el interés de Charlie en él. Hellsa comenzó a apoyar a la princesa pero, no lo hacía porque de verdad quisiera emparentar con ella, sino porque deseaba ver la humillación de Charlie al ser rechazada por su hermano. Pero, las cosas no resultaron como ella creía. Gracias a los pequeños empujones de ella para Charlie, Seviathan comenzó a ver con otros ojos a la princesa.
No tardaron mucho en iniciar una relación formal. Al poco tiempo se rumoreaba una boda y por tanto, un nuevo heredero al trono, estuvieron saliendo por más de una década y todo parecía marchar de maravilla para satisfacción de Lucifer. Pero, sin dar muchas explicaciones, la relación terminó con un aparente profundo odio de Charlie hacia Seviathan.
A partir de ahí, Charlie se negó a conocer a otros demonios originales, sin importar la clase social. Charlie no volvió a tener una relación hasta casi un siglo después, cuando Vaggatha apareció.
A la hora de la cena, Lucifer regresó a su castillo. En la mesa ya se encontraban Lilith y Charlie, quien se sorprendió al ver a su padre aparecer de pronto en su silla correspondiente, Lucifer saludó a su esposa y con un chasquido de sus dedos se cambió de ropas y desapareció su cetro, Lilith dirigió su mirada hacia Charlie y Lucifer siguió su mirada algo extrañado, llevándose la sorpresa de ver a su hija saludándolo tímidamente con su mano.
—Manzanita… —dijo con sorpresa y cariño.
—Hola, papá ¿sorpresa? —dijo aun con una sonrisa nerviosa.
La familia Magne cenó en silencio, como era costumbre, al finalizar, Lilith comenzó a preguntarle a Lucifer por su día, este respondía gustoso las interrogantes de su esposa y Charlie escuchaba atentamente la conversación, hasta que Lucifer se dirigió a ella.
—Así que, el Demonio Radio… —dijo con desdén.
No era de extrañar que sus padres ya supieran de la presencia de Alastor en el hotel, pues este era la cara del hotel desde hace un tiempo.
—Como le comenté en la tarde a mi madre, Alastor llegó al hotel el día de la fatídica entrevista en el noticiero —dijo tranquila.
—Espero no hayas cometido la tontería de hacer un trato con él —dijo Lucifer con mirada severa.
—No, papá. Siempre recuerdo tu consejo. Y utilicé mi poder de la palabra con él. Descuida. Alastor está incapacitado para hacer algo en mi contra o en contra del hotel.
—Hasta que él lo decida… —Dijo Lilith antes de tomar su copa.
—¿Y tu amiga la polilla? —Preguntó Lucifer.
—Tienen problemas, cariño. —Respondió Lilith por Charlie.
—Oh, ya veo… ¿Algo relacionado con el hotel?
—Sí… tenemos… algunas diferencias…
Lucifer tomó su copa de vino y la bebió.
—¿Y el Demonio Radio? ¿Ningún problema con él?
—Alastor ha sido de mucha ayuda. De hecho da muchas buenas ideas y me ayuda a perfeccionar las mías…
—Te aconsejo que no confíes mucho en él, Charlotte. Recuerda que es uno de los Overlords más poderosos y además, es un alma humana. Lo vuelve más impredecible.
—¿Alguna vez has interactuado con Alastor, papá?
—No. No tengo el gusto de conocerlo. Él, a diferencia de la mayoría de las almas humanas que llegan al infierno y desean lograr algo, nunca requirió de mis favores. Un caso extraordinario y por tanto poco fiable. Él tiene conocimiento sobre un tipo de magia a parte de la magia demoniaca que todos poseemos.
—Entonces… ¿él podría vencerte? —Preguntó preocupada.
Lucifer sonrió por la pregunta de su hija.
—Manzanita… El Demonio Radio es poderoso, pero no olvides quién maneja toda la magia demoniaca aquí —Finalizó con un guiño. Charlie sonrió aliviada. Alastor le agradaba, pero no podía evitar preocuparse por su padre. Era consciente que por la posición de su padre: él siempre será blanco de quienes deseen gobernar el infierno.
Mientras tanto en el hotel, Vaggie, Angel, Niffty y Husk cenaban en el comedor sin la presencia de Alastor. Vaggie comía de mala gana, bufando cada cierto tiempo.
—Perra, suelta lo que traes o contrólate. Me tienes harto con tus bufidos de mierda —dijo Angel —¿Es porque Charlie se fue sin ti? Honestamente no me sorprende. Tienes días con cara de mal cogida y anoche fue la gota que derramó el vaso.
Husk y Niffty se miraron confundidos y Vaggie vio con mirada asesina a Angel por su comentario.
—Ash, no me veas así, plana. No es que yo hubiera estado espiando, es que tus putos berrinches se escucharon por todo el maldito hotel.
—Cállate, maldito afeminado. —Le dijo con tono amenazante
—Callada te dejó la princesita cuando te dijo que el señor sonrisas es de mayor utilidad que tú. —Respondió finalizando con una sonrisa dentada.
—No metas a ese puto creepy en esto.
—Oh, yo no lo meto. Tú sí. Para nadie es un secreto que odias al venadito desde que puso un pie en este hotel y fue peor cuando él pudo levantar el lugar con un solo chasquido de sus dedos —dijo chasqueando sus dedos en la cara de la demonio polilla.
—¡¿Es que nadie ve que corremos peligro mientras ese bastardo esté aquí?! —dijo golpeando la mesa y poniéndose de pie, exasperada.
—Charlie no se equivocó al llamarte "paranoica", paranoica. —dijo Angel cruzando todos su brazos y sonriendo con burla.
—No es que el hijo de puta sea de mi agrado —comenzó a hablar Husk —pero creo que exageras, niña. Si Alastor hubiera querido dañar a la princesa, al hotel o a alguno de los aquí presentes ya lo habría hecho.
—Estoy de acuerdo con el señor Husk —secundó Niffty —Alastor no quiere hacerle daño a nadie aquí. Él solo quiere divertirse.
—A costa de Charlie —señaló exasperada Vaggie.
Angel giró los ojos con fastidio.
