Saludos lectores; este capítulo es algo corto y diferente al resto pero eventualmente tenía que llegar este momento. El próximo muy probablemente sea algo más largo y quizas lo divido; aun no me decido. Gracias por leerme.

Advertencia: Ansiedad, temas de infidelidad, celos, trauma, PTSD.


Capítulo 18

Para ser la mejor hay que comportarse como la mejor.

Se levantaba todas las mañanas a las cinco, tenía un desayuno ligero, entrenaba, estudiaba en su oficina y ya a las siete atendía el hospital. Almorzaba con algún compañero de trabajo, si Naruto o Sasuke estaban disponibles, era con ellos que comía. Salía a las tres de la tarde de su turno y muchas veces era para quedarse en su oficina a llenar papeleo. Algunos domingos visitaba a sus padres, otros hacía trabajo comunitario en la aldea. Rara vez hacía misiones ya; su trabajo era esencial en el hospital así que si no era indispensable para una misión, no iba a ella.

Jamas admitiría que tenía un constante terror a salir de la aldea y que cuando regresara la encontrara destruida por enemigos.

Sakura era una kunoichi disciplinada como lo había sido también de estudiante en la academia. Supo que su arduo trabajo y dedicación era lo que la llevaría lejos. Flaqueo algo en su primer día de clases, cuando estuvo entre otros niños de grandes clanes y habilidades especiales; se sintió insignificante. Pero ella era la mejor de todas y engaveto pronto pensamientos oscuros de envidia y resentimiento; las mejores no sienten esas cosas.

Su fascinación por querer sobresalir la hizo admirar un niño que era excelente en todo; Sasuke Uchiha.

El último de su clan, no solo era inteligente y habilidoso sino que era el niño más lindo que Sakura había visto. Tenía ojos negros, que a pesar de devorar todo luz, habian ocaciones que destellaban con brillo propio, su cabello era negro como la noche y su porte era algo que resaltaba de todos en la escuela. Mientras otros niños se tiraban tierra en el recreo, se exploraban sus propias narices o jugaban tonterías, Sasuke parecía ser una especie aparte. Muy maduro para su corta edad, el Uchiha siempre tenía un rostro taciturno y se manejaba en la escuela con una dignificación que ni adultos tenían.

Pero Sakura aprendió, al instante, que ella no era la única que cayó en el hechizo del chico de ojos misteriosos. Todas las niñas se la pasaban cuchicheando de él, buscando el valor de darle una carta con una confesión de amor, buscando cualquier excusa para acercarse o tratando de descubrir cualquier cosa de él para impresionarlo. Todas coincidían que el premio mayor era ganarse a Sasuke.

Al contrario; Naruto Uzumaki era el niño más majadero y desaliñado que había visto en su vida. Su existencia habria sido insignificante sino fuera porque el tonto no la dejaba quieta y no queria que la asociaran con un niño que parecia estar sucio todo el tiempo y era siempre el ultimo de la clase. Pero al final del día, había algo de admiración por el niño mediocre de parte de ella, verlo retando a todos sin importar cuantas veces perdiera era difícil de ignorar y no podía evitar identificarse con su perseverancia.

Pero Naruto jamas sería Sasuke. Nadie veia a Naruto como un premio.

Su aspiración de ser la mejor de todas las kunoichis, siempre estuvo ligado a su amor por Sasuke. Después de todo, el mejor de los ninjas no estaría con una mediocre sin nombre. Así que la Haruno se dedicó a ser la mejor de todas; aun estaba esa ambición del primer día de clases, no sentirse pequeña, querer superar a todos; decirles que ella era alguien también, aunque su apellido no era reconocido. Fue inevitable que sus sueños se mezclaran con su ilusión del primer y único amor; en su mente era el mismo camino para diferentes metas. Ser la mejor para callar las voces en su cabeza que le decían que no era nadie y para conseguir el mejor de todos los shinobis.

Lo que Sakura no tenía en habilidades hereditarias la tenía en inteligencia, control y fuerza. Cuando otras chicas estaban felices por sacar buenas calificaciones ella solo se conformaría con no menos que perfecto, cuando aprendió a manejar su chakra entendió que el manejo de este la llevaría a superar a los que nacieron con la fortuna de tener buenos genes, cuando entendió que su fuerza física era una rareza, y que eso la hacía especial, se enfoco en ello, cuando vio la importancia de tener un propósito, y este era el llamado a la medicina, se dedicó como nadie a ser la mejor en el campo.

