Cristales en el corazón
Capitulo tres: ¡Feliz cumpleaños!
Risas y felicidad inundaban el Makai, faltaban solo 24 horas para celebrar uno de los días más importantes en el mundo mamodo, el cumpleaños de Zeon y Gash los descendientes del rayo.
Pero había algo que lo hacía más especial, era el primer cumpleaños que celebraría la familia Bell ya que también celebrarían el cumplimiento de un año de la llegada de su hijo Gash a la familia, todo el mundo rebosaba de alegría y los preparativos se llevaron a cabo con meses de anticipación.
- ¡Recuerden, las puertas del palacio estarán abiertas al público a partir de las 6 de la tarde para el agasajo del cumpleaños número 10 de nuestro Rey Gash junto con el príncipe Zeon! -Exclamaban los mensajeros reales subidos en su carroza mientras recorrían las calles.
Tio sonrió ante esta noticia, ella esperaba con ansías que llegara ese día tan especial, se sentía muy feliz por Gash y quería que él lo disfrutara al máximo.
- ¡Tio, aquí estoy! -Exclamó Kolulu llamando su atención mientras la saludaba efusivamente, la pelirroja corrió hacía ella hasta alcanzarla. - ¿Vienes de entrenar con Wonrei? -Preguntó al verla sudada y con ropa de deporte.
-Sí, tengo que ir a las duchas y cambiarme de ropa. -Contestó ella mientras colocaba su mochila en sus hombros. -Kolulu ¿Podrías ayudarme con la tarea que mandarán el día de hoy? Necesito ocupar los recesos para esconderme en el baño y terminar el regalo de Gash.
-Claro yo te ayudo, pero pensé que ya habías terminado tu regalo. –Le dijo confundida la pelirosa.
Tio negó su cabeza con frustración. -Últimamente los entrenamientos con Zeon han durado más de lo habitual, y al llegar a casa avanzo un poco, pero me duermo sin darme cuenta por el cansancio, tengo que terminarlo hoy a como dé lugar.
-Tranquila, lo lograrás. -La consoló Kolulu. –Además no hay necesidad de que te escondas en el baño, escuché de Kanchome que Gash no vendrá el día de hoy por los preparativos de la fiesta.
- ¿De verdad? ¡Es un alivio! No quería que se arruine mi sorpresa. -Dijo aliviada la pelirroja con una sonrisa mientras ambas caminaban a los vestidores.
- ¡Agh, me pisó de nuevo Gash-sama! -Exclamó Arthur el instructor de baile de la familia real. -Debe enderezarse, el rey no puede bailar cabizbajo ¡Ciña bien los hombros!
-Unu…Lo siento. -Se disculpó el rubio nervioso mientras volvía a su posición de baile.
Zeon los miró con una sonrisa burlona, la situación se le hacía bastante divertida, el sólo había entrado para recoger unas toallas e implementos para dejarlos en su otra sala de entrenamiento y tener todo listo cuando llegue Tio y lo primero que vio fue a su hermano pisándole los dedos del pie a Arthur, tomó lo que necesitaba y se dirigió hacia la salida.
- ¿Ya pensó con quien bailará en la danza real? -Preguntó Arthur luchando porque Gash no lo pise.
-Nu…- El rubio meditó un poco sus palabras y luego con una sonrisa contestó. - ¡Bailaré con Tio! -Exclamó. –El baile es un momento de mostrarle gratitud a una persona, y yo deseo darle las gracias por apoyarme en ayudar a Zeon y…-
Las palabras de Gash se hicieron inentendibles en el momento que el peligris cerró la puerta y caminó a la dirección contraria, no le interesaba en lo más mínimo seguir escuchando la conversación cursi de su hermano.
"Así que Tio ¿eh?" Fue lo que pensó mientras se dirigía a la sala de combate. "¿Y cómo es eso que ella lo apoyó en ayudarme? Yo no necesito sus ayudas" pensó indignado mientras abría la puerta de la habitación y se sorprendió al notar inmediatamente la presencia de la pelirroja. "¿Ya está aquí? Aún faltan 30 minutos" caminó hacía donde sentía que estaría y efectivamente la encontró, alzó una ceja al verla, ella estaba sumamente concentrada… ¿Tejiendo? No sabría decir que era lo que estaba haciendo.
-Llegaste temprano. -Su voz la espantó, la pelirroja dio un brinco y rápidamente intentó esconder (sin éxito) lo que estaba haciendo. -Ni te molestes ya lo vi. -Le dijo con sencillez encogiéndose de hombros mientras dejaba las toallas a un costado, por el rabillo del ojo notó como un sonrojo recorrió el rostro de la susodicha.