—Niña —volvió a hablar Husk —Alastor solo está facilitando las cosas para que el hotel funcione, si el plan de redención es un éxito o no, despende de la princesa. Alastor no lo va a sabotear, no tiene caso. Al hijo de puta no le gustan las cosas predecibles.
—Así que deja tu histeria, perra. —Agregó Angel.
—Y como consejo —continuó Husk —deja de provocar a Alastor. No tengo ni puta idea si es parte del acuerdo que tiene con la princesita pero no sé cómo es que sigues existiendo. No sigas tentando tu suerte.
—Eso incluso lo entendí yo, plana, cuando vi cómo destruyó en segundos la máquina del anciano de Sir. Pentius.
—El señor Alastor ha sido muy paciente contigo, Vaggie. —Dijo Niffty.
Vaggie no dijo nada más y se retiró del comedor.
—Ahhg, espero que con esto calme su histeria la maldita plana. Estoy harto de escuchar sus lloriqueos con Charlie y de ver sus patéticos enfrentamientos con el fresa proxeneta. Al principio era divertido, ahora solo es triste ver cómo solo la ignora. —dijo Angel recargándose por completo en el respaldo de su silla.
Husk y Niffty ya no dijeron nada.
Terminaron de comer en silencio, finalmente Angel se retiró, luego Husk regresó al bar y Niffty se quedó a recoger el comedor.
El siguiente día pasó sin muchas novedades en el hotel, Husk y Angel atendían el bar, Vaggie, con ayuda de Niffty, impartieron los talleres de redención mientras Alastor supervisaba todo con la ayuda de su sombra.
Pocas veces se topó con la polilla pero a diferencia de siempre, esta lo ignoraba o le sacaba la vuelta. Alastor ni se inmutó. Lo que hiciera o no la demonio polilla no le era de interés.
Sabiendo que las cosas estaban en orden, Alastor fue al bar en la noche. Estaba más o menos concurrido y, al parecer, llegó justo a tiempo para ver el show de Angel preparando las bebidas.
Angel estaba encima de la barra con su ropa habitual, recibiendo elogios y gritos de apoyo.
—¡Prepara un sidecar! —Gritó uno de los demonios sentado en una de las mesas al fondo del bar.
Angel escuchó la petición y se puso nervioso. Se agachó para recibir las botellas necesarias por parte de Husk, Angel le hizo un guiño y sonrió coqueto, Husk solo rodó los ojos y se hizo a un lado. Angel perdió el equilibrio y calló. Hubo un grito ahogado por todos los presentes y Alastor estaba a punto de dejar de ver para ir a la barra y pedirle un whisky a Husk, cuando Angel se levantó con las botellas intactas y con una sonrisa coqueta dijo:
—La verdad es que, hago el mejor sidecar del mundo, perras.
Dicho esto comenzó a hacer piruetas con la botella de cognac con su brazo superior derecho, primero haciendo que la botella se mantenga de pie sin caer en el dorso de la mano, para luego hacerla girar y atraparla con la misma mano y después lanzarla por detrás de su espalda atrapándola de nuevo con la misma mano, la hace girar de nuevo de manera horizontal y con su antebrazo la empuja para que salga volando hacia arriba, esto mientras con su mano superior izquierda tomaba el shaker y lo aventaba para en el aire atrapar ambos y servir 2 shots de contreau en el shaker. Es en ese momento que nota la presencia de Alastor en el bar y le dedica un guiño, Alastor no hace nada, solo sigue observando el espectáculo que, para su sorpresa, le está agradando. Angel deja la botella de contreau y toma la de cognac. Vuelve a hacer piruetas con la botella de cognac con la mano derecha vierte 3 shots en el shaker mientras este está en la barra, vuelve hacer piruetas con la botella hasta finalmente dejarla en la barra, luego de esto, lanza un par de hielos con la mano inferior derecha y las atrapa con el shaker en el aire, finalmente, tapa el shaker, simula darle un beso y luego lo dirige en dirección a Alastor, Alastor chasquea sus dedos y la vestimenta de Angel cambia por la de un barman de verdad, Angel ríe pues el cambio le gusta mientras Alastor solo hace un leve movimiento con su cabeza como diciendo "de nada". Angel continuó su espectáculo bailando un poco mientras batía el shaker en sus manos con gran ímpetu, finalmente sirvió la preparación en una copa coctelera escarchada con azúcar y decorada con un twist de cáscara de limón previamente puesta ahí por Husk. Alastor chasqueó los dedos y la copa apareció en la mesa del demonio que hizo la petición.
El demonio tomó la bebida, todos estaban expectantes al veredicto de este.
—¡Perfecto! —Gritó alzando la copa vacía.
Todos vitorearon a Angel y este se subió a la barra de nuevo.
—¡Se los digo, perras! ¡Nadie le gana a los cocteles de Angel! —gritó con orgullo y haciendo una seña obscena con sus manos inferiores.
Alastor rio divertido y por fin fue a la barra, con Husk.
—¿Qué quieres? —Preguntó malhumorado.
Alastor estuvo a punto de hablar pero se detuvo y sonrió con malicia viendo hacia Angel el cual seguía auto-aludándose sobre la barra.
—Hey Angel —Lo llamó. El vitoreo cesó en cuanto escucharon esa voz de radio. Angel giró su vista hacia Alastor.
—¿Qué, sonrisas? —dijo elevando una de sus cejas, algo molesto por la abrupta interrupción de su momento de gloria.
—Prepárame un Sazerac —dijo recargando su codo izquierdo en la barra y a vez, recargando su cabeza en la mano izquierda, de forma despreocupada.
Angel sonrió con malicia. Sabía perfectamente por qué Alastor le había pedido esa bebida.
—Con gusto, guapo. —dijo guiñándole un ojo. —¡Oh, Husky!~ —llamó Angel mientras se bajaba de la barra.
—Ya voy, maldita araña —dijo comenzando a buscar lo que Angel necesitaba para preparar aquel coctel solicitado por Alastor —¡y ya te dije que no me llames así!
—Como digas, cariño. —Respondió coqueto Angel.
Una vez Husk dejó sobre la barra lo que necesitaba, Angel inició con su show.
