ENTRE PROMESAS ROTAS
¡Hola! Nueva actualización.
- Lin Lu Lo Li: ¡Hola! Fue un capítulo realmente intenso, ¿verdad? :( Kagome tomó una decisión difícil, y las emociones estuvieron a flor de piel. Inuyasha pareció haberse dado cuenta de la gravedad de la situación demasiado tarde, y lamentablemente el tiempo corre. ¿Qué opinas de cómo se desarrollará la historia a partir de ahora? :3 ¡Gracias por seguir compartiendo tus pensamientos! ¡Nos leemos en una próxima actualización! :D
- Annie Perez: ¡Hola! El dolor de Inuyasha y Kagome es palpable, y es difícil imaginar cómo seguirá la historia para ambos. La vida a veces nos lleva por caminos inesperados, pero como mencionas, tienen a alguien que los unirá por siempre. Solo que aún, Inu no lo sabe ¿qué pasará el día que se entere que tendrá un hijo? :o ¿Qué crees que les deparará el futuro a estos dos? Son tantas cosas, que aún faltan ser desarrolladas, entre algunas otras que serán inesperada :D ¡Gracias por leer, no vemos en una próxima actualización!
- Kayla Lynnet : ¡Hola! Comprendo completamente. A veces, los personajes toman decisiones que pueden ser difíciles de entender, pero estoy agradecida de que estés tan involucrada en la trama. :D ¡Eso me emociona! Y sí, Kag aún está muy confundida y dolida, por otro lado, tenemos a un Inuyasha que se comporta como un completo idiota. Solo queda esperar a ver qué pasará más adelante entre ellos dos. ¡Gracias por seguir la historia y por compartir lo que piensas! ¡Nos leemos en la próxima actualización! :3
- kcar: ¡Hola! ¡Aquí está una nueva actualización! :3 Sé que estos giros en la trama pueden ser algo intensos, pero siempre guardo algunas sorpresas bajo la manga. ¡Espero que sigas disfrutando de la historia y que las próximas actualizaciones te sigan sorprendiendo! :D Nos leemos.
- joiscar: ¡Hola! Lo sé, Kagome está pasando por un momento difícil, pero como siempre, la trama nos tiene preparadas algunas sorpresas. Ya verás de lo hablo ;) ¡No te preocupes, la historia aún tiene mucho por delante! ¡Gracias por seguir acompañando la trama y espero que la sigas disfrutando! :D Nos leemos en el próximo capítulo. Saludos.
- Rocio K. Echeverria: ¡Hola! ¡Lamento que tu corazón haya sufrido con el anterior capítulo! :( Pero sí, Sango es una amiga leal y su apoyo siempre será valioso. ;) Kagome tomó una decisión importante, y eso nos llevará a nuevos giros en la historia. Pero ¿Se habrá ido realmente? jaja ¡Gracias por tu apoyo constante! Y ya somos dos, a mí también me da curiosidad saber sobre las personas a las que leo y más aún sobre las personas que me leen ;D En cuanto a seguirme, por ahora no tengo una página, ¿Crees que debería...? :) por ahora estoy aquí para responder todas tus dudas. ¡Un abrazo fuerte y nos leemos en el próximo capítulo!
- Karii Taisho: ¡Hola! :3 Sí, el anterior capítulo fue bastante intenso y lleno de emociones. Las decisiones de Inuyasha y Kagome han llevado la trama a un punto crucial. Ahora nos queda esperar y ver cómo se desenvuelven las cosas en el próximo capítulo. Y sobre a qué se refería Inu cuando dijo que las cosas iban bien, pues hablaba de lo bien que estaba yendo todo cuando estaban en Yufuin, a pesar de estar en proceso de divorcio, el sentía que volvían a ser los mismos estando allá. Claro, hasta antes de que llegara Kikyo y lo arruinara todo :( Pero bueno, ya veremos cómo se irá desarrollando la historia :3 ¡Gracias por seguir la historia y compartir tus emociones! Estaré aquí para responder a cualquier pregunta y seguir compartiendo esta historia. ¡Saludos y nos leemos en la próxima actualización!