-N-No le digas a Gash que me viste tejiendo su regalo. -Le dijo comenzando a guardar el estambre.
- ¿Ese es el regalo de Gash? -No pudo evitar que el asco se reflejara en su voz. - ¿Ese trapo?
La pelirroja abrió la boca indignada. - ¡No es un trapo es un gorrito, idiota! -Exclamó levantando "el gorro" para que lo pudiera apreciar mejor.
-Definitivamente también apestas en tejer. -Le respondió negando con la cabeza.
-Jo…Que frio eres. -Murmuró molesta prosiguiendo con su labor. -Con todo el esfuerzo que le estoy poniendo…-
El peligris vio todo el empeño y cariño con el que tejía y sintió algo en su interior, si sabía lo que era, pero se negó a tomarle importancia, desde hace un año decidió jamás volverle a tomar importancia.
-Te quedan quince minutos, apúrate. -Le dijo notando las ojeras que se formaban debajo de los ojos de la pelirroja.
-Sí, sí. – Respondió sin dejar de tejer. -Por eso vine antes, no quería perder un minuto más.
- ¿Para terminar el regalo de tu amado? -Preguntó burlón Zeon alzando una ceja.
- ¡Cá-cállate, Gash no es mi amado! -Exclamó sumamente avergonzada.
- ¿Ah no?
- ¡No! ¡Deja de molestar!
-Bueno, entonces no te interesará saber que el piensa sacarte bailar en la danza real. –Respondió con sencillez alejándose de ella.
- ¡¿Qu-Qué?! -Exclamó sorprendida Tio dejando caer sus estambres de lana.
-Podemos seguir con el entrenamiento. –La ignoró Zeon caminando hacia la pista.
-N-No, E-espera ¿Qué dijiste? -Preguntó y sintió como sus manos comenzaron a temblar.
- ¿Qué veo? ¿No que no era tu amado? -Preguntó burlón. -Hasta se te fue el aliento.
- ¡Zeon! -Exclamó ella exasperada.
El peligris suspiró y rodó los ojos. -Bueno, si eso ayuda a calmar tu ridículo acelerado corazón; Escuché a Gash decirle a Arthur que piensa invitarte a ti a esa danza, como muestra de agradecimiento algo así. – Culminó moviendo la mano restándole importancia. - ¿Ya podemos entrenar?
- ¿I-Invitarme a mí? -Parecía que sólo eso había entrado a sus oídos, Zeon pudo ver como sus ojos se llenaron de un brillo de ilusión y una sonrisa se plasmó en toda su cara. - ¿A mí? -Susurró llevando una mano a su pecho.
-Es hora de entrenar -Volvió a decir el peligris pero fue completamente ignorado, esta vez vio como esa sonrisa brillante se desvanecía y ahora solo había pura preocupación. - ¿Y ahora que te pasa?
-Yo…Yo no sé bailar. -Dijo casi en un susurro la pelirroja y su rostro estaba fruncido.
-Igual que Gash. -Rodó los ojos. -No es nada del otro mundo.
- ¿Tú si sabes? -Preguntó sorprendida y dudosa al mismo tiempo.
-Por supuesto que sé. -Respondió indignado de que siquiera dudara de sus habilidades. -Soy un príncipe después de todo. -Un rasgo de orgullo se arrastraron en su palabra y Tio rodó los ojos.
-Bueno ¿Sería el príncipe tan amable de enseñarme a bailar? -Preguntó cruzando sus brazos.
- ¿Qué? -Preguntó asqueado. -Yo te enseño a luchar no a bailar.
-Vamos ¿Qué te cuesta? -Le preguntó poniendo las manos en su cadera. -Yo también odio la idea de que estés cerca, pero si Gash va a sacarme a bailar necesito estar lista, es el primer baile de Gash no lo debo arruinar, no me queda otra opción que pedirte a ti. -Le dijo con un poco de asco mirándolo de pies a cabeza.
Zeon bufó. -Tenerme a mí de instructor es un privilegio.
- ¿Lo harás o no? -Preguntó Tio mirándolo, Zeon quería negarse rotundamente, pero algo en su mirada lo detuvo y maldiciendo por lo bajo caminó hacia la entrada del salón y una vez visto los alrededores volvió a cerrar la puerta.
-Bien, pero será rápido así que concéntrate. -Le dijo irritado parándose frente a ella. -No puedo creer que vaya a hacer esto. -Tomó casi con asco la mano derecha de la pelirroja y se la puso en su hombro mientras él tomaba la izquierda con su mano y la estiraba para el vals.
