.
CAPÍTULO 49:
"Lo que nunca imaginé"
.
Cuando aparcaron frente al edificio de departamentos, Blaine suspiró con pesadez, pues por más que había pensado, no encontró ninguna solución al problema que debían enfrentar una vez que la noche se hiciera presente.
—¡Hogar, dulce hogar! —proclamó Kurt con una sonrisa.
Blaine volteó y lo miró desconcertado.
—¿Qué?
—Dije hogar, dulce hogar.
—Ni siquiera tienes un espacio propio aquí —suspiró con tristeza—. Tus cosas siguen en tus maletas, pasas por muchas incomodidades y…
Hummel lo tomó de los costados del rostro y lo miró a los ojos.
—Donde sea que tú estés, ahí está mi hogar.
El menor se derritió por un instante, pero luego sacudió la cabeza y se centró en lo que lo aquejaba.
—Creo que no comprendes la magnitud de lo que dices.
—Creo que eres tú quien no comprende. En los pasados días descubrí muchas cosas, y una de ellas es que significas para mí más de lo que pensaba o podía entender.
—Y eso me hace muy feliz, pero…
—Intenté imaginar mis días sin ti, Blaine, sin tus sonrisas, sin tu ternura, sin la pureza de tu corazón, sin esos ojos hermosos que calientan mi alma, sin las conversaciones que tenemos, sin las risas que compartimos, sin todas esas formas en las que nos entendemos sin usar palabras, sin escuchar tu voz o la forma en la que pronuncias mi nombre, ¿y sabes qué? Fue imposible.
Simplemente ya no puedo concebir la idea de una vida sin ti, sin tus labios rozando los míos, sin todo lo que me haces sentir, sin la forma tan dulce en la que me tocas, o en cómo late mi corazón cada vez que te miro, que te aproximas o que me dices algo significativo.
—Ahh… Kurt… —parpadeó lentamente intentando comprender lo que estaba escuchando.
—Me haces sentir apreciado, que soy valioso, que importo, que puedo ser yo en todo momento sin temor a parecer ridículo o a ser juzgado. Me vuelves valiente, me haces desear esforzarme cada día para dar lo mejor, no sólo por mí sino también por ti. Tú me motivas, me llenas con un sentimiento que no sabía que existía, me haces querer protegerte en todo instante, amarte, cuidarte y…
Anderson lo interrumpió con un beso cargado de emociones.
—Kurt… yo… —susurró cuando se separaron— Lo siento. De verdad.
—¿Lo sientes?
—Todo lo que dices es hermoso. Es más de lo que hubiera esperado escuchar, y aunque me llena de dicha, también me pone mal.
—¿Por qué?
Blaine desvió la mirada y suspiró con pesadez.
—Scott tuvo que devolver el colchón de espuma porque la dueña lo necesitaba, y no sé qué hacer. He pensado y pensado, pero no conozco a nadie que pueda ayudar ni sé de algún lugar en donde pueda comprar otro, aunque no es algo que me gustaría hacer tampoco porque mereces sólo lo mejor, y…
—Blaine, detente, por favor. Creí que te había dejado claro que todo lo que me das es más valioso que cualquier otra cosa.
—Después del viaje que hicimos, no puedo evitar pensar que estás acostumbrado a ciertas comodidades y demás que no tienes conmigo. Siempre lo he sabido, pero en esta ocasión tuve la oportunidad de verlo y entenderlo, y te prometo que voy a trabajar muy duro para darte lo que mereces y…
—No tienes que hacer eso. Contigo ya tengo todo lo que necesito.
—No quiero que renuncies a tu estilo de vida.
—Tener comodidad está bien, pero no lo es todo. Durante años viví en un lugar enorme y elegante, tuve un sinfín de lujos, viajé por todo el mundo, mi armario siempre estuvo tan lleno que jamás usé un traje o un par de zapatos dos veces. Es más, tenía una gran colección de autos que ni siquiera conducía porque un chofer me llevaba a todas partes —negó con la cabeza—. Puede parecer grandioso visto desde fuera, pero en realidad no lo es, o al menos no lo fue para mí.
—Ya sé que me has dicho que las apariencias engañan, pero no es posible que todas las personas con dinero sean infelices.
—Claro que no, quizá no me di a entender correctamente. Hay quienes son felices y disfrutan esa vida de abundancia, pero no todo es como muchos aparentan. En mi caso fue sólo una fachada, una representación de lo que la sociedad esperaba de mí, mas la verdad era que lo tenía todo y al mismo tiempo no tenía nada, porque lo que importaba siempre me hizo falta.
Contigo es diferente en muchas formas. En todas las formas en realidad.