A sus veintiún años de edad Sakura era por fin la mejor de todas. Ninguna estaba sobre ella. Era la más inteligente, la más fuerte, la que tenía más control de chakra, la mejor médico, tanto que era la que entrenaba a toda una generación de ninjas médicos y administraba el hospital de la aldea; su nombre no solo era reconocido en toda la aldea sino en toda las naciones ninja.

Pero eso no parecía ser suficiente para Sasuke.

Cuando su compañero se unió a ellos, en la última batalla, su mente se llenó de interrogantes y la mayoría eran de dilemas del corazón.

Sus sentimientos por Naruto habían pasado por muchas transformaciones durante los años. Así como él se calaba en todos los corazones, de las personas que se encontraba en su trayecto, ella no había sido inmune. Naruto se convirtió en una presencia tan grande que la envolvía y la hacía sentir no sólo segura sino que junto a él podía lograr cualquier cosa. Mientras su admiración y sentimientos crecieron por el Jinchuriki perdía más su amor de la infancia. Sasuke había estado tan ahogado en su propio mar de oscuridad que había tratado de matarlos a todos, había incluso tratado de asesinarla. El Sasuke perfecto en todo, íntegro y respetable, con un apellido reconocido y que deslumbraba con su grandeza no estaba ya ahí. Solo quedaba un vengador caído, herido, rencoroso, perturbado, que buscaba solo destruir. Pero Naruto era como nadie y en medio de la negrura veía luz, mientras otros buscaban destruir él edificaba, cuando la gente se rendía él daba un paso más adelante y jamás abandonó el alma atormentada de su mejor amigo.

Con el tiempo Naruto logró lo imposible; salvar a Sasuke de sus propios demonios. Ella habría querido ser la que lo trajera de vuelta pero su vínculo con él jamás fue tan fuerte como el de ellos dos.

Cuando volvió a ver un día, a Sasuke sonreir, supo que estaba realmente de regreso.

La sonrisa auténtica de él era una rareza, la primera vez que la vio supo que su fascinación por él jamás terminaría.

Estaban reunidos, el equipo 7, y como de costumbre, Naruto estaba haciendo sus gamberradas y ahí la vio; en medio de ese rostro eternamente estoico, la sonrisa de Sasuke. Después de ese día quiso tanto ser ella la que lo hiciera sonreír así. Agradecía que Naruto le provocará, a su amor, todos esos gestos raros en él pero en el fondo había algo de envidia.

También existía un miedo constante de que Sasuke se fuera de nuevo de la aldea; de ella no ser suficiente y un día despertar de nuevo en la misma banca donde la dejó cuando eran niños, sola y tirada como si ella no fuera nada.

Y ella era la mejor de todas.

El corazón de Sakura vivía dividido por dos hombres muy distintos, dos futuros opuestos. Naruto era todas estas cosas que la hacían sentirse cómoda, alegre, capaz, amada. Sasuke era sus ambiciones, sus sueños, la nostalgia de mejores días que no regresarian, su reto de ser lo que nadie creyó que sería nunca.

Sakura era la mejor de todas y la mejor de todas no se conformaba con las cosas que se le daban a la mano sino que luchaba hasta conseguir lo imposible. Naruto era el camino fácil para su corazón, Sasuke era el desafío que siempre tuvo desde ese día que se perdió en su mirada enigmática.

Además ella no cometía errores y menos errores de años, ella no escogía mal jamás. Sasuke era su destino y no lo perdería de nuevo.

Así que fue paciente, como nunca lo había sido. Dejó a un lado el amor seguro de Naruto, después de todo él siempre estaría ahí para ella, y continuó con su verdadera pasión, la que la llevó a ser todas esas cosas que era ahora, el último de los Uchihas.

Pero las cosas no son sencillas cuando uno toma el camino espinoso y no salen como uno lo planea.

Sus cálculos no contaban con elementos externos y este elemento se llamaba Hinata Hyuuga.

Ella no tenía una relación difícil con la heredera sino todo lo contrario; era fácil congeniar con alguien que no presentaba un problema nunca. Hinata era reservada, sensible, amable, callada y tímida.

El día que Naruto llegó al Ichiraku con ella toda sonrojada, casi arrastrada del brazo, Sakura comprendió que había subestimado a la dócil muchacha.