-Jo…Yo tampoco disfruto esto ¿Podrías poner otra cara? -Preguntó molesta ella tratando de seguirle el ritmo.
-Párate recta no te puedes encorvar ¿No tienes estilo? -Preguntó Zeon acomodando la postura de Tio. -Gash va a ser quien dirija el baile tu solo debes seguirle el ritmo al compás de la canción, el vals tiene cuatro tiempos. -El peligris comenzó a moverse hacia adelante y la pelirroja dio un paso atrás. – Retrocede con el derecho.
- ¿Así? -Preguntó mirando el suelo tratando de seguir el ritmo estirando su pierna derecha.
-Sí, levanta la mirada, el baile debe ser delicado. -Le dijo con firmeza. -Vamos, dos pasos atrás y dos a la derecha luego a la izquierda y Gash te dará la vuelta. -Concluyó dándole la vuelta al ritmo de la canción imaginaria.
Gash caminaba con una sonrisa en dirección a la sala de entrenamiento, según la hora Zeon aún debería estar en la sesión de práctica con Tio, si se apuraba podría decirle a su amiga acerca de la danza del día de mañana, llegó a la habitación y tocó la puerta, pero al no recibir respuesta decidió abrirla.
-Unu… Chicos. -Dijo asomando la cabeza, pero se quedó en silencio al mirar a su hermano bailando con Tio en la sala.
-La vuelta que te doy es por el lado izquierdo. -La corrigió mientras la pelirroja giraba.
-Enante dijiste derecha. -Se defendió la susodicha volviendo a girar.
-Eso fue la salida de los pasos, son dos cosas distintas. -Respondió un poco irritado el peligris.
Gash cerró la puerta lentamente y retrocedió unos pasos mirando fijamente la puerta sin decir una palabra, un sentimiento extraño que nunca había sentido invadió su corazón, frunció un poco el ceño al no saber descifrar lo que estaba sintiendo, colocó una mano en su pecho mientras se alejaba del pasillo con paso firme.
- ¿Gash? – Preguntó Zeon alejándose de la pelirroja.
- ¡¿Eh?! ¡¿Dónde?! -Tio volteó el rostro, pero no vieron a nadie.
-Qué extraño…Lo sentí. -Murmuró el peligris.
-G-Gracias por ayudarme hoy. -Murmuró a regañadientes la pelirroja.
-Es algo que jamás se repetirá. -Sentenció Zeon y ella asintió.
-Por fin algo en que concuerdo. – Tio le sacó la lengua.
-Puedes irte a terminar tu trapo. -Le dijo el peligris tomando las toallas. -Pero después del baile entrenaremos el doble.
Tio decidió no decir nada al respecto sobre la palabra "trapo" y asintió con la cabeza. -Bueno. -Aceptó mientras caminaba hacia la salida. -Nos vemos mañana. -Se despidió con un movimiento de mano mientras con la otra cargaba la funda de estambres.
Zeon se quedó solo en la habitación, dirigió su mirada al calendario, mañana sería ese día, el día que tanto su padre junto a su madre anhelaba desde que podía recordar, un nudo se le formó en el estómago y decidió que lo mejor era ignorar cualquier pensamiento innecesario.
Las voces resonaban en el palacio real llenas de alegría emocionados por estar compartiendo ese momento, los invitados entraban y salían asombrados por tanto lujos, no siempre se podía entrar al palacio Real.
-Que guapa te ves Kolulu. – Le dijo Kanchome a su amiga mientras comía unas fresas con chocolate de la zona de bocaditos, cargaba un overol blanco llano y moñito negro como corbatín.
-Muchas gracias Kanchome. -Kolulu sonrió dulcemente, llevaba un vestido estilo princesa color rosa pastel escarchado, mangas de tirantes con una rosa blanca en el hombro derecho, su cabello suelto ondulado que le llega a los hombros estaba recogido en una media coleta, un sutil maquillaje adornaba su delicado rostro haciéndola lucir muy angelical.
-Meru me~ -Umagon asintió con la cabeza y mostró orgulloso el moñito que tenía en su pecho.
-Y por supuesto Umagon también luce muy bien. -Le dijo la pelirosa acariciando la cabeza del mamodo con ternura.
-Kolulu ¿Has visto a Tio? -Preguntó el mamodo pato chupándose los dedos embarrados de chocolate.
-No, supongo que se retrasó porque está terminando algo importante. -Le respondió la joven.