- Rosa. Taisho: ¡Hola! Sí, el capítulo dio un giro emocional bastante fuerte. Kagome ha tomado una decisión impactante al firmar los papeles de divorcio, y ahora la historia se complica aún más con "su partida a Europa", solo diré que no soy tan cruel jaja. La verdad detrás de las acciones de Inuyasha se revela, pero, como mencionas, Kagome aún no es consciente de toda la verdad. Estaremos atentos para ver cómo evolucionará la trama en los próximos capítulos. :D ¡Gracias por seguir la historia y compartir tus emociones! Nos leemos en la próxima. ¡Saludos! :3
- Xio Xio Huayta: ¡Hola! Ya no llores porque aquí está la nueva actualización :D Gracias por seguir la historia con tanto entusiasmo. :3 ¡Nos leemos en la próxima actualización! Hasta entonces. Saludos.
Sé muy bien que la historia está siendo algo dolorosa y ha despertado en muchas ese sentimiento, pero por eso llamé "ENTRE PROMESAS ROTAS" a esta historia. Yo creo en algún momento todas hemos pasado por un momento en el que, no tan literal, "nos han roto el corazón" y hablo en general, por cualquier razón. Se siente como un vacío en corazón, un pequeño y punzante dolor en el pecho. Y quise que esta historia transmitiera esa sensación, no estoy segura de sí lo logré :) Pero y si sí, solo puedo decirles que, entre tanto dolor, también vendrán cosas bonitas. No soy tan mala y en general siempre termino mis historias con un final feliz. Hasta entonces, disfruten sentir ese pequeño dolor en sus corazones porque al final, es lo que nos hace ser humanos.
Bien, hablemos ahora de este capítulo :) Sinceramente pensé mucho en la forma en cómo Naraku manipuló con gran facilidad a Kag. Aprovechó que se encontraba en un momento vulnerable y no dejó pasar la oportunidad. ¿Ustedes creen que todo lo que dijo sobre Inuyasha sea cierto? ¿O no? :o Y el final ¿Qué creen que hacía Kikyo ahí?
Aún hay cosas que necesitan ser aclaradas. Mientras tanto, podemos enfocarnos en las buenas noticias, Kag nunca se fue, siempre estuvo en Tokio, solo que no quería afrontar a Inuyasha en ese momento, aunque lo dudó.
Ahora solo veremos cómo se desarrollará la historia de hoy en adelante ¿qué creen que pasará? :3 Nos leemos.
Atte. XideVill
Disclaimer: Los personajes de esta historia son de Rumiko Takahashi.
CAPÍTULO 12.
KAGOME
Me encogí más bajo las mantas mientras escribía un "gracias" a Mady.
Sabía que Inuyasha vendría a buscarme a aquí, por eso apagué todas las luces y le pedí a nuestra vecina que le mintiera. La verdad no tenía planeado dejar Toki, no a menos que se haya vendido la casa, como decía en el contrato de divorcio, ahora me pertenecía, al parecer Inuyasha no quería tener nada que le recordara a nosotros.
Dejé que unas lágrimas traviesas mojaran mis mejillas a pesar de haber decidido que ya no lloraría por el bien de mi bebé, pero al parecer escuchar la voz de Inuyasha, después de días, me hizo considerar la idea de abrir la puerta y lanzarme a sus brazos. Solo que no lo hice y todo gracias a Mady.
Lancé el celular y me acurruqué aún más sobre el sofá de nuestra sala. Tenía que seguir con mi vida, no podía derrumbarme y menos ahora que tenía a una pequeña parte de mí creciendo en mi interior.
–¿Cómo has estado?
Miré a Naraku una vez que rompió el abrazo.
–He tenido unos días muy difíciles –dije sincera ante su cálida sonrisa.