—Pero me duele no poderte dar ni un lugar para dormir.
—Espera un momento. ¿Has estado así desde que hablaste con Scott porque tuvo que devolver el colchón? —Blaine asintió y Kurt lo tomó de la mano, mirándolo con ternura— ¿Te das cuenta de cómo me das más de lo que alguna vez he tenido?
—¿Cómo puede ser eso posible?
—Porque te preocupas por mí, de que esté bien, de que me sienta a gusto, y lo has hecho desde el primer día que puse un pie en tu departamento.
—¿Cómo no hacerlo si te quiero tanto?
—Y yo te quiero más cada segundo —le sonrió—. Y ahora te pido que dejes de preocuparte, ya encontraré la forma de solucionarlo.
—Te puedo dar mi cama. Te la ofrecí en varias ocasiones porque no me gustaba que estuvieras en ese colchón que te lastimaba la espalda, y nunca la aceptaste, pero ahora es diferente.
—Si me dieras tu cama, ¿en dónde dormirías?
—Eso es lo de menos. Tal vez en la silla, no lo sé, pero para mí es más fácil porque estoy acostumbrado a acomodarme en cualquier sitio.
—Si no acepté antes, ¿qué te hace pensar que lo haré ahora?
—Amm… No lo sé. Quizá porque ya no está el colchón y necesitas un lugar en el cual acostarte.
—Y dejarte sin nada… ¡Jamás!
—Oye, he dormido en el suelo, así que una silla es mucho más cómoda.
—No voy a permitir algo así.
—Kurt…
—Nunca voy a permitirlo, ¿está claro?
—¿Entonces?
—Ya lo solucionaré —le dio un ligero apretón a la mano que sostenía—. Lo que debemos hacer ahora es subir las cosas y…
—No puedes dejar el auto aquí solo. En el mejor de los casos, al regresar lo encontrarías sin diferentes piezas, aunque lo más probable es que se lo llevarían, así que yo subo las maletas y tú ve a devolverlo.
—Te llevo a desayunar primero. No has comido nada.
—Yo compro algo por aquí, tú tienes que regresar para ponerte a trabajar en esa presentación y… ¡Oh, por Dios! ¡La panadería! ¡Había olvidado que es lunes y tengo que ir!
—Pensé que tu jefe te había dado el día libre.
—Sí, pero le dije que no era necesario, aunque iba a llegar un poco tarde —suspiró—. Subo las maletas y enseguida regreso.
En las mañanas suele ser tranquilo por aquí, pero este auto es mucha tentación, así que no abras las ventanas, ponle seguro a las puertas y observa los alrededores. Puede parecer exagerado, pero no me gustaría que pasaras un susto.
—Gracias por cuidarme, precioso —se acercó y lo besó con dulzura.
Una vez que Blaine entró al edificio, Kurt encendió su celular y una mueca apareció en su rostro al ver todas las llamadas perdidas y mensajes de Dante, sin embargo, decidió ignorarlos y se dirigió rápidamente al chat grupal que tenía con sus mejores amigos y empezó a escribir.
••K•• Chicos, tenemos que hablar.
••K•• Esto es más grande y fuerte de lo que creí.
••K•• Estoy enamorado de Blaine.
••B•• Ya lo sabíamos. Y tuvimos una conversación larga al respecto. ¿Cuál es la novedad?
••K•• Me están ocurriendo muchas cosas a la vez.
••B•• ¿Qué clase de cosas?
••K•• Blaine es todo lo que siempre soñé, todo lo que siempre quise en una pareja.
••B•• ¿Y el problema con eso es…?
••K•• Que estoy feliz por esto que siento, pero también tengo miedo.
••T•• ¿De qué me perdí? ¿Miedo por qué?
••B•• Lee los mensajes, Trev.
••T•• En eso estoy.
••T•• ¿Qué pasó, Kurt? ¿A qué le temes?
••K•• No lo sé, pero mientras más descubro mis sentimientos, más me asustan.
••T•• Blaine no es Dante.
••B•• Uff, ni punto de comparación.
••K•• Lo sé, y me encanta que sea así.
••B•• ¿Entonces?
••K•• Blaine es maravilloso. Cuando estoy con él me olvido del tiempo, del mundo y de todo, pero cuando me pongo a pensar en ello, por alguna razón me aterra y no logro entenderlo.
••K•• ¡Auxilio! ¿Qué hago?
••B•• Esto me hace acordar cuando éramos adolescentes.
••K•• Creo que así me siento, como un adolescente enamorado y confundido.
••B•• ¿Qué tal si nos reunimos a desayunar y hablamos?