- ¿Me llamaban? -La voz de la pelirroja capturó su atención y al voltear vieron a su amiga que recién llegaba, usaba un vestido sencillo brillante rojo con tirantes delgados que dejaban al descubierto sus brazos y que le llegaba a los tobillos, pequeños zapatos de tacón color plateado, su cabello estaba totalmente recogido en forma de rosca dejando su cerquillo y dos mechones largos adornando su rostro.
- Pero ¡qué bonita y elegante te ves! -Exclamó Kolulu emocionada aplaudiendo.
-Tio te queda muy bonito tu vestido. -Acotó Kanchome.
-Meru me~ -Umagon saltó sobre ella lamiéndole el rostro.
La susodicha se sonrojó un poco avergonzada por los elogios. -Gracias chicos…Me ayudó mi mamá.
-Sí, casi ni parece que fueras una mandona peleonera. -Prosiguió Kanchome asintiendo con emoción pensando que dijo el mejor cumplido del mundo.
- ¡¿Qué dijiste?! -Los ojos de la peliroja se encendieron de furia y tanto el mamodo pato como umagon salieron corriendo.
-Calma, calma. -La suave voz de Kolulu la tranquilizó e hizo un puchero.
-Jo…Mira lo que dice Kolulu. -Se quejó Tio con su mejor amiga.
-No lo hace apropósito, más importante aún ¿Lo terminaste? -Preguntó la joven mirando la enorme funda que carga la mamodo en sus manos.
-Sí, por eso me demoré en venir. -La pelirroja miró para ambos lados. - ¿Dónde puedo poner los regalos?
-Damas y caballeros. -La voz de un caballero real capturó la atención del público. -Rogamos su total colaboración, pónganse de pie para dar la bienvenida a la familia real.
Todos aplaudieron emocionados, los mamodos encargados de la orquesta empezaron a tocar sus violines a medida que las puertas se abrían y revelaban a Gash como cabecilla, vestía una camisa blanca con botones y pantalón verde, zapatos negros bien lustrados, una capa verde adornaba su traje y era sellado con un broche dorado, en su cabeza posaba la corona que representaba su posición como rey.
Un paso atrás estaba Zeon, vestía una camisa blanca con botones con un pantalón de vestir color plomo, zapatos negros bien lustrados, su capa igual a la de Gash pero color platinada sellada con un broche lila brillante.
Atrás de ellos estaban Dauwan Bell y su esposa muy feliz de tener a su familia completa en ese día tan especial.
Todos los invitados se inclinaron en señal de respeto, Gash un poco nervioso caminó hacia adelante para dirigirse a la multitud.
-Agradecemos mucho sus esfuerzos por acompañarnos esta ocasión. -El rubio dirigió su mirada a todos los presentes con una sonrisa. - ¡Unu, disfruten de la fiesta por favor!
Todos aplaudieron con alegría, Tio miró muy sonriente a su mejor amigo, se sentía muy feliz por él, justo en ese los ojos de Gash se cruzaron con los de ella, sin embargo, Tio notó que el rubio le desvió la mirada, eso la confundió un poco pero no le dio importancia.
La música comenzó y los invitados comenzaron a dispersarse mientras conversaban, Patty y otras chicas rodearon a Gash y no lo dejaban avanzar todas querían que las sacara a bailar, Zeon miró la escena divertido y abandonó a su hermano a su suerte y se dirigió a la mesa de bocaditos, los mamodos que estaban allí al verlo acercarse corrieron a la dirección contraria, el rumor de lo que había pasado en la batalla por la corona se había esparcido y si antes sentían recelo acercarse a él, no se diga ahora con esa nueva información, no es que eso le afectara al peligris, él ya estaba acostumbrado a la soledad, una cabellera roja llamó su atención.
-Cuidado rompes la mesa. -Molestó Zeon a Tio quien se encontraba presionando con fuerza la mesa de los bocaditos mientras veía como Patty abrazaba o más bien "aplastaba" al rubio quien luchaba por zafarse con todas sus fuerzas.
-ja, ja que gracioso. -Le contestó con sarcasmo la susodicha mientras no dejaba de ver a su amigo que gritaba por ayuda.
- ¿Terminaste con el trapeador? -Preguntó el peligris señalando la funda de regalo que sostenía en sus manos.
Tio rodó los ojos. -No es un trapeador, es- Fue interrumpida por el organizador de la fiesta que comenzó a hablar para atraer la atención de la multitud.
-Damas y caballeros rogamos su atención, es momento de la danza Real. -Todos los presentes empezaron aplaudir con alegría.