–Ya me enteré.
–Veo que las malas noticias se esparcen como las plagas.
Frotó mis hombros antes de tomar asiento sobre el sofá de mi ahora solitaria casa.
–No fue tan mala noticia para algunos –comentó extendió una de sus manos para que me sentara junto a él– Solo no me explico el por qué Inuyasha actúa como si nada en la clínica, pareciera que nada le afectara.
–De seguro está muy ocupado con lo de la candidatura.
–Como todos, pero con un hijo en camino al menos tendría la descendencia de mostrar un poco de interés en mi exmujer.
Entonces desvié la mirada.
–Porque se lo dijiste ¿verdad? Kag.
–Bueno… No se dio la oportunidad –dije jugando con mis dedos– De todas formas, ya no importa.
–Kagome, claro que importa.
–Puedo cuidarme sola, no lo necesito a él…
–Y no lo dudo linda, pero este pequeño –puso una de sus manos sobre mi abdomen– Tiene el derecho de tener un padre.
–Lo sé… –solté poniéndome de pie y cubriendo mi estómago con mi abrigo– Pero, no quiero que por mi culpa él deje y renuncie a sus sueños, un bebé, este bebé, le complicaría las cosas y yo no quiero ser la responsable de que eso ocurra.
–A pesar de todo, aún te preocupas por él –sonrió– Eso es admirable.
–¿A qué te refieres con, a pesar de todo?
Su sonrisa se esfumó y la ansiedad volvió a crecer en mí.
–Naraku dime por favor –Me volví a sentar junto a él.
–No sé si sea lo correcto, en tu estado los disgustos no te harán bien Kag.
–Y los secretos tampoco así que mejor dime de una vez qué está pasando.
Soltó un suspiro pesado antes de buscar mis manos temblorosas para envolverlas con las suyas.
–Quiero que sepas que lo que voy a decir no será fácil de asimilar Kag y tal vez no creas. Pero hace mucho en la clínica se rumorea que Inuyasha y la nueva colega son algo más que eso.
–¿Hace cuánto?
–No estoy tan enterado, pero creo que ellos ya se conocían cuando ella llegó. ¿Cuál era su nombre?
–Kikyo –dije bajito.
–Sí, ¿entonces ya la conocías?
–Kikyo era alguien importante en la vida de Inuyasha hace mucho tiempo, en el colegio para ser exactos.
–Eso explica la gran cercanía y confianza que se mostraban el uno al otro.
–¿Qué tan cercanos?
–Yo diría que demasiado, algunas enfermeras comentaron que llegaron a verlos besándose dentro de su consultorio.
Un fuerte dolor punzó mi corazón. ¿Entonces todas mis sospechas eran ciertas? Inuyasha y Kikyo…
–Quería contártelo, de hecho, lo iba a hacer, pero cortaste la llamada antes de que empezara.
–Me vio la cara.
–No linda, no llores por favor.
–Y yo que creía que todo era mi culpa, por la monotonía en nuestro matrimonio, por mi trabajo, por todo. ¡Soy una tonta!
–No Kag, no eres una tonta.
Me atrajo hacia su cuerpo cuando notó que estaba en medio de un colapso.
–Vales mucho como para llorar por eso idiota.
–¿Por qué Naraku? ¿Por qué me engañó? Por qué me hizo creer que el divorcio era de mutuo acuerdo cuando en realidad era él quien se quería deshacer de mí para irse tras esa… esa mujer.
–No lo sé, tal vez porque Taisho es un completo idiota y no vio que tenía justo a él a la mujer perfecta.
–Me mintió… –musité entre sollozos y sentí su agarré hacerse más protector sobre mi cuerpo.
–No merece tus lágrimas Kag, no merece que te sigas preocupando por él –Me apartó un poco para enfocar sus ojos en los míos ahora rojos por el llanto– No merece ese pequeño regalo que llevas en el vientre.
Sentí una corriente eléctrica recorrer toda mi columna.
