Free
Matt despertó como cada mañana para ir a su trabajo, odiaba trabajar en el periódico de su padre, trabajar día tras día tras una máquina de escribir era una tortura para él.
Quería algo más, quería ser músico, pero amaba componer canciones, tocaba cada fin de semana en un bar local, tocando la guitarra. Era algo popular en aquel pequeño bar, pero al amanecer parecía como si se hubiese desvanecido del mapa, para volver el lunes a su terrible realidad.
—Dicen que se encontró a una sirena en el rio—Escucho una vez decir a Michael en el bar.
—Ese Mathias es un exagerado—Dijo mientras bebía de su cerveza—Creo que estar todo el día encerrado escribiendo.
La noche continuo, uno a uno de los artistas fue llegando, músicos como el, grupos de varias personas, un payaso que no daba risa, aquel lugar era un mundo mágico donde Matt se podía perder cada fin de semana. Conocía a cada uno de los que se presentaba en aquel lugar. Daniel el guitarrista del grupo era un joven zapatero que vivía una vida tormentosa aún bajo el yugo de su madre, Mathias, el poeta era un escritor que estaba en ascenso y sacaba historias un tanto raras, que decían que eran verdad, como aquella vez que dijo que conocía a un chico con un corazón de cucú. Allin la chica que limpiaba la barra, pero su verdadera pasión era ser bailarina de valet y que trabajaba ahí para poder pagarse la academia y Michael el dueño del bar, amigo de la infancia de Matt.
Pero a la castaña que se presentó esa noche, no la conocía. Una castaña de figura delgada y ojos avellana, su sonrisa era muy linda y cantaba haciendo vibrar cada una de las partes de Matt, aquella chica parecía que sus canciones eran su mundo porque mientras cantaba no prestaba atención en nada más.
—Tierra llamando a Matt—Michael decía mientras le movía la mano frente a sus ojos, el rubio despertó de su sueño, un sueño que no se iba y que estaba delante de el en anfiteatro de aquel pequeño bar.
—Y ella... ¿Quién es? —Dijo Matt tomando un trago a su cerveza, la garganta se le había secado de tan solo verla.
—Mimi, llego esta tarde al bar, llevaba una guitarra en la espalda y un sombrero como de vaquero, me dijo que alguien le había recomendado el lugar para cantar y no me dijo mas—Michael concia a la perfección la mirada azul del chico y era cuando se enamoraba de alguien.
—Escuche que es extranjera—Allin se unió a la conversación.
—Hablaste con ella—El dueño del bar le pregunto.
—Un poco, me pidió el baño hace rato, tiene un acento muy diferente al nuestro, y me dijo que si venia de otra parte—Matt estaba embelesado con esa chica.
—Allin sírvele dos cervezas a don enamorado—Michael dijo cuando vio que su amigo se levantó de su asiento para ir a ayudar a bajar a la chica del anfiteatro.
Mimi tomo la mano de Matt agradecida por la ayuda, Matt le invito unos tragos que ella acepto gustosa.
—Gracias por el tiempo—Mimi dijo viendo a Michael en la barra.
—No hay problema cuando quieras venir a cantar nuestras puertas siempre están abiertas. Excepto de las 5 de la mañana a las 5 de la tarde—Mimi rio divertida por el comentario.
Allin les paso dos tarros de cerveza, y Matt hizo un brindis por ella. Comenzaron a charlar, una charla casual donde Mimi le revelo que ella estaba estudiando en la escuela de bellas artes en parís. Matt quería estudiar ahí, pero su padre le había dicho que quería que continuara con el negocio familiar del periódico que llevaban.
—Eso suena muy aburrido—Dijo la chica bebiendo un poco—Eres joven, un par de años mayor que yo, y siento que no debes desperdiciar tu vida en un lugar que no quieres—Mimi le decía con la mayor sinceridad del mundo.
—Es lo que paga el alquiler—Matt dijo encogiéndose de hombros.
—Vengo desde Japón, mis padres querían que me casara con un hombre que no amo solo por conveniencia, un matrimonio arreglado, pero les dije que quería encontrarme a mí misma antes de empezar un matrimonio. Y sabes que me dijeron...—La voz dulce de la chica mezclada con el alcohol la hacía sonar muy tierna.
—No, que te dijeron.