Comenzó aventado unos cubos de hielo al aire y los atrapó con el shaker luego de dar un giro completo, tomó la botella de whisky y comenzó a hacer piruetas con ella, esta vez usando sus cuatro brazos haciendo que la botella volara delante de él y detrás de su espalda hasta servir dos shots en el shaker, un par de piruetas más y dejó la botella en la barra dándole una sonrisa coqueta a Alastor que seguía viéndolo con interés, volvió su vista al frente y vertió una cucharadita de azúcar, un shot de bitter y finalmente batió todo con la cuchara mientras bailaba al ritmo de swing, cortesía de un chasquido de Alastor, otra vez. Husk ya le había preparado una copa, esta vez con absenta esparcida por todo su interior y cuando Angel terminó de batir la preparación, la sirvió en la copa, agregando un resorte de cáscara de limón como decoración.
—Que lo disfrutes, sonrisas —Dijo en tono coqueto haciendo deslizar la copa hasta llegar a la mano de Alastor.
Alastor observó la copa, divertido, y luego la alzó en dirección de Angel, haciendo alusión al típico "salud" y la bebió.
Angel y todos los presentes esperaban ahora el veredicto de Alastor, el demonio araña se mantenía tranquilo, cruzando ambos pares de brazos y con una sonrisa dentada viendo a Alastor.
Cuando Alastor dejó la copa, volteó a ver a Angel con una sonrisa difícil de descifrar, el demonio araña comenzó a sentirse nervioso: su reputación como bartender dependía enteramente de lo que el demonio ciervo dijera.
—Debo decir, mi querido amigo afeminado, que este Sazerac es de los mejores que he probado en mi existencia.
Todos siguieron en silencio, hasta que Angel lo rompió.
—¡Ja! ¡No te engañes, cariño! ¡No es uno de los mejores, ES el mejor! —dijo inflando más su pecho con orgullo.
—De acuerdo. Admito que es el mejor —dijo sin mayor problema el Demonio Radio chasqueando sus dedos haciendo aparecer shots de vodka en todos los presentes, incluyendo Angel y Husk.
—Propongo un brindis por el mejor bartender que puede tener el Hazbin Hotel, un brindis por Angel Dust…
—Oye, oye ¿con qué derecho vacías las botellas de este lugar, hijo de perra? Te recuerdo que todo le pertenece a la princesa —dijo Husk.
—Tranquilo, mi amigo ¡Yo invito esta ronda! —Dijo alegremente Alastor —Entonces, —continuó —¡un brindis por Angel Dust!
—¡Por Angel Dust! —secundaron todos para sorpresa y alegría del aludido.
Una vez terminado el brindis, todos siguieron en sus propios asuntos. Angel se acercó a donde estaban Husk y Alastor.
—Y bien, ¿qué te tiene de tan buen humor, Alastor? —Preguntó Angel recargando su mentón en su mano izquierda y poniendo sus brazos inferiores en su cadera.
—Ah, nada en especial. El hotel va de maravilla y creí que me hacía falta un poco de convivencia con mis colaboradores. —Dijo con naturalidad.
—Mientras pagues lo que consumas, me importa una mierda ver tu cara aquí. —Dijo Husk tomando un trago directo de una botella de vodka.
—Bueno, debo admitir que me sorprende lo agradable que resultas ser, sonrisas. —dijo Angel.
—¿Qué te puedo decir, mi buen Angel?
—Deberías venir más seguido, creas buen ambiente. Incluso tus gustos musicales son del agrado de todos.
—HA HA, me halagas, Angel. Tal vez considere venir más seguido.
Alastor, Angel y Husk continuaron bebiendo y charlando por un largo rato, Husk servía las bebidas y Angel preparaba cocteles cuando se los pedían.
Alastor y Angel reían por chistes hechos por ambos, incluso Husk soltaba unas cuantas risas y conversaba, aunque nunca dejó de estar a la defensiva con Alastor. Los huéspedes fueron dejando el bar hasta que quedaron ellos solos.
Niffty los fue a buscar pues la cena para los colaboradores ya estaba lista, se ofendió por no haber sido invitada a la diversión. Alastor se disculpó y prometió invitarla para la próxima ocasión. Los cuatro continuaron conversando animadamente mientras caminaban al comedor, ahí ya se encontraba Vaggie quien se sorprendió al ver a todos conversando como grandes amigos.
La cena continuó entre pláticas, risas y bromas entre los cuatro, menos Vaggie. Alastor de vez en cuando le dirigía una mirada burlona y continuaba su interacción. Al finalizar la cena, Vaggie se retiró ellos continuaron hasta que Alastor vio su reloj de bolsillo y vio que ya era más tarde de lo habitual. Se despidió para irse a dormir y los demás lo secundaron, excepto Niffty quien estaba recogiendo la mesa.
—Oh, lindura. Permíteme ayudarte con eso.
Alastor chasqueó los dedos y dejó el comedor impecable y los platos y demás utensilios limpios en la cocina.
—Muchas gracias, Al. —Dijo entre brinquitos Niffty.
—Fue un placer.
Todos se fueron a descansar, caminando y conversando hasta que se separaron para cada quien ir a su respectiva habitación.
Al día siguiente, la escena se repitió. Vaggie se sintió fuera de lugar y desayunó lo más rápido que pudo para retirarse.
Charlie apenas se había levantado, Razzle y Dazzle seguían dormidos. Sus padres ya habían desayunado y ella tenía que desayunar sola.
El día anterior lo había pasado enteramente con su mamá. Lilith estaba preparando una nueva gira de conciertos en los 9 círculos del infierno razón por la que le pidió a Charlie le ayudara a elegir los mejores vestidos para lucirlos durante sus próximas presentaciones.
Había sido divertido, debía admitir, y le encantó pasar ese tiempo con su mamá pero estaba tan acostumbrada a estar todo el día de arriba para abajo con el hotel que apenas teniendo poco más de un día fuera de él ya lo extrañaba.
Le preocupaba que fuera demasiada carga para Alastor… y las sesiones…
¿Cómo le estará yendo a Vaggie?
¿La estarán ayudando?
¿Le estará ayudando Alastor?
¿Y si los huéspedes hacen enojar a Alastor?
¡¿Y si Alastor los está torturando?!