–Pero tú dijiste…
–Sé lo que dije, pero piénsalo por un segundo linda, si Inuyasha se entera que tendrá un hijo ¿Crees que dejará a Kikyo para regresar contigo?
–Bueno…
–No –me interrumpió– Lo digo porque soy hombre y sé cómo funciona esto, él ahora está fascinado con esa mujer y no dejará que nada se interponga en su camino. ¿Quieres que aquí en unos años él se llevé a tu bebé para pasar un fin de semana con su nueva pareja? –negué en desesperación y desorientada con todas esas suposiciones– Con el tiempo él se acostumbrará y empezará a llamar a esa mujer mamá ¿Eso quieres?
–No –solté horrorizada– Eso no…
–Si no quieres que eso suceda entonces olvida de una vez por todas a Taisho, él no los merece. Ni a ti y mucho menos al bebé que llevas dentro.
El llanto volvió a asaltar mis mejillas. Naraku tenía razón, Inuyasha había renunciado al derecho de ser parte de la vida de su hijo cuando decidió meterse con esa mujer.
–Ya no llores Kag, eres una mujer demasiado hermosa como para llorar por un idiota.
–No sé qué haré de hoy en adelante. Mi trabajo, el bebé, la casa, Inuyasha, todo se me acumula.
–Vamos a respirar e iremos por pasos – dijo limpiando mis mejillas– Todo este estrés no le hará bien al bebé.
Sonreí con tristeza antes de acariciar mi vientre aún plano.
–Tal vez pienses que estoy loca, pero creo que este bebé es más fuerte que yo.
–Viniendo de ti estoy seguro de que lo es –aseguró.
–¿Crees que puedas ver cómo está?
–Podemos pasar por la clínica antes de ir a comer.
–No recuerdo haber aceptado ir a comer contigo –dije regalándole una sonrisa aún triste.
–¿Ah no? Creí que esa sería mi paga por ser tu doctor de cabecera.
Sonrió genuinamente.
–Acepto la comida, pero no por ser mi doctor de cabecera.
–Entonces ¿Por ser guapo?
Esta vez me robó una risa.
–Puede ser, pero mejor aún, por ser un buen amigo.
–¿Solo bueno?
–El mejor –me corregí.
–Mucho mejor. Entonces linda, vámonos.
Nos pusimos de pie, pero me detuve de inmediato al darme cuenta de que estaba pasando por alto un dato muy importante.
–Inuyasha me verá si pongo un pie en la clínica –solté con pánico– Se supone que él cree que me fui a alguna ciudad de Europa. No pudo simplemente aparecer como si nada y…
–Kag, deja de pensar tanto. Además, Inuyasha no fue a trabajar durante toda la semana. Pidió permiso por tiempo indefinido, alegó que se encontraba indispuesto.
–¿Indispuesto?
–Kag, basta. Quedamos en que dejarías de preocuparte por él.
Parpadeé varias veces.
–Tienes razón. Será lo mejor –me recordé y él asintió– ¿Entonces me juras que no lo veré apenas ponga un pie en la clínica?
–Te lo aseguro.
–Bien, solo déjame ir por mi cartera y nos vamos a la clínica.
–Te estaré esperando en el auto.
–Ok –dije mientras subía a mi nuevo cuarto.
Que no era más que el cuarto de visitas, porque me negaba a dormir en el mismo lugar en donde tantas veces habíamos hecho el amor Inuyasha y yo. Y ahora solo se reducía a nada. Por eso tomé la decisión de vender la casa, para librarme de todos esos recuerdos.
INUYASHA
Tiré la última lata de cerveza dentro del tacho de basura antes de contestar el teléfono de la habitación de hotel.
–Sí –solté más ronco de lo normal.
–¿Inuyasha?
–¿Qué quieres Kikyo?
–Creo que tenemos que hablar.
–No, creí haberlo dejado muy claro ese día.