—Eres vieja, y te quedaras solterona toda tu vida—Mimi bebió un gran trago para acabarse su cerveza—Por mi mejor, disfrutare mi existencia viajando por el mundo cantando en pubs por Europa para pagar mi escuela.
—¿Cuántos años dijiste que tienes? —Matt dijo un poco avergonzado.
—18—Dijo ella con una sonrisa—Según mi madre debí de casarme hace dos años y debí de tener mi tercer hijo ahora—Mimi rio divertida viendo los ojos azules de Matt—Pero sabes, para mi es mejor casarme con un tipo que ame a uno que esté lleno de dinero y que me engañe con su secretaria.
—Y como lo sabes si aún no te casas—Matt no sabía por qué, pero esa charla se estaba volviendo sobre los difíciles encuentros de su madre y ella.
—Por qué lo hace desde ahorita. Según mi madre estamos comprometidos, pero en la oficina donde trabaja me dijeron que era novio de la secretaria, así que me dedicare a estudiar.
—¿Volverás a verlo? —Matt dijo un poco extrañado.
—Espero que no, y que se case con su secretaria—Mimi rio divertida.
Matt, entre más hablaba con esa chica, más se daba cuenta de que era alguien que nunca había conocido, una chica de la cual hablaba de la libertad y de la vida que quería vivir. Una vida sin ataduras sociales y sin compromisos para callar a las personas. Ella era un espíritu libre enamorada del amor. No como un hippie, pero para la época en la que vivía tenía cierta libertad que pocas poseían.
Las horas se pasaron volando, entre tragos y una charla. Hablando de música y de pinturas, Mimi tomo la mano de Matt y ambos salieron a la calle, la luz de las farolas era lo único que los guiaba a un lugar sin rumbo fijo. El reloj de bolsillo de Yamato marcaba las 4 de la mañana, la noche era cálida y Mimi parecía bailar en cada paso que daba.
"Mi cerebro quiere decir No, no...pero mi corazón, como siempre tiene una relación más directa con mis labios"
No supo en que momento, Matt besaba aquellos labios rosados traviesos, en el portal de una casa, un beso inocente, que con los segundos comenzaba a volverse caótico, las manos aferradas de Mimi en la espalda de Yamato haciéndola pedir más de aquel beso.
En un segundo los dos estaban dentro de aquella casa, no prendieron las luces siquiera, tanteando por donde caminaban hasta llegar a un viejo sofá. La ropa era estorbosa, así que Yamato se quitó su gabardina, y aquel suéter rosado era estorboso que desapareció en un instante.
Llevados por el deseo consumaron un acto de amor con un desconocido aquella noche a las cinco de la mañana. Las caricias y los besos eran el desayuno, las palabras de amor eran el café que los hacia despertar. Consumaron su pasión con una ola de placer que sucumbió ante ambos forzándolos a gritar el nombre del otro.
Mimi yacía sobre el cuerpo desnudo de Matt, viéndolo directamente a los ojos cansados por una noche extraña, jugando en su pecho con la yema de su dedo, dándole pequeños besos de vez en vez, sintiendo la respiración del chico tan tranquila y relajada que olvidaron que ese nuevo día era un lunes.
Despertaron los dos cuando la luz del sol traspasaba las cortinas de aquella sala, Mimi se levantó desnuda hacia la cocina sin despertar a Matt, pero el olor a café fresco fue lo que hizo levantarse del sofá al rubio. Matt despertó con una fuerte jaqueca, desnudo en una sala desconocida, se levantó buscando su ropa, pero ante el apareció una sirena, una musa completamente desnuda, Matt sentado la atrajo hacia el agarrándola por las caderas, besando su vientre casi con adoración, Mimi se separó un poco y lo beso nuevamente en los labios.
—Tengo que irme—Dijo el con una voz ronca.
—Lo sé—Susurro ella en los labios.
—Después de esto...sabes que tienes que ser mi esposa.
—No, no lo seré—Dijo ella casi con tristeza para después sentarse en su regazo y abrazarlo por el cuello escondiendo su rostro en él.
—¿Por qué no? Tú no quieres ese compromiso, y tampoco quieres estar atada a ese hombre que no amas...
—Matt...No quiero estar a nadie que no me de la libertad que quiero...
—Esto no ha terminado...lo sabes.
—Lo sé, lo sé bien Matt...
—Te veré en la escuela de bellas artes a las 3 en punto, tenemos que hablar de esto—Matt busco su rostro para besarlo.