Tranquilízate, Charlie. Si las cosas fueran mal, Vaggie, Angel, Husk o Niffty ya te hubieran llamado…
Se regañó mentalmente. Debía calmarse. Alastor no sería capaz, le dio su palabra… Además, Alastor es un caballero como los que ya casi no hay… Ya sonaba como Vaggie…
¡¿Y si Alastor no deja que me llamen?!
—¡Razzle, Dazzle! —Llamó a sus guardianes —¡Ayúdenme a empacar rápido! ¡Regresamos al hotel! —Ordenó a sus cabras sirvientes.
Se sentía mal por dudar de Alastor pero, incluso su papá le había dicho que tuviera cuidado con él ¿no? Además es cierto: Alastor solo estaba ayudando en el hotel hasta que él lo decidiera.
Tomó su Hellphone y llamó a su madre, la llamada se mandó a buzón. Charlie no dejó un mensaje, prefirió mandar un texto:
Asunto: Vuelvo al hotel.
Mamá, vuelvo al hotel. La pasé maravilloso contigo ayer y en las cenas con papá. Me habría gustado poder pasar más tiempo con ustedes pero creo que los tres estamos bastantes ocupados. Trataré de venir más seguido, o si lo desean, pueden visitar el hotel.
Los amo.
Cuando envió el mensaje sus pequeñas cabritas llegaron para avisarle que su maleta está lista. A los pocos minutos ya estaba en su limusina con rumbo al hotel.
En el hotel, las sesiones del día habían terminado y el staff original estaba realizando sus actividades extras en el hotel, Angel ya estaba en el bar con su traje de bartender listo para comenzar a preparar sus famosos cocteles, Husk solo se limitaba a beber directo de una botella mientras jugaba solitario con una baraja, Niffty estaba con Alastor decorando los salones que recién se habían remodelado y que Niffty se había encargado de limpiar días anteriores, Vaggie se había ido a su habitación.
Los huéspedes comenzaron a llegar al bar, no había mucha actividad para Angel pues estos solo estaban pidiendo una cerveza sencilla. Niffty había ido a preparar la comida para el staff y Alastor había ido al bar.
—Hey, sonrisas, volviste —dijo con una sonrisa maliciosa Angel.
—Dije que lo haría, ¿cómo ha ido el día mis buenos amigos? —preguntó tomando asiento en uno de los bancos de la barra del bar.
—Hmm, aburrido. —Dijo luego de un suspiro Angel —estos bastardos solo han pedido cerveza y no me han dejado demostrar mis dotes de bartender.
—Es una verdadera lástima, mi afeminado amigo —respondió Alastor.
—¿Te preparo otro Sazerac? Puedo hacerlo aún mejor que ayer ya que tenía mucho tiempo sin prepararlo… —ofreció de manera coqueta.
—HA HA, no, hoy no, Angel. Solo vine por un whisky.
—Tú te lo pierdes, sonrisas —respondió sin sentirse molesto y guiñándole el ojo —Husky~ el venadito quiere un whisky. —dijo Angel llamando a Husk, quien seguía concentrado en su juego de cartas.
—¡Deja de llamarme así, maldito afeminado! — Respondió molesto.
Alastor tuvo un leve tic en el ojo por escuchar el nuevo apodo que le había puesto Angel, estaba por dar una amistosa advertencia al demonio araña cuando Husk puso de manera poco sutil su vaso de Whisky frente a él.
Alastor se tomó su Whisky de un trago y vio a Husk. El bar estaba demasiado tranquilo y notaba a sus dos colaboradores aburridos, su sombra apareció tras él, Alastor la vio y se sonrieron mutuamente. Con un chasquido de sus dedos desapareció las cartas de la barra frente a Husk y de sus propias manos.
—Qué caraj… ¡Tú! ¡¿Qué demonios te pasa, maldito hijo de puta de mierda?! —Comenzó a reclamar pues estaba a punto de terminar su juego.
—Husker, Angel —comenzó a hablar Alastor ignorando los reclamos de Husk —¿Qué les parece si jugamos una partida de póker?
—¿Qué tramas, cabrón hijo de perra? ¡No voy a arriesgarme a más años bajo tus órdenes! —Advirtió con severidad.
—HA HA, no mi buen amigo. ¡Solo es por diversión! —dijo agitando la baraja en sus manos, jugueteando con ella.
—No veo por qué no — respondió Angel elevando los hombros.
—¿Solo por diversión, maldito? —Preguntó Husk aun con recelo.
—Solo por diversión, Husk —Respondió con una sonrisa dentada.
Algunos minutos después…
—¡Ohhh por Lucifer! ¡No de nuevo! —gritó Angel aventando sus cartas sobre la barra del bar. Husk y Alastor solo reían de manera burlona.
—Oh vamos, Angel querido, no te pongas así ¡es solo un juego! —trató de tranquilizar Alastor sin dejar de reír.
—Cálmate, maldita araña, solo mejora tu cara de póker. —agregó Husk.
—Oh, para ustedes es fácil decirlo —respondió indignado —¡tú siempre tienes esa maldita… rara… creepy sonrisa en tu cara! —Dijo señalando con su mano izquierda a Alastor —¡y tú siempre tienes la cara que no has cogido en años, maldito gato amargado! —dijo señalando con la mano derecha a Husk.
Ni Husk ni Alastor se molestaron por los insultos de Angel, les era realmente divertido ver al demonio araña perder los estribos. El bartender estaba por comenzar una nueva tanda de improperios contra el par de demonios cuando llegó Niffty.
—Chicos —dijo con reclamo en su voz —¡dijeron que me invitarían la próxima vez que se divirtieran! —protestó.
—Ohh, Niffty —comenzó a hablar Alastor —mea culpa. Perdóname, lindura pero es que los caballeros y yo estábamos aburridos y, como verás, en estos momentos no hay mucha actividad en el bar por lo que invité a nuestros amigos a jugar un poco de póker.
—Además ni siquiera fue divertido —dijo Angel indignado — no te perdiste de mucho, loli.
—Aun así… —dijo con tristeza.
—¿Qué te parece si te nos unes en las siguientes partidas, luego de comer? —Preguntó Alastor inclinándose un poco para poder ver de frente a la demonio cíclope.
