2|Primer Prado
Al cabo de unas semanas y de la concupiscente niña por seguir caminando a lado de aquellos demonios, empezaron a acelerar sus pasos a medida que su rutina había cambiado drásticamente, pues en las noches paraban para dormir, en las horas de comida de la pequeña paraban e iban por algo de alimento para ella, solían parar en repetidas ocasiones cuando la pequeña deseaba ir al baño y cuando tenía que ducharse. La nueva dinámica no parecía perturbar a Sesshomaru y al dragón de dos cabezas quien gozaba de dormitar en lo que las prioritarias actividades de la niña eran desempeñadas.
Sin embargo, el demonio verde aun no la aceptaba del todo, y le costaba chichones en la cabeza cuando este se mostraba reticente a acoplarse a la nueva compañera, estaba tan confundido por el hecho de que su amo, de una manera tan sorprendente permitiera ser acompañado por un humano.
Llegada la noche, el sapo y la niña habían sido desplazados algunos metros por Sesshomaru, llegaron corriendo a donde estaba el.
- ¡Yo gané! - exclamo alegremente, con los brazos extendidos la niña.
-Tonta, yo no hacia una competencia contigo.
Ignorando el mal humor del pequeño demonio, la niña señalo.
- ¡Mire eso gran Jaken! El señor Sesshomaru tenía razón, ¡encontramos un demonio muerto!
- ¿Quién se lo habrá despachado tú? - dijo el sapo.
-Fue Inuyasha - Sesshomaru salía de entre la neblina, al parecer no había encontrado más pedazos de aquel demonio- Parece, que también resulto herido debido a esta terrible batalla.
Segundos más tarde Sesshomaru tomo de un cuerno al demonio muerto. Lo alzo y Rin emitió un ligero gritillo.
El demonio blanco parecía inmerso en sus pensamientos mientras analizaba lo que había pasado en aquel lugar, pues su olfato le indicaba que la sangre se entremezclaba con el aroma del acero.
Apoyo la cabeza decapitada del demonio sobre sus hombros y comenzó de nuevo su andar.
- ¡Vámonos! - ordeno en voz alta mientras la niña no paraba de gritar.
- ¿¡Piensa llevarse esa cabezota!?- pregunto el sirviente.
-Silencio Rin, no grites- ordeno el muchacho.
- ¡Si señor! - la niña obedeció al instante.
El sapo burlón comenzó a reírse entre dientes por la llamada de atención del demonio hacia la pequeña.
La noche ahora era más oscura, la pequeña niña dormía ligeramente y por lapsos sobre la montadura del dragón, aun no se acostumbraba a dormir en el así que decidió ir despierta lo que restaba de viaje.
-Dígame señor Sesshomaru, ¿falta poco para llegar? - pregunto la niña tallándose los ojos.
-No molestes niña- contesto el demonio sapo con altanería- ¡el señor Sesshomaru debe ocuparse de cosas más importantes!, te dejaremos en un lugar seguro hasta que regresemos por ti.
-Está bien- contesto adormilada la pequeña- pero… ¿ira Ah-Un?
- ¿Ah-Un? ¿Quién demonios es Ah-Un?
El dragón de dos cabezas lanzo un gruñido discreto de desagrado ante el comentario de Jaken.
- ¡Ah-Un es mi caballito! - dijo entre risas la pequeña Rin.
-Pero que son esas confiancitas de andarle poniendo nombre al dragón del amo Sesshomaru.
-Pero Ah-Un no tenía nombre señor. Usted me lo dijo.
- ¡No seas irreverente niña!, el dragón de dos cabezas de mi amo Sesshomaru, es una temible y abominable criatura que le fue heredado tiempo atrás. Amito ¿está de acuerdo con el nombre que le puso esta chamaca?
-…Hmph- se limitó a musitar el muchacho.
-Lo ve señor Jaken, ¡le queda muy lindo!
- Ya que. ¡Hmph! - chillo el sapo.
Tantas condescendencias de parte del amo Sesshomaru con la niña sacaban de quicio al sapo, se quedó refunfuñando entre dientes. Si bien era cierto que el dragón no respetaba a Jaken, y le era complicado llevarlo y llamarlo para que le hiciera caso. Pero el trato meloso que Rin tenía con el dragón era suficiente para que este fuera obediente con ella, eso enervaba más al sapo.
Tan pronto llegaron, Jaken encendió una fogata para la niña dejando un pescado envuelto en una hoja a su lado.