••K•• Ustedes tienen que ir al trabajo y yo también tengo cosas que hacer, y necesito que nos sentemos con calma.
••T•• Entiendo. Tengo a mi último paciente a las 2:00 p.m. De ahí estoy libre. Podemos vernos despúes de eso si ya estás desocupado.
••B•• Tengo reuniones programadas hasta las 5. Pero pueden ir hablando hasta que yo llegue. Veré si puedo mover algunas para mañana o terminarlas rápido.
••K•• ¡Eso sería genial! ¡Gracias, chicos!
••B•• No tienes nada que agradecer.
••T•• ¿Dónde estás ahora, Kurt? ¿Necesitas que te lleve?
••K•• Estoy esperando a Blaine.
••B•• ¿Qué haces con él a esta hora?
••K•• Nos demoramos en salir del hotel y en el camino de regreso.
••T•• ¿Está todo bien?
••K•• Sí, tranquilo.
••B•• Voy saliendo a la empresa. Me avisan en dónde nos vemos.
••T•• ¿En mi casa?
••K•• Sí, perfecto.
Mientras esperaba, el decorador se sintió tentado a abrir los mensajes de su ex, pero terminó eliminándolos porque seguramente era más de lo mismo, y este no tenía derecho a reclamarle nada.
—Listo —dijo Blaine con el ceño algo fruncido al entrar al auto.
—¿Qué ocurrió?
—Quería ir a cantar al metro, pero no encontré mi guitarra.
—Eso es raro. Siempre está en el mismo lugar.
—Le preguntaré a Scott en cuanto lo vea. Estuvieron limpiando el departamento, y él se llevó las cosas a otro lado.
—¿Limpiándolo de qué o por qué?
—No tengo idea. La dueña ha contratado a unas personas para que hagan limpieza y arreglos en todo el edificio.
—¡Oh! Eso es bueno.
—Sí. Necesita algo de mantenimiento.
—Y entonces, ¿qué vas a hacer cuando salgas de la panadería?
—Iré a mis otros lugares de trabajo a ver si hay algo. ¿Y tú?
—Voy a preparar la presentación para mi cliente y luego me reuniré con Trevor y Bernard.
—¡Oh! Había pensado en almorzar juntos, pero no hay problema. Creo que voy a ir a ver a Alejandro.
—Ah…
—Oye, no pongas esa cara. Sabes que es un amigo.
—Sí, lo sé. Lo siento. Usualmente no soy celoso.
—¿Acabas de admitir que sientes celos? ¡Vaya!
—Tal vez… Es que hablas con tanta emoción de él.
—Porque es un gran amigo, es como un hermano que me ha ayudado mucho y…
—Sí, sí, lo sé. Olvídalo.
—Oye, eres el único al que miro, el único que me gusta, el único que acelera mi corazón, el único al que quiero, el único en todos los sentidos.
Kurt sonrió y acortó la distancia para besarlo.
—Perdón por ser tan tonto. Me avisas cuando te desocupes para ir a buscarte.
—¿No tienes que devolver el auto?
—Sí, pero paso por ti en un taxi.
—No, descuida. Regreso en bus.
—¡De ninguna manera! No quiero que vaya a ocurrir lo de aquella vez con esos sujetos.
—Eso fue porque en esa ocasión se me hizo tarde, pero no voy a regresar en la noche.
—Igual, quiero ir a verte.
—Me puedes esperar en la estación del bus si quieres.
—Prefiero pasar por ti.
—Kurt, de verdad, no es necesario que gastes en un taxi. Estoy acostumbrado a estar en las calles, movilizarme y todo eso.
—Lo sé, mi precioso, pero igual quiero asegurarme de que regreses a salvo.
—No vas a desistir, ¿cierto?
—No.
—Está bien. Yo te aviso, pero sabes que no puedes hacer esta clase de cosas siempre.
—Mmm… lo voy a pensar.
—Kurt… —le dio una pequeña mirada.
—¿Qué?
—Tú sabes qué.
—Sólo sé que te quiero.
—Te quiero también, y ahora lo único que deseo es besarte por horas, pero por mucho que me gustaría, ambos tenemos cosas que hacer.
—Tenemos un tiempo, hay que aprovecharlo.
—Ya voy tarde a la panadería.
—Puedes agregarle unos cuantos minutos más.
—Un minuto —sonrió.
—Dos —lo besó—, tres, cinco —profundizó el beso y ambos se perdieron en el tiempo.
кℓαΐиε ღ кℓαΐиε ღ кℓαΐиε ღ кℓαΐиε ღ кℓαΐиε
Horas más tarde, ya en casa de Trevor, Kurt le dio un sorbo largo a su bebida luego de acomodarse en el borde de la gran cama.