–Lo sé –insistió– Por eso debes de escucharme, ese día tomé de más, por eso actué de esa forma. Tú me conoces muy bien Inuyasha, sabes cómo soy.
–Después de lo que hiciste ese día ya no confío en ti Kikyo.
–¿Te causé problemas? –no respondí– Perdóname por favor, yo no quise que las cosas…
–Pero lo hiciste.
–Si quieres puedo hablar con Kagome, le diré la verdad, que entre tú y yo no…
–Olvídalo –interrumpí, llevándome un cigarrillo a los labios.
Mis vicios habían salido a relucir nuevamente. No había fumado desde que conocí a Kagome, ella lo detestaba.
–Pero, Inu…
–Ella no está aquí, así que no pierdas tu tiempo buscándola.
–¿Se quedó en Yufuin? Si es así puedo ir por ella y decirle toda la verdad.
–No…
–Pero Inu…
–Se fue a alguna ciudad en Europa, no la encontraras así que no pierdas tu tiempo en eso.
El silencio al otro lado de la línea me hizo creer que había cortado la llamada, pero el sonido que su llanto me puso en alerta.
–Lo siento… Perdóname, todo es mi culpa. Yo soy la única responsable de todo esto.
–Kikyo…
–Sé lo que dirás, pero no dejaré de sentirme la persona más miserable del mundo por provocar tu tristeza.
–Ya no importa, lo que sea que digas no hará que Kag regrese a mis brazos otra vez.
–¿Estás tomando?
Miré por la puerta de vidrio que daba al balcón y negué sintiéndome mareado.
–Adiós Kikyo.
–Inu espera…
Corté la llamada antes de lanzar el teléfono lejos de mí, pero al estar conectado por cable este regresó y se quedó suspendido en el aire.
Extrañaba tanto a Kag, que creí que el dolor nunca desaparecería. Había ido a preguntar por ella a su trabajo, pero solo obtuve un "pidió licencia y adelantó sus vacaciones" por respuesta. Mady no me llamaba, por lo que supuse que aún no había rastros de Kag en Tokio. Pero no me confiaba, iba todas las noches con la esperanza de encontrar la mínima luz encendida, pero la realidad me golpeaba al no encontrar nada.
Extrañaba a Kag, y solo con el alcohol en mi sangre podía ver una difusa alucinación suya visitándome todas las noches.
Extrañaba a Kag y no podía hacer nada al respecto.
KAGOME
–Bien, sentirás algo de frío en el estómago cuando te ponga esto.
Miré el gel que se usaba en todas las ecografías y asentí con la cabeza.
–Creo que podré soportarlo –bromeé.
–Bien. Entonces conozcamos a ese pequeño.
Miré la pantalla cuando puso el aparato sobre mi estómago.
–¿Qué ves? ¿Está bien?
–Tranquila Kag, relájate ¿Está bien?
Asentí mirándolo a los ojos.
–Bien, haber ¿qué tenemos aquí? – Volví a mirar la pantalla– Buenas noticias, todo parece ir bien hasta ahora.
–¿Enserio?
Lo vi sonreír mientras asentía con la cabeza.
–Aquí está su bebé, al parecer acaba de cumplir las doce semanas –Señaló la pantalla de la ecografía– Mira, aquí puedes ver el embrión. Está creciendo adecuadamente para esta etapa del embarazo.
No podía estar más feliz.
–Qué alivio –solté dejando ir todas mis preocupaciones – ¿Cómo está su desarrollo?
–Parece que está progresando de manera saludable. Las extremidades están empezando a formarse, y el corazón late con fuerza. ¿Quieres escucharlo?
Asentí, y de inmediato me mostró la frecuencia cardíaca en la pantalla.
–Ese es…
–Sí –dijo con una sonrisa– Ese es su pequeño corazón.
Tal vez era por las hormonas del embarazo, pero no pude evitar las lágrimas. Estaba escuchando a mi bebé, a un pequeño yo creciendo dentro de mí.