-Llegó tu momento de fama. -Le dijo en un susurro Zeon a su compañera. -No se pisen los pies.
-No molestes. -Murmuró la pelirroja un poco sonrojada mientras se alejaba del peligris y caminaba hacía la multitud.
-Nuestro Rey escogerá entre los invitados a su compañera de baile. -Explicó el mamodo caminando hacia un lado dando paso a la presencia de Gash, la habitación se quedó silencio todos estaban a la expectativa de saber quién sería la privilegiada.
Tio podía escuchar el latido de su corazón tan fuerte que temía que todos los presentes pudieran escucharlo también, sus ojos llenos de ilusión, sus manos temblorosas sosteniendo su regalo, este sería el momento más feliz de su vida.
-Unu…Yo… -Gash miró al público, sus ojos recorriendo a todos los invitados hasta que se encontraron con aquellas pupilas carmesí, la miró por unos segundos para luego desviar su mirada y centrarse en aquella persona a quien también quería mucho. -Kolulu-chan ¿Me acompañarías en esta danza por favor?
Los aplausos llenaron la habitación, Patty se desmayó y guardias reales corrieron a ayudarla, la pelirosa no lo podía creer, se llevó una mano a la boca sorprendida mientras daba pequeños pasos confundida. - ¿Yo? -Preguntó suavemente acercándose al rubio quien tomó su mano con suma delicadeza.
- ¡Unu, gracias a ti tuve un propósito en la batalla y esta es mi manera de demostrar mi gratitud! -Exclamó con una sonrisa colocando una mano en su espalda, Kolulu se sonrojó y asintió con la cabeza mientras los violines empezaban su canción y ambos iniciaron su danza al compás de la música.
Tio sintió una presión en el pecho, el corazón se le aceleró, pero de una manera dolorosa ¿Por qué Gash bailaba con Kolulu? ¿No la invitaría a ella? ¿Qué estaba pasando? De pronto la pelirosa chocó con el rubio pero el alcanzó a sujetarla llevándola elegantemente hacia atrás, haciendo que el publico se emocionara, la pelirroja llevó una mano a su corazón "Duele…" no se dio cuenta que su visión empezaba a ponerse acuosa.
Zeon frunció el ceño "¿No ibas a invitar a Tio?" pensó mirando la danza de su hermano confundido, el había escuchado perfectamente el nombre de la susodicha, giró el rostro y se sorprendió al ver como una lágrima resbalaba por la mejilla de Tio quien la limpió rápidamente y salió corriendo por la puerta trasera del salón, el peligris no sabía que hacer, nunca había estado en este tipo de situaciones tontas ¿Debía ir con ella? ¿Para qué? No era su asunto, eso es algo que quedaba entre Tio y su hermano; Pero…ciertamente el le había dado la esperanza al decirle que Gash iba a invitarla a bailar, una pequeña lucha interna surgió dentro de él y de pronto se sintió molesto por estar involucrado en esas cursilerías.
La danza real terminó y Kolulu y Gash concluyeron con una pequeña reverencia, el rubio le sonrió cálidamente -Unu, gracias por aceptar bailar.
-Gracias a ti por invitarme. – Le respondió dulcemente su amiga, Gash miró a su izquierda y pudo ver a su gemelo de pie alejado de la multitud con el semblante molesto…Como siempre.
-Hablamos después. -Se despidió y se aceró a su hermano que estaba con los brazos cruzados. -Nu… ¿Sucede algo Zeon? -Preguntó sintiendo algo de malestar en el ambiente, pero concentrándose más en la mesa de bocaditos que estaba junto a él comenzando a comer algunos.
- ¿Por qué hiciste la danza con Kolulu? -Preguntó el peligris viéndolo comer.
-Kolulu-chan es mi amiga, ella me impulsó a ser un rey bondadoso y yo quería agradecerle. -Le explicó el rubio mientras se limpiaba la boca con el dorso de la mano.
Zeon lo miró asqueado mientras le daba una servilleta. -Creí que invitarías al fosforito a bailar.
- ¿Tio? -Preguntó Gash y por un momento el peligris le pareció notar algo en los ojos de su hermano, pero no duró mucho tiempo, rápidamente se metió más bocaditos a la boca. -Sí pero tu bailarás con ella.
- ¡¿Qué?! -Exclamó horrorizado su gemelo - ¡Por supuesto que no, jamás bailaría con ella!
-Unu… Eso no es lo que yo vi en la sala de entrenamiento. -Le dijo el rubio mirándolo de reojo.