Claro que sabía que Hinata amaba a Naruto perdidamente; ella misma había curado sus heridas luego que ella se sacrificó para protegerlo. Pero siempre creyó que el amor que tenía la Hyuuga hacia su compañero, no solo nunca sería correspondido, sino que era imposible. Había asumido, que siendo de alta estirpe, eventualmente la princesa del clan más prestigioso de la aldea la casarían por deber y su amor hacia el futuro Hokage sería solo un lindo recuerdo para consolarse, en las noches frías de un seco matrimonio planificado.

Su plan perfecto se comenzó a desmoronar. Había estado esperando ser correspondida por Sasuke algún día y mientras tanto contaba con tener a Naruto ahí para darle las fuerzas que perdía en esa guerra por ganar el corazón endurecido del Uchiha. No contó con que Naruto se sentiría solo y buscaría el amor que ella no le daba en los brazos de otra.

Se molestó con él. ¡¿Por qué no lo haría?!

Naruto vivía diciendo que ella era la única para él, que esperaría toda la vida si era necesario. Ella había visto a Naruto no rendirse por nada ni nadie; no se rindió con enemigos, no se rindió con Sasuke. Fue como si un puñal la atravesara el verlo abrazando a Hinata. ¿por qué de todos los retos, que había querido que el héroe de la aldea no se rindiera, se rindió?

Sakura no era mujer de quedarse de brazos cruzados y no actuar, así que precipitó su meta original. Ser la novia del último Uchiha. Aunque sus insistencias eran constantemente respondidas con desplantes, no se rendía, si algo aprendió de Naruto era no rendirse y no lo hizo.

Un día pasó; Sasuke se entregó a ella y ella a él. No había sido todo lo que había ambicionado pero rara vez algo en la vida lo era. Si ya había llegado tan lejos no daría marcha atrás, no solo porque esa no era ella sino porque no tenía opciones, él era el único para ella.

Naruto ya estaba con Hinata.

Naruto qué le prometió amor eterno y que no la abandonaría jamás.

No admitiria el dolor que crecía en ella. Las pesadillas entrelazadas en una maraña de sangre de inocentes y abandono, que manchaban sus noches.

Y Sasuke…

Sasuke creció más frío, más lejano y su corazón dolía cada vez más. No solo porque no lo tenía como quería sino por ver lo feliz que estaba Naruto con Hinata.

Su Naruto.

Todas las cosas que quería que su relación fuera, lo tenía que ver todos los días de otros; citas, mimos, palabras de afecto.

Comenzó a resentirlos. A Naruto por desleal y mentiroso, a Sasuke por indiferente y desapasionado, pero sobre todo a Hinata. Esa niña que solo era tartamudez, que se le había dado todo; apellido, buena cuna, buenos genes y aun así no era buena en nada. Estaba derrumbando todo su planes futuros, toda su confianza, por todo lo que trabajó incansablemente.

Sakura era la mejor de todas las kunoichis. No solo en su aldea sino en todo el mundo ninja y pasaría a la historia como tal. Todas las niñas crecerían leyendo de ella en los libros de historia, aprenderían las técnicas de medicina que inventó, aspirarían a ser como ella. Pero desde que puso su enfoque en ser la novia y eventualmente esposa de el último Uchiha se sentía insignificante como ese primer día en la academia.

Cansada de sentirse como nada se olvidó de que el ser un shinobi era no buscar grandeza sino trabajar para hacer un mejor mañana desde el anonimato. Desconsolada por sus frustraciones busco a quién siempre había visto en ella lo que nadie más veía, a Naruto.

Naruto lo prometió; prometió amarla siempre.

Se sintió sucia, estar con alguien que tenía novia pero se sentía peor al ver a Hinata feliz con algo que era de ella.

Sin embargó el futuro Hokage era mucho más noble y Sakura lo veía cada vez más mortificado por lo que hacían, así que hizo lo que siempre hacía; planificar. Concluyó con una idea que le costaría todo. Pero uno no piensa en moralidades cuando cree que está en el lado correcto.

Quería que el dolor terminará, terminar con las voces que le decían que no era nada, que solo era algo que se deja atras, que nunca sería suficiente y que muchos más moririan entre sus brazos.

El acuerdo era la solución temporera a sus males. Naruto se liberaría de la culpa y quizás ella de Hinata. Después de todo, no creía que la mojigata de la chica aceptara y Sasuke era tan frío e indiferente que no considero, ni por un instante, la posibilidad que tomará la propuesta en serio.