Matt se fue de ahí poco después, y llego al trabajo dos horas tarde, recibiendo un regaño por parte de su padre y el no protesto para nada. Salió a las tres de la tarde rumbo a la escuela, para poder encontrarse nuevamente con aquella chica, pero no la encontró. No recordaba cómo llegar a su casa, ni dónde encontrarla. Había sido una chica invisible que había encontrado en un bar una noche.
Matt comenzó a frecuentar ese bar todas las noches para ver si la encontraba, pero eso no ocurrió. Ya no podía estar sin su presencia; el olor de su piel, el sonido de su voz, sus pequeñas maneras de representar a la chica más fuerte y a la más frágil del mundo. Matt aquella noche de domingo se había enamorado de una chica invisible.
Pero una tarde después de dos semanas la encontró, nuevamente en el escenario de aquel bar cantando nuevamente para su mundo, la chica invisible había aparecido nuevamente. La canción termino cuando Matt la ayudo a bajar del escenario, pero no le invito un trago esta vez, si no que la saco por la parte de atrás del local.
Matt estaba perdido ante la belleza de aquella chica que sin siquiera preguntarle cómo se encontraba la beso, un beso tan apasionado como el de aquel día.
—¿Dónde estabas? Te he buscado por todas partes, en la escuela aquí, no sabía dónde encontrarte—Matt estaba desesperado por encontrar a su musa.
—Me hice invisible—Dijo en un hilo de voz—Quería desaparecer de este mundo, quería que todo se acabara, olvidarte, olvidar lo que paso aquella noche, pero no podía, tu recuerdo seguía en mí, y no quiero
—¿Por qué? Fue muy precipitado y lo entiendo, lo sé, pero...quería que la noche no acabara, seguir admirándote quería seguir...
—Matt, no quiero casarme...por eso hui, hui de casa...para encontrarme a mí misma, y lo que termine encontrándome fue a la persona con la que realmente quiero casarme—Aquel mensaje era tan contradictorio y confuso, hasta para la misma chica de cabellos castaños.
—No...no entiendo Mimi...lo quieres hacer o no.
—Quiero pasar el resto de mi vida con alguien de quien me enamore, con alguien que ame de verdad...no con alguien que a la fuerza me quiera retener, por un compromiso, o por algo más—Mimi decía con una seriedad que Matt no entendía.
—Entiendo...—Matt se veía un poco triste y decepcionado por lo que Mimi le había dicho, no entendía muy bien lo que pasaba por la mente de la chica, pero de algo estaba seguro, aquella noche si se había enamorado.
—Matt...lo que yo quiero es estar contigo...pero no quiero un matrimonio, no quiero una fiesta, ni que la vida sea una rutina, que tú llegues molesto a las 5 de la tarde pidiendo la cena porque en el trabajo te fue mal...eso es lo que no quiero...
—Entonces...
—Quiero que los dos seamos libres juntos—Mimi le sonrió para después besarlo nuevamente.
Matt entendió que Mimi quería estar con él, y solo con él, sin la atadura de un matrimonio, sin los rituales protocolarios de siempre. Matt invito a Mimi a vivir con él y después de muchos intentos logro convencerla. Mimi poco después de terminar su escuela, regreso a Japón junto con Matt, para decirles a sus padres que no se casaría con ese prometido que le habían impuesto, no hoy ni nunca. Sus padres no estaban de acuerdo con eso, no aceptaban esa unión libre que Mimi quería tener con aquel chico francés, así que simplemente decidió nunca volver a Japón.
Matt, renuncio a ese horrible trabajo en la imprenta, su padre también lo desaprobó, pero estaba más de acuerdo en que su hijo fuera feliz a vivir una vida miserable que no le gustara, sabía que él no era un chico que se podía encerrar en cuatro paredes. Simplemente Matt quería ser libre.
Aquella chica que conoció una noche en el bar, le enseño la verdadera libertad.
Hola mis estrellitas, este es un pequeño one short que hice para una mimatoweek, no recuerdo si fue la primera o segunda. La historia esta ambientada en Francia en los años 60's y tiene muchas referencias a libros de Mathias Malzieu (Escritor de libros como La mecánica del corazón, El beso mas pequeño, y Una Sirena en Paris) También el Mathias que nombro es en referencia a el. Espero que les guste y los estaré leyendo.