Zeon lo miró a los ojos "Sabía que era la presencia de Gash la que había sentido" -Gash, yo no voy a bailar con Tio, le estaba enseñando porque le dije que había escuchado que tu la invitarías a la danza real, ella no quería hacer más el ridículo, suficiente con el que hace cada día.
El rubio ignoró la ultima frase y parpadeó. -Pensé que la sacarías a bailar en tu danza real. -Dijo perplejo.
Zeon lo miró con incredulidad. -Gash, ni siquiera has leído todo el folleto instructivo de las ceremonias reales ¿Verdad? -Preguntó mientras se masajeaba las sienes. -Yo no tengo danza real, eso es algo que solo debe hacer el rey y ese eres tú.
-Unu…Pensé que Zeon también bailaría. -Murmuró el rubio y pequeñas migajas se caían de su boca.
El peligris tomó la servilleta y limpió con algo de brusquedad las migajas de la cara de su gemelo. -Yo no soy el rey, no me corresponden esos rituales.
Gash miró al vació por unos segundos y luego dando un brinquito como si se acordara de algo miró a ambos lados. - ¡Unu, gracias por la explicación! ¡Ya regreso Zeon! -Exclamó mientras corría alejándose de su hermano quien únicamente negó con la cabeza, dirigió su mirada al salón lleno de gente, todos lucían muy felices…Sobre todo su madre, el peligris la observó secarse las lágrimas con un pañuelo blanco, el sabía muy bien que su mamá había esperado ese momento durante años, caminó hacia la mesa principal, estaba inundada de regalos, pero la mayoría eran para Gash.
No era de extrañar, su hermano se había ganado el cariño de todos con su bondad y compasión, el merecía el amor que tenía, no conocía a nadie con un corazón tan grande como el de Gash, sonrió sintiendo un poco de orgullo por su gemelo, sin embargo… un sentimiento de soledad y tristeza se apoderó de él, miró a su alrededor por última vez y abandonó la habitación.
Tio estaba sentada junto al pequeño lago del palacio, el viento soplaba fuerte haciendo que la piel se le erizara del frío, pero no le importaba, tomó una piedrita del suelo y empezó a lanzarla al agua viendo como el impacto de la roca con el agua hacían formas redondas en la laguna hasta hundirse por completo.
Tomó otra piedra y se detuvo al mirar que había una piedrecilla que resaltaba entre las demás, era lisa y pequeña casi brillaba de lo pulida que estaba, la cogió y la colocó en la palma de su mano, luego tomó otra del suelo y la puso a lado de la pequeña y las observó.
"Si yo fuera una piedra de seguro sería esta" pensó mirando la roca sin gracia "Y Kolulu sería la pequeña y lisa" continuó pensando acariciando la piedra brillante.
- ¿Por qué Gash me elegiría a mí? -Se preguntó en un murmullo sin dejar de mirar la roca en su mano. -Por supuesto que elegiría a Kolulu, ella es tan buena y delicada… Y fue quien le dio un propósito a Gash. -Su visión se nubló un poco. -Yo soy todo lo contrario…Por supuesto que no me elegiría a mí. -Una lágrima rodó por su mejilla empañando su visión.
-Unu... ¿Quién no te elegiría? -La voz de Gash contra su oído la hizo saltar, giró el rostro y encontró al mamodo agachado mirando fijamente las piedras que ella sostenía, Tio se hizo para atrás mientras rápidamente se limpiaba los ojos con la muñeca.
- ¡¿Que-Qué haces aquí Gash?! -Exclamó recuperando un poco la compostura. - ¡Me espantaste!
-Unu…Me encontraba buscando a Tio en la fiesta, pero no la encontré. -Explicó sentándose junto a ella en el suelo.
-Salí porque sentía mucho calor. -Mintió rápidamente mientras se abrazaba las rodillas, de pronto un viento helado los rodeo.
-Y aquí parece que te congelas. -Le dijo parpadeando el rubio mirando como la piel de su amiga se erizaba por el frio.
-Pa-para nada, no siento frio. -Los labios de la pelirroja comenzaron a temblar, pero ella se mantuvo en su posición.
Gash sonrió suavemente y estiró su manto protegiendo a la susodicha del viento, al instante ella dejó de temblar y el rubio soltó una risita.
- ¿De qué te ríes? -Preguntó la pelirroja mirándolo.
-Unu, Tio es muy orgullosa. -Dijo y su risa se hizo un poco más fuerte.