—Es lo que te decía, no entiendo qué me pasa exactamente. ¿Por qué toda esta felicidad y miedo al mismo tiempo?
Trevor se sentó a su lado y permaneció en silencio durante unos segundos.
—Por lo que me has contado, y todo lo que sé de tu experiencia pasada, deduzco que temes a que las cosas se repitan.
—Pero Blaine es diferente, no sólo a Dante sino a cualquiera que haya conocido.
—El subconsciente a veces trabaja de esa manera, por eso, aunque sabes que él es distinto, no quieres volver a pasar por los momentos complicados, las peleas, el sufrimiento y demás, y eso es entendible.
—¿Crees que influye la forma en la que sucedieron las cosas?
—¿A qué te refieres con exactitud?
—Salí de una relación y entré en otra. ¿Qué tan normal es eso? Estuve con Dante por cinco años y de verdad creí que era la persona con la que quería pasar el resto de mi vida. Estuve a nada de casarme con él, y ahora estoy teniendo algo con Blaine.
—Para empezar, han transcurrido varios meses desde tu ruptura, y lo tuyo con Blaine es reciente, a menos que lo hayas estado ocultando.
—Claro que no. Esto surgió durante el viaje. Me estaba sintiendo diferente acerca de él hace un tiempo y… Ya hablamos de eso el otro día. En todo caso, mi relación con Blaine es totalmente nueva.
—Bueno, no hay un tiempo establecido para que una persona empiece una relación luego de haber terminado otra. Eso depende de muchos factores, por lo tanto, hablar de si es normal o no, es relativo a cada caso.
En cuanto a ti, ha pasado el suficiente tiempo y estás listo para darte una nueva oportunidad con otra persona. Además, dejaste a Dante porque comprendiste que ya no lo amabas, al menos no de la forma en la que solías hacerlo, y no eras feliz a su lado —suspiró y colocó una mano sobre el hombro de su amigo—. Honestamente, esa relación había terminado mucho antes de que te dieras cuenta.
—¿De verdad crees que estoy listo para iniciar algo con Blaine?
—Ya lo iniciaste.
—Pero ¿crees que estoy listo?
—Bajo mi punto de vista, sí, sin embargo, al final eso depende de ti. Sólo tú sabes el estado en el que se encuentra tu corazón.
—Pero me refiero a tener una relación seria, porque hasta ahora nos hemos dejado llevar por lo que sentimos.
—¿Estás tonteando con él?
—¡No! ¿Cómo se te ocurre?
—¿Estás seguro de que no buscas pasar el rato y ya?
—¡Nunca! ¿Qué clase de pregunta es esa? ¿Acaso no me conoces?
—No tendría nada de malo que salieras con otros chicos y disfrutaras un poco de la vida. Nadie dice que debes involucrarte sentimentalmente para comprobar que has superado a tu ex.
—Usualmente estoy de acuerdo contigo, pero no con esto. No me interesa salir con nadie más, el único que me interesa es Blaine, y no para pasar el rato. Jamás jugaría con sus sentimientos.
—¿Por qué?
—Porque él me importa.
—¿Por qué?
—Porque es especial para mí.
—¿Por qué?
—Porque forma parte de mi vida, porque soy feliz a su lado, porque me encanta la luz que irradia en todo momento y la pasión con la que hace lo que le gusta.
No sabes cuánto agradezco haberlo conocido y el mundo que estoy descubriendo junto a él.
—Bueno, su nivel socio-económico es diferente, aunque eso no es un impedimento, pero sí imagino que…
—¡Oh, no! No me refiero a eso. Si bien es cierto que he podido apreciar y valorar muchas cosas, cuando digo que descubrí un mundo diferente es porque, gracias a Blaine, me estoy atreviendo a ser feliz sin preocuparme en lo que puedan decir o pensar de mí. Estoy batallando con ciertos criterios y patrones con los que me condicionaron, pero por primera vez en mi vida, me siento libre y estoy haciendo lo que jamás creí posible.
—Eso suena grandioso.
—Lo es. No te imaginas cuánto —suspiró con una sonrisa—. Tengo tanto que contarte sobre lo que pasó en ese viaje.
—Adelante. Tenemos todo el tiempo disponible.
—La semana pasasa me subí a un carrusel.
—¿Qué?
—Sí, un carrusel. ¿Puedes creerlo? Era algo que de verdad deseaba, y estar ahí se sintió irreal al principio y hasta incómodo porque me imaginaba a todos juzgándome, pero logré soltar todos mis temores y terminó siendo una experiencia asombrosa.
—No sabes cuánto me alegra, Kurt.