-Rin te quedaras con Ah-Un mientras vuelvo. No te alejes- indico el muchacho.
-Si amo, no me moveré de aquí.
Sesshomaru y su sirviente se alejaron, y antes de emprender el vuelo, el sapo volteo a ver a Rin que aun los miraba a lo lejos, bruscamente se giró y le saco la lengua, de forma burlona. Rin quiso regresarle el gesto, pero el sapo ya se había volteado de nuevo.
Cuando llegaron entraron a una casucha que era ocupada por un hombre de aspecto repugnante y temible, las calaveras que colgaban de su cuello se hacían oír cada que se movía.
-Tú debes ser Kaijimbo, como forjabas espadas con poderes malignos fuiste exiliado por esa razón por el mismo Totosai que así mismo era maestro tuyo ¿no es así?
-Me enferma recordar ese nombre, hace mucho que no lo escuchaba- gruño el demonio, contestándole con desdén.
Sesshomaru de mal humor bajo con brusquedad la cabeza del demonio muerto.
- ¿Cómo es que te atreves Kaijimbo? ¿Acaso es que no puedes forjarme una espada con los colmillos de este demonio?
Kaijimbo se acercó a examinar la cabeza detenidamente.
-Basta de bromas, con estos colmillos pútridos no podre forjar ninguna espada.
-Eso se puede arreglar.
Sesshomaru desenvaino la espada Tenseiga de forma amenazante a lo que el demonio Kaijimbo retrocedió con temor.
El sirviente se le quedo viendo pensativo.
El demonio blanco finalmente blandió su espada cortando de un solo movimiento a dos de los sirvientes del otro mundo así resucitando la cabeza del demonio.
Kaijimbo al entender lo que estaba sucediendo se acercó complacido.
-Creo que ya nos vamos entendiendo- dijo sombrío.
-Escucha, quiero que sepas que colmillo sagrado fue forjado por el mismo hombre que te exhilió de sus dominios y esos colmillos fueron los que destruyeron a otras de sus creaciones, me refiero a colmillo de acero que hasta entonces era una espada muy poderosa que fue de mi padre.
-Excelente, son excelentes… creare una imponente espada.
- ¿Cuándo estará lista? - pregunto el demonio sapo.
-Vengan en tres días.
Sin más Sesshomaru y Jaken se marcharon y volvieron con Rin, quien estaba dormida a lado de la fogata junto a Ah Un.
- ¿Señor Sesshomaru? - la pequeña despertó entre bostezos y tallándose los ojos al notar la presencia del demonio.
-Duerme- le ordeno el muchacho.
Rin no dijo nada más y su cabeza volvió a tocar las hierbas con pesadez.
Sesshomaru se sentó en una roca alrededor de la fogata y Jaken casi a lado, mientras calentaba sus garras cerca de las brasas.
Aunque casi nunca se decían nada entre ellos a excepción que fueran preguntas y comentarios tontos de Jaken u órdenes de Sesshomaru, el silencio era un tanto incómodo para el pequeño demonio. Decidió romper el hielo.
-Señor Sesshomaru…
- ¿Qué quieres?
-Disculpe que me entrometa, pero, ¿porque deja que una niña humana lo acompañe?
Sesshomaru, sin mover la cabeza le lanzo una mirada fría indicándole lo metiche que era el demonio verde. Luego la redirigió donde la tenía originalmente.
Jaken no supo interpretar ese gesto y prosiguió.
-Si a usted le causa mucha molestia puedo hacer que la niña se vaya, no sé qué se yo, podría hacer como si jugara con ella y en eso dejarla en…
-Jaken…- lo interrumpe sombrio.
- ¿Si amo bonito?
-Si le haces algo o le pasa algo te matare.
-Oh si amo bonito, disculpe- Jaken quedo helado con la amenaza de Sesshomaru, que, aunque no era la primera vez, parecía ser más real que las otras veces, opto por mejor cerrar el pico y dormitar unas horas.
Al amanecer Rin pregunto al señor Sesshomaru a donde irían hoy, Jaken respondió a la niña que no irían a ninguna parte durante tres días, esperarían a que la espada esta lista.
Habían pasado algunas horas donde el sapo durmió plácidamente por un largo lapso, lo mientras Rin se encontraba un tanto aburrida después de darle de comer a Ah Un. Sesshomaru la observo.
-Rin.
- ¿Si señor?