—¡Me encantaría! —Dijo dando un saltito —¡Oh! ¡Es cierto! A eso vine a buscarlos, jiji. Chicos la comida ya está lista.
Los cuatro fueron al comedor, Vaggie ya estaba ahí. Todos tomaron sus respectivos lugares y comenzaron a comer, Husk seguía molestando a Angel por ser tan mal jugador de póker y Niffty hablaba con Alastor sobre recetas de comida.
Vaggie seguía en silencio sintiéndose excluida por todos. Husk hizo un comentario para molestar a Alastor y este respondió iniciando una guerra de ataques verbales que de algún modo terminó involucrando a los cuatro, todo seguía siendo de manera amistosa pero sus voces eran cada vez más fuertes.
—¡Por lo menos yo no soy un maldito afeminado que no sabe perder! —gritó Husk.
—¡¿Y a quién le importa?! ¡Por lo menos yo no soy un estúpido alcohólico que se queda dormido en horas de trabajo!
—¿Es eso cierto, Husker? —Preguntó con tono amenazante Alastor.
—¡¿Le vas a creer a este rarito?! —Replicó Husk.
—Entre raritos nos entendemos, cariño —respondió Angel enviando un beso a Husk y guiñando un ojo a Alastor.
—¡El señor Alastor no es ningún rarito! —Defendió Niffty, Alastor sonrió con satisfacción —¡Solo es un demonio incapaz de mantener una promesa! —gritó aun resentida por no haber sido invitada a jugar con ellos más temprano.
—¡Niffty! —dijo sorprendido por la "traición" de la pequeña.
Angel y Husk comenzaron a reírse.
Vaggie veía sorprendida la manera en que discutían más no percibía peligro, hasta que, sin saber cómo, la discusión subió a tal grado que Angel ya estaba sobre su silla con sus metralletas, Alastor con sus tentáculos, Niffty con un cuchillo de cocina y Husk con varias dagas en ambas manos, solo esperando que cualquiera iniciara el ataque.
—¡AAAAALTOOOOOOO! —Escucharon gritar desde la entrada del comedor, los 5 demonios dirigieron su vista hasta el lugar para encontrarse con la princesa a medio transformar, con la esclerótica de sus ojos rojas, sus irises amarillos y pupilas rasgadas y su cornamenta.
—¡POR MI PADRE, ¿QUÉ DEMONIOS ESTÁ PASANDO AQUÍ?! ¡¿ACASO ESTAN LOCOS?! —Preguntó furiosa de pensar en lo que habría ocurrido si tan solo hubiese llegado 5 minutos más tarde.
Alastor hizo un movimiento y los guardianes de Charlie se pusieron en posición de ataque, el demonio ciervo chasqueó los dedos haciendo desaparecer sus tentáculos y las armas de los demás. Hubo un breve silencio hasta que los involucrados en la pelea comenzaron a reír a carcajadas. Todos tomaron asiento sin poder contener las risas y Charlie perdió su transformación, mostrando en su rostro la clara confusión que la situación le causaba. Vaggie tampoco entendía qué mierda estaba pasando y cuando Charlie la miró en busca de alguna explicación, esta elevó los hombros y sus brazos con las palmas hacia arriba en señal de no tener idea alguna.
Cuando Alastor pudo controlar su risa, comenzó a hablar.
—Charlotte, querida, regresaste muy pronto ¿sucedió algo? —dijo tomando su monóculo para limpiarlo.
—Eso quisiera saber… —dijo caminando con cautela y viendo a todos en el comedor —¿qué diablos fue eso?
—Tranquila, princesita, solo fue una pequeña discusión, no nos íbamos a matar de verdad —dijo Angel.
—Ajá —comenzó a hablar Niffty —No te preocupes Charlie, no era un pelea en serio.
—Me disculpo por asustarte, niña —dijo Husk —acabábamos de tener una partida de póker y Angel no sabe perder.
—¿Todos? —preguntó extrañada Charlie.
—Ellos —dijo resentida Niffty. Alastor rio.
—Oh, Niffty, ya te dije que volveremos a jugar luego de terminar de comer.
—Y les patearé el trasero a todos —amenazó la cíclope.
—Eso quisieras, perra. —Escupió Angel —Ya no me volverán a ganar.
—Eso quiero verlo —Dijo con burla Husk.
—Oh y lo verán —dijo poniéndose de pie Angel y encaminándose al bar, seguido por Niffty y luego Husk. Alastor se puso de pie y vio la maleta de Charlie.
—Disculpa mi descortesía, querida —chasqueó los dedos y la maleta desapareció —ya no tendrás que cargarla a tu habitación. —dijo con sonrisa orgullosa.
—Gracias Alastor —respondió Charlie —Entonces… ¿antes de comer estaban jugando póker?
—Así es.
—¿Y el hotel? ¿Y los huéspedes? —preguntó cruzándose de brazos algo molesta por el descuido de Alastor hacia el hotel.
—No te preocupes, querida. Todo está bajo control. —le aseguró señalando afuera de la cocina viendo cómo algunos huéspedes charlaban y otros iban y venían —Sus sesiones fueron llevadas en tiempo y forma, algunos huéspedes se encuentran en el bar refrescándose un poco y otros están tomando aire en los jardines —chasqueó los dedos y una docena de sombras regresaron a él — Los demás están reposando en sus respectivas habitaciones. Tengo todo cubierto, querida.
Vaggie y Charlie quedaron boquiabiertas. Vaggie no tenía idea que Alastor tenía a sus sombras vigilando por todo el hotel.
—Wow, Alastor… Es… Es increíble ¡muchas gracias! —dijo con mucha alegría, reprimiendo el deseo de abrazar al Demonio Radio.
—No fue nada querida, ¡te dije que no te preocuparas! De hecho, me sorprende verte tan pronto por aquí —dijo con las manos tras su espalda y ladeando su cabeza con curiosidad.
—Debo admitir que estaba preocupada por el hotel… —soltó un suspiro —perdón Alastor, la verdad yo…
—HA HA, entiendo querida —dijo sin mostrarse ofendido —Pero ¿sabes?, no tiene caso que yo haga algo en contra de este hotel si tú no estás presente, Charlotte —dijo con una sonrisa y mirada algo intrigante —Eres mi mayor entretenimiento aquí.