—Y también volví a cantar.
—¿Es en serio?
—¡Sí, Trev! Estuve en un karaoke y me subí al escenario a cantar y a bailar frente a un grupo de desconocidos. ¿Y sabes qué? Aunque al comienzo me paralicé, Blaine me ayudó a sentirme confiado y de pronto todo se volvió mágico. No puedo ni siquiera explicarlo, pero nunca voy a olvidar cómo me sentí.
—No necesitas explicarme, tu felicidad es más que obvia. Hace tanto que no te veía así. Sin duda, Blaine está ascendiendo muy rápido en mi escalafón.
Kurt cerró los ojos y suspiró evocando el recuerdo del chico de rizos oscuros y su hermosa sonrisa.
»¿Y todo esto a dónde te lleva?
—¿A dónde me lleva? —abrió los ojos sorprendido por la pregunta.
—Sí, ¿hacia dónde va todo lo que estás sientiendo y viviendo a su lado?
—Me lleva a quererlo con todo mi ser.
—Es lógico, uno quiere a sus amigos.
—¡Blaine es más que mi amigo! ¡Estoy enamorado de él, Trev! ¡Total y perdidamente enamorado!
El psicólogo sonrió y lo observó con detenimiento.
—Y por lo que me has contado, el sentimiento es mutuo.
—Lo es —inhaló profundamente por la nariz—. Blaine me quiere tanto que estuvo callando durante mucho tiempo lo que sentía ya que no estaba seguro de que yo le correspondiera, y no quería confundirme ni presionarme. Él es simplemente maravilloso, y puedo sentir todo su amor en cada cosa que hace o que dice y hasta en la forma en la que mira.
—No lo conozco lo suficiente, pero si ha sido capaz de poner esa sonrisa en tu rostro y devolverle el brillo a tu mirada, lo recibo con los brazos abiertos.
—Trev… —suspiró conmovido.
—Parece un buen chico, y te está haciendo mucho bien.
—Lo sé. Créeme que lo sé.
—Entonces, ¿cuál es el problema? Estás seguro de lo que sientes por él, estás seguro de lo que él siente por ti, de la clase de persona que es y todo lo que aporta a tu vida. Eres feliz a su lado y te ves radiante.
El decorador sujetó el vaso con ambas manos y empezó a observarlo mientras se mordía el labio ligeramente.
»¿A qué le temes, Kurt?
—No lo sé.
—Me parece que sí lo sabes. Y va más allá de pensar en que puedas tener problemas con Blaine en el futuro, así como los tuviste con Dante, porque en el fondo estás consciente de que son dos personas muy diferentes.
—¿Me hablas como psicólogo o como amigo?
—Un poco de ambos.
Un largo silencio reinó, durante el cual Trevor esperó a que su amigo lograra comprender y aceptar lo que le ocurría.
—Blaine se convirtió en alguien especial desde la primera vez que lo vi en el metro cantando con tanta energía. Había algo en él atrayéndome con fuerza, y aquello me hizo regresar una y otra vez sin imaginar lo que iba a pasar.
Ha sido toda una travesía desde aquel día, pero una travesía que atesoro con todo mi corazón.
—¿Y esa evolución cómo afecta o influye en tu vida en la actualidad?
Kurt guardó silencio una vez más.
—Esto que siento por él es tan fuerte que me asusta perderlo.
—¿Por qué lo perderías?
—Porque las cosas podrían no funcionar. Ahora estamos bien, pero ¿y después?
—¿Quién dice que tu relación con Blaine no va a funcionar?
—Quizá me estoy adelantando demasiado y creando toda una película que no existe y que nadie sabe si existirá, pero no puedo evitar que mis pensamientos viajen en esa dirección algunas veces. Si lo que ocurrió con Dante me rompió en tantos pedazos, con Blaine sería mucho peor.
—No voy a invalidar tu miedo. Después de lo que pasaste, es normal que te sientas así, sin embargo, el tiempo se encargará de eliminar esos temores y los irá reemplazando por cosas positivas.
—¿Y si…?
—Cuando empezaste tu relación con Dante, te dejaste llevar sin preocupaciones, sin temores ni nada. Te lanzaste al vacío y abrazaste la experiencia. ¿Por qué ahora no puede ser así?
—Quizá porque ya sé lo que puede pasar, y eso era algo totalmente nuevo.
—Lo que tienes con Blaine es totalmente nuevo, así que deberías dejar de pensar en lo que podría o no podría pasar, y, sobre todo, no hagas más comparaciones. Sólo se feliz, entrégate a esta nueva oportunidad que la vida te está dando y disfrútala al máximo.