–Por ahora, todo se ve bien. Más adelante, en el segundo trimestre, podríamos hacer una ecografía más detallada. También podríamos considerar realizar pruebas adicionales si hay factores de riesgo.
–Y ¿Cuándo podré saber el sexo del bebé?
–Generalmente, en la próxima ecografía, alrededor de las 18 a 22 semanas, sí, podríamos tener una buena idea del sexo para entonces.
Mientras sonreía, limpié mis mejillas. Esto era fantástico. Esto era irreal. Y me dolía, aunque no quería admitirlo, me dolía no tener a Inuyasha a mi lado sosteniendo mi mano y diciéndome lo feliz que estaba.
Supongo que había soñado e idealizado tanto este momento que la realidad me estrelló de golpe en la cara. Solo seríamos el bebé y yo, como lo fuimos mi mamá, Sota y yo por muchos años.
–Puedo llamar a un taxi ya que no aceptas que te lleve a casa–ofreció Naraku mientras salíamos de aquel lujoso lugar.
–No te molestes, ya hiciste mucho por mí el día de hoy. Creo que me iré caminando a casa, de todas formas, no está tan lejos de aquí.
–Insisto Kag, dentro de poco se hará de noche y no creo que...
–Estaré bien –volví a insistir con una sonrisa– No hay nada mejor que un paseo nocturno en Tokio.
Me regaló una sonrisa cálida.
–Tú ganas. Bien, supongo que es aquí donde me despido.
–Gracias por todo Naraku –Le agradecí con un abrazo que no tardó en corresponder.
–Cuídate mucho linda, y espero verte para tu próxima ecografía, aunque si es antes no me molestaría.
Nos separamos compartiendo una risa.
Cuando lo vi desaparecer en su auto de lujo fue cuando recién pude soltar todo el aire que, por alguna razón, contenía.
Miré la pantalla de mi celular y como era de esperar, tenía un par de llamadas perdidas de Inuyasha. Solté un suspiro y de pronto recordé las palabras de Naraku.
"–Inuyasha no fue a trabajar durante toda la semana. Pidió permiso por tiempo indefinido, alegó que se encontraba indispuesto."
¿Indispuesto?
¿Será que Inuyasha se encuentra mal y por eso no fue a trabajar? Y si ese es el caso, ¿qué tan grave estaba?
La preocupación llegó a mí mucho más antes de que yo pudiera evitarlo.
Esto es una mala idea. No dejaba de repetirme mientras el ascensor del hotel, en donde se quedaba Inuyasha, subía en automático.
El tono me alarmó una vez que llegué al piso indicado. La habitación de Inuyasha estaba prácticamente frente a mí. Miré hacia ambos lados y la soledad de aquel lugar me hizo reconsiderar la idea.
Pero ya estaba aquí, solo quería saber si él se encontraba bien, sí, solo eso. Con preguntar por él era más que suficiente. Pero a quien le preguntaba si este lugar estaba prácticamente vacío.
Esto es una mala idea. Y lo era, ¡ya basta Kagome, deja de preocuparte por alguien que te ha estado mintiendo durante dos meses y te ha hecho creer que el divorcio era cosa de los dos!
Sí, recapacité. Lo mejor sería marcharme de aquí. Di media vuelta, dispuesta a recorrer toda la distancia que ya había avanzado. Cuando de pronto el sonido de la puerta abriéndose me detuvo de golpe.
–¿Kagome?
Me quedé helada cuando escuché aquella voz. Esto no…
Mi pulso se detuvo mientras yo luchaba por recuperar el aliento.
Esto no podía estar pasando. Volteé muy lentamente y entonces mis ojos comprobaron que esto sí estaba pasando y era real, no era producto de mi imaginación. Y el verla ahí, de pie frente a mí, dolía.
Dolía como un millón de agujas entrando a mi pecho.
–Kikyo… –musité perdiendo la voz.
Continuará...