Charlie no supo cómo tomar eso por lo que decidió cambiar el tema.
—Hhmmp, bueno… volverán a jugar ¿no?
—Así es, ¿te nos unes, querida? —Preguntó.
—La verdad no soy buena jugando cartas —respondió tímida
—Oh no, no te preocupes, Charlotte. Solo es por diversión, no pasará nada si pierdes, no estamos apostando nada —dijo finalizando con una sonrisa dentada. Charlie lo pensó un poco y estaba por responder cuando un rugido de su estómago se hizo presente. Alastor soltó una risita. —Creo que deberás comer primero, Charlotte —Alastor chasqueó sus dedos e hizo aparecer a Charlie en su respectivo asiento y frente a ella un plato con la comida que había preparado Niffty.
—Gracias, Alastor —respondió con un leve sonrojo.
—Estoy para servir, querida. —Dijo haciendo una reverencia —Iré con nuestros camaradas, buen provecho, Charlotte. —Alastor se retiró del lugar.
—Gracias, Al… —dijo Charlie mientras lo veía partir lo suficientemente bajo como para que Alastor no la escuchara pero lo suficientemente alto para que Vaggie lo hiciera.
—¿"Al"? —Dijo Vaggie sorprendiendo a Charlie —Vaya, pensé que había desaparecido o algo, nadie parecía notar mi presencia.
—Lo siento, Vaggie. Fui descortés. ¿Cómo estás? —Preguntó al tiempo que iniciaba a comer
—No lo sé… Siento que sobro aquí, Charlie. —dijo con tristeza en su voz.
—Vaggie…
—No confío en Alastor y nunca lo haré, y por lo que veo todos ustedes sí, y está bien… es solo que, no estoy cómoda con ello… además, tú y yo, Charlie… supongo que has notado que las cosas ya no son como antes, y me duele admitirlo… Creo que las cosas empeoraron por lo que te dije hace algunas noches y no te culpo, creo que sí cometí un error por no ser completamente sincera contigo sobre lo que pensaba respecto a tu idea del hotel.
Charlie la escuchaba atentamente, Vaggie al ver que Charlie no decía nada, continuó.
—Charlie, voy a dejar el hotel.
—Vaggs, no tien…
—Y quiero que tú y yo nos demos un tiempo.
Los ojos de Charlie se cristalizaron, Vaggie se levantó de su asiento y se dirigió a abrazar a Charlie.
—No llores, Charlie… Sabes que no me gusta verte llorar…
—Vaggie, no es necesario… está bien si no crees en mi proyecto pero eso no tiene por qué afectarnos a nosotras…
—Nos afecta porque no fui sincera contigo, Charlie. —Vaggie tomó aire y continuó —Necesitamos esto, Charlie. Y, si estamos destinadas a estar juntas, lo volveremos a estar. Siempre seré tu amiga, Charlie y no sabes cuánto te amo, por eso creo que debemos pasar por esto. Estoy segura que las cosas resultaran positivas para ambas.
Charlie se abrazó a Vaggie con fuerza.
—Te voy a extrañar mucho, Vaggie.
—Yo también, Charlie.
Duraron unos minutos más abrazadas hasta que Vaggie se soltó y se despidió para ir a empacar sus cosas. Charlie se quedó sola en el comedor, solo con sus guardianes a cada lado tratando de consolarla mientras ella lloraba. Pasados unos minutos, Charlie se tranquilizó y se secó algunos restos de lágrimas. Cuando se sintió lista fue al bar.
Al llegar notó a algunos huéspedes bebiendo y hablando tranquilamente y en la barra a su staff jugando y riendo.
—¡Ja, ja! Miren y lloren, perras —dijo Angel colocando sus cartas sobre la mesa: era un full de tres ases y dos 8.
—Ah, ah~ no tan rápido, Angel —dijo Niffty mostrando ella sus cartas: póker de 9 —caballeros, fue un placer patearles el tra…
—No tan rápido, niña —dijo Husk mostrando su mano: escalera de color del 5 al 9, en picas.
—¡Diablos! —chilló la cíclope, Husk rio orgulloso.
—¡Ah, excelente mano, Husker! —exclamó Alastor, quien en todo momento se mantuvo en silencio observando a sus adversarios y sonrió con malicia.
—No… —dijo Husk adelantándose a lo que se venía —¡No te atrevas, hijo de puta!
Charlie observó emocionada cómo Alastor descubría ante todos su mano.
—¡Escalera real, mis amigos! —anunció con orgullo.
—¡Maldita sea!— exclamó Angel frustrado.
—¡Desgraciado! —Gritó Husker.
—¡Wow! Qué buen juego, señor Alastor —dijo Niffty.
—HA HA, gracias Niffty.
—¡Trampa! ¡Sonrisas hace trampa! ¡No es posible que siempre que gane tenga la mejor mano! ¡Seguro está haciendo alguna de esas cosas voodoo que sabe! —dijo Angel.
—Se un buen perdedor, Angel —regaño Niffty.
—Te aseguro, mi afeminado amigo, que no necesito de ningún tipo de ayuda extra para ganar.
—Presumido —dijo resoplando y recargándose en la barra.
Charlie rio al ver esa escena, se había ausentado solo un par de días y ahora que regresaba todos se llevaban de maravilla y convivían, llegó a la barra.
—Hola chicos —saludó alegre.
Todos saludaron.
—¿Te nos unes, Charl? —Preguntó Angel.
—Bueno… como le comenté a Alastor, no soy buena jugando a las cartas…
—No te preocupes, Angel tampoco y aquí está —dijo Niffty
—¡Oye! —Reclamó ofendido el demonio araña.
—Tranquila, niña. No estamos apostando nada. Solo es por diversión. —Dijo Husk quien ya se encontraba barajeando las cartas.
—Si me permites, Charlotte, yo puedo aconsejarte. —Dijo Alastor.
—¡Ah no! ¡Ni lo pienses! Eso es trampa —Se quejó Angel.
—Tranquilo, Angel, solo será en dos o tres partidas, en lo que Charlotte entiende el juego. Yo no jugaré.