La pelirroja se sonrojó con vergüenza. – Dé-déjame en paz Gash ¿No deberías estar en tu fiesta?
-Sí, pero yo quería decirte algo. -Le dijo el rubio dejando de reír, el ambiente se puso serio de repente y Tio comenzó a sentirse nerviosa.
- ¿Qué cosa? -Preguntó un poco confundida.
Gash se giró para quedar frente a ella, de pronto tomó sus manos sobresaltando a la pelirroja que sentía que su corazón se saldría de su pecho -Unu, quería darte las gracias Tio.
- ¿A mí? -Preguntó ella parpadeando mientras sentía que pronto volvería a temblar, pero no de frío.
Gash asintió y sonrió. -Tu siempre me apoyas, aunque a veces no estés de acuerdo con lo que digo o deseo hacer, pero yo sé que siempre puedo contar contigo y eso es muy importante para mí. ¡Muchas gracias, Tio!
La pelirroja se sonrojó, sentía el latido de su corazón en sus oídos. -Jo… Eso haría cualquier amigo Gash. -Le dijo desviando la mirada, pero el rubio negó con la cabeza.
-Para mí Tio no es cualquier amiga. -Le dijo con convicción. -Eres mi mejor amiga.
La pelirroja sonrió. -Tú también eres mi mejor amigo Gash. -Le contestó. - ¡Cierto, no te he dado tu regalo! -Exclamó soltando su mano y cogiendo la funda roja, metió la mano y sacó una funda de regalo azul brillante, la miró por unos segundos y luego se la extendió al rubio. -E-Espero que te guste…Feliz cumpleaños, Gash.
El mamodo tomó la funda y comenzó a abrirla con emoción, una sonrisa inundó su rostro cuando lo vió.
- ¡Es Kiyomaro! -Exclamó y pequeñas lágrimas se empezaron a asomar por sus ojos mientras acariciaba el bordado hecho a mano sobre el gorrito tejido color azul, en el cual podía verse una versión algo chueca y desaliñada de Kiyomaro junto a Gash en la esquina inferior izquierda del gorrito.
-No soy una experta…me quedó algo chueco, pero se lo mucho que extrañas a Kiyomaro entonces yo…-Tio no pudo terminar de hablar porque el rubio la tumbó con un abrazo.
- ¡Es el mejor regalo! ¡Muchas gracias Tio! -la alegría de Gash era enorme no le cabía en el pecho, lentamente se levantó y se secó los ojos con el dorso de su mano luego ayudó a su compañera a ponerse de pie mientras ambos se limpiaban sus atuendos.
-Me alegro que te haya gustado. -Dijo con suma alegría la pelirroja de pronto quería volver a llorar, pero esta vez de alegría.
- ¡Unu! ¡Lo usaré mucho! -El rubio abrazó su regalo. – ¿Volvemos a la fiesta? -Preguntó con una sonrisa.
Tio tomó la funda roja. -Adelántate, yo tengo que hacer algo. -
El cielo estaba estrellado, era una noche realmente bonita y un día especial pero Zeon no podía sentirse feliz, a decir verdad…Ese también era su primer cumpleaños, cuando era más pequeño no podía comprender porque sus padres no querían celebrar el día de su nacimiento, al contrario, aquel día debía dedicarse a entrenar duramente, su madre pasaba encerrada en su habitación llorando, no lograba entender porque se ponía muy triste y cuando descubrió la existencia de Gash pensó que sus padres no veían sentido en celebrar un día que sólo les recordaba que uno de sus hijos no estaba; Ahora podía comprender mejor el sentimiento de ellos, sin embargo…aunque habían preparado una fiesta por el cumpleaños de los dos, este evento parecía más una celebración por tener a Gash en casa que por ambos nacimientos.
- ¿Qué haces aquí? -Preguntó sin voltear, había sentido la presencia de la pelirroja acercarse.
-Hola a ti también. -Le respondió con sarcasmo Tio acercándose. -Sí que te gusta este lugar.
- ¿A qué te refieres? -Preguntó girando para verla.
-Siempre que salgo del entrenamiento y subo al carruaje para ir a casa veo que estás sentado aquí. -Explicó encogiéndose de hombros.
-Me gusta la calma y el silencio…Así se me pasa el estrés después de estar con personas irritantes. -Le contestó con diversión.
Tio sonrió tiesamente y dijo entre dientes. -Entonces necesitas vivir aquí, ya que te tienes que aguantar las 24 horas del día. -Una pequeña lengua como de serpiente parecía asomarse por su boca.