Una pregunta y un ofrecimiento comenzaron sus sospechas de que algo no estaba resultando como quería. El que Sasuke preguntará sobre una futura cita y ofreciera su casa la desconcertó, pero para ella era tan improbable que la fiel y abnegada de Hinata y el frío de su novio tuvieran algo, así que lo dejó de lado.

Un golpe seco, unos gemidos, un nombre entre jadeos y un lavabo que ahora se movía cada vez que ella se apoyaba para lavarse sus dientes, le confirmó lo inimaginable. Hinata y Sasuke estaban teniendo sexo los días de intercambio.

Su ira hacía ellos la abrumó. Trataba de tenerla bajo control, después de todo era un intercambio. ¿Cómo justificaría su enojo ante los demás? Pero ¡Así no era como se supone que las cosas resultarían! Naruto y Hinata se separarían eventualmente y él regresaría a ser solo de ella, así tendría energías suficientes para soportar el camino espinoso que era ganarce a Sasuke.

Naruto prometió amarla no importaba qué y su qué era Sasuke. ¿Era egoísta tomar la palabra de alguien? ¿Era egoísta no rendirse con su verdadero amor?

No planearía más intercambios, no los dejaría hacer de su plan lo que les viniera en gana. Sakura concluyo, si tenian sexo, era algo pasajero; Sasuke era muy seco dentro y fuera de la cama, despues de estar con Naruto, a Hinata se le haría dificil soportar a un amante tan frío. Pero no lo dejaría a la suerte; canceló su plan.

No contó con que Sasuke, que no movía un dedo que no fuera solo para una misión, decidirá tomar control de todo. Incrédula, se fue llorando de la casa de él, la noche que vio a Sasuke abrirle la puerta de su habitación a Hinata y escuchar los besos que se daban tras ella.

Hinata podía tener todo lo que quisiera y aun así estaba en medio de ellos.

No soportaría el dolor de la pérdida; perderlos a ellos, a su equipo. No lo soportaría; ya no se sentía tan fuerte.

No asistiría más a los intercambios, no les daría el gusto. Al diablo cualquier remordimiento que sintió alguna vez por sus acciones; a todos les gusta hacerse los más nobles pero a la larga todos movían fichas para conseguir lo que querían.

Las citas terminaron; pero Sakura no era estúpida, sabía que algo no estaba bien y ella lo averiguaría. Así que un día que Sasuke estaba de misión irrumpió en su casa. No fue difícil, ella asumió que él creería que nadie se atrevería a meterse en ella y si eso ocurría, tampoco tenía nada de valor, él vivía con tan poco.

Lo que vio, le horrorizó. La casa de Sasuke no era lo que recordaba, tenía plantas en cada esquina había un juego de té en la mesa, vio figuritas por doquier… vio dos cepillos de dientes en el lavabo...

Salió casi corriendo de ahí para vomitar en un arbusto.

No podía ser; era imposible.

Sakura no dormía bien; ya no se podía levantar a su hora habitual así que se brincaba el desayuno, rara vez entrenaba, su poca concentración le impedía estudiar por la mañana y en su trabajo estaba ida, así que tenía que estar más horas en el hospital. Naruto le preguntaba que pasaba pero ella no podía ni pronunciarlo, él sabía que tenía que ser Sasuke, siempre era él. Pero no quería perder a Naruto también, si le decía que Sasuke estaba teniendo un amorío con Hinata cabía la probabilidad de perder aún más.

Perder a personas dolía.

La sangre…

Tanta sangre, no se iba de su mente, lavaba sus manos y aun estaba ahí.

Dolía mucho; los necesitaba con ella, vivos y seguros.

Pero no tenía nada ni a nadie. La brecha que creó entre Naruto y Hinata le afectaba tanto a Naruto que no estaba del todo ahí la mayoría del tiempo, Sasuke estaba más lejos que nunca, su vida social era nula; la idea de encontrarse a Hinata en cualquier parte la acorralaba a dejar de ver a sus amistades. Se estaba haciendo huraña, hostil y amargada.

Pero esto no la destruiría. La guerra no la destruyó; la guerra no le causo ningún dolor. Sakura jamas admitiría que aun tenía pesadillas con todos los pacientes que llegaban sin vida a sus manos o que su compulsividad en tener a Sasuke y a Naruto, siempre con ella, era un miedo de perderlos como vio a tantos perder a sus seres queridos en la guerra y en el fondo creía que si los tenía de manera romántica jamás los perdería.