-Acompáñame al campo de flores que está a lado de esta pradera.
- ¡Sí! - salto de felicidad la niña.
- ¡Jaken! - llamo a su sirviente, quien despertó de su sueño exaltado.
- ¡NOS ATACAN AMO BONITO, SALVEME!
-No seas tonto y trae a Ah Un.
-Enseguida amo- obedeció el sapo.
Cuando estuvieron en el campo, la niña corrió sobre el, feliz mientras sus manos extendidas tocaban las flores blancas que ahí yacían.
El muchacho encontró una roca que estaba debajo de un árbol. Se sentó bajo su sombra observando a la niña, parecía que esto era suficiente para desaburrirse así mismo. Ah Un lo siguió y perezoso se volvió a acomodar a lado de la roca donde estaba su amo. Jaken trato de seguirlos.
-Vigílala de cerca- le ordeno el muchacho sin dirigirle la mirada.
-Si mi señor… - dijo desganado el sapo.
El pequeño demonio llego suspirando hasta donde estaba la niña.
-Mire señor Jaken. ¡Ya vio cuantas flores! - señalo la niña alegre.
-Sí, sí.
- ¿Acaso no le gusta cómo se ven las flores junto al cielo despejado? - pregunto la niña.
- Me da igual niña.
- ¡Venga vamos a recoger flores!
-Ash- gruño el sapo.
Jaken se quedó parado, la niña inmersa en su alegría corrió alrededor de el y luego posándose detrás de él haciendo señas acordes a su estado de ánimo, subsecuente a que luego tomo de los hombros al sapo. Este avanzo unos metros más con la niña detrás de él.
La niña se agacho para tomar las flores. Jaken se quedó mirando con los brazos cruzados y fastidiado, esperando el momento en que la niña se cansase o decidiera irse de ese lugar.
- ¿Señor Jaken?
- ¡Que quiere chamaca!
-Al señor Sesshomaru… ¿cree que le gusten estas flores?
- ¡Pero que dices niña!
-Se las voy a entregar- dijo imperativa en una chillona felicidad.
- ¡No! ¡Harás que se moleste y de paso a mí me dará un coscorrón por lo impertinente que eres!
La niña no hizo caso a las palabras del sapo, ya estaba a unos metros lejos de Jaken dirigiéndose hacia donde estaba sentado el muchacho.
El pequeño demonio trato de correr hasta ella para detenerla, pero no pudo alcanzarla, porque está ya había llegado con el demonio de estola blanca.
- ¡Niña irreverente!
Seguía corriendo hasta que se detuvo en seco.
A lo lejos pudo ver como Rin estiraba sus brazos para enseñarle las flores a Sesshomaru el cual este con delicadeza recibió las flores de blanquecinos y pecosos pétalos, admirándolas con atención y luego descansándolas en su regazo.
El sapo estaba boquiabierto y celoso a la vez.
El resto de la tarde Rin se quedó recargada en el hakama de Sesshomaru hasta que se quedó sin energía. Hasta que despertó ya en el crepúsculo del día.
Se dio cuenta que ahora estaba arriba del dormilón Ah Un.
-Despierta niña, ¡la cena esta lista!
Rin salto de Ah Un para incorporarse.
- ¿Que vamos a cenar? - pregunto.
-El amo Sesshomaru te traído verduras y un pescado. ¡Espero que te lo acabes todo pues él se ha esmerado mucho por preparártelos!
- ¿Enserio el amo Sesshomaru me ha hecho esta comida? - la niña irradiaba tanta felicidad y parecía incrédula.
- ¡Hasta se cortó las uñas!
- ¡Jaken! - el demonio blanco llamo la atención a su sirviente irritado por lo indiscreto que era.
-Perdón mi señor, yo y mi gran bocota- bajo la cabeza el demonio sapo.
-Gracias señor Sesshomaru, esta delicioso- dijo feliz Rin que no espero ni un minuto más por poder probar la comida.
Sesshomaru no respondió.
En los dos días siguientes, estando estáticos en un solo lugar permitiéndose observar con mucha más atención, Jaken pudo ver que las atenciones inusuales que Sesshomaru tenía y más aun con una pequeña niña humana iban más allá de su entendimiento, dejando sus pensamientos quietos paro de indagar creando una simple conclusión temporal, tal vez el muchacho retribuía su agradecimiento a la pequeña. Sin saber hasta cuando, se resignó que tendría que participar con la pequeña pues así lo quería su amo.