-Es verdad, no es fácil vivir con el peso de ser el mejor, no puedo decir lo mismo de ti. -Concluyó mirándola de pies a cabeza.
La pelirroja rodó los ojos y aguantó las ganas de ahorcarlo. -Mira yo solo vine aquí por un motivo.
- ¿Te vas a quejar de que Gash no bailó contigo? -Preguntó aburrido dándole la espalda. -Fue un malentendido de su parte por su irresponsabilidad de no leer adecuadamente el libro de las ceremonias reales, Gash pensaba que yo tenía una danza y que bailarías conmigo, pero tranquila, ya le aclaré que ni en mis peores pesadillas ocurriría algo así.
-No pues, muchas gracias. – Le respondió con sarcasmo. -Pero para eso no vine.
- ¿Entonces? -Preguntó el peligris sin mirarla, escuchó como la susodicha abría una especie de funda luego se sobresaltó al sentir la mano de ella cerca de su cuello así que rápidamente se giró y tomo sus muñecas para detenerla poniéndose a la defensiva. - ¿Qué haces?
-Probándote tu regalo. -Le respondió ella haciendo hincapié a una bufanda tejida que sostenía en sus manos.
Zeon parpadeó sin comprender muy bien lo que pasaba y la soltó, ella empezó a refunfuñar mientras murmuraba algo por lo bajo y extendía la gruesa bufanda color plata y la colocó sobre los hombros del peligris.
-Sé que dirás que es horrible. -Dijo ella poniendo las manos en su cadera. -Pero yo ya había terminado de tejer tu bufanda cuando comparaste el gorrito que le hacía a Gash con un trapo. -Prosiguió indignada.
Zeon tomó los extremos de la bufanda y notó un bordado en el extremo inferior derecho, dónde estaba la cara de Dufort mal tejida y un poco desaliñada, sabía que si Dufort lo viera tuviera un par de opiniones constructivas referente a como habían dibujado su retrato, desvió su mirada y la posó en los dedos de la mamodo que estaban llenos de curitas.
-No sé que tan importante fue para ti. -Prosiguió Tio mirando su tejido. -Pero creo que al igual que nosotros…Tu también lo debes de extrañar. -Un viento frío sopló haciéndola temblar. -Jo… Que frío hace aquí. -Murmuró acariciando sus brazos. -Creo que regresaré a la fiesta, nos vemos en el entrenamiento. -Le dijo despidiéndose con la mano mientras se dirigía a la salida, luego volteó y le dijo. - ¡Pobre de ti que lo tires a la basura! Por eso vine personalmente para asegurarme de que lo tengas -Exclamó señalándolo para luego relajar el rostro y regalarle una sonrisa. -Feliz cumpleaños, Zeon. – Lo miró por unos segundos y luego empezó a correr para regresar al baile y buscar a sus amigos.
El peligris se quedó estático en su sitio, su mirada se mantuvo posada en el lugar dónde había estado Tio hace unos segundos, luego agachó la cabeza y sostuvo la bufanda en sus manos, sus dedos recorrieron el bordado lentamente examinando todo con mucho interés.
"Entonces ella tejió primero la bufanda" pensó sin dejar de recorrer el bordado, ese era su primer regalo de cumpleaños, ese día no había esperado absolutamente nada, el ya se había mentalizado con mucho tiempo de anticipación así que esto fue una verdadera sorpresa.
-Está horrible. -Murmuró y soltó una pequeña risa. -Teje espantoso y el bordado está totalmente desalineado. -La risa se volvió un poco más fuerte y se sorprendió cuando una lágrima rodó por su mejilla, luego le siguió otra y otra hasta que ya no podía ver.
Se secó los ojos con el dorso de su mano mientras reía y miraba fijamente su regalo, no lo quiso admitir, pero esa noche dormiría feliz.
Cristal No.1: Descongelado
HOLAAAAAAAAA! Por fin el capitulo tres, siento que tardé una eternidad en concluir este episodio, pero espero de corazón que les haya gustado.
FOP626: Muchas gracias por tu comentario me animó mucho a seguir escribiendo el tercer capítulo, quise relatar como debió sentirse Zeon respecto al día de su nacimiento antes de que llegara Gash, siento que podría ser un tema delicado para él, yo también amo GashxTio son mi pareja favorita de todo Konjiki no Gash Bell, así que en esta serie de oneshots veremos muchos momentos entre ellos. Me encantaría saber que opinas de este capitulo (PD: No puedo creer que hayas terminado tu fanfic, por favor no dejes de escribir me encantan tus historias y me gustaría leer otra tuya)