Admitir esto era de perdedores y ella era una ganadora.

Cuando otras se tiraban al suelo a llorar ella se levantaba y continuaba.

Ella no era como las otras.

Ella era mejor.

Sakura era la mejor de todas.

Así que actuaría como la mejor de todas. Iría a la actividad de los Hyuugas, en sus excesivos, lujosos terrenos y edificios, como lo harían todos los de la aldea que eran alguien. Ella era alguien. Se pondría su mejor vestido, aparentaría tener todo bajo control, aunque estaba derrumbada por dentro. Se bebería las miradas de admiración de las mujeres y se deleitaría con los cumplidos de los hombres. Porque no importaba quien era Hyuuga Hinata, era solo una chica que tuvo la suerte de nacer en una buena cuna, con un buen apellido y buenos genes. No era la más lista, no era la más bonita, no era la mejor kunoichi y jamás sería la leyenda viviente que era ella.

Y vio la sonrisa.

La sonrisa que nunca había sido de ella, la que esporádicamente veía gracias a Naruto pero esta vez era la heredera del clan Hyuuga la que la provocaba. Vio como el amor de su vida; el hombre que cada vez se hacía más frío y distante, que no le dirigía ni un vocablo en meses, ni para protestar que tenía un romance con su mejor amigo, estaba rozando una sonrojada mejilla con su mano mientras sonreía de oreja a oreja.

Sakura era la mejor de todas, pero al igual que muchas, se quebró ante su corazón roto y explotó.


Bueno se que no van a estar muy felices con un capítulo únicamente enfocado en Sakura jajaja pero tenía que hacerlo. Pueden entender aquí un poquito sus acciones. Advierto que explicó su comportamiento como raíz de traumas y posible PTSD pero aclaro que no estoy justificando. Me gusta que las historias y personajes sean grises y no simples villanos. Pero como mencione no estoy auspiciando el mal trato ni justificando las malas acciones de las personas con este capítulo. Gracias a todos los que me leen y comentan; hashira1989, Jane Ny, Francisvict, MichPav76 y compañia, gracias por sus palabras. Tengo noticias agridulces; estoy trabajando con más detalle en el final y quizás hasta un capítulo de bono les tengo pero eso significa que nos estamos acercando al final. Estoy feliz de atreverme a publicar por aquí y compartir esta pequeña historia con ustedes que han sido de lo mejor. Hashira1989, Amo a Neji, es mi personaje favorito de la serie asi que si tengo la oportunidad lo voy a poner en la historia lol. Que bueno que te gusto esa parte. Naruto en el fondo sabe que está siendo egoísta por eso al final la dejó ir sin mucha batalla. Él no esta feliz con todo esto tampoco y no le gusta pero claro eso no justifica nada de nada; sabemos lo mucho que ha hecho sufrir a Hinata con todo esto. Jane Ny, gracias! Que bueno verte por aqui y que continues disfrutando de mi historia. Francisvict, Hay veces que leo tus comentarios y creo que me estas leyendo la mente jajaja. Cuando veía la serie de Naruto era fan de Hinata y Naruto juntos; lo veía poco probable porque él solo tenía ojos para Sakura, siempre me han gustado las parejas no canon, eso es lo que leo todo el tiempo. Así que sabras mi sorpresa cuando de repente y de la nada Naruto y Hinata tienen hijos al final del manga, casi me da un ataque, creía que era una broma de mal gusto y todo. Después vi la película y la vi tan absurda, casi cambiaron los personajes, parecía un fanfic! lol Asi que al igual que tu creo que Hinata es plato de segunda mesa como dicen en mi tierra. Se me hizo fuerte escribir esa escena de celos y por mucho tiempo pensé cambiarla pero quería demostrar que esta relación, como esta ahora no es sostenible y se hacen daño; tienen que hablar y construir algo más estable. MichPav76, creo que no te había leido por aquí, muchas bienvenidas a mi historia! Gracias por amar mi historia, no creo que amerite tantas emociones pero son muy bien recibidas, mil gracias. Me encanta como todos estan celebrando que Hinata dejo por fin a Naruto! Creeme que eso también me tenía loca. Quería que ella diera el paso, aunque le duela tenía que ser ella para que fuera más significativo, o eso creo yo. Gracias de nuevo a todos por leerme; hasta el próximo capítulo.