—Me parece justo —dijo Niffty.
—Yo no tengo problema —dijo Husk.
—¡Bien! —aceptó de mala gana el demonio araña.
—Gracias, Alastor —dijo tímida Charlie.
—My pleasure, my dear —dijo Alastor con voz, mirada y sonrisa que hizo que Charlie se estremeciera de pies a cabeza.
Husk repartió las cartas, Alastor se quedó de pie atrás de Charlie. Cuando este vio la mano de Charlie, comenzó a aconsejarle.
—Cambia tu tercer carta de izquierda a derecha —le había dicho tan cerca de su oreja que sintió como Charlie se estremeció con el choque de su aliento.
Charlie obedeció, los demás igual cambiaron cartas.
—Ahora acomoda las cartas —le había vuelto a susurrar el Demonio Radio.
—¿Cómo? —Preguntó.
—Intenta encontrar el patrón, querida.
La sensación del aliento de Alastor en su oreja y el calor que desprendía su cuerpo tan cerca del suyo tenía hecha un mar de nervios a la princesa, pero no le resultaba desagradable.
Charlie comenzó a acomodar las cartas en su mano de la manera que creía correcta, al finalizar se la mostró a Alastor, este las vio por encima del hombro de la rubia y sonrió. Hizo un asentimiento de aprobación y Charlie suspiró aliviada.
Vaggie había bajado ya con maleta en mano con la intención de despedirse de Charlie pero al llegar a la entrada del bar, pudo ver cómo Charlie sonreía divertida en compañía de todos, en especial notó la cercanía con Alastor.
La primera en mostrar su mano fue Niffty: dos pares.
Angel se retiró.
Husk mostró escalera.
Alastor asintió con aprobación y Charlie mostró su mano: full.
Charlie había ganado.
—¡Suerte de principiante! —gritó Niffty.
—Nada mal, niña. —dijo Husk.
Charlie no entendía ¿había ganado?
—¡Felicidades, querida! —Dijo Alastor —¡Acabas de ganar tu primer partida de póker!
—¿De verdad? —preguntó poniendo una mano sobre su cabeza y encogiéndose de hombros. Todos la vieron con ternura.
Vaggie la vio con algo de nostalgia y decidió no arruinar ese momento. Caminó en silencio y partió del lugar.
Alastor se había percatado de la presencia de la demonio polilla y la vio partir por la rabadilla de sus ojos.
Iniciaron una nueva partida, esta la ganó Husk. Alastor le explicó a Charlie el por qué había ganado Husk esta vez, para el siguiente juego Alastor se unió, en ese Niffty resultó vencedora, Charlie no volvió a ganar y se divirtió al ver la frustración de Angel cada vez que sentía que iba a ganar y alguien más lo superaba.
Llegó la noche y el bar se fue llenando, pronto fue imposible que Husk y Angel siguieran en el juego pues ya tenían bastantes clientes por atender y Niffty se retiró recordando que no había limpiado el comedor ni la cocina luego de comer.
Charlie vio por primera vez el espectáculo de Angel como bartender y quedó maravillada. Alastor le estuvo explicando las manos ganadoras del póker, mostrándole diferentes manos y ordenándolas por jerarquías.
—Vaya… —dijo sorprendida —creo que estudiaré los nombres, son muchos.
—No son tantos, querida —dijo Alastor desapareciendo las cartas —solo te hace falta familiarizarte más.
Charlie sonrió y agachó la mirada. Ya era tarde, seguramente Vaggie ya se había ido y no se había despedido de nadie.
—¿Sucede algo, Charlotte? —Preguntó Alastor al ver el cambio de ánimo en la princesa.
—Vaggie…
—Se fue —completó el Demonio Radio, Charlie volteó a verlo extrañada —mis sombras siguen dando rondas por el hotel, me mantienen informado, querida.
—Oh… ya veo…
—Debo preguntar, ¿tuve algo que ver con la decisión de Vaggatha de retirarse del hotel? —preguntó con expresión curiosa.
—Bueno, como bien sabes, Vaggie nunca estuvo de acuerdo con tu presencia en el hotel… y al principio la podía comprender pero luego solo fue necedad suya… —dijo con tristeza —Alastor, tú nos ayudaste a poner en marcha el hotel, de no ser por ti este bar no se vería como se ve ahora ¿cómo podía estar en tu contra? Sé de tus intenciones, pero hasta ahora no has dado algún motivo para desconfiar de ti y eso Vaggie no lo quiso ver… y me duele… —terminó de decir soltando un sollozo.
Alastor se incomodó por el llanto de Charlie, miró a su alrededor esperando que Niffty estuviera de regreso de la cocina o que Angel o Husk estuvieran libres para dejarles la responsabilidad de consolar a Charlotte, pero Angel estaba preparando un coctel y Husk estaba demasiado ocupado con los clientes. Se sintió derrotado e hizo lo primero que se le ocurrió
—Charlotte —la llamó, Charlie alzó la mirada llena de lágrimas y presenció cómo el demonio ciervo aparecía una rosa roja luego de prender fuego a una de las servilletas del bar. Alastor puso la rosa a la altura del rostro de Charlie y ella la tomó tímida —Sonríe, querida —dijo comenzando a secar las lágrimas que corrían por las mejillas de la princesa —recuerda que nunca estás completamente vestida sin una sonrisa.
Charlie soltó una leve risa y vio con ternura a Alastor, el Demonio Radio apartó la vista, incómodo.
—Muchas gracias, Alastor —dijo acercando su nariz a la flor para percibir el aroma de esta.
—No fue nada —dijo sin volver su vista a la princesa.
Angel tuvo unos momentos libres y se acercó a dónde estaban Alastor y Charlie, Charlie le pidió que por favor le preparara la bebida que le había preparado Husk noches atrás, Angel le preguntó cómo era y cuando se la describió supo de cuál se trataba.
—Una dona de vainilla en camino —anunció Angel, guiñándole un ojo a Charlie. Charlie nuevamente quedó maravillada por las habilidades de Angel como bartender, cuando este terminó, le entregó la bebida a Charlie —Que la disfrutes, princesa —dijo.
Charlie tomó un sorbo y se sonrojó por la delicia que le resultó.
—¡Está delicioso, Angel! —expresó como una niña pequeña.
—Como todo lo que hago, querida —dijo con sonrisa coqueta y viendo a Alastor.
Charlie estaba tan entretenida con su bebida, que no notó la insinuación sexual del demonio araña hacia Alastor. Este solo carraspeó incómodo.
Minutos después regresó Niffty, los cinco conversaban animadamente entre ellos, Charlie no recordaba la última vez que estaba tan relajada y entre amigos y estaba genuinamente feliz, pasaron las horas y Charlie se preocupó, ya era tarde y tenían que levantarse temprano al día siguiente
—No te preocupes, Charlie ¡mañana es sábado! —dijo Niffty mientras bebía su cosmo.
—Así es, querida —secundó el Demonio Radio —no hay problema con que te relajes hoy, sabes que si se presenta un problema, tu humilde servidor estará gustoso de ayudarte —dijo antes de tomar su whisky en las rocas.
—Te tomaré la palabra, Al.
Aunque Charlie no estaba tomando algo fuerte, su poca tolerancia al alcohol era evidente, tanto, que no se dio cuenta que había llamado "Al" a Alastor, Niffty estaba en peor condición que ella, en cambio Alastor sintió cómo se removieron sus orejas al escucharla llamarlo así.
Angel, quien ya estaba algo ebrio se quejó del ambiente, que, según él, se estaba tornando aburrido, Alastor chasqueó sus dedos y comenzó a sonar una canción de swing que elevó el ambiente.
—De eso hablaba, sonrisas —dijo Angel brincando al otro lado de la barra —¿Quién me va a invitar a bailar, perras? —gritó, pronto un demonio de aspecto cabrío se acercó y sacó a bailar al demonio araña.
Charlie veía divertida a Angel bailando y cómo poco a poco más parejas se iban sumando, sin darse cuenta comenzó a moverse en su asiento al ritmo de la música, lo cual no pasó desapercibido por el Demonio Radio.
Alastor tenía bastante tiempo sin divertirse de manera sana, pues su diversión constaba en matar y torturar a los débiles demonios que se cruzaban en su camino cuando estaba aburrido, pero ahora estaba ahí, bebiendo y conversando con otros demonios que, aunque no consideraba sus iguales, su compañía le era grata.
Se puso de pie y se paró frente a Charlie, ofreciendo su mano.
—¿Me concedería esta pieza, princesa?
Charlie se sorprendió por la propuesta de Alastor y se puso nerviosa, no es que no quisiera bailar, pero no esperaba una invitación precisamente de él.
—Alastor… yo… no creo que pueda…
—¡Tonterías! Ya he comprobado tus habilidades rítmicas y tú las mías, Charlotte —dijo con una sonrisa ladina.
Era cierto, el día que Alastor había llegado al hotel ellos habían bailado un poco. Suspiró con derrota y tomó la mano de Alastor, dejándose llevar por este a la pista de baile.
Alastor comenzó a bailar y Charlie intentó seguirle el paso pero se notaba que Alastor tenía el ritmo más que dominado, con algo de dificultad logró hacerlo y lo que siguió fue un verdadero espectáculo.
Alastor hacía girar a Charlie a su alrededor y por momentos la hacía dar algunas volteretas en el aire. Charlie sentía que se le iba el aire y no podía creer que Alastor no estuviera perdiendo el aliento como ella. Pronto las demás parejas en la pista dejaron de bailar para ver a Alastor y Charlie, incluyendo a la pareja de Angel y el demonio cabrío. Hasta Husk se había movido en la barra para poder ver más de cerca.
Niffty aplaudía desde su lugar y los presentes gritaban cada vez que Alastor hacía que Charlie lograra algún paso complicado, cuando la canción estaba por terminar, Alastor hizo que Charlie girara hacía él para terminar con ella inclinada sobre su espalda, con Alastor sosteniéndola con su mano izquierda tras su espalda, extendiendo su brazo derecho hacia el techo y ella tomándose con su brazo derecho del cuello del Demonio Radio, extendiendo su brazo izquierdo y elevando una de sus piernas, ambos se veían a los ojos con enormes sonrisas en sus rostros y tratando de regular su respiración.
Cuando escucharon los vitoreos de todos, Alastor ayudó a Charlie a ponerse de pie e hicieron una reverencia, como todos unos showman. Regresaron a la barra del bar.
—Estuvieron impresionantes —dijo Niffty.
—Debo reconocer que en este ritmo no puedo competir contigo, venadito —dijo con voz coqueta Angel, Alastor de nuevo sintió ese tic en su ojo al escuchar ese ridículo apodo.
—Entonces, tienes otra gracia aparte de ser un cabrón hijo de puta —dijo con una sonrisa ladina Husk entregándole un trago de whisky en las rocas a Alastor y otro de refresco a Charlie.
Charlie agradeció y Alastor hizo un ademán con la mano que sostenía el whisky hacia Husk.
—Creo que ya es tiempo de irnos a dormir —dijo Charlie apenas recuperó el aliento. —No podemos dejar que los huéspedes se embriaguen demasiado.
—Mi querida socia tiene razón, creo que todos ya tuvimos suficiente diversión por esta noche. —Chasqueó los dedos y la música se detuvo, los tragos de todos desaparecieron y sus sombras comenzaron a escoltar a los huéspedes fuera del bar.
Cuando el lugar quedó vacío, todos se fueron a sus respectivas habitaciones. Alastor y Charlie tenían las últimas habitaciones del pasillo, entonces, sus habitaciones quedaban prácticamente una en frente de la otra.
—Muchas gracias por todo, Alastor. Me divertí mucho —dijo Charlie apenas llegaron a sus respectivas puertas.
—Ni lo menciones, querida, yo también disfruté de esta velada. —dijo Alastor girándose a su puerta para abrir.
—Que descanses, Alastor —dijo Charlie abriendo la puerta.
—Dulces sueños, Charlotte.
Y mientras cerraba su puerta, claramente pudo oír cómo Charlie cantaba una frase del coro de la canción que habían bailado minutos antes:
And it's you & me and the bottle makes 3 tonight.